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El Club de las Excomulgadas

Agradecimientos

Al Staff Excomulgado: Nelly Vanessa por la


Traducción, Alie por la Corrección de la
Traducción, Taratup por la Corrección, AnaE por
la Diagramación y Cassidy por la Lectura Final

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


de este Libro para El Club De Las
Excomulgadas…

A las Chicas del Club de Las Excomulgadas, que


nos acompañaron en cada capítulo, y a Nuestras
Lectoras que nos acompañaron y nos acompañan
siempre. A Todas….

Gracias!!!

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El Club de las Excomulgadas

Argumento
Sarael Castillo quiso ignorar las palabras de la adivina. Quiso ignorar las cartas
del tarot sobre el negro satinado. Tres de ellas, alineadas en fila. El pasado. El
presente. El futuro.

El Colgado

La Torre

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


La Luna

Durante días se había sentido como si una tormenta oscura se acercara


rápidamente. Cuando volvió a mirar las cartas, supo que había llegado. La Torre
cayendo atrapándola en el paisaje nocturno de la Luna.

Nada podría evitar que Matteo Cabrelli reclamara a Sarael. Había sido creada
para él, su destino escrito con sangre antigua. Una vez que se uniera con ella, no
habría ninguna posibilidad de que La Brama, el hambre, lo controlara. Su sangre lo
saciaría, su cuerpo lo ayudaría, su vida daría un significado más profundo a la suya
propia en lugar de siglos de conquista sin sentido y de alimentación, de actividades
en solitario, tendría una compañera a su lado, una mujer que fuera suya en todos
sentidos. Una mujer que estaría destinada a vivir en su mundo.

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El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 1
Las cartas del tarot estaban sobre la tela de raso negro. Tres de ellas alineadas
en una fila.

El pasado. El presente. El futuro.

La parte de atrás brillaba con la iluminación diseñada para producir sólo un


tipo de efecto destinado a la admiración pueblerina que se aventuraba en la carpa
de la pequeña feria, con mayor frecuencia por capricho, pero a veces ellos

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realmente creían.

Sarael Castillo se removió en su asiento, ella deseo poder escapar a una lectura
que estaba sin respuesta, pero representada de todos modos.

Helki estaba sentada a la mesa, con su cara vieja libre de arrugas en su


expresión, aunque sus ojos estaban llenos de mucho conocimiento.

— ¿No deseas verlas?—preguntó la anciana, con su voz sosteniendo una suave


reprimenda. Un reto. Algo más.

Sarael agachó la cabeza, sintiendo escalofríos a pesar de la chaqueta que


llevaba. ¿Quería ver las cartas?

Un zarcillo de miedo serpenteó a través de ella. Durante días se había sentido


como si una tormenta oscura estuviera juntándose y pronto la superaría. Su llegada
marcaba el final de todo lo que le era familiar. Y sin embargo, aparentemente, no
había ninguna evidencia de que tal cosa fuera cierta.

—Las veré—dijo ella preparándose mientras las cartas eran volteadas.

El Hombre Colgado.

La Torre.

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El Club de las Excomulgadas
La Luna.

Sarael miró las cartas interpretándolas para sí misma, aunque permaneciendo


en silencio, lo que permitió a Helki decirle.

—Has vivido entre nosotros, te adaptaste a un estilo de vida que no era para ti,
sostenida en el limbo por las decisiones que no eran las tuyas y sin embargo el
tiempo no fue en vano. Has aprendido mucho, más del que te das el crédito
correspondiente. Pero ahora es el momento de separarte. Alejarse de lo que
conoces.

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La anciana adivina alargó la mano y tomó la mano de Sarael, volteando su
palma hacia arriba antes de retirar la cinta de cuero alrededor de la muñeca de
Sarael, dejando al descubierto el extraño tatuaje.

Helki remarcó.

—Pronto te unirás a los que estabas destinada a ser, viviendo en tu mundo con
él.

Y Sarael creyó, oyó la voz profética de Helki, donde a menudo había algún
espectáculo de feria y la calle era bulliciosa con la habilidad de leer la expresión de
una persona y tener una educada suposición basada en las duras lecciones y una
vida de observación.

*****

Matteo Cabrelli descansaba en la parte trasera de la elegante limusina negra,


bebiendo su copa de vino, el contenido picante de color rojo oscuro tenía una
potente mezcla de hierbas. Se había acostumbrado a su sabor con los años, a pesar
que aún le quedaba un repugnante sabor. Pero el castigo por no beber sería la
muerte…. la suya.

Incluso con las hierbas, a menudo era difícil controlar La Brama, el hambre, el
deseo de drenar todo, por aquellos que lo atacaban, para tomar su esencia de vida

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El Club de las Excomulgadas
junto con cada trago de sangre. Sin embargo, ceder el paso a La Brama significaba
la muerte a manos de su propia especie para variar, más que ser sus enemigos…. la
sociedad secreta “Los Creyentes” trataban de destruir cualquier ser que pudiera
tomar la forma de un ser humano, siendo más que un mortal.

Desde el principio había aquellos que eran conscientes de la existencia de su


clase, los campesinos y la realeza y los hombres de la religión que igual los temían y
odiaban lo que no podían entender, lo que veían como una amenaza, que querían
destruir todo lo que no era humano. Su histeria había llegado a ser tan grande que
una vez habían encajado estacas en los corazones de sus muertos o quemado sus

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cuerpos, con el pensamiento de evitar el aumento de los vampiros. El odio y el
miedo habían sido transmitidos a sus hijos e hijas, a cualquiera que estuviera
dispuesto a cazar y a matar… con la descripción de “humano” a medida que
pasaban los años.

Una sonrisa triste jugó sobre los labios de Matteo. El tiempo había ayudado a
su especie. Las grandes masas de seres humanos ya no creían que eran criaturas que
podían cambiar de forma, cuya vida abarcaba siglos y que se alimentaban de sangre
para sobrevivir. Las masas ya no temían a la oscuridad y muchas personas los
habían abrazado, uniéndose a clubes donde se convertían en presas fáciles… a
pesar que hubieran podido escapar con vida. Y todavía persistían Los Creyentes.
Una sociedad de intolerancia, dirigida por hombres que permanecían en las
sombras, que alimentaban el miedo y la lujuria por el poder y la riqueza.

La rabia se arremolinó a través de Matteo sólo de pensar en aquellos que


perseguían al vampiro, la rabia lo obligó a tomar otro sorbo de su copa de vino. No
tenía tiempo para preocuparse por ellos. No había tiempo para dejar que el odio de
ellos distrajera su atención de lo más importante.

—Casi ahí, Don Cabrelli—Entonó la voz del conductor y el cuerpo de Mateo se


apretó con anticipación. Con necesidad.

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El Club de las Excomulgadas
Casi ahí. Años y millones de dólares más tarde, parecía que la Una que había
sido creado específicamente para él había sido finalmente encontrada. Una mujer
ahora. Para reclamarla. Para dominarla. Para alimentarse de ella. Para aparearse.

Sarael. Sabía su nombre. Dejándolo deslizarse por su lengua. Su dulce promesa


donde las hierbas eran amargas. Pronto sería libre de su ritual diario de hierbas
mezcladas con vino. Una vez que se hubiera unido a ella, no habría ninguna
posibilidad que La Brama lo controlara. La sangre de Sarael lo calmaría, ayudaría a
su cuerpo, su vida daría un significado más profundo a la suya.

En vez de siglos de una conquista sin sentido, de alimentación, de actividades

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


en solitario, tendría una compañera a su lado, una mujer que sería suya en todos los
sentidos. Una mujer que le daría hijos durante los siglos. No muchos en un
momento dado, su raza no era prolífica, pero habría niños. Un legado. Algo más
allá de sí mismo.

El pene de Matteo pulsó a la espera. Sabría de inmediato si Sarael era suya. En


verdad, había pocas dudas que sería ella. Había necesitado tomar su eje en la mano
y encontrar alivio en cuanto vio las fotografías que le envió el americano, Cable
Luske, uno de los padrall… los humanos que habían servido a la clase de Matteo,
de una u otra forma desde el principio, con cada generación pasando el deber a la
siguiente.

Sarael era la imagen de su abuela: La mamá de Angélica. Pequeña y femenina.


Sus facciones eran delicadas, como de fey. Sus ojos, oscuras piscinas en las que
Matteo sabía se podría perder. Su pelo, negro y espeso, lo suficiente como para
cubrirlo y frotarse contra su cuerpo.

Ella era la elegida. Él lo sabía. La foto sola estimulaba su apetito. La correa de


cuero alrededor de su muñeca era más que otro indicio que su búsqueda terminaría
pronto. Su sangre lo confirmaría cuando finalmente llegaran a la feria y la viera por
primera vez.

Sarael.

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El Club de las Excomulgadas
Pronto sería su novia. Su kadine. La que satisfaría todas sus necesidades.

*****

Sarael se sentó en la cama del pequeño remolque, torciendo la pulsera de cuero


alrededor y alrededor, sus pensamientos eran un remolino sin fin. Levantó la vista
cuando su amiga y compañera de remolque, Dakotah, se dejó caer en el extremo de
la cama en una nube de pelo castaño.

—Ellos sólo dan una posibilidad—dijo Dakotah con sus ojos centrados en las
tres cartas…no del mazo de Helki… sino de uno de los muchos de su remolque.

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—Puedo sentir la verdad en ellas—dijo Sarael con su estómago tenso, con la
piel apretada contra su cuerpo como si ya fuera demasiado tarde para cambiar la
predicción.

Dakotah las alcanzó, tirando de las cartas para que yacieran boca abajo.

—Puedes cambiar esa verdad.

Sarael se levantó de la cama y se acercó a la doble puerta, viendo un


espectáculo que había visto toda su vida. A pesar que los rostros y los lugares
cambiaban, la esencia de la feria seguía siendo la misma.

El tráiler que ella y Dakotah compartían se encontraba entre otros iguales a él,
cajas baratas de metal tiradas por los maltratados camiones y por los remolques de
tractores que se utilizaban para mover los carromatos y cabinas de ciudad en
ciudad.

—Esto es todo lo que he conocido. Nunca he dejado la feria. Nunca me he


quedado atrás cuando han seguido su camino.

Y la feria siempre se mantenía en movimiento. No estaba en un lugar más de


una semana. Se adaptaba a la mayoría de los artistas. Muchos estaban huyendo del
pasado, de sí mismos, de los demonios que sólo ellos habían visto.

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El Club de las Excomulgadas
La madre de Sarael había estado huyendo de algo cuando había llegado con
una niña en sus brazos y encontrado un hogar en la feria. Había huido otra vez
algunos años más tarde, dejando a su hija atrás.

Sin embargo, los artistas se habían hecho cargo de ella como propia. La vieja
adivina Helki había hecho un espacio en su pequeño remolque para Sarael. Nunca
hablaba de la madre de Sarael o de su pasado. Nunca hablaba de un futuro más allá
de la siguiente ciudad.

Era la única forma de vida que Sarael conocía. Y, sin embargo, ya no sentía
como si le perteneciera. La Torre Quemándose, alcanzada por un rayo y

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derrumbándose a su alrededor, no le dejaba opciones. La obligaba a un mundo que
era espantoso, no familiar, con reglas y ritmos foráneos.

Dakotah salió de la cama, uniéndose a Sarael en la puerta.

— ¿Te haría sentir mejor si te dijera que no te perderás de mucho? Que para
gente como nosotros, esto podría ser tan bueno como te lo pone. Tan seguro como
se supone que es.

— ¿De verdad crees eso?

—Lo sé.

Las náuseas enturbiaron la boca del estómago de Sarael mientras viejos


recuerdos luchaban por llegar a la superficie. De una niña pequeña que sabía que
no debía desviarse de la feria. De una niña atada y amordazada y encerrada en el
maletero de un coche por un hombre con un lindo perrito marrón. De una niña
rescatada por la suerte y no por designio cuando el hombre se pasó una luz roja.
Ella encerró el recuerdo.

El Colgado se levantaba en su lugar. De todos esos años pasando de pueblo en


pueblo, de una ruta idéntica algunas temporadas, variando ligeramente en las
demás. De los rostros de los pueblerinos mezclándose y de la fusión, del cambio en
los últimos años apareciendo y desapareciendo, con sus pequeñas historias como

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El Club de las Excomulgadas
hebras de una trama de la vida de Sarael tal como ella lo miraba, mientras captaba
restos de su conversación, de las piezas de sus alegrías y tristezas, de sus triunfos y
tragedias, mientras ella estaba segura retiraba de todo eso y aún no era tocada por
ello.

—Soy una cobarde—susurró ella.

Dakotah resopló.

—No lo creo. —Alargó la mano y agarró una chaqueta de un gancho junto a la


puerta, dudando por un segundo antes de decir—Eres una de las personas más

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


valientes que conozco. Te preocupas de los demás, incluso cuando sabes que no se
quedarán.

Algo en la voz Dakotah alertó a Sarael.

— ¿Te vas?

—Esta noche no, pero pronto…

Sarael asintió sin decir nada. Una regla no escrita, un código entre los que
viajaban con la feria. No investigar los secretos del otro.

Dakotah se puso su chaqueta.

—Te envidio.

Una risa que escapó de Sarael la sorprendió.

— ¿A mí?—Lo encontraba difícil de creer. Desde el momento en que Dakotah


se había unido a la feria, Sarael había deseado ser tan fuerte, tan audaz y confiada
como su amiga.

—Sí. A ti. No te das cuenta que eres libre, Sarael. De lo libre que siempre has
sido. —Dakotah abrió la doble puerta. —Soy la que dirigiré la rueda de la fortuna.
¿Quieres trabajar allí o volverás con Helki?

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El Club de las Excomulgadas
—Trabajaré con ustedes—dijo Sarael, mirando por un momento las cartas boca
abajo en su cama antes de salir del remolque.

A unos metros estuvieron de vuelta entre la multitud. Rodeadas de los sonidos


de la feria. La música del carrusel con sus caballos de metal de colores, los hombres
y las mujeres gritando tratando de atraer a clientes a sus diferentes juegos, los
golpes y sonidos mientras objetos eran derribados o golpeados, el estallido de
globos, los gritos entusiasmados de los ganadores a lo largo de los golpes de auto
contra auto chocón.

El aire de la noche era una mezcla de palomitas de maíz y perros calientes,

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algodones de azúcar y hojas de otoño. Su brisa susurraba la sugerencia del
inminente invierno.

Familias vagaban, los niños pegajosos rogándoles por ir a más juegos, algunos
todavía pegajosos por el azúcar, otros cansados y quejumbrosos, por ser bien
pasada la hora de dormir. Las parejas se movían juntas con sus brazos alrededor del
otro, con los hombres y los niños a menudo lanzando pelotas de béisbol o de
baloncesto a anillos, tratando de impresionar a sus esposas o novias al ganar un
peluche.

Sarael y Dakotah tomaron sus lugares en la rueda de la fortuna, la rutina hacía


a menudo que sólo unas pocas palabras fueran necesarias hablarse antes que los que
habían estado haciéndola funcionar se retiraran.

A pesar de lo avanzado de la hora, había una larga fila de personas esperando


subir a la rueda, con chicos adolescentes ansiosos por subirse mientras daban y
daban vuelta alrededor y arriba a abajo, más interesados en sí de la vista desde
arriba del suelo.

Sarael y Dakotah compartieron un vistazo, ambas contentas por el frío en el


aire. En el verano cuando la ropa era escasa, era más difícil operar la rueda y los
pasajeros solían perderse en su propio mundo y olvidaban la cantidad de
espectáculo que estaban proporcionando a los de abajo en el suelo.

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El Club de las Excomulgadas
Con fácil precisión, Sarael y Dakotah guiaron a los pilotos dentro y fuera, con
el tiempo pasando rápidamente, aunque mientras pasaba, Sarael se ponías más
ansiosa, más inestable. Como si la tormenta hubiera llegado finalmente,
deteniéndose justo antes de tocarla.

Miró a su alrededor, observando a los chicos locales, a los pueblerinos que


viajaban en pequeños grupos. La mayoría inofensivos, pero algo rapas creyendo en
alguna forma que los artistas de la feria eran menos, que eran presa fácil, los
hombres para pelearse con ellos y las mujeres para el sexo fácil.

Un grupo de tres, cada uno con una chaqueta Letterman, se había interesado en

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Sarael. Volviendo a la zona una y otra vez y acomodándose para que pudiera verlos
y oyera sus comentarios sobre su cuerpo. Ella era por lo menos cinco años mayor
que ellos, a pesar que era pequeña y delicada. Tal vez pensaban que estaba en la
escuela secundaria por lo que tendrían una oportunidad con ella. Lo más probable
es que a ellos no le importara.

Pero no eran la fuente de su malestar. No era que sería imprudente y dejaría


que la atraparan sola. El departamento de policía de un pequeño pueblo no se
apresuraba a aplicar un cargo de violación, cuando los niños eran locales -siempre
eran de “buenas” familias- y la muchacha era una carnada. Tendría cuidado. Muy,
muy cuidadosa.

Su madre siempre había visto a los visitantes de la feria a su alrededor como si


esperara que algo peligroso se presentara. O al menos así era como su madre era en
los pocos recuerdos que Sarael tenía de la mujer que la había dado a luz. Casi desde
el principio, su madre la había dejado en manos de los artistas de la feria para que
la criaran. Creando una separación, una distancia entre las dos que rara vez se
había roto.

Sarael miró la pulsera de cuero que cubría su tatuaje. Había sido el único acto
de maternidad que su madre se había tomado en serio. A veces se había conducido
al punto de darle un castigo físico. Las agudas bofetadas y la cara de su madre,
estaban profundamente grabadas en la mente de Sarael, junto con su insistencia

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El Club de las Excomulgadas
para que Sarael siempre mantuviera su tatuaje cubierto. Aunque nunca había
habido una explicación para ello. Y su madre no tenía las marcas en ninguna de sus
muñecas, eso era todo lo que Helki había estado dispuesta a decirle a Sarael.

Suspirando, Sarael empujó los pensamientos de su madre, sin duda provocados


por la lectura del tarot, y recogió más entradas para la rueda de la fortuna, a
sabiendas por el tacto y peso de ellas en su mano que había acumulado suficientes
como para cubrir los asientos. Sacudió la cabeza mientras un chico en la fila trató
de darle dos más, pero ella le tuvo que decir.

—En el próximo viaje.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Él lo tomó de buena gana, volviéndose a su novia, los dos hablando en voz
baja, mirándose a los ojos, una visión que hizo sentir a Sarael llena de una soledad
que por lo general se las arreglaba para mantener a raya. Nunca había sido casual
con sus afectos, ni tampoco a la hora de la intimidad física.

Aunque había estado tentada -más de una vez- a llevar a un pueblerino al


camper que ella y Dakotah ahora compartían. Pero no se había atrevido a hacerlo.
Buscar un consuelo vacío que sólo la dejaría sintiéndose más sola cuando se
mudara a la siguiente ciudad.

—Estás más tranquila de lo habitual—dijo Dakotah después que puso la rueda


en movimiento, con ambas manteniendo un ojo en los clientes.

Sarael metió las manos en sus bolsillos traseros, el movimiento empujó su


pecho hacia fuera y se ganó una ronda de silbidos de los chicos que habían estado
mirándola toda la noche.

Dakotah rió.

—Como fueras a perder tu tiempo en ellos. —Ella se agachó y envolvió su


mano alrededor del brazo de Sarael, apretándola. Un gesto que siempre humillaba
a Sarael. Ella era una de las pocas personas que Dakotah tocaba o le permitía un
toque. — ¿Aun pensando en la lectura?

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El Club de las Excomulgadas
Sarael se encogió de hombros.

—Tal vez. Me siento... diferente esta noche. Híper-alerta.

—Oh. —Dakotah Sonrió. —Daté un revolcón entonces. —Su cabeza se inclinó


en dirección de los tres pueblerinos. —Pero no con uno de ellos. Pídele a Cable o a
Fane que regresen contigo al camper.

—No, gracias—dijo Sarael, queriéndolo decir, con las imágenes de los hombres
que recientemente habían comenzado a rondar por toda la feria intermitentemente
a través de su mente, con su presencia inexplicable y sin embargo, aparentemente

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


aceptados por el propietario de la feria. Las pocas veces que los había visto, se
había sentido como si de alguna manera los conociera, como si debiera conocerlos.
Y sin embargo, se mantenían a distancia, sin hacer nada sospechoso. Sólo habían
hablado con ella en una o dos ocasiones.

Sarael frunció el ceño preguntándose de repente si se trataría de la fuente de su


nerviosismo y aprensión. Pero tan rápidamente como la pregunta surgió, supo que
no lo era.

Ella se estremeció, mirando hacia arriba, mirando más allá de las multitudes,
de las luces y de la oscuridad que existía más allá del asfalto y de la mucha suciedad
en el borde de la pequeña ciudad donde se había establecido la feria. En el paisaje
nocturno dominado por la Luna.

*****

Matteo observaba desde las sombras. Su furia desafiaba la potencia de las


hierbas que había ingerido antes. Quería romper en pedazos a los tres chicos
humanos, por haberse atrevido a mirar a Sarael. Por atreverse a comentar sobre sus
pechos, sobre su cuerpo. Incluso por pensar en ella de una manera carnal. Ella era
suya. Tal como había sabido que sería. Su sangre rugió con el conocimiento,
instándolo a reclamar lo que le pertenecía.

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El Club de las Excomulgadas
Tal vez se había equivocado al no haber hecho que Sarael le fuera llevada. Sin
embargo, temía que los ojos de otro hombre la tocaran, al olor de otro hombre
sobre ella, incluso un padrall o un sirviente al que se lo hubiera ordenado
recuperarla, sería suficiente para él.

Matteo se agitó. Enojado. Impaciente. Inquieto por poner fin a su tormento.


Para traerla de vuelta al lugar que usaba hasta que pudiera regresar a Italia con ella.

Estaba ansioso por empezar. Por follarla. Para el intercambio de sangre con sus
tres tiempos. Para hacerla primero su novia y luego su kadine.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Su pene se sacudió con anticipación. Sus colmillos le picaron alargándose. Su
mente llegó a la suya. Detectando la conciencia de su presencia, aunque ella no
tenía manera de saber que él era la razón de sus emociones sin resolver.

Cuando fuera el momento correcto él la llamaría, obligándola a llegar a él en la


oscuridad. Su sangre ya fluía por sus venas. Dada al nacer por la orden padrall
cargándole el deber de velar por la creación de kadines futuros. Su sangre se había
mezclado con la tinta utilizada para crear el tatuaje de su muñeca durante la
ceremonia de confirmación, marcándola para que él la reclamara a edad adulta.

Él se frotó el pecho. Tocando el tatuaje a juego en su propio corazón.


Maldiciendo a Angelique por haber tomado a Sarael y haber huido. Los
pensamientos de rabia renovada por Angelique no hicieron nada para calmarlo.

Su familia siempre había servido a los de su clase, ganándose honor, prestigio y


una gran fortuna mediante la producción de aquellos que tendrían kadines futuros
y, ocasionalmente, volviéndose kadines ellos mismos. No había mujeres que nacían
de su raza. Sin embargo, sus antepasados habían encontrado una manera de evitar
la extinción mediante la adaptación de mujeres humanas, mediante el intercambio
de sangre con ellas para que sus células se alteraran, formando un puente entre dos
especies y creando un buque que aceptara sus semillas y produjera un niño que en
última instancia, sería totalmente vampiro.

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El Club de las Excomulgadas
En la época medieval el proceso había alimentado rumores de muertos
vivientes, de mujeres con colmillos que atacaban a sus vecinos y miembros de la
familia. Seres enloquecidos sin conciencia. Criaturas que había que destruir.

Pero ese ya no era el caso. No había pasado en siglos, con excepción de los
pocos humanos cuya conversión los había conducido a la locura, y la mayor parte
de las mujeres habían estado sin el conocimiento del mundo de los vampiros, la
mujer elegida como kadine por los vampiros, quienes le temían a La Brama las
reclamaban antes que pudieran hacer arreglos para que un compañero fuera creado
para ellas por los padralls.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Una ira renovada se apresuró en Matteo. Nunca había estado muy lejos de la
superficie cuando se trataba de la madre de Sarael. Se había preocupado poco por el
futuro de Angelique y lo que deseaba hacer con él. Pero ella nunca debería haber
tenido a su elegida con ella. Debería haber dejado a Sarael detrás para poder haber
sido criada de tal forma que pudiera comprender sus deberes para con él que la
reclamaría como su novia.

El pene de Matteo pulsó una vez más, con su cuerpo ajustándose. Cientos de
corazones latían cerca de él, sin darse cuenta que el depredador estaba en medio de
ellos, y sin embargo, por una vez, La Brama no susurraba a través de sus venas, no
lo llamaba a él al festín ni a satisfacerse.

Voces se arremolinaban a su alrededor, y sin embargo la única conversación de


interés para Matteo era la tácita entre Sarael y él. Le gustaba que ella sintiera su
presencia. Y con el pensamiento puso a prueba su fuerza contra la de ella, le envió
una orden silenciosa para que se quitara el pelo de la cara y el cuello para poder
verla con más claridad. Ella vaciló, hasta cierto punto levantando una mano, con
sus ojos de nuevo en marcha a las sombras donde él se encontraba, antes de
volverse, dejando caer su mano a su lado, negando su orden.

Matteo se enderezó, sorprendido por su resistencia, pero sin preocuparse.


Durante un largo momento pensó en si debía o no volver a emitir la orden, para
fortalecerla. Insistiendo en que lo obedeciera. Entonces, decidió dejarla ir.

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El Club de las Excomulgadas
Al final, ella le obedecería en todo. Pero este no era el momento para comenzar
su entrenamiento. No estaba preocupado por capturarla. Estaba a punto de tomar
posesión de ella. Incluso si ella no llegaba a su llamado más tarde, como anticipaba,
sería un asunto menor recuperarla. A pesar de los mitos de los humanos, podría
entrar en su remolque, con o sin permiso.

Las palabras de Sarael lo alcanzaron a pesar de la distancia.

— ¿Qué harás después de cerrar?—Le preguntó a su compañera.

—Algunos iremos a la playa. Construiremos una fogata. ¿Quieres venir?

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


¡No! Esta vez Matteo envió una orden fuerte. Ya había pasado más tiempo en
esta tarea de lo que pretendía y su demora no podría explicarse completamente,
incluso a sí mismo.

¡No! La intensidad del pensamiento sacudió a Sarael, por lo que su corazón


saltó. Haciéndole girar la mente con confusión y desasosiego.

—No—respondió ella pensando que estaba demasiado nerviosa, demasiado


nerviosa para ser buena compañía.

Dakotah se encogió de hombros.

—Piénsalo. Tienes algún tiempo para cambiar de opinión. —Sonrió


ligeramente. —Fane y Cable estarán allí.

Las palabras enviaron una oleada de miedo a través de Sarael. Una sensación
de amenaza. Sacudió la cabeza, moviéndose para poder abrir las barras de
seguridad de los cubos y ayudar a los usuarios de la rueda mientras Dakotah
controlaba el movimiento.

Trabajaron en silencio después de eso, en perfecta sincronía hasta que no hubo


fila de pueblerinos, hasta que la feria estaba oscura de puesto en puesto de paseo en
paseo.

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El Club de las Excomulgadas
— ¿Segura que no quieres venir?—Le preguntó Dakotah después de que habían
entregado sus recibos y se habían ido a su camper.

—No. No esta noche.

—Hasta luego entonces.

Sarael se sentó en su cama y se volvió sobre las cartas del tarot. Temblando
mientras las volvía a ver.

El Hombre Colgado.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


La Torre.

La Luna.

Ella pasó un dedo por los bordes. Mirándolas fijamente. La profecía de Helki
resonaba en sus oídos.

Has vivido entre nosotros, para adaptarte a un estilo de vida que no era el tuyo, sostenida
en el limbo por decisiones que no fueron las tuyas propias, y sin embargo el tiempo no fue en
vano. Has aprendido mucho, más de lo que te das el crédito correspondiente. Pero ahora es el
momento de separarte. Alejarte de lo que conoces. Pronto te unirás con él que estabas
destinada a estar, viviendo en su mundo con él.

La Luna. Incluso ahora podía sentir su evocación. Instándola a abandonar su


entorno familiar y la seguridad del remolque.

A su alrededor sonaron voces -risa, argumentos, pasión- apagadas sólo por el


metal delgado y las pequeñas distancias.

Las puertas de los vehículos sonaron cerrándose. Los motores se encendieron.


Todo ayudando a Sarael a luchar contra la necesidad de susurrar a través de su
mente, de su cuerpo. A la compulsión de volver a la oscuridad de la feria.

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El Club de las Excomulgadas
Luchó durante todo el tiempo que pudo. Pero a medida que la noche se hacía
más tranquila, que los artistas se acomodaban alrededor de ella, con sólo
conversaciones apagadas y aparatos de televisión dando testimonio de su presencia,
la obligación se hizo más fuerte hasta que Sarael ya no pudo resistir el llamado.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I

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El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 2
Sarael se detuvo delante del pequeño y cerrado stand de la concesionaria de los
perros calientes y de los pretzels calientes con mostaza que se habían vendido. El
aire alrededor del stand estaba cargado con el olor de la grasa. A varios metros de
distancia, el póster de los autos chocadores brillaba, quieto en la noche aunque en
la mente de Sarael podía oír los gritos y risas cuando se estrellaban uno contra el
otro.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ven.

Ella se estremeció. La necesidad de mantenerse en movimiento hizo que su


corazón latiera en su pecho.

El tatuaje debajo de su muñequera de cuero se sintió incómodo. Ella retorció la


banda dándole vueltas y vueltas. Utilizando el movimiento como una distracción
hasta que la otra orden vino.

