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Roberto Parra

“Para no mentir ni tampoco jurar en vano,


No soy como aquellos
Hipócritas que después que
Tiran la piedra esconden el
Brazo.
Estoy hablando en mi sano
juicio.
Nosotros los del mas allá
También tenemos derecho a
Hacer samba y canuta,
O decir las doce palabras
Redobladas
Hablar en jerigonza”
Roberto Parra

Luis Roberto Parra Sandoval, nace el 29 de junio de 1921


en el hospital San Borja de Santiago. Hijo de Clarisa
Sandoval Navarrete y Nicanor Parra Parra, fue criado en
Chillán, siendo el quinto del clan Parra Sandoval: Nicanor,
Hilda, Violeta, Eduardo, Roberto, Caupolicán, Elba, Lautaro
y Oscar.

En 1929, a los 45 años, muere su padre Nicanor y así a


temprana edad Roberto comienza su vida trashumante.
Sobrevienen tiempos de pobreza para la familia Parra
Sandoval. Roberto y sus hermanos Hilda, Violeta y Eduardo,
recorren pueblos y villorrios aledaños entre Chillán y
Parral, cantando en plazas, mercados, circos y diversos
locales y realizando numerosas actividades para ayudar a
su familia.

A los catorce años, Roberto afianza su oficio de guitarrero


y comienza a desempeñarse como músico en circos,
cabarets y boliches sureños. Desde 1935 hasta finales de
los años 50 se hace conocido como músico del ambiente.
Viaja incesantemente de norte a sur, animando la vida
provinciana.

En estos años también trabaja esporádicamente en los más


diversos oficios. Es así como el a-o 1938 se le ve como
enfierrador en el dique de Valparaíso, en la época en que se
hundió el vapor Chile. Además ejerció como lazarillo,
diariero, lustrador, acarreador de viandas para un preso de
cárcel, soldador; fue ayudante de mecánico, carpintero y
tuvo una mueblería.

Cuando tenía cerca de 35 años y en septiembre de 1957,


llega por primera vez al puerto de San Antonio, donde
permaneció poco más de un año. Es contratado como
guitarrista en la orquesta del cabaret Luces del Puerto y se
reencuentra con una amiga de su infancia, Marina Núñez,
que por entonces administraba la boite Río de Janeiro. Ahí
conoce a la Negra Ester, artista de boite, y comienza un
romance que años más tarde inmortalizará en su primer
libro de décimas y que hará celebre la puesta en escena de
la Compañía Gran Circo-Teatro.

Desde 1958, aproximadamente, comienza a desarrollar más


intensamente su vena creadora de músico y poeta. Con El
Chute Alberto, posiblemente su primera composición
conocida, inicia una extraordinaria serie de cuecas
urbanas que denominará cuecas choras.

Corre el otoño de 1965 y sus sobrinos Angel e Isabel, hijos


de Violeta, de regreso de Europa, deciden establecerse y
crear la Peña de los Parra en la vieja casona de Carmen
340. En la habilitación del nuevo local participó también
como un miembro destacado del clan Parra. Desde
entonces y hasta la fecha se hizo conocido como el Tío
Roberto, alcanzando un importante sitio en la música
popular chilena con una inconfundible ejecución de la
guitarra, por su vitalidad y rapidez en el uso de la uñeta,
fue creador de dos conceptos en la música urbana chilena:
"Las cuecas choras" y "el jazz guachaca". Expresiones que
pueden llegar a constituir lo más representativo del
folclore urbano de este siglo en nuestro país.

Interpretado en guitarra por el tío Roberto, el "jazz


guachaca" es una síntesis de piezas de música popular de
la primera mitad de siglo, que junto a creaciones propias
conforman una interesante fuente de estudio para quienes
no encuentran su identidad en las expresiones rurales de la
música chilena, aquel majadero estereotipo de nuestras
"raíces folclóricas".

A fines de 1965, y prácticamente obligado por su hermana


Violeta, parte a los estudios de grabación del sello Odeón.
El registro espontáneo y animado de 18 de sus cuecas
constituirá el material de su primer disco, editado ese
mismo año.

En el verano de 1971, conoce a Catalina Rojas Campos, con


quien se casa ese mismo año. Nacen sus hijas María
Leonora (1972) y Catalina (1973). En 1972 escribe la
primera versión de su libro Décimas de la Negra Ester, que
posteriormente se extravió. Además graba junto a su
sobrino Angel un nuevo disco con sus cuecas choras,
editado por el sello Dicap.

En los difíciles años de la dictadura, Roberto para


subsistir , se le ve trabajando como músico ambulante en
La Vega, el Mercado Central y otros lugares de Santiago.
Participa en todas las peñas que volvieron a crearse a
partir de 1975 y, desde su fundación es artista estable del
elenco de la Peña de su sobrino Nano Parra.
En julio de 1980 se publica su libro de las Décimas de la
Negra Ester. En 1988 se publica su cuento Entre luche y
cochayuyo.

Entre 1988 y 1992 estrena una nueva adaptación teatral de


las Décimas de la Negra Ester, esta vez dirigida por Andrés
Pérez, con la producción de la compañía Gran Circo Teatro
y junto a ellos realiza numerosos viajes por Chile y Europa.

Desde 1993 trabaja intensa y simultáneamente en varios


proyectos artísticos: trabaja con la compañía de teatro
Sombrero Verde el montaje escénico de su obra El
Desquite; forma un grupo musical con jóvenes músicos,
con el que prepara su jazz huachaca. Trabaja en la
escritura de varios textos: el cuento El Rey Tab y la Princes
Nina, una biografía en décimas de Violeta Parra y otros.

En el invierno de 1994 su salud comienza a resentirse


definitivamente. Se le detecta cáncer a la próstata. En
enero de 1995 recibe una distinción como músico -la
primera y única en su vida- de parte de la Sociedad Chilena
del Derecho de Autor.

En la noche del 21 de abril de 1995, a las 10:20 horas,


muere junto a su esposa e hijas que lo acompañaron. El
funeral de Roberto Parra se constituye en un hito que
convoca y conmociona a todo el medio artístico y cultural
del país.

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