Sie sind auf Seite 1von 69

Módulo 1

Contratos: teoría
general. Clasificación.
Presupuestos y
elementos. Voluntad
contractual y
consentimiento.
Causa, forma y
prueba.

0
1 Teoría general de los
contratos

1.1 El contrato
Nuestro Código regula el contrato en el Libro III (“Derechos personales”), Título
II (“Contratos en general”). Además, establece otros dos títulos: Título III
(“Contratos de consumos”) y Título IV (“Contratos en particular”).

1.1.1 El concepto de contrato y la definición en el Código


Civil y Comercial
El Contrato es una especie de acto jurídico y regla exclusivamente de un modo
inmediato o directo las relaciones jurídicas patrimoniales que son propias del
derecho creditorio. El Código Civil y Comercial (de ahora en más, nos
referiremos a él como el “Código”) define al contrato como: “el acto jurídico
mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear,
regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”.1
Supone, entonces, que debe haber, por lo menos, dos centros de intereses, un
acuerdo sobre una declaración de voluntad común (y no una mera coincidencia
de voluntad), que se exteriorice a través de la manifestación del
consentimiento.2

El contrato sirve a los contratantes para la obtención de las más variadas


finalidades prácticas, y tiene una doble función: la individual y social.3

1 Art.
957 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
2 Podrá ampliar información sobre este tema en el capítulo 1 (páginas 19 y siguientes) de López
de Zavalia, F. (1997). Teoría de los contratos: Parte General. Tomo I. (4ª ed.). Buenos Aires:
Zavalía.
3 Podrá ampliar información sobre este tema en el capítulo 1 (páginas 41 y siguientes) de López

de Zavalía, F. J. (1997). Teoría de los contratos: Parte General. Tomo I. (4ª ed.). Buenos Aires:
Zavalía.

1
1.1.2 Naturaleza jurídica. Antecedentes históricos
Para abordar esta cuestión, podrá recurrir al comentario al art. 957 de Rivera, J.
(2015). Libro III: Derechos personales, Título II: Contratos en general, Capítulo
1: Disposiciones generales. En J. Rivera, y G. Medina (dir.), Código Civil y
Comercial de la Nación comentado, Tomo III (pp. 399-421). Buenos Aires: La
Ley.

1.1.3 Convención, contrato y pacto


Si bien en el derecho romano fueron conocidas las figuras de convención, pacto
y contrato, los primeros eran conceptos equivalentes. Y, en la actualidad, la
doctrina moderna los distingue del siguiente modo: la convención es el género
aplicable a toda clase de acto o negocio jurídico bilateral, el contrato en
nuestro derecho actúa en el campo de las relaciones jurídicas creditorias u
obligacionales, y el pacto alude a cláusulas accesorias que modifican los efectos
naturales del contrato.

1.2 Requisitos de existencia y requisitos


de validez
Trataremos en este punto los requisitos de existencia y de validez de los
contratos, distinguiendo la noción de presupuestos y elementos.

1.2.1 Presupuestos y elementos de los contratos:


clasificación clásica y contemporánea
Tradicionalmente, y sin que el Código Civil y Comercial de la Nación los enuncie,
se han distinguido los elementos esenciales, naturales y accidentales de los
contratos. Desde una concepción más moderna, se distingue entre
presupuestos, elementos y circunstancias del contrato.

Así, define a los presupuestos del contrato como los requisitos extrínsecos al
mismo, pero que determinan su eficacia y que son valorados antes de él como

2
un prius. En general, estos requisitos son: la voluntad jurídica, la capacidad, la
aptitud del objeto y la legitimación (Alterini, 2012).

En relación a los elementos del contrato, los define como aquellos requisitos
intrínsecos, constitutivos del contrato: sus cláusulas (corresponden con el
contenido de la contratación, tema que será desarrollado más adelante).

Las circunstancias del contrato son entendidas como factores externos que
tienen trascendencia durante la formación del contrato, y luego durante la
ejecución del mismo.

1.2.2 Esenciales: noción y contenido


Los elementos esenciales son aquellos necesarios para que exista un contrato.
Sin ellos, no hay contrato en los términos en que ya definimos. Así,
encontramos como elementos esenciales de los contratos a los sujetos, el
objeto, la causa y la forma.

Asimismo, cada contrato en particular tiene sus elementos esenciales y


especiales, que varían de acuerdo con el tipo de contrato. En el contrato de
compraventa “una de las partes se obliga a transferir la propiedad de una cosa,
y la otra a pagar un precio en dinero”.4 En consecuencia, es necesaria la
existencia de cláusulas vinculadas con la cosa y el precio.

1.2.3 Naturales: noción y contenido


Los elementos naturales son aquellos que ya se encuentran en el contrato
porque así están dispuestos por la ley, y que pueden ser dejados de lado por
disposición expresa de los contratantes. Estos dependen del tipo de contrato.
Así, por ejemplo, en los contratos onerosos, quien enajena una cosa está
obligado por garantía de evicción y vicios redhibitorios. Sin embargo, las partes
pueden disponer expresamente la liberación del enajenante, puesto que se
trata de un elemento natural que puede ser modificado por los contratantes.

1.2.4 Accidentales: noción y contenido


Los elementos accidentales son aquellos que naturalmente no se encuentran
en el contrato, pero que pueden ser incorporados por disposición expresa de
los contratantes; por ejemplo: las modalidades de un acto jurídico, tales como

4 Art. 1.123 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

3
el plazo, el cargo o la condición. Incorporar este tipo de cláusulas depende de la
decisión de las partes.

1.3 La libertad de contratación y efecto


vinculante. Evolución del instituto de la
autonomía de la voluntad
De conformidad con lo expuesto en los “Fundamentos del Anteproyecto de
Código Civil y Comercial de la Nación” (2012), se incorporaron algunos
principios jurídicos aplicables en la materia, que constituyen la base sobre la
cual se asienta la noción dogmática y que son los siguientes:

 “La libertad de las partes [énfasis agregado] para celebrar y configurar el


contenido del contrato dentro de los límites impuestos por la ley, el
orden público, la moral y las buenas costumbres”.5 Existe, primariamente,
la libertad de conclusión o libertad de contratar, y se trata de la
posibilidad ofrecida a cada persona de contratar o no contratar, y de
elegir con quién hacerlo.

 Al establecer la libertad de las partes para determinar el contenido del


contrato, la misma norma consagra el principio de la autonomía de la
voluntad, aunque con ciertos límites. López de Zavalía (1997) define a
este principio en términos de poder; afirma que la autonomía privada es
el poder que compete a los particulares para crear normas jurídicas. No
es común a los contratos, sino a todos los negocios jurídicos, siendo la
expresión autonomía de la voluntad producto o fruto de una pasajera
concepción histórica.

1.3.1 Límites. Facultades de los jueces. El derecho de


propiedad
De conformidad con el art. 958 del Código, los límites están “impuestos por la
ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres”.6 El orden público es un
concepto que ha ido cambiando a través de los tiempos y se trata de un
conjunto de principios fundamentales en la sociedad, que responde al interés
general. Puede decirse que es un medio o técnica del que se vale el

5 Art. 958 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


6 Art. 958 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

4
ordenamiento jurídico para garantizar la vigencia de aquellos principios o
intereses por encima del interés particular. También hay un orden público
económico y social, ya que, históricamente, y partir de la segunda guerra
mundial, el Estado interviene para tutelar las política económicas. Las leyes de
locaciones urbanas7 y de defensa del consumidor8 se presentan como ejemplos
del orden público social o de protección.

La buena fe en la celebración, interpretación y ejecución de los contratos, es


con la cual los contratos “obligan no sólo a lo que esté formalmente expresado,
sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos,
con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante
cuidadoso y previsor”.9

De acuerdo con los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial


de la Nación” (2012),

(…) la amplitud que se le reconoce a este principio es consistente


con la que le ha dado la doctrina y jurisprudencia argentinas. En
cuanto a la extensión temporal, se incluye la ejecución, con lo
cual resulta innecesario crear una nueva figura denominada
poscontrato” (artículo 1063 del Proyecto de 1998). Estos
principios implican la ponderación de la libertad y la fuerza
obligatoria de la autonomía de la voluntad por un lado, y del
orden público, permitiendo un balance entre principios
competitivos adecuado en el caso concreto. (Comisión para la
elaboración del proyecto de Ley de reforma, actualización y
unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación, 2012, p.
119, recuperado de http://goo.gl/ZTwfYu).

En el capítulo 1 (Disposiciones generales) del Título II del Código se establecen


criterios para resolver la relación entre la autonomía de la voluntad y las
normas legales, conflictos de normas e integración del contrato. Se establece
que “los jueces no tienen facultades para modificar las estipulaciones de los
contratos, excepto que sea a pedido de partes cuando lo autoriza la ley, o de
oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el orden público”.10 Esta norma
estaba presente en el “Proyecto de Código Civil para la República Argentina”
(1998), y sigue la jurisprudencia argentina en la materia. La regla es que los
jueces no pueden modificar un contrato, porque deben respetar la autonomía

7 Ley 23.091 del 20 de septiembre de 1984. Locaciones urbanas. Beneficios impositivos.


Honorable Congreso de la Nación Argentina.
8 Ley 24.240 del 22 de septiembre de 1993. Defensa del consumidor. Régimen legal. Honorable

Congreso de la Nación Argentina.


9 Art. 961 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
10 Art. 960 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

5
privada. La excepción ocurre cuando una ley autoriza a las partes a solicitar la
modificación, o bien, cuando se afecta de modo manifiesto el orden público.

En relación a la integración del contenido del contrato, el Código establece


principios a los que debe recurrirse, a saber:

a) las normas indisponibles, que se aplican en sustitución de las


cláusulas incompatibles con ellas;
b) las normas supletorias;
c) los usos y prácticas del lugar de celebración, en cuanto sean
aplicables porque hayan sido declarados obligatorios por las
partes, o porque sean ampliamente conocidos y
regularmente observados en el ámbito en que se celebra el
contrato, excepto que su aplicación sea irrazonable.11

Los derechos resultantes del contrato integran el derecho de propiedad, lo cual


ha sido reconocido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en contextos
de emergencia económica.12

1.3.2 Fundamento de la fuerza obligatoria de los


contratos
El efecto vinculante de los contratos, es decir, la fuerza obligatoria mediante la
cual el contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes, sólo
puede ser modificado o extinguido conforme con lo que en él se disponga, por
acuerdo de partes o en los supuestos que estén previstos por la ley. 13 La fuerza
obligatoria del contrato viene a completar el significado de la autonomía
contractual. Así, con el contrato, las partes tienen libertad para disciplinar sus
relaciones jurídicas patrimoniales de un modo vinculante. Las personas son
libres de contratar, y cuando han hecho uso de esa libertad deben atenerse a lo
estipulado. Nace, de ese modo, una regla que las vincula de una manera
independiente de la voluntad por obra del ordenamiento jurídico.

En este sentido, el propio Código se encarga de establecer que las normas


previstas expresamente en relación a los contratos son supletorias a la voluntad
de las partes, es decir que tiene prevalencia lo dispuesto por las partes, excepto
que ellas asuman el carácter de imperativas, en cuyo caso son indisponibles. El
art. 962 del Código lo dice expresamente cuando establece esta preeminencia,
“a menos que de su modo de expresión, o de su contexto, resulte su carácter

11 Art. 964 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


12 Art. 965 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
13 Art. 959 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

6
indisponible”.14 A los efectos de zanjar esta discusión, el art. 963 prevé
expresamente un orden de prelación normativa, asignando la siguiente
preeminencia: “a) normas indisponibles de la ley especial y de este Código; b)
normas particulares del contrato; c) normas supletorias de la ley especial; d)
normas supletorias de este Código”.15

14 Art. 962 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


15 Art. 963 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

7
2 Clasificación de los
contratos

2.1 Clasificación en el Código Civil y


Comercial
El Código Civil y Comercial de la Nación establece la clasificación de los
contratos en el Capítulo II, del Título II, Libro Tercero.

2.1.1 Contratos unilaterales y bilaterales


Dadas las obligaciones que surgen al momento de celebrar los contratos, se
pueden clasificar a estos últimos en bilaterales y unilaterales.16

Los contratos son unilaterales cuando se forman con la voluntad de un solo


centro de intereses; y son bilaterales cuando requieren el consentimiento
unánime de dos o más centros de intereses. Por lo tanto, los contratos son
siempre negocios bilaterales y no se tienen en cuenta el número de centros,
sino los efectos del contrato.

En referencia al contrato bilateral, es menester que concurran dos


características: que ambas partes estén obligadas, y que dichas obligaciones
sean recíprocas, es decir: obligaciones principales, interdependientes y que se
expliquen mutuamente. Así, será unilateral aquel contrato en el que una sola
de las partes se obliga hacia la otra, sin que esta otra quede obligada, y cuando,
existiendo obligaciones a cargo de ambas partes, faltara la reciprocidad.

16 Art. 966 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

8
Son ejemplos de contratos bilaterales: compraventa, permuta,
cesión onerosa, mandato oneroso, locación de cosa, obra o servicio.
Y de contratos unilaterales: donación, fianza, mandato gratuito,
mutuo, comodato, depósito.

2.1.2 Contratos a título oneroso y a título gratuito


Según el costo de las ventajas, es decir, si al momento de celebrase traen
aparejadas ventajas para una o para las dos partes, los contratos se clasifican
en onerosos o gratuitos.17 A su vez, los contratos onerosos se dividen en
conmutativos y aleatorios.18

En la vida de relación son más comunes los contratos onerosos. En éstos, cada
una de las partes se somete a un sacrifico y cuyos extremos son equivalentes.

En los contratos gratuitos, una sola de las partes efectúa el sacrificio, y la otra
sólo es destinataria de una ventaja.

Son un ejemplo de contrato oneroso la compraventa o locación de


cosas. Y de contratos gratuitos: donación, comodato, etc.

2.1.3 Contratos conmutativos y aleatorios


Según la determinación de las ventajas, los contratos pueden ser conmutativos
o aleatorios.

Cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas, entonces el
contrato se denomina conmutativo.

Y cuando no es posible apreciar dicha relación inicialmente o ab-initio, dado


que las ventajas o las pérdidas para uno de ellos, o para todos, dependen de un
acontecimiento incierto (es decir, cuando no se sabe si acaecerá o se ignora el
momento en el cual se verificará), se dice que el contrato es aleatorio.19

17 Art. 967 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


18 Art. 968 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
19 Art. 968 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

9
Ejemplos de contratos conmutativos: la mayoría; compraventa,
locación, cesión. Ejemplos de contratos aleatorios: juego, apuesta
de lotería, contrato oneroso de renta vitalicia. Es dable destacar que
estos contratos aleatorios mencionados se encuentran regulados en
la ley, pero hay otros que pueden convertirse en aleatorios por
voluntad de las partes, en virtud de cláusulas agregadas.

