Sie sind auf Seite 1von 14

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN

ESCUELA ACADEMICA PROFESIONAL DE INGENIERIA AGROINDUSTRIAL

FACULTAD DE INGENIERIA AGROINDUSTRIA

“EPIRISMO-INDUCTIVO”

ASIGNATURA : Investigación I

ALUMNOS :
- Edgar Mas Montoya
- Luz Marly Pinedo Macedo
- Jean Carlos Quispe Saucedo
- Gertjan Dajurik Mesía Pérez
- Cesar Manuel Mendoza Hurtado

DOCENTE : Lic. Ivan Emeterio Ramos flores

SEMESTRE ACADEMICO : 2018- II

Morales – PERU

(2018)
I. Introducción

El empirismo considera a la experiencia como única fuente válida del


conocimiento en el contacto de los sentidos con las cosas. Son los sentidos los
que, al ponerse en contacto con las cosas capturan las formas con que las cosa
impresionan, formas que juzgándola por el lado del objeto, son las de su
existencia, por el lado del sujeto, las impresiones son el material que es
transmitido hasta los centros superiores donde se convierten no solo en
percepciones, sino en ideas generales o conceptos.

Son empiristas todos aquellos filósofos que afirman que el origen y valor de
nuestros conocimientos depende de la experiencia. Por tanto, cabe decir que el
empirismo no es algo exclusivo de la Filosofía Moderna, pues en etapas
anteriores nos hemos encontrado con filósofos que habían hablado de la
experiencia (conocimiento sensible) como base y origen del conocimiento. Como
ejemplos podemos citar a Aristóteles, a Tomás de Aquino, a Guillermo de
Ockham.

Por eso, cabe decir que cuando en este tema hablamos de "Empirismo" lo
hacemos para hacer referencia a lo que también se llama "Empirismo Moderno"
o "Empirismo Inglés”. Los principales filósofos que integran esta tendencia del
Empirismo moderno son John Locke (1632- 1704), George Berkeley (1685-
1753), y David Hume (1711-1776). Este último es el empirista más consecuente
e influyente en la Historia de la Filosofía y de él nos ocuparemos de forma
especial.
II. REVISION BIBLIOGRAFICA
1. EMPIRISMO :
Se conoce con el nombre de empirismo a toda doctrina filosófica para la cual
la única fuente válida de conocimiento es la experiencia sensible. Entendido
de esta forma general, el empirismo es una constante en la historia del
pensamiento; existió en la antigüedad y surgirá en más de una ocasión en la
época contemporánea.

A menudo se ha restringido el término empirismo para denominar a la


corriente del empirismo moderno o empirismo inglés, movimiento que tuvo su
origen y culminación en Inglaterra. Se inicia con Bacon y sus figuras más
destacadas son Locke, Berkeley y Hume. El fundamento de esta corriente
hay que buscarlo en la solución nominalista al problema de los universales.
El universal, para la filosofía empirista, se ha reducido a un mero nombre. De
ahí que todo empirismo sea esencialmente nominalista. Esta concepción
filosófica ha tenido una influencia muy profunda en todo el desarrollo del
pensamiento moderno. En ella tienen su base las tendencias filosóficas
positivistas y el concepto positivista de la vida.

El empirismo inglés se caracteriza por constituir una respuesta opuesta al


racionalismo del siglo XVII. Para el racionalismo es posible deducir el edificio
entero de nuestros conocimientos a partir de ideas que el entendimiento
encuentra en sí mismo sin necesidad de recurrir a la experiencia. La filosofía
empirista surge como oposición al racionalismo en cuanto al origen del
conocimiento. Según el empirismo no existe ideas ni principios innatos al
entendimiento.

