CONOCE LA BIBLIA: NUEVO TESTAMENTO

EPÍSTOLA
 CONOCE LA BIBLIA:
CONOCE LA BIBLIA: NUEVO TESTAMENTO
Una colección insustituible en cursillos bíblicos, reuniones
NUEVO TESTAMENTO
de equipo, círculos de estudio...
Y para vivir

una auténtica ESPIRITUALIDAD BÍBLICA

N
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EVANGELIOS EPÍSTOLA A LOS HEBREOS

HECHOS

EPÍSTOLAS Introducción y Comentario

APOCALIPSIS Por
John F. McConnell, M. M.
Mavytnoll Seminary
Glen Ellyn, Illinois

• Firmas internacionales

• Rigor científico

O Sencillez asequible

• Comentarios pastorales

Un servicio editorial de SAL TERRAE

para que todos c o n o z c a n y vivan EDITORIAL «SAL TERRAE»
LA PALABRA DE DIOS. SANTANDER (España)
Traducido del original inglés, NEW TESTAMENT READING GUIDE:
T h e Epistle to (he H e b r e w s
The Liturgical Press-Collegeville, Minnesota

ÍNDICE
Págs.

Introducción 5
Texto y comentario 21
Imprimí Potest: FRANCISCO DE BORJA VIZMANOS, S. J.
Prep. Prov. Castilla I. El camino vivo y la palabra viva (1:1 a 4:13) . . 21
Nihil Obstat: DR. AGAPITO AMIEVA
II. El camino vivo y la vida de culto (4:14 a 10:31). 41
Censor III. El camino vivo y la vida de fe (10:32 a 13:17) ... 84
imprimatur: JAVIER AZAGRA
IV. Conclusión (13:18 a 13:25) 112
Vicario General
Santander, 16 Octubre 1965
Abreviaturas 115
Pasajes de la Epístola a los Hebreos que se leen en la Misa. 117
Ayudas para el repaso y temas de discusión 119

© E D I T O R I A L "SAL T E R R A E " - SANTANDER

FRINTED IN SPAIN iV. B. — La traducción del N. T. está tomada de la versión española

del P. Felipe de Fuenterrabía, O. F. M. Cap., publicada por la Editorial
Verbo Divino. — Estella (Navarra).

Depósito legal: BU - 221 - 1966

HIJOS DE SANTIAGO HOURIGUEZ -MOLINILLO, II-BURGC3

 INTRODUCCIÓN

Observaciones preliminares
Aconsejamos no leer este comentario hasta después de
leer dos veces el texto de la epístola. La primera vez sin
interrumpir la lectura. La segunda con más detención
haciéndose cada uno interiormente las preguntas que
hagan al caso y anotando en un cuaderno todo aquello
que cree a primera vista que entiende y lo que le consta
que no entiende. De este modo el lector logrará hacerse
familiar al texto de forma que vea las partes en relación
con el conjunto. Si se sabe griego la lectura ha de hacerse
en este idioma.
El lector debe verificar todas las citas de la Sagrada
Escritura y poner por escrito aquellos pasajes que le pa-
rezcan más útiles. Para esto se pueden emplear las edi-
ciones corrientes de la Confraternidad del Nuevo Testa-
mento.
Hasta ahora no se ha encontrado solución satisfactoria
a los muchos problemas que plantea la Epístola a los
Hebreos sobre su género literario y origen. Probablemente
algunos de estos problemas no podrán solucionarse nunca.
Nos resulta imposible tratar de ellos exhaustivamente en
el espacio de que podemos disponer en esta introducción.

¿Es una carta la Epístola a los Hebreos?

Termina (13:18-25) como una carta pero su comienzo no
tiene nada que ver con el estilo epistolar. La primera
epístola de San Juan no comienza ni termina como una
carta, pero abunda en alusiones al escritor que facili-
6 INTRODUCCIÓN
tan su identificación y se aproxima más al estilo epistolar
que Hebreos. De hecho Hebreos suena más bien a sermón.
Se encuentran ecos de la predicación en otros libros del
Nuevo Testamento, pero en el caso de Hebreos se impone
la pregunta de si el autor pretendió primariamente escri-
bir una carta. Queda la posibilidad de que su intención
primaria hubiera sido predicar un sermón en alguna fies-
ta, pero que se hubiera visto obligado a suspender la cele-
bración por circunstancias imprevistas y se decidiera a
enviar el texto del sermón a la comunidad a la que esta-
ba dirigido. En esta hipótesis las palabras finales serían
como el saludo que acompañaba a la homilía. En 13:22
el escritor llama a lo que hasta entonces había escrito "un
discurso de exhortación", es decir, el término casi técnico
para designar un sermón durante un acto de culto si te-
nemos presente lo que se dice en Hechos c. 13, v. 15. Nos
parece que hay razones sólidas para considerar a Hebreos
como el primer sermón cristiano completo que poseemos;
es verdad que es una obra literaria escrita, pero lo que su
autor pretendió fue pronunciarlo más que leerlo o comu-
nicarlo.
¿Por qué se escribió la Epístola a los Hebreos?
Si la epístola es un sermón puesto por escrito en sustitu-
ción de la palabra hablada, la intención general del es-
critor tenía que ser la de todo predicador, a saber, el bien
espiritual de una comunidad particular de oyentes cris-
tianos que, como nosotros, se inclinaban a tomar dema-
siado superficialmente la vida cristiana que es el camino
de la salvación. Este parece ser el fin de la epístola. Está
salpicada de amonestaciones incisivas y palabras fervoro-
sas de aliento, y trata de los temas más elevados no por
sí mismos sino para enfervorizar a la comunidad. Se urge
a estos creyentes a mantener el combate cristiano en
medio de un mundo hostil, se les da fuerzas para la lucha.
El fin principal del escritor es mantener a estos peregri-
INTRODUCCION 7
nos cristianos en movimiento. Está espoleándolos conti-
nuamente e insistiendo en que deben avanzar.
Muchos exegetas sostienen una opinión diferente. Pien-
san ser la intención principal del autor impedir que la
comunidad vuelva al judaismo. Para ellos los hebreos son
cristianos judaizantes incapaces de soportar por más tiem-
po el verse privados de las refinadas ceremonias de culto
a las que se habían acostumbrado antes de su conversión.
Por el momento basta observar que la epístola nunca or-
dena a la comunidad que deje de ir al Templo o a las sina-
gogas, ni muestra la más ligera sospecha de que las cere-
monias cultuales del templo o de la sinagoga pudieran
llegar a constituir una atracción contraria al Cristianis-
mo. Los enemigos que el predicador teme, los enemigos
reales, son el mundo, la carne y el demonio.
¿Quiénes son los hebreos?
El título no nos proporciona una clave segura para iden-
tificar a la comunidad o el significado del libro. Puede
haberse empleado originalmente sin una connotación ra-
cial, en un sentido puramente figurado. Los "hebreos"
serían los cristianos considerados como peregrinos y exi-
lados en este mundo (cf. 1 Pe 1:1; S a n t l : l ) . Pero incluso
si se pretende designar a los cristianos judaizantes —co-
mo es más probable— bajo el título de hebreos, probable-
mente esta designación se deba a una antigua deducción
extraída del contenido de la carta, deducción basada en
una información fuera de nuestro alcance.
Muchos consideran ser esta deducción cierta e incluso
inevitable. Para ellos la epístola tiene sentido solamente
si se la considera como un conjunto de razones para que
una comunidad de cristianos judaizantes permanezcan
fieles a Cristo. Piensan que solamente podía haberse es-
crito para una comunidad cristiana de judíos para la
que fuera familiar el Antiguo Testamento y las ceremo-
nias judías y que estuviera muy ligada a ellas. Esta opi-
8 INTRODUCCIÓN
nión no carece de dificultades serias. ¿Por qué, e. g., está
escrita la carta en griego si estaba destinada a una co-
munidad judeo-cristiana situada en Palestina? Desde
luego, no hay que descartar la posibilidad —aunque muy
remota— de que el magnífico ropaje griego de la epístola
fuera aderezado por un traductor excepcionalmente dota-
do; pero incluso en este caso, el traductor tenía que saber
que sus lectores griegos le comprenderían.
La epístola no supone un mayor conocimiento del An-
tiguo Testamento que la de los Romanos, Gálatas, 1 Pedro,
o el Apocalipsis. Si una primera lectura produce una im-
presión diferente, es porque en Hebreos se encuentran
citas largas, se las repite, y es, en muchas partes, como
un comentario cristiano de los pasajes e instituciones
del Antiguo Testamento. La sinagoga proporcionaba el nú-
cleo de casi todas las comunidades cristianas primitivas,
e incluso los gentiles que no venían a la Iglesia a través
de la sinagoga poseían un fundamento completo en la
Escritura fruto de la enseñanza de la Iglesia.
Tampoco es fácil situar históricamente a los cristianos
judaizantes. En la edad apostólica, la Iglesia nunca pro-
hibía, por lo que sabemos, a los convertidos del Judaismo
asistir a los servicios religiosos en el templo o en la sina-
goga, aunque el éxito de la evangelización cristiana tuvo
como consecuencia que las sinagogas locales cerraran sus
puertas a los cristianos en un tiempo relativamente corto.
Sea como sea, el mismo San Pablo, en su última visita a
Jerusalén, fue al templo junto con otros cristianos judíos
para tomar parte en los ritos judíos (Hechos 21:22-30).
Si la fecha de composición de Hebreos es anterior a la
destrucción del templo de Jerusalén (70), ¿con qué auto-
ridad podía alguien prohibir el acceso a un templo, en el
que Santiago veneraba a Dios regularmente y en ocasiones
San Pablo? Si la carta está fechada después del 70, ¿qué
sentido tendría el suplicar a los fieles que no volvieran a
actos de culto que ya no podían tener lugar? Durante Ja
INTRODUCCIÓN
9
guerra judía (66-70) no podía ser un problema urgente el
culto a Dios en el Templo.
La carta no dice nunca a los hebreos que se man-
tengan alejados del templo. Ni siquiera menciona al tem-
plo. Ni siquiera en 13:13, que se cree el apoyo más fuerte
de esta opinión, dice el escritor, "No volváis". Estos
hebreos habían dejado ya ciertamente el campo del Ju-
daismo en cierto sentido. Pudieran estar en peligro de
retornar, pero el escritor parece que 'está interesado prin-
cipalmente en asegurar su marcha hacia adelante. Pode-
mos concluir que no está probado ni es probable que la
carta fuera escrita para persuadir a los cristianos judai-
zantes a que no volvieran al Judaismo.
Determinadas señales (13:17-24) señalan a un grupo
dentro de una iglesia local más que a una iglesia local
considerada como un todo. Algunos han opinado que en
Hechos 6:7 se alude exactamente al grupo supuesto. Se
cree que estos sacerdotes convertidos encontraron pronto
que su permanencia en Jerusalén era imposible y se re-
fugiaron en otra parte. A ellos y a su problema se dirigía
el escritor. El descubrimiento de los manuscritos de la
comunidad judía de Qumrán ha hecho necesario investi-
gar si estos "sacerdotes" no formaban parte de este grupo
religioso en el que abundaban los sacerdotes y el sacer-
docio se idealizaba y espiritualizaba. La carta tiene tantos
puntos de contacto con las ideas encontradas en los ma-
nuscritos que es muy posible considerar que ha sido diri-
gida a antiguos miembros de la comunidad. Pero el pro-
blema de la relación de este movimiento con las institu-
ciones y los escritos del Cristianismo primitivo es t a n com-
plejo que por ahora sería poco prudente formular cual-
quier teoría. Incluso si las razones para identificar a los
hebreos con tal grupo llegaran a ser más fuertes de lo que
ahora parece que son, el problema principal quedaría aun
sin resolver: ¿Por qué se dirige el escritor a estos judíos
de Palestina en griego?
10 INTRODUCCIÓN
El escritor no sólo escribe en un griego excelente, sino
que también parece, en la opinión de muchos exegetas
competentes, pensar en forma alejandrina. ¿Por qué, pues,
no suponer que esta carta está dirigida a un grupo de
cristianos alejandrinos ligados a la hermandad monástica
judía descrita por Filón en su obra Sobre la vida contem-
plativa? Estos Therapeutae o adoradores devotos de Dios
tenían los mismos ideales, la misma teología, y los mismos
métodos exegéticos que los conventuales de Qumrán, de
los que posiblemente eran una rama. Los cristianos de tal
círculo participarían naturalmente de la mentalidad ale-
jandrina, que acerca tanto a Hebreos en su lenguaje a
Filón.
Parece que lo que se necesita es un grupo de cristianos
alejandrinos que conservara de su antiguo entronque con
los Therapeutae algunas de las prácticas de la herman-
dad sin exceptuar una forma modificada de vida común.
Dicho grupo sería posible no sólo en Alejandría. También
podría encontrarse en Chipre o en Asia Menor. Podemos
opinar provisionalmente que estos hebreos son de Ale-
jandría —quizás no todos judíos— y que forman un grupo
especial cristiano dentro de la iglesia local.
Es ésta una hipótesis difícil contra la que se pueden
aducir muchas dificultades. Entre otras, por ejemplo, la
opinión contraria de los primitivos escritores de Alejan-
dría. Sin embargo, no es tan grave como parece esta difi-
cultad. De hecho Clemente y Orígenes no parecen haber
conocido mucho más del origen de la Iglesia en Egipto
que lo que conocemos actualmente. De estos principios no
sabemos absolutamente nada. Y esto a pesar de que nadie
duda de que la Iglesia comenzó a existir allí en fecha muy
antigua.
¿Quién escribió Hebreos?
El examen de la misma epístola no exige que fuera escrita
por Pablo. Nadie hubiera pensado en atribuírsela si no
INTRODUCCIÓN 11
hubiera sido porque algunos escritores primitivos hablaron
de la carta como si hubiera sido escrita por Pablo. El
griego de este autor es el mejor del Nuevo Testamento.
No tiene ninguna de las notas características del estilo de
San Pablo, ninguno de los cambios repentinos, los comien-
zos falsos, los pensamientos sin acabar, nada del fuego
de artificio, el trueno y el relámpago propios de Pablo.
Hebreos tiene su belleza propia especial, en parte por la
majestad y nobleza de los temas-que trata, pero mucho
más por la habilidad literaria del escritor que se muestra
en el ajuste armonioso de las partes, el sentido de la
palabra exacta, el ritmo, la composición cuidada cons-
tantemente.
El escritor es profundamente serio, incluso apasionado,
pero su pasión no es la de Pablo. Su pasión no le deja
fuera de sí. Sus centros de interés característicos no son
los de Pablo, ni su forma de introducir las citas. La rique-
za de su vocabulario se debe en parte a la materia, pero
la suavidad de las transiciones y el tono constantemente
elevado revelan a un escritor de un molde intelectual di-
ferente, consecuencia de una diversa formación.
No decimos que no tenga nada común con Pablo. Lo
tiene y mucho. Pero las semejanzas son de esperar y pue-
den explicarse con facilidad. Son las diferencias las que
exigen explicación, si Pablo es el autor. También se da
una semejanza muy fuerte con Juan, aunque el estilo de
Juan es muy diferente. Incluso los escritores primitivos
que atribuyen la epístola a Pablo creen que se han de
dar explicaciones y hacen entrar en juego a otro redactor
de la epístola como traductor, asistente o secretario para
soslayar la dificultad que supone la diferencia de estilo.
Estaban tan seguros de las dificultades que entrañaba el
atribuir la epístola a Pablo por lo que respecta al estilo
literario que seguramente debían poseer un argumento só-
lido de autoridad para considerarla como una epístola
paulina. Parece que debemos fijar alguna relación con
12 INTRODUCCIÓN
Pablo, por lo menos, una relación indirecta de asociación
o influencia. La mención de Timoteo (13:23) uno de los
más estrechos colaboradores de Pablo apunta a la misma
dirección.
Dentro del círculo de los colaboradores de Pablo nadie
tiene mayor derecho a ser considerado como posible autor
que Apolo (Hechos 18:24-28; 1 Cor 1:12; 3:4-8; 16:12;
lTit3:13). Después de Apolo, Bernabé posee las mejores
credenciales, especialmente porque es el único del que
cuenta la tradición que escribió algunas obras sin incluir
la Epístola a los Hebreos. Bernabé envió probablemente
una carta a una comunidad de Chipre. Si concedemos la
paternidad de la carta a Apolo o Bernabé, mantenemos
la conexión suficiente con Pablo. No hay ninguna prueba
que nos haga descartar la posibilidad de que el escritor,
Apolo o cualquier otro, escribiera la Epístola a los Hebreos
bajo la dirección de Pablo y con su aprobación.
¿Cuándo y dónde se escribió la Epístola a los Hebreos?
Si Pablo desempeñó un papel directo en la composición
de esta carta, la última fecha posible es el 67; en caso
contrario alrededor del 90, porque Clemente de Roma em-
pleó la carta alrededor del 95. La carta (2:3 s; 5:11 s;
6:1-8; 10:32 s; 13:7s) supone que los hebreos no son unos
cristianos recientemente convertidos, pero ningún pasaje
se refiere claramente a algún hecho al que podamos seña-
lar fecha. El escritor conoce los sinópticos, las tradicio-
nes paulina y joánica; pero no podemos probar que co-
nociera sus escritos. Cualquier fecha desde el 65 al 90
satisfaría a los elementos de juicio que suministra la
epístola, y nada se encuentra en ella que exija una fecha
posterior a la muerte de Pablo. No hay nada que nos in-
dique dónde se escribió la epístola.
INTRODUCCIÓN 13
¿Cómo recibió la Iglesia la Epístola a los Hebreos?
El manuscrito más primitivo que poseemos sitúa a Hebreos
inmediatamente después de Romanos. Actualmente se
encuentra entre las epístolas paulinas y las católicas.
Es el resultado de las dificultades que encontró la epís-
tola en Occidente, en donde por mucho tiempo no se le
concedió el puesto que le correspondía en el canon, aun-
que se la conocía y empleaba desde una época muy primi-
tiva. La inseguridad del autor determinó parcialmente
esta actitud del Occidente, pero sobre todo ciertos pasajes
(6:4-8; 10:26-31; 12:16 s) empleados por los rigoristas que
se oponían a la política adoptada por la Iglesia en mate-
ria de penitencia. El Oriente aceptó la epístola como ca-
nónica y compuesta por San Pablo, aunque con restric-
ciones. La tradición del Oriente prevaleció sobre el Occi-
dente pasado el siglo iv, aunque en siglos posteriores no
faltaron voces discordantes que recordaran las primitivas
controversias.
El mensaje de Hebreos
El autor es un teólogo notable, aunque tal vez él mismo
no se hubiera reconocido como tal en su obra. De hecho
el teólogo está completamente oculto tras el pastor de
almas. La necesidad espiritual de los hebreos fue la que
hizo brotar la ciencia teológica que vemos en esta carta.
Había estado íntimamente unido a ellos y se sentía res-
ponsable en algún sentido de ellos. Sus problemas —no
se puede dudar que los veía mucho mejor que ellos mis-
mos— le impusieron desempeñar el papel de teólogo, aun-
que desde luego es difícil que lo hubiera desempeñado
bien si no hubiera sido ya un contemplativo.
El problema básico de los hebreos era el escándalo de
la cruz en sus propias vidas más que en la de Cristo.
Y esto aunque ellos pudieran no haberlo llamado así.
Están en peligro grave de sucumbir ante un mundo que
14 INTRODUCCIÓN
está pasando. Están tentados de amar un mundo que es
precisamente el enemigo que deben conquistar según el
ejemplo de Cristo, un mundo del que deberían guardarse
sin mancha. No parece fuera de sitio ver su situación a la
luz de U n (2:15 s; 4:4 ss; 5:4,19) y de Santiago (1:27), ya
que estos tres autores tienen las mismas preocupaciones
pastorales. ¿Cómo se las han de arreglar los cristianos
para no acostumbrarse a la fe? ¿Cómo se les ha de ayudar
para vigorizar su entusiasmo que es lo único que les pro-
tegerá de intentar un compromiso imposible con el mundo?
El autor parece tener por supuesto con el autor de la
Sabiduría (1:13 s; 2:23 s) que el mundo era bueno origi-
nalmente y que el hombre había sido creado para la in-
mortalidad. El cosmos fue creado por Dios para revelar
a Dios; pero ahora, debido a que el hombre ha pecado por
instigación del diablo, se ha corrido una cortina de hierro
entre Dios y el hombre. Antes de la obra del diablo, antes
del pecado, antes de la muerte, todo el mundo era una
senda que conducía a Dios; después se convirtió en una
jungla infranqueable. El único problema religioso es el
problema de la unión con Dios. Ni que decir tiene que en
Hebreos, Dios es el destino del hombre, y que dejar de
conseguir la unión con Dios después de la muerte es un
desastre horrible y una frustración total.
El método homilético clásico del argumento "a for-
tiori" es el principal punto de apoyo del llamamiento
pastoral a los hebreos. Si los santos del A. T. hicieron
tanto con tan escasos medios de salvación, ¡cuánto más
podemos hacer con los medios de salvación que tenemos
al alcance! Si el pueblo del A. T., que estaba a tan gran
distancia de Dios, fue tan severamente castigado por su
infidelidad, ¡qué castigo no debemos esperar si somos in-
fieles a un Dios que está tan cerca de nosotros! Nunca
fue imposible para el hombre ver lo invisible y condenar
al mundo, aferrarse a Dios y a su promesa, ni siquiera
antes de la Ley, en los días más negros después del pecado
INTRODUCCIÓN 15
del hombre. Y cuando vino la Ley, se dio a entender que
era algo transitorio. Es decir, fue algo así como una acción
sostenedora de Dios para mantener a flote al hombre hasta
la institución de la nueva alianza y como un tosco esque-
ma de lo que sería esta nueva alianza.
La situación previa del hombre se refleja en las dis-
posiciones para el culto del A. T., que es el aspecto de la
Ley que interesa al autor. El santuario descrito en la
Escritura es una tienda dividida en dos partes, o, como lo
describe Hebreos, en dos tiendas. La primera, la antecá-
mara de la presencia divina, es un símbolo o representa-
ción del mundo en cuanto supone una barrera en el cami-
no hacia Dios. En esta primera tienda los sacerdotes se
ocupaban constantemente en los diversos ritos de este
mundo. Solamente al Sumo Sacerdote, una vez al año, se
le permitía entrar en la segunda tienda para efectuar de-
terminados ritos expiatorios con la sangre de los ani-
males.
Todo esto tenía un valor perdurable por causa de su
significado. La sangre expiatoria efectuaba una purifi-
cación que podía volver a colocar al pueblo de la alian-
za antigua en una posición buena como adoradores de
Dios en el santuario de la tierra, pero no podía purificar
las conciencias de los hombres. No destruía el pecado en
sus mismas raíces, ni deshacía la rebeldía del hombre;
de aquí que no pudiera capacitar a estos adoradores a
acercarse a Dios en el santuario celestial. Los ritos cum-
plían un fin divino al recordar al pueblo que su pecado
no era borrado y al señalar el perdón total que Dios pre-
tendía conceder por medio de la sangre de Cristo.
Los sacerdotes de la alianza antigua solamente podían
comenzar en su camino hacia Dios, sin seguir nunca a su
sumo sacerdote hasta la tienda interior. Ellos fueron figu-
ra del nuevo pueblo sacerdotal de Dios, pero con esta di-
ferencia, que podemos ahora seguir a Jesús, nuestro Sumo
Sacerdote, y acercarnos a la presencia divina. El sumo
16 INTRODUCCIÓN
sacerdote, que pasaba a través del velo una vez al año,
figuraba al verdadero Sumo Sacerdote, cuya sangre hace
lo que no podían hacer la sangre de los bueyes y de las
ovejas.
La vida del Hijo, nuestro Sumo Sacerdote, ofrecida
por él mismo en sacrificio, limpia la conciencia del hom-
bre que rinde culto a Dios. Tenemos ahora un camino
que conduce a Dios a través del cosmos. La creación ma-
terial ha dejado de ser una barrera total. Se ha hecho
una vez más en Cristo lo que siempre fue en la intención
divina, un camino de aproximación, una avenida que con-
duce a Dios. En Cristo —su cuerpo, carne y sangre— este
cosmos deja de ser una ilusión, una irrealidad, una som-
bra, una tiranía. Es en lugar de eso un camino vivo y
nuevo, la única senda que conduce a Dios.
Así, pues, la respuesta final de Hebreos al único pro-
blema serio del hombre es que el único camino para unirse
a Dios es Cristo, su revelación, su obra, su ejemplo, su
intercesión. En Cristo, el Hijo, Dios ha abierto una brecha
decisiva en el mundo del hombre; y en Cristo también,
el hombre ha atravesado y roto este mundo de sombras
para introducirse en la ciudad de Dios. Se presupone la
incorporación del creyente a Cristo, aunque no se acen-
túe este aspecto explícitamente en Hebreos; lo que se
acentúa es la intercesión de Cristo. El creyente debe po-
ner sus ojos en su Sumo Sacerdote, Jesús, que es también
su guía, su predecesor, su cumplimiento. Debe poner sus
ojos en Jesús porque Jesús es el camino que debe seguir.
Cuando la sangre de Cristo se aplica al hombre en el bau-
tismo, se cambia radicalmente su relación con Dios. Puede
ahora acercarse a Dios, porque está divinamente autori-
zado para hacerlo así. Cristo es el Hijo, el Heredero, el
Sumo Sacerdote; los bautizados son sus hermanos y por
tanto también hijos, herederos y sacerdotes.
Pero deben acercarse, arrojarse, ejercitar su función
sacerdotal como adoradores verdaderos de Dios. El cam-
INTRODUCCION ' 17
bio que ha tenido lugar en ellos debe manifestarse en un
cambio de vida, vivida ahora bajo el signo de Cristo por
completo. Vida que debe dar fruto en el culto común, en
la oración, en la ayuda mutua, y en la fe que es un asirse
a lo invisible sin posibilidad de retorno y que debe ven-
cer al mundo con el que no puede haber una coexistencia
pacífica, excepto en cuanto que por medio de la fe de los
cristianos el cosmos está sujeto a Cristo e integrado en el
camino hacia Dios.
Toda la existencia cristiana es un acto de culto sin in-
terrupción dedicado a Dios en el que los creyentes toma-
mos parte bajo la dirección de nuestro Sumo Sacerdote
y con su ayuda. La Iglesia es una procesión de hombres
dedicados al culto divino que caminan a través de la jun-
gla de este mundo por una vía sacra, la senda de las pere-
grinaciones. Es peligroso volver la mirada hacia atrás o
alrededor; la jungla irrumpe por cada lado y volverse
atrás es perderse; porque la carretera queda invadida por
la jungla en el momento que se ha cubierto una etapa.
Se entremezclan las promesas y las amenazas. Esta
forma de proceder no es un simple ejercicio en un escrito
pastoral artístico. La salvación de los hebreos está en pe-
ligro. Son herederos pero todavía no gozan de una pose-
sión completa y segura de la herencia. Y es probable que
nunca la posean, a no ser que el predicador logre revivir
el amor del mundo invisible y del invisible Sumo Sacer-
dote que una vez fue todo para ellos y que debe volver a
serlo. El autor llama a la carta con acierto "un discurso
de exhortación", un "logos paraclesesos" (13:22). Nosotros
que no conocemos su nombre podemos muy bien conside-
rarlo como un verdadero paráclito.
Plan y división
El plan que damos ahora es el que seguiremos en el
comentario. Se indican los títulos para señalar el princl-
12 2
 18 INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN' 19
pal interés del autor en cada sección y la unidad de toda
texto bíblico le descaminarán si piensa que son un catá-
la obra. logo exhaustivo del contenido.
Las transiciones son tan mañosas que nos encontra-
I. EL CAMINO VIVO Y LA PALABRA VIVA 1:1-4:13 mos a menudo en medio de un tema nuevo sin que haya-
1. Prólogo 1:1-4 mos caído en la cuenta de ello. El autor es como un juglar
2. Cristo y los ángeles 1:5-14 de inteligencia deslumbrante. Es capaz de desarrollar va-
3. Exhortación 2:1-4 rios temas al mismo tiempo. Si miramos demasiado inten-
4. Hijo e hijos 2:5-18 samente a uno de ellos, podemos dejar de advertir los
5. Exhortación 3:1-4:13 otros. Un estudio fructuoso de esta epístola requiere por
nuestra parte la voluntad necesaria para volver atrás y
echar otro vistazo a lo ya visto. La escena será la misma,
II. EL CAMINO VIVO Y LA VIDA DE CULTO 4:14-10:31 pero los puntos de vista diferentes ayudarán a fijar la
1. Nuestro Sumo Sacerdote 5:1-10 visión en la mente.
2. Exhortación 5:11-6:20 Y lo que el autor pretende comunicar es precisamente
3. Melquisedec y Cristo 7:1-28 una visión; su visión de la humanidad redimida cami-
4. La obra sacerdotal de Cristo 8:1-10:18 nando hacia Dios a través de Cristo, oyendo todos juntos
5. El pueblo de Dios en el camino 10:19-31 la palabra divina de salvación en Cristo, celebrando jun-
tos el culto divino bajo la presidencia de Cristo, viviendo
la vida que Cristo vivió. Es una visión de una humanidad
III. EL CAMINO VIVO Y LA VIDA DE FE 10:32-13:17 iluminada, pues la luz de Cristo rasga las tinieblas de
este mundo desde lo alto, mostrándonos el Camino, mos-
1. Pruebas pasadas y presentes 10:32-39 trándonos a Cristo.
2. Héroes de la fe 11:1-38
3. Exhortación 12:1-17
4. Sinaí y Sión 12:18-29
5. Avisos finales 13:1-17

