Sie sind auf Seite 1von 39

UNA VISION IDEOLOGICA DE LA HISTORIA SEXUAL HUMANA

La sexualidad humana, en los últimos tiempos, se encuentra muchísimo más "al


descubierto" que décadas atrás. Ni que hablar de siglos. No cabe duda, que éste
es un fenómeno cultural, para nada caprichoso o antojadizo. Hoy, como casi todo,
el sexo es producto de consumo.
Curiosamente, se consume sexo, lo que no quiere necesariamente decir, que se sabe
sobre sexo, y mucho menos, que estamos educados sexualmente. El escribir la
anatomía de los genitales, o enseñar las dimensiones del óvulo o el
espermatozoide, son exactamente eso: la prueba de que no se sabe. Que hay
modificaciones en la exteriorización de las conductas sexuales, es evidente. Pero
también es evidente, que la hipocresía, la "doble moral" o "doble norma" en lo
relativo al tema sexo, se encuentra incólume.
La base científica que en la segunda mitad de éste siglo, buscó socavar siglos de
ignorancia, puritanismo, dogmatismo ciego y represión abierta, pese a tener más
de tres décadas, sólo está en sus comienzos. Aún existe mucho "terrorismo
ideológico" ejercido desde el poder (*), en nombre de la "moral", "las buenas
costumbres", "el estilo de pensar occidental", "nuestras tradiciones", etc. "Una
cosa parece evidente: no se volverá atrás, al menos en el futuro próximo, a los
tradicionales patrones de vida de nuestros abuelos y antepasados."
La anterior afirmación, tiene sus fundamentos. Desde la IIa.Guerra Mundial, luego
de tanta hecatombe, el mundo ya no fué igual. Mucho menos la sexualidad
humana. No por azar, la mayor parte del avance en investigación sobre el sexo, se
produjo en los últimos cuarenta años. Los muros han caído. Y no sólo los de
Berlín. Asistimos a feroces enfrentamientos entre pueblos hermanos, que estaban
acallados por otras tantas feroces dictaduras. En nombre del socialismo,
pretendidamente igualitario y liberador.
Se torna necesario hacer un pequeño análisis retrospectivo, porque la influencia
de los siglos pasados desde los albores de la humanidad hasta el presente, ha
sido tan intensa, tan marcante para la conducta sexual de las personas, que no es
posible entender algunos hechos de hoy, sin explorar, tan siquiera ligeramente, las
raíces por supuesto no visibles, de acontecimientos pretéritos.
Seguiremos en la estructura, los lineamientos generales ofrecidos por Aller Atucha
(op.cit), porque es una síntesis sumamente adecuada, para observar el desarrollo
ideológico global de la sexualidad y sus respectivas transformaciones.

Primera etapa: La Divinización del sexo. (Sexo con Reproducción)

Característica principal: Localizada en el mundo antiguo, principalmente en Medio


Oriente, siendo el tipo de civilización, predominantemente agraria.
El sexo, lo erótico, formó parte en los inicios de la humanidad, de lo cotidiano. No
existía, la más mínima separación entre plantar las semillas, recoger los frutos,
alegrarse por la salida del sol y el gozo por las lluvias, y la relación sexual, la
concepción, el embarazo y el parto, conjuntamente con la crianza de la prole.
La tradición religiosa, nos habla del "paraíso terrenal", en tanto la ciencia
antropológica, se refiere a ello como el "edenismo", una época muy remota,
cuando el planeta era sumamente fecundo, y su fauna prolífica y variada.
Las primeras representaciones artísticas de figuras humanas, fueron femeninas,
contra lo que supone el común de las personas. , Se conocen esas
representaciones, con el nombre de "Venus" primitivas, para diferenciar otras,
encontradas con posterioridad, en la península helénica. Y como puede fácilmente
deducirse, esas "Venus", estaban dedicadas al culto a la fertilidad.
El contexto histórico donde se dio éste culto a la fertilidad, se enmarca en aquello
que se dio en llamar, "la revolución neolítica", que podría ubicarse 11.000 años
antes de Cristo, donde la glaciación, comenzó a retirarse, y la tierra se hizo en
poco tiempo, extraordinariamente fértil. El hombre primitivo se concentró alrededor
de las plantaciones, y la cultura primitiva de recoger los cereales, comenzó a
desarrollarse.
Fue la mujer el personaje central de ésta época, porque era de ella el
conocimiento sobre el cual, se fundamentó la agricultura primitiva; fue ella la que
retuvo y atesoró el concepto de que nuevas plantas, se originaban de las semillas.
Durante centenas de miles de años, el conocimiento humano se dividió en: la
mujer que entendía de las plantas, y el hombre que entendía de los animales.
Dos tipos de sociedades comenzaron a surgir inmediatamente después de la
"revolución neolítica": la agrícola y la pastoril.
La agrícola era predominantemente inmóvil, aferrada a la tierra cultivada y a los
cursos de agua cercanos. Su materia prima de subsistencia, eran sus propios
recursos de cosecha, el ganado, era totalmente secundario. Aquí, el papel de la
mujer, era primordial.
Cuando el ganado bovino fue domesticado - 6.000 años antes de Cristo - el
hombre, en su contacto, comenzó a castrarlo para dominar su expansión, y usarlo
como animal de carga. Obsérvese, que ésta es la primera herramienta de poder
de la humanidad, equivalente, miles de años después, al descubrimiento de la
máquina a vapor. (op.cit., pag.50-51)
En las sociedades primitivas pastoriles, la movilidad era su característica.
Parecería ser, que esos nómades primitivos, fueron descendientes de las
comunidades cazadoras paleolíticas, o que eran agricultores expulsados o
segregados por la "explosión demográfica" que sucedió a los primeros
asentamientos agrícolas. En las sociedades pastoriles, el hombre dependía no de
la tierra, sino del rebaño, y aquí, la mujer, ocupó un segundo plano.
Será en éste marco, donde se produce el "nacimiento" del bíblico pueblo judío.
Recordemos que la historia hebrea se inicia con la migración de Abraham de "Ur
de los Caldeos", hacia Canaán, que era una región menos desarrollada. , Cuando
la hambruna asoló Canaán, migró a Egipto. La intención es subrayar la calidad
migratoria, móvil en ésta época de la humanidad. El mismo término "hebreo",
pareciera atestiguarlo al significar "el inmigrante de más allá del río". También
puede traducirse - según citas autorizadas - como "conductor de asno" o "vendedor
ambulante", o "caravanero", todas ellas reconociendo antecedentes en la palabra
"polvo", debido a que los asnos levantaban una nube de polvo en el camino.
Hubo divinidades, en ésta etapa, dedicadas al culto a la fertilidad en Anatolia,
alrededor de 6.000 años antes de Cristo, representando una figura femenina
dando luz a un becerro. Es obvio que estas religiones primitivas, tienen mucho de
mítico, hechos narrados que, a su vez, reflejaban épocas anteriores. Pero entre
los mitos de la Creación que sobrevivieron, muchos representan un casamiento
primitivo y fundacional entre dioses de la Tierra y diosas del Cielo.
Está claro que, la preocupación central del hombre primitivo - sobre todo en sus
etapas muy iniciales - estaba colocada en la subsistencia (conservación individual)
y sobrevivencia (conservación de la especie) ligadas íntimamente, a la Naturaleza.
Los mitos de la resurrección, contienen en forma prevalente, a la mujer como
única productora de hijos, y cultivadora del suelo.
La vagina, como expresión de fecundidad, es a todas luces, el objeto de culto más
antiguo de la humanidad, y pareciera que el triángulo como figura geométrica
idolátrica, sería su representación simbólica.
La figura femenina fue sustituida por la masculina, y esto pareciera depender de
uno más de los efectos de la "revolución neolítica". Inicialmente, no hubo
predominio de ninguno de los sexos, pero luego, la domesticación de los animales,
cabras, ovejas, produjo el conocimiento - por simple observación - que el macho
cumplía un papel fundamental en la reproducción de la especie. Y que un sólo
macho, podía preñar más de cincuenta ovejas....! Existe un tercer factor muy
hipotético por desconocido: "algo" ocurrió en los 7.000 años del neolítico en la
zona del Cercano Oriente, que transformó al hombre de un individuo más o menos
pacífico, en un déspota sanguinario. Pareciera que el sentido de propiedad - "mi
hijo", "mi esposa" - corrió en ésta época, paralela a la pérdida del papel central
que la mujer tuvo hasta entonces. "Un hombre podía tener un harén, si así lo
prefiriera, y acaso pudiera defenderlo, pero el concepto de "mi hijo", exigía que la
mujer fuese monógama".
Lo cierto es, que la figura femenina en cuanto adoración, entra en franca caída. No
se encuentran diosas en la mitología sumeria, babilónica, egipcia, ugarítica, hitita o
hebrea. Sí se encuentran figuras femeninas, pero siempre subsidiarias de maridos
o hermanos: Ishtar de Babilonia, Anath de Canaán, Isis de Egipto. Sólo en la
mitología griega, puede encontrarse a Gea, como la divinidad de la Tierra, Madre
Universal, surgida del Caos, fundamentalmente creadora. Es sustituida luego por
Cibeles, la "Gran Madre". En la tercera dinastía, ya se encuentra Deméter, deidad
más concreta, protectora de la agricultura y promotora de la civilización.

En razón de que, en tanto la humanidad se mantiene en los campos, las llanuras,


los valles y las montañas, lo predominante es la tierra, el ganado, la sobrevivencia
del individuo y la especie. Reproducción y sexo, estaban íntimamente ligadas, y la
fecundidad invocada a través de ritos, costumbres, leyendas y divinidades, se
correspondía con festividades y alegres productos de la tierra misma, de allí los
rituales "dionisíacos" donde el placer, la mujer y el sedentarismo eran
preponderantes. El hombre, era nómade. Por lo tanto, procreación y agricultura,
fueron descubiertos contemporáneamente. La sexualidad no conocía normas ni
leyes. Cuando la mujer quedaba embarazada, era "porque aquel ser que estaba
más allá de las nubes y que mandaba lluvias y relámpagos, ponía niñitos dentro
de ellas". Mujer y Tierra se complementaban: la fecundación agrícola era
influenciada por la maternidad y viceversa. Aún hoy, ramos de novia, arroz que se
tira a la cabeza de los esponsales, son el recuerdo (agrario recuerdo) de que la
unión copulatoria de la naturaleza se manifiesta de manera múltiple y multiplica los
"frutos". De la sexualidad dependía, en ésta etapa, la caza, la pesca, la cosecha,
pero no estaba unida nada más que a lo reproductivo y al placer - natural - de
reproducir. Nunca a prohibición alguna.

Segunda etapa: La comercialización del sexo.


(Sexo sin reproducción)

Característica principal: Pérdida del carácter mítico del sexo, pasando a ser
considerado un instinto de la naturaleza (se internaliza). Nacimiento de las
civilizaciones urbanas. Ciudades del mundo clásico.

A medida que la humanidad va creciendo y desarrollando, el hombre se va


desligando de la naturaleza. En la ciudad, la sobrevivencia ya no está vinculada a
la Tierra, sino al trueque de las mercancías. El comercio naciente, es hijo
indudable de las urbes.
Se produce un gran cambio social y de distribución económica, acompañado de
un cambio en las costumbres. La distribución del trabajo se estratifica y existe una
capa social con más tiempo que otras, dedicada a la "contemplación" de la
Naturaleza. Deberá ser tenido en cuenta, que ahora la Naturaleza puede ser
contemplada, en tanto en la etapa anterior, hombre y Naturaleza estaban
totalmente fusionados, unidos.

De ese aspecto contemplativo, nace la Filosofía (literalmente, "amor a la verdad").


Alrededor de seis siglos antes de Cristo, el ser humano comenzó a preguntarse
por el origen y la constitución de las cosas, por el origen y la constitución de él
mismo. Como no podría ser de otra manera, las respuestas que se dió, divergieron
en cuanto a la diversidad material, pero de ninguna manera en su estructura: casi
todas las cosas estaban constituídas por aquello de lo cual habían dependido
hasta el momento, la Naturaleza. Tales de Mileto (para quien el "Hydros", el agua
era el origen de todo); Anaximandro (para quien el "Apeiron", sustancia
indiferenciada es el origen de la tierra, el agua y el aire); Anaxímenes (para quien
"Helios", el aire era origen de todo); Diógenes de Apolonia (para quien el "Helios"
es una sustancia animada de las cosas materiales e inmateriales, divina); Leucipo
(para quien todo dependía de lo "lleno" o "vacío" del Universo); Heráclito de Efeso
(para quien "todo cambia, todo fluye"); Zenón de Elea (creador de las "Aporías" o
pensamientos paradojales o sin salida)
En esa época, cinco siglos antes de Cristo, algunos maestros privilegiados
enseñaban retórica (los Sofistas, "maestros del Saber") en las calles de Atenas (*).
Un hombre contraecho, deforme - Sokratés, el "hijo de la partera" - se complace
en cuestionar a los Sofistas, empleando el arma que quedará ya, para siempre,
marcada como infalible en el mundo occidental: la pregunta. Sócrates preguntaba
y, en tanto preguntaba, cuestionaba el poder existente de los que decían saber,
los Sofistas. En 399 antes de Cristo, Sócrates fué condenado a beber la cicuta,
prefiriendo morir antes que ser exilado, porque su muerte significaría la
pervivencia de la palabra, de la obra (Sócrates no escribió nada) Quedaron, para
la historia, su método, que no era la exposición, sino el diálogo ("dia", dos, "logos",
discurso, saber) y, sobre todo, la interrogación a través de la pregunta.
Fueron los discípulos de Sócrates, sobre todo Platón (428/427-347) quien
inmortalizará, en sus célebres "Diálogos", la figura y la enseñanza de su maestro.

