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A Dios, por brindarnos la dicha de la salud y bienestar físico y

espiritual A nuestros padres, como agradecimiento a su esfuerzo,


amor y apoyo incondicional, durante nuestra formación tanto
personal como profesional. A nuestros docentes, por brindarnos su
guía y sabiduría en el desarrollo de este trabajo.

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Introducción

La logoterapia, propuesta por Victor Frankl, nace del seno de las terapias
humanistas. Se centra en la búsqueda del sentido de la existencia humana
(Frankl, 1999). Enfoca aspectos como el humor, el sentido de la vida,
el sentimiento de libertad, etc. que según Frankl (1999), son inherentes a la
esencia humana que deben ponerse al servicio de la terapia. La logoterapia utiliza
algunas técnicas terapéuticas como la intención paradójica y la derreflexión. En
este ensayo se explica la técnica intención paradójica, que por medio de la
paradoja y el humor intenta mitigar el sufrimiento que provocan ciertas conductas
patológicas.

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1. La Intención Paradójica

1.1. Definición

La intención paradójica es uno de los métodos más rápidos, más poderosos y


menos comprendidos para cambiar la conducta. Mediante una serie de
instrucciones que llamamos “paradójicas” se han conseguido éxitos significativos
en trastornos concretos como pueden ser la dificultad para dormir, el morderse las
uñas y el tartamudeo (disfemia) entre otros.
Los principios teóricos se basan originalmente en las técnicas de la Terapia
Breve del psiquiatra Milton H. Erickson y la logoterapia de Victor Frankl.

La denominación de “paradójica” no es gratuita sino que delata la auténtica


naturaleza del sistema. Se trata de pedirle al paciente que haga precisamente lo
que es objeto de malestar psicológico. Si una persona no puede dormir le
pediremos que deje de hacerlo durante un tiempo o unas horas determinadas. Si
un niño se muerde las uñas le exigiremos que lo haga durante más tiempo o
durante intervalos más largos. Si un joven tartamudea y eso le crea gran ansiedad,
le obligaremos a que tartamudee con mayor frecuencia y durante más tiempo de
forma voluntaria.
Son procedimientos construidos para sorprender. Son contrarios a las
expectativas de los pacientes sobre su visión de la naturaleza de la función de la
terapia.
La técnica parece de entrada irresponsable y contraria al sentido común. No se
entiende como potenciando lo que se intenta erradicar se va a solucionar el
problema. Esta es la gran paradoja de la técnica que a continuación exponemos.

La técnica de la intención paradójica fue utilizada por Frankl desde 1929, pasando
a describirla éste en 1939, sin embargo, hasta 1947 no aparece publicada con
este nombre (cfr. Frank!, 1990, 1984, Gismondi, 1990, Lukas, 1983a).

Es un procedimiento logoterapéutico que ha obtenido un reconocimiento mundial


(cfr. Franld, 1992, 1990, 1988a, 1984, Bazzi y Fizzotti, 1989, Gismondi, 1990,

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Lukas, 1983a), especialmente en círculos científicos centrados en la teoría del
aprendizaje o terapia de conducta.

Viktor Frankl (1984) define la intención paradójica como un “proceso mediante el


que el paciente es animado a hacer, o a desear que ocurra, aquello que
precisamente teme” (pg. 130).

Se trata, en definitiva, de una inversión de la actitud que se tiene con respecto a


la fobia: sustituir la intención habitual de rehuir de o luchar contra lo temido, por
una intención que parecería “contraria” al sentido común (intención paradójica). El
miedo patógeno es sustituido por un deseo paradójico (aunque sólo sea por unos
segundos), de tal forma que el círculo vicioso de la angustia de expectativa acaba
rompiéndose.

La función de la intención paradójica es la de poner en movimiento la capacidad


humana de auto distanciamiento, de forma que el paciente (persona que solicita
ayuda) pueda objetivar los síntomas y distanciarse de ellos. Es indispensable que
comprenda que él no se identifica con sus sentimientos (que lo dominan>, sino
que puede tomar una postura ante ellos e, incluso, hacerles frente (por el
antagonismo psiconoético).

En este proceso, el humor desempeña un papel fundamental en la formulación de


la intención paradójica para que a través de él, la persona aprenda a reírse de la
angustia. Así, Lukas (1983a) dice:

“Desde hace mucho tiempo, el paciente ha sentido algo como muy espantoso y
aterrador; y ahora hay que llevarlo a desear justamente eso. Su primera reacción
es que no se le puede exigir tal cosa, que eso es sencillamente irracional. Sin
duda, necesita más ayuda que el simple consejo de que desee lo que teme; por
eso entra en juego la activación del nivel espiritual, ya que no sólo ‘toda crisis
encierra una oportunidad’ y ‘todo sufrimiento tiene un sentido’, sino que también
‘todo miedo tiene un rival: el humor’. El truco de la intención paradójica para
superar el miedo excesivo e infundado es reírse de él” (pg. 173- 174).

