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PRINCIPOS EN SEGURIDAD PARA LA INDUSTRIA Y LA MINERÍA

3.1.0.- LA VISIÓN DE CRISIS.-

Consiste en preocuparse únicamente en atender de inmediato


los daños y consecuencias de los accidentes una vez de ocurrido.

Cuando ocurre un accidente, generalmente no disponemos del


tiempo suficiente para encargarnos de él y encontrar las verdaderas causas
por las que sucedieron. Solo tratamos lo más inmediatamente posible
para que todo vuelva a la normalidad. Esta es quizás la más generalizada
visión o forma de entender un accidente. Es muy común escuchar “No
tenemos tiempo suficiente para destinarlo a la investigación. Traten de ver
que es lo que ha pasado, arreglen y dispongan lo necesario para que todo y
la brevedad vuelva a la normalidad y que las operaciones continúen”. Y
ocurre que, en efecto todo vuelve o la normalidad una vez que se ha
resuelto la crisis momentánea producto del accidente.
Es más; y todavía peor. En muchos de los casos después de ocurrido
el accidente, se pretende hacer ver que realmente no ha pasado nada.
A veces hasta se ocultan los vestigios o testimonios para mostrar que en
efecto pareciera que no ha pasado nada. Se trasladan los equipos dañados
a los talleres, se dan los auxilios necesarios a los trabajadores que hubieran
sufrido daños. ¡Señores!... ¡Aquí no ha pasado nada!... En este tipo de
visión estamos acostumbrados a no destinar tiempo a la investigación sino
más bien a resolver los problemas de forma inmediata e informal y no a
encontrar las verdaderas causas por las que ocurren los accidentes.
Pareciera que todos están más interesados y preocupados por
conservar el ritmo de producción, en mantener las estadísticas en perfiles
falsamente bajos por el ocultamiento de los reportes de los incidentes/
accidentes. Se tiene una clara tendencia a utilizar los métodos tradicionales
de corrección que pertenecen a una época obsoleta de supervisión. En este
tipo de visión, se opta por lo más inmediato y por lo más fácil, adoptando
posturas paternalistas. Parafraseando frases repetitivas y conocidas como
por ejemplo las siguientes:
1. “¿Podríamos exhortar a que los trabajadores sean más cuidadosos en
realizar el trabajo?”;
2. “Quizás se necesite un programa más intensivo de entrenamiento?”,
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o
3. “¿Quizás será necesario revisor los Procedimientos?”.
Al final, quizás será mejor tomar en cuenta las tres recomendaciones
anteriores, dando la impresión que la supervisión pareciera estar
comprometida con la seguridad; pero realmente, no es así. La supervisión se
sale del problema, no asume la responsabilidad que le compete y
simplemente se lavan las manos haciendo meras recomendaciones
que quizás en el tiempo no se van a cumplir y/o se cumplen solo
protocolarmente.
El problema no es con la supervisión porque ante los demás:
la supervisión ya cumplió. Esta forma de afrontar las dificultades en
seguridad, en realidad no resuelven los problemas. Pero... pareciera que
lo hiciera.
En la visión de crisis, seguramente se recomendará a los trabajadores
las tres recomendaciones anteriores: es decir:
1. A que tengan más cuidado en el trabajo.
2. Se darán charlas relativas a temas relacionados con el asunto y
probablemente se intensifiquen los programas de entrenamiento
utilizando mayor cantidad de horas para tal fin, y
3. Quizás también se revisarán los Procedimientos de cómo efectuar las
tareas.
Pero en realidad, pese a que pueden adoptarse estas tres formas
de remediar el problema; los problemas no están resueltos. Y ocurre que
más adelante los accidentes pueden repetirse y entonces los accidentes
entran en un círculo vicioso que hace que en el mediano o largo plazo un
accidente de serias proporciones pueda ocurrir.
Como los accidentes no son de inmediata repetitividad, las
correcciones o posturas adoptadas parecieran que hubieran resuelto los
problemas. Lo único que se ha conseguido, es anestesiar las circunstancias;
porque más adelante imperceptiblemente sucederán otra cantidad de
incidentes/accidentes menores a los que remediaremos de la misma forma
a la que estamos acostumbrados; y sin darnos cuenta se acumularán una y
otra vez un conjunto de incidentes que de acuerdo a la pirámide de
proporcionalidad de los accidentes podría devenir en la ocurrencia de uno
del cual se tenga que lamentar.
Es muy frecuente y ocurre que dado la intensa actividad en las
empresas, minas, fábricas o centros de trabajo, los incidentes y accidentes
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se olvidan tan pronto como han ocurrido. Las soluciones planteadas a
resolver los problemas de seguridad, nos dan la falsa percepción que en
seguridad “estamos mejorando” cuando en realidad no es así. Existe una
falta de interés en trabajar en las verdaderas causas de la ocurrencia de
los accidentes y pretendiéndolo o no, advertiremos que todo sigue igual.
Seguiremos inmersos en el mismo círculo vicioso, de repetir y hacer la
misma ronda de recomendaciones.
1. De hacer el trabajo con más cuidado,
2. De capacitar más al personal y/o
3. De revisar los procedimientos; o tal vez seguiremos las tres
recomendaciones a la vez.
Pero, en realidad, ¡No estamos mejorando!. Es solo una falsa
percepción de mejoramiento en la Seguridad. Nada ha cambiado; solo
estamos dando recomendaciones repetitivas que no surten efecto
alguno porque en realidad no investigamos las verdaderas causas por las
que ocurrieron los accidentes y entonces no adoptamos las apropiadas
medidas remediativas.

