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I.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y DEFINICIÓN DE SOCIEDAD


ANONIMA……..

La sociedad anónima es el prototipo de las sociedades de capital, y está regulada en


el Texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital aprobado por Real Decreto
Legislativo 1/2010, de 2 de julio, completado con las normas que a este tipo social
dedica el Reglamento del Registro Mercantil,

Aunque algunos juristas han sostenido que la sociedad anónima nació como un
desenvolvimiento de la sociedad comanditaria, la mayor parte de la doctrina sitúa
el origen de la sociedad anónima en Holanda, a comienzos del siglo XVII, debido
al impulso creador de los comerciantes y navegantes holandeses. El antecedente
más directo de nuestra sociedad anónima se encuentra en las grandes compañías
coloniales. La primera de éstas, la Compañía de las Indias Orientales fue creada el
20 de marzo de 1602, y a partir de esa fecha se sucedieron otras similares. España
no fue ajena a este impulso creador de grandes compañías coloniales, y así, a
principios del siglo XVIII se encuentran algunos Decretos de creación de estas
compañías, tanto para el comercio de las Indias Occidentales como de las Indias
Orientales (Filipinas). Algunos autores también sitúan los precedentes de la
sociedad anónima en Italia, en el Banco de San Jorge genovés.

Garrigues la define como “la sociedad capitalista de naturaleza mercantil, que


tiene el capital propio dividido en acciones y que funciona bajo el principio de la
falta de responsabilidad de los socios por las deudas sociales”. Según este autor,
las notas del concepto clásico de sociedad anónima son:

 a) Sociedad capitalista, que significa, la división del capital en acciones, el


carácter apersonal, ya que lo que interesa del socio es su aportación
patrimonial, y que la participación en los derechos sociales del socio es
proporcionada a la participación en el capital;
 b) Sociedad de responsabilidad limitada, porque el socio sólo responde
frente a la sociedad por la aportación a la que se comprometió;
 c) Sociedad regida democráticamente, es decir, con igualdad de derechos y
régimen de mayorías.

El artículo 1.3 de la Ley de Sociedades de Capital contiene la siguiente


definición: “En la sociedad anónima el capital, que estará dividido en acciones, se
integrará por las aportaciones de los socios, quienes no responderán
personalmente por las deudas sociales”.

II. RASGOS DEFINITORIOS

1. Denominación

Regulado este aspecto en los artículos 6 y 7 de la Ley de Sociedades de Capital que


exige dos requisitos:

 a) Que figure la indicación “sociedad anónima” o su abreviatura “SA”;


 b) Que no sea idéntica a otra preexistente. Dicho precepto debe ser
completado con lo dispuesto en los artículos 395 a 419 Reglamento del
Registro Mercantil, que se ocupan de "la sección de denominaciones de
sociedades y entidades inscritas".

Conforme a dicha reglamentación, en el Registro Mercantil Central se llevará una


Sección de denominaciones en la que se harán constar las denominaciones de las
sociedades y demás entidades inscritas. El artículo 398 del Reglamento del
Registro Mercantil, recoge el principio de unidad de denominación, es decir, sólo
podrán tener una denominación, sin que puedan formar parte de la denominación
las siglas o denominaciones abreviadas (quedan a salvo las siglas indicativas del
tipo de sociedad). La denominación de la sociedad anónima puede consistir en una
denominación objetiva o en una denominación subjetiva o razón social, si bien, en
este segundo caso, no podrá incluirse total o parcialmente el nombre o el
seudónimo de una persona sin su consentimiento. Si se trata de una denominación
objetiva, podrá hacer referencia a una o varias actividades económicas o ser de
fantasía, pero no podrá adoptarse una denominación objetiva que haga referencia a
una actividad que no esté incluida en el objeto social. El Reglamento del Registro
Mercantil contiene asimismo unas prohibiciones aplicables a todas las sociedades:

 • No podrán incluirse en la denominación términos o expresiones que


resulten contrarios a la ley, al orden público o a las buenas costumbres;
 • No podrán formar su denominación exclusivamente con el nombre de
España, sus Comunidades Autónomas, provincias o municipios;
 • No podrá incluirse en la denominación término o expresión alguna que
induzca a error o confusión en el tráfico mercantil sobre la propia identidad
de la sociedad o entidad, y sobre la clase o naturaleza de éstas;
 • No podrán inscribirse en el Registro Mercantil las sociedades cuya
denominación sea idéntica a alguna de las que figuren incluidas en la
Sección de denominaciones del Registro Mercantil Central.

2. Carácter mercantil

La Ley de Sociedades de Capital adopta el criterio de la mercantilidad por la


forma, por lo que con independencia del objeto (aunque sea civil), si adopta la
forma de sociedad anónima, la sociedad es mercantil (artículo 2).
3. Capital mínimo

El capital social no podrá ser inferior a 60.000 euros y se expresará precisamente


en esta moneda (artículo 4 de la Ley de Sociedades de Capital). Se distingue entre
capital social o nominal y capital real o patrimonio neto. La cifra del capital social
constituye una mención obligatoria de los Estatutos (artículo 23 d) de la Ley de
Sociedades de Capital), y desde una perspectiva jurídica y contable, se define
como la cifra que, resultado de las aportaciones efectuadas por los socios, figura en
la contabilidad social como primera partida de balance. Como señala Garrigues el
capital social constituye una cifra que indica el patrimonio que debe existir, no el
que existe. El citado autor define el patrimonio como “el conjunto efectivo de
bienes de la sociedad en un momento determinado”. Su cuantía está sujeta a
oscilaciones.

4. Nacionalidad

A diferencia de la Ley de 1951, el artículo 8 de la vigente Ley de Sociedades de


Capital determina qué sociedades han de considerarse españolas, siguiendo el
criterio del domicilio, si bien pretende que no se trate de un domicilio ficticio, sino
el lugar de su principal establecimiento o explotación. Será española la sociedad
anónima constituida en España que tenga su domicilio en España y la sociedad
constituida fuera de España que tenga su domicilio en España.

5. Domicilio

El artículo 9 de la Ley de Sociedades de Capital regula el domicilio de las


sociedades anónimas, que deberá estar en territorio español en algunos de los
siguientes lugares:
 a) donde se halle el centro de su efectiva administración y dirección;
 b) donde radique su principal establecimiento o explotación. En caso de
disconformidad entre dicho domicilio y el registral los terceros podrán
considerar como domicilio cualquiera de ellos.

III. FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA

1. Constitución de la sociedad anónima

La sociedad se constituirá mediante escritura pública que deberá ser inscrita en el


Registro Mercantil. Con la inscripción adquirirá la sociedad anónima su
personalidad jurídica. Los pactos que se mantengan reservados entre los socios, no
serán oponibles frente a la sociedad (artículo 20 de la Ley de Sociedades de
Capital). La escritura de constitución de la sociedad anónima debe contener las
menciones del artículo 22 de la Ley de Sociedades de Capital. Además la Ley de
Sociedades de Capital consagra en su artículo 28 el principio de autonomía de la
voluntad, permitiendo que se incluyan en la escritura otros pactos y condiciones,
con el límite de que no se opongan a las leyes ni a los principios configuradores de
la sociedad anónima. Los Estatutos han de regir el funcionamiento de la sociedad,
y constituyen una mención obligatoria de la escritura de constitución. Pueden
constar mediante trascripción literal en la escritura o como documento anexo.
Deberán contener las menciones recogidas en el artículo 23 de la Ley de
Sociedades de Capital que son:

 a) La denominación de la sociedad
 b) El objeto social, determinando las actividades que lo integran.
 c) El domicilio social.
 d) El capital social, las participaciones o las acciones en que se divida, su
valor nominal y su numeración correlativa.

Si la sociedad fuera de responsabilidad limitada expresará el número de


participaciones en que se divida el capital social, el valor nominal de las
mismas, su numeración correlativa y, si fueran desiguales, los derechos que
cada una atribuya a los socios y la cuantía o la extensión de éstos.

Si la sociedad fuera anónima expresará las clases de acciones y las series, en


caso de que existieran; la parte del valor nominal pendiente de desembolso,
así como la forma y el plazo máximo en que satisfacerlo; y si las acciones
están representadas por medio de títulos o por medio de anotaciones en
cuenta. En caso de que se representen por medio de títulos, deberá indicarse
si son las acciones nominativas o al portador y si se prevé la emisión de
títulos múltiples.

 e) En las sociedades de responsabilidad limitada, el modo o modos de


organizar la administración de la sociedad. En las sociedades anónimas, la
estructura del órgano al que se confía la administración de la sociedad.

Se expresará, además, el número de administradores o, al menos, el número


máximo y el mínimo, así como el plazo de duración del cargo y el sistema
de su retribución, si la tuvieren; y en las sociedades comanditarias por
acciones, la identidad de los socios colectivos.

 f) El modo de deliberar y adoptar sus acuerdos los órganos colegiados de la


sociedad.

2. Principio de su suscripción total y desembolso mínimo


Recogido en el artículo 79 de la Ley de Sociedades de Capital, conforme al cual,
no podrá constituirse sociedad alguna que no tenga su capital suscrito totalmente y
desembolsado en una cuarta parte, por lo menos, el valor nominal de cada una de
sus acciones.

3. Procedimientos de fundación

La Ley de Sociedades de Capital prevé dos procedimientos de fundación de la


sociedad anónima (artículo 19):

 • Fundación simultánea o por convenio, es decir, en un solo acto por


convenio entre fundadores, que son las personas que otorgan la escritura
social y suscriben todas las acciones;
 • Fundación sucesiva, por suscripción pública de acciones, que se aplica a
aquellos casos en los que con anterioridad al otorgamiento de la escritura de
constitución de la sociedad se haga una promoción pública de la suscripción
de las acciones por cualquier medio de publicidad o por la actuación de
intermediarios financieros.

4. Nulidad de la sociedad anónima

Prevista en los artículos 56.1 y 57 de la Ley de Sociedades de Capital. Las causas


por las que puede ejercitarse la acción de nulidad de la sociedad anónima, una vez
inscrita son:

 a) Por no haber concurrido en el acto constitutivo la voluntad efectiva de, al


menos, dos socios fundadores, en el caso de pluralidad de éstos o del socio
fundador cuando se trate de sociedad unipersonal.
 b) Por la incapacidad de todos los socios fundadores.
 c) Por no expresarse en la escritura de constitución las aportaciones de los
socios.
 d) Por no expresarse en los estatutos la denominación de la sociedad.
 e) Por no expresarse en los estatutos el objeto social o ser éste ilícito o
contrario al orden público.
 f) Por no expresarse en los estatutos la cifra del capital social.
 g) Por no haberse desembolsado íntegramente el capital social, en las
sociedades de responsabilidad limitada; y por no haberse realizado el
desembolso mínimo exigido por la ley, en las sociedades anónimas.

IV. APORTACIONES SOCIALES

1. Concepto y clases

La aportación constituye el medio para la consecución del fin social. Sólo pueden
aportarse bienes o derechos susceptibles de valoración económica, no pudiendo ser
objeto de aportación el trabajo o los servicios. La Ley distingue entre aportaciones
dinerarias, no dinerarias y prestaciones accesorias. Las aportaciones dinerarias
deberán establecerse en moneda nacional. Si la aportación fuese en moneda
extranjera, se determinará la equivalencia en euros. Deberá acreditarse ante el
Notario autorizante la realidad de las aportaciones dinerarias, mediante exhibición
y entrega de sus resguardos de depósito a nombre de la sociedad en una entidad de
crédito, o mediante su entrega para que aquél lo constituya a nombre de ella. Las
aportaciones no dinerarias habrán de ser objeto de un informe elaborado por uno o
varios expertos independientes designados por el Registrador Mercantil. Las
prestaciones accesorias son obligaciones de hacer o de no hacer, impuestas a
determinados socios, distintas de las aportaciones de capital, sin que puedan
integrar el capital de la sociedad.
2. Dividendos pasivos y mora del accionista

Se entiende por dividendos pasivos el importe aún no desembolsado por el socio a


la sociedad, es decir la parte de la aportación a que se comprometió que aún no ha
sido satisfecha. Se trata de un crédito de la sociedad frente al socio. Se encuentra
en mora el accionista una vez vencido el plazo fijado por los estatutos sociales para
el pago de la porción de capital no desembolsada o el acordado o decidido por los
administradores de la sociedad. La mora del accionista produce los siguientes
efectos recogidos en el artículo 83 de la Ley de Sociedades de Capital:

 a) El accionista moroso no podrá ejercitar el derecho de voto;


 b) El accionista moroso no tendrá derecho a percibir dividendos ni a la
suscripción preferente de nuevas acciones ni de las obligaciones
convertibles. Frente al accionista moroso la sociedad tiene las siguientes
posibilidades alternativas:
o - reclamar el cumplimiento de la obligación de desembolso con abono
del interés legal y de los daños y perjuicios causados por la
morosidad;
o - enajenar las acciones por cuenta y riesgo del socio moroso.