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Ello es necesario para que la persona pueda comprobar que no tiene objeto el
miedo que padece, que no le pasa nada al enfrentarse a él. De hecho, no puede
pasarle nada ya que entre miedo y deseo se produce una inhibición recíproca. No
obstante, antes de aplicar la intención paradójica hay que asegurarse que está
técnica no está contraindicada para esa persona (ej.: ideas suicidas en una
depresión endógena).

Por otra parte, es necesario distinguir entre “prescripción del síntoma” e intención
paradójica. Aquella lo que hace es animar al paciente a tener más miedo; en
cambio, la segunda lo que intenta paradójicamente no es el mismo miedo, sino el
contenido y el objeto del mismo, siendo el mismo paciente quien realiza la
intención (cfr. Franld, 1990).

2. Tiempo necesario para dominar la técnica

Como su nombre indica,la terapia breve esta interesada en resultados rapidos y la


intención paradójica es una de las técnicas mas rapidas usadas por los seguidores
de la terapia breve.

Si se está usando la intención paradójica para eliminar un síntoma único bien


definido, como tocar cosas compulsivamente o sentirse mal en los ascensores, se
obtendrán resultados en un periodo tan corto como una semana.

Incluso cuando los terapeutas están trabajando con varios síntomas complejos
interrelacionados, la intención paradójica raramente requiere mas de diez sesiones
para ser efectiva. Esto contrasta con los años que algunos han debido perder en
psicoanálisis intentando “entender” y curar el mismo conjunto de síntomas.

3. Principios de la intención paradójica para terapeutas de la salud

Aunque este apartado esta principalmente dirigido a los terapeutas de la salud que
deseen usar la intención paradójica con sus clientes también puede ser leído por
aquellos que estén interesados en la técnica y deseen jugar “al juego paradójico”.

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Los siguientes doce principios o “reglas” de la intención paradójica están
concebidos solo como orientaciones. Puede no ser necesario emplear los doce
con cada cliente.Clientes distintos requerirán que se aplique algunos mas
intensamente que otros, dependiendo de sus problemas y de su relación con ellos.
Los doce principios están numerados mas por conveniencia que para indicar una
progresión absolutamente rigida. De hecho, algunos de los pasos se recorren
simultáneamente en determinadas situaciones terapéuticas. Por ejemplo, en una
frase como “estamos de acuerdo en que por navidad podras tener la delicadeza
de decir ”no” a tu madre cuando te ofrezca dinero”, se puede estar marcando un
objetivo conductual, reforzando un compromiso de cambio, marcando un limite de
tiempo y reformulando la conducta deseada en términos del cliente.

1. Olvidar la comprensión

Por los que concierne al logro de cambios conductuales, el entendimiento y la


intuición solo consiguen a menudo premios de consolación. La mayor parte de los
cambios ocurren espontáneamente y no como resultado de una comprensión de
las causas iniciales o de una visión iluminadora del pasado.

La intención paradójica no depende de entender mejor los procesos inconscientes,


de ayudar a los clientes a entender sus dificultades interpersonales, de realizar
interpretaciones de transferencia, explorar motivaciones o ni siquiera de tratar de
re condicionar los patrones de conducta desafortunados. Es un atajo que actua
directamente sobre la conducta y opera de acuerdo con una formula directa. Las
únicas habilidades que se necesitan son buena voluntad para afrontar la paradoja,
un minimo de imaginación y la habilidad para ser realista.

Una vez este claro que la intención paradójica no se preocupa de porque existe un
problema, sino solo de cuál es el problema, se puede proceder al segundo paso.

2. Determinar el ciclo síntoma – solución

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Una vez desechada la pregunta de porque existe el problema, es preciso
concentrarse en la conducta actual. El cambio se producirá en el aquí – y – ahora
y es en este contexto donde se deben examinar los síntomas. Por ejemplo, si una
mujer tiene desvanecimientos en los grandes almacenes hay que centrar la
atención en la exacta progresión de los síntomas de ansiedad, aturdimiento y
colapso. Averiguar los tiempos, lugares y distancias, lo que ocurre antes y lo que
ocurre después, así como lo que ella se dice a si misma cuando tiene lugar el
desmayo.

Es mejor describir el síntoma como una acción siempre que sea posible. “Caer al
suelo en unos almacenes” es mejor que “sentir vértigo en unos almacenes”. Y
“sentir vértigo en unos almacenes” es mejor que la descripción mas general
“ataques de ansiedad en medio de la ciudad” Hay que ser tan especifico como la
situación permita.

