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CONTRAVENCIONAL
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aeguridad de laa garantías y los derecho. individuales y la eficacia repre.iva, por
medio de norma. flexibles y actualizadas que permitan asegurar la defensa en JUI-
cio. La defensa técnica no ee obligatoria en estos juicios, pero si el imputado la
prefiere, aurgen en toda su extensión los consiguientes derechoa de la defensa:
facultad de ofrecer prueba de descargo, etc.. ya que, como hemos manifestado, la
garantía constitucional de la defensa en juicio, con todas sus consecuencias (el
"ne bis in idem", etc.), rige tanto para el ámbito de lo penal judicial como para
el extenso campo contravencional.
Asimiamo, en caso de silencio de la ley, deben aplicarse las normas del Có-
digo Penal (Art. 49), lo que no significa una lisa y llana aplicación extensiva por
analogía. .mo. en primer lugar, el cumplimiento de la última parte del artículo
citado. y además. dado que lo único prohibido constitucionalmente es servirse de
una incriminación para castigar una conducta no punible, como ha dicho la Cá-
mara 2a Penal de Tucumán el 17 de abril de 1968, en fallo publicado en el Diario
La Ley de 25 de octubre de 1968. Con tal aplicación obtendríamos el beneficio
de poder aplicar al proceso penal contravencional, en caso de silencio del mismo.
institutos fundamentales. de naturaleza mixta, penal y procesal, como ea, por ejem-
plo, el de la prescripción de la acción.
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que elaboré el proyecto que fue la base del Código vigente, que ha suprimido el
libro referente a las faltas, no obstante que muchas de ellas, por su naturaleza y
carácter, podrían haberse incluído en éste y que tal medida deja librado su juzga-
miento a las autoridades administrativas locales, haciendo ilusoria a veces las garan-
tías individuales.
En este último sentido, el proyecto del Dr. Obarrio era más satisfactorio,
pues establecía que en estos juicios intervenía el juez municipal o de policía (Art.
48), lo que fue modificado por la comi.ión respectiva, que los suprimió a fin de
evitar cuestiones de competencia.
Ahora el artículo 27 se limita a las faltas policiales con pena que no excede
el mes de arresto o trescientos pesos de multa y los jueces en lo correccional
conocen en primera instancia cuando la falta excede de esas penas (Decreto-Ley
20,491¡,1173).
En cuanto al procedimiento, disponen Jos artículos 585 y 586 que será verbal
y actuado, breve y sumario, y que concluída la investigación, el jefe de policía
O la autoridad municipal, en su caso, dictarán la resolución 'que corresponda den-
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Se ha sostenido por la doctrina, en congresos jurídicos y proyectos de leyes,
que el juzgamiento de las faltas o contravenciones debe estar a cargo de tribunales
judiciales, o sea, jueces de faltas, tesis que surge del principio fundamental de
la división de poderes, sobre todo si se considera que las contravenciones forman
parte de lo ilícito penal y no de lo ilícito administrativo. (1).
En los considerandos del decreto 'e expresa que es urgente sustituir el régi-
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travencional", Buenos Aires, 1968.
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El Reglamento del Tribunal de Faltas Municipales fue aprobado el 15 de abril
de 1944, y consta de 42 articulas que fijan 108 caso. en que los jueces se reunirán
en tribunal, las sesiones generales, el procedimiento interno de los juzgados, las
obligaciones del personal y el funcionamiento de los juzgados, que tiene lugar de
7 a 19 horas todos los días, hábiles o aún festivos, -para lo cual, los diez jueces
están distribuidos en cinco juzgados, a raz6n de dos por cada uno, que funcionan
entonces en dos turnos, de 7 a 13 horas el uno y de 13 a 19 horas el otro.
