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JUSTICIA
TRANSICIONAL
MANUAL PARA AmÉrica LATINA
Esta publicación es producto del Acuerdo de Cooperación Técnica BRA/08/021 - “Cooperación internacional para
el intercambio, el desarrollo y la expansión de políticas para la Justicia Transicional en Brasil”, firmado por la
Comisión de Amnistía del Ministerio de Justicia de Brasil, la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de
Relaciones Exteriores y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y fue desarrollada por el Centro
Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) por medio del contrato PNUD CPCS 10-12414/2010 BRA. Esta
publicación tiene como objetivo difundir la experiencia de América Latina en el ámbito de la justicia de transición.
Los textos presentados aquí son de exclusiva responsabilidad de sus autores y reflejan la pluralidad de
las políticas públicas y las reflexiones académicas sobre la región sin expresar la opinión institucional
de ninguno de sus editores, salvo indicación expresa en contrario.
PRESENTACIONES
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
PARTE I
CONCEPTOS Y DEBATES SOBRE LA JUSTICIA TRANSICIONAL
PARTE II
PROCESAMIENTOS JUDICIALES Y OTRAS MEDIDAS DE JUSTICIA
Leyes de amnistía
Santiago Canton .............................................................................. 265
PARTE III
EL DERECHO A LA VERDAD Y EL PAPEL DE LA MEMORIA
PARTE IV
REPARACIONES Y REFORMAS INSTITUCIONALES
Justicia y reparaciones
Pablo de Greiff ................................................................................. 407
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por la propiedad de las fotos refleja la diferencia entre memoria (para los
kalina) e historia (como disciplina científica y como emprendimiento de
formación de archivos y rescate de acervos).
Al explorar el mundo de los archivos, este texto busca relacionar
los significados atribuidos a los objetos, a los recuerdos, a los conjuntos
de documentos, de imágenes y de tradiciones, según las clases de agentes
(no tanto las comunidades como un todo) que los perciben, los ponen
en práctica, los usan, los interpretan. Para ello defino un punto de vista
etnográfico, forma de conocimiento que al tornar familiar lo exótico
y al extrañar lo familiar ofrece posibilidades singulares para dotar de
complejidad al mundo de los archivos y a los archivos como representación
del mundo. Al mismo tiempo, esta perspectiva da nitidez al hecho de que
los archivos, los acervos y las tradiciones no son entidades dadas, neutras
o estáticas, sino que, aun en los casos de gran poder de representación
(como, por ejemplo, los archivos nacionales en Francia, o el Archivo de
Indias en España), componen conjuntos de relaciones sociales específicas.
“Dudar”, preguntar sobre los archivos como instituciones con tensiones,
jerarquías y luchas, es restituirles el carácter histórico y cultural, viéndolos
en su carácter de espacios complejos que deben ser aprehendidos como
objetos de reflexión a partir de problemas y puntos de vista analíticos.
1. Un producto arbitrario
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Una vez que el archivo se dispone para los diversos usos (históricos,
identitarios, reveladores de secretos y mentiras, pruebas y verdades), se
borran los actos de origen y reproducción que tornan a estas instituciones
un sistema de relaciones no solo documentales sino, fundamentalmente,
sociales. De allí que por detrás del orden de los documentos sea decisivo
aprehender el desafío de planificadores y clasificadores para conciliar
el impulso a la conservación y la fatalidad del recorte, la selección y la
sanción de lo guardable. La complejidad de las decisiones, disposiciones y
oposiciones sobre lo que se guarda y lo que se tira, sobre las limitaciones
al acceso y el resguardo de las personas, sobre la necesidad de entender
y otorgar unidad a la dispersión de papeles que conforman acervos
dentro de los archivos constituye, a mi juicio, un objeto de análisis que
amplifica la significación del estudio de los archivos y su mundo. En él
se despliega una variante del topos “clásico” que traza la relación entre
las formas de clasificación y las estructuras sociales, la tensión entre lo
privado y lo público, entre las costumbres de preservación en los hogares
a partir de afectos y experiencias individuales-familiares y las tradiciones
colectivamente transmitidas y sacralizadas en los monumentos, las
bibliotecas y los archivos.
11 Aquí describo algunos planos del debate en torno a las transformaciones en las
fuentes de la historia, trazados en el medio académico francés. Cabe aclarar que no
es el único, sin embargo, lo encuentro paradigmático y eficaz para hilvanar la clase
de problemas que aquí desarrollo. En otras palabras, sin querer agotar la discusión
teórica escogí un conjunto de referencias útiles y generalizables a partir del debate
francés.
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12 Halbwachs, Maurice. A memória coletiva. [1950]. Río de Janeiro: Vértice, 1990, p. 88.
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16 Ib., p. 4004.
