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Transformación social.

Veamos un ejemplo.
En una barriada popular del este de la ciudad de Caracas, a mediados
de los años setenta, se construyó la biblioteca ("La Urbina") mediante la
contribución comunitaria y de una institución estatal, el Banco del Libro.1 La
historia es un feliz ejemplo de logro y transformación. A partir de la actividad del
sacerdote del lugar, quien primero prestaba los pocos libros que poseía y
después recibió en préstamo del Banco del Libro una caja "viajera", una caja
con unos cien libros, que nuevamente prestaba a los chicos interesados en la
lectura, se llegó a generar un grupo de niños, adolescentes, jóvenes y adultos
que junto con el sacerdote y la ayuda externa recibida recolectaron dinero,
colaboraron en la construcción y edificaron la sede de la biblioteca. Esa sede
luce como una casa más del barrio, pues sigue el mismo esquema de
construcción: se apoya en la ladera del cerro, tiene tres plantas escalonadas,
pisos de cemento y techos de planchas de metal, uno de ellos inclinado de tal
manera que luego no se pudo ganar ese espacio para ampliar la última sala de
lectura. Desde entonces, la biblioteca ha prestado libros y juguetes (los días
sábado); ha dado cursos de danza, música, canto, teatro, narración de cuentos
y modelado en arcilla; alberga actualmente el proyecto "Constelación"
(desarrollo de identidad social positiva a través de la expresión pictórica) y
realiza un programa vacacional con visitas a parques, playas, teatros, cines y
piscinas. Sus empleados son, en su mayor parte, reclutados en el propio barrio,
muchos de ellos antiguos lectores usuarios de la biblioteca. Y el libro más leído
(tanto que los ejemplares en uso tienen los bordes de las páginas y las tapas
desgastados) es una historia de logros, editada por el Banco del Libro, cuyo
protagonista es un grupo de niños que poco después de la construcción de la
biblioteca realizó una actividad movilizadora de los adultos de la comunidad
que culminó en la construcción de un parque infantil. La calle es libre, título del
libro que relata esa acción comunitaria, lleva ocho ediciones y muchas más
reimpresiones, ha ganado algún premio internacional y su distribución ha
trascendido las fronteras del país. Pero donde siempre ha sido el best setter es
en el barrio; donde es surtidor siempre vivo de satisfacción y orgullo para sus
habitantes. Las heroínas y los héroes ya son madres y padres de familia, pero
sus hijos citan ese ejemplo. Y la biblioteca es el santuario de la solidaridad, la
seguridad, la amistad, el respeto y la paz, además del conocimiento, para todo
el barrio.
En este recuento resumido es posible señalar los valores que motivaron
la creación y el logro de la institución: conocimiento, solidaridad, autonomía,
trabajo y respeto; este último incorporado en las normas del reglamento interno
de la biblioteca. En 1995 se hizo una evaluación en la cual 158 personas de la
comunidad con edades comprendidas entre los nueve y los setenta años,
seleccionadas en función de su conocimiento de la comunidad y su vinculación
con diferentes actividades de alcance comunitario, dieron su juicio sobre la
biblioteca y sobre la escuela del barrio. Sus respuestas señalan la presencia de
los siguientes valores: la educación, el estudio, el amor, la amistad, la vida
buena, la unión, la participación, la belleza en el entorno, la innovación, los
valores nacionalistas, la reflexión.
Veamos algunas frases que expresan el sentir de las personas
entrevistadas respecto de la escuela y de la biblioteca del barrio:
• Sobre la biblioteca:
Produjo el efecto de hacerme sentir valiosa al participar en actividades.
Hice amistades que en la escuela no conocía.
1
Institución creada en 1960 cuyo objetivo fundamental es fomentar la
lectura y editar libros infantiles de calidad al alcance de las personas de bajos
recursos económicos.
Aprendí a compartir con la gente.
Allí aprendí que la vida podía ser distinta y mejor.
• Sobre la escuela:
El mejor recuerdo [que tiene de ella] es que quería aprender. El peor
recuerdo es que no lo logré.
Había maestros que desmotivaban a los niños, no contribuían a ni
educación.
Sin educación no se es nadie.
Hay que darles amor a las maestras.
Lo que he destacado en estos testimonios señala los valores relacionados con
las actividades y con las situaciones vividas como carencias.

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