IV. CONCLUSIÓN 13:18-25

El autor es tan hábil en el manejo de varios temas si-

multáneamente que cualquier^ división detallada de la
epístola tiene que ser forzosamente defectuosa y prestar-
se a inducir a error. Por esta razón nos ha parecido más
prudente limitar las indicaciones marginales, y el lector
hará bien en recordar que estas indicaciones y los títulos
que se encuentran en la mayoría de las ediciones del
 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS
Texto y comentario

f etas. _ 2 Y en estos tiempos, que

I En machas etapas y de mu-
chas maneras habló Dios en son los últimos, nos ha hablado
otro tiempo a nuestros antepa- por medio de su Hijo, a quien
Hados por ministerio de los pro- ha constituido heredero de todas

I. —EL CAMINO VIVO Y LA PALABRA VIVA

Heb1:1-4:13

Esta primera parte está claramente deslinda-

da del resto de la carta por la relación entre el
prólogo, gue vuelve una y otra vez sobre el tema
de la comunicación de Dios con el hombre, y el
himno final a la palabra de Dios (4:12 s). Es un
extenso llamamiento a los cristianos para que
presten atención a la palabra viva que se comu-
nica a la asamblea cristiana en los actos cultua-
les públicos. Nuestra salvación depende del men-
saje que Dios nos envía en Cristo.

Prólogo — 1:1-4
El prólogo es al mismo tiempo prefacio de esta
parte y la introducción de todo el sermón. Los
cuatro versículos forman una sentencia perió-
dica que hace resaltar el contraste entre las co-
municaciones primitivas de Dios y su mensaje
por medio del Hijo; seguidamente describe al
Hijo. La insistencia sobre la finalidad de la pa-
22 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 1:3
las cosas y por quien creó los rosa palabra sostiene el univer-
mundos. 3 El, su Hijo, es la irra- so. El, después de haber llevado
diación de su gloria, la imagen a cabo la expiación de nuestros
de su ser, y el que con su pode- pecados, se ha sentado a la dies-
labra de Dios en Cristo entronca este prólogo con -i" i :1 «s
los de Juan. ., .y»"
1 resplandor o el fulgor de Dios que es luz, la ex- ^.JJj
La antigua revelación de Dios por medio de
los profetas distaba mucho de ser perfecta. Dada
sucesivamente, trozo a trozo; era parcial, frag-
mentaria, repetida. Repetición y senectud son
las características del A. T. en Hebreos; el N. T.
es precisamente nuevo porque en él Dios comu-
nicó toda la verdad y la salvación total en Cris-
2 to. Es el distintivo de su obra que se hizo una
vez por todas. Los días en que vivimos son "Los
últimos"; ahora Dios nos ha hablado en uno que
es su Hijo y no queda nada nuevo que añadir. ^ __Mt
21:37ss
No hay que esperar una mayor revelación.
El autor piensa más en el mensaje total de
Dios al hombre a través de la persona y de la
obra del Hijo que en las palabras pronunciadas
por Jesús. El Hijo queda señalado como "herede-
ro de todas las cosas"; este "todas las cosas" se
refiere primariamente con toda probabilidad al
mundo celestial, el Reino preparado para los
bienaventurados desde la fundación del mundo.
El Hijo es, por supuesto, el heredero natural, ^JjJ
pero tiene un título más que le da derecho a esta 25:34
herencia: por medio de El Dios hizo "los eones"
(Los mundos); este término de "eones" puede re-
ferirse al espacio o al tiempo, pero aquí se re-
fiere probablemente a las mismas "todas las co-
sas" que constituyen la herencia del Hijo, es de-
cir, el mundo celestial de lo invisible más que el
universo visible.
3 Comienza en este versículo la descripción del
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 1:4-5 23
5
tra de la Majestad en los cielos. Porque, ¿a qué ángel ha di-
4
Y ha llegado a ser tanto mayor cho Dios alguna vez:
que los ángeles, cuanto es más
augusto que ellos el nombre que Tú eres mi Hijo. Yo te he
ha recibido en herencia. engendrado hoy.
Hijo. En relación con el Padre, es luz de luz, el Sal
presión perfecta y la reproducción de todo lo que 6:16
es el Padre. En relación con la creación, el Hijo J"i:i4
es la explicación verdadera de la existencia de
todas las cosas, especialmente del mundo celes-
tial, el hogar y país verdadero de los creyentes;
pero también la explicación de la creación mate-
rial considerada como la sombra en el tiempo
y en el espacio de aquel mundo invisible pero
real. El Hijo vino de Dios para borrar los pecados
de los hombres y acercarlos a Dios. Se toca bre-
vemente en este versículo la gran obra sacerdo-
tal del Hija con el fin de añadir un jalón más al
cuadro de su coronación. Más adelante se de-
sarrollará el tema.
• La excelencia sobresaliente del Hijo se mani-
fiesta en la exaltación que se le concede. Se afir-
ma que está de acuerdo con el nombre único que
ha heredado. El "nombre" dado a Cristo queda
también destacado en Flp 2:9, donde el nombre
es probablemente el de "Señor" (Kyrios), y en
Ap 19:12. Aquí parece que el nombre al que se
refiere el autor inspirado es el de "Hijo".
Oristo y los ángeles — 1:5-14
El tema principal es la gloria de Cristo sentado
en su trono por encima de los ángeles. No es
que sea necesario demostrar la superioridad del
Hijo sobre los ángeles; pero un modo ordinario
24 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 1:6-8
7
Y otra vez: • Y, refiriéndose a los ángeles,
Yo seré para él un Padre, dice:
y él será para mí un Hijo? El hace de los ángeles espí-
6
Y cuando introduce de nuevo ritus
a su Primogénito en el mundo, y de sus servidores
exclama: relámpagos de fuego.
Todos los ángeles de Dios le s p e r o refiriéndose al Hijo se ex-
adoren, presa así:
de proclamar su exaltación celestial es hablar de F'P
la gloria de Cristo resucitado cotejándola con el ,%'"
resplandor de los ángeles y superándolo. Esta 3:16
proclamación sería probablemente una modali- 1 . 1 P 0 '
dad de la adoración cultual pública. Quizás esté " E?
latente también el deseo de poner la fundamen- 1:20SS
tación del argumento "a fortiori" que se desarro-
lla en 2:2.
Esta parte nos permite observar cómo usa el
autor el Antiguo Testamento. Siempre lo lee a
la luz de Cristo. No acude a él para demostrar
su fe, sino que encuentra útil y sólido emplear
sus palabras, frases y pasajes, para exponer la
verdad completa que la Iglesia presenta como
objeto de fe. Algunos de estos textos, especial-
mente el primero y el último, podían conside-
rarse como mesiánicos con más fundamento que
los demás; pero el autor escucha la palabra de
la Escritura con oídos cristianos, es decir, como
palabras pronunciadas ahora por Dios a su nuevo
5 pueblo. Su significado, por tanto, no se restringe
a la situación en que fueron escritas por prime-
ra vez.
6 En la segunda cita las palabras que se dicen Sai2:7
de Salomón se aplican a Cristo. "Y cuando in- 2Sam
7:14
traduce de nuevo a su Primogénito..." El Nuevo
Testamento no apoya la opinión de muchos que $ai 96 -j
ven en estas palabras una referencia al naci-
EPISTOLA A LOS HEBREOS 1:9-10 25
Tu trono, oh Dios, subsiste Por eso, oh Dios, te ungió
para siempre jamás. con óleo tu Dios,
óleo de alegría
Cetro de rectitud sobre tus compañeros.
el cetro de tu reino. 10 y .
Amaste la justicia Tú, Señor, al principio
y odiaste la impiedad. cimentaste la tierra
miento de Jesús o a su segunda venida; ningún
texto habla de una adoración de ángeles efec-
tuada en estas dos circunstancias. Es mucho más
satisfactorio tomar este pasaje como una des-
cripción de la coronación de Cristo. El texto de
Juan 17:1-5 puede considerarse en algún sentido
como paralelo, y el término "Primogénito" (aun-
que en otros pasajes dice mucho más) se aplica R°?2
a Cristo resucitado. Parece estar latente este mis- coi 1 lis
mo sentido en la frase "la Iglesia de los primo- Api:5
génitos" que se encuentra en Juan 12:23, donde
la palabra "primogénito" está en plural. El mun-
do (la tierra habitada o oikoumene) indicaría en
este caso el mundo celestial por venir (2:5). El
texto citado aplica a Cristo palabras que se dicen
originalmente de la adoración debida a Dios. So-
lamente el texto griego del salmo 103 se refiere a
los ángeles; esto se ajusta a la intención del
autor de clasificar a los ángeles, que anunciaron
la Ley (2:2) por medio de realidades materiales
como el viento y el fuego, en una esfera muy por
abajo del Hijo.
8-9 Se emplea principalmente el salmo 44 porque
se dirige al Hijo como Dios. Quizás fuera una
forma hiperbólica de dirigirse al género humano,
pero aquí se toma en su sentido más profundo.
El uso del título, como la aplicación de los tex-
tos en los versículos 6 y 10-12, pone en claro la
fe del autor en la divinidad del Hijo. "Tus com-
26 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 1:11-13 II'ISTOLA A LOS HEBREOS 1:14 — 2:1-2 27

