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G O B I E R N O DE LA C I U D A D DE B U E N O S A I R E S

“2018 – AÑO DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE LA JUVENTUD”

Resolución

Número: RESOL-2018-168-SECS
Buenos Aires, Viernes 8 de Junio de 2018

Referencia: l EX-2018- 09204274 -MGEYAOTCEPCDAD y el EX-2018-14743409- MGEYA-


OTCEPCDAD

VISTO:
La Ley N° 5.688, el Decreto N° 53/17, la RESOL-2018-146-SECS, el EX-2018- 09204274 -
MGEYAOTCEPCDAD y el EX-2018-14743409- MGEYA-OTCEPCDAD, y,

CONSIDERANDO:

Que la Ley N° 5.688 establece las bases jurídicas e institucionales fundamentales del Sistema Integral de
Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en lo referente a su composición, misión,
función, organización, dirección, coordinación y funcionamiento, así como las bases jurídicas e
institucionales para la formulación, implementación y control de las políticas y estrategias de seguridad
pública;

Que el Ministerio de Justicia y Seguridad es el organismo encargado de realizar las tareas de control y
aplicación del régimen disciplinario sancionatorio de la actuación policial (conf. art. 5°, Ley N° 5.688);

Que en ese orden, se creó la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de la Ciudad
(OTCEPCDAD), como órgano desconcentrado de este Ministerio, cuyo ámbito de competencia alcanza a
todos los integrantes de la Policía de la Ciudad -tengan o no estado policial, y el personal retirado- (conf.
art. 34, Ley N° 5.688, art. 1, Decreto N° 53/17);

Que teniendo en cuenta el alcance de la competencia, se establecieron las respectivas funciones, entre las
que se encuentra la investigación de las situaciones en las que intervenga personal de la Policía de la
Ciudad y en las que se denuncie o se presuma razonablemente la existencia de irregularidades, la
sustanciación de los sumarios administrativos, y la facultad de proponer al Ministro de Justicia y Seguridad,
cuando corresponda, las sanciones disciplinarias a aplicar (conf. art. 35, inc. 1° y 2°, Ley N° 5688);

Que la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de la Ciudad es competente para entender
en la investigación de las faltas calificadas como graves por el régimen disciplinario dispuesto por el
Decreto N° 53/17 (conf. art. 3°, Decreto N° 53/17);

Que asimismo, se encuentra facultada para proponer la instrucción de un sumario administrativo frente a
cualquier información que llegue a su conocimiento, si se presume una irregularidad (conf. art. 104,
Decreto N° 53/17); así como para proponer la sustanciación de un procedimiento abreviado y en el marco
de dicho trámite recomendar la sanción a aplicar (conf. art. 95, incs. 1 y 5, Decreto N° 53/17);

Que efectuada la reseña normativa, corresponde puntualizar que el disparador de la investigación fue la
manifestación ocurrida el 26 de marzo de 2018, en las inmediaciones de la Plaza de Mayo de esta ciudad, la
cual tomó estado público a través de distintos portales de noticias online, siendo replicada también en
distintas publicaciones de la red social Twitter –cuenta@AlertaProvincia;

Que de las imágenes extraídas pudo detectarse personas que pertenecerían a la Policía de la Ciudad
vistiendo uniforme reglamentario y gafetes de la Policía Federal Argentina, quienes se habrían congregado,
en el lugar indicado, a efectos de entregar un petitorio a las autoridades de la Casa de Gobierno;

Que consecuentemente, se dispuso el inicio de actuaciones en carácter de Averiguaciones Previas, en los


términos y bajo los alcances del art. 97 y ss. del Decreto N° 53/17 (conf. EX-2018-09204274-
MGEYAOTCEPCDAD);

Que en el marco de dicho trámite administrativo, se adoptaron diversas medidas, esencialmente se


recabaron unos videos cuyo contenido involucraba de manera directa a una persona que se identifica como
MARMOL Juan José, quien, con posterioridad a la manifestación ocurrida en día y lugar señalado
precedentemente, durante el programa denominado “UNO+UNO=TRES” -emitido por la señal televisiva
CRÓNICA TV- en el marco de una entrevista -en vivo y en directo- (día 26.03.18, 20.50 hs en adelante),
en la cual vestido de civil esbozó principalmente que: “…pertenece a la Policía Federal y que ha quedado
bajo un ámbito de un convenio firmado entre Nación y Ciudad (…) quedando totalmente
desjerarquizado…”. Concluyendo que “…somos policías federales auto-convocados que (…)
reclamamos…” con relación al traspaso de la fuerza de seguridad (conf. minuto 1:45 en adelante del video
1 obrante en el IF-2018-09557220- OTCEPCDAD);

