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‘ens, Revista de Filosofia, n° 26,2002, 141-157 Hannah Arendt como teérica de la politica Resumen: Este aniculirepasssleunossspestos det pesamiemto de Hasna Archon doe ka autora se enfrena ala vupynanets wel rund mo en la eorta poliica Tantcn diene ‘en a separaciin ge Arc estab stm ose fia politica ytcona pit se srevcm impor tancia de los espacnn putas roiem del iudadano com retain fa seta de Pensamiemo polities St « especial Atencin Tos concep este se He ‘sociaidn, concep ee uit asa gm ete ‘aso a os sents + foro interno del etedadoms Palabras eave: Leger, 4 retrca ibe, come ps En su visi de la pot: JAVIER ROIZ® Abstract: This paper reviews some aspects of Hannah Arends thouheht where she comes 10 rips withthe imponance of the ine wold in politial theory also probes into the separation ‘f poltical philosophy and politcal theory, as well a in the imporance of the politics of the inner self im the whole architecture of political thought. Especial imporance is given 10 the ‘conceps of omnipotence and tree association. Free association #8 here understood a8 asociation (of eas and felings inthe nner foun of the ingividal self, Key words: dsegor, theory. omnipotence, ‘Metric, freedom conseieee, predict, demoeracy o supremo de la ciudad, Arendt atribuye un esplendor mag- nifico desde el punto de vista esteticn ¥ moral a ese bios politikos que la polis genera, La polis es el producto de una ges brots la bign del kairds griego. dle la opesiunidad, aunque eso no esté tan explic wcivin de la libertad tiene en Arendt el cardcter de creacién y nos 1m» custsi divino, Desde luego ¢s dificil atribuirle especificamente esta En cierto modo hace pensar ensegui dlc lines heroicos que se dieron a si mismos isegoria y se plantearon aleanzar Ia isononra. Comms comsccuencia se ere6 un espacio nuevo, un locus lagroso del que tad. La liber zenunna como producto de la intelizencia y el eoraje efvieos, quizé tam- ito en Arendt, idea a ella. De ser cierts nuestra sespecha, habria que pensar en el trasfondo religioso de su pensa- :miento y en el mutismo consiante de dicho trasfondo en su obra, La aparicién de la libertad separa la idea de asociaciGn de lo que esen sf la politica. La actividad social no garantiza la existencia de politica. Sociedad 0 agrupacién de individuos, tanto en culturas Fecha de recep: 10 jako 2002, Fecha de acts: 5 septiembre 2002, + Departaneato de Ciencia Poca dels Adminsuacdn Il, Puculad de Ciencias Polticasy Sociologi, Universidad Complutense, risa@epsacaes 142 Javier Rois ‘complejas mediadas por instituciones como en agrapamientos densos y numerosos de individuos, no bastan para hacer aparecer esa libertad que slo se disfruta en una polis. ‘Naturalmente esto remite enseguida a un mareo espacial para el fluir de esta libertad, a un cer- cado dentro del cual transcurre su grandeza. Esta conereci¢n de lo politico hace pensar a muchos que Arendt se avecina con los comunitaristas. Se obvia, sin embargo, que ella asocia el concepto de Poder, de omnipotencia en titimo térmiino, a un Yahveh reconocido tribalmente por un pueblo, su pueblo elegido. Se trata del smiombrable, que silo existe en cuanto que es venerado y mantenido por su pueblo con lazos camales y tribales;ligaduras que le vinculan a un émbito concreto, Dificilmente se puede entender la idea de polis de Arendt sin comprender este substrato judio. Laexistencia de isegoria conduee a los ciudadanos a una situacién moral nueva, a una vida en la ‘que cada cual sf podra por fin mostrar lo que es. La constitucin de la libertad tiene esta consecuen- cia préctica, ¥ aunque esa realidad no es ontoldgica y aborrece de lo filosfico puro, posee una tras- cendencia para la vida cotidiana tan radical, que podriamos entender que alguien la Ilamase revolucionaria, Surge algo nuevo: y, aunque no ex nikilo, brota sin avisar y de wl forma que no per- mite saber cual serd su desarrollo porque escapa a toda planificacién histérica, de saber o de gobierno. Visto asf el asunto, podria pensarse que ¢l ser auténtico de los hombres sélo se confirma mediante su aparicién en cl espacio politico, y se muestra a través de la accién en publico de cada hombre con sus conciudadanos. Es la interpretacién benigna que Arendi hace de Sécrates y que recoge inteligentemente Dana R. Villa!. No obstante, hay que decir que este punto es de los menos analizados en Arenct, Detengémonos en é1 por un momento. La aparicidn de alguien en piblico hace realidad lo que los demds sélo podian presenti, algo que existfa sélo en potencia —atiéndase al aristotelismo implicito en esto, El presentimiento explica por qué razén un individuo se embarca en conceder isegoria a sus compatieros de aventura, Algo debian presentir también los demas cuando se arriesgan. De todas formas, si el ser de los hombres s6lo se produce en la accién pablica, ,por qué se otorgan unos a otros ex ante y confiados la joya de la ése- {goria? ;Y por qué es tan necesaria esa isegarta para sacar adelante tanto potencial ético y estético de cada cual? el concepto de isegoria tenemos la pésima costumbre de entenderlo como derecho a hablar entre