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Pedagogía Social.

Revista Interuniversitaria
ISSN: 1139-1723
pedagogiasocialrevista@upo.es
Sociedad Iberoamericana de Pedagogía
Social
España

Pantoja Vargas, Luis


Deontología y código deontológico del educador social
Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, núm. 19, 2012, pp. 65-79
Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social
Sevilla, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=135025474005

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Deontología y código deontológico
del educador social
Deontology and code of conduct for social educators
Deontologia e código de conduta para educadores sociais

Luis Pantoja Vargas


Universidad de Deusto

Resumen de la profesión. Sin embargo, en el caso de la


Educación Social, un análisis rápido de las
La ética y la deontología se revelan hoy esen- ofertas formativas de los centros universita-
ciales para cualquier profesión y más para rios que ofrecen estos estudios revela que la
aquellas que prestan sus servicios y tratan con formación ética no es contemplada de forma
personas desfavorecidas, como es la Educa- explícita en los currículos formativos ni exis-
ción Social. Tanto a los futuros profesionales ten, por parte de estos centros, ofertas plani-
de la Educación Social como a los que ya ejer- ficadas de formación para los profesionales
cen esta profesión les hace falta una forma- que ya ejercen la profesión, de manera que, en
ción ética y deontológica intencionada puesto general, estos desconocen los contenidos del
que, al igual que el resto, viven en un mundo código aun siendo conscientes de su existen-
que se rige por valores contrarios a los que exige cia. Todo ello convierte a ese importante do-
su profesión. Esa formación debería incluir ob- cumento en letra muerta o, a lo sumo, en un
jetivos de conocimientos sobre la ética, la mo- adorno decorativo de la profesión Educación
ral y la deontología, pero sobre todo de capa- Social.
citación para la reflexión personal y en equipo
–con sus iguales– sobre los bienes que persi- palabras clave: Ética, Valores Morales, Nor-
guen las prácticas socioeducativas que realizan, mas, Deontología, Educación Social, Forma-
sobre las buenas prácticas y los dilemas éticos ción Ética, Código Deontológico, Principios y
que se encuentran con frecuencia en su prác- Normas de la Práctica Profesional.
tica cotidiana.
Los educadores sociales, profesionales de Abstract
muy reciente creación aunque con una tra-
yectoria larga de voluntariado, cuentan ya con Ethics and deontology are critical in today’s
un código deontológico oficial propio desde professional practice and still more for those
septiembre de 2007 que fue precedido por un that provide their services and deal with un-
Esbozo del mismo elaborado en 1996. La po- derprivileged persons, as is the case of Social
sesión de un código suele considerarse como Education. Both future professionals in Social
un indicador de calidad en el mundo de las Education and those already in practice re-
profesiones y otorga a los profesionales pres- quire specific training in deontological ethics
tancia, de ahí que se considere una obligación since, as individuals, they live in a world that
el conocimiento del mismo para el ejercicio is governed by values that are contrary to

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those required in their profession. This trai- cluir o conhecimento sobre os objetivos da
ning should focus on improving the unders- ética, da moral e da ética, mas especialmente
tanding of ethics, morals and deontology. a formação para a reflexão pessoal e de equipe
More specifically, it should seek to enable stu- com os colegas, sobre os bens sendo procu-
dents to engage in individual and group re- rado práticas sócio que realizam, sobre boas
flection with their peers on the good sought práticas e dilemas éticos são muitas vezes em
by socio-educational practices, good practices, sua prática diária.
and the ethical dilemmas they often encoun- Educadores sociais, profissionais de criação
ter in their daily practice. muito recente, mas com uma longa história de
Although this profession is relatively new, voluntariado, já tem um código de ética poli-
social educators have a long-standing tradi- cial adequada desde setembro de 2007 que foi
tion in voluntary services. They have had their precedido de um esboço do que fez em 1996.
own official code of conduct since September Posse de um código é muitas vezes visto como
2007, which was preceded by a draft code um indicador de qualidade no mundo das pro-
written in 1996. Having a Code is regarded fissões e excelência profissional dá, por isso é
as a guarantee of professional quality and ex- considerada uma obrigação de que o conhe-
cellence. Therefore, it is an essential require- cimento para o exercício da profissão. No en-
ment of professional practice. However, in the tanto, no caso da Educação Social, uma rápida
case of Social Education, a quick review of the análise das ofertas educacionais de universi-
range of courses available at universities re- dades que oferecem estes estudos mostra que
veals that they do not provide for ethics trai- o treinamento ético não está explicitamente
ning in their curricula, nor there are courses presente nos currículos de formação não exis-
available for practicing professionals. Thus, tem, por estes centros, fornecimento planejado
in general, they do not know the contents of de treinamento para profissionais que já na
the code even if they are aware of its existence. profissão, de modo que, em geral, eles sabem
All this makes this important document a o conteúdo do código, mesmo estando ciente
dead letter, or at the most, a useless one for de sua existência. Tudo isso faz com que este
the Social Education practice. importante documento a ser letra morta ou, no
máximo, um ornamento decorativo da Edu-
key words: Ethics, Moral Values, Norms, De- cação profissão Social.
ontology, Social Education, Ethical Instruc-
tion, Code of Ethics, Principles and Rules of palavras-chave: Ética, valores morais,
Professional Practice. padrões, deontologia, Educação Social, For-
mação Ética, Código de Ética, Princípios e
Resumo Padrões de Prática Profissional,

Ética e deontologia é essencial para revelar Introducción


qualquer profissão hoje e para os prestado-
res de serviços e lidar com as pessoas desfa- En los tiempos que corren, en una época en que
vorecidas, tais como a Educação Social. Am- casi todo está en crisis, incluidos los deberes y
bos os futuros profissionais da educação social las responsabilidades personales (Lipovetsky,
e aqueles que exercem esta profissão e preci- 1998), y en un mundo lleno de ideologías con
sam de uma conduta ética e profissional como primacía de las económicas, en donde impera
intencional, como o resto viver em um mundo el relativismo, la globalización y el postmo-
regido por valores contrários aos que são exi- dernismo, se vuelve necesario recuperar el po-
gidos pela profissão. Essa formação deve in- der de la conciencia que dé lugar a la reflexión