El miedo trató de detener a Sarael, pero fue atenuado por el mismo


conocimiento profundamente arraigado con el que había reconocido la verdad en
las cartas del tarot, en lo que le habían dicho. De la precisión de la predicción de
Helki. Ya es hora de separarte. De alejarte de lo que conoces.

Sarael respiró hondo y trató de ver en la oscuridad que se tragaba todo hasta
más allá de la salida.

Ven.

Era más fuerte esta vez. Enviando zarcillos de sensaciones a través de su vientre
y sus pechos.

Dio unos pasos más antes de tomar la valla metálica utilizada para formar
rampas para las multitudes de las filas. La salida estaba justo al otro lado de la feria.

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El Club de las Excomulgadas
Su retraso casi le costó a Matteo su control. Estaba más cerca de Sarael de lo
que había estado antes y sin embargo ahora no había nadie más alrededor. Nadie
que le impidiera cerrar la distancia entre ellos, de una vez y de dar grandes pasos a
sus brazos, callando cualquier protesta que pudiera hacer sellar sus labios con los
suyos. De frustrar cualquier intento de escapar con una demostración de fuerza.

Sus fosas nasales se abrieron mientras una brisa le trajo el olor de ella a él. Su
corazón se aceleró, coincidiendo con los pasos rápidos de ella. Las dos caras de una
misma moneda. Presa y depredador.

La necesidad de cerrar la distancia, de correr a ella, fue casi imposible de

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


resistir. Sus encías, donde los colmillos afilados le dolían luchaban por descender.
Su pene se levantó poco dispuesto a aceptar la restricción a la que obligaba al resto
de su cuerpo.

Ven. La orden la atacó y ella dio un jalón en reacción a la misma. La noche


profunda, la ausencia de otros a su alrededor, facilitaba presionar su voluntad sobre
ella. Se había detenido antes, pero ahora tenía la intención de comenzar lo que
tuviera que hacer para continuar. Para eliminar cualquier resistencia. Cualquier
pensamiento de escapar.

Ella no había sido criada correctamente, entrenada, ni preparada. Así que


ahora ella debía sufrir las consecuencias de la elección de su madre al haber huido.
En lugar de moverse con facilidad y con convicción -felizmente- a la vida de una
kadine, ella entraría en forma abrupta, con su destino de repente en manos de un
desconocido. Uno que esperaba obediencia. Que pretendía ser dueño de ella, en
cuerpo y alma. Y sin embargo, quien le ofrecería todo lo que siempre podría desear
a cambio.

Frustración, impaciencia, le hizo darle órdenes a ella de nuevo, esta vez con un
dejo de amenaza. La noche se escapaba más rápidamente de lo que quería.
Deberían estar en la limusina, incluso ahora.

21
El Club de las Excomulgadas
Sarael alcanzó a ver al hombre de pie delante de la entrada de la feria, con su
oscura aura, con su repentina explosión de ira por lo que fue más fácil para ella
luchar contra la necesidad de ir a él. La forma en que se había producido todo le
recordaba las locuras que su madre le había dicho más de una vez, los golpes dados
a la pulsera que entonces odiaba. Las palabras que venían de él eran tan agudas
como los golpes de la mano de su madre. Si te encuentran, tu vida no será tuya nunca
más.

Una ominosa advertencia sin nada para poner en contexto, sin una
comprensión de lo que significaba. Hasta ahora.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


La Luna. Se elevaba sobre el camper de Helki, enmarcada por columnas
antiguas. Ambas llenas y creciendo. Hermosas. Atractivas. Brillando sobre una
tierra de magia donde las almas podían quedar atrapadas o ser liberadas.

Pronto te unirás con lo que estabas destinada a estar, con los que viven en su mundo, con
él.

Un pequeño sonido escapó como un gemido, y Sarael apretó la barandilla de


metal, negándose a dar un paso más a pesar de la forma en que su cuerpo luchaba
por hacerlo.

Ven a mí. Esta vez más suave, aunque no menos insistente a medida que el
hombre se separaba de la oscuridad entrando en el claro de luna fluyendo con
gracia.

El corazón de Sarael se aceleró, con su estómago revoloteando a la vista de sus


hermosos rasgos.

—Ven a mí, Sarael—dijo con su voz como miel pura, girando alrededor de ella,
dulce y espesa, atrapándola por lo que finalmente se puso de pie delante de él, con
su respiración agitada, con su cuerpo empapado de sudor, con su cara vuelta hacia
arriba, con sus pensamientos en caos.

22
El Club de las Excomulgadas
Él extendió la mano, tomando la suya y sosteniéndola contra su corazón
mientras que la otra le tomaba la mejilla, con su pulgar acariciando sus labios.

—Soy Matteo Cabrelli.

Ella se estremeció, luchando por mantener una parte de sí misma separada


mientras la obligaba a encontrar su mirada. Sus ojos se cerraron, causando que un
calor se moviera a través de ella y que su cuerpo se sintiera como si quisiera
fundirse, mezclarse, unirse a los suyos. Por lo que sus pezones se levantaron, su
vagina se hinchó, volviéndola muy consciente de ese lugar entre sus piernas.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Por largos momentos se miraron a los ojos y sus pensamientos estuvieron
dispersos, perdidos. Pero finalmente ella puso una palabra a través de sus labios que
estaban mojados, pero que se separaron, como si esperara un beso en lugar de una
explicación.

— ¿Cómo?—Susurró ella.

—Porque eres mía, carissima. Desde el momento de tu concepción estabas


destinada para mí. —El pasó el pulgar por su boca otra vez. —Con el tiempo
entenderás, pero ahora tenemos que marcharnos.

—No. —Fue poco más que un soplo de aire, mientras trataba de dar un paso
atrás. Pero su dominio era muy apretado y su propio cuerpo también cooperaba
con él.

Él se inclinó y algún instinto le advirtió a ella que se alejara. Se quedó sin


aliento en la garganta, pero estaba congelada en su lugar, dejando escapar un
gemido cuando su boca tocó su cuello, dándole un suave beso seguido de la
sensación de su lengua, luego de sus dientes, ligeramente agarrando su piel
mientras su mano tomaba su mejilla enviando una estocada a lo largo de su espina
antes de jalarla contra su cuerpo.

23
El Club de las Excomulgadas
Al instante ella se perdió en una oleada tras otra de sensaciones. Nadando a
través del deseo grueso, desconocido. Apenas capaz de pensar o respirar. De
protestar cuando la puso en sus brazos y comenzó a caminar.

Matteo se maldijo a sí mismo, incluso cuando la tumbó en el asiento de la


limusina y obligó a su boca a alejarse de su cuello, con su pulso palpitando que lo
llevó a una tentación a la que no se atrevió a ceder. Y, sin embargo ya era
demasiado tarde para evitar probar lo que era suyo.

Había pensado en abrumar a sus sentidos, para poder llegar al coche, pero una
vez que la había tocado... La lujuria había corrido a través de él, como una llama

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


que ardía con la necesidad de reclamarla. Él tapó su boca con la suya, pinchando su
lengua en su boca, dominándola, metiéndose dentro y fuera, como una advertencia
de lo que estaba por venir. Una imitación de lo que su pene no tardaría en hacer al
aparearse con ella.

Ella se movía inquieta por debajo de él, con sus manos a los lados de las
caderas de él. Él apretó más su peso sobre ella, gozando la forma en que su cuerpo
se sentía suave bajo el suyo ya tan sumiso.

Levantó los labios de los ella, mirándola a los ojos a la tenue luz interior del
coche, leyéndola. Estaba aturdida, caliente, lo que lo dejó insatisfecho y enojado
consigo mismo. Había ido demasiado rápido con ella. Inundando sus sentidos y
cautivándola, tratándola como si fuera una mujer que sería utilizada sin
pensamiento o conciencia, no como su futura kadine debería ser tratada.

Matteo se quitó de Sarael, moviéndose al final del asiento y creando una


distancia entre ellos. Si hubiera sido criada adecuadamente, entonces ella ya
poseería suficiente de su sangre para que esto no hubiera sucedido. Ellos ya se
conocerían entre sí, estando cómodos con la presencia del otro para que la primera
unión fuera un acontecimiento muy esperado. Una seducción mutua suscrita por
ambas partes en lugar de hacerle frente como si fuera una de sus presas.

24
El Club de las Excomulgadas
Habría veces entre ellos cuando si sería tomar, una orden, una afirmación de
dominación, hechas ambas un juego y con intenciones serias. Pero más tarde.
Cuando Sarael fuera su kadine. No ahora, cuando eran nuevos el uno con el otro.

Un gruñido bajo retumbó en el pecho de Matteo. La ira y la frustración se


movieron con él. ¿Por qué un hombre quería preguntarse si su esposa lo deseaba
sólo porque estaba drogada con una dosis fuerte de feromonas para atraer a
humanos?

Sarael se obligó a sentarse, con el calor abrasador y la lujuria salvaje poco a


poco desvaneciéndose. Su mirada se encontró con Matteo, vagando por él ahora

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


que había suficiente luz para que ella lo viera con más claridad.

Su corazón dio un salto en respuesta con sus ojos cada vez más abiertos
mientras miraba su belleza morena y atractiva. La nariz recta y los labios
masculinos.

Cabrelli. Italiano.

Todavía estaba húmeda, hinchada, adolorida, pero se obligó a pensar. A


preguntar.

— ¿Cómo pudiste... —Ella se detuvo con el color corriendo por sus mejillas. —
obligarme a hacer cosas?

Las fosas nasales de él se abrieron y sus ojos se entrecerraron como si ella lo


hubiera golpeado con una llaga. Ella se tensó, abrigándose, recordando su respuesta
cuando ella le había negado lo que él había deseado. Pero en lugar de quedar
atrapada con la pasión como lo había hecho antes, sus ojos se oscurecieron, con su
voz volviéndose afilada.

— ¿Angelique no te preparó en absoluto?

Las cejas de Sarael se juntaron en confusión.

— ¿Angelique?

25
El Club de las Excomulgadas
Él mostró los dientes.

—Tu madre.

Ella dio un brinco, lamiéndose los labios, pero cuando su calmada mirada se
movió a su boca, ella se inclinó.

—Angie. Ella tenía el nombre de Angie—le susurró Sarael tratando de no


moverse, tratando de no hacer nada que provocara hacerlo saltar.

El miedo se movió a través de ella, no el terror de alguien que creía que estaba

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


frente a la muerte, sino una respuesta primitiva que venía de estar indefensa,
despojada de cualquier control, de cualquier elección. Ya había demostrado que él
podía abrumar sus sentidos, que le podía ordenar a su cuerpo a voluntad para que
bloqueara algún pensamiento racional y dejarla a su merced.

La mandíbula de Matteo se tensó. Cerró la distancia entre ellos, con su mano


una vez más acariciando su mejilla, con su pulgar frotando el labio inferior de
Sarael y haciendo que la respiración de ella se quedara atrapada en su garganta.

— ¿Qué te dijo ella?—Era más suave esta vez como si estuviera tratando de
controlar sus emociones, comprobando su propio comportamiento.

Sarael vaciló, temerosa de que si le decía la verdad, que no sabía nada, entonces
permanecería en la ignorancia. Él inclinó la cara acariciando su boca contra la de
ella, dándole un pequeño beso de succión que la animó a confiar en él. Que envió
pulsos de calor a través de sus pezones y llenó su vientre de calidez, pero que no la
dejó sin sentido.

—Nada—susurró ella sintiéndose extrañamente obligada a añadir—se fue


cuando era pequeña.

La ira azotó el rostro y todo su cuerpo, cargándose en ella y haciéndola tratar


de alejarse de él. Él no la dejó escapar.

Matteo la tomó en sus brazos y se echó hacia atrás acomodándola en su regazo.

26
El Club de las Excomulgadas
—Quítate la pulsera.

Ella lo hizo, sin protestar cuando tomó la correa de cuero y la tiró al suelo antes
de tomar su muñeca y llevarla a su boca, tocando sus labios en el lugar donde
estaba tatuada su piel.

—Fuiste creada para mí. Naciste para ser mi otra mitad—dijo puntuando cada
frase con un beso en su muñeca. —Sabrías todo esto, si Angelique se hubiera
quedado y te tuviera con ella. Pero es demasiado tarde para cambiar el pasado. Lo
que importa ahora es el futuro. —Los ojos de él sondearon los suyos y Sarael se
tensó, un escalofrío le recorrió la espalda con la idea de que él estaba tratando de

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


leer su mente.

— ¿Por qué huyó?—Preguntó ella, queriendo distraerlo, pero también


queriendo una respuesta.

Los ojos de Matteo se estrecharon y ella sintió la ira en él.

—Por un hombre, tal vez. ¿Quién sabe?—El acarició la mejilla de Sarael. —Fue
algo bueno para ella que te haya encontrado primero, carissima, y no tuviera la
necesidad de seguir buscando por ella. —La voz de él era suave pero llena de
amenaza mortal y ella no pudo reprimir un escalofrío, con las palabras de su madre
acechándola. Si te encuentran, tu vida no será tuya nunca más.

Él utilizó su mano libre para desabrocharle la camisa, abriéndosela con el fin de


exponer la marca sobre su corazón. Sarael no pudo resistir la tentación de tocar el
tatuaje a juego, trazándolo con sus dedos. Inmediatamente supo que había
cometido un error cuando su respiración cambió y olas de lujuria que había
experimentado antes comenzaron a mostrarse.

Esta vez Matteo luchó contra su deseo. Negándose a ceder a la tentación de


tirarla a lo largo del asiento una vez más y cubrir su cuerpo con el suyo. En su lugar
se concentró en su ira por Angelique, que le servía de amortiguador, aunque no era
menos consciente de los dedos de Sarael en su pecho, de sus nalgas apretadas
contra su erección.

27
El Club de las Excomulgadas
—Eres mía—Le dijo besando su muñeca otra vez, tentándose a sí mismo,
trazando su huella afirmándola con su lengua.

Sarael se estremeció, incapaz de evitar inclinarse y presionar un beso a la marca


de su pecho, imitando su acción. De repetirla cuando él se estremeció debajo de las
estocadas de su lengua.

Pero antes que pudiera hacerlo una tercera vez, él le hundió los dedos en su
cabello obligándola a alejarse de su piel, levantándola para que su boca pudiera
cubrir la suya en un beso ardiente, castigador. Ella cedió de inmediato, suave y
flexible. El tatuaje que compartían de alguna manera validaba la exactitud de estar

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


con él de modo que disfrutara del calor y del hambre que se movía a través de ella
en esta ocasión, en lugar de ser abrumador.

Ella tocó la lengua con la suya, tragándose su gemido y gimiendo cuando su


agarre sobre ella se apretó, cuando su lengua se volvió aún más agresiva, con su
cuerpo tenso contra la de ella. Sarael sabía que debería tener miedo de él, estar
incluso aterrorizada, y sin embargo su cuerpo lo reconocía, aún si ella no lo hacía y
su mente anhelaba las respuestas que él le pudiera ofrecer.

Esta vez sintió la satisfacción de Matteo sólo cuando él levantó la cara de


Sarael y la miró, sin ver más que el deseo y una gran cantidad de preguntas en sus
ojos en lugar de embeleso. La besó de nuevo, un beso suave, lleno de promesas,
mientras la limusina daba vueltas por el camino que conducía a la casa que serviría
de hogar hasta que ella fuera su kadine.

El coche se detuvo y él ajustó su control para poder fácilmente salir de la


limusina con ella en brazos, con su siervo y chofer a toda prisa por llegar a la puerta
delantera de la casa. Hizo una pausa, con una pequeña sonrisa en su rostro cuando
dijo:

—Después de atender el asunto del que hablamos anteriormente, Pietro, eres


libre de entretenerte. Te llamaré la próxima vez que te necesite.

28
El Club de las Excomulgadas
—Muy bien—dijo Pietro con un atisbo de sonrisa en su voz, aunque sus viejos
rasgos no revelaron ninguna emoción.

Matteo navegó en la oscuridad de la casa, sin molestarse en encender las luces


que no eran necesarias, fácilmente subió las escaleras al segundo piso. Sólo cuando
llegó a su habitación Sarael lo hizo detenerse, tomándose el tiempo para cerrar la
puerta y luego con un pensamiento, iniciar un rugiente fuego en la chimenea, con
sus labios hacia arriba con la ironía de poseer ese talento. El fuego era una de las
pocas maneras de asegurarse de matar a los su clase.

Sarael se sorprendió en sus brazos, con la atención en la chimenea. Él había

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


planeado tomarla en la cama, pero el calor del fuego y su efecto calmante lo
hicieron cambiar de idea y avanzar hacia allí.

La habitación había sido preparada para la reivindicación de una novia, por lo


que el espacio situado delante de la chimenea estaba lleno de suaves alfombras de
felpa. Bajó a Sarael en ellas, colocándose a su lado, con su mirada capturando la de
ella, con su pierna sobre la de ella, impidiéndole escapar de él, con su mano fijando
sus muñecas sobre su cabeza.

El deseo corrió a través de él como nunca lo había conocido, haciendo su pene


pulsar al mismo de su propio latido de corazón, lo que lo hizo apretar las nalgas
con la necesidad de tomarse a sí mismo en la mano y liberarse para no moverse
demasiado rápido y tomarla como si ella no fuera nada para él.

Hacía tiempo que se había cansado de la cadena interminable de mujeres cuya


sangre, tomada en el sexo, sólo lo saciaba temporalmente, no eran ni siquiera un
pensamiento fugaz, una vez que había pasado el momento de haberlas follado.
Había soñado con ese momento, incluso antes que La Smania -el hambre y la sed
inquieta de una compañera- lo alcanzara en el momento en que había llegado a la
madurez reproductiva.

Había soñado con ese momento y antes La Brama había crecido hasta el nivel
donde había requerido de hierbas para contenerse.

29
El Club de las Excomulgadas
La necesidad profunda de su alma, que implicaba más que sexo y sangre, corrió
a través de él mientras miraba a Sarael. En ella, podría tener todo lo que deseaba.
Esa era la naturaleza de la propia kadine. Pero primero tenía que hacerla su novia.

Sarael podía sentir la lujuria vertiéndose en Matteo. Había invadido su cuerpo,


por lo que estaba adolorida, inquieta, con la necesidad de tocarlo y ser tocada.
Trató de luchar contra ello, de hacerlo a un lado el tiempo suficiente para hacerle
preguntas, pero cuando él se inclinó, sólo pudo encontrarse con sus labios, abriendo
la boca y de buen grado dándole la bienvenida a su lengua contra la suya, con un
pequeño grito de protesta escapando cuando él terminó el beso, un suspiro después,

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


cuando sus labios se movieron a su garganta, atormentándola con pequeños
mordiscos, chupándola.

Ella estaba temblando, cubierta con una fina capa de sudor cuando levantó la
cabeza momentos después, con su mirada yendo a la suya, en busca de algo, con la
satisfacción en su rostro indicando que lo había encontrado.

—Eres hermosa, Sarael—susurró él—Más de lo que me había atrevido a


esperar. —La mano de él se movió por el centro de su pecho, colocándose en su
tembloroso abdomen, con su toque haciéndole aletear el vientre y las piernas
abriéndose un poco. Él le dio un beso, una recompensa por su respuesta y tocó su
lengua con su silencio en una solicitud por más.

El pene de Matteo pulsó, cubriendo la cabeza con un fresco lavado de


excitación. Cada célula de su cuerpo argumentaba que tenía siglos para seducirla y
capacitarla. Que debería desnudarla y encontrar su propia satisfacción ahora.

Él se resistió. Obligándose a sí mismo a desabrocharle lentamente la camisa, a


abrirla mientras su mano se movía hacia el palpitante pulso en su garganta.

—Hermosa—dijo él de nuevo después de desabrocharle el cierre frontal del


sujetador y quitárselo de nuevo, dejando al descubierto sus pechos con oscuros
pezones marrones. Él se inclinó, incapaz de resistir la tentación de ellos,
disfrutando de sus gritos de placer mientras los mamaba, con el ritmo de los latidos

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El Club de las Excomulgadas
tan cerca de su boca que ardía en deseos de hundir sus colmillos en ella, de extraer
su sangre para poder realmente darse un festín en su seno.

Sarael se retorcía debajo de él, todavía inmovilizada, incapaz de hacer otra cosa
que aceptar el placer que él le estaba dando. Un placer que la llenaba, haciendo que
se sintiera como si fuera a estallar.

—Por favor—gimió ella, deseando tantas cosas a la vez que no podía


concentrarse en ninguna de ellas.

Matteo se calmó, levantando la cabeza con sus ojos oscuros, capturando los de

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


ella, asustándola y emocionándola al mismo tiempo.

—Por favor, ¿qué?—Le preguntó él con sus propios rasgos tensos.

—Libera mis manos. Déjame tocarte.

Él se movió, colocando más de su peso sobre ella, dejándola sentir el tamaño de


su erección a través de las capas de su ropa.

—Eso sería muy peligroso. No estás lista para tomar todo de mí todavía.

Ella se estremeció, al darse cuenta ahora de por qué nunca había dejado a un
hombre en su cuerpo antes, de por qué cada vez que había conseguido acercárseles,
había tenido miedo... con una advertencia sobre las consecuencias de ceder su
virginidad que se convertirían en una horrible peso sobre su conciencia en el futuro.

Mirando los ojos de Matteo, supo que él era la razón por la que se había
mantenido virgen. Fuera lo que fuese lo que la unía a él, lo que le había permitido
convocarla, cualquiera cosa que fuera, le había impedido permitir a otro hombre
poseerla. Advirtiéndole sutilmente que mataría a cualquier hombre que la
conociera de una manera tan íntima.

Matteo utilizó su mano libre para terminar de desabrocharle la camisa,


empujándola afuera para permitir el primer contacto de sus pechos contra su pecho
mientras yacía sobre ella, imprimiendo más su esencia en ella.

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El Club de las Excomulgadas
Había sido un error ponerla en el suelo delante del fuego. Tendría que haberla
llevado a la cama, donde hubiera podido atar sus muñecas y tobillos cuando fuera
necesario. No estaba seguro de poder mantener el control si ella lo tocaba ahora, si
ella le rascaba la espalda o sus piernas se envolvían en torno a él.

Él la deseaba. La necesitaba. Quería nada más que rasgar su ropa y empujarse a


sí mismo con fuerza en su apretada vagina mientras sus colmillos traspasaban su
piel y su sangre fluía en él.

En su lugar, utilizó su lengua, empujándose y retorciéndose, explorando su


boca mientras se tragaba su dulce llanto y se alimentaba de su sumisión, en la

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


forma en que su cuerpo se retorcía debajo de él, suplicándole que la reclamara por
todos los tiempos.

Sensación tras sensación recorrió a Sarael, comenzando en el punto donde las


manos de Matteo sujetaban sus muñecas hacia abajo, moviéndose a donde sus
labios y lengua tocaban los de ella, y luego hacia abajo, a través de sus pechos, su
abdomen, su vagina, incluso hasta los dedos de sus pies. Ella se movía inquieta en
su contra, restregándose contra de su erección hasta que todo su peso estuvo en
ella, sosteniéndola en el suelo, sujetándola por lo que apenas se podía mover.

Estaba húmeda, dolorida e hinchada. Sin embargo, un estremecimiento de


orgullo femenino corrió a través de ella disolviendo la rigidez de su cuerpo, la
forma en que se tensaba para mantener su bombeo en ella, con su respiración
rápida, con su pecho contra el resbaladizo de ella, con su boca y lengua tan
dominantes que supo todo el poder que tenía sobre ella, que ella sostenía algo por
derecho propio, para poder hacer que él la deseara.

Con un gemido, Matteo salió de ella, poniéndose de rodillas, con su mano


agarrando su pene a través de sus pantalones con el fin de evitar arrojar su semilla
como un muchacho inexperto. La dejó sentada, pero cuando ella se inclinó hacia él
y extendió la mano para tocarlo, él la detuvo con una orden fuerte, reforzándola
con la fuerza de su voluntad para que por un instante su mano se cerniera en el aire

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El Club de las Excomulgadas
entre ellos antes de caer de vuelta, con su cara mostrándole su confusión, su
necesidad de comprender cómo podía dominarla de tal forma.

—Quítate la ropa—Le ordenó él, haciendo que la pregunta que él no quería


responder se alejara de su lengua, pero a un costo. Su pene pulsó, como una
advertencia más dura mientras algo de excitación se escapaba por la rendija de su
cabeza, con sus bolas apretándose contra su cuerpo, ya dolorido, ardiendo con la
necesidad de la liberación.

Ella obedeció. Quitándose la camisa y el sujetador fácilmente, los zapatos, los


calcetines y los pantalones vaqueros. Pero entonces se detuvo, quedándose en la

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


ropa interior negra. El color ocultaba su humedad, aunque la vista de sus muslos
brillantes interiormente y el aroma de su excitación era suficiente para obligar a
Mateo a moverse, una vez más colocándose a su espalda, esta vez con sus muñecas
en sus costados, mientras se ponía de rodillas entre sus piernas, hipnotizado por el
espectáculo de sus bragas, por su olor.

Él se inclinó, presionando su cara contra la franja húmeda de la tela,


respirándola. Sabía que tenía que castigarla por no obedecerlo por completo, que
debería utilizarlo como una excusa para ir a la cama y atarla allí, pero estaba
perdido en ella, encantado. Volvió la cabeza, besándole la cara interna del muslo,
chupándola, lamiendo sus jugos que se escapaban.

Gruñéndole como advertencia para que ella no lo tocara a él, liberó sus
muñecas el tiempo suficiente para quitarle la tela de entre las piernas. Por un largo
rato se quedó mirándola, fascinado por la visión de su carne hinchada, de su
clítoris, y luego fue a ella. Una vez más, fijando sus muñecas en su lugar mientras
se la comía. Explorando su vagina con su lengua, follándola con ella, deleitándose
por la forma en que ella se empujaba contra su boca, en la forma en que ella gemía
y le rogaba que no la dejara, yendo a él en repetidas ocasiones, sollozando su
nombre cada vez que lo hacía.

Ella estaba temblando, completamente sumisa cuando finalmente pudo


arrastrar su boca de su apertura y se movió a su clítoris. Y al primer roce de sus

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El Club de las Excomulgadas
labios allí, ella se sentó, liberando sus manos con un repentino aumento de energía
y hundiéndolas en el pelo de Matteo, con su aliento saliendo en ráfagas mientras se
acurrucaba a su alrededor, agarrándolo, a veces manteniéndolo en su lugar, a veces
tratando de alejarlo mientras él alternaba entre chupar su hinchada punta y darle
vueltas con su lengua y a su alrededor hasta que finalmente se vino otra vez,
estirándose y acostándose sobre su espalda, con sus piernas, su cuerpo
completamente abiertos a él.

Él usó su lengua para limpiar la evidencia de su pasión, marcándola con su


aroma, imprimiendo más de sí mismo en ella. Con sus colmillos alargándose

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


mientras lamía la arteria de la cara interna de su muslo. Ella se sacudió cuando sus
puntas afiladas la acariciaron, cortando su piel de modo que una gota de sangre se
escapó. Era demasiado.

Él la mordió, ella gritó demasiado tarde, pues su sangre caliente se vertió en la


boca de él con su lucha, como una confusa mezcla de terror y éxtasis sólo
sumándose a su deseo para que él bebiera y bebiera y bebiera, engulléndose a sí
mismo de ella hasta que su corazón tartamudeó en advertencia que si continuaba,
la mataría.

Ella estaba débil y blanda, demasiado agotada para tener miedo por más
tiempo de la vista de sus colmillos, del conocimiento de lo que era cuando él
estableció su cuerpo sobre ella y apretó su pene en la entrada de su canal virgen,
tragándose su pequeño grito de dolor con su pene siendo el primero y único que ella
conocería nunca.

—Ábrete más para mí—dijo él maldiciéndose por su falta de control,


maldiciendo a la madre de Sarael por llevársela, por no haber sido preparada
adecuadamente.

Pero ya era demasiado tarde para detener la primera reclamación, el primer


intercambio de sangre. Matteo apretó los labios en los de Sarael, gruñendo cuando
ella trató de alejarse del sabor metálico de la sangre que aún permanecía allí, con
sus manos yendo a su pelo y sosteniéndola en su lugar mientras empujaba su

34
El Club de las Excomulgadas
lengua agresiva en su boca, renovando su pasión de nuevo, presionando su pene en
ella una pulgada a la vez, con la satisfacción sobre él cuando su cuerpo respondió,
arqueándose, invitándolo a ir más profundo.

En el momento en que estuvo enterrado completamente, ella gimió de nuevo,


arañando su espalda, nalgas, haciendo añicos el resto de su control de forma que
bombeó su entrada y salida de ella, con la realidad centrada en la necesidad de
sentir la vagina de su novia en torno a su pene, para llenarla con su descendencia y
para darle su sangre.

El fuerte deseo nubló la mente de Sarael, quitando el borde de la certeza de que

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


él no era humano, que era un ser salido de una película de terror. Un vampiro.

No había manera de luchar. Ella no lucharía. Por lo menos no ahora. No con


su pene dentro de ella, no con su cuerpo envuelto alrededor de él, dándole la
bienvenida a Matteo como si hubiera sido creada para él.

Ella se arqueó hacia él, con sus uñas clavándose en su carne mientras el
orgasmo se estrellaba contra ella. Al sentir su cuerpo estrecharse un instante antes
que una oleada tras otra de su descendencia se hundiera en su vientre.

Saciada más allá de toda imaginación, laxa, con los ojos cerrados, a la deriva,
con sus pensamientos dispersos, incapaces de tomar forma hasta que él apretó su
boca a su muñeca y su sangre caliente quemó sus labios. Ella luchó, pero no era
rival para su fuerza superior que la obligó a tomar lo que le ofrecía, beber y beber y
beber hasta que se hizo como un buen vino del que no podía prescindir. Y sólo
entonces su tacto cambió, con su mano acariciando su garganta, a lo largo de su
espina, con su voz alabando cada uno de sus tragos, con sus palabras instándola a
la oscuridad del sueño.