Faculta también a los jueces para utilizar, en el desempeño <le sus funciones, el
telégrafo, teléfono y demás medios de comunicaci6n y establece que en caso de
excusación, entenderá en la causa el titular del juzgado que sigue en orden do
numeraci6n. Este Reglamento fue modificado por acordada de la Cámara de Ape-
laciones del 23 de mayo de 1958.
El libro III de dicho Código trata de loa procedimientos y señala que toda
falta da lugar a una acción pública, que puede ser promovida de oficio o por
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Reproduce aaimi.mo. las disposiciones del Decreto-Ley 13.722/56 que se
refieren a ·Ia remoción de tales magistradoa. la que Be efectuará previo juicio eus-
tanciado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
de la Capital. prevé la forma de unificar la doctrina del tribunal. la deaignación
del pereonal, la del preaidente de la Cámara. el ejercicio de la superintendencia
y el horario de trabajo.
b) FALTAS POUCIALES.
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cias que no había Congreso nacional, disuelto como consecuencia de la revolu-
cion de 1955, el Poder Ejecutivo, invocándolo en un considerando, y previendo
el fallo concordante de la Corte, ratificó los edictos policiales dictados hasta esa
fecha, o sea, el RRP.F.6, por el decreto-ley 17.189 del 14 de septiembre de
1956, decreto-ley que continuó en vigencia por la ley 14.467, sancionada el 5 de
septiembre de 1958. La constitucionalidad de los edictos policiales fue posterior-
mente aceptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 28 de marzo
de 1958 ("Fallos', t. 240, p. 235).
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Por nuestra parte, creemos que es aplicable a la. falta. policiales lo expues-
to por el Dr. Walter Villegas en la Primera Conferencia de Abogados de la ciu-
dad de Buenos Aires, reunida en 1943, en cuanto manifestó que una legislación
sobre falta. es ya impostergable. La práctica de concentrar en el mismo funcio-
nario la creación de la figura, su vigilancia y su castigo, repugna con principies
esenciales del sistema republicano (6). Precisamente, la labor de esta Conferen-
cia influyó grandemente en el decreto-ley 4297/44 (ley 13.030), del que surgió
el Tribunal Municipal de Faltas de la ciudad de Buenos Aires, y cabe destacar
que el dictamen de la comisión que tuvo a su cargo el estudio de la legislación
de faltas, se refirió a las dos clases de ellas, las municipales y las policiales, por
lo que pueden sostenerse con respecto a ambas los miamos principios.
Por lo tanto, las infracciones de esta materia deben ser perfectamente con-
figuradas y se tienen que establecer a su respecto las normas procesales que
hagan efectivas las garantías constitucionales.
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cantidad de causas que se tramitan por contravenciones policiales, y de ahí
que lo ideal es que el infractor, máxime si está detenido. pueda ser llevado de
inmediato a presencia del juez. cualquiera sea el día y la hora en que se cometa
la falta. Asimismo. la extensión de la ciudad de Buenos Aires exige la descentra-
lización de esta justicia de faltas. por lo que sería conveniente dividirla en eir-
cunecripcionee, basadas en otras tantas partes equivalente. de aquella en pobla-
ción y extensién, donde siempre haya un magiatrado en funciones (8).
Para llegar a esta conclusión. le adujo en este caso que hay motivos. tanto
jurídicos como prácticos. puesto que tratándose de infracciones que no importan
delitos. su represión constituye un complemento a las funciones que corresponden
a la autoridad administrativa para conservar el orden y la moralidad públicas. y
no una facultad específicamente judicial y. por otra parte. establecida la apela-
ción ante los jueces. el matiz de atribuciones judiciales que la represión de faltas
implica. queda sometido en su ejercicio a la revisión del Poder Judicial. que es
así el que le pronuncia en definitiva sobre la existencia y gravedad de I~ infrac-
ción. dando satíefaccién al derecho del inculpado. de ser juzgado por sus jueces
naturale ..