La importancia del sistema platónico, reside, nada más y nada menos, en que de
él deriva, no sólo la filosofía occidental, sino la Religión y la Ciencia (!) y como
resultado, pueden rastrearse allí, algunos fenómenos ideológicos relativos a la
concepción de la Sexualidad humana. (*)
Seguiremos el esquema adjunto. La de Platón, es una "teoría de las ideas". En
efecto, "nuestros cinco sentidos nos engañan"; a través de ellos, nosotros
sabemos de las cosas de la realidad, pero ésto es una mera apariencia, una mera
"sombra" de lo verdadero. Se tornará necesario reflexionar sobre lo que vemos,
tocamos, olemos, oímos, gustamos... Y eso se logra con una laboriosa
"ascesis" (*) que nos desprenderá del mundo-terreno, de las cosas que están al
alcance de los cinco sentidos, y nos hará entrar en el mundo de las ideas (mundo
ideal) donde reside el conocimiento verdadero.
Si recordamos la historia de los pre-socráticos éstos se preocupaban con las
cosas que veían, que tocaban de la Naturaleza. El sistema platónico, viene a
instaurar aquello que ya había comenzado a suceder en el plano social: el
alejamiento de la Naturaleza y la sistematización por vez primera, del "reino de las
ideas", o sea, el concepto. Ya no habrá interés en ocuparse de ésta o aquella
figura triangular, sino del triángulo como concepto, del número, del Estado, etc., y,
de tal modo, articulando ideas, se puede constituir la Ciencia. Ciencia que, para
acceder a ella, hay que efectuar un trabajo de "ascenso vertical"; en ese
movimiento, nosotros hacemos "hipótesis" (literalmente, "lo que está debajo") (*) Y
nos vamos "elevando", "ascendiendo" hacia el "Topos Uranos" - donde se
encuentra "La Idea del Bien" - mediante el método instrumentado por Sócrates: el
diálogo, de allí, la Dialéctica. Nosotros - en el camino ascensional - no sabemos,
todavía, como son las cosas verdaderas, si cumplen con las condiciones
requeridas, entonces, hacemos suposiciones, hipótesis. Desde aquí, puede
deducirse, que el científico no se ocupará de las cosas particulares, señaladas por
algún sentido en especial o por todos, sino de las cosas generales, del intelecto
(de allí el intelectual, que está por encima de las cosas). Lo que importará, son las
esencias, que son realidades ideales, son realidades perfectas, por oposición a las
realidades concretas a las que fácilmente tenemos acceso; éstas serán, realidades
imperfectas.
Como puede verse, para las ideas, y su lugar ideal (Topos Uranos) quedará lo
verdadero, lo puro (en el contexto religioso, se llamará lo espiritual o el lugar del
alma) oponiéndose a la apariencia, lo falso, lo impuro (en el contexto religioso, se
llamará lo mundano, lo terrenal)
Por lo tanto, hay, desde Platón en adelante, una jerarquía del Saber, cuyo punto
más alto, se encuentra en las antípodas de la realidad concreta o accesible.
Como interesante juego transicional, nos encontramos con la producción del
concepto de alma (*). Platón recogió algunas ideas primitivas, y las incorporó a su
esquema. El alma, era inmortal y, por supuesto, estaba separada del cuerpo, que
era mortal. El alma ocupaba el lugar superior, el de las ideas y "no tenía cuerpo",
aspira liberarse de él, para regresar a su origen divino original. Conocimiento
verdadero y alma pura, son para Platón, inseparables. Es más. Hay una jerarquía
en las "almas", y una relación de subordinación. Está el alma de los apetitos,
residente en la pelvis, que si gobierna, vuelve al hombre concuspicente, el alma
emocional, residente en el tórax, y el alma de la razón, residente en la cabeza, que
cuando domina, hace al hombre inmortal y contemplativo. El alma, así, se ha
"purificado" (*).

A Platón le sucede Aristóteles (384-322 antes de Cristo) La importancia de


Aristóteles, "el Estagirita", trasciende ésta obra, pero es de señalar, para la
inteligibilidad de la fase siguiente de la historia de la sexualidad humana, la
trascendencia de su obra - fundamentalmente en la Edad Media - ocupando un
lugar equivalente a la Biblia para el pensamiento religioso. Es a través de
Aristóteles, que el esquema platónico es adaptado por Santo Tomás de Aquino, el
mayor filósofo y teólogo de la Iglesia Católica.
En forma resumida, Aristóteles "baja" el mundo de las ideas platónicas, a las
cosas y establece "categorías", término griego que persiste hasta hoy. Para
Aristóteles, hay modos de ser primeros, que llama substancia (que vendría a ser la
idea platónica) y los accidentes, que son las demás formas de ser: cantidad,
cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, acción y pasión. De allí en más, la
clasificación de todas las cosas, ocupará un lugar preponderante, sobre todo, en el
mundo científico. (*)

En resumen, el hombre clásico es un hombre desligado progresivamente de la


Naturaleza, la contempla y discurre sobre ella. Pero está preocupado con su
presente, con la fugacidad de las cosas, por lo que goza con el acto de pensar y
con el acto de hacer. Se preocupa por la armonía, por la sensualidad y la belleza.
El goce sexual, pasa a ser moneda de cambio en una sociedad en la que todo se
comercializa. La mujer tiene una realidad doble: mujer para la reproducción, de la
casa y el hogar, y mujer para el placer, de la vida pública. En la Grecia antigua, se
practicaba la pederastia - atracción sexual de un adulto por un niño inmaduro - y la
homosexualidad, masculina y femenina. La prostitución, que en manera alguna los
Griegos o Romanos fueron originales, pasó al área profana, luego de siglos,
haberse mantenido sagrada en los ámbitos de los templos.

Tercera etapa: La represión del sexo.


(Reproducción sin sexo)

La decadencia del Imperio Romano (Siglos III y IV d.C) marca una pérdida de la
hegemonía por parte de la civilización clásica. Europa, prácticamente es fundada,
cuando la Edad Media se encuentra en sus albores.
Ya en los primeros siglos después de Cristo, Roma comenzó a ser fácilmente
invadida por las tribus germánicas, lo que provocó una expansión defensiva de
César, sobre las regiones Norte y Oeste de Europa, difundiendo así, toda la
cultura latina, aunque, a medida en que se alejaba del mediterráneo, las huellas
de esa cultura, se tornaban más débiles. Hasta que, finalmente, el Norte Europeo,
hizo sucumbir al Sur, cayendo el Imperio Romano, de tal manera.
El surgimiento del Cristianismo, es un factor indispensable a ser tomado en cuenta
en múltiples aspectos en éste período, y, por supuesto, en lo que respecta a la
historia de la sexualidad humana.
A partir del siglo IV, el emperador Constantino se convierte al Cristianismo, y con
excepciones, Europa pasa a teñirse de éste pensamiento. La ley romana, los
sistemas monetarios y mercantiles, no conseguían mantener el Imperio unido.
Sólo el Cristianismo encerraba alguna especie de posibilidad de unión de pueblos
heterogéneos y en espacios tan extendidos.
¿Cómo se llegó a ello? Los conquistadores del Norte, llamados "bárbaros", no
asimilaron las costumbres romanas. Tampoco los del Sur, adoptaron las
costumbres bárbaras de sus conquistadores. Tal permanencia de identidad mutua,
permitió la conservación - de lo que quedaba - de la herencia clásica. El
pensamiento medieval, "se tornó espiritualista". El idealismo platónico - la
"ascesis" - alcanza su máxima expresión. La Iglesia, a través del poder de los
Papas, se constituye en guardiana y promotora de la cultura clásica.
El pensamiento cristiano, introdujo el concepto de revelación - la manifestación de
un misterio oculto - para definir la especificidad de la fé (*), oponiendo así, la
religión revelada a la natural, una vez que ésta correspondía a una actividad
humana caracterizada por adoraciones a dioses "de la naturaleza": divinidades de
la fertilidad, de los vientos, de las cosechas, etc. Y, de tal manera, se efectiviza el
"alejamiento de la naturaleza", inaugurándose una nueva etapa, que influiría
notablemente en la evolución del pensamiento humano y de la sexualidad
particularmente.

Para dar una idea del poder transmisor de sus conceptos por parte de la Iglesia
Católica, deberemos recordar que su mensaje se efectivizó y resumió, sobre un
patrimonio impresionante: realismo babilónico, absolutismo monoteico hebreo,
platonismo griego y materialismo romano. Sobrevivió y se expandió como una
fuerza cohesiva en un mundo fuertemente disgregado e inestable y, en casi todos
los sentidos - hasta en el militar si pensamos en las Cruzadas - la Iglesia Cristiana
se reveló la verdadera sucesora de la Roma imperial.
Prácticamente, el colapso de Roma, dejó al mundo europeo sin ley - ni impuesta ni
ejecutada - y una desaparición de los niveles instructivos. Este vacío, fué ocupado
por los sacerdotes católicos, siendo la ley moral que ellos pregonaban, respaldada
por castigos provenientes del infierno. Esta ley era universal, siendo válida en las
ciudades como en las aldeas. De tal manera, el pensamiento cristiano fué
diseminado por siglos, conteniendo autoridad no sólo religiosa, sino también
social.
Se tendrá en cuenta, que la Humanidad entra en un período de eclipsamiento en
lo referido a la instrucción del saber y, sobre todo, de su transmisión. Leer y
escribir, se tornó un privilegio de los monasterios, en tanto a la Iglesia le cabía el
poder de fiscalizar tales actividades. Con el tiempo, lo producido, dicho o escrito
en esos tiempos, permaneció sin contestar, sin confrontar, sin ponerse siquiera, a
la prueba del diálogo discursivo.
La verdad, ya no surgiría de las hipótesis provenientes de las cosas terrenales,
sino sería revelada por el espíritu divino. De tal manera, aparece, en un mundo
convertido, la Escolástica: la filosofía se torna docente, magistral....(*)
Repasaremos muy brevemente, los principales eventos característicos de ésta
etapa, en relación a la sexualidad.
El celibato sexual: La continencia sexual fué un elemento importantísimo en éste
período. Se imponía, así, un criterio reactivo a la liviandad romana, así como a los
cultos paganos. En el siglo I, San Pablo establecía los fundamentos del concepto
de celibato, superior al del casamiento. La espiritualidad se imponía, oponiéndose
frontalmente a la carne.
La idea del matrimonio, fué esencial, y único modo en que era permitido el acto
sexual. Una re-lectura del Génesis, colaboró en ésta tarea. Adán y Eva habrían
caído en pecado, se tornaron concientes de sus impulsos - que San Agustín llama
concuspicencia - por no tener control sobre los mismos. Quedaron avergonzados
de su desnudez y hubo que tapar las zonas pudendas (del latín pudere, "quedar
avergonzado")
La culpa por la transgresión original, continuaba en la Humanidad todavía, lo que
explicaba la indominabilidad de los órganos genitales y los impulsos que de ellos
emanan. Sexo y lujuria, por lo tanto, se adjuntaron a la doctrina del Pecado
Original; todo acto sexual representaba la Caída (tanto del Paraíso, como del
estado "elevado", sublime, trascendente, espiritual)
La concepción de Jesús fué pura, y no había sido contaminada por ningún acto
carnal. Solamente se podía alcanzar el estado de gracia, por una adhesión
incondicional al celibato. Los que no podían alcanzarlo, les quedaba el matrimonio,
y, sobre todo, en él, el sexo "sin pasión". El cuerpo no pasaba a ser, más que un
mero receptáculo para la mente y el espíritu. Se permitiría la reproducción, pero en
manera alguna, el placer. Quedó claro que, si el hecho de descubrir placer en el
sexo era pecado, entonces la mayoría de las personas comunes, era pecadora.
El santo matrimonio: El celibato, era símbolo de autoridad moral. De allí, a
proponer que la clase sacerdotal se tornase casta, había sólo un paso.
El matrimonio secular: Se tiende a pensar que, "la familia" fuese una invención
cristiana; mucha sorpresa habría, si, como dice Tannahill, "sus predecesores eram
mas tendientes a atribuírla al demonio" En la época griega y romana, casarse era
"amargarse con los hijos", o vérselas con "mujeres, lentas, frágiles,
emocionalmente inestables...."
La Iglesia vió el casamiento como una serie de concesiones a la flaqueza humana:
necesidad de sexo, necesidad de compartir y/o eliminar la soledad, la necesidad
de hijos, etc. Específicamente, el casamiento se presentaba como la legitimación
de la relación coital. En los siglos VII y XII, hubo una polémica severísima sobre la
naturaleza del casamiento. La conclusión final, fué: nuptias non concubitus sed
consesus facit - "el consentimiento, no el coito, hace el casamiento".
En el siglo XIII, el casamiento fué declarado un sacramento, significando, así, que
no podía ser disuelto, ni aún en caso de infertilidad.
La mujer y la Iglesia primitiva: Los cristianos de la primera hora, miraron hacia la
Roma de la cual provenían, y tomaron como modelo invertido, todo cuanto era
deseable para las cristianas. Fueron inflexibles en lo tocante a esconder sus
encantos, rechazaron fuertemente los cosméticos - "aquellos cataplasmas de la
lujuria" . El cristianismo ofreció a la mujer igualdad espiritual, pero un don con
mayores beneficios para el donador del don, que para quien lo recibía. El objeto
fué "propagandearla" como gran convertida - de la antigua y pervertida Roma -
pero mantenerla fija en la casa.
En relación a los vínculos políticos que podía la mujer ejercer a través del
casamiento, la Iglesia la consideró de un valor altísimo. La Iglesia enviaba damas
de "buena cuna" a lugares inóspitos y alejados para casarse con líderes francos o
sajónicos y, de tal manera, los convirtiesen. Leyendas casi eternas se tejieron,
siglos después, con los merovingios y carolingios. Con la prohibición de casarse,
primero con alguien emparentado con menos de cinco grados o niveles y más
tarde, luego de Gregorio VII, con menos de siete, condujo a una red de
casamientos reales que se extendió desde Irlanda a Jerusalém, y de Castilla al
Norte más alejado de Europa.
El pecado de la carne: La idea general, como fué dicho anteriormente, era que el
sexo conyugal, era permitido sólo para tener hijos. De allí la característica central
de la etapa histórica que analizamos aquí: reproducción sin sexo.
Las pestes que diezmaron Europa en la Edad Media (entre los siglos III y el VII)
dificulta la elucidación sobre el papel que le cupo a la Iglesia en términos
demográficos en éste período. No puede caber ninguna duda, que la procreación,
por los motivos epidémicos, estaba fomentada, así como cualquier práctica que
pudiese parecer interferir en la fertilidad.
Las penitencias administradas por la mayoría de los sacerdotes, era para la
"emisión seminal" (poluciones nocturnas): siete días de ayuno, en el caso de la
involuntariedad; si la emisión fuese voluntaria (masturbación) subía a veinte.
La contracepción, era el mayor de los pecados. Se categorizaron "venenos
generadores de esterilidad": cópula anal u oral. Se culpabilizaban con tres a
quince años de penitencias. El llamado coitus interruptus, entre dos y doce años.
El aborto era, jerárquicamente menos pecaminoso, porque ya conllevaba dolor y
sufrimiento.
El tema de la contracepción, tenía el efecto de no experimentar, no saber, no
enterarse de ningún método más o menos exitoso, experimentado dese la época
de la Grecia clásica. El resultado fué una enorme cantidad de mujeres muertas o
mutiladas, por brebajes, venenos diversos, amuletos y hechicerías varias. Tal
situación, duraría siglos y eso explica que el tema aún hoy, esté rodeado de
magia, superstición, malos entendidos y mitos diversos, como lo estuvo en los
albores de la humanidad.
Homosexualidad, el "pecado de Sodoma": El pecado cometido por los varones
homosexuales - la Iglesia no se ocupó de las mujeres en tal condición - era la de
"un vicio abominable a los ojos de Dios"
El problema de Sodoma, su significado bíblico y las investigaciones modernas,
exceden la finalidad de éste libro. Fué en el siglo I d.C., que Philo de Alejandría
interpretó expresamente la historia de Sodoma, como referida a la
homosexualidad. Muchísimas centenas de años más tarde, la palabra "sodomía",
se extendió a todo "vicio antinatural".
En los principios de la era cristiana, era difícil legislar contra la homosexualidad,
porque ella estaba muy difundida, sobre todo en el ejército imperial. En ayuda de
la legislación restrictiva, acudieron nuevas pestes, como la plaga de
Constantinopla (541 d.C) Para Justiniano, fué una clara indicación de castigo por
pecados cometidos. La Biblia era introducida para justificar "peligros contra el
Estado".
Las penalidades instituídas variaron sobremanera, y la oscilación en materia de
doctrina, se explica por estar en todo tiempo, teñidas entre la sed de Justicia y la
Misericordia.
Sin embargo, Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, fué responsable del
endurecimiento de la Iglesia en relación a la homosexualidad. Constituía un desvío
al orden natural, y, como tal, continúa siendo en la doctrina oficial hasta la fecha. A
partir del siglo XIV, los homosexuales como grupo, sólo encontraron intolerancia,
con muy escasas excepciones.