—Bebe, Sarael. Esta noche eres mi novia. Pero pronto serás mi kadine.

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El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 3
Sarael se despertó sobresaltada, con sus primeros pensamientos con su
trayectoria habitual. Tenía que levantarse y estar lista para el trabajo. Ahora que era
otoño y la escuela estaba de nuevo abierta, todos los días entre semana contaban, y
los sábados eran los de mayor atracción. Ella le había prometido...

Sus segundos pensamientos cortaron al primero mientras luchó por


incorporarse, sólo para encontrarse retenida por un cuerpo fuerte de hombre.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Matteo. En un segundo la noche vino de vuelta, por lo que luchó contra su fuerza.
Pero ella no era rival para él, y se calmó por completo cuando su voz ronca le
advirtió:

—Te ataré a la cama si sigues luchando, Sarael.

Yacía inmóvil, salvo por el rápido ascenso y caída de su pecho y el estruendo


de su corazón. Se movió a su lado, con su mano yendo a su pecho, con su pulgar
acariciando su pezón antes de agacharse y tomarlo en su boca, succionándolo, con
un suave tirón de su boca, calmándola para que le diera la bienvenida a su
contacto, abriendo las piernas para él, cuando su mano se deslizó sobre su
abdomen y tomó su montículo, con sus dedos deslizándose en la ranura de repente
húmeda, dentro y fuera, follándola hasta que gimió, bajo sus órdenes.

—Duérmete—dijo después jalando de ella a sus brazos de modo que su boca


estuvo colocada sobre el tatuaje en su pecho.

Por un momento se quedó atrapada en un halo de satisfacción sexual, con su


mente y el contenido de su cuerpo obedeciéndolo. Él trazó el tatuaje con su lengua
y gruñó, dándole una palmada en su pequeña nalga.

—Suficiente, carissima, me acabarás antes que la noche llegue, si me tientas a


tomarte ahora.

36
El Club de las Excomulgadas
— ¿Cómo puedes estar despierto?—Le preguntó ella con su cuerpo diciéndole
que era más tarde del amanecer.

Él se rió entre dientes.

—Con el tiempo hemos llegado a llamarnos a nosotros mismos por el mismo


nombre que los humanos utilizan para nosotros, pero las creencias humanas acerca
de los vampiros son incompletas en el mejor de los casos, absurdos en el peor. Si
abres las cortinas y me bañas con la luz solar no me verás estallar en llamas y no
como te puedas imaginar. Tampoco me convertiré en un cadáver. No soy un
humano o un no-muerto volviendo para alimentarme de los vivos.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


— ¿Qué eres entonces?

Él suspiró, con el sonido de un hombre que no quería nada más que dormir.

—El que te reclama, Sarael. Estamos acoplados, unidos para siempre ahora.

Ella brincó en reacción, sabiendo por el extraño calor ardiente de sus venas y la
certeza en su voz que era verdad. Luchó contra el miedo, el deseo reprimido de
protestar. De participar en una batalla que no la llevaría a ningún lado.

—Tomaste de mi sangre. Me obligaste a tomar la tuya. —La mente de ella


retrocedió al decir las palabras, a pesar que su vagina pulsaba con la sensación de
su erección caliente contra su vientre.

— ¿Fue tan malo, carissima?—Le preguntó, acariciando su cabello y


sosteniéndola con su fuerza. Rodándose ahora, sus muslos obligaron a los de ella a
abrirse mientras su pene encontraba su camino a casa, forjándose en su interior y
haciéndola gemir. — ¿Tanto lo odiaste?—Le susurró, moviéndose, doblando las
piernas de ella para poder enganchar los codos debajo de sus rodillas, cambiando el
ángulo, convirtiendo su apertura una prensa alrededor de su pene.

Matteo apretó la mandíbula contra el placer extremo, sabiendo que era un error
follarla, sabiendo que lo debilitaría de modo que el Il Sonno -El sueño- lo llevaría

37
El Club de las Excomulgadas
más profundamente de lo que podía darse el lujo de permitirse, de manera que la
luz del sol lo golpearía, con sus células rompiéndose casi de inmediato, lo que lo
obligaría a cambiar su forma a la segunda forma que todos los vampiros podían
asumir, un mecanismo de supervivencia que acompañaba a la Metamorfosi,
cuando los hijos de los vampiros de sangre pura y sus kadines arrojaban las
ataduras que venían con sus una vez totalmente madres humanas.

Hasta La Metamorfosi, los niños dormían durante las horas de luz del sol,
encerrados en cuerpos que aún eran parte humanos, custodiados por sus madres y
padralls que servían a las familias. Era la única vez durante la vida de un vampiro

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


cuando se podían matar con tanta facilidad como a un humano. Sin embargo, una
medida de madurez era necesaria para sacar las células dispersas una vez que el
cambio había ocurrido. La preparación era requerida, el conocimiento, para que el
miedo y la confusión no dieran paso al pánico. El primer cambio de forma era
doloroso, terrible, emocionante, poderoso.

Y ahora se lo deparaba el futuro a los hijos de Matteo. Así como a su kadine.

Miró hacia abajo a la cara de Sarael y sintió que su corazón se hinchaba. La


necesidad de su afirmación se vertía en él, pero era demasiado pronto para darle
más de su sangre. Era demasiado pronto para tomar más de la de ella. Él ya había
tomado demasiado durante las primeras horas del cambio, y sin embargo la
anhelaba, no con la urgencia inconsciente de La Brama, sino con la intensidad de
un hombre por su kadine.

Matteo llevó su cuerpo a su lugar. Su respiración era entrecortada, mientras él


mismo se obligaba a entrar y salir de su pequeño y exquisitamente estrecho canal.
Su corazón se levantó cuando ella le respondió. Con gemidos y lágrimas y súplicas
por su liberación. Aceptando sus derechos sobre ella. Su derecho a mandar sobre su
control, incluso sobre su placer.

La sostuvo el mayor tiempo que pudo, hasta que su resistencia a sus músculos
internos onduló y dio un espasmo contra su pene, empapándolo con excitación y
ordeñando su simiente, con la fiebre del calor de la misma a través de su pene

38
El Club de las Excomulgadas
volviéndolo débil y mareado por lo que se desplomó contra ella, una vez más,
atrapando su cuerpo bajo el suyo.

Por largos momentos Sarael estuvo en una neblina de placer, tranquila, saciada.
Pero poco a poco se desvaneció, quemada por el calor extraño en movimiento a
través de sus venas. La certeza de que era su sangre lo que la estaba cambiando,
convirtiéndola en un vampiro.

El latido de su corazón brincó, corrió, y ella lo sintió tenso. Más preguntas


presionaban sobre ella, exigiendo respuestas y sin embargo, dudó en pedirlas por
temor a que sus sospechas crecieran y se preocupara por que pudiera escaparse,

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


como su madre había hecho.

Sarael se estremeció, temiendo su reacción, y aun así determinada a adquirir


tantos conocimientos como pudiera.

— ¿Puedes salir al sol?

—Si debo hacerlo, carissima, pero no elegiría esa forma si pudiera. —Ella abrió
los ojos, entrelazándose con los suyos. Y una vez más tuvo la sensación de estar
presionando contra algún tipo de barrera, manteniendo su mente a salvo de él.

Quería preguntarle qué forma tomaría. Pero su instinto de supervivencia le


advirtió, así que Sarael cerró los ojos, obligándose a relajarse y acurrucarse contra
él como si aceptara su destino. No dudaba que haría lo que la había amenazado y
la ataría a la cama. Y si lo hacía entonces no tendría ninguna posibilidad de
escapar.

La emoción se amotinó en su interior. La Luna contra el sol. Ambos tratando


de tirar de ella a su reino y mantenerla allí.

Puedo sentir la verdad en ellas, se lo había dicho Dakotah, con las cartas del
tarot frente a ella en la cama. Puedes cambiar esa verdad, Dakotah había afirmado.

Pero ¿Podía?

39
El Club de las Excomulgadas
Su madre lo había hecho.

Por primera vez Sarael sintió algo más que dolor por haber sido abandonada.
¿La habría dejado su madre en la feria con la esperanza de que estuviera a salvo
allí? ¿Con la esperanza que este día nunca llegaría para Sarael? Un día, cuando su
cuerpo la traicionara, dejándola indefensa frente a Matteo, a pesar que era un
extraño, un hombre que tomaba la libertad que ella había dado por sentada y la
convertiría en... Ella se estremeció, no queriendo pensar en convertirse en una
criatura de pesadillas. Una criatura cuyo mundo estaba regido por la Luna.

Tres intercambios de sangre. ¿Sería mito o realidad?

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ella trató de imaginarse a sí misma alimentándose y lo encontró horrible, hasta
que se dio cuenta del latido del corazón de Matteo, del ritmo constante de su pulso
a centímetros de su boca. El calor se levantó en su vientre y su clítoris respondió,
rígido, latiendo a tiempo con los latidos de su corazón y punzando contra su cuerpo
y haciéndola reír.

—Duérmete, Sarael, te daré todo lo que deseas, cuando la luna se levante de


nuevo.

La alegría se movió a través de Matteo con satisfacción. En su mente, besaba su


camino por su cuerpo, deteniéndose para explorar, probar, saborear los sonidos de
sus súplicas, el tacto de sus manos en su pelo, acercándose lentamente al pequeño
congestionado nudo de su excitación.

Podría pasar días con la cara entre sus piernas. Besándola. Lamiéndola.
Sacando la lengua de la apertura de su mujer. Chupando los labios de su vagina
hinchados y su duro clítoris.

Deleitándose en ella.

Reclamándola.

Corazón y alma y pene duro para el placer de ella.

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El Club de las Excomulgadas
Su pene se movió, pero estaba demasiado apático para actuar en su fantasía. En
su lugar, tuvo que contentarse con la sensación de su clítoris dando puñaladas en él
mientras luchaba contra el sueño profundo de su especie.

Era lo suficientemente viejo para no estar completamente indefenso durante las


horas del día, casi en estado de coma, como los más jóvenes, pero su habilidad para
moverse era limitada, sobre todo ahora, después de aparearse con ella durante las
horas de la mañana. Si trataba de hacerle daño, él la podría dominar, pero si se las
arreglaba para salir de la casa, no podría perseguirla hasta el anochecer.

Ya había gastado mucha de su energía. Y estaba en sus límites. Un precio que

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


tenía que pagar por tomar forma humana, por mantener su longevidad, así como
algunas de las habilidades que habían sido el patrimonio de sus antepasados
alienígenas. Matteo se movió, poniendo más de ella debajo de él. Ella protestó y su
primer pensamiento fue restringirla aún más, pero luego sintió el calor de sus
mejillas contra su pecho mientras que ella murmuraba.

—Tengo que levantarme por un minuto. —Un pequeño empujón de su mano


puntuó su deseo.

Matteo la dejó escapar, viéndola con ojos entrecerrados mientras recorría la


habitación, localizando rápidamente el cuarto de baño.

—Deja la puerta abierta—dijo preparado para hacerla cumplir su orden, pero se


alegró cuando ella bajó la cabeza y escapó al cuarto de baño sin que fuera
necesario.

Cuando regresó, se unió a él sin insistencia, iba de buen grado a sus brazos, por
lo que él sonrió frente a su pelo, con su corazón lleno de anticipación de lo que
estaba por venir. El segundo intercambio de sangre. Con él su control sobre ella se
reforzaría, ella anhelaría desesperadamente su sangre entonces. Y con el tercer
intercambio, lo necesitaría para sobrevivir.

Su pene lo instó a enterrarse en su interior mientras dormían, sus pensamientos


volviendo a la noche, a lo diferente que se había experimentado mientras él mismo

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El Club de las Excomulgadas
la llenaba con su sangre, reviviendo una vez más los momentos intensamente
eróticos cuando ella se alimentó de él. Era todo lo que alguna vez había pensado
que sería y mucho más.

Sarael se quedó dormida a pesar de sus intenciones de no hacerlo, pero


mientras se deslizaba de debajo de Matteo al final del día, se dio cuenta que había
necesitado el sueño, igual que desesperadamente ahora necesitaba comer.

Estaba muerta de hambre. Muriendo de hambre. La sensación casi dolorosa era


tan intensa. Podía oler la fruta dejada en un recipiente en el tocador, podía verla
con claridad, aunque la habitación estaba casi a oscuras, con el fuego en la

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


chimenea como un resplandor rojo oscuro manteniendo la habitación caliente, pero
proporcionándole muy poca luz.

Sus sentidos siempre habían sido más agudos que los de los que la rodeaban,
pero nunca habían estado tan finamente pulidos. Ella se estremeció, dándose
cuenta que su sangre seguía quemándola, mientras hacía su camino por su cuerpo.
Ella se tocó la lengua con los dientes, aliviada al encontrarlos iguales como habían
sido siempre.

Su mente trató de alejarse de pensar en la sangre que él la había obligado a


tomar, pero no podía ignorar lo que había sucedido. Debería haber hecho una
mordaza y vomitado, en lugar que su sangre se hubiera deslizado por su garganta
con tanta facilidad, llenándola voluntariamente, tomando lo que él le ofrecía.

Tenía que escapar antes que fuera demasiado tarde. Antes que sucediera otra
vez. Y otra vez. Pero incluso mientras lo pensaba, su cuerpo la instaba a volver a
los brazos de Matteo. Para encontrar refugio allí.

Eso era suficiente para asustar a Sarael, de suscitar un instinto primario de


auto-preservación. Ella se movió a la cómoda, agarrando la fruta, con la necesidad
de dormir sobre ella tan pronto como estuvo llena.

Entonces trató de hacer un esfuerzo para reunir su ropa y entrar en el baño para
poder vestirse sin temor a despertarlo. Su cuerpo continuaba con su demanda de

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El Club de las Excomulgadas
regresar a Matteo y acurrucarse junto a él, permitiendo que el pesado letargo se
apoderara de ella. Ella luchó contra la compulsión y se vistió antes de mirar por la
ventana parcialmente abierta, su pulso se aceleró cuando vio la caída al suelo. La
única esperanza de escapar del cuarto de baño era el árbol que estaba junto a la
casa, lleno de hojas de otoño, con sus ramas gruesas y fuertes pero a un salto de fe a
la distancia.

¿Podría hacerlo si no había otra manera de escapar? ¿Podía saltar? El miedo le


obstruyó la garganta. ¿Y si fallaba?

Se acordó de Matteo deteniéndose en la puerta de la habitación y cerrándola.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Pero ella no había estado prestando atención, no sabía si la había cerrado.

Sería una locura arriesgarse a tener lesiones saliendo por la ventana del baño si
podía escapar por la puerta de la habitación. Sus manos se acercaron a la ventana.
Pero sería igualmente absurdo dejar el baño sin estar preparada para escapar.

Lo que sea que haría, sin embargo se iría, tenía que hacerlo rápido. Él se estaba
moviendo, en vigilia. Incluso sin estar en la misma habitación con él, sabía lo que
estaba ocurriendo.

Sarael forzó la ventana para abrirla completamente, encogiéndose cuando gritó.


Un rayo de hielo tiró de su espalda con su fuerte orden. Ven a mí, Sarael. ¡Ahora!

No tuvo más remedio que salir por la ventana. Pero no pudo ni siquiera
levantar la pierna sobre el alféizar. Él emitió la orden de volver, con su voluntad
torrencial, golpeando lejos el poco control que tenía sobre su propio cuerpo, tal
como había sido capaz de hacer en la feria. La demostración de su poder sobre ella
era más aterradora en este momento que cuando tomo su sangre.

Ella luchó contra su orden a cada paso, con el latido de su corazón como un
rugido en sus oídos, pero pronto estuvo de vuelta en el dormitorio. Había esperado
encontrarlo allí de pie, listo para saltar. Pero él estaba sentado frente a la chimenea
y se dio cuenta que no se veía afectado por la luz del sol. Que a pesar de estar
despierto, el letargo que la presionaba a ella era probablemente sólo una fracción de

43
El Club de las Excomulgadas
lo que estaba experimentando él. Pero él seguía siendo poderoso, con el control de
su cuerpo mayor que el suyo.

—Ve a la cama, Sarael. —Fue una orden llena de amenazas. Y en el cuarto


oscuro, sus ojos brillaron, lo que reflejó el rojo de brasas mortíferas y le dio un
aspecto extraño, que sólo sirvió para aumentar su miedo y su deseo de escapar.

La visión de lo que le esperaba en la cama, ataduras, una para cada muñeca y


sus tobillos, la hicieron aferrarse a las cortinas y tratar de no obedecer, tal como se
había agarrado a la barandilla de metal cerca del carrusel la noche anterior.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


¡Ahora! Fue una orden fuerte cuando él empezó a levantarse.

Ella sacudió las cortinas abriéndolas, sin pensar conscientemente. Con el temor
de estar atada, encerrada en la oscuridad, desamparada, como había estado una vez
cuando era niña, con el fuerte deseo primario de sobrevivir como humana que
guiaba sus acciones llenando la habitación con la luz del sol.

Matteo retrocedió, con el rostro lleno de ira y negación, con sus colmillos
expuestos y brillantes un instante antes que su imagen vacilara, disolviéndose,
convirtiéndose en una niebla que se abalanzó sobre ella con la fuerza suficiente para
prensarla contra la ventana como si su cuerpo pudiera bloquear la luz del sol que
entraba a raudales en la habitación. Pero aun entonces la niebla se disipó, aunque el
aire se mantuvo fuerte con su presencia, su amenaza, su promesa en silencio de que
no se escaparía por mucho tiempo.

Sarael se movió a la puerta de la habitación, sólo para encontrarla cerrada y sin


llave. Buscó su ropa y después en la habitación, con la tensión aumentando a cada
momento que permanecía en su casa. Hasta que finalmente una vez más entró en el
cuarto de baño, sólo que esta vez estuvo sentada en el alféizar de la ventana,
armándose de valor para saltar, imaginándose agarrar la rama gruesa con las manos
y moviendo la pierna por encima.

Por un momento dudó. Con las ondas de su sorprendente letargo mientras el


sol besaba su piel directamente con sus rayos. Y sin embargo, cada impulso de

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El Club de las Excomulgadas
acurrucarse y dormir parecía menos intenso que el anterior, hasta que finalmente se
convirtió en un deseo que pudo manejar.

Sarael miró al suelo debajo de ella una vez más, pero no se negó a la decisión
de escapar. Había demasiado en juego. Su libertad. Algo que siempre había dado
por sentado. Su vida. No habría ningún camino de regreso al Sol, si él lograba
atraparla para siempre en el mundo de la Luna.

Ella respiró hondo y dio un salto, con un movimiento suave sus manos
agarraron la rama, con una repentina brisa soplando debajo de ella de modo que no
hizo ningún esfuerzo para hacer columpiar la parte inferior de su cuerpo en

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


posición y asegurarse a sí misma, envolviendo sus piernas alrededor de la rama.

Ella sintió la presencia de la ira de Matteo mientras bajaba, con su pulso


dándole la idea de que él fácilmente podría haberla enviado a estrellarse contra el
suelo cuando otra ráfaga de aire la apretó contra el árbol, evitando que cayera
mientras se deslizaba por el tronco a ramas más abajo y eran removidas con el fin
de impedir el acceso a alguien a la planta superior de la escalada.

Un nuevo temor llenó a Sarael cuando llegó a tierra. No podía correr más
rápido que el viento. No podía correr más rápido que el sol. Finalmente el día
terminaría y la oscuridad descendería. Y todo sería en vano. Dondequiera que
fuera, él se materializaría para reclamarla.

Y sin embargo, tan pronto como lo pensó, sintió que su presencia iba
desapareciendo, entonces adivinó la razón de ello. La limusina estaba en el camino
de entrada, recordándole que el conductor también era sirviente de Matteo.

Matteo no le permitiría huir, aun cuando la libertad era sólo una ilusión, no la
dejaría escapar si podía mantenerla encerrada en su casa. Corrió entonces, al
camino de entrada y a lo largo de la desierta carretera, con el corazón tronando a la
vista de kilómetros y kilómetros de playa a su izquierda, de espesos, enredados
bosques a su derecha, dándole al área una sensación de aislamiento, como si
encontrar a alguien que pudiera ayudarla implicara un milagro.

45
El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 4
La ira rugió a través del cuerpo de Matteo, manteniendo a raya su Il Sonno a
pesar que había vuelto a su casa y a su forma humana en una de las oscuras salas.
Había odiado dejar a Sarael, pero el riesgo que ella corría al moverse a través del
día, de la posibilidad de escapar de él mientras fuera poco más que partículas
dispersas había sido demasiado grande.

Su secundaria forma era para la supervivencia, no para el control novias

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


rebeldes. Le hacía casi imposible matar. Sólo le permitía acercarse sigilosamente a
los enemigos y presas por igual, si era necesario. Podía convertirse en una pequeña
ráfaga de aire, al equivalente a una estocada. Podía usar su segunda forma, y sus
habilidades con el fuego contra sus enemigos, podía viajar, pero sólo a la velocidad
que podía hacerlo un humano a menos que los elementos naturales lo ayudaran
mezclándose en el viento o en la brisa.

Algunos de sus semejantes eran bendecidos con una forma adicional,


convirtiéndose en pájaro o en un animal que pudiera moverse en las horas del día,
pero él no. Y aún si pudiera, no podría mandar sobre Sarael de tal forma. Tampoco
podría enviar a Pietro a perseguirla.

Una renovada ira hizo un silbido de frustración. Había sido una locura. Un
exceso de confianza. Había estado borracho con su sangre y sexo.

Debió haberla tenido atada a la cama como era su intención. No debía haber
olvidado ni por un momento que las opciones de su madre ahora estaban marcadas
en Sarael.

No volvería a ocurrir.

Se enfocó en el interior, en el enlace que había formado por primera vez


durante la ceremonia de confirmación cuando los tatuajes habían sido elaborados,
un vínculo que se había fortalecido con el primer intercambio real de sangre en

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El Club de las Excomulgadas
Sarael como su novia. Todavía no era lo suficientemente fuerte como para tener
control a grandes distancias, o para conocer sus pensamientos, pero aun así siempre
era una forma para que él le pudiera dar a saber su voluntad. Vuelve a la casa, Sarael.
¡Ahora!

Sarael tropezó mientras la voz de Matteo se revolvía en su cabeza, seguida por


el sonido de un coche que se acercaba. Era la limusina. Lo sabía con la certeza con
la que había luchado en el bosque y se había refugiado detrás de un grupo de
árboles.

En cuestión de segundos el coche largo y oscuro apareció a la vista.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Arrastrándose lentamente en su dirección. Pietro buscaba a ambos lados de la
carretera. Pasó el lugar donde ella se escondía.

Ella se apoyó en el árbol y trató de pensar. Casi al instante, la voz de Matteo


estuvo ahí, insistente, ordenándole regresar. La orden era tan fuerte que su corazón
se aceleró y su respiración se hizo más profunda en reacción a la misma.

Sarael sabía que tenía que poner distancia entre ellos. El primer paso que diera
en dirección a Matteo significaría la pérdida de su libertad. Que no podría escapar
otra vez.

La limusina regresó con el motor deteniéndose cerca de donde Sarael se había


escondido. Ella estaba casi paralizada por el miedo cuando Pietro salió del coche.
¿Qué pasaba si Matteo de alguna forma pudiera tomar el mando del cuerpo del
anciano? ¿Y si pudiera encontrarla y capturarla usando la forma de Pietro?
Entonces el viejo habló diciendo:

—Ven conmigo. Don Cabrelli será más suave si vuelve a la casa sin problemas.
Venga. Le prepararé algo caliente para comer y encontrará un poco de ropa limpia.
Venga conmigo por favor.

Los ojos de Sarael se lanzaron desde el hombre hasta donde la puerta del
conductor estaba abierta con el motor en marcha. Si sólo pudiera llegar al coche...
Pero ¿Y si no podía?

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El Club de las Excomulgadas
El cuchillo que llevaba era algo pesado en su bolsillo. Sabía cómo usarlo. En el
camino, los hombres y mujeres que habían pasado por la feria le habían enseñado a
defenderse. Siempre existía el peligro de ser violada, de ser sólo una carnada para
alguien. Ella lo sabía muy bien.

¿Y si no podía vencer a Pietro en el coche? ¿Podía atacar a un hombre de edad


avanzada? ¿Incluso por su libertad?

Pietro comenzó a girar mientras ella veía una roca en el suelo. Sin nada que
perder, la recogió y la tiró lejos, descendiendo a través de los enmarañados bosques
desviando al anciano, haciéndole pensar que podría estar yendo a su llamado.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Él se alejó del coche y ella corrió, llegando y arrojándose al volante incluso
antes de cerrar la puerta.

A medida que las millas pasaban se calmó, con su mente despejándose de la


coacción, tanto de Matteo para que ella volviera, como del estruendoso rugido de
su propio corazón. Siguió al océano hasta llegar a un pequeño pueblo. Diferente al
pueblo donde había estado acampada con la feria. Pero no importaba. Sabía que no
podía regresar a su propio remolque.

Sarael estacionó la limusina, poniendo las llaves debajo del asiento antes de
salir y cerrar la puerta. La limusina era demasiado evidente. Demasiado fácil de ver
y aunque no había visto evidencia de una gran riqueza, asumía que Matteo la
poseía. Él enviaría a otros, además de su anciano sirviente para encontrarla. Igual
como debió haber tenido a otros buscando a Angelique desde el momento en que
había desaparecido.

Sarael se alejó del coche, abandonándolo, poniendo la mayor distancia entre


ella y él. Cuando no pudo ir más lejos encontró un teléfono público y llamó a
Dakotah.

— ¿Qué está pasando?—Le preguntó Dakotah con el sonido del carrusel en el


fondo.

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El Club de las Excomulgadas
—Necesito un favor.

—Lo que sea.

— ¿Puedes traerme algunas de mis cosas?

El silencio contestó a su pregunta enviando un miedo a través de Sarael.

—No las tienes…—dijo Dakotah con el tono de su voz y con su declaración


advirtiéndole a Sarael que sus cosas habían desaparecido.

Ella cerró los ojos. Escuchando las palabras de Matteo de la noche anterior.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Después de que atiendas el asunto del que hablamos anteriormente, Pietro eres libre de
entretenerte.

— ¿Alguien de ellos fue? ¿Un hombre mayor?

—Sí. Le dije que no al principio, pero Helki apareció e insistió en que todo
estaba bien. ¿Qué está pasando, Sarael? Cable y Fane están preguntando en los
alrededores por ti. Hay otros dos chicos con ellos y también está tratando de
averiguar si alguien te ha visto.

Sarael apretó el estómago con un malestar familiar con la mención de Cable y


Fane. Matteo debió haberlos enviado para vigilarla antes de su llegada. Debieron
haber sido los precursores de la tormenta que ella sentía que venía, aunque su
presencia no era una suficiente advertencia para haberla hecho correr.

— ¿Quiénes son los otros dos?

—Uno se llama Domino. El otro es italiano.

Sarael apretó el teléfono.

— ¿Matteo?

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El Club de las Excomulgadas
—No. —Hubo una pausa y Sarael pudo imaginar a Dakotah hurgando en su
bolsillo. —Alessandro DiGate. Me dio una tarjeta después que los otros tres se
habían alejado. Me dijo que era amigo de Angelique…como eso fuera algo.

Sarael cerró los ojos, sin saber si debía involucrar a Dakotah. Eran las mejores
amigas o lo más cerca de ser las mejores amigas desde que Dakotah estaba huyendo
se permitía.

Esa es la forma de los que habían estado en la feria y habían pasado por la vida
de Sarael cuando era pequeña. Las cosas de las que escapaban las unía, pero más
allá de una cierta cercanía con sus secretos aún las mantenía separadas.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Y ahora Sarael necesitaba ayuda desesperadamente. Tenía algo de dinero en su
bolsillo. Lo suficiente como para sobrevivir durante un par de días. Pero no aquí.
No en esta ciudad. No con la limusina abandonada.

—Tengo que darme un aventón. A cualquier parte. Sólo lejos de aquí. —Ella
hizo una pausa por un instante. —Sin preguntas.

—No hay problema.

Y en una hora, Sarael estaba en una ciudad extraña, con más dinero en el
bolsillo del que había tenido antes, viendo como el camión que había jalado el
pequeño remolque que había sido su casa desde que tenía dieciséis años se
marchaba.

—Llámame si necesitas algo más—le había dicho Dakotah poniendo el dinero en


su mano antes de abrazar a Sarael. Ambas con ojos llorosos.

—Ten cuidado Sarael le susurró ella.

—Siento haberte involucrado en esto. Por favor, ten cuidado. Él estará buscando
por mí.

—Estaré bien. Llámame si necesitas ayuda.

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El Club de las Excomulgadas
Pero Sarael sabía que aun si lo hacía, no podía. Se estremeció, recordando las
palabras anteriores de Matteo. La amenaza mortal en su voz cuando le había dicho
que era algo bueno que la hubiera encontrado antes de encontrar a su madre. En su
corazón, no pensaba que él le hiciera daño a Dakotah. Pero no dudaba que
buscaría en Dakotah usando sus poderes vampíricos para arrancar la información
de ella.

A Sarael se le hizo un nudo en el estómago por la preocupación, por la culpa,


por el pesar por haber involucrado a otra persona, pero la única manera de
deshacerse de él sería volver a la feria y dejarse atrapar de nuevo. Entrar en el

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


mundo de la Luna. Un lugar de fantasía y pesadilla. Con la ilusión y la realidad
alternándose. Un lugar del que nunca escaparía de nuevo. Él nunca se lo permitiría.
No había hecho ninguna pretensión de ocultar sus intenciones y su creencia de que
ella le pertenecía. Y él podía obligarla con sus órdenes, por lo menos cuando
estaban cerca uno del otro y sabía que su control sobre ella se haría más fuerte cada
vez que se viera obligada a tomar su sangre. Suponía que no tardaría en poder tocar
sus pensamientos dejándola sin secretos. No tendría libertad, ni física ni
mentalmente.

