Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Característica principal: Pérdida del carácter mítico del sexo, pasando a ser
considerado un instinto de la naturaleza (se internaliza). Nacimiento de las
civilizaciones urbanas. Ciudades del mundo clásico.
La importancia del sistema platónico, reside, nada más y nada menos, en que de
él deriva, no sólo la filosofía occidental, sino la Religión y la Ciencia (!) y como
resultado, pueden rastrearse allí, algunos fenómenos ideológicos relativos a la
concepción de la Sexualidad humana. (*)
Seguiremos el esquema adjunto. La de Platón, es una "teoría de las ideas". En
efecto, "nuestros cinco sentidos nos engañan"; a través de ellos, nosotros
sabemos de las cosas de la realidad, pero ésto es una mera apariencia, una mera
"sombra" de lo verdadero. Se tornará necesario reflexionar sobre lo que vemos,
tocamos, olemos, oímos, gustamos... Y eso se logra con una laboriosa
"ascesis" (*) que nos desprenderá del mundo-terreno, de las cosas que están al
alcance de los cinco sentidos, y nos hará entrar en el mundo de las ideas (mundo
ideal) donde reside el conocimiento verdadero.
Si recordamos la historia de los pre-socráticos éstos se preocupaban con las
cosas que veían, que tocaban de la Naturaleza. El sistema platónico, viene a
instaurar aquello que ya había comenzado a suceder en el plano social: el
alejamiento de la Naturaleza y la sistematización por vez primera, del "reino de las
ideas", o sea, el concepto. Ya no habrá interés en ocuparse de ésta o aquella
figura triangular, sino del triángulo como concepto, del número, del Estado, etc., y,
de tal modo, articulando ideas, se puede constituir la Ciencia. Ciencia que, para
acceder a ella, hay que efectuar un trabajo de "ascenso vertical"; en ese
movimiento, nosotros hacemos "hipótesis" (literalmente, "lo que está debajo") (*) Y
nos vamos "elevando", "ascendiendo" hacia el "Topos Uranos" - donde se
encuentra "La Idea del Bien" - mediante el método instrumentado por Sócrates: el
diálogo, de allí, la Dialéctica. Nosotros - en el camino ascensional - no sabemos,
todavía, como son las cosas verdaderas, si cumplen con las condiciones
requeridas, entonces, hacemos suposiciones, hipótesis. Desde aquí, puede
deducirse, que el científico no se ocupará de las cosas particulares, señaladas por
algún sentido en especial o por todos, sino de las cosas generales, del intelecto
(de allí el intelectual, que está por encima de las cosas). Lo que importará, son las
esencias, que son realidades ideales, son realidades perfectas, por oposición a las
realidades concretas a las que fácilmente tenemos acceso; éstas serán, realidades
imperfectas.
Como puede verse, para las ideas, y su lugar ideal (Topos Uranos) quedará lo
verdadero, lo puro (en el contexto religioso, se llamará lo espiritual o el lugar del
alma) oponiéndose a la apariencia, lo falso, lo impuro (en el contexto religioso, se
llamará lo mundano, lo terrenal)
Por lo tanto, hay, desde Platón en adelante, una jerarquía del Saber, cuyo punto
más alto, se encuentra en las antípodas de la realidad concreta o accesible.
Como interesante juego transicional, nos encontramos con la producción del
concepto de alma (*). Platón recogió algunas ideas primitivas, y las incorporó a su
esquema. El alma, era inmortal y, por supuesto, estaba separada del cuerpo, que
era mortal. El alma ocupaba el lugar superior, el de las ideas y "no tenía cuerpo",
aspira liberarse de él, para regresar a su origen divino original. Conocimiento
verdadero y alma pura, son para Platón, inseparables. Es más. Hay una jerarquía
en las "almas", y una relación de subordinación. Está el alma de los apetitos,
residente en la pelvis, que si gobierna, vuelve al hombre concuspicente, el alma
emocional, residente en el tórax, y el alma de la razón, residente en la cabeza, que
cuando domina, hace al hombre inmortal y contemplativo. El alma, así, se ha
"purificado" (*).
