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Michel Vovelle es un historiador francés del siglo XX, especialista en los siglos XVII y
XVIII.
Vovelle señala lo que fue la originalidad de Francia en la crisis general del feudalismo
europeo. Es tradicional oponer el sistema agrario francés con el inglés, donde se caminó
hacia una agricultura pre capitalista. A la inversa se puede comparar lo que sucede en
Francia con los modelos que proponía Europa central y oriental, donde la aristocracia
propietaria de la mayoría de la tierra se apoyó de forma creciente en el trabajo forzado de
los campesinos siervos ligados a la tierra.
La versión francesa está situada a mitad de camino entre una y otra. El campesinado
francés en gran parte era propietario de la tierra y desempeñará un papel importante en
las luchas revolucionarias junto a la burguesía.
El autor cita a Mousnier para quien la sociedad francesa de la época era más bien una
sociedad de órdenes; según el autor detrás de la ficción de una sociedad de órdenes se
vislumbra la realidad de los enfrentamientos de clase.
Sería imposible describir la crisis del final del Antiguo Régimen en términos de
contradicción interna, también sufrió un ataque desde el exterior a partir de la burguesía y
grupos populares, una alianza ambigua según Vovelle que nos lleva a una clásica
pregunta, ¿la revolución francesa fue una revolución de la miseria o de la prosperidad?
Por un lado existe la situación real de una gran parte del campesinado, masa
consumidora que no produce lo suficiente para satisfacer sus necesidades, Vovelle cita a
Michelet quien considera que para estos campesinos, el siglo XVIII no merece el título de
glorioso, la miseria popular sigue siendo una realidad indiscutible.
Los trabajadores agrícolas, y junto a ellos los medianeros, pequeños agricultores, que
comparten las cosechas con el propietario, constituyen por entonces la masa de lo que
se ha dado a llamar “campesinado consumidor”, es decir que no produce lo suficiente
para atender sus necesidades.
“Esta burguesía naciente, tal cual es, con todo los desniveles económicos, sociales y
culturales que lo recorren, constituyen la fuerza colectiva que da a la revolución su
programa. La filosofía de las luces se extendió y traducidas en formulas simples circuló
cual moneda corriente, las ideas fuerza de la ilustración modelados en formulas simples
(libertad, igualdad, felicidad) encontraron en el contexto de la crisis de 1789 una ocasión
excepcional para imponerse”.1
La crisis económica ha catalizado las formas de descontento sobre todo en las clases
populares. Los primeros signos de malestar se reflejaron en campo francés; en 1788 una
serie de cosechas desastrosas produjo un aumento brutal de los precios; en 1789 se da
un estancamiento en el precio del cereal acompañado de una crisis de superproducción
vitícola.
Hacia abril de 1789 se subleva un barrio popular de París y estallan revueltas en varias
provincias. Los conflictos sociales asociados a la carestía de la vida aumentan el malestar
político.
Según Vovelle Luis XVI no es ni por asomo el hombre que la situación requiere y la
personalidad de María Antonieta a través de quién ejerce influencia la aristocracia de la
corte no arregla las cosas.
1
Vovelle,M. “Introducción a la historia de la Revolución Francesa”, Barcelona, Critica, 2000. Pag:21
Al reunirse los Estados Generales acudieron los tres estamentos, la nobleza y el clero
aparecen divididos, se mostraban incapaces de formar un bloque unitario. El Tercer
Estado estaba representado por una burguesía consciente de sus intereses. Tras dos
días de reuniones los diputados del tercer estado rehusaron el voto por estamento e
hicieron un llamado a la nobleza y al clero a sumarse a la constitución de una Asamblea.
El 17 de junio se constituye la Asamblea Nacional, el 19 de junio el rey anula las
decisiones de la asamblea y cierra la sala de los Estados Generales. El 20 de junio los
diputados se reunieron en sala del juego de pelotas, todos se comprometían a no
separase hasta establecerse una constitución.
A partir de los primeros días de julio la burguesía parisina hecha las bases de un nuevo
poder, se constituyó una milicia burguesa, grupos amotinados recorrieron la ciudad
buscando armas. Hacia el 14 de julio estalló la insurrección popular. La muchedumbre se
hizo con 32000 fusiles y toma la Bastilla, lo que según Vovelle simboliza la arbitrariedad
real y del Antiguo Régimen que se hunde.
Desde fines de julio de 1789 se lleva a cabo el levantamiento del campo conocido como el
gran pánico, según Soboul ninguna de las reivindicaciones del campesino se había
satisfecho aun, el sistema feudal continuaba, la crisis económica aumentaba el
descontento, el hambre hacía estragos lo cual multiplica la cantidad de mendigos y
vagabundos. Durante toda la primavera habían estallado desordenes en distintas
regiones, los campesinos pretendían la abolición de los derechos feudales, y el medio
más seguro fueron los incendios de los castillos y archivos. Según Michelet el gran miedo
hace concreta las movilizaciones de las masas campesinas y simboliza el ingreso oficial a
la revolución.
La asamblea se dio cuenta del peligro de una política de represión. Por lo que fueron
suprimidos por decretos, el régimen feudal y ciertos privilegios. En los decretos del 5 al 11
de agosto se establece:
2
Vovelle,M, Op cit Pag:29
Según Soboul a pesar de estas restricciones los resultados del 4 de agosto tuvieron una
importancia extrema. La Asamblea Nacional destruyó el Antiguo Régimen.
Según Vovelle la violenta oposición del campo impondrá la abolición de los restos del
sistema feudal.
3
Vovelle,M, Op cit Pag:37