V. RÉGIMEN DE LAS ACCIONES

La acción puede ser analizada desde una triple perspectiva.

1. La acción como parte de capital

El artículo 1 de la Ley de Sociedades de Capital, al establecer el concepto de


sociedad anónima señala que el capital estará dividido en acciones. La normativa
vigente señala, que las acciones representan partes alícuotas del capital social, y
que será nula la creación de acciones que no respondan a una efectiva aportación
patrimonial a la sociedad.

2. La acción como derecho

La acción confiere al titular la condición de socio y le atribuye los derechos


reconocidos en la ley y los estatutos. El artículo 93 de la Ley de Sociedades de
Capital reconoce al accionista (salvo en los casos previstos en la ley) los siguientes
derechos mínimos:

 a) El de participar en el reparto de las ganancias sociales y en el patrimonio


resultante de la liquidación;
 b) El de suscripción preferente en la emisión de nuevas acciones o de
obligaciones convertibles en acciones;
 c) El de asistir y votar en las juntas generales y el de impugnar los acuerdos
sociales;
 d) El de información.

La Ley distingue entre clases y series de acciones. Constituyen una misma clase las
acciones que otorgan los mismos derechos. Dentro de una misma clase de acciones
se pueden establecer diversas series, pero las acciones de cada serie deberán tener
el mismo valor nominal. Asimismo la Ley distingue entre acciones ordinarias y
acciones privilegiadas, que son aquellas que confieren a sus titulares algún
privilegio frente a las ordinarias. Los privilegios han de referirse a los derechos
patrimoniales o económicos, no a los políticos. Vicent Chulia las define
como “aquellas que alteran el principio de proporcionalidad de los derechos
económicos en relación con el valor nominal de la acción, lo que determina la
atribución de un privilegio frente a las acciones ordinarias”. La Ley prevé
igualmente que puedan emitirse acciones sin voto con un límite: el importe
nominal de las acciones sin voto no podrá ser superior a la mitad del capital social
desembolsado.

3. La acción como valor

La acción puede tener la consideración de valor mobiliario, y estar representada


por medio de títulos o por medio de anotaciones en cuenta. En uno y otro caso
tendrán la consideración de valores mobiliarios. Las acciones representadas
mediante títulos pueden ser nominativas o al portador. Habrán de ser
necesariamente nominativas en los siguientes casos:

 a) mientras no haya sido enteramente desembolsado su importe;


 b) cuando su transmisibilidad esté sujeta a restricciones;
 c) cuando lleven aparejadas prestaciones accesorias;
 d) cuando así lo exijan disposiciones especiales.

El artículo 116 regula el Libro registro de acciones nominativas, donde figurarán


las acciones nominativas, y en el que se inscribirán las sucesivas transferencias de
las acciones. Si las acciones están representadas por medio de anotaciones en
cuenta, se regirán por lo dispuesto en la normativa reguladora de mercado de
valores. La Ley de Sociedades de Capital permite la copropiedad sobre una acción,
así como que puedan constituirse derechos reales limitados sobre las acciones,
remitiendo a las normas del derecho común. Asimismo regula en los artículos 134
y siguientes, el régimen jurídico de los negocios sobre las propias acciones,
conocidas en la práctica como autocartera, distinguiendo de una parte, la
adquisición de acciones propias y de la sociedad dominante, y de otra, las
participaciones recíprocas entre dos sociedades. A la sociedad le está vedada la
adquisición originaria de sus acciones propias o las de su sociedad dominante. Para
la adquisición derivativa se exige, entre otros requisitos, que haya sido autorizada
por la junta general, y que el valor nominal de las acciones adquiridas, sumándose
al de las que ya posean la sociedad adquirente y sus filiales y, en su caso, la
sociedad dominante y sus filiales, no exceda del diez por ciento del capital social, o
el cinco por ciento para las sociedades cotizadas; y que las acciones adquiridas se
hallen íntegramente desembolsadas.

VI. ÓRGANOS SOCIALES

Son órganos de la sociedad anónima la Junta General, que elabora y expresa la


voluntad social, y el órgano de administración, encargado de la gestión y
representación.

1. Junta General

Se define doctrinalmente como la reunión física de socios, válidamente constituida,


generalmente convocada según las normas legales y estatutarias, para debatir y
tomar acuerdos por mayoría sobre asuntos sociales propios de su competencia. El
principio mayoritario que rige en las sociedades anónimas supone que todos los
socios, incluso los disidentes y los que no hayan participado en la reunión, quedan
sometidos a los acuerdos de la junta general, salvo que prospere la impugnación de
los acuerdos.

a) Clases

La Ley de Sociedades de Capital distingue entre juntas ordinarias y


extraordinarias.
La Junta general ordinaria (artículo 164) es la que ha de celebrarse cuando
dispongan los estatutos, siempre dentro de los seis primeros meses siguientes a la
finalización del ejercicio social, para censurar la gestión social, aprobar en su caso,
las cuentas anuales del ejercicio anterior, y resolver sobre la aplicación del
resultado; aun cuando no son éstos los únicos asuntos que se pueden tratar en junta
general ordinaria, siempre que conste en el orden del día (Sentencia del Tribunal
Supremo de 20 de abril de 1987). La Junta General ordinaria será válida aunque
haya sido convocada o se celebre fuera de plazo.