La decadencia del Imperio Romano (Siglos III y IV d.C) marca una pérdida de la
hegemonía por parte de la civilización clásica. Europa, prácticamente es fundada,
cuando la Edad Media se encuentra en sus albores.
Ya en los primeros siglos después de Cristo, Roma comenzó a ser fácilmente
invadida por las tribus germánicas, lo que provocó una expansión defensiva de
César, sobre las regiones Norte y Oeste de Europa, difundiendo así, toda la
cultura latina, aunque, a medida en que se alejaba del mediterráneo, las huellas
de esa cultura, se tornaban más débiles. Hasta que, finalmente, el Norte Europeo,
hizo sucumbir al Sur, cayendo el Imperio Romano, de tal manera.
El surgimiento del Cristianismo, es un factor indispensable a ser tomado en cuenta
en múltiples aspectos en éste período, y, por supuesto, en lo que respecta a la
historia de la sexualidad humana.
A partir del siglo IV, el emperador Constantino se convierte al Cristianismo, y con
excepciones, Europa pasa a teñirse de éste pensamiento. La ley romana, los
sistemas monetarios y mercantiles, no conseguían mantener el Imperio unido.
Sólo el Cristianismo encerraba alguna especie de posibilidad de unión de pueblos
heterogéneos y en espacios tan extendidos.
¿Cómo se llegó a ello? Los conquistadores del Norte, llamados "bárbaros", no
asimilaron las costumbres romanas. Tampoco los del Sur, adoptaron las
costumbres bárbaras de sus conquistadores. Tal permanencia de identidad mutua,
permitió la conservación - de lo que quedaba - de la herencia clásica. El
pensamiento medieval, "se tornó espiritualista". El idealismo platónico - la
"ascesis" - alcanza su máxima expresión. La Iglesia, a través del poder de los
Papas, se constituye en guardiana y promotora de la cultura clásica.
El pensamiento cristiano, introdujo el concepto de revelación - la manifestación de
un misterio oculto - para definir la especificidad de la fé (*), oponiendo así, la
religión revelada a la natural, una vez que ésta correspondía a una actividad
humana caracterizada por adoraciones a dioses "de la naturaleza": divinidades de
la fertilidad, de los vientos, de las cosechas, etc. Y, de tal manera, se efectiviza el
"alejamiento de la naturaleza", inaugurándose una nueva etapa, que influiría
notablemente en la evolución del pensamiento humano y de la sexualidad
particularmente.
Para dar una idea del poder transmisor de sus conceptos por parte de la Iglesia
Católica, deberemos recordar que su mensaje se efectivizó y resumió, sobre un
patrimonio impresionante: realismo babilónico, absolutismo monoteico hebreo,
platonismo griego y materialismo romano. Sobrevivió y se expandió como una
fuerza cohesiva en un mundo fuertemente disgregado e inestable y, en casi todos
los sentidos - hasta en el militar si pensamos en las Cruzadas - la Iglesia Cristiana
se reveló la verdadera sucesora de la Roma imperial.
Prácticamente, el colapso de Roma, dejó al mundo europeo sin ley - ni impuesta ni
ejecutada - y una desaparición de los niveles instructivos. Este vacío, fué ocupado
por los sacerdotes católicos, siendo la ley moral que ellos pregonaban, respaldada
por castigos provenientes del infierno. Esta ley era universal, siendo válida en las
ciudades como en las aldeas. De tal manera, el pensamiento cristiano fué
diseminado por siglos, conteniendo autoridad no sólo religiosa, sino también
social.