Cuando se haya alcanzado un acuerdo sobre el problema en términos de alguna


conducta presente no deseable, examínense las soluciones desafortunadas del
cliente. Algunas soluciones desafortunadas al fenómeno desmayarse en los
almacenes serian decidir no desmayarse, preocuparse por desmayarse, esperar
desmayarse, no querer desmayarse, sentir como inevitable el hecho de
desmayarse, etc, hasta el punto de suprimir completamente las visitas a los
almacenes. Las soluciones forman un circulo vicioso. Todos los intentos
desesperados para resolver el problema solo sirven para perpetuarlo. De hecho la
solución es el problema. “soluciones” aparentemente mas activas, como llevar
encima sales y ponerse un brazalete con su nombre y dirección por si se
desmaya, constituyen en realidad otro aspecto de la misma no-solucion. La
solución al problema de desmayarse es dejar de preocuparse por ello, que es
precisamente lo que la interesada no puede hacer, por lo menos por si misma, de
la forma como se esta tratando de afrontar el problema.

(Es preciso mencionar, de pasada, que no es necesario que el cliente comprenda


completamente la circularidad de su dilema. Solo es importante que lo tenga claro

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el terapeuta de forma que pueda diseñar mas tarde una cuidadosa prescripción
paradójica.)

3. Animar la Resistencia

Existen argumentos para convertir este principio en el primero en lugar de el


tercero, dado que cuando se practica la intención paradójica se empieza el trabajo
terapéutico desde el momento en que se empieza a pedir información.

Los síntomas de un cliente pueden verse a menudo como formas que ha


aprendido para influir o limitar la conducta de otros, incluyendo la conducta del
terapeuta. Incluso los síntomas y la resistencia a cambiarlos constituyen formas
que tiene el cliente para tratar de mantener el control. Los clientes que quieren
ayuda de verdad tenderán a oponer resistencia al proceso terapéutico. Tenderan a
ocultar información de si mismos al mismo tiempo que quieren hablar de si
mismos. Esto constituye ya una paradoja y el terapeuta debería manejar la
situación paradójicamente animando al ciente a aumentar su resistencia.

4. Definir la conducta objetivo

El terapeuta y su cliente deben definir un objetivo en términos de un cambio en la


conducta. Esto debe hacerse en el lenguaje del ciente, en términos que el cliente
pueda comprender y aceptar un compromiso.

En algunos casos, el objetivo será el simple abandono de una conducta no


deseable, como no mojar la cama o no contar cosas compulsivamente. En otros
casos será mas sutil, como sentirse relajado y pasear intencionadamente entre
una multitud o ser capaz de defender su opinión en las reuniones.

Como en la determinación del síntoma, es útil ser tan concreto como sea posible.
Sobre todo, la conducta-objetivo debe destacar alguna clase de acción – hacer o
experimentar algo, no comprender algo.

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Se puede llegar al acuerdo de que la terapia termina cuando la conducta objetivo
esta adquirida o que la consecución de la conducta objetivo constituirá un triunfo,
una cura, o el primer paso en el camino de la mejoría. Esto dependerá de como se
reformule el problema (véase el principio explicado en el numero nueve).

5. Asegurar el compromiso para cambiar

Puesto que el éxito de la intención paradójica depende de que el cliente actue, el


peso de la motivación debe colocarse en el cliente. Algunas veces el simple hecho
de que este haya buscado ayuda es signo suficiente de su intención de
comprometerse a cambiar. Si un conductor de autobús desarrolla un terror
irracional por el trafico y busca ayuda al primer signo indicador de que puede
llegar a perder su trabajo, el compromiso para el cambio es obvio. En este caso, el
terapeuta solo necesita proyectar la confianza positiva de que el cambio ocurrirá y
trabajar en ello.

Algunas veces, la naturaleza de un síntoma crónico provoca una dificultad en el


compromiso a cambiar, porque el síntoma se percibe como enteramente
involuntario y, por lo tanto, no sujeto a cambio por un acto voluntario. Por ejemplo,
un tartamudo persistente puede necesitar que se le formulen una serie de
preguntas que aparentemente admitan la permanencia de la aflicción, y que sin
embargo abran la puerta a la idea del cambio: “Estaria dispuesto a tartamnudear
solo en actos sociales? ¿En el trabajo pero no en casa? ¿Con los adultos pero no
con los niños?”.