Como regla legal definitoria, toda junta que no es ordinaria es extraordinaria


(artículo 96). Los administradores podrán convocar la Junta general extraordinaria
de accionistas siempre que lo estimen conveniente para los intereses sociales; y
deben convocarla, cuando lo solicite un número de socios titular de, al menos, un
cinco por ciento del capital social, expresando en la solicitud los asuntos a tratar en
la junta, y habrá de celebrarse dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que
se les hubiese requerido notarialmente para convocarla. Salvo en cuanto a la
periodicidad con que la junta general debe celebrarse, ambas juntas no difieren ni
en cuanto a los asuntos a tratar ni en cuanto a garantías respecto a su convocatoria
y constitución (Sentencias del Tribunal Supremo de 31 de octubre de 1984, 18 de
octubre de 1985 y 20 de abril de 1987).

La Junta universal no es un tipo distinto de las Juntas Generales ordinarias y


extraordinarias, sino que su peculiaridad estriba en la forma de la convocatoria, ya
que constituye una excepción a la necesidad de previa convocatoria formal par la
válida constitución y celebración de la Junta. Se denomina Junta Universal aquella
en la que está presente todo el capital, sin que se precise cumplir las formalidades
de constitución y convocatoria, siempre que se acepte por unanimidad la
celebración de la Junta (artículo 178).
b) Convocatoria

Corresponde a los administradores de la sociedad la convocatoria de las juntas


generales (artículo 163 y 166). La Ley configura esta competencia, según los
casos, como una facultad (artículo 167) o un deber. Asimismo la Junta General
puede ser convocada por el Juzgado de lo Mercantil (artículo 169 Ley de
Sociedades de Capital) o por el Comisario del Sindicato de Obligacionistas
(artículo 428).

La Junta deberá ser convocada mediante anuncio publicado en el Boletín Oficial


del Registro Mercantil y en uno de los diarios de mayor circulación en la provincia,
y el anuncio expresará la fecha de la reunión en primera convocatoria y todos los
asuntos que han de tratarse, debiendo publicarse por lo menos un mes antes de la
fecha fijada para la celebración de la Junta General. En el anuncio podrá hacerse
constar la fecha en la que, si procediera, se reunirá la junta en segunda
convocatoria, debiendo mediar entre la primera y la segunda reunión por lo menos,
un plazo de veinticuatro horas. Los accionistas que representen, al menos, el cinco
por ciento del capital social podrán solicitar el complemento a la convocatoria de
una junta general de accionistas incluyendo uno o más puntos en el orden del día.
El artículo 101 constituye una excepción a la competencia de los administradores
para convocar Junta General. En caso de junta general ordinaria, el juez, de forma
discrecional, convocará dicha junta, a petición de los socios y con audiencia de los
administradores, cuando no haya sido convocada en el plazo legal. En el caso de
junta extraordinaria, el juez debe convocarla obligatoriamente, a petición de un
número de socios titulares, al menos, del 5% del capital social.

c) Constitución
En primera convocatoria, la junta general quedará válidamente constituida cuando
los accionistas presentes o representados posean, al menos, el veinticinco por
ciento del capital suscrito con derecho de voto. En segunda convocatoria, será
válida la constitución de la junta cualquiera que sea el capital concurrente a la
misma, salvo que los estatutos fijen un quórum determinado (artículo 193 de la
Ley de Sociedades de Capital). La Ley exige un quórum especial de constitución,
para la adopción de los acuerdos de emisión de obligaciones, aumento o reducción
del capital, transformación, fusión o escisión de la sociedad y en general cualquier
modificación de los estatutos sociales. En estos casos, será necesaria en primera
convocatoria, la concurrencia de accionistas presentes o representados que posean,
al menos, el cincuenta por ciento del capital suscrito con derecho a voto; y en
segunda convocatoria será suficiente la concurrencia del veinticinco por ciento de
dicho capital, salvo que concurran accionistas que representen menos del cincuenta
por ciento del capital suscrito con derecho a voto, en cuyo caso será necesario el
voto favorable de los dos tercios del capital presente o representado en la junta.

d) Impugnación de acuerdos sociales

Son impugnables los acuerdos de la Junta general, que sean contrarios a la Ley (en
sentido amplio, incluyendo leyes formales, y normas de rango inferior), y en
particular al orden público, los que se opongan a los estatutos sociales, y los que
lesionen los intereses de la sociedad, en beneficio de uno o varios accionistas o de
terceros. Los acuerdos contrarios a la Ley (y al orden público) son nulos, y en los
demás casos son anulables. Los artículos 204 y 207.2 excluyen la impugnación
cuando el acuerdo haya sido dejado sin efecto o sustituido válidamente por otro.

La acción para la impugnación de los acuerdos nulos caducará en el plazo de un


año. Se exceptúan de esta regla los acuerdos que por su causa o contenido
resultaren contrarios al orden público. La acción para la impugnación de los
acuerdos anulables caducará a los cuarenta días. Los plazos de caducidad se
computarán desde la fecha de adopción del acuerdo y, si fuesen inscribibles, desde
la fecha de su publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil.

Para la impugnación de acuerdos nulos, están legitimados todos los accionistas, los
administradores y cualquier tercero que acredite interés legítimo. Para la
impugnación de acuerdos anulables, están legitimados, los accionistas asistentes a
la junta que hubiesen hecho constar en acta su oposición al acuerdo, los accionistas
ausentes, los accionistas que hubiesen sido ilegítimamente privados del voto y los
administradores.

La legitimación pasiva la tiene la sociedad. Los accionistas que hubieren votado a


favor del acuerdo impugnado podrán intervenir a su costa en el proceso para
mantener la validez del acuerdo. La competencia para conocer de la impugnación
corresponde a los Juzgados de lo Mercantil del lugar del domicilio social.
Conforme al artículo 249.1.3º de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la impugnación
se sustanciará por los trámites del juicio ordinario regulado en los artículos 399 a
436 de dicha Ley. La sentencia firme que declare la nulidad de un acuerdo ha de
inscribirse en el Registro Mercantil, en caso de que dicho acuerdo sea inscribible.