Que de lo anterior pude concluir en su oportunidad con grado de certeza suficiente que el hecho es real,
verosímil per se, por lo que no requería ser investigado en el marco de un procedimiento reglado de
instrucción sumarial y por ello a través del dictado de la RESOL-2018-146-SECS ordené la instrucción de
un procedimiento administrativo disciplinario abreviado, en los términos y bajo los alcances de los artículos
94 y 95 del Decreto N° 53/17, en el ámbito de la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía
de la Ciudad, a efectos de determinar la responsabilidad administrativa que le pudiere corresponder al
Oficial Primero LP 82.557 MARMOL Juan José, ante la posible comisión de diversas faltas
administrativas, a tenor de lo normado en el artículo 11, incisos 1 y 2 del Decreto aludido con anterioridad,
y la posible transgresión a lo dispuesto en el artículo 85, inciso 2, y artículo 110, inciso 1, de la Ley N°
5688;

Que siendo que en el EX-2018-09204274-MGEYA-OTCEPCDAD se investigan diversos hechos


materializados por distintos sujetos, y que -en principio- se sustanciarían por distintos trámites (sumario y
procedimiento abreviado, respectivamente), se desdobló la pesquisa; generándose este nuevo expediente
(EX-2018-14743409- -MGEYA-OTCEPCDAD) para sustanciar el trámite abreviado referenciado en el
párrafo precedente;

Que particularmente en su descargo el agente MARMOL afirmó “…que el día 26 de marzo del corriente
año no se presentó en ningún programa de televisión, y que si así lo hubiese realizado (…) se encontraba
cumplimentando una sanción, con lo cual como así lo estipula el decreto 53/17 en el artículo 25, que
expresa que el personal que esté cumpliendo una sanción se le suspende el estado policial y por
consiguiente pasa a ser un civil, y por ello el mismo estaría avalado por el artículo 14 de la Constitución
Nacional…”;

Que especificó que “…el reproche administrativo al cual el declarante se refiere fue por no entregar un
documento que produce efecto jurídico, que es la chapa y credencial de la Policía Federal Argentina, siendo
que al mismo lo ampara para no cumplimentar una orden superior el artículo 86 de la ley 5688, la cual le
permite objetar cuando una orden emanada de la superioridad no es completamente legal…”;

Que finalmente, solicitó que “…el GCBA y el Poder Ejecutivo Nacional conjuntamente con la Policía de la
Ciudad y la Policía Federal Argentina resuelvan la situación de revista del causante y que así también
tomen en cuenta que el mismo se encuentra revistando en tareas adecuadas por psiquiatría, teniendo el alta
del complejo hospitalario “Churruca” y la junta de calificación de la Policía de la Ciudad, y que bajo ese
contexto si para la ley un paciente psiquiátrico es inimputable no encuentra pauta objetiva que avale que se
lo impute por un regimen disciplinario (53/17)…”;

Que ahora bien, del soporte audiovisual pertinente vinculado en autos surge que un sujeto en un programa
de TV que se presentó como “Marmol Juan José” –cuya fisonomía coincide con la de la fotografía que
obra en el Sistema Integral de Recursos Humanos (SIRHU) respecto de ese numerario-, realizó las
manifestaciones aludidas con anterioridad (conf. minuto 1:45 en adelante del video 1 obrante en el IF2018-
09557220- OTCEPCDAD);

Que respecto de ese documento existe la presunción de su autenticidad, vale decir que no se trata de una
grabación privada sino de una tomada directamente de una señal televisiva, cuya transmisión fue de público
y notorio conocimiento. De ello se sigue que no era necesario que esta dependencia ordenara medida alguna
para probar su autenticidad, correspondiendo al encartado alegar y acreditar la falsedad del instrumento y su
contenido;

