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R e n é K a é s (*) (**)
(*) Conferencia dictada por el Dr. René Kaés en julio de 1997 durante su
visita a Buenos Aires.
Profesor en Humanidades, miembro del Centro de Investigaciones
Clínicas sobre las Formaciones Intermediarias, Universidad de Lyon
EL Francia 12, Quai Jules Courmant 69002, Lyon, Francia. Corresponsal
de esta^reyista en Lyon.
(**) Traducción: LicyMirta^Segovjano?’ '- •
179
subjetivo, y más precisamente en el espacio y el tiempo de lo
generacional, de lo familiar y de lo grupal, allí donde precisa-
mente “el yo puede advenir” -según la formulación de P.
Aulagnier- o fracasa en constituirse.
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Señalaré brevemente algunos aspectos de este interés, de
tal modo que los aportes contemporáneos a la transmisión de
la vida psíquica muestren su dimensión y permitan reconocer
la continuidad y los obstáculos de la herencia. En Tótem y
tabú, Freud distingue entre la transmisión por identificación
con los modelos parentales y la transmisión genérica, consti
tuida por las huellas mnémicas de las relaciones con las
generaciones anteriores. El primer proceso se relaciona con
la historia, el segundo con la prehistoria del sujeto. En la
prehistoria hay que incluir la transmisión de los objetos perdi
dos por quienes nos precedieron y que nos son transmitidos
aún parcialmente en duelo. También podemos incluir allí los
significantes preformados que nos preceden, y particularmen
te los significantes congelados, enigmáticos, brutos, sobres
los cuales no se ha operado un trabajo de simbolización.
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Todas estas preocupaciones -como vemos, de origen-
refuerzan la pertinencia del concepto de transmisión cuando
se trata de dar cuenta de la realidad psíquica que se transpor
ta, se desplaza o se transfiere de un sujeto a otro, entre ellos o
a través de ellos, o en los vínculos de un conjunto, ya sea que
en este pasaje la materia psíquica transmitida se transforme o
permanezca idéntica. En el léxico y la conceptología freudiana,
la cuestión de la transmisión es expresamente homologada
como una dimensión capital, pero todavía ampliamente por
construir, de la problemática psicoanalítica. (1)
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sos de !a transmisión. En varias oportunidades he señalado
que una notable propiedad de estos objetos de transmisión es
que están marcados por lo negativo; lo que se transmite sería
así preferentemente lo que no se contiene, lo que no se
retiene, lo que no se recuerda; la culpa, la enfermedad, la
vergüenza, lo reprimido, ios objetos perdidos y aún en duelo.
Son estas configuraciones de objetos y de sus vínculos
intersubjetivos las que son transportadas, proyectadas, depo
sitadas, difractadas en ios otros, en más de un otro: forman la
materia y el proceso de la transmisión. Lo que se transmite no
es solamente algo de lo negativo, sino también aquello que
asegura y garantiza las continuidades narcisistas, el manteni
miento de los vínculos intersubjetivos, la conservación de tas
formas y de los procesos de conservación y de complejización
de la vida: ideales, mecanismos de defensa, identificaciones,
pensamientos de certezas, dudas. Por eso las situaciones
psicoanalíticas plurisubjetívas tales como los grupos son sus
“receptáculos" y, en ciertas condiciones, notables dispositi
vos de transformación.
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Una segunda característica es la pluralidad. Cada uno de
los miembros del grupo se verá confrontado con un encuen
tro, múltiple, intenso con varios otros sujetos, objetos de in
vestiduras pulsionales y de representación: se puede suponer
que se producirá y se mantendrá una coexcitación interna y
mutua, que obliga a cada uno a defenderse contra una fuente
y una intensidad que escapan a todo intento de localización y
de control. La situación de grupo despliega así, si los disposi-
tívos de para-excitación -algunos de los cuales son precisa
mente el trabajo exigido a cada uno para hacer grupo y víncu
lo- son insuficientes, situaciones de desborde potencial mente
traumatógenas. De este modo, si admitimos la hipótesis de
Freud según la cual lo originario se constituye probablemente
en ocasión de la ruptura del para-excitaciones, están reunidas
algunas de las condiciones que concurren a la formación del
inconciente originario. Estas condiciones están reunidas en
un dispositivo que permite conocerlas y tratar sus efectos,
especialmente en sus dimensiones conjuntamente
intrapsíquicas e intersubjetivas.