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personal y grupal que permita volver a des- cultura y su deber profesional de entrega al
cubrir las preguntas fundamentales en torno otro. Esta contradicción se hace patente
al sentido genuino de la vida humana, el que- cuando en su trabajo socioeducativo tienen
hacer de la persona en su relación con los de- que hacer frente a conflictos éticos que sur-
más y la capacidad de autocontrol frente a la gen de su práctica profesional. En tal cir-
apetencia del bien subjetivo. cunstancia se entremezcla el ser persona de
Pero si buscar el sentido de la vida y de los su tiempo y el ser educador social en ese
actos propios es esencial para cualquier per- mismo tiempo, algo que acarrea deberes de
sona en el marasmo circundante, lo es aún entrega al otro y a la vez negación de los va-
más para aquellos colectivos de profesionales, lores que le impone el mundo, dos direccio-
como los educadores sociales, cuya vida labo- nes difíciles de armonizar.
ral tiene la misión de ayudar a gente necesi- En efecto, al actuar como educadores se
tada o excluida del sistema. Para ellos, la bús- encuentran con situaciones generadoras de
queda del sentido de por qué se dedican a esta conflictos entre lo que son o desean en cuanto
labor, cuál es el bien que buscan, y el refres- personas impregnadas por la cultura en que
camiento de sus deberes personales y profe- viven y lo que deben ser y hacer en cuanto
sionales consiguientes deberían ser una cons- educadores sociales o entre lo que los usua-
tante en su vida cotidiana. rios, también impregnados por la cultura cir-
Provocar esta reflexión es la finalidad y cundante, desean egoístamente y lo que los
el propósito de este artículo en este mono- educadores les plantean educativamente o en-
gráfico dedicado a recordar la trascendencia tre lo que sus empleadores aparentan querer
de la ética y de la deontología para los educa- y exigirles a los educadores y lo que en reali-
dores sociales, hombres y mujeres que a lo dad buscan con las intervenciones educativas.
largo y ancho de la geografía española, em- Toda una serie de confusiones que les obliga
peñan desde hace tiempo su vida en la ayuda a un replanteamiento del sentido de ser edu-
educativa a tantas gentes que injustamente se cador social, de la ética profesional y de la de-
encuentran en situaciones de desventaja hu- ontología o de los deberes profesionales.
mana y social. Sin embargo, no conviene ol- Por otro lado, a pesar de que en nuestra so-
vidar que los educadores son personas que vi- ciedad se haga referencia constante a la ética
ven en una sociedad que se caracteriza por y a la conciencia moral, se ve que estas han
una ‘moral’ que gira en torno a valores carac- perdido su genuino significado o se les ha va-
terizados por la satisfacción inmediata de de- ciado de contenido adaptándolas a intereses
seos, la búsqueda del placer, la felicidad ma- particulares bastante bajos en la jerarquía de
terialista y la huida de todo lo que suene a los valores. Se puede decir que vivimos en un
abnegación, sufrimiento, sacrificio o, como mundo en donde la responsabilidad se rela-
dice el citado Lipovetsky (1998: 12), donde la tiviza de acuerdo al interés personal o de los
gente vive en medio de una “cultura cotidiana Estados, lo cual puede afectar seriamente a
que ya no está irrigada por los imperativos hi- la acción profesional. Esto debería alertar a los
perbólicos del deber sino por el bienestar y centros formadores y, sin embargo, al obser-
la dinámica de los derechos subjetivos... (en var los currículos, se detecta una baja o nula
donde se ha) dejado de reconocer la obligación presencia de la formación ética y deontoló-
de unirse a algo que no sea el nosotros mis- gica. Y esto sucede también en el caso de los
mos”. educadores sociales en donde no se aprecia un
La vida en una situación tal plantea a los especial cuidado de las Universidades para do-
educadores sociales una especie de contra- tarles de conocimientos y competencias éticas
dicción entre su ser personal inmerso en esta y deontológicas necesarias para el desempeño

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profesional, de manera que estas carencias les gazón con la esencia misma de la naturaleza
dificultan abordar conflictos éticos de forma humana. Como prueba de esta complejidad
adecuada. Esto no significa que los centros for- basta con observar el gran número de estu-
madores consideren baladí esta cuestión, pero diosos de la ética desde los filósofos de la Gre-
ese interés no se concreta en decisiones so- cia clásica hasta los actuales en el siglo XXI. En
bre la formación ética y deontológica o, en el todos se aprecian particulares puntos de mira
mejor de los casos, ésta se reduce a una asig- dando lugar a diversas corrientes e interpre-
natura teórica de poca motivación o en lo que taciones de lo que consideran que es la ética.
se ha dado en llamar ‘línea transversal’ bas- Y para aumentar la complejidad, no sólo se ha-
tante vacía de contenido, de implicación y de bla de ética sino de diversos tipos de la misma
metodología planificada. Los formadores, por (ética normativa, ética aplicada, metaética, em-
ejemplo, conocen la existencia del código de pírica, filosófica, utilitarista, religiosa, profe-
los educadores sociales y hasta lo valoran po- sional, científica, judicial, bioética, etc.).
sitivamente en teoría, pero al mismo tiempo Aquí vamos a intentar simplificar la cues-
lo desconocen de manera que ni lo enseñan tión siendo conscientes del riesgo que esto im-
ni exigen su conocimiento y dominio a los fu- plica y lo hacemos así porque buscamos úni-
turos educadores sociales. camente establecer las relaciones conceptuales
necesarias para poder encuadrar correcta-
1. Ética, moral, ética profesional y deonto- mente el sentido de la deontología profesio-
logía: precisando los términos nal en el contexto de la Educación Social, tema
central de esta aportación.
Si el propósito de este artículo es ahondar en Lo más sencillo es comenzar por la defini-
el significado de la deontología profesional en ción nominal según la cual ética se deriva de
el contexto de la Educación Social, la cuestión la palabra griega ‘ethos’ que significa costum-
no se puede abordar sin establecer previa- bre y vendría a designar el conjunto de cos-
mente las convenientes relaciones y distin- tumbres buenas, convertidas en normas obli-
ciones semánticas entre ética, moral, ética pro- gatorias para el ciudadano de bien en su
fesional, deontología profesional y código comportamiento diario. Esas normas equival-
deontológico, cuestión no poco importante a drían a los criterios para juzgar si las conductas
partir de la confusión que su uso genera or- de las personas son correctas. También se les
dinariamente. Este será el objeto de nuestra suele llamar normas morales ya que la pala-
atención en este primer punto. Sin embargo, bra moral proviene de la latina ‘mos’ (‘mores’
el análisis será rápido y breve puesto que otros en plural), traducción de la palabra griega ‘et-
autores abordan estos temas con precisión y hos’. La coincidencia nominal ha venido plan-
hondura en este monográfico. teando la cuestión de si existe sinonimia o no
entre ética y moral, cuestión a la que nos refe-
1.1. Ética riremos a continuación. También ha planteado
la relatividad de la ética y de la moral de acuerdo
La elucidación de esta categoría conceptual re- con la relatividad social de las costumbres se-
sulta francamente compleja a la luz de los ríos gún los grupos sociales y su desarrollo cultural.
de tinta que han recorrido la geografía mun- Históricamente la reflexión sobre la ética
dial a lo largo de la historia del pensamiento ha formado parte de la filosofía y esta ciencia
filosófico tratando de explicarla. No obstante, es la que nos conduce a la definición esen-
se nos antoja que, tanto su significado como cial de la ética, o sea, la reflexión sobre la fun-
su comprensión, deberían ser sencillos, dada damentación de la moral o principios, valo-
la trascendencia que tiene para la vida y su li- res y normas de comportamiento que dan

