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I.

REVISIÓN DE LITERATURA
1.1. Antrosoles

Son suelos minerales de zonas con clima suficientemente templado para que la
temperatura media anual supere los 0ºC, que excluye la presencia de Histosoles
y Criosoles. Independientemente de ello, su abundancia es mayor en las zonas
templadas o más cálidas, donde los cultivos prolongados son y han sido posibles,
durante largo tiempo.

Su génesis está condicionada por acciones humanas, siempre provocadas por


un aprovechamiento del suelo durante largo tiempo, dado que es necesario que
su efecto sea el causante del estado actual del suelo, y una modificación en la
génesis o la evolución del mismo no se produce de forma inmediata. Su nombre
deriva del término griego Anthropos connotativo de su origen humano.

Deben poseer algún horizonte antropedogénico como Hórtico, Irrágrico, Plágico


o Térrico con un espesor mínimo de 50 cm, o un Antrácuico y un Hidrágrico
subyacente, con un espesor combinado de 50 cm o más.

Coinciden, en gran parte, con los Antrosoles de la "Leyenda revisada del mapa
de suelos del mundo", aunque ahora el criterio es más restrictivo y solo se
concede ese carácter a las acciones que ya han tenido efecto sobre la génesis
del suelo. Si solo existe un depósito o una perturbación reciente se los incluye
como Regosoles.

En la "Soil Taxonomy" la mayoría se incluyen dentro de los Inceptisoles en el


suborden Anthrepts. En las zonas áridas pueden incluirse dentro del suborden
Cambid, en el gran grupo Anthracambid, generalmente asociados a suelos de
regadío, en cierto modo incluirían a Antrosoles con un horizonte Irrágrico.
También los que poseen restos de antiguos horizontes de diagnóstico se
incluirían en el suborden Arent dentro de los Entisoles.

- El horizonte A suele ser muy rico en materia orgánica salvo cuando se


han adicionado materiales terrosos o los procedentes de encharcamiento
prolongado.
- El horizonte B suele estar enterrado y corresponde al del suelo primitivo.
Salvo los formados por cultivos encharcados, horizonte hidrágrico.
- Los horizontes profundos pertenecen al suelo enterrado por las acciones
humanas.

Dado el elevado número de horizontes de diagnóstico que pueden definir a este


Grupo, no puede asociarse al mismo un perfil típico. Si bien las características
anteriores suelen ser bastante comunes en ellos.

1.2. Tipos

En este Grupo se definen los tipos que figuran a continuación. Como siempre,
existe una precedencia entre ellos.

a. Antrosol hidrágrico

Antrosol hidrágrico, Con un horizonte antrácuico y uno hidrágrico asociado,


estando este en los primeros 100 cm del suelo. Está asociado a cultivos
encharcados como el del arroz. Su principal característica es la presencia de un
horizonte compactado en el que se produce una intensa hidromorfía, cuyo color
permite su fácil reconocimiento. Son los más abundantes en el sudeste y este de
Asia. En Extremadura aparecen bajo cultivos de arroz que llevan cierto tiempo
establecidos.

b. Antrosol irrágrico

Antrosol irrágrico, Caracterizado por la presencia de un horizonte irrágrico y que


es el fruto de un prolongado tiempo de uso del suelo en forma de regadío. El
suelo presenta en superficie una capa finamente estratificada de materiales
depositados por el agua de riego, siendo en ella donde tiene lugar el
enraizamiento preferente de las plantas. Oriente medio es la zona con mayor
presencia de este tipo.

c. Antrosol térrico

Antrosol térrico, Presenta un horizonte térrico. Tiene su origen en la aplicación


prolongada de enmiendas orgánicas al suelo, utilizadas como fertilizante. El
material añadido contiene mayor cantidad de tierra que en los siguientes y su
contenido orgánico suele ser menor.
d. Antrosol plágico.

Con un horizonte plágico, Tiene su origen en la aplicación prolongada de


enmiendas orgánicas al suelo, utilizadas como fertilizante. Este tipo es el que
presenta un origen más antiguo pues su formación data, generalmente, de las
zonas cultivadas en o desde la Edad Media, por lo que suele presentar un gran
espesor. Son los Antrosoles más comunes en el noroeste de Europa.

e. Antrosol hórtico.