2.1.4 Contratos formales


Según la exigencia de forma para su validez, los contratos pueden clasificarse
en formales o no formales.20

Son formales aquellos para los cuales la ley exige una forma para su validez, por
lo que son nulos si la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma es
requerida solo para que el contrato produzca sus efectos propios, pero sin
sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se otorgue el
instrumento previsto, pero sí valen como contratos en los que las partes se
obligaron a cumplir con determinada formalidad.

Por el contrario, son no formales cuando la ley no dispone una forma


determinada para su celebración, en cuyo caso la forma asumida sólo
constituye un medio de prueba del contrato, pero no afecta su validez.

De conformidad con el artículo número 1.552 del Código, el


contrato de donación de cosas inmuebles debe ser formalizado
mediante escritura pública, aunque la mayoría de los contratos no
requieren una forma específica, como el contrato de locación que es
un ejemplo de mandato.21

2.1.5 Contratos nominados e innominados


Según la reglamentación legal, es decir, según la ley los regule especialmente o
no, los contratos se clasifican en nominados e innominados.22

Los contratos innominados están regidos en el siguiente orden por:

20 Art. 969 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


21 Art. 1.552 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
22 Art. 970 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

10
a) la voluntad de las partes,
b) las normas generales sobre contratos y obligaciones;
c) los usos y prácticas del lugar de celebración, [y]
d) las disposiciones correspondientes a los contratos
nominados afines que son compatibles y se adecuan a su
finalidad.23

Es de destacar la importancia que reviste la existencia de contratos


innominados desde el punto de vista social, ya que presupone la libertad
contractual y de configuración del contenido del contrato reconocida por la ley
a las partes, lo que significa encontrar instrumentos idóneos para la satisfacción
de los intereses de ellas en medio de una realidad totalmente en proceso de
cambio y evolución.

2.2 Otros criterios clasificatorios


Además del criterio de clasificación contemplado por el Código, es posible
añadir otros criterios que, aunque ni han sido contemplados específicamente,
han sido desarrollados por la doctrina largamente.

2.2.1 Contratos de cambio y asociativos


Según la finalidad, los contratos puede ser de cambio o asociativos. Los
contratos de cambio son aquellos que suponen una atribución de ventajas o
prestaciones que hacen las partes entre sí.

Los contratos asociativos son aquellos en los que las partes convergen; unen
sus esfuerzos y prestaciones para el desarrollo de una actividad conjunta en
vistas a un fin común. Por ende, cada contratante satisface su interés de
participación en el resultado útil obtenido de esa asociación de prestaciones y
actividad común. El Código ha incorporado este criterio, regulando a los
contratos asociativos en el Capítulo 16 del Título II, especificando en el art.
1.442 que las disposiciones de los artículos 1.442 al 1.478 “se aplican a todo
contrato de colaboración, de organización o participativo, con comunidad de
fin, que no sea sociedad”.24

23 Art. 970 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


24 Art. 1.442 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

11
Se pueden citar variados ejemplos de contratos de cambio, ya que
permanentemente estamos ante ellos: cuando un sujeto paga un
alquiler por el uso de una cosa, contrata un servicio por un precio, o
paga un precio por la propiedad de una cosa mueble o inmueble,
etc. Cada parte recibe una prestación de la otra, en recompensa de
la propia. En cuanto a contratos asociativos, el Código regula los
negocios en participación, las agrupaciones de colaboración, las
uniones transitorias y los consorcios de cooperación.

2.2.2 Contratos de consumo. Importancias de las


normas constitucionales
La incorporación de los contratos de consumo fue uno de los aspectos más
discutidos en el marco de la reforma del Código. Este aspecto será desarrollado
con mayor profundidad en la Lectura Nº 2, al referirnos detalladamente a los
contratos de consumo y su regulación en el Código.

En los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la


Nación” (2012), se sostuvo la necesidad de considerar el rango constitucional
de los derechos del consumidor en nuestro régimen legal, la amplia aplicación
de estas normas en los casos judiciales y la opinión de la mayoría de la doctrina.
Siguiendo estos lineamientos, se incentivó la necesidad de también incorporar
a los contratos de consumo en el marco de la regulación del Código Civil y
Comercial. En definitiva, y tal como surge de tales fundamentos, se dispuso la
regulación de los contratos de consumo atendiendo a que no son un tipo
especial más como, por ejemplo, la compraventa, sino una fragmentación del
tipo general de contratos que influye sobre los tipos especiales (por ejemplo:
compraventa de consumo). Y de allí la necesidad de incorporar su regulación en
la parte general. Se consideró que esta solución era consistente con la
Constitución Nacional, la cual considera al consumidor como un sujeto de
derechos fundamentales, como así también con la legislación especial y la
voluminosa jurisprudencia y doctrina existentes en la materia. (Sobre este
respecto, se recomienda profundizar con la lectura de los fundamentos al
anteproyecto).

Concretamente, el Código regula, en el Título III, la relación de consumo


(capítulo 1), la formación del consentimiento (capítulo 2), las modalidades
especiales (capítulo 3), y las cláusulas abusivas (Capítulo 4). Tal regulación está
comprendida en los arts. 1.092 al 1.122 del Código. Además, esta regulación se

12
complementa con la ley Nº 24.240 (Ley de Defensa del consumidor)25; ésta es
una ley especial que continúa vigente con sus correspondientes modificaciones
parciales (leyes número 24.56826, 24.78727, 24.99928 y 26.36129).

2.2.3 Contratos atípicos


Como ya vimos en el punto 2.1.5., el art. 970 del Código diferencia a los
contratos nominados de los innominados según si la ley los regule
especialmente o no. La sanción del Código ha venido a incorporar contratos
que antes denominábamos atípicos, fundamentalmente vinculados con los
contratos comerciales modernos, tales como la franquicia, el factoraje, la
agencia, la concesión, etc., que en la práctica comercial se utilizaban con mucha
frecuencia, pero que no tenían una regulación legal. Claramente, la realidad
negocial es inagotable, por lo que es propio que, con el transcurso del tiempo y
el desarrollo de la tecnología, la gama de contratos atípicos se amplíe. El
Código, previendo esto, dispone pautas específicas sobre las cuales deben
regirse los contratos innominados, las que están especificadas en el art. 970.30

2.2.4 Autocontrato. Subcontrato y conexidad.


Generalidades

Autocontrato

Cuando nos referimos al autocontrato, o contrato “consigo mismo”, aludimos a


la posibilidad de que una parte celebre un contrato actuando por sí y en
representación de otra parte, o, según el caso, actuando en representación de
dos o más partes.

Como señala Alterini (2012), en los casos aludidos (cuando hay una parte que
celebra un contrato actuando por sí y en representación de otra parte, o
actuando en representación de dos o más partes), la bilateralidad del contrato
no está afectada, por aplicación de la teoría de la representación, según la cual
el único celebrante del acto actúa a) en nombre de terceros, representándolos,

25 Ley 24.240 del 22 de septiembre de 1993. Defensa del consumidor. Régimen legal. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
26 Ley 24.568 del 27 de septiembre de 1995. Defensa del consumidor. Servicios. Facturación -

modificación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.


27 Ley 24.787 del 05 de marzo de 1997. Defensa del consumidor. Compras telefónicas.

Honorable Congreso de la Nación Argentina.


28 Ley 24.999 del 01 de julio de 1998. Defensa del consumidor. Modificación parcial ley 24.240.

Honorable Congreso de la Nación Argentina.


29 Ley 26.361 del 12 de marzo de 2008. Defensa del consumidor. Ley N° 24.240 - modificación.

Honorable Congreso de la Nación Argentina.


30 Art. 970 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

13
o b) por sí y representando a un tercero. Por ejemplo, cuando una persona
compra para sí, con autorización de su mandante, una cosa que éste le solicitó
vender.

Subcontrato

El Código establece una regulación expresa para el subcontrato, lo cual


constituye una novedad. Específicamente, el art. 1.069 lo define como un
nuevo contrato, “a través del cual el subcontratante crea a favor del
subcontratado una nueva posición contractual derivada de la que aquél tiene
en el contrato principal [o base].31 Reconocemos, entonces, la existencia de un
contrato principal que sirve de base, pero que es independiente del
subcontrato, que tiene autonomía. Y las partes se denominan: subcontratante y
subcontratado.

Pensamos en los contratos base en que existen prestaciones pendientes a


cargo de una o de ambas partes. En esos casos, el art. 1.070 dispone que esas
prestaciones pendientes puedan ser subcontratadas, en todo o en parte, dando
lugar a la formación del subcontrato. Lógicamente, esto es posible en la medida
en que esas prestaciones no constituyan obligaciones que deban ser cumplidas
personalmente por una de las partes, en cuyo caso la subcontratación no sería
posible.32

Acciones del subcontratado. A la parte subcontratada se le conceden:

 “las acciones emergentes del subcontrato, contra el subcontratante”.33


Esto es evidente, en tanto el subcontrato está conformado por esas dos
partes; y

 las acciones contra la otra parte del contrato principal, en la medida en


que “esté pendiente el cumplimiento de las obligaciones de éste respecto
del subcontratante”.34

Acciones de quien no celebró el subcontrato:

 esta parte mantiene contra el subcontratante (que es la parte con quien


contrató en el contrato principal) todas las acciones derivadas del
contrato base;35

 “dispone también de las acciones que le corresponden al subcontratante


contra el subcontratado, y puede ejercerlas en nombre e interés
propio”.36

31 Art. 1.069 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


32 Art. 1.070 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
33 Art. 1.071 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
34 Art. 1.071 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
35 Art. 1.072 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
36 Art. 1.072 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

14
Conexidad contractual

El nuevo Código, a diferencia del anterior, se encarga de regular la


problemática de la conexidad contractual, y lo hace en el Capítulo 12 del Título
II (“Contratos en general”). En los “Fundamentos del Anteproyecto de Código
Civil y Comercial de la Nación” (2012), y en relación a la redacción del capítulo
12, se consideró la necesidad de brindar una definición normativa, a saber:

a.- Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se


hallan vinculados entre sí. El primer elemento es que existan dos
o más contratos, es decir, no se trata de un fenómeno que
ocurre dentro de cada contrato, sino que es exterior e involucra
a varios.
b.- Una finalidad económica común. La idea de negocio
económico hace que se utilicen varios contratos para concretarlo
o para hacerlo más eficaz. Es una finalidad supracontractual.
c.- Previamente establecida. No se trata de cualquier finalidad
económica común, sino de un diseño previo. Es muy habitual
que los vínculos queden conectados de múltiples maneras, pero
lo que se toma en cuenta es una finalidad previa.
d.- De modo que uno de ellos ha sido determinante del otro para
el logro del resultado perseguido. La decisión de vincular
contratos es decisiva para el logro del resultado; lo importante
es el negocio económico y el contrato es un instrumento.
De esta manera quedan comprendidas las redes contractuales
que constituyen un importante sector de la actividad económica.
(Comisión para la elaboración del proyecto de Ley de reforma,
actualización y unificación de los Códigos Civil y Comercial de la
Nación, 2012, p. 130, recuperado de http://goo.gl/ZTwfYu).

 Definición: el art. 1.073 del Código nos da una definición de la conexidad


contractual al disponer que esta se da “cuando dos o más contratos
autónomos se vinculan entre sí por una finalidad económica común
previamente establecida”.37 En ese sentido, uno de los contratos, en
razón de la conexidad, ha sido determinante del otro para el logro del
resultado buscado. El artículo aclara que esa finalidad común puede ser
establecida por la ley, convenida por las partes, o derivada de la
interpretación.38

 Regla de interpretación de los contratos conexos: la regla de


interpretación de los contratos conexos es sumamente relevante, y se
encuentra fijada por el art. 1.074 del Código. Se dispone que los contratos

37 Art. 1.073 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


38 Art. 1.073 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

15
conexos deben interpretarse los unos a través de los otros, asignándoles
el sentido apropiado que surge del grupo de contratos, es decir, no
considerados individualmente sino en conjunto, de acuerdo con la
función económica y con el resultado perseguido.39

 Efectos: el art. 1.075 dispone que, probada la conexidad contractual, “un


contratante puede oponer las excepciones de incumplimiento total,
parcial o defectuoso, aún frente a la inejecución de obligaciones ajenas a
su contrato”.40 Esto es trascendente, pues constituye una excepción al
efecto relativo de los contratos previsto como regla general en el art.
1.021.41 Igual regla se aplica “cuando la extinción de uno de los contratos
produce la frustración de la finalidad económica común”.42

2.3 Contratos preliminares


El Código titula “Contratos preliminares” a la sección 4 del título II, del Libro
Tercero. Están regulados como un género de contratos, que tienen diversos
supuestos de aplicación.

2.3.1 Concepto
Los contratos preliminares suponen un compromiso entre las partes, en cuanto
se obligan a celebrar un contrato futuro y definitivo. Esto implica una conexión
entre esos contratos (el preliminar y el futuro), aunque cada uno de ellos tiene
autonomía.

La celebración de contratos preliminares resulta de utilidad en supuestos tales


como:

a) Imposibilidad de celebrar actualmente el contrato (dificultades


materiales o jurídicas: no se puede escriturar, la cosa no está disponible
en ese momento).

b) Falta de voluntad exacta (hay una parte que duda, pero quiere
asegurarse la posibilidad), gastos, etc.

c) Negocios que se desenvuelven en fases sucesivas.

39 Art. 1.074 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


40 Art. 1.075 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
41 Art. 1.021 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
42 Art. 1.075 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

16
Además, siguiendo a Alterini (2012), los contratos preliminares deben contener:

a) un acuerdo sobre los elementos esenciales particulares que


identifiquen el futuro contrato;
b) un plazo de vigencia de las promesas de contratación (para
no ligar indefinidamente a las partes);
c) una obligación irrevocable del oferente. [Esto se ve reflejado
en el art. 994 del Código, que establece las disposiciones
generales de los contratos preliminares43]. (2012, p. 306).

Como dijimos, deben contener un plazo de vigencia de las promesas. El Código


dispone el plazo de un año, excepto que las partes fijen uno menor. Esto es
coherente con la necesidad de que, quienes comienzan a negociar sobre la
posibilidad de llegar a un acuerdo futuro, no permanezcan atados
perpetuamente a ello. Pero aun así, si el plazo de un año no fuera suficiente, la
ley contempla expresamente la facultad de las partes de renovar el plazo una
vez operado su vencimiento. En cuanto a los efectos, generan una obligación de
hacer (contratar), que puede ser exigida.