Comprometerse a cambiar implica aceptar un riesgo. Cuando el verdadero


síntoma del cliente es la falta de voluntad para aceptar riesgos, se convierte en
notablemente difícil asegurar un compromiso de cambio. Por ejemplo, un joven
que tiene como objetivo pedir a una chica que salga con el y formalizar una
relación seria, podría tener miedo a aceptar el riesgo de pedir a alguien que
saliese con el. Su regla es “ante todo cautela” y todo lo demás después. En este
caso, serán necesarias medidas mas drásticas para asegurar el compromiso de
cambio. La mejor táctica es el “pacto del diablo”. Debe decírsele que se posee un

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plan que resolverá su problema, pero que no lo aceptara si se le presenta como
solo una sugerencia. Se llega al acuerdo de decir el plan solo si promete seguir
exactamente las instrucciones, no importa cuan difíciles, irracionales,
inconvenientes o embarazosas sean. Digasele que el plan no es físicamente
peligroso, caro, o fuera de sus capacidades, pero que no se le facilitaran detalles
sobre el mismo mientras no se comprometa por adelantado.

Podria pedírsele que tomara una decisión inmediatamente o sugerir que se lo


pensara durante algunos días y decidiera si o no. Asi, se ve forzado a tomar una
decisión que es terapéutica en si misma. Si decide que no, admite que el problema
no es importante en absoluto y la consecuencia es que no continuara ayudándole
en este caso. Casi nadie, en estos casos, toma una decisión negativa.

Si decide que si, se compromete. Una vez comprometido, el terapeuta continuara


con las instrucciones paradójicas. A partir de este punto no importa si las
instrucciones son arriesgadas o difíciles. Lo que se busca es el compromiso.

6. Establecer un límite de tiempo.

Muchas veces esto se hace como parte de la descripción de la conducta objetivo.


Se debería animar al cliente a establecer sus propias metas o periodos de tiempo
para el cambio. Esto subraya el tono positivo general que se pretende alcanzar, y
cambia el énfasis desde la posibilidad de cambio a la mera cuestión de fijar un
plazo.

Algunas veces, conseguir un limite de tiempo es en realidad una forma de


asegurar el compromiso del cambio. Por ejemplo, cuando se dice “puedo ayudarle
en su problema con un método rápido o un método lento, ¿Cuál prefiere?.” Se
esta hablando solo evidentemente de la duración del tratamiento. Al establecer
una cuestión en relación al tiempo, solo se esta asegurando el acuerdo tacito del
cliente de que el cambio se producirá - la única elección real es si ocurrirá mas
pronto o mas tarde.

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7. Prescribir el síntoma

Digase a los insomnes que permanezcan levantados toda la noche. Ordenese a


los que se desmayan que se caigan. Enseñese a los perfeccionistasa cometer
errores.

Esta es la clave de la intención paradójica. Esta es la razón por la que el terapeuta


ha sido tan cuidadoso al describir la conducta sintomática y ha asegurado el
compromiso de cambio. Ahora se esta haciendo que el cliente lleve a cabo su
conducta sintomática bajo la dirección del terapeuta.

Para comprender porque recetar los síntomas funciona, debe darse cuenta de que
el objetivo del cambio no es el síntoma. Lo que debe cambiarse es la solución que
el cliente ha venido aplicado infructuosamente al síntoma. El problema del
insomnio no es la falta de sueño, son los intentos de los clientes para forzarse a si
mismo a dormir. El problema en quienes se desmayan no es la perdida de
conciencia; es la preocupación obsesiva ante el desmayo. Lo que debe cambiarse
en el perfeccionismo obsesivo no es cometer errores, sino la obsesion irracional
del cliente por evitar cometer errores.

Al recetar el síntoma se esta dirigiendo al cliente a buscar lo que habitualmente


evita, a revelar lo habitualmente oculto, a elegir lo habitualmente rechazado. La
instrucción parece paradójica porque opera en el mas alto nivel de abstracción
sobre el problema. Rompe el circulo vicioso del síntoma- solución- síntoma.

Prescribir el síntoma cambia la situación de forma que la falsa solución ya no es


aplicable: si se siguen las instrucciones para estar en vela toda la noche, las
preocupaciones habituales por si será capaz de caer dormido son irrelevantes. Si
se esta siendo instruido para desmayarse a propósito, preocuparse de si se va
uno a desmayar y caer es inútil. Si se esta siguiendo un plan que impulsa a
cometer un error cada dia, es muy duro permanecer preocupado por la perfeccion.

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La falsa solución es el problema. Cuando se retira la falsa solución del sistema del
cliente, el problema también desaparece. El insomne que deja de intentar dormir
es paradójicamente capaza de dormir. El que se desmaya que deja de
preocuparse por ello paradójicamente advierte que no se desmayara mas. El
perfeccionista que no se preocupa mas por cometer errores ocasionales no los
cometera tan a menudo y no considerara desolador cometerlos.