2. Administradores

A los administradores les corresponde la gestión y representación de la sociedad,


sin que dichas funciones puedan ser asumidas por la Junta General.

a) Nombramiento
Para ser nombrado administrador no se requiere la cualidad de accionista, a menos
que los estatutos dispongan lo contrario. El nombramiento de los administradores
surtirá efecto desde el momento de su aceptación y deberá ser presentado a
inscripción en el Registro Mercantil dentro de los diez días siguientes a la fecha de
aquélla.

b) Duración del cargo

Se regula en los artículos 221.2 y 222 de la Ley de Sociedades de Capital, que


señala que el plazo de duración debe constar en los Estatutos sociales, que ha de
ser igual para todos los administradores, sin pueda exceder de seis años, pudiendo
ser reelegidos para el cargo, una o varias veces, por períodos de igual duración
máxima. El nombramiento de los administradores caducará cuando, vencido el
plazo se haya celebrado la junta general siguiente, o hubiese transcurrido el
término legal para la celebración de la junta que deba resolver sobre la aprobación
de cuentas del ejercicio anterior.

c) Deberes de los administradores

Los artículos 225 y siguientes regulan los siguientes deberes de los


administradores:

 - Deber de diligente administración, debiendo desempeñar el cargo con la


diligencia de un ordenado empresario y de un representante leal;
 - Deber de fidelidad al interés social, entendido como interés de la sociedad;
 - Deberes de lealtad;
 - Deber de secreto de las informaciones de carácter confidencial.

d) Representación de la sociedad
Los administradores ostentan la representación de la sociedad en juicio o fuera de
él, en la forma que determinen los estatutos (artículos 209 y 233 de la Ley). La
representación se extiende a todos los actos comprendidos en el objeto social
delimitado en los estatutos. La Ley declara ineficaz frente a terceros cualquier
limitación de las facultades representativas de los administradores, aunque se halle
inscrita en el Registro Mercantil. La sociedad quedará obligada frente a terceros
que hayan obrado de buena fe y sin culpa grave, aun cuando se desprenda de los
estatutos inscritos en el Registro Mercantil que el acto no está comprendido en el
objeto social (artículo 234 de la Ley de Sociedades de Capital). El artículo 213 del
Reglamento del Registro Mercantil establece que la estructura del órgano de
administración pueda conferirse:

 • A un administrador único, en cuyo caso el poder de representación


corresponderá necesariamente a éste;
 • A varios administradores que actúen solidariamente, en cuyo caso el poder
de representación corresponde a cada administrador, sin perjuicio de las
disposiciones estatutarias o de los acuerdos de la Junta sobre distribución de
facultades, que tendrán un alcance meramente interno;
 • A dos administradores que actúen conjuntamente, de forma que el poder de
representación se ejercitará mancomunadamente;
 • A un Consejo de Administración, integrado por un mínimo de 3 miembros,
al que le corresponde el poder de representación. Actuará colegiadamente, y
los estatutos podrán atribuir, además, el poder de representación a uno o
varios miembros del Consejo a título individual o conjunto; si bien, el
Consejo, mediante el acuerdo de delegación, podrá nombrar uno o varios
consejeros delegados.

e) Retribución
Debe ser fijada en los estatutos, y cuando consista en una participación en las
ganancias, sólo podrá ser detraída de los beneficios líquidos y después de estar
cubiertas las atenciones de la reserva legal y de la estatutaria y de haberse
reconocido a los accionistas un dividendo del cuatro por ciento o el tipo más alto
que los estatutos hayan establecido.

f) Separación

Como regla general, podrá ser acordada en cualquier momento por la Junta
General. Los administradores que estuviesen incursos en alguna prohibición legal,
deben ser inmediatamente destituidos, a petición de cualquier accionista, sin
perjuicio de la responsabilidad en que puedan incurrir, conforme al artículo 133,
por su conducta desleal. Los administradores de otra sociedad competidora o con
intereses opuestos a los de la sociedad, cesarán en su cargo a petición de cualquier
socio y por acuerdo de la junta general.

g) Responsabilidad

Los artículos 236 y siguientes de la Ley de Sociedades de Capital regulan la


responsabilidad por daño de los administradores, distinguiendo entre acción
individual y social de responsabilidad de los administradores. Conforme al artículo
236.1, los administradores responderán frente a la sociedad, frente a los accionistas
y frente a los acreedores sociales del daño que causen por actos u omisiones
contrarios a la ley o a los estatutos o por los realizados incumpliendo los deberes
inherentes al desempeño del cargo.

Se establece la responsabilidad solidaria de todos los miembros del órgano de


administración que realizó el acto o adoptó el acuerdo lesivo, salvo los que
prueben, que no habiendo intervenido en su adopción y ejecución, desconocían su
existencia, o que conociendo el acto o acuerdo hicieron todo lo conveniente para
evitar el daño, o al menos, que conociendo el acto o acuerdo, se opusieren
expresamente a aquél. No exonera de responsabilidad la circunstancia de que el
acto o acuerdo lesivo haya sido adoptado, autorizado o ratificado por la junta
general.

La acción social de responsabilidad de los administradores por el daño causado


directamente a la sociedad por los actos o acuerdos lesivos de éstos, tiene por
objeto compensar a aquélla del daño producido, siendo necesario el previo acuerdo
de la junta general, aunque no conste en el orden del día. Los accionistas, podrán
solicitar la convocatoria de la junta general para que ésta decida sobre el ejercicio
de la acción de responsabilidad y también entablar conjuntamente la acción de
responsabilidad en defensa del interés social cuando los administradores no
convocasen la junta general solicitada a tal fin; cuando la sociedad no la entablare
dentro del plazo de un mes, contado desde la fecha de adopción del
correspondiente acuerdo; o cuando el acuerdo hubiere sido contrario a la exigencia
de responsabilidad.

Los acreedores pueden ejercitar la acción social contra los administradores cuando
no haya sido ejercitada por la sociedad o sus accionistas, siempre que el patrimonio
social resulte insuficiente para la satisfacción de sus créditos. Como señala la
Sentencia del Tribunal Supremo de 7 de mayo de 2004, la finalidad de esta acción
es tratar de recomponer o reconstituir el patrimonio social que ha sido dañado por
la actuación de los administradores. Junto a esta acción, el artículo 241 prevé una
acción individual de responsabilidad de los administradores frente a los socios y a
los terceros, estableciendo el precepto que quedan a salvo las acciones de
indemnización que puedan corresponder a los socios y a terceros por actos de los
administradores que lesionen directamente los intereses de aquéllos.
3. Consejo de Administración

Debe constituirse cuando la administración se confíe conjuntamente a más de dos


personas. El nombramiento de miembros del Consejo se efectuará por medio de
votación. El artículo 243 de la Ley de Sociedades de Capital, permite la agrupación
de acciones para la designación de vocales del Consejo. Y el artículo 244 prevé el
nombramiento por cooptación, que tiene por finalidad cubrir las vacantes que
puedan producirse durante la vigencia del cargo.