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sentido a la vida humana o, más sencilla- tos educativos sociales, sobre todo cuando los
mente, la teoría o ciencia del comportamiento educadores actúan bajo la influencia de una
moral categorizándolo en bueno-malo, co- determinada ideología política o cultural.
rrecto-incorrecto, obligatorio-libre, etc. Así, Haciendo un esfuerzo de síntesis, se puede
pues, la ética consiste en una reflexión sobre afirmar que la moral tiene una base más social
los actos humanos realizados libremente por que la individual de la ética, pero ambas se re-
la persona en cuanto a su dimensión de bon- fieren a un conjunto de normas a las cuales
dad o maldad, proporcionando las razones del se debe adaptar el comportamiento humano,
por qué la conducta humana es correcta o in- tanto desde el punto de vista individual como
correcta (Dueñas, 2009). La base metafísica de social. Dueñas (2009,12) afirma que “la moral
todo ello radica en la concepción de la persona es un conjunto de normas que una sociedad se
como ser racional libre que busca vocacional- encarga de trasmitir de generación en gene-
mente la felicidad y el bien y que se construye ración y la ética (...) un conjunto de normas que
en la convivencia respetuosa con los demás; el un sujeto ha esclarecido y adoptado en su pro-
actuar correctamente hace que la persona sea pia mentalidad” (subjetividad, diríamos). “La
virtuosa y que consiga su autorrealización o, moral se impone desde el exterior, la ética es
como dice Aristóteles, la felicidad de sí misma interior”, afirma Loiseau (2002,114). Las nor-
y de los otros (Barrio, 2009; Torralba, 2002). mas de la moral son propias de los grupos ét-
Definida así la ética, esta es universal y nicos o religiosos, evolucionan a lo largo del
afecta al comportamiento de cualquier per- tiempo y difieren, en ocasiones significativa-
sona con independencia de sus característi- mente, de unos grupos a otros.
cas accidentales o secundarias, como pueden Esta distinción establecida entre ética y
ser las geográficas, las étnicas y las profesio- moral a partir de lo individual y social puede
nales, por dar algunos ejemplos. Bajo este llegar a plantear dilemas en el momento de
prisma la ética incluye los valores universa- una actuación educativa social, pues las nor-
les relacionados con el bien en contra del mal, mas sociales –o alguna de ellas– pueden en-
lo correcto frente a lo incorrecto del com- trar en contradicción con la ética de la persona.
portamiento humano (libre), es decir, el com- Es en este momento cuando el educador tiene
portamiento justo, respetuoso, honesto, veraz, que decidir cómo actuar: si de acuerdo con
etc., todo lo cual termina convirtiéndose en de- la norma social o según su conciencia, es de-
ber (‘deón’ en griego) en la conducta cotidiana cir, de acuerdo con los valores y principios éti-
de la persona. cos que ha interiorizado o según las exigen-
cias del grupo. Esta situación se puede
1.2 Ética y moral presentar en el trabajo educativo con inmi-
grantes o con otros grupos étnicos o religio-
He afirmado antes que dada la coincidencia sos. Lo ideal sería la coincidencia entre las nor-
semántica entre ‘ethos’ y ‘mos’ se ha dado en mas morales de los grupos y las normas éticas
hacer sinónimos los significados de ética y mo- basadas en los principios universales y trans-
ral (Loiseau, 2002). Sin embargo, esto no ha culturales de bondad.
sido aceptado unánimemente y se plantea la
pregunta de si ambas categorías significan lo 1.3 Ética profesional
mismo. Aunque la cuestión no parezca tras-
cendente en general, en el contexto en que nos ¿Qué añade la ética profesional a la ética per-
venimos moviendo parece interesante seña- sonal? De manera general, la ética profesional
lar la diferencia entre ambas por la incidencia constituye sólo un alargamiento de la signifi-
de esta cuestión en el momento de realizar ac- cación de la ética, una categoría accidental aña-

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dida a la esencia de la palabra, en términos aris- tras que con deontología nos referimos a los
totélicos. En realidad la ética profesional con- deberes”, palabra que en la cultura de hoy no
tinúa refiriéndose al mundo de la subjetividad, tiene muy buena prensa. La deontología se-
de los valores interiorizados que se convier- ñala la conciencia de los límites, reglas y nor-
ten en normas que rigen el comportamiento mas (Loiseau, 2002).
individual, pero que en el caso de los profe- La palabra ‘deontología’ deriva de dos eti-
sionales ensanchan el campo de aplicación a mologías de origen griego, ‘deón’ (deber) y ‘lo-
los servicios que prestan a la sociedad para lo gos’ (ciencia o conocimiento). Su esencia con-
cual se les exige haber adquirido saberes y des- siste en ser una disciplina que estudia los
trezas prácticas. Se trata de la misma ética per- deberes de comportamiento de las personas y,
sonal que normaliza lo que es correcto o inco- si se refiere a un campo concreto o aplicado,
rrecto, obligatorio o permitido en una relación los deberes de aquellas personas que actúan
social ordinaria, pero añade las dimensiones en él. Nos volvemos a encontrar, por tanto, con
particulares que plantea la profesión cual se- una doble dimensión –como sucede en el caso
gunda naturaleza adquirida. de la ética–, una personal o los deberes de ac-
Al referirse a este tipo de ética, Silva tuar conforme al bien y otra aplicada o los de-
(2002,10) afirma que “la ética profesional se beres que se tienen en relación con los demás
llama precisamente así porque es el funda- por el hecho de ser profesionales aunando las
mento ético de lo que profesionalmente hago exigencias del cuerpo al cual pertenecen. Con-
y de lo que soy, en el desarrollo de una deter- viene hacer notar que la deontología, a pesar
minada forma de vida” en relación con los de- de su etimología griega, es creación de época
más. Esta ética incluye, además de los valo- muy reciente. Su origen se atribuye a J. Bent-
res individuales, un fuerte componente ham que utilizó por primera vez esta palabra
vocacional y un elevado compromiso de pro- en su obra Deontology or the science of mo-
fesar lo que se es, es decir, un médico, un edu- rality en 1834 (Wanjiru: 1995,18).
cador social, etc. No obstante, en el ejercicio La necesidad del conocimiento de los de-
de la profesión no se contempla sólo el punto beres nace de la propia raíz de la libertad de
de vista individual sino también el colectivo la persona, condición indispensable para la
o del resto de profesionales de la misma rama responsabilidad ética o para el honor de ser
que forma una especie de cuerpo que crea sus virtuoso, puesto que la libertad es un arma
propias normas (‘mores’) de actuación en bien de doble filo que sirve tanto para el bien como
y defensa de la profesión. Por tanto, el profe- para el mal. De ahí que la persona necesite co-
sional se encuentra con una serie de deberes nocer dónde están los límites entre el bien y
tanto internos como externos y de este modo el mal, siendo esto aún más necesario en el
entra en el campo de la deontología profe- caso de las conductas profesionales por la im-
sional, cuestión a la que nos referiremos a con- plicación de terceros. La deontología señala el
tinuación. Un análisis de algunas definiciones camino obligado a seguir en la actividad pro-
acerca de la ética profesional conduce a pa- fesional, en la conciencia de que si se sigue
recidas conclusiones (Hortal, 2002; Cobo, la senda del deber marcado se está dentro del
2001; Todolí, 1954; Cortina y Conill, 2000). obrar correcto. Si la persona actuase siem-
pre en busca del bien, no haría falta hablar de
1.4 Deontología profesional deontología y bastaría sólo con la ética, pero
no es así debido a las propias limitaciones de
Banks (2002,177) afirma rotundamente que la naturaleza humana y a su egoísmo innato;
“con la palabra ética nos referimos a lo que el hombre busca su bien e interés y actúa con-
es bueno o malo, correcto o incorrecto, mien- forme a sus propias circunstancias.

