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2018

ACTIVIDAD 1. LA IMPORTANCIA DEL


ANÁLISIS DE LA REALIDAD:
BULLYING O ACOSO ESCOLAR EN
ESPAÑA Y EN LA CCAA DE MURCIA

Fuente:https://www.abc.es/media/familia/2017/01/13/acoso-escolar-
kxpB--620x349@abc.jpg

ASIGNATURA:

PSICOLOGÍA DE LA SALUD

Curso 1º MARI CARMEN LÓPEZ MARTÍNEZ

Universidad Europea Miguel de Cervantes


12-6-2018
Autora: Mari Carmen López Martínez
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN: EL BULLYING O ACOSO ESCOLAR ............................................3

2. ANÁLISIS DE REALIDAD MACRO DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR ...............4

2.1 Prevalencia del acoso escolar en España ................................................................4

2.2 Datos sociodemográficos en España .......................................................................5

2.3 Datos epidemiológicos en España............................................................................8

2.4 Datos Socioeconómicos ...........................................................................................9

2.5 Datos Socioeducativos .............................................................................................9

3. ANÁLISIS DE REALIDAD MACRO DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR CCAA

MURCIA ..........................................................................................................................10

4. ANÁLISIS DE REALIDAD MICRO DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR...............11

5. PROBLEMAS DERIVADOS DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR ........................15

6. NECESIDADES DETECTADAS EN LA POBLACIÓN...............................................16

7. CONCLUSIÓN Y VALORACIÓN PERSONAL ..........................................................16

8. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS .........................................................................19

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1. INTRODUCCIÓN: EL BULLYING O ACOSO ESCOLAR

El Bullying, es un problema social que provoca considerables efectos negativos,


fundamentalmente al alumnado víctima de este fenómeno. Es considerado como uno
de los grandes obstáculos a los que se debe enfrentar la comunidad educativa actual
pues afecta a muchísimos jóvenes en todo el mundo, y requiere de la implicación y
esfuerzo por parte de los docentes y, en definitiva, de la sociedad en general. Además
debemos concienciarnos realmente de que, dicho problema afecta directamente al
desarrollo de una persona durante la adolescencia, dictaminando su futuro y su forma
de ser, siendo ésta una etapa determinante de cara al porvenir de la persona afectada.

Las estadísticas muestran cómo en España hace falta prevenir e intervenir en los
centros, con la finalidad de concienciar a profesores y alumnos de las graves
consecuencias en las que pueden derivar las acciones de los agresores sobre las
víctimas llegando, incluso, al suicidio en algunos casos.

¿Qué entendemos por “Bullying o acoso escolar”? destacaremos, entre varios autores
que hablan sobre el tema y que expresan lo que es para ellos el acoso escolar, las
siguientes definiciones:

Sostiene Ortega 2010 (citado en Informe Cisneros X, 2006) que no existe en España
una palabra que logre identificar con exactitud el significado del término bullying. Esta
situación ha llevado a usar distintos nombres en castellano para referirse al término:

o Así, el termino bullying se sustituye por lo que conocemos como acoso escolar
o maltrato.

o La Real Academia de la Lengua Española (diccionario de la R.A.E.) define


acoso como “perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona”.

De acuerdo con Cerezo (2009) podemos definir “el acoso escolar” como una forma de
maltrato, persistente e intencionado de uno o varios estudiantes hacia otro igual, y
cuyas características podrían estar definidas como de carácter más débil o quebradizo,
llevándole a la indefensión y obstaculizando las posibilidades de salir airoso de dicha
situación.

Considera Barri, (2006) que “Se trata de un acoso sistemático que se produce
reiteradamente en el tiempo por parte de uno o varios acosadores a una o varias
víctimas”

A juicio de Olweus (1998), el bullying consiste en un comportamiento prolongado de


insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica y/o agresividad física de unos
niños hacia otros convirtiéndose así, en víctimas de sus compañeros.

Un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma


repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios
de ellos. Además, se indican tres características del fenómeno: conducta intencional de
hacer daño, repetida a lo largo del tiempo, producida bajo un desequilibrio de poder
social.

