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COMPETENCIAS VITALES PARA VIVIR EN EL SIGLO XXI

¿Sabes qué competencias necesitas para trabajar y vivir en la sociedad actual? ¿crees que son las
mismas que hace 10 años? ¿y las mismas que desarrollaste durante tu etapa formativa (si ya
tienes una edad)? ¿sabes cómo adquirirlas y potenciarlas?

En este artículo vamos a hablar de las competencias que debemos adquirir y no tanto de los
conocimientos o de las motivaciones (actitudes) pues esto bien merece un artículo aparte.

Es importante precisar, llegados a este punto, que la frontera entre el mundo físico y el virtual ya
es indivisible (“humanoffon” como diría el autor Andy Stalman). Al igual que, hoy en día, tampoco
se desvinculan las habilidades personales de las profesionales. Este “totum revolutum” se ha
producido, entre otros factores, por el desarrollo exponencial y omnipresente de las TIC
(Tecnologias de la Información y la Comunicación) que requiere de nuevas habilidades para ser y
estar.

Competencias vitales para vivir en el siglo XXI

Esta propuesta que te hacemos en Eduskopia se puede estructurar en dos partes: habilidades
intrínsecas de la persona (intrapersonales) y habilidades relacionales con el entorno
(interpersonales). Sí, ya lo hemos comentado en alguna otra ocasión: esto va de personas.

Descripción de cada una:

Gestión del tiempo

La capacidad de gestionar bien el tiempo es una habilidad que mejora la productividad y la


competitividad de quien la desarrolla. Esto supone establecer prioridades y objetivos, planificar y
tomar decisiones en consecuencia.

Seguro que conoces el dicho “el tiempo es dinero” pues, al igual que ocurre en otros entornos,
¡también hay ladrones! Los ladrones de tiempo son aquellos imprevistos que nos restan trabajo
efectivo: visitas inesperadas, desorden y un sinfín de interrupciones. Y en la edad digital son cada
vez más comunes. Para ello se recomienda establecer unas pautas de dieta digital que nos
permitan desarrollar una atención plena o mindfulness en la tarea que estamos realizando en ese
momento. Malas noticias: la multitarea o multitasking no funciona tan bien como pensabas, al
contrario, baja el rendimiento y produce estrés.

Gestión de la información y del conocimiento

En este apartado se antoja inevitable no citar al gran Zygmunt Bauman: “Una de las habilidades de
los individuos de la sociedad actual debe ser la de protegerse uno mismo de tanta información
(infoxicación). Hoy en día nos quedamos viendo los árboles pero no vemos el bosque, vemos
información pero no podemos retenerla ni mucho menos procesarla”. De ahí la importancia de
saber organizar y analizar las ideas así como aprender a gestionar e interpretar los datos. En la
actual sociedad de la información, necesitamos mentes brillantes que filtren el contenido y nos
ayuden a ordenarlo (content curation).
Tratándose de algo tan cambiante y líquido como el conocimiento, es importantísimo diseñar lo
que se conoce como “entorno personal de aprendizaje” que nos permita desaprender para volver
a aprender a lo largo de la vida . En este contexto, cobra importancia la figura de los “knowmads”
o nómadas del conocimiento.

Gestión de la comunicación

Antes hemos visto la importancia del tratamiento de la información, en este punto mencionamos
muy brevemente la importancia de manejar bien la comunicación y de adquirir lo que se conoce
como “media literacy” que es aquella habilidad para acceder, analizar, evaluar y producir
contenidos en distintos formatos, contextos, etc. En el ámbito cibernético es lo que se denomina
“alfabetización digital“

Gestión de las emociones

La habilidad para gestionar bien las emociones propias y ajenas es lo que se conoce como
“inteligencia emocional”, la cual ha cobrado mucho protagonismo en los últimos años gracias a la
divulgación.

Este desarrollo personal nos ayuda a nuestro progreso y autocontrol así como a saber tratar a la
gente que nos rodea en todo tipo de circunstancias siendo la incertidumbre, la ansiedad (o estrés)
y la adversidad algunas de las más comunes.

Uno de los aspectos de trabajo es la resiliencia: la capacidad para afrontar las adversidades. Se
puede trabajar y fortalecer desarrollando así una postura más optimista y fortalecida.

Gestión de la convivencia

La convivencia en sociedad se hará cada vez más complicada si no tomamos medidas. Los valores
están cambiando, las pautas de comportamiento también. Cada día vivimos a un ritmo más
acelerado y esto es perjudicial para la convivencia en sociedad que demanda la gestión de
habilidades sociales como son una mayor empatía, flexibilidad, escucha activa y asertividad. ¿Te
suena? Un momento… ¿sabes qué es la asertividad? ¿Sí… no… a medias? Según Peraita en este
artículo de abc.es, la asertividad es “ la habilidad que nos permite expresar nuestras opiniones o
sentimientos, sean positivos o negativos, de forma clara, directa y sin que medie la hostilidad”.
Requiere la suficiente confianza y autoestima como para respetar las convicciones propias y no
tratar de imponerlas sobre las de los demás.

Seguro que mientras leías el párrafo anterior has pensado en tu entorno… en tu trabajo.
Efectivamente, las competencias también se desarrollan en el entorno laboral, como decíamos al
principio (trabajo en equipo, resolución de problemas, etc.).
Gestión de las habilidades personales

Por habilidades personales entendemos, por ejemplo, la toma de decisiones, la iniciativa y el


liderazgo, el pensamiento crítico, la capacidad para trabajar bajo presión, el pensamiento creativo,
etc.

En este apartado, vale la pena destacar el concepto “pensamiento lateral” acuñado por Edward de
Bono para referirse a un proceso diferente, creativo, de abordar la resolución de problemas. Se
trata de aportar ideas que estén fuera del patrón de pensamiento lineal al que la mayoría de
nosotros estamos acostumbrados.

Gestión del impacto social

La globalización, la multiculturalidad y los múltiples problemas de todo tipo han hecho que cada
uno de nosotros tenga su parte de responsabilidad a la hora de abordar los “nuevos” desafíos. Así,
a partir de ahora, en contraposición con la desidia y la anarquía, se van a exigir determinados
compromisos éticos y una conciencia mayor en cuanto al impacto social de nuestras iniciativas.

En el mundo virtual, concretamente, se habla de ciudadanía digital para hacer referencia a la


construcción de pautas de convivencia y de comportamiento (netiqueta). Para ello se deben
considerar todos los aspectos éticos, de seguridad, de tratamiento de la información y de la
comunicación, etc. La responsabilidad es de todos.

Gestión del cambio

La resistencia al cambio es algo genuino en el ser humano. La alteración del status quo, la salida de
la zona de confort, la amenaza al status, el miedo a lo desconocido… siempre han supuesto un
proceso molesto y doloroso (el famoso “siempre se ha hecho así”) que ha generado reticencias y
miedos y por ello se ha tratado de evitar todo lo posible. Pero, ¿sabes una cosa? Sólo existe una
opción: hacer que suceda.

Vivimos en un contexto volátil, incierto, complejo y ambiguo que nos ha tocado y que ya no se va a
estabilizar.

La gestión del cambio muchas veces se atribuye a las organizaciones. No obstante, como hemos
mencionado anteriormente, esto va de personas y, lo más importante, es la capacidad de voluntad
transformadora por parte de las mismas. Este primer paso de cambio cultural nos llevará al
siguiente que es la búsqueda de una estrategia que nos permita lograr la adaptación al entorno.
Una de las estrategias es lo que se conoce como “transformación digital”.

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