Se tendrá en cuenta, que la Humanidad entra en un período de eclipsamiento en
lo referido a la instrucción del saber y, sobre todo, de su transmisión. Leer y
escribir, se tornó un privilegio de los monasterios, en tanto a la Iglesia le cabía el
poder de fiscalizar tales actividades. Con el tiempo, lo producido, dicho o escrito
en esos tiempos, permaneció sin contestar, sin confrontar, sin ponerse siquiera, a
la prueba del diálogo discursivo.
La verdad, ya no surgiría de las hipótesis provenientes de las cosas terrenales,
sino sería revelada por el espíritu divino. De tal manera, aparece, en un mundo
convertido, la Escolástica: la filosofía se torna docente, magistral....(*)
Repasaremos muy brevemente, los principales eventos característicos de ésta
etapa, en relación a la sexualidad.
El celibato sexual: La continencia sexual fué un elemento importantísimo en éste
período. Se imponía, así, un criterio reactivo a la liviandad romana, así como a los
cultos paganos. En el siglo I, San Pablo establecía los fundamentos del concepto
de celibato, superior al del casamiento. La espiritualidad se imponía, oponiéndose
frontalmente a la carne.
La idea del matrimonio, fué esencial, y único modo en que era permitido el acto
sexual. Una re-lectura del Génesis, colaboró en ésta tarea. Adán y Eva habrían
caído en pecado, se tornaron concientes de sus impulsos - que San Agustín llama
concuspicencia - por no tener control sobre los mismos. Quedaron avergonzados
de su desnudez y hubo que tapar las zonas pudendas (del latín pudere, "quedar
avergonzado")
La culpa por la transgresión original, continuaba en la Humanidad todavía, lo que
explicaba la indominabilidad de los órganos genitales y los impulsos que de ellos
emanan. Sexo y lujuria, por lo tanto, se adjuntaron a la doctrina del Pecado
Original; todo acto sexual representaba la Caída (tanto del Paraíso, como del
estado "elevado", sublime, trascendente, espiritual)
La concepción de Jesús fué pura, y no había sido contaminada por ningún acto
carnal. Solamente se podía alcanzar el estado de gracia, por una adhesión
incondicional al celibato. Los que no podían alcanzarlo, les quedaba el matrimonio,
y, sobre todo, en él, el sexo "sin pasión". El cuerpo no pasaba a ser, más que un
mero receptáculo para la mente y el espíritu. Se permitiría la reproducción, pero en
manera alguna, el placer. Quedó claro que, si el hecho de descubrir placer en el
sexo era pecado, entonces la mayoría de las personas comunes, era pecadora.
El santo matrimonio: El celibato, era símbolo de autoridad moral. De allí, a
proponer que la clase sacerdotal se tornase casta, había sólo un paso.
El matrimonio secular: Se tiende a pensar que, "la familia" fuese una invención
cristiana; mucha sorpresa habría, si, como dice Tannahill, "sus predecesores eram
mas tendientes a atribuírla al demonio" En la época griega y romana, casarse era
"amargarse con los hijos", o vérselas con "mujeres, lentas, frágiles,
emocionalmente inestables...."
La Iglesia vió el casamiento como una serie de concesiones a la flaqueza humana:
necesidad de sexo, necesidad de compartir y/o eliminar la soledad, la necesidad
de hijos, etc. Específicamente, el casamiento se presentaba como la legitimación
de la relación coital. En los siglos VII y XII, hubo una polémica severísima sobre la
naturaleza del casamiento. La conclusión final, fué: nuptias non concubitus sed
consesus facit - "el consentimiento, no el coito, hace el casamiento".
En el siglo XIII, el casamiento fué declarado un sacramento, significando, así, que
no podía ser disuelto, ni aún en caso de infertilidad.
La mujer y la Iglesia primitiva: Los cristianos de la primera hora, miraron hacia la
Roma de la cual provenían, y tomaron como modelo invertido, todo cuanto era
deseable para las cristianas. Fueron inflexibles en lo tocante a esconder sus
encantos, rechazaron fuertemente los cosméticos - "aquellos cataplasmas de la
lujuria" . El cristianismo ofreció a la mujer igualdad espiritual, pero un don con
mayores beneficios para el donador del don, que para quien lo recibía. El objeto
fué "propagandearla" como gran convertida - de la antigua y pervertida Roma -
pero mantenerla fija en la casa.