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Con cierta frecuencia se hacen sinónimas gura los argumentos suficientes para encon-
las categorías ética profesional y deontología trar el camino correcto en el actuar profesio-
profesional cuando no lo son; mientras que la nal pero no es un recetario.
primera es de carácter subjetivo y hace refe- Los deberes y principios de acción que se
rencia a la conciencia individual (Pantoja, encuentran en los códigos deontológicos van
2002), la segunda es más bien de carácter co- más allá de la libertad individual, es decir, el
lectivo y representa un modelo de acción que profesional los tiene que adoptar, si quiere ser
se concreta en un conjunto de deberes, nor- un buen profesional, porque interpretan cuál
mas y obligaciones que los profesionales van es el camino del bien obrar y así lo ha acor-
descubriendo y exigiendo en el ejercicio de dado el colectivo de profesionales de acuerdo
la profesión conforme se avanza en el proceso con el ‘ethos’ de la profesión (Pantoja:
denominado ‘profesionalización’. La ética pro- 2002,171).
fesional, en cualquier caso, señala una serie de Un elemento esencial de un código de-
principios mientras que la deontología pro- ontológico es que su elaboración esté a cargo
fesional insiste en los deberes o normas de ca- del colectivo de profesionales a través de sus
rácter obligatorio que suelen concretarse en órganos de representación. En el caso con-
los códigos deontológicos. creto de la Educación Social en España, fue la
Asociación Estatal de Educadores Sociales
1.5 Código deontológico (ASEDES) la que se responsabilizó de su ela-
boración. Con la aparición de Colegios en di-
Gillet (2002,139) afirma que la fuerza de los ferentes Autonomías del Estado, la tarea de
códigos deontológicos radica en evitar la de- aplicarlo, mantenerlo y reformularlo ha pasado
riva aventurera de determinados profesiona- al Consejo General de Colegios Oficiales de
les en el ejercicio de su profesión. ¿Qué se en- Educadoras y Educadores Sociales.
tiende por código deontológico y cuáles son Por lo que atañe a las funciones genera-
sus funciones? les de los códigos suelen señalarse, entre
Banks (2002,177) lo define como “un do- otras, la de ser guías de la acción y toma de
cumento escrito producido por una asociación decisiones por parte de los profesionales, lo
profesional con el propósito explícito de guiar cual lleva consigo la protección de los usua-
a los especialistas, protegiendo a los usuarios rios ya que en el código se indica el bien ha-
del servicio y velando por la reputación de la cer y lo que se espera del profesional en el
profesión”. El código deontológico es la ex- momento de prestar los servicios. También
presión escrita del conjunto de deberes pro- se les atribuye la mejora del estatus profe-
fesionales (Pantoja, 2002) que un colectivo sional, la creación y mantenimiento de la
de trabajadores de una determinada profesión identidad profesional y el ser un instrumento
ha ido descubriendo a través del ejercicio de de regulación utilizable en casos de negli-
dicha profesión y señala los límites mediana- gencia o mala conducta en el ejercicio de la
mente seguros para obrar bien en ese ejerci- profesión (Banks: 2002,178 y ss.).
cio. Es, pues, un conjunto de buenas prácti- En otro lugar (Pantoja: 2002,170 y ss.) he
cas destinado a alcanzar el conjunto de bienes señalado otras funciones atribuibles a los có-
que la profesión pretende en los usuarios. Las digos como delimitar los ámbitos de compe-
conciencias subjetivas de los profesionales en- tencia de la profesión, aspecto muy impor-
cuentran en el código algo semejante a los mo- tante cuando se trata de profesiones cuyos
jones que señalan propiedades en campo límites de actuación no están aún claros bien
abierto; delimitan con suficiente claridad pero porque comparten el área de trabajo con otras
no con exactitud milimétrica. El código ase- profesiones o porque se encuentran en un pro-