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Tal y como da a conocer “El Informe Cisneros X” (2006) todo indica que nos
encontramos ante una realidad “cruel” pues la repetición de estas conductas de
intimidación y maltrato acaban produciendo una espiral de victimización que dificulta
que los niños víctimas del acoso, puedan salir del problema debido al miedo y la
indefensión que les produce la impunidad de las conductas de maltrato junto con la
indiferencia mostrada por algunos adultos que tienden a mirar para otro lado. Esta
postura ayuda a que los agresores adopten una conducta más altanera y crecida,
envalentonándose por sus acciones, en contraposición a la de las víctimas que se
sienten cada vez más dañados e incapaces de defenderse ya que van interiorizando
poco a poco la incapacidad de hacerlo (Seligman, 1984).

En definitiva, el maltrato en el ámbito escolar tiene consecuencias graves y duraderas


no solamente para las víctimas sino para todas las personas implicadas en este proceso,
esto es, para las víctimas, acosadores y para los observadores directos del acoso y
violencia (Piñuel y Oñate, 2006).

En este trabajo trataremos de ahondar sobre la problemática expuesta a un nivel macro,


en el que se realizará un análisis más general referido al ámbito nacional y regional, y
un nivel micro en el que se estudiará el fenómeno del “Bullying o acoso escolar” en un
contexto más específico como pueda ser el barrio, la escuela, la familia, etc. Asimismo,
se analizaran datos de prevalencia y problemas asociados a la temática finalizando con
un listado de necesidades detectadas de la población estudiada.

2. ANÁLISIS DE REALIDAD MACRO DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR

En este apartado trataremos de aportar datos de tipo sociodemográficos,


epidemiológicos, socioeconómicos y socioeducativos con el propósito de presentar unos
indicadores claros que reflejen la situación real del problema del bullying o acoso escolar
en España.

2.1 Prevalencia del acoso escolar en España

Según estudios realizados existen datos muy asimétricos, fluctuando entre el 5,4% y el
23,3% y de población infantil de edades comprendidas entre los 6 y los 18 años. De
acuerdo con los datos emitidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la
población en estas edades es de:

 5.566.109 alumnos no universitarios, incluyendo Educación Primaria, Educación


Especial, ESO y Bachillerato (“Previsión para el curso 2016- 2017”, datos extraídos
en su totalidad de la Revista de estudios de juventud, marzo 17, nº 115 de la
Fundación ANAR).

 Los profesores/as y padres de los alumnos también son considerados como personas
afectadas:

4
616.623, entre la estadística de profesores (“Curso 2015-2016”, datos extraídos
en su totalidad de la Revista de estudios de juventud, marzo 17, nº 115 de la
Fundación ANAR).

 4.281.622 referente a padres de alumnos (estimación calculada en base a la media


de 1,3 hijos por familia).

Por tanto, el total de personas afectadas, ya sea de forma directa o indirecta asciende
a 10.464.354.

(Fuente: datos extraídos en su totalidad de la Revista de estudios de juventud, marzo


17, nº 115 de la Fundación ANAR).

2.2 Datos sociodemográficos en España

Los datos que a continuación presentamos, evidencian cómo es el prototipo de víctima


que sufre acoso escolar o bullying en relación con las siguientes variables: género, edad,
edad de comienzo del acoso, rendimiento y satisfacción escolar (Todos los datos aquí
presentados han sido extraídos del II Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying
elaborado por la Fundación ANAR, 2016).

Gráfico 1. Perfil por género en lo referido al acoso escolar

La proporción de víctimas de acoso escolar según el


género es bastante parecida, diferenciándose levemente al
alza el porcentaje de varones (51,1%) frente al de las
mujeres (48,9%).

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-
ESTUDIO-CIBERBULLYING.pdf pág. 34

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Gráfico 2. Edad de las víctimas

La edad media de las


víctimas que sufren acoso
escolar se sitúa en torno a los
10,9 años. Sin embargo, se
localiza en la banda de los 12
años el mayor índice de acoso
escolar referido a otros tipos
(14,6%). También existe una
predominancia del 14,2 % de
victimas que cuentan con una
edad de 7 años o inferior.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-ESTUDIO-CIBERBULLYING.pdf pág. 34

Gráfico 3. Nacionalidad de las víctimas

La gran mayoría de las víctimas son de nacionalidad española


99,4% frente a otras nacionalidades que tan solo aportan el 0.6%.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-ESTUDIO-
CIBERBULLYING.pdf pág. 35