Con anterioridad a la experiencia, para el empirismo, nuestro entendimiento


es como una página en blanco en la que nada hay escrito; por tanto, niega la
existencia de las ideas innatas y afirma que todo nuestro conocimiento
procede de la experiencia
1.1. LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DE HUME
Para Hume conocer es básicamente percibir, por lo que todo nuestro
conocimiento se elabora a partir de percepciones, las cuales pueden ser de
dos tipos, dependiendo de su fuerza e intensidad: impresiones e ideas,
respectivamente.
Las impresiones, sostiene Hume, son mucho más vivaces y potentes que las
ideas, precisamente porque son anteriores en el acto de percibir que lleva a
cabo nuestra mente.
Las impresiones son actos inmediatos de la experiencia, tanto interna como
externa; así, habrá dos tipos de impresiones: de sensación y de reflexión.
Las impresiones de sensación nos dan a conocer las cualidades de los
objetos del mundo exterior; las impresiones de reflexión nos ofrecen el
conocimiento o la experiencia de nuestros estados de conciencia o estados
internos.
En lo que respecta a las ideas, Hume sostiene que son copias de las
impresiones y por esa razón su fuerza es inferior, puesto que no pasan de
ser huellas derivadas de las impresiones. Las ideas no son nunca innatas (a
diferencia de lo que afirmaba Descartes), puesto que bien derivan de las
impresiones, si han de ser verdaderas, o bien son construidas por nuestra
imaginación. Las ideas no son, desde luego, modelos (frente a Platón) ni
modos de pensamiento (al contrario de lo que opinaba Descartes) y no se
obtienen por abstracción (en oposición a la Escolástica).
En cualquier caso, las ideas se pueden clasificar en dos tipos: simples y
complejas. Estas últimas se forman por medio de la asociación de las
primeras empleando las siguientes leyes de asociación:
a) Ley de semejanza: las ideas se asocian por su parecido o semejanza.
b) Ley de contigüidad espacio-temporal: asociamos más facilmente
ideas que se presentan próximas entre sí.
c) Ley de causalidad: se trata de la relación causa-efecto, según la cual
tendemos a asociar ideas presentando una como causa de otra y, por
ende, colocando una de manera anterior a la otra y estableciendo entre
ellas una relación de necesidad (véase más adelante el apartado: "crítica
a la causalidad").
El conocimiento se clasifica, pues, en:
A. Conocimiento de relaciones entre ideas: es aquel conocimiento
que trabaja exclusivamente en el orden de las proposiciones y por
tanto corresponden fundamentalmente a la lógica y la matemática. Se
trata de proposiciones siempre verdaderas que respetan el principio
lógico de no contradicción. La ventaja de este conocimiento es su
potencial analítico (siempre dicen verdad, el predicado está incluido
en el sujeto, con lo que son necesariamente ciertas), pero su
desventaja es que son incapaces de ofrecernos conocimiento
experiencial alguno, es decir, conocimiento de los hechos que
conforman el mundo.
B. Conocimiento de hechos: es aquel conocimiento constituido por las
proposiciones que se refieren a hechos. Se trata de un conocimiento
empírico, contingente, obtenido a partir de impresiones. Su ventaja es
que son capaces de ofrecernos conocimiento sobre el mundo, pero
su desventaja radica en que no respetan siempre el principio de no
contradicción y no pueden tener un alcance universal ni necesario,
pues están sometidas a prueba y experiencia, y estas son siempre
particulares, contingentes, probables, empíricas.

1.1.1. La crítica a la metafísica: el problema de la causalidad y la


sustancia
La metafísica había asentado tradicionalmente su fuerza argumentativa en dos
principios: la causalidad y la sustancia. Hume va a poner en tela de juicio ambos
soportes fundamentales, provocando así una puesta en cuestión de la validez de
la metafísica como conocimiento, que tendría su culminación ya en el siglo XX
con la corriente del positivismo lógico. Pero, a su vez, como se verá, la crítica de
Hume al principio de causalidad supondrá la negación de la posibilidad del
conocimiento absolutamente firme, aunque sea el científico, pues todo nuestro
conocimiento de hechos es solo probable.
El problema de la causalidad
El principio de causalidad dice que todo lo que existe tiene una causa y que, por
tanto, podemos establecer entre los hechos una relación de causa-efecto.