8. Incluir una variación

Al prescribir el síntoma es importante incluir una variación, aunque pequeña, en la


conducta usual. Al controlar la duración, intensidad, circunstancias. Localizacion,
secuencia o tiempo del síntoma se gana control sobre el propio síntoma. Cada vez
que se recomienda una conducta sintomática con algún cambio, añadido o
retirado, se hace mas probable el cambio ulterior.

Se instruye al insomne que duerme un promedio de dos horas por la noche a estar
despierto toda la noche (aumentando la duración). Al que se desmaya después de
entrar en los almacenes, a desmayarse en la calle (cambiando la localización). Al
perfeccionista que se preocupa por fallos catastróficos e inintencionados, a
cometer pequeños fallos (cambiando la intensidad).

A menudo el cambio toma la forma de una alternativa menos agradable o una


exageración del aspecto mas perturbador del síntoma. Por ejemplo, el insomne
que se le ha dicho que permanezca en pie toda la noche puede incluso encontrar
una alternativa mas desagradable en forma de una tarea a cumplir. Esta tarea
puede ser algo que desagradara al cliente, pero sentirá que debe hacerse -
quizás fregar el suelo de la cocina, meditar sobre el sentido de la vida, o cuadrar el
talonario de cheques. En el caso de la mujer que se desmaya, tener su ataque en
plena calle no solo cambia la localización del síntoma, sino que incluso exagera su
aspecto mas perturbador, el azoramiento publico que entraña.

Algunas veces, el síntoma que presenta el cliente es físicamente peligroso o ilegal.


En este caso debe introducirse una variante que conserve el aspecto esencial de

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la conducta sintomática, pero la mas segura, positiva o legal. En el caso del
adolescente mencionado al principio del capitulo que robaba coches y después
mentia sobre ello, será mejor retener el aspecto de la mentira pero variar lo que
esta siendo objeto de esta. Por ejemplo, se puede aleccionar al joven para que
ocasionalmente hiciera algo por lo que sus padres se sintieran orgullosos, y hacer
todo lo posible para que estos no se enteraran. Los padres a su vez deben ser
instruidos para continuar practicando su síntoma de observar a su hijo como
halcones. La variante es que ahora ellos deben buscar la evidencia de que el hijo
ha obrado rectamente, en lugar de buscar la evidencia de unas transgresiones.
Asi, la principal variación es cambiar el tema base de su sistema sintomático de
actuar-mentir-observar-acusar-actuar.

Como escoger e introducir las variantes en la conducta sintomática se determinara


aplicando el siguiente principio: reformular.

9. Reformular el problema en el lenguaje del cliente

Reformular es la esencia de la mayoría de las psicoterapias. Se desea que los


clientes se observen a si mismo y al mundo bajo una luz diferente. Reformular se
encuentra en todos los estadios de la practica de la intensión paradójica. No es de
ninguna manera un paso distinto. Sin embargo, si existe un punto en el proceso en
el que reformular es lo mas importante, y este es cuando se esta prescribieno el
síntoma y describiendo las variaciones que el cliente debe llevar a cabo. En este
punto el terapeuta le pide esencialmente al cliente que haga lo que no quería
hacer. Su éxito dependerá de su efectividad en reformular.

En términos vulgares, reformular es simplemente utilizar el sentido común: hablar


en términos que el cliente pueda entender. Esta es una regla básica en toda
terapia y comunicación. No puede hablarse a una anciana de 80 años de la misma
manera que a un chico de 12. Es fundamental armonizar el tono, escoger la
palabra, la longitud de la frase, el nivel de abstracción, el entusiasmo, etc. Según
la edad, el estado de animo, la educación, el sexo y la clase social de la persona a
la que se esta hablando.

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En un plano mas profundo, al reformular se tiene en cuenta la forma en que la
gente percibe sus problemas. Como se ha visto en este capitulo y en el capitulo de
solución de problemas, el problema verdadero raramente es el problema
expresado, sino mas bien lo que los clientes piensan acerca de el – su opinión, su
forma de analizarlo, el contexto en el que lo situan, el lenguaje que usan para
describirlo.

Una persona religiosa que tiene miedo de cometer errores puede hablar en
termino de pecado y castigo. Un hombre de negocios destacado que tiene miedo
de cometer fallos habla de responsabilidad, beneficios y perdidas. Alguien que ha
tenido una infancia desgraciada y esta temeroso de equivocarse puede hablar de
inseguridad, aceptación y amor.

Cada uno de ellos tiene un marco referencial diferente respecto al mismo


problema y habla de el en su propio lenguaje.