Resumen de ésta etapa

La represión sexual, es la característica nuclear de éste período, y que influiría


notablemente en la historia de la humanidad.
Se condenó gravemente el adulterio, la contracepción, el aborto, la
homosexualidad, el infanticidio, la zoofilia, y la masturbación. El sexo, sólo estaba
permitido para la fecundidad. El placer, era pecado. La ideología dominante - y
que se perpetuaría extendiéndose por todo el mundo occidental - era una
combinación de vergüenza, miedo, culpa y elevación espiritual. El pecado pasó a
desempeñar un papel importante, y dentro de todos ellos, los del sexo, eran
relevantes. Ser castos y practicar la castidad, era casi sinónimo de santo, y
aquellos que por diversa situación no podían practicarla - aún los casados
legítimos - se tornaron culpables por tener relaciones sexuales.
El alejamiento de la Naturaleza, se consolidó y perfeccionó en ésta etapa, y la
pureza sexual, pasó a neutralizar otros pecados, diluyendo la opresión moral y las
atrocidades físicas que caracterizaron éstos períodos históricos. El hombre
primitivo, está ligado a la tierra, el tiempo, para él, es "terrenal"; el hombre de la
cultura clásica, está ligado a la ciudad, para él, el tiempo es efímero; para el
hombre de la cultura medieval, le está reservado un metatiempo: la eternidad.

TIEMPO MEDIO CONCEPCION


PERIODO
CRONOLOGICO CULTURAL DEL TIEMPO
PRE-HISTORIA Y 10.000 a.C., hasta Espacio territorial.
Agrario
ANTIGUEDAD 600 a.C. Naturaleza
600 a.C., hasta I-II Vive el tiempo, lo
CLASICO Urbano
d.C. disfruta.
I-II, d.C. hasta XV Urbano.
MEDIEVAL Eternidad
d.C. Monacal

Cuarta etapa: Sexo con divinización femenina.

A partir del siglo XII, y sin que hubiesen variado las posiciones de la Iglesia vistas
en la etapa anterior, comienza a existir un cambio notorio. Ese cambio, giró en
torno a la mujer. A través del juego político "de palacio", la influencia de la cultura
árabe, y el culto a la Virgen María, de casi inexistente, la mujer pasó a ser una
"dama pura", inalcanzable, virtuosa y modelo a imitar.
Los movimientos políticos en la Iglesia, con su Reforma, y el descubrimiento del
siglo XVII del óvulo, hicieron que en vez de un simple y pasivo receptáculo, la
mujer se transformara en Madre. Entrando en el siglo XIX, la moral y la maternidad
se fundirían en "el ángel del hogar". Todas éstas transformaciones, bueno es
decirlo, fueron de imagen, y ninguna otra modificación substancial ocurrió con
ellas.

Importancia de las Cruzadas: El movimiento expansionista europeo, surgió como


desarrollo del feudalismo. El derecho de los primogénitos a la herencia de tierras,
el aumento demográfico, la conquista de la frontera oriental en Bizancio, fueron
algunos de los hechos que catapultaron a los nobles, a la "guerra santa" (*) La
influencia del papado, en asumir liderazgos expansionistas guerreros, fué notable.
Desde el siglo IV, Jerusalén se convierte en ciudad santa para el cristianismo, y
objetivo de peregrinación. A partir del siglo X, los movimientos monásticos son
más frecuentes, objetivando el desarrollo de la espiritualidad, la fuga del mundo
"terrenal", la penitencia y la búsqueda de la santidad. La visión de milagros, el
fanatismo religioso, es intenso. Todo - hambre, miseria, pestes, conquistas
guerreras - se relacionan o se explican por milagros, castigos, bendiciones,
"mensajes" divinos, misiones, etc. Leyendas, mitos y cartas, hicieron de la idea
rectora de "liberar o santificar el oriente", "la liberación del Santo Sepulcro", el "lei
motiv" de la época.
La organización de las Cruzadas, su autorización y el reclutamiento de los
combatientes, quedaron siempre a cargo de la Santa Sede.
Luego de nueve Cruzadas, Europa había cambiado. Los contactos con Oriente
fueron benéficos, y la literatura, cuentos, relatos y leyendas, reflejaron una vida
menos ascética y menos dominada por dogmatismos fanáticos. El contacto con
otras religiones, tomó una actitud crítica frente al universalismo cristiano. Fueron
decisivos en los cambios, las nuevas relaciones comerciales, los nuevos
productos y materias primas, el conocimiento del papel, ocupando el lugar del
pergamino. El gusto se refina, las artes sufren influencias orientales, crece el
hábito de usar objetos de lujo. En el plano político, la influencia y el prestigio de la
Iglesia decae, culminando en el proceso de la Reforma.

La transformación de la mujer. Durante el período de las Cruzadas, muchas


mujeres se vieron en la necesidad de cuidar de las propiedades de los maridos,
administrar las tierras, pagar los impuestos, e inclusive "hacer" política. Intrigas,
relaciones de todo tipo, negociaciones, transacciones, produjeron un papel
protagónico para la mujer, a lo largo de los años.
En Bizancio, objetivo de algunas de las Cruzadas, hacía ya tiempo que la Virgen
María, era objeto de devoción. Fué transportado ese culto a Europa, alrededor del
siglo XII. Hasta ese momento, Eva era la arquitecta de la "caída" del hombre. La
entronización de María - alrededor del siglo XIV - benefició a la mujer en general.
El mito del amor palaciego, alimentado literariamente, jugó un papel importante. El
amor palaciego tenía conciencia de clase, era escapista, una especie de novela
sentimental, especie de caso amoroso muy idealizado entre una dama de alto
nacimiento, y un caballero medieval romántico. Un sueño colectivo de la época,
pero que introduce nuevos códigos de comportamiento, con potentes irradiaciones
e influencias, sobre todo, en el mundo de la mujer.
El "juego del amor" romántico, tuvo que ver con la influencia árabe traída por los
Cruzados. Además, Europa estaba "sedienta" de ese juego, visto los períodos
anteriores de "huída de la carne". La diferencia a hacer notar, es que mientras en
Oriente la mujer era segregada estrictamente, en Europa, la mujer apenas estaba
confinada o apartada. Esto facilitó, la idea de una "máscara de virtud". El harén
oriental, fué transformado, lentamente, por acción de los trovadores itinerantes, en
fachada idealizada de mujer virtuosa. Los trovadores deseaban que las mujeres
de carne y hueso, grandes auditoras y fanáticas de sus poesías cantadas,
modificaran su moral y sus maneras. Los poetas mostraban interés espiritual en
esas mujeres, dejando de lado toda la carnalidad. La Virtud, ya estaba
entronizada. El amor carnal, se tornaba secreto, una especie de misterio mítico,
motivo de alianzas, complicidades e intrigas. El poder de la Iglesia, de la etapa
anterior, comenzaba a doblegarse, a transformarse, a adquirir nuevos ropajes.
Al período del trovador, le sucedió del "Caballero errante", mezcla de historia de
amor, con acción guerrera. Obsérvese la fusión dialéctica entre el poder de la
Iglesia, la acción guerrera de las Cruzadas y la transmisión romántica de los
trovadores. Servir al amor, se transformó en adulación. En el plano del arte, la
figura femenina, fué predominantemente usada como alegoría: de la Caridad, de
la Justicia, de la Ciencia, etc.
Hubo una total coincidencia entre la génesis del amor palaciego, y la súbita
expansión del culto a María en Europa. La Virgen se tornó en Notre Dame, -
Nuestra Dama - una edificante e indiscutible figura aristocrática, mucho más en
acuerdo con las cortes principescas de Occidente, que el de su origen en la lejana
Belén. El culto a María, fué crecientemente diversificado, creando problemas
políticos y doctrinales a la Iglesia.

Brujería e Inquisición. La acusación sistemática contra las Brujas, si bien


comenzara antes, se encuentra alrededor del siglo XV, a través de una Bula papal
de Inocencio VIII, y de la famosa obra de los padres dominicanos Henricus
Institoris y Jocobus Sprenger, "Malleus Maleficarum". El norte de Francia, el
sudoeste de Alemania y muy especialmente Inglaterra y Escocia, sufrieron la
persecusión violenta contra las brujas. En su mayor parte, eran mujeres y viejas,
aunque las hubo jóvenes. Excepcionalmente, se encontraban hombres. Cuanto
más alto el ideal de mujer, mayor el pecado de la transgresora. Las acusaciones,
eran de toda clase de maleficios: contra la vida, la salud y la propiedad; aborto en
las mujeres, impotencia en los hombres. Eran denunciadas, por haber pactado con
el diablo. Montaban en escobas, se reunían en lugares apartados y tenían orgías
desenfrenadas. Las confesiones eran arrancadas por tortura física y no pocas
veces, fueron quemadas.
La Inquisición, también llamada Santo Oficio, fué una institución nacida en el siglo
XII, como tribunal permanente destinado a investigar y combatir las herejías. La
base de todo proceso, era la intriga, las confesiones y las denuncias. Un imperio
del terror desatado.
Demonios masculinos y femeninos, llamados "íncubos" y "súcubos", invadían a
través de los cuerpos, las camas de las personas. Verdaderas historias de ficción
se tejieron, para justificar el Deseo sexual primero y luego, a causa de ese Deseo,
llevase a cualquier persona, a ser quemado vivo en los tribunales inquisitoriales.
Tal como lo enuncia Tannahill (ver referencia, pag. 296) es difícil separar la
epidemia de brujería y personajes demoníacos, de las intrigas de amor palaciegos.
Tomás de Aquino y otros, quedaron convencidos de que demonios nocturnos en
acción, eran capaces de embarazar a las mujeres que visitaban.
De cualquier manera, quien no caía en las garras de la Inquisición, podía caer en
las garras de maridos celosos, quienes inventaron el cinturón de castidad
alrededor del siglo XIV. Persistieron con modificaciones, muchos siglos después,
para prevenir la masturbación. (!)

Los ilegítimos o bastardos y prostitutas. Entre las familias aristocráticas, los


bastardos eran comunes. La institución del adulterio, aún a costa de ser
horriblemente perseguida, no declinó. La prostitución como una verdadera
industria privada, floreció en Europa desde tiempos inmemoriales.
La Iglesia necesitaba de santos que fuesen modelos para los pecadores, santos
capaces de probar que la penitencia era el camino de la salvación. Y encontró a
María Magdalena, una prostituta arrepentida, que siguió a Jesús. Aún desafiando
diversas teorías, la sífilis alcanzó enorme difusión a partir del siglo XVI, lo cual
habla a las claras, de un comercio sexual intenso, que iba bien más allá de las
apariencias.

El Renacimiento. Poderoso movimiento cultural artístico y literario de los siglos XV


y XVI, nacido en Italia e irradiado por el norte y el oeste de Europa. Fué un
fenómeno específico, que intentó rescatar las bases greco-romanas, luego de más
de mil quinientos años de transformaciones, opresiones y olvidos.
El Renacimiento descubrió el mundo exterior, que la Edad Media cristiana, había
exorcizado. Descubrió - o redescubrió - la belleza física del hombre y la mujer. El
punto de vista estético dominaba, inclusive, a la política. La burguesía, había
vencido a la aristocracia feudal.
La Italia del Renacimiento, era mucho más un mundo masculino, un mundo
individual del hombre. Noble, romántico, con destino de heroísmo o tragedia.
Tanto como el arte brilló por un lado, por el otro, carecía de moral. La inteligencia,
estuvo puesta al lado del crimen y la intriga. Banquetes y festines, estuvieron a la
orden del día. El desnudo estuvo de moda, tanto en la escultura como la pintura.
Epoca de gran riqueza, explotando las que habían conseguido las Cruzadas. El
gusto por la bisexualidad, se hizo popular, y hasta en eso, el Renacimiento
rescataba a los griegos; las obras de Verrochio, Botticelli y Leonardo da Vinci, lo
atestiguan. De cualquier manera, la homosexualidad, e inclusive la zoofilia, eran
intensamente practicadas en el Renacimiento. El hombre de éste período,
mantenía sentimientos y actitudes contradictorias respecto de la mujer. Como
herederos de los períodos de la Edad Media, gustaba de admirarlas - bellas,
seductoras y ricas - en tanto el trato con las menos agraciadas eran de superficial
cortesía, ignorando casi, a las de clases sociales inferiores. De cualquier manera,
el concepto esgrimido en siglos anteriores por la Iglesia, de que la belleza era
señal de "perdición", caía inexorablemente. La Virtud, ya no era - supuestamente -
el sueño ilusorio que antes se ostentara.
Europa se expande: sexo en el Nuevo Mundo

Cuando los europeos descubrieron América, ésta no solo estaba separada


geográficamente por alrededor de 8.000 km. de Atlántico, sino también por más de
2.000 años de sofisticación técnica y desarrollo político y filosófico. Respecto de
éste último aspecto, fué decisiva la notable influencia judeo-cristiana. El
predominio de lo "racional", lo "elevado", "lo superior", se hizo notar rápidamente,
El "hombre blanco que venía montado a caballo", observó, desde su "altura",
horrores de los "incivilizados": canibalismo, sacrificios humanos, incestos, drogas,
homosexualidad, robos, asesinatos en masa.... Desde la óptica europea, los
"indios", eran "paganos" (*) y, por lo tanto, pecadores a los que sólo cabía
combatir, redimir, salvar.... En última instancia, conquistar, aunque casi siempre en
la acepción guerrera del término, y no en su sentido romántico-seductor.
Durante la mayor parte del siglo XVI, el concepto predominante fué, que como los
nativos eran pecadores, "animales irracionales", era moralmente permisible y
deseable, apropiarse de sus tierras y hasta de las propias personas. No pocos
conflictos se presentaron en medio de la Conquista. Los intereses de la Iglesia y
sus misioneros, argumentaban que los habitantes de América, no eran
irracionales, sino apenas desviados de su buen camino, en tanto el Estado
Español, opinaba que eran animales salvajes, concepto mucho más de acuerdo
con las intenciones de explotación y saqueo del oro y la plata.
Los indígenas tuvieron pocos defensores, que, a su vez, encontraban fuertes
resistencias frente a la exhibición del canibalismo, las violaciones o los sacrificios
humanos.
Cuando pasó el tiempo, pudo constatarse que homosexualidad, adulterio, estupro,
robo y asesinato, eran tan ilegales en los dominios Incas y Aztecas, como en la
propia España; que la embriaguez, era totalmente ilegal entre los Aztecas, pero
admisible en Europa, y que la prostitución era una institución a ambos lados del
Atlántico. Y que, finalmente, los sacrificios humanos y el propio canibalismo, si
bien existían, eran excepcionales o desconocidos en muchos casos en el Nuevo
Mundo.