El problema de la sustancia
Teniendo en cuenta el escepticismo y el fenomenismo como paradigmas a partir
de los cuales comprender la realidad, la filosofía de Hume lleva a cabo un duro
enfrentamiento con la Tradición Filosófica al poner en tela de juicio la idea de
sustancia, que había sido el pilar de la metafísica occidental. Para Hume, la idea
de sustancia no tiene detrás ninguna impresión que la fundamente, por lo que tal
idea no puede provenir de alguna cosa real. Si, además, tenemos en cuenta el
estricto empirismo de la filosofía de Hume, según el cual la experiencia es la
fuente y límite de nuestro conocimiento, entonces no hay lugar para la sustancia,
pues esta no tiene cabida en el campo de la experiencia.
Así pues, la sustancia, según Hume, es una colección de ideas simples unidas
por la imaginación, sólo designa un conjunto de percepciones particulares que
nos hemos acostumbrado a encontrar juntas. Ni siquiera existe ese soporte
incognoscible de las cualidades que se muestran a nuestros sentidos (al que se
refería Locke); pues si le quitamos esas cualidades a cualquier ser, ya no nos
queda nada; por tanto, no hay ningún soporte o sustrato de esas cualidades. Así,
si le quitamos a la rosa el cáliz (verde) y los pétalos (de diferentes colores) ya no
hay rosa. De este modo, la sustancia no es más que el nombre asignado a un
determinado conjunto de cualidades que nos hemos acostumbrado a encontrar
juntas.
Para entender adecuadamente la crítica de Hume a la idea de sustancia y con
ello la crítica a la metafísica como saber, hay que partir del nominalismo en clave
ontológica: Hume, como Ockham, es nominalista en este sentido, pues defiende
que no existen las ideas generales y abstractas, sino que éstas sólo son ideas
particulares vinculadas a un término general, basándose en la semejanza.
En esta línea de crítica de la metafísica va a tratar el problema de las sustancias:
- Dios mundo y yo, tal y como habían sido establecidas por Descartes.
Mundo. Según Descartes la existencia del mundo estaba garantizada por
un Dios bueno y veraz que no puede permitir que nos engañemos. Locke
había aceptado la existencia del mundo diciendo que la realidad
extramental es la causa de nuestras impresiones. Sin embargo el análisis
radical de Hume nos lleva a decir que lo único que podemos afirmar es
que tenemos unas impresiones, pero no podemos afirmar que a estas
impresiones corresponda una realidad extramental exterior. La realidad
del mundo está más allá de mis impresiones y, por tanto, no podemos
afirmar la existencia de una realidad corpórea distinta de nuestras
impresiones; solo tenemos certeza de nuestras impresiones.
- Dios. La existencia de Dios había sido establecida por Descartes a partir
de la idea innata de perfección. Locke había afirmado la existencia de
Dios a partir del principio de causalidad, al considerar a Dios la causa de
nuestra existencia. Evidentemente, Hume niega la posibilidad de conocer
la existencia de Dios. Sólo tenemos conocimiento de nuestras
impresiones y no tenemos ninguna impresión de la existencia de Dios;
evidentemente, tampoco podremos llegar a Dios aplicando el principio de
causalidad (como habían hecho otros). En este tema Hume se muestra
partidario del escepticismo y agnosticismo.
- Yo. Tanto Descartes como Locke habían aceptado la existencia de la
realidad del yo, del cual tenemos una certeza intuitiva inmediata y
evidente. Pero Hume, siguiendo su crítica radical, afirma que sólo
tenemos intuición de nuestras impresiones; y el "yo" o "sujeto pensante"
no es una impresión que permanezca constante, sino que es aquello que
se supone como sujeto al que se refieren nuestras impresiones. Nosotros
lo que tenemos son impresiones variables que se suceden unas a otras:
dolor, alegría, tristeza, tranquilidad...; por tanto, no hay una impresión
constante y permanente a la que podamos considerar el "yo". Así, para
Hume el "yo" es un haz de percepciones que se suceden y que se
mantienen unidas por la memoria