El Consejo de Administración se entiende bien constituido cuando concurran a la


reunión, presentes o representados, la mitad más uno de sus componentes. Las
sesiones del Consejo de Administración debe ser convocadas por el Presidente o
quien haga sus veces. Si los Estatutos no se oponen, el Consejo de Administración
puede designar de su seno una Comisión ejecutiva o uno o más consejeros
delegados, sin perjuicio de los apoderamientos que pueda conferir a cualquier
persona. En ningún caso podrá ser objeto de delegación la rendición de cuentas y la
presentación de balances a la junta general, ni las facultades que ésta conceda al
Consejo, salvo que fuese expresamente autorizado por ella. Los acuerdos del
Consejo de Administración se adoptarán por mayoría de absoluta de los consejeros
concurrentes a la sesión.

Pueden impugnarse los acuerdos nulos y anulables del Consejo de Administración,


por los administradores y los accionistas que representen un cinco por ciento del
capital social, en el plazo de treinta días desde su adopción, en el caso de los
administradores, y respecto de los demás legitimados, treinta días desde que
tuvieren conocimiento de los acuerdos, siempre que no hubiere transcurrido un año
desde su adopción. La impugnación se sustanciará por los trámites previstos para la
impugnación de los acuerdos de la Junta General.
VII. MODIFICACIÓN DE ESTATUTOS, EN ESPECIAL AUMENTO Y
REDUCCIÓN DE CAPITAL

1. Modificación estatutaria

La modificación puede consistir en dar nueva redacción a los artículos, o introducir


otros nuevos o en la supresión de artículos. La modificación ha de ser acordada por
la Junta General. Los requisitos para la modificación de los estatutos son:

 a) Los administradores o, en su caso, los accionistas autores de la propuesta


han de formular un informe escrito con la justificación de la misma;
 b) Han de expresarse en la convocatoria, con la debida claridad, los
extremos que hayan de modificarse;
 c) En el anuncio de la convocatoria se ha de hacer constar el derecho que
corresponde a todos los accionistas de examinar en el domicilio social el
texto íntegro de la modificación propuesta y del informe sobre la misma y de
pedir la entrega o el envío gratuito de dichos documentos;
 d) Debe ser acordada en Junta General;
 e) El acuerdo ha de constar en escritura pública, inscribirse en el Registro
Mercantil y publicarse en el Boletín Oficial del Registro Mercantil. Como
excepción, la Ley de Sociedades de Capital permite en determinados casos
que el acuerdo sea adoptado por los administradores:
o - En el caso del traslado del domicilio social dentro del mismo
término municipal, que puede ser acordado por los administradores
salvo disposición contraria de los estatutos;
o - Por delegación, los administradores pueden dar nueva redacción al
artículo de los estatutos relativo al capital social, una vez acordado y
ejecutado el aumento. La Ley regula requisitos específicos para la
modificación estatutaria cuando se trate de restricciones de la libre
transmisibilidad de las acciones nominativas, sustitución del objeto
social, modificación perjudicial a una clase de acciones; cambio de
domicilio, y cambio de denominación.

2. Aumento de capital

El Profesor Rojo lo define como “aquella modificación de los Estatutos sociales,


fundacionales o ya modificados, mediante la cual se cambia la cifra del capital
que, como mención necesaria (artículo 23 letra d), figura en dichos
Estatutos”. Atendiendo al procedimiento de ejecución, al aumento de capital puede
realizarse por emisión de nuevas acciones, o por elevación del valor nominal de las
ya existentes. El contravalor del aumento del capital podrá consistir, en nuevas
aportaciones dinerarias o no dinerarias al patrimonio social, incluida la
compensación de créditos contra la sociedad, o en la transformación de reservas o
beneficios que ya figuraban en dicho patrimonio. Los requisitos del aumento de
capital son:

 a) Acuerdo adoptado por la Junta General con los requisitos establecidos


para la modificación de estatutos;
 b) En caso de aumento de capital mediante elevación del valor nominal de
las acciones, se requiere consentimiento de todos los accionistas, salvo que
se haga íntegramente con cargo a reservas o beneficios de la sociedad;
 c) El valor de cada una de las acciones después del aumento de capital habrá
de estar desembolsado en un 25% como mínimo. Ejecutado el acuerdo de
aumento finaliza la operación de aumento, y procede la inscripción registral
y consiguiente publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil. La
competencia para la adopción del acuerdo de aumento de capital, que
constituye el presupuesto necesario de la operación, corresponde a la Junta
General. Sin embargo ello no impide que se puedan delegar en los
administradores determinadas facultades enunciadas en el artículo 297,
como son la de determinar la fecha en la que el aumento de capital debe
llevarse a efecto, y fijar las condiciones del mismo en todo lo no previsto en
el acuerdo de la Junta General, y la facultad de acordar en una o varias veces
el aumento del capital social hasta una cifra determinada. En este supuesto
de competencia delegada en los administradores, el artículo 297 de la Ley de
Sociedades de Capital establece los siguientes límites:
o • no podrá exceder de la mitad del capital social;
o • se fija un plazo máximo de cinco años;
o • Sólo puede acordarse mediante aportaciones dinerarias, sin que se
permita que el contravalor consiste en aportaciones no dinerarias,
compensación de créditos o con cargo a reservas.

En los aumentos de capital mediante la emisión de nuevas acciones, se concede a


los antiguos accionistas y a los titulares de obligaciones convertibles, el derecho de
suscribir un número de acciones proporcional al valor nominal de las acciones que
posean o de las que corresponderían a los titulares de obligaciones en caso de
ejercitar la conversión en ese momento. El plazo para el ejercicio de este derecho
será el que fijen los administradores sin que pueda ser inferior a quince días desde
la publicación del anuncio de la oferta de suscripción de la nueva emisión en el
Boletín Oficial del Registro Mercantil en el caso de las sociedades cotizadas, y de
un mes en el resto de los casos. Si todas las acciones son nominativas, el anuncio
podrá sustituirse por una comunicación remitida por los administradores a cada
uno de los accionistas y usufructuarios inscritos en el libro registro.