"Mientras tanto, era ya muy tarde para que hubiese


una distinción entre la legislación y los infractores.
Y ha permanecido tarde desde entonces. La imagen
del indio latino-americano, como la de la dama
europea del amor palaciego, había sido formada
inapelablemente, por las palabras de otros pueblos
y por los motivos de otros pueblos".
(ver referencia, pag. 315-16)

Los centros de cultura americana

Hubo tres centros de cultura cuando los españoles llegaron a América: Aztecas,
en el valle de Mexico, el de los Incas, en el Perú, y los Mayas en la península de
Yucatán, la inmensa península que marca la frontera entre el Caribe y el Golfo de
México. Esta última civilización, es la menos documentada de las tres, aunque fué
la más extendida.

Los Mayas. Ocuparon los estados mexicanos de Yucatán, Campeche y Tabasco y


Honduras, llegando hasta Guatemala. Eran un pueblo predominantemente
guerrero y rígido. Construyeron ciudades amuralladas con edificios en terraza.
Excelentes observadores del tiempo, elaboraron un calendario completo y
complejo. Peritos en matemáticas, llegaron al concepto del cero.
Puede llegar a sorprender, pero fueron, los Mayas, tolerantes con la
homosexualidad adolescente, en detrimento de la heterosexualidad. Se les
conseguía un esclavo jóven, que satisfaciera sus necesidades. Desde el punto de
vista de ésta tolerancia, se diferenciaban de los Aztecas e Incas. Estos datos
adquieren relevancia, si se tiene en cuenta que fueron con los Mayas con los
cuales los conquistadores europeos se tropezaron en sus primeras incursiones.
De allí a la deducción generalizadora de que la homosexualidad era el vínculo
predominante en "Las Indias Occidentales", hubo un solo paso. A diferencia de
España, entre los Mayas, la homosexualidad era de pública aceptación; el "shock"
cultural, debe haber sido notable.

Los Aztecas. Se establecieron en la planicie mexicana, como grupos guerreros,


alrededor del lago Texcoco. Organizados en clases bien diferenciadas, podían
tener movilidad social ascendente, por el valor personal guerrero. Fueron
herederos de las realizaciones culturales y arquitectónicas de los Mayas y los
Toltecas, presentando escasas innovaciones. Entre éstas - cosa que sorprendiera
en su momento a Hernán Cortés - se encontraban leyes que incluían pena de
muerte para los homosexuales, sean hombres o mujeres, así como a los travestis
y a los hechiceros. La actividad de la prostitución era común a la llegada de los
españoles. Los sacrificios humanos parecen haber sido considerables, lo cual
atentaba, conjuntamente con las guerras crueles, contra la estabilidad
demográfica. La guerra para ellos, era un "deber cósmico" y el objetivo central, era
capturar prisioneros.
Esta antipatía por los homosexuales, era común en el Nuevo Continente. Los
pueblos, carecían de la alegoría del infierno, o de amenazas como la maldición
eterna. Todas las intimidaciones, eran terrenales, en muchos casos torturas
crueles, tanto, que en muchos casos se alentaba el suicidio, probablemente como
"el mal menor".

Los Incas. Fué uno de los más complejos organismos sociales pre-colombinos,
que en su período de máxima expansión, llegó a tener más de 4.800 km. de
extensión, desde Colombia a la mitad de Chile y Argentina. El Estado era
centralizado y gobernado por delegación en provincias o suyos. Las clases eran
organizadas y relativamente cerradas. Canales de irrigación, amplias terrazas
agrícolas, caminos de comunicación y correos terrestres, mostraban un desarrollo
considerable. El proceso de la Conquista, cortó ese desarrollo.
Parecería ser, que la homosexualidad, tuvo una relativa expansión en el Imperio
Incaico, en particular, en los distritos distantes del centro político, Cuzco. Sin
embargo, cuando los españoles llegaron, no encontraron rastros de
homosexualidad, aparentemente, porque el Inca, se encargaba de castigar a
quienes la practicaban.
Los Incas tenían varios modos de unión matrimonial, uno de ellos llamado el
Servinaku, Servinacuy o Tincanakuspa, o matrimonio de prueba, donde los novios
convivían durante un período de tres a seis meses, luego de los cuales, se
acordaba si se transformaba en matrimonio definitivo o no.
Los Incas hicieron del núcleo familiar, todo un culto, siendo la moral predicada y
acatada, sencilla y práctica. Estaba vedado el homicidio, el aborto, el adulterio, la
homosexualidad, el rapto de jóvenes, la embriaguez y el juego. En el Imperio
Incaico, no existió la prostitución, y el quechua, no registra ningún vocablo que la
designe. La fidelidad de los casados entre sí, parece haber sido absoluta.
Todos éstos preceptos, eran destinados a la mayoría del pueblo, aunque no a la
clase privilegiada o al propio Inca, quien poseía un verdadero harén. Funcionarios
especiales recorrían las provincias, escogiendo las más bellas y jóvenes púberes
de diez años. El propio Inca hacía una elección personal luego, encargándose de
su educación y preparación. Se quedaba con algunas y el resto era destinado a
castidad absoluta de por vida: eran, ya, "Las Vírgenes del Sol". Todas éstas y
otras complejas medidas, estaban al servicio, en el Imperio, del incremento
poblacional, en especial, en épocas de paz.

España prohibía que en las excursiones de la Conquista, las esposas


acompañaran a sus maridos, así que se tornó inevitable el libre relacionamiento
sexual entre conquistadores y conquistados. Justo es reconocer, que "libre", no
siempre fué sinónimo de "voluntario". Las enfermedades venéreas, hicieron
estragos en la población indígena. De la unión entre el europeo y el indígena,
nació una nueva raza, el mestizo, que fué el verdadero colonizador que se
desparramó por las tierras de América.

Quinta etapa: 1.500-1.800,


del Puritanismo a las teorías seminales

Tres acontecimientos forman la base estructural de éste período:

• a) Los nuevos objetivos del Estado y su Justicia, interviniendo en los


espacios sociales que antes eran de dominio de las comunidades. El
individuo se desdibujaba frente a los otros, necesitaba ganar la aprobación
o la tolerancia de la opinión "pública", ahora anónima. El individuo
necesitaba aparentar, tener honor, para conservar prestigio.
• b) El desarrollo de la alfabetización y la difusión de la lectura, en
particular, gracias a la imprenta.
• c) Por último, y tal vez el acontecimiento más conocido, las nuevas
formas religiosas establecidas en los siglos XVI y XVII. Desarrollan la
piedad interior, el examen de conciencia (confesión católica o diario íntimo
puritano). La oración se extiende a los espacios laicos, adoptando formas
de meditación solitaria.
Desde los comienzos de su historia, el Cristianismo aparece dividido en dos
corrientes o tendencias: por una parte la personal o nominal ("Hija, tu fé te ha
salvado"); y por otra, una religión colectiva que se apoya en la Iglesia como
Institución ("Tú eres Pedro y sobre esa piedra edificaré mi Iglesia"). Es,
simultáneamente el Padre Nuestro, elevado a Dios de manera individual y, la
oración colectiva: "Dondequiera que estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos". De la lucha contra el poder hegemónico medieval de
la Iglesia, surge el movimiento de la Reforma, contra la inmutabilidad del Orden. El
período renacentista, también contribuyó a ello. (ver pag. 29)
En un comienzo, y en medio de todos éstos acontecimientos y contradicciones,
parecía que los movimientos de la Reforma y la Contrareforma, disolverían los
avances obtenidos en los relacionamientos hombre-mujer. La Reforma surge
como una reacción a los abusos y distorsiones medievales de la Iglesia; fué una
objeción organizada. Al retornar a las fuentes, los reformistas religiosos con Lutero
a la cabeza, combatieron el celibato clerical y los votos de continencia, que
encararon no sólo contra la servidumbre papal, sino como una trasgresión a la ley
divina. El concepto católico tradicional del "matrimonio como un mal necesario", no
era, tampoco, para los reformistas.
En la opinión de Lutero, la virginidad era deseable, la continencia anormal, y,
adelantándose a Freud en 400 años, la castidad activamente peligrosa. No tuvo
dudas de que el casamiento era tan necesario a la naturaleza del hombre, como
comer y beber. Admitió la separación sin un nuevo casamiento, aunque prefirió el
término "aconsejable" al de obligatorio.
Los reformistas desaprobaron la actividad sexual extraconyugal, aunque fueron
más liberales con los solteros, en cuanto a dichas actividades.
Un movimiento importante, segregado de la Iglesia anglicana durante el reinado
de Isabel (1558-1603), fué el puritanismo. Reformistas radicales en directa
conexión con el Calvinismo, exigieron a la Iglesia oficial sus demandas y
extendieron el movimiento. Al ser reprimidos por la corona, buscaron refugio en las
colonias allende el mar y fueron de importancia decisiva como pioneros a partir de
1776 en E.U.A. Curiosamente, y con el tiempo y las nuevas circunstancias
sociales, los grupos radicales fueron transformándose en comunidades donde la
libertad de costumbres y la tolerancia, superaron, con mucho, a las restricciones
originarias europeas. Pero bueno es reconocer, que la ética estricta puritana,
formada por numerosos grupos y comunidades de origen en la Nueva Tierra, tuvo
una enorme influencia en el futuro americano. Las apariencias que un hombre
público estadounidense de hoy se esfuerza en mostrar - imagenes de personas
dedicadas a la familia, imagenes de trabajo, de concurrentes a la Iglesia, etc. -
tienen su origen en esa ética pionera. En ningún otro país del mundo, se espera
que un político lleve a su esposa e hijos a un podio electoral o público, para
obtener votos de su electorado.

La familia y costumbres en Europa

En Europa, de ninguna manera la liberalización de las costumbres resultó fácil.


Cuna de la cultura, de la herencia judeo-cristiana, y período medieval estricto,
dejando huellas duraderas, produciría, a la postre, tres estadios secuenciales en el
desarrollo de la familia europea:

1. Período de familia extensa medieval, con escasa privacidad.


2. Período de familia mas estrecha y más autoritaria.
3. Período de familia nuclear con padres e hijos, más estable desde
todo punto de vista.

La expectativa de vida aumentaba, y también, con ella, la edad media para el


casamiento. Durante el medioevo, solamente el cinco por ciento de la población
europea permaneció soltera. Llegando al siglo XVIII, la cifra crecía casi al veinte
por ciento. Una de las consecuencias, fué que las mujeres comenzaron a casarse
más maduras emocionalmente, y por tanto, pudieron enfrentar las imposiciones de
los hombres, tradicionalmente bastante mayores que ellas. El ambiente conyugal,
comenzó a modificarse.
La era de la llamada "moralidad natural", estaba en su apogeo. (ver referencia,
pag. 364 y sigtes.). El "Iluminismo" del siglo XVIII, con su alegría, optimismo,
licenciosidad y racionalidad, coincidió con el descubrimiento de los principios
orientales confucionianos: "Acción y armonía con el espíritu humano, y moralidad
natural". Será necesario entender, que la hostilidad del Iluminismo contra la fé y
sus milagros - con Newton y Galileo mediante - tuvo dos raíces: una fuerte
creencia en las leyes de la naturaleza, y la desconfianza contra los que
garantizaban la autenticidad de los milagros, como eran la Biblia y la Iglesia. El
antiautoritarismo, a partir de lo racional, se imponía.
Fué, el siglo XVIII, el siglo donde el famoso "condón", se descubría, siendo el gran
anatomista italiano Falopius, aparentemente, su inventor. Eran épocas donde era
necesario protegerse de la sífilis, amén - secundariamente - de ser usado como
contraceptivo.
La Corte de Versalles, se constituye en paradigma histórico de éste período, en
relación a las costumbres sexuales. Ritmo elegante, maquillaje, polvos
cosméticos, sedas y joyas abundantes, tanto como maneras y gestos rebuscados
y falsos. Una especie de superficialidad teatral; fué la moda, en ésta época, tener
un caso de amor libertino con fuertes matices narcicistas. Casanova es un
ejemplo, dramatizado fuertemente, en la separación a la que, invariablemente,
seguía cada ffaire".
A éste período histórico pertenecen los escritos del Marqués de Sade (1740-1814)
que pasa a la literatura científica dando nombre a la conducta denominada
"sádica". La Corte de Versalles, aparecía como prodigando elegancia y especial
deferencia y cortesía a las mujeres, lo que era sólo una fachada. La aparición de
la primera novela del Marqués de Sade, en 1791, coincide con la caída del antiguo
régimen, y, por lo tanto, de crítica al poder de la Corte, su descarado sensualismo
y depravación oculta.
La novela de Sade, pone de manifiesto una doncella perseguida por toda una
gama de perversiones sexuales, y el placer derivado de su sufrimiento. Se
constituyó, según críticas contemporáneas, en una metáfora del "sadismo
político", del terrorismo jacobino, con un humor negro emparentado con
Lautréamont y Baudelaire, con un ataque frontal a la moral cristiana, desde una
ética también contraria a la humanista. Sade justificó su literatura, en la "armonía
natural" del confucionismo, mostrando aquello que de la naturaleza tiene de más
"puro" en cuanto instinto. El vicio era lo que había que practicar, y no la virtud que
conducía a la ruina. Véase en éstas definiciones, la ácida crítica a la hipocresía de
la sociedad pre-revolucionaria de la época y a la clase burguesa dominante.

Las teorías seminales.

