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Deméter (Ceres romanos)

Deméter era uno de los 12 habitantes del Olimpo junto a Zeus. Era hija de Cronos y Rea, y
hermana de Zeus, Poseidón, Hades, Hera y Hestia. Como diosa de la tierra, la agricultura
y los cereales, era una de las diosas griegas más importantes. Podría también ser
considerada una de las múltiples variantes de la diosa madre que se adoraba desde los
primeros pasos de la humanidad. Existen estatuas prehistóricas de la Edad de Piedra
fechadas alrededor de 20000 a.C. en Europa y Oriente Medio como muestra de adoración
de la fertilidad.

Deméter se relaciona también con la diosa egipcia Isis, la fenicia Astarté y la


mesopotámica Ishtar. Hay varias diosas con rasgos primitivos en la mitología griega,
además de Deméter, que son Afrodita y en menor grado Artemisa y Atenea. La frigia
Cibeles, que más tarde fue adorada en Roma como la «Gran Madre», podría pertenecer a
esta lista. Hay aspectos del culto se estas diosas que han perdurado en la adoración de la
virgen María.

El culto de Deméter conllevaba temas como la muerte, el crecimiento y la resurrección con


las características de un misterio. En Eleusis, a 20 km de Atenas, los Misterios
Eleusinianos se representaban cada año entre septiembre y octubre. Los participantes
caminaban en procesión desde Atenas hasta Eleusis, donde eran iniciados en los ritos
secretos que quizá tenían similitudes con los ritos primitivos de la cosecha con referencias
a la muerte y la resurrección. Durante los Misterios, se representaba la historia de Deméter
y su hija Perséfone, siendo éste el mito más importante de la diosa de la tierra.

Perséfone era la única hija de Deméter y fue concebida con Zeus. Sin el conocimiento de
Deméter, Zeus la había prometido en matrimonio a su tío Hades, que no manejó la
situación con demasiado tacto. Mientras la joven Perséfone se encontraba en Sicilia
recogiendo flores en el bosque con sus amigas las hijas de Océano, o el dios de los ríos
Acheluos (Aquelos), según algunas fuentes convertidas en sirenas (ver Sirenas, Las), el
dios de la oscuridad apareció repentinamente en su cuadriga tirada por caballos negros y
se llevó a Perséfone. La muchacha soltó las flores y llamó a su madre temiendo por su
vida, pero nada se pudo hacer. Hades la había raptado y se la había llevado a su reino de
los muertos.

Cuando Deméter se dio cuenta de la de-saparición de su hija, empezó a buscarla. Vagó


durante nueve días sin comida ni bebida buscándola. En un momento concreto se
encontró con Hécate, que había oído los gritos de terror de Perséfone y que llevó a
Deméter hasta Helios, el dios del sol que podía ver todo lo que ocurría en la tierra desde
su carro. El dios le contó que su hija se encontraba en el mundo de los muertos (aunque
según Ovidio la noticia la dio la ninfa Aretusa).

Deméter quedó tan impresionada que llevó la sequía y la hambruna a todo el mundo y no
regresó al Olimpo, quedándose vagando por el mundo aturdida por la tristeza. Mientras
estaba sentada cerca de un pozo en Eleusis, ya con aspecto de anciana, las hijas del rey
Celeo y de la reina Metaneira se acercaron a coger agua. Se llevaron a Deméter a casa,
ya que les había dicho que era una niñera a quien los ladrones le habían quitado todo. Allí
pudo cuidar de Demop-hon (Demofón), el príncipe recién nacido. Deméter decidió hacer al
niño inmortal rodándole con ambrosía durante el día y po-niéndole junto al fuego por la
noche. Metaneira la sorprendió haciendo esto y así debió revelar su verdadera identidad.
Ordenó a Celeo y a Metaneira que fundasen un santuario en su honor en Eleusis, lugar
que más tarde se convirtió en el punto de representación de los Misterios Eleusinianos.

Deméter permaneció en su nuevo templo durante un año, evitando el contacto con los
otros dioses. Mientras tanto, nada creció sobre la tierra estéril. Zeus se dio cuenta de ello y
envió a Iris para que hablase con Deméter, que sólo quería que le devolviesen a su hija.
Aunque Zeus intentó convencerla de que Hades era el mejor esposo para ella, Deméter no
cambió de postura. No se podía hacer nada para recuperar a Perséfone y el dios
mensajero Hermes tuvo que acudir en su rescate. Hubo una complicación, pese a todo,
pues de acuerdo con una antigua profecía del destino cualquier persona que abandonase
el Averno no debería haber comido nada allí. Hades lo sabía y había obligado a Perséfone
a tomar unas semillas de granada, aunque, según Ovidio, Perséfone las tomó a solas
mientras paseaba por los jardines de Hades. Perséfone negó al principio haber tomado
nada, pero Ascaphalus (Ascafalo), hijo de una ninfa, había sido testigo de todo e informó a
los dioses.