2.3.2 La promesa de celebrar un contrato


La promesa de contrato es el contrato “preliminar” que obliga a las partes a
celebrar un contrato futuro y definitivo. La promesa de contrato sienta las
bases del contrato futuro y obliga a colaborar para que este se concrete.

El art. 995 del Código contempla expresamente esta figura, disponiendo que
“las partes pueden pactar la obligación de celebrar un contrato futuro”.44

Esta norma puede relacionarse con el art. 1.018 del Código que, en materia de
forma, dispone que “el otorgamiento pendiente de un instrumento constituye
una obligación de hacer”.45 Y, de conformidad con lo establecido en el artículo
que regula la promesa de celebrar un contrato, establece que “el futuro
contrato no requiera una forma bajo sanción de nulidad”.46

Es que el art. 995 deja establecidas dos reglas:

a) el contrato futuro sobre el cual versa la promesa no puede consistir en


un contrato de aquellos en los que se exige una forma determinada bajo
sanción de nulidad;

43 Art. 994 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


44 Art. 995 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
45 Art. 1.018 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
46 Art. 1.018 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

17
b) se les aplica el régimen previsto para las obligaciones de hacer (sección
2, capítulo 3, Título I del Libro III, arts. 773 a 778 del Código).

Esto implica que el incumplimiento de la promesa de celebración del contrato


deja a la otra parte en la situación de poder, de conformidad con el art. 777 del
Código, para exigir el cumplimiento específico y/o reclamar los daños y
perjuicios derivados del incumplimiento.47

2.3.3 Contrato de opción


El contrato de opción es un contrato preliminar que obliga a una o ambas
partes (unilateral o bilateral, respectivamente) a celebrar un contrato futuro y
definitivo, si lo requiere la otra.

En este contrato se otorga al beneficiario el derecho irrevocable de aceptarlo.


Es decir, el beneficiario puede requerir, a su libre arbitrio, que el contrato
definitivo sea concluido. Quien tiene la opción puede ejercerla libremente, y la
otra parte debe mantenerse firme en su declaración.

A diferencia del régimen anterior, el nuevo Código regula al contrato de opción


disponiendo que el contrato pueda ser oneroso o gratuito y que no sea
transmisible a terceros, excepto que las partes así lo hayan estipulado. En
cuanto a los efectos del ejercicio de la opción:

a) Se rige por los principios de la aceptación de contrato (arts. 978 y


siguientes del Código).

b) La opción puede ser autónoma (no acoplada a una cláusula de un


contrato definitivo), en cuyo caso debe celebrarse el contrato
preliminar, pues no queda automáticamente celebrado (Mosset
Iturraspe, 1995).

c) Cuando es autónoma, el contrato debe observar la forma exigida para el


contrato definitivo.

d) En los casos en que no es autónoma, basta con la sola manifestación de


la voluntad del beneficiario de la opción, para que se forme el contrato
definitivo. Como ejemplos, en el caso de contratos financieros, es
común la utilización de cláusulas, establecidas como opciones,
denominadas “call” (opción de compra) y “put” (opción de venta). En el
primer caso, se le otorga al portador del derecho la posibilidad de
adquirir cierta cantidad de activos a un precio fijado con antelación,
dentro de un período determinado. Por el contrario, la opción de venta,

47 Art. 777 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

18
o “put”, es la que permite al poseedor vender activos financieros dentro
de un período determinado.

2.4 Pacto de preferencia y contrato


sujeto a conformidad
Pacto de preferencia

A través de este instrumento, y para el caso que llegara a decidirse a celebrar un


contrato futuro, una de las partes se obliga frente a la otra a preferirla respecto de
otros eventuales interesados en la contratación. El Código lo establece del
siguiente modo: “el pacto de preferencia genera una obligación de hacer a cargo
de una de las partes, quien si decide celebrar un futuro contrato, debe hacerlo
con la otra o las otras partes”.48

No se genera un derecho perfecto, sino condicionado a que la otra parte decida


celebrar el contrato futuro. En éste se diferencia de la opción, por medio de la
cual se acuerda a su titular un derecho irrevocable de aceptar un contrato
definitivo.

Cuando se utiliza esta figura, la otra parte tiene libertad para concluir el contrato
definitivo, sin condicionamientos. Pero, si lo hace, entonces tiene a su cargo una
obligación de hacer: debe darle prelación al beneficiario en virtud del pacto de
preferencia al que se sujetaron.

Efectos:49

a) El art. 998 del Código estipula que el otorgante de la preferencia debe


dirigir a su, o sus beneficiarios, una declaración que contenga los
requisitos de la oferta, haciéndoles saber la decisión de celebrar un nuevo
contrato. Si el beneficiario o los beneficiarios aceptan (de conformidad con
las reglas de la aceptación previstas en el art. 978 y siguientes del Código),
entonces queda concluido el contrato.

b) El pacto de preferencia genera una obligación de hacer a cargo de una de


las partes, por lo que son aplicables, en lo pertinente, los arts. 773 y
siguientes del Código.

c) Los derechos y obligaciones que surjan del pacto de preferencia pueden


ser transmitidos a terceros.

48 Art. 997 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


49 Art. 777 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

19
En el contrato de compraventa, por ejemplo, el pacto de preferencia está
regulado específicamente en el art. 1.165 del Código. Es el caso en el que el
vendedor tiene derecho a recuperar la cosa con prelación a cualquier otro
adquirente, aplicándose reglas especiales en función del tipo particular de
contrato (el derecho no puede cederse; hay reglas que habilitan el ejercicio del
derecho de preferencia y plazos para su ejercicio). Así lo determina el Código:

(…) aquel por el cual el vendedor tiene derecho a recuperar la cosa


con prelación a cualquier otro adquirente si el comprador decide
enajenarla. El derecho que otorga es personal y no puede cederse
ni pasa a los herederos.
El comprador debe comunicar oportunamente al vendedor su
decisión de enajenar la cosa y todas las particularidades de la
operación proyectada o, en su caso, el lugar y tiempo en que debe
celebrarse la subasta.
Excepto que otro plazo resulte de la convención, los usos o las
circunstancias del caso, el vendedor debe ejercer su derecho de
preferencia dentro de los diez días de recibida dicha comunicación.
Se aplican las reglas de la compraventa bajo condición
resolutoria.50

Contrato sujeto a conformidad

Es el contrato cuya celebración está supeditada a un acontecimiento futuro. Se


trata de un contrato incompleto. Al referirse a éste, Alterini (2012) manifiesta,
que en los casos en que el contrato es sometido a condición, su existencia
depende del acaecimiento de un hecho futuro e incierto (hecho condicionante).

El Código lo define expresamente como “el contrato cuyo perfeccionamiento


depende de una conformidad o de una autorización”.51 Establece que este
contrato queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva. La condición,
como una modalidad de los actos jurídicos, está regulada en los arts. 343 y
siguientes del Código. La conformidad o autorización a la que está supeditada la
celebración del contrato constituye una condición suspensiva, y, como tal, no
puede tratarse de una condición a) imposible, b) contraria a la moral y a las
buenas costumbres, c) prohibida por el ordenamiento jurídico, d) meramente
potestativa, es decir, que dependa exclusivamente de la voluntad del obligado,
pues esas condiciones invalidan la obligación, de conformidad con el art. 344
del Código.52

50 Art. 1.165 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


51 Art. 999 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
52 Art. 343, 344 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

20
Efectos

Cumplida la condición, que está circunscripta en el art. 999 del Código como
una autorización o conformidad, el contrato queda perfeccionado. Esto implica
que se producen los efectos correspondientes a la naturaleza del contrato
celebrado, a sus fines y objeto (argumento conf. art. 348 del Código53).

Por el contrario, si la condición no se cumple, el contrato entonces no se llega a


perfeccionar. Y, en consecuencia, las reglas previstas y acordadas por las partes
no tienen efectos ni generan consecuencias jurídicas para ellas, resultando
aplicable la solución contenida en el art. 349 del Código, para el caso de que las
partes hubieran ejecutado actos vinculados con el contrato, antes del
cumplimiento de la condición (esto es, la restitución de las prestaciones con sus
accesorios pero no los frutos percibidos).54

53 Art. 348 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


54 Art. 349 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

21
3 La voluntad
contractual y el
consentimiento

3.1 Modos de expresión de la voluntad.


La formación del consentimiento.
Contratos celebrados por adhesión a
cláusulas generales predispuestas.
Concepto y requisitos. Cláusulas
particulares. Cláusulas abusivas. Control
judicial de las cláusulas abusivas
La voluntad, a la cual la ley le reconoce la virtualidad de configurar relaciones
jurídicas, debe ser manifestada para producir efectos, porque la voluntad
considerada en abstracto, como suceso psicológico interno, carece de tal
potencialidad al no ser susceptible de ser conocida.

Para entender este concepto, debemos estudiar la voluntad en la sistemática


del Código. Así es que en su Libro Primero, Parte General, Título IV (“Hechos y
actos jurídicos”), Capítulo 1, dispone que el acto jurídico es un acto
voluntario.55 Y, seguidamente, establece los requisitos del acto voluntario: “el
acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que se
manifiesta por un hecho exterior”.56 Es decir, el acto jurídico precisa de un
hecho exterior, por el cual la voluntad se manifieste.

55 Art. 259 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


56 Art. 260 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

22
La voluntad debe exteriorizarse para que la otra parte reciba y acepte la
propuesta, pues es una voluntad destinada a otro, de carácter recepticio
(Lorenzetti, 2010). En relación a los modos en que una de las partes puede
manifestar su voluntad, la que una vez que se conjuga con la del otro configura
el consentimiento contractual, el Código utiliza la distinción entre
manifestación expresa y tácita.

Las partes quedan obligadas conforme al consentimiento, es decir, a si


demuestran la intención de obligarse sobre la base de términos
suficientemente específicos. La definición misma de contrato, establecida en el
Código, contiene la noción de “manifestación del consentimiento”, al definir al
contrato como “el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan
su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas patrimoniales”.57

El legislador, apoyado en la realidad de los hechos, ha previsto distintas


maneras de exteriorizar ese querer interno, que, en el caso analizado, consiste
en la manifestación de la voluntad negocial de dos centros de intereses
contrapuestos, destinada a la formación del contrato. En efecto, al referirse a la
formación del consentimiento, el Código dispone que “los contratos se
concluyen con la recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta
de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo”.58

Al ser el contrato un acto jurídico, bilateral, son plenamente aplicables las


disposiciones contenidas en los arts. 259 y siguientes del Código (disposiciones
generales para los actos jurídicos), en concordancia con las específicamente
dispuestas en el capítulo tercero, del Título II, del Libro Tercero (artículos 971 y
siguientes).

Son múltiples las formas que pueden utilizar las partes para dar a conocer sus
intenciones: “formal o no formal, positiva o tácita, o inducida por una
presunción de la ley”59, siempre y cuando “la eficacia del acto no dependa de la
observancia de formalidades previstas previa y específicamente por la ley o por
las partes”.60

Manifestación expresa y tácita de la voluntad

La manifestación de la voluntad es expresa cuando está destinada a poner en


conocimiento la voluntad interna en forma específica y determinada. Así,
puede exteriorizarse:

a) oralmente;

b) por escrito;

57 Art. 957 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


58 Art. 971 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
59 Art. 915 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
60 Art. 916 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

23
c) por signos inequívocos; o

d) por la ejecución de un hecho material.61

La manifestación de la voluntad es tácita cuando se infiere de ciertas


conductas. A diferencia de la manifestación expresa, éstas no tienen por fin
directo la exteriorización de la voluntad, pero resultan incompatibles con una
voluntad diversa. Concretamente, el Código dispone que se da “cuando la
voluntad resulta de los actos por los cuales se la puede conocer con
certidumbre”62, si esa certidumbre no surge de manifestaciones directas.

Asimismo, dispone que “carece de eficacia cuando la ley o la convención exigen


una manifestación expresa”.63 En consecuencia, la manifestación tácita de la
voluntad requiere, para su admisión, que no se verifiquen las condiciones
establecidas en el art. 264 del Código, a saber:

a) Que la ley no exija una manifestación expresa de la voluntad. Esto


ocurre, a modo de ejemplo, en el caso de la cesión de deuda y de la
asunción de deuda64, casos en los que se prevé, de conformidad con el
art. 1.634 del Código, que “el deudor solo queda liberado si el acreedor
lo admite expresamente”.65 Asimismo, en el caso del contrato de
franquicia, el Código dispone que “el franquiciante no puede autorizar
otra unidad de franquicia en el mismo territorio, excepto con el
consentimiento del franquiciado”.66

b) Cuando hay una convención que exige una manifestación expresa, es


decir, cuando son las partes las que disponen que debe producirse una
declaración o manifestación expresa de voluntad.

La declaración de voluntad contractual puede ser directa o indirecta. Es directa


cuando la intención negocial se infiere inmediatamente de un comportamiento,
porque las reglas de la experiencia atribuyen esa interpretación a ese/os acto/s.
El carácter directo de esa voluntad surge mediante el análisis de lo que la otra
parte interpretó, ya que estamos en presencia de una voluntad de carácter
recepticio y el estándar aplicable es la “recognocibilidad del acto”, sobre la base
de la expectativa o confianza que el autor del acto creó en la otra parte
(Lorenzetti, 2010). En cambio, es indirecta cuando dicha intención no se infiere
sino mediatamente de una conducta que no tiene considerada en sí misma
virtualidad para traducir ese querer, pero una ilación necesaria y unívoca
permite su conocimiento (Mosset Iturraspe, 1995). Es el caso, por ejemplo, de
la transmisión de la cosa legada, que revoca el legado.67

61 Art. 262 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


62 Art. 264 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
63 Art. 264 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
64 Art. 1.632 y 1.633 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
65 Art. 1.634 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
66 Art. 1.517 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
67 Art. 2.516 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

24
Consentimiento

Noción y naturaleza. Dado que el contrato es un acto jurídico bilateral, el


“consentimiento” se impone como condición para su existencia, aunque el
contrato en cuestión sea unilateral o real. Esto es así porque el hecho de que
sólo una de las partes quede obligada o que se perfeccione con la entrega de su
objeto no excluyen, en absoluto, la necesidad del referido acuerdo.

Etimológicamente, la expresión “consentimiento” deriva del latín consensus,


que proviene, a su vez, de cum y sentire, es decir, sentir, pensar, opinar en
común, lo cual supone el acuerdo de dos o más voluntades sobre un mismo
punto.

Vulgarmente, cuando nos referimos al consentimiento, lo hacemos


considerando la manifestación de quien acepta una oferta. Sin embargo,
técnicamente, el consentimiento es más complejo porque supone una
declaración de voluntad común68, en la que por lo menos dos partes
manifiestan su voluntad.

