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Nota de Catedra
En nuestro país, con cierto atraso en relación a los más avanzados, se están
observando muchas características propias de lo que se denomina cultura de la
posmodernidad. Ésta incide para que aparezcan ciertos rasgos en los sujetos, diferentes
de los que se detectaban años atrás cuando se estaba influido por la cultura de la
modernidad.
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Nota de Cátedra elaborada por la Prof. Lic. María Adriana Menéndez de Zumer
En este mismo siglo Comte funda el positivismo (según Comte lo positivo
significa lo real frente a lo quimérico, lo dado a la experiencia, lo útil). Para la ciencia
positiva los hechos sólo deben ser conocidos por la observación y la experimentación,
no acepta el conocimiento a priori; usa una metodología inductiva por la que a partir de
los casos individuales se llega a leyes generales, que no explican los fenómenos sino
que describen sus regularidades observables.
En esta sociedad se comienza a ver la infancia como una etapa con características
propias; se empieza a ver al niño no simplemente como un adulto en miniatura,
diferente sólo cuantitativamente de los mayores por tener menor edad, tamaño y fuerza.
El adulto tiene como rasgos distintivos generales: una clara identificación sexual;
madurez afectiva evidenciada en la independencia de los padres y la capacidad de
establecer relaciones duraderas con el sexo opuesto (basadas en el conocimiento,
cuidado, respeto y responsabilidad por el otro); haber renunciado a los valores del “ yo
ideal” (propios de la infancia, caracterizados por la omnipotencia, el narcisismo, el
egocentrismo) y haber asumido los del “ideal del yo” (ser capaz de dar, de
comprometerse y respetar al otro, de establecer relaciones estables); haber adquirido un
nivel profesional o laboral estable, seguro, en el cual poder descansar; poder asumir el
rol de padres, lo que implica transmitir afecto, protección, contención, conocimientos,
valores, pero manteniendo la distancia propia de la brecha generacional.
Posmodernidad
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Nota de Cátedra elaborada por la Prof. Lic. María Adriana Menéndez de Zumer
Los objetos y artefactos se producen en serie y en grandes cantidades pues existe
gran consumo y mayor población; pero esas series son más cortas, se someten a una
constante innovación tecnológica, de modo que los artículos se tornan rápidamente
obsoletos.
Es la época del desencanto, del fin de las utopías. El desencanto se produce porque
se considera que los ideales de la modernidad no se cumplieron, con el progreso no se
alcanzó un futuro mejor.
Ser adulto hoy ya no es un ideal. Adulto pasó a ser sinónimo de viejo, obsoleto; la
consigna actual es mantenerse eternamente joven y para ello se recurre a dietas mágicas,
gimnasios con aparatos que hacen el trabajo, cirugías, evitando en general el esfuerzo.
La mujer pretende “realizarse”, lograr libertades que hasta ahora le habían sido
negadas: gozar de su sexualidad, circular sola y libremente, aspirar a todas las
formaciones y todos los trabajos, administrar su dinero, poseer bienes, controlar su
maternidad.
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Nota de Cátedra elaborada por la Prof. Lic. María Adriana Menéndez de Zumer
Los hombres jóvenes comienzan a no sentirse menos varoniles por usar cabellos
largos o pantalones apretados, por aceptar que sus mujeres tengan las mismas
oportunidades, por cuidar a sus hijos.
Como padres se comportan de manera diferente, tratan de no criar a los hijos como
ellos fueron criados, el problema es que no siempre saben de qué manera deben hacerlo.
Para el mercado de consumo es bueno que la adolescencia dure mucho tiempo; por
una parte, porque no hay mercado de trabajo para los jóvenes, por otra, porque los
jóvenes necesitan divertirse y gastar. Se postergan por tanto las responsabilidades y se
disfruta de las comodidades, de la libertad. ¿Para qué salir entonces de ese estado?
Algunas personas a los 30 años o más no han logrado independencia económica ni
estabilidad afectiva, características propias del inicio de la adultez.
Durante la modernidad los niños y adolescentes eran educados por los padres, los
docentes y la religión; en la posmodernidad se suma la “cultura adolescente”, con sus
ídolos y la fuerza creciente de los medios de comunicación. Ya no existe una voz adulta
hegemónica que influya sobre los adolescentes, ahora conviven diversas voces que van
disolviendo la fuerte autoridad de antaño.
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Nota de Cátedra elaborada por la Prof. Lic. María Adriana Menéndez de Zumer
Nuevo tiempo: hipermodernidad
Bibliografía
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Nota de Cátedra elaborada por la Prof. Lic. María Adriana Menéndez de Zumer
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http://williamdaros.files.wordpress.com/2009/08/w-r-daros-posmodernidad-clima-adolescente-y-
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PALACIOS, J., MARCHESI, A., y COLL, C.(1992), Desarrollo psicológico y educación, I,
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