En relación a los vínculos políticos que podía la mujer ejercer a través del
casamiento, la Iglesia la consideró de un valor altísimo. La Iglesia enviaba damas
de "buena cuna" a lugares inóspitos y alejados para casarse con líderes francos o
sajónicos y, de tal manera, los convirtiesen. Leyendas casi eternas se tejieron,
siglos después, con los merovingios y carolingios. Con la prohibición de casarse,
primero con alguien emparentado con menos de cinco grados o niveles y más
tarde, luego de Gregorio VII, con menos de siete, condujo a una red de
casamientos reales que se extendió desde Irlanda a Jerusalém, y de Castilla al
Norte más alejado de Europa.
El pecado de la carne: La idea general, como fué dicho anteriormente, era que el
sexo conyugal, era permitido sólo para tener hijos. De allí la característica central
de la etapa histórica que analizamos aquí: reproducción sin sexo.
Las pestes que diezmaron Europa en la Edad Media (entre los siglos III y el VII)
dificulta la elucidación sobre el papel que le cupo a la Iglesia en términos
demográficos en éste período. No puede caber ninguna duda, que la procreación,
por los motivos epidémicos, estaba fomentada, así como cualquier práctica que
pudiese parecer interferir en la fertilidad.
Las penitencias administradas por la mayoría de los sacerdotes, era para la
"emisión seminal" (poluciones nocturnas): siete días de ayuno, en el caso de la
involuntariedad; si la emisión fuese voluntaria (masturbación) subía a veinte.
La contracepción, era el mayor de los pecados. Se categorizaron "venenos
generadores de esterilidad": cópula anal u oral. Se culpabilizaban con tres a
quince años de penitencias. El llamado coitus interruptus, entre dos y doce años.
El aborto era, jerárquicamente menos pecaminoso, porque ya conllevaba dolor y
sufrimiento.
El tema de la contracepción, tenía el efecto de no experimentar, no saber, no
enterarse de ningún método más o menos exitoso, experimentado dese la época
de la Grecia clásica. El resultado fué una enorme cantidad de mujeres muertas o
mutiladas, por brebajes, venenos diversos, amuletos y hechicerías varias. Tal
situación, duraría siglos y eso explica que el tema aún hoy, esté rodeado de
magia, superstición, malos entendidos y mitos diversos, como lo estuvo en los
albores de la humanidad.
Homosexualidad, el "pecado de Sodoma": El pecado cometido por los varones
homosexuales - la Iglesia no se ocupó de las mujeres en tal condición - era la de
"un vicio abominable a los ojos de Dios"
El problema de Sodoma, su significado bíblico y las investigaciones modernas,
exceden la finalidad de éste libro. Fué en el siglo I d.C., que Philo de Alejandría
interpretó expresamente la historia de Sodoma, como referida a la
homosexualidad. Muchísimas centenas de años más tarde, la palabra "sodomía",
se extendió a todo "vicio antinatural".
En los principios de la era cristiana, era difícil legislar contra la homosexualidad,
porque ella estaba muy difundida, sobre todo en el ejército imperial. En ayuda de
la legislación restrictiva, acudieron nuevas pestes, como la plaga de
Constantinopla (541 d.C) Para Justiniano, fué una clara indicación de castigo por
pecados cometidos. La Biblia era introducida para justificar "peligros contra el
Estado".
Las penalidades instituídas variaron sobremanera, y la oscilación en materia de
doctrina, se explica por estar en todo tiempo, teñidas entre la sed de Justicia y la
Misericordia.