Es que el consentimiento resulta del “encuentro, o conjunción, de las


voluntades unilaterales de quien oferta y de quien acepta, pero sólo cuando se
produce el encuentro o conjunción unánime de ambas hay consentimiento,
pues la voluntad de una persona no es suficiente a ese efecto” (Alterini, 2012,
p. 240).

Finalidad. Cualquiera sea la acepción de consentimiento que se considere, éste


siempre ha tenido la virtualidad de dar existencia a un acuerdo de partes, es
decir, a la formación del contrato.

El consentimiento en el Código Civil y Comercial de la Nación

La regla general es que los contratos se perfeccionan con la “recepción de la


aceptación de una oferta, o por una conducta de las partes que sea suficiente
para demostrar la existencia de un acuerdo”.69 Y la aceptación supone una
conformidad con la oferta.70 Tal como lo explican los “Fundamentos del
Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación” (2012), la redacción se
ajusta a lo establecido por el Instituto Internacional para la Unificación del
Derecho Privado (en adelante, UNIDROIT), que ha elaborado una serie de
principios muy difundidos aplicables a los contratos comerciales
internacionales) que receptan la oferta-aceptación como aquellos casos en que
hay un proceso continuo que comienza con tratativas y se va concretando
gradualmente. Así lo establece: “El contrato se perfecciona mediante la
aceptación de una oferta o por la conducta de las partes que sea suficiente para

68 Así lo caracterizaba, en referencia al contrato, el art. 1.137 del Cód. Civ. sustituido por art. 957
de la Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014 Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según
art. 1° de la Ley Nº 27.077 B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
69 Art. 971 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
70 Art. 979 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

25
manifestar un acuerdo”.71 En estos casos (contratos celebrados luego de
negociaciones extendidas en el tiempo), la conducta de las partes es esencial
para demostrar la existencia del acuerdo, ya que, por las características
particulares de estas contrataciones, la oferta y aceptación no pueden
identificarse claramente en el tiempo, y, en consecuencia, no se puede
determinar con precisión cuándo se ha perfeccionado el consentimiento. En su
lugar, la conducta de las partes intervinientes constituye el elemento para
identificar si se ha arribado a un acuerdo, aún cuando no pueda precisarse el
momento de su conclusión.

Contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas

La sección 2º del Código, dentro del Capítulo 3, “Formación del


consentimiento”, contempla el caso de los contratos celebrados por adhesión a
cláusulas generales predispuestas. Define a estos contratos como aquellos
mediante los cuales “uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales
predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el
adherente haya participado en su redacción”.72

Es decir, nos encontramos ante casos de contratos en que una de las partes no
puede intervenir en la redacción y determinación de las cláusulas que forman el
contenido de la contratación. Constituyen una singular manifestación del
consentimiento. Quien contrata se limita a aceptar los términos contractuales
dispuestos por el predisponente. Los contratos por adhesión son utilizados
ampliamente en las contrataciones de consumo en masa, en tanto facilitan los
procedimientos de la contratación masiva. Inclusive, son utilizados en contratos
entre empresas, en los que no necesariamente existe una situación de
debilidad jurídica de una de las partes.

A los efectos de brindar protección a la parte que no interviene en la redacción


de las cláusulas en este tipo de contratos, el Código establece una serie de
normas de carácter tuitivo. A saber:

a) Las clausulas deben ser comprensibles y autosuficientes, y la redacción


debe ser clara, completa y fácilmente legible.73

b) Se tienen por no convenidas las cláusulas que efectúan reenvíos a textos


o documentos que no son facilitados a la otra parte de manera previa o
simultánea a la celebración del contrato.74

c) Se brinda preeminencia a las cláusulas particulares, entendidas como


aquellas que son negociadas individualmente, y, por ello, amplían,
limitan, suprimen o interpretan una cláusula general.75

71 Art. 2.1.1 Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales 2010. Instituto
Internacional para la Unificación del Derecho Privado.
72 Art. 984 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
73 Art. 985 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
74 Art. 985 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

26
3.2 Oferta
El consentimiento en los contratos está conformado a través de conceptos tales
como la oferta y la aceptación. A continuación analizaremos concretamente a la
oferta.

3.2.1 Concepto
A diferencia del Código Civil reformado, el actual Código Civil y Comercial de la
Nación, define expresamente a la oferta: “La oferta es la manifestación dirigida
a persona determinada o determinable, con la intención de obligarse y con las
precisiones necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser
aceptada”.81

La oferta es una manifestación unilateral de voluntad, comprendiendo aquellos


casos en que es expresa o tácita, recepticia o no, dirigida a persona
determinada o indeterminada.

Naturaleza jurídica

Según el Código, la oferta es un acto jurídico unilateral.82 Esto es así porque se


configura con la sola voluntad del oferente. Es recepticio, en tanto tiene un
destinatario, pues no puede pensarse a la oferta sino dirigida a otros, para que
esos terceros la conozcan y, en su caso, la acepten. Y, por último, tiene una
finalidad esencial, que la diferencia de las meras tratativas contractuales, y que
implica la intención de obligarse por parte del oferente.

Requisitos

La oferta debe estar dirigida a una persona determinada o determinable, debe


ser completa y contener la intención de obligarse. Según el art. 972 del Código,
son requisitos de la oferta83:

a) Direccionalidad. Con respecto al elemento "sujeto", la oferta debe ser


recepticia. Esto implica decir que tenga destinatario, o sea, una o más
personas determinadas o determinables que, en su caso, asumirán la
condición de aceptante.

b) Completitividad. Supone la autosuficiencia o plenitud de la declaración


contractual emitida, que debe contener las precisiones necesarias

81 Art. 972 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


82 Art. 259 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
83 Art. 972 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

28
emitida por el tiempo y en las condiciones admitidas por los
usos.85

Es decir, la oferta al público es efectiva cuando de ella surge la clara intención


de obligarse. De lo contrario, se la considera una invitación a ofertar.

Esta declaración no supone en sí misma una oferta, al faltarle la completitividad


y la voluntad conclusiva del oferente, de modo que no puede ser aceptada sin
más por las personas a las que se dirige, quienes, de interesarse en la
invitación, deberán elaborar sus propias ofertas de contrato en los términos del
art. 972 del Código.

La manera de instrumentación de esta figura puede ser diversa, yendo desde


las comunicaciones públicas y generales hasta las notificaciones particulares y
privadas. El llamado a licitación privada participa de estas características.

Asimismo, el Código contiene una regulación especial para las ofertas emitidas
en el marco de contratos de consumo, específicamente, las ofertas por medios
electrónicos previstas en el art. 1.108.86

3.2.3 Fuerza obligatoria de la oferta


El Código establece expresamente que la oferta obliga al proponente.87 Es
decir, la regla es que la oferta tiene carácter vinculante para quien la propone o
emite.

Asimismo, el propio artículo que se refiere a la fuerza obligatoria de la oferta,


dispone excepciones a este carácter vinculante. A saber:

a) que lo contrario resulte de los propios términos de la oferta;

b) que ello resulte de la naturaleza del negocio;

c) que resulte de las circunstancias del caso.

Aquello significa admitir que la oferta tiene autonomía y fuerza vinculante


antes de la aceptación por el destinatario, independientemente de que puedan
existir vicisitudes como la retractación o la caducidad de la misma. A diferencia
de lo que se regulaba en el Código Civil anterior, en el que se protegía el interés
del oferente y en el que la regla era que la oferta no causaba obligación
respecto de la propuesta de contrato que contenía, el nuevo Código dispone
expresamente la obligación del proponente respecto de los términos de la

85 Art. 973 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


86 Art. 1.108 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
87 Art. 974 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

30
misma. Tal como señala Alterini (2012), “en el derecho moderno, el oferente y,
en su caso, sus sucesores, están obligados a mantener la oferta durante el
tiempo de su vigencia, a menos que la retracten útilmente” (2012, p. 246). El
oferente queda obligado a cumplir o a indemnizar, y, en ese caso, no se trataría
de responsabilidad precontractual, sino de responsabilidad contractual. Este es
el sistema que sigue nuestro actual Código, al establecer su carácter
vinculante88, la posibilidad de retractación89, su caducidad por muerte e
incapacidad y el deber de reparar cuando su extinción perjudica al
destinatario.90

Antes dijimos que la oferta es vinculante. Ahora bien, la oferta no obliga


indefinidamente a quien la emite. Por lo contrario, siempre tiene un plazo de
vigencia. Puede que el oferente lo haya fijado específicamente o no lo haya
hecho. El Código sólo regula los casos en los que no se ha fijado un plazo para la
aceptación de la oferta. Y así distingue, teniendo en cuenta la no existencia de
plazo fijado, entre dos modalidades de contratación: entre presentes o entre
ausentes. Ello de conformidad con los párrafos segundo y tercero del art. 974
del Código.91

En el caso de contratos entre presentes, la oferta se efectúa a una persona


presente, o bien se formula por un medio de comunicación instantáneo, sin la
fijación de un plazo para la aceptación. La oferta sólo puede ser aceptada
inmediatamente; de lo contrario, pierde su fuerza obligatoria.

En los contratos entre ausentes, en los que no se haya fijado un plazo para la
aceptación, es decir, los casos en los que hay un lapso de tiempo entre la oferta
y la aceptación (a diferencia del caso de los contratos entre presentes o por
medios de comunicación instantáneos), el oferente no queda vinculado a su
oferta indefinidamente. La solución que nos da el artículo es que la oferta tiene
carácter vinculante hasta el momento en que puede razonablemente esperarse
la recepción de una respuesta, expedida por los medios usuales de
comunicación.

Aún cuando el Código no lo dice expresamente, si el oferente ha fijado un plazo


de vigencia de la oferta, la aceptación solo puede realizarse en ese plazo para
que se produzca el perfeccionamiento del contrato.

En relación al momento desde el cual comienza a correr el plazo de vigencia de


la oferta, el Código prevé que, excepto se disponga algo diferente, el plazo
corre desde la fecha de su recepción por el destinatario.92 Esta disposición es
contraria a lo que disponía el “Proyecto de Código Civil para la República
Argentina” (1998), en el que se establecía que los plazos de vigencia de la oferta
comenzaban a correr desde la fecha de su emisión, que ha sido cuestionado

88 Art. 974 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


89 Art. 975 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
90 Art. 976 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
91 Art. 974 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
92 Art. 974 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

31
pues no considera los casos en que la recepción de la oferta puede dilatarse por
motivos extraños a quien la emite.

3.2.4 Retractación de la oferta. Caducidad


Una vez emitida la declaración contractual de oferta, puede acaecer una serie
de circunstancias que modifiquen su eficacia jurídica, en la medida en que la
aceptación no se produzca en forma inmediata.

Retractación

Es una manifestación de voluntad del oferente que tiene por efecto retirar la
oferta. El Código permite que el oferente retire libremente su oferta, en tanto
el destinatario tome conocimiento de la retractación antes de haber conocido
la oferta, o en el mismo momento de conocerla93.

Este sistema difiere del seguido por el Código Civil Alemán, en el cual la oferta
es irrevocable (salvo reserva en contrario). Y no pierde vigor en caso de muerte
o incapacidad del oferente.

Así, nuestro Código establece que “la oferta dirigida a una persona
determinada puede ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida
por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta”.94 De manera similar,
en los principios de UNIDROIT, al referirse al retiro de la oferta, se establece
que “cualquier oferta, aun cuando sea irrevocable, puede ser retirada si la
notificación de su retiro llega al destinatario antes o al mismo tiempo que la
oferta”.95

Debe entenderse que la retractación no sólo debe haber sido hecha, sino
también remitida en tiempo útil, de manera que sea recibida por el destinatario
por lo menos hasta el mismo momento en que llegue la oferta. En esos casos,
la retractación de la oferta no acarreará ninguna consecuencia jurídica para el
oferente.

Por aplicación de los principios generales, y del criterio seguido por el Código
para el caso de muerte o incapacidad de las partes, si la retractación de la

93 Previamente, en el Código Civil, la regla era que la oferta podía ser revocada mientras no
hubiera sido aceptada; aceptación que, entre ausentes, se producía cuando se enviaba la oferta
al proponente. Esto era en virtud de los arts. 1.150 y 1.154 del Cód. Civ., sustituidos por art. 975
de la Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014 Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según
art. 1° de la Ley Nº 27.077 B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
94 Art. 975 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
95 Art. 2.1.3, inc. 2 Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales 2010.

Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado.

32
oferta es posterior y ha perjudicado al destinatario, este podrá reclamar su
reparación.96

En los casos en que el tiempo es indeterminado, habiéndose renunciado pura y


simplemente a la facultad de revocar, es de aplicación el párrafo tercero del art.
974, según el cual “el proponente queda obligado hasta el momento en que
puede razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, expedida por los
medios usuales de comunicación”.97

Caducidad

Supone la pérdida de eficacia de la declaración por el acaecimiento de


determinados hechos objetivos, tales como el fallecimiento o incapacitación del
proponente o destinatario, conforme analizaremos en el punto 3.2.5.

3.2.5 Muerte o incapacidad de las partes


La caducidad de la oferta se produce por muerte o incapacidad de cualquiera
de las partes (proponente o destinatario de la oferta), ocurrida antes de la
recepción de la aceptación, es decir, antes del perfeccionamiento del
contrato.98

Ahora bien, si el destinatario aceptó la oferta ignorando la muerte o la


incapacidad del oferente, y, a consecuencia de la aceptación, hizo gastos o
sufrió pérdidas, tiene derecho a reclamar su reparación.99

96 Art. 976 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


97 Esta situación no estaba resuelta anteriormente en el Código Civil, por lo que se entendía que
sin perjuicio de que el derecho del destinatario se prescribía a los diez años, le cabía al oferente
pedir al juez que fije un término de vencimiento conforme a lo que verosímilmente las partes
entendieron que debía ser. Ello en virtud de los arts. 541, 618, 752, y 620 del Cód. Civ.,
sustituidos por art. 974 de la Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014 Suplemento. Vigencia: 1° de agosto
de 2015, texto según art. 1° de la Ley Nº 27.077 B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
98 Art. 976 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
99 En el Código Civil reformado, la caducidad por muerte o incapacidad del oferente tenía una

excepción: el art. 1.795, referido al contrato de donación, en el que se le concedía la facultad al


donatario de aceptar la donación después de producida la muerte del donante, fijando la
consiguiente obligación de los herederos de este último. Sin embargo, la redacción actual del
Código ya no contiene este artículo, disponiendo, en cambio, que la aceptación de la donación
debe producirse en vida del donante y del donatario. Art. 1.795 del Cód. Civ. sustituido por art.
976 de la Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014 Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto
según art. 1° de la Ley Nº 27.077 B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
99 Art. 976 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

33
3.2.6 Contrato plurilateral

Oferta hecha por una pluralidad de sujetos o a una pluralidad de sujetos

La oferta puede ser efectuada por varias personas y estar dirigida a uno o varios
destinatarios. Estamos ante casos de contratos plurilaterales, es decir, casos en
que la oferta emana de diferentes personas o tiene varios destinatarios.