Gráfico 4. Rendimiento escolar

El rendimiento escolar de los menores que padecen


acoso escolar, suele ser “alto” en el 36,4% de los casos
y “medio” en un 34,4%.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-
ESTUDIO-CIBERBULLYING.pdf pág. 34

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Gráfico 5. Satisfacción en la escuela

La mitad de las victimas presentan un nivel “bajo” de satisfacción


en la escuela (50,3%) frente a un 20,4% que muestran un nivel
“medio” en la referida satisfacción.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-ESTUDIO-CIBERBULLYING.pdf pág. 34

Gráfico 6. Edad de inicio del acoso

El acoso escolar tiene una


edad media de inicio marcada
en los 9,8 años. Si la
comparamos con años
anteriores se advierte que el
acoso escolar es cada vez más
prematuro (a los 10,3 años en
el periodo de 2013-2015). Es
más, las victimas manifiestan
en un 11,40% haber sufrido
acoso escolar desde los 8
años.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-ESTUDIO-CIBERBULLYING.pdf pág. 34

Gráfico 7. Perfil de la familia de la víctima


Gran parte de los menores objeto de acoso escolar, proceden
de familias conservadoras y convencionales en un 82,3% de los
casos estudiados en el año 2016. En la misma línea, las víctimas
pertenecientes a una familia monoparental responden a un 4,4%
de los casos. Las familias donde los padres están separados o
divorciados, los datos ascienden a un 13,3% en el año 2016.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-ESTUDIO-CIBERBULLYING.pdf pág. 36

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Gráfico 8. Procedencia de las familias
Respecto a la procedencia de las familias, casi todos los casos
de acoso suceden en familias españolas, siendo solo un 4,3%
los que proceden de familias de inmigrantes.

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2017/04/INFORME-II-ESTUDIO-
CIBERBULLYING.pdf pág. 37

2.3 Datos epidemiológicos en España

A continuación se exponen los resultados de los estudios llevados a cabo en España con
muestras globales o parciales de provincias y comunidades autónomas:

 En España los estudios manifiestan que la edad en la que se produce una mayor
incidencia de acoso se sitúa sobre los 10-12 años evidenciándose especialmente
a través de la agresión verbal (Garagordobil y Oñederra, 2008).

 En este sentido los datos actuales señalan que un 14% de estudiantes de primero
de primaria son rechazados por sus compañeros, y que aproximadamente la mitad
de esos alumnos soportan ese rechazo de un modo crónico en su etapa escolar
(Marande, 2011).

 Existen diferencias en cuestión de género, se observa una prevalencia de las


chicas frente a los chicos como víctimas tanto de acoso tradicional como a través
de las nuevas tecnologías. Así, la victimización alcanza el 10,6% de las chicas para
las situaciones de acoso el 8% entre los chicos.

 Es de destacar que un 3,2% de las víctimas de acoso y un 4,2% de las que han
sufrido ciberacoso consideran que han sido víctimas debido a su orientación
sexual (Nocito 2017).

 Un 5,1% declaran que el motivo fue su color de piel, cultura o religión (Save the
Children, 2016).

10-12 años

14%

10,60%
8,00%
5,10%
3,20%

Rechazo Crónico Prevaliencia Prevalencia Chicos Orientación sexual Color de la piel,


Chicas Cultura o Religión
Fuente: de elaboración propia

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2.4 Datos Socioeconómicos

 De acuerdo con Álvarez-García, Barreiro-Collazo y Núñez (2017) el grado


socioeconómico de la familia y el nivel educativo de los padres no parecen ser causas
determinantes de riesgo para convertirse en agresor. No obstante, en la mayoría de
los estudios realizados, se ha encontrado que respecto a la situación laboral de los
padres, puede suceder que el riesgo de ser agresor sea menor si la madre ha
finalizado la enseñanza secundaria y mayor si el padre se encuentra desempleado o
trabajando como autónomo, sin embargo, tener un padre jubilado figura como
elemento de protección.

