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Miketz(Génesis 41:1-44:17)

Cómo llegar a la cima del éxito


El Jafetz Jaim, líder de la judería europea a principios del siglo XX, era conocido
como una persona particularmente recta y sagrada. En una ocasión, le pidieron
que atestigüe en una corte polaca a favor de un acusado judío. Antes de
llamar al Jafetz Jaim a dar su testimonio, el abogado defensor dio una larga
explicación sobre el carácter del Jafetz Jaim, citando muchas historias que
demostraban su rectitud y santidad. Sin embargo, las palabras del abogado no
impresionaron al juez, quien dudó de la veracidad de esas historias.

Al ver que el juez dudaba, el abogado defensor reconoció que algunas de las
historias podían haber sido un poco exageradas. Pero entonces agregó: “Puede
ser que no todos los detalles de estas historias sean ciertos. Pero, dígame, su
señoría, ¿acaso alguien cuenta esta clase de historias sobre usted o sobre
mí?

(A propósito, esta historia tuvo un final feliz. El juez polaco quedó tan
impresionado con el Jafetz Jaim que finalmente absolvió al acusado).

***

En la parashá de esta semana, Miketz, vemos la impresión que la naturaleza


moral de uno puede causar en los demás. La parashá comienza describiendo que
los hombres sabios del faraón no lograban interpretar los sueños de su amo.

Años antes, Iosef había interpretado correctamente el sueño del ministro de copas
del faraón, quien ahora pensó que quizás el joven hebreo podría hacer lo mismo
por el faraón.

Desesperado por una buena interpretación, el faraón accede a la sugerencia de


darle al convicto Iosef la oportunidad de explicar los sueños. Llevan a Iosef ante el
faraón y ¡él interpreta los sueños correctamente! El faraón está tan
impresionado por el joven hebreo que lo designa Primer Ministro de Egipto,
segundo en poder después del faraón mismo.

(El texto no explica cómo supo el faraón que la interpretación de Iosef era
correcta. Algunos comentaristas dicen que el faraón incluyó información falsa al
describir el sueño, con la intención de purgar interpretaciones falsas. Otros dicen
que junto con el sueño el faraón también recibió el significado del mismo, pero que
lo olvidó al despertar y Iosef refrescó su memoria.

***

Rav Jaim Shmulevitz, Rosh Ieshivá de Ieshivat Mir de Jerusalem, preguntó cómo
fue posible que Iosef recibiera semejante cargo. Además de ser joven, Iosef
también era extranjero y desconocido para la corte real egipcia. ¡Y hasta ese
momento había estado preso! ¿Cómo pudo ser designado como la segunda
persona más poderosa en todo el imperio egipcio?

Rav Shmulevitz dice que la respuesta la encontramos al leer atentamente el


texto. Iosef se rehúsa a asumir cualquier mérito por la sabiduría que imparte. Él
le dice al faraón que todo lo que pueda decirle viene a través de la gracia de Dios.
Una y otra vez Iosef enfatiza que los sueños son la forma en que Dios se
comunica con el faraón.

La convicción de Iosef en que Dios es la fuerza suprema, y su negación a


considerarse importante, impresionaron al faraón. El monarca egipcio comprendió
que estaba tratando con una persona recta y temerosa de Dios. Podía estarse
seguro de que ese individuo tenía una honestidad y una integridad fuera de lo
normal entre los misteriosos y complotadores miembros de una corte real. Esto
era exactamente lo que el legislador egipcio estaba buscando para la posición
de asesor principal del faraón.

En el análisis final, el carácter impecable de Iosef fue lo que también le dio poder
político. Lo mismo que ocurrió milenios después con su descendiente, el Jafetz
Jaim.

Miketz(Génesis 41:1-44:17)

De la pobreza a la riqueza
Yosef fue vendido como esclavo. La esposa de su patrón intentó seducirlo, pero él
se resistió a sus insinuaciones. ¿Y cuál fue su recompensa por esto? Fue
depositado en la más profunda y oscura prisión existente, el equivalente a “La Isla
del Diablo” de aquél tiempo. Finalmente, un destello de luz apareció: un sirviente
del Faraón prometió llevar el caso de Yosef frente a éste. Pero transcurrieron dos
años más y nada cambió. Si hubiera un momento en el cual un hombre podría
llegar a desesperarse, claramente éste encabezaría la lista. Toda su vida se había
dedicado a ser una persona buena y decente, ¿y qué había recibido a cambio?
Odio, esclavitud, venganza e ingratitud.