Que sobre el particular, no puedo soslayar que el agente se limitó a desconocer su presencia en un
programa televiso “…el día 26 de marzo del corriente año…”, más no refutó el contenido del video, ni
tampoco negó que él fuera la persona que resulta de las imágenes y por ello esa actitud será considerada
como un reconocimiento de su veracidad. Máxime si se tiene en cuenta que lo trascendente del video no es
la fecha en que se emitió el programa de TV o en la que se presentó al mismo el Sr. MARMOL sino el
tener de sus manifestaciones, las que coinciden con las que expusiera en su declaración de descargo.
Obsérvese que en ambas ocasiones aseveró ser actual numerario de la Policía Federal Argentina y se refirió
en contra del traspaso de la fuerza de seguridad;

Que, por otro lado, yerra el encartado al indicar que el artículo 25 del Decreto 53/2017 establece que la
sanción de suspensión de empleo implica la suspensión del estado policial. Nótese que esa tesitura fue
dejada sin efecto con la sanción del Decreto 234/2017 (B.O. 03/07/2017); cuya vigencia es anterior a la
suspensión aplicada en el 2018, según los dichos del Sr. MARMOL. A título informativo se transcribe el
actual art. 25 del Decreto 53/2017 “La sanción de suspensión de empleo implica la privación de tareas
policiales por un lapso determinado y la pérdida proporcional de la retribución correspondiente. Durante el
lapso de ejecución de la sanción el personal tiene prohibido ejercer las funciones propias del estado
policial. El lapso de duración de la sanción no se computa a los fines del retiro";

Que los argumentos vertidos por el causante no pueden prosperar en tanto el estado policial no se suspende
durante el lapso que dure una sanción disciplinaria;

Que todo el personal -tenga o no estado policial- debe cumplir con los deberes y obligaciones inherentes a
la relacion de empleo que mantienen con la Policía de la Ciudad;

Que, por otro lado, cabe destacar que en el ámbito penal la inimputabilidad aplica para aquellos sujetos que
no están en condiciones de comprender la ilicitud del hecho a causa de cualquier anomalía o alteración
(conf. art. 34, inc. 1 del C.P.N.); más no como entiende el Sr. MARMOL para su persona por el simple
hecho de ser “…un paciente psiquiátrico…”. Máxime si no se ha especificado y mucho menos acreditado
cual sería la patología que habría padecido o padece;

Que en la faz civil, resulta pertinente destacar que la regla general es la capacidad, es decir, la idoneidad
para adquirir derechos y contraer obligaciones (conf. art. 22 CCyCN). En lo que respecta al ejercicio
(capacidad de hecho), tampoco hay indicios que la ley se lo denegare en su beneficio como medida de
protección (incapacidad), ya que no se ha esbozado ni acreditado que se le haya designado en alguna
oportunidad al Sr. MARMOL un representante que ejerza sus derechos (conf. art. 34 CCCyN);

Que los argumentos vertidos no fueron más que vanos intentos para posicionarse en una situación procesal
más favorable, siendo que al no contar con prueba suficiente que cuestionen su capacidad, no pueden
prosperar;
Que el comportamiento investigado resultó una clara violación de los principios básicos de actuación
policial, por cuanto el agente que comete insubordinación, o provoca o instiga a otros a cometerla (conf. art.
11, incs. 1 y 2 del Decreto N° 53/17), mal puede realizar una correcta prestación del servicio público
“proteger/velar por los derechos y libertades que la norma manda”;

Que en consonancia, el rol de servidor público en las fuerzas de seguridad adquiere una particular
relevancia y notoria rigidez en el régimen normativo, en cuanto a la exigibilidad de la conducta, por cuanto
la misma debe adecuarse, en todo momento, al cumplimiento de los deberes legales y reglamentarios
vigentes, con el principal fin de garantizar la seguridad pública, actuando con el grado de responsabilidad y
ética profesional que su función exige y teniendo como meta la preservación y protección de la libertad, los
derechos de las personas y el mantenimiento del orden público;

Que lo antedicho no resulta un "deber facultativo" por parte de éstos; más proviene de la naturaleza de la
propia Ley que regula la actuación policial sobre la base de los principios y preceptos en ella enumerados
(conf. Ley N° 5688), lo que significa que la idoneidad requerida -vinculada directamente al cumplimiento
de los deberes legales y reglamentarios vigentes, en funciones strictu sensu, o no- es requisito sine qua non
para formar parte de la Fuerza, adquirir el estado policial y mantenerlo durante toda la vida;

