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La dependencia al alcohol puede resultar de una predisposición genética, una enfermedad
mental, el consumo de alcohol abundante, sostenido y abusivo o una combinación de estos
factores. Esta enfermedad no solo afecta al adicto sino también la vida de todo aquel que se
encuentra a su alrededor. Investigaciones recientes sobre genética y neurociencia han
identificado ciertas características genéticas que se cree están relacionadas con la dependencia
al alcohol. Los investigadores continúan indagando el vínculo entre la herencia genética y el
alcoholismo. Actualmente no existe una posible cura para esta enfermedad, sin embargo muchos
alcohólicos se mantienen sobrios por periodos de tiempo prolongados de acuerdo a su voluntad y
compromiso para vencer esta enfermedad. Pero es innegable que para que un adicto al alcohol
pueda recibir tratamiento y llegar a una posible recuperación, primero tiene que aceptar su
condición de dependencia al licor.4
Sin embargo, muchos alcohólicos no reconocen su problema y, por tanto, nunca buscan ayuda
para resolverlo, mientras que en otros casos la verdadera razón por la que solicitan asistencia
(el abuso del alcohol) aparece enmascarada por los efectos del alcoholismo sobre el estado físico
y psicológico del paciente, que a esas alturas de la adicción ya resultan evidentes.
Con el abuso del alcohol, usted no es físicamente dependiente pero tiene un problema serio. El
consumo de alcohol puede causar problemas en el hogar, el trabajo o la escuela. Puede ponerlo
en situaciones peligrosas, o llevarlo a tener problemas legales o sociales.
Otro problema común es el atracón de alcohol, definido como beber cerca de cinco o más bebidas
para los hombres y cuatro o más bebidas para mujeres en un plazo de dos horas.
Beber demasiado alcohol es peligroso. El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo
de ciertos tipos de cáncer. Puede conducir a enfermedades del hígado como hígado graso y
cirrosis. También puede causar daño al cerebro ya otros órganos. Beber durante el embarazo
puede dañar a su bebé. El alcohol también aumenta el riesgo de muerte por accidentes de
tránsito, lesiones, homicidios y suicidios.
El alcohol es una droga que actúa como depresor del sistema nervioso central, es decir, como
sedante. A su vez, al deprimir los centros de control del cerebro reduce las inhibiciones, no
obstante, la ingesta de grandes cantidades de alcohol llega a producir trastornos en la
coordinación de habla y músculos, sueño e incluso coma.
A su vez, se ha demostrado una predisposición hereditaria al alcoholismo que podría influir en el
momento de sufrir complicaciones neurológicas.
El alcohol produce dependencia psíquica y física
física. La dependencia del alcohol tiene como
características la tolerancia de sus efectos y los síntomas de abstinencia cuando se deja de
consumir, característica que desaparece cuando el afectado bebe otra copa.
El alcoholismo no solo afecta al enfermo sino a sus familiares y amigos ya que al afectado se le
dificulta llevar una vida saludable, responsable y ejemplar en su entorno, por lo que trae
problemas laborales, divorcios, violencia familiar e incluso el alcohol es un causante de accidente
de tránsitos, suicidios y homicidios.
En referencia a este punto, un hijo que nace y se desarrolla en un hogar de padres alcohólicos,
según los estudiosos de la materia indican que su futuro puede tomar 2 vertientes: el primero
escoger el mismo camino que observó en su hogar o intentar buscar un futuro exitoso con el fin de
esconder sus traumas y baja autoestima.
Asimismo, todo niño afectado debido a la enfermedad del alcoholismo de sus progenitores, debe
de asistir a terapias con el fin de ser ayudado a adquirir seguridad y autoestima en sí mismo.
No obstante, todo alcohólico puede abandonar su hábito si recibe la ayuda adecuada de sus
familiares y amigos en el momento oportuno. En consecuencia, es de suma importancia que
cuando el alcohólico se someta a tratamiento, su familia también lo haga, especialmente los
niños que pueden necesitar ayuda para disminuir la desconfianza y resentimiento que suelen
sentir en estas situaciones.
El alcoholismo es un tipo de adicción por la cual el afectado es incapaz de controlar su consumo:
consumo:
bebe alcohol a diario o varias veces a la semana, necesita el alcohol para afrontar o evadirse de
de
algunas situaciones de la vida, tiene dificultades para controlar la frecuencia y cantidad de
de
alcohol que consume, y necesita ayuda para dejar el alcohol. El El
Más de 13.000 personas mueren cada año debido al consumo de alcohol en España. A pesar de de
ello, es la droga psicoactiva más consumida. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 78% de de
los españoles habían consumido alcohol en el último año; el 34%, en el último mes, y el 10% lo
lo
consumen a diario. Pero el uso abusivo de esta sustancia puede tener graves consecuencias de
de
salud, personales y sociales; sin embargo, el dato de personas que abusan del alcohol en España
España
es elevado: más de 1 millón 6 cientos mil adultos, de entre 15 y 64 años, consumen alcohol por
por
encima de los niveles considerados como de riesgo, lo que equivale a un 5% de la población.
población.
Las conductas abusivas del alcohol todavía no se han convertido en una adicción, pero son el
el
paso previo y son una conducta de riesgo de alcoholismo. Sin embargo, los mayores abusos del
del
alcohol, como los episodios alcohólicos (borracheras), se dan especialmente entre la población
población
joven. 2 de cada 5 hombres y 1 de cada 5 mujeres entre los 15 y los 34 años se ha emborrachado
emborrachado
alguna vez en los últimos 12 meses. El 74% de los jóvenes entre 14 y 18 años habían consumido
consumido
alcohol en el último mes, y el 15% había alcanzado un episodio alcohólico.
alcohólico.
Las borracheras frecuentes son una conducta de riesgo de alcoholismo, que afecta al doble de
de
hombres que de mujeres. Una vez se produce la adicción, la esperanza de vida del alcohólico es
es
de 12 años menos que en personas no alcohólicas.
alcohólicas.
El alcohol es el tipo de droga más consumida en España y su uso está legalizado y socialmente
aceptado, hasta el punto de que muchas actividades sociales son difíciles de imaginar sin
alcohol: encuentros con amistades, navidades, fiestas nocturnas… Pero su su consumo excesivo
excesivo
puede dañar la salud
salud, incluso antes de que se presente una adicción al alcohol.
El alcoholismo se define, según la OMS, "como cualquier deterioro en el funcionamiento físico,
mental o social de una persona, cuya naturaleza permita inferir razonablemente que el alcohol
es una parte del nexo causal que provoca dicho trastorno".
Para el diagnóstico de este problema, el especialista realizará una historia clínica completa y
orientada a detectar el problema, cuestionarios de despistaje y pruebas analíticas
(determinación de VCM, gamma-GT, transaminasas y estudio de lípidos).
El tratamiento del alcoholismo pasa por diversas fases: reconocimiento del problema, fase de
desintoxicación, fase de deshabituación y la fase más larga de rehabilitación y resinserción
social.
El alcoholismo se encuentra relacionado con el 40-50% de los accidentes de tráfico, el 15-20% de
los accidentes laborales, el 50% de los homicidios, etc.
Es importante recordar que todo alcohólico suele presentar de forma asociada elevado consumo
de tabaco, café e importantes trastornos en la dieta, con lo que su patología se encuentra de
forma incrementada.