 Sobre la estructura familiar, se ha encontrado que existe más riesgo de incurrir en


agresiones entre aquellos niños que conviven en estructuras familiares no
conservadoras sin embargo, no existe un riesgo mayor cuando los niños conviven
con ambos padres biológicos o solo con uno de ellos (Álvarez-García, Barreiro-
Collazo y Núñez 2017)

2.5 Datos Socioeducativos

Factores familiares

 De todos es sabido que los padres ejercen un papel socializador de primer grado con
un peso crucial en el desarrollo psicosocial de sus hijos, por tanto, distintos
situaciones de la familia podrían ser determinantes en la protección y riesgo de acoso
escolar. Existen hechos, comportamientos y valores en el hogar familiar que
incrementan la probabilidad de que los hijos tengan un mayor riesgo de violencia, ya
que, la familia parece ser un factor esencial de riesgo en el origen de conductas de
acoso escolar, pues, se ha planteado que los agresores y las víctimas se caracterizan
por recibir rechazo y críticas por parte del padre y por tener poco afecto y
comunicación con sus madres (León, Felipe, Polo, y Fajardo, 2015).

 Los estudios indican que los estilos de crianza son considerados un factor
concluyente de riesgo y protección de la victimización. Y ello es así porque cuando
el niño goza de un buen cuidado, afecto y comunicación se encuentra protegido ante
cualquier muestra de conducta agresiva, por el contrario, si los niveles de apoyo,
comunicación y afecto de los padres hacia sus hijos no son los adecuados, existirá
mayor probabilidad de que los niños sufran problemas de agresividad y delincuencia
(Tur, Mestre, Samper y Malonda, 2012).

Factores escolares

 El contexto juega un papel fundamental en cuanto a influencia se refiere. Todo apunta


que las características contextuales generales no ejercen, por si solas, una influencia
directa sobre las actitudes de acoso pero se consideran tan importantes como las
individuales.

 A pesar de la sustancial influencia del contexto, parece que las características


contextuales generales no tienen una influencia directa sobre los comportamientos
de intimidación, pero se consideran tan importantes como las características

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individuales debido a que los factores del contexto, ayudan a regulan notablemente
la interacción entre la personalidad y la perpetración del bullying (Machado, 2015).

3. ANÁLISIS DE REALIDAD MACRO DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR


CCAA MURCIA

A nivel estadístico, los resultados de una encuesta de la ONG Save the Children,
realizada a 21.487 estudiantes de todo el país entre 12 y 16 años de primero a cuarto
de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), alumnos pertenecientes a centros
públicos, arrojan los siguientes datos (extraídos del Servicio de Psicología Aplicada
(SEPA) de la Universidad de Murcia) que a continuación se exponen en orden de
importancia:
Gráfico 1. Acoso escolar en CCAA Murcia

Un 11% de los niños de la Región de


Murcia sufre acoso escolar ('bullying')
ocasional y un 2,8 % lo sufre con carácter
frecuente. Murcia se encuentra a la
Acoso escolar cabeza en porcentaje de niños que sufren
20% ocasional
Murcia
acoso escolar, obteniendo los mayores
resultados por comunidades autónomas,
80% Acoso escolar según indica la encuesta de la ONG Save
frecuente
the Children, realizada a 21.487
Murcia
estudiantes de todo el país.

Fuente: elaboración propia

Gráfico 2. Porcentaje de alumnos que reciben acoso CCAA Murcia

El porcentaje de alumnos que se


Alumnos que perciben maltratados ronda el 4,3%,
reciben siendo más frecuentes en chicos
maltrato (5,25%) y en Educación Primaria
27%
40% Maltrato más (6,47%).
frecuente en
33% chicos La encuesta señala entre las principales
Acoso en chicos
conductas hostiles recibidas por parte de
en educación los compañeros, las verbales, por
primaria ejemplo; insultos, provocaciones y
motes, y entre las físicas; los empujones.

Fuente: elaboración propia

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 Son más infrecuentes Las conductas de tipo tecnológico (inferiores al 2,5%).

 Se consideran sociales aquellas conductas que impulsan a la percepción de maltrato


por parte de los compañeros (burlas, humillaciones y rumores) y verbales (insultos,
motes y amenazas). También se ha observado la importancia de los empujones.

 El perfil emocional de los alumnos que sienten maltratados por sus compañeros es
de humillación, soledad o aislamiento, inseguridad y tristeza.

