El engaño.

Todos buscaban el engaño pero no podían ver en qué consistía. Se sabían engañados, pero era
una sensación, una intuición, ya que no lograban ver los elementos empíricos, la prueba que
certificara fehacientemente del engaño.

- Entonces – dijeron con fervor – el engaño es tan sutil, que no logramos verlo. No es el
engaño, sino la finalidad de la creación la que es conlleva el engaño.

Al darse cuenta de esa verdad, pudieron dormir sin insomnio.