y los cielos son obra de tus Pero tú serás siempre el mis- 14

manos, mo
11
Ellos perecerán, pero tú que- y tus años no acabarán,
13
das, ¿Y a qué ángel dijo alguna
y envejecerán todos cual vez:
vestido. Siéntate a mi derecha,
12
Los arrollarás como un man- hasta que por peana
to ponga a tus enemigos a tus
y se cambiarán cual vestido. pies?
10-12 pañeros" quizás se reñera a los ángeles. El sal-
mo 101, aplicado al Hijo, lo presenta con su vi-
gor inmutable en contraste con las cosas croadas
por El, el cielo y la tierra que envejecen y que
algún día desaparecerán.
13 El salmo 109 se emplea en el Nuevo Testamen-
to más que cualquier otro pasaje del AIIUKUO Tes-
tamento, y ya hemos hecho alusión u él en el v. 4,
donde se describe a Jesús como hublendo lomado
asiento "a la diestra de la majestad rn los cie-
los". El hecho de que el mismo Jesús, lo citara Mt 22:44
para transmitir algo del misterio del Mo.slus hace
que ñjemos nuestra atención en el versículo 4,
en donde se proclama sacerdote ul Me.slu.H, y que
más adelante empleará Hebreos puní conseguir
H este resultado. ¿Qué tenemos que deducir de to-
dos estos versículos? No solamente que los Ange-
les están debajo del Hijo, sino lninhlén que se
alinean debajo de la fainllm del I lijo en la tie-
rra. Dios los puso a nuestro servirlo, pura ayu-
darnos a conseguir el Un prometido que no es
otra cosa que la realización de nuestro destino
como hijos y herederos. I.u milviielón luí comen- Rom
zado ya en nosotros, pero .solunumle al dnal po- 8:17
dremos decir con seguridad que. hemos sido sal-
vados.
¿No son todos ellos espíritus verdades oídas, para no ir a la
destinados a una misión, envia- deriva. 2 Porque, si la palabra
dos en servicio de los que han promulgada por los ángeles tu-
(lc heredar la salud? vo todas las garantías de validez,
t ) Por eso debemos atender hasta el punto de que todo pe-
- J con la mayor diligencia a las cado y preterición incurría en
Exhortación — 2:1-4
Esta primera exhortación es un aviso breve para
que prestemos atención al mensaje que Dios nos
envía en Cristo. Mensaje que promete la salva-
ción al nuevo pueblo escogido. En la exhortación
se mezclan las palabras de aliento con las ame-
nazas. Unas veces anima a escuchar la palabra
y otras amenaza con las consecuencias que se
seguirían de hacer oídos sordos al mensaje de
Dios en Cristo. Es el método rítmico del predi-
cador que incita a los fieles a tener presente a la
persona de Cristo y que les avisa que estén aler-
tas si no le hacen caso.
1-2 Los textos sobre los ángeles y la conclusión de
que son nuestros sirvientes han preparado las ex-
presiones "con la mayor diligencia" y "cómo po- Hecl l
dremos escapar". Si la palabra que pronunciaron Ga) 3::19
estos servidores, es decir, la Ley, causó castigos
tan eficaces, ¡qué castigos no sobrevendrán por
descuidar el camino de la salvación proclamado
3-4 por el Señor, el Hijo! El proclamó su mensaje
con su persona, su vida y sus hechos mucho
más que con sus palabras. Los lectores no oye-
ron al Señor, pero oyeron la salvación proclama-
da por los que le habían visto y oído; y una ver-
dadera inundación de señales y dones divinos
acompañaron a esta proclamación. La descrip-
ción se ajusta a los años de la primitiva Iglesia
de Jerusalén, pero este dato no basta para fun-
28 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 2:3-4
justa sanción, 3 ¿cómo podremos quienes la escucharon. 4 Y al
nosotros escapar, si descuidamos t e s t i m o n i o d e ellos va Dios mis-
una tan sublime salud? Esta fue
inaugurada por la predicación mo añadiendo el suyo por seña-
les
del Sefior, y tiene su verifica- les y prodigios, por variadas
ción en nosotros por medio de obras de poder y por reparticio-
damentar la teoría de que Jerusalén era la pa-
tria de origen de los destinatarios de la carta,
porque este mismo fenómeno espiritual era co-
rriente en los comienzos de todas las iglesias lo-
cales en la edad apostólica.
Por otra parte, el hecho de que el escritor pa-
rezca incluirse en el grupo de los que no oyeron
al Señor, pone de manifiesto claramente que no
quería hacer las veces de San Pablo al escribir
(cf. Gal 1:11-17), aunque pudiera ser que estu-
viera escribiendo por mandato de San Pablo o
con su aprobación. Reparemos en la mención de
las tres personas de la Santísima Trinidad en
un marco que hace alusión especialmente al bau-
tismo.
Hijo e hijos — 2:5-18
La salvación completa de los herederos significa-
rá el dominio del Hijo y los hijos sobre el mundo
por venir. De acuerdo con la doctrina de San Rom
Pablo, creemos probables que el autor piense que Ga|14-47
nos hacemos hijos por medio del Espíritu (cf.v.4).
La exaltación y perfección del Hijo como Sumo
Sacerdote celestial, que dio fin a sus sufrimien-
tos y a su muerte, fue un prerrequisito necesa-
rio para la salvación de los hijos. Esto explica el
por qué se hizo carne y sangre.
El mundo primitivo del Antiguo Testamento
estaba sometido a los ángeles que habían desem-
rPISTOLA A LOS HEBREOS 2:5-7 29
II(>H, que según su voluntad va ¿Quién es el hombre que te
haciendo del Espíritu Santo. acuerdas de él?
" Y así es en verdad. Dios no ¿Quién el hijo del hombre
Hometió a los ángeles el mundo que le miras
wnidero, del cual estamos ha- con consideración?
hlnndo. 6 Ya lo testificó uno en 7
Le pusiste un instante
cierto lugar cuando dijo: más bajo que los ángeles;
peñado el papel de intermediarios entre Dios y
los hombres para comunicar la Ley. El mundo
venidero (cf. 1:6), el único interés del predicador
y de su auditorio (o tal vez, "del cual estamos
hablando"), está sometido al Hijo y a sus segui-
8 dores. La vaguedad de la introducción alusiva se
debe en parte a la dificultad de señalar en este
pasaje a Dios como el locutor; con todo, esta
forma de proceder sólo la puede adoptar un es-
critor culto que tiene ante los ojos a unos lecto-
res cultos. El autor quiere decir: "En un salmo
todos nosotros sabemos que tenemos un testimo-
nio divino de las reglas del mundo celestial".
7 Cristo y San Pablo usaron también el salmo 8. El
autor omitió el versículo 7c, aunque forma parte Mt
auténtica del salmo. La razón es que el autor no ^¿™
tenía ningún interés en mostrar que el hombre 15:27
(Hijo e hijos) está por encima de la creación vi- E { 1 : 2 2
sible que a su vez está sometida a los ángeles
(1:10-12). Creación que envejece y que está sen-
tenciada a desaparecer. Lo que pretende mos-
trar es que el hombre está por encima del mundo
futuro que es el único que posee una realidad
8 permanente. En el texto no se lee "al hombre"
sino "a él". Es que se refiere al parecer a Cristo
y al fiel, a la nueva humanidad, al nuevo pueblo
de Dios. Dios es el sujeto de la oración.
9 No vemos todavía el triunfo completo de los
hijos, pero vemos su principio y su promesa en
30 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 2:8-10
c>
y de gloria y de honor le Pero sí vemos a Jesús, a quien
coronaste. Dios puso momentáneamente ba-
8 queriendo llevar una multitud de
Todo bajo sus pies lo so- j 0 i o s ángeles, coronado de glo-
metiste. r i a y d e h o ^ , . p o r haber pade-
cido la
En efecto, si le sometió todas las muerte. Así por amorosa
cosas, no dejó nada sin someter- dignación de Dios gustó la muer-
lo a él. Al presente no vemos to- te en beneficio de todos,
10
davía que todo le esté sometido. Era, en efecto, conveniente
el honor que ya pertenece a Jesús resucitado
como resultado de su humillación temporal. Aquí
(como en 5:7-10 y frecuentemente en otros pa-
sajes del Nuevo Testamento, Flp 2:5-11; 1 Tim
3:16 y generalmente en San Juan), se nos invita
a contemplar los honores celestiales conferidos a
Cristo resucitado y exaltado en su humanidad
como premio de sus sufrimientos y de su muerte.
Su muerte es la muerte de todos nosotros; es la
muerte de la muerte por la sencilla razón que
ésta ha sido la voluntad libérrima de Dios res-
pecto a nosotros. La versión "apartado de Dios"
en lugar de "por amorosa dignación de Dios" no
carece de fundamento; y se le puede dar un
sentido aceptable. Aquí creemos que está fuera
de lugar, porque el versículo siguiente recalca
la benevolencia de Dios con nosotros.
10
Debemos traducir probablemente "queriendo
llevar una multitud de hijos a la gloria" en lugar
de "teniendo una multitud..." De esta forma que-
da fuertemente acentuada la benevolencia de la
iniciativa divina, la voluntad salvíflca de un
Dios amante que ha de considerarse como el ori-
gen de la obra salvadora de Cristo. El mundo
celestial tiene por fin a Dios así como su origen
es Dios, pero el plan de Dios es hacer partícipes
de él a muchos hijos y herederos. Para poner en
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 2:11-12 31
pura Dios, para quien y por nen todos un mismo origen. Y
quien son todas las cosas, que, por esta razón no se sonroja de
llamarlos hermanos, diciendo:
hijos a la gloria, consumase en
12
I» gloria, haciendo pasar por los Anunciaré tu nombre a mis
Hufrimientos, al jefe de la salud hermanos.
de todos ellos. J 1 El que santifi- Cantaré en la asamblea tus
«•a y los que son santificados tie- loores.
ejecución este plan, convirtió a Cristo en el
"jefe" de nuestra salvación; la palabra que se
emplea es archegos, que no sólo quiere decir "je- Hech
fe"; también autor, guía, capitán, conductor, 3 ¿^j
pionero. Jesús es el capitán de la vida, el dux
vitae de la secuencia de Pascua. El plan divino
comprendía que el mismo archegos fuera consu-
mado en la gloria después de pasar por el sufri-
miento. Con la fe podemos ver su consumación,
la gloria y honor que son ahora suyos, pero como
consecuencia de sus sufrimientos. Fue enviado
para salvarnos. Tomó la medicina que necesitá-
bamos y de esta manera nos facilitó el que no-
sotros también la tomáramos.
11 El Hijo, que nos santifica, tomó la senda de la
gloria que se nos señala a nosotros que estamos
siendo santificados. Todos nosotros, Hijo e hijos,
venimos de Dios. Dios quiso tener un pueblo nue-
vo consagrado a su culto, y Cristo es el consa-
grador señalado. El verbo "santificar" puede te-
ner el sentido de consagrar un sacerdote, y qui-
zás no esté ausente este sentido cuando se em-
plea en Hebreos (e. g., en el versículo 10). Sea
como sea, los que estamos siendo salvados for-
mamos una familia con nuestro Salvador, él nos
reconoce explícitamente como sus hermanos.
12-13 Para aclarar y expresar su convicción cristia- Mt28:io
na de que se da un vínculo de familia entre los J n 2 0 : 1
 32
13
Y también:
Pondré en él mi confianza.
Y por último:
Aquí estoy con mis hijos,
hijos que Dios me ha dado.
hiiAD mía Ihnc ——. n V. n J n T1 A
14
Así, pues, como los hijos com-
creyentes y Cristo, el escritor no se apoya en las
palabras de Cristo sino en las del Antiguo Testa-
mento. Después de citar el salmo 21, cuyas pri- Mc«:34
meras palabras pronunció Cristo en el Calvario,
toma dos frases de Isaías 8:17 s, la primera de
ellas evidentemente para mostrar que Cristo, co-
mo nosotros, puso su confianza en Dios; en la se-
gunda Cristo nos considera como hijos que Dios Jn 13:33
le ha dado. Toda esta parte tiene muchos puntos Mc10:24
de contacto con las palabras de Cristo en la
Cena, especialmente las narradas en el capítu-
lo 17 del Evangelio de San Juan.
14-15 El escritor insiste ahora en la realidad de la
encarnación como el medio por el que el Hijo, la
Palabra hecha carne, pudo derrocar al diablo,
que mantenía su dominio sobre el hombre por
la muerte. La muerte de Cristo hizo posible que Sab
sus hermanos escaparan del dominio del diablo inVe1.'}
al sufrir la muerte a semejanza de la de Cristo. Rom
16 Está claro que Cristo no vino para asumir la na- 8 : 3 8
turaleza angélica; haciéndose carne y sometién-
dose a la muerte tenia ante sus ojos a los hom-
bres, no a los ángeles. Su misión era en favor de
la descendencia de Abraham la familia espiri-
tual de los amigos de Dios entre los hombres.
17-18 Así, pues, era justo (literalmente, necesario)
que el Hijo asumiera juntamente con nuestra
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 2:13-15
parten carne y sangre, también
él entró a participar de las mis-
mas. Así por su muerte reducía
a la impotencia al que retenía
el i m ¡0 d e la muert
* '
cir, al demonio; 1 5 y libraba a
los que por temor a la muerte
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 2:16-18 33
vivían toda su vida sometidos a gar a ser misericordioso y fiel
esclavitud. ] 6 Como ya sabéis, pontífice ante Dios, y para ex-
él no toma naturaleza de ánge- piar los pecados del pueblo. 1 8 E n
les, sino que toma la descenden- efecto, por haber sido probado
cía de Abrahán. 1 7 En conse- con padecimientos, puede venir
eg d
ouencia, debía ser semejante en en socorro de los que son pro-
todo a sus hermanos, para lie- bados.
naturaleza, todas nuestras experiencias de sufri-
mientos, tentaciones, pruebas y muerte. Sola-
mente de este modo podía ser el sumo sacerdote
misericordioso y fiel que necesitábamos para que
nos representara ante Dios y para que expiara
nuestros pecados. El versículo 18 parece explicar
por qué puede llamarse a Cristo "misericordio-
so"; se deja para el capítulo siguiente la expli-
cación del término "fiel". Sin embargo, es posi-
ble que se entienda la fidelidad de Cristo como
fidelidad a Dios y su misericordia como fidelidad
a los hombres. La tentación de Cristo (o su
prueba) hace alusión especial a sus sufrimientos
y a su muerte. Ha tenido una experiencia per-
sonal del aspecto más obscuro de nuestra exis-
tencia; y nosotros, sabiéndolo, confiamos en su
comprensión y acudimos a El con confianza
(cf. 4:14-16; 5:1-10; 6:19-20; 12:2-3). Tal vez le
interese menos al autor probar que Cristo apren-
dió a tener compasión, o que es capaz de sentir
compasión, que mostrar que Cristo dio una prue-
ba evidente de su justicia y obediencia y está por
tanto preparado para reconciliarnos con Dios.
Exhortación — 3:1-4:13
Esta primera parte concluye con una amonesta-
ción extensa y urgente. El hagiógrafo pide a los
hebreos que contemplen a Jesús, que caigan en
12 3
34 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 3:1-4
3 Enconsagrados
consecuencia, hermanos,
a Dios y solida-
sión, como lo fue Moisés en to-
3
da la casa de Dios. Y así es;
rios de una asamblea celeste, pues ha sido juzgado digno de
considerad al apóstol y pontífi- tanta mayor gloria que Moisés,
ce de la fe que profesamos, a cuanto aquel que construyó la
Jesús. 2 El es fiel para con aquel casa supera en dignidad a la
que lo constituyó para esa mi- misma. 4 Todas las casas tienen
la cuenta de su fidelidad, y que bajo esta luz
piensen con seriedad en las consecuencias de la
infidelidad a la vocación, es decir, en las conse-
cuencias de la desobediencia al mensaje de sal-
vación.
i Son hermanos santos porque el llamamiento
de Dios les ha consagrado, sin tener en cuenta
para nada su progreso espiritual personal. Su
llamada celestial es una citación del cielo (cf. 12:
25) para el cielo. Responderán a la citación fijan-
do su espíritu en Jesús. La "profesión de fe"
puede hacer alusión a la profesión de fe que
hicieron en el bautismo, o a la expresión habitual
de su alianza con Cristo, el Sumo Sacerdote Após-
tol, en la adoración cultual pública de la asam-
blea cristiana. Solamente en este pasaje de la
Escritura se le llama a Jesús "apóstol", pero la
idea de Jesús con una misión divina que cumplir
se encuentra en muchos pasajes del Nuevo Tes-
tamento y el mismo Jesús se refiere a esta misión Jn9:7;
17:3
con frecuencia en sus dichos.
2 Jesús muestra principalmente su lealtad a
Dios con la ayuda misericordiosa que nos presta
y con la compenetración con nuestros sufrimien-
tos. Fue Dios el que le hizo Sumo Sacerdote y
Apóstol. Aunque su fidelidad es semejante a la de
Moisés, en cuanto que ambos llevaron a cabo una Jn . 1 ¿ 175
misión en favor de toda la casa de Dios, la su-
pera porque entre Moisés y Jesús se da la gran
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 3:5-8 35
NII constructor, pero el hacedor
de todo es Dios. 5 Moisés fue
sa, casa que somos nosotros, si
firmemente mantenemos la intre-
fiel en toda la casa de Dios, en pidez y el gozo de la esperanza.
7
HU calidad de ministro que da Por lo cual, como dice el Es-
tcNtimonio sobre la verdad de píritu Santo:
las revelaciones futuras. 6 En Hoy, si escucháis su voz,
8
cambio, Cristo es fiel en su ca- no os obstinéis en vuestros
lidad de Hijo al frente de su ca- corazones
diferencia que media entre el Hijo y el siervo.
"Casa" se refiere al pueblo de Dios, a la nueva
familia de Dios que sucedió a Israel; Jesús mis-
mo emplea la metáfora de la edificación con este
sentido, cuando habla de edificar su Iglesia, es
decir, su grupo de discípulos. Mti6:ií
3-4 Jesús es el constructor de la nueva familia y
pueblo de Dios, del mismo modo que Dios es el
constructor de "todas las cosas", las realidades
celestiales que Cristo ha recibido ya en herencia
y que sus hermanos van a heredar al final de la
peregrinación terrena. Moisés no fue el construc-
tor de la casa primijtiva que prefiguraba al pue-
5 blo cristiano. El era solamente un siervo; su pa-
pel consistía simplemente en señalar al futuro.
6 Moisés prefiguró la fidelidad de Cristo, pero
Cristo es el Hijo por encima de su propia casa,
la que él mismo construyó. Nosotros somos esa
casa, con tal que como creyentes expresemos
nuestra confianza y nuestra gloriosa esperanza
con una profesión de fe gozosa y valerosa en
compañía del resto de la comunidad cristiana.
La confianza (parrhesia) es mucho más que una
actitud subjetiva. Es el don que nos autoriza a
acercarnos a Dios como hombres libres, mientras
que antiguamente (2:14 s) éramos esclavos arras-
trándonos ante el diablo. Es un don que podemos
malograr por falta de uso. Si Dios nos ha intro-
 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 3:9-12 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 3:13-17 37
como en aquella rebelión, y dije: Andan siempre des- del Dios vivo. 1 3 Animaos día Hoy, si escucháis su voz,
como el día de la prueba en carriados en su corazón; tras día unos a otros, mientras no os obstinéis en vuestros
el desierto. y no han seguido mis ins- perdura el "hoy", para que nin- corazones
Allí me tentaron vuestros pa- trucciones. guno se mantenga obstinado en como en aquella rebelión,
11
dres Por eso juré en mi cólera:
y me pusieron a prueba, Jamás entrarán en mi des- la seducción del pecado. 14 Por- 16
¿Quiénes se rebelaron después
después de haber visto mis canso. que tenemos parte con Cristo, si de oída la palabra de Dios? ¿No
obras retenemos firmemente hasta el fueron acaso todos los que sa-
durante cuarenta años. 12
Mirad, hermanos, que no ten- fin nuestra confianza primera. lieron de Egipto a las órdenes
15
Por eso me irrité contra es- ga nadie un corazón malo e in- Así se dice: de Moisés? 17 ¿Contra quiénes
ta generación; crédulo, que lo lleve a apartarse
sea tan perverso que se niegue a escuchar la voz
ducido en su familia, ¿no debemos aprovechar 13 del Dios vivo. Pero no está perdido todo todavía.
todas las oportunidades que se nos presenten Estamos todavía en el "hoy", el período en el que
para mostrar ante todos nuestro orgullo por per- Dios os llama y os avisa, así que animaos unos
tenecer a ella? a otros a escuchar su palabra y a obedecer el
"Por lo cual" no debemos ser infieles o deslea- mensaje de la salvación cristiana. De otra forma,
les porque somos de Cristo y El es fiel. La ver- el pecado os seducirá, como sedujo a Eva, y resis-
dad y la actitud cristiana se describe empleando tiréis a la citación del cielo.
una vez más una cita del Antiguo Testamento. 14 Somos compañeros de Cristo, como los israe-
El salmo 44, que todavía se usa como invitación litas lo fueron de Moisés, pero solamente (v. 6)
para oír la palabra de Dios en el Oficio Divino, si continuamos avanzando por la senda que se
tal vez se empleara ya en estos años primitivos nos abrió en el bautismo. El comienzo, la pro-
con el mismo fin, al menos ocasionalmente. Se fesión bautismal, contiene el fin, la posesión com-
cree que las palabras van dirigidas directamente Ap3:20 pleta de la herencia, pero solamente llegaremos
a la comunidad cristiana. Se ha de sobreenten- al final si nos mantenemos con perseverancia
der "como la mayoría de vosotros la oirá cierta-
mente" después de "su voz" en el versículo 7. 15-18 como en los principios. ¿"Quiénes se rebelaron
Endurecer el corazón, causar enojo (o exaspe- después de oída la palabra de Dios? ¿No fueron
rar), tentar, intentar, probar, todas estas pala- acaso todos los que salieron de Egipto a las órde-
bras no son sino medio de expresar la misma ac- nes de Moisés? ¿Por qué la generación escogida, 1 Cor
10:1 ss
titud básica de deslealtad e infidelidad, flojedad el pueblo y la casa primitiva de Dios, dejaron de
en el servicio de Dios, falta de atención a su vo- entrar en el Descanso, la tierra prometida de
luntad, apego a cosas que no son Dios y su mun- Canaán? La única respuesta es que fueron evi-
do invisible. dentemente infieles y estaban indispuestos es-
piritualmente para entrar porque dejaron de oír
Se explica la lección palabra por palabra: te- la voz divina que les llamaba. Rechazaron la lla-
ned cuidado, es posible que algunos de vosotros mada y fueron desheredados.
38 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 3:19 — 4:1-3
se irritó Dios por espacio de cua-
renta años? ¿No fue acaso con-
tra los que pecaron y cuyos ca-
dáveres quedaron por el desier-
to? 1 8 ¿Y a quiénes sino a los
rebeldes juró que no entrarían
en su descanso? 19 Y efectiva-
mente, vemos que no pudieron
entrar debido a su incredulidad.
Temamos, pues, que alguno
4 de vosotros piense haber lie-
gado demasiado tarde, cuando
aún está en vigor la promesa de
entrar en su descanso. 2 Lo mis-
mo que ellos, hemos recibido
también nosotros esta buena nue-
va; y a ellos no aprovechó la
palabra oída, por no haberse
unido por la fe a quienes la si-
guieron. 3 Entramos, pues, en el
reposo los que hemos creído, se-
gún está dicho:
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 4:4-7
Como juré en mi cólera:
Jamás entrarán en mi des-
canso
* No entrarán en mi descanso.
Y eso que las obras de Dios es-
tán ya acabadas desde la crea-
ción del mundo. 4 Üice también
en un pasaje, refiriéndose al día
septimo:
Y descansó Dios al día sép-
timo de todas sus obras.
39
5
Y nuevamente en el pasaje en
cuestión:
6 P o r lo t a n t o c o m o faltan al u
S "
nos
P ° r entrar en este reposo, y
como no entraron por su desobe-
diencia los que primero recibie-
ron la buena nueva, 7 Dios se-
ñala de nuevo un día: "Hoy",
declarando por David después de