Gráfico 3. Alumnos que reconocen haber acosado a sus compañeros en la


CCAA Murcia

4,50%
4,00%
3,50% Un poco más del 3% de los alumnos
3,00% reconocen haber maltratado a
2,50% compañeros, incrementándose este
2,00%
1,50% dato entre chicos (4,09%) y en
1,00% Educación Secundaria (3,42%).
0,50%
0,00%
Alumnos que Dato más Dato en
reconocen elevado en Educación
maltratar a sus Chicos Secundaria
compañeros

Fuente: elaboración propia

4. ANÁLISIS DE REALIDAD MICRO DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR (IES


DE MOLINA DE SEGURA, MURCIA)

En este apartado trataremos de dar una visión global a nivel micro estudiando el
fenómeno del “Bullying o acoso escolar” en un contexto más específico, circunscrito al
ámbito de la familia y la escuela, concretamente se analizará una muestra de escolares
del Instituto de Educación Secundaria (IES) de la localidad de Molina de Segura
(Murcia).
Antes de nada, abordaremos la temática desde un enfoque teórico tratando de dar
respuesta a lo que entendemos por realidad micro o escala de micro-sistema, es decir,
a lo referido dentro del contexto próximo en el que se desenvuelven los niños o
adolescentes en el grupo de clase, que es dónde comienza a originarse el acoso
escolar. Así, los factores que influyen en la relaciones de convivencias de la comunidad
educativa de cada colegio están directamente relacionados con el sistema familiar de
cada alumno (Nocito, 2017).
A su vez este tipo de sistema recibe influencias de flujos sociales y actitudes del sistema
social que se encuentra supeditado a ideologías, movimientos sociales y fuentes de
información tales como las series de televisión, videojuegos etc. No obstante, si
queremos entender la violencia escolar desde el punto de vista ecológico habría que
considerar el contexto en el que se producen las relaciones interpersonales, apoyadas
a su vez, por las características personales de sus componentes (Nocito, 2017).

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Por medio de la familia se obtienen los primeros modelos de comportamiento, que
adquirirán un gran poder en las demás relaciones creadas con el entorno. El hecho de
que los niños crezcan expuestos a un ambiente de violencia familiar, hace que aprendan
y entiendan el mundo desde dos perspectivas: la de agresor y la de agredido.

Por ello, las situaciones de maltrato que recibe un niño en su entorno más cercano
intervienen en el deterioro de la interacción familiar así como en la conducta del niño en
otros entornos, limitando la posibilidad de establecer relaciones más positivas y seguras.

Un factor de riesgo importante de violencia familiar son las circunstancias de pobreza y


las dificultades que la misma ocasiona. La situación descrita lleva a un incremento de
preocupación de los padres que, en la mayoría de los casos, no cuentan con la
capacidad suficiente para hacerles frente. Introducir acciones dirigidas a mejorar las
condiciones de vida de las familias con pocos recursos económicos, ayudaría
enormemente a paliar estas deficiencias con la consecuente disminución de estrés que
ello ocasiona (Nocito, 2017).

En el entorno escolar muchas veces los alumnos se quejan porque dicen tener un trato
diferente al de sus compañeros. Conviene prestar atención a estas señales pues,
quizás, tras las mismas, puedan esconderse necesidades de mayor atención por parte
de profesores y padres (Nocito, 2017).

Los estudios evidencian que, con frecuencia, los profesores generan expectativas
positivas o negativas hacia sus alumnos inclinándose por los estudiantes de
expectativas más positivas. Esto ocasiona que se den dos clases de grupos: el de los
alumnos “brillantes” que participan casi siempre y les hacen más fácil y gratificante la
tarea al profesor y el otro grupo de alumnos definido como más dificultoso o “lento” que
además de no intervenir casi nunca, provocan desmotivación o poco interés en los
profesores ya que deben esforzarse más para desempeñar su tarea. Si a esto le
añadimos que los “buenos estudiantes” suelen recibir muchos elogios y, los “malos” o
más flojos muchas críticas, la desmotivación de éstos últimos disminuye sintiéndose al
mismo tiempo discriminados respecto al resto de compañeros de la clase (Nocito, 2017).

A pesar de que parezca inevitable entablar este tipo de relaciones con los alumnos
debido a nuestra naturaleza humana, pues los profesores son personas, hay que hacer
un esfuerzo de profesionalidad y empatía hacia los alumnos más desfavorecidos ya que
no parten de las mismas condiciones de igualdad respecto al resto de compañeros de
la clase. Como consecuencia de lo antedicho, se podría establecer una mala relación
entre profesor y alumno ocasionando en éste último una situación de indefensión por su
condición de inferioridad respecto al primero lo que podría derivar en ansiedad y
depresión de los alumnos que se encuentran en estas circunstancias así como en un
descenso de su rendimiento escolar (Nocito, 2017).