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do. La exigencia de decir está sometida aquí a condiciones
particulares: la sucesión de los enunciados singulares, deter
minados por las representaciones-meta y las vías de ligazón
de cada uno, produce un conjunto discursivo original que lleva
la inscripción de los efectos del inconciente. Ahora bien, en
situación de grupo los procesos asociativos se organizan a
través de una triple fuente de reprimido: el que es propio de
cada sujeto considerado en la singularidad de su estructura y
de su historia; el que es producido por los analistas mismos
en sus relaciones en situación de grupo; el que producen los
miembros del grupo para hacer grupo. Cada uno de estos
contenidos de la represión tiene su propio origen, pero se ligan
de una manera singular para cada uno y vuelven en los avala
res y las vicisitudes del trabajo asociativo, a través de las vías
del retorno de lo reprimido que son propias de cada uno, y
según las imposiciones y las facilitaciones (las aperturas de
vías) que ejerce el grupo sobre este proceso.
185
vínculos: un pequeño grupo de psicoanalistas, miembros de
una asociación instituida con esta finalidad; grupos restringi
dos y un grupo amplio, reuniendo este último al conjunto de
los participantes y de los analistas en el curso de una sesión
diaria. En estos grupos, los participantes van a comenzar a
establecer vínculos transitorios cuyo motivo y tenor deben ser
comprendidos en la transferencia. Los pequeños grupos son
conducidos por dos psicoanalistas, ios segundos por el con
junto de los analistas. Los psicoanalistas se reúnen cada
noche para examinar los procesos psíquicos en juego en el
seminario, en los diversos grupos y en su propio seno. Con
frecuencia, nuestras sesiones son iniciadas por relatos de
sueños de la noche precedente de uno u otro de nosotros.
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participantes también dan muestras de su necesidad de proxi
midad de unos a otros, A. Missenard observará, con posterio
ridad, que todo ocurre “como si tuvieran que permanecer
pegados, para hacer imposible una toma de distancia, a fin de
constituir juntos una masa única de la que ninguno se des
prendiera. Los intercambios son pocos, la angustia es latente,
el clima pesado. Las intervenciones de Sos analistas en sesión
no modifican este funcionamiento congelado". Un participante
tiene entonces la fantasía de imaginarlos “ensartados en un
mismo palo". A esta representación se asocian las imágenes
de soldadura y de aglutinamiento.
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equipo de los psicoanalistas, en el momento considerado.
Propuso una formulación de alcance general: “un grupo se
unifica por el reflejo que da al psicoanalista, del inconciente de
este último, o de su problemática del momento”. Esta proble
mática transmitida a los participantes “es quizá la de mensa-
jes no verbales que los analistas emiten, sin saberlo, que los
participantes reciben, y sobre los cuates se modelan”.
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retiraba, estábamos paralizados por fantasías asociadas a la
imago materna arcaica, en la medida en que debíamos repar
tirnos el grupo amplio en una intensa rivalidad fraterna.
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angustias de fragmentación. El ensartado realiza la unifica
ción de esas dos escenas en una sola. En esta fantasía de
escena primitiva los participantes del grupo amplio fueron a su
vez asignados al lugar del testigo; fueron constituidos allí para
sufrir lo que los analistas no estuvieron en condiciones de
elaborar.
Elementos de análisis
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características de contenidos de !o reprimido originario de ios
participantes y funciona como tai.
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práctica; se pregunta para qué tipos de objetos de conoci
miento y de transformación está organizado un dispositivo
metodológico, qué inteligibilidad permite en cuanto a la expe
riencia que moviliza, y en qué modifica la representación que
teníamos de la organización y del funcionamiento de estos
objetos. Si admitimos que algunos trabajos recientes funda
dos en estos dispositivos derivados de la cura, hicieron avan
zar ia investigación sobre los contenidos y las modalidades de
la transmisión de la vida psíquica, es evidente que de esto
resultarán algunas consecuencias en las concepciones teóri
cas que el psicoanálisis, como teoría general de los efectos
del inconciente, se ha formado de la vida psíquica y del sujeto
del inconciente. De este modo, la apuesta profunda de la
exploración comparativa, como la de la crisis que he mencio
nado al comienzo de esta introducción, es de orden
epistemológico.
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ferencia es transmisión. Freud utiliza el mismo término para
designar a una y a otra: die Übertragung. Correlativamente,
ios objetos de ia transmisión se pueden descubrir en la trans
ferencia, a través de sus desarrollos en la situación
psicoanaiítica, tal como ios han organizado tas vicisitudes de
ia historia psicosexuai del sujeto. La cura psicoanaiítica “indi
vidual", por ia transferencia y su análisis, se consagra a des
cubrir si y cómo ej-sujeto está en condiciones de pensar y de
interpretar ei sentido del lugar rea! y fantasmátíco que ocupa o
que ie es asignado en las estructuras y en ios obstáculos de la
transmisión. Sólo la transferencia sobre e! analista es ei indi
cador de las relaciones del analizando con su estatuto de
sujeto en la transmisión: eslabón de ia cadena a ia cual está
sujetado, servidor, beneficiario, heredero. Los trabajos de M
Abraham y M. Torok, M. Enriquez, H. Faimberg, J. Kristeva,
J.J. Baranes, J. Guiiíaumin, J. Guyotaty S. Tisseron pusieron
en evidencia dimensiones y contenidos originales de ia trans
misión, contribuyeron a precisar su problemática; los resulta
dos de sus investigaciones son tributarios de ias condiciones
dei dispositivo de la cura.