4:1 Lo mismo puede sucedemos. Podemos también
ser descalificados por causa de la infidelidad. Se-
remos descalificados, si damos pruebas con nues-
tra conducta de infidelidad. Es muy poco proba-
ble que el sentido del versículo sea un intento
2 de levantar a los hebreos de una desesperación
prematura. Pero si este es el sentido, el versícu-
lo 2 significaría: "Todavía estáis a tiempo. Dios
todavía está llamando". Es más probable que el
sentido sea "Dios nos está hablando". Si dejamos
de oír su voz, será por la misma razón de los ju-
díos en el desierto, porque no estamos unidos por
la fe con aquellos que oyen su voz. Los judíos
que se perdieron en el desierto, los que dejaron
de entrar en el Descanso de Canaán, eran hom-
bres que no estaban unidos por la fe con los que
oyeron la voz de Dios, como Moisés, Josué, Caleb.
Los incrédulos no entran en el Descanso. Si
tenemos fe para comprometemos con lo invisi-
ble, estamos en el camino del Descanso, el "todas
las cosas", "el mundo venidero", la verdadera
creación que ha sido ya nuestro destino según el
plan de Dios para con nosotros. Solamente si vi-
vimos de la promesa será posible conseguir lo
prometido. Nuestro progreso hacia Dios queda
marcado por la aceptación por nuestra parte de
lo que El prometió —bajo la forma de una ulte-
3 rior promesa—. En nuestra presente condición
se nos concede gustar del descanso de Dios, es-
pecialmente en nuestros actos de culto comunes,
donde la unión de fe se expresa por la reunión
de los compañeros de peregrinación, los miem-
bros de la familia de Dios. Dios nos está dicien-
do todavía que los desobedientes, los duros de
corazón, los cismáticos, los infieles no entrarán
nunca en su Descanso. Este ha estado en la exis-
tencia desde la fundación del mundo, pero sola-
mente descansarán en él definitivamente los que
ahora ya descansan en él por la esperanza.
< Una vez más la fórmula introductoria es vaga, Gen 2:2
probablemente porque no se pueden atribuir las
palabras a Dios. El autor está considerando
ahora tres Descansos Escriturísticos diferentes:
5-9 1) el de Canaán después del Éxodo; 2) el des-
canso del séptimo día; 3) el descanso eterno
de Dios; los dos primeros señalan al tercero. Dios
desea que participemos de su Descanso y esta es
la razón por qué, incluso después que la genera-
ción del Éxodo hubiera sido excluida por su in-
credulidad, continúa hablando Hoy. Si se hubie-
40 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 4:8-11 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 4:12-14 41

tanto tiempo lo que arriba que- habría hablado de otro día.
9
da dicho: Concluímos, pues, que queda
Hoy, si escucháis su voz, u n re 0S0
P sabático para el pue-
no os obstinéis en vuestros bl
° de D,os- Y a ue1
1 ' <»ue.ha
corazones. entrado en el reposo de Dios,
descansa también de sus obras,
8
Si Josué hubiera introducido a como Dios descansó de las su-
los israelitas en el descanso, yas. 1 ] Démonos, pues, prisa por
Dios, después de lo dicho nu entrar en aquel descanso, no sea
ra dado el descanso verdadero a los israelitas
que entraron en Canaán bajo Josué (en griego
"Jesús", el Jesús terrenal), no tendría sentido
hablar, tantos años después, del Descanso en la
forma que lo hace el salmo 94. Se abre una posi-
bilidad para el verdadero pueblo de Dios de al-
canzar ese Descanso y de celebrar el sábado eter-
no del cielo.
La entrada de Josué en la tierra prometida era
algo así como la entrada del sumo sacerdote en
el Santo de los Santos, una simple reproducción
10 y copia terrena de la verdadera entrada en el
verdadero Descanso, al que se intentaba señalar.
El verdadero Josué ha entrado ahora en el des-
canso celestial, donde también él descansa de sus
11 trabajos. Debemos seguir a nuestro guía en ese
Descanso; si tomamos otra senda o seguimos a
otro guía, ese Descanso nunca será nuestro.
12-13 un breve himno a la palabra (logos) de Dios
finaliza esta primera parte. Parece planeado para
unir el fin con el principio (1:1 ss). El mensaje de
Dios a nosotros en Cristo queda fuertemente
marcado como el tema predominante de toda
esta parte. Se describe a la palabra como algo
vivo, que tiene el poder de penetrar en los re- ,s1l¿f¿
ductos más íntimos de nuestro ser espiritual, de- jn6:64
que alguno caiga imitando el y los tuétanos; y juzga de las in-
mismo ejemplo de desobedien- tenciones y sentimientos del co-
cía, razón. 1 3 N o hay cosa creada
12
Que la palabra de Dios es que se sustraiga a su presencia;
viva, eficaz y tajante más que y todo está desnudo y al descu-
espada de dos filos; penetra has- bierto a los ojos de aquel a quien
ta la separación del alma y del hemos de rendir cuentas,
espíritu, hasta las articulaciones 14
Teniendo, pues, un gran
jando desnuda nuestra alma y juzgando todos
los secretos de nuestra vida. La palabra de Dios
nos está juzgando ahora y nos juzgará al final.
Casi se identifica a la palabra con el mismo Dios.
El lenguaje en este pasaje es muy parecido al
de Filón, pero el pensamiento es completamente
bíblico, y el autor aquí como en otros pasajes se
abstiene de llamar a Cristo la Palabra; tal vez lo
haga así para evitar cualquier clase de confusión
con el misterioso Logos de Filón, al que el autor
judío da el título de sumo sacerdote. El juego de
palabras de la última parte se pierde en la tra-
ducción: "a los ojos de aquel (el logos de Dios)
a quien hemos de rendir cuentas (logos)"; nues-
tro logos tiene que darse al Logos.
II. —EL CAMINO VIVO Y LA VIDA
DE CULTO
Heb 4:14-10:31
Esta parte central de la epístola contiene tres
exhortaciones (4:14-16; 5:11; 6:20; 10:19-31). La
segunda interrumpe el desarrollo del tema sobre
Cristo Sumo Sacerdote. La primera y la tercera
nos suministran una clave para interpretar la
intención del autor. No se trata ya de prestar
atención a la palabra de salvación, sino de m a n -
42 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 4:15
15
pontífice, que penetró y está en tra profesión de fe. No tene-
los cielos, a Jesús, el Hijo de mos un pontífice incapaz de com-
Dios, mantengamos firme núes- padecerse de nuestras debili-
tener por encima de todo nuestra profesión de
fe (homología) y de acercarnos al trono de la
gracia. La profesión sugiere una expresión litúr-
gica solemne de homenaje a Cristo durante la
asamblea cultual pública de la comunidad. La
fidelidad a esta profesión no sólo garantiza una
futura entrada en el mundo celestial, sino que
también capacita a los fieles a entrar incluso aho-
ra en el santuario celestial y acercarse al trono
de la gracia de Dios. Del mismo modo que llama-
mos a una carretera con el nombre de la ciudad
a la que conduce, el camino al cielo es ya el
mismo cielo. Este acercamiento al trono de la
gracia (4:16; 10:22; cf. 7:19-25) puede que haya
sido sugerido por el simbolismo de una ceremo-
nia litúrgica.
El interés del predicador parece centrarse en
esta parte en la liturgia de la comunidad que
sigue a la liturgia de la palabra. Uno de sus fines
es mover a los oyentes a celebrar esta liturgia
de forma que la entiendan y les sea útil. Sus
exhortaciones no reflejan ninguna ansiedad so-
bre la atracción indebida que las ceremonias ju-
días pudieran ejercer en el ánimo de los hebreos.
Parece preocuparse más bien por la indiferencia
y debilidad de espíritu, manifestadas especial-
mente en la flojedad con la que los miembros de
la comunidad asistían a las asambleas cultuales
públicas. La liturgia de la comunidad es una an-
ticipación y preludio sabroso del culto en el san-
tuario celestial. Por tanto está marcada con el
sello de la eternidad y asistir a ella con negligen-
cia es una mala señal.
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 4:16 43
dades. Al contrario. El mismo de la gracia. Aquí alcanzaremos
fue tentado en todo a semejan- misericordia y hallaremos gracia
za nuestra, fuera del pecado. para el socorro en el momento
16
Acerquémonos, pues, con se- oportuno,
guridad y confianza a este trono
14-16 "Teniendo" (cf. 8:1; 10:21; 6:19; 13:10) es la
palabra que emplea el autor para describir una
posesión comunitaria en el orden cultual. Nues-
tro Sumo Sacerdote es un "gran" pontífice. Per-
tenece al santuario celestial en el que entró por
la senda que debemos seguir. Jesús, el Hijo de
Dios, es el pontífice celebrante de nuestro culto,
de nuestros ritos. Solamente una atención fiel a
este culto nos asegurará la entrada en el Descan-
so. Jesús no es sólo la posesión más preciosa que
tenemos, sino también la más preciosa que po-
damos imaginar. Su honor y su gloria no son para
sobrecogernos, sino para animarnos. Somos dé-
biles, pero él conoce por experiencia las dificulta-
des y tentaciones con las que tenemos que en-
frentarnos. El mismo las sufrió aunque sin pe-
cado. Nuestro Sumo Sacerdote sabe compadecer- int-.w
se de nosotros en nuestras debilidades.
Por tanto debemos acercarnos con confianza
(cf. 3:6); el trono de Dios es para nosotros un
trono de misericordia y no de castigo. Podemos
confiar en su misericordia, pues nos dará la gra-
cia que necesitamos. El estar sin pecado no es
ningún impedimento para una comprensión to-
tal. Es, en cierto sentido, una condición para una
comprensión más profunda, sólo la persona que
resiste a la tentación conoce toda su fuerza. Todo
el pueblo cristiano puede acercarse a Dios. El
pueblo estaba prefigurado en el Antiguo Testa-
mento por los sacerdotes que podían acercarse al
Santo de los Santos en el santuario terreno. La
44 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 5:1-3
2 ofrecer sacrificios de expiación
5 Todo pontífice, tomado de
entre los hombres, es cons-
ficios por los pecados. El pue-
de sentir compasión hacia los ig-
tituído en favor de los hombres norantes y extraviados, porque
en sus relaciones con Dios, a fin él mismo está rodeado de fragi-
de que ofrezca ofrendas y sacri- lidad. 3 A causa de ella debe
esencia de la vida cristiana está en este aproxi-
marse a Dios de un pueblo sacerdotal que va tras
las huellas del gran Pontífice, Jesús.
Nuestro Sumo Sacerdote — 5:1-10
La descripción de nuestro Sumo Sacerdote,
que comienza en estos versículos, continúa en el
capítulo 7 después de las palabras exhortatorias
de 5:11 a 6:20 que, como decíamos, interrumpen
el tema de Cristo Sumo Sacerdote. Se describen
primero las cualidades y oficio del sumo sacerdo-
te terreno, y luego se muestra cómo Cristo tiene
estas cualidades y este oficio.
1-4 El sumo sacerdote es un hombre llamado por Ex 28:1
Dios para ser mediador entre Dios y los hombres.
El presenta a los hombres ante Dios, ofreciendo
sus sacrificios y sus dones en expiación de sus pe-
cados. Le es necesario ser comprensivo e indulgen-
te. Un sacerdote humano de esta clase conoce su
propia debilidad y por tanto le resulta fácil sentir
compasión por el ignorante y el descarriado, es
decir, prácticamente por los que cometen pecado
por debilidad o por ignorancia pero no por sober- Num
bia. De hecho el texto dice que el sumo sacerdote 1 5 : 2 2 QJ
está revestido de debilidad; tal vez sea esto una 17:2-13
alusión a las vestiduras sacerdotales que en el
Judaismo tardío habían llegado a simbolizar al Sab
mundo. El sumo sacerdote está también seguro 18:24
de que la Ley le exige ofrecer sacrificios de ex-
piación por sí mismo y por el pueblo. El Nobis
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 5:4-5 45
llamado por Dios, lo mismo
de los pecados, tanto por los del
pueblo como por los suyos pro-
exactamente, que Aarón. 5 Así
tampoco Cristo se dio a sí mis-
pios. 4 Nadie se arroga este ho- mo la gloria de su pontificado;
ñor. Sólo lo toma aquel que es la recibió de aquel que le dijo:
guoque peccatoribus de nuestra Misa es prima-
riamente una oración por el celebrante y sus
acólitos.
5
-6 La Escritura pone en claro que Cristo tuvo Jn
también su llamada sacerdotal. El salmo citado " i 2?»
primero por el hagiógrafo no hace mención del
sacerdocio, pero el autor inspirado interpretó
probablemente la declaración de la filiación como
una llamada al sacerdocio. Pablo usa el mismo
texto (Hech 13:33) al hablar de la resurrección Sal 2:7
de Cristo en conexión con su exaltación celestial;
también parece que es la razón fundamental de
Rom 1:3 s. Según el capítulo 10, versículos 5 al 10,
Cristo fue sacerdote desde el primer momento de
su encarnación, pero este sacerdocio, como la
filiación en Pablo, es incomprensible si se con-
sidera aparte de la exaltación celestial. La mi-
sión y obra sacerdotal del Hijo es llevar la huma-
nidad al Padre. Por tanto la proclamación divi-
na del sacerdocio de Cristo tuvo que hacerse en
el cielo después de la exaltación gloriosa. Es en-
tonces cuando puede considerarse a Dios dicien-
do : "Yo te he engendrado hoy" y "Tú eres sacer- Sal
dote para siempre". La segunda cita muestra que '
Cristo es un sacerdote eterno del mismo tipo que
Melquisedec.
7
Se nos ha mostrado el derecho que tenía Cris-
to al sacerdocio. Ahora se nos muestra su ofreci-
miento sacerdotal hecho en los días de su vida
mortal (lit. "en los días de su carne"). El sumo
sacerdote ofrecía dones y sacrificios por los pe-