El siglo XVIII trajo la buena nueva del interrogante mayor, hasta entonces: ¿cómo
la relación sexual producía hijos?. Sorprende hoy, que en tanto los hijos se
parecieran a (ambos) los progenitores, siempre se pensaba en la mínima
contribución de la mujer al proceso reproductivo (!!)
En el siglo IV antes de Cristo, Aristóteles atribuyó al líquido seminal un elemento
substancial; la mujer sería apenas un receptáculo, que aportaba la sangre
menstrual. Quinientos años más tarde, Galeno (130-200 después de Cristo) decía
no haber diferencias entre sembrar la tierra y sembrar el vientre. Clemente de
Alejandría, contemporáneo de Galeno, describió al semen como "algo que está
casi para ser un hombre". En ambos autores, puede observarse la influencia de la
Iglesia, para quien el semen era sustancia casi mística (sagrada) y desperdiciarlo,
era pecado. Si el semen era "casi hombre", por lo tanto, estaba estrechamente
vinculado con Dios.
La idea de que el despedicio del semen llevaba a la debilidad general o pestes de
cualquier especie, estuvo difundida en extremo oriente, India y Europa. En Italia,
alrededor de 1642, Sinibaldi describía consecuencias tales como Gota,
Constipación de vientre, desvíos de columna (Joroba), mal aliento y nariz roja (!!).
Doscientos años más tarde, puede leerse que además, puede producir
discapacidad física e imbecilidad. Médicos del siglo XVIII y parte del XIX,
prometían ceguera, epilepsia, ruina física y moral, por el "desperdicio seminal".
En el siglo XVII se descubre el microscopio por parte de Antony van Leeuwenhoek
(1632-1723) describiendo el espermatozoide, en tanto el cirujano holandés
Regnier de Graafa tiene acceso al descubrimiento y descripción del óvulo y su
viaje del ovario al útero (ver pag.2). El mundo de la época, se divide en
"espermicistas" y "ovulistas". Cada uno de ellos - narcicísticamente - suponían que
cada elemento contenía a los otros dos. No había manera de juntar a ambos
elementos. Léase aquí, la resistencia a descubrir el último velo sobre la necesidad
de relacionamiento sexual de ambos (!!) sexos.
Mientras tanto, el descubrimiento del papel desempeñado por la mujer, iba a tener
un costado ideológico interesante. Ya, a partir de la botánica y la zoología
incipiente, habíase comprobado que los hijos, heredaban características tanto del
padre, como de la madre. Durante la primera mitad del siglo XIX, con la abolición
de la esclavitud en América y doctrinas antisemíticas en Alemania, se
establecieron postulados de desigualdad de las razas humanas. Los casamientos
mixtos comenzaron a ser una preocupación y el cruzamiento de diferentes
orígenes, podía deteriorar "especies superiores".
Sin embargo, el razonamiento esencial beneficiaría a la mujer. Si Dios había
dotado a la mujer con el derecho de contribuir a la herencia de los hijos, ellas de
ninguna manera podían ser tan desiguales - e inferiores - como siempre los
hombres habían pensado que fueran.

Sexta etapa. De la era victoriana, al presente epidémico.


La llamada "revolución sexual"

El siglo XIX es interesantísimo de estudiar, porque de allí, emergen algunas raíces


en conexión directa con las concepciones ideológicas, los mitos y los saberes en
general, con que el científico del presente, se tiene que enfrentar.
El siglo XIX - por lo menos para la historia de la sexualidad humana - parecería no
haber existido sin la famosa Alexandrina Victoria, "la Reina Victoria" (1819-1901)
Las clases medias, lentamente, fueron creciendo, sustituyendo a la aristocracia en
el juego del poder social. El siglo XIX, fué un siglo obcecado por la lucha en subir y
escalar en la distinción de clase. La historia da testimonio que, en tanto el hombre
trabajaba intensamente, la mujer - aliviada casi siempre en sus actividades
domésticas con el servicio de "criadas" - se entregaba a actividades de
beneficencii, o haciendo compras, o visitando parientes y relaciones diversas,
siempre cultivando finas maneras.
Hay testimonios de profesionales que se quejaban de un sinnúmero de damas
lánguidas apáticas e inertes, negándose a cualquier esfuerzo personal. La dama
de éste período, en particular en los últimos decenios del siglo, anticipa, en la
imagen, inevitablemente a Charcot y Freud. (ver pag. 380 y sigtes. de la referencia
bibliog.) La esposa burguesa, vivía retirada en los sagrados recintos del hogar,
"incontaminada" del mundo exterior que, claro, era del marido. El recato, la
solemnidad con que se protegiera "el honor" de la mujer, llegaba a la medicina,
donde en la mayoría de los casos, una mujer era examinada en presencia de una
acompañante, bajo las sábanas y con la luz mortecina. (!) Obviamente, tales
actitudes, en Europa como en U.S.A., impedían hacer diagnósticos adecuados,
como aprender anatomía y fisiología elemental a las propias mujeres.
La era victoriana estaba convencida, de que la fuerza total del deseo sexual,
"raramente es conocida por una mujer virtuosa" Es fácil de comprender que, con
todo éste contexto, la época se convirtiera en la antesala de todos los
descubrimientos transformadores que vendrían décadas después.
Los círculos progresistas burgueses, acogieron con alegría las tesis propuestas
por el jurista e historiador suizo Johann Jakob Bachofren (1815-1887), quien
afirmaba haber descubierto que, en la Roma antigua, antes de establecerse un
rígido sistema patriarcal, base del derecho romano, predominaba una sociedad
matriarcal. En las tesis del suizo, cuando la maternidad fué el único
relacionamiento reconocible, las mujeres habían gobernado; cuando fué la vez del
espíritu, el hombre asumió la dirección. La falacia de ésta tesis, consiste en la
confusión de dos términos: "matrilinealidad", o sea la descendencia hereditaria a
través de la línea materna, y "matriarcado", método de ejercer el poder a través de
la mujer.
Las tesis bachofrenianas, sirvieron para unir aún más, el concepto de propiedad
privada y subordinación femenina. La llamada "Revolución Industrial", estaba en
su apogeo y había acabado con la vida familiar agraria, donde las mujeres,
siempre habían desempeñado un rol significativo.
En medio del siglo, aparece, en el mercado de trabajo, un nuevo tipo de mujer: la
mujer operaria u obrera. Esclava del salario, mal paga y ganando a veces, la mitad
de lo que ganaría en su lugar un hombre. Por su parte, la resistencia del varón a la
mujer que se gana su salario, fué y continúa siendo en muchos aspectos, motivo
de resistencias; resistencias de tipo competitivo-laboral, y de tipo ideológico.

Vida sexual, prostitución y enfermedades venéreas.


La esposa victoriana, amén de gentil, refinada y de maneras corteses, era sumisa
y obviamente, inmadura sexual. La represión era condición indispensable como
instrumento de refinamiento y "elevación" espiritual. Se apoyaba, como hemos
visto, en una vasta ignorancia de su anatomía y fisiología. Sus compañeros,
criados en el mismo contexto, exigían inicialmente todas éstas características de
ellas y se suponía, que ellos "instruirían" a sus mujeres en las artes del amor. Sin
embargo, para ésta tarea, los hombres no estaban preparados, porque tenían
inhibiciones y estaban tan prisioneros del contexto victoriano como ellas.
Alice Stockham fué una americana que a finales del siglo, declaraba que cualquier
marido que exigiese relaciones sexuales a su mujer, fuera de la finalidad
reproductiva, la transformaba en prostituta particular (!) (ver cita bibliográfica, pag.
386) Los períodos de abstinencia, en particular de los hombres, eran larguísimos,
a causa que se proponía no tener relaciones durante el período menstrual y
durante el embarazo, siendo las familias, muy numerosas. Según testimonios de la
época, no había conciencia en la población, de las presiones sociales que
inducían a pensar de ésta manera. Recurrir a la prostitución, fué una práctica
corriente, práctica que se expandió como nunca. Los médicos de la época
descalificaban el coito en exceso, pero lo alentaban con la condición de que no
existiera en él, rastros de emoción. En otras palabras, alentaban la prostitución, en
salvaguarda del matrimonio y la salud.
Prostitutas famosas abundaron en América, protegidas por el poder político, los
banqueros, oficiales del ejército y poderosos. Las que continuaron las huellas de
Madame Pompadour, se llamaron Thérèse Lachman - "La Paiva" - de origen ruso,
Emma Crouch, que se hacía llamar Cora Pearl, Lily Langtry y muchísimas más,
totalmente anónimas.
Los burdeles administrados por mujeres abundaban, pero, sin embargo, como
control policial, la salida de las mujeres para "caminar por las calles", no era
permitida. También existieron los "burdeles-pensión", donde las prostitutas
alquilaban un cuarto. Lo más "elevado", era tener una casa propia o de
"acomodación", también denominadas "maisons de rendezvous", que alquilaban
cuartos por hora. Tales casas, eran usadas no sólo por prostitutas, sino también
por mujeres que tenían encuentros con sus amantes. En Londres abundaban en el
West End, y en Nueva York, en la Quinta Avenida.

Las enfermedades venéreas.


El aumen|o de las enfermedades venéreas fué "in crescendo" en el correr del siglo
XIX, lo que da una idea aproximada, de la incrementada actividad sexual. Las
prostitutas, eran la principal vía de transmisión. Como la sífilis tiene un período
cutáneo inicial, que luego desaparece, en el contexto de ignorancia, silencio e
hipocresía de la época, era muy común que los hombres dejaran pasar -
inadvertidamente o no - ese período, lo cual explica la enorme cantidad de
secuelas neurológicas que pasaron al siglo XX, en particular en sus primeras dos
décadas. La medicina de hace ciento cincuenta años, ignoraba que gonorrea y
sífilis eran cosas diferentes. Ambas, eran tratadas con mercurio, que era
sumamente doloroso. Y por supuesto, no garantizaban la cura.
Recién en 1905, la "espiroqueta pálida" productora de la sífilis, fué identificada por
un zoólogo del Este Prusiano, llamado Fritz Schaudinn. Un año después, Augus
von Wassermann, perfeccionó un sistema de examen sanguíneo para el
diagnóstico de la enfermedad. En 1909, en Fankfurt-am-Main, el químico Paul
Ehrlich, descubrió que un derivado del arsénico, que donominó "Salvarsán",
efectuaba una cura rápida, pese a no carecer de riesgos en los primeros tiempos
de aplicación. Hubo que esperar más de tres décadas, para la aparición comercial
de la penicilina, donde pudo controlarse casi totalmente la enfermedad.
Sin embargo, la cura de la gonorrea, llevó más tiempo. Recién en 1879, se
descubrió el agente microbiano causal y recién con la introducción en el mercado
de las sulfamidas, en 1935 y la penicilina en 1941, pudo facilitarse una cura
rápida.

La búsqueda de vírgenes. El himen y su historia.

La prevención de las enfermedades venéreas, en la época victoriana, tuvo muchas


viscicitudes. Una de las cuales, alumbra sobre el pensamiento de la época: la
demanda de... prostitutas vírgenes (!). Se suponía que las prostitutas vírgenes,
eran limpias. Y lo que fué trágico para muchas mujeres, era suponer que la
relación sexual con una vírgen, curaba de la sífilis o la gonorrea, lo cual fué fatal
para muchísimas de ellas.
La ansiedad por encontrar vírgenes, se asentaba también en el placer, muy
particular, de los hombres en su defloración, mezcla de sadismo, excitación
emocional, dominación y posesividad. A ésto se dió en llamar, "el vicio inglés", lo
cual no hace justo honor a ésta práctica, que reconoce antecedentes muy lejanos
en la Historia humana: el derecho del "Señor" feudal o del propio rey a deflorar a la
recién casada antes que el marido, práctica que se remonta a los sumerios y hay
registros de que fué practicada en Francia durante el siglo XIII.
La mayoría de las sociedades de la Historia, reconoció preocupaciones sobre la
virginidad de la novia. En Esparta, Creta y Roma, existieron rituales de rapto, con
la finalidad de sofisticadas prácticas de defloración. En algunos pueblos, como en
la India musulmana, se practicaba la defloración pública, como prueba irrecusable
de la castidad pre-matrimonial. De las tribus curdas, procede la práctica de exhibir
un paño o sábana manchada con sangre con las mismas motivaciones.
En la Inglaterra de fines del XIX, el tráfico de prostitutas vírgenes, constituyó un
pingüe negocio, y nada encantaba más a la fachada victoriana, que los relatos
periodísticos o novelados donde se relataran escándalos de éste tipo. Negocios
adicionales, pudieron producirse, como la restauración himeneal por sutura, o
producción artificial de heridas que sangraban. Tanto en París, como en Berlín o
San Francisco, existieron prostíbulos que ofrecían el espectáculo de defloración,
como parte atractiva de sus shows. Obviamente, las actrices, eran "reparadas",
varias veces en el mes.
No sólo la prostitución, sino también la Homosexualidad fué motivo de propuestas
comerciales en la segunda mitad del siglo XIX, tanto en Europa, como en América.
Hubo centenas de prostitutos en París, muchos de ellos adoptando costumbres
travestis, en tanto en Alemania, hubo escándalos frente a rumores de que la Corte
era dominada por Homosexuales. Inclusive, se hablaba de una verdadera
"conspiración" de ellos, en alianza con los judíos y la masonería. Décadas
después, éste pensamiento, habría de producir, una de las mayores hecatombes
de la Historia.

Sadismos, masoquismos y "femmes fatals"

Un verdadero "torneo patriótico" se desató sobre el llamado "vicio", ahora aplicado


a la Homosexualidad. En efecto, los franceses del siglo XIX, se refirieron a la
Homosexualidad, como "el vicio alemán", y con la misma "naturalidad", se
denominaron a las prácticas de flagelación, como "el vicio inglés". Los ingleses
concluían, alegremente, que la gran responsable por la transformación de los
formales caballeros en "desviados sexuales", era...la escuela pública !
Era corriente, en las escuelas secundarias de Inglaterra, en particular de las
clases altas, acompañar la estricta disciplina, con latigazos, azotes con varas y
castigos corporales diversos. No era extraño que, una o dos décadas después,
precisaran de semejantes estímulos para provocarse excitación sexual.
El cuadro denominado Masoquismo, fué definido y descrito por primera vez, por el
psiquiatra austríaco Richard von Krafft Ebing , quien tomó del novelista y abogado
Ritter Leopold von Sacher-Masoch, el término. Las novelas se referían al tema de
hombres con imperiosa necesidad de que sus mujeres les infligiesen dolor. La
historia más famosa del novelista Sacher-Masoch, fué "La Venus de las Pieles".
La época victoriana fué riquísima en literatura barata, cuyo origen provenía de los
burdeles, y destinada a excitar la imaginación de los clientes. En algunos casos,
constituían verdaderos manuales detallados de flagelación.
Los finales del siglo XIX, estuvieron ocupados por las "anomalías sexuales", las
cuales fueron recopiladas en detalle, por Krafft Ebing, autor antes comentado (ver
pag. 41) Las preguntas inquietantes abundaron...¿Por qué se tolera la prostitución
femenina y se considera delito a la masculina? ¿En qué consiste el delito? Las
respuestas, provocaban confusión, y nuevos cuestionamientos: porque es
"innoble", o "antinatural", o "infamia", etc.
El autoerotismo, los sueños voluptuosos, la automanipulación de los genitales,
fueron cuestionados al máximo, e incluídos entre las prácticas "anómalas".
Se puede afirmar, con pocas dudas al respecto, que casi toda la época victoriana,
orilló la perversión, en el clásico sentido psicoanalítico del término. Incluso es
común escuchar anecdóticamente, que Freud describiera el inconciente, por
simple observación de lo que ocurría a su alrededor: un tipo de personalidad, o
conducta de día, y otro, totalmente opuesto de noche, o en las veladas sombras
de aquello que todos sabían, pero nadie quería decir.

El siglo XX: el cambio vertiginoso. La apertura social.