1.2. John Locke


Tradicionalmente, se incluye a John Locke dentro del grupo de los empiristas
británicos, junto a dos filósofos posteriores, George Berkeley y David Hume.
Por lo general, se entiende que los empiristas mantienen que la totalidad del
conocimiento humano tiene que proceder, de una manera directa o indirecta,
de la experiencia del mundo que únicamente adquirimos a través de los
sentidos. Este argumento contrasta con el razonamiento de los filósofos
racionalistas, como René Descartes, Benedictus de Spinoza o Gottfried
Leibniz, que afirman que, al menos en principio, es posible adquirir
conocimiento exclusivamente por medio de la razón.
Locke llega a sus opiniones características
sobre la naturaleza del mundo aplicando a
los datos obtenidos por medio de la
experiencia sensorial un proceso de
razonamiento que posteriormente se
denominó abducción (inferir la mejor
explicación partiendo del conjunto de
pruebas disponibles). Locke, por ejemplo,
se propone demostrar que la mejor
explicación del mundo que
experimentamos es la teoría corpuscular,
según la cual todo está compuesto por
partículas submicroscópicas, o
corpúsculos, que no podemos conocer
directamente, pero cuya existencia explica
fenómenos que de otro modo resultaría
muy difícil, si no imposible, explicar. La
teoría corpuscular fue ampliamente
aceptada por el pensamiento científico del
siglo XVII y es fundamental en la
explicación del mundo físico que ofrece
Locke.
1.2.1. LAS OBJECIONES DE LOCKE
Locke estaba en desacuerdo con la
creencia de que el ser humano posea
ningún tipo de conocimiento innato. Parte
de la idea de que, cuando nacemos,
nuestra mente es una tabula rasa, una
pizarra o una hoja de papel en blanco
sobre la que se escribe la experiencia, de
la misma forma que la luz crea imágenes
sobre una película fotográfica. Según
Locke, el ser humano no aporta nada a
este proceso, a excepción de la capacidad
humana básica de aplicar la razón a la
información que obtenemos a través de
los sentidos. Sostiene que no hay la menor prueba empírica capaz de
demostrar que la mente de un recién nacido no esté totalmente en blanco, y
añade que lo mismo puede decirse acerca de los discapacitados mentales,
de los que cree que «no tienen la menor comprensión ni pensamiento». De
ahí que declare que toda doctrina que apoye la existencia de ideas innatas
es necesariamente falsa.
Locke también rebate el concepto mismo de idea innata, que, en su opinión,
es incoherente. Afirma que, para que algo pueda ser considerado una idea,
primero debe haber estado en la mente de una persona en algún momento.
Sin embargo, subraya, cualquier idea verdaderamente innata debería
preceder a toda forma de experiencia humana. Locke acepta que, tal y como
sostiene Gottfried Leibniz, una idea puede existir en la memoria a tal
profundidad que acceder a ella durante un tiempo pueda ser difícil o, incluso,
imposible, por lo que la mente consciente no es capaz de llegar hasta ella.
Por otro lado, se cree que las ideas innatas existen de algún modo y en algún
lugar, con anterioridad a cualquier tipo de mecanismo capaz de concebirlas
y de llevarlas a la conciencia.
Quienes defienden la existencia de las ideas innatas suelen afirmar también
que, como están presentes en todos los seres humanos cuando nacen,
deben ser universales por naturaleza, lo que significa que se encuentran en
todas las sociedades humanas y en todos los momentos de la historia. Platón,
por ejemplo, proclama que, potencialmente, todo el mundo tiene acceso al
mismo cuerpo de conocimiento, por lo que niega cualquier diferencia entre
hombres y mujeres o entre esclavos y hombres libres. Del mismo modo, en
tiempos de Locke, solía plantearse la teoría de que como las ideas innatas
tan sólo pueden llegar a nosotros a través de Dios, tienen que ser universales,
porque Dios no sería tan injusto de ofrecérselas únicamente a una élite.
Locke refuta el argumento de las ideas universales haciéndonos notar, una
vez más, que una simple observación del mundo que nos rodea nos muestra
que tales ideas no existen. Defiende que, incluso si hubiera conceptos, o