3. Reducción de capital
Como señala Uría la reducción del capital puede obedecer a dos razones
económico-financieras:

 a) Porque el capital suscrito resulte excesivo para las necesidades de


explotación de la empresa. Se puede hablar de reducción efectiva de capital,
porque se disminuye correlativamente el valor real del patrimonio social;
 b) Porque en el caso de pérdidas que han reducido el valor del patrimonio
por debajo de la cifra del capital social, la reducción se presenta como una
medida de saneamiento financiero para restablecer el equilibrio entre el
patrimonio y el capital social, permitiendo el eventual reparto de beneficios.
Se denomina reducción nominal.

La reducción del capital social puede tener como finalidad, la devolución de


aportaciones, la condonación de dividendos pasivo, la constitución o el incremento
de reservas voluntarias, o el restablecimiento del equilibrio entre el capital y el
patrimonio de la sociedad disminuido por consecuencia de pérdidas. Puede hacerse
mediante la disminución del valor nominal de las acciones, mediante su
amortización, o mediante su agrupación para canjearlas. Los requisitos son los
siguientes:

 1º Acuerdo de la Junta General con los requisitos de la modificación de


Estatutos;
 2 º Dicho acuerdo tendrá el siguiente contenido mínimo:
o • la cifra de reducción del capital;
o • la finalidad de la reducción;
o • el procedimiento mediante el cual la sociedad ha de llevarlo a cabo;
o • el plazo de ejecución;
o • la suma que haya de abonarse, en su caso, a los accionistas.
La Ley reconoce a los acreedores en determinado casos, un derecho de oposición a
la reducción de capital. Y los artículos 322 y siguientes establecen particularidades
para tres supuestos de reducción de capital:

 • Reducción para compensar pérdidas y para dotar la reserva legal;


 • Reducción y aumento de capital simultáneos u operación acordeón;
 • Reducción mediante adquisición de acciones propias.

VIII. CUENTAS ANUALES

Las cuentas anuales comprenderán el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias,


un estado que refleje los cambios en el patrimonio neto del ejercicio, un estado de
flujos de efectivo y la memoria. Estos documentos forman una unidad, y deben ser
redactados con claridad y mostrar la imagen fiel del patrimonio, de la situación
financiera y de los resultados de la sociedad (artículo 254). La Ley de Sociedades
de Capital establece la obligación de los administradores de la sociedad de
formular las cuentas anuales, en el plazo máximo de tres meses contados a partir
del cierre del ejercicio social. La aprobación es competencia de la Junta General,
pudiendo los socios, a partir de la convocatoria de la junta general, obtener de la
sociedad, de forma inmediata y gratuita, los documentos que han de ser sometidos
a la aprobación de la misma, así como en su caso, el informe de gestión y el
informe de los auditores de cuentas, debiendo hacerse en la convocatoria mención
de este derecho.

Aprobadas las cuentas, dentro del mes siguiente, ha de ser presentada para su
depósito en el Registro Mercantil del domicilio social, una certificación de los
acuerdos de la junta general de aprobación de las mismas y de aplicación del
resultado, adjuntando un ejemplar de cada una de dichas cuentas, así como del
informe de gestión y del informe de los auditores, cuando la sociedad esté obligada
a auditoría o ésta se hubiera practicado a petición de la minoría. Si alguna o varias
de las cuentas anuales se hubieran formulado en forma abreviada, se hará constar
así en la certificación con expresión de la causa.

IX. TRANSFORMACIÓN, FUSIÓN Y ESCISIÓN DE LA SOCIEDAD

1. Transformación

Consiste en el cambio experimentado por una compañía que pasa de un tipo de


sociedad a otro distinto, conservando sin embargo, la misma personalidad jurídica
(Garrigues). La Ley 3/2009 regula la transformación de la sociedad anónima en
sociedad colectiva, sociedad comanditaria, sociedad de responsabilidad limitada y
agrupación de interés económico. Cualquier otra transformación en otro tipo social
será nula, salvo disposición legal en contrario. La transformación requiere acuerdo
de la Junta General que habrá de publicarse tres veces en el Boletín Oficial del
Registro Mercantil y en los periódicos de gran circulación de la provincia en que la
sociedad tenga su domicilio. Asimismo se regula la transformación de las
sociedades colectivas, comanditarias o de responsabilidad limitada, en sociedad
anónima. En los dos primeros casos, no se libera a los socios colectivos de la
sociedad transformada de responder solidaria y personalmente, con todos sus
bienes, de las deudas sociales contraídas con anterioridad a la transformación de la
sociedad, a no ser que los acreedores hayan consentido expresamente la
transformación.

2. Fusión de sociedades

Como expone Uría, “estamos ante una operación jurídica afectante a dos o más
sociedades, que conduce a la extinción de todas o de algunas de ellas y a la
integración de su respectivos socios y patrimonios en una sola sociedad ya
preexistente o de nueva ceración”. La Ley contempla dos supuestos de fusión:

 1) Fusión de sociedades con creación de una nueva sociedad anónima y


extinción de las que se fusionan: Fusión por constitución o creación de una
nueva sociedad;
 2) Fusión por absorción de una o más sociedades por otra sociedad anónima
ya existente, con extinción de las absorbidas: fusión por absorción.

3. Escisión de la sociedad anónima

La escisión ha sido definida como aquella operación mediante la que se divide total
o parcialmente el patrimonio de una empresa para transmitir, sin que proceda
liquidación, la parte resultante a otras tantas empresas preexistentes o que se crean
con este objeto. Esto es, la dispersión total o parcial del patrimonio social de la
sociedad escindida y su consecutiva entrega a otras sociedades (sociedades
beneficiarias) para que éstas entreguen a cambio de la aportación un número
determinado de acciones sociales.

La escisión de una sociedad mercantil inscrita puede revestir cualquiera de las


siguientes modalidades:

 - Escisión total.