Nuestros sabios nos enseñan que “la redención divina puede llegar tan rápido
como el pestañeo de un ojo”. Y así ocurrió con Yosef: Dios decidió que el
momento había llegado y todo se puso en marcha. El Faraón tuvo un sueño, pero
nadie pudo interpretarlo; entonces su sirviente recordó al esclavo hebreo; Yosef
fue convocado, los sueños fueron interpretados, y obviamente Yosef se convirtió
en el hombre que se haría cargo de la situación: le fue otorgado el segundo puesto
de poder de Egipto, justo por debajo del mismísimo Faraón. Yosef paseaba por
Egipto vestido con ropas reales, y dondequiera que iba, las multitudes se le
acercaban para saludarlo. Los sabios nos cuentan que su belleza era tal que las
mujeres se trepaban en los techos de las casas para verlo.

Yosef pasó de ser el hombre más bajo y despreciado de todos, a ser uno de los
más influyentes y poderosos del mundo… en cuestión de horas. Momentos antes
de ser convocado, él no podía ni siquiera imaginar abandonar la prisión. Pero
horas más tarde, tenía control sobre todo Egipto.

La desesperación no es un concepto judío, porque las cosas siempre pueden ser


diferentes. Muchas veces determinada situación parece no tener esperanza y no
podemos imaginar una salida, pero las circunstancias pueden cambiar; y
generalmente aquel cambio es instantáneo. Los judíos deberían saber esto más
que cualquiera. Durante dos mil años de exilio y sufrimientos, hemos pasado por
muchos momentos en los que podríamos haber caído en la desesperación. Pero
siempre hemos ansiado y soñado con mejores tiempos; siempre supimos que a
cuando todo parece estar mal, la redención siempre está a la vuelta de la esquina.
Y generalmente así ha sido.

Hubiera sido fácil caer en la desesperación y rendirnos ante los griegos. Pero los
macabeos optaron por la esperanza. Y gracias a la elección de un pequeño grupo
de personas, el pueblo judío sobrevivió hasta el día de hoy.
Vivimos en una época que presenta un gran desafío para la continuidad judía.
Pero la redención se encuentra tan sólo a la vuelta de la esquina, si nos importa lo
suficiente como para elegir que así sea.

Miketz(Génesis 41:1-44:17)

Actuar Proactivamente
Una noche, el Faraón tuvo dos sueños que lo perturbaron inmensamente. El
primer sueño consistía de siete vacas flacas y feas que se comían a siete vacas
robustas y saludables. El segundo sueño consistía de siete espigas delgadas y
secas que se tragaban a siete espigas sanas y llenas de granos. El Faraón estaba
desesperado por encontrar a alguien que interpretara estos sueños, pero no
encontraba a nadie.

El Faraón escuchó que Yosef era experto en analizar sueños, así que lo mandó a
llamar. Yosef le dijo al Faraón que los sueños significaban que Egipto tendría siete
años de gran abundancia, y que estos años serían inmediatamente seguidos por
siete años de hambruna. Después de interpretar estos sueños para el Faraón,
Yosef aconsejó al Faraón y le dijo:

"Que el Faraón busque a un hombre sabio e inteligente y que lo nombre


gobernador sobre la tierra de Egipto". (Génesis 41:33)

Una Lección de Vida

Lo único que el Faraón le pidió a Yosef fue que interpretara los sueños. Y luego,
sin que ni siquiera le pidieran, Yosef aconsejó al Faraón acerca de cómo lidiar con
la inminente situación.

En frente de un rey, una persona normal haría solamente lo que le dicen, ¡y nada
más! Sólo una persona muy especial tendría la capacidad de identificar un
problema y además, tendría el coraje de pensar en una solución y verbalizarla.

Hay tanto para hacer, arreglar y cambiar en este mundo, y claramente no hay una
escasez de gente que identifique los problemas existentes. Ellos desean compartir
desesperadamente sus pensamientos negativos con cualquier otra persona que
esté dispuesta a escuchar. Pero, ¿cuántas de estas personas están dispuestas a
ofrecer también una solución a los problemas que plantean? Ciertamente muy
pocas

La tendencia a "enfocarnos en los problemas" en vez de "enfocarnos en las


soluciones" es una manifestación paralela de nuestras propias vidas. No es que
nosotros decidimos enfocarnos proactivamente en cosas negativas (aunque
algunas personas sí lo hacen), sino que "la negatividad" y "los problemas" son
pensamientos que aparecen de manera instintiva en nuestro cerebro.

Nuestras mentes pueden compararse a un gran jardín - si siembras algún tipo de


semilla, entonces crecerá una planta. Pero si no siembras nada en el jardín,
entonces la "mala hierba" crecerá en abundancia. Nuestras mentes funcionan de
la misma manera. Si existe una ausencia de pensamientos positivos, entonces,
nuestras mentes se desviarán inevitablemente hacia pensamientos negativos e
improductivos.