Presenta un horizonte hórtico, Tiene su origen en la aplicación prolongada de


enmiendas orgánicas al suelo, utilizadas como fertilizante. El tipo de material
añadido es más orgánico que en el térrico por lo que su contenido orgánico suele
ser mayor. El resto de tipos se utilizan solamente para el segundo nivel y son
indicativos de las características del suelo enterrado. Todos ellos pueden
considerarse además como integrados con otros Grupos.

f. Antrosol gleico.

Presenta propiedades gleicas en el primer metro de suelo. Se distinguen dos


modalidades.

- Endogleico. Las propiedades aparecen entre 50 y 100 cm.


- Epigleico. Las propiedades aparecen en los primeros 50 cm del suelo.

Constituye un integrado hacia los Gleysoles. Puede proceder de un antiguo


Gleysol que ha sido drenado y utilizado de alguna de las formas que generan
horizontes antropedogénicos.

g. Antrosol estágnico.

Con propiedades estágnicas, en los primeros 50 cm del suelo. La presencia de


propiedades estágnicas puede proceder de un encharcamiento artificial para el
cultivo. Pueden mantenerse después de cambiar su uso y no existir la asociación
entre el horizonte hidrágrico y el antrácuico que debería estar sobre él. También
puede usarse como adición al tipo Hidrágrico, ya que no siempre se han de
desarrollar propiedades estágnicas en él.
h. Antrosol espódico.

El suelo presenta un horizonte espódico. Constituye un integrado hacia los


Podsoles. Procede de la antropización de suelos pertenecientes al grupo citado.

i. Antrosol ferrálico.

Con propiedades ferrálicas en el primer metro. Se distingue una modalidad:

- Hiperferrálico. Con una capacidad de intercambio catiónico inferior a 16


cmol(c)/kg de arcilla, en algún subhorizonte dentro del primer metro de
suelo. Constituye un intergrado hacia los Ferralsoles. Procede de la
antropización de suelos pertenecientes al grupo citado.
j. Antrosol lúvico.

Con un horizonte árgico cuya capacidad de intercambio catiónico de la arcilla


sea de al menos 24 cmol(c)/kg en todo su espesor, y una saturación en bases
del 50 % o más en todo su espesor y hasta el primer metro de suelo. El tipo
Lúvico es otro intergrado solo que en este caso los Grupos podrían ser varios.
Inicialmente se ha de considerar como un intergrado hacia los Luvisoles, siendo
estos los suelos originales antes de la antropización. No obstante es compatible
con cualquier otro grupo que permita la presencia de un horizonte árgico con
arcillas de elevada actividad y alto grado de saturación.

k. Antrosol arénico.

Con una textura arenosa-franca fina o más gruesa en la totalidad de los primeros
50 cm. Es un intergrado desde los Arenosoles. Con una clara procedencia de
suelos incluidos en el Grupo citado.

l. Antrosol régico.

Sin horizontes enterrados reconocibles. Son suelos cuya transformación ha sido


tan profunda que no se reconoce su origen, o que se han establecido sobre
antiguos Regosoles que ya carecían de horizontes de diagnóstico.
1.3. Propiedades

La heterogeneidad de este Grupo no permite asociar al mismo unas propiedades


comunes ya que varían profundamente con el proceso genético que originó cada
tipo. Solo podemos hacer referencia a un nivel de fertilidad alto y a una
adecuación elevada al tipo de cultivo para el que fueron diseñados.

Desde el punto de vista físico su textura es variable aunque suele ser equilibrada
en el horizonte antropedogénico. En el caso del tipo térrico se producen cambios
texturales con la profundidad aunque de forma errática sin una tendencia fija.
Todo lo contrario sucede con los tipos irrágrico y plágico caracterizados por una
textura muy uniforme; en el primero es más fina que la del suelo original aunque
sin llegar a ser pesada, mientras que en el plágico predominan las texturas más
gruesas, franco arenoso o arenoso.