Finalmente, Zeus decidió que Perséfone debería estar parte del año con su madre y parte
del año con Hades. Cuando estuviera con su madre, el grano crecería y maduraría, y
cuando estuviera con Hades, la tierra permanecería estéril. El principio del periodo de
Perséfone sobre la tierra estaba asociado al otoño y duraba hasta el comienzo del verano,
desde la siembra hasta la recolección. Durante el periodo que pasaba en el Averno, los
meses de calor a orillas del Mediterráneo hacían que la tierra permaneciese estéril. Más
tarde, quedó establecido que Perséfone estaba con Hades durante el invierno, cuando la
naturaleza descansa, y con Deméter durante la primavera y el verano, cuando la
naturaleza crece. Así es como este mito explica el paso de las estaciones.

Después de que Deméter hubiese encontrado a su hija de nuevo, ordenó que Eleu-sis,
que originalmente era de Triptolemus (Triptolemo) -según algunas fuentes era el mismo
príncipe Demofón al que Deméter había criado- que extendiense la agricultura por todo el
mundo. La historia de la diosa simboliza así el cambio en la civilización de una cultura de
la caza a una vida agrícola no nómada (ver Hades y Perséfone).
Deméter es la portadora de las estaciones, diosa de la agricultura, de la nutricia verde y joven,
del ciclo vivificador de la vida y la muerte y de la ley sagrada.

Los hermanos de Deméter son: Zeus, Hestia, Poseidón, Hera y Hades, sus padres son Cronos
(dios del tiempo) y Rea, y su hija es Perséfone, casada con Hades (dios del infierno).

Hay un templo de Deméter en Aventino.

Aquí hay algunas fotografías de Deméter:

Demeter.gif demeter.jpg

Deméter y Perséfone las diosas gemelas percibidas como madre e hija, representaban para los
pueblos de la antigüedad los poderes de la naturaleza.

LEYENDA

Deméter tuvo una hija con Zeus, se llamó Perséfone. Deméter quería con locura a su hija, pero
un día Hades dijo que como era muy guapa quería que fuese su esposa. Se lo comentó a Zeus,
y él estuvo deacuerdo.

Pero resulta que nadie se lo había contado a Deméter, que ella la buscó por todas

partes, hasta que por fin se enteró. Ella le dijo a Zeus que hasta que ella no estuviese con
Perséfone no haría germinar las semillas del campo. Cuando Hades se enteró, Zeus hizo un
trato con él: Perséfone estaría con Deméter 9 meses del año y Perséfone

estaría con Hades los 3 que quedaban.

Por eso en invierno no florece ni germina nada, porque Perséfone está con Hades

También, Demeter en Romano es Ceres, que viene de cereales. Y yo creo que el nombre

Deméter también tiene algo que ver con la palabra meteorologia.

Deméter también protagonizo muchas historias en la Tierra; como una que hizo un hijo de un
rey; por talar un bosque que ella había dicho que era sagrado. El, asustado, le

desobedeció a pesar de su terrible castigo, que fue tener un hambre que ninguna comida
pudiera saciar.

La diosa Deméter era adorada especialmente en Eleusis, ciudad cercana a Atenas, donde se
celebraban sus misterios.

El voluntario destierro de Démeter volvía la tierra estéril, y con ello se alteraba el orden del
mundo, por lo cual Zeus ordenó a Hades que restituyese a Perséfone. Pero esto no era ya
posible; la joven había roto el ayuno al comer un grano de granada durante su estancía en los
Infiernos, lo cual la ataba definitivamente. Hubo que recurrir a una transacción: Démeter
volvería a ocupar su puesto en el Olimpo, y Perséfone dividiría el año entre el Infierno y su
madre. Por eso cada primavera Perséfone escapa de la mansión subterránea y sube al cielo
con los primeros tallos que aparecen en los surcos, para volver de nuevo al reino de las
sombras a la hora de la siembra. Pero durante todo el tiempo que permanece separada de
Démeter, el suelo queda estéril; es la estación triste del invierno.

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