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ceso de esclarecimiento de sus propios servi- frente a otros profesionales y utilizándose
cios, como es el caso de la Educación Social. como coraza frente a los mismos usuarios.
Otra función muy importante es aclarar el ‘et- c) Coartar el debate de los profesionales
hos’ de la profesión, la esencia o el espíritu que en cuanto que el código puede ser el pro-
une a todos los profesionales que la profesan, ducto elaborado por unos ‘expertos’ o por
el valor fundamental que subyace a todos los un círculo de poder dentro de la profesión
servicios prestados y que la convierte en una que decide tanto el perfil como en qué con-
profesión única e inconfundible. Y, finalmente, siste ser un buen o mal profesional; todo
una muy interesante que Henry Lévy describe ello sin la participación de los interesados.
como “resistir a la barbarie” o José Todolí como Para estos, el código es una imposición de
“resistir a los casos de patologías de las con- los Colegios, un documento cerrado que
ciencias”, refiriéndose a aquellos profesionales coarta el pensamiento crítico y el avance
que en el momento de relacionarse con los en la concepción de la profesión.
usuarios se comportan autoritariamente alu-
diendo a razones de conciencia personal o a Otras críticas han surgido del análisis de
valores éticos propios para justificar decisio- los contenidos de los códigos. Por ejemplo,
nes en contra de los intereses de aquellos. Banks (2002) afirma que después de analizar
En resumen, los códigos deontológicos en- distintos códigos de diversos países europeos
cierran muchas ventajas para las profesiones y de América del Norte, ha encontrado que
y cualquiera de éstas se esfuerza en elaborar la mayoría consta de ideales grandiosos pero
el suyo propio puesto que la posesión de un inalcanzables, otros no proporcionan ayuda
código se interpreta como un indicador de pro- real en la solución de dilemas éticos plantea-
fesionalidad, es decir, da garantía, eleva el dos en la práctica o son un compendio de ética
grado de percepción de calidad de sus servi- enlatada que desalientan la reflexión de los
cios y, por ende, el estatus de la profesión. No profesionales. En general, tienen la pretensión
obstante son posibles algunos efectos negati- de proteger al usuario pero no consultan sus
vos (Sánchez Vidal, 1999): opiniones y, en definitiva, lo que buscan ver-
a) El efecto escaparate, es decir, el código daderamente es el mantenimiento del estatus
puede convertirse en algo decorativo de profesional.
cara al exterior con el único fin de adqui- Por último, podemos añadir que un código
rir prestancia delante de otras profesiones, deontológico no se puede plantear única-
una especie de publicidad pero sin tras- mente desde los deberes o las condiciones a
cendencia hacia el interior de la profesión. cumplir en el momento de prestar los servi-
Se tiene un documento escrito de princi- cios, sino que el punto de partida debe ser la
pios y deberes, pero no es conocido por los expresión escrita de la misión o ‘ethos’ de la
profesionales o, si lo es, el conocimiento es profesión, es decir, el por qué se prestan esos
tan débil que no es útil en el momento de servicios, cuál es su finalidad, qué valores cons-
tomar decisiones. Letra muerta sin espí- tituyen la esencia de la profesión. Esto debe-
ritu: no se exige su conocimiento ni su ría constituir el frontispicio declarado y escrito
aplicación a la hora de enfrentar conflic- de tal o cual profesión. Sólo a partir de ahí se
tos profesionales. han de buscar los principios y las normas des-
b) Alimentar el corporativismo. La for- tinados a la mejora de las prácticas y el au-
mación de un ‘corpus’, en principio bueno mento de la calidad. Si falta esto en el código,
en cuanto elemento de cohesión de los pro- los profesionales se pueden perder en el ca-
fesionales, puede terminar degradándose mino pues el ‘carisma’ inicial fácilmente se
y convirtiéndose en elemento de lucha deja atrás. Todavía será peor si nunca lo han

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conocido o interiorizado durante la formación lugar en Barcelona, junio de 2001, (CEESC,
recibida para el ejercicio profesional. 2002) se afirmó que la Educación Social es una
Tener claros el ‘ethos’ y la misión de la pro- profesión en donde la mayoría de los ámbitos
fesión debe servir como punto de referencia en que presta servicios están afectados por la
en la práctica profesional permitiendo saber, existencia de desigualdades sociales, con el
en caso de duda y de conflicto, si lo que uno agravante de que con frecuencia se trata de ser-
hace cae dentro de los límites de lo que pre- vicios “no solicitados” por los usuarios en si-
tende la profesión y de los deberes exigidos o tuación de desigualdad. Al prestar sus servicios,
si más bien realiza actividades pertenecien- el profesional se encuentra a veces con el di-
tes a otra. Se trata de un marco de referencia lema de decidir entre lo que se le exige por parte
que permita –en nuestro caso al educador so- de los demandantes oficiales de sus servicios
cial– ubicarse, reubicarse y ser creativo en be- –ordinariamente los servicios sociales de aten-
neficio de la misma Educación Social. ción primaria– y lo que él considera como va-
lor y objetivo deseables en cada situación que,
2. La formación deontológica de los educa- lógicamente, en ocasiones no coinciden.
dores sociales Por otra parte, conviene reflexionar sobre
el hecho de que los miles actuales de estu-
Una mirada rápida a los currículos formati- diantes de Educación Social en España –y, po-
vos de la mayoría de las universidades espa- siblemente, muchísimos de los 20 o 30 mil
ñolas que ofrecen los estudios de Educación ejercientes de la profesión entre titulados, ho-
Social pone de manifiesto el descuido de la mologados, habilitados o voluntarios– son jó-
formación deontológica de los futuros profe- venes, más mujeres que hombres, que perte-
sionales. Por otra parte, se evidencia también necen y viven en una sociedad postmoderna
una especie de disociación entre los centros en la que, como ya hemos dicho, el estilo de
formadores –las universidades– y el cuerpo vida no se caracteriza por el poder de reflexión
de profesionales en activo –los colegios. Estos sino más bien por la actuación y el efectismo,
exigen ética y deontología profesional, aque- por la vivencia del presente y en donde se ob-
llos hacen caso omiso en los currículos. Da la serva un relativismo de valores y un alza de la
impresión de que los centros formativos su- subjetividad. Según este estilo de vida, se hace
ponen que los alumnos poseen ya esta for- evidente la necesidad de la formación ética y
mación cuando acceden a la universidad o deontológica pero teniendo en cuenta ese
que se irá adquiriendo durante la práctica. mundo en que viven. Una formación ética ba-
No debería ser así pues la Educación So- sada en los valores tradicionales que ignore su
cial –especialmente la que se refiere a los ám- situación, orientada a un rumbo opuesto, ha-
bitos de la marginación, exclusión, inadapta- cia el amor al otro, la solidaridad, la ayuda, la
ción, desigualdad, marginación– es una hospitalidad, la frustración y el autocontrol, la
profesión sumamente necesitada de una for- superación del punto de vista subjetivo, puede
mación deontológica específica para sus pro- resultar inútil o baladí. Las propuestas de for-
fesionales. Esta necesidad formativa ha sido mación que no tengan en cuenta esta con-
una demanda constante de los educadores so- frontación de estilos de vida pueden estar con-
ciales desde los años ochenta hasta nuestros denadas desde el principio al fracaso o a una
días, que no ha terminado de reflejarse en los sola memorización mecánica de los conteni-
currículos formativos. En efecto, en el XV Con- dos de la ética por parte de los estudiantes para
greso Mundial de la AIEJI (Asociación Inter- cumplir únicamente con la exigencia curri-
nacional de Educadores Sociales) y III Con- cular. Hoy como nunca hace falta un cultivo
greso Estatal del Educador Social que tuvieron de la reflexión individual y grupal.

deontología y código deontológico del educador social [ 73 ]