Sin embargo, Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, fué responsable del
endurecimiento de la Iglesia en relación a la homosexualidad. Constituía un desvío
al orden natural, y, como tal, continúa siendo en la doctrina oficial hasta la fecha. A
partir del siglo XIV, los homosexuales como grupo, sólo encontraron intolerancia,
con muy escasas excepciones.
A partir del siglo XII, y sin que hubiesen variado las posiciones de la Iglesia vistas
en la etapa anterior, comienza a existir un cambio notorio. Ese cambio, giró en
torno a la mujer. A través del juego político "de palacio", la influencia de la cultura
árabe, y el culto a la Virgen María, de casi inexistente, la mujer pasó a ser una
"dama pura", inalcanzable, virtuosa y modelo a imitar.
Los movimientos políticos en la Iglesia, con su Reforma, y el descubrimiento del
siglo XVII del óvulo, hicieron que en vez de un simple y pasivo receptáculo, la
mujer se transformara en Madre. Entrando en el siglo XIX, la moral y la maternidad
se fundirían en "el ángel del hogar". Todas éstas transformaciones, bueno es
decirlo, fueron de imagen, y ninguna otra modificación substancial ocurrió con
ellas.
Hubo tres centros de cultura cuando los españoles llegaron a América: Aztecas,
en el valle de Mexico, el de los Incas, en el Perú, y los Mayas en la península de
Yucatán, la inmensa península que marca la frontera entre el Caribe y el Golfo de
México. Esta última civilización, es la menos documentada de las tres, aunque fué
la más extendida.
Los Incas. Fué uno de los más complejos organismos sociales pre-colombinos,
que en su período de máxima expansión, llegó a tener más de 4.800 km. de
extensión, desde Colombia a la mitad de Chile y Argentina. El Estado era
centralizado y gobernado por delegación en provincias o suyos. Las clases eran
organizadas y relativamente cerradas. Canales de irrigación, amplias terrazas
agrícolas, caminos de comunicación y correos terrestres, mostraban un desarrollo
considerable. El proceso de la Conquista, cortó ese desarrollo.
Parecería ser, que la homosexualidad, tuvo una relativa expansión en el Imperio
Incaico, en particular, en los distritos distantes del centro político, Cuzco. Sin
embargo, cuando los españoles llegaron, no encontraron rastros de
homosexualidad, aparentemente, porque el Inca, se encargaba de castigar a
quienes la practicaban.
Los Incas tenían varios modos de unión matrimonial, uno de ellos llamado el
Servinaku, Servinacuy o Tincanakuspa, o matrimonio de prueba, donde los novios
convivían durante un período de tres a seis meses, luego de los cuales, se
acordaba si se transformaba en matrimonio definitivo o no.
Los Incas hicieron del núcleo familiar, todo un culto, siendo la moral predicada y
acatada, sencilla y práctica. Estaba vedado el homicidio, el aborto, el adulterio, la
homosexualidad, el rapto de jóvenes, la embriaguez y el juego. En el Imperio
Incaico, no existió la prostitución, y el quechua, no registra ningún vocablo que la
designe. La fidelidad de los casados entre sí, parece haber sido absoluta.
Todos éstos preceptos, eran destinados a la mayoría del pueblo, aunque no a la
clase privilegiada o al propio Inca, quien poseía un verdadero harén. Funcionarios
especiales recorrían las provincias, escogiendo las más bellas y jóvenes púberes
de diez años. El propio Inca hacía una elección personal luego, encargándose de
su educación y preparación. Se quedaba con algunas y el resto era destinado a
castidad absoluta de por vida: eran, ya, "Las Vírgenes del Sol". Todas éstas y
otras complejas medidas, estaban al servicio, en el Imperio, del incremento
poblacional, en especial, en épocas de paz.
El siglo XVIII trajo la buena nueva del interrogante mayor, hasta entonces: ¿cómo
la relación sexual producía hijos?. Sorprende hoy, que en tanto los hijos se
parecieran a (ambos) los progenitores, siempre se pensaba en la mínima
contribución de la mujer al proceso reproductivo (!!)