El horizonte antrácuico suele presentar una textura fina que permita la


impermeabilización de la suela de labor que subyace a la capa enlodada
superficial, con ello se facilita el encharcamiento necesario para el cultivo del
arroz.

El horizonte hórtico se caracteriza por una intensa mezcla de los horizontes del
suelo preexistente lo que genera una textura muy variable.

Estructuralmente suelen ser suelos muy estables por el elevado contenido en


materia orgánica, salvo el caso de los suelos con horizonte hórtico, cuyo
epipedón ha sufrido una intensa mezcla, o del horizonte antrácuico cuya base
presenta una estructura laminar fruto de una intensa compactación.

Suelen presentar un grado de saturación superior al 50 % lo que les otorga un


pH cercano a la neutralidad. De este carácter se ha de exceptuar los del tipo
plágico, cuya antigüedad los hace insaturados y algo ácidos.

Suelen poseer una elevada actividad biológica sobre todo en los tipos asociados
a los horizontes irrágrico, térrico y hórtico. Por el contrario, la conjunción de los
horizontes antrácuico e hidrágrico no soportan una intensa actividad dado su
ambiente anóxico.

Suelen ser suelos bien aireados excepto los del tipo hidrágrico que presentan un
marcado carácter reductor en una buena parte del año, aunque el horizonte
hidrágrico muestre marcas de oxidación en la matriz, aunque se mantengan las
formas reducidas en los poros en forma de halos y revestimientos.

Los continuados aportes de desechos orgánicos los hace especialmente ricos


en pentóxido de fosforo, aunque no siempre presenta una elevada exigibilidad,
sobre todo los que presentan un horizonte plágico por su carácter ligeramente
ácido. Algo similar ocurre con los suelos asociados a un horizonte irrágrico en el
que es frecuente la presencia de carbonatos.

1.4. Génesis

La génesis de la mayoría de ellos está relacionada con las prolongadas adiciones


de materiales con un mayor o menor contenido en materia orgánica. Ello conlleva
un de medido crecimiento del horizonte A, lo que permite distinguirlos de los
suelos vecinos porque se sitúan en un plano más elevado, dado su crecimiento
preferente desde la superficie inicial hacia arriba.

El material original lo constituye el antiguo suelo sobre el que se ha producido la


manipulación humana.

En el caso del horizonte irrágrico se produce un fenómeno semejante si bien su


horizonte A es más pobre en materia orgánica que la que corresponde a los
horizontes hórtico, térrico o plágico. Se produce por la acumulación de
sedimentos procedentes del agua de riego, lo que le otorga una estructura
finamente estratificada con una distribución homogénea de la arcilla y de los
carbonatos, que suelen estar siempre presentes.

La formación más compleja corresponde a los del tipo hidrágrico. Se inicia con
una compactación artificial del suelo que genera una suela de labor en lo que
será la parte inferior del horizonte antrácuico; la impermeabilización creada
favorece el encharcamiento de la parte superior del suelo y un envaramiento de
la misma. La difícil permeabilidad crea un ambiente reductor en la base del
horizonte antrácuico que favorece la movilización del hierro y del manganeso,
que provoca su acumulación en el horizonte hidrágrico inferior. La alternancia
entre un proceso reductor y otro oxidante genera moteados herrumbrosos
ubicados en los poros gruesos y en los canales de las raíces; eso contrasta con
los colores grisáceos de los revestimientos arcillosos que se forman sobre los
agregados del horizonte hidrágrico.
En la parte enlodada del horizonte antrácuico se producen revestimiento de
hierro y manganeso sobre las caras de los agregados y las paredes de los poros,
que contrastan con los colores neutros de la matriz relacionados con los
procesos reductores que tienen lugar en la misma. Todo ello le aporta al suelo
un inicio de propiedades estágnicas, que pueden llegar a consolidarse o no. Este
es el proceso más rápido que conduce a la formación de antrosoles, ya que los
acumulativos suelen ser mucho más lentos. En el caso de la formación del
horizonte irrágrico existe una gran variabilidad en el tiempo en función de la
cantidad de sustancias en suspensión que lleve el agua de riego.