En este sentido, el Código plantea que, en esos casos, no hay contrato sin el
consentimiento de todos los interesados.100 Es decir, para que se perfeccione el
contrato se requiere la aceptación de todas las personas que intervinieron en la
oferta (en caso de varios ofertantes) y de todos los destinatarios (en caso de
que la oferta esté dirigida a varias personas). Ello es así porque se infiere que
existe la intención de que todos los interesados sean las partes contratantes.

Ahora bien, la norma contempla la posibilidad de que por disposición legal, o de


las partes, se autorice a la mayoría a concluirlo en nombre de todos (el contrato
sería concluido por todos los ofertantes y/o destinatarios originales), o bien que
se permita su celebración entre todos los que lo consintieran (caso en el que el
contrato se perfeccionaría entre los oferentes y/o destinatarios que aceptaran
la celebración en esos términos).

3.3 Aceptación
En la doctrina hay coincidencia en cuanto a considerar a la aceptación como
una manifestación unilateral de la voluntad, recepticia, de contenido
coincidente con el de la oferta, que está dirigida al oferente y destinada a la
formación del contrato.

3.3.1 Modos de aceptación


a) Direccionalidad. Así como la oferta es direccional, la aceptación,
lógicamente, debe estar dirigida al ofertante o proponente de la oferta.
Esto marca su carácter de recepticia: el destinatario no puede ser otro
que aquel que le propuso la oferta en cuestión.

Se evidencia aún más en la actual redacción del Código, en donde es


clave el hecho de la recepción por el proponente de la aceptación, lo

100 Art. 977 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

34
que delimita el momento en que el contrato queda perfeccionado, en
los contratos entre ausentes.101

b) La plena conformidad con la oferta. La oferta supone una declaración


unilateral de voluntad realmente encauzada a concluir el negocio, por lo
que debe ser eficaz a tal fin.

Para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar la plena


conformidad con la oferta.

La regulación en nuestro Código: mediante el principio de identidad,


establece que “para que el contrato se concluya, la aceptación debe
expresar plena conformidad con la oferta”.102

La norma no discrimina entre elementos esenciales y secundarios del


contrato, por lo que el acuerdo debe ser absoluto. Para ello, debe existir
una total coincidencia con la proposición enviada, tanto en los puntos
esenciales, como en los accidentales. A tenor de ello, cualquier
modificación que el destinatario hace a la oferta, al manifestar su
aceptación, se reputa como una propuesta de un nuevo contrato que
requiere de aceptación por parte de quien era el oferente original para
su formalización. Esta es la postura receptada por el art. 978 del Código,
que además contempla la posibilidad de que las modificaciones sean
admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al aceptante. Es
decir, en este caso, el tiempo es relevante a los efectos de determinar si
el contrato queda concluido con las modificaciones formuladas.

Es necesario distinguir el problema tratado de la falta de previsión de


determinados aspectos del contrato por las partes. Una cosa es que las
partes contraten, dejando sin resolver diversos aspectos de la
convención (plazo, determinación exacta del objeto, precio, etc.), pero
manifestando pleno acuerdo sobre los que sí han tratado. Y otra muy
diferente es que mantengan diferencias sobre el contenido del contrato,
plasmadas en la aceptación (que supone una propuesta de nuevo
contrato de conformidad con el art. 978).103 Es este segundo caso, al
que se refiere el artículo citado, en el que nunca habrá contrato,
produciéndose una contrapropuesta que deberá ser considerada por el
oferente original.

La aceptación, entonces, debe consistir en una adhesión lisa y llana a la


propuesta efectuada y debe ser oportuna.104 La oferta debe subsistir
(recordemos que el proponente puede retractarse de conformidad con
el art. 975 antes, o hasta el mismo momento de la recepción de la

101 Art. 971 y 980 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


102 Art. 978 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
103 Art. 978 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
104 Si bien el art. 978 da a entender el rechazo al principio de esencialidad, el art. 982 contempla

los acuerdos parciales, tal como será expuesto más adelante.

35
oferta). Ello implica que si la oferta llega al destinatario antes que la
comunicación de su retiro, tiene eficacia jurídica y subsiste para el
destinatario, quien puede aceptarla.

3.3.2 Perfeccionamiento
Desarrollaremos este tema en el punto 3.4, cuando abordemos la formación del
contrato entre presentes y ausentes.

3.3.3 Retractación de la aceptación


Habiéndonos referido a las vicisitudes de la oferta, trataremos ahora las
vicisitudes de la aceptación. Una de éstas es la retractación.

El Código dispone: “La aceptación puede ser retractada si la comunicación de su


retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que ella”.105 Es
decir que, formándose el consentimiento con la recepción de la aceptación de
la oferta, se permite el retiro de la aceptación antes de que quede
perfeccionado el contrato. De hecho, no ocasiona ningún perjuicio al ofertante
por el retiro de una manifestación de voluntad que aún no ha llegado a
conocer.

En definitiva, la retractación es posible hasta el perfeccionamiento del contrato


(recepción de la aceptación de la oferta).

Caducidad

A diferencia del Código Civil, que no contemplaba la posible caducidad de la


aceptación, y sí la de la oferta, el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación
prevé el caso genérico de muerte o incapacidad de cualquiera de las partes
(proponente o destinatario).106

Aún cuando el Código se refiere a la muerte o incapacidad del destinatario de la


oferta, como un supuesto de caducidad de la oferta y no de la aceptación,
brinda una solución al caso. Concretamente, dispone la caducidad de la oferta
para el caso de muerte o incapacidad del destinatario de la oferta, producido
antes de la recepción de su aceptación. Es decir, no habiéndose perfeccionado
el contrato antes de la recepción de la aceptación, la muerte o incapacidad del
aceptante anterior a ese momento, suponen su caducidad, sin más
consecuencias jurídicas. Las dudas presentes en la codificación anterior, para el
mismo caso, quedan disipadas en el nuevo Código al acogerse la teoría de la

105 Art. 981 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


106 Art. 976 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

36
recepción y no la de la expedición como relevante para el perfeccionamiento
del contrato.107

3.3.4 Acuerdo parcial


El Código contiene una disposición específica para el caso de los acuerdos
parciales. Dispone textualmente:

Acuerdo parcial. Los acuerdos parciales de las partes concluyen


el contrato si todas ellas, con la formalidad que en su caso
corresponda, expresan su consentimiento sobre los elementos
esenciales particulares. En tal situación, el contrato queda
integrado conforme a las reglas del Capítulo 1. En la duda, el
contrato se tiene por no concluido. No se considera acuerdo
parcial la extensión de una minuta o de un borrador respecto de
alguno de los elementos o de todos ellos.108

La noción de acuerdos parciales está relacionada con la etapa de formación del


contrato. Las partes comienzan tratando determinados aspectos del contrato,
que van a ser parte de su contenido, y van arribando a acuerdos o pactos
parciales. De esta manera, el contenido del contrato se va conformando de
manera progresiva, en función de los graduales acuerdos respecto de
determinados puntos del contrato. En el marco de esas negociaciones, es
posible que las partes documenten por escrito esos avances, a través de lo que
comúnmente se denomina minutas o puntualización, donde sirven de prueba
los puntos en los que han manifestado su acuerdo, o inclusive su desacuerdo.

Ahora bien, se considera celebrado el contrato cuando la totalidad de los


aspectos sobre los que debía referirse, y que las partes sometieron a discusión,
fueron aprobados por los involucrados. Es por ello que el artículo requiere:

a) expresión del consentimiento de todas las partes;

b) acuerdo sobre los elementos esenciales particulares. Inclusive, se ha


planteado la hipótesis de que las partes inicien tratativas respecto a la

107 En el Código Civil reformado se generaban dudas con el caso de la muerte o incapacidad del
aceptante antes de que la aceptación remitida llegara a conocimiento del oferente. Parte de la
doctrina, ante el silencio de la ley y estando consagrada la Teoría de la Expedición (art.1.154
C.C.) como regla determinante del instante en que se reputa celebrado el contrato, concluía que
dicha muerte o incapacidad no producían la caducidad de la aceptación. Y, por tanto, el contrato
celebrado comenzaba a producir los efectos que le son propios.
108 Art. 982 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

37
posibilidad de convenir un determinado proyecto de contrato, cuyas
cláusulas deben ser objeto de análisis y discusión.

Para que se perfeccione el contrato en estos casos, por vía de


regla, el acuerdo de los contratantes debe extenderse a todos
los puntos materia de discusión. En principio, los acuerdos
fragmentarios o parciales que dejen cuestiones futuras a
resolver no constituyen oferta ni aceptación en sentido técnico,
sino meras tratativas inconclusas. (Aparicio, s.f., recuperado de
http://goo.gl/gYvjBj).

3.3.5 Recepción de la manifestación de la voluntad


Desarrollaremos este tema en el punto 3.4, cuando abordemos la formación del
contrato entre presentes y ausentes.

3.4 Formación del contrato entre


presentes y ausentes
Contratos entre presentes

En los contratos celebrados entre presentes, la oferta y la aceptación se


producen en forma inmediata, por lo que la formación del contrato es
instantánea. Se recepta el principio de la tempestividad de la aceptación.

Esto comprende la noción de contratos entre presentes como así también


aquellos en los que la oferta y aceptación se formulan a través de medios de
comunicación instantáneos. El segundo párrafo del art. 974 del Código prevé
que: “la oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de
comunicación instantáneo, sin fijación de plazo, solo puede ser aceptada
inmediatamente”.109 Asimismo, el art. 980 del Código dispone que entre
presentes se perfecciona el contrato cuando la aceptación es manifestada.110

Al no existir espacio temporal entre la manifestación de la aceptación y la


recepción de la misma (teoría receptada en el Código para la formación del

109 Art. 974 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


110 Art. 980, inc. a Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

38
consentimiento), la primera es suficiente para lograr el perfeccionamiento del
contrato. Se aplica en los casos de contratos entre presentes, o en aquellos en
los que estén involucrados medios de comunicación instantáneos.

Contratos entre ausentes

Son contratos entre ausentes aquellos celebrados por sujetos que se


encuentran en distinto lugar geográfico.

Los efectos de calificar una convención como contrato entre ausentes recaen
en el momento de perfeccionamiento del contrato.

No obstante, aunque el contrato sea entre ausentes, deberá ser juzgado en


cuanto al momento de perfeccionamiento por las reglas relativas a los
contratos entre presentes cuando existe inmediatez en la emisión de las
respectivas declaraciones contractuales y, correlativamente, instantaneidad en
la formación del consentimiento.111

El Código dispone que, en el caso de contratos entre ausentes, la aceptación


perfecciona el contrato “si es recibida por el proponente durante el plazo de
vigencia de la oferta”.112

Es posible que la oferta contenga un plazo de vigencia. Cumplido el plazo, si la


aceptación no fue recibida por el proponente, no hay contrato perfeccionado.
Ahora bien, la mayoría de las ofertas no incluyen un plazo de duración. El
Código resuelve esta situación disponiendo que, en el caso de contratos entre
ausentes (entre presentes la aceptación debe ser inmediata), “el proponente
quede obligado en relación a su oferta hasta el momento en que pueda
razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, mediante medios
usuales de comunicación”.113 La aceptación, entonces, debe ser oportuna.

En el siguiente punto analizaremos los sistemas existentes en relación al


perfeccionamiento de los contratos entre ausentes, en los cuales no existe
instantaneidad en la formación del consentimiento.

3.4.1 Teorías extremas y teorías intermedias


Veremos, a continuación, los diferentes sistemas de conformidad según el
momento de perfeccionamiento de los contratos celebrados entre ausentes.

111 Tal es el caso de contratos celebrados telefónicamente, por correo electrónico, skype, etc.
Ello, de conformidad a la regla establecida en el segundo párrafo del art. 974 del Código, el que
incluye a la oferta formulada por un medio de comunicación instantáneo y sin fijación de plazo.
112 Art. 980, inc. b Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
113 Art. 974, párrafo tercero Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

39
a) Sistema de la declaración o de la manifestación: es una teoría extrema
que considera concluido el contrato en el momento en que el aceptante
manifiesta aceptar la oferta de cualquier manera. Es rechazada por ser
altamente riesgosa, al no determinar con precisión el momento de la
formación contractual y presentar graves problemas en cuanto a la
prueba.

b) Sistema de la expedición o del envío: para que haya contrato exige que
la aceptación haya sido enviada al oferente por parte del aceptante. Es
una tesis intermedia; regla aceptada durante la vigencia del Código Civil
reformado.114

c) Sistema de la recepción: es otro sistema intermedio, que juzga


perfeccionado el contrato en el momento en que la aceptación es
recibida por el oferente, no requiriendo que llegue a conocimiento
efectivo de éste. Dicho sistema es el que adopta nuestro Código Civil y
Comercial de la Nación.115

d) Sistema de la información o del conocimiento: es otra posición extrema


y rigurosa, que requiere para el perfeccionamiento del contrato que la
aceptación haya llegado efectivamente a conocimiento del oferente.

3.4.2 Solución del Código Civil y Comercial y del derecho


comparado
Nuestro Código Civil y Comercial de la Nación, de conformidad con la regla
establecida en el art. 971 del Código, adopta el sistema de la recepción.

¿Cuándo se considera recibida la manifestación de la voluntad? El art. 983 del


Código se ocupa de aclararlo, despejando dudas al respecto. Así, dispone que la
recepción se produce cuando la parte, a quien iba dirigida, la conoce o debió
conocerla, ya sea por comunicación verbal, por la recepción en su domicilio de
un instrumento pertinente o por cualquier otro modo útil.116

114 Sistema que, por regla general, adoptaba el Código Civil reformado a partir de lo establecido
en su art. 1154. El contrato se entendía perfeccionado desde que el aceptante enviaba su
declaración al oferente. Por excepción, regía la teoría del conocimiento dos situaciones: 1. La
caducidad de la oferta (art. 1.149); 2. La retractación de la aceptación (art. 1.156).
115 Art. 971 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
116 Art. 983 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

40
3.5 Tratativas contractuales
Las tratativas contractuales corresponden al primer estadio de la negociación,
en el cual ninguna de las partes queda obligada respecto a la otra en función de
sus declaraciones de voluntad.