En correspondencia con lo antedicho, y para un mayor entendimiento, exponemos a


continuación una investigación realizada en las aulas del municipio de Molina de Segura
(Murcia), cuya finalidad se fundamentaba en la identificación y existencia de posibles
casos de bullying o acoso escolar que pudieran darse entre los escolares del Instituto
de Educación Secundaria (IES) de la localidad de Molina de Segura (Murcia).

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El estudio se realizó con una muestra de 75 estudiantes pertenecientes a varios niveles
de la ESO, nosotros nos vamos a centrar en los alumnos de 4º de la ESO para explicar
a escala micro el problema del acoso escolar en el municipio de la localidad señalada.
Con una muestra de 43 alumnos se procede a iniciar la investigación utilizándose el
cuestionario de Violencia Escolar (CUVE-R) compuesto por 31 items y elegido con el
propósito de detectar la existencia de acoso escolar (Maquilón y Orcajada, 2014).

La aplicación del cuestionario arrojó los siguientes resultados:

Gráfico 1.

Fuente extraída de: https://html1-f.scribdassets.com/2124luo0745y3kls/images/12-030630a380.jpg

En lo referente a los tipos de violencia más habituales entre los escolares


participantes nos encontramos con que cerca del 90% afirman que “nunca o casi nunca”
se da acoso escolar en su instituto. En contraposición, el 7% de los alumnos indican que
las prácticas de acoso son muy habituales. Se podría atribuir esta diferencia de respuesta
a los alumnos extranjeros ya que son más suspicaces a percepciones de racimos que el
resto de alumnado.
Los resultados del cuestionario determinaron:
 Uso directo de la violencia, entendido como cachetes o collejas interpretadas como
una broma: el 21.3% con frecuencia, y el 40% siempre.
 La agresión física, 8% siempre, siendo poco común este tipo de acoso.
 El acoso verbal tal como insultos, humillaciones, etc. los datos manifiestan un 20%
siempre y 10,7% nunca.

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Gráfico 2. Violencia del alumnado hacia el profesorado

Fuente extraída de: https://html1-f.scribdassets.com/2124luo0745y3kls/images/14-19d94ca30f.jpg

En cuanto a los resultados referidos a los tipos de violencia y actitudes de los escolares
hacia los profesores, se resaltan los siguientes:
 El 70% responde que en la mayoría de las ocasiones (39,7%) obstaculizan las
explicaciones del profesor impidiendo que se produzca el aprendizaje y siempre
(30,7%). Se puede incrementar al 90% si incluimos a los alumnos que señalan que
esta circunstancia se da con frecuencia (17,30%).

 En cuanto a ocultar pertenencias del profesor, el 14,70% indican que siempre


ocurre y el 16% que muchas veces.

 Los insultos al profesor y grabaciones para burlarse y reírse, los resultados arrojan
que un 6,7% responden que ocurre siempre.

 Relativo a las faltas de respeto cometidas hacia los profesores, los alumnos
responden que suceden en el 44% (pocas veces) y en el 24% (algunas veces).

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5. PROBLEMAS DERIVADOS DEL BULLYING O ACOSO ESCOLAR
 Estudios recientes demuestran que los niños que han aprendido en su entorno familiar
conductas violentas y de acoso escolar tendrán muchas probabilidades de ser
acosadores en otros ámbitos cuando sean adultos así como sus futuros hijos tenderán
también a emplear conductas de maltrato contra sus iguales. De la misma forma, los
niños víctimas de acoso escolar tenderán a tener hijos que también serán victimas del
mencionado problema. (Olweus, 2003 y Farrington, 1993 citado en Informe Cisneros X,
2006).

 A través de estudios de análisis del Bullying se ha podido comprobar que existe una
estrecha vinculación entre las distintas formas de violencia en nuestra sociedad y el
modelo de comportamiento. Partiendo de esta base, se ha constatado que estos
patrones de conducta violenta aprendidos en las etapas infantiles se consolidan
convirtiéndose en muy persistentes y difíciles de modificar (Piñuel, 2006).