17 Ib., pp. 4005-4006.
18 Además de las referencias clásicas, Halbwachs y Nora, otros investigadores
incursionaron en esta discusión entre memoria e historia. Pueden consultarse,
entre otros: Burke, Peter. “Historia como memória social”. En: Variedades de historia
cultural. Río de Janeiro: Civilização Brasileira, 1997; Connerton, Paul. Como as
sociedades recordam. Lisboa: Cetal Editora, 1993; Jelin, Elizabeth. Op. cit.; Pinto, Júlio.
“Os muitos tempos da memória”. Projeto História, n.° 17, 1998, pp. 203-211; Pomian,
Krzysztof. “Les archives Du Trésor des chartes au Caran”; id. “Prefacio”, Los males de
la memoria. Historia y política en la Argentina, Diana Quattrocchi-Woisson. [1955].
Buenos Aires: Emecé Editores, 1998; Thomson, Alistair; Frisch, Michael; y Hamilton,
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los límites a los usos de los archivos y los agentes que intermedian en
la producción de memorias, especialmente los archiveros. Desde el
momento en que alguien confía un acervo a una institución con sus
agentes que (re)clasifican y organizan y usuarios que demandan y
utilizan. Estos planos permiten destacar que el propio acto de constitución
de los archivos despliega acciones de producción y recepción. El acto
de transferencia entre la donación y el legado es lo que torna posible
compartir y colectivizar los procesos de recuerdo, la (re)construcción de
memorias colecticas y la (re)escritura de la(s) historia(s). En la trayectoria
y circulación de los documentos participan agentes diferenciados que es
preciso describir en su ubicación y sus relaciones específicas: archiveros,
coleccionistas, familiares, Estado, científicos, docentes, estudiantes,
lectores, bibliotecarios, intelectuales, periodistas. De su interacción
jerarquizada decanta la sanción de normas y leyes que en diferentes
lugares y tiempos estipulan y definen qué es un archivo, qué entrará
dentro de la coraza de documentos representativos de la memoria de la
comunidad (local, provincial, nacional, etc.) y qué se dejará de lado por no
tener “valor”. Desde este ápice en la estructura jerárquica del mundo de
los archivos hacia abajo, lo que la oficialización descarta puede dar lugar
a la apertura de otros espacios alternativos: centros de documentación,
archivos universitarios, privados, etc. Así, la descripción de un archivo
es enriquecida al diferenciar el lugar que lo almacena entre las grandes
instituciones y los pequeños acervos privados, entre archivos y simples
colecciones anónimas de objetos no necesariamente legitimados. Esta
sucesión de decisiones es, en un sentido fuerte, “positiva”. Se basa en las
clasificación, jerarquización y descarte de los documentos que están, de lo
que hay. Lo ya destruido, lo oculto, lo no existente o documentado es una
parte de la historia y de la memoria —especialmente cuando hablamos
de memorias de la represión— cuya ausencia también es un “dato”. Los
huecos, silencios y vacíos también están en los archivos, solo que hay que
aprender a percibirlos e interpretarlos.
Cuando una colección de documentos es aceptada como fondo o
acervo en un archivo, comienza el arbitrario proceso de clasificación,
que depende no solo de las particularidades de su contenido documental
sino de todo un conjunto de representaciones y reglamentos que
filtran el acceso al público. Se establece así una jerarquía de acceso a la
Paula. “Os debates sobre memória e história: alguns aspectos internacionais”. En:
Ferreira y Amado (orgs.). Usos e abusos da história oral. Río de Janeiro: FGV, 1996.
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**** NT: la autora se refiere al libro en el que este artículo fue publicado originalmente: Da
Silva Catela, Ludmila. Op. cit.
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polícia política como fonte. São Paulo: Mimeo, 2001. Para una visión más amplia, en
pos de una normativa internacional, véase González Quintana, A. “Archives of the
Security Services of Former Repressive Regimes”. Janus, n.° 2, 1998, pp. 7-23.
24 Para González Quintana, A. Op. cit., “los fondos de la represión son patrimonio de
todo un Pueblo, se deben preservar de la forma más íntegra posible. En su conjunto y
por extensión, son patrimonio de toda la Humanidad en cuanto pueden fortalecer su
memoria sobre los peligros de la intolerancia, el racismo y los totalitarismos políticos”.