Las lágrimas brillaron en las puntas de las pestañas de Sarael, mientras veía a
Dakotah alejarse. No sólo perdía a una amiga, sino que perdía las pocas posesiones
que Sarael valoraba, perdía su estilo de vida. La torre en ruinas a su alrededor.

No podía volver atrás.

No podía a quedarse donde estaba.

Tenía que mantenerse en movimiento.

Sola ahora. Sin un destino.

Huyendo como muchos de quienes encontraban su camino hacia la feria lo


estaban haciendo. Pero ella huía sin la posibilidad de un santuario.

Matteo nunca dejaría de buscar por ella.

51
El Club de las Excomulgadas
El miedo se precipitó a través de Sarael, amenazando con abrumarla.
Dejándola paralizada, como un animal salvaje atrapado en los faros de un auto.
Era la primera vez en su vida en que estaba completamente por su cuenta. Y la
noche se avecinaba. La oscuridad descendería más temprano cada día.

Se obligó a entrar en el restaurante donde Dakotah la había dejado, a tomar


asiento y pedir comida. La visión de ello cuando se lo trajeron agitó su hambre, a
pesar de la estrechez de su estómago, con cada bocado siendo un desafío, incluso
cada bocado que daba era una victoria, una reafirmación de que era humana y no
un vampiro.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Sarael mantuvo la cabeza baja tratando de no llamar la atención mientras
comía. A pesar que el restaurante estaba vacío salvo por varias camareras, supo que
Matteo iría allí en busca de ella, preguntando por ella. Se llevó la mano varias veces
al bolsillo delantero, al fajo de dinero. Sabía que tenía que irse, salir de esta ciudad.
Pero la única manera de hacerlo sin dejar un rastro claro sería pedirle a un
completo extraño un aventón.

Ella se estremeció al pensarlo. Con el peligro inherente de subirse a un


automóvil con alguien que no conociera. En quien no podía confiar. La bilis
aumentó en su garganta, revolviéndole su estómago mientras los recuerdos del
pasado salían, una extraña amistad con un lindo perrito marrón, un coche viejo y
negro.

El terror se apoderó de ella por un minuto. Con el horror del pasado chocando
con el presente, cada uno tratando de controlar sus movimientos, sus decisiones.
Sin embargo sus opciones eran limitadas.

Los autobuses estaban afuera, incluso si pudiera encontrar uno él los


comprobaría rápidamente y podría interceptarla, en persona o con la ayuda de
Cable y Fane, o de los demás. Lo mismo podía decirse de un taxi. Ella podría tener
una ventaja, pero le costaría más de lo que podría pagar y pronto él sabría dónde lo
había tomado.

52
El Club de las Excomulgadas
Sarael se estremeció, terminando lo último de su comida y empujando su plato
a un lado. Persistiendo en las luces brillantes y seguras, entre la gente algunos
preciosos minutos antes de pagar la factura y salir del restaurante. El miedo dejaba
un rastro que le impedía preguntar por direcciones, por lo que anduvo hasta que se
enteró cuál era el camino que la llevaría a la carretera, con sus sentidos alertas
haciéndola saltar cada vez que un coche se acercaba, cada vez que oía pasos o
voces. El frío, el aire húmedo del mar se aferraba a su cara y pelo, enfriándola,
haciéndola estrecharse más en su chaqueta.

Ella estaba a kilómetros de distancia del restaurante, cruzando la orilla de un

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


estacionamiento apenas vacante cuando un auto se detuvo frente a ella, abriendo la
puerta tan rápidamente que se sacudió, preparándose para correr, esperando ver
surgir a Matteo. En su lugar, un extraño con una sonrisa depredadora se deslizó del
lado del conductor, con sus ojos encontrándose por un momento.

—Espera, nena—dijo. —No te he visto por aquí antes.

El miedo recorrió a Sarael y ella alteró su curso, moviéndose hacia los lados
para poder perderlo de vista. Él se echó a reír, un sonido que reforzó su miedo y
cerró la mano sobre el cuchillo en el bolsillo de su chaqueta rezando para poder
hacer lo que tenía que hacer si la asaltaba.

—Espera—dijo de nuevo, tras ella. —Vamos nena no seas así. No te haré daño.
Sólo quiero que pasemos un buen rato juntos.

Ella comenzó a correr entonces, huyendo en dirección de los pocos coches en el


estacionamiento. Fácilmente él la alcanzó, pasándola, jugando con ella, poniéndose
enfrente y haciéndola retroceder con su sonrisa divertida y jugando a costa de ella
pasándola bien.

Sarael se zafó de él, con la esperanza de huir cuando tropezó, entonces


retrocedió con la misma rapidez cuando se recuperó antes de poder esquivarlo. Una
vez más, la atrapó antes de poder llegar a los coches aparcados en el
estacionamiento y poder poner algo entre los dos.

53
El Club de las Excomulgadas
—Vamos nena esto se está poniendo aburrido.

Ella se incorporó a pesar de tener ardiendo sus pulmones y del dolor en un


lado, con su objetivo en el camino ahora hasta que lo escuchó ganarle. El sonido de
un coche que se acercaba la impulsó, viendo que desaceleraba y que se detenía lo
que casi provocó lágrimas en sus ojos.

Cuando el conductor salió, los pasos de su perseguidor vacilaron, se alteraron,


se alejó de ella. Sarael siguió su camino.

— ¿Estás bien?—Le preguntó el conductor cuando ella llegó a él sin aliento con

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


su corazón tronando en sus oídos.

Los ojos de Sarael encontraron los suyos.

—Gracias por venir.

— ¿Peleaste con tu novio?—El hombre parecía renuente a quitar los ojos de


ella, pero finalmente desvió la mirada. —Parece que está decidido a esperar por ti.
¿Necesitas ir a algún sitio?

Sarael miró el coche delante de ella, brillante y plateado y luego se fijó en el


hombre, con su traje ligeramente arrugado, su expresión de preocupación, con sus
sienes canosas que lo hacían lucir distinguido, digno de confianza. Tenía la
intención de conseguir un aventón a la siguiente ciudad y sin embargo, la ansiedad
se movió a través de ella, con temor ante la idea de entrar en un coche, incluso con
este hombre. Pero cuando miró por encima del hombro, vio que no estaba
mintiendo. Su perseguidor estaba casualmente apoyado en su propio coche, seguro,
con los brazos cruzados como si fueran unos amantes envueltos en una disputa.

Miró a su alrededor. Viendo la imposibilidad de tratar de escapar a pie y


sabiendo que no podía involucrar a la policía.

—Si no te importa, me gustaría un aventón—dijo Sarael obligando sus


palabras. Su mano apretó la navaja en el bolsillo de su chaqueta.

54
El Club de las Excomulgadas
—Súbete está abierto.

Caminó alrededor del coche, muy cerca de cambiar de opinión cuando sintió su
mirada viajando encima de su cuerpo, pero se obligó a abrir la puerta, con el olor
de su piel haciéndola pensar en la limusina de Matteo. Añadiendo su fuerza y valor
a su resolución.

—Soy Ross—dijo el hombre ofreciéndola una mano.

—Soy Sar... ah. Sarah. —Ella tomó su mano con sus ojos encontrándose de
nuevo, con su pequeña mirada inquietante. Ella rompió el contacto, tirando de su

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


mano, mirando por la ventana para ver que el otro hombre ahora subiera al asiento
del conductor de su propio vehículo.

— ¿A dónde te diriges?—Le preguntó ella, tratando de recordar los nombres de


las ciudades cercanas como los lugares por donde la feria había pasado todos los
años, pero en donde nunca se había detenido.

El motor arrancó con un ronroneo engañoso y él metió el coche en el camino.

—A Thomasville, pero no tengo prisa.

55
El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 5
Sarael se estremeció a pesar del calor en el coche. El miedo corría con cada
minuto que pasaba, mientras el olor de la excitación de Ross llenaba el espacio
cerrado.

Sólo la vista del coche en el espejo retrovisor le impidió decirle que se detuviera
y la dejara salir. Estaba empezando a pensar que la presencia de su primer
perseguidor detrás de ellos era lo único que la mantenía a salvo ahora.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


A su derecha estaba el océano sin fin. A su izquierda, se extendían los bosques
que separaban las casas que estaban cerradas en la oscuridad y el frío del otoño.

—No se ve como que él valla a renunciar—dijo Ross con su mano dejando el


volante y deslizándose por el asiento hacia su pierna.

Sarael paso el pulgar sobre la navaja en su bolsillo mientras se empujaba contra


la puerta del pasajero, con las piernas muy juntas, tensándose cuando él puso la
mano sobre su rodilla, dándole palmaditas en un primer momento como si le
ofreciera comodidad, pero después dejando su mano ahí , por lo que su estómago
se agitó.

Ella sacó la mano de su bolsillo y quitó su mano de su pierna.

—No me gusta que me toquen—dijo con las palabras crudas, feas, como una
verdad que no había existido antes para Sarael. Pero no podía tolerar la sensación
de su mano, incluso a través de la ropa. Su cuerpo sólo deseaba el tacto de Matteo.

El coche fue más lento.

— ¿Por eso es por lo que estabas luchando con tu novio? ¿Debido a que te
burlaste de él y después te le negaste? ¿Igual que como lo estás conmigo?—Le
preguntó Ross.

56
El Club de las Excomulgadas
Él alzó el brazo y Sarael se estremeció preguntándose si la agarraría o la
golpearía. En lugar de eso encendió la luz del techo, con sus ojos en la carretera el
tiempo suficiente para sostener su mirada y enviando un escalofrío de temor
renovado a través de ella.

La realización la golpeó, formando una bola fría en su estómago y


arrastrándose hacia fuera cuando vio la lujuria en sus ojos, con destellos
parpadeantes de confusión, como si el hombre estuviera en lo profundo tratando de
luchar contra un enemigo oculto. Su corazón comenzó a correr, con la sangre
golpeando sus venas, jugando y tronando en sus oídos, una carrera que no tenía

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


forma de canalizar o controlar.

Reflexivamente alargó la mano y abrió la ventana eléctrica, con la corriente de


aire frío llenando el coche, espantando el calor y las feromonas no intencionales,
haciendo que los ojos del hombre se aclararan. Él sacudió la cabeza, como si saliera
de un deslumbramiento, con las mejillas rojas ya sea por la vergüenza o por el frío.

Una señal apareció delante de ellos.

—Toma esa salida—dijo Sarael tratando de lanzar su voz de la misma forma en


que Matteo hacía. Cuando su mano se detuvo a medio camino entre ellos, sintió
una pequeña emoción de victoria corriendo a través de ella, y Ross inmediatamente
tomó la salida. Pero la victoria fue corta, con el choque del aire frío desapareciendo
en el momento en que entró a la ciudad.

Tenía la mano sobre su pene entonces. Masajeando su erección a través de los


pantalones de su elegante traje. Su respiración se volvió más rápida, con el deseo
llenando el coche de nuevo a pesar del aire fresco de su creciente agitación, con los
ojos moviéndose de un lado a otro, buscando un lugar para detenerse y follarla.

La resolución llenó a Sarael y se inclinó como si también estuviera buscando un


lugar probable para sugerirle ir, sino que su mano se deslizó a la manija de la
puerta, agarrándola, en preparación para escapar tan pronto como el coche fuera
más lento.

57
El Club de las Excomulgadas
Un alivio la llenó cuando el coche finalmente quedó atrapado en un semáforo.
Luego la oportunidad se presentó cuando la luz delante de ellos se volvió amarilla y
el coche antes del suyo los detuvo.

Ella saltó del coche y salió corriendo, feliz porque esa ciudad parecía más
ocupada que la anterior, con algunas de las tiendas aún abiertas y la gente sentada
en los cafés y restaurantes. Ella se precipitó al primer lugar donde pudo, cuidando
de mantener su cabeza gacha, para no hacer contacto con los ojos de nadie
mientras corría a través, adivinando que habría una entrada por la cocina y una
manera de escapar.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Hubo exclamaciones sorprendidas detrás de ella, pero no hubo sonidos de
búsqueda. Sin embargo, ella siguió moviéndose. Escapando a un callejón, y luego a
otro, moviéndose alrededor hasta que vio un autobús con una mujer de chofer y
sólo unos pocos pasajeros.

Sarael subió con miedo, pero sabiendo que tenía que tomar el riesgo.

— ¿Cuánto es?—Murmuró, con la cabeza abajo.

El conductor se lo dijo y agregó:

—Va a Leesburg. Es el último autobús del día, cariño. ¿Segura que es el que
quieres?

Sarael asintió un poco y pagó su pasaje, tomando asiento lo más lejos de los
otros pasajeros que pudo y amontonándose para concentrarse en el interior, como
El Ahorcado esta vez y no la luna. Buscando una paz extraña, y al hacerlo,
centrándose. Su mente reconstruyó la carta que representaba su pasado detalle a
detalle. Tan centrada en el viaje a Leesburg que pasó rápidamente y sin incidentes.

El ejercicio la dejó más consciente de lo que había estado. Mientras la imagen


de la carta del tarot se disolvía, pudo sentir el mismo momento en que su cuerpo
comenzó a llamar a los que la rodeaban, como si fueran presas de los que ella un
día se alimentaría. Y en un instante, la paz que había encontrado desapareció. Vagó

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El Club de las Excomulgadas
después de eso, evitando a la gente, evitando el contacto visual, buscando
desesperadamente un lugar seguro. Deseando nada más que cuatro paredes y una
puerta que pudiera cerrar. Un lugar en el que pudiera esconderse. Deteniéndose
sólo cuando se encontró con un hotel barato con una mujer en la recepción.

*****

Una vez más, Matteo se quedó en las sombras de la feria, observando,


esperando. Sólo que en lugar de Sarael, era su amiga Dakotah quien se estremeció
consciente en algún nivel de que estaba siendo vigilada.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Fane y Cable la habían interrogado temprano en la mañana, después que Sarael
había escapado con la limusina y Matteo se había visto obligado a pedir ayuda.
Cuando habían hablado con Dakotah, ésta se había negado a darles a conocer
donde estaba Sarael. Pero más tarde había sido vista en la ciudad donde la limusina
había sido abandonada, alejándose con una mujer que coincidía con la descripción
de Sarael.

Un gruñido retumbó en el pecho de Matteo. Un sonido de ira frustrada. Era


bueno que esa mujer fuera amiga de Sarael.

Él era más peligroso ahora de lo que alguna vez había sido. A pesar de haberse
obligado a tragar dos veces la cantidad de hierbas que solía necesitar, La Brama
rugía a través de él, tratando de desbordarse.

La reivindicación de una kadine no carecía de riesgos y de pena. Algo se


ganaba y se perdía con cada intercambio de sangre.

Matteo se había hartado de Sarael y ahora necesitaba su sangre mucho más de


lo que ella necesitaba la de él. Su pecho estaba tenso, con cada célula de su cuerpo
quemándose exigiéndole beber de ella. Estaba seco y ella era la única que realmente
podía saciar su sed.

Si se rendía a La Brama ahora, si sus colmillos se deslizaban en un humano,


tomaría todo, dejando detrás una cáscara vacía para toda la vida. Y él anhelaría

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El Club de las Excomulgadas
más. Anhelaría tomar lo mismo una y otra vez. No cesaría hasta que no hubiera
apretado su boca en Sarael una vez más, y bebido de ella.

Era bueno que a Sarael le importara Dakotah. Eso por sí solo podía hacer la
diferencia entre la vida y la muerte de su amiga. No dejaría a nadie ni a nada
interponerse en el camino de recuperar a su novia, pero prefería ir a Sarael con la
conciencia tranquila.

Tal como había hecho tantas veces en el pasado, Matteo maldijo a Angelique
por haberse llevado a Sarael lejos de los que la hubieran preparado para venir a su
lado. Por no encontrar la felicidad sin sufrir primero.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Hace mucho tiempo su especie había llegado a la conclusión de que era mejor
hacer kadines para el futuro que encontrarlas entre la población humana. Convertir
a los humanos como adultos era demasiado difícil muy doloroso para todos los
involucrados y muchos las habían perdido en el proceso a veces por su propia mano
o volviéndose locas.

Aunque Sarael no había sido criada como debería haber sido, había sido creada
para él, su sangre le había sido dada al nacer y durante la ceremonia de
confirmación verificaría que efectivamente había encontrado a la mujer que llegaría
a ser su otra mitad. Ella nunca encontraría la verdadera felicidad en ningún lugar
excepto a su lado. Y había pocas dudas de que sería feliz. No podía ser de otra
forma. Con el tercer intercambio de sangre serían uno. Su felicidad sería la suya. Su
miseria la suya. Igual que sus necesidades y deseos serían los de ella. Casi no había
separación entre un hombre y su kadine.

Si Angelique hubiera corrido antes del parto, antes de la ceremonia de


confirmación, y luego se hubiera ido... Matteo alejó los pensamientos. Nada de eso
importaba. Sarael era suya. Su reclamo era irrevocable. Ninguna otra lo satisfaría
ahora que había probado su sangre y sentido el calor acogedor alrededor de su
pene.

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El Club de las Excomulgadas
Se movió, inquieto, impaciente. Sus pensamientos volvieron a su anterior visita
con Cable, el padrall americano que originalmente lo había contactado en relación
con el descubrimiento de Sarael.

La ira ardió como un nido de carbón caliente en el intestino de Matteo. Su


orgullo aún estaba herido por tener que admitir que su novia había escapado de él,
que había logrado escapar cuando él debería haber hecho imposible que lo hiciera.

Le irritaba que Alessandro DiGate hubiera estado presente para escuchar su


admisión, sin duda disfrutando de llevarla de vuelta a Italia y a la orden padrall allí.
La misma orden que había sido responsable de la concepción de Sarael y de su

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


confirmación.

—Tal vez ahora puedas ver cómo fue posible que la madre se alejara de
nosotros—Alessandro le había dicho, como si Matteo necesitara un recordatorio
del escape de Angélica y del sufrimiento que había causado, no sólo a él sino a su
familia y a la orden padrall que había sido responsable de ella.

Matteo siseó. No culpaba a la orden por haber enviado a alguien para servir
como testigo de la condición de Sarael como su kadine, por querer que fallara
finalmente, era algo que se podría dejar en el pasado. Pero no le gustaba Alessandro
y nunca lo había hecho. A pesar de la gran riqueza de la familia de Alessandro que
se había ganado en su carrera al servir a Matteo a lo largo de los siglos, había
habido momentos en que a Matteo le había parecido detectar un indicio de codicia
en Alessandro, un hambre por un mayor estatus y poder.

La irritación se movió a través de Matteo al perder sus pensamientos en el otro.


De dejar las púas de Alessandro deslizarse bajo su piel.

Sarael sería encontrada y el resto de los intercambios de sangre se harían. Ella


sería su kadine.

Matteo pasó, de repente sus sentidos alerta, no por la presa, sino por otro
depredador. Su mirada encontró rápidamente la fuente. Domino.

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El Club de las Excomulgadas
Sus ojos de obsidiana brillaron mientras el otro hombre se deslizaba para estar
junto a Matteo.

—Me sorprende que no te hayas abalanzado. —Su sonrisa se ensanchó cuando


cambió su concentración a Dakotah. —Así que la amiga ayudó a tu novia a irse
más lejos de ti, después de todo.

—Las noticias corren rápidamente.

—Me encontré con Fane y Cable antes.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


— ¿Por qué estás aquí, Domino?

—Cazando—Domino levantó los labios ligeramente, mostrando un vistazo de


su colmillo. —Como el buen soldado que soy.

Al mismo tiempo que hacía mucho tiempo que su especie había llegado a la
conclusión de que era mejor elevar a las futuras kadines que encontrarlas entre la
población humana, también habían decidido que era mejor crear una clase de
soldados, una fila de hombres con las fortalezas de un vampiro y sin embargo, que
pudieran moverse en el sol. Los humanos una vez los habían llamado dhampirs,
pensando equivocadamente que eran cazadores de vampiros.

Pero en verdad los dhampirs podía saciar La Brama si se alimentan de los


enemigos que cazaban, incluso podían drenarles toda la vida sin una sanción, pero
no podían sobrevivir sin periódicamente beber la sangre de un vampiro, con más
frecuencia que alimentarse de la persona que los había mandado, que supervisaba
sus actividades, al menos hasta que La Trasformazione hubiera ocurrido.

Una vez que eso pasaba los dhampirs eran plenamente vampiros y estaban en la
madurez reproductiva, los niños nacidos se convertían en la siguiente generación en
una larga fila de soldados.

— ¿Nuestros enemigos están aquí?’—Le preguntó Matteo sintiendo una oleada


de temor a diferencia de cualquier otra que jamás hubiera experimentado y no por

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El Club de las Excomulgadas
sí mismo, sino por Sarael. Si ella caía en las manos de aquellos que se hacían llamar
los creyentes...

—Sí, están aquí—dijo Domino.

— ¿Cuántos son?

—Uno menos de los que había, pero era intrascendente, un idiota lleno de
cháchara y retórica. Y de sangre, por lo menos por un poco, corto tiempo. —
Domino se encogió de hombros. —No me he quedado impresionado por los que he
encontrado hasta ahora. Son desviados que disfrutan de infligir dolor a otros,

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


ocultando su enfermedad en una causa en la que no parecen creer totalmente. Su
falta de inteligencia sólo puede ser un indicio de qué tan bajo nuestros enemigos
han tenido que llegar con el fin de llenar sus filas. Tal vez llegará el momento
cuando ya no existan en absoluto.

— ¿Están aquí por Sarael?—Preguntó Matteo con la ira y la frustración


uniéndose al temor girando violentamente en su interior. Había tenido el cuidado
de enmascarar su llegada a Estados Unidos. Dejando tras de sí a los que por lo
general lo acompañaban y trayendo sólo a Pietro. Su último destino -la feria- era
conocido sólo por Cable y él le había pedido al dhampir Fane unirse a él para
garantizar la seguridad de Sarael hasta que Matteo llegara y pudiera determinar si
era o no de hecho la hija desaparecida de Angélica.

—No sé si están aquí por tu novia o no. Fane dijo que este lugar atrae a otros
que puedan interesar a los creyentes. Y esta noche fue la primera vez que me topé
con uno de nuestros enemigos aquí en la feria. En los últimos meses he estado
viendo a un hombre llamado Byrd con la esperanza de que me llevara a los de más
posiciones en el poder. Se fue a un pueblo cercano hace unos días y otros lo
siguieron. —Una sonrisa cortó el rostro de Domino. —Si tu novia te sigue
eludiendo y necesitas saciar el hambre, no dudes en unirte a Fane y a mí después
para una cacería, sé dónde al menos dos de nuestros enemigos se pueden encontrar
con el enfoque de la madrugada. Y sus respuestas pueden ser de interés para ti.

63
El Club de las Excomulgadas
—Sarael no se me escapará por mucho tiempo—gruñó Matteo con su irritación
ondeando sobre él y viendo la diversión en los ojos del obstinado Domino. —Pero
consideraré tu oferta. Si nuestros enemigos llegan a Sarael, entonces alguien me ha
traicionado.

—Entonces esperemos que la presencia de los creyentes sea sólo una


coincidencia. —El enfoque de Domino se desplazó al lugar donde dos mujeres,
apenas algo más que los varones, se habían unido a Dakotah, haciéndose cargo de
la operación del carrusel. Con ojos entrecerrados, como si algo de lo que uno de
ellos la hubiera hecho reír, el sonido de llegó a la sombra donde él y Matteo estaban

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


de pie. —Admito que tu novia perdida es hermosa, pero aún no hay nada escrito en
piedra. ¿Has pensado que tal vez cause más problemas de los que vale la pena? No
lo entiendo, renunciar a la libertad de probar una variedad de diferentes gustos,
todo por la sangre y la vagina de una sola hembra.

Matteo se echó a reír, un sonido genuino de diversión.

—Cuando te llegue La Trasformazione verás las cosas de manera diferente y te


maldecirás por no haber ido a los padrall antes y haberte conseguido una kadine
por tu cuenta.

—Así me han dicho—dijo Domino, con los ojos tras Dakotah mientras se
alejaba en dirección hacia la zona trasera de la feria donde los remolques se
encontraban estacionados fuera de la vista de las multitudes. —Saldré de caza y nos
veremos más tarde tal vez.

Matteo asintió y él se alejó tras Dakotah. Cuando ella se detuvo de repente y se


dio la vuelta tuvo que admirar tanto su inteligencia como su valentía.

—No sé dónde estás. Pero estoy segura que la encontrarás si ella quiere tener
algo que ver contigo—dijo Dakotah de alguna manera adivinando quién era y qué
quería de ella.

Matteo se acercó más, liberando las feromonas que empañaban la mente de un


humano, para hacerlos maleables y abiertos a la sugestión.

64
El Club de las Excomulgadas
—Se fue tan rápido esta mañana que no estoy segura que pueda encontrar el
camino a casa—dijo él con su voz como la miel, una trampa para los incautos.

Dakotah parpadeó dando un paso atrás con su conciencia luchando contra la


confusión y despertando su curiosidad. Ella no era como los demás humanos. Si no
estuviera tan decidido a localizar y recuperar a Sarael, si no estuviera ya atado
sexualmente a su novia, le habría gustado atraer a la hembra frente a él a un lugar
oscuro y aprender sus secretos.

— ¿A dónde llevaste a Sarael?—Le preguntó moviéndose de nuevo, tomando el


brazo de Dakotah mientras se centraba en ella, atrapándola con sus ojos mientras

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


una oleada tras otra de feromonas la golpeaban.

Ella luchó y habría podido haber tenido éxito en soltarse de uno de ellos, si
Matteo no hubiera alcanzado la madurez reproductiva como lo había hecho. Pero
no era rival para él.

— ¿A dónde llevaste a Sarael?—Repitió cuando supo que ella no podía hacer


nada contra él.

Dakotah negó, luchando en algún nivel, pero las palabras cayeron de su boca
sin tenerlas en cuenta.

—A Chesterfield.

— ¿En dónde la dejaste?

—En el centro.

Él le dio una pequeña sacudida, frustrado por que mantuviera la voluntad


suficiente para hacer que arrastrara lo que quería saber de ella a una pregunta a la
vez.

— ¿En dónde en el centro de la ciudad?

—En un restaurante.

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El Club de las Excomulgadas
— ¿Cuál era el nombre del restaurante?

—Fue un Denny…

— ¿Te acuerdas del nombre de la calle?

Sus cejas se juntaron.

—No.

— ¿Recuerdas lo que hay a su alrededor?

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Estaciones de gasolina. Algunos hoteles.

— ¿Viste a dónde se fue Sarael?

—Sólo que entró. Dijo que tenía hambre. No quería que supiera a dónde iría
después.

Matteo soltó a Dakotah pero la tomó del brazo otra vez cuando se tambaleó.

—Te ayudaré a entrar de nuevo a tu remolque—dijo él y su ritmo cardíaco se


erizó, pulsando a través de su brazo y en su mano como un rayo, sin querer agitar
su sed de sangre.

El miedo podía ser un poderoso afrodisíaco para uno de su especie y él no era


inmune. Sus colmillos se alargaron y durante un buen rato se cernió sobre el borde,
con las hierbas y los pensamientos de Sarael apenas manteniéndolo bajo control y
evitando que hiciera algo que iba a vivir para lamentar.

—Te seguiré para asegurarme que estarás segura, como a Sarael le gustaría que
lo hiciera. Pero no entraré al tráiler—dijo infundiendo su voz con calma, lo que
obligó a su propio cuerpo a hacerse eco de la emoción cuando le soltó el brazo.

Dakotah asintió con la cabeza y se volvió guiándolo al remolque que una vez
había compartido con Sarael. No fue persistente en la puerta cuando llegó allí, pero

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El Club de las Excomulgadas
corrió al interior y cerró la puerta detrás de ella. Un pequeño clic le dijo que ella
también la había cerrado.

Por un momento Matteo dudó, no muy dispuesto a rodearse de gente, que lo


tentaría con el ritmo constante, atrayente de sus corazones. Sus encías
hormiguearon donde se había obligado a retractar sus colmillos. Cerró los ojos y de
inmediato la imagen de Sarael apareció como la había visto por última vez.
Extendida debajo de él, saciada y muy querida, al parecer.

Un silbido se escapó con su último pensamiento. Sentimientos de rabia y


traición se apresuraron en Matteo cuando abrió los ojos, luchando contra la

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


necesidad de encontrarla. Salvaje. La lucha contra la tentación le susurraba a través
de las venas, llamado a la sirena de La Brama a ofrecerle la oportunidad de escapar,
al menos por un rato, desde el conocimiento de que su novia había decidido huir de
él.

Con un segundo silbido se dio la vuelta bordeando los trajeles de viviendas


donde viajaban los de la feria, con la intención de regresar a la limusina.
Continuaría la búsqueda de Sarael una vez más.

Ella no se le escaparía. No esta vez. Ni nunca.

Él se había equivocado al confiar en ella. Había leído mal el grado de influencia


de Angélica en su hija, pensando que la ausencia de la madre significaba que Sarael
estaba sin mancha. Que aceptaría su destino, donde Angelique no lo había hecho.

Ella había aprendido algo diferente.

Ahora le enseñaría a Sarael que había límites en su tolerancia. Consecuencias


en desafiarlo a él.

Si ella le temía al principio, entonces que así fuera. Prefería su temor antes que
su ausencia.

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El Club de las Excomulgadas
Había sido creada para él. Le pertenecía a él. Al final, cuidaría de él tan
profundamente como él se preocupaba por ella. Era su destino. Él no la dejaría
escapar o negarse.

*****

Sarael soñaba con sangre. Al principio era una llamada suave atrayéndola a
Matteo. Calentándola cuando ella se la ofrecía.

