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Digo “común” porque, ¿qué es lo común? ¿acaso una portera no puede ser inteligente? Este texto
nos habla sobre eso, sobre los prejuicios. Como el propio nombre indica, los prejuicios son los jui-
cios previos de una persona sin que los demás tengan datos reales sobre ella, en este caso sobre Re-
née. Aun sin esos datos, Renée es incluida directamente en un grupo utilizando los denominados
estereotipos, es decir, las creencias o ideas que tienen los demás hacia ella por pertenecer a un gru-
po concreto.
En el texto, por el hecho de que Renée pertenece a la clase baja, pues es una portera de edificio, se
da por sentado que es una persona inculta. Sin embargo, es todo lo contrario. Pero, ¿por qué no lo
demuestra? ¿por qué se esconde y aparenta ser una mujer “normal”? El miedo social que le supone
a Renée el salir de su zona de confort y ser diferente a lo que mandan los estereotipos, le hace ocul-
tar ciertas características que ella posee, las cuales se supone que son propias de una clase superior.
Las clases sociales más altas, deben ser, a ojos de la sociedad, culturalmente más aventajadas que el
resto. Es por esto, por lo que Renée interpreta un papel de “pobre intelectual”, pues su trabajo de-
pende de esas clases y su miedo a perderlo, y con él todos los recursos de los que dispone para sub-
sistir, le hacen esconder esa cultura.
Las diferencias entre estas clases se pueden centrar en las oportunidades y posibilidades que tienen
cada una. Entre estas posibilidades se encuentran la educación y la cultura, a pesar de la garantía de
una educación pública, la diferencia en este ámbito en función de la capacidad económica sigue
siendo un hecho. Cuantos más bienes se poseen más oportunidades se tiene para ascender en una
posición social. Las clases inferiores aspiran, de una u otra manera, a alcanzar los segmentos consi-
derados como clases superiores. Esto quiere decir que los gustos de una sociedad vienen definidos
por las clases más apoderadas, a pesar de que digan que el gusto es algo individual. Es decir, si las
personas de clase alta tienen un Ferrari, un Lamborghini o un iPhone X, símbolos de ostentación y
poder, las clases bajas aspirarán y desearán tener esos objetos.
En la lectura está presente en todo momento la violencia simbólica, violencia sutil y a veces imper-
ceptible y que se caracteriza por "contar con el consentimiento” de aquellos sobre los que se ejerce.
Renée es consciente de la violencia simbólica que sufre en forma de estereotipos, siendo en este
caso el de la discriminación de las clases sociales altas hacia las bajas. Hay momentos en los que
ella misma se humilla, como cuando se describe como “viuda, bajita, fea, rechoncha, tengo callos
en los pies…”, posiblemente porque eso es lo que dicen o piensan los demás de ella. También, hay
momentos en los que se burla mentalmente de su jefe por ser menos culto que ella y no ser capaz de
sustentar su estereotipo de burgués culto.
Como conclusión, decir que no se puede negar el poder de la clase alta, de la dominante, ante la cla-
se baja. Dentro del ámbito laboral ya sea por miedo a ser despedido o a que te hagan el vacío, es un
hecho que la mayoría de las personas no muestran tener un conocimiento superior al de su jefe.
Aceptando de esta forma el control y supremacía de la clase alta.
También podemos ver este control, como ya he mencionado antes, sobre los gustos de la gente. La
gente de clase baja aspira a tener los objetos, ropa, coches, casas…etc que tiene la clase alta. Inclu-
so en algunos momentos se llega a obtener un producto que hace la misma función que otro, por el
simple hecho de que es más caro y por eso es “mejor”. Más caro, sinónimo de mejor, porque es lo
que compra la clase alta.