En esta instancia, las partes entran en contacto y negocian el contenido del


contrato, tanto en sus aspectos centrales como en las cuestiones accesorias.

Tienen dos características distintivas: “no son idóneas para concluir el contrato,
pero tienen por fin llegar a él” (Alterini, 2012, p. 295).

3.5.1 Libertad de negociación


El Código otorga amplias libertades a las partes para realizar tratativas
tendientes a la celebración del contrato. Concretamente, el art. 990 consagra el
principio de libertad de negociación disponiendo que “las partes son libres para
promover tratativas dirigidas a la formación del contrato, y para abandonarlas
en cualquier momento”.117 Este artículo se corresponde con el principio
UNIDROIT que establece: “Las partes tienen plena libertad para negociar los
términos de un contrato y no son responsables por el fracaso en alcanzar un
acuerdo”.118 Y es coherente con el principio de libertad de contratación
asentado en el art. 958 del Código.

La etapa precontractual se inicia con los acercamientos serios y direccionados


de los tratantes, quienes comienzan a dialogar con miras a celebrar uno o más
contratos.

“El proceso de gestación contractual comienza con el primer contacto, o


acercamiento, de quienes en el futuro serán las partes en el contrato, así como
con las tratativas iniciales” (Mosset Iturraspe, 1995, p. 108). Las partes inician
los contactos, precisan los puntos de discusión, fijan elementos y cláusulas que
podrían formar parte del futuro contrato sin originar por ello vínculo alguno, ya
que durante esta etapa el contrato constituye un esquema meramente
hipotético

Este momento debe evaluarse con amplitud, dadas las dificultades de hecho
que importa la prueba de iniciación de tratativas. Si bien, como dijimos, no son
idóneas para concluir el contrato, creemos necesaria la seriedad de los
acercamientos, que deben realizarse con una razonable voluntad de contratar

117 Art.990 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


118Art. 2.1.15, inc. 1 Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales 2010.
Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado.

41
eventualmente (en caso de arribar a un acuerdo), no siendo suficientes las
propuestas ambiguas o consideraciones ligeras.119

Puede ocurrir que la etapa precontractual se inicie por la manifestación


unilateral de una de las partes de su voluntad de contratar, o por voluntad de
ambos tratantes que se someten al proceso de negociaciones. Pero esas
manifestaciones no constituyen una oferta, pues no llegan a cumplir con las
características exigidas por el art. 972 del Código (es decir, una manifestación
unilateral de la voluntad que esté dirigida a una persona determinada o
determinable, que sea efectuada con la intención de obligarse y con las
precisiones necesarias para establecer sus efectos en caso de ser aceptada).120

Asimismo, existen básicamente dos formas de conclusión de la etapa


precontractual:

 La celebración del contrato: aquí se agota la precontractualidad, pues la


formalización del contrato da inicio a la etapa contractual.

Por ello, es relevante conocer en qué momento se encuentra formado el


contrato, siendo esta instancia la que marca el inicio de la etapa
contractual y el fin de la precontractual.121

Una vez formado el contrato, las vicisitudes que puedan afectarlo en el


futuro deben encuadrarse en la instancia contractual, quedando al
margen de la precontractualidad.

 La frustración de las tratativas: esto ocurre cuando, por cualquier


circunstancia, finaliza el proceso de formación del contrato, decidiéndose
su no celebración.

Puede ocurrir que los tratantes de común acuerdo decidan cerrar la etapa
de negociaciones, por no haber arribado a un resultado satisfactorio.

También puede suceder que una de ellas abandone las negociaciones,


aún cuando la otra esté interesada en seguir con las tratativas. Este caso
presenta interés cuando tal abandono resulta intempestivo y vulnera
legítimas expectativas del otro tratante.

119 Verbigracia: si un amigo se limita a decirle a otro “te compro el auto”, no puede entenderse
que exista una etapa precontractual. Tampoco constituye una tratativa contractual quien consulta
el precio de un determinado producto.
120 Art. 972 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
121 Art. 971 y 980 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

42
3.5.2 Deber de buena fe

a) Principio general

El art. 991 del Código consagra el deber de buena fe que debe seguirse
en el marco específico de las tratativas contractuales.122 El análisis de
esta norma debe realizarse en concordancia con el principio de “buena
fe” en la celebración del contrato, establecido por el art. 961. Este
último supone el cumplimiento de lo estrictamente pactado, pero
también de una serie de deberes secundarios que amplían el espectro
de valoración de la conducta de las partes intervinientes en la
contratación. En términos del Código:

Buena Fe: Los contratos deben celebrarse, interpretarse y


ejecutarse de buena fe, obligando no solo a lo que está
formalmente expresado sino a todas las consecuencias que
puedan considerarse comprendidas en ellos, con los alcances de
lo que razonablemente se habría obligado un contratante
cuidadoso y previsor.123

El principio de buena fe, tal como lo dice la norma y surge de los


fundamentos al anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación,
está orientado a que las partes actúen en el curso de las negociaciones
de manera tal que no las frustren injustificadamente. Si bien no se
impone a las partes la conclusión del contrato, sí debe protegerse la
confianza de la otra parte a través de conductas leales y correctas.

En esta etapa, el deber de buena fe obliga a quienes participan de las


tratativas a llevarlas adelante, continuando lealmente con la
negociación, no abandonándola intempestiva o arbitrariamente. No
significa que una parte no pueda apartarse de las tratativas y quede
ligado a ellas si lo hace de mala fe, pero en tal caso deberá afrontar las
consecuencias derivadas de tal conducta reñida con la buena fe.

Los principios de UNIDROIT, bajo la denominación “Negociaciones de


mala fe”, se refieren concretamente a la mala fe en las tratativas de la
siguiente manera: “(3) En particular, se considera mala fe que una parte
entre en o continúe negociaciones cuando al mismo tiempo tiene la
intención de no llegar a un acuerdo”.124

122Art. 991 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


123 Art. 961 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
124 Art. 2.1.15 Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales 2010.

Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado.

43
El deber de buena fe, en el contexto de las tratativas contractuales,
supone conductas tales como:

o Negociar lealmente.

o No realizar negociaciones sin un interés real de llegar a un


acuerdo.

o Confianza razonable en la celebración del contrato.

o No abandonar intempestiva o arbitrariamente las negociaciones


(interrupción de mala fe). En cuanto a este punto, la
determinación de cuándo el abandono es intempestivo o
arbitrario, es una cuestión de hecho, que dependerá de las
circunstancias del caso (el grado de avance en las negociaciones,
los puntos sobre los que habían llegado a un acuerdo, la
confianza generada en la otra parte, etc.)

o No generar condiciones imposibles o abusivas para lograr la


contratación, que, en definitiva, terminen frustrándola.

b) Consecuencias de la celebración de mala fe

El Código establece, en la misma norma que regula la buena fe en las


tratativas contractuales, las consecuencias que acarrean las conductas
de las partes que, en el marco de la etapa precontractual, se apartan de
este principio.

En los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la


Nación” (2012) se planteó que en la ponderación de la libertad de
negociación y de la buena fe se encontraban las soluciones para la
responsabilidad en los casos típicos de negociación entre iguales (se
aclara esto dado que la temática de los períodos previos, en las
relaciones de consumo, tiene una regulación especial).

Así, el Código regula las consecuencias del apartamiento del principio de


buena fe, determinando la responsabilidad precontractual y
estableciendo la obligación de indemnizar, a cargo del incumplidor.

Indemnización: si durante las tratativas preliminares se obrara de mala


fe, y esa conducta generara daños a quien confió en la celebración del
contrato, esos daños deberán ser resarcidos. De manera similar, los
Principios de UNIDROIT plantean que “la parte que negocia o
interrumpe las negociaciones de mala fe es responsable por los daños y
perjuicios causados a la otra parte”.125

125Art. 2.1.15, inc. 2 Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales 2010.
Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado.

44
El art. 991 del Código exige:

a) que una de las partes haya incumplido con el deber de buena fe, en
el contexto de las tratativas;

b) que la otra haya sufrido un daño como consecuencia de esa


conducta, por haber confiado en la celebración del contrato, sin que
exista culpa de su parte.126

Como dijimos, la consecuencia del incumplimiento genera el deber de


reparar. Esto significa que la parte perjudicada puede recuperar los
gastos en que incurrió por las negociaciones y también podrá ser
compensada por cualquier otro daño derivado de la frustración de mala
fe de las negociaciones (de conformidad con el art. 1.740 del Código que
prevé el principio de la reparación plena127).

3.5.3 Deber de confidencialidad

a) Principio general

Al comenzar una negociación, las partes intercambian diferente tipo de


información vinculada con el contrato que pretenden celebrar a futuro
(relacionada con características de la operación o de las partes
involucradas, etc.). No existe una regla que impida a las partes revelar
esa información, o utilizarla para sus propios fines si el contrato luego
no se perfecciona, teniendo libertad en ese sentido, excepto que se
trate de información de tipo confidencial.

Ahora bien, en otros casos, una de las partes puede pretender que la
información que suministra no sea difundida ni utilizada para otros fines
que la evaluación respecto al perfeccionamiento del contrato. Por eso
es que si se declara que a la información se le da el carácter de
confidencial, quien la recibe debe cumplir con la reserva que se deriva
de tal condición.

En consonancia con esto, el art. 991 del Código consagra otro deber que
deben respetar las partes que se encuentran celebrando tratativas
contractuales: la confidencialidad. Dispone que, cuando en el marco de
las negociaciones una de las partes le proporciona a la otra información
asignándole el carácter de confidencial (es decir, que no se trataría de
cualquier información sino de aquella a la que se le otorga esta
particularidad), quien la recibió debe respetar esta condición. Implica
que:

126 Art. 991 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


127 Art. 1.740 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

45
1) no debe divulgar a terceros la información suministrada;

2) no debe utilizar esa información en su propio interés; no debe


“usarla inapropiadamente en su propio interés”.128 Entendemos
que ese “uso” se configuraría cuando la parte que recibe la
información la utiliza para otros fines que son ajenos a la
evaluación respecto a la celebración del contrato. En definitiva,
la violación de la confidencialidad podría interpretarse, también,
como un incumplimiento del deber de buena fe que debe existir
en el marco de las tratativas contractuales, aunque el Código
elige darle una regulación específica.

b) Consecuencias del incumplimiento del deber de confidencialidad

Así como en el caso del incumplimiento del deber de buena fe la ley


prevé que el incumplidor debe reparar el daño sufrido por la otra parte,
el art. 992, de manera coherente, da la misma solución: la parte que
incumple queda obligada a reparar el daño sufrido por la otra como
consecuencia de la revelación o uso inapropiado de la información
confidencial. Asimismo, nos da una pauta adicional: si de la utilización
de la información adicional, la parte incumplidora obtuvo una ventaja (la
que es indebida), entonces el parámetro para evaluar el resarcimiento
consistirá en la consideración de la ventaja obtenida. Es que la ley
dispone que, en ese caso, quede obligada a indemnizar a la otra parte
en la medida de su propio enriquecimiento. Serán de aplicación,
entonces, las normas vinculadas con el enriquecimiento sin causa (conf.
art. 1794 del Código).129

3.5.4 Cartas de intención


El Código define a las “cartas de intención” como aquellos instrumentos a
través de los cuales las partes se ponen de acuerdo para iniciar la negociación,
en función de una futura contratación:

Cartas de intención: Los instrumentos mediante los cuales una


parte, o todas ellas, expresan un consentimiento para negociar
sobre ciertas bases, limitado a cuestiones relativas a un futuro
contrato, son de interpretación restrictiva. Sólo tienen fuerza
obligatoria de la oferta si cumplen sus requisitos.130

128 Art. 991 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


129 Art. 992 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
130 Art. 993 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

46
Para Alterini (2012), las cartas de intención constituyen “una amplia gama de
manifestaciones que las partes, individual o conjuntamente, realizan por escrito
en el curso de las tratativas contractuales” (2012, p. 296).

En principio, las cartas de intención no generan obligaciones ni responsabilidad


para las partes involucradas; no constituye el instrumento de un acuerdo ni
obliga a quien la emite, siendo sus efectos similares a los de la invitación a
ofertar contemplada en el art. 973 del Código.131 El art. 993 dispone
expresamente que las cartas de intención sólo tienen fuerza obligatoria en caso
de contener todos los elementos de la oferta (direccional, completa y con
intención de obligarse, de conformidad con el art. 972 del Código132). Por
último, se aclara expresamente la interpretación restrictiva que debe hacerse
de estos instrumentos.133

131 Art. 973 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


132 Art. 972 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
133 Art. 993 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

47
4 Presupuestos y
elementos de los
contratos

4.1 Presupuestos y elementos.


Clasificación clásica y contemporánea.
Sobre este tema, nos remitimos a lo desarrollado en el punto 1.2.1 de la
presente lectura.

4.1.1 Capacidad. Reglas Generales de la capacidad


restringida
El régimen de la capacidad está regulado en el Capítulo 2, Título Primero, del
Libro Primero del Código Civil y Comercial.

El Código reconoce a la capacidad de derecho como la aptitud de la que goza


toda persona humana para ser “titular de derechos y deberes jurídicos” 134, y
establece que “la ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos,
simples actos, o actos jurídicos determinados”.135

Asimismo, distingue a la capacidad de ejercicio como la posibilidad de que


“toda persona humana pueda ejercer por sí misma sus derechos, excepto las
limitaciones expresamente previstas en [el] Código y en una sentencia judicial”.
136 Establece casos específicos de incapacidad de ejercicio, a saber:

134 Art. 22 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


135 Art. 22 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
136 Art. 23 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

48
a) la persona por nacer;
b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez
suficiente, con el alcance dispuesto en la sección 2ª del
capítulo 2 [es decir, todas las reglas establecidas para la
persona menor de edad];
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la
extensión dispuesta en esa decisión [conf. art. 24 Código].137

Asimismo, el Código se refiere a la restricción de la capacidad. Nos referimos


concretamente a la restricción de la capacidad jurídica, disponiendo ciertas
reglas:

a) la capacidad general de ejercicio de la persona humana se


presume aún cuando se encuentre internada en un
establecimiento asistencial;
b) las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional, y
se imponen siempre en beneficio de la persona;
c) la intervención estatal tiene siempre carácter
interdisciplinario, tanto en el tratamiento como en el proceso
judicial;
d) la persona tiene derecho a recibir información a través de
medios y tecnologías adecuadas para su comprensión;
e) la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial
con asistencia letrada, la cual debe ser proporcionada por el
Estado si carece de medios;
f) deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos
restrictivas de los derechos y libertades.138

4.1.2 Incapacidad e inhabilidad para contratar


El Código se refiere expresamente a los actos realizados por persona incapaz o
con capacidad restringida. Así, dispone:

 Actos posteriores a la inscripción de la sentencia: “Son nulos los actos de


la persona incapaz y con capacidad restringida que contrarían lo
dispuesto en la sentencia realizados con posterioridad a su inscripción en
el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas”.139

 Actos anteriores a la inscripción:

137 Art. 23 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


138 Art. 31 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
139 Art. 44 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

49
Los actos anteriores a la inscripción de la sentencia pueden ser
declarados nulos si perjudican a la persona incapaz o con
capacidad restringida, y si se cumple alguno de los siguientes
extremos:
a) la enfermedad mental era ostensible a la época de la
celebración del acto;
b) quien contrató con él era de mala fe;
c) el acto es a título gratuito.140

 Persona fallecida:

Luego de su fallecimiento, los actos entre vivos anteriores a la


inscripción de la sentencia no pueden impugnarse, excepto que
la enfermedad mental resulte del acto mismo, que la muerte
haya acontecido después de promovida la acción para la
declaración de incapacidad o capacidad restringida, que el acto
sea a título gratuito, o que se pruebe que quien contrató con ella
actuó de mala fe.141

4.1.3 Efectos de la invalidez del contrato


“Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con
capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución
o reembolso de lo que ha pagado o gastado”.142 Esto se realiza a los efectos de
no perjudicar a la parte contraria. Ahora bien, si el contrato ha enriquecido a la
parte incapaz o con capacidad restringida, entonces la parte capaz (una vez
declarada la nulidad del contrato) tiene derecho a reclamarle a aquella en la
medida de ese enriquecimiento.