3.2.0. - LA VISIÓN DE INCULPACIÓN.-

En términos corrientes se trata de la política de buscar un “chivo


expiatorio” en quien depositar todo el grado de responsabilidad por la
ocurrencia de un accidente.

A igual que en la visión de crisis, el supervisor se sale del problema. Se


lava las manos y en este caso no solo hace las recomendaciones de “rigor”
(si acaso las hace); sino que con el propósito de eludir su responsabilidad,
afanosamente busca y fácilmente encuentra un culpable a quien se le debe
aplicar todo el peso del rigor.
Al final, es a ese “culpable” a quien se castiga por incumplimiento de
las normas, procedimientos, etc. Si en la visión de crisis, luego de ocurrido
un accidente, teóricamente estos podrían desaparecer si acaso se
cumplieran las recomendaciones que se dan en el sentido de

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hacer el trabajo con mayor cuidado, etc... Para en el caso de la visión de
inculpación es posible se olviden de hacer tales recomendaciones por
centrar la intencionalidad en encontrar a “alguien” a quien hacer pagar
una responsabilidad que debería de ser compartida con la supervisión. En
el fondo, en este tipo de visión, el propósito es solamente encontrar las
fallas que cometen las personas o trabajadores. La política del “castigo”
es inherente a la visión de inculpación.
En este tipo de visión; es definitivamente necesario encontrar y saber
quién cometió tal o cual falta: quien cometió una acción subestándar, quién
no cumplió los reglamentos, normas o procedimientos de trabajo. Hay que
buscar y encontrar ese alguien: porque existe la certeza de que “alguien”
es responsable de la ocurrencia del accidente. Cuando encontramos a ese
“alguien”, habrá que hacerle caer todo el peso de la ley y si es necesario
habrá que prescindir de ese trabajador y despedirlo, argumentando
equivocadamente que “es mejor recoger la manzana podrida antes que ésta
pueda corromper o las demás”.
Una vez encontrado ese “alguien” o una vez encontrado al “culpable”
y luego de haberle aplicado todo el peso de la ley, las operaciones vuelven
a la “normalidad”. El personal está aterrorizado por las drásticas medidas
disciplinarias y continúan trabajando a presión sin haberse conocido las
verdaderas causas por lo que ocurrió el accidente. Castigar y no investigar
las causas por las que ocurrieron los accidentes es lo típico en este tipo de
visión y en este caso nos volvemos a preguntar.... ¿Estaremos mejorando?;…
o estamos siempre en lo mismo.
La peor parte en este tipo de visión, es percibir que los trabajadores
están pensando que las gerencias solo están tratando de encontrar
culpables, estos una vez identificados sufrirán las consecuencias de la
irresponsabilidad de la supervisión.
El personal, ante el temor de verse afectado con las drásticas medidas
disciplinarias, adoptan una posición de autodefensa y lo más seguro
será que los trabajadores encontrarán un mecanismo de protección que
consiste en no reportar incidente alguno, en mentir, en tapar y esconder su
ocurrencia.
No se debe olvidar que el objetivo fundamental de las medidas
disciplinarias es recuperar el comportamiento y rendimiento normal y
adecuado de los trabajadores. En realidad, nadie es perfecto, y esto lo

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entienden claramente las gerencias, pero también es verdad que debe
existir el concepto de una disciplina positiva que permita que el trabajador
tenga la oportunidad de mejorar. La disciplina no debe ser entendida y
aplicada únicamente en el estricto sentido punitivo y revanchista, sino en
el sentido de educar y capacitar al personal haciéndolo reflexionar de sus
posibles inconductas. Disciplinar nunca debe ser sinónimo de castigar.
La razón principal para lo que las gerencias y/o los jefes y
supervisores actúen de tal manera, es debido a una deficiente preparación
en cuanto a conceptos de supervisión y manejo de personal. Frente a esta
deficiencia en capacitación, lo más fácil es criticar y castigar pero obtienen
como respuesta la ruptura de la comunicación y distanciamiento entre
trabajadores y supervisores que puede traducirse en una relación tirante
y conflictiva.
En este tipo de visión, los investigadores no centran sus esfuerzos en
identificar las causas básicas o causales por las que ocurren los accidentes,
están más interesado en buscar la cabeza de un culpable a quien
responsabilizar de toda la irresponsabilidad de los propios supervisores y
de la propia administración.