ideas, comunes a todos los seres humanos, tampoco podríamos concluir
categóricamente que, además de universales, son innatas. Declara que
siempre podríamos hallar otras explicaciones a su universalidad, como, por
ejemplo, que se derivan de la forma más básica en que el hombre
experimenta el mundo que le rodea, algo que todos los seres humanos
debemos compartir.
2. INDUCCIÓN
Método de conocimiento que permite obtener por generalización un
enunciado general a partir de enunciados que describen casos particulares.
La inducción se considera completa cuando se han observado todos los
casos particulares, por lo que la generalización a la que da lugar se considera
válida.
En la mayoría de los casos, no obstante, es imposible una inducción
completa, por lo que el enunciado general a que da lugar la aplicación de
dicho método queda sometido a un cierto grado de incertidumbre. En este
caso hablamos de inducción incompleta
La inducción incompleta no se puede considerar como un esquema de
inferencia formalmente válido, ni se puede justificar empíricamente, por lo
que se considera que nos ofrece "verdades" que gozan de un mayor o menor
grado de probabilidad, pero que no nos puede garantizar su certeza
absoluta.
2.1. El método inductivo
Esta metodología se asocia originariamente a los trabajos de Francis Bacon
a comienzos del siglo XVII. En términos muy generales, consiste en
establecer enunciados universales ciertos a partir de la experiencia, esto es,
ascender lógicamente a través del conocimiento científico, desde
la observación de los fenómenos o hechos de la realidad a la ley universal
que los contiene. Resumiendo las palabras de Mill (1973, las investigaciones
científicas comenzarían con la observación de los hechos, de forma libre y
carente de prejuicios. Con posterioridad -y mediante inferencia- se
formulan leyes universales sobre los hechos y por inducción se obtendrían
afirmaciones aún más generales que reciben el nombre de teorías.
Según este método, se admite que cada conjunto de hechos de la misma
naturaleza está regido por una Ley Universal. El objetivo científico es
enunciar esa Ley Universal partiendo de la observación de los hechos.
Atendiendo a su contenido, los que postulan este método
de investigación distinguen varios tipos de enunciados:
• Particulares, si se refieren a un hecho concreto.
• Universales, los derivados del proceso de investigación y probados
empíricamente.
• Observacionales, se refieren a un hecho evidente.
Haciendo hincapié en el carácter empirista de esta metodología, la
secuencia seguida en este proceso de investigación puede resumirse en los
siguientes puntos (Wolfe, 1924, Pág. 450):
1. Debe llevarse a cabo una etapa de observación y registro de los hechos.
2. A continuación se procederá al análisis de lo observado, estableciéndose
como consecuencia definiciones claras de cada uno de los conceptos
analizados.
3. Con posterioridad, se realizará la clasificación de los elementos
anteriores.
4. La última etapa de este método está dedicada a la formulación de
proposiciones científicas o enunciados universales, inferidos del proceso de
investigación que se ha llevado a cabo.
Según estos empiristas clásicos, se han de considerar teorías científicas las
formadas por conjuntos de enunciados probados empíricamente y que, o
bien describen hechos firmes, o bien son generalizaciones inductivas de
aquellos. La teoría no es aceptada hasta que no haya sido probada. De este
modo, vemos en estos empiristas un rechazo frontal hacia toda especulación
teórica sobre campos del conocimiento en los que no se pueda realizar una
contrastación empírica.
Este enfoque inductivo de ciencia empezó a derrumbarse gradualmente en
la segunda mitad del siglo XIX bajo la influencia de los escritos de Match,
Poincare y Duhem, a principios de nuestro siglo empezó a tomar una visión
prácticamente opuesta en los trabajos del Círculo de Viena. Algunos autores
contemporáneos han criticado duramente esta metodología argumentando
una serie de cuestiones que ponen en duda su eficacia, como la
imposibilidad de recopilar todos los hechos relacionados con el fenómeno en
el que estamos interesados o el hecho de que la experimentación sea sólo