46 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 5:6-7
Hijo mío, eres tú. Yo te he Tú eres sacerdote para siem-
engendrado hoy. pre a semejanza de Melqui-
6 sedec.
Y como también se expresa en
7 y fue escuchado en atención a
otro pasaje: En los días de su vida mortal
cados (v. 1). Jesús también hizo su ofrecimien-
to — oraciones y súplicas acompañadas de pode-
rosos clamores y lágrimas. Lo que se describe
no es precisamente un episodio fortuito de la
vida terrena de Jesús, sino más bien toda la pa-
sión integrada en un abrumador acto de interce-
sión. El predicador y los oyentes sabían todos los
detalles de la pasión. Jesús se exhibe en un su- Le
frimiento extremo y en la muerte, pero este su- 19:^{
frimiento y agonía son sacerdotales, como lo es 27:46-50
su entrega, que es mucho más que la entrega pri- 12.2y"
vada de un adorador individual de Dios.
No está afirmado que Cristo pidiera a Dios
que le librara de la muerte, sino solamente que
ofreció oraciones de petición a Dios, por cuyo
poder iba a verse libre de la muerte. El escritor *-c
no puede querer decir que el sumo sacerdote hizo : 8-9
una oración condicionada a la liberación de la
muerte. El Hijo sabe todo lo que implica su mi-
sión (2:9-10; 14-15; 12:2) y lo ha aceptado de
antemano. Tiene que haber una relación entre
la petición y la misión sacerdotal, ya que la pe-
tición se dirige al cielo con un sentido de inter-
cesión. Tal vez lo que Jesús pidió fue el ser leal
a la misión que iba a terminar con su proclama-
ción como Sumo Sacerdote del nuevo pueblo de
Dios. Se hace constar que fue oido, que su peti-
ción fue concedida.
Aunque no faltan otras traducciones, la tra-
ducción correcta es probablemente la que acaba-
mos de dar: "y fue escuchado en atención a su
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 5:8-9 47
ofreció él oraciones y súplicas su piedad. 8 Así, a pesar de ser
con poderoso clamor y lágrimas Hijo, aprendió en sus padeci-
a aquel que tenía poder para mientos la obediencia; 9 y, con-
salvarlo de su condición mortal; sumado en gloria, vino a ser cau-
sa de salud eterna para todos
piedad (sumisión reverente)". La petición fue es-
cuchada precisamente por la actitud religiosa in-
comparablemente profunda de este Sacerdote su-
plicante. Desde el mismo principió (10:5-10) había
aceptado el plan divino de que seria muerte de la
muerte pasando por la muerte. Su inmersión en
el agua el día de su bautismo en el Jordán, fue Mt
una anticipación simbólica de su muerte a todas 3:13'1y¿
las cosas, y su salida del agua fue un símbolo de 10:38
su resurrección; fue precisamente al salir del
agua cuando se le dirigieron las palabras de
"Hijo". Porque, en el plan de Dios, su muerte y
su resurrección tenían que ser la condición y
fuente de salvación para todos. Dios le oyó, resu- Mt
citándole de la muerte y dándole todo poder en 2?;l5i
el cielo y en la tierra. jn 3-35
El sufrimiento de Jesús en Hebreos parece re-
ferirse en general a su muerte. Probablemente
este es el caso aquí. La agonía y el aprendizaje
son probablemente simultáneos. Hay un estrecho
parecido con Flp 2:5-11, especialmente en el én-
fasis con que se habla de la obediencia. El Hijo
aprende el valor que el Padre da a la obediencia
y lo que cuesta la misma obediencia. Así, una vez
que ha sido consumado (2:10; Jn 19:30) e insta-
lado como sumo sacerdote como resultado de su
muerte, invita a todos sus hijos a morir, a obe-
decer, a seguir la senda que él siguió. El que fue
una vez suplicante recibe ahora nuestras peticio-
nes, porque por su muerte ha llegado a ser la
causa de la eterna salvación de los hijos. Cuan-
48 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 5:10-12
los que le obedecen; 1 0 y fue perezosos para entender. 3 2 Y
proclamado por Dios pontífice a así es. Debiendo ser ya maes-
semejanza de Melquisedec. tros con el tiempo que lleváis,
11
Tenemos mucho que decir tenéis de nuevo necesidad de que
de este tema; y es difícil de ex- se os enseñen los primeros ru-
plicar, porque os habéis vuelto dimentos de los oráculos divi-
d o n u e s t r a p e t i c i ó n es s e m e j a n t e a la suya, la
escucha y nos capacita a vivir y a morir como él.
La mención explícita de la proclamación en la
que se declara a Jesús Sumo Sacerdote, tal vez
indique que el "consumado" del v. 9 no lleva con-
sigo necesariamente la idea de consagración
sacerdotal (cf. 2:11).
Exhortación — 5:11-6:20
Es la más extensa de todas. Al acabar, el autor
vuelve a seguir el hilo de su discurso dejado
en 5:10.
Es su forma de hacer alusión a un tema antes
de comenzar su análisis. Con todo, aquí nos en-
contramos con algo más que un mero recurso de
estilo. El predicador realmente siente que sus
oyentes no están preparados para oír el tema que
tiene pensado desarrollar. Está a punto de co-
menzar dicho tema capital, y los hebreos presta-
rán más atención si se les recuerda su falta de
preparación.
11 Los hebreos han dado pruebas de ser oyentes
desilusionados de la verdad; en lugar de estar
cada día más ansiosos por su estudio han perdi-
12 do el gusto por él. Una mayor dedicación al estu-
dio y ya hubieran llegado a ser unos verdaderos
maestros. En lugar de eso, parece que necesitan
aprender una vez más el abecedario cristiano, el
que se les dé leche como a niños; al menos pa-
EPISTOLA A LOS HEBREOS 5:13 — 6:1 49
nos. Porque os habéis vuelto ta- es propio de perfectos, de aque-
les que necesitáis leche y no líos que por la costumbre tienen
manjar sólido. 1 3 Quien se ali- sus facultades ejercitadas para
menta de leche, no es capaz de discernir el bien y el mal.
entender la doctrina de la san- / Por eso, dejando a un lado
tidad, porque es todavía un niño. L) lo elemental de la doctrina
14
En cambio, el alimento sólido de Cristo, vengamos a tratar de
rece que no se encuentran dispuestos a digerir
13 el manjar sólido de los creyentes maduros. Los
cristianos que sólo se alimentan del alimento de
los niños nunca conocen el sentido real de la
vida cristiana ("la doctrina de la santidad"). En
lo que respecta a su vida religiosa son infantes.
1* La teología de Cristo Sumo Sacerdote es un
alimento espiritual e intelectual fuerte que sólo
viene bien a los "perfectos" ("maduros"), los cris-
tianos religiosamente adultos que son conscien-
tes de su responsabilidad y dignidad como miem-
bros del nuevo pueblo sacerdotal de Dios. Sus
facultades religiosas tienen que ejercitarse y de-
sarrollarse con el uso y entonces podrán apreciar
la doctrina que el predicador siente que es nece-
sario exponer. "El bien y el mal" probablemente
significa "lo verdadero y lo falso" o "lo superior
y lo inferior".
6:1 "Por eso", es decir, porque se han desarrollado
blanda y flojamente al permanecer demasiado
tiempo en un estadio elemental, porque no son
los cristianos que deberían ser, deben acompañar
al predicador en su meditación sobre cosas más
perfectas: en la consideración de Cristo como
Sumo Sacerdote. No es ocasión de poner de nue-
vo los cimientos, de tratar de las materias pro-
pias de una formación catequética elemental. Los
temas catequéticos están agrupados en tres partes.
1) "Arrepentimiento de las obras muertas"
12 4
50 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 6:2-4
lo que es perfecto. No volvamos de las manos, la resurrección de
a tratar de los artículos funda-
3
los muertos y el juicio eterno,
mentales, como son: El arrepen- Y lo vamos a hacer con la gra-
timiento de las obras muertas y cia de Dios. ' l'or lo que se re-
la fe en Dios, 2 la doctrina so- fiere a los que una vez han sido
bre los bautismos e imposición iluminados, que gustaron el don
significa un alejarse de las antiguas prácticas
religiosas débiles, fueran o no fueran judías; "la
fe en Dios" parece significar la vuelta al único
Dios y se ajusta mucho más a los gentiles que a
los judíos.
2 2) "La doctrina sobre los bautismos" enseña
todo lo referente a la distinción entre el rito cris-
tiano y otras abluciones religiosas o al significa-
do de las (¿tres?) inmersiones del bautismo cris- Hech
tiano; "la imposición de las manos" se refiere al 8:1
^„sf¿
rito por el que se confería el Espíritu Santo. 19:6
3) "La resurrección de los muertos" es una
doctrina a la que la epístola presta poca aten-
ción. Ni la resurrección de Cristo ni la nuestra
se ofrecen con gran relieve. Por el contrario, "el
juicio eterno" nunca está ausente por mucho
tiempo de la mente del autor (4:13; 6:8; 9:27;
3 10:26, 29, 31; 11:6; 12:29). Luego vuelve a afirmar
su intención; está decidido a llevarles, junto con
él, a cosas más elevadas, es decir, a una reflexión
sobre Cristo "nuestro" Sumo Sacerdote.
* Sin embargo, lo primero que hace es darles
un aviso más solemne seguido de unas palabras
de aliento aún más urgentes. El aviso (4-8) es
severo. Llamó la atención poderosamente a los
rigoristas de los siglos siguientes que encontra-
ron en él una base para sostener su doctrina en
la controversia sobre la penitencia. Es importan-
te advertir que la epístola en ninguna parte se
enfrenta con el problema de un pecador arrepen-
EPISTOLA A LOS HEBREOS 6:5-6 51
celestial, que se hicieron partí- bra de Dios y la virtud del
cipes del Espíritu Santo, 5 y que " e ó n " futuro, 6 pero luego ca-
gustaron la dulzura de la pala- yeron en la apostasía; es impo-
tido que busca ser admitido de nuevo a la comu-
nión con la Iglesia. El punto de vista es comple-
tamente distinto. Los cristianos a los que se di-
rige la epístola no han caído gravemente. El pre-
dicador intenta mantenerles alejados del borde
del precipicio, haciéndoles ver con claridad que
nadie tiene derecho a ser admitido a una segun-
da oportunidad de perdón. Los hebreos se convir-
tieron cuando eran adultos; en su caso "caer gra-
vemente" significaría un cerrar los ojos delibe-
radamente a la luz.
La perspectiva es la de una apostasía final,
pero el interés inmediato del predicador se cen-
tra más bien en las infidelidades deliberadas, que
preparan el camino de la apostasía con un apar-
tarse de Cristo secreto e interior. Apartamiento
sin el que la apostasía formal no se puede enten-
der. La vocación cristiana es algo que se ha con-
fiado a los hebreos durante todo el tiempo de su
vida; si rompen su promesa, deben esperar las
más terribles consecuencias. La iluminación (y
en 10:32) puede muy bien considerarse como una Ef 5:14
forma técnica de llamar al bautismo, aunque se
pueda entender más generalmente de la gracia
cristiana. El gustar del don celestial puede ser
una alusión a la Eucaristía y el hacerse partícipes
del Espíritu Santo a la imposición de las ma-
nos (v. 2).
El "gustar" aquí y en el versículo siguiente tal
vez se derive del salmo 33:9; el salmo, a juzgar
por lo mucho que se cita en la primera epístola
de Pedro, puede que haya sido empleado bastan-
52 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 6:7
sible volverlos a renovar en el Dios y lo exponen a pública
arrepentimiento; crucifican de afrenta. 7 La tierra que absorbe
nuevo por su cuenta al Hijo de la lluvia que una y otra vez cae
te primitivamente en el rito del bautismo cristia-
5 no. El gustar la dulzura de la palabra de Dios
sugiere una apreciación inteligente y amorosa
de la salvación ofrecida en Cristo, y el gustar de
los poderes del mundo futuro, la experiencia
consciente de ser elevado de este mundo y de
esta edad al reino celestial. Todo el verso parece
describir la emoción del culto en la asamblea
cristiana. El entusiasmo que el predicador pone
en la descripción de la iniciación cristiana y en
la vida cristiana del culto de la comunidad, re-
fleja su propia experiencia, pero presupone que
los hebreos comprenden también el gozo que hay
en creer. En ninguna otra parte se describe con
tanta viveza y emoción la belleza fresca y la no-
vedad divina de la existencia cristiana.
6 El hombre que ha gustado el cielo y le ha
vuelto la espalda no puede renovarse de nuevo
por medio de la penitencia. La imposibilidad no
se deriva de la falta de eficacia de la gracia de
Dios, directa o indirectamente a través de la Igle-
sia, sino del estado interior de semejante perso-
na, que ha apagado la luz y ha roto por completo
con nuestro Sumo Sacerdote. Sus acciones mani-
fiestan su intención deliberada de alinearse con
los que crucificaron a Cristo y se burlaron de él.
El "de nuevo" en la frase "crucifican de nuevo"
debería omitirse con toda probabilidad.
Se da por supuesto un conocimiento detalla-
do de la vida y muerte de Cristo. El autor ve el
drama de la pasión de Cristo como si se repre-
sentara cada día; diariamente se nos invita a
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 6:8-10 53
sobre ella, y da frutos valiosos modo, carísimos, confiamos y es-
para quienes la cultivan, recibe peramos de vosotros una sitúa-
las bendiciones de Dios. 8 Pero ción mejor y que dé garantías
la que da espinas y abrojos es sobre la adquisición de vuestra
inútil, y está próxima a ser mal- salud. 1 0 Que no es Dios injus-
decida; su fin será el fuego. to para olvidar vuestra obra y
9
Aunque hablamos de este la caridad que mostrasteis por
escoger entre ser crucificados con Cristo o cruci-
ficarle. Los versículos 4-6 están cuidadosamente
construidos para que produzcan la máxima im-
presión; es como si fuéramos testigos de cómo
Jesús devolvía la vida a Lázaro y luego, poco des-
pués, Lázaro se suicidara. ¿Esperaremos que Je-
sús vuelva a resucitarle por segunda vez de entre
los muertos?
7-8 Las palabras de esta corta parábola nos re-
cuerdan el Génesis (Gen 1:3), las ideas de Isaías
(Is 5:1-7). La conclusión es que semejantes perso-
nas sólo distan un paso de la maldición final. El
predicador parece que no tiene ninguna esperan-
za de que sus palabras lleguen a conmoverlos, pero
un solo paso es suficiente para que Dios les cam-
bie por un milagro de su gracia.
9 Precisamente cuando pensamos que el predi-
cador está a punto de perder toda la confianza
en su auditorio, cambia el tono de su amonesta-
ción por completo. Son sus "carísimos" y no pue-
den catalogarse entre los que crucificaron a Cris-
to y se burlaron de El. Sus palabras severas no
significaban que él no esperara grandes cosas de
ellos. De hecho, está completamente cierto de que
gozan de una espiritualidad relativamente bue-
10 na, de que están en el camino de la salvación. Su
confianza queda justificada por las obras de mi-
sericordia pasadas y presentes en favor de los
santos, es decir, por sus hermanos cristianos ne-
54 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 6:11-14
su nombre, al prestar ayuda a quienes por su fe y constancia
los fieles y al continuar ahora heredan las promesas,
su asistencia. 11 Deseamos, con 13
Así sucedió con Abrahán.
todo, que cada uno de vosotros Dios, al hacerle las promesas,
muestre hasta el fin el mismo in- como no podía jurar por otro
teres por la plena realización de mayor, juró por sí mismo, di-
la esperanza. 1 2 N o os hagáis ciendo:
14
perezosos sino imitadores de Te colmaré de bendiciones
cesitados. Se puede contar con que Dios en su
justicia les premiará por sus obras de misericor-
dia y les preservará de caer en la apostasía. El
Concilio de Trento cita este texto, juntamente
con 10:35 y 2Tim4:8, para fundamentar la doc-
trina católica sobre el mérito.
n-12 ¿Seguirán los hebreos en este camino del
amor? Ciertamente, con tal que cada uno mues-
tre hasta el fin el mismo interés e imiten la fe
heroica y la esperanza paciente de los que here-
dan (mejor que "heredarán") las promesas. Pa-
rece (pero cf. 13:7) que se alude a los héroes de
la fe descritos en el capítulo 11. Estos viejotesta-
mentarios peregrinos del absoluto se contenta-
ban solamente con dejar que Dios actuara en el
tiempo exacto que se escogiera, mientras ellos
erraban de un lado para otro en este mundo ex-
traño. Solamente tenían ojos para lo invisible, y
por tanto estaban ya en posesión de las cosas que
Dios había prometido, aunque lo que poseían en-
tonces no era sino una preparación y una sombra
de las cosas mejores que poseemos nosotros.
13-1* Sólo se menciona aquí a Abrahán como here- JJen
dero de las promesas. La promesa citada aparece 22:16
en el Génesis después del sacrificio de Isaac y es
el premio de la fe obediente de Abrahán. Sola-
mente después de un largo periodo de espera
pudo Abrahán ver la promesa cumplida en el na-
EPÍSTOLA A LOS* HEBREOS 6:15-18 55
y te multiplicaré extraordi- concluye todos sus pleitos y les
nariamente. sirve de garantía. 1T Por eso
Dios quiso demostrar con más
15
Y así, Abrahán, perseverando claridad a los herederos de la
con toda constancia, obtuvo la promesa lo irrevocable de su de-
promesa. 1 6 L o s hombres juran cisión; y empeñó su palabra con
por otro mayor; y el juramento juramento. 1 8 Así, por dos he-
15 cimiento de Isaac. Se dice más adelante (11:13,
39) de los héroes de la fe que murieron sin reci-
bir las promesas, pero aquí se dice de Abrahán
que recibió lo prometido. El autor no ve ninguna
contradicción en esto. Está convencido de que
cualquier cumplimiento terreno de la promesa
divina debe verificarse en forma de otra prome-
sa. Los patriarcas, cuando se posesionaron de la
tierra prometida de Canaán, no quedaron satis-
fechos. Solamente se sintieron estimulados a de-
sear más ardientemente la verdadera tierra pro-
metida (11:13-16).
16-18 Cuando Dios hizo su promesa a los herederos
de la promesa, el fiel de los dos testamentos, la
confirmó con un juramento. Este es el modo de
proceder de Dios para darnos a conocer, lo más
solemnemente posible, míe podíamos contar con
que cumpliría lo prometido. De esta forma nos
animó del modo más eficaz a adherirnos a la
promesa puesta delante de nuestros ojos. El pa-
réntesis "los que buscamos refugio" probable-
mente es una descripción de la situación cristia-
na permanente; el ser cristiano implica una
renuncia a todas las esperanzas mundanas. Los
hebreos comprendieron su "convocación celeste"
(3:1) cuando hicieron suya la esperanza de los
goces eternos del cielo. Pero existe un peligro
siempre presente de debilitarse en la esperanza
y de comprometerse poco a poco con el mundo,
56 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 6:19-20 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 7:1-3 57

chos irrevocables, en que no ca- ta es el áncora firme ,y segura pontífice para siempre a seme- de todo. Pues bien, primeramen-
be mentira por parte de Dios, de nuestra alma, que penetra janza de Melquisedec. te, según se interpreta su nom-
cobramos más ánimos nosotros hasta el interior del santuario, P
7 Y así fue en efecto Melqui- bre, es rey de justicia; y segun-
los que buscamos refugio en él, a la otra parte del velo. 2 0 Allí sedec, rey de Salem, sacer- do, es rey de Salem, esto es, rey
para asirnos fuertemente a la es- entró como precursor en benefi-
peranza que nos propone. 1 9 Es- ció nuestro Jesús, constituido dote del Dios Altísimo, que sa- de paz. 3 Aparece sin padre, sin
lió al encuentro de Abrahán, madre, sin árbol genealógico; no
cuando éste volvía de derrotar a se indica ni el comienzo ni el
poniendo parte —así creemos, pero realmente
toda— de nuestras esperanzas, una vez más, en Mt6:24 los reyes. Bendijo a Abrahán, final de su vida; pero, verdade-
2
los goces ilusorios de este mundo de sombras. y recibió de éste los diezmos ra figura del Hijo de Dios, per-
19-20 se describe a la esperanza con la imagen de todos los creyentes podemos y debemos seguir al
áncora del alma cristiana. No es fácil imaginar Sumo Sacerdote. Al hacer la carrera por nosotros,
cómo se lanza un áncora hacia arriba, pero los nos dejó al descubierto el rumbo a seguir.
griegos ya empleaban la imagen del áncora como
un símbolo de la esperanza humana, y los Padres Melquisedec y Cristo — 7:1-28
se regocijaban con la paradoja de esta áncora
lanzada hacia el cielo en vez de a lo profundo Todo el capítulo exalta el sacerdocio de Melqui-
del mar. El cristiano es ahora un navegante cuyo sedec, que es el de Cristo. Esto significa que per-
barco está amenazado por una tempestad. Barco tenecemos a un nuevo orden de promesa. Es un
que se salva del naufragio con esta áncora que lo orden mejor porque el pecado y la muerte, que
atraca al cielo en vez de a la tierra. Se dice del mantenían al hombre enraizado en este mundo,
áncora que llega hasta más allá del velo. Es como han sido arrancados por la obra sacerdotal de
nuestro predecesor, Jesús, que pasó al otro lado Cristo. Todas las palabras de aliento y de repro-
del velo por nosotros (cf. Jnl4:2). El asirse al che del predicador tienen la finalidad de pre-
áncora es prácticamente como asirse a Jesús, parar a los oyentes para que penetren en el espí-
nuestro Sumo Sacerdote. ritu de esta doctrina.
La mención del velo, cuyo doble terreno es el No hay duda de que la liturgia se dirigía a
velo que separa la primera tienda del Santo de veces a Cristo como Sumo Sacerdote; al menos
los Santos en el santuario —tabernáculo del Éxo- no tenemos ningún indicio de que este título
do— nos vuelve a llevar al tema de Jesús, el Sumo fuera poco conocido de los hebreos. Da expresión
Sacerdote, pues solamente el Sumo Sacerdote a la persuasión común cristiana de que la obra
(9:7 s) tenía permiso para pasar al otro lado del de Cristo nos había purificado de nuestros pe-
velo interior. En el Antiguo Testamento el pue- cados.
blo nunca seguía al Sumo Sacerdote dentro del Vamos a penetrar ahora más profundamente
tabernáculo, pero los sacerdotes, que prefigura- en el misterio examinando a la figura de Melqui-
ban al nuevo pueblo sacerdotal, podían penetrar sedec descrita en Gen 14 a la luz del salmo 109, 4:
en la antecámara del Santo de los Santos. Ahora "Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de
58 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 7:4-7
manece sacerdote para siempre.
esto es, de sus hermanos; y eso
4
Considerad cuan grande era que también éstos pertenecen a
este hombre, a quien Abrahan, la misma descendencia de Abra-
con ser el patriarca, dio los diez- han. 6 En cambio aquél, que no
mos de lo mejor del botín. 5 Los se cuenta entre ellos por su ori-
descendientes de Leví, que reci- gen, recibió los diezmos de Abra-
ben el sacerdocio, tienen manda- han y bendijo al depositario de
do por la ley, recibir los diez- las promesas. 7 Está fuera de
mos de los bienes del pueblo, duda que el inferior es bendeci-
"Melquisedec". Estos son los únicos pasajes de la
Escritura que mencionan a Melquisedec. No es el
papel real de Melquisedec en la historia lo que
le interesa al autor, sino solamente el retrato que
hace la Escritura de él, o mejor, ciertos matices
que presenta este retrato.
1-2 Para el autor tiene su significado que Melqui-
sedec sea rey de Salem, porque Salem significa
paz, pero no se preocupa del emplazamiento de
dicha ciudad ni si se debía identificar con Jeru-
salén. Debido a que para él, como en general
para los judíos de su tiempo, Melquisedec signi-
fica Rey de Justicia, el nombre completo, Rey de
Justicia y de Paz, expresa evidentemente una ad-
3 mirable descripción del Sumo Sacerdote desig-
nado para hacer justicia a Dios y dar la paz a
los hombres. Además, puesto que la Escritura de-
clara que este sacerdote del Dios Supremo no
tenía padre, ni madre, antepasados o descenden-
cia, resulta que el Melquisedec bíblico se presen-
ta sin principio ni fin, dibujado según el modelo
del Hijo de Dios. Su sacerdocio es por tanto eter-
no y el Génesis confirma el salmo que llama al
Mesías Sumo Sacerdote para siempre según el
orden de Melquisedec. No se dice nada del ofreci-
miento de Melquisedec.
4 El hecho de que Melquisedec recibiera diez-
EPISTOLA A LOS HEBREOS 7:8-11 59
8 10
do por el superior. Y además Y así es. Porque aún estaba
aquí, quienes reciben diezmos entonces en las entrañas de su
son hombres que van muriendo; padre (Abrahán), cuando Mel-
allí, en cambio, es uno de quien quisedec le salió al encuentro.
.se atestigua que vive. 9 Y, por " P o r consiguiente, si la per-
decirlo así, el mismo Leví, que fección hubiese venido por el
va recibiendo los diezmos, los sacerdocio levítico (pues en él
paga en la persona de Abrahán. se fundaba la legislación del
mos de Abrahán, el patriarca, el primer padre,
hace aumentar considerablemente la majestad
5-10 de Melquisedec. Esto significa que Abrahán reco-
nocía la superioridad de Melquisedec sobre él y
sobre todos sus descendientes. Se han de contar
especialmente entre los descendientes de Abra-
hán los sacerdotes levíticos, que estaban figura-
dos de alguna forma en su antepasado cuando
rindió homenaje a Melquisedec. De modo contra-
rio a Melquisedec, los levitas rezuman caracte-
rísticas mundanas. Deben saber los nombres de
su padre y de su madre y señalar su linaje leví-
tico, porque su llamada sacerdotal está ligada a
la descendencia de Leví.
Estos sacerdotes, a los que la Ley mandaba
pagar diezmos, eran hombres sujetos a la muerte
y su sacerdocio pasajero, en contraste con Mel-
quisedec y Cristo que han sido constituidos sacer-
dotes para siempre. A veces resulta difícil deter-
minar si los rasgos de la descripción de tan gran
sacerdocio se refieren a Melquisedec o a Cristo.
Poco importan estas diferencias al escritor; está
cierto que Cristo posee el sacerdocio real y eter-
no y su interés por Melquisedec se limita a la
luz que la descripción bíblica arroja sobre nues-
tro Sumo Sacerdote. No hay ningún indicio de
que el escritor piense que Melquisedec es una
primigenia encarnación de Cristo, como a veces
60 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 7:12-15
pueblo), ¿qué necesidad había a una tribu distinta de la de Le-
de suscitar otro sacerdote que T Í ; y de ella nadie se ha consa-
fuera a semejanza de Melquise- grado al altar. 1 4 Todo el mun-
dec, y no a semejanza de Aarón? do sabe que nuestro Señor salió
12
Cambiado el sacerdocio, nece- de la tribu de Judá, de la que
sariamente se cambió también la nada habló Moisés referente al
ley. 1 3 Pues bien, aquel, a quien sacerdocio. 1 5 Y esta sustitución
se refiere la Escritura, pertenece de la ley es más evidente toda-
se ha supuesto. Después del versículo 10, Melqui-
sedec reaparece solamente en referencias litera-
rias al salmo 109, 4.
11 La "perfección" no se podía conseguir en el
sistema viejo; ni siquiera se vislumbraba, pues la
perfección pertenece al orden celestial y eterno.
Los ritos leviticos no limpiaban las conciencias
del pueblo adorador de Dios y por tanto no los
capacitaba para aproximarse a Dios. Desde el
punto de vista de Dios el sacerdocio levítico dis-
taba mucho de ser perfecto; la alusión a un
sacerdote no según el orden de Aarón sino según
el orden de Melquisedec solamente tiene sentido
si a los ojos de Dios el sistema y el sacerdocio
levítico son muy imperfectos.
12 Un sacerdocio nuevo como el que se prevee en
el salmo significa una nueva ley. En efecto, si la
ley fue abolida, es porque su sacerdocio se mos-
13-14 tro ineficaz. La ruina del sacerdocio levítico se
expresa inequívocamente en el salmo. El salmo
habla de un Mesías que es sacerdote para siem-
pre, pero este Mesías es un rey descendiente de
Judá por David, y los descendientes de Judá no
desempeñaban ninguna función sacerdotal en el
antiguo sistema.
15-16 Es todavía más evidente que un nuevo siste-
ma ha reemplazado al viejo si consideramos la
obra que el Mesías tenía que llevar a cabo. El
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 7:16-20 61
i8
vía, si se presenta otro sacerdote Con esto por una parte se
a semejanza de Melquisedec, 10 y abroga la ley anterior por su
constituido sacerdote, no por una ineficacia y por su inutilidad,
19
ley que contiene normas de or- (la ley no llevó nada a su
den temporal, sino por el poder perfección); y por otra parte se
de una vida indestructible. " A s í introduce en su lugar una espe-
Dios afirma de él: ranza mejor, mediante la cual
Tú eres sacerdote para siem- nos acercamos a Dios,
20
pre a semejanza de Melqui- Y este sacerdote no fue
sedee. constituido sin juramento por
salmo muestra que tenía que parecerse más a
Melquisedec que a Aarón. Jesús como Melquise-
dec era sacerdote no por el cumplimiento de unos
requisitos legales sino por su personalidad. No
le fue transmitido el sacerdocio por pertenecer
a un linaje determinado ni le fue impuesto por
una ceremonia. Su sacerdocio era algo intrínse-
co a su vida, algo indisoluble, imperecedero, in-
destructible. La obra verdaderamente sacerdotal
consiste en distribuir la vida venciendo el peca-
do y la muerte, y esto sólo lo puede llevar a cabo
un sacerdote que posea la vida. La vida de Jesús
sobrevivió a su muerte, por tanto su muerte fue
la muerte de la muerte. Su sacerdocio no está
limitado por el espacio o por el tiempo.
1
? Las palabras del salmo sobre el nuevo "orden"
dejan sin fuerza la antigua alianza que regulaba
1
« el sistema sacerdotal hereditario. La abolición de
este sistema fue decretada en vista de su inefica-
1
8 cia; como la Ley el sacerdocio antiguo era inca-
paz de llevar los hombres a Dios. Estas mismas
palabras también indican que en lugar de esta
Ley y sacerdocio ineficaces, debíamos tener una
esperanza llamada "mejor", es decir, celestial.
Recordemos el capítulo 6, versículos 18-20, donde
casi se identifica al mismo Cristo con la esperan-
62 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 7:21-25 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 7:26-28 63