 Otros estudios de tipo señalan que la conducta de acoso escolar empuja al


comportamiento antisocial en la edad adulta, incrementado el riesgo de delincuencia
temprana lo que lleva a una disminución de las posibilidades de lograr una integración
social apropiada, así como al acceso de la estabilidad laboral y el mantenimiento de
relaciones duraderas y valiosas (Farrington, 1993; Olweus, 2003 citado en Informe
Cisneros X, 2006).

 Otra de las consecuencias negativas para las víctimas del bullying es el estrés
postraumático encontrado tras las reiteradas experiencias de acoso a las que se ven
sometidos los niños con este perfil. Estos cuadros de estrés se identifican mal,
produciendo modelos de conducta errónea que terminan por incrementar el riesgo de
consumir alcohol y otras sustancias, así como otro tipo de problemas de integración
social. También presentan, muy a menudo, problemas de ansiedad, disminución
importante de la autoestima con el consiguiente deterioro de su autoconcepto derivando
en una autoimagen mucho más negativa que el resto de niños que no han sido
maltratados, así como una tendencia suicida y dificultad para relacionarse socialmente
(Piñuel, 2006).

 De acuerdo con el estudio realizado por Olweus, (1987) los niños que habían sido
acosados a edades tempranas también lo serían en edades posteriores. Por otro lado,
las investigaciones indican que los infantes que observan conductas agresivas contra
otros niños causan un daño psicológico constatado.

 En definitiva, la prevalencia y la gravedad de las conductas de bullying suponen un coste


muy alto y de por vida tanto para los individuos que lo sufren como para sus familias,
los centros escolares y la sociedad en general. La mayoría de estas personas terminan
siendo usuarios frecuentes de los servicios de salud mental, de las fiscalías de
menores, de los organismos de educación especial y de los servicios sociales
asistenciales.

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6. NECESIDADES DETECTADAS EN LA POBLACIÓN

A tenor de los datos expuestos podríamos considerar una serie de necesidades que a
continuación detallamos:

 Sería necesario implantar pautas comunes así como protocolos de actuación que
soporten la toma de decisiones apoyadas por datos empíricos que avalen y respalden
la realidad de nuestro sistema educativo (Nocito 2017).

 De igual importancia sería la formación de profesores y personal educativo en materia


de intervención y actuación en los procesos de acoso así como en la promoción de las
relaciones interpersonales apropiadas (Postigo, González, Mateu, Montoya, 2012 citado
en Nocito 2017).

 Desarrollar programas de intervenciones en contextos educativos que impulsen y


promuevan la inteligencia emocional y las relaciones interpersonales sanas (Pérez-
Escoda, filella y Bisquerra 2012).

 En la misma línea, se hace necesario fomentar un alto grado de empatía entre los niños
con el objetivo de que puedan adquirir un alto grado de competencia socioemocional
que les ayude a establecer lazos afectivos con sus iguales facilitándoles la adaptación
lo que derivará en un menor riesgo de sufrir rechazo social (Mateu-Martínez Mateu-
Martínez, Piqueras, Rivera-Riquelme, Espada y Orgilés 2014).

 Otra de las deficiencias detectadas atiende a la mejora de las relaciones entre


profesores y alumnos y, por ende, la convivencia en el entorno escolar. Por tanto, sería
beneficioso reforzar relaciones entre ambos a través de tutorías como herramienta para
solucionar posibles tensiones y conflictos.

 Generar vías de apoyo para prevenir el acoso escolar a través de la promoción y


fomento de las relaciones interpersonales entre el alumnado. De igual forma, se hace
necesario crear vínculos de comunicación e interactuación con las familias ya sea a
través de tutorías o escuelas de padres al objeto de mejorar la calidad comunicativa
paterno-filial (Cava, 2011).

7. CONCLUSIONES

Los datos están ahí, resulta evidente que el bullying o acoso escolar es un problema
social que se da en todo el mundo preocupando a familias, docentes y al propio
alumnado. Lo cierto es que cada vez ocurre con más frecuencia. La Fundación ANAR
y la Mutua Madrileña afirman, tras un estudio realizado sobre el acoso escolar en
España, que las denuncias y demandas pidiendo ayuda por acoso escolar han
aumentado en un 75 % en el último año.