1.5. Distribución

Los Antrosoles aparecen en aquellas áreas pobladas desde tiempos muy


remotos. Los tipos plágico y térrico están muy restringidos al noroeste europeo
donde ocupan más de medio millón de hectáreas.

El tipo irrágrico se extiende por las zonas áridas sometidas a regadío durante un
largo periodo, son especialmente abundantes en las proximidades de los oasis
de las zonas desérticas de Mesopotamia y en extensas zonas de la India.

El tipo hidrágrico, asociado al cultivo encharcado del arroz, ocupa extensas


zonas de China y en el resto del sur y sudeste de Asia, como Sri Lanka, Vietnam,
Tailandia e Indonesia.

El tipo hórtico se extiende por todo el mundo en zonas muy reducidas, en este
tipo se incluye el tipo que en la Región amazónica del Brasil se conoce como
"Tierra negra de los Indios".

Al ser los Antrososoles suelos desarrollados sobre otros preexistentes, es lógico


que estén asociados a los tipos que les dieron origen. Los del tipo plágico suelen
aparecer junto a Arenosoles y Podsoles, de baja fertilidad, en áreas periglaciares
arenosas en el oeste de Europa.

Los del tipo térrico suelen aparecer junto a suelos de tierras húmedas como
Fluvisoles, Gleysoles e Histosoles; también son frecuentes en asociación con
Albeluvisoles, Arenosoles y Podsoles de zonas cuya baja fertilidad se deriva de
su acidez. Los de tipo irrágrico se asocian con suelos propios de zonas áridas
como Calcisoles, Yesisoles, Solonchak y Solonetz o con Regosoles y
Cambisoles.
Los de tipo hidrágrico aparecen junto a Fluvisoles y Gleysoles asociados a los
cursos de agua; también aparecen unidos a Alisoles, Acrisoles, Lixisoles y
Luvisoles en las tierras altas; o con Andosoles en las regiones volcánicas. Los
del tipo hórtico aparecen asociados a cualquier Grupo.

1.6. Utilización

Los Antrosoles europeos han sido usados tradicionalmente para cultivos de


invierno, en la actualidad predominan las plantas forrajeras, las patatas y los
cultivos hortícolas; en algunas zonas están dedicados a viveros forestales y
pastizales. Los tipos irrágricos son utilizados para cultivos intensivos industriales
o alimenticios. Los del tipo hidrágrico están dedicados en su totalidad al cultivo
encharcado del arroz. El tipo hórtico está dedicado con frecuencia a cultivos
hortícolas de consumo doméstico.

Estos suelos están en su totalidad dedicados al cultivo, pues no en vano su


origen está relacionado con la utilización de los mismos.

1.7. Evolución

La evolución de los Antrosoles siempre viene determinada por el abandono de


su uso, la consecuencia primera es un decrecimiento del espesor del horizonte
antropedogénico que les dio origen. La elevada concentración de materia
orgánica y el frecuente color oscuro de su horizonte superficial, hace que éste
evolucione hacia un horizonte móllico o úmbrico. De este modo su evolución
natural se dirigiría hacia Kastanozems, en el primer caso o hacia Umbrisoles en
el segundo. Los del tipo hidrágrico suelen evolucionar hacia Gleysoles de forma
temporal.

En otras ocasiones, cuando existen horizontes de diagnóstico propios del suelo


original, pueden volver hacia él. Dado su origen tan diferente, su evolución no
puede serlo menos.
II. BIBLIOGRAFÍA.

- ISSS; ISRIC; FAO. "World reference base for soil resources”. FAO. 91 pp.
Roma, 1998.
- FAO. "Major Soils of the World. Revised Legend." CD-ROM. FAO Roma
2002.
- FAO; UNESCO. "Soil map of the world. Revised Legend." FAO. 119 pp.
Roma, 1988.
- Soil Survey Staff. (SCS. USDA). "Keys to Soil Taxonomy" 8th Ed.
Pocahontas Press, Inc. 603 pp. Blacksburg, Virginia (USA), 1999.

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