Las personas que están constantemente creciendo intelectual y espiritualmente


tienden a tener pensamientos positivos y productivos, mientras que aquellas
personas que están atascadas, usualmente se enfocan solamente en cosas
negativas.

Existe un método a prueba de fuego para deshacerte instantáneamente de todos


los pensamientos negativos, improductivos y dañinos. Dado que nuestra mente
sólo puede pensar en una sola cosa a la vez, ¡enfócate en algo positivo!, sé
proactivo en tu cerebro, y trabaja cada día en función de objetivos significativos.

Hoy en día vivimos en un mundo donde la gente destaca constantemente las


cosas negativas. Sé esa "persona especial" que ofrece soluciones concretas y que
incluso se compromete a ser parte de la solución. Puedes lograrlo fácilmente una
vez que siembres "semillas positivas" en tu mente, semillas que ciertamente
producirán una gran cosecha de pensamientos alegres y productivos. ¡Y esto te
dará la fuerza necesaria para salir y cambiar el mundo!
LA OSCURIDAD EN REALIDAD ES LA
LUZ
tema: Conceptos Kabbalísticos | Publicado en: December 12, 2017

Rav Menájem Mendel de Vitebsk habla del inicio de la porción


Mikets, la cual coincide con Janucá. Cuando hablamos de certeza
verdadera, hablamos de las veces en las que estamos en el estado
más bajo y, aún así, somos capaces de despertar la certeza de que
no sólo la Luz del Creador nos ayudará y saldremos de la situación
en la que estamos, sino también, más importante aún, que la Luz
del Creador en realidad está involucrada en la oscuridad por la que
estamos atravesando.
Hay dos tipos de certeza. Uno es cuando decimos: “Estoy en un estado
terrible, estoy en la oscuridad en este momento, pero tengo certeza de
que la Luz del Creador me ayudará y me sacará”. Y el otro nivel, más
importante y profundo, es cuando decimos: “La Luz del Creador está
involucrada en esto y es exactamente lo que el Creador preparó para mí.
Por lo tanto, este es el estado perfecto para mí en este momento y la Luz
del Creador lo transformará para mí”.

Janucá, que coincide con la porción de Mikets, representa la Or


HaGanuz, la Luz Oculta. La Luz de Janucá consiste en poder ver no sólo
la Luz cuando la ayuda llega, sino también verla en la oscuridad.
Entonces, ¿por qué es llamada Luz Oculta? Porque es la Luz que se
percibe durante el ocultamiento, eso significa que cuando el individuo
está pasando por oscuridad es capaz de tener la conciencia de que eso
es la Luz del Creador en su totalidad. No obstante, sabemos cuán difícil
es hacerlo; es difícil estar en un lugar oscuro y decir: “Tengo certeza de
que la Luz del Creador me sacará de esto y transformará la situación”.

En consecuencia, el secreto de Or HaGanuz, la Luz Oculta, es que el


individuo debe llegar a un estado en el que incluso en la mayor oscuridad
diga: “Esto es la Luz del Creador y será transformado por la Luz del
Creador. Y esta experiencia, en este momento, es el estado perfecto;
esta experiencia, en este momento, es la Luz del Creador”. ¿Por qué?
Porque sabemos que ninguna negatividad viene de la Luz del Creador.

Entonces, en Janucá, queremos pedir tener certeza y estar conectados


con la Or HaGanuz, la Luz Oculta. Estar conectados con la Luz Oculta
significa estar en un estado que se percibe como completa oscuridad, y
tener la fortaleza y la certeza para decir: “Esto es Luz”. Es un lugar en el
que en vez de decir: “Tengo certeza de que la Luz del Creador me
sacará de esto”, decimos, “Esto es Luz, esto es la Or HaGanuz”. Y
aunque nuestra mente nos diga que no hay nada bueno allí y que sólo es
oscuridad, entendemos que hay una razón para que estemos allí. Por lo
tanto, la conciencia tiene que ser que percibimos esto como oscuridad
porque no tenemos una conexión con lo que llamamos Jojmá, la
sabiduría de la Luz del Creador.

Rav Brandwein nos dice que el aceite representa a Jojmá, y es por eso
que encendemos la Janukiyá con aceite. La falta de certeza viene del
hecho de que no tenemos la sabiduría del Creador. Si tuviéramos dicha
sabiduría, veríamos que lo que podría vivirse como completa oscuridad
sin ningún propósito positivo en realidad es Luz total. Janucá consiste en
tener la capacidad, incluso en la oscuridad, de decir: “Esto es Luz”, y aun
estando en la oscuridad poder conectarnos de algún modo. Aunque
nuestra mente nos diga que no hay nada positivo allí, aún estamos
activando la certeza de que viene del Creador, de que es la Luz Oculta y,
por ende, tenemos la certeza de que es la Luz del Creador.