parte de Dios. Aquéllos lo han te que la primera. 2 3 Y , mien- acercando a Dios, porque vive víctimas, primero por sus pro-
sido sin juramento; 2 1 pero éste tras aquéllos fueron constituidos para siempre para interceder por pios pecados y luego por los del
con juramento, pronunciado por sacerdotes en gran número, por- ellos. pueblo. Eso lo hizo una sola vez
aquél que le dijo: que la muerte les impedía per- 26
Y tal es precisamente el por todas, ofreciéndose a sí mis-
Juró el Señor y no se arre- o n e c e r en su sacerdocio, 2 " és- mo. 2 8 En suma, la ley constitu-
pontífice que nos convenía: San-
pentirá: Tú eres sacerdote te
> c o . m o P e r manece para siem- yó pontífices a hombres someti-
to, inocente, inmaculado, apar- dos a fragilidad. En cambio, la
para siempre. P ' 6 ' ' ™ ' 1 1 " sacerdocio intrans- lado de los pecadores, y exalta-
fenble. " De aquí que tiene po- palabra de aquel juramento pos-
22 do más alto que los cielos. 2 7 No terior a la ley, constituyó pontí-
Así se hace Jesús mediador de der para llevar a la salud defi-
tiene como los sumos sacerdotes fice al ,Hijo, consumado en glo-
una alianza mucho más excelen- nitiva a cuantos por él se vayan ria para toda la eternidad.
necesidad de ofrecer cada día
za que debemos poseer. Por medio de Cristo,
nuestro Sumo Sacerdote, podemos aproximarnos su medio. La razón es que él está siempre vivo,
más a Dios; cuando El atravesó el velo lo hizo presto y dispuesto a interceder por nosotros. Se
"por nosotros". Esta aproximación a Dios es la ha de notar que la obra sacerdotal de Jesús en
"perfección" que la Ley y el sacerdocio antiguos el cielo se describe como una intercesión; el
no podían conceder. término también se ajusta a su obra sacerdotal
20-21 La proclamación escriturística de Jesús como en la tierra (cf. 5:7, donde, sin embargo, no se
sacerdote implica un juramento, pero los sacer- menciona explícitamente la intercesión).
dotes levíticos eran promovidos sin ningún jura-
mento. Esto es una indicación más de la perma- 26 Los versículos finales resumen el capítulo y
nencia del sacerdocio de Cristo, y de la natura- son una preparación de los siguientes. Tenemos
leza divina y celestial ("mejor") del pacto del el Sumo Sacerdote que necesitamos, un sacerdote
consagrado a Dios, puro, sin mancha, ahora y por
22 que el mismo Cristo sale fiador. Podemos tradu-
cir: "Así se hace Jesús mediador de una alianza siempre segregado del contacto de los pecadores,
mucho más excelente que la primera". 27 exaltado por encima de los cielos. En el santua-
rio celestial el verdadero sumo sacerdote no ne-
La palabra "alianza" que aparece en este lu-
gar por primera vez, ocupa un puesto más im- cesita ofrecer sacrificios diariamente; el ofreci-
23 portante en el resto de la epístola. Los sacerdotes miento del siempre perfecto Hijo Sumo Sacerdo-
levíticos tenían que ser muchos porque eran mor- te que se sacrifica a sí mismo, la eterna víctima
24 tales. Jesús permanece para siempre, porque su perfecta, se realizó una vez. Un sacrificio real-
sacerdocio es inviolable; la palabra que hemos mente perfecto tiene que ser único. Esta es la
traducido como "intransferible" aparece como primera vez que se nombra a Cristo como vícti-
algo absoluto e indica un sacerdocio en el que la 28 ma. Hay una inmensa diferencia entre la debili-
muerte carece de sentido. dad de los simples hombres que desempeñaban
25 Así pues Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, pue- su oficio sacerdotal bajo la Ley y la perfección
de salvarnos por completo si vamos a Dios por del sacerdote que es el Hijo.
64 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 6:1-5 EPISTOLA A LOS HEBREOS 86-9 65
6
El punto principal de cuan- él morara aquí en la tierra, ni En cambio, nuestro pontífice Mirad que vienen días, dice
8 to vamos diciendo, es que
tenemos un pontífice que está
siquiera sería sacerdote, habien-
do ya, como hay, otros que ofre-
ha obtenido un ministerio tanto
más excelente cuanto mejor es
el Señor,
e n q U e yo concertaré una
sentado a la diestra del trono cen sacrificios por disposición la alianza de que es mediador y alianza nueva
de la Majestad en los cielos. 2 Es de la ley. 5 Estos sacerdotes cuanto mejores son las prome- c o n , a c a g a d<¡ I s r a e l
ministro del Sancta Sanctórum y practican un culto que es ima- sas en que ella se basa. " Y asi , . t ,AA
del verdadero tabernáculo, que gen y sombra de las realidades r. . „ . y con la casa de Juaa.
es. Porque si aquella primera 9
fue fabricado por el Señor y no del cielo. Así reveló Dios a Moi- alianza fuese irreprochable, no No será como la alianza
por hombre alguno. 3 Todo pon- sés, cuando éste se disponía a habría lugar para una segunda. <Iue hice yo con sus padres,
8
tífice es instituido para ofrecer construir el tabernáculo: Mira, Dios, reprochándoles, dice a el día en que los tomé de la
oblaciones y sacrificios. De aquí le dijo, haz todo según el mode- los israelitas: mano
la necesidad de tener algo para lo que te he mostrado en el
poder ofrecer. 4 A la verdad, si monte. temente de la orden que recibió Moisés de se- '! 6: . 1 .|
guir a la letra el modelo ("tipo") según el cual iq A:p
La obra sacerdotal de Cristo — 8:1-10:18 tenía que hacerse el tabernáculo. Era por tanto 11:19;
una simple copia (cf. 9:24) ("anticipo") del ta- 2 1 : 1 s s
La obra de Cristo como Sumo Sacerdote en el bernáculo verdadero.
santuario celestial da efecto a una nueva alianza. 6 Sin describir la liturgia celestial el autor pone
La comunidad se limpia y purifica con su sangre ahora sus ojos en el aspecto de alianza (7:22) de
y se cumplen las promesas de Dios a su pueblo la obra de Jesús. Hay una estrecha conexión en-
en boca de Jeremías. tre alianza y sacerdocio, porque la alianza es la
1 El punto principal del escritor es este: "tene- expresión de la relación básica que se da entre
mos" un Sumo Sacerdote el por siempre perfecto Dios y su pueblo. La excelencia de la liturgia
2 Hijo que está entronizado en lo alto. Es ministro celebrada por Cristo depende de la naturaleza
("liturgista") del verdadero Santo de los Santos, de la relación de alianza así como de la natura-
el tabernáculo real, auténtico y genuino fabri- leza del santuario. La excelencia de una alianza
cado por el mismo Dios; a modo de contraste, el se mide por sus "promesas", por las cosas buenas
tabernáculo del desierto era una reproducción del que Dios promete a los hombres en dicha alian-
celestial, tabernáculo terreno hecho por manos de za. La relación que existe entre Dios y su pueblo
3 hombre. Podemos reclamar como nuestro, en es- por la mediación de Cristo es "mejor" que la que
peranza y promesa, este verdadero Sumo Sacer- existía por la alianza del monte Sinaí. No es so-
4 dote que incluso ahora está desempeñando su lamente superior, sino también celestial; las pro-
ministerio por nosotros. No necesita ofrecer sa- mesas que ofrece esta alianza por Cristo son me-
crificios aquí en la tierra; Dios tuvo otras dis- jores también, superiores a las de la antigua
5 posiciones para estos sacrificios. Los servicios re- alianza y de naturaleza diferente. Las promesas
ligiosos terrenos de los sacerdotes levíticos no antiguas eran terrenas; las nuestras son celes-
son más que una reproducción inconsistente de Sab9:l tiales.
las realidades celestiales. Esto se deduce eviden- 7
-i2 Si la alianza antigua no hubiera dejado lugar
12 5
 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 8:10-11 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 8:12 — 9:1-4 67
12
para sacarlos de la tierra y la escribiré en su corazón, Yo tendré misericordia de remonial litúrgico y su santua-
de Egipto: Yo seré su Dios, sus iniquidades, rio, que era terrestre. 2 Había
Ellos no permanecieron fie- y e n o s s e r ¿ n mi pueblo. y de sus pecados no me u n primer compartimiento, cons-
les a mi pacto n N a d i e tendrá que instruir a acordaré mas. truído en el tabernáculo; en él
y yo me desentendí de ellos, 1 3 Al decir "nueva alianza", de-
e s t a b a n el
dice el Señor. su prójimo, candelabro, la mesa
Esta será en verdad la alian- ni nadie enseñará a su her- clara Dios anticuada la primera. * l o s P a n e s d e l a Proposición; se
H a m a el
za que concertare yo con mano, Ahora bien, lo decadente y anti- Sancta. 3 Más al inte-
la casa de Israel: diciendo: Conoce al Se- cuado está a punto de desapa- «or» después del segundo ve-
Después de aquellos días, nor
> recer. lo, había otro compartimiento
Por su parte, la primera llamado el Sancta Sanctórum.
dice el Señor
imprimiré mi ley en su es-
porque todos me conocerán
desde el menor hasta el ma- 9 alianza tenía también su ce- 4
Aquí estaban el altar de oro
píritu yor.
pensando en el axioma legal: "El testamento
a una mejor, no oiríamos a la palabra de Dios Le 22:20 nuevo anula el anterior"; de hecho veremos más
en la Escritura reprochándola. Jer 31:33-34 es el adelante que emplea la palabra alianza en el
u.^l
único pasaje del Viejo Testamento que menciona 2 Cor sentido de testamento.
una "nueva alianza"; habla también de unas 2 ^ j ¡ 9:1 La antigua alianza tenía sus normas para el
promesas definitivamente mejores, de leyes divi- 3 ¡3 culto en el santuario "terrestre"; la palabra "cós-
ñas infundidas en las mentes de los hombres y R?"J! mico" ("terrestre") parece que significa "perte-
escritas en sus corazones, de una unión íntima j„6.-45 neciente a este mundo" en cuanto que se opone al
con Dios, de una iluminación y del perdón de losMtH:27 santuario "no fabricado por manos humanas" y
pecados. El autor ve cumplida esta profecía en "no de esta creación" (9:11). Pudiera también
la comunidad cristiana no sólo por el perdón de significar la palabra "cósmico" "que es represen-
los pecados, sino también por la iluminación, por tación de este mundo"; algunos escritores judíos
el gusto de los dones celestiales, la recepción del de la época decían que el velo exterior represen-
Espíritu (6:4s; 10:22.26). 2 taba el universo. El santuario se dividía en una
Pero también estas promesas ya cumplidas no "primera" y "segunda" sección, casi dos tiendas
dejan de ser promesas. El cristiano ha gustado al parecer. El mobiliario de la primera sección
ya otro mundo, pero este mundo es todavía fu- incluía diversos objetos que se mencionan sólo
turo para él. Cuando Dios, por medio de Jeremías, de pasada, porque son evidentemente objetos te-
habla de una "nueva alianza", pone en claro que rrenos ; el Judaismo contemporáneo daba un sig-
los días de la antigua están contados. Cuando nificado cosmológico al candelabro y a la mesa
tuvo lugar la profecía la alianza no era todavía con los panes de la proposición.
cosa del pasado, pero estaba mostrando las seña- 3-5 Lo que nos interesa es el Santo de los Santos,
les de una edad vieja. es decir, la tienda que se encuentra detrás del
Existe la posibilidad de que el escritor esté segundo velo. El mobiliario que se le asigna ha
68 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 9:5-6
3
de los perfumes y el arca de la alianza. Encima del arca esta-
alianza, cubierta toda ella de ban los querubines de la gloria,
oro. Y en ésta se encontraban que cubrían el propiciatorio. No
una urna de oro que contenía el hay por qué detenernos ahora
maná, la vara de Aarón, que ha- en más detalles.
bía florecido, y las tablas de la ° Dispuestas así las cosas, los
originado sus dificultades. La traducción: "El in-
censario" (instrumento para llevar los carbones
al altar), aunque es una traducción posible, cree-
mos que hay que reemplazarla por la más pro-
bable de "altar". ¿Por qué coloca el escritor este
altar del incienso en el Santo de los Santos? Des-
de luego no hace esta afirmación con gran fuer-
za, sino que simplemente afirma que este altar
pertenece al Santo de los Santos, y es verdad
que el incienso quemado en él tenía el sentido
de ofrenda que subía ante el Señor. Pero no se
da ninguna importancia a la situación del altar,
ni se saca ninguna enseñanza de una determi-
nada situación del mismo en el santuario.
Según el Antiguo Testamento, la vara de 3 Re
Aarón y la urna con el maná estaban al lado del 2cron
arca y no dentro de ella. Una vez más nos en- 5:io
contramos que carece de interés fijar la exacta
colocación de estos objetos preciosos que se men-
Jn
cionan principalmente para realzar el efecto. Tal
6 1
vez hubiera venido bien una explicación detalla- A p| :i7
da del simbolismo de estos objetos, pero el autor
siente que no tiene tiempo para hacerla. El fin
principal de toda esta descripción es hacernos
comprender el contraste entre la desnudez del
santuario exterior que representa al mundo, y
las riquezas de oro del Santo de los Santos que
representa al cielo.
6
El predicador está ansioso por llegar a los
grandiosos ritos que se verificaban en el santua-
EPISTOLA A LOS HEBREOS 9:7-8 69
sacerdotes, cuando desempeñan de sangre que ofrece por sus pe-
sus ministerios, entran continua- cados y por los de todo el pue-
tnente en el primer compartí- blo. 8 Quiere con esto significar
miento. 7 Pero en el segundo en- el Espíritu Santo que, mientras
tra sólo el sumo sacerdote una subsista el primer compartimien-
vez al año, y provisto siempre to, no está aún abierto el cami-
no. Sólo describe brevemente las ceremonias que
tenían lugar en la primera tienda; su significado
7 se explicará en el v. 9. Las ceremonias diarias te-
nían lugar en la antecámara de la divina pre-
sencia, y eran ejecutadas por los sacerdotes, no
por el sumo sacerdote, que era el único que es-
taba autorizado para entrar en el Santo de los
Santos. Solamente entraba una vez al año, en la
fiesta de la Expiación, la única fiesta a la que la
epístola da gran importancia. En ese día, para
guardarse de los peligros que implicaba atrave-
sar el velo, el sumo sacerdote llevaba consigo
sangre de animales. La esparcía sobre la silla de
la misericordia, para efectuar la purificación de
los pecados de ignorancia de sí mismo y del
pueblo.
8 Este oficio del sumo sacerdote contenía una
enseñanza del Espíritu Santo, autor de los ritos
y de las Escrituras que los prescribían. La lección
es esta: puesto que no le era permitido al pueblo
de Dios, representado por los sacerdotes, entrar
en el Santo de los Santos, se ha de concluir que
la morada celestial de Dios estaba cerrada para
el pueblo del mismo modo que lo estaba su mo-
rada terrena. Ni los ritos diarios, como se des-
prende del hecho de que fueran diarios, ni la ce-
remonia solemne de la Expiación anual conse-
guían una limpieza real en ellos de forma que
pudieran ser admitidos a la unión con Dios. Dios
continuaba habitando en una luz inaccesible pa-
70 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 9:9-10
no al Sancta Sanctorum. 9 Es ciencia. 1 0 Sólo hay disposicio-
ésta una figura que vale para nes sobre alimentos, sobre bebi-
nuestros tiempos. Allí se ofre- das, sobre las diversas ablucio-
cen dones y sacrificios; pero ta- nes: Normas todas referentes a
les que no tienen valor alguno un orden puramente externo;
para hacer perfecto al oferente impuestas hasta el nuevo orden
en lo que se refiere a su con- de cosas.
ra ellos, en la luz celestial simbolizada por el
oro de la tienda interior; ellos permanecían en
las tinieblas exteriores, las tinieblas del cosmos.
Todo esto era inevitable mientras permaneciera
la primera tienda, es decir, el mundo como una
barrera que impide llegar a Dios. Pero por medio
de la obra de Cristo hay ahora "un tabernáculo
más sublime y perfecto" (v. 11) para el pueblo
nuevo de Dios.
9-10 ¿Cuál es el sentido del "primer tabernáculo"
y de los ritos llevados a cabo en él? Este taber-
náculo exterior y sus ritos no prestan ninguna
ayuda a nuestra unión con Dios, sino más bien
son una barrera, o mejor, son un símbolo de que
el mundo antes de la obra de Cristo es como una
barrera. Es una "figura" para "nuestros tiem-
pos", de los hombres que habitan en el presente
de este mundo inferior más que en un futuro
celestial.
Los ritos de la primera tienda proclaman su
propia incapacidad para perfeccionar al que los
practica; son simples regulaciones corporales
(lit. "ordenaciones de la carne") referentes al
alimento, bebida, abluciones..., etc. Se impusie-
ron a los hombres para mantenerlos a flote hasta
que llegara el período de reforma, efectuada por
el establecimiento del orden justo por medio de
la obra expiatoria de Cristo.
11 Cristo efectuó la expiación real, cuando hizo
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 9:11-14 71
11
En cambio, al presentarse sangre de machos cabríos y be-
Cristo, pontífice de los bienes fu- cerros, sino con su propia san-
turos, entró de una vez para gre, obteniendo una redención
siempre en el Sancta Sanctorum. eterna. 1 3 Porque si la sangre de
Y entró a través de un taber- los machos cabríos y de los to-
náculo más sublime y perfecto, ros, y la ceniza de la ternera es-
no fabricado por mano de hom- parcida sobre los impuros, los
bre, es decir, no perteneciente a santifica para la pureza legal ex-
este mundo. 12 Y entró, no con terna, 1 4 ¡cuánto más la sangre
su entrada una vez por todas. ¿Qué se quiere de-
cir con "un tabernáculo más sublime y perfec-
to, no fabricado por mano de hombre, es decir,
no perteneciente a este mundo"? ¿Es una pre-
sentación de una realidad concreta o un contras-
te claramente definido del "primer tabernáculo"?
Se ha sugerido como posible sentido de este ta-
bernáculo más perfecto el cielo o el cuerpo (o
humanidad) de Cristo; de hecho tanto el cielo is40:22
como la humanidad de Cristo se comparan a ve- J n 1 : 1 4
ees a una tienda o tabernáculo. Si significa el
cuerpo de Cristo (cf. 10:5.10; Jn2:21), la idea se
asemeja a 10:22, donde la carne de Cristo es el
velo a través del cual hizo el camino nuevo y
12 vivo por el que vamos a Dios. La sangre que lle-
vaba consigo era la suya propia, y por medio de
ella llevó a cabo nuestra redención eterna.
13 La sangre de los animales sacrificados no era
del todo ineficaz; producía una purificación, pero
solamente de la carne, es decir, restauraba un
miembro del antiguo pueblo de Dios a su postu-
ra recta como adorador de Dios en el orden anti-
1* guo, que era un orden de carne y sangre. Pero si
la sangre animal podía limpiar la carne, no hay
ninguna dificultad en creer que la sangre de
Cristo podía purificar incluso la conciencia. "Con-
ciencia" significa aquí aquella parte del hombre
72 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 9:15 EPISTOLA A LOS HEBREOS 9:16-17 73