En el siglo IV antes de Cristo, Aristóteles atribuyó al líquido seminal un elemento
substancial; la mujer sería apenas un receptáculo, que aportaba la sangre
menstrual. Quinientos años más tarde, Galeno (130-200 después de Cristo) decía
no haber diferencias entre sembrar la tierra y sembrar el vientre. Clemente de
Alejandría, contemporáneo de Galeno, describió al semen como "algo que está
casi para ser un hombre". En ambos autores, puede observarse la influencia de la
Iglesia, para quien el semen era sustancia casi mística (sagrada) y desperdiciarlo,
era pecado. Si el semen era "casi hombre", por lo tanto, estaba estrechamente
vinculado con Dios.
La idea de que el despedicio del semen llevaba a la debilidad general o pestes de
cualquier especie, estuvo difundida en extremo oriente, India y Europa. En Italia,
alrededor de 1642, Sinibaldi describía consecuencias tales como Gota,
Constipación de vientre, desvíos de columna (Joroba), mal aliento y nariz roja (!!).
Doscientos años más tarde, puede leerse que además, puede producir
discapacidad física e imbecilidad. Médicos del siglo XVIII y parte del XIX,
prometían ceguera, epilepsia, ruina física y moral, por el "desperdicio seminal".
En el siglo XVII se descubre el microscopio por parte de Antony van Leeuwenhoek
(1632-1723) describiendo el espermatozoide, en tanto el cirujano holandés
Regnier de Graafa tiene acceso al descubrimiento y descripción del óvulo y su
viaje del ovario al útero (ver pag.2). El mundo de la época, se divide en
"espermicistas" y "ovulistas". Cada uno de ellos - narcicísticamente - suponían que
cada elemento contenía a los otros dos. No había manera de juntar a ambos
elementos. Léase aquí, la resistencia a descubrir el último velo sobre la necesidad
de relacionamiento sexual de ambos (!!) sexos.
Mientras tanto, el descubrimiento del papel desempeñado por la mujer, iba a tener
un costado ideológico interesante. Ya, a partir de la botánica y la zoología
incipiente, habíase comprobado que los hijos, heredaban características tanto del
padre, como de la madre. Durante la primera mitad del siglo XIX, con la abolición
de la esclavitud en América y doctrinas antisemíticas en Alemania, se
establecieron postulados de desigualdad de las razas humanas. Los casamientos
mixtos comenzaron a ser una preocupación y el cruzamiento de diferentes
orígenes, podía deteriorar "especies superiores".
Sin embargo, el razonamiento esencial beneficiaría a la mujer. Si Dios había
dotado a la mujer con el derecho de contribuir a la herencia de los hijos, ellas de
ninguna manera podían ser tan desiguales - e inferiores - como siempre los
hombres habían pensado que fueran.
Entre muchas de las "revoluciones" en torno del secreto (o secretos) que la ciencia
de Freud desocultó, se encuentra el tema de la sexualidad humana, que ocupa, en
el mundo occidental, un espacio preponderante.
Simultáneamente con éstos cambios, sucede un hecho en directa conexión con el
progreso tecnológico, y que causaría un impacto directo en las costumbres
sexuales: la aparición masiva de los anticonceptivos orales. La vida íntima de las
parejas, y muy particularmente de las mujeres, se conmueve con una amplitud y
efectos de todo tipo, cuyos alcances, aún, no han sido mensurados. Los
nacimientos, ahora, pueden ser decididos, planificados. La mujer puede separar a
voluntad, su actividad reproductiva de la erótica; se libera de la angustia de un
posible embarazo que no se desea. Los efectos se hacen sentir sobre el varón:
Cuerpo y sexualidad
Tal como puede constatarse a diario, por lo general, la exploración interior del
cuerpo, no disminuye la angustia, simplemente, la desplaza.