utilizada como un simple procedimiento para generar información.
Por otro lado, el denominado "problema de la inducción" es un tema que
presenta determinadas implicaciones incluso para aquellos que no suscriben
la metodología inductivista. La cuestión se plantea ante la duda de si la
evidencia inductiva puede ser utilizada para predecir futuros acontecimiento,
en consecuencia, el problema de la inducción surge a partir de nuestra
incapacidad para proporcionar elementos racionales que puedan ser
utilizadas para explicar algo más allá de la evidencia disponible.
2.1.1. MÉTODO LÓGICO INDUCTIVO
Es el razonamiento que, partiendo de casos particulares, se eleva a
conocimientos generales. Este método permite la formación de hipótesis,
investigación de leyes científicas, y las demostraciones. La inducción puede
ser completa o incompleta.
2.2. INDUCCIÓN COMPLETA
La conclusión es sacada del estudio de todos los elementos que forman el
objeto de investigación, es decir que solo es posible si conocemos con
exactitud el numero de elementos que forman el objeto de estudio y además,
cuando sabemos que el conocimiento generalizado pertenece a cada uno de
los elementos del objeto de investigación. Las llamadas demostraciones
complejas son formas de razonamiento inductivo, solo que en ellas se toman
muestras que poco a poco se van articulando hasta lograr el estudio por
inducción completa. Ejemplo:
"Al estudiar el rendimiento académico de los estudiantes del curso de tercero
de administración, estudiamos los resultados de todos los estudiantes del
curso, dado que el objeto de estudio es relativamente pequeño, 25 alumnos.
Concluimos que el rendimiento promedio es bueno. Tal conclusión es posible
mediante el análisis de todos y cada uno de los miembros del curso."
2.3. INDUCCIÓN INCOMPLETA
Los elementos del objeto de investigación no pueden ser numerados y
estudiados en su totalidad, obligando al sujeto de investigación a recurrir a
tomar una muestra representativa, que permita hacer generalizaciones.
Ejemplo:
"los gustos de los jóvenes colombianos en relación con la música"
El método de inducción incompleta puede ser de dos clases:
Método de inducción por simple enumeración o conclusión probable. Es un
método utilizado en objetos de investigación cuyos elementos son muy
grandes o infinitos. Se infiere una conclusión universal observando que un
mismo carácter se repite en una serie de elementos homogéneos,
pertenecientes al objeto de investigación, sin que se presente ningún caso
que entre en contradicción o niegue el carácter común observado. La mayor
o menor probabilidad en la aplicación del método, radica en el numero de
casos que se analicen, por tanto sus conclusiones no pueden ser tomadas
como demostraciones de algo, sino como posibilidades de veracidad. Basta
con que aparezca un solo caso que niegue la conclusión para que esta sea
refutada como falsa.
Método de inducción científica. Se estudian los caracteres y/o conexiones
necesarios del objeto de investigación, relaciones de causalidad, entre otros.
Este método se apoya en métodos empíricos como la observación y la
experimentación. Ejemplo:
"Sabemos que el agua es un carácter necesario para todos los seres vivos,
entonces podemos concluir con certeza que las plantas necesitan agua".
Reseña histórica del método deductivo e inductivo
Los griegos trasformaron la geometría en algo muy diferente del conjunto de
conclusiones empíricas que usaron sus predecesores. Los griegos,
propusieron que los hechos matemáticos deben ser establecidos por
razonamientos deductivos. Las conclusiones matemáticas deben ser
confirmadas mediante una demostración lógica, no por experimentación.
No se sabe con certeza por qué los griegos decidieron alrededor de 600 A.
C. abandonar el método empírico de obtener conocimientos matemáticos y
adoptar el de razonamiento deductivo.
Tal vez una de las causas sea su estructura social, pues los filósofos, artistas
y matemáticos pertenecían a una clase social privilegiada que desdeñaban
los trabajos manuales y las ocupaciones prácticas que eran desempeñadas
por las clase más bajas, lo cual permitía a las clases privilegiadas