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Esto cobra importancia si se tiene en 3.1 Antecedentes
cuenta (Gillet, 2002) que la actuación ética
nace de diversas confrontaciones: la del pro- En el documento profesionalizador nº 2, pu-
fesional en cuanto individuo que se con- blicado por ASEDES y el Consejo General de
fronta consigo mismo en orden a construir Colegios de Educadoras y Educadores Sociales
una ética profesional propia; la del profe- (2007), referente al código deontológico actual,
sional educador que confronta su ética con se explica de manera sintética el camino se-
la del equipo donde realiza su trabajo para guido en su realización. Conocer las líneas ge-
conseguir un consenso; la del equipo que se nerales del proceso de elaboración facilita su
confronta con la ética del código deontoló- interpretación y, al mismo tiempo, permite des-
gico de la profesión, y todas las anteriores su- cubrir sus fortalezas y debilidades. En ese do-
madas que se confrontan con la ética de los cumento se afirma que “un grupo de profesores
empleadores. Vivimos en el reinado del sub- de la Universidad de Deusto (Bilbao) y de edu-
jetivismo y por eso nos hace falta la con- cadores/as sociales del País Vasco elabora y pre-
frontación mediante el diálogo, pero esta senta el primer Esbozo de Código Deontológico
competencia no se puede dejar para apren- del Educador/a Social (1996), que serviría de
derla después en la práctica profesional al punto de partida para los trabajos desarrolla-
amparo del ensayo o el error. dos posteriormente por distintas Asociaciones
Creo que los colegios profesionales co- profesionales del Estado. Como consecuencia,
meten el mismo error cuando encargan a una este Código está basado en el mencionado Es-
comisión o equipo de expertos la elaboración bozo” (ASEDES y CGCEES: 2007,19).
del código deontológico sin la participación La idea de elaborar ese Esbozo de código
de los profesionales. Posteriormente planifi- deontológico en 1996 nació motivada por dos
can la formación deontológica de estos a tra- contextos: a) la existencia de conflictos o di-
vés de charlas o cursos con el objetivo de que lemas éticos a los que tenían que hacer frente
conozcan el código, lo hagan suyo y lo apli- los educadores sociales en su labor diaria con
quen en su vida profesional. Este procedi- menores inadaptados o sus familias para lo
miento no tiene ninguna garantía de éxito cual o no se tenía la suficiente formación o no
pues no hay la suficiente motivación para ello se contaba con los instrumentos pertinentes
y además la ‘ética’ de la vida actual puede ir para enfrentarlos con cierta seguridad. Esta
por otros derroteros. No es de extrañar que cuestión preocupaba y surgía repetitivamente
este tipo de convocatorias formativas no tenga en jornadas o reuniones de las diferentes Aso-
acogida o que tan sólo acudan unos cuantos ciaciones de Educadores ya desde los años
profesionales. ochenta. En 1995, en el I Congreso del Edu-
cador Social celebrado en Murcia, este tema
3. El actual código deontológico del educa- adquirió máxima relevancia. b) El segundo
dor social contexto tuvo un carácter práctico unido a la
coherencia: el autor de estas líneas, habiendo
A lo largo de los últimos años la profesión recibido el encargo por parte de la Facultad de
Educación Social en España ha conseguido Filosofía y Ciencias de la Educación de la Uni-
dar grandes pasos en el proceso de profesio- versidad de Deusto, de impartir formación so-
nalización entre los cuales destaca la elabo- bre Ética Profesional a los alumnos de 3º de
ración de un código deontológico propio que Educación Social (de la primera promoción,
intenta ser una guía orientadora de la con- curso 1995-1996) tuvo la idea de hacer el in-
ducta profesional de los educadores sociales tento de formular un conjunto de principios
del Estado. y normas deontológicas basados en la ética y

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en la experiencia de educadores especializa- un supuesto ideológico predefinido acerca de
dos con una larga trayectoria como educado- la ética que sirviera de punto de partida. La ac-
res. El objetivo era que estos principios y nor- titud básica fue la de apertura a cualquier po-
mas sirviesen de marco orientador de la sición de los educadores, pero sobre todo de
práctica profesional tanto para educadores ya realismo y responsabilidad frente a las prác-
en activo como para los que obtendrían su tí- ticas educativas, tal como se afirma en la in-
tulo próximamente por parte de la Universi- troducción al Esbozo (1996). El resultado fue
dad de Deusto. Parecía lógico que si no existía un producto plural y práctico, aunque esto
ningún código propio, no sería fácil ni cohe- último podía fácilmente convertir al Esbozo
rente dar una formación deontológica con- en un recetario, algo que nadie pretendía. Lo
creta aplicada a la Educación Social. que sí existía era un deseo consensuado de evi-
Las circunstancias eran propicias porque tar convertirlo exclusivamente en un conjunto
el grupo de la primera promoción estaba com- de elucubraciones ético filosóficas expresadas
puesto prácticamente en su totalidad de ‘edu- en principios grandilocuentes e idealistas.
cadores especializados’ con experiencia de va- El Esbozo, difundido en varias Revistas de
rios años. La metodología fue tan sencilla Educación, tuvo una influencia significativa
como el resultado satisfactorio: se formó un inmediata y posterior no sólo en el ámbito
grupo compuesto por dos profesores y tres estatal sino también en el internacional a tra-
‘educadores especializados1 con una larga ex- vés de la AIEJI –llegándose a recibir peticio-
periencia. Se elaboró un cuestionario breve nes de autorización para su traducción a otras
sobre posibles casos conflictivos desde el lenguas. Fue un referente concreto en las dis-
punto de vista ético y se envió a varios edu- cusiones sobre ética deontológica de los edu-
cadores del País Vasco y de otras autonomías cadores sociales en jornadas formativas y,
pidiéndoles no sólo la presentación de con- muy especialmente, en los siguientes con-
flictos éticos reales detallados sino, especial- gresos de educadores sociales (como el III
mente, propuestas de principios de acción o Congreso celebrado en Barcelona en 2001).
de normas concretas a seguir en la actuación El Esbozo terminaría aportando un alto por-
educativa social. centaje de contenidos esenciales al actual có-
Se recibieron unas 30 respuestas que, au- digo deontológico en vigor.
nadas a las aportaciones del equipo, dieron
como resultado el citado Esbozo que se es- 3.2 Estructura del código deontológico actual
tructuró en 18 principios generales aplicables
a todos los ámbitos de actuación y cinco con- El código deontológico actual fue aprobado en
juntos de normas referidas al educador en re- la Asamblea General de ASEDES (Toledo, abril
lación consigo mismo y la profesión, con los de 2007) que subsumió y corrigió la versión
usuarios y sus familias, el equipo de trabajo, anterior del mismo que había sido aprobada
la institución que lo contrata y la sociedad en en la Asamblea General de febrero de 2004.
general. El paso anterior a la redacción final La presentación del código aprobado al co-
del Esbozo consistió en someter los principios lectivo general de educadores sociales se hizo
y las normas elegidos a la valoración de to- con ocasión del V Congreso Estatal de Edu-
dos los alumnos de 3º de Educación Social del cadoras y Educadores Sociales (Toledo, sep-
curso 1995-1996 de la Universidad de Deusto tiembre de 2007) en unión de otros dos do-
mediante una escala de 1 a 10 pidiéndoles que cumentos: la definición de Educación Social
explicasen los motivos de su valoración. y el catálogo de funciones y competencias de
Es importante poner de manifiesto que la educadora y el educador social, todos con-
para la elaboración de este Esbozo no existió sensuados y ratificados por los representan-