Era una dulce seducción instándola a tomar más y más hasta que era codiciosa
por el sabor, insaciable de su necesidad por ella.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Y luego había miles de corazones latiendo, sacándola de los brazos de Matteo.
Volviendo a los que la rodeaban en presas.

Y venían a ella arrinconándola. Ofreciéndole sangre y sexo. Con ojos vidriosos


por la lujuria, con sus manos extendidas para ella, agarrándola, hasta que se vio
obligada a retroceder con su cuchillo, cortando hasta que todo estuvo todo cubierto
de sangre.

*****

Matteo merodeaba por la habitación. Haciendo caso omiso de la orden de


sueño que estaba siendo emitida por el sol. Luchaba contra el letargo.

La ira y el temor luchaban dentro de él, con su frustración casi descartada.


Odiaba depender de otros para buscar a Sarael durante el día, pero no había otra
opción.

Mientras Matteo caminaba, su mente fue de nuevo a los creyentes que habían
proporcionado información suficiente para hacerle temer por Sarael y que todavía
no era suficiente para determinar si ella era su verdadero objetivo.

—Escuché a dos hablando, estamos aquí por una mujer—el más débil de mente
de los dos creyentes le había dicho cayendo fácilmente primero bajo el hechizo de
Matteo y luego del de Domino.

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El Club de las Excomulgadas
— ¿Qué mujer?—Preguntó Matteo.

—No sé. No nos lo han dicho todavía.

— ¿Quiénes son?—Preguntó Matteo.

—Chuck y Byrd, y el hombre que habla con Chuck por teléfono. Él es el que
tiene la última palabra.

Domino se hizo cargo del interrogatorio.

— ¿Cuáles son sus órdenes?

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Vigilar a los vampiros. —El creyente agarró el elaborado crucifijo que
colgaba de su cuello. Su extremo era puntiagudo y afilado. Un arma que ni
Domino ni Matteo habían visto la necesidad de alejar de él.

Una sonrisa se propagó en el rostro del creyente.

—Byrd dijo que al menos uno de ellos probablemente se mostraría, tal vez más.
Y cuando lo hagan, ¡Tiempo de fiesta! Si tenemos a la chica para entonces,
tendremos un festival de follar junto con una pequeña y agradable barbacoa de
vampiro.

La rabia de Matteo alcanzó su punto máximo con la imagen de Sarael siendo


violada y reaccionó, arrancando el crucifijo de la mano del creyente y empujándolo
en el corazón del otro hombre con tanta fuerza que lo había empujado hacia atrás y
hacia arriba, con la punta afilada del crucifijo enterrándose profundamente en la
pared detrás de él para que cuando Matteo lo soltó, el cadáver colgaba, suspendido
con los pies del creyente colgando sobre el piso, con gotas de rojo detrás de la pared
blanca.

—Una pérdida de sangre, una pérdida de fuerza de vida y un lío por limpiar—
dijo Domino. —Pero estoy de acuerdo, te dijo todo lo que sabía.

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El Club de las Excomulgadas
Centraron su atención en el creyente quedaba entonces, un fanático de mirada
dura, con un crucifijo rojo y negro tatuado en su cuello con sus manos atadas detrás
con su propio collar, un collar que de hecho funcionaba como un garrote mientras
que la cruz que colgaba servía como un cuchillo.

— ¿Te importaría a añadir algo a lo que dijo tu amigo?—Le preguntó Fane, con
su voz suave, mortal, no menos amenazante por su suavidad.

El creyente le escupió a Fane. El odio ardía en sus ojos, tenía una mancha de
humedad en la parte delantera de su pantalón, donde había tenido un orgasmo
cuando Fane se había alimentado de él después de someterlo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Fane evitó fácilmente la saliva, dando un vistazo a Matteo.

—Hay momentos en que la idea de llegar a la transformación es positiva. —El


amplió su sonrisa con sus colmillos visibles. —Pero entonces los momentos como
este ocurren y me alegro de poder ceder al hambre y que las reglas que gobiernan a
los vampiros completamente no se apliquen a mí.

Fane agarró al creyente, fácilmente controlando el cuerpo del otro hombre


mientras hundía sus colmillos en su fornido cuello cubierto de tatuajes. La bebida,
la fiesta, endurecía el pene del hombre y lo hacía hacer erupción mientras se venía
en varias ocasiones.

La Brama rugía a través de Matteo a la vista de la alimentación de Fane,


burlándose de él, instándolo a que se alimentar del creyente, para experimentar sin
precedentes lo que era tomar todo, como una necesidad primitiva dejada desde los
días en que sus antepasados estaban tratando de adaptarse a un mundo hostil con el
que se habían encontrado cuando habían estado experimentando, lo que aceleraba
el proceso evolutivo, tomando la forma de su presa, entrando en su cuerpo todavía
caliente después que lo habían drenado de sangre y dejado una cáscara vacía.

—Basta—gruñó Matteo, dando un paso adelante dispuesto a empujar a Fane


lejos de su víctima si era necesario. A pesar que quería la muerte del creyente,

70
El Club de las Excomulgadas
primero se aseguraría que había ganado cada pedazo de información que pudiera
de este hombre antes que fuera destruido.

Fane levantó la cabeza, con sus ojos momentáneamente salvajes, pero luego
volvió a su interrogatorio.

—Empezaremos de nuevo, dinos por qué han venido aquí.

El hombre se hundió en su silla.

—Chuck me llamó. Dijo que habría una buena caza. Real, no la patética de

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


tontos drogados que hemos estado practicando.

— ¿Practicando? Háblame de eso. —Una sonrisa astuta se formó en la cara de


Fane. —Háblame de los patéticos y tontos drogadictos. Dime lo que haces en la
práctica.

La parte delantera de los pantalones del hombre se levantó como tienda de


campaña en respuesta a la pregunta. Se lamió los labios.

—Buscamos a la escoria sin valor que nadie extraña. Y cuando los


encontramos, los seguimos, esperando la oportunidad de sorprenderlos. La mayoría
de las veces nos turnamos, al ver lo rápido que puedes atacarlos con el cuchillo.
Pero otras veces practicamos por nuestra cuenta.

Domino se inclinó de modo que su cara estuvo a centímetros de la del creyente.

—Esos son los momentos que más te gustan, ¿no? Llegar a la violación antes de
realmente matarlos.

Más eyaculación manchó la parte delantera de los pantalones del hombre.

—Sí.

Domino se rió suavemente.

— ¿Cuántos creyentes están aquí?

71
El Club de las Excomulgadas
—Chuck y Byrd y un par más. Pero llegarán más. Por lo menos cuatro.

— ¿Y la mujer por la que están aquí?—Presionó Matteo sintiendo la


impaciencia de Fane y de Domino por hacerse con este creyente y cazar a los
demás.

—Se supone que no sabemos eso. Chuck y Byrd no nos han dicho nada.

Matteo volvió a casa poco después, con su preocupación por Sarael creciendo a
medida que el día se hacía más brillante. Su necesidad crecía. Su determinación de
recuperarla era inquebrantable. Dos intercambios más y ella sería suya. Entonces él

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


la llevaría a Italia. Lejos del peligro que planteaban los creyentes en la actualidad.
Disponer de ellos era una cuestión de Fane y de Domino, de los dhampirs, de los
soldados de su raza. Sus deberes abarcaban a Sarael.

72
El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 6
Sarael lo eludió durante tres días. Pero en la tercera noche, la encontró.

La satisfacción se movió a través de Matteo, con anticipación, cuando se


detuvo frente a su puerta, sintiendo su presencia detrás de ella. Detectando su
conciencia por él. Su miedo.

Dejó pasar unos momentos, dejando que el miedo creciera en ella, como una
retribución de lo que le había hecho pasar. Como una advertencia para el futuro.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ella estaba débil hoy, con su voluntad no tan fuerte. Sabía que podía ordenarle
que abriera la puerta, pero prefirió entrar él en el cuarto. Conseguir la llave del
administrador no había sido un problema, la simple facilidad sólo había aumento
su ira.

Sarael se estremeció, sabiendo el momento en que él estaba de pie delante de la


puerta del hotel, oscuro y amenazador, con su llegada marcando el final de su
libertad, y sin embargo a punto de llorar de alivio por su presencia.

Había estado completamente sola, en un mundo que nunca había


experimentado antes. Que se había hecho mucho más peligroso por la sangre de
Matteo.

En lugar de cada vez más débil, su influencia se había vuelto más fuerte, por lo
que era difícil para ella salir de la habitación del hotel sin ser abordada por los
hombres. La mayoría más aterradores que cualquiera de los que habían ido a la
feria en busca de presas fáciles. Más aterradores que la cara que solía perseguirla en
sus sueños cada noche cuando era una niña pequeña, haciendo que se despertara en
estado de pánico, enredada en las sábanas que le recordaban estar atada e
indefensa.

73
El Club de las Excomulgadas
Ella tenía miedo de irse a dormir por temor a que el gerente del hotel de mala
muerte vendiera el acceso a su habitación y se volteara hacia otro lado mientras ella
era violada. Y cada vez que cedía a su agotamiento, era perseguida por sus sueños.

Sueños de sangre al principio y luego sexuales. Tan intensos que la despertaban


abruptamente y se encontraba febril, necesitada. Con su cuerpo cubierto con sudor,
con las manos entre las piernas o en sus pechos.

Se había masturbado, tratando de mantener el recuerdo del tacto de Matteo en


su mente mientras había hundido sus dedos dentro y fuera de su raja, acariciando
su clítoris en varias ocasiones, retorciendo y jalando de sus pezones. Pero la única

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


manera en que había encontrado algún alivio era al haber dejado que los
pensamientos de él la llenaran, para volver a vivir esos momentos en que su cuerpo
había estado en el de ella, con su pene enfundado en su canal. Eso había sido
apenas suficiente. Y ahora la había encontrado.

A pesar de saber que él estaba allí, se sorprendió cuando la llave se deslizó en la


cerradura, y permaneció inmóvil, con una mirada fascinada y aterrorizada
mezclada con alivio, cansada mientras el pomo poco a poco se giraba y la puerta se
abría.

Matteo entró en la habitación y cerró la puerta detrás de él. Con el temor de


que ella fuera como su madre y la ira que la había acompañado hubiera crecido con
cada hora que lo había eludido. Pero su corazón se sacudió con la vista de ella, con
la fatiga y vulnerabilidad que vio en su rostro, por la forma en que su cuerpo estaba
encorvado y la indefensión de la derrota cuando él se sentó en la cama, con las
rodillas contra su pecho, con sus brazos alrededor de las piernas.

Él había pensado en castigarla, tal vez en atarla a la pata de su cama y usar el


látigo en su espalda y nalgas como una forma de prevenir más desobediencias. Pero
algo dentro de él cedió a la vista de ella.

Matteo se acercó a la cama, sentándose a su lado y jalando de ella a su regazo,


con su corazón y cuerpo saltando con placer y emoción cuando ella no se resistió,

74
El Club de las Excomulgadas
sino que se enroscó en él, con sus brazos yéndose alrededor de su cuello, con su
cara presionando contra su piel.

Él la apretó, respirando profundamente y disfrutando de la sensación de su


cabello suave en su mejilla.

—No deberías haber huido de mí, Sarael.

Ella levantó la vista, encontrando su mirada.

—Tenía que intentarlo—susurró ella lamiéndose los labios y enviando una

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


sacudida de llamas calientes a través de su pene.

Él acercó su mano tomando su cara, con su pulgar acariciando su mejilla


mientras medía sus palabras al oír su verdad en ellas. Aceptándolo pero dándole su
verdad a cambio.

—Nunca más, Sarael

Ella dio una leve inclinación de cabeza y él se inclinó, tocando sus labios con
los suyos, con su beso de perdón, de saludo, de confianza, de comprensión y de
promesa. Con una lenta exploración, mientras sus lenguas tentativamente se
tocaban y se daban la bienvenida uno al otro, deslizándose y hermanándose
mientras las crudas, inquietantes, y a menudo violentas emociones de los días
anteriores se alejaban en su deseo cada vez mayor.

Con un gemido Matteo la tendió en la cama, cubriendo su cuerpo con el suyo


propio mientras profundizaba el beso. Su lengua era más agresiva en esos
momentos, con su cuerpo en tensión con la necesidad de reclamar a Sarael.

Ella gimió, sujetándolo, con su cuerpo inquieto bajo el de él, con sus piernas
alrededor de su cintura, inclinando su pelvis y frotándola contra él, con sus brazos
alrededor de su cuello.

—Aquí no, Sarael—dijo cuando él levantó la cabeza para poder respirar. —No
aquí. —Y sin embargo, no podía dejar de quitarle la camisa, de cubrir su pezón con

75
El Club de las Excomulgadas
su boca y succionarlo, tentando su propio control cuando su colmillo sacó un poco
de sangre.

Sarael se arqueó hacia él, sabiendo el instante en que Matteo comenzó a beber
de ella. Una feroz necesidad quemaba sus venas y arterias mientras su vagina
gemía, empapando su ropa interior y palpitando al tiempo que él succionaba fuerte,
jalando de su pezón.

Ella se retorció debajo de él, queriendo acercarse, deseando sentir su piel contra
la de ella, queriendo el alivio de los días de necesidad infinitos y de soledad y
miedo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Por favor—rogó ella con sus manos yendo a su espalda tirando de su camisa.

Él se apartó con el primer toque de sus manos sobre su cuerpo, poniéndose de


rodillas y sosteniendo sus muñecas a la cama como si ella lo hubiera quemado.
Respiraba rápido y superficialmente, con su erección como una línea dura en la
parte delantera de su pantalón.

—No te tomaré aquí—gruñó, más para sí mismo que para ella. —No te tomaré
aquí.

Por un largo rato se mantuvo encima de ella, con sus ojos oscuros y llenos de
lujuria, en los suyos. Extraños. Y algo del miedo de Sarael regresó. Su corazón
comenzó a tronar, con el sonido apretándose en su cara y haciéndolo silbar,
dejando al descubierto los colmillos que sólo aumentaban el rugido de la sangre en
sus oídos.

Su miedo que se combinaba con el aroma de su excitación era una


embriagadora combinación. Golpeando los acordes más primitivos de su ser. La
parte que era puramente depredadora. Antigua. Un retroceso de cuando sus
antepasados se habían estrellado en el planeta y luchado ferozmente por su
supervivencia.

76
El Club de las Excomulgadas
Él no aparearse con ella en esa habitación de hotel barato, no haría el
intercambio de sangre con ella aquí, pero no se iría sin reclamar una parte de ella.
Sin probar su propiedad sobre ella.

—Agarra la colcha—le ordenó, sin liberar sus muñecas hasta que ella obedeció,
y sólo entonces sus manos se movieron a la parte delantera de sus pantalones
vaqueros, haciendo el trabajo de abrirlos y bajárselos hasta los tobillos junto con sus
bragas.

Cuando soltó la colcha, él repitió su orden anterior, esta vez haciendo su


voluntad para que el movimiento sólo estuviera disponible para que ella abriera y

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


cerrara los dedos sobre la tela gruesa de la cama cubierta.

Matteo empujó sus rodillas separándoselas, inhalando fuerte a la vista de sus


pliegues húmedos, de los labios de su vagina hinchados y brillantes, como una
invitación abierta para su lengua, dedos y pene.

Deslizó sus manos a lo largo de sus muslos, con su pulso salvaje y tembloroso
como una sutil vibración contra sus palmas, con su revestimiento excitándolos. Se
detuvo cuando llegó a su vagina, sin hacer nada, sino solo respirar el aroma de ella
y memorizar la forma delicada y femenina que se veía enmarcada entre sus manos
mientras la sostenía abierta a su punto de vista.

Él quería enterrar su cara entre sus piernas. Quería lanzar su lengua en su canal,
girar alrededor de su erecto clítoris. Por largos momentos vaciló, recordando lo que
había sentido como para hacer las cosas que él se imaginaba y se dijo que mientras
sus manos permanecieran en el interior de sus muslos, cubrió los lugares donde
fácilmente podría alimentarse, entonces él podría resistir. Pero mientras miraba, sus
labios se hinchaban más, cada vez más oscuro a medida que se ponían más
enrojecidos y vio la excitación filtrarse por su apertura, sabía que no podía correr el
riesgo incluso de la primera probada.

—Tócate a ti misma—gruñó él decidido a demostrarle a los dos que estaban en


control. Que le pertenecía por completo a él.

77
El Club de las Excomulgadas
La orden dura de Matteo envió más sangre a moverse a su clítoris y labios de
Sarael. El fuego atravesó sus pezones, vagina y se apretó contra su palma de la
mano, en un esfuerzo instintivo por cerrar las piernas.

—Tócate a ti misma, Sarael. Date placer mientras te miro.

Sus manos temblaban cuando dejó la colcha, tentativamente, mientras movía


sus manos entre sus piernas. Ella recubrió sus dedos con sus propios jugos,
colocándolas al otro lado de la boca de su vagina sin penetrar en ella, luego se
movió a su clítoris, con sus dedos de la mano a cada lado de ella mientras la punta
de la otra acariciaba a lo largo de su parte inferior. Un gemido se escapó y su

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


cuerpo se sacudió, apretando sus nalgas mientras la necesidad caliente se disparaba
por su espalda.

La mirada de Sarael voló hacia su cara y le cortó la respiración con la


intensidad de su expresión. La máscara de lujuria estaba en su rostro. Ella empezó
a tirar de su mano, a rogarle por su boca, su tacto, solo un gemido y su orden la
detuvo en silencio, con su voluntad forzando su mano de vuelta a su clítoris erecto.

Ella cerró los ojos y luego se entregó a su deseo de masturbarse, se tocó, como
había hecho durante los últimos tres días, sólo que esta vez su presencia le dio el
alivio que no había encontrado antes, de modo que su punto culminante la dejara
satisfecha, contenida, soñolienta.

Con una maldición Matteo se levantó, jalando de sus pantalones y de sus


bragas antes de cargarla en los brazos y llevársela de la habitación de ese hotel de
mala muerte. Pietro abrió la puerta de la limusina y los llevó a casa.

Sarael apoyó la cabeza en el cuello de Matteo mientras la llevaba a casa, con su


estómago rugiendo por el olor del pan recién horneado.

—Tienes hambre—Le dijo él.

Ella asintió murmurando.

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El Club de las Excomulgadas
—Era difícil conseguir comida. Donde quiera que fuera los hombres…—Ella se
interrumpió con el sonido de su gruñido.

Él se contuvo.

— ¿Alguno te tocó?

Ella se estremeció ante la amenaza en su voz. Con la promesa de matar.

—No fui violada. —Pero más de una vez había estado a punto. Sus primeros
sueños sangrientos como una profecía de lo que estaba por venir. El uso del

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


cuchillo era la única razón por la que se había escapado.

Él llevó su cara de su cuello, obligándola a encontrarse con su mirada.

—Cualquier contacto con otro hombre es ofensivo para mí, Sarael.

Ella quería evitar hablar de los hombres que la habían asustado con su atención
no deseada. No quería muertes sobre su conciencia, aunque algunos merecían
morir.

— ¿Puedo conseguir algo de comer ahora?—Le preguntó ella con su estómago


haciendo ruidos otra vez.

Las fosas nasales de Matteo se abrieron y ella pudo ver la lucha que tenía lugar
en su rostro, con el deseo persiguiendo sus preguntas respecto a la necesidad de
cuidar de ella. Sin apartar la mirada de ella dijo

—Prepara una bandeja de comida y llévala a la habitación, Pietro.

—En seguida, Don Cabrelli—dijo el anciano, cerrando la puerta principal y


corriendo.

—Podemos comer en la cocina—dijo Sarael sin saber si estaba lista para volver
a la habitación con la emoción que había sentido cuando él había entrado a la
habitación del hotel se había calmado.

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El Club de las Excomulgadas
Él ignoró el comentario, fácilmente llevándola a la misma habitación de la que
ella había escapado. Un aumento de miedo se produjo mientras se preguntaba si
pensaba castigarla. En su lugar, la puso en el mostrador antes de pasar a la bañera
antigua, Sarael vio las manos de Matteo y se preguntó si esa parte del mito de los
vampiros era verdadero o falso, si sus uñas podrían convertirse en garras mortales.

Él abrió el agua y regresó a donde ella estaba sentada, con las manos primero
quitándole la chaqueta, y luego yendo a la parte delantera de su camisa,
desabrochándosela para que se resbalara y de su cuerpo. Su sostén la siguió, con sus
zapatos y calcetines después. La puerta de la habitación se abrió y jaló de ella,

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


cubriendo sus senos con sus brazos cruzados. Matteo volvió ligeramente la cabeza.

—Déjala en el hogar, Pietro.

—Muy bien. ¿Necesita algo más?

—Privacidad.

Sarael podría haber jurado que oyó la risa del anciano antes de responderle.

—Esperaré por su llamado entonces.

La puerta del dormitorio se cerró y Matteo terminó de desnudarla, y luego


trenzó su cabello, enrollándolo de modo que no se mojara, antes de probar la
temperatura del agua y meterla en la bañera.

Cuando se enjabonó las manos y comenzó a pasarlas por su cuello hombros y


espalda, ella tuvo que apartar la mirada, abrumada por una confusa mezcla de
emoción. Incluso cuando era niña, nadie, ni su madre ni Helki, nunca la habían
bañado. La limpieza era siempre su tarea, con un lavado ligero en un puesto de
remolque pequeño que era usado como ducha y nunca había sido algo tan relajante
como lo que él estaba haciendo.

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El Club de las Excomulgadas
—Yo puedo hacerlo—dijo con un atisbo de independencia y auto-preservación
aumentando en el remolino de confusión, con una punzada de alarma ante lo
natural que parecía permitirle cuidar de ella en una forma tan íntima.

Él le dio una pequeña risa, ronca.

—Puedes hacerlo, carissima, pero es mi derecho y privilegio el hacerlo por ti.


Tú eres mía, Sarael. Mía—dijo matizando la afirmación con una mano
deslizándose sobre su abdomen y enjabonándola entre las piernas también y luego a
lo largo de sus muslos internos. Ella cerró sus piernas en reacción a su contacto,
pero sólo consiguió empeorar la situación al atrapar su mano en lo que podría

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


llevarla a una mayor lujuria. Sus dedos manipularon su clítoris, enviando hielo
caliente por su espalda y pezones. Ella gimió arqueando la espalda en reacción y él
bajó la cabeza, tomando su pezón, retractando sus colmillos para poder reprimir el
tomarlo con sus dientes, con el dolor agudo de su mordida, haciéndola gritar.

Él continuó manteniendo su areola prisionera cuando sus dedos encontraron su


raja, presionándola, llenándola, con la palma de su mano varias veces sobre su
diminuta cabeza frotando suavemente y en su clítoris mientras sus dedos la follaban
dentro y fuera de ella, por lo que ella dio tirón en su contra, con cada uno
enviándola a un nuevo estallido agudo de dolor a través de su pezón hasta que ella
se agitó, con el agua en la bañera moviéndose de forma violenta. Él la atrajo con su
mano y boca, llevándola al borde de la liberación y luego deteniéndose, haciéndolo
una y otra vez hasta que estuvo gritando, suplicando, temblando a pesar del calor
del agua.

La lujuria rugió a través de Mateo, junto con la ira de su propia falta de


moderación. Había planeado bañarla, darle de comer, hablar con ella, ayudarla a
comprender el mundo en el que ahora se encontraba, para prepararla para lo que
estaba por venir. No había tenido intención de atormentarlos a los dos hasta que
hubiera perdido hasta la última gota de control que poseía para no jalar de ella
fuera de la bañera y llevarla al piso del baño.

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El Club de las Excomulgadas
Matteo obligó a su boca a dejar su pezón, luchando por ignorar los latidos de su
corazón, el ritmo rápido de su pulso mientras la besaba, cubriendo sus labios con
los suyos. Ella era todo lo que deseaba, todo lo que podía necesitar. ¡Era suya!
¡Suya! Creada para él. Para su placer y para darle a ella placer también. Suya para
alimentarla y para alimentarse de ella.

Él levantó la boca, con la emoción intensa cargando a través de él mientras


miraba su cara vuelta hacia arriba, con su cuerpo desnudo.

—Ahora, Sarael—gruñó él metiendo los dedos en ella, deseando ver su


liberación, queriendo capturar la imagen de ella en su mente.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Sus ojos se abrieron, oscuros y sensuales, con un atractivo atemporal que
siempre lo atrapaba.

—Ahora—le ordenó una vez más, necesitándola indefensa, deseando que ella
fuera completamente obediente.

Ella gimió, arqueando las puntas duras y brillantes de sus pechos, haciéndole
señas para que él los mamara mientras su cuerpo se apretaba, mientras se cerraba
sobre sus dedos y acariciaba su clítoris con su palma. La liberación se movió a
través de ella, con un rubor subiendo a su cara y pechos. Con el placer luchando
con la vergüenza, dándole una necesidad imparable, a su orden, a sus deseos.

—Me complaces—dijo Matteo, besándola después, deleitándose con la


suavidad de sus labios, en la forma en que se aferraba a ella como si se hubiera
convertido en su mundo. La deseaba desesperadamente, con su pene arguyendo
que debía tomarla. Pero tenía miedo que si empezaba a follarla, no fuera capaz de
evitar hacer el segundo intercambio.

Una vez que hubiera tenido lugar, ella estaría aún más necesitada, tanto de su
sangre como de su cuerpo, con su acoplamiento continuando hasta el amanecer. Le
debía a ella asegurarse que estuviera alimentada y cuidada primero. Le
avergonzaba ya haber cometido tantos errores con ella. Su escape había sido su

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El Club de las Excomulgadas
culpa. Él debió haber tenido más tiempo para hablar con ella antes de hacerla su
novia. Él debió haberla atado a la cama mientras dormían, como había pensado.

Ella era joven. Humana en sus pensamientos y educación. Sin preparación y sin
entrenamiento, a pesar del deseo explosivo que hacía estragos entre ellos.

Un miedo frío se asentó en sus entrañas con su admisión de estar hambrienta y


la razón de ello. En su furia por encontrarla, no había considerado ni siquiera una
vez que el primer intercambio de sangre podría haber comenzado el proceso de
convertirla en su kadine, lo que podría haber modificado su cuerpo de una manera
que haría difícil para ella conseguir alimentos o refugio por temor a ser violada.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Había fallado en tomar en consideración el tipo de lugares al que iría con fondos
limitados o experiencia más allá de la vida de la feria.

Tenía que hacer lo mejor para Sarael. Y sin embargo, parecía una tarea casi
imposible cuando abrumaba todos sus sentidos, lo que hacía difícil para él
mantener sus manos fuera de ella. Era peor ahora que habían intercambiado
sangre. Había sabido que sería así, que era parte de la unión sexual entre un
hombre y su kadine. Se maldijo una vez más por haberle permitido escapar, por no
considerar cuan atractiva sería para los demás, hasta que estuviera reclamada por
completo. Hasta que fuera completamente de él.

Con un gemido, Matteo se obligó a alejarse de su boca y levantarla de la


bañera, secándola rápidamente para luego tirar la toalla a un lado antes de llevarla
hasta el dormitorio, una vez más con su voluntad iniciando un fuego en la
chimenea, aunque esta vez se prometió a sí mismo que no la tomaría en la alfombra
frente a ella.

Él la dejó frente al fuego, dejándola allí el tiempo suficiente como para


recuperar un cepillo de pelo antes de sentarse detrás de ella.

—Come—dijo, desenredando su cabello y luego cepillándolo, usando sus dedos


para peinar a través de él.

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El Club de las Excomulgadas
Sarael agachó la cabeza, con el calor de su cuerpo inundando la imagen que
habían hecho, ella desnuda mientras él estaba completamente vestido. A pesar de
todo lo que ya habían hecho, ella no pudo evitar un sonrojo aumentando en sus
mejillas.

— ¿No vas a desnudarte?—Le preguntó, con su voz sonando tímida, incluso a


sus propios oídos.

Matteo se acercó más, apartándole el pelo de forma que pudiera besar a lo largo
de su hombro y cuello, con una mano en su costado, mientras que con la otra le
daba la vuelta para acariciar su abdomen.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Dentro de poco, carissima. Mi control no es todo lo que desearía que fuera.
Ahora quiero que comas. Quiero que pasemos algún tiempo juntos antes de... come
Sarael.

Ella comió, comenzando con las fresas, pasando a los melocotones, a las uvas,
y luego al queso y al pan frescos, con los párpados caídos, con placer mientras él
cepillaba su cabello en carreras largas, amplias.

— ¿Y tú?—Le preguntó— ¿No puedes comer... nada de esto?

Matteo se rió suavemente, deteniendo el cepillado de su pelo.

—Sí. Pero es como si fueran caramelos. Un poco está bien. Demasiado, no está
de acuerdo conmigo. —Se inclinó hacia abajo, presionando un beso en su hombro,
con su voz ronca cuando le preguntó,— ¿Te gustaría darme de comer, carissima?

Sarael agachó la cabeza por un momento, con sus emociones girando fuera de
control. Él la confundía, la seducía, satisfaciéndola y, sin embargo necesitando su
tacto, su aprobación... su cuidado.

Ella tomó una uva, ofreciéndosela a él, con su cuerpo deseando cantar cuando
él la tomó de ella, con su lengua lamiendo las puntas de sus dedos, con su boca
succionándolos ligeramente antes de liberarlos.

84
El Club de las Excomulgadas
Sarael le ofreció más uvas, después varias fresas, con sus pezones cada vez más
duros, ansiosos cuando chupó lo último de los jugos de sus dedos, luego la tomó
del brazo, sosteniéndola mientras su boca se quedaba sobre el pulso de su muñeca,
en el tatuaje antes de seguir hacia arriba hasta que una vez más puso besos a lo
largo de su hombro.