de Cristo que por medio del Es-
píritu eterno se ofreció inmacu-
lado a Dios, purificará nuestra
conciencia de las obras muer-
tas, para dar culto al Dios vivo!
15
Por eso precisamente, es el
mediador de una nueva alianza,
para que mediante su muerte,
ofrecida por la redención de los eterna. 1 6 Cuando se trata de
pecados, bajo la primera alianza un testamento, es preciso hacer
cometidos, reciban los convoca- constar la muerte del testador;
dos la promesa de la herencia

que no pertenece a este mundo, aunque el autor
se interesa menos en un análisis de la natura-
leza del hombre que en su destino a la luz de la
revelación. Por voluntad de Dios, y según su plan,
nuestra personalidad espiritual no pertenece a
este mundo de carne sino al cielo.
La sangre de Cristo puede puriñcarnos de las
"obras muertas", que aquí (cf. 6:1) parecen signi-
ficar los pecados en cuanto manifiestan la presa
que la muerte tiene sobre nosotros. Puede santi-
ficarnos tan eficazmente que seamos capaces de
aproximarnos al Dios vivo. Podemos hacer esto
incluso ahora en una auténtica veneración cul-
tual, pues efectuamos nuestra liturgia en el mis-
mo santuario celestial y no más en una simple
copia. Los pecados de los hombres son perdona-
dos por la entrada de Jesús a través del velo, por
el ofrecimiento de su inmaculada vida a Dios
"por medio del espíritu eterno", es decir, en vir-
tud de su ser y personalidad divinos.
15 Su muerte fue tan eficaz porque fue el media-
dor de una nueva alianza entre Dios y los hom-
bres. La alianza principal en la edad antigua fue
la del Sinaí, en la que los ángeles fueron los me-
diadores de Dios, y Moisés (o la sangre de los
animales) el de los hombres. Dios escogió solem-
nemente a los israelitas como su pueblo, y ellos
lo tomaron como a su Dios, y prometieron vivir
y adorarle según sus leyes. La palabra de los
hebreos para la alianza, "berith" fue traducida
al griego por la palabra "diatheke", cuyo signifi-
cado ordinario es el de "testamento". No fue
esto un error de los traductores, sino una mayor
precisión del concepto para evitar el que se su-
giriera que se daba una exacta paridad entre la
alianza en la que estaban implicados solamente
los hombres y la alianza en la que Dios era una
de las partes contrayentes. Cuando Dios es una
de las partes de la alianza, él lleva la iniciativa,
y las promesas (de seguridad, protección, salva-
ción) que hace a los hombres no llevan consigo
que se cambien de dones gratuitos a dones debi-
dos. El siempre da libremente lo que ha prome-
tido, como lo hace el testador en su testamento.
Por tanto, una alianza entre Dios y los hom-
bres tiene siempre algo de testamento, y el doble
sentido de "diatheke" deja abierta la posibilidad
de que se use en el griego bíblico en uno o en
otro o incluso en los dos sentidos. Aquí, en el
v. 15, parece significar alianza, en los vv. 16-17,
testamento, y luego alianza; el lector debe re-
cordar que la palabra es la misma en el griego
16-17 de la epístola. En la "diatheke - alianza, la san-
gre, es decir, la vida de un animal era el medio
de establecer una unión o realizar una unión
rota, y la misma sangre era, en un sentido, el
mediador esencial.
La muerte es un factor importante en la
alianza y en el testamento, pero para "hacer" la
alianza y para que "surta efecto" el testamento.
La muerte de Cristo, es decir, su sangre o vida,
hace de mediadora en la nueva alianza al expiar
74
mentaria sólo adquiere valor en
caso de muerte; y nunca es efi-
caz en vida del testador. 1 8 Por
lo cual ni la primera alianza fue
inaugurada sin sangre. ^9 Y así
fue. Moisés, después de haber
leído a todo el pueblo todos los
preceptos según la ley, tomando
la sangre de los becerros y ma-
chos cabríos con agua, escaria-
tina, e hisopo, roció el libro mis-
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 9:18-23
20
mo y a todo el pueblo. dicien-
do: Esta es la sangre de la alian-
za que Dios ha ordenado para
vosotros. 2 1 Y de la misma ma-
ñera roció con sangre el taber-
náculo y todos los utensilios del
culto. 22 Y según la ley, casi to-
dos los objetos se purifican con
sangre; y sin efusión de sangre
no hay remisión,
23
Era, pues, necesario, por
EPISTOLA A LOS HEBREOS 9:24-26
una parte, que las figuras y som-
bras de las realidades celestia-
les fuesen consagradas de este
modo; y por otra parte, que el
santuario mismo del cielo lo fue-
ra con más excelentes sacrifi-
cios. 2 4 Que no entró Cristo en
un santuario levantado por ma-
no de hombre y figura del ver-
dadero santuario, sino que en-
tró en el mismo cielo, para com-
75
parecer ahora ante la faz de Dios
en nuestro favor. 2 5 Y no nece-
sita ofrecerse muchas veces, có-
mo hace el sumo sacerdote que
cada año entra en el Sancta
Sanctorum con sangre que no es
suya: 2B (en tal supuesto debe-
ría haber padecido muchas ve-
ees desde el principio del mun-
d o ) ; sino que ahora en la pleni-
tud de los tiempos se ha mani-

las trasgresiones, no simplemente los pecados de
ignorancia (cf. v. 7), cometidos bajo la alianza
antigua. El efecto de esta eficacia redentora de
la muerte de Cristo es permitir a los hombres,
cuando reciben la llamada de Dios, el reclamar
la herencia prometida, el tomar posesión de los
beneficios eternos. Una última voluntad y un tes-
tamento solamente surte efecto cuando muere
el testador; la imagen muestra muy claramente
la autoridad que Cristo, el testador, tiene sobre Mt28:i8
las realidades eternas prometidas, su poder que J n 2 0 : 2 2
abraza todo sobre la tierra y el cielo.
18-22 El escritor nos lleva de nuevo al Sinai para
ayudarnos a comprender el papel de la sangre de
Cristo. Una aspersión con sangre hacía a los
hombres participar del "diatheke" antiguo y les
convertía en miembros del pueblo de Dios. La
descripción del rito de la alianza del Sinaí se
complementa con otros aspectos extraídos de la
tradición judía. Una vez más, el interés se cen-
tra en el tabernáculo y en el antiguo sistema de
adoración cultual. El agua, la escarlatina, el
hisopo —elementos que faltan del relato del
Ex 24— parece que se han sacado del Lv 14 y de
Num 19. La aspersión" del tabernáculo y del mo-
biliario parece venir de Num 19 y Lev 16. La for-
ma de la cita (v. 20) parece estar influenciada
por el uso que se hacía de este texto en la fórmu-
la de la consagración del cáliz en la última Cena. Mt 26:28
Los ritos de la sangre servían para dos fines:
para borrar la mancha del pecado en el santuario
y en los fieles, y para consagrarlos al servicio de
Dios en el culto. La fórmula final del v. 22 es un
ejemplo sobresaliente de la maravillosa habilidad
del autor para condensar toda una teología en
una fórmula llena de vida. Con toda probabili-
dad cuando habla de la efusión de sangre se re-
fiere más al derramamiento de la sangre sobre el
altar o los objetos consagrados que al derrama-
miento producido por la muerte del animal.
23 Esta purificación por la sangre de un animal
era suficiente para las reproducciones terrenas de
los originales celestiales, suficientemente buena
para la esfera de la carne. Pero los originales ce-
24 lestiales no pueden limpiarse, es decir, consagrar-
se propiamente al servicio de Dios en el culto,
por la sangre de un animal. El tabernáculo en el
que Cristo entró no es ninguna copia. El entró
en el mismo cielo, para aparecer con su humani-
da glorificada ante el rostro de Dios, y entró pre-
cisamente por nosotros.
25-28 su entrada fue una vez por todas, ahora en
76 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 9:28 — 10:1 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:2-6 77

festado de una vez para siempre, con el pecado, a cuantos le espe- perfección a quienes buscan cabríos borre los pecados. 5 Por
para destruir el pecado por su ran para recibir la salud, ncercarse a Dios. 2 Porque, ¿no eso Cristo, entrando en este mun-
propio sacrificio. 2 7 Así como 1 A La ley contiene la sombra habrían cesado tales sacrificios, do, dice:
Dios ha establecido para los Í\J de los bienes futuros, no si no tuvieran conciencia de pe-
cado los que, una vez purifica- ^ o quisiste sacrificio ni obla-
hombres morir una sola vez y la realidad misma de las co-
dos, vuelven a sacrificar? 3 Cía- cion,
después de esto el juicio, 2 8 así sas. Por esto, con los sacrificios
ro que sí. Pero en esos sacrifi- P e r o m e h a s preparado un
también Cristo, que se ofreció —siempre los mismos— que ca-
una vez para quitar los pecados da año se van ofreciendo ince- oios se hace cada año memoria cuerpo.
6
de todos, aparecerá la segunda santemente, no puede la ley de de los pecados. No te complaciste en holo-
4
vez libre de todo compromiso ningún modo consumar en la En efecto, es imposible que caustos ni sacrificios por el
la sangre de los toros y machos pecado.
esta edad ñnal, y ninguna nueva alianza reempla-
zará esta "mejor" alianza que tiene a Jesús como 10:1-4 La ley era por su misma naturaleza incapaz
a mediador. Su sacrificio de sí mismo ha sido la de perfeccionar al fiel, porque era como una som-
destrucción del pecado y ha arrancado las ga- bra de las cosas buenas por venir, y no la imagen
rras de la muerte. Los hombres mueren una vez, que da expresión completa y total a su esencia
y después de eso sólo queda el juicio (universal). y forma real. El fiel del Antiguo Testamento tenía
La muerte de Cristo fue una muerte para quitar 's acceso a la sombra del cielo, el fiel del Nuevo Tes-
los pecados de muchos, es decir, de todos, y estos 53:11 s tamento tiene acceso a la imagen. La misma re-
son muchos; para Cristo sólo queda una cosa petición de los antiguos ritos era una señal de
más, el juicio universal. Entonces vendrá, no su ineficacia para limpiar la conciencia. En efec-
para morir de nuevo por los pecados, sino para to, eran más un recuerdo de una pecaminosidad
traer la salvación a los que han aguardado su sin remover que un medio de adaptar a los hom-
llegada, que será como la salida del sumo sacer- bres para que se aproximaran a Dios en el culto.
dote de la divina presencia para bendecir a la 5-10 La culpa de los pecados no puede borrarse con
multitud expectante de los fieles. la sangre de toros y cabras. Por esto Jesús, cuan-
Se presenta la misión de Cristo como misión J"3:17 do vino a este mundo inferior, el cosmos, lo pri- Jn4:34¡
6 • 38 •
de salvación más que de condenación. Incluso en mero que hizo fue dar expresión a su intención 10:1'7s¿
el juicio, del que opina el autor será una situa- de hacer la voluntad de Dios. El salmo 39 rechaza
ción desgraciada para muchos, se presenta a Cris- expresamente los sacrificios de animales por su
to como actuando solamente en relación con los ineficacia. Jesús vino a reemplazar la antigua
salvados. Es evidente que para él la carne y la alianza y sus ritos. Si hemos sido santificados, es
sangre de Cristo, el cuerpo de Cristo, no son de decir, consagrados a Dios como un pueblo al que
ninguna manera un estorbo para entrar en la se le ha dado el poder de aproximarse a Dios en jn 17:19
presencia de Dios; de hecho son estos precisa- el culto, es porque Jesús hizo la voluntad de Dios
mente los que hacen posible y real para nosotros por medio del cuerpo que Dios le preparó. El
la unión con Dios. ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo es la fuen-
78 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:7-12 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:13-17 79
7
Entonces yo exclamé: Ya es "Ya estoy aquí para cumplir cambio Jesús, que ofreció un so- lc
Esta es la alianza que con-
toy aquí, tu voluntad". l<> sacrificio en expiación de los certaré con ellos,
—así está escrito de mí en pecados, está sentado para siem- Después de aquellos días,
Con esto al
el rollo de la ley >roga lo primero y pre a la diestra de Dios; 1 3 y dice el Señor,
para cumplir, oh Dios, tu vo- establece lo segundo. 10 En vir- espera el tiempo que falta: "Has- depositaré mi ley en sus co-
luntad. *u(^ ^e e s * a voluntad quedamos la que sus enemigos sean pues- razones,
nosotros santificados por la obla- tos por escabel de sus pies". y la escribiré en su espí-
8
Dice lo primero: "Ni sacrifi- ción del cuerpo de Jesucristo, 1
' Así con una sola oblación ha ritu";
cios, ni oblaciones, ni holocaus- ofrecido una vez para siempre, consumado para siempre en la
11
tos, ni sacrificios por el pecado, Todo sacerdote asiste de pie ffloria a los que ha santificado. termina asi:
quisiste; ni en ellos te compla- cada día, oficiando y ofreciendo 1s
N o s lo atestigua también el "De sus pecados y de sus
ciste" a pesar de que todos son muchas veces los mismos sacri- Kspíritu Santo. Después de ha- iniquidades
ofrecidos según la ley. 3 Pero fícios, que de ningún modo pue-
bcr dicho: ya no me acordaré más".
en seguida dice: den borrar los pecados. 1 2 En
que ellos caigan en la cuenta de que la Eucaris-
te y la raíz de nuestra existencia como pueblo tía, el centro de su vida de culto y de su apro-
verdaderamente sacerdotal. Su cuerpo no era or- ximación a Dios, no es exactamente otro rito re-
dinario, simplemente un cuerpo terreno de carne, Le 1 ¡34 s ligioso o sacrificio que pueda clasificarse junta-
sino un cuerpo dado por Dios, un cuerpo "no J n 1 : 1 4 mente con los otros que tienen lugar en la tierra,
perteneciente a este mundo". sino una realidad que tiene su propio lugar en
11 El sacerdote terreno permanece de pie ante el cielo.
el altar ocupado continuamente en la misma ta-
12 rea sacriñcal. Jesús, después de ofrecer un sacri- El pueblo de Dios en el camino — 10:19-31
ficio por los pecados, está ahora sentado a la dies- Este pasaje, aunque de ordinario se toma como
13-18 tra de Dios. No es necesario otro sacrificio; el el comienzo de la parte final de la carta, se puede
único sacrificio es eficaz para siempre. Jesús aho- considerar muy bien como la conclusión de la
ra se mantiene simplemente aguardando su vic- parte central. Es la práctica verdadera del culto
toria final sobre sus enemigos. No hay ningún lla- cristiano la que asegurará la entrada final de la
mamiento para otro sacrificio ni tampoco queda comunidad en el cielo. Incluso los avisos (26-31)
lugar para ello. La Misa no es otro sacrificio, ni parece estar formulados en parte en términos
tampoco un nuevo sacrificio. Todos los sacra- de culto.
mentos son aplicaciones, no repeticiones del acto 19-21 En virtud de la sangre de Cristo "tenemos se-
redentor de Cristo. Son, en un sentido, la imagen guridad y confianza" (lit. "tenemos la parrhe-
de las realidades celestiales. El autor había cele- sia" o autorización) para entrar en el Sancta
brado, sin duda, muchas veces la Eucaristía con Sanctorum. No seguimos la senda antigua por la
los hebreos. En efecto, su intención principal en que el sumo sacerdote entraba en el santuario
esta parte de la carta parece ser conseguir en interior en la reproducción terrena de la verda-
los fieles una mayor apreciación del culto. Quiere dera casa de Dios. Seguimos la senda nueva, el
80
18
Así que, allí donde se da re-
misión de los pecados, ya no hay
más sacrificio por el pecado.
19
Por lo tanto, hermanos, en
virtud de la sangre de Cristo te-
nemos seguridad y confianza pa-
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:18-20
ra entrar en el Sancta Sancto-
rum. 2 0 Este es el camino nue-
vo y lleno de vida, que ha inau-
gurado para nosotros, pasando
por el velo, es decir, por su con-
dición de sumisión a la muerte.
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:21-24
•'' Y tenemos también un gran
sacerdote al frente de la casa de
Dios. 2 2 Acerquémonos, por lo
tanto, con sinceridad de cora-
zón, con plenitud de fe, purifi-
cados los corazones de toda im-
81
pureza de conciencia y lavado el
cuerpo con agua pura. 2 3 M a n -
tengamos firmemente la profe-
sión de nuestra esperanza (por-
que fiel es Dios que nos hizo
las promesas); 24 y mirémoslos