4.1.4 Inhabilidades para contratar. Inhabilidades


especiales. Casos
En términos generales, el Código se refiere a la Inhabilidad para contratar. En
ese sentido, dispone como regla general que “no pueden contratar, en interés
propio o ajeno, las personas que están impedidas de hacerlo de acuerdo a

140 Art. 45 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


141 Art. 46 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
142 Art. 1.000 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

50
disposiciones especiales; tampoco podrían hacerlo por interpósita persona”.143
Establece casos especiales de inhabilidades para contratar en interés propio a:

a) los funcionarios públicos, respecto de bienes cuya


administración o enajenación estén o hayan estado
encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros
y mediadores y sus auxiliares, respecto de bienes
relacionados con procesos en los que intervienen o han
intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en
procesos en los que intervienen o han intervenido;
d) los cónyuges (…) entre sí [en tanto hayan optado por el
régimen de comunidad de bienes];
e) los albaceas, que no son herederos, no pueden celebrar
contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias a su cargo.144

4.2 Objeto de los contratos


Se aplican al objeto de los contrato las disposiciones de la Sección 1ª, Capítulo
5, Título IV, del Libro Primero del Código Civil y Comercial de la Nación.

4.2.1 El objeto de los contratos y la prestación


Tal como sostiene Alterini (2012), “con el sustantivo objeto del contrato se
designa a la prestación a propósito de la cual se produce el acuerdo de
voluntades y en torno a la cual se ordena la economía del contrato” (p. 197). Él
distingue entre el objeto inmediato del contrato, que consiste en la obligación
que se genera a raíz del contrato, y el objeto mediato:

(…) que a su vez es el objeto de la obligación, vale decir, la cosa o


el hecho, positivo o negativo, que constituye el interés del
acreedor. El objeto de la obligación consiste en el bien
apetecible para el acreedor sobre el cual recae su interés

143 Art. 1.001 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


144 Art. 1.002 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

51
implicado en la relación jurídica. (…) Así el objeto de la obligación
de entregar la cosa vendida que tiene a su cargo el vendedor es
la cosa misma; esta cosa, precisamente, es lo que pretende el
comprador, acreedor de aquella obligación. El contenido de la
obligación es cierta conducta humana, a la que se designa
técnicamente como prestación; se trata del comportamiento del
deudor destinado a satisfacer el interés del acreedor respecto de
ese objeto. En el ejemplo dado, el contenido de la obligación del
vendedor consiste en su comportamiento tendiente a entregar
al comprador la cosa vendida, que –como vimos- es el objeto,
centro de su interés. (Alterini, 2012, p. 198).

4.2.2 Caracteres. Posibilidad, determinación, licitud y


valor patrimonial
De conformidad con lo que dispone el Código, el objeto “debe ser lícito,
posible, determinado o determinable, susceptible de valoración económica y
corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea
patrimonial”.145

4.2.3 Objetos prohibidos


El objeto de los contratos no puede ser prohibido. De conformidad con el art.
1.004:

No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son


imposibles o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la
moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o
lesivos de los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo
especial se prohíbe que lo sean. Cuando tengan por objeto
derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos 17 y
56.146

Esta norma se corresponde con el art. 279 que refiere al objeto de los actos
jurídicos.147

145 Art. 1.003 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


146 Art. 1.004 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
147 Art. 279 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

52
4.2.4 Determinación y determinación por un tercero
Como dijimos anteriormente, el objeto de los contratos debe ser determinado
o determinable.148 Ahora bien, el Código trata específicamente los casos de
determinación del objeto de la siguiente manera:

 Determinación [énfasis agregado]. Cuando el objeto se refiere


a bienes, éstos deben estar determinados en su especie o
género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad,
si ésta puede ser determinada. Es determinable cuando se
establecen los criterios suficientes para su
individualización.149

 Determinación por un tercero [énfasis agregado]. Las partes


pueden pactar que la determinación del objeto sea efectuada
por un tercero. En caso de que el tercero no realice la
elección, sea imposible o no haya observado los criterios
expresamente establecidos por las partes o por los usos y
costumbres, puede recurrirse a la determinación judicial,
petición que debe tramitar por el procedimiento más breve
que prevea la legislación procesal.150

4.2.5 Bienes existentes y futuros


Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. Y, en ese caso, el
contrato funciona como una promesa de transmitirlos, lo que está subordinado
a la condición de que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos
aleatorios.151

4.2.6 Bienes ajenos, bienes litigiosos, gravados o sujetos


a medidas cautelares
Respecto de los bienes ajenos, el Código dispone:

148 Art. 1.003 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


149 Art. 1.005 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
150 Art. 1.006 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
151 Art. 1.007 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

53
Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que
promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa,
sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que la
prestación se realice y, si por su culpa, el bien no se transmite,
debe reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos
cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple. El que ha
contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de
los daños si no hace entrega de ellos.152

En relación a los bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares, el


Código dispone:

Los bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares,


pueden ser objeto de los contratos, sin perjuicio de los derechos
de terceros. Quien de mala fe contrata sobre esos bienes como
si estuviesen libres debe repararlos daños causados a la otra
parte si ésta ha obrado de buena fe.153

4.3 Herencia futura


Como regla, la herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco
pueden serlo los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares, a
excepción de lo que la propia ley pueda contemplar. El propio art. 1.010
establece ciertas excepciones, a saber:

Los pactos relativos a una explotación productiva o a


participaciones societarias de cualquier tipo, con miras a la
conservación de la unidad de la gestión empresaria o a la
prevención o solución de conflictos, pueden incluir disposiciones
referidas a futuros derechos hereditarios y establecer
compensaciones en favor de otros legitimarios. Estos pactos son
válidos, sean o no parte el futuro causante y su cónyuge, si no

152 Art. 1.008 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


153 Art. 1.009 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

54
afectan la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los
derechos de terceros.154

4.4 Contratos de larga duración


El Código destina el artículo 1.011 para el caso de los contratos de larga
duración, en los que el tiempo es trascendente (esencial) para el cumplimiento
del objeto del contrato. Están contemplados en el capítulo 5 del Título II, que se
refiere concretamente al objeto de los contratos. Así es que dispone:

Contratos de larga duración [énfasis agregado]. En los contratos


de larga duración el tiempo es esencial para el cumplimiento del
objeto, de modo que se produzcan los efectos queridos por las
partes o se satisfaga la necesidad que las indujo a contratar. Las
partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de
colaboración, respetando la reciprocidad de las obligaciones del
contrato, considerada en relación a la duración total. La parte
que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad
razonable de renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio
abusivo de los derechos.155

154 Art. 1.010 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


155 Art. 1.011 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

55
5 Causa, forma y prueba

5.1 Causa
A la causa de los contratos se aplican las disposiciones de la Sección 2ª, Capítulo
5, Título IV, del Libro Primero de este Código. Son disposiciones vinculadas a la
causa de los actos jurídicos.

5.1.1 Noción
Cuando en términos generales se ha debatido doctrinariamente al tema de la
causa de los contratos, las cuestiones controvertidas se refieren a la causa fin y
no a la causa fuente. Es decir, la causa fuente alude al hecho, acto o relación
jurídica que engendra la obligación.

Lorenzetti (2010) se refiere a las diferentes posiciones doctrinarias en torno al


tema de causa. Así, menciona al causalismo clásico; y, como principal
exponente, a Domat, quien la entendía como una razón que se manifestaba en
tres tipos de contratos (los onerosos, los reales y los gratuitos), concluyendo
que la causa era un elemento esencial de la obligación. Por otro lado, están los
anticausalistas, quienes niegan la autonomía de la noción de causa como
elemento integrante de los requisitos del acto jurídico. Para esta postura, los
elementos esenciales son sólo el consentimiento, la capacidad y el objeto. Y,
finalmente, los neocausalistas son autores modernos que defienden la noción
de causa, en coincidencia con los clásicos, pero advierten que ésta última es un
elemento del acto jurídico, no de la obligación. Esta corriente importa toda una
renovación en el tema de la causa, al reconocer los motivos como incorporados
a la noción de la misma. Se configura la noción de causa en un plano objetivo-
subjetivo (tomando en cuenta los móviles determinantes del acto, que inciden
en la finalidad; los motivos adquieren relevancia jurídica al tiempo de regular
los efectos de la convención). Esta posición es la que adopta nuestra legislación
al definir la causa del acto jurídico en el art. 281 del Código.156

156 Art. 281 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

56
5.1.2 Remisión
De conformidad a lo dispuesto por el art. 1.012 del Código, nos remitimos a
dicha sección en la que se establecen algunas nociones relevantes. A saber:

El artículo 281 dispone que la causa:

(…) es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico


que ha sido determinante de la voluntad. También integran la
causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido
incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son
esenciales para ambas partes.157

Así, el Código opta por receptar la noción de causa fin, como determinante de
la voluntad de celebración del contrato. Además, incorpora la noción de
presunción de causa y de acto abstracto, en los siguientes términos: “Aunque la
causa no esté expresada en el acto se presume que existe mientras no se
pruebe lo contrario”.158 Es que lo cierto es que las partes en un contrato se
obligan por un motivo, por eso se presume la existencia de causa, ya que
difícilmente lo hagan sin un motivo. Ello da validez a las declaraciones y
seguridad jurídica (Lorenzetti, 2010). Luego, el artículo dispone: “El acto es
válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa
verdadera”.159 Ello alude a la simulación de la causa manifestada en el acto, la
que no es verdadera, y, por lo tanto, es simulada, pero que es válida en tanto la
causa real exista, aunque esté solapada.

Además: “La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en el


acto abstracto mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice”.160

5.1.3 Necesidad
El art. 1.013 del Código recepta el principio de la necesidad de causa,
disponiendo que “la causa debe existir en la formación del contrato y durante
su celebración, y subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar,
según los casos, a la nulidad, adecuación o extinción del contrato”.161 Esto es
coherente con lo mencionado en el punto 5.1.2 de la presente lectura, respecto
a la presunción de la existencia de causa en los actos jurídicos.

157 Art. 281 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


158 Art. 282 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
159 Art. 282 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
160 Art. 283 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
161 Art. 1.013 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

57
5.1.4 Causa ilícita. Frustración del fin

Causa ilícita [énfasis agregado]. El contrato es nulo cuando:


a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las
buenas costumbres;
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral
común. Si sólo una de ellas ha obrado por un motivo ilícito o
inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra,
pero ésta puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de
cumplir lo que ha ofrecido.162

Según Lorenzetti (2010), esta norma es necesaria para el control de la ilicitud


de los motivos, ya que se puede invalidar el acto probando la ilicitud de los
motivos.

La frustración del fin será desarrollada más adelante, cuando nos refiramos al
Capítulo 13 del Título II del Código, el cual regula los casos de extinción,
modificación y adecuación del contrato. Se regula un caso de resolución del
contrato, por la frustración definitiva de la finalidad del contrato.163 Esto está
vinculado con la causa de los contratos, pues la frustración del fin es un
capítulo inherente a la causa, entendida ésta como móvil determinante, razón
de ser o fin individual o subjetivo que las partes han tenido en vista al momento
formativo del negocio. Como dijimos, más adelante estudiaremos los requisitos
y sus efectos.

5.2 Formas de los contratos


Todo contrato requiere una forma, entendida como un hecho exterior por el
que la voluntad se manifiesta. Seguidamente, nos referiremos a la forma de los
contratos en nuestra legislación.

5.2.1 Nociones generales. Sistema de la ley argentina


La forma es el modo de ser del acto, la manera en que se hace reconocible en el
medio social. En nuestro derecho rige el principio de libertad de formas, según
el 1.015 del Código. Cuando la forma es exigida con mayor rigorismo y con

162 Art. 1.014 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


163 Art. 1.090 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

58
carácter absoluto, es decir, de manera constitutiva, visceral, si la misma no es
observada, acarreará la nulidad del acto.164

5.2.2 Contratos formales y no formales


Como ya explicáramos al referirnos a la clasificación de los contratos, éstos
pueden ser formales o no formales. El art. 969 del Código define a los contratos
formales como “aquellos para los cuales la ley exige una forma para su validez,
por lo tanto son nulos si la solemnidad no ha sido satisfecha”.165

Ahora bien, cuando la forma requerida para los contratos lo es sólo para que
éstos produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan
concluidos como tales mientras no se haya otorgado el instrumento previsto,
pero valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la
expresada formalidad.

Si, por el contrario, la ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta
debe constituir sólo un medio de prueba de la celebración del contrato.

5.2.3 Libertad de formas


Como regla, el Código consagra el principio de “libertad de formas”, de
conformidad con el cual sólo son formales los contratos a los cuales la ley les
impone una forma determinada.166

En este sentido, estima Alterini (2012) que “los contratos, en principio, son no
formales. Pueden ser celebrados verbalmente, por escrito, mediante
manifestaciones indirectas de la voluntad, siempre que pueda inducirse que
ésta existe” (2012, p. 214).

De igual manera, Mosset Iturraspe (1995): “La regla es la libertad de formas; la


libre elección por las partes de los modos de exteriorizar la voluntad” (p. 258).