—Quiero cuidar de ti, Sarael, protegerte. Velar por todas tus necesidades. Ser
todo lo que deseas. Tu mundo, como tú eres el mío. Fuiste creada para mí. Naciste
para ser mi otra mitad. Mi kadine.

—Has utilizado ese término antes—le susurró Sarael. —Kadine. ¿Qué significa?

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Matteo levantó la cabeza, con la suavidad de su expresión fundiendo su
corazón. Llevó su muñeca a su boca, presionando su boca en el tatuaje de nuevo.

—Una kadine es... todo... para el hombre al que pertenece. Es su razón de vivir,
su anclaje en la vida que abarca varios siglos. Es la madre de sus hijos, la novia de
mi corazón y alma, la sangre que fluye por las venas.

Sarael se lamió los labios, con miedo de hacerlo, pero sabiendo que tenía que
hacerlo.

— ¿Y ella tiene opción? ¿Tengo alguna opción?

Las fosas nasales de Matteo se abrieron y toda suavidad dejó su cara.

—Desde el momento de tu concepción, estuviste destinada a mí. No hay


opción, para ninguno de nosotros.

Sus dedos pasaron a través de su cabello, sosteniéndola inmóvil mientras su


boca se cernía sobre ella.

—No creo que vayas a escapar otra vez. No creo que escapes de tu destino.
Perteneces a mí. Hoy. Mañana. Siempre.

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El Club de las Excomulgadas
Él la besó luego, con una dominante reclamación. Como una fiera presión de
su voluntad contra la de ella. Una que la devoró y la dejó temblando, sacudiéndose,
con hambre de él, con su cuerpo aceptando sus palabras, aunque su mente luchaba
por rebelarse contra ellas, por aferrarse a una pequeña medida de libertad.

Los dos estaban respirando con dificultad, cuando por fin alzó la boca de la de
ella, con sus ojos negros mirando hacia ella y su rostro tenso.

—Come, carissima—le ordenó con voz ronca, una vez más levantando el
cepillo al cabello. —La noche está ante nosotros y te prepararé para ella.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ella agachó la cabeza y siguió comiendo. Su mente corría, tratando de hacer las
paces con su cuerpo. Y sin embargo, no había paz sobre todo cuando ya no había
más comida en el plato y él cambió el patrón de su cepillado, con trazos cada vez
más cortos, más duros, por lo que las cerdas ligeramente arañaron su espalda, sus
pezones se endurecieron y su vagina se hinchó.

Sarael se agitó, consciente de sí misma mientras la excitación comenzaba a


filtrarse desde su vagina, mojando la alfombra donde estaba sentada.

—Quédate—murmuró Matteo con su mano yendo a su cadera, con sus fosas


nasales dilatándose, con su pene duro como una roca queriendo bañarse en sus
jugos, mientras se acomodaba en el túnel de entrada y salida de su canal.

Era todo lo que podía hacer para evitar caer en sus manos y rodillas para poder
cubrir su cuerpo con el suyo, para no montarla como un caballo monta a su yegua.
Pero si empezaba, no se detendría hasta que sus colmillos se hubieran clavado en su
piel y su sangre caliente se precipitara en él.

No se atrevía a dejar que eso sucediera. No sería sino hasta que estuviera en la
cama, atada por su propia seguridad, abierta e indefensa a él, con su impotencia
dándole la ventaja que necesitaba para controlarse a sí mismo, para evitar tomar
demasiada sangre y matarla.

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El Club de las Excomulgadas
Si ella no hubiera huido... si no se le hubiera escapado por tres días... entonces
su seguridad estaría garantizada. Pero ahora su hambre iba más allá de lo que había
conocido. Mucho más allá de lo que estaba por lo general en la elaboración de una
kadine.

Quería drenar hasta la última gota de la independencia de ella, quería poseerla


tan a fondo que sólo su sangre corriera por sus venas, sólo su aliento llenara sus
pulmones. Era salvaje y primitivo. Letal.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I

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El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 7
En lo más profundo de su necesidad quería reclamarla por completo, con la
violencia de sus emociones, alimentar el temor por su seguridad, incluso mientras el
aroma de su excitación dejaba su cuerpo cubierto con sudor y con la cabeza de su
pene mojada.

Su pene le quemaba y dolía, sus bolas estaban apretadas, duras y adoloridas.

Necesitaba alivio. Se lo merecía.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Las fosas nasales de Matteo se quemaron con el pensamiento y se dio por
vencido, con su mirada viajando sobre el cuerpo de ella desnudo, delicado,
devorando con su vista su esbelta figura, deteniéndose en sus pezones oscuros,
luego bajando a los rizos negros entre sus piernas.

Ella era su novia, su futura kadine, y él necesitaba alivio. Se la merecía.

Sin decir palabra, se levantó y se quitó la ropa. La satisfacción rugió a través de


él por la forma en que su mirada vagó sobre su cuerpo, con su cara volviéndose
roja, con su lengua lanzándose a humedecer sus labios mientras ella lo miraba.

—Ponte de rodillas, Sarael—Le dijo con la lujuria picándolo como el azote de


un látigo erótico cuando vio que un escalofrío de temor femenino se movió a través
de ella.

Él abrió y cerró la mano, luchando contra la necesidad de enterrar sus dedos en


su pelo y obligarla a obedecer. Un gemido se le escapó cuando ella encontró sus
ojos con una combinación malvada de inocencia sensual, mirándolo a través de
largas pestañas mientras su boca temblaba, sus labios se entreabrían y humedecían.

El deseo hizo estragos en él, por lo que su pene pulsó y lo único que podía
pensar era en lo que sentiría mientras ella lo aspiraba al cielo con su dulce boca. No

88
El Club de las Excomulgadas
se molestó en darle otra orden, sabiendo que ya era demasiado tarde, que no se
atrevería a arriesgarse a que ella se negara.

Con un gemido cedió a su impulso, pasando sus dedos por su pelo y jalando de
ella hacia adelante, acortando la distancia para que su rostro estuviera enterrado en
su ingle, con sus labios sobre su eje. Ella dio un gemido de protesta, con sus manos
colocándose en sus caderas y empujándolo, enviando impulsos salvajes corriendo a
través de él, pero tan pronto como la emoción violenta irrumpió en su conciencia,
retrocedió cuando se dio cuenta que no estaba luchando con él, sino que ella
trataba de acomodarlo para poder agradarle.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Matteo aflojó el control sobre ella, saltando cuando una de sus manos hizo un
círculo sobre su eje y la otra tomaba sus pelotas, masajeándolos, explorándolos,
haciendo que el fuego le corriera por la espalda.

—Sarael. —Salió como una súplica, una palabra ronca de alabanza, un grito ya
que sus labios estaban en la punta de su pene, envolviéndolo lentamente,
acogedores, con la hinchada cabeza en el calor húmedo de su boca. —Sarael.

El éxtasis era indescriptible, un insoportable placer de ver cómo chupaba su


polla dentro y fuera de su boca, volteándose más y más para no dejarlo ir tan
profundamente como él quería, azotando su sensible cabeza con su lengua.

Al final, él estaba jadeando con sus nalgas apretadas firmemente juntas, con el
cuerpo empapado de sudor y temblando, agarrando su sedoso cabello acariciando
su abdomen y muslos, con su control casi en pedazos.

—Basta, Sarael. ¡Basta ya!—Pero ella sabía la mentira que era y lo atormentó
aún más antes de dejarlo meterse más en su boca mientras sus dedos exploraban la
piel sensible detrás de sus bolas.

Matteo se corrió con su nombre en sus labios mientras su semilla se escapaba


en una erupción de lava caliente que lo dejó lleno y vacío al mismo tiempo. Débil e
increíblemente fuerte. Feliz como nunca había estado antes.

89
El Club de las Excomulgadas
Él la dejó retroceder sobre la alfombra entonces, con su pene endurecido
mientras miraba los labios hinchados de Sarael, la expresión de aturdimiento en su
rostro, el recubrimiento brillante por la excitación interior de sus muslos. Estuvo a
punto de ordenarle que se recostara de nuevo, que abriera las piernas y darle el
mismo alivio que ella le había dado.

Era tentador. Muy tentador.

Una tentación a la que él sabía que no debía ceder. La última vez que había
hundido el rostro en su vagina, habían estado frente al fuego y había sido su
perdición. Habían hecho que él corriera hacia ella. Haría el intercambio de sangre

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


antes de prepararla adecuadamente.

Se arrodilló delante de ella y envolvió su mano alrededor de su cuello, jalando


de ella hacia él y gimiendo de placer al sentir el contacto de su piel contra la suya,
sosteniéndola por su beso mientras su pulso latía con fuerza, confirmando sus
pensamientos anteriores, que no se atrevía a instarla a abrir sus piernas para poder
correr su lengua a través de su raja y a los jugos brillantes en el interior de sus
muslos. No podía estar tan cerca de donde su sangre rugía debajo de la delicada
piel.

—Sarael, me tientas más allá de cualquier cosa—susurró contra sus labios y


luego se movió a su oído, succionando su lóbulo, jugando en la delicada concha
con su lengua antes de explorar su sensible apertura. Su propio corazón tronó en su
pecho por la forma en que su cuerpo se amoldaba al suyo, dulce y sumiso. Con sus
gemidos como un llamado de una sirena para que él no pudiera contener sus
palabras. —Te deseo, carissima, en la cama, en este momento.

Ella se rió, un sonido suave y agradable que se enroscó en su vientre y acarició


su pene.

—Podemos llegar a la cama.

Él sonrió encantado con su inocencia a pesar de sí mismo. Calentado por el


perdón inherente a su simple comentario, por el conocimiento de la última vez que

90
El Club de las Excomulgadas
había estado en su contra. Tal vez no se había dado cuenta de lo cerca él había
estado de matarla.

—No quiero perder el control, Sarael. Debes aceptar estar conectada esta vez.

El miedo se precipitó a través de Sarael, espantando todos los rastros de


languidez. Ella dio un tirón, con la intención de escabullirse de él, pero sus brazos
eran como bandas de acero.

—No—dijo ella sin dejar de retorcerse y luchando hasta que estuvo jadeando,
atrapada debajo de él en la alfombra, con su erección presionada contra su vientre.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Es necesario—dijo Matteo, con su propia respiración corta, con la diversión
desaparecida y ahora un destello de lujuria. —Si hubieras sido criada como
deberías haber sido, lo entenderías y aceptarías. Pero te lo diré ya que has sido
engañada por la ciencia. —El bajó la cara a escasos centímetros encima del de ella.
Sus ojos eran oscuros, convincentes, con los años de ira por el secuestro de
Angélica de Sarael quemando en la superficie. —Estoy tratando de darte placer,
para compensar mis errores anteriores y darte tiempo para aceptar lo que soy y lo
que serás para mí. Estoy tratando de no asustarte más, de no tomarte demasiado
duro a pesar de que todo lo que quiero hacer es subirme encima de ti y reclamarte
mientras me sacio con tu sangre y luego te doy la mía a cambio. Tienes que estar
atada.

—No.

La negación de ella lo excito aún más, empujando todas las intenciones de él de


ser suave, de tomarse su tiempo con ella. Sus pensamientos y emociones eran
inestables y caóticos. Peligrosos. Impulsados por un instinto más convincente
incluso que La Brama. Un varón necesitando reclamar y tomar a su kadine.

Matteo se levantó, dispuesto a utilizar su fuerza para llevarla a la cama y atarla


allí, pero ella rodó sobre sus manos y rodillas, tal vez con la intención de tratar de
escapar y en un instante él estuvo en ella, apretando su cuerpo a la alfombra, con

91
El Club de las Excomulgadas
las rodillas forzando sus piernas para que él pudiera meter su pene en su estrecho y
resbaladizo canal.

Ella se calmó debajo de él, suave una vez más, y él se aplacó, obligando a su ira
a bajar de nuevo por la necesidad fuerte de dominarla y controlar de una vez su
rabia.

—No luches contra mí, carissima—dijo poniendo más de su peso, probándose a


sí mismo con la caricia de un beso a lo largo de su columna. Con un gemido ella
bajó la cabeza sumisamente, dejando al descubierto su cuello.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Sarael gimió, y temió que pudiera reducirla a la impotencia, y sin embargo ella
lo deseaba. Anhelaba la sensación de su cuerpo sobre ella, ansiaba sus besos, sus
caricias, sus palabras. Su pene.

—Por favor, Matteo—dijo ella, moviéndose, abriéndose más ampliamente,


invitándolo a prensarla más profundo, deseando que se sumergiera en la
profundidad que podía tocar su corazón, tan profundamente que expulsara su
semilla caliente lavando sus dudas y temores.

Su pene palpitó con el sonido de su alegato susurrado, sus testículos se


apretaron y él respondió a su llamada. La necesidad de dominarla lo condujo, y sin
embargo, su sumisión le había permitido encontrar una medida de control para
moverse dentro y fuera de ella suavemente primero, construyendo su confianza,
sólo para ponerlo más duro, más fuerte cuando ella comenzó a retorcerse debajo de
él, gimiendo, con su cuerpo empujándose a sus estocadas, sus gritos hambrientos,
necesitados.

La mano de él dio vueltas en el clítoris.

—Ahora, Sarael—dijo y ella obedeció, corriéndose fuerte y rápido, agarrando


su pene con espasmos violentos que lo sacudieron en una oleada tras otra de
semilla de sus bolas, por medio de su eje.

92
El Club de las Excomulgadas
Se derrumbaron juntos en la alfombra, siguiendo conectados, con su cuerpo
enroscado alrededor del suyo, con su mano todavía entre sus piernas, ambos
temblando, temblando como reacción a la intensidad de su orgasmo.

—Me deshaces—susurró él, momentáneamente saciado a pesar del llamado de


su sangre, a pesar de saber que no podía darle más tiempo. Que la próxima vez que
la tomara, tomaría más de su cuerpo, tomaría su sangre y con ella una parte de su
vida en custodia.

Solamente pensar en ello era suficiente para despertar su pene, para que
creciera duro y por completo en su interior hasta que ella se movió inquieta en su

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


contra, con su mano moviéndose hacia abajo para cubrir la de ella, para poder
circular su clítoris con la palma de su mano.

—Te necesito otra vez—dijo ella, y él pudo oír lo que le costaba admitirlo.

Los labios de Matteo se movieron hacia atrás, dejando al descubierto sus


feroces dientes, mientras él mismo se impedía bombear dentro y fuera de ella. Con
la anticipación quemando a través de él por lo que estaba por venir.

El segundo intercambio de sangre realmente lo necesitaría. Tan a menudo


como él pudiera tomarla y de la forma que él estuviera dispuesto a hacerlo.

Él puso su boca junto a su oído.

—Te daré todo lo que desees—dijo moviendo su mano sobre su clítoris con
movimientos circulares, gimiendo cuando ella apretó las piernas apretando su
dominio sobre su pene. —Pero tienes que confiar en mí, carissima. Debes
permitirme que amarre tus muñecas y tobillos a la cama. —Apretó con fuerza su
erecto botón, con un asalto rápido, absoluto, que la hizo dar gritos en reacción.
Recuerdos viejos y cansados influyeron en su respuesta, los viejos miedos trataron
de controlarla, pero cuando lo hizo de nuevo, envió una sensación de fuego por
ella, dándole la respuesta que deseaba.

93
El Club de las Excomulgadas
—Sí—dijo Sarael, con su cuerpo gritando en protesta cuando Matteo liberó su
pene, urgiéndola después a luchar cuando rápidamente la levantó en sus brazos y la
llevó a la antigua cama, con sus postes de cama elaborados, con columnas.

Ella estaba jadeando, presa del pánico cuando la acomodó en el colchón. Y por
un momento ella misma se impidió reaccionar, pero tan pronto como llegó a la
cabecera de la cama, un sistema de sujeción ya estaba en su lugar, y comenzó a
luchar peleando por alejarse de él.

Él estuvo en ella en un instante, con su cuerpo como un peso sólido, fijando sus
manos por las muñecas al colchón.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—¡Alto!—Esta vez utilizó su coacción sobre ella, bloqueando las órdenes de
pánico de su mente a sus miembros para que ella se quedara en silencio mientras su
sangre retumbaba en sus oídos y su corazón latía tan rápido que amenazaba con
cesar completamente.

Matteo siseó, con sus colmillos descendiendo, fuertes y brillantes, añadiéndose


a su primario terror y sin embargo fue incapaz de moverse. Ella lo miró con
horrorizada fascinación mientras él lentamente bajaba su boca. Pero en vez de ir a
su cuello se detuvo junto a su oído.

—No luches contra mí, Sarael. No quiero hacerte daño. Este es un momento
peligroso para nosotros, carissima. Hay hombres que han matado a sus kadines
accidentalmente. Encontrarás el placer. Más allá de cualquier cosa que hayas
experimentado hasta ahora. —Frotó su mejilla contra la suya. —Te mantendrá a
salvo. Por favor. Déjame hacer esto, por nosotros dos.

—Está bien. —Era un soplo de aire. Un acto de fe.

—Grazie, carissima—dijo, liberando sus muñecas y poniéndose de rodillas, con


el cuerpo de ella entre sus pesadas bolas, cabalgándola, rozando la suave piel de su
estómago, con su pene suave y caliente deslizándose sobre su pezón mientras se
inclinaba hacia adelante y alcanzaba una de las ataduras.

94
El Club de las Excomulgadas
Sarael no pudo evitar tensarse cuando se la colocó en la muñeca, jalándose un
poco hacia atrás, a pesar que le permitía controlar su propio cuerpo en lugar de
forzar su impotencia con una orden. Cuando logró ponerle la segunda atadura no
luchó contra él, él se inclinó y cubrió la boca con la suya, alabándola con su beso,
con el movimiento de su lengua contra la de ella, con la falta de colmillos
demostrándole la verdad de sus palabras anteriores, que luchar lo haría más
peligroso para ella.

Él levantó la cabeza y su corazón estuvo a punto de fundirse con la riqueza de


la emoción que vio allí.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Eres mi mundo, carissima. Mi vida. —La besó de nuevo, esta vez mientras
perdía sus manos por sus brazos inmovilizados, con sus dedos siguiendo su
clavícula antes de moverse a sus pezones firmes y duros. Su boca lo siguió,
tomando una ruta diferente, deteniéndose en el pulso salvaje de su garganta antes
de darle besos suaves, jugando con sus pezones.

Ella gimió y se arqueó hacia arriba, con sus piernas abriéndose más, dispuesta a
levantarse y rodearlo.

—No—dijo él, con sus manos dejando sus pechos y colocándose en sus muslos,
sujetándola a la cama.

Sus dientes se fueron a su pezón, causándole un calor en espiral en el estómago


al recordar lo que había sentido en la habitación del hotel cuando se los había
mamado, tomando parte de su sangre con cada erótico impulso. Tan pronto como
ella había sentido miedo de lo que estaba por venir, se había excitado ahora por
eso.

—Por favor, Matteo—dijo ella con voz ronca, necesitada, con su cuerpo
inquieto, con su vagina y clítoris hinchados.

Él soltó su pezón, dejándolo sólo el tiempo suficiente para atar sus tobillos. Ella
se estremeció, con el miedo y la excitación chocando.

95
El Club de las Excomulgadas
—Fácil, carissima—dijo Matteo, cubriendo su cuerpo con el suyo, dándole su
peso, su calor, su comodidad.

Ahora que estaba atada con seguridad, la preocupación la trituró y el miedo


que había albergado en su interior -que por accidente la matara- se disolvió,
dejándola casi arruinada por el puro placer de sentirlo en su contra, de saber que
estaba cuidando de ella, de ver sus necesidades, mientras se preparaba para llevarla
más de lleno a su mundo. Ella era su vida. Su sueño.

Él cerró los ojos un momento, saboreando su aroma, su suavidad. Su pene


estaba duro y listo, mojado con la pasión compartida y excitación renovada.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Sarael—murmuró, mirándola a los ojos antes de bajar la cara y tocar sus
labios con los suyos.

Ella respondió abriendo la boca para él, frotando su lengua contra la suya. Por
largos momentos se besaron, con un baile erótico construyendo su deseo entre ellos
hasta que los dos temblaron, él con la necesidad de penetrarla, ella con la necesidad
de ser penetrada.

Había atado sus tobillos con suficiente holgura para que ella pudiera doblar las
rodillas y abrir las piernas. Con un gemido lo hizo, arqueándose lo suficiente para
que su pene se deslizara dentro de su canal.

En un instante la naturaleza de su beso cambió. En un instante, el


acoplamiento se convirtió en un reclamo.

La lujuria rugió a través de Matteo, intenso y potente, primario. Por el cuerpo


de Sarael, por su sangre. Por su corazón y alma.

Él se tragó los gritos mientras golpeaba en ella, tomándola de forma violenta,


con toda su atención en la posesión de la mujer debajo de él.

96
El Club de las Excomulgadas
Y Sarael se retorcía de placer, ofreciéndose a él, en respuesta de la forma en que
siempre había fantaseado que su kadine haría. Las emociones a través de él lo
asaltaron ferozmente, consumiéndolo todo, incluso más exigente que la Brama.

Sólo cuando el puño de músculos de ella se cerró sobre él sin piedad mientras
ella llegaba a su clímax cedió al deseo de morderla. Ella gritó cuando él la mordió,
pero esta vez fue por placer y no con terror. Y esta vez, con sus muñecas y tobillos
atados, sin perder el control, sin tardarse más de lo que debería, a pesar de la fiebre
del calor de su sangre por el éxtasis producido, ya vertiéndose en él, convirtiéndose
en una parte de cada una de sus células, de todo su ser, incluso después del torrente

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


en chorro de su semen a través de su pene, de su liberación pulsando casi
insoportablemente con su intensidad.

Sarael estaba relajada, satisfecha, contenta cuando la lengua de Matteo se


apoderó de su cuello antes de levantar la cabeza.

— ¿Me toca a mí?—Le preguntó, frunciendo el ceño un poco por el insulto en


su voz.

Él se echó a reír, un sonido ronco que la hizo apretar los pezones, a pesar del
placer que ya le había dado.

— ¿Impaciente por ser mi kadine, carissima?

Sarael trató de trabajar un poco su miedo, pero no le llegó ninguno. Se sentía


bien estar con él. Seguirlo al mundo de la Luna.

— ¿Quieres desatarme, ahora?

Matteo titubeó por un momento y luego la liberó, inmediatamente cubriendo su


cuerpo con el suyo.

—Los cambios serán más pronunciados en esta ocasión—Le dijo pasando los
dedos de una de sus manos por su pelo.

Algo de su cansancio la dejó con sus palabras.

97
El Club de las Excomulgadas
— ¿Qué quieres decir?

Él rozó sus labios sobre los de ella.

—Tu cuerpo está cambiando, carissima. Adaptándose. Cada vez será más
compatible, más receptivo al mío. Sin esos cambios, no sería posible para nosotros
tener hijos, no sería posible que pudieras vivir tanto tiempo como vivirás.

Una buena medida de su miedo de antes regresó, haciendo que su pulso latiera
con más rapidez en su garganta. Quemando las fosas nasales de Matteo y la rigidez
de su pene diciéndole cuán consiente era del correr de su sangre.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Me estás convirtiendo en vampiro. —Esta vez su corazón se sacudió en su
pecho y se estremeció en reacción, empujando su pene en su canal.

—Mantén la calma, Sarael, o tendré que atarte de nuevo—dijo con tensión en


su rostro.

La advertencia misma le causó tensión. Luchó por permanecer tranquila debajo


de él, aun cuando repitió su comentario.

—Me estás convirtiendo en vampiro.

—No, carissima, no el vampiro como tú me llamas, sino en una kadine.

— ¿Cuál es la diferencia?

—Lo entenderás muy pronto, Sarael. Pero si alivia tu mente, entonces te diré
esto. Podrás moverte durante el día si lo deseas. Podrás comer y beber como
siempre lo has hecho, y además tendrás mi sangre para sobrevivir.

La boca de él fue a su cuello y ella se obligó quedarse completamente suave y


sumisa debajo de él. Él se demoró, primero pasándole la lengua por el lugar en la
que la había mordido, y luego chupándola, haciéndola gemir y arquearse hacia él,
con sus pezones duros, como puntos de dolor, con su vagina abriéndose y
cerrándose en su pene.

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El Club de las Excomulgadas
Él se echó a reír, con su diversión mezclándose con su tormento sensual y luego
levantó la cara de su cuello, cambiando para que sus ojos pudieran contemplarla.

—Me tientas más allá de toda medida, Sarael. —Sus labios rozaron los de ella.
— ¿Beberás voluntariamente, carissima?

—Sí—susurró, mirando mientras él utilizaba sus colmillos para abrir una vena
de su propia muñeca. Sus dedos pasaron por su pelo apretadamente, pero no peleó
con él cuando apretó su muñeca a su boca. En su lugar, cerró los ojos,
concentrándose en el recuerdo de cómo había sido su primera vez, la rapidez con la
que su sangre se había convertido en un buen vino que con avidez había ingerido.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Fue incluso más potente la segunda vez, quemando su camino a través de su
cuerpo y convirtiéndose en el único centro de su existencia. Bebió, con minutos
eternos perdidos en un torbellino de placer oscuro, mientras su mano le acariciaba
la mejilla, el cuello, y sus palabras de amor y de alabanza se apoderaban de ella.

Ella protestó cuando por fin él quitó su muñeca de su boca, gimiendo y


tratando de seguir su movimiento.

—Tendrás más mañana, Sarael—dijo, cerrándose la vena con el deslizamiento


de su lengua. —Y después de eso, podremos compartir esto con tanta frecuencia
como lo desees. —Él se inclinó y la besó.

Las piernas de Sarael se fueron a su cintura, lo que obligó a su pene a ir más


profundo. Su cuerpo estaba ardiendo, inquieto, deseando su simiente ahora tan
desesperadamente como su sangre.

Matteo gruñó, sintiendo la necesidad de ella, ya conectado a ella, con sus


emociones fluyendo en él, amplificándose por su cuenta. Tenía que esperar, lo
deseaba, y sin embargo la realidad era mucho más intensa, mucho más lenta que lo
que había imaginado.

Su pene se hizo más grande, luchando contra el puño de sus músculos, y ella
comenzó a moverse, sintiéndose resbaladiza y caliente enviando sacudidas de

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El Club de las Excomulgadas
placer a través de él y de su columna. Él apretó los brazos alrededor de ella,
respondiendo a su llamada, follándola, con sus cuerpos mezclándose con tanta
fuerza que era casi como si fueran una sola. Pero en cuestión de segundos, el
sonido de su corazón, el torrente de su sangre, su propio deseo perforando su piel y
el deseo de él y Matteo luchó por mantener el control.

Con un gruñido él rodó por su espalda, con sus manos yendo a sus pechos,
empujándose para que ella se sentara a horcajadas. Era una dulce tortura tenerla
encima de él, con su cabello y ojos oscuros, grandes pechos pesados por el deseo,
con sus puntas contra la palma de su mano. Era erotismo puro mirar hacia abajo y

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


ver el lugar donde sus cuerpos se unían, ver cómo se levantaba alejándose de él,
subiendo tan alto que su pene casi se escapaba del cielo húmedo que había
reclamado como propio, antes de dejarse caer, tomándolo en su cuerpo.
Tragándolo en sus pliegues resbaladizos y en su misterio femenino.

Ella lo montó sin piedad. Tan despiadadamente como él la había montado


antes. Bajando la cabeza y capturando sus labios sólo en los últimos segundos,
cuando los dos se tensaron entre sí, empapados de sudor, esforzándose por ser lo
que su sangre mezclada afirmaba que eran: un cuerpo, un corazón, una alma, dos
mitades de un solo conjunto.

Unidos entre sí por toda la eternidad.

Después, Sarael se puso encima de Matteo, necesitando su cercanía.


Necesitando el tacto de su piel contra la de ella. Necesitando su confianza.

Las manos de él le acariciaron en su espalda. Reconfortantes al principio, luego


excitantes. Así que ella comenzó a moverse sin descanso contra él, con su cuerpo
quemándole una vez más, con el sonido del latido de su corazón como un rugido
en su cabeza.

Con un gemido ella acarició su pecho, su cuello, dejando sus dientes en él y


apenas sólo siendo capaz de detenerse de morderlo. Matteo apretó el brazo de ella,

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El Club de las Excomulgadas
mientras una mano se movía para tomar su mejilla, para obligarla a mover su cara
de su cuello y encima de su posición.

—Te necesito otra vez—Le susurró ella con la parte inferior del cuerpo contra
él, con su vaina apretando su pene todavía incrustado.

Él estuvo listo para ella en un instante. Con su cuerpo en perfecta armonía con
el de ella, dispuesto a darle todo lo que ella deseara, a excepción de su sangre. Que
habían tomado los dos hasta los límites en el cambio anterior.

Su pene se sacudió con el pensamiento de sus dientes en su cuello. Un

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


intercambio más, y la adaptación sería completa. Su cuerpo sería totalmente
compatible con el suyo, y él conocería el éxtasis sin igual de su mordida, el aguijón
afilado del placer mientras sus colmillos se deslizaban en él. Ella sería su kadine
con su vida indisolublemente ligada a la suya.

Con un gruñido rodó, haciendo palanca de sí mismo lejos de ella lo suficiente


como para deslizar sus brazos debajo de sus rodillas, flexionárselas y guiarlas para
que se quedaran colgando de sus hombros, acomodándola con tanta fuerza y con
ella siendo tan pequeña que su pene tuvo que luchar por encontrar su camino de
nuevo a ella. La posición hacía más fácil sustituir el deseo de su sangre con la
lujuria de follarla, de dominar, de satisfacer el hambre que ardía en los dos.

Y sin embargo, no era el hambre con lo que estaría satisfecho hasta que saliera
el sol. Él la tomaría en varias ocasiones, teniendo que atarla a la cama con el fin de
evitar que cediera a la tentación pura que ella representaba, el segundo intercambio
de sangre la haría desear su cuerpo y su sangre desesperadamente, tener una unión
sexual con él, como el primer intercambio lo había unido a ella.