El lenguaje o contexto puede describirse como la metáfora del cliente. Descubrir la


metáfora central que este usa para percibir un problema es como romper un
codigo. Constituye la clave de su visión de si mismo y del mundo. Lo que aparecia
desconectado y extraño ocupa su lugar, las reglas del sistema se hacen evidentes
y se puede comprender lo que antes era un rompecabezas. Mas importante, el
terapeuta puede comunicar ideas e instrucciones de forma metaforica y los
clientes las entenderá y aceptaran, mientras que rechazarían o no comprenderían
la misma información si se les presentase abiertamente.

En este punto, es importante insistir en que ni el terapeuta ni su cliente necesitan


preocuparse en porque han expresado el problema de una forma particular. El
terapeuta como tal solo necesita saber a que se parece la expresión, que términos
se usan para describirlo y cuales con las reglas que operan dentro de ellas.

Es asimismo importante señalar en este momento que en la practica de la


intención paradójica la finalidad de reformular no consiste en que el cliente
sustituya su expresión por una mas realista, “mejor” o “mas verdadera”. El

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propósito de reformular en la intención paradójica es romper la camisa de fuerza
de la vieja expresión y convencer al cliente de que debe seguir las directrices del
terapeuta. Por ejemplo, se debe decir a una cliente religiosa a que el motivo de
que tenga miedo a caer en pecado es que no es suficientemente consciente de los
pecados que comete. Lo que debería hacer es escoger un pecado menor, venial, y
cometerlo diariamente prestando mucha atención a cada detallle de voluntad, al
acto mismo y al tormento adicional de purgatorio que añadirá a su futuro. La
cliente debería ver este pecado como una forma desafortunada pero necesaria
para conseguir el objetivo deseado a través de una experiencia con el mal.

10. Asegurarse el acuerdo en seguir las instrucciones

Esto esta implícito en los pasos anteriores. A menudo mientras se esta


asegurando un compromiso de cambio o una reformulación en el lenguaje del
cliente se esta también asegurando su acuerdo para seguir las instrucciones. Sin
embargo, siempre es una buena idea concluir cada sesión con un resumen de la
actuación deseada y el convencimiento claro de que el cliente esta deacuerdo en
seguir las instrucciones.

Muchas veces los clientes aseguran que seguirán las instrucciones y de hecho no
lo hacen. No importa. La mayor parte de las veces no importa en absoluto si tienen
éxito al seguir lo que se les ha prescrito. Por ejemplo, la mujer que ha prometido
desmayarse en la calle delante de unos grandes almacenes “olvida” su desmayo
de camino a los almacenes. Una vez dentro, piensa que, para seguir la
prescripción del terapeuta, podría desmayarse dentro, donde esta mas limpio, o
todavía mejor en la tienda del tercer piso donde hay una muliida moqueta.
Finalmente, tras un recorrido de compras de dos horas libre de ansiedad no ha
sabido encontrar un lugar ideal para desmayarse.

De igual modo, el insomne que debe estar toda la noche meditando sobre el
sentido de la vida decide que el mejor modo de concentrarse en la materia es
echarse sobre la cama y cerrar los ojos. Y se levantara a la mañana siguiente con
un minuto de filosofía y nueve horas de sueño reparador.

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Lo importante es que los clientes entiendas las instrucciones, las acepten y
realicen un esfuerzo relativamente sincero para seguirlas. Si cumplen, o no, las
tareas encomendadas es poco importante con tal de que el objetivo real de la
intención paradójica se consiga: eliminar la respuesta de evitación.

11. Predecir una recaida

En realidad constituye un apartado del principio de “animar la resistencia” y la


táctica general de mantener elevado un tono positivo. Se recomienda
especialmente cuando un cliente esta haciendo rapidos progresos. Reconoce que
puede producirse una recaida y si ocurre, la convierte en una parte del
tratamiento.

Como cualquier instrucción paradójica, la predicción debe encontrarse formulada


en términos que el cliente pueda ceptar. Debe decirse: “Progresar no equivale a
una línea recta ascendente. Hay paradas y retrocesos minimos en el desarrollo
natural del proceso. A menudo tendremos que retroceder un paso para recuperar
la marcha y seguir adelante.

Por eso no hay que sorprenderse si de forma inesperada aparece denuevo el


problema la próxima semana o dentro de un mes”.

En realidad, cuando el cliente avanza muy rápidamente es mejor prescribir una


recaida. Erikson lo hace de forma muy elegante sugiriendo que el cliente no
apreciara realmente su estado actual de bienestar si no lo compara con lo mal que
se sentía antes. Por consiguiente debe tratar de sentirse tan mal, infeliz y confuso
como antes aunque solo el tiempo justo para notar la diferencia.

