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- Diversos estudios afirman que los pacientes psiquiátricos no cometen más actos
delictivos que el resto, atribuir peligrosidad por el hecho de padecer una enfermedad
mental se ha demostrado como un prejuicio y fruto del estigma.
- Existen técnicas de contención emocional de estas situaciones potencialmente
peligrosas.
- La experiencia de los manicomios, también del nuestro nos ha demostrado que cuando
cambian las condiciones asistenciales, la necesidad de coerción y contenciones
mecánicas disminuyen drásticamente.
- Una buena estrategia pasaría porque los profesionales pudieran sistemáticamente
hacerse al menos dos tipos de preguntas, ¿Cómo me sentiría yo en la misma situación?
Y ¿Podría abordar la situación de otro modo, o al menos podría haberlo hecho de otra
manera? En un número del 2017 de la revista de la Federación de Salud mental,
dedicado a las contenciones mecánicas titulaban en el artículo central: “El principal
método para no atar a la gente es no querer hacerlo”.
Ese es un asunto complejo. Prefiero pensar esa situación como que el paciente parece no tener
conciencia de su sufrimiento y la necesidad de ayuda, si lo contemplamos así, dicha
problemática se complejiza, facilitan o dificultan los servicios y las actitudes profesionales estas
resistencias, por ejemplo cuando ante las manifestaciones del paciente rápidamente es tratado
como un loco, se le invalida completamente como interlocutor válido, se le medica, o se aplican
medidas coercitivas como las que estamos señalando. Es difícil para cualquiera reconocerse
frágil, vulnerable, enfermo, irracional.
Hay medidas administrativas que me parecen recogidas en la PNL que podrían ser de
inmediata aplicación, entre ellas:
Hay una labor importante a realizar por Plataformas, asociaciones de usuarios, familiares y
asociaciones profesionales en el campo de la sensibilización cultural de prácticas alternativas a
la coerción. Aprovecho finalmente para hacer un llamamiento a los familiares, a FEAFES,
representante en Aragón de la Federación de Salud Mental firmante del manifiesto de
Cartagena , a que nos impliquemos conjuntamente en estas reivindicaciones del respeto
escrupuloso de los derechos humanos en la atención en salud mental.