Al tener la fortaleza de conciencia para saber que es la Luz y que la


oscuridad es bondad total hasta en la oscuridad más grande, elevamos el
estado inferior de oscuridad, llamado Maljut, al mundo de Jojmá, el
mundo de sabiduría, porque estamos diciendo: “Puede que no tenga la
conciencia de por qué esto se percibe como oscuridad, pero sé que en el
plano de Jojmá, la sabiduría de la Luz del Creador, esto es sólo Luz”. Y a
través de la fuerza de esa conciencia, decimos: “Esta oscuridad no es
oscuridad y sé con total certeza que esto es Luz; así pues, la elevo al
plano de Jojmá”. De eso se trata Janucá, y por eso coincide con el fin del
mes, que representa el momento de mayor oscuridad. Se nos da el
regalo de Janucá, la capacidad para elevar la oscuridad hacia la Luz, de
elevar Maljut a Jojmá.

Todos sabemos esto de un modo u otro, pero no tenemos la fuerza.


Quizá la tenemos para que antes de una situación digamos: “Sé que
esto es lo que debería hacer”, pero cuando estamos en la oscuridad
y en ese estado inferior, no tenemos la fuerza; por eso tenemos
Janucá. Lo que nos interesa pedir en Janucá es que el Creador nos
dé la fuerza, no para tener certeza para ir de la oscuridad a la Luz,
sino para saber en medio de la oscuridad que ésta es
completamente Luz.

De nuevo, el secreto de la Or HaGanuz no es que la oscuridad se


convertirá en Luz, sino que la oscuridad en realidad es gran Luz. Cuando
somos capaces de tener en cuenta eso, podemos transformarla. Cuando
estamos en un estado de oscuridad y la mente nos dice: “No hay nada
bueno aquí. No hay ninguna razón positiva posible para que esto ocurra”
y, a pesar de eso, decimos: “No, sé que esto viene de la Luz del Creador.
Sé, sin ninguna duda, que esto está lleno de Luz”, entonces elevamos
Maljut a Jojmá, elevamos la oscuridad a un estado de Luz. En ese
momento ya no sigue siendo Luz Oculta, se convierte en Luz Revelada.

No tenemos la fuerza para hacer ese trabajo por nuestra cuenta, por eso
tenemos a Janucá y eso es lo que queremos pedir en esta festividad. La
Luz de Janucá es Or HaGanuz, la Luz Oculta. Es la habilidad para que
cuando estemos en una situación en la que la mente nos diga: “Esto sólo
es oscuridad, no tiene ningún propósito positivo”, sepamos que en
realidad viene sólo de la Luz del Creador y que es, por ende, Luz total.
Para tener la capacidad de realmente hacer esto, necesitamos ayuda del
milagro de Janucá. Eso es lo que pedimos cuando nos sentamos cerca
de las luces durante Janucá; le pedimos a la Luz del Creador: “Dame la
fuerza tanto en los momentos buenos como en los malos para
poder despertar la certeza de que esto es sólo Luz”. Ya que así
sabemos lo que ocurre. Si logramos hacer eso, elevamos Maljut a Jojmá,
de eso se trata la Luz de Janucá. Para eso usamos el aceite, porque el
aceite representa Jojmá y luego todo se transforma de Luz Oculta a Luz
Revelada.

Cuando en la porción de Mikets dice que Yosef vino a controlar todo


Egipto y el mundo entero, quiere decir que vino a controlar todas las
fuerzas de negatividad. ¿Por qué? Porque tenía la fuerza de saber con
certeza incluso en el lugar más oscuro, cuando estaba en el calabozo,
que: “Esto es completamente Luz, el Creador me ayudará y saldré de
este calabozo”. Por lo tanto, se convirtió en amo de todas las fuerzas de
negatividad. Nosotros, por supuesto, no estamos en el nivel de Yosef,
por eso tenemos Janucá. Durante este período podemos pedirle al
Creador que nos dé la fortaleza de conciencia, en los momentos de
oscuridad que no tienen sentido, para saber que dichos momentos
vienen directamente de la Luz del Creador y, por ende, tendremos la
capacidad de saber que son Luz total y, gracias a ella, poder transformar
cualquier cosa.

Este es el proceso por el que pasó Yosef; cuando entendió que la


situación en la que estaba era Luz total, fue capaz de transformarla.
Por medio de la porción de Mikets, y durante Janucá, nosotros
también podemos pedirle al Creador que nos dé la fuerza para ver
los momentos ilógicos y de completa oscuridad como Luz total.

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