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Al ver que el juez dudaba, el abogado defensor reconoció que algunas de las
historias podían haber sido un poco exageradas. Pero entonces agregó: “Puede
ser que no todos los detalles de estas historias sean ciertos. Pero, dígame, su
señoría, ¿acaso alguien cuenta esta clase de historias sobre usted o sobre
mí?
(A propósito, esta historia tuvo un final feliz. El juez polaco quedó tan
impresionado con el Jafetz Jaim que finalmente absolvió al acusado).
***
Años antes, Iosef había interpretado correctamente el sueño del ministro de copas
del faraón, quien ahora pensó que quizás el joven hebreo podría hacer lo mismo
por el faraón.
(El texto no explica cómo supo el faraón que la interpretación de Iosef era
correcta. Algunos comentaristas dicen que el faraón incluyó información falsa al
describir el sueño, con la intención de purgar interpretaciones falsas. Otros dicen
que junto con el sueño el faraón también recibió el significado del mismo, pero que
lo olvidó al despertar y Iosef refrescó su memoria.
***
Rav Jaim Shmulevitz, Rosh Ieshivá de Ieshivat Mir de Jerusalem, preguntó cómo
fue posible que Iosef recibiera semejante cargo. Además de ser joven, Iosef
también era extranjero y desconocido para la corte real egipcia. ¡Y hasta ese
momento había estado preso! ¿Cómo pudo ser designado como la segunda
persona más poderosa en todo el imperio egipcio?
En el análisis final, el carácter impecable de Iosef fue lo que también le dio poder
político. Lo mismo que ocurrió milenios después con su descendiente, el Jafetz
Jaim.
Miketz(Génesis 41:1-44:17)
De la pobreza a la riqueza
Yosef fue vendido como esclavo. La esposa de su patrón intentó seducirlo, pero él
se resistió a sus insinuaciones. ¿Y cuál fue su recompensa por esto? Fue
depositado en la más profunda y oscura prisión existente, el equivalente a “La Isla
del Diablo” de aquél tiempo. Finalmente, un destello de luz apareció: un sirviente
del Faraón prometió llevar el caso de Yosef frente a éste. Pero transcurrieron dos
años más y nada cambió. Si hubiera un momento en el cual un hombre podría
llegar a desesperarse, claramente éste encabezaría la lista. Toda su vida se había
dedicado a ser una persona buena y decente, ¿y qué había recibido a cambio?
Odio, esclavitud, venganza e ingratitud.
Nuestros sabios nos enseñan que “la redención divina puede llegar tan rápido
como el pestañeo de un ojo”. Y así ocurrió con Yosef: Dios decidió que el
momento había llegado y todo se puso en marcha. El Faraón tuvo un sueño, pero
nadie pudo interpretarlo; entonces su sirviente recordó al esclavo hebreo; Yosef
fue convocado, los sueños fueron interpretados, y obviamente Yosef se convirtió
en el hombre que se haría cargo de la situación: le fue otorgado el segundo puesto
de poder de Egipto, justo por debajo del mismísimo Faraón. Yosef paseaba por
Egipto vestido con ropas reales, y dondequiera que iba, las multitudes se le
acercaban para saludarlo. Los sabios nos cuentan que su belleza era tal que las
mujeres se trepaban en los techos de las casas para verlo.
Yosef pasó de ser el hombre más bajo y despreciado de todos, a ser uno de los
más influyentes y poderosos del mundo… en cuestión de horas. Momentos antes
de ser convocado, él no podía ni siquiera imaginar abandonar la prisión. Pero
horas más tarde, tenía control sobre todo Egipto.
Hubiera sido fácil caer en la desesperación y rendirnos ante los griegos. Pero los
macabeos optaron por la esperanza. Y gracias a la elección de un pequeño grupo
de personas, el pueblo judío sobrevivió hasta el día de hoy.
Vivimos en una época que presenta un gran desafío para la continuidad judía.
Pero la redención se encuentra tan sólo a la vuelta de la esquina, si nos importa lo
suficiente como para elegir que así sea.
Miketz(Génesis 41:1-44:17)
Actuar Proactivamente
Una noche, el Faraón tuvo dos sueños que lo perturbaron inmensamente. El
primer sueño consistía de siete vacas flacas y feas que se comían a siete vacas
robustas y saludables. El segundo sueño consistía de siete espigas delgadas y
secas que se tragaban a siete espigas sanas y llenas de granos. El Faraón estaba
desesperado por encontrar a alguien que interpretara estos sueños, pero no
encontraba a nadie.
El Faraón escuchó que Yosef era experto en analizar sueños, así que lo mandó a
llamar. Yosef le dijo al Faraón que los sueños significaban que Egipto tendría siete
años de gran abundancia, y que estos años serían inmediatamente seguidos por
siete años de hambruna. Después de interpretar estos sueños para el Faraón,
Yosef aconsejó al Faraón y le dijo:
Lo único que el Faraón le pidió a Yosef fue que interpretara los sueños. Y luego,
sin que ni siquiera le pidieran, Yosef aconsejó al Faraón acerca de cómo lidiar con
la inminente situación.
En frente de un rey, una persona normal haría solamente lo que le dicen, ¡y nada
más! Sólo una persona muy especial tendría la capacidad de identificar un
problema y además, tendría el coraje de pensar en una solución y verbalizarla.
Hay tanto para hacer, arreglar y cambiar en este mundo, y claramente no hay una
escasez de gente que identifique los problemas existentes. Ellos desean compartir
desesperadamente sus pensamientos negativos con cualquier otra persona que
esté dispuesta a escuchar. Pero, ¿cuántas de estas personas están dispuestas a
ofrecer también una solución a los problemas que plantean? Ciertamente muy
pocas
Rav Brandwein nos dice que el aceite representa a Jojmá, y es por eso
que encendemos la Janukiyá con aceite. La falta de certeza viene del
hecho de que no tenemos la sabiduría del Creador. Si tuviéramos dicha
sabiduría, veríamos que lo que podría vivirse como completa oscuridad
sin ningún propósito positivo en realidad es Luz total. Janucá consiste en
tener la capacidad, incluso en la oscuridad, de decir: “Esto es Luz”, y aun
estando en la oscuridad poder conectarnos de algún modo. Aunque
nuestra mente nos diga que no hay nada positivo allí, aún estamos
activando la certeza de que viene del Creador, de que es la Luz Oculta y,
por ende, tenemos la certeza de que es la Luz del Creador.
No tenemos la fuerza para hacer ese trabajo por nuestra cuenta, por eso
tenemos a Janucá y eso es lo que queremos pedir en esta festividad. La
Luz de Janucá es Or HaGanuz, la Luz Oculta. Es la habilidad para que
cuando estemos en una situación en la que la mente nos diga: “Esto sólo
es oscuridad, no tiene ningún propósito positivo”, sepamos que en
realidad viene sólo de la Luz del Creador y que es, por ende, Luz total.
Para tener la capacidad de realmente hacer esto, necesitamos ayuda del
milagro de Janucá. Eso es lo que pedimos cuando nos sentamos cerca
de las luces durante Janucá; le pedimos a la Luz del Creador: “Dame la
fuerza tanto en los momentos buenos como en los malos para
poder despertar la certeza de que esto es sólo Luz”. Ya que así
sabemos lo que ocurre. Si logramos hacer eso, elevamos Maljut a Jojmá,
de eso se trata la Luz de Janucá. Para eso usamos el aceite, porque el
aceite representa Jojmá y luego todo se transforma de Luz Oculta a Luz
Revelada.