Se entiende por escisión total la extinción de una sociedad, con división de


todo su patrimonio en dos o más partes, cada una de las cuales se transmite
en bloque por sucesión universal a una sociedad de nueva creación o es
absorbida por una sociedad ya existente, recibiendo los socios un número de
acciones o cuotas de las sociedades beneficiarias proporcional a su
respectiva participación en la sociedad que se escinde.

 - Escisión parcial.

Se entiende por escisión parcial el traspaso en bloque por sucesión universal


de una o varias partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales
forma una unidad económica, a una o varias sociedades de nueva creación o
ya existentes, recibiendo los socios de la sociedad que se escinde un número
de acciones sociales de las sociedades beneficiarias de la escisión
proporcional a su respectiva participación en la sociedad que se escinde y
reduciendo ésta el capital social en la cuantía necesaria. Si la parte del
patrimonio que se transmite en bloque está constituida por una o varias
empresas o establecimientos comerciales, industriales o de servicios, podrán
ser atribuidas a la sociedad beneficiaria las deudas contraídas para la
organización o el funcionamiento de la empresa que se traspasa.

Segregación

Se entiende por segregación el traspaso en bloque por sucesión universal de una o


varias partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales forma una
unidad económica, a una o varias sociedades, recibiendo a cambio la sociedad
segregada acciones de las sociedades beneficiarias.

Como se podrá observar, la diferencia esencial entre escisión total y escisión


parcial es que, en la primera, la sociedad escindida se disgrega totalmente en dos o
más partes con lo que debe procederse a su extinción; mientras que en la escisión
parcial tan sólo nos encontramos con una atribución de parte del patrimonio social
que hace innecesaria la extinción de la sociedad escindida que, por otra parte,
continúa su normal actividad en el tráfico mercantil con el restante patrimonio
social.

La diferencia fundamental entre escisión parcial y segregación es que en la primera


las acciones, que se dan en contraprestación se entregan directamente a los socios
de la sociedad que se escinde; mientras que cuando se produce una segregación,
esas acciones son percibidas por la sociedad que se segrega y no por sus socios.

Además, y a diferencia de lo que sucede también con la escisión parcial, es posible


que la sociedad que se segrega transmita la totalidad de su patrimonio.

X. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA

Las causas de disolución de la sociedad anónima son las siguientes:

 a) Por la conclusión de la empresa que constituya su objeto.


 b) Por la imposibilidad manifiesta de conseguir el fin social.
 c) Por la paralización de los órganos sociales de modo que resulte imposible
su funcionamiento.
 d) Por pérdidas que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad
inferior a la mitad del capital social, a no ser que éste se aumente o se
reduzca en la medida suficiente, y siempre que no sea procedente solicitar la
declaración de concurso.
 e) Por reducción del capital social por debajo del mínimo legal, que no sea
consecuencia del cumplimiento de una ley.
 f) Porque el valor nominal de las participaciones sociales sin voto o de las
acciones sin voto excediera de la mitad del capital social desembolsado y no
se restableciera la proporción en el plazo de dos años.
 g) Por cualquier otra causa establecida en los estatutos.
La sociedad de responsabilidad limitada se disolverá, además, por la falta de
ejercicio de la actividad o actividades que constituyan el objeto social durante tres
años consecutivos.

La sociedad comanditaria por acciones deberá disolverse también por


fallecimiento, cese, incapacidad o apertura de la fase de liquidación en el concurso
de acreedores de todos los socios colectivos, salvo que en el plazo de seis meses y
mediante modificación de los estatutos se incorpore algún socio colectivo o se
acuerde la transformación de la sociedad en otro tipo social.

Cualquier accionista podrá requerir a los administradores para que se convoque la


Junta si, a su juicio, existe causa legítima para la disolución, o para el concurso. Si
la Junta General solicitada no fuese convocada o no pudiese lograrse el acuerdo o
éste fuese contrario a la disolución, cualquier interesado podrá solicitar la
disolución judicial de la sociedad. Los administradores tienen la obligación de
solicitar la disolución judicial, cuando el acuerdo social fuese contrario a la
disolución o no pudiera ser logrado. La solicitud habrá de formularse en el plazo de
dos meses a contar desde la fecha prevista para la celebración de la junta, cuando
ésta no se haya constituido, o desde el día de la junta, cuando el acuerdo hubiera
sido contrario a la disolución o no se hubiera adoptado.

El acuerdo de disolución o la resolución judicial, en su caso, se han de inscribir en


el Registro Mercantil, publicándose, además, en el Boletín Oficial del Registro
Mercantil y en uno de los diarios de mayor circulación del lugar del domicilio
social.

El artículo 367 de la Ley de Sociedades Anónimas establece la responsabilidad de


los administradores por las deudas sociales en caso de que incumplan la obligación
de convocar en el plazo de dos meses la junta general para que adopte, en su caso,
el acuerdo de disolución, o de solicitar la disolución judicial o, si procediere, el
concurso de la sociedad, en el plazo de dos meses a contar desde la fecha prevista
para la celebración de la junta, cuando ésta no se haya constituido, o desde el día
de la junta, cuando el acuerdo hubiera sido contrario a la disolución o al concurso.
En estos casos los administradores responden solidariamente de las deudas sociales
posteriores al acaecimiento de la causa legal de disolución, presumiendo iuris
tantum, que las obligaciones sociales reclamadas son de fecha posterior al
acaecimiento de la causa legal de disolución de la sociedad, salvo que los
administradores acrediten que son de fecha anterior.

La disolución no implica la extinción de la personalidad jurídica de la sociedad. La


sociedad disuelta conserva su personalidad jurídica mientras la liquidación se
realiza. Durante este tiempo deberá añadir a su nombre la frase "en
liquidación". La liquidación a diferencia de la disolución no es un acto, sino un
conjunto de actos cuya finalidad es el reparto del patrimonio social entre los
acreedores. Producida la liquidación cesan los administradores en las facultades de
representación y administración sin que puedan celebrar nuevos contratos ni
contraer obligaciones, siendo sustituidos por los liquidadores. Sin embargo, los
antiguos administradores deben colaborar en las operaciones de liquidación si
fuesen requeridos Los liquidadores deben informar periódicamente a los socios y a
los acreedores, por los medios que en cada caso reputen más eficaces, sobre el
estado de la liquidación, y formular el balance final de la liquidación, para
proceder al reparto del haber social.

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