3.3.0.- LA VISIÓN DEL MEJORAMIENTO.-

En este tipo de visión, se busca encontrar la tendenciabilidad


de la ocurrencia de los incidentes/accidentes con el propósito de
identificar las áreas de mayor accidentabilidad para establecer y aplicar
programas de mejora.

La disciplina es una y solamente una. Lamentablemente en algunos


casos las gerencias se ven obligadas a ser drásticas en la aplicación de las
medidas disciplinarias; y así debe ser. Frente al temor de sufrir la aplicación
de una medida disciplinaria, es muy frecuente que puedan esconderse
la ocurrencia de los incidentes/accidentes. Es tarea de la supervisión
hacer entender a los trabajadores que estos deben ser reportados por
más leves que sean. Decir la verdad, no necesariamente significa que el
trabajador sea un delator. Al decir la verdad, se estará contribuyendo al
esclarecimiento de los acontecimientos con la finalidad de encontrar y

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atacar las verdaderas causas por las que ocurren los accidentes.
Los trabajadores deberán sin temor alguno reportar todo incidente
que pueda haber ocurrido, así se evitarán posibles y futuros accidentes con
posible daño a los equipos, a las personas, etc., reportarlos, significarán el
cuidar la vida propia y la de los compañeros; pero para llegar a este grado
de comportamiento y responsabilidad se necesita educar y capacitar al
personal para lograr un equipo de trabajadores honestos que en momento
dado sean capaces de decir la verdad
El 90% de los problemas, incidentes o accidentes, son casos
recurrentes y que han sido precedidos por problemas similares en los
últimos años. Significa que en el ambiente laboral cada incidente ha sido
antecedido por otros de causas similares y será necesario identificarlos e
investigarlos con el fin de encontrar las “fallas” del sistema para introducir
o implementar las mejoras efectivas. La recopilación de la información de
todos los incidentes y accidentes por más leves que sean, es una herramienta
estadística que permite ir visualizando las áreas donde ocurren con alguna
o mayor frecuencia los incidentes o accidentes. Estas estadísticas son una
radiografía del estado de la seguridad de la organización o empresa.
En la Visión del Mejoramiento, se pretende cambiar los estilos
anteriores de Visión, toda vez que en la Visión de Crisis y la Visión
de Inculpamiento predominan la improvisación, la informalidad, el
apresuramiento y el miedo. En esta nueva Visión, se pretende que la
integración y la cooperación de los trabajadores sean los ingredientes
básicos para la investigación y solución de las causas del porque ocurren los
accidentes.
En cada incidente/accidente se encontrará una oportunidad de
mejora y un constante aprender. La mejora, no consiste en sobrevivir
una etapa de crisis momentánea; sino más bien debe concebirse como
una oportunidad de avance y mejora en los estándares de seguridad en el
mediano y largo plazo. Este debe ser el logro más importante.
Las gerencias deben preocuparse por la seguridad en su concepción
integral que implica mejora en los estándares de seguridad, calidad y
productividad. No se la debe entender únicamente desde la óptica punitiva,
aplicando duras sanciones disciplinarias o castigos pensando que de este es
la mejor manera de cómo pueden eliminarse los incidentes. Actuando de
este modo, volveríamos a los tiempos del Código de Hammurabi. A los

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supervisores, se le deben proporcionar las herramientas necesarias para capacitar al personal


en la identificación de peligros y riesgos potenciales y ellos mismos por propia iniciativa
puedan plantear las soluciones. Es determinante entender que se debe trabajar bajo la premisa
de contar con personal idóneo, apropiado para cada tarea, proporcionándoles escenarios
propicios y libres de peligros y riesgos potenciales. Así se conseguirán resultados
insospechados.
Hagamos del ambiente de trabajo un lugar saludable en donde el trabajador goce y
ejecute su trabajo en un ambiente de armonía laboral, y en donde el supervisor brinde un
trato respetuoso que genere entre las partes un sentimiento de honestidad y confianza.

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