dedicar tiempo a pensar, pues por aquel tiempo los griegos eran muy dados
a hacer grandes teorías para explicar el mundo.
La inducción ya fue utilizada desde los primeros filósofos griegos. Pero
Francis Bacon vio en la inducción de los antiguos una «anticipación» de la
Naturaleza. Además, era una inducción que procedía por «simple
enumeración» (de casos positivos), deficiencia que Bacon supo ver.
Las bases de la renovación del método inductivo quedarían sentadas con el
Novus Organum (1620), nuevo método de lógica inductiva, llamado así para
contraponerlo al Organon aristotélico, basado de modo primordial en la
silogística, en el cual describe los obstáculos que se oponen a un verdadero
saber los cuales llama "idola tribus" propios de la comunidad humana.
Para Bacon la inducción aplicada a la experiencia de forma rigurosa,
permitirá una nueva ciencia útil para el dominio del universo., por lo que junto
a la tabla de «presencia» añadió la de «ausencia» y «grados», en lo cual
consiste la verdadera innovación baconiana. Sin embargo, Bacon no
consiguió perfeccionar su método inductivo, y finalmente pareció dejarse
vencer por la complejidad del mismo.
Además, Bacon no llegó a captar el valor de las matemáticas, y cifró el
objetivo de su método en la búsqueda de la «forma» (esencia) y de las
«naturalezas» (cualidades). Justamente, los grandes científicos de esta
época se orientarán en una dirección contraria: el método hipotético-
deductivo, la matematización, la consideración cuantitativa. Bacon ignoró
realmente la ciencia de su época y creó un método que nadie llegó a utilizar.
2.4. FRANCIS BACON Y EL METODO INDUCTIVO
Toda la obra filosófica de B. gira en torno a la lnstauratio Magna, nombre que
dio a todo su proyecto de reforma de las ciencias; de dicho proyecto
idealirán formando parte casi todas las obras del autor, que vienen así a ser
como secciones de la construcción metodológica total. Las bases de la
renovación quedarían sentadas con el Novu Organum (1620), nuevo método
de lógica inductiva, llamado así para contraponerlo al Organon aristotélico,
basado de modo primordial en la silogística. La inducción, aplicada a la
experiencia de forma rigurosa, permitirá una nueva ciencia útil para el
dominio del universo. Por su propósito general de construir un nuevo método
para la ciencia, se considera a B. como uno de los primeros filósofos
modernos y aun se le pone en relación con la línea del empirismo inglés;
pero no debe olvidarse que, por su terminología y su desinterés por el saber
físico-matemático, está aún ligado a las tradiciones medievales.
2.4.1. EL METODO INDUCTIVO SEGÚN FRANCIS BACON
El recurso a la experiencia como modo de saber, el amor a la observación
pertenece a la tradición anglosajona. Por su parte, Bacon añadirá a
esa herencia el deseo de dominar la naturaleza. Para gobernar la naturaleza
es preciso obedecerla (Novum Organum, I, 3). La ciencia al uso se consagra
a ordenar las cosas ya conocidas más que a descubrir
nuevos procedimientos de invención y de dominio. Abandonado a sí mismo,
el entendimiento se convierte en instrumento estéril. Hay que dirigirse a la
naturaleza para interrogarla. De la experiencia debe remontarse la razón al
establecimiento de una axiomática que interprete las observaciones. Lo que
no puede hacer es anticiparse en una explicación de la
naturaleza. Interpretación y anticipación son dos modos de enfrentarse con
la realidad natural. La anticipación de la naturaleza pasa de los hechos
singulares a los axiomas más generales; la interpretación de la naturaleza,
verdadero método de acercamiento, pasa de los hechos singulares a los
axiomas medios y de éstos a los más generales. La silogística aristotélica
procede, en la opinión de Bacon, a deducir de los axiomas más generales
los axiomas medios. Este modo de comportarse es deductivo y sin duda
apodíctico, pero nada dice de la realidad, se anticipa a ella.
2.4.1.1. LOS IDOLOS DE LA MENTE
2.4.2. Tablas del método inductivo
La inducción tiene como fruto el alcanzar la forma de las cosas. Bacon
distingue entre las naturalezas simples o formas de primera clase, que
