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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof.

José Luis Matamoros

Capítulo III

ESTRATEGIA: PRINCIPIOS ESPECIALES

Los principios especiales de la es- A) La partida que vimos en el Capí-


trategia son aplicables únicamente si la tulo I ya nos reveló el efecto importan-
posición contiene ciertas característi- te de una desigual distribución de peo-
cas. Al examinarlas, procedamos en la nes. En esa partida, las blancas tenían
misma forma en que lo hicimos en el mayoría de peones en el flanco del rey,
capítulo anterior, y consideremos pri- y las negras poseían cuatro peones
mero los siguientes principios genera- contra tres en el flanco de la dama En
les de la guerra: rigor, toda la partida se concentró en
1) Atacar al adversario cuando uno torno de esas mayorías. Después de la
tiene superioridad. detallada explicación de esa partida,
2) Concentrar el ataque, por regla bastará con exponer los tres siguientes
general, contra las fuerzas contrarias puntos:
inmóviles o contra aquellas que tienen a) El propósito principal de los
sólo una movilidad limitada. avances de peones en tales casos es ob-
Se adaptan estas reglas al ajedrez: tener un peón pasado. Concurrente-
mente, las piezas que apoyan el avance
l. TOMANDO LA INICIATIVA aumentan su campo de acción. Al mis-
DONDE UNO ES EL MÁS FUERTE mo tiempo, el espacio a disposición de
Este principio se pone en práctica las fuerzas defensoras se ve reducido.
en varias formas: b) El avance de los peones en el
A) Si se posee mayoría de peones flanco del rey es más ventajoso que el
en uno de los flancos o en el centro, el avance en el otro flanco, en el sentido
objetivo deberá ser llevar esa mayoría de que el primero también amenaza al
hacia adelante. rey contrario. Es, con todo un inconve-
B) Si se posee una mayoría de ma- niente que el avance de los peones en
terial disponible que está opuesta a un el flanco del rey prive al rey propio de
flanco del rey débilmente defendido (o la protección de esos peones y que, al
a un flanco de la dama), entonces ésta mismo tiempo, el rey contrario puede
es una señal inequívoca para empren- desempeñar una parte muy importan-
der el ataque. te para contener al peón pasado. Por

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lo tanto, será una regla para el final de En el diagrama 8, las blancas tienen
partida que la mayoría en el flanco de marcada preponderancia en el flan-
la dama es la que más pesa, puesto que co del rey; el alfil en c3 y el caballo en
un ataque contra el rey, emprendido d5, junto con el peón g4 y el peón h4
con material reducido, no debe temer- forman las tropas de asalto, la dama
se mucho. en d2 y el alfil g2, son reservas inme-
e) El avance debe ejecutarse, si es diatamente aprovechables. Las blancas
posible, en filas cerradas. En la partida triunfan en esta forma:
del Capítulo I, el peón e blanco había 1.g5 £e6
avanzado demasiado: las blancas ne- 2.£d4 ...
cesitaron dos movidas (f4 y f5). Para Amenazando mate.
proporcionarle un vecino a ese peón, 2. ... £f7
las negras, en el caso paralelo, sólo ne- 3.h5! ...
cesitan una movida (..., c5). Esta es una Los peones g y h de las blancas han
de las razones por las. cuales las negras avanzado un poco y ahora amenazan
dominaron el juego en la primera par- h6 (contra lo que las negras no pueden
te de esa partida. contestar con g6), y también g6, que
B) La supremacía en piezas ata- después de 4. ... hxg6 5.hxg6 £xg6
cantes inmediatamente aprovechables 6.¦dg1, conduciría a la decisiva aper-
puede con frecuencia conducir a un tura de las columnas g y h.
ataque rápidamente decisivo contra el El ataque con los peones tiene, por
rey. lo tanto, un doble propósito: amena-
zar puntos importantes de la posición
DIAGRAMA Nº 8 contraria y forzar las columnas abier-
tas para las torres.
3. ... ¤e6
4.£d3 ¤c5
Después de 4...¤xg5; hubiera se-
guido 5.h6! £f5 (si 5...g6 6.¤f6+);
6.hxg7 ¦f7 7.£xf5 (lo más sencillo),
¦xf5 8.¦hg1 (como ahora el alfil de
g2 está protegido, se tenaza ¤f6+),
¢f7; 9.¤xc7!, etc. En cualquier caso,
el fuerte peón blanco pasado en g7 es
decisivo, lo que es el resultado del te-
rrible ataque de las blancas.
De una partida Riumin contra Euwe, 5.£d2 ...
Leningrado, 1934 Las negras ensayan ahora la deses-
perada jugada 5. ... f3; pero después

