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En 2007, las Cortes Generales de España aprobaron la llamada Ley de Igualdad de

Género, cuyo nombre oficial es Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad
efectiva de mujeres y hombres. Elementos como paridad, no discriminación por sexo,
igualdad de oportunidades, violencia de género o conciliación de la vida personal,
familiar y laboral fueron conceptos que la Ley de Igualdad de Género introdujo hace
más de 10 años y que hoy están de plena actualidad.

¿Se han conseguido los objetivos que la Ley de Igualdad estableció en su Exposición de
Motivos? Parece que no, aunque el camino recorrido induce a pensar que se está
avanzando en la consecución de los derechos de la mujer. Veamos en qué consiste la
Ley de Igualdad que se aprobó hace 11 años.

La Ley Orgánica de Igualdad de 2007


¿Te gustaría conocer un poco más sobre la Ley de Igualdad que España aprobó en
2007 para combatir la discriminación y luchar por la igualdad de género? A
continuación te desciframos algunas de las claves, antecedentes, objetivos y
consecuencias más relevantes de la primera ley de igualdad del siglo XXI.

Bases jurídicas y antecedentes de la Ley de Igualdad


La Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres se aprobó en
España el 22 de marzo de 2007 y fue publicada en el Boletín Oficial del Estado un día
después, al amparo de la necesidad constatada de tratar normativamente un problema
de desigualdad entre hombres y mujeres que la sociedad, sin la intervención de los
poderes públicos, no era capaz de combatir.

La Ley de Igualdad en materia de género se basó, principalmente, en el artículo 14 de


la Constitución Española, que propugna el derecho a la igualdad y a la no
discriminación por razón de sexo. Además, el artículo 9 del mismo texto legal obliga al
Estado a promover las acciones necesarias para impulsar y defender una igualdad real.
Diferentes convenios internacionales, entre los que se encuentran la importante
Convención de Naciones Unidas de 1979 sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, o el Tratado de Ámsterdam de 1999, promulgan
la igualdad entre hombres y mujeres como un derecho fundamental.

Los fines de la Ley de Igualdad de Género


La comentada ley sobre igualdad de género que se aprobó 11 años atrás menciona la
necesidad de establecer una acción normativa que ponga freno a las actuales
manifestaciones de discriminación a la mujer y garantice la igualdad real entre hombres
y mujeres, estableciendo medidas concretas y derribando estereotipos sociales mediante
políticas públicas.

Uno de los aspectos más importantes sobre los que se centró la Ley de Igualdad fue la
desigualdad latente en el ámbito de las relaciones laborales y el acceso al empleo sufrida
por la mujer.

Algunas medidas concretas


Dentro del marco normativo de la Ley de Igualdad para promover la equidad entre
géneros, se tomaron en consideración distintas medidas concretas que se establecieron
como garantía del cumplimiento de la propia Ley.

Podemos destacar:
• Derecho a la conciliación familiar y laboral: con el objetivo de que la mujer no se
viese discriminada en el trabajo por cuidados familiares, se establecieron protocolos y
permisos especiales para el cuidado de hijos, entre los que destaca el permiso de
paternidad. Aunque este fue uno de los más claros estandartes de la Ley, sigue siendo
mucho más escueto que el de maternidad. Se perseguía con ello una corresponsabilidad
entre mujeres y hombres en la asunción de obligaciones familiares.
• Establecimiento de un Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades, con el que los
poderes públicos se erigían como principales garantes de los objetivos de la Ley de
Igualdad.
• Obligación de establecer planes de igualdad a las empresas de más de 200
trabajadores, entrando con ello en el plano privado.
• Implantación de una igualdad efectiva en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y en las
Fuerzas Armadas.
• Provisión de puestos de trabajo para mujeres en el seno de la Administración General
del Estado.
• Paridad en las listas electorales, una medida que, a pesar de sus intenciones, ha sido
frecuentemente criticada.
• Creación del Ministerio de Igualdad: aunque no se establecía específicamente en la
Ley, se creó como estructura pública transversal para la gestión de las acciones de la
normativa.

¿Se ha cumplido la Ley de Igualdad de


Género?
Siendo el siglo XX un siglo en el que las mujeres accedieron a gran parte de los
derechos que hasta entonces habían quedado reservados a los hombres, lo cierto es que
nunca se ha llegado a alcanzar una situación de igualdad total entre ambos géneros. La
Ley de Igualdad intentó poner las bases para corregir esta anomalía histórica en un texto
que contó con la valoración positiva de más del 80% de los españoles, según el CIS.

En estos años de vigencia de la Ley de Igualdad, las mujeres en consejos de


administración de empresas ha aumentado del 3% al 25%, más de la mitad de padres se
acoge al permiso de paternidad, se ha triplicado el número de catedráticas en la
Universidad y cada vez son más las mujeres trabajadoras. Sin embargo, el debate no
cesa: ¿se han cumplido los objetivos de la Ley de Igualdad?

Los retos de la Ley de Igualdad de Género


Pese a que hay que reconocer los avances efectuados por la Ley en materia de igualdad
de género y no discriminación, es evidente que aún queda mucho camino por recorrer.
Posiblemente, la transversalidad perseguida es una de las faltas más acuciantes. En
Ayuda en Acción la perspectiva de género es transversal en toda nuestra estrategia.
Por su parte, ni las empresas están obligadas a implantar un Plan de Igualdad ni las que
deben equilibrar sus consejos de administración cumplen estas tareas en más de 15%, lo
que hace necesario un mayor control. En esta misma línea, los sueldos de las mujeres
siguen siendo inferiores a los de los hombres en idénticos puestos de trabajo. Además,
es acuciante el rotundo fracaso en el intento de que la violencia de género sea una
realidad del pasado.

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