Con la unión adquiriría el control de las feromonas que servían no sólo para
atraer a su presa, sino que formaban parte del mecanismo de defensa de un
vampiro. Los humanos se sentirían atraídos a ella, pero sólo cuando ella les hiciera
señas y pudiera atraparlos en su mirada, direccionando sus pensamientos en vez de
ser la víctima de su obsesión sexual.

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El Club de las Excomulgadas
Un gruñido resonó en la garganta de Matteo con el pensamiento de los
hombres que habían tratado de violarla durante los tres días en que lo había
eludido. Nunca más. Nunca más estaría vulnerable, sin protección. Se inclinó y
apretó su boca a la suya, con su lengua tan agresiva como su pene, presionando
dentro y fuera de ella en una demostración de dominio. Conduciéndola arriba hasta
que se retorció contra él, pidiéndole con su cuerpo, que la sostuviera en el pináculo
de la liberación hasta que le permitiera caer encima.

Luego la llevó al cuarto de baño, una vez más poniéndola en el mostrador,


mientras llenaba la gran, antigua bañera con agua. Sólo que esta vez en lugar de

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


colocarla sólo a ella, la levantó en los brazos y se puso a sí mismo, acomodándose
para que ella se extendiera a lo largo de su cuerpo, de espaldas a su frente, ambos
sumergidos en el agua que les daba la bienvenida.

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El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 8
Sarael cerró los ojos y se relajó contra él, disfrutando de la calidez de la
ondulación del agua y de las caricias perezosas mientras alisaba las manos con
jabón sobre su abdomen y pechos.

—Podría acostumbrarme a esto—murmuró ella feliz con necesidad e inquietud


del fuego feroz que había asaltado su cuerpo durante la mayor parte de la noche en
que él había hecho su dominio sobre ella.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Matteo rió por lo bajo, con las palmas de sus manos dando vueltas,
deslizándose sobre sus pezones, luego retirándose, acariciando su vientre y muslos
antes que sus brazos se establecieran a su alrededor y frotara su mejilla contra su
pelo.

—Estoy contento, carissima. Te he saboreado en mis sueños por más años de


los que has estado viva. Pero la realidad, Sarael... La realidad es mucho más que la
fantasía. Eres mi corazón, mi alma, mi mundo.

Sarael entrelazó sus dedos a través de los de él.

— ¿Qué pasará después?

—Mañana terminaremos lo que hemos empezado. Y al día siguiente,


volveremos a Italia.

El corazón de Sarael brincó y sus brazos apretados sobre ella en respuesta.

— ¿A Italia?

Él frotó la mejilla contra su pelo.

—Quiero volver a casa contigo, Sarael, llevarte a algún lugar que pueda
garantizar tu seguridad. Podemos visitar Estados Unidos en el futuro, después de

103
El Club de las Excomulgadas
saber más de nuestros caminos, y en un momento en que podamos hacer arreglos
para tu seguridad.

Un susurro, un miedo se movió a través de Sarael ante la idea de dejar todo lo


que le era familiar, ante la idea de estar atrapada en una tierra extranjera. En un
lugar donde no conociera el idioma o a la gente. Hasta que él había llegado a su
vida, todo lo que había conocido había sido la feria. Viajando de un lugar a otro en
una ruta circular larga que se repetía cada año. Con el ritmo de cada día como un
latido constante y firme.

—Me gustaría quedarme aquí por un tiempo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Eso no es posible. Como ya te he dicho, podemos visitar Estados Unidos en
el futuro. Pero tan pronto como hayamos pasado el último cambio y te hayas
convertido en mi kadine, entonces tenemos que volver al Palazzo dei Venti Oscuri.

Sarael oyó el acero en su voz y supo que era inútil discutir. Escuchó la
advertencia de su madre. Si te encuentran, tu vida no será la tuya propia.

Su mirada se desvió a la ventana por la que había escapado por última vez,
notando que ahora tenía barras cubriéndola. Ella no tenía intención de huir de
nuevo a pesar del susurro de miedo que se había convertido en una brisa más
nítida, más fría. ¿Sería esto lo que su futuro le aguardaría? ¿Sus decisiones siempre
dictadas por él? ¿Su vida siempre siguiendo el curso que él dirigiera? ¿Sus propios
deseos y con los deseos de ella sin importancia?

— ¿Eso es a lo que llamas hogar? Al Palazzo dei...

—El Palazzo dei Venti Oscuri. El Palacio de los Vientos oscuros. Sí. Tengo
otros en otros estados, pero es el que con mayor frecuencia ocupo.

Sarael se estremeció a pesar del calor del agua. El nombre de su casa y la vista
de las barras en las ventanas del baño le daban lugar a la idea de que sería una
prisión elegante.

104
El Club de las Excomulgadas
Matteo podía sentir el flujo y reflujo de sus emociones, casi podía sentir su
miedo. Golpeó su núcleo, dejándolo tanto primitivo como reactivo. Con el tercer
intercambio de sangre, compartiría sus pensamientos, pero hasta entonces, sólo
podía adivinarlos, sólo podía anticipar lo que podía hacer.

Pero ella se equivocaba si pensaba que él bajaría la guardia y le permitiría


escapar de nuevo. Especialmente con sus enemigos acechando en la zona.

Por un instante consideró contarle acerca de los peligros que planteaban los
creyentes, pero luego lo pensó mejor. Sería una lección para otro día.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


El orgullo se movió a través de él, el deseo, por la forma en que había manejado
el segundo intercambio. Había hecho bien en tomarse su tiempo con ella, en pasar
momentos preciosos, amables con ella y hablando con ella en lugar de castigar su
comportamiento y eludirlo.

Matteo la abrazó, después se puso de pie, sacándola de la bañera y después,


alcanzando una toalla como había hecho antes y secándola antes de limpiar el agua
de su propio cuerpo.

—Tenemos que buscar nuestro descanso—dijo, sintiendo el letargo animal que


anunciaba la llegada del sol.

Cuando se movió para levantarla en brazos y llevarla a la cama, ella se


ruborizó, agachando la cabeza y diciendo:

—Necesito unos minutos antes de ir a la cama.

Él le tomó la barbilla, forzando su mirada para encontrarse con la suya, a


sabiendas que ya había visto las barras instaladas en la ventana, pero incapaz de
evitar decirle.

—No creo para trates de escaparte de nuevo, carissima. —La soltó y se movió a
la sala, deteniéndose junto a la puerta, pero permitiéndole cerrarla.

105
El Club de las Excomulgadas
Sarael dio un suspiro de alivio. Agradecida por que le hubiera dado un poco de
intimidad cuando ella asistía sus necesidades. Agradecida por que le hubiera dado
unos minutos a solas para poder pensar en todo lo que había sucedido desde que la
había encontrado en la habitación del hotel.

Ella ya se sentía unida a él. Conectada de una manera que la hacía sentir todo.
Ya creía que pertenecía a su mundo. Al mundo de la Luna.

Y a pesar de la inquietud que la llenaba con la idea de ser llevada al Palazzo dei
Venti Oscuri, no lucharía. No lucharía contra él. Era demasiado tarde para hacerlo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Sarael frotó su dedo sobre el tatuaje de su muñeca. Tal vez había sido
demasiado tarde desde el momento de su nacimiento.

Por costumbre juntó la ropa que se hallaba esparcida en el piso del baño donde
la había tirado antes, con su mente yendo inmediatamente a la navaja en el bolsillo
de su chaqueta. Sus pensamientos volvieron a los tres días en los que había tenido
que valerse por sí misma en un mundo más que peligroso para su sangre.

Salió del baño con la ropa en brazos, ahora extrañamente reticente a no tener el
cuchillo cerca de ella. Matteo frunció el ceño pero no dijo nada y ella dejó caer la
ropa en una silla al lado de la cama antes de deslizarse sobre el colchón, a sus
brazos. Dispuesta a pasar el día en manos de él, dispuesta a dormir mientras el sol
reinaba y terminar lo que habían empezado, cuando la luna se pusiera y los
gobernara.

Matteo la rodó sobre su espalda y se quedó en la parte superior de ella, a pesar


de la apatía que poco a poco invadía su cuerpo, Sarael abrió las piernas e inclinó la
cadera, lista para que follara su cuerpo. Él dio una risa ronca y empujó, con su pene
deslizándose con facilidad, con sus movimientos lentos y suaves.

—Carissima—susurró, sabiendo que era una locura tomarla, sabiendo que era
absurdo cometer el mismo error por segunda vez, gastar lo último de su energía,
permitiendo que el sueño lo tomara tan profundamente, que sería una lucha
despertarse durante las horas del día. Pero la sensación de su carne mojada era más

106
El Club de las Excomulgadas
de lo que podía resistir. Los sonidos de su placer y la suavidad de su cuerpo eran
una llamada que no podía dejar de responder.

Y así, cedió a la tentación. Poco a poco moviéndose dentro y fuera de ella,


aprovechando el placer mientras el sol se elevaba en el cielo, con cada embestida
siendo una victoria contra un mundo en el que no podía vivir plenamente, con cada
embestida como una reafirmación de lo que eran el uno del otro.

Sólo cuando Sarael gritó y se convulsionó por el placer se permitió a sí mismo


venirse. Il Sonno amenazaba con sumergirlo por completo, llenándola de su
descendencia se derrumbó encima de ella. Las oscuras olas del sueño pasaron sobre

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


él.

Le tomó hasta la última gota de fuerza de voluntad que poseía combatir la


llamada de Il Sonno, para no caer en el olvido. Pero Matteo se vio obligado a
ponerse de rodillas, encontrando satisfacción en la forma en que Sarael frunció el
ceño y murmuró cuando el cuerpo de ella lo dejó. Pero cuando colocó la atadura en
su tobillo, su alegría la dejó de un tirón y se sentó, tratando de escapar de las garras
de las mordazas que había en ella.

—¡No!—Fue una protesta de su alma, a través de ella y haciendo que se sintiera


como si una mano le apretara el corazón. —No. —No hubo pánico en su voz, sino
confusión, dolor.

—Sí, carissima—dijo él, con el remolino violento de sus emociones


maltratadas. —No puedo correr el riesgo de que huyas de nuevo.

Sus ojos se agrandaron y se calmó, encontrando su mirada con una súplica.

— ¿Y si te prometo no tratar de escapar?

Él sacudió la cabeza, sintiendo la necesidad de tenerle confianza. De querer


darle su confianza, pero las apuestas eran demasiado altas. El peligro era
demasiado grande. Su sueño de una kadine estaba muy cerca de hacerse realidad.
Se había comprometido a no equivocarse como lo había hecho antes. Ya lo tomaba

107
El Club de las Excomulgadas
toda su fuerza de voluntad luchar contra Il Sonno, las horas de haber cazado a
Sarael seguidas de las horas de darle placer a ella, llenándola con su descendencia,
habían dejado su huella en él. No sería capaz de despertar con la suficiente rapidez
para llegar a la puerta si ella decidía dejarlo.

Un gesto fue y vino en el rostro de Matteo mientras se daba cuenta que había
dejado la puerta abierta para que Pietro pudiera entregar la bandeja de comida para
Sarael. Con una rápida mirada pudo ver la llave pegada a la cerradura en el
interior, una cerradura que había hecho instalar la primera vez que había dispuesto
traer a Sarael a esa casa. Una cerradura que hasta ahora debía ser cerrada y la llave

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


oculta.

Maldijo en silencio. Su atención había estado tan consumida por Sarael que no
había pensado una vez en revisar la puerta. Y ahora su fracaso siempre le daría una
razón suficiente para atarla.

—Debo hacerlo—dijo con lamento en su voz, y también con resolución, un


llanto le salió del corazón cuando vio las lágrimas en las comisuras de los ojos de
Sarael.

—Por favor, no—susurró. —Confía en mí. Muéstrame que yo soy importante


para ti.

—Sólo un tobillo, Sarael. Y extenderá la extensión del cordel para no restringir


mucho tus movimientos.

—No quiero estar atada a nada. Ya te he dicho que no trataré de escapar.

Él sacudió la cabeza, deseando desesperadamente ceder a su petición, con la


intensidad misma de su deseo cediendo al peso a las lágrimas para hacer firme su
determinación. Una kadine fortalecía y debilitaba al hombre que la reclamaba. Pero
en esto, no podía permitirse el lujo de debilitarse. No podía permitirse el lujo de
confiar en ella. No podía estar seguro que la mancha de su madre no estuviera aún
presente en Sarael. Ella pensaba en estar con él ahora, pero ¿Y si cambiaba de

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El Club de las Excomulgadas
opinión durante las horas del día y decidía perseguir una libertad que no significaba
nada para ella?

—No, Sarael. No me pidas lo que no te puedo dar. —Él le apretó su tobillo,


aunque ella no hizo ningún esfuerzo para tratar de alejarse de él.

—Si haces esto, Matteo, entonces trataré de escapar de nuevo—dijo ella, con
voz temblorosa y llena de convicción mientras él abría una bolsa de cuero atada a la
pata de la cama y sacaba un pequeño candado de plata.

—Entonces te advertiré que estás condenada al fracaso, Sarael. Y si intentas

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


huir, entonces te castigaré tanto si tienes éxito en el intento o no. —El cerró el
candado en el punto donde las ataduras se unían a su tobillo, dudando en moverse
a través de él mientras lo hacía. Con dudas surgiendo mientras yacía a su lado. Con
segundos pensamientos resurgiendo, acomodó su reticente cuerpo contra el de él.
—Duerme ahora, carissima. De nada sirve luchar. La noche llegará muy pronto, y
con ella, la conclusión del deseo de ambos.

Sarael no pudo evitar mover su rodilla hacia arriba hasta que la cuerda se tensó,
lo que le impidió más movimientos.

—Por favor, no hagas esto—dijo una vez más, con su corazón dolorido,
desgarrado por una confusión de emociones. Necesitando que él confiara en ella.
Ella había aceptado muchas cosas, se había entregado a él de buena gana una y otra
vez, incluso le había permitido atarla cuando había dicho que era importante para
su propia seguridad, pero eso no había sido por su seguridad, eso no era necesario.

Esa era una traición a su confianza. Esa era una confirmación de que él
pensaba en nada más que mantenerla prisionera. Sus necesidades y deseos siempre
serían menos importantes que la suyos.

—Duérmete Sarael—dijo él enviando un rayo de dolor a través de su corazón


con su negativa a liberar su tobillo.

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El Club de las Excomulgadas
Ella se volvió de espaldas a él y cerró su mente a la sensación de su piel caliente
contra la suya. Era inútil luchar. Sus brazos eran como bandas de acero alrededor
de ella, sosteniéndola en su contra. Pero ella sabía que el sueño una vez que lo
reclamara, haría que su control se aflojara.

La tristeza se agrupó en el corazón de Sarael. Tal vez esa era la forma en que
siempre sería. Tal vez él siempre mantendría los “pecados” de su madre en su
contra. Tal vez él siempre se preocuparía porque ella fuera como su madre.

Ella luchó por permanecer despierta, pero al final el cansancio y luego el sueño
la reclamó. Pero a diferencia de Matteo, no la tenía atrapada con tanta fuerza en

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


sus garras.

Caía la tarde cuando se despertó. Sarael lo sabía sin que el reloj se lo dijera. Ella
lo sabía a pesar de la oscuridad de la habitación y de las pesadas cortinas que
bloqueaban toda la luz solar.

Ella se había movido de posición durante el sueño por lo que su primer impulso
fue mover su pierna por encima de Matteo y ver si podía convencer a su pene para
que la llenara. Porque a pesar que su respiración lenta y profunda le indicó que
estaba dormido, su pene estaba rígido contra su vientre, listo para su servicio.

Pero tan pronto como movió su pierna y la piel que la aseguraba se volvió tensa
en la pata de la cama, se acordó de lo que había ocurrido antes que ambos se
durmieran. Si haces esto, Matteo, entonces trataré de escapar de nuevo. Sus primeras
palabras se apresuraron, llenando sus pensamientos de modo que estuvo en guerra
consigo misma.

Su cuerpo se le antojaba. Su sangre cantaba su nombre. Su corazón y alma


insistían en que estuvieran juntos. Y sin embargo, su mente argumentaba que si no
confiaba, entonces nada más importaba, lo único que había entre ellos era una
ilusión, el resultado del tatuaje que le habían hecho en su muñeca cuando era bebé
y no podía tomar una decisión sobre su futuro.

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El Club de las Excomulgadas
Sarael se apartó de Matteo, con cuidado a pesar de la evidente profundidad de
su sueño. La cuerda le impidió llegar muy lejos, pero todavía era lo suficientemente
larga. Con una mano agarrando la columna de la cabecera de la cama, metió la
mano en el montón de ropa que había colocado en la silla, con su corazón cayendo
en picado mientras se preguntaba si una parte de ella habría sabido que necesitaría
el cuchillo y del por qué había levantado la ropa del piso del baño en lugar de
simplemente salir de allí.

Era una simple cuestión de cortar el cuero, aunque la banda alrededor de su


tobillo se mantenía firmemente en su lugar, encerrada allí por el pequeño candado

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


simbólico de plata de una esclavitud de la que sabía que en realidad nunca podría
escapar.

Matteo la encontraría. En verdad, sabía que no estaba realmente huyendo de él,


sino estaba tratando de hacerse oír. Tratando de hacerle comprender que necesitaba
su confianza, necesitaba sentirse libre... mientras él la abrazaba con fuerza y jalaba
de ella más profundamente a su mundo.

Ella le había prometido que escaparía si la ataba. Y lo haría, llegando hasta la


feria para poder vislumbrar su antigua vida antes que él se la llevara a Italia y al
Palazzo dei Venti Oscuri.

Un escalofrío se movió a través de ella al recordar sus primeras palabras, si


intentas huir, entonces te castigaré igual si tienes éxito en el intento o no, y sus manos
temblaron ligeramente mientras se vestía, pero la amenaza del castigo no la detuvo.
Estaba dispuesta a aceptar las consecuencias de sus acciones. Tenía que hacer esto,
no sólo para demostrarle que quería decir lo que decía, sino para demostrarse a sí
misma que era lo suficientemente fuerte como para igualar a Matteo. Que quién era
ella no desaparecería, aplastada por su naturaleza dominante y el poder que él
ejercía sobre ella.

Sarael se acercó a la puerta, sorprendida al ver la llave en la cerradura. Había


tenido una idea vaga, de tener que usar el cuchillo para forzar la puerta o jalar de
las pesadas cortinas a un lado y ver si podía escapar por una ventana del

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El Club de las Excomulgadas
dormitorio. No había previsto que escapar sería tan fácil. Su pulso se disparó y
corrió, con la mano en el picaporte. ¿Sería esa su prueba?

La confusión reinó durante largo rato. La indecisión. Su cuerpo la instó a


volver a la cama. A permitirse despertarlo para encontrarla todavía allí, ya no
atada, habiendo escapado, pero eligiendo libremente quedarse.

Un nuevo temor se arremolinó en su corazón. ¿Qué pasaba si se trataba de una


prueba y se iba? ¿Qué pasaría si el dejar eso significaba que ya no la deseaba? Que
la dejaría, para volver a Italia y buscaría a otra mujer para ser su kadine.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ella casi renunció. Su mano bajó de la perilla de la puerta y se volvió, dando
varios pasos hacia la cama antes que sus pensamientos la llenaran, con sus
preocupaciones de antes perdiéndose en su sentido de sí misma. De desaparecer tan
a fondo en el mundo de la luna que no existiera otra que complaciera a Matteo. De
ser lo que él deseaba que fuera.

Se obligó a apartar la mirada de él, deteniéndose, revisando la habitación, una


sala que se mantenía en oscuridad absoluta y sin embargo que podía ver
perfectamente. Sus manos se apretaron en puños a sus costados, con su
determinación y confianza regresando. Su sangre ya la había cambiado. Él vendría
por ella. Había dicho una y otra vez que ella le pertenecía a él.

Esto no era un ensayo que no fuera uno que necesitaba administrarse a sí


misma. Una sonrisa se formó en sus labios cuando vio una pequeña libreta y un
bolígrafo en el tocador. Sin darse tiempo de adivinar o preguntarse, se apresuró a la
cómoda y le dejó un mensaje. Me pides todo, pero necesito algo a cambio. Necesito saber
que lo que deseo es importante para ti. Tengo que saber que no soy una prisionera. Necesito
que confíes en mí cuando te digo algo. Te prometí que me iría si me atabas. Y lo hiciste. Me
encontrarás en la feria.

Ella se fue entonces, moviéndose silenciosamente a través de la casa, con sus


sentidos ya tan desesperados que podía oír a Pietro merodeando en la cocina. Podía

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El Club de las Excomulgadas
sentir a Matteo en las profundidades de su conciencia, luchando a través de ondas
de sueño empalagoso, tratando de llegar a la superficie y evitar que escapara.

La adrenalina se apoderó de ella, acelerando sus pasos. Se detuvo sólo un


momento en el vestíbulo, buscando las llaves del coche en la pequeña mesa junto a
la puerta del frente. Las reconoció al instante, haciendo una mueca ante la idea de
conducir la limusina de nuevo, pero se alegró de no verse obligada a parar a un
automovilista que pasara.

El nerviosismo se deslizó a lo largo de su espina cuando salió de la casa y fue al


coche. Con los recuerdos de los hombres que habían sido atraídos por ella la última

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


vez que había huido. Su único objetivo era llegar al pequeño remolque de Helki.

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El Club de las Excomulgadas

C A P ÍT U L O 9
—Siéntate—le dijo Helki a Sarael y ella así lo hizo, sosteniendo su mano como
para protegerse de la lectura cuando la vieja adivina tomó un mazo de cartas de
tarot. Helki rió, un sonido seco de diversión. —Ya has encontrado tu destino, hija,
no tienes necesidad de una de mis lecturas. —Sarael apretó la baraja en las manos.
—Las cartas te ofrecerán una historia si tienes el coraje de escucharlas.

Un susurro de diversión se movió a través de Sarael al darse cuenta que la vieja

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


siempre había utilizado ese método para hacerla aceptar cambiar y conocer lo
incómodo, alimentando el desafío de su información en forma de sutiles retos.
Sarael barajó las cartas, cortándolas antes de entregárselas de nuevo a Helki.

Helki eliminó las primeras cinco cartas, con los ojos sin dejar a Sarael mientras
ponía la primera sobre la mesa. Era la Sota de Copas.

—Había una vez una niña. Nació en una familia que se había ganado su
prestigio al ofrecer novias a los hombres, como el que te ha reclamado. Se
consideraba un gran honor ser seleccionada y en un primer momento, esta joven
estuvo entusiasmada con los privilegios y la adulación que ganó. Había sido echada
a perder vergonzosamente por su propia familia y por la envidia de sus
compañeros. Pero a medida que el tiempo se acercaba, empezó a pensar en lo que
significaría aumentar de tamaño con los hijos, con un niño que contribuiría a
mantener hasta que los demás se hicieran cargo de la tarea. Lo que significaba que
sería elegida para tener otro hijo, y luego otro hasta que su propia belleza y
juventud hubieran disminuido y nunca fuera seleccionada ella misma como novia.
Tal vez si no hubiera estado tan mimada por su familia se habría contenido. Pero
era hermosa y joven, testaruda, acostumbrada a que los hombres cayeran a sus pies.
Y así, cuando no hubo ofertas por ella, a pesar de sus intentos por atraer a uno de
los hombres poderosos que deseaba una compañera de vida, se encontró
embarazada, volvió sus encantos a un hombre prohibido a ella, un hombre que no
mostró ningún interés en ella al principio.

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El Club de las Excomulgadas
Helki se detuvo y pasó una carta, dejando al descubierto el siete de copas.

—Sueños pronto llenaron la mente de esa joven, que ese hombre prohibido
para ella la llevaría lejos y le presentaría un mundo diferente al suyo. Pero ese
hombre no era una conquista fácil y su negativa sólo la hacía estar más decidida de
conquistarlo.

Una tercera carta se unió a las dos primeras. El Cinco de Espadas.

—Finalmente, consiguió lo que había perseguido tan implacablemente. Pero


fue una victoria pírrica, nacida del egoísmo y del engaño. El hombre que había

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


perseguido implacablemente por fin llegó a ella, alegando haber caído bajo su
hechizo. Él la ayudó a escapar, convenciéndola que debía llevarse a su pequeña hija
con ella. Aunque más tarde ella sospechó que su amor había sido una mentira.

Helki se acercó y tomó la muñeca Sarael, su pulgar acarició el tatuaje.

—La chica de esta historia se rindió a los argumentos persuasivos de su amante,


a sus propios sentimientos indignos de celos hacia la hija que tendría la vida que
ella hubiera querido. En el interior sabía que era un error llevarse a una niña cuya
trayectoria había sido escrita con sangre antigua, a una niña que su mente no
permitiría que su corazón amara. Se encontró en Estados Unidos. Sola.
Dependiente de ese hombre para que le enviara dinero, pero que encontraba excusa
tras excusa para no unirse a ella. Ella comenzó a sospechar de sus motivos. Se
asustó de las consecuencias que se derivarían de no sólo haber huido, sino de
haberse llevado a la niña. Empezó a temer por su vida, viendo enemigos por todas
partes que querían verla muerta.

Helki levantó la muñeca de Sarael. El Seis de Espadas se unió a las demás en la


mesa.

—Ella echó a correr. Esta vez, sin ayuda, con pocos recursos aparte de su
terquedad y orgullo, con su belleza, tratando de escapar no sólo de los que pudieran
perseguirla, sino también de sí misma. Terminó aquí, viajando de ciudad en ciudad,

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El Club de las Excomulgadas
haciéndose cada vez mayor, madurando de muchas maneras, pero no para otros.

Había una gran cantidad de tristeza en la voz de Helki, un reconocimiento de


una verdad que ambas habían sabido por mucho tiempo, pero de la que evitaban
hablar. Sarael levantó la vista de las cartas, con su corazón dolorido, lleno de nuevo
con el deseo de una niña amada por su madre, con el dolor de pensar al recordar
que la culpa había sido de ella, que de alguna forma ella no era digna de ser amada.

—Nada de eso fue por lo que hiciste, hija—dijo Helki, colocando la última
carta sobre la mesa. El Ocho de Copas. La tarjeta de decir adiós, de seguir adelante,

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


de poner fin a los vínculos afectivos. —Ella eligió su propio camino y lo tuvo que
caminar. Ella se preocupó lo suficiente para asegurarse que alguien te cuidaría antes
de irse.

Sarael trazó los bordes a lo largo del Ocho de Copas. Mirando a la solitaria
figura que contenía, una figura alejándose hacia las escarpadas montañas.

— ¿Y ahora?

—Ya has encontrado tu camino.

Sarael asintió, aceptando la verdad de la declaración de Helki.

— ¿Qué pasó con ella? ¿Sabes dónde está?

— ¿La buscarás si te digo que sí?

Aún a conociendo algo de la historia de su madre, del dolor de su rechazo y del


abandono, siempre se quedaría en el corazón de Sarael.

—No. Me gustaría saber qué le pasó a ella cuando se fue.

Helki alcanzó el mazo de cartas de tarot restante, cortando varias veces antes de
escoger una carta al azar y colocarla sobre la mesa. El juicio.

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El Club de las Excomulgadas
Sarael se tensó a la vista de ella, pero Helki dio un ligero movimiento de
cabeza.

—No es lo que temes. Ella ha hecho las paces con el pasado y encontrado una
forma de felicidad.

—Me alegro—dijo Sarael, encontrándose que lo decía en serio. Preguntándose


por qué había elegido Helki compartir esa información con ella. —Nunca me
contaste esta historia antes—dijo Sarael, recogiendo las cartas y regresándolas al
mazo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—No tenías por qué saberlo hasta hoy.

— ¿Por Matteo?

Helki se acercó más y tomó la cara de Sarael, con la punta de sus callosos dedos
viejos sosteniendo el montón de tarjetas. Las rozó en la mejilla Sarael en un gesto
que rara vez mostraba cariño.

—Hija, ¿por qué me presionas por razones? Tuve un sueño y tal y como se
predijo, llegaste a tiempo para oír la historia que las cartas querían que supieras.

Sarael miró a la anciana que le había mostrado más cuidado que su propia
madre. No había sido el amor de una madre y, sin embargo, la había calmado,
siempre con estabilidad, como un refugio seguro en el cual crecer. Ella sintió que
sus ojos se bañaban en lágrimas.

—Me llevará a su casa en Italia.

—Te traerá de vuelta aquí para una visita, niña.

— ¿Lo viste?

Helki se rió entre dientes.

—No fue necesario. Su naturaleza es la de dominar, así como de complacerte.

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El Club de las Excomulgadas
El calor se movió a través de la cara de Sarael, preguntándose si Helki
adivinaba la naturaleza exacta como Matteo la dominaba y complacía. Ella miró
hacia otro lado, dejando caer el tema, poco a poco tomando conciencia de los dos
hombres que se acercaban al tráiler. Con su atención en ella, aunque no podían
verla, y ella no podía verlos.

Sarael se levantó y se acercó a la ventana, con su comprensión creciendo


cuando vio a Cable y a Fane a sólo unos pasos de distancia del remolque. La
habían puesto nerviosa desde el primer momento que los había conocido. Pero
ahora sabía la razón de su malestar. Fane. Él no era realmente humano.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ella volvió a la mesa, con las lágrimas amenazándola mientras Helki se
levantaba, sosteniendo las manos de Sarael en las viejas suyas y dándoles un
apretón suave.

—Nos veremos otra vez, hija.

La puerta metálica del remolque se sacudió con un golpe firme y Sarael se


aferró a las manos de Helki, sosteniéndose por un momento más antes de dejarlas ir
e ir a la puerta, abrirla y salir. Su corazón estaba pesado y con una luz extraña.