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de 6.g6 £f4 7.¤xf4 ¥xf4 8.e3 fxg2 mo las blancas habrían obtenido las
9.¦h4, tuvieron que rendirse muy mejores probabilidades.
pronto. 2.¥xh7+ ¢h8
Cuanto más se haya dañado a la ba- 3.¥f4 ...
rricada de peones frente al rey, más fá- Las blancas evitan el cambio para
cilmente tendrá éxito un ataque contra no dar oportunidad a las negras de
éste. mover sus piezas con más facilidad.
Las blancas, en realidad, no tienen 3. ... ¤df6
preponderancia verdadera en el flanco Después de 3...g6; vendría el sa-
del rey, pero ven la posibilidad de de- crificio de 4.¥xg6 fxg6 5.£xg6 ¤df6
bilitar la barricada enemiga por medio 6.h3, que decidiría la partida.
de la siguiente sutil maniobra: 4.¥d3 ¤h5
5.h3! ¤gf6
DIAGRAMA Nº 9 6.¥e5 ¤g8
Las negras tratan desesperadamen-
te de reforzar sus defensas.
7.O-O-O ¤h6
8.¦dg1 ¥e6
9.£e2 ¥f5
Con la esperanza de debilitar, con
el cambio, el ataque de las blancas.
10.¥xf5 ¤xf5
11.¤h4! ...
Hermoso golpe final, con el que las
blancas ganan por lo menos una pieza;
por ejemplo, 11. ... ¥xh4 12.£xh5+
De una partida de Botvinnik contra ¢g8 13.£xf5, o si 11...¤xh4
Alartorzev, Leningrado, 1934 12.£xh5+, y mate inmediatamente
después.
1.g4! ... En muchos casos el ataque predo-
Amenaza ¥xf6, ganando un peón. mina porque un avance de los peones
1. ... ¤xg4 en el centro ha privado a las piezas de-
Cambio desfavorable del peón g fensoras de sus mejores casillas.
blanco por el peón h negro. Las blan-
cas obtienen una columna abierta (la
g) para el ataque y la posición del rey
negro se debilita (a causa de la ausen-
cia de su peón h). La mejor jugada de
las negras hubiera sido g6, pero lo mis-

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DIAGRAMA Nº 10 Otras jugadas no darían mejor
resultado; por ejemplo, si 4...¥xd4
5.£xd4 £xa2 6.£d2 £a4 (amenazan-
do ¥h7+), £a4 7.¦g3 ¤xe5 8.£xh6
¤g6 9.¥xg6! gxh6 10.¥f5+ y mate en
la jugada siguiente.
5.¦g3 ...
El rey negro no puede resistir el
ataque de cuatro piezas ( £, ¦, ¥c2 y
¥e7).
5. ... ¥xd4
6.¦xg7+ ¢xg7
7.¥f6+ ¢g8
De una partida Euwe contra Michell, 8.£xh6
Hastings, 1935 Seguido de mate.