constituyen las cualidades de un cupo, y las naturalezas compuestas o formas
específicas como león, roble, etc.
La inducción baconiana, a diferencia de la aristotélica, no procede por simple
enumeración, esta pretende comprobar mediante sus conocidas «tablas»
cómo permanece constante un fenómeno, si incluye o excluye a otro, o la
influencia de un fenómeno que puede afectar a otro por estar mas o menos
presente.
TABLA DE PRESENCIA: la cual mide como permanece constante un
fenómeno pese a que cambien otros similares, con lo que llega a la conclusión
de que esa es la forma.
TABLA DE AUSENCIA: esta verifica si un fenómeno incluye o excluye a otro,
de modo que el individuo o excluido constituirá la forma o no formara parte de
ella.
TABLA DE GRADOS: esta nos dice en que medida la influencia de un
fenómeno por estar más o menos presente afecta a otro fenómeno
Mediante las tablas se alcanza lo que la cosa verdaderamente es, ipsissima
res, cómo cambia o «proceso latente», cuál es su estructura en profundidad o
«esquematismo latente». Aparecen en el proceso inductivo «instancias» o
«hechos privilegiados» desde el punto de vista de la observación científica.
Llega a contar hasta 27 tipos. Merecen destacarse los «hechos limítrofes»,
que muestran la continuidad o discontinuidad naturales, por Ej., la existencia
de peces voladores, o los «hechos cruciales», que permiten escoger entre
dos soluciones para explicar una naturaleza.
El método para descubrir las formas es la inducción. Y tiene las siguientes
partes:
1. Se reúnen todos los hechos que sean posibles acerca de la «naturaleza»
que se quiera investigar. Por ejemplo, el calor. A esta parte la llama Bacon
«Historia natural y experimental»
2. Se ordenan estos hechos según tres tablas: tabla de presencia (hechos en
los que se da esa naturaleza o fenómeno), tabla de ausencia (hechos en los
que no se da), tabla de grados (hechos en que varía). En la primera tabla se
trata de reunir los hechos más dispares posibles; en cambio, en la tabla de
ausencia se trata de recoger hechos semejantes a los de la primera tabla,
pero tales que en ellos no se manifieste el fenómeno. Ambas tablas deben ir,
pues, coordinadas entre sí. Por ejemplo, en la primera tabla recoge Bacon los
rayos del Sol como primer hecho (en los que se da el calor), y en la segunda,
los rayos de la Luna.
3. Se procede a la inducción propiamente dicha, la cual comienza por el
procedimiento de exclusiones: excluir como «forma» aquello que no se
encuentra cuando se da el fenómeno, o que se encuentra cuando no se da, o
que aumenta cuando el fenómeno disminuye, o disminuye cuando el
fenómeno aumenta. La coordinación de las dos primeras tablas facilita las
exclusiones: en el ejemplo citado, Bacon dice que hay que excluir el fulgor y
la luz como causa o «forma» del calor (puesto que hay luz en los rayos del
Sol, pero también en los de la Luna). A base de exclusiones, dice Bacon,
«quedará como en el fondo, desvaneciéndose en humo las opiniones
volátiles, la forma positiva, sólida y verdadera, y bien determinada»
.4. Ahora bien, Bacon reconoce que este trabajo es muy arduo y supone
muchos rodeos. Por eso propone algunos auxiliares para la inducción. El
primero es lo que llama «esbozo de interpretación», o «primera vendimia»,
que no es sino la formulación de una hipótesis provisional a partir de los casos
en que la forma buscada parece encontrarse de un modo más claro. A
continuación señala bacon nueve auxiliares más para la inducción, de los
cuales sólo desarrolló el primero: la enumeración de veintisiete «hechos
preferentes».
III. BIBLIOGRAFÍA
 Grupo Akal(2017). John Locke. Empirismo. Revisado de la página web :
http://www.nocierreslosojos.com/john-locke-empirismo/
 Salgado, Sebastián (s.f.). EL EMPIRISMO DE DAVID HUME. Revisado
del sitio web : http://guindo.pntic.mec.es/ssag0007/filosofica/Hume-
fil2.pdf
 Santaella Carla (s.f.) , Método inductivo. Revisado del sitio web :
https://www.monografias.com/trabajos87/metodo-inductivo/metodo-
inductivo.shtml#resenahisa
 http://sauce.pntic.mec.es/~iarr0002/index_archivos/filosofia%20II/empiris
mo.htm

Das könnte Ihnen auch gefallen