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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE
DERECHO

TEMA: SILENCIO ADMINISTRATIVO

CURSO:
DERECHO ADMINISTRATIVO

CICLO: II

DOCENTE: MG. ELVIS A. APONTE RÍOS

ALUMNO: AREVALO ORTIZ ALEJANDRO

TUMBES – PERÚ

2018
EL SILENCIO ADMINISTRATIVO

La figura del silencio administrativo es una vieja conocida de nuestro ordenamiento


jurídico. Sin embargo, y pese a que podría parecer que después de, al menos, 60 años
(porque el silencio ya aparecía en la Ley de Procedimiento Administrativo de 1958), ya
poco podría quedar por decir del silencio, este sigue siendo objeto de debate entre juristas y
dando lugar a pronunciamientos judiciales

El silencio administrativo podría ser definido como una “ficción jurídica” creada con el fin
de proteger a los particulares frente a una Administración poco diligente. Me explico: ante
los constantes incumplimientos por parte de las Administraciones Públicas de
su obligación de responder a las solicitudes de los particulares, se hizo necesario arbitrar
algún mecanismo que permitiera a los ciudadanos reaccionar frente a ese mutismo de los
entes públicos, y así, aparece en nuestro ordenamiento jurídico la figura del silencio
administrativo negativo, pensado como un instrumento para abrir la vía jurisdiccional y
salvar al ciudadano de tener que esperar eternamente a que la Administración decidiera
cumplir con sus funciones

Pues bien, ¿qué ocurre si, transcurrido el plazo previsto, la Administración no nos ha
notificado la resolución? Entonces opera el silencio administrativo, que puede ser positivo
o negativo. Analicemos cada uno de ellos por separado.

El silencio administrativo negativo

El silencio administrativo negativo tiene por efecto habilitar al administrado la


interposición de los recursos administrativos y acciones judiciales pertinentes. El Silencio
Administrativo negativo no inicia el cómputo de plazos ni términos para su impugnación",
la norma no ha previsto plazo para interponer la demanda Contencioso Administrativa, en
caso de producirse silencio administrativo negativo. Sin embargo la Sala Superior toma
como referencia la fecha en que se produjo el silencio administrativo negativo para
computar el plazo perentorio que tuvo el demandante para impugnar judicialmente el acto
administrativo.
El vencimiento del plazo para resolver un recurso impugnatorio o la inercia de la
administración, provoca el llamado silencio administrativo negativo, y con ello se genera el
derecho del administrado para accionar judicialmente; lo que no significa que se obligue al
referido administrado a solicitar tutela jurisdiccional en el plazo establecido de 3 meses,
luego de vencido el término de treinta días que tiene la administración para pronunciarse
sobre el pedido administrativo; puesto que tiene también la alternativa de aguardar a que la
administración cumpla con su obligación de resolver, bajo responsabilidad. El silencio
administrativo negativo no inicia el cómputo de plazos ni términos para su impugnación",
ya que la norma no ha previsto plazo para interponer la Demanda Contencioso
Administrativa, en caso de producirse silencio administrativo negativo. Sin embargo la Sala
Superior toma como referencia la fecha en que se produjo el silencio administrativo
negativo para computar el plazo perentorio que tuvo el demandante para impugnar
judicialmente el acto administrativo

En nuestro ordenamiento las cosas han cambiado mucho desde 1958 y, hoy, la regla
general, es el silencio administrativo positivo.

Silencio administrativo positivo.

Es decir, si no hay una norma con rango de ley que prevea que el silencio es negativo, el
silencio será positivo. ¿Eso qué significa? Pues que como la Administración no ha sido
diligente y no ha resuelto y notificado en plazo, por ministerio de la Ley, ese silencio se
convierte en un acto positivo, estimatorio de nuestras pretensiones, sean las que
sean. Sobre esto hay varias cosas que decir, así que vamos a ello:

 En los casos en que opere el silencio administrativo positivo, la resolución


posterior que dicte la Administración (porque no olvidemos que está obligada a
resolver) solo podrá ser confirmatoria de ese silencio, es decir, solo puede
consistir en una resolución estimatoria de nuestras pretensiones. Da igual que
nuestra solicitud sea contraria a Derecho, operado el silencio administrativo positivo
la Administración no puede ampararse en justificación alguna para dictar un acto
negativo.
 Así, se puede obtener por silencio administrativo derechos contra legem1,
pues, operado el silencio mencionado, la Administración no puede neutralizar
sus efectos argumentando que el derecho obtenido es nulo o contrario al
ordenamiento jurídico. Si dentro del plazo de que disponía para resolver, no
esgrimió esas objeciones, una vez transcurrido el mismo, ya no es tiempo para ello.

 Si la Administración entendiera que el acto es ilegal y perjudica los intereses


públicos, la solución no es dictar una resolución desestimatoria que deje sin efecto
el acto presunto o no ejecutarlo, pues cualquier actuación del ente público en este
sentido podría ser recurrida (y es importante señalar que, en el hipotético recurso
contencioso-administrativo que se inicie no se discutirá —o, al menos, el Tribunal
no debiera permitir que se introdujera ese objeto de debate— si concurren los
requisitos jurídicos necesarios para la obtención del derecho o facultad adquirida
por silencio, sino que el procedimiento se limitará a dirimir si el silencio es
efectivamente positivo o si, por el contrario, existe norma con rango de ley alguna
que prevea el sentido negativo del mismo), sino iniciar la correspondiente
revisión de oficio.

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