Para la burguesía de finales de siglo y comienzos de éste, la vida privada, coincide
con la vida en familia.(*) Fortunas, salud, costumbres, religión, se desarrollan
teniendo la familia como eje. Por supuesto que las fronteras en relación a la
intimidad, eran diferentes en clases sociales bajas o menos favorecidas.
En la primera mitad del siglo, casarse era fundar un hogar, el ideal casi perfecto de
la comunidad, se realizaba en ello. La profesión, la situación de fortuna, las
cualidades morales, jugaban un papel considerable.
Ya en la tercera y cuarta década del siglo, las cosas comienzan a cambiar. Las
revistas femeninas comienzan a publicar artículos donde lo psicológico, en
particular los conocimientos freudianos, se popularizan, aunque, fuerza es
reconocerlo, la sexualidad continúa muy vinculada a la reproducción.
Pero, a lo largo de los años, el movimiento del mundo occidental, tendió a
constituir al matrimonio de una institución, en una formalidad. Para los jóvenes, ya
no les fué necesario casarse para independizarse de los padres, ni tampoco se
necesitó contraer matrimonio para mantener relaciones sexuales con alguien a
quien se deseara mucho.
La vida individual, se entronizó. Su mejor signo, fué el moderno culto al cuerpo. El
cuerpo "entró" en el siglo XX, cubierto: no se mostraba. Sombreros y guantes,
ocultaban la mayor cantidad de fragmentos. La honda tradición cristiana,
convocaba sospechas alrededor del cuerpo. Prestarle demasiada atención, era
caer en el "pecado de la carne".
El período que va desde la primera a la segunda guerra mundial, es un período
caracterizado por la popularización de la vida deportiva, los albergues juveniles,
vacaciones pagadas a grandes masas de población, y el abocamiento a nuevas
prácticas de higiene, limpieza y acicalamiento del cuerpo. La seducción
programada a base de cosmética, gana al público femenino. La explosión
publicitaria, contribuye sensiblemente.
La rehabilitación del cuerpo, se constituye, sin duda, en uno de los fenómenos de
finales del siglo. Maquillarse, hacer gimnasia, "jogging", hacer deportes y
preocuparse por la alimentación, son actividades que denuncian al propio cuerpo
siendo un objeto y un medio.
El baile, también evoluciona a compás del cuerpo. De complicado rito tipo vals, por
ejemplo, en los inicios del siglo, luego de la segunda guerra estalla a través del
jazz, las parejas se despegan y se juntan en frenética danza. El ritmo implica no
solo elegancia o habilidad, sino flexibilidad y resistencia. El rito de pareja, cede
paso al rito individual.
El cuerpo se exhibe bronceado, luego de que, en inicios del siglo, la blancura era
considerada de elevado "status". La minifalda de los '60, culmina en el "topless" de
los finales del '80. El cuerpo es reivindicado y mostrado.

Cuerpo, violencia y vejez.

La violencia contra los cuerpos, también gana cotidianeidad. El cuerpo no sólo es


centro de narcicismo; también es objeto de agresividad. La sensibilidad popular en
relación a éstos temas, fué creciendo significativamente.
No sólo amenaza los cuerpos la violencia exterior, sino la enfermedad y la edad.
Los contemporáneos se encuentran movilizados para prolongar la vida. El
progreso de la cirugía, de los antibióticos, vacunas y vitaminas, desde principios
de siglo al presente, ha sido notable.
La muerte produce escándalo si se produce antes de la vejez. Los accidentes en
la vía pública y en las carreteras, son altísimos, y las enfermedades
cardiovasculares, ganan en las estadísticas al cáncer.

"El miedo a la enfermedad impregna nuestra sociedad:


da a los médicos una audiencia y un prestigio nuevo,
hincha las ventas de las farmacias y alimenta la
prosperidad tanto de los laboratorios de análisis
como la de los gabinetes de radilogía. Al mínimo
síntoma se toman medicinas, se consulta, se hacen
exámenes". (ver cita bibligráfica, pag. 108)

La salud se torna en una preocupación constante, y la exigencia colocada en la


medicina oficial, es intensísima, y los fracasos, llevan a un considerable desarrollo
de las medicinas o terapias "alternativas", donde existe una postura crítica, una
vuelta a la naturaleza, con fuertes raigambres orientales o místicas en muchos
casos.
La explosión de los medios comunicativos, conoce un prodigioso desarrollo. Los
múltiples efectos que producen, se hacen sentir sobre las costumbres cotidianas.
De la prensa escrita de principios de siglo, al "bombardeo" continuo informativo,
gráfico, colorido y restallante, del presente, hay un salto enorme. La velocidad de
la información, creció, también, geométricamente, transformando a la humanidad,
en una "aldea global", según la feliz frase de McLuhan.
Los medios comunicativos, trajeron de la mano, el desarrollo creciente de la
publicidad. No sólo excitan la imaginación, sino que proponen nuevos hábitos de
consumo, identificaciones y valores novedosos. Las antiguas costumbres y reglas
de la vida íntima, recluída y aislada, van cayendo poco a poco. La publicidad va
modelando la vida de las personas y las comunidades. Todo el mundo piensa que
piensa autónomamente, cuando en realidad, repite con ligeras variantes, el último
cronista, la última imágen televisiva. La televisión se "mete" en los hogares, pero
también los hogares se "meten" en los acontecimientos en "vivo y en directo". Las
fronteras entre lo propio y lo ajeno, se disipan, se atenúan.

Siglo XX: historia de la indiscreción, la comunicación a los no iniciados,


informaciones
hasta aquí confinadas a las esferas individuales o familiares o a grupos de
especialistas.

La dilución de las fronteras, atañe a una desaparición progresiva de aquello que la


sociedad se empeñó en ocultar, o por lo menos, distanciar de los ámbitos sociales
o masivos. Claro está, la sexualidad es uno de esos temas, pero no sólo el único.
La distancia entre ámbitos privados y públicos que se traspasan en continuo
movimiento, es una característica llamativa del siglo. En forma brillante, Gérard
Vincent , coloca en la escena iluminada, al secreto, como el hilo conductor que
permite abordar numerosos acontecimientos: normas jurídicas, matrimonio, las
guerras, la sexualidad misma.
Secreto, proviene del latín secretus, que a su vez desciende de secerno, que
significa "separar", "poner aparte". Secerno está compuesto por el verbo cerno,
que significa cribar, tamizar, y el prefijo se, que es indicativo de separación. De
cerno, derivan discerno, que culmina en discernir, (tanto el bien del mal, lo
importante de lo accesorio), también excerno, de donde proviene excremento y
secerno que en algunos idiomas, da raíz a secreción y secreto.
Una rápida mirada etimológica, nos indica que en el origen de la palabra secreto,
está la operación de tamizar, separar, dejar pasar (y su opuesto, retener). El
secreto será, pues, un saber oculto, con tres temas rectores:

• El saber (pensamientos, sentimientos); el compor- tamiento (intriga);


objetos materiales (el cajón donde se oculta, la puerta, etc.)
• El disimulo de ese saber (rechazo a comunicar, ocultamiento,
silencio, mentira)
• A partir del disimulo, la organización de la relación con los otros
(relación de poder, ejército secreto, agente secreto, documento secreto,
etc.)

Como puede observarse, este fino análisis, alude directamente a la sexualidad,


donde el saber sobre lo sexual, se retiene, se discrimina, se silencia y se deforma.
De tal manera, la relación de poder se instala: quien tiene la información la
administra y decide quien, como, y cuando "debería" informarse. Quien quedará
fuera del circuito del saber y quienes no. Detentar un secreto, es decir, retener uno
algo que no es suyo, usurpar, apoderarse ilegítimamente de algo, está
íntimamente vinculado con la exigencia de arrancar una confesión. La historia del
secreto, se suele confundir con la tortura y la guerra.

Las grandes guerras, las crisis de identidad,


el Psicoanálisis y el preludio al "estallido" sexual.

El comienzo de siglo coincide casi, con la Primera Guerra Mundial (1914-1918); la


Segunda Guerra Mundial (1939-1945) abre el capítulo más conmocionante de la
segunda mitad de la centuria. Entre ambas y luego de ellas, se sucedieron
docenas de guerras: Guerra Civil Española, Corea, Indochina, Argelia, Vietnam,
Camboya, la llamada "Guerra Fría", que amenazó con un holocausto nuclear a la
humanidad toda. El vocabulario guerrero, "invade" los medios: "la batalla", "la
prueba de fuerza", "capitulación", "estallido", "estrategia", etc.
La Segunda Guerra Mundial, trajo el Holocausto, una infernal maquinaria de la
muerte, que los nazis, eufemísticamente, denominaron "solución final", e hicieron
del secreto (nuevamente separación, selección, usurpación) el fundamento de la
acción mortal. Auschwitz, el Gulag soviético, las "desapariciones" en América
Latina, son el moderno aporte de la Inquisición que reemerge. La idiosincrasia
totalitaria, despoja al ser humano, nada más y nada menos, de aquello que lo
constituye como ser: su identidad.
Volver de los campos de concentración, es volver del infierno, y por lo tanto, se
hace poco creíble su narración. Su palabra se vuelve vacía, por ser intransferible
la horrorosa experiencia. La experiencia maquinal nazi, se hace para "separar",
"limpiar", "tamizar" la raza, dejarla impoluta, blanca y aria. Tal como lo expresó
M.Borman - lugarteniente de Hitler - en su testamento, la pureza de la raza
alemana, era más importante que ganar la guerra.
El tema de la identidad, que ya estaba planteado a inicios del siglo, va a adquirir
notable importancia luego de que la Humanidad se informe de los horrores de la
Segunda Guerra Mundial. No poca cosa significó, que uno de los factores que
determinó la "paz", fué aniquilar pueblos enteros con bombas de destrucción
atómica, hasta ese momento inimaginables por los seres humanos. La tecnología
y la ciencia, en la cual el Progreso de la Revolución Industrial de la centuria
anterior había depositado sus más idealizadas esperanzas, se colocaba ahora, al
servicio de la destrucción humana, de la muerte. El Hombre se siente más sólo
que nunca, y de allí las filosofías existencialistas que se entronizaron, con
J.P.Sartre a la cabeza. Las filosofías existenciales no quedan confinadas a la mera
reflexión vacía, sino que activan a los jóvenes, actúan de revulsivos sociales. El
mundo se parte y "reparte" entre los vencedores, dejando, a su vez, "terceros" y
"cuartos mundos" excluídos de los beneficios de la modernidad.
El secreto, "la indiscreción", y el propio problema de la identidad, conoce su
culminación científica-literaria, en el Psicoanálisis:

"El psicoanálisis se marca como fin no


tanto para curar, sino para acosar el secreto
más escondido: aquel que el individuo lleva
consigo sin ser conciente de ello. Ya no se trata
de descubrir el secreto que el otro detenta
conscientemente, sino de revelar, a esa persona,
lo que está oculto" (ver cita bibliográfica, pag. 244-47)

Entre muchas de las "revoluciones" en torno del secreto (o secretos) que la ciencia
de Freud desocultó, se encuentra el tema de la sexualidad humana, que ocupa, en
el mundo occidental, un espacio preponderante.
Simultáneamente con éstos cambios, sucede un hecho en directa conexión con el
progreso tecnológico, y que causaría un impacto directo en las costumbres
sexuales: la aparición masiva de los anticonceptivos orales. La vida íntima de las
parejas, y muy particularmente de las mujeres, se conmueve con una amplitud y
efectos de todo tipo, cuyos alcances, aún, no han sido mensurados. Los
nacimientos, ahora, pueden ser decididos, planificados. La mujer puede separar a
voluntad, su actividad reproductiva de la erótica; se libera de la angustia de un
posible embarazo que no se desea. Los efectos se hacen sentir sobre el varón:

"Que el hombre (en el sentido de vir) es "naturalmente"


polígamo es algo que se sabía desde hace mucho
tiempo y la sociedad lo toleraba. La poliandria,
hasta ahora controlada por los valores y las normas
elaboradas por los machos y puesta de manifiesto
estos últimos años, pone en cuestión - y en todos los
planos - la pretendida superioridad masculina"
(ver cita bibliográfica, pag. 252-53)

Los avances notables de la anticoncepción, no hacen olvidar, en manera alguna,


el miedo a la infertilidad. La consulta por problemas relacionados a la imposibilidad
de concebir, se hicieron notablemente frecuentes. La esterilidad conyugal, es
vivida generalmente, de manera dramática. Tabúes sociales caen, y antes, a la
mujer, a quien se le imputaba la carga, comienza a repartirla por partes iguales y
equivalentes, con el varón. Los procedimientos diagnósticos y de fertilización
artificialmente asistida, son otros aportes de la tecnología. Los nuevos
acontecimientos, bancos de semen, multiplicidad de embriones, posibles
anomalías cromosómicas, "alquiler de úteros", etc., son motivo de discusión
científico-médica y legal.
Finalmente, se constata que la actividad sexual en pareja por parte de los jóvenes,
se va imponiendo con fuerza creciente, a partir de los años '60. Lo que
aparentemente escandaliza, aquello que se ha dado en llamar la "libertad sexual",
es sólo una apariencia de transgresión, puesto que en la mayoría de los casos, se
constatan valores fundamentales de la pareja: respeto, afecto mutuo y confianza.
Justamente, lo que predomina, es que el matrimonio futuro, no sea un fracaso. Es
una anticipación del vínculo y no un rechazo.
La relación sexual pre-matrimonial de los jóvenes, ha sido vista como una síntesis
entre el contrato matrimonial tradicional, asentado sobre la triple finalidad de la
duración, la fecundidad y la transmisión del patrimonio, y los amoríos
extraconyugales, donde se expresaba la pasión ambigua de la intensidad y la
diversidad, precauciones que se tomaban para evitar la fecundación. Una
"moderna obsesión", de ganar en todos los terrenos, de no renunciar a nada de
las propias posibilidades.
En el mundo en general, aunque menos en Latinoamérica, el ascenso social y el
protagonismo femenino, ha sido notable. La profesionalización de las mujeres, la
calidad de las que se dedican a la ciencia, el avance en los puestos públicos, las
reivindicaciones puestas al día en cuanto a la vida sexual activa, son algunos de
los hechos, que la han colocado casi en un pie de igualdad con los hombres, luego
de siglos.

Cuerpo y sexualidad

En relación al cuerpo, el siglo XX, y en forma especial el último tercio de él, se


caracteriza por dos miradas: la del espejo, y la de la tecnología.

Mirada especular Mirada tecnológica


Sobre la superficie epidérmica. En el interior corporal.
En las instituciones médicas de
En los cuartos de baño, en las diagnóstico.
salas de vestir, en los salones Siempre domina la mirada, una
de fiesta. intención de búsqueda del "mal".
Generalmente motiva la Siempre provoca, en lo mínimo,
mirada, una intención estética.
inquietud, angustia.
Generalmente, el encuentro es
Objetos principales: Rayos X,
con "el Otro" - que es uno
tomografías computadas,
mismo - y cuyo efecto es de
"scanners", laparoscopios, etc.
alegría.
Objeto principal: el espejo.