16
Los profesionales consideran el acoso como un problema de violencia psicológica.
Agregan que el papel que juegan las nuevas tecnologías en el incremento de los casos
de acoso es crucial debido a que nos encontramos ante instrumentos que facilitan el
anonimato de los agresores, fomentando con ello el acceso a la marginación y acoso
de las víctimas.
Atendiendo a los datos expuestos en este trabajo, podemos deducir que el acoso en
las aulas lo sufren prácticamente por igual niños y niñas (existe una ligera variación que
podemos considerar inapreciable) siendo la edad más habitual de inicio a partir de los
12 o 13 años. El perfil no viene diseñado, no existe un modelo de victima estandarizado
aunque los casos más habituales se dan en niños introvertidos, diferentes al resto, con
discapacidades y defectos físicos.
Los estudios demuestran que las víctimas de acoso no cuentan a su familia ni a los
profesores las agresiones sufridas. Al parecer el miedo y la vergüenza a enfrentarse
nuevamente con la experiencia los paraliza. Por tanto, sería importante abordar este
conflicto proponiendo medidas de apoyo psicológico para estos niños maltratados.
Es una realidad patente que el acoso escolar o bullying afecta y daña gravemente a las
personas que lo padecen marcándolos de por vida y dejando en los niños secuelas
importantes. Los adultos no podemos mirar para otro lado ante este problema y
considerarlo como si de juegos entre niños/as se tratase. Las víctimas necesitan
protección ante las experiencias de acoso y para ello, es necesario que empecemos a
tomar medidas por anticipado, a edades tempranas, con el fin de poder evitar que se
instauren funcionamientos de relaciones basadas en el desequilibrio de poder.
A pesar del papel tan importante que juegan los adultos en la vida de los niños/as,
cuando las victimas están siendo objeto de burlas o humillaciones, no suelen acudir a
sus padres o profesores en búsqueda de ayuda y protección. Probablemente no lo
hacen por vergüenza y por miedo a que el acosador se entere y se vuelvan a repetir
las agresiones con más fuerza (SAVE THE CHILDREN).
El papel de la escuela es fundamental en cuanto a protección de los escolares frente a
cualquier forma de violencia. Por ello, se hace necesario crear un sistema protector que
facilite a las víctimas del bullying hablar sin miedo a posibles represarías sobre las
situaciones de violencia que sufren así como denunciarlas si son testigos de las
mismas. De esta forma, los docentes y la comunidad educativa en general, podrán
actuar rápida y adecuadamente aplicando las medidas necesarias para eliminar dicho
problema.
Por tanto, se haría necesaria la implantación de mecanismos tales como:

 El desarrollo de protocolos de actuación que animen a los alumnos a buscar


soluciones conjuntas.
 La formación de los docentes así como del resto de profesionales que trabajan
directamente con los niños/as en materia de pautas de actuación frente a los
problemas de acoso escolar.
 Trabajar y concienciar a los alumnos mediante charlas e información sobre las
consecuencias derivadas de las acciones del acoso, así como la facilitación de
acceso a formas eficientes de denuncia.

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 Fomentar la implicación de las familias frente al problema junto con la necesaria
coordinación y participación de todos los agentes del ámbito escolar y de otros
ámbitos como servicios sociales, salud, agentes tutores, organizaciones no
gubernamentales, etc.
 Igual de necesario sería realizar campañas de prevención en centros escolares y en
redes sociales concienciando a toda la sociedad acerca del problema.

En definitiva, podríamos concluir diciendo que todos y cada uno de nosotros, profesionales
de la enseñanza, familias y sociedad en general debemos concienciarnos y poner remedio
a este problema tan acuciante. Cada uno en el desempeño de su rol, debe actuar con suma
responsabilidad. Los maestros, vigilando y observando constantemente a sus alumnos con
el fin de detectar y subsanar perfiles violentos y agresivos que puedan mostrarse en las
aulas a edades tempranas y las familias contribuyendo a una educación basada en valores
de confianza, empatía, amor y respeto. Todos absolutamente, tenemos la obligación de
interrumpir este modelo de comportamiento, se trata de una cuestión de vital importancia
que implica tanto a las autoridades educativas como a las familias. Por tanto, debemos
denunciar cualquier situación que menoscabe la dignidad, protección y los derechos de los
niños.
Por último, dejar constancia de que este tipo de investigaciones proporcionan el
conocimiento y la comprensión necesaria para eliminar o por lo menos reducir este tipo de
problema. Por tanto, deberían ser utilizadas para ofrecer políticas sociales e intervenciones
eficaces frente a éste.

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