Cuando se prescribe una recaida, se esta proponiendo al cliente una experiencia


de control sobre sus síntomas – si los puede recuperar, podrá liberarse de ellos de
nuevo.

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Cuando se predice la posibilidad de una recaida constituye una táctica de seguro –
si el cliente tiene la recaida, el terapeuta lo habrá previsto, todavía controlara la
situación y el tratamiento se percibirá como si se desarrollase de acuerdo con el
plan; si el cliente no tiene la recaida se vera como evidencia que esta mas sano de
lo que se pensaba.

Por el contrario, cuando el cliente progresa muy lentamente el terapeuta debería


aconsejar una reducción de la marcha. Es precisamente otra manera de animar la
resistencia, y muchas veces tiene el efecto paradójico de acelerar el cambio.

12. Desmitificar y/o retirarse

Tan pronto como se haya eliminado la conducta problemática, es el momento para


que el terapeuta o el cliente se retiren. Hay que explicar el proceso de la intención
paradójica dando cuenta de lo que se ha estado haciendo, siempre que con ello
no aminoren los resultados y el cliente sea capaz de aplicar las técnicas por si
mismo en el futuro.

A veces, puede ser aconsejable dejar que el procesos permanezca en secreto.


Puesto que la comprensión nunca ha constituido un aspecto importante de la
intención paradójica, a menudo representa un derroche de tiempo explicar el
proceso.

La intención paradójica surte efecto porque refleja la forma en que la gente cambia
espontáneamente, sin producir ni buscar ninguna comprensión del cambio.
Frecuentemente, el cliente ira una o dos veces a ver al terapeuta siguiendo o
tratando sinceramente de seguir sus instrucciones, y el cambio tiene lugar con
tanta rapidez que ni se le ocurre que la intervención del terapeuta haya tenido algo
que ver con ello. Este tipo de cliente acabara por abandonar el tratamiento y es
mejor dejarle con la impresión de que el problema se ha resuelto por si solo.

4. Caso Clinico

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Los siguientes casos clínicos ejemplificaran los principios de la intención
paradójica y se han numerado de acuerdo con los apartados anteriores.

Ansiedad al hablar

1. Olvidar la comprensión: Un cliente fue al terapeuta porque se ponía muy


nerviosos cuando tenia que hablar ante un grupo de gente. Se le secaba la
garganta, se le quebraba la voz y tartamudeaba tanto que tenia que dejar de
hablar; finalmente, terminaba por sentirse avergonzado. Su trabajo requeria que
diese informes orales en reuniones y su ansiedad al hablar le hacia retroceder en
su profesión. El terapeuta no se molesto en investigar la historia de sus discursos
ni intento explorar o ayudar al cliente a comprender las causas fundamentales de
sus nervios ante un grupo de gente.

2. Determinar el ciclo síntoma-solución: El terapeuta empleo treinta minutos en


hacer que el cliente describiese exactamente lo que hacia antes de hablar:
memorizar frases clave y citas, practicar delante del espejo, recoger su traje de la
lavandería, asegurarse de que tenia un corte de pelo reciente y un cuidadoso
afeitado en la mañana del discurso, charlar casualmente con compañeros de
trabajo antes de empezar la reunión, tomar un caramelo de menta y un sorbo de
agua, repasar mentalmente la frase inicial, acercarse al estrado, sonreir al publico,
sentir la acometida de la ansiedad y tratar de no demostrarlo, empezar a hablar,
luchar por mantener su voz bajo control y aparentar calma, sentir que se le secaba
la garganta y oir quebrársele la voz, sentir obviamente pánico y finalmente
sucumbir a los nervios y perder el hilo del discurso. El terapeuta determino que el
problema consistía en ansiedad al hablar y que la solución que aplicaba sin éxito
el cliente era ocultar los signos de la ansiedad, con lo que solo se ponía mas
ansioso, intentaba ocultarlo con mayor desesperación y asi seguía empeorando la
situación cada vez mas hasta llegar al colapso.

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3. Animar la resistencia: Puesto que el cliente fue capaz de hablar literalmente
de su problema, el terapeuta no tuvo que animar la resistencia.

4. Definir la conducta objetivo: Estuvieron de acuerdo en que el objetivo para el


cliente era resistir hasta el final en su siguiente presentación. El terapeuta rechazo
el objetivo del cliente de “ser capaz de resolver de una vez por todas porque me
siento tan tenso”. Ni incluyo en el objetivo ninguna mención a que el cliente no se
sintiese nervioso o a que la audiencia no notase su nerviosismo.