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que la suficienc1a de ese control 'nO ha de traducirle en ' enunciados generales,
válidos para toda situación, sino 'que debe apreciarse' en cada caso con sujeción
a su, aapeetoe específicos, Aclar6 la Corte, que control judicial suficiente quiere
decir: a) reconocimiento a los litigantes del derecho a interponer recuraos ante
los jueces ordinarios; b) negación a los tribunales administrativos de la potestad
de dictar resoluciones finales en cuanto a los hechos y al derecho controvertidos,
con excepción de los supuestos en que, existiendo opci6n legal, los interesados
hubiesen elegido la vía administrativa, privándose voluntariamente de la judicial
(doctrina de la Corte expuesta en "Fallo,", t. 205, p. 17, y t. 245, p. 351).
Nuevas críticas se suscitaron contra esta poaición y la validez del siatema fue
enjuiciado ante la Suprema Corte de la Provincia. que admitió 8U constitucionalidad
en razón de la apelaci6n que se concede ante el juez en lo penal. pues consideró
que el recurso ante la autoridad judicial salvaguardaba la garantía del debido
proceso
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sobre un p rincipio extendido y aceptado en general. según el cual se admitía la
inapelabilidad de las sancionel de poco monto, por razones de economía proceeal .
A los efectos de resolver este problema. pensamos que debe tenerse en cuenta
que el resguardo de la persona. tan claramente preecripto por la Constitución
Nacional. no puede perder su inviolabilidad cuando se trata de faltas. y que la
seguridad del individuo. protegida en el procela penal mediante el juicio previo
y el juez natural. en modo alguno puede ser dejada de lado cuando le trata de
infracciones menoree.
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el jefe de poli:cía) en persona el que juzga o eattiga, sino un subordinado suyo,
que, obligado por razone. fí.icas y materiales (número de ~edientea), l~a y
ejecuta funciones, en el fondo ilegitimas, por tácita delegaci6n.
Debe además reconoceree que el pueblo no tiene aún una educación que
quizá podríamos llamar judicial y policial, que le permita aproximarse sin temor
y colaborar con estas instituciones, y 'por eso se mantiene dietante --sino hostil-
de sus actividades, a las que sólo considera fuente de molestias. Hay, sin duda,
una aprensión, desde luego injusta, con respecto a la institución guardadora del
orden, posición que se agrava por el conocimiento que se tiene de la imposibilidad
de defenderse, ante jueces independientes, de imputaciones que pueden resultar
infundadas o arbitrarias, aunque estén referidas a hechos menudos, que no alcanzan
a revestir la categoría de delitos, pero que no dejan de tener efectos perturbadores
y contrarias al buen orden que debe reinar en la poblaci6n.
Por supuesto que la policía debe ser eficaz y prestigiosa, ya que, ademá. de
cumplir su misión en la lucha contra el delito, debe presentar al pueblo una imá·
gen que la haga respetada y admirada, que inspire confianza, tranquilidad y hasta
aprecio, por la simple presencia de uno de su. integrante., como ocurre por ejemplo,
con la policía inglesa.
Es, pues, necesario, crear para las faltas policiales una justicia específica,
como la existente en la ciudad de Buenos Aires para las contravenciones muníci-
palea, o dejar la posibilidad del recurso ante los jueces del Poder Judicial contra
las decisiones de los jueces adminietrativoe, en el caso, los funcionarios policiales.
Aquella justicia debe contar con su ley orgánica, que asegure su independencia.
con su procedimiento, que contemple los tres grandes objetivos de la seguridad.
e,conomía y celeridad procesalea, y con .u código de falta. precedido por una parte
general aplicable a ésta•.
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5) El imputado podrá lIer aaiatido por su defenlor desde el primer momento
de su procesamiento: y podrá presentarse espontáneamente al instructor del eu-
mario para aclarar su .ituación y ofrecer prueba. De todos modo. deberá ser ci-
tado a declarar para que haga su defenla y formule su. deacar.gol, debiéndole
hacerle saber el hecho que le le atribuye.
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