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FACULTAD DE ECOLOGÍA
E.P. INGENIERÍA AMBIENTAL
DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS AMBIENTALES
MOYOBAMBA
TEMA:
INTEGRANTES:
ASIGNATURA:
Actividad Física
CICLO:
Durante nuestras clases e incluso en nuestra vida diaria, nos podemos encontrar
ante situaciones a las que debemos dar una respuesta rápida y una actuación
adecuada. A continuación propongo una serie de actuaciones básicas de las
técnicas de urgencia sobre primeros auxilios vitales que como docentes
debemos conocer y saber actuar ante ellos; estos son:
VENDAJES:
1. Conoce cuándo la herida requiere atención médica de
inmediato. Aunque la mayoría de las heridas de menor importancia pueden
vendarse con una curita y las heridas más moderadas con apósitos y
esparadrapos, algunas son demasiado graves como para tratarlas en casa.
Por ejemplo, las heridas que además presentan huesos seriamente
fracturados necesitan atención médica de inmediato, al igual que las lesiones
graves de los vasos sanguíneos que no dejan de sangrar
profusamente.[1] Las heridas en los brazos y las piernas que causan
adormecimiento o pérdida de la
sensibilidad por debajo de la
lesión pueden indicar daños a los
nervios, por lo que también deben
ser tratadas por un médico a la
brevedad.
Si sufres una pérdida importante de
sangre, te sentirás débil y cansado
rápidamente (y tal vez llegues a
desmayarte). Así que debes
informarle de inmediato a alguien a tu
alrededor sobre la gravedad de tu
lesión para que se comunique con los
números de emergencia y consiga ayuda.
Si presentas una herida profunda sobre la piel de tu abdomen, tus órganos
pueden haberse herido y estar sangrando internamente, por lo que, debes tratar
de llegar a un centro médico lo más rápido que puedas. Recuerda que debes
pedirle a alguien que te lleve o pedir una ambulancia, ya que podrías perder el
conocimiento.
Retira todos los residuos visibles. Si existen pedazos grandes de tierra, vidrio
u otros objetos incrustados en la herida, trata de eliminarlos utilizando unas
pinzas limpias. Primero debes enjuagar las pinzas en alcohol para ayudar a
prevenir la transmisión de bacterias u otros microbios.[4] Debes tener cuidado de
no incrustar las pinzas dentro de la herida para no causar más daño.
Si estás tratando con una herida de bala, no escarbes alrededor de la herida ni
trates de sacar la bala; deja que los profesionales médicos se encarguen de eso.
Si tienes problemas para eliminar residuos grandes del área de la lesión, debes
dejar esta tarea a los profesionales de la salud en lugar de tratar de retirarlos tú
mismo. Si retiras los residuos que se encuentran enredados en los vasos
sanguíneos, podrías hacer que la herida sangre más.
Algunos expertos en primeros auxilios recomiendan esperar a eliminar todos los
residuos hasta después de haber lavado la herida. Si solo observas un poco de
suciedad o mugre, esta podría constituir la mejor manera de abordar la situación,
ya que al lavar la herida es probable que también elimines los residuos
pequeños.
Enjuaga bien la herida. En el mejor de los casos, debes lavar la herida con una
solución salina durante al menos un par de minutos hasta que la veas libre de
suciedad y residuos. Lo ideal es utilizar una solución salina, ya que disminuye la
carga bacteriana y normalmente viene esterilizada cuando se compra en
paquetes. Si no cuentas con una solución salina, puedes utilizar agua del grifo.
Debes asegurarte de dejar correr el agua sobre la herida durante unos minutos.
Además, puedes utilizar el agua de una botella para este propósito o mantener
la herida bajo el grifo, si es posible. No utilices agua caliente. En su lugar, puedes
utilizar agua tibia o fría.
Puedes adquirir la solución salina en el mercado.
Algunos expertos recomiendan utilizar un jabón suave (por ejemplo, un
lavavajillas líquido suave de la marca Ivory) para dejar la herida lo más limpia
posible. Sin embargo, es probable que el jabón irrite el tejido lesionado.[6]
Si limpias una herida cerca del ojo, debes tener mucho cuidado para que el jabón
no ingrese en el ojo.
Busca la venda apropiada. Debes escoger una venda desinfectada (que aún
se encuentre dentro de su envoltorio) y del tamaño adecuado para la herida. Si
estás tratando un corte pequeño, es mejor que utilices una venda adhesiva (por
ejemplo, una curita). Sin embargo, si estás tratando un corte más grande, lo ideal
es que utilices un apósito más grande. Es probable que tengas que doblar o
cortar el apósito para que solo cubra la herida. Ten cuidado de no tocar la parte
inferior del apósito (el lado que se asentará sobre la herida) para reducir el riesgo
de infección. Si no cuentas con una venda adhesiva y deseas colocar un apósito,
debes dejar un poco de material adicional sobre los bordes para que el
esparadrapo no se adhiera directamente a la herida.
Si no cuentas con apósitos ni vendas, puedes improvisar utilizando un trapo o un
pedazo de ropa limpia.
Unta ligeramente un poco de crema antibiótica sobre la herida no solo para evitar
la infección, sino además para evitar que la venda (o el apósito) se adhiera
directamente a la herida.[9] Si la venda se pega a la herida, es probable que
genere más sangrado una vez que la retires.
Las vendas en forma de mariposa sirven para mantener juntos los bordes de la
herida. Si cuentas con una de estas vendas, debes colocarla sobre el corte de
manera horizontal (en lugar de a lo largo) para juntar los bordes de la herida. [10]
Consejos
La mayoría de las heridas que necesitan puntos de sutura deben ser tratadas
dentro de las primeras seis a ocho horas después de que se produzca la lesión
para reducir el riesgo de infección.[16] Por lo general, las heridas sucias no se
cosen con el fin de evitar el riesgo de infección.
Ten en cuenta que, si bien los resultados estéticos son importantes, no
constituyen la preocupación principal al momento de curar las heridas. Lo más
importante es evitar la infección.
Las heridas con más probabilidades de infectarse son las que se producen por
punción. Por lo general, estas son causadas por un objeto puntiagudo que
ingresa a la piel (por ejemplo, agujas, clavos, cuchillos y dientes).
Advertencias
Evita entrar en contacto con la sangre de la víctima para que no te infectes.
Siempre debes utilizar guantes de látex (si están disponibles).
Debes vacunarte contra el tétanos cada 10 años. El tétanos es una infección
bacteriana grave que afecta el sistema nervioso, provoca contracciones
musculares dolorosas en la mandíbula y el cuello e interfiere con tu capacidad
para respirar.[17]
Si te resulta difícil mantener el sangrado bajo control, debes buscar atención
médica de inmediato.
¿Qué hacer?