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tes de los educadores sociales de todo el Es- como orientaciones generales válidas para
tado (ASEDES y CGCEES: 2007,5). En ese cualquier acción socioeducativa del educador.
mismo Congreso, ASEDES aprovechó la oca- Los principios elegidos son once, pero podrían
sión para trasladar la responsabilidad de es- ser menos o más, éstos u otros o estar redac-
tos documentos y de la gestión general al re- tados de otra forma, según el punto de vista
cién creado Consejo General de Colegios de o los gustos. Los principios son: 1) El respeto
Educadores Sociales del Estado. de los derechos humanos en cualquier inter-
La estructura del código es sencilla y la vención socioeducativa. 2) El respeto de la au-
ha heredado del anterior Esbozo pero enri- tonomía y la libertad de los sujetos de la ac-
queciéndola: una introducción, a la que le si- ción socioeducativa. 3) El tener en las
gue un apartado sobre aspectos generales re- intervenciones socioeducativas siempre a la
ferentes a la profesión Educación Social, otro vista la justicia social concretándose en la de-
de principios generales deontológicos, otro de fensa del derecho a utilizar los servicios so-
normas deontológicas generales subdivididas cioeducativos y en el actuar con el ánimo de
en secciones referentes a los ámbitos de ac- reducir las situaciones sociales injustas. 4) La
tuación que había elegido el Esbozo y, final- obligación de actuar con profesionalidad exi-
mente, dos disposiciones adicionales. giendo al educador social la competencia y
La introducción consta de dos apartados: cualificación necesarias para realizar las ac-
uno sobre los antecedentes del código y otro, ciones socioeducativas avaladas por un título
un preámbulo, en el que se hace referencia universitario o por procesos de habilitación
al proceso seguido en la elaboración del u homologación, insistiendo en la necesidad
mismo. de permanecer en formación continua. 5) El
La primera parte del código propiamente tener siempre en cuenta en las intervenciones
dicho la constituyen los Aspectos Generales socioeducativas que el educador no es el pro-
(ASEDES y CGCEES: 2007, 21-24) y en ella tagonista sino que la esencia de la educación
se define lo que se entiende por un código, radica en acompañar a la persona, al grupo o
se fundamenta el mismo desde el punto de la comunidad en su esfuerzo de mejora. 6) La
vista legal y se ahonda en el significado y la defensa de la autonomía profesional asu-
funcionalidad del código para la Educación miendo el educador social las responsabili-
Social. Esta parte es novedosa respecto del an- dades derivadas de los actos educativos. 7) La
terior Esbozo y en ella hay que destacar la ex- obligación de coherencia con la institución en
plicitación de lo que se entiende por Educa- donde se trabaje respetando tanto los térmi-
ción Social, algo así como el ‘ethos’ de esta nos de la petición de intervención como el pro-
profesión que la hace ser única y distinta in- yecto educativo y el reglamento de régimen
tentando aclarar lo que pretende y aporta a los interno. 8) La obligación de guardar el secreto
ciudadanos y lo que une a todos los educado- profesional acerca de las informaciones ad-
res sociales. Este capítulo, a pesar de exigir quiridas en la realización de las intervencio-
revisiones y mejoras que conduzcan a un con- nes educativas y respetar el derecho de las per-
senso más general, libra al presente código de sonas a su intimidad cuando sea necesario
ser un mero conjunto de principios deonto- trasladar sus datos a otros profesionales de
lógicos ideales y normas obligatorias para la la red. 9) El ejercicio de la solidaridad con el
acción profesional. resto de profesionales que intervienen en la
La segunda parte (ASEDES y CGCEES: acción socioeducativa manteniendo con ellos
2007, 24-27) está dedicada al enunciado de los una postura constructiva. 10) La promoción
Principios Deontológicos Generales concep- de la participación de la comunidad en la la-
tuados, tal como lo hacía el anterior Esbozo, bor educativa. 11) La obligación de trabajar de

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forma coordinada y en equipo haciendo que siones deontológicas, de los colegios y las aso-
cobren protagonismo criterios interdiscipli- ciaciones profesionales que lo pongan en fun-
nares. cionamiento” (ASEDES y CGCEES: 2007, 20).
La tercera parte presenta las Normas Deon- Por consiguiente, ¿es obligatorio o no?
tológicas Generales (ASEDES y CGCEES: 2007,
27-32) y está dividida en cinco secciones con 4. Reflexiones finales
sus respectivos artículos. El contenido de esta
parte es prácticamente idéntico al del Esbozo Al concluir esta aportación acerca de la deon-
en el que tanto los ámbitos (ahora secciones) tología en la Educación Social, la primera re-
como las normas (ahora artículos) se formu- flexión final consiste en un sentimiento de
laron siguiendo la metodología ya explicada satisfacción porque esta joven profesión
y, por consiguiente, se puede afirmar que la cuenta ya con un código deontológico que, no
validez científica de los mismas es demasiado obstante sus imperfecciones y debilidades
débil. Es decir, tanto los ámbitos como las nor- metodológicas y de contenido, representa un
mas podrían haber cambiado si se hubiera hito en su proceso de fortalecimiento en
aplicado un cuestionario a una muestra na- cuanto profesión. Los educadores sociales, en
cional de educadores y educadoras sociales el momento de enfrentar la práctica con sus
elegida con criterios científicos. Lo mismo conflictos y dilemas éticos, cuentan ya con un
cabe afirmar respecto del capítulo anterior, los documento de referencia en donde encuen-
Principios. Ambas partes poseen un grado alto tran principios y normas deontológicos que
de saturación de subjetivismo de los miem- les pueden orientar en la toma de decisiones
bros del equipo en el Esbozo y de los expertos o encauzar correctamente la discusión en los
en la Comisión posterior. equipos.
Las secciones que componen este tercer En segundo lugar, constatar la dificultad
capítulo son: 1) el educador social en relación de elaborar un código deontológico válido y
con los sujetos de la acción socioeducativa aceptado por todo un cuerpo de profesiona-
(con 7 artículos o normas); 2) en relación con les, en nuestro caso, educadores sociales de
su profesión (6 artículos); 3) en relación con todo el Estado. Todavía más difícil cuando los
el equipo (8 artículos); 4) en relación con la tiempos no están para hablar de deberes ni
institución donde realiza su trabajo (2 artícu- para coartar libertades subjetivas. Pero, si to-
los); 5) en relación con la sociedad en gene- mamos en consideración lo que afirma Gillet
ral (5 artículos). (2002), acerca de que los educadores sociales
El código finaliza con dos Disposiciones son profesionales de la confrontación entre
Adicionales referentes, una, a la obligación de sus apetencias o valores subjetivos y los de-
conocer y cumplir las normas estatutarias, beres exigidos por el ‘ethos’ de la Educación
acuerdos o resoluciones del Colegio Oficial Social, entre su yo y la exigencia de la de-
propio y del Consejo General de Colegios y, manda de la institución y entre ellos y los pro-
otra, a dejar sentado que el presente código pios usuarios de sus servicios educativos que
debe ser aplicado en todo el territorio esta- no están dispuestos a dar y sí a gozar de los
tal y conocido y asumido por los educadores beneficios, podemos comprobar la urgencia
y educadoras sociales. Hay que señalar que de contar con una codificación de deberes y
esta actitud contrasta con la debilidad que principios que ayuden a encauzar y hasta su-
se observa en el preámbulo donde se afirma: jetar la libertad subjetiva.
“Sirva, pues, este código como una guía de ac- Sin embargo, y por último, conviene des-
tuación, flexible en el tiempo, que pueda re- tacar dos debilidades básicas del actual código
cibir las aportaciones de las distintas comi- deontológico: 1) una, el propio proceso de ela-