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5. Etnografía de archivos
Cuando fui por primera vez al Archivo Público del Estado de Río de
Janeiro para iniciar mi investigación sobre los archivos de la represión
no sabía muy bien por dónde empezar. Acostumbrada a la etnografía con
sus modos de observación participante, la recolección de historias de vida
y la participación en rituales con los grupos bajo estudio, en el archivo
pedía carpetas y papeles sin orden, sin conseguir adaptar las preguntas
que organizarían la construcción de un objeto de análisis coherente. El
azar me jugó una buena pasada. Un simple papel desató una serie de
pistas: registraba el relato de un policía que se infiltraba en las clases
de Antropología en una Facultad de Río de Janeiro. Para mi sorpresa, la
profesora vigilada en los años setenta había sido profesora mía en los
años noventa. Al reencontrarla la llené de preguntas. La reconstrucción
de hechos que desencadenó ese pequeño papel la llevó a su experiencia
de vida en los “años de plomo” (anos de chumbo). Al final de la charla,
me dijo: “hace mucho que no recordaba todo esto… No tenía idea que
esos papeles estaban en un archivo público”. Así se me hizo cristalina la
posibilidad de pensar los archivos como espacios de memoria.
Superadas las limitaciones metodológicas iniciales, la etnografía
amplió los horizontes para observar el pasado. Incitó a desplazarme
“más allá del documento” y tejer relaciones con las personas, con las
vivencias, los conflictos —en fin, con la memoria—. En este sentido, una
de las virtudes de los capítulos de este libro***** es la expresión de los
***** NT: la autora se refiere al libro en el que este artículo fue publicado originalmente: Da
Silva Catela, Ludmila. Op. cit.
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caminos que cada autor recorrió para indagar los archivos que visitaron,
estudiaron, usaron. Con diferente intensidad, cada uno relata las formas
en que se acercó a los documentos, las sensaciones que les produjeron
el hallazgo de cartas, o papeles de personas que conocían, las relaciones
que se desataron a partir de un papel, una foto; las disputas que ese
conjunto de documentos, por momentos ignorados, por momentos
revalorizados, generó en diversos momentos. Al resaltar los caminos del
descubrimiento, la sistematización y usos de los archivos de la represión
en los diferentes países del Cono Sur, se pone en relieve la variable tensión
entre la memoria y la historia.
El conflicto por la memoria que relaté en la introducción aclara las
tres unidades sociales que es preciso desglosar en el estudio del archivo:
los kalina, a través de su asociación de representación; el Estado francés,
a través de la Fototeca, y un etnógrafo que dinamizó la conexión entre
ambos mundos. Un archivo puede parecer un oscuro lugar donde poco
pasa hasta que un evento difuso revela los significados más profundos
de su existencia. La comunicación de sentidos que canalizan los archivos
tiene implicaciones directas sobre las formas de reconstrucción de
las memorias y la afirmación de las identidades sociales, colectivas,
nacionales, comunales. Pero los sentidos que condensa no son
atemporales ni están manifiestos en cualquier momento y ante cualquier
observador.
Si para el historiador el archivo es un laboratorio, para el etnógrafo
puede ser un observatorio. Con su localización, historia, pobladores,
instrumentos, acontecimientos y rituales, cada archivo es todo un sistema
social, un mundo en sí mismo, cuyo interés no agota su descripción
como lugar ligado jerárquicamente con las estructuras generadoras de
poder simbólico. Tomando a Mary Douglas25, la observación etnográfica
sistemática puede permitir saber hasta qué punto las instituciones
dirigen y controlan la memoria. Para el etnógrafo, el hecho que el archivo
sea un lugar tan sagrado del historiador facilita la desnaturalización y el
acercamiento a partir de la caracterización del barrio y del edificio que lo
contiene, de su estructura espacial, de las personas que lo frecuentan, sus
actitudes, posturas, etc.
En la etnografía del archivo, el director, los archiveros y los usuarios
no solo son puntos entre documentos sino individuos jerárquicamente
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26 Actualmente existen varios sitios de internet con documentos que hasta hace poco
eran “secretos”, como aquellos que los Estados Unidos desclasificaron sobre las
dictaduras latinoamericanas, algunos archivos rusos y de países del este. Los archivos
sobre América Latina involucran a diversos países y monumentos históricos. Por
ejemplo, sobre Chile y el derrocamiento de Allende puede consultarse: <www.foi.state.
gov>. También en el mundo de internet podemos conocer el ambicioso proyecto de la
UNESCO sobre la Memoria del Mundo que tiene como principal objetivo preservar
y promover el patrimonio cultural mundial. Consideran que preservar la herencia
documental e incrementar su acceso son dos ejes que se complementan entre sí. Para
esto, el Programa Memoria del Mundo pretende lograr concientizar a los Estados
miembros de su herencia documental, en particular, de aspectos de ese patrimonio
que sean significativos en términos de una memoria mundial común. Este Programa
puede consultarse en: http://.unesco.org/Webworld/memory/.
27 Le Goff, Jacques. Documento-Monumento. Lisboa: Imprensa Nacional, 1984; Foucault,
Michel. “El enunciado y el archivo”. En: Arqueología del saber. México D. F.: Siglo XXI
Editores, 1994.
28 Cook, Terry. Op. cit.
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