Que la idoneidad, amén de otros requisitos, implica detentar intachables condiciones morales, ya que “ni la
aptitud técnica ni la física pueden suplir la ausencia de la moralidad” (Manuel María Diez, “Derecho
Administrativo” Tomo III. Pág. 376). En el caso de la función policial, dichas condiciones morales
necesarias para configurar la idoneidad, se ven aumentadas debido a la naturaleza de las funciones del
personal y de la institución. El estado policial no se suspende, el agente lo lleva inherente mientras sea
integrante de las fuerzas de seguridad;

Que el art. 16 de la Constitución Nacional establece la idoneidad como único requisito para el ejercicio del
empleo público, la cual, según Fiorini, implica que cada aspirante a ingresar a la Administración Pública
nacional, provincial o municipal argentina detente la capacidad moral, intelectual, física suficiente y
necesaria para el desarrollo del cargo para el cual se lo selecciona;

Que el art. 43 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires indica los requisitos para el acceso y
permanencia en un cargo público, los que deben estar orientados a garantizar el normal y eficaz desempeño
de la Administración, deben guardar una necesaria relación con tal finalidad;

Que al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha entendido lo siguiente: “…El recaudo de
"idoneidad" para acceder a los cargos públicos consiste en el conjunto de requisitos de distinta naturaleza
que pueden ser estatuidos por la ley o por reglamentos. La aptitud técnica, física y en particular la moral
configuran exigencias de carácter genérico en tanto otras, como la ciudadanía, lo son para determinadas
funciones...” (CSJN, H. 172. XXXV. “Hooft, Pedro Cornelio Federico c/ Provincia de Buenos Aires s/
acción declarativa de inconstitucionalidad” 16-11-2004);

Que el postulante a un cargo o empleo público debe ser una persona que tiene buena predisposición,
capacidad, suficiencia y condiciones para ese cargo a cubrir. No todos los cargos ni puestos tienen las
mismas responsabilidades, dependerán de la trascendencia de la función las consecuentes exigencias,
debiendo constatarse -para cada supuesto particular- que el postulante se encuentre debidamente capacitado
e instruido para cumplir con las responsabilidades y deberes éticos que su cargo o función le imponga;

Que la idoneidad o suficiencia no se presume, ella debe probarse según las normas legales que, como se
comprende, deben prevalecer sobre las facultades discrecionales de la autoridad que nombra o juzga la
idoneidad;

Que acertadamente ha apuntado la doctrina al entender que “…nada desacredita más una gestión
gubernativa o administrativa que los nombramientos arbitrarios, y lo son cuando los nombrados carecen de
idoneidad moral y técnica, sobre todo moral. Además de implicar una transgresión constitucional, causa
sensación de injusticia en el espíritu público. Sus primeras consecuencias son la repulsa de la opinión
sensata; luego desmoraliza a los que con idoneidad tienen derecho al cargo; en fin, contribuye a perturbar
el orden disciplinario. Se tiene de esto una deplorable experiencia en nuestro país, donde todo esto se olvida
pronto y, lo que es más grave, se olvida a sabiendas…” (Rafael Bielsa - “La Función Pública- La moral
política y administrativa”, pág. 29, Editorial Roque Depalma. Buenos Aires. Argentina. 1960);

Que la prueba acompañada a este expediente reunió en todo momento los requisitos exigidos por el art. 94
inc. 1 del Decreto N° 53/17;

Que nótese al respecto que del soporte audiovisual anejado da cuenta de la entrevista llevada a cabo en el
marco del programa denominado “UNO+UNO=TRES”, por la señal televisiva Crónica TV, en la que el
Oficial Primero MARMOL afirmó que “…pertenece a la Policía Federal y que ha quedado bajo un ámbito
de un convenio firmado entre Nación y Ciudad (…) quedando totalmente des-jerarquizado…” y que forma
parte de un grupo de “…policías federales auto-convocados que (…) reclamamos…” con relación al
traspaso de la fuerza de seguridad (conf. minuto 1:45 en adelante del video 1 obrante en el IF2018-
09557220- OTCEPCDAD);

Que, por otro lado, en su declaración de descargó reconoció haber participado de la manifestación ocurrida
el día 26 de marzo de 2018, en las inmediaciones de la Plaza de Mayo de esta ciudad, la cual tomó estado
público a través de distintos portales de noticias online (conf. IF-2018-16039243- OTCEPCDAD);