La situación del rey negro es de to- 2. DIRIGIENDO EL ATAQUE


tal desamparo contra el ataque de las GENERAL CONTRA
piezas blancas, puesto que los avanza- PEONES FIJOS
dos peones centrales (d y e) dificultan La palabra ataque tiene aquí un
grandemente la acción de las piezas significado diferente del que tenía en
negras defensoras. Ya las blancas ame- los ejemplos precedentes. Aquí ya no
nazan rematar la partida. con 2.¥f6!, se trata de un ataque al rey, sino de un
seguido, por ejemplo, de gxf6 3.exf6 ataque contra uno u otro peón, o, ex-
¤xf6 4.£g5+ ¢f8 5.£h6+ ¢g8 presado de una manera mejor y más
6.£xf6 ¥xd6 7.¤g5, etc. general: lo que nos ocupa aquí es una
Las negras adoptan el único medio acción basada en la inmovilidad de un
de defensa contra esta amenaza: peón contrario. Esta acción no con-
1... h6 duce necesariamente a la captura del
2.¦fe1 ... peón en cuestión, sino que, por ejem-
Las blancas pueden ganar de varias plo, puede dar como resultado una co-
maneras, con sólo mantener el com- lumna abierta u otras ventajas.
plejo de e5 y d6. La jugada del texto, Debe haber un punto u objetivo de
que prepara el traslado de la torre al ataque en la posición hostil, to que en
flanco del rey, es la forma más sencilla idioma alemán se designa muy enérgi-
de lograr ese fin. camente con la palabra Angriffsmarke.
2. ... ¥b7 Lo que queremos decir con esto lo ex-
3.¤d 4 ¥c5 plicaremos en cierto número de ejem-
4.¦e3 ¤f8 plos.

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a) El peón débil del peón débil, no pueden desarrollar
debidamente su actividad ordinaria.
DIAGRAMA Nº 11 1.¥c5! ...
Ocupación de su casilla fuerte.
1. ... ¦fe8
2.¦f2 ...
Esta torre se trasladará después a
c2!
2. ... ¤d7
Atacando la casilla fuerte de las
blancas.
3.¥xe7 ¦xe7
4.£d4! ...
Impidiendo la jugada c5 de las ne-
gras y, al mismo tiempo, preparándose
De una partida Rubinstein contra para ocupar nuevamente su casilla de
Salve, San Petersburgo, 1909 c5.
4. ... ¦ee8
El peón c negro es débil, por carecer 5.¥f1 ¦ec8
de apoyo de otros peones y por estar Las negras insisten en jugar c5.
en una columna abierta; por lo tanto, 6.e3 £b7
se halla expuesto a un ataque directo 7.¤c5 ...
de la dama y la torre blancas. Ese peón Las blancas tienen ahora definitiva-
c es el objeto del ataque, y la estrategia mente en su poder su fuerte casilla c5.
de las blancas está determinada por 7. ... ¤xc5
ese ataque. El objetivo se ha vuelto in- 8.¦xc5 ¦c7
móvil, por la ocupación o dominio de 9.¦fc2 £b6
la casilla que está delante de él, c5 (que 10.b4! ...
es casilla fuerte para las blancas), y, Amenaza b5 y la captura del objeto
en consecuencia, se movilizarán tan- del ataque.
tas piezas como sea posible en su di- 10. ... a6
rección. Es posible que la captura del 11.¦a5 ...
peón débil no se logre por medio de Las blancas han descubierto un
este ataque directo, porque el contra- segundo peón débil; las operaciones
rio tiene suficiente número de piezas contra los dos puntos débiles simultá-
defensoras a mano; pero en el caso se neamente deberán rápidamente tener
puede lograr indirectamente una ven- éxito.
taja, debido a que las piezas negras, 11. ... ¦b8
por estar comprometidas en la defensa Si 11...£xd4 12.exd4, y perderían

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un peón, puesto que no es posible 12. 1. ... ¥e6
... ¥c8, a causa de 13.¦xd5. 2.£b2 ...
12.a3 ... protege al peón b4, de modo que
Para defender al peón b. Ahora ya puedan seguir a4 y b5.
no es posible evitar la pérdida de un 2. ... ¦ad8
peón. 3.a4! g5
12. ... ¦a7 Jugada con que las negras contraa-
13.¦xc6? £xc6 tacan.
14.£xa7, y gana. 4.b5! axb5
5.axb5 ...
b) El peón inmóvil en la columna Las blancas han logrado su propó-
semiabierta sito: las negras tienen la desagradable
opción entre cambiar en su casilla de
DIAGRAMA Nº 12 b5, con lo que quedarían débiles su
peón d y su caballo f8, o de cambiar en
su casilla de c6, como consecuencia de
lo cual su peón c6 se torna en una ver-
dadera debilidad en el sentido que te-
nía en el anterior ejemplo. En general,
es preferible la segunda opción, puesto
que implica sólo una debilidad.
La partida continuó:
5. ... g4
6.¤d2 ¥c8
7.¦fe1 ...
Jugada defensiva; las blancas no tie-
De una partida Bogoljubow nen prisa en liquidar en su casilla c6.
contra Rubinstein, San Remo, 1930 7. ... f5
8.¤a2 ¦d6
El peón c6 es el objetivo del ataque, 9.bxc6 bxc6
pero en una forma completamente di- 10.£b6 ¥d7
ferente que en el ejemplo precedente. 11.¤b4 ¤f6
El peón está bien protegido (por el 12.¦c2 ¤e4
peón b7), y por esto su captura parece 13.¥xe4 fxe4
totalmente fuera de la cuestión. 14.¦ec1
Percibiremos bien pronto a qué se Y las blancas capturan el débil peón
debe la debilidad de este peón. c de las negras después de ocho juga-
1.b4! ... das más.
El método indicado. En este caso, por lo tanto, la acción