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les son la consistencia, la organización y la lógica propias de
esta supuesta realidad, y puede ésta existir independiente
mente de sus sujetos constituyentes? ¿Qué enlaces estable
cer entre la realidad psíquica que sería “del grupo familiar” y la
que atravesaría a cada uno de sus sujetos considerados en la
singularidad de su historia y de su estructura? Precisemos:
¿qué los constituiría como tales, es decir, como sujeto del
inconciente? Estas preguntas superan evidentemente su apa
rición en este dispositivo, valen también para los conjuntos
intersubjetívos: pareja, grupo, institución.
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que inscriben al sujeto singular y a los grupos en la sucesión
de los movimientos de vida y de muerte entre las. generacio
nes. Es precisamente en los puntos de anudamiento de estos
dos ejes donde surge la cuestión del narcisismo y sus retoños
en la formación de ios ideales y del superyó. André Carel y
Albert Ciccone han renovado las reflexiones sobre este punto:
André Carel cuando introduce los conceptos de fijación
generacional y de transmisibilidad de la forma conflictiva y
cuando muestra cómo se impone el-recurso a la solución
generacional frente a la potencialidad traumática en el naci
miento y en la traumatosis perinatal; Albert Ciccone cuando
hace trabajar los conceptos de intrusión imagoica, de transmi
sión traumática y de fantasía de transmisión.
El problema psíquico fundamental en el grupo familiar, el
mismo que justifica una psicoterapia psicoanalítica de este
conjunto, es que esos espacios no se han diferenciado, y que
se trata de desligarlos de sus formas patológicas para devol
ver al sujeto su capacidad de pensarse como yo (Je) en un
conjunto.
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relación a él mismo. En todos los casos, lo que aquí se
introduce en la estructura del vínculo intersubjetivo familiar es
Ea cuestión y la función del tercero. Esta situación es diferente
a la de la cura o de la terapia llamada “individual”, y también
muy diferente a la que funciona en una estructura de grupo.
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d e ra c ió n de la exigencia de trabajo psíquico que impone a la
psique su inscripción en lo generacional y en la
intersubjetividad.
Notas
(1) Cf. las numerosas referencias al pensamiento de Freud y a ios
térm inos utilizados por él en mi contribución: “ Introducción al
concepto de transmisión psíquica en el pensamiento de Freud”
en Kaés R., Faimberg H. y coi., 1993, Transmisión de la vida
psíquica entre generaciones, Bs. As., Amorrortu editores, 1995.
£***] La locución en souffrance se emplea para significar “en espera”,
"en suspenso”. Souffrance conserva en ella el sentido antiguo de
"dilación, espera", el cual subsiste sólo en esta locución. En el
texto aparece también el término souffrance empleado con el
sentido actual, de sufrimiento. Con frecuencia en los trabajos
franceses sobre transmisión de la vida psíquica entre generacio
nes se juega con ambos sentidos a la vez. [N. de la T.j
Resumen
La instalación de nuevos dispositivos derivados del para
digma metodológico de la cura permite la puesta a prueba de
las proposiciones de Freud sobre la transmisión de la vida
psíquica. Para comprender la problemática de esta transmi
sión y tratar su patología es necesaria una teoría de ios
procesos y de las formaciones psíquicas que se encuentran
movilizados en estos dispositivos. Aquí se presenta un esbo
zo, limitado a las características metodológicas de tres dispo
sitivos psicoanalíticos: el de la cura individual, el del psicoaná
lisis familiar y el dispositivo psicoanaiítíco de grupo.
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po permite introducir una noción principal: lo que está reprimi
do o renegado en los psicoanalistas se transmite y se repre
senta en el grupo de los participantes y lo organiza
simétricamente; lo que no es analizado y permanece reprimi
do, o renegado, es objeto de una alianza inconciente para
que los sujetos de un vínculo se aseguren de no saber
nada de sus propios deseos.
Summary
The installation of new mechanisms derived from the
methodological paradigm of the cure allows a test to be put into
practice on Freud's propositions on the transmission of psychic
life. To understand the problems of this transmission and to
treat its pathology, a theory of the processes and psychic
formations that are mobilized within these mechanisms is
necessary. An outline is presented of three psychoanalytical
mechanisms: that of individual cure, that of family psycho
analysis and the group psychoanalytical mechanism.
Résumé
La mise en place de dispositifs nouveaux dérivés du
paradigme méthodologique de la cure permet la mise á
Tépreuve des propositions de Freud á pro pos de la
transmission de la vie psychique,