Una historia de la estética femenina, pondría en evidencia, que el proceso, desde
la Edad Media al presente, fué de la admiración y culto de la obesidad, a lo
contrario, al de la delgadez. La obesidad, es el culto de las sociedades sub-
alimentadas. En cualquier parte del mundo, las caricaturas de las aristocracias y
las burguesías, se hicieron con figuras obesas.
La estética de la delgadez, estética que se impone con fuerza desde los años '60
en el mundo occidental, es característica de una sociedad de abundancia, que
considera la "grasa", como "el mal" a combatir. Los medios de comunicación
masiva, en particular la Televisión, imponen regímenes de los más variados y, en
muchos casos extravagantes, acompañados de un cuerpo que tiene que estar en
movimiento: energic, tonic, gymm, gymm dance, body building, streching, aerobic,
aerobic turbo, etc. Son algunas denominaciones, casi todas de origen californiano,
del culto post-moderno a la delgadez tan anhelada.
La medicina, de "general", pasó a ser "especializada"
El "estallido" sexual.
Tal como lo enunciáramos anteriormente, (ver pag. 45) los temas relativos a la
identidad, se difundieron y extendieron, luego de la Segunda Guerra Mundial.
También se diversificaron. Una serie de problemas, vinculados directamente con
el tema sexual, adquirieron nuevas denominaciones, mucho menos condenatorias
que las que habían tenido hasta el presente.
En una visión histórica rápida, la Homosexualidad, que fué duramente condenada
por la Iglesia en la Edad Media, donde se denominaba "sodomía", pasó por la
denominación de "degeneramiento", "perversión", "enfermedad" y, finalmente,
"trastorno de la identidad de género", en los años '70. Esta "despatologización" de
la Homosexualidad, por lo menos en Latinoamérica, es mucho más nominal que
real-concreta. Aún se sigue buscando afanosamente LA causa, sea ella química,
hormonal, psicológica o social. Mientras tanto - aunque bastante menos que
décadas pasadas - la discriminación continúa. Las encuestas, muy particularmente
norteamericanas, ponen de manifiesto que la conducta homosexual, no es una
rareza. Ni la masculina, ni la femenina. Los Homosexuales se organizan
políticamente, y constituyen un poder fuertemente militante, en especial, con la
aparición del SIDA.
Junto con la Homosexualidad, los trastornos de la identidad de género, se nutren
del Fetichismo, del Travestismo y del Transexualismo. Juicios famosos, solicitando
- y a veces obteniendo - cambio de sexo biológico, escandalizan a la sociedad,
que pone sobre el tapete, la legitimidad de tales pedidos y acciones. En algunos
círculos, se opina que el Transexual, no pide un cambio, sino una rectificación, no
una mutación, sino una constatación. El transexualismo, pone en evidencia la
polisemiaq del término "sexo": hormonal, gonadal, cromosómico, de crianza o de
asignación, de la vestimenta, del esquema corporal, psicológico, legal, etc.
El Fetichismo, no comporta tanta polémica social, porque lo común, es que se
mantenga en los ámbitos de la intimidad y es raro como motivo principal de
consulta. Debemos aclarar siempre, que estamos refiriéndonos a entidades
aisladas: Homosexualidad, Transexualismo, Transvestismo, sabiendo que pueden
coexistir en muchos casos.
La "explosión" pornográfica.
La prostitución.
"....en una sociedad cristiana que carece de una propia erótica y que
ha proscrito el placer de la relación conyugal, es normal que
el marido frustrado (y muy a menudo ni siquiera ha visto a su mujer
desnuda) acuda a las peripatéticas. Mucho más, anuncia que la
sociedad se encamina hacia una nueva ética que reconocerá el valor
utilitario o estético del placer voluptuoso y su papel individual y social.