Que de lo expuesto es posible distinguir dos tramos distintos en el desarrollo de los acontecimientos que es
necesario separar para calificar adecuadamente las conductas a efectos de determinar la sanción;

Que en un primer tramo tuvo lugar en la manifestación colectiva del 26 de marzo de 2018 de la que el
agente MARMOL ha reconocido expresamente haber participado;

Que el segundo tramo se inició posteriormente, cuando el numerario base de las presentes actuaciones junto
a otros efectivos policiales se presentó ante un medio de comunicación televisivo a los fines de hacer
conocer su disconformidad con relación al traspaso de la Policía Federal al ejido de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, todo ello en clara transgresión a los principios básicos de actuación (conf. art. 11, inciso 1
del Decreto 53/17);

Que las conductas descriptas en el párrafo precedente, son una forma grave de insubordinación, la
consignada en el primer tramo porque es colectiva y concertada; y, como tal, supone un alto grado la
perversión del sentimiento policial, base esencial de disciplina, y la individualizada en el segundo tramo
debido a que acarrea peligros tan graves e inmediatos, como lo es el efecto contagio;

Que la gravedad de la cuestión desarrollada y la eventual futura propagación de las conductas, hacen
necesario castigar pronto, de manera severa y ejemplificadora las conductas del Oficial Primero MARMOL.
Máxime si se tiene en cuenta que esta clase de comportamientos atenta contra la carta fundacional de una
fuerza de seguridad como la Policía de la Ciudad, al resultar claramente contradictoria con la correcta
prestación del servicio público esencial que el funcionario policial realiza;

Que además el agente que comete insubordinación, o provoca o instiga a otros a cometerla (art. 11, inc. 2
del Decreto N° 53/17) mal puede “proteger/velar por los derechos y libertades que la norma manda”; es
decir, las conductas cuestionadas denotaron un desapego hacia el régimen bajo el cual se encuentra
enmarcado su estado policial y la investidura que conlleva en consecuencia;

Que todo lo antedicho se traduce en la directa aplicación del régimen disciplinario, por cuanto la
responsabilidad sobre la conducta del servidor público (examinada en cada caso en particular) se hace
efectiva y encuentra su génesis en la preexistencia de determinados deberes u obligaciones que deben
respetar y cumplir éstos en el marco de una relación de empleo que los une con la Administración, cuya
transgresión acarrea la consecuente imposición de sanciones establecidas en virtud de la aplicación del
régimen sancionatorio, todo ello con el fin de hacer posible el poder disciplinario que el Estado -como
garante principal- ostenta;

Que en el ámbito administrativo disciplinario prima lo atinente a la aptitud para la correcta prestación del
servicio público que viene con el adecuado mantenimiento de la disciplina, ello aunado a la independencia
de la decisión final que cada poder perciba, y tras contextualizar al poder disciplinario como una propiedad
que necesariamente se deriva de la esencia de toda organización en tanto que tal, se lo define como
“aquella virtualidad jurídica de la que esta munida la Administración Pública para imponer, por medio de
sanciones determinadas, una regla de conducta a todos aquellos cuya actividad compromete la misma
organización administrativa” (Goane Mario René; “El Poder Disciplinario de la Administración Pública”,
pág.11);

Que lo cierto es que la disciplina resulta indispensable para perseguir los valores protegidos por una fuerza
policial como la Policía de la Ciudad, para mantener el orden y alcanzar los fines asignados. Esto es así,
puesto que el poder disciplinario es un pilar fundamental sobre el que descansa la organización de toda
institución, sea ésta pública o privada;

Que la potestad disciplinaria se extiende a toda conducta que pueda comprometer los intereses y fines de
ésta. La permanencia en una fuerza de seguridad exige la aptitud para cumplir con las funciones que les son
propias, así como la aptitud moral, en tanto se exige a todos los miembros de la Institución que actúen de
conformidad con la normativa vigente y con los valores intrínsecos de la Policía de la Ciudad;

Que en conclusión, en el caso que nos atañe y muy por el contrario, no se observó en el Oficial Primero LP
82.557 MARMOL Juan José, una aptitud moral que pueda garantizar un normal desempeño y por ende su
permanencia en la Administración, habida cuenta que lo acreditado en autos, permite sostener al suscripto,
sin mayor esfuerzo, que su accionar significó un apartamiento de los deberes legales, convencionales y
éticos a los que estaba obligado;