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contra el objetivo atacado también mento. El peón c4 blanco constituye
condujo a su captura. En el ejemplo si- un objetivo de ataque para las negras,
guiente se persigue otro propósito. tanto como lo es el peón f6 negro para
las blancas, pero la columna abierta de
c) El peón fijo, como parte de una g es de mayor importancia que la co-
cadena de peones lumna abierta de b, puesto que la pri-
El peón f6 negro está fijo y las blan- mera conduce al campo del rey negro.
cas pueden aprovechar esto para avan- 1.g4 ¤e8
zar su peón g3 a g5 y luego forzar una 2.£g2 £d8
columna abierta, por medio del cam- Apuntando hacia su casilla g5.
bio de peones en su casilla c6 o en la 3.¦e2 a5
de g4. Una serie inmóvil de peones se 4.¦g1 ¦b7
llama cadena de peones. En su libro Ahora las blancas podían perfecta-
“Die Blokkade”, Nimzowitsch sienta mente jugar 5.g5 y forzar la columna
la regla de que el ataque deberá siem- de g, pero esto implicaría un cambio
pre dirigirse contra la base de la cade- de damas en esta forma: 5.g5 fxg5
na de peones, es decir, contra el peón 6.¥xg5 ¥xg5 7.£xg5 £xg5 8.¦xg5,
más retrasado de la cadena, en nuestro y en el final de partida que resultaría
caso el peón f6 negro. de esto la columna abierta perdería
gran parte de su valor. Pero hay otras
DIAGRAMA Nº 13 razones por las cuales las blancas, por
el momento, no juegan 5.g5. Estas, en
realidad, no tienen prisa por hacerlo;
primero llevan a sus piezas a ocupar
mejor posición.
5.£h3 £b8
Atacando al peón b2 blanco.
6.¥c1 ¥d8
7.¤g2 ¦aa7
8.¤e3 h6
9.¤d5 ...
El caballo ha llegado a una casilla
mejor.
De una partida Reti contra 9. ... bxc4
Grünfeld, Semmering, 1926 10.dxc4 ¥xd5
11.exd5 ¢f8
Las negras, por el contrario, dirigen 12.£f1 ...
su ataque contra el peón c4; pueden El peón h2 blanco deberá ahora
abrir la columna b en cualquier mo- avanzar, para hacer de ese modo po-

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sible g5. a b5 puede nuevamente plantear des-
12. ... ¢e7 agradables problemas. Si las negras
El rey negro huye, antes de que se efectúan el cambio en su casilla b4,
produzca la ruptura por medio de g5. entonces la eficacia del alfil blanco au-
13.h4 ¢d7 menta; si, con todo, permiten que se
14.¦h2 ¦a8 haga el cambio en su casilla de c6, en-
15.¥d1 a4 tonces su peón c se convertirá en un
16.g5! ... peón débil. En este caso, el avance del
Por fin, las blancas consideran que peón b blanco conduce a una decisión
ha llegado el momento oportuno. inmediata:
16. ... hxg5
17.hxg5 £a7 DIAGRAMA Nº 14
18.¦h8 ¥e7
19.¥h5 fxg5
De otra manera sigue 20.¦g8 axb2
21.¥xe8+ y 22.¦xg7.
20.¦xe8! ...
Comienzo de una hermosa y deci-
siva combinación. El final es como si-
gue:
20. ... ¦xe8
21.£h3 ¥f6
22.¥xe8+ ¢xe8
23.£h8+ ¢d7
24.¥xg5 ¢c7 De una partida Euwe contra
25.¥xf6 gxf6 Noteboom, Amsterdam, 1931.
26.¦g7+ ¢b6
27.£d8+ ¢a6 1.b4 ¤e6
28.£e8! 2.b5! ...
Y las negras abandonaron. Con lo que gana un peón. Las ne-
El ataque contra el peón f ha con- gras no pueden jugar 2. ... cxb5, por-
ducido a la apertura de las valiosas co- que seguiría 3.¥xb7 ¦ab8 4.¥c6, y
lumnas g y h. 5.cxb5. Las negras deberán por lo tan-
to dejar su peón c donde está, lo que
d) El peón fijo en una diagonal les significa la pérdida de ese peón,
Lo mismo que en los ejemplos a) y puesto que la casilla c6 de las negras
b), el peón c6 negro es aquí objeto del está triplemente atacada y defendida
ataque, pero ahora en la fila del alfil sólo una vez.
blanco. El avance del peón b2 blanco Un ejemplo similar, pero bastante

