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Los desafíos y beneficios de la educación virtual

Desde el comienzo de los tiempos, ha sido una necesidad, casi instintiva del hombre por
explorar, descubrir y conocer su universo; este mismo espíritu lo ha llevado a conquistar lugares a
los que antes sólo se podía soñar con llegar. Es por eso, que a través de los siglos el hombre ha
volcado su interés a la búsqueda insaciable de conocimiento, para lo cual ha decido educarse,
aunque en un primer momento esto se hacía casi de forma natural y empírica, poco a poco este
proceso de educación se fue perfeccionando a lo largo del tiempo, hasta llegar a los que conocemos
hoy como educación virtual y para esto contamos con diversas herramientas tecnológicas, entre las
cuales podemos destacar las laptops, las tablet, iPad , el internet y sus diversas herramientas que
posibilitan un sin número de alternativas para obtener el tan anhelado conocimiento; pero primero,
empecemos por definir ¿qué es la educación?.

El término educación, ha sido muy discutido a través de la historia de la humanidad, sin

embargo vale la pena citar algunos que para mí, reúnen las características propias de lo que implica
educarse.

Según Rousseau (1712-1778- Ginebra), la educación “es un proceso natural, no artificial.

Es un desenvolvimiento que surge de dentro, no algo que procede de afuera y se realiza por la
acción de los instintos e intereses naturales”.

Para Nixon & Jewllet (1980, p. 28), la educación “es un proceso continuo para toda la vida
de cambio, modificación o ajuste del individuo (fuera o dentro de la escuela) que resulta de
respuestas a estímulos ambientales internos y externos. Estos cambios que persisten en los
comportamientos, los cuales resultan de las actividades del aprendiz, afectan los aspectos
mentales, físicos, emocionales, morales y éticos de la vida en muchas maneras significativamente”.

Y para Pestalozzi (1746-1827, Zúrich-Suiza), la educación “es el desarrollo natural,

progresivo y sistemático de todas las facultades”.

De los cuales destaco este último concepto, enunciado por Pestalozzi, ya que considero que
la educación es un proceso continuo y permanente del ser humano, que pretende moldear y
transformar su forma de pensar, además de potenciar todas sus habilidades.
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En ese mismo sentido, es apropiado señalar que la educación presencial “de tiza y tablero”
(educación tradicional), ha sido por muchos siglos el método más popular y considerado por
muchos el más efectivo. Sin embargo ante el creciente, intempestivo y acelerado ritmo al cual
marcha nuestra sociedad moderna, es imposible pensar que la educación va a estar estática frente
a los nuevos retos y avances que implica la globalización. Es por esta razón, que hoy en día los
modelos educativos están experimentando procesos de metamorfosis continua, debido a los nuevos
retos que supone dicha globalización. Producto de tales desafíos, la educación ha trascendido a
escenarios como la virtualidad con ambientes de aprendizajes, más dinámicos, interactivos,
flexibles y asincrónicos que les permiten a todas las personas acceder y avanzar a sus propios ritmos
y nivel de aprendizaje.

Es así, como la educación virtual en el presente constituye el escenario perfecto para quienes
absorbidos por la rutina del día a día, carecen de tiempo y espacio para trasladarse a un aula de
piedra y cemento para estudiar, por lo que la educación virtual mediada principalmente por
herramientas de internet son el medio de cultivo óptimo, para que todas las personas sin distinción,
puedan abrir las puertas del conocimiento.

En el mismo modo, es necesario un proceso de mutación de mis prácticas educativas actuales,

ya que para estar a la par de las necesidades académicas y educativas de mis educandos, debo
replantear mi quehacer docente, transformando mis metodologías y adaptándolas a las exigencias
que supone la educación virtual mediada a través de la TICs.

Para Silvio, J. (2000), “En el contexto de la educación superior, la virtualización puede

comprender la representación de procesos y objetos asociados a actividades de enseñanza y
aprendizaje, investigación, extensión y gestión así como objetos cuya manipulación permite al
usuario, realizar diversas operaciones a través de Internet, tales como, aprender mediante la
interacción con cursos electrónicos, inscribirse en un curso, consultar documentos en una
biblioteca electrónica, comunicarse con estudiantes, profesores y otros”.

Por lo que surgen algunos cuestionamientos tales como: ¿que modificaciones en los roles del
proceso educativo se requieren para obtener el mejor provecho de los entornos virtuales de
aprendizaje? o ¿Cuál será mi papel como docente presencial y aprendiente virtual, en el marco del
proceso de aprendizaje mediado?; para resolver el primer interrogante, pienso que la primer
modificación que debe hacerse en el rol del proceso educativo, es perder el temor y dejar el
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escepticismo frente a los nuevos retos que implica un cambio de paradigma educativo, ya que la
primera reacción que he visto de mis compañeros docentes, es un rotundo rechazo a la
actualización, y mucho más cuando ese cambio implica estar cerca de un computador o cualquier
dispositivo electrónico. Este problema genera un analfabetismo tecnológico, debido a que estas
docentes verán limitado su quehacer y por ende sus educandos se verán afectados directamente.
Para responder a la pregunta 2, es importante decir que mi papel como docente presencial y
aprendiente virtual, en el marco del proceso de aprendizaje mediado, será fundamental para la
transformación de los procesos educativos y académicos a través de la apropiación y posterior
aplicación de los conocimientos en el aula de clases.

De igual manera, es relevante subrayar que las herramientas que ofrece el internet son amplias
y variadas, ya que no solo se trata de textos cuadriculados o contenidos tradicionales que rayan en
lo aburrido, sino que se cuenta con herramientas multimediales (audio, videos e imágenes) que
posibilitan una transmisión más efectiva del conocimiento, a los cuales se pueden acceder de forma
asincrónica, lo que favorece y facilita el uso adecuado del tiempo para el aprendiente virtual.

Para concluir, estoy completamente seguro de que la transformación de los procesos

educativos, es decir, pasar de lo presencial a lo virtual, es un trabajo riguroso, que requiere de
tiempo y principalmente de voluntad para incursionar en el fantástico mundo de la educación
virtual.