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boración, presentación y aceptación oficial del versidades o de eso que llamé anteriormente
mismo. El hecho de haber partido del Esbozo disociación entre el mundo profesional y el de
anterior, un documento elaborado con buena la formación. Un reto urgente para el futuro.
voluntad pero sin rigor científico, haciendo
una refundición del mismo –con ayuda de una Referencias bibliográficas
Comisión– sin replantear un proceso serio
de recogida de información a un nivel esta- ASEDES y CGCEEES (2007): Documentos profe-
tal, le ocasiona una escasa representatividad sionalizadores. Toledo: Asociación Estatal de Edu-
y un posterior extrañamiento hacia el código cación Social.
por parte de la mayoría de los profesionales, Banks, S. (2002): “De juramentos a libros de nor-
amén de asumir los errores metodológicos an- mas: un examen crítico de los códigos de ética en
las profesiones sociales”, en CEESC (coord.): Ética
teriores. La aprobación oficial del mismo –aca-
y calidad en la acción socioeducativa. Barcelona:
ecida en la Asamblea citada– corre el riesgo Collegi d’Educadores i Educadors Socials de Cata-
de ser vista como un acto protocolario de con- lunya, pp. 176-192.
veniencia y una especie de imposición al co-
Barrio, J.M. (2009): Analogías y diferencias entre
lectivo; 2) otra, no menos trascendental y de- Ética, Deontología y Bioética. Disponible en:
rivada del proceso que se ha seguido en la http://es.catholic.net
elaboración, consiste en dejar en manos de las
Cobo, J.M. (2001): Ética profesional en ciencias hu-
Comisiones Deontológicas de los Colegios la manas y sociales. Madrid: Huerga y Fierro.
responsabilidad de proponer modificaciones,
Cortina, A. y Conill, J. (coords.) (2000): 10 Palabras
difundirlo, hacerlo conocer y aplicar por parte
clave en ética de las profesiones. Estella: Verbo Di-
de sus colegiados. Esto que, en principio, pa- vino.
rece normal dentro de la organización, en la
Dueñas, F.A. (2009): La ética. Disponible en:
realidad resulta vano por la simple razón de www.monografias.com
que los colegios, salvo muy pocas excepciones,
no tienen Comisión Deontológica o si existe Gillet, F. (2002): “La formación de estudiantes-edu-
cadores en ética práctica. Presentación de algunos
no funciona correctamente. Por consiguiente, retos”, en CEESC (coord.): Ética y calidad en la ac-
hacemos la hipótesis de que el gran colectivo ción socioeducativa. Barcelona: Collegi d’Educado-
de profesionales no conoce los contenidos del res i Educadors Socials de Catalunya, pp. 138-149.
código ni –por supuesto- este representa para Hortal, A. (2002): Ética general de las profesiones.
ellos la guía orientadora de su acción educa- Bilbao: Desclée.
tiva. En aquellos lugares en donde la Comi-
Lipovetsky, G. (1998): El crepúsculo del deber. Bar-
sión Deontológica funciona, aunque sea de- celona: Anagrama.
ficitariamente, se constata que su poder de
Loiseau, M. (2002): “Modelos teóricos de las éticas
convocatoria para impartir formación sobre
profesionales”, en CEEESC (coord.): Ética y calidad
el código es prácticamente nulo. ¿Podríamos en la acción socioeducativa. Barcelona: Collegi d’E-
preguntarnos la razón de tan bajo interés? ducadores i Educadors Socials de Catalunya, pp.
Todo lo cual no excluye el hecho de que 106-122.
prácticamente todo el colectivo –incluidas Pantoja, L. (2002): “Funciones de los códigos de-
las universidades– sepa que existe un código ontológicos”, en CEESC (coord.): Ética y calidad
deontológico de la Educación Social con va- en la acción socioeducativa. Barcelona: Collegi d’E-
lidez para todo el Estado y que le otorgue im- ducadores i Educadors Socials de Catalunya, pp.
portancia a este hecho, pero conocerlo bien 161-175.
y aplicarlo son cosas diferentes. Finalmente, Sánchez Vidal, A. (1999) : Ética de la intervención
creo pertinente dejar constancia del descuido social. Barcelona: Paidós.
de la formación ética y deontológica en las uni-

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sips - pedagogía social. revista interuniversitaria [1139-1723 (2012) 19, 65-79] • tercera época
Silva Camarena, J. M. (2002): “¿Qué es eso de ética
profesional?”. Revista Contaduría y Administra- dirección del autor: Luis Pantoja Vargas, Pro-
ción, 205, pp. 5-11. fesor emérito, Facultad de Psicología y Educación,
Todolí, J. y otros (1954): Moral profesional. Madrid: Universidad de Deusto.
CSIC. Correo electrónico: lpantoja@deusto.es
Todolí, J. (1954): Filosofía del trabajo. León. Insti-
tuto Social de León. Fecha de recepción del artículo: 24.II.2010
Fecha de revisión del artículo: 24.II.2010
Torralba, F. (2002): “Más allá del principialismo. La Fecha de aceptación del artículo: 15.IV.2011
ética de las virtudes como fundamento”, en CEESC
(coord.): Ética y calidad en la acción socioeducativa. como citar este artículo:
Barcelona: Collegi d’Educadores i Educadors So- Pantoja Vargas, L. (2011) “Deontología y código
cials de Catalunya, pp. 123-137. deontológico del Educador Social”, en Pedagogía
Wanjiru, Ch. (1995): La ética de la profesión do- Social. Revista Interuniversitaria, 19, pp. 65-79.
cente. Pamplona: Eunsa.

Notas
1 Los Profesores de la Universidad de Deusto par-
ticipantes en el equipo fueron Luis Pantoja (direc-
tor) y Rosa Santibáñez; los educadores: Iñaki Ro-
dríguez, Néstor Sangroniz y Patxi Alicante.

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