De ahi resultará una nueva concepción del matrimonio y de la familia"
(pág. 383)
Como fue expuesto con anterioridad, (ver pag. 47) el cuerpo durante el siglo que
transcurre, adquirió singular relevancia. Asistimos, luego de centurias de represión
a veces violenta, a su "exhumación"
Siempre se reitera la misma pregunta: ¿Por qué apuntar al cuerpo, a la sexualidad
para reprimirla? Porque es un lugar excelente para dominar lo más sensible, lo
más arcaico, lo más afectivo del ser humano, aquello donde se es más expresivo,
pero con escasas palabras. Dicho de otra manera: porque es un lugar excelente
para ejercer el Poder.
"Pensado a partir del computador, el cuerpo deja de ser pensado como vida y
proceso vital en el sentido antiguo, en que la vida era en relación con el medio,
reproducción, capacidad de autorregulación por una evaluación del medio
ambiente (sentir la agresividad u hostilidad del medio, confiar en el medio,
manteniendo el equilibrio, establecer relación competitiva con el medio ambiente,
a través de la adaptación como victoria sobre las condiciones dadas, aptitud que
permitía distinguir la salud de la enfermedad, por el criterio de la capacidad
para crear normas vitales nuevas y de la incapacidad para esto, reaccionando al
medio de modo monótono y catastrófico). El nuevo modelo, elimina la relación con
el exterior: el cuerpo realiza por sí mismo, operaciones y cálculos para la
conservación de su "programa”, esto es, del código genético" (ver cita
bibliográfica, pág. 169)
Y cuatro serán - siempre según Foucault - las estrategias empleadas para producir
la sexualidad moderna.
La defensa de la vida, en los finales del siglo, nos convoca a dos temas que,
dramáticamente confluyen en lo más de silencioso que el mundo occidental ha
tenido: el sexo y la muerte.
Toda sociedad y toda época, ha tenido "chivos expiatorios". El otro es quien tiene
la culpa, la enfermedad, "lo malo".
El SIDA ha hecho emerger, una serie de "inmunodeficiencias" - no exactamente
inmunitarias - entre otras, las educacionales en materia sexual. Tampoco está
preparada la población, para discursos contradictorios respecto del cuidado o
preservación de la vida y la salud, en sectores que, por su influencia, movilizan
fuertes raigambres emocionales, y se oponen al uso del preservativo. Se alega
que - hoy, en los finales del siglo XX - se alienta, de tal manera, a la "promiscuidad
sexual" o al "libertinaje". Se trata de saber que, hasta la fecha, existen dos
cuidados efectivos casi en el 100 % de los casos (siempre relativos a la vida
sexual): la abstinencia sexual y el uso del preservativo.
Hablar de SIDA, impone, obliga a sectores que no han querido ni quieren hablar
de Sexo, a hablar, a responder preguntas, a inquirir sobre temas "tachados",
"borrados", silenciados ancestralmente: relaciones sexuales pre-matrimoniales,
relaciones sexuales promiscuas, homosexualidad, bisexualidad, prácticas
sexuales diversas, uso de métodos anticonceptivos, uso de diversos métodos de
prevención contra el virus, masturbación.....
Curiosamente, cuando no se habla de determinadas cosas, y todo el mundo sabe
que todo el mundo calla, pero todo el mundo sabe que todo el mundo sabe, se
titubea, se habla a media voz y a "medias tintas", se explica mal, y en forma
incompleta. El espacio a la imaginación, con tales actitudes se amplía, y la mente
se puebla de mitos, malos entendidos e ideas erróneas, sobre asuntos muy serios
y donde la vida está en juego.
Todos constatamos que la propaganda radial, televisiva y gráfica, está
absolutamente erotizada. Juventud exuberante, mujeres y hombres jóvenes, pieles
que se rozan con suavidad cuando se encuentran cubiertas de espuma, miradas
insinuantes y "cálidas". No hace falta subrayar, además, el subido tono, casi
directo muchas veces, que emplean en relación a lo sexual, diversas series
telenoveladas.