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Género, cuyo nombre oficial es Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad
efectiva de mujeres y hombres. Elementos como paridad, no discriminación por sexo,
igualdad de oportunidades, violencia de género o conciliación de la vida personal,
familiar y laboral fueron conceptos que la Ley de Igualdad de Género introdujo hace
más de 10 años y que hoy están de plena actualidad.
¿Se han conseguido los objetivos que la Ley de Igualdad estableció en su Exposición de
Motivos? Parece que no, aunque el camino recorrido induce a pensar que se está
avanzando en la consecución de los derechos de la mujer. Veamos en qué consiste la
Ley de Igualdad que se aprobó hace 11 años.
Uno de los aspectos más importantes sobre los que se centró la Ley de Igualdad fue la
desigualdad latente en el ámbito de las relaciones laborales y el acceso al empleo sufrida
por la mujer.
Podemos destacar:
• Derecho a la conciliación familiar y laboral: con el objetivo de que la mujer no se
viese discriminada en el trabajo por cuidados familiares, se establecieron protocolos y
permisos especiales para el cuidado de hijos, entre los que destaca el permiso de
paternidad. Aunque este fue uno de los más claros estandartes de la Ley, sigue siendo
mucho más escueto que el de maternidad. Se perseguía con ello una corresponsabilidad
entre mujeres y hombres en la asunción de obligaciones familiares.
• Establecimiento de un Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades, con el que los
poderes públicos se erigían como principales garantes de los objetivos de la Ley de
Igualdad.
• Obligación de establecer planes de igualdad a las empresas de más de 200
trabajadores, entrando con ello en el plano privado.
• Implantación de una igualdad efectiva en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y en las
Fuerzas Armadas.
• Provisión de puestos de trabajo para mujeres en el seno de la Administración General
del Estado.
• Paridad en las listas electorales, una medida que, a pesar de sus intenciones, ha sido
frecuentemente criticada.
• Creación del Ministerio de Igualdad: aunque no se establecía específicamente en la
Ley, se creó como estructura pública transversal para la gestión de las acciones de la
normativa.