5. Asegurar el compromiso para cambiar: Puesto que el cliente tenia mucho


miedo de parecer tonto o de que la audiencia advirtiese sus nervios, y puesto que
el terapeuta pensaba sugerir una instrucción que probablemente seria duramente
resistida, decidio usar el pacto del diablo. “Conozco un truco sencillo que podría
adoptar, dijo, que resolvería su problema de una vez por todas, pero no voy a
decirle en que consiste. Si se lo dijera, podría pensar que solo era una idea
divertida que podría probar uno de estos días. Esta clase de actitud no suele
funcionar. La única manera de que le explique el truco será que me prometa que
lo pondrá en practica, sin importarle lo descabellado que le parezca”. El cliente
quedo intrigado y después de asegurarse de que no tendría que hacer nada
peligroso o por encima de sus posibilidades, acepto.

6. Establecer un limite de tiempo: Formó parte del objetivo de conducta, puesto


que la reunión para la venta de muelles estaba a dos semanas vista, y el cliente
tenia que dar una charla entonces. El limite de tiempo se encontró reforzado por el
establecimiento del pacto del diablo, puesto que el terapeuta insistió en que solo
había un tratamiento que podía dar resultados tan rapidos.

7.Prescribir el síntoma: “Ante todo, dijo el terapeuta, quiero que usted se


adelante y este nervioso cuando suba al estrado. Cuando se vuelva de cara al
público, observe lo seca que esta su garganta y lo rápido que late su corazón”.

8. Incluir la variación: “Entonces, continuó, en lugar de empezar por la frase que


se ha preparado diga. “Estoy tan nervioso que probablemente vacilare durante

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toda mi intervención. Dudo que pueda conseguirlo pero alla voy”. Entonces
empiece su discurso”

9. Reformular el problema en el lenguaje del cliente: El terapeuta reformuló


esta instrucción en el lenguaje del cliente, diciendo: “Cuando usted esconde su
nerviosismo a la audiencia, les esta mintiendo. Entonces usted se castiga a si
mismo por mentir, poniéndose mas nervioso y haciendo su mentira mas grande.
Diciendoles claramente que esta nervioso, hace una confesión. Entonces usted
será capaz de continuar con un nivel de ansiedad soportable que tendera a
decrecer antes que a incrementarse”. El terapeuta escogió este lenguaje porque el
cliente ponía un gran énfasis en la honestidad y la autenticidad y porque se
adecuaba a la tendencia del cliente a sentirse afectado por la reacción de la
audiencia.

10. Asegurar el acuerdo en seguir las instrucciones: Puesto que ha


establecido el pacto del diablo, el terapeuta ha colocado una firme base para este
paso. Recordó al cliente su compromiso, obtuvo la certeza de que quería seguir
las instrucciones y reforzó la conducta deseada haciendo que el cliente ensayase
varias veces la frase inicial en su presencia.

11. Predecir una recaida: Al dia siguiente de que el cliente pronunciara su charla
llamó al terapeuta para decirle que se había sentido como un “perfecto estúpido” al
levantarse ante toda la concurrencia y decirle que esta nervioso. Sin embargo, se
sintió capaz de pronunciar la frase inicial y entonces “respiró tranquilidad” el resto
de la charla. El terapeuta le dijo que usase la misma frase al empezar futuras
exposiciones. Le advirtió que era posible una recaida, y que no se preocupase si
no se sentía relajado en todos los momentos de cada exposición. “De hecho, dijo,
si hace las siguientes tres charlas perfectamente, quiero que tartamudee
deliberadamente y chille en la siguiente. Si no muestra de vez en cuando sus
nervios la frase inicial no podrá considerarse verdadera y estará diciendo otra
clase de mentira, asi que decida el momento de mostrarse nervioso en la cuarta
exposición, solo justo para ver lo que siente”.

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12. Desmitificar y/0 retirarse: En este caso el terapeuta no supo nada del cliente
en meses. El cliente fue quien abandono el tratamiento. Cerca de un año después,
el cliente seguía hablando en publico con éxito y le llamó unicamnete para
preguntarle si el coste del tratamiento era deducible del impuesto sobre la renta.

5. Bibliografias

1- TESIS DOCTORAL Madrid, 1994 , Ma. Ángeles Noblejas de la Flor, Dr. Victor
Santiuste Bermejo, LOGOTERAPIA. Fundamentos, principios y aplicación. Una
experiencia de evaluación del “logro interior de sentido”

2- Psicodiagnosis.es. Especialistas en Psicología Infantil y Juvenil. Gabinete: c/


Emperador August, 26, 1º-2ª, TARRAGONA 2018.

3- Matthew Mckay, Martha Davis, Patrick Fanning, Tecnicas Cognitivas para el


tratamiento del estrés

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