Que en ese orden, el actual Decreto N° 53/17 fue creado bajo el espíritu de las bases, directrices y
principios que delimitan la conducta policial, establecidas en la Ley N° 5688. El fin último de este Decreto
es asegurar a la sociedad y a la administración la eficiencia de la prestación del servicio de seguridad a la
comunidad, lo cual implica que su falta de cumplimiento tenga una consecuencia sancionatoria, entre otras;

Que siendo un presupuesto de la imposición de una sanción que la conducta que la motive haya estado
prevista como falta, las conductas atribuidas al Oficial Primero LP 82.557 MARMOL Juan José ha
encontrado el encuadre normativo debido, en el actual régimen de la Ley N° 5688, y su correspondiente
reglamentación; a saber, diversas faltas de carácter GRAVE, de acuerdo a lo previsto en el art. 11 incs. 1) y
2) y art. 12 del Decreto N° 53/17, como así también la transgresión a lo dispuesto en el art. 85 inc. 2° y art.
110 inc. 1° de la Ley N° 5688;

Que en consonancia con ello, el encartado no dio cumplimiento a los principios básicos de actuación
policial previstos en la Ley de Seguridad Pública N° 5688 (arts. 82 a 88);

Que habiéndose acreditado la ausencia absoluta de idoneidad, corresponde la sanción segregativa de


cesantía;

Que teniendo en cuenta el antecedente fáctico/normativo descripto, en conjunción con el régimen


disciplinario regulado en esta órbita ministerial, es que corresponde aplicarle al Oficial Primero LP 82.557
MARMOL Juan José la sanción segregativa de cesantía, en virtud de haber transgredido con su accionar
los principios básicos de actuación policial estipulados en la Ley N° 5688 -arts. 82 a 88-;

Que compartiendo el criterio propuesto por la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de
la Ciudad corresponde el dictado del acto administrativo de mérito, en virtud de todas las consideraciones
expuestas;

Que la Dirección General Administrativa y Legal de Seguridad tomó la intervención de su competencia.


Por ello, y en uso de las facultades que le fueran conferidas,

EL SECRETARIO DE SEGURIDAD
RESUELVE

Artículo 1.- Imponer al Oficial Primero LP 82.557 MARMOL Juan José la sanción segregativa de cesantía,
en orden a lo establecido en el art. 11, incs. 1 y 2, y art. 12 del Decreto N° 53/17, en virtud de haber
transgredido con su actuar lo dispuesto en el art. 85 inc. 2° y art. 110 inc. 1° de la Ley N° 5688.

Artículo 2.- Notifíquese al Oficial Primero LP 82.557 MARMOL Juan José, haciéndole saber que el
presente acto no agota la vía administrativa y que puede interponerse recurso de reconsideración en el plazo
de diez (10) días hábiles o, recurso jerárquico en el plazo de quince (15) días hábiles (conf. artículos 107,
112 y ccs. de la Ley de Procedimientos Administrativos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aprobada
por el Decreto de Necesidad y Urgencia C Nº 1510/GCBA/97 (texto consolidado por Ley Nº 5666 -
BOCBA 5014) o puede optar por interponer recurso de revisión ante la Cámara de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, de conformidad con los términos
de los artículos 464 y 465 del Código Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos
Aires, aprobado por Ley P - Nº 189 (texto consolidado por Ley Nº 5.666).

Artículo 3.- Comuníquese a la Jefatura de la Policía de la Ciudad, a la Dirección General Administrativa y


Legal de Seguridad, a la Dirección General de Administración de Recursos Humanos de Seguridad, a la
Obra Social de la Policía de la Ciudad, al Área Coordinación y Asignación de Personal Policial y a la
Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de la Ciudad. Cumplido, archívese.-

Digitally signed by Marcelo Dalessandro


Date: 2018.06.08 21:01:29 ART
Location: Ciudad Autónoma de Buenos Aires

MARCELO SILVIO DALESSANDRO


Secretario
SECRETARIA SEGURIDAD (MJYSGC)
MINISTERIO DE JUSTICIA Y SEGURIDAD

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Oficiales
DN: cn=Comunicaciones Oficiales
Date: 2018.06.08 20:57:34 -03'00'

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