5.2.4 Modificaciones al contrato


El art. 1.016 del Código dispone, en relación a la forma y a las modificaciones
del contrato, que “la formalidad exigida para la celebración del contrato rige
también para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto

164 Art. 1.015 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


165 Art. 969 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
166 Art. 1.015 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

59
que ellas versen solamente sobre estipulaciones accesorias o secundarias, o
que exista disposición legal en contrario”.167

Es que, en principio, si se impone que un contrato lleve una forma


determinada, parece lógico que las modificaciones subsiguientes también
respeten la forma dispuesta para el contrato original.

5.2.5 La escritura pública


La escritura pública funciona como un medio de prueba, en tanto es un
instrumento en el que interviene un oficial público en el otorgamiento, quien
tiene facultades otorgadas para la intervención en ese acto, y que se caracteriza
por su autenticidad.

Son definidas por el Código como:

(…) el instrumento matriz extendido en el protocolo de un


escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer
las mismas funciones, que contienen uno o más actos jurídicos.
La copia o testimonio de las escrituras públicas que expiden los
escribanos es instrumento público y hace plena fe como la
escritura matriz.168

Sobre el valor probatorio de la escritura pública, en tanto instrumento público:

a) Hace plena fe sobre la realización del acto, la fecha, el lugar y los hechos
que el oficial público anuncia como cumplidos ante él o por él, en tanto
esto no sea declarado falso en juicio civil o criminal;

b) Hace plena fe sobre el contenido de las declaraciones sobre


convenciones, disposiciones, pagos, etc., vinculados con el acto
instrumentado, excepto que se produzca prueba en contrario.

El art. 1.017 del Código enumera los contratos que necesariamente deben ser
otorgados por escritura pública, imponiéndoles esta forma a:

a) los contratos que tienen por objeto la adquisición,


modificación o extinción de derechos reales sobre
inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es

167 Art. 1.016 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


168 Art. 299 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

60
realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial
o administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o
litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos
otorgados en escritura pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo partes o disposición de
la ley, deben ser otorgados en escritura pública.169

5.2.6 Otorgamiento pendiente del instrumento


El art. 1.018 del Código regula el caso del otorgamiento pendiente del
instrumento:

El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto


constituye una obligación de hacer, si el futuro contrato no
requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su
representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.170

Es decir que el incumplimiento del otorgamiento del instrumento previsto trae


aparejado la conversión del negocio jurídico en una obligación de hacer, siendo
aplicables las reglas previstas para estas obligaciones, excepto que se prevea
como sanción la nulidad por la falta de la forma.

5.2.7 Instrumentos privados y la obligación de escriturar


Los instrumentos privados “son instrumentos bajo forma privada para los
cuales no hay forma alguna especial” Alterini (2012, p. 436).

La sección 6a del título 4, del Libro I del Código, se encarga de regular los
instrumentos privados y particulares.

En cuanto al valor probatorio de los instrumentos particulares, éste debe ser


apreciado por el Juez, quien deberá tener en cuenta la coherencia entre lo
sucedido y lo relatado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y

169 Art. 1.017 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


170 Art. 1.018 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

61
prácticas, las relaciones precedentes, la confiabilidad de los soportes y de los
procedimientos técnicos usados.

Es muy importante tener en cuenta que cuando un instrumento privado se


presenta en un juicio, la persona contra quien se presenta ese instrumento
(cuya firma se le atribuye) deberá declarar si la firma le pertenece. Si así lo
declara, entonces ello implica un reconocimiento de firma. Esto es sumamente
relevante ya que el reconocimiento de la firma implica el reconocimiento del
cuerpo del instrumento privado, y no puede ser luego impugnado por quien lo
reconoció (excepto que hayan existido vicios en el acto del reconocimiento).

Frente a terceros (no contratantes), los instrumentos privados tienen eficacia


probatoria solo desde su fecha cierta, la que se logra a través de hechos que
crean una certeza absoluta respecto a ella. El Código manifiesta: “adquieren
fecha cierta el día que acontece un hecho del que resulta como consecuencia
ineludible que el documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado
después”.171 Un ejemplo de adquisición de fecha cierta de un instrumento
privado es el otorgamiento de certificación notarial de las firmas.

El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto


constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no
requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su
representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.172

Este caso implica una conversión del acto, bajo apercibimiento de que el juez lo
haga a pedido de la parte interesada. Esta solución no se aplica en los casos en
que la forma está impuesta bajo sanción de nulidad, ya que, en ese caso, se
trataría de contratos solemnes absolutos en los que la conversión no es posible.

5.2.8 Evolución jurisprudencial e interpretaciones


doctrinarias

El boleto de compraventa. Generalidades

El Código no define cuál es la naturaleza jurídica del boleto de compraventa, ya


sea que se trate de un contrato preliminar de venta, de un contrato definitivo y
perfecto o de otro tipo de contrato. Como señala Mariano Esper (2015) en el

171 Art. 317 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


172 Art. 1.018 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

62
Código Civil y Comercial comentado de Rivera, debemos entender que esto
tiene suma relevancia a partir de la regulación establecida en nuestro Código
Civil y Comercial de la Nación. La cuestión será determinar si se considera al
boleto de compraventa como un contrato preliminar, y si, en consecuencia, le
es aplicable el régimen previsto expresamente en el Código para los contratos
preliminares (ver art. 994 a 996173), con todas sus consecuencias
(particularmente el plazo de vigencia de un año o menos, el que puede
renovarse a su vencimiento), con lo exiguo que constituye este plazo en función
de la realidad negocial actual en materia de inmuebles. El asunto no tiene
incidencia en el caso del asentimiento conyugal cuando se trata de bienes
inmuebles gananciales, ya que independientemente de que se considere al
boleto de compraventa como un contrato preliminar o como uno definitivo,
siempre se exige el asentimiento conyugal conforme al art. 470.174

5.2.9 Oponibilidad del boleto a la quiebra o concurso del


vendedor
El art. 1.171 regula concretamente el caso de la oponibilidad del boleto en el
concurso o quiebra, disponiendo expresamente que:

Los boletos de compraventa de inmuebles de fecha cierta


otorgados a favor de adquirentes de buena fe son oponibles al
concurso o quiebra del vendedor si se hubiera abonado como
mínimo el veinticinco por ciento del precio. El juez debe disponer
que se otorgue la respectiva escritura pública. El comprador
puede cumplir sus obligaciones en el plazo convenido. En caso
de que la prestación a cargo del comprador sea a plazo, debe
constituirse hipoteca en primer grado sobre el bien, en garantía
del saldo de precio.175

5.3 Prueba de los contratos


El Código Civil y Comercial de la Nación regula la prueba de los contratos en el
Capítulo 8, del Título II, del Libro III (arts. 1.019 y 1.020).

173 Art. 994-996 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


174 Art. 470 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
175 Art. 1.171 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

63
5.3.1 Nociones generales
Conforme lo señala Alterini (2012), “la forma es el elemento externo del
contrato; la prueba es el medio para demostrar que fue celebrado” (2012, p.
431). Continúa, al respecto:

Al Código Civil (ley de fondo) le incumbe precisar qué medio de


prueba es idóneo para cada acto, pues muchas veces la prueba
está íntimamente ligada a la naturaleza del acto; piénsese, por
ejemplo, en la prueba del estado de las personas. Pero incumbe
a las Provincias regular, a través de sus leyes de forma, la
manera en que se llevará a cabo la prueba, esto es, la regulación
pormenorizada de la producción, y en su caso de la apreciación
de la prueba. (Alterini, 2012, p. 434).

5.3.2 Carga de la prueba


La expresión “onus probandi” alude a quien tiene la carga procesal de
demostrar un hecho; en este caso, la existencia de un contrato y el resto de las
vicisitudes que puedan derivarse de una relación contractual. Es un principio
propio del derecho procesal que tiene múltiples derivaciones.

5.3.3 Medios de prueba


El art. 1.019 del Código dispone al respecto:

Los contratos pueden ser probados por todos los medios aptos
para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana
crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales,
excepto disposición legal que establezca un medio especial. Los
contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados
exclusivamente por testigos.176

176 Art. 1.019 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

64
El Código, a través de esa norma, dispone una regla general que es la amplitud
de medios de prueba. No hay una descripción concreta de los medios de
prueba, por lo que todos serán aptos en la medida en que formen una
razonable convicción según las reglas de la sana crítica. La excepción constituye
el caso de los contratos que tengan un medio de prueba específico.

En relación a la sana crítica, como sistema de apreciación judicial de las


pruebas, éste funciona, siguiendo a Alterini (2012), de manera que

(…) el juez tiene libertad para formar un criterio sobre el caso


según su convicción, pero requiere que el juzgador exhiba el
proceso de razonamiento que lo ha llevado a su conclusión, que
diga por qué tiene probado un hecho, lo que constituye una
garantía para el sujeto de derechos, ya que le permite saber la
razón que motivó el pronunciamiento judicial. (p. 434).

5.3.4 Prueba de los contratos formales


En el caso de los contratos formales en los que se exige una determinada forma
para su validez, es claro que la forma es esencial y debe respetarse. Si una
donación de un inmueble se hace por instrumento privado, poco importará que
se pruebe esta circunstancia, ya que la escritura pública es exigida bajo pena de
nulidad.

Sin embargo, en otros casos, cuando la forma se aconseja a los efectos de la


prueba del contrato, entonces también se puede lograr ese cometido (probar el
contrato) por otros medios.

El art. 1.020 del Código dispone:

Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales la


formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser
probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay
imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la
formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o
comienzo de ejecución. Se considera principio de prueba
instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte,
de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga
verosímil la existencia del contrato.177

177 Art. 1.020 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

65
De conformidad con ese artículo, los contratos a los que la ley les asigna una
formalidad específica (a los efectos de su prueba) pueden ser probados por
otros medios de prueba. El artículo se refiere a la imposibilidad de obtener la
prueba designada por ley justamente por no haber cumplido con la forma
requerida o por la imposibilidad de presentarla a los efectos requeridos.

Cobra, en estos casos, especial relevancia la noción de principio de prueba por


escrito, entendida como la existencia de cualquier instrumento que emane de
la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga
verosímil la existencia del contrato. Como señala Alterini (2012), “el principio
de prueba por escrito constituye un indicio, resultante de un instrumento no
firmado por la otra parte que, teniendo relación directa con el contrato, resulta
elemento de juicio útil para tenerlo por probado” (2012, p. 449).

5.3.5 Utilización de los medios electrónicos y el derecho


a la información
Aun cuando el Código Civil y Comercial de la Nación no incluye una disposición
expresa vinculada a la utilización de medios electrónicos, la utilización cada vez
más difundida de estos medios en la contratación no puede ser negada.
Entendemos que su falta de mención no significa que no se le atribuya valor
probatorio. Por lo contrario, las diferentes modalidades que supone el uso de la
tecnología para la celebración de los contratos constituyen medios de prueba
en los términos del art. 1.019 del Código.

Esto está estrictamente vinculado con el valor que se le atribuye a la


información en materia de contratos y cobra mayor relevancia en materia de
contratos de consumo. En contratación con consumidores, el Código impone
una obligación muy fuerte a cargo del proveedor en relación a la información
(contenido y modo) brindada al consumidor respecto de todos los elementos y
condiciones de la contratación, y lo sumamente novedoso es que esta
obligación comprende el suministro de información respecto del uso de la
tecnología para concretar la contratación. Esto está regulado en la sección 2a
del capítulo 2, del título III, del Libro III del Código.

66
Referencias

Alterini, A. (2012). Contratos civiles, comerciales, de consumo: teoría general (2ª ed.).
Buenos Aires: Abeledo-Perrot.

Aparicio, J. (s.f.). Comentario y observaciones al proyecto de Código Civil. Parte


general del contrato (arts. 957 a 983). Disposiciones generales. –Clasificación. –
Formación del consentimiento, Nuestra Joven Revista Jurídica, I (1). Recuperado de
http://www.derecho.unc.edu.ar/njrj/revista-no-1/congresos-jornadas-y-seminarios
/comentario-y-observaciones-al-proyecto-de-codigo-civil.-parte-general-del-contrato-
arts.-957-a-983/view

Código Civil de la Nación. Aprobado por Ley Nº 340 del 25 de septiembre de 1869.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014
Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según art. 1° de la Ley Nº 27.077
B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Esper, M. (2015). Libro III: Derechos personales, Título IV: Contratos en particular,
Capítulo 1: Compraventa. En J. Rivera, y G. Medina (dir.), Código Civil y Comercial de la
Nación comentado, Tomo III (pp. 782-897). Buenos Aires: La Ley.

Ley 23.091. (1984/09/20). Locaciones urbanas. Beneficios impositivos. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

Ley 24.240. (1993/09/22). Defensa del Consumidor. Régimen Legal. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

Ley 24.568. (1995/09/27). Defensa del Consumidor. Servicios. Facturación -


modificación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley 24.787. (1997/03/05). Defensa del Consumidor. Compras telefónicas. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

Ley 24.999. (1998/07/01). Defensa del Consumidor. Modificación parcial ley 24.240.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley 26.361. (2008/03/12). Defensa del Consumidor. Ley 24.240 - modificación.


Honorable Congreso de la Nación Argentina.

López de Zavalia, F. (1997). Teoría de los contratos: Parte General. Tomo I (4ª ed.).
Buenos Aires: Zavalía.

Lorenzetti, R. (2010). Tratado de los contratos (2a ed.). Santa Fe: Rubinzal - Culzoni.

Mosset Iturraspe, J. (1995). Contratos. Santa Fe: Rubinzal - Culzoni.

67
Rivera, J. (2015). Libro III: Derechos personales, Título II: Contratos en general,
Capítulo 1: Disposiciones generales. En J. Rivera, y G. Medina (dir.), Código Civil y
Comercial de la Nación comentado, Tomo III (pp. 399-421). Buenos Aires: La Ley.

Sitios web consultados

Comisión para la elaboración del proyecto de Ley de reforma, actualización y


unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación. (2012). Fundamentos del
anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación. Nuevo Código Civil y Comercial
de la Nación, Textos oficiales. Recuperado de http://www.nuevocodigocivil.com/wp-
content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf

Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. (1998). Proyecto de Código


Civil para la República Argentina. Departamento de Biblioteca y Centro de
documentación – Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. Recuperado
de http://www.biblioteca.jus.gov.ar/recursos-codigos.html

UNIDROIT. Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales 2010.


unidroit.org. Recuperado de http://www.unidroit.org/spanish/principles/contracts/
principles2010/blackletter2010-spanish.pdf

www.21.edu.ar

68

Das könnte Ihnen auch gefallen