Tal como puede constatarse a diario, por lo general, la exploración interior del
cuerpo, no disminuye la angustia, simplemente, la desplaza.
Una historia de la estética femenina, pondría en evidencia, que el proceso, desde
la Edad Media al presente, fué de la admiración y culto de la obesidad, a lo
contrario, al de la delgadez. La obesidad, es el culto de las sociedades sub-
alimentadas. En cualquier parte del mundo, las caricaturas de las aristocracias y
las burguesías, se hicieron con figuras obesas.
La estética de la delgadez, estética que se impone con fuerza desde los años '60
en el mundo occidental, es característica de una sociedad de abundancia, que
considera la "grasa", como "el mal" a combatir. Los medios de comunicación
masiva, en particular la Televisión, imponen regímenes de los más variados y, en
muchos casos extravagantes, acompañados de un cuerpo que tiene que estar en
movimiento: energic, tonic, gymm, gymm dance, body building, streching, aerobic,
aerobic turbo, etc. Son algunas denominaciones, casi todas de origen californiano,
del culto post-moderno a la delgadez tan anhelada.
La medicina, de "general", pasó a ser "especializada"

Médico "generalista", "de


Médico "especialista"
familia"
Se ocupa, no sólo del enfermo, Se ocupa exclusivamente del
sino también, de su entorno enfermo. A veces, ni siquiera: sólo
familiar. del órgano o la función.
Escasas visitas en su Visitas exclusivas en su
consultorio particular, y consultorio. Excepcionalmente a
muchas a domicilio. domicilio.
Conocimiento directo del estilo Conocimiento del discurso
de vida, vivienda, relaciones sintomático, sin tomar en cuenta
grupales, sentimientos, aquello que evoque condiciones de
secretos, y dificultades. existencia. Ignorancia de los
Conocimiento directo de los cuerpos como totalidad presente o
cuerpos (partos, pequeñas histórica.
cirugías, tratamiento de
enfermedades graves y El enfermo es el cliente.(el acento
asistencia a los agonizantes), recae en aspecto económico y no
seguimiento a través de en el sufrimiento)
generaciones. El pago es en el momento.
El enfermo es el paciente (de
patior, sufrir)
Se presentan los honorarios,
una vez al año.

Las enfermedades mentales, merecen párrafos axarte, por estar en vinculación


directa con "lo secreto". La Historia muestra, que se comienza a confesar, a hacer
pública una determinada afección, cuando hay atisbos directos y ciertos de
curación. Así sucedió, con la sífilis y la gonorrea en los años cuarenta, la
tuberculosis cuando la aureomicina y los tuberculostáticos la dominaron y está
sucediendo ahora con el cáncer, o por lo menos, con algunas expresiones de él.
La terapia psiquiátrica, carece de la espectacularidad de los métodos de cura de
una infección por ejemplo, y entonces, las afecciones mentales, aparecen ante los
ojos de la población, como "incurables" y confinadas al secreto. Una concepción
cíclica de la Historia humana, es inconcebible para éste presente tecnificado al
máximo, y exigente de respuestas directas, curas rápidas, exhibidas y
propagandeadas por los medios masivos de comunicación. La enfermedad
mental, le recuerda a los fabricantes de tecnología, al hombre contemporáneo,
que pese a que su mente le ha permitido prolongar la vida y viajar a otras galaxias,
no ha podido dominarla (a su mente) Pese al avance de la neuroquímica, del
"scanner", de la resonancia magnética nuclear, etc., aún, la clínica psiquiátrica se
funda en ese "sospechoso" testimonio - para éste presente técnico - que es el
discurso del paciente. La lucha entre los partidarios de la genética, de lo heredado
y de la neuroquímica contra los "contextualistas", los psicoanalistas, los
sociólogos, amenaza a extenderse "ad eternum"...
Hoy, el "loco", se admite socialmente, no contagia. Es visto como un perturbado
de la comunicación, pero es el paradigma más importante, del mal del siglo: la
identidad (en éste caso, perturbada). Y, sin embargo, el "loco", pone en evidencia
nuestra imposibilidad de comunicarnos, nuestra propia invalidez, puesto que no
podemos ni comprenderle, ni responder adecuadamente a sus preguntas. Mucho
menos "curarle". La investigación contemporánea se interesa infinitamente más
por otros problemas, candentes sí, pero no tan antiguos. Además, el "loco" no
muere de su locura. Apenas se muere su identidad.

El "estallido" sexual.

Tal vez el acontecimiento más notable y sobresaliente de éste siglo en materia de


costumbres, haya sido, que a partir de la Segunda Guerra Mundial, la erótica
Judeo-Cristiana tradicional, se vió cuestionada, y hasta cierto punto, cambiada.
La erótica Judeo-Cristiana, de la cual hemos visto en páginas precedentes sus
viscicitudes, se puede resumir en "es necesario aparearse para procrear, y no
fornicar sin procrear". Una infinidad de citas pueden servir de ejemplo: "La mujer
no es dueña de su propio cuerpo, sino el marido; e igualmente, tampoco el marido
es dueño de su propio cuerpo, sino la mujer" (San Pablo, I Cor., VII, 2-4), lo cual
suena poético, pero impone la obligatoriedad del vínculo como un débito. La
castidad, es preferible al estado conyugal, pero no todo el mundo puede, por lo
tanto será bueno que la gente se case, que cada mujer tenga su hombre y cada
hombre su mujer. Pero observemos esta cita de San Jerónimo: "Adúltero es el
hombre enamorado de su esposa de manera demasiado ardiente..." (...) "Que el
hombre domine el arrebato de la voluptuosidad y no se deje llevar con
precipitación hacia el apareamiento. Nada es más infame que amar a una esposa
como a una amante". Obviamente, el placer femenino nunca fué tomado en
cuenta: no servía para la procreación. Todo aquello que impida la concepción,
está prohibido. Siempre hubo muchísima más "benignidad" para el placer
masculino, porque estaba acompañado - siempre - de la objetiva "semilla" de la
vida. La mujer que disfrutaba sin amar, era considerada una "ninfómana", en tanto
el hombre que frecuentara "burdeles" o tuviera amantes, era considerado
"natural".
Pese a tener importantes antecedentes, como hemos visto es recién finalizada la
Segunda Guerra Mundial, en que aparecen las obras de Kinsey primero, y Masters
y Johnson luego, cuando la Sexología, adquiere presencia en el mundo científico.
La actividad sexual directa, con una audacia desconocida hasta ese momento, es
puesta en el laboratorio, filmada, reproducida y estudiada por los científicos
americanos. El orgasmo femenino, como casi todo el estudio de la Sexualidad
Humana, es visto como el resultado de un entrecruzamiento multidisciplinario:
fisiológico, psicológico y social. Se disuelven mitos profundamente arraigados, y
se describen las diversas fases de la Respuesta Sexual Humana. Se detallan
nosografías y se diseñan modelos terapéuticos, mezclando diversos esquemas
referenciales, con cierto predominio operativo en las técnicas conductuales. Las
terapias se mueven en general, en un circuito de brevedad, ocupándose,
mayormente, de eliminar los círculos viciosos que perpetúan la ansiedad de
desempeño sexual. Al emplear, entre otras técnicas, la aproximación íntima de los
cuerpos, las caricias, los abrazos y masajes erotizantes, se produce una
"despatologización" de la masturbación, que, a su vez, se desmitologiza.

Del confesor al sexólogo, pasando por el psicoanalista

En la antigüedad, el matrimonio no consagraba - como muchos ignoran -


relaciones libres, amorosas. No era más que un contrato entre dos patrimonios, y,
por lo tanto, se imponía imprescindiblemente, una normativa para la vida en
pareja. Esto es lo que se llamó el débito conyugal (la palabra débito, significa,
simultáneamente, deuda y deber, obligación). La cama era el lugar - máximo -
donde era obligatorio cobrar, depositar, recibir, reclamar o exigir la deuda. Si uno
de los cónyuges se negaba al acto sexual, se podía recurrir al confesor religioso,
quien oía, amonestaba, pudiendo negar la absolución y la comunión. El
Psicoanálisis, en los comienzos del Siglo XX, heredó el acto de confesión. Hoy, la
tendencia, es ir y "confesar", manifestar, reconocer, al Sexólogo. Así como antes
de ayer era el Confesor, ayer el Psicoanalista, hoy, es el Sexólogo.

Los problemas de la identidad de género.

Tal como lo enunciáramos anteriormente, (ver pag. 45) los temas relativos a la
identidad, se difundieron y extendieron, luego de la Segunda Guerra Mundial.
También se diversificaron. Una serie de problemas, vinculados directamente con
el tema sexual, adquirieron nuevas denominaciones, mucho menos condenatorias
que las que habían tenido hasta el presente.
En una visión histórica rápida, la Homosexualidad, que fué duramente condenada
por la Iglesia en la Edad Media, donde se denominaba "sodomía", pasó por la
denominación de "degeneramiento", "perversión", "enfermedad" y, finalmente,
"trastorno de la identidad de género", en los años '70. Esta "despatologización" de
la Homosexualidad, por lo menos en Latinoamérica, es mucho más nominal que
real-concreta. Aún se sigue buscando afanosamente LA causa, sea ella química,
hormonal, psicológica o social. Mientras tanto - aunque bastante menos que
décadas pasadas - la discriminación continúa. Las encuestas, muy particularmente
norteamericanas, ponen de manifiesto que la conducta homosexual, no es una
rareza. Ni la masculina, ni la femenina. Los Homosexuales se organizan
políticamente, y constituyen un poder fuertemente militante, en especial, con la
aparición del SIDA.
Junto con la Homosexualidad, los trastornos de la identidad de género, se nutren
del Fetichismo, del Travestismo y del Transexualismo. Juicios famosos, solicitando
- y a veces obteniendo - cambio de sexo biológico, escandalizan a la sociedad,
que pone sobre el tapete, la legitimidad de tales pedidos y acciones. En algunos
círculos, se opina que el Transexual, no pide un cambio, sino una rectificación, no
una mutación, sino una constatación. El transexualismo, pone en evidencia la
polisemiaq del término "sexo": hormonal, gonadal, cromosómico, de crianza o de
asignación, de la vestimenta, del esquema corporal, psicológico, legal, etc.
El Fetichismo, no comporta tanta polémica social, porque lo común, es que se
mantenga en los ámbitos de la intimidad y es raro como motivo principal de
consulta. Debemos aclarar siempre, que estamos refiriéndonos a entidades
aisladas: Homosexualidad, Transexualismo, Transvestismo, sabiendo que pueden
coexistir en muchos casos.

La "explosión" pornográfica.

El término pornografía (del gr.porné: prostituída, y graphé: escritura) designa,


desde la etimología misma, mucho más los discursos que suscita, que la
sexualidad misma. Dicho en otras palabras, es mucho más evocación, que
literalidad, mucho más representación, que práctica concreta. Se discute
permanentemente, la delimitación y las fronteras que separan y unen al erotismo,
siempre bien aceptado, de la pornografía, siempre mal aceptada y casi siempre
condenada.
Conjuntamente con el "estallido sexual" (ver pag. 50) entre otras cosas, el siglo
trajo de la mano, la pornografía en sus diferentes manifestaciones: escrita,
novelada, filmada y videada. También florecieron los comercios dedicados a
vender artículos diversos, los famosos "sex-shops", denominados a veces, "porno-
shops". Espectáculos donde se "realiza" el acto sexual "in vivo", se publicitan
insistentemente, tanto en San Francisco (California), como en Dinamarca, Suecia,
o Francia.
La persecución a escritores o editores, fué simultánea con la aparición de la
pornografía. Reediciones del Marqués de Sade, son capturadas. Un avance
importante, se logró con la difusión de filmes pornográficos, en salas destinadas a
tal efecto. En Francia, Comisiones de control, clasifican a las películas como "X",
"aquellas que presenten de forma reiterada el acto sexual como fin en sí mismo".

La ola de pornografía, permite elaborar algunos conceptos. El primero de los


cuales, es de fácil constatación en cualquier parte del mundo: no hay colas de
personas en las puertas de los "porno-shops", ni en las billeterías de los cines
dedicados a ella. Casi siempre, la clientela de éstos lugares, es frecuentadora
furtiva, semioculta y silenciosa. Nadie se ufana o vanagloria de frecuentación de
éstos lugares.
Otra observación fácil de extraer: el agotamiento de la imaginación que produce
tener un rápido acceso a cualquier material pornográfico. Pasado los primeros
momentos de curiosidad, la monotonía suele invadir al lector, al "mirón", al
frecuentador. Esto hace pensar, que el erotismo y la fantasía erótica, se nutren de
lo prohibido, de la transgresión, del incesante desafío frente a los milenarios
tabúes que se alzan alrededor de la sexualidad humana.

La prostitución.

La palabra prostituta, proviene del latín prostituere, que significa "exponer en


público", o sea, ofrecerse a una persona que paga. "El oficio más antiguo del
mundo", como suele llamársele, no ha declinado durante el siglo XX. En 1911, se
sostuvo la tesis de la "prostituta innata", o de la prostitución como una "afección
orgánica patológica". Se oponía fuertemente, a la denuncia - escandalosa para la
época - hecha por G. de Tarde, profesor del Colegio de Francia, quien se atrevió a
preguntar ya no por la prostituta, sino por el cliente: ¿Quién es el cliente?

"....en una sociedad cristiana que carece de una propia erótica y que
ha proscrito el placer de la relación conyugal, es normal que
el marido frustrado (y muy a menudo ni siquiera ha visto a su mujer
desnuda) acuda a las peripatéticas. Mucho más, anuncia que la
sociedad se encamina hacia una nueva ética que reconocerá el valor
utilitario o estético del placer voluptuoso y su papel individual y social.
De ahi resultará una nueva concepción del matrimonio y de la familia"
(pág. 383)

Se ignora, a ciencia cierta, quien es el cliente. Permanece en el espacio mítico.


¿Alguien con dinero?, ¿Hombres en búsqueda de maniobras o placeres que sus
compañeras no les proporcionan?, ¿Perversos vergonzosos?, ¿Tímidos
incorregibles rayanos en la fobia, que no se atreven a propuestas galantes o
"indecentes", y que el dinero garantiza el no ser rechazados?, ¿Amantes del
anonimato donde encuentran su mayor excitación?, ¿Homosexuales no
reconocidos que se excitan con los relatos de otros clientes masculinos?,
¿Crónicos disociadores entre el sentimiento y el placer, entre el cuerpo y los
prejuicios?, ¿Reprimidos consuetudinarios, que necesitan de "lo oculto y
prohibido" para satisfacerse?, ¿Personas ocasionales que desean,
ocasionalmente, tener sexo sin compromiso?
La prostitución no ha declinado. Todo lo contrario: no consta en ninguna parte de
que falte clientela, o que el asunto esté en crisis.

Sexualidad y Poder y el Poder de la Sexualidad


en los finales del Siglo XX.