—Vamos—dijo Fane y Sarael volvió su atención a los hombres que tomaron


sus posiciones a ambos lados de ella, pero no la tocaron. La sorpresa la recorrió
cuando captó su aroma mezclado, dándose cuenta que los dos hombres llevaban el
olor del otro sobre ellos, como si hubieran tenido relaciones íntimas entre ellos.

— ¿Me llevarán de nuevo a Matteo?

Cable negó.

—Él vendrá por ti en la oscuridad. Hasta entonces, te quedarás con nosotros.

Llegaron al lugar en que ella había dejado la limusina. Se había ido. La llave
seguía estando en su bolsillo. Un coche deportivo rojo brillante estaba aparcado
donde había estado el otro vehículo.

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El Club de las Excomulgadas
Fane abrió la puerta y el asiento estaba doblado hacia abajo, la obligaron a
subir a la cabina pequeña de la parte trasera.

—Sería peligroso y tonto que huyera de nuevo—gruñó, desdoblando el asiento


y metiéndola dentro. —No sólo se ganaría un castigo aún más severo de Matteo,
sino porque corre el riesgo de caer en manos de nuestros enemigos.

— ¿Qué enemigos?

Los dos hombres intercambiaron una mirada, ambos con el ceño fruncido.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


— ¿Matteo no le ha hablado de los Creyentes?—preguntó Cable, encendiendo
el motor y moviendo el coche al camino.

—No. ¿Quiénes son?

—Los humanos que quieren destruir a alguien o a algo con habilidades


sobrenaturales—dijo Cable. —En particular, a los vampiros. O a las personas
relacionadas con ellos.

Fane se volvió para mirarla. Sus ojos eran furiosos y salvajes.

—Están en el área en busca de una mujer. De usted tal vez. Y la violación está
en su agenda.

Sarael se estremeció, asustada por su expresión y sus palabras.

—No lo sabía…

Los ojos de Cable encontraron los suyos en el espejo retrovisor.

—Y ahora lo sabe. Fue inteligente al dejarle una nota a Matteo diciéndole a


dónde se había ido. Sería aún más inteligente si no forzara a ninguno de nosotros a
tocarla. Sólo empeorará la situación si los olores de nuestra esencia están en usted
cuando él venga a reclamarla.

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El Club de las Excomulgadas
Sarael miró hacia otro lado, la mención de sus olores la hacía consciente de
ellos una vez más, de lo obvio que era que los dos hombres hubieran tenido
relaciones íntimas, de las sugerencias de lujuria y de la satisfacción que se aferraba
a su piel a pesar del olor del jabón y de limpio.

— ¿A dónde me llevan?

—A un lugar que estoy alquilando—Fane arqueó los labios alzándolos en una


leve sonrisa. —Por razones que sólo conciernen a Matteo, ha decidido que prefiere
tenerla guardada en lugar de regresar y atarla a su cama, o encerrarla en un cuarto
seguro hasta el anochecer.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


La respuesta de Fane causó que el pecho Sarael se inundara de esperanza. Su
salida había hecho una diferencia.

Ella miró por la ventana, no se sorprendió al encontrar que la casa de Fane se


encontraba en una zona residencial, completamente rodeada por bosques oscuros.
Matteo vendría por ella pronto, y cuando lo hiciera... El calor se combinó en su
vientre y sus pechos mientras una ola de expectación y deseo se movieron a través
de ella.

La acompañaron al interior, donde los esperaba otro hombre, con emoción en


sus brillantes ojos. Supuso que era el italiano que le había dado su tarjeta a
Dakotah.

Alessandro, que decía ser amigo de su madre.

—Una llamada acaba de llegar—dijo, dirigiendo su atención a Cable. —Una de


las camareras en el Chesterfield llamó al número que le diste. Cuatro hombres con
tatuajes y cuchillas de crucifijos con la palabra Creyentes entraron en el restaurante.
Ella dijo que habían caminado por la calle del hotel.

— ¿Qué restaurante?—Preguntó Cable.

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El Club de las Excomulgadas
—Su turno se ha terminado, pero dijo que la habitación en la que habían
entrado era la última de la derecha. —Alessandro sacó un pedazo de papel de su
bolsillo y se lo entregó a Fane.

Fane se volvió a Cable.

—Sarael estará lo suficientemente segura aquí con ustedes dos de guardia. Veré
si estos son los hombres de los Domino escuchó.

Las cejas de Cable se juntaron.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Se siente mal. Podría ser una trampa.

—Deja que lo intentemos y los sorprenderemos, entonces.

—Llama a Domino...

—Él caza en otra parte y tú lo sabes. No pueden esperar.

—Iré contigo entonces.

—Tu deber está aquí, cuidando a Sarael hasta que una vez más esté en posesión
de Matteo.

—Me puedo quedar con ella—dijo Alessandro. —A pesar de su habilidad para


escapar de Matteo en repetidas ocasiones, no estará lejos de mí.

—No—dijo Fane.

Cable miró a Sarael.

—Ella le dejó una nota a Matteo diciéndole donde la podía encontrar, y eso fue
antes de saber el peligro que planteaban los creyentes. No creo que haya ningún
peligro de que vuelva a huir. ¿Verdad?

Sarael negó.

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El Club de las Excomulgadas
—Yo me quedaré aquí.

—Está decidido entonces—dijo Cable. —No hay razón para pensar que los
Creyentes sepan sobre esta casa, y Matteo estará aquí pronto.

Alessandro se enderezó.

—Si me permiten yo la regresaré con Matteo, será una oportunidad para


recuperar mi honor perdido por el escape de Angélica.

Fane silbó, con un sonido de frustración. Pero ya estaba caminando con Cable

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


hacia el coche deportivo. Y en cuestión de segundos se habían ido.

La cautela llenó a Sarael cuando Alessandro cerró inmediatamente la distancia


entre ellos, tomándola del brazo con la mano, con un estricto control destinado a
detenerla.

—He esperado toda mi vida por esta oportunidad. Vamos, tenemos que darnos
prisa. Tu madre te está esperando. Está ansiosa de verte, de disculparse, de
explicarte por qué tuvo que dejar la feria. Tenemos el tiempo suficiente antes que
Matteo nos encuentre y haga los dos primeros intercambios contigo. —Rió. —¡Qué
milagro que logres escaparte una tercera vez! Habíamos planeado tratar de
rescatarte, pero no hemos podido averiguar dónde te ocultaba Matteo. Se negó a
decírnoslo a ninguno de nosotros.

El pulso de Sarael dio un vuelco. La historia que Helki le dijo con las cartas de
tarot corrió a través de su mente. La última, la carta del juicio, era un indicio de
que su madre había hecho las paces con el pasado y encontrado una forma de
felicidad. Ella sabía que él mentía, que no estaba con Angelique.

—Tú ayudaste a escapar a mi madre la primera vez. La convenciste para que


me llevara con ella. —Algo del encanto suave cayó de la cara de Alessandro, y
Sarael se apresuró para conseguir algunas respuestas, forzando su voz para que
sonara pequeña y asustada. —Por favor, dime por qué ella no quería que Matteo
me encontrara, por qué tuve que soportar lo que él me hizo.

122
El Club de las Excomulgadas
La cara de Alessandro se cambió con simpatía.

—Los dos nos sentimos mal por tu sufrimiento, Sarael. Pero era la única forma.
Durante años, los vampiros han utilizado a los humanos. Generación tras
generación de nosotros han nacido a su servicio. Ganando riqueza, ¡Pero no lo que
tienen! Siglos de vida. —Apretó su mano sobre su brazo. —Sin embargo, tu sangre
cambiará eso, Sarael. Mientras Matteo viva, tú vivirás. Y a través de tu sangre...
Vamos, tenemos que irnos. Tu madre está fuera de sí esperando por esta reunión.
—Dio un paso hacia la puerta y ella se fue con él sin resistencia, sabiendo que en
algún momento tendría que liberar su brazo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


El cuchillo estaba en el bolsillo de su chaqueta. Cerca, y sin embargo sabía que
no había forma en que podría llegar a él con suficiente rapidez a menos que pudiera
poner un poco de distancia entre ellos.

Un coche negro esperaba en la entrada.

— ¿A qué distancia está?—Preguntó Sarael, obligándose a tener emoción en su


voz. Su pregunta era una falsa indicación de que creía su historia.

—A varias horas. Pero para el momento en que Matteo se dé cuenta que fue
engañado y Fane y Cable determinen que están persiguiendo a un enemigo
fantasma, será demasiado tarde. Vamos a tener mucho tiempo desaparecidos, y no
dejaremos rastro para que ellos nos sigan.

Ella trató de mantener la ficción para que le creyera, mientras esperaba el


momento en que aflojara su control sobre ella el tiempo suficiente para escapar.
Pero cuando se acercó a la puerta del copiloto y vio las esposas en el asiento, no
pudo evitar reaccionar. En un instante comenzó a luchar, con su frente lanzándose
a su nariz lo suficientemente fuerte como para aflojar su control sobre ella y poder
conseguir su libertad y salir corriendo.

—¡Perra!—Gritó con un retraso de varios segundos preciosos por el dolor y la


sangre que manaban de su nariz. Pero entonces comenzó a perseguirla.

123
El Club de las Excomulgadas

CAPÍTULO 10
Sarael se precipitó al bosque, con la oscuridad a su favor. La sangre de Matteo
le permitía ver perfectamente, mientras la oscuridad hacía que Alessandro
desacelerara. Corrió hasta que sus costados le dolieron. Tenía la esperanza que se
diera por vencido. Pero no lo hizo por lo que alteró su curso, tratando de dar la
vuelta a la casa, al coche, donde si nada más, pudiera tener una puerta entre ellos
hasta que llegara a Matteo.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Alessandro la atrapó a unos pasos de la puerta principal, embistiéndola y
llevándola a la tierra, después de darle, se subió sobre ella y sacó el cuchillo con su
mano antes de lanzarlo a una corta distancia.

—¡Perra!—Dijo golpeándole el rostro con furia loca cuando ella siguió


peleando con él, sangrando por la boca.

Sarael vio el instante en que su mirada se fijó en su boca, con sus atenciones tan
clavadas que supo lo que tenía que hacer a fin de asegurar su supervivencia. La
sensación del cuerpo de Alessandro tocándola hacía que su estómago se enturbiara.
Pero si podía mantenerlo ocupado...

El tiempo que había dedicado a evadirlo en el bosque había sido suficiente.


Podía sentir a Matteo cada vez más cerca. Medía su llegada para poder reclamarla
sólo después de la puesta del sol.

Continuó luchando, retorciéndose, lo que permitió a las feromonas que había


ganado con la sangre de Matteo trabajar a su favor, para distraer a Alessandro. Él la
golpeó de nuevo. Esta vez, lamiendo la sangre de su mano. Su sueño de una vida
más allá de lo que un humano pudiera tener, fluyó de sus labios con la tentación
escarlata.

Estuvo en ella en un segundo, con su cuerpo presionado en el de ella, con su


boca cubriendo la de ella, tan absorto en lo que estaba haciendo, en mantenerla

124
El Club de las Excomulgadas
sometida que no se dio cuenta de la llegada de Matteo, hasta que dio un grito de
agonía, con su camisa estallando en llamas, lo que le causó que se alejara de un
tirón de ella y se encontrara con la muerte.

Sarael se puso de pie mientras Mateo caía sobre el cuerpo sin vida de
Alessandro en el suelo, con el cuello roto de un golpe decisivo y rápido. Ella no se
resistió cuando él la atrajo hacia él, lamiéndole los sangrantes labios, curándoselos
y limpiándolos.

— ¿Dónde están Fane y Cable?

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—En camino a Chesterfield. Él les dijo que había visto a cuatro creyentes allí.
Pero fue sólo una mentira para conseguir que se fueran.

Matteo se acomodó a su lado.

—Métete en el coche. —Su voz le prometió retribución a pesar de la forma


tierna en que había cuidado de sus heridas.

—Yo...

—No añadas a tus problemas el discutir conmigo, Sarael. Métete en el coche.

Ella se retiró a la limusina, viendo como desaparecía en la casa con el cuerpo de


Alessandro. Emergió a los pocos minutos y se detuvo sólo lo suficiente para recoger
el cuchillo y deslizarlo en su bolsillo antes de unirse a ella en el coche.

La llevó a casa en silencio, a pesar que Matteo la sostenía en su regazo, con los
brazos alrededor de su cintura inquebrantables, con su erección presionada contra
sus nalgas. Varias veces Sarael pensó en hablar de lo que había sucedido, pero algo
en sus maneras la detuvo.

Como un rebobinado de película en la que una escena se puede repetir una vez
más, la limusina se deslizó y Piettro abrió la puerta para que Matteo pudiera salir
con Sarael en sus brazos y se apresuró a la casa, lo que le permitió a Matteo
moverse dentro y directamente a la habitación sin detenerse.

125
El Club de las Excomulgadas
Él la llevó al baño, acomodándola sobre sus pies y hablando por fin.

—Toma una ducha, Sarael, antes que el olor de otro hombre me impulse a
hacer algo de lo que me arrepienta.

Ella llevó las manos a su camisa, agitando su furia caliente y peligrosa que ella
vio en su rostro, sacudiendo su reacción retardada a lo que había ocurrido en la
casa de Fane. No se molestó en pedirle a Matteo que se fuera. La dureza de su
expresión y su postura le dijeron que no tenía ninguna intención de dejarla fuera de
su vista. Un miedo femenino se movió a través de ella, mezclada con anticipación.
En su presencia, su cuerpo ya estaba empezando a arder, y su sangre estaba

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


susurrando a través de sus venas, ansiosa de mezclarse con la suya.

Ella se quitó la ropa, apretando sus pezones y la hinchazón de los labios de su


vagina, con una sensación de hormigueo, de modo que apretó las piernas, mientras
su mirada recorría su cuerpo desnudo, con sus ojos volviéndose oscuras piedras
pulidas de lava fundida.

—Entra en la ducha ahora. —Era una orden gruñida, una advertencia, y ella
obedeció.

Entrando en la moderna ducha, había una corta distancia a la bañera antigua.


Sabiendo que él la veía a través del vidrio claro mientras vertía el jabón líquido en
sus palmas y luego se lo pasaba sobre su piel.

Un alivio vertiginoso ahuyentó el miedo de la misma forma en que el agua


caliente caía en cascada sobre su carne, llevándose el jabón, dejándola con una
sensación renovada, fresca, imprudente. Su deseo era una cosa tangible, que la
tocaba a pesar de la distancia y del cristal que se interponía entre ellos, y ella
reaccionó hacia él. Tomando sus pechos, se pellizcó los pezones, luego,
lentamente, alisó la mano hacia abajo, y se detuvo cuando la metió entre sus
piernas, con su mano masajeando un clítoris que estaba duro, erecto, con su
capucha ya retirada, con sus dedos resbaladizos, no solo de jabón, sino también de
la excitación.

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El Club de las Excomulgadas
El fuego rugió a través del pene y mente de Matteo, quemando todas sus
emociones, excepto el deseo primitivo de follar a su novia mientras se alimentaba
de ella, reclamándola por completo, abriéndole una vena y experimentando el
placer oscuro de su boca presionada contra su piel, de su sangre fluyendo hacia ella
mientras bebía de él.

Él arrancó la puerta de la ducha, abriéndola y tiró de ella hacia afuera,


deteniéndose sólo lo suficiente para cerrar el agua antes de jalarla contra él y
besarla. Un dominante reclamo que la hizo gemir y volverse suave en sus brazos,
sumisa, moldeando su cuerpo al suyo en una oferta que se llevó todo lo que tenía

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


que rechazar.

Con un gemido ella abrió los labios a los suyos, enredando sus dedos en su pelo
con el fin de controlarla, de evitar que ella se acariciara en su contra y desviara el
curso de lo que estaba decidido a tomar. La follaría. La mordería y ella lo mordería
a cambio. Conocía el éxtasis de reclamarla y dar el paso necesario para hacerla ser
su kadine. Pero castigaría a Sarael primero por escapar de la Feria.

Cogió una toalla, presionándola en sus manos y dando un paso hacia atrás, con
su cuerpo ardiendo de donde había tocado el suyo. Él se desnudó mientras se
secaba, tomándola del brazo cuando ambos lo estuvieron y la guió hacia el
dormitorio, deteniéndose a los pies de la cama donde las esposas colgaban de los
postes de las esquinas.

Ella se puso rígida y trató de apartarse de su vista, pero no era rival para su
mayor resistencia y facilidad al asegurar sus muñecas de forma en que sus brazos
estuvieran por encima de su cabeza, con sus movimientos limitados.

—Entiendo por qué te fuiste, Sarael. Y así como tú cumpliste tu promesa, yo


cumpliré la mía.

Él se movió a la cómoda y un rayo de shock se arrancó a través de ella cuando


recogió un látigo antes de regresar a donde estaba atada. Ella tiró de sus ataduras,

127
El Club de las Excomulgadas
con el instinto primitivo pidiéndole que tratara de evitar la picadura de cuero de los
azotes en su espalda y nalgas.

Matteo acalló su lucha, presionando su frente a su espalda, ahuecando la palma


de su pecho, acariciando su abdomen antes que sus dedos agarraran los extremos
de las correas del fatigo, tirando con fuerza.

—Tienes que aprender a obedecerme, Sarael. A aceptar las cosas que hago con
el fin de garantizar tu seguridad, para lograr mi paz mental. Soy casi imposible de
destruir. Pero, carissima, incluso con mi sangre corriendo a través de tus venas,
sigues siendo vulnerable. La idea de que mueras, que seas tomada por nuestros

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


enemigos, es intolerable. —Deslizó el cuero tenso de ida y vuelta sobre sus pezones,
luego hacia abajo, con la sensación del frío material contra su vientre haciéndola
temblar. —No estoy seguro de lo que haría si tal cosa ocurriera, pero me temo que
podría convertirme en el peor monstruo de la historia humana. Esta noche pasarás
a través de los cambios finales y te convertirás en mi kadine. Ya es demasiado tarde
para deshacer lo que somos el uno para el otro.

Él dejó caer los extremos del látigo obligándola a abrir sus piernas y llegando
entre ellas por detrás, agarrando las tiras de cuero otra vez y tirando de ellas para
que quedaran tensas por lo que presionaron contra sus pliegues hinchados,
resbaladizos y su hinchado clítoris.

—He cometido errores contigo—Matteo se sorprendió de admitir, pasando su


boca y dándole un beso encima del hombro y hasta su cuello, con sus manos
cortando las tiras de cuero de un lado a otro a través de su carne excitada. —Sin
duda cometeré errores en un futuro, Sarael. Pero hemos tenido un buen comienzo
en demostrar que los dos podemos cumplir nuestra palabra. —Sus colmillos
rozaron su piel y ella gimió, arqueando su cuello en oferta.

—Después de tu castigo—dijo, y se estremeció cuando él se apartó de ella, con


las correas de cuero de la fatigo finalmente sobre la cara interna de su muslo,
mientras él lo retiraba.

128
El Club de las Excomulgadas
La anticipación se movió a través de ella, con un miedo adictivo, erótico que
nunca había experimentado con otro hombre. Ella se tensó, preparándose para el
primer ataque, pero éste no llegó inmediatamente.

En su lugar, él esperó, dejando que se volviera más ansiosa, más necesitada,


más excitada, hasta que el interior de sus muslos brilló con humedad y sus pezones
estaban tan duros que se inclinó y ella se frotó contra la pata de la cama, en un
esfuerzo por encontrar alivio.

—¡No!—Siseó Matteo, con su orden mezclándose con el suave susurro del


cuero, de las correas moviéndose en el aire, aterrizando en sus nalgas con un

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


aguijón que fue dolorosamente placentero. Una contradicción que le hizo desear
más, que estuviera dispuesta a aceptar esa forma de disciplina de él. —Tu
liberación vendrá de mí, Sarael—gruñó él, golpeándola por segunda vez más
rápidamente, una vez más azotando sus nalgas como los dos siguientes, como los
siguientes hasta que el octavo golpe sobre la carne sobre sus omóplatos, con la
punta misma de su piel y picazón alrededor de su pezón con su picadura.

Ella tembló entonces, moviéndose, con su cuerpo dolorosamente excitado, con


sus sentidos tan elevados que gritó cuando sus brazos fueron a su alrededor, tirando
de ella contra su frente una vez más, con una mano entre sus piernas, con la otra
tomando su pecho, con sus dedos implacables en su clítoris y en su pezón hasta que
le dio el alivio que le dijo que vendría sólo de él.

La satisfacción llenaba a Matteo. La lujuria. El placer. La anticipación.

El cuerpo de Sarael era suave y sumiso en sus brazos. Tarareando las


consecuencias de su orgasmo, y sin embargo sabía que con sólo unos cuantos
golpes de su mano, con el contacto de sus labios o los colmillos en su piel estaría
lista otra vez. Necesitada de todo lo que tenía que ofrecerle.

Su pene estaba duro como una piedra contra su espalda, mojado de su propia
excitación, pulsando en el tiempo al ritmo rápido de sus dos corazones.

129
El Club de las Excomulgadas
—Ocho golpes, Sarael. Ese fue tu castigo por haber huido. Pero, lo qué te he
dado como castigo puede ser dado en recompensa también.

Ella gimió en respuesta, frotándose contra su erección y su cuerpo, lo que lo


hizo cantar de alegría, no sólo por la aceptación que había conseguido de ella sino
por su deseo de que lo hiciera otra vez, pero con la confianza que ella le estaba
mostrando.

Con un gemido obligó a sus manos a alejarse de su pecho y de su vagina lo


suficiente para liberar sus muñecas y levantarla en sus brazos, llevándola los pocos
pasos necesarios a su lugar en la cama.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


—Eres mi corazón, mi alma, mi mundo, carissima—Le dijo, cubriendo su
cuerpo con el suyo, presionando su calor húmedo en ella cuando de inmediato ella
envolvió sus piernas alrededor de su cintura.

—Eres lo mismo para mí—susurró ella, por primera vez haciendo tal
reconocimiento. Sus movimientos se amortiguaron, él bloqueó su mirada, con las
emociones fluyendo de ida y vuelta entre ellos.

Matteo bajó la cabeza y capturó su boca, besándola tiernamente, cariñoso,


como un eco y reafirmación de las palabras que habían pronunciado. Ella terminó
con sus brazos alrededor de su cuello, ofreciéndole todo por la forma en que sus
labios se aferraban a él, por la forma en su lengua se entregaba, con su cuerpo
abierto y receptivo debajo del suyo.

Se quedaron inmóviles, salvo por el baile sensual de lengua contra lengua, con
la presión sutil de piel con piel, con sus dos cuerpos tratando de fundirse en uno
hasta que el impulso de aparearse, de la convocatoria de su sangre se volvió
imposible de ignorar.

Matteo comenzó a moverse entonces, con largas, fuertes intenciones de


reclamarla, de dominarla, de complacerla, contento de tragarse los gritos de Sarael,
hasta que ella comenzó a retorcerse en su contra, con sus movimientos
inflamándolo, empujándolo a los límites de su control, entonces más cuando sus

130
El Club de las Excomulgadas
colmillos se alargaron y su lengua se deslizó por las puntas, llenando su boca con el
sabor de su sangre.

La cama pesada se sacudió con la fuerza de sus golpes, la habitación se llenó


con el sonido de carne golpeando carne, con quejidos y gemidos, súplicas y sonidos
guturales de liberación.

Él bebió, llenándose de ella y luego ofertándole lo mismo, dejando que chupara


de su muñeca hasta que se saciara momentáneamente. ¿Sientes el último de los
cambios, carissima? Esta vez habló de mente a mente, buscando la conexión que se
había abierto desde su nacimiento y que había sido reforzada con el tatuaje hecho

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


en la ceremonia de confirmación, una conexión que se ampliaba y profundizaba
con cada intercambio de sangre hasta que ya no hubiera un camino para él de
controlarla, sino que fuera una parte de su vínculo irrevocable entre sí. ¿Sientes el
último de los principios de cambiar, carissima?, repitió, reposando pesadamente sobre
ella, con sus muñecas ahora en sus manos sobre la cama, con su cuerpo ya
consciente de los cambios que tenían lugar en ella, anticipando el momento en que
sus colmillos saldrían.

Ella se sorprendió debajo de él, con el corazón acelerado, y sintiendo su


confusión, su sorpresa, la pequeña capa de resistencia antes que aceptara. Se
quemaba. Era peor que la última vez.

Eso pasará pronto, carissima. No luches contra ello. Pero él sabía que no podría
evitar hacer precisamente eso en el calor acumulado, mientras la última de sus
células se adaptaba y cambiaba, convirtiéndose en algo tan extraño como eran los
seres humanos. La mezcla perfecta para permitir la creación y supervivencia de sus
hijos. Los niños que comenzarían más humanos que vampiros para poder ser
cuidados por sus madres cuando fueran jóvenes, pero serían completamente
vampiros cuando La Metamorfosis ocurriera.

Quema, dijo Sarael, arqueándose, retorciéndose en su contra, en respuesta al


calor abrasador corriendo por sus venas con una intensidad que rayaba en el dolor,
así como la picadura de los latigazos que había sentido antes. Las lágrimas se

131
El Club de las Excomulgadas
formaron en las esquinas de sus ojos y luego su cuerpo estuvo empapado de sudor,
temblando, con sus encías hormigueando y el rugido de la sangre ahogando su
capacidad de pensar en otra cosa que no fuera la necesidad de acariciar el pecho de
Matteo o su cuello, de morderlo tan fuerte que rompiera su piel.

Casi estás allí, carissima. Ábrete para mí ahora, dijo, sin esperar a que ella abriera
las piernas, sino obligándola además con las suyas. Acariciándola mientras sus
dientes caninos se alargaban y se abalanzaban sobre su cuello. Con un silbido
apresándola, sosteniéndola por sus dos muñecas a la cama con una de sus manos
para que la otra fuera libre de enredarse en su pelo y restringir sus movimientos.

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


Ella luchó contra él como una cosa salvaje, destrozada y peleando, dándole el
derecho a domarla, a utilizar más de su fuerza en su contra, de someterla y
controlarla hasta que la punta de lanza de La Brama pasó y Sarael estuvo debajo de
él, jadeando, con los ojos y el cuerpo hambrientos, y sumisos, y sin embargo,
esperando proporcionarle lo que necesitaba.

Él se atrevió a inclinarse y luego a besarla, a explorar sus colmillos más


pequeños con su lengua. A probarla.

Ella se mantuvo estable, con su único movimiento rápido siendo el aumento y


caída de su pecho, el roce de su lengua contra él en un esfuerzo por apaciguarlo,
por pedirle disculpas por haber arremetido contra su cuello tan salvajemente.

Ahora que el vínculo se había forjado, la conexión entre ellos estaba


completamente abierta, Matteo no pudo resistir el impulso de tocarla con sus
pensamientos, de tranquilizarla diciéndola que era realmente suya, que no
albergara el deseo de escapar de él.

Él se movió a través de su mente, con la ira estallando con las imágenes


sorprendentes de Sarael con Angelique, advirtiéndole que su vida no iba a ser suya
si la encontraban, con la ira dando paso al lamento cuando vio cómo sus propias
acciones, su propia impaciencia y su falta de control habían causado que su kadine
hubiera sufrido innecesariamente, que hubiera tenido miedo cuando no tenía que

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El Club de las Excomulgadas
haberlo sentido. El arrepentimiento cediendo a una mezcla suave, de emociones
más tiernas, cuando encontró lo que estaba buscando. Su aceptación. Su voluntad
de pertenecer a él. De que confiara en ella.

Había cometido errores con ella. Pintados con los pecados de su madre. Pero
estaría mejor en el futuro. Se aseguraría que ella supiera lo importante que era para
él. Ella era su corazón, su alma, su mundo, todo lo que anhelaba.

Matteo levantó la cabeza, tocando brevemente sus labios. Yo te daré lo que


necesitas ahora, Sarael. Siempre te lo proveeré. Él cambió de posición, liberando sus
muñecas por lo que pudo mantenerse encima de ella. Aliméntate ahora, carissima,

Jory Strong – La Lectura De Sarael– Carnaval Tarot I


aliméntate mientras hacemos el amor.

Sarael acarició su pecho, lo que lo hizo gemir cuando su lengua se


arremolinaba y jugaba por su carne. Ella era consciente de todos los lugares donde
su piel se tocaba, consciente de su pene profundamente arraigado en su canal. Su
calor la envolvía. Su cuerpo se cernía sobre ella, dominante, protector. Ella le
pertenecía a él. Cada célula cantaba esa verdad. Y sin embargo, ella también podía
sentir su necesidad de agradarle a ella, su necesidad de velar por su felicidad en el
mundo del que ahora era parte. Una fantasía existente bajo la luna.

Ella tocó sus pensamientos y encontró su alegría durante la ceremonia de


confirmación, su sufrimiento cuando había sido tomada, su temor mientras buscaba
a Angelique. Encontró su arrepentimiento por haberla juzgado mal, su ira contra sí
mismo por no controlar sus propias necesidades, por no ser capaz de llevarla
suavemente hacia su mundo. Vio a su determinación a mejorar y su humillación
por lo que su aceptación, su confianza significaba para él.

Lamió la marca tatuada en su pecho y sintió una ráfaga de calor en el de su


muñeca.

¡Sarael! Era una orden, que se hizo eco de una demanda por el empuje fuerte de
su pene.

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El Club de las Excomulgadas
La necesidad corrió a través de ella. El deseo de ser uno con él. Con sus latidos
fuerte llenándola de una sensación de regreso a casa. Ella hizo lo que él le mandó,
casi teniendo un orgasmo mientras sus colmillos se deslizaban en su pecho,
complaciéndolo y con un éxtasis oscuro fluyendo en ella junto con su sangre.

FIN

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PRÓXIMAMENTE

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Carnaval Tarot II

La Lectura de Kiziah

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