iguales. En la tradicién del logos, entendido sobre todo como lenguaje 0 vehiculo de expresion de muestra capacidad de articular ideas y sentimientos, no se encuentra garantia alguna de que el poder hablar concluya en algo tan grande como es la accién politica. Hablar a las nubes desde lo alto de una colina serfa imetevante; es como el clamar al desierto de le Biblia, Resulta por tanto que el derecho a hablar en el sentido ateniense, s6lo lo es cuando los demas no sdlo note callan la boca sino due te escuchan porque te consideran importante para sus vidas. De abi que Arendt hable intuitiva- mente de la necesidad de la libertad en un espacio con cercas. Para empezar, ese hablar ha de darse entre companeros de aventura, y esos compaieros no pueden estar dormidos, deben estar escuchén- dote, {Bastarfa con que te prestasen atencién vigilante a lo que dices por ser importante? En Ja visién de Arendt, esto no serfa Suficiente para que esa libertad se constituya. En la fundacidn de la libertad, Jos companteros de aventura deben escucharte con sus cinco sentidos y ser sensibles a tus palabras. No sdlo con la orejas atentas y los ojos abiertos, sino también con un grado elevado de aprobacin 1 Dana. Villa, «Arendt y Socrates», en Bemsein ta, onal Arona ef eg de wna mirada, pp. ¥OT-114, Hannah Arendt como tearica de (a paldiva 143 interna. Estén contigo en ese espacio comiin porque te aceptan, te hacen hueco en su interior como figura de fuera que encuentra réplica en el mundo interno de sus compafieros. Conviene aclarar, por tanto, que isegorfa implica que tienes derecho no a hablar sino a decir. Y esto es lo que hace que el concepto de retdrica se haga tan inseparable del concepto de democracia, Lamentablemente, la ret6rica, antistrofos? de la dialéctica, ha sido barrida de la tradicién de libertades que el bios politikos constituys. La ret6rica, como ars bene dicendi, significarfa luego en el mundo latino la aparicisn de esa extraordinaria libertad que le es otorgada al ciudadano, Se trata de la condicién ciudadana de poder decir entre iguales, lo que significa no solo hablar, sino también la escucha honda y con muchos ecos de transformacién. Es un fogos justo y musical que sélo ejem- plifica Homero, un poeta analfabeto y ciego. La imparcialidad homérica en su canto de la ruina de Troy no es sino una de las consecuencias, quiza la mas atractiva, de esta libertad de la polis. Que cante a Aquiles como canta a Héctor, es algo de trascendencia memorable. Isegoria es, pues, para Arendt, libertad para decir. Para traspasar trozos de vida, de sentimientos € imteligencia; y también requiere escuchar con imparcialidad a nuestros conciudadanos con Jos sentidos externos ¢ internos. Por eso hay debate y hay deliberatio, por eso hay laudatio y vitupera- tio, por eso hay argumentacién plagada de emociones y afectos, por eso se busca y se practica cons- tantemente el buen juicio, Claro que por eso se hace tan importante el logos, cualidad humana que no ‘se debe entender como la presencia de la lengua, de sus sutilezas, de sus ritmos y de sus signos, es decir de sus presencias: sino como todo aquello que ayudaré a que pasen por impregnacién troz0s complejos de vida de unos conciudadanos a otros. Se entiende asf la vida politica como una realidad que se articula en gran parte con el arte de la retsrica, La libertad se constituye con hombres especiales. Son los fundadores. Y. en ese trénsito a la vida politica, ellos y sus descendientes resultan transmutados moralmente, Pasan de ser simples humanos a ser animales de polis. La libertad ha brotado en un acto de confianza mutua, de riesgo y de intui- cin, una situaci6n de fe muy arraigada en la inteligencia para ponderar lo que se tiene, con lo que se cuenta y hasta donde se puede llegar sin fracasar en cl invent, Los ciudadanos posteriores no serdn fundadores. No puede pensarse, como a veces se ha hecho, que 1a politica se fundamente a diario —por ejemplo en un plebiscito—, ni que los vinculos se renueven como los votos. Teniendo en cuenta que para Arendt Ja politica se muestra a través de la accién publica, e] hecho fundacional precisa de una institucién que deje tras de sf unos edificios y unas pautas. Ademés, la politica se basa en esa aparicién del individuo como unidad en sf que es reconocida y apreciada por sus compaheras. Ahora bien, en la ciudad también hay infantes. Y hay analfabetos. Los fundadores no son infan- tes, todos dejan de serlo en el acto fundacional. Probablemente no dejan de serlo sus esposas, sus jos, sus criados o Sus ancianos padres. Todos ellos sf son 0 tienen mucho de infantes, Diriamos que la idea de la constitutio libertatis de Arendt implica necesariamente la exclusiGn de los infantes de la tarea fundacional. No obstante, una vez. constituida la libertad, fundada la ciudad (ab urbe condita), sf que cabe esperar la recepciGn paulatina de tales infantes cuyo decir Hegaré mediado por sus cabe- zas de familia, 2 Aristételes, Retdricn. ed. bilingie de Antonio Tovar, Madrid, Instituto de Estudios Politicos. 1971, p.4. Tovar traduee Ia palabra como eorretariva.

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