Como fue expuesto con anterioridad, (ver pag. 47) el cuerpo durante el siglo que
transcurre, adquirió singular relevancia. Asistimos, luego de centurias de represión
a veces violenta, a su "exhumación"
Siempre se reitera la misma pregunta: ¿Por qué apuntar al cuerpo, a la sexualidad
para reprimirla? Porque es un lugar excelente para dominar lo más sensible, lo
más arcaico, lo más afectivo del ser humano, aquello donde se es más expresivo,
pero con escasas palabras. Dicho de otra manera: porque es un lugar excelente
para ejercer el Poder.

EPOCA CONCEPCION DEL CUERPO


PREHISTORICA Y El cuerpo era sagrado, pertenecía a la Naturaleza.
GRIEGA Cumplía, además, una función estética.
El cuerpo debía disciplinarse. Prevalece el cuidado
ROMANA
de sí.
Fuerte predominio del alma por sobre la carne.
Inmortalidad del alma, por sobre lo transitorio del
EDAD MEDIA cuerpo. La Verdad, es religiosa. Enclaustramiento,
material y mental. La Lepra como paradigma del
"castigo divino". "Venía" de Asia.
Resurgimiento del cuerpo, pero como Arte. "Copiar"
RENACIMIENTO
la Naturaleza, pero alejarse de ella.
REFORMA Y Cubrir los desnudos artísticos. Culto al ascetismo y
CONTRAREFORMA al matrimonio. Puritanismo.
Resurgimiento del cuerpo, de la mano de la Ciencia.
El cuerpo anatomopatológico: el cadáver. La
Naturaleza es la que enferma y a la que "hay que
SIGLO XIX combatir". El positivismo: sólo se valida lo que se
prueba en los cinco sentidos, pero inmóvil, en el
microscopio. La Sífilis y la Tuberculosis como
objetivos de lucha. "Venían" de Francia.
El cuerpo tecnológico. La "depredación" de la
naturaleza...corpórea. El cuerpo informatizado,
psicoanalizado, borramiento de la diferencia sexual.
Entronización del reduccionismo: químico, genético,
SIGLO XX
manipulativo y borramiento simultáneo del cuerpo
erógeno. El SIDA, como paradigma de la
enfermedad "a combatir".
"Viene" de Africa, de Brasil, de los Homosexuales....
Como el lector ya habrá deducido, el Poder, no lo posee una persona.
Simplemente, el Poder se ejerce. Y éste ejercicio es un juego interaccional de
muchísimos factores, que se ha ido modificando a lo largo de la Historia humana.
"El poder es una relación". (ver cita bibliográfica, , pag.18)
En el cuadro arriba expuesto, puede observarse que en distintas épocas ha habido
diferentes "Verdades", verdades que eran representativas de la época, y con las
cuales y a través de las cuales, se ejercía Poder. Así como en la Edad Media, las
Verdades debían ser convalidadas y ejercidas por las autoridades refugiadas en
Conventos, Ordenes religiosas, etc., las "Verdades", hoy, deben ser convalidadas
por la Ciencia, que posee instrumentales químicos, quirúrgicos, ópticos (o mejor
micro-ópticos), y, sobre todo, cuantitativos-estadísticos. En conclusión, las
verdades, no tienen valor eterno e inmutable, y carecen de valor en sí mismas.
Deben de estar sostenidas por los dispositivos del Poder. "El Poder de la Verdad",
adquiere vigencia porque la única verdad, es la del ejercicio del Poder.
En muchas sociedades occidentales, el cuerpo es una entidad elegida y
privilegiada para el ejercicio del Poder. La propia división del trabajo, los diferentes
estilos pedagógicos (en las escuelas, en las prisiones, en los hospitales, en
diferentes instituciones), así como en las diferentes regiones del saber: derecho
penal, la medicina, etc., ponen en evidencia ideas, y prácticas que procuran
desterrar y reducir al cuerpo a una cosa inmóvil, observable, manipulable,
"biopsiable" y, sobre todo, controlable.

Desde la dualidad cartesiana al computador

Desde el comienzo de la filosofía occidental, donde Platón y Aristóteles


institucionalizaron el "reino" de lo terreno y el "eidon" ascencional (ver pag. 17),
fuimos adoctrinados a observar los fenómenos en forma dual: cuerpo-alma, carne
y espíritu, o cosa-conciencia, y, por supuesto, darles una jerarquía: superior
(siempre el alma, la conciencia, el espíritu) e inferior (siempre la materia, lo
terrenal, la "carne"). Concebirse como adulto "normal" racional, es concebirse
"dominando" intelectualmente el cuerpo, las sensaciones....
Para el cuerpo quedó reservado el dominio de la física, la química, la biología. El
dominio de lo mecánico, sometido a leyes específicas y desprovisto de libertad, en
claro contraste con el espíritu inmaterial, capaz de pensar y reflexionar, decidir
autónomamente. Es lo que se conoce con el nombre de sujeto y subjetividad.
Inicialmente, con el avenimiento de la ciencia moderna, el cuerpo es concebido
como una máquina de precisión: el reloj. Opera automáticamente, con un "soplo"
de alma. El cuerpo es concebido como un obrero.
A posteriori, el cuerpo da un pequeño salto cualitativo, en relación al desarrollo
biológico y aparece como sistema: el organismo. Es concebido como adaptándose
al medio, capaz de reproducirse y con complejas funciones para sobrevivir.
Justamente, en los finales del siglo XIX, el cuerpo deja de ser concebido como una
máquina perfecta y, además controlable. Ese "algo" que se escapa de las manos,
sorprende a Charcot, a Freud, y al cuerpo se lo observa como habitado por esas
"monstruosidades".... Algo que está en el cuerpo, pero uno no domina: el concepto
de "lo siniestro". El cuerpo es concebido como una autómata.
En el mundo contemporáneo, el cuerpo vuelve a recuperar el modelo de
"máquina", al ser visto como un objeto técnico-instrumental, algo así como una
cosa que puede ser construída, pero aquí, el modelo que le sirve de patrón
metafórico, es una máquina mezcla-síntesis de aparato para escribir y televisión:
el computador.

"Pensado a partir del computador, el cuerpo deja de ser pensado como vida y
proceso vital en el sentido antiguo, en que la vida era en relación con el medio,
reproducción, capacidad de autorregulación por una evaluación del medio
ambiente (sentir la agresividad u hostilidad del medio, confiar en el medio,
manteniendo el equilibrio, establecer relación competitiva con el medio ambiente,
a través de la adaptación como victoria sobre las condiciones dadas, aptitud que
permitía distinguir la salud de la enfermedad, por el criterio de la capacidad
para crear normas vitales nuevas y de la incapacidad para esto, reaccionando al
medio de modo monótono y catastrófico). El nuevo modelo, elimina la relación con
el exterior: el cuerpo realiza por sí mismo, operaciones y cálculos para la
conservación de su "programa”, esto es, del código genético" (ver cita
bibliográfica, pág. 169)

El modelo del computador, vuelve al "mecanismo" casi invisible, reduciéndose


desde el nivel "macro" a la "memoria química" de los virus o las enzimas. Desde
los códigos genéticos, conducidos y manipulados isomórficamente como
"programas" computadorizados, es y será posible controlar la vida, quizá la
purificación o elección del color de ojos o de la piel, la elección del sexo, etc.
De hecho, los finales del siglo nos sorprenden con la reproducción sin sexo. No
sólo se trata de la reproducción asistida o "in vitro". Se trata de los clones,
reacciones microscópica a nivel físico-químico a partir de una enzima o fragmento
vivo apartado de otro cuerpo vivo.
El aislamiento de los cuerpos - reales y concretos - se torna una realidad gracias
"al progreso científico" (sic)

Como puede deducirse por lo expuesto arriba, la sexualidad es un concepto -


probablemente - "en vías de extinción". Porque la sexualidad, es un "invento
relativamente reciente". (Ver cita bibliográfica, pág. 55 y sigtes.) Debemos hacer
notar, que las prácticas sociales, producen dominios, regiones deseantes. Me
explico....Hubo épocas donde el ensalzamiento, era "lo guerrero", otras, "lo
religioso", otras, "lo político", etc. Lo sensual, la sexualidad, es la distinción de ésta
última parte del siglo XX.
El término sexualidad, recién aparece en la literatura, en los finales del siglo XVIII.
Y, finalmente.... ¿Qué entendemos hoy por sexualidad, por erotismo?....

"Un conjunto de prácticas, sobreentendidos, palabras, miradas, normas, reglas y


discursos relacionados con el deseo, la genitalidad, los orificios, las eminencias y
las mucosas. Las significaciones se hacen extensibles al cuerpo en general.
También a animales y objetos. El imaginario de la sexualidad alcanza asimismo a
ciertas músicas, figuras, colores, ademanes. Tiene que ver con algunos ruidos,
susurros, gritos, secreciones, silencios. Se prolonga en perfumes, olores,
temperaturas y texturas". (ver cita bibliográfica, pág. 56)
La Sexualidad y el Poder, son solidarios como las dos caras de una misma
moneda. Hay placer en tener poder sobre el sexo: vigilar, espiar, fiscalizar, juzgar,
revelar, castigar y premiar. Hay también poder en tener placer: transgredir,
escapar a ser vigilado, escapar de la norma impuesta, eludir la punición,
escandalizar). La seducción reina en los hogares, en la televisión, en la
propaganda, en los colegios....
Los recursos que se emplean, son:

1. Codificación de las técnicas de "hacer hablar": preguntas,


"asociaciones libres", interpretaciones, etc.
2. Sexualidad como causa - difusa, ambigua y generalizada.
3. Principio de ocultación o de latencia: el sexo tiene que, para ser tal,
estar oculto.
4. Clasificación del sexo: medicalización, patologización y propuesta de
terapia.

Y cuatro serán - siempre según Foucault - las estrategias empleadas para producir
la sexualidad moderna.

1. "Histerización" del cuerpo femenino.


2. Pedagogización del sexo infantil: la sexualidad infantil, viene con él,
la masturbación, es habitual.
3. Regulación demográfica, por socialización de las conductas de
procreación.
4. Psiquiatrización del placer "perverso", que de "pecaminoso", o
"vicioso", pasa a ser enfermo.

Curiosamente, dice Foucault, en vez de represión sexual, nos enfrentamos a la


producción de la sexualidad. Forma parte del ejercicio del Poder, que mucho más
que reprimir, "produce realidad", y más que ideologizar, más que abstraer u
ocultar, produce verdad. Producción de saber sobre la sexualidad, que nos dice lo
que es "verdadero" y lo "falso", las diferentes reglamentaciones y códigos para
maximizar la vida, para el crecimiento demográfico y el control de la natalidad de
la población en general, para la pedagogía de los niños, la medicina de las
mujeres (anorgasmia, menopausia) y de los hombres (disfunciones eréctiles), la
psiquiatría de los problemas de género o las parafilias, y para el Estado, "la
moralización de las costumbres sexuales de los pobres".

Reflexiones sobre los finales del siglo y el SIDA

La defensa de la vida, en los finales del siglo, nos convoca a dos temas que,
dramáticamente confluyen en lo más de silencioso que el mundo occidental ha
tenido: el sexo y la muerte.

Existen enfermedades, que se encuentran cargadas de connotaciones morales,


que son verdaderos estigmas, no solo de los cuerpos concretos, sino del cuerpo
en tanto elemento significativo social. Lepra, sífilis, tuberculosis, la propia locura
(psicosis) y el SIDA. No se margina a los reumáticos, o diabéticos, o a los
bronquíticos crónicos. Ni siquiera las enfermedades infecto-contagiosas clásicas,
tienen ese poder de marginación social.
La condena de silencio, el no nombrar, no mencionar, es conocido por quien ha
padecido cáncer en el pasado, o alguna enfermedad "venérea". Pese a que la
historia demuestra que lo "innombrable" comienza a ser nombrado cuando hay
atisbos de curación, como hemos visto anteriormente (ver pag.49) hay
excepciones: la sífilis hoy, es completamente curable, sin embargo, no es
confesable. Hay enfermedades con "prestigio" y enfermedades sin él. Un resumen
apretado, podría presentarlas de la siguiente manera: (cita bibliográfica, pag. 106)

• a) Moralmente negativas: lepra, sífilis, SIDA.


• b) Socialmente excluidas: las mismas.
• c) Innombrables: sífilis, locura, SIDA.
• d) Indiferentes socialmente: diabetes, asma, reumatismo.
• e) Prestigiosas: gota - en el Renacimiento - tuberculosis en el siglo
pasado.

Toda sociedad y toda época, ha tenido "chivos expiatorios". El otro es quien tiene
la culpa, la enfermedad, "lo malo".
El SIDA ha hecho emerger, una serie de "inmunodeficiencias" - no exactamente
inmunitarias - entre otras, las educacionales en materia sexual. Tampoco está
preparada la población, para discursos contradictorios respecto del cuidado o
preservación de la vida y la salud, en sectores que, por su influencia, movilizan
fuertes raigambres emocionales, y se oponen al uso del preservativo. Se alega
que - hoy, en los finales del siglo XX - se alienta, de tal manera, a la "promiscuidad
sexual" o al "libertinaje". Se trata de saber que, hasta la fecha, existen dos
cuidados efectivos casi en el 100 % de los casos (siempre relativos a la vida
sexual): la abstinencia sexual y el uso del preservativo.

Hablar de SIDA, impone, obliga a sectores que no han querido ni quieren hablar
de Sexo, a hablar, a responder preguntas, a inquirir sobre temas "tachados",
"borrados", silenciados ancestralmente: relaciones sexuales pre-matrimoniales,
relaciones sexuales promiscuas, homosexualidad, bisexualidad, prácticas
sexuales diversas, uso de métodos anticonceptivos, uso de diversos métodos de
prevención contra el virus, masturbación.....
Curiosamente, cuando no se habla de determinadas cosas, y todo el mundo sabe
que todo el mundo calla, pero todo el mundo sabe que todo el mundo sabe, se
titubea, se habla a media voz y a "medias tintas", se explica mal, y en forma
incompleta. El espacio a la imaginación, con tales actitudes se amplía, y la mente
se puebla de mitos, malos entendidos e ideas erróneas, sobre asuntos muy serios
y donde la vida está en juego.
Todos constatamos que la propaganda radial, televisiva y gráfica, está
absolutamente erotizada. Juventud exuberante, mujeres y hombres jóvenes, pieles
que se rozan con suavidad cuando se encuentran cubiertas de espuma, miradas
insinuantes y "cálidas". No hace falta subrayar, además, el subido tono, casi
directo muchas veces, que emplean en relación a lo sexual, diversas series
telenoveladas.

Todo se erotiza. Cuando se emprenden campañas con pretensiones de


efectividad de lucha contra el SIDA, se emplean slogans, imágenes y escenas
directas, sin "impacto" de sensualidad, que puedan hacer "potable" el mensaje.
Todo se erotiza, menos lo referido a lo erótico. Todo se vende a través de lo
sexual, menos aquello que tiende a preservar la vida de la sexualidad y la vida
misma.

Das könnte Ihnen auch gefallen