camino vivo que Cristo nos abrió; debido a que
es una senda santa, una vía sacra, su inaugura-
ción es una dedicación. El pensamiento e incluso
el lenguaje, es muy parecido al de Jn 14:2-7. El
camino pasa a través del velo, y el velo se identi-
fica aquí con la carne de Cristo. Probablemente
se hace aquí una alusión al desgarramiento delMt27:5i
velo del templo en la muerte de Cristo, que tam-
bién era símbolo de la apertura del cielo a los
hombres por medio del ofrecimiento de la vida
de Cristo. La carne de Cristo nos separa de Dios
y también nos une a El. En otras palabras, no
hay nada entre Dios y nosotros sino Cristo, que
es el Camino señalado por Dios. No hay ninguna
unión con Dios sino por medio de Cristo.
La entrada quizás aluda a una práctica litúr-
gica en la que se daba una aproximación o avan-
ce, tal vez una procesión o un gesto simbólico.
El autor no está simplemente apelando a la bue-
na voluntad o intentando estimular deseos pia-
dosos. En el culto caminamos por el camino,
atravesamos el velo, entramos en la esfera del
cielo, nos acercamos al trono de Dios, aunque to-
davía en imagen. El camino es nuevo y está abier-
to (cf. 9:8). El pueblo nuevo de Dios tiene la li-
bertad de seguir la vía del cielo, tiene un sumo
sacerdote en la casa de Dios, que en los actos
de culto se convierte, en un sentido especial, tam-
bién en su propia casa.
22 Los fieles son llamados a acercarse; la misma
expresión aparece formulada en 4:16 al comien-
zo de esta parte. El autor quiere cerrar esta parte
central con la misma fórmula. -Para acercarnos
debemos tener un corazón sincero, una fe total
que remache nuestras mentes en lo invisible.'
Nuestros corazones deben estar rociados con la
sangre y por tanto purificados de toda mala con-
ciencia; nuestros cuerpos deben haber sido la-
vados con agua pura. Quizás sea esto una alu-
sión a algún rito litúrgico simbólico en el que se
hacía una aspersión y un lavatorio como prelu-
dio y preparación para la gran aproximación, a
no ser que las palabras sean un simple recuerdo
de la purificación inicial bautismal.
23 El m a n t e n e r firmemente la profesión ( 3 : 1 ;
4:14) puede referirse a la profesión original de
fe en el bautismo o a su reaflrmación litúrgica
habitual. Aquí se trata de una profesión "de
nuestra esperanza" y está estrechamente vincu-
lado a la promesa dada por Dios. Nuestra unión
con Dios por medio de la sangre de Cristo, no
interesa lo estrecha que sea esta unión, perma-
nece dentro del campo de la promesa; lo que
Dios ha dado y da no es sino un pregustar lo que
será el don final. Nuestra vida y nuestro culto en
esta edad final son un destello de lo que no pode-
mos ver todavía, un gustar el fruto que todavía
está fuera de nuestro alcance.
24 No es sólo fe lo que necesitamos, sino también
caridad activa; debemos estimularnos unos a
12 6
82 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:25-28
unos por los otros, para estimu- continuamos pecando volunta-
larnos a la caridad y a las bue- ñámente, ya no nos queda sa-
nas obras. 2 5 No desertemos de crificio por los pecados. 2 7 Só-
nuestras asambleas religiosas, co- lo queda la perspectiva, terrible
mo acostumbran algunos; sino cual ninguna otra, del juicio, y
enfervoricémonos unos a otros; y la cólera inflamada de Dios, que
tanto más cuanto que veis acer- devorará a los enemigos. 2 8 Quien
carse el día del Señor. desprecia la ley de Moisés, ante
26
Si después de haber recibí- la deposición de dos o tres tes-
do el conocimiento de la verdad, tigos, es condenado a muerte sin
25 otros a hacer buenas obras. Lo que los hebreos
necesitan es ser más fieles a la asamblea cul-
tual de la comunidad local. La flojedad en su
atención, por la razón que sea —respeto humano,
cobardía, o simple indolencia— parece ser su
fallo fundamental. También en esto deben darse
ánimos mutuamente; la proximidad de la segun-
da venida de Cristo debería ayudarles a desper-
tarse de su torpeza soñolienta. El hecho decisivo
del sacrificio de Cristo ya ha tenido lugar en la
historia, y ahora estamos viviendo en los últimos
días (1:2). El creyente interpreta cualquier des-
gracia como una señal del Día en el que tendrá
que dar cuenta (4:13; 13:17). (Sobre la actitud
de la primitiva Iglesia acerca de la segunda ve-
nida de Cristo, cf. el comentario a 1 Tesalonicen-
ses4:17s, Romanos 13:11, y 1 Corintios 15).
26 Los versículos 26-31 contienen una amonesta-
ción muy fuerte, en el tono de 6:4-8, referente a
los pecados deliberados libremente cometidos. La
amonestación no se dirige explícitamente con-
tra la apostasía, pero a la vista del versículo pre-
cedente parece razonable el suponer que, fuera
lo que fuera aquello que les apartaba de las
asambleas litúrgicas comunes, era algo que ten-
día a la apostasía. Esta es también la tendencia
EPÍSTOLA A LOS "HEBREOS 10:29-31 83
compasión. 2'} Pues bien, ¿no Es mía la venganza.
creéis que merecerá un castigo Yo infligiré el castigo.
mucho más terrible aquel que
pisotea al Hijo de Dios, y tiene Y también:
por inmunda la sangre de la El Señor juzgará a su pue-
alianza en que fue santificado, y blo.
ultraja al espíritu de la gracia?
'" Ya conocemos a aquél que 31
Terrible cosa es caer en las
dijo: manos del Dios vivo.
de todo pecado deliberado. En vez de la "ilumi-
nación" de 6:4 y 10:32 nos encontramos aquí con
"el conocimiento de la verdad". No hay otro sa-
crificio por los pecados deliberados contra la luz.
27 La única perspectiva es la de un juicio horrible.
Ya en esta vida comenzamos a experimentar el
infierno si nos rebelamos contra Dios.
28-30 se deduce una conclusión aterradora de la Dt
práctica bajo la ley; el argumento "a fortiori" 32:35s
entra otra vez en juego. Si el hombre que que-
brantaba la alianza sellada con la sangre de las
cabras y de los bueyes tenía que pagar su infide-
lidad con la pena de muerte, ¡qué terrible debe
ser el castigo que aguarda al cristiano que ul-
traja al Hijo de Dios y profana la sangre-alianza
de Cristo! Aquí, como en Jn 1:17, Moisés y la Ley
están por una parte, Cristo y la gracia por la
otra. Si un hombre aparta de sí el mismo funda-
mento de su estado consagrado, ¿qué esperanza
puede haber para él? Ningún cristiano dejaría
de ver una alusión a la Eucaristía en "la sangre
de la alianza", pero no está claro que el pecado al
que se refiere el autor tenga una conexión directa
y específica con la Eucaristía.
31 La amonestación final, como los versículos
precedentes, no toca el problema posterior con el
que tuvo que enfrentarse la Iglesia sobre la ac-
84 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:32-35
12
Traed a la memoria los días en tal situación se encontraban-
34
primeros, en que después de ha- Y así es la verdad. Teníais
ber sido iluminados, soportas- parte en los sufrimientos de los
teis tan duros combates y pade- encarcelados; y aceptasteis con
cimientos. 3 3 P o r un lado esta- alegría el despojo de \uestroS
bais expuestos a la pública afren- bienes, sabiendo que estáis en
ta y persecución; y por otro, posesión de una hacienda mejor
hacíais causa común con los que e indefectible. 35 No perdáis,
titud a tomar cuando los pecadores arrepentidos
—apóstatas y otros— suplicaban ser readmitidos
en la comunidad de los fleles. La clase de pecado
que el autor tiene en la mente es de tal naturale-
za que cree que no es humanamente posible que
el pecador se arrepienta. Su intención exclusiva
es apartar a los hebreos de él.
I I I . —EL CAMINO VIVO Y LA VIDA DE FE
Heb 10:32-13:17
EL:
Esta parte como las dos precedentes, conclu-
ye en una perspectiva de juicio. Se relaciona tam-
bién con los mismos temas generales, aunque los
desarrollos doctrinales son menos extensos y el
tono exhortatorio de hecho nunca falta.
Pruebas pasadas y presentes — 10:32-39
Al recordar la fuerte resistencia de los ñeles y
el vigor de su fe durante las pruebas ya pasadas,
el predicador desea animarles a un mayor heroís-
mo en el presente.
32-34 Durante su primera experiencia de la fe,
los hebreos rebosaban de gozo por el sabor previo
de un cielo que era de ellos (6:4 s). Sabemos por
el capítulo 6:10 que entonces desplegaban una
gran caridad para con los "santos". Se nos infor-
EPISTOLA A LOS HEBREOS 10:36-38 85
pues, vuestra confianza. Ella He- un poco nada más
va en sí una gran recompensa. „ „i „„ • , .
..«T,
16 .. ., , , " ' y el que viene vendrá y no
Tenéis necesidad de constan-
cia, para que, cumpliendo la vo- tardara,
luntad de Dios podáis obtener la 38 Y
vivirá mi justo de la fe.
promesa. Pero si vuelve atrás,
37
Porque un poco de tiempo no pondré más mi compla-
todavía, cencia en él.
ma ahora que también habían' sido llamados a
soportar muchos sufrimientos y que habían pa-
sado por ellos con todo entusiasmo. Se describen
los sufrimientos en términos tan vagos que pu-
dieron tener lugar en cualquier parte, pues los
sufrimientos eran algo corriente en las primiti-
vas comunidades cristianas en todos los sitios
donde se había establecido la Iglesia. La referen-
cia a "los encarcelados" no señala con certeza a
Roma y a la persecución de Nerón. La vida de
San Pablo contenía experiencias de encarcela- 12 :Cor
mientos que ni siquiera se insinúan en los He- Ro m ^g
chos, y otros operarios apostólicos no participa-
ron menos de estas experiencias.
Los hebreos llevaron una vez sus sufrimien-
tos por la fe con facilidad y manifestaron atre-
vidamente su solidaridad con sus hermanos en-
35 carcelados; la fuente de su fortaleza era la fir-
me convicción de que el cielo era muy barato a
ese precio. Pero nunca entrarán en la posesión Mt
completa y final de la herencia si no tienen con- 6 : 1 9 s
36 fianza (3:6; 10:19). Tienen igual necesidad de Mt6:io
paciencia (hypomone): la capacidad de estar en
suspenso mientras dure el período de espera; sin
la paciencia nunca harán la voluntad de Dios
(10:10), y la posesión última de la promesa será
una realidad solamente para los que hacen su
voluntad.
86 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 10:39 — 11:1-4
39
Nosotros no somos de los que tros antepasados la aprobación
se vuelven atrás para su perdí- de Dios.
3
ción. Somos hombres de fe, que Por la fe conocemos que los
vamos adelante por ¡a salud de mundos fueron organizados por
nuestra alma. la palabra de Dios, de modo que
Ahora bien, la fe es la fir- lo visible ha tenido su origen en
11 me garantía de los bienes lo invisible. 4 Por la fe ofreció
que esperamos, la plena convic- Abel a Dios sacrificio más exce-
ción de las realidades que no ve- lente que Caín; por ella fue pro-
ntos. 2 Por ella alcanzaron núes- clamado justo, atestiguando Dios
37-39 La cita de Habacuc apoya la amonestación
precedente y prepara el camino para la fe del
capítulo siguiente. La venida de Cristo está pro- J"16:16
xima. El pasaje de Habacuc (Hab 2:4) lo usa San ""IJ"
Pablo en una forma ligeramente distinta y conGai3-n
un significado más bien distinto. Aquí la fe no
es primariamente la fe que justifica sino la fe
práctica o la fidelidad que asegura la salvación
final. Dudar, dar la espalda a la palabra de la
promesa, retirarse, es muy desagradable a Dios.
El capítulo termina con la definición práctica del
creyente: es uno que cuando el seguir adelante
es duro, no retrocede ante las consecuencias de
su primera profesión. Mantener el compromiso
del bautismo es el único camino que tiene el cris-
tiano para llegar a la ciudad celestial.
Héroes de la fe — 11:1-38
El camino ya está preparado para este capítulo,
que es el pasaje de la epístola más conocido. Es Eci
simplemente un catálogo edificante de héroes de 4 5
£o
la fe. Este recorrido por las grandes figuras de la 14.*9
historia de la salvación se encuentra en otros si- Act
7:13
tíos de la Biblia, y la forma de proceder es seme-
jante a la de la literatura no judía. Para los ju-
díos era una variedad de Haggadah que desarro-
fcPISTOLA A LOS HEBREOS 11:5-7 87
I» bondad de sus dones, y por 6
to. Sin la fe es imposible agra-
lu fe continúa hablando, aún darle. Quien se acerca a Dios de-
después de su muerte. 5 Por la be creer que existe y que es
lo fue trasladado Henoc, de modo remunerador de aquellos que le
que no viere la muerte; no se buscan. 7 Por la fe fabricó Noé
!<• encontró más, porque Dios se
lo llevó. Antes de ser trasladado,
el arca para salvar a su familia,
Fue avisado de la catástrofe que
recibió de parte de Dios el testi- aún no se veía venir y se sintió
•nonio de que le había sido acep- movido de religioso temor; y
lia el tema pasando lista a las personalidades es-
criturísticas. Lo que le interesa al escritor aquí
es demostrar que si un cristiano quiere salvarse,
debe tener fe.
El cristiano recibirá la promesa solamente si
se une al mundo invisible por la fe y la esperan-
za, mientras que el mundo visible le asalta con
tribulaciones y tentaciones continuas.
Cada ejemplo de un héroe de la fe es implíci-
tamente un argumento a fortiori: si Abel (Henoc,
Abrahán, etc.) ejercitaron la fe en tal grado,
aunque pertenecían a una dispensación provisio-
nal y temporal (la sombra) cuánto más noso-
tros que pertenecemos a la imagen, ¡oh hombres
de poca fe! San Pablo considera la fe principal-
mente desde el punto de vista de la justificación,
es decir, del ser del hombre hecho justo ante
Dios al comienzo de su existencia cristiana; está
interesado en este aspecto porque es un nuevo
comienzo creado por Dios y que solamente es
posible por su poder.
En Hebreos el comienzo está muy lejos en el
pasado, y se considera a la fe más bien como un
agarrarse perseverante y sufrido del creyente
que sabe está ya en posesión de las realidades
prometidas, pero no en una posesión segura y
88
por la fe condenó al mundo, ha-
ciéndose heredero de la justifi-
cación por la fe.
8
Por la fe obedeció Abrahán
al ser llamado, saliendo hacia la
tierra que debía recibir en he-
rencia; y salió sin saber adón-
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:8-10
9
de se dirigía. Por la fe emi-
gró a la tierra de promisión co-
mo a tierra extraña, habitando
en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma prome-
sa. 10 Esperaba entrar en la ciu-
dad de firmes cimientos, y cuyo
EPISTOLA A LOS HEBREOS 11:11-13
arquitecto y constructor es el
mismo Dios. 11 Por la fe hasta
la misma Sara recibió la virtud
de engendrar descendencia; y
usto a pesar de su avanzada edad,
nólo por haber creído fiel a aquel
que lo había prometido. 1 2 Y p o r
89
este motivo, de un solo hombre
—incapaz además de transmitir
la vida— salieron descendientes,
numerosos como las estrellas del
cielo y como la arena de la ori-
Ha del mar, que no se puede con-
tar. 1 3 En conformidad con la

completa. Por tanto, esta fe es la fe práctica que
capacita al hombre a seguir esperando y sufrien-
do en paciencia porque está seguro de la exis-
tencia del mundo invisible, que es el objeto de
su esperanza. Los deseos del mundo invisible que
tenían muchos de estos primitivos héroes no
eran explícitos. Pero esperaban en las promesas
de Dios, y el premio que Dios les da por su fe,
esperanza y obediencia supera con mucho todas
sus esperanzas.
11:1 El versículo está en forma de definición. La
definición contiene dos términos cuyo sentido se
discute: la fe es una hypostasis de cosas que se
esperan, un elenchos de cosas que no se ven. El
sentido probablemente es el siguiente: la fe ca-
pacita al hombre para que caiga en la cuenta
de las cosas que espera porque le convence de
la existencia real de un mundo invisible. Para
el escritor una determinada visibilidad de lo in-
visible pertenece a la naturaleza de la fe. Todos
los héroes del Antiguo Testamento exhiben esta
capacidad para ver lo invisible en la faz de las
2 cosas duras e incluso de la muerte. Si encontra-
mos que Dios aprueba su conducta en la Escri-
tura, es porque la fe les dio una fuerza y poder
3 estables. Este es el único versículo que no men-
ciona las figuras del Antiguo Testamento. ¿Ten-
dremos que conectarlo con "los hombres del Vie-
jo Testamento"? ¿Habrá que poner su derecho a
la gloria en el hecho de que por la fe ellos los
primeros vieron a través de la creación visible
la invisible?
El mundo (los eones; cf. 1:2) significa proba-
blemente las realidades celestiales. La fe nos ca-
pacita para comprender que estas realidades fue-
ron creadas por la palabra de Dios, y a concluir
que las cosas visibles fueron hechas de (mejor
que: fuera de) las cosas invisibles, como se toma
una copia del original o la realidad proyecta su
sombra. La frase ha sido interpretada también
como una explicación de que las cosas visibles
no han sido hechas de las visibles, y que por
tanto no se explican a sí mismas sino que de-
penden del mundo invisible en su mismo ser.
Quizás todo venga de una fórmula del Credo
(cf. nuestro "Creo en Dios Padre Todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra") inspirada en
Geni.
4 No se mencionan a Adán y a Eva: ellos vieron \i J"
a Dios. Parece que se da por supuesto que la Mt 23:.25
aceptación del sacrificio de Abel muestra su fe
(cf. v. 6). Abel es llamado "justo" por el Señor
y esta designación probablemente proverbial pue-
de que haya sido suficiente para justificar el "por
la fe". Aunque muerto, Abel continúa h a b l a n d o Gen
por la fe, porque el justo de Dios vive p o r la fe 4 : 4 M
5 (10:38). La fe de Abel triunfó sobre la muerte;
90 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:14-15
fe, murieron todos éstos, sin ha- peregrinos sobre la tierra. 14 En
ber alcanzado el cumplimiento verdad que quienes así se expre-
de las promesas; pero las vieron san, dan a entender que van bus-
de lejos, y las saludaron, pro- cando una patria; 1 5 porque si
clamando que eran huéspedes y se acordaran ciertamente de la
la de Henoc le produjo el que se librara de la Gen
muerte. Su traslado misterioso de este mundo, 5 : 2 2 s s
que tanto intrigó al Judaismo tardío, vino des-
pués de una vida tan agradable a Dios que ganó
con ella su excepción de la muerte.
6 La fe es condición para ser agradable a Dios,
por la razón evidente que venir ("acercarse") a
Dios es solamente posible al hombre que cree
en su existencia (que ve lo invisible) y que Dios
tiene cosas buenas preparadas para el (que vive
en y por el futuro). Agradar a Dios resume en
la práctica ver lo invisible y esperar por tanto
las cosas buenas por venir (v. 1). El hombre que
vive según esta visión puede pasar por todo.
7 Noé es explicable también como un hombre Gen 6-9
firmemente convencido de la existencia de reali-
dades todavía no vistas. Por esto preparó el arca
para su casa. Al hacerlo así, transfirió al cosmos
la misma maldición con la que Dios lo había con-
denado y de este modo llegó a ser heredero de la
justicia que está de acuerdo con la fe. En el Gé-
nesis, Noé es el primer hombre al que se le llama
justo. Otro hombre que vivía d e la fe casi solo
contra el mundo; su fe le salvó a él y a su fa-
milia.
8-10 Abrahán es el héroe supremo de la fe. El ver- Gen
sículo 8 debe traducirse "Por la fe, Abrahán, al 12:25
ser llamado, obedeció...". Su fe tiene el sentido
de una obediencia, pero una obediencia que so-
lamente fue posible porque él, como Moisés
(11:27) estaba viendo constantemente lo invisi-
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:16-17 91
que habían dejado, ocasiones marse Dios de ellos. Les tenía
habían tenido para volverse a ya preparada una ciudad. 1 7 Por
ella. 1 6 De hecho anhelaban otra la fe, puesto a prueba, ofreció
mejor, es decir, la del cielo. Por Abrahán a Isaac; y ofrecía a su
eso Dios no se desdeña de Ha- unigénito, a aquel que era el de-
ble. Los herederos de la promesa necesitaban de
la fe para habitar como nómadas trashumantes
(en tiendas) y extranjeros en la tierra que se les
había prometido. Abrahán no sé sentía turbado
por esto; las ciudades terrenas no atraían su
atención; estaba completamente absorbido por
la búsqueda de la ciudad cuyos cimientos perdu-
rarían para siempre, la ciudad planeada y cons-
truida por Dios, la única ciudad digna de este
nombre.
11-12 Adoptando una puntuación diferente podemos
traducir el v. 11: "Por la fe Abrahán j u