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más complicado, lo ofrece la hermosa nificaría la ganancia de por lo menos
partida que jugaron Saemisch y Reti un peón.
(Berlín, 1920). 25.cxd5 cxd5
Después de la jugada 21, la posición El peón dama negro se ha vuelto
en esa partida era: ahora muy débil. El resto es perfecta-
mente claro.
EJEMPLO Nº 1 26.¦ad1 ¥e6
27.£d3 ¦f5
28.¥xd5 ¦xh5+
29.¢g2 ¥xd5+
30.£xd5+ £xd5+
31.¦xd5 ¦f5
32.¥e3 ¦c8
33.¦fd1 ¦c2+
34.¦1d2 ¦c4
35.¦d8+ ¦f8
36.¢f3 ¥c1
37.e6 ¥a3
38.f5 ¥e7
Aquí es el peón d negro el objeto del 39.¦xf8+ ¢xf8
ataque, gracias a la colaboración del 40.¦d7 ¦a4
alfil g2 y del peón b blanco. Sin éste, 41.¦xb7 ¥d6
toda la acción de las blancas carecería 42.¦d7 ¥e5
de valor. La partida siguió así: 43.¥c5+
22.c4 ... 1-0
Si el peón b no estuviera donde está, Un principio estratégico importan-
entonces las negras podrían contestar te es el de que los peones deben avan-
sin dificultad con dxc4. Ahora, sin em- zar en aquel flanco en que están apo-
bargo, eso costaría un peón. yados por su propio alfil. La aplicación
El juego continuó: de ese principio ya se ha visto en los
22. ... fxg4 ejemplos precedentes. Pero queda to-
23.hxg4 h5 davía mejor demostrado en la siguien-
La bien conocida táctica de atacar te partida:
en el flanco contrario, lo que, sin em- Blancas: Skalicka
bargo, no es conveniente aquí. Negras: Addicks
24.gxh5 ¥f5 (Praga, 1931)
Las negras abandonan su intención
originaria de 24...£h4+ 25.¥h2 ¥xh5, 1.e4 c5
debido a que seguiría 26.£d3, que sig- 2.¤c3 ¤c6

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3.g3 g6 DIAGRAMA Nº 15
4.¥g2 ¥g7
5.¤ge2 ¦b8
6.f4 d6
7.O-O ¤f6
8.h3 ¥d7
9.d3 b5
10.¥e3 O-O
11.£d2 b4
12.¤d1 a5
13.c3 a4
14.¤f2 a3
Punto culminante del ataque de las
negras. De una partida Noteboom contra
15.bxa3 bxc3 Howell-Smith, Ramsgate, 1929
16.¤xc3 £a5
17.¦ab1 ¤g4 Los peones en el flanco del rey tie-
18.hxg4 ¥xc3 nen la tarea de proteger al rey y, si han
19.£e2 ¤d4 avanzado, corren el riesgo de ser cam-
20.¥xd4 ¥xd4 biados por otros peones. Si las negras,
21.¦fc1 £xa3 después de enrocar, juegan ... h6, las
22.¥f1 ¥e6 blancas deben constantemente estar
23.¦xb8 ¦xb8 alerta para una oportunidad de apro-
24.¦c2 ¥d7 vechar la ventaja de esta debilidad, con
25.£e1 ¥a4 g4 — g5. En la posición que muestra
26.¦e2 ¥c3 el diagrama 15, esto se produce muy
0-1 fácilmente:
Las blancas abandonan. 1.g4! ...
Las negras son ya impotentes con-
e) El peón avanzado en el flanco del tra la amenaza de las blancas g5, que
rey como objetivo de ataque les destroza el flanco del rey. Aquí si-
guió:
Un peón avanzado en el flanco del 1. ... £e7
rey es siempre un objetivo de ataque. 2.g5 f5
Esto se aplica como regla a cada pieza 3.gxf6 ...
que cumpla una tarea definida. Y las negras abandonaron, porque
después de 3..., gxf6, la jugada 4.¦f3!
decide la partida.
Lo mismo ocurrió, aunque no en

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forma tan sencilla, en la siguiente par- la columna de b). La partida continuó:
tida. 17.¤d5 £c5
18.c4 ¤g5
Blancas: Capablanca 19.¦f2 ¤e6
Negras: Janowski 20.£c3 ¦d7
(San Petersburgo, 1914) 21.¦d1 ¢b7
22.d4! £d6
1.e4 e5 23.¦c2 exd4
2.¤f3 ¤c6 24.exd4 ¤f4
3.¥b5 a6 25.c5! ¤xd5
4.¥xc6 dxc6 26.exd5 £xd5
5.¤c3 ¥c5 27.c6+ ¢b8
6.d3 ¥g4 28.cxd7 £xd7
7.¥e3 ¥xe3 29.d5 ¦e8
8.fxe3 £e7 30.d6 cxd6
9.O-O O-O-O 31.£c6
10.£e1 ¤h6 1-0
11.¦b1 ... Terminaremos este capítulo sobre
Con la intención de avanzar sus estrategia con una breve discusión
peones en el flanco de la dama, a fin de respecto a los dos alfiles. Ya habíamos
sacar ventaja del débil peón a3 negro. llamado la atención, en el Capítulo I,
11. ... f6 respecto a la importancia de los dos al-
12.b4! ¤f7 files. Por regla general, dos alfiles son
13.a4! ¥xf3 más fuertes que un alfil y un caballo
14.¦xf3 b6! o que dos caballos. Pero no basta con
Sólo en esa forma evitan las negras saber que hay una diferencia de fuer-
que se abran columnas para el ataque. za: debe tenerse también pleno cono-
15.b5 cxb5 cimiento del tratamiento que requiere
16.axb5 a5 una partida con dos alfiles.
Las negras han logrado lo que de- Descubriremos con más facilidad
seaban. La posición en el flanco de la los principios especiales que se apli-
dama ha permanecido cerrada, pero can comparando el alfil con el caballo.
las negras no han escapado comple- Aunque estas dos piezas representan
tamente sin daño. El campo de su rey bastante aproximadamente el mis-
está debilitado, y las blancas pueden mo valor, difieren enteramente en su
ocupar su casilla de d5 con el caballo forma de moverse; el alfil puede reco-
(la de d5 se ha convertido en casilla rrer largas distancias, pero permanece
fuerte para las blancas, puesto que las siempre en casillas del mismo color; el
negras no pueden jugar ..., c6, sin abrir caballo da cortos saltos a casillas alter-

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nativamente blancas y negras.
Los principios estratégicos que de-
ben observarse cuando se tienen dos
alfiles son:
1) Jugar una partida abierta, am-
pliar, como si dijéramos, el tablero (lo
que es ventajoso para el alfil).
2) Si es posible, operar en los dos
flancos simultáneamente (si el campo
de lucha se traslada, entonces el alfil se
traslada más rápidamente que el caba-
llo).
3) Llevar los peones hacia adelante,
a fin de privar al caballo enemigo de
algunas casillas. Que esto debilita a los
peones es cosa de menor importancia,
puesto que los alfiles tienen influencia
protectora aun a distancia. Un punto
importante, sin embargo, es el de que
los peones enemigos pueden volverse
débiles y, de ese modo, ofrecen obje-
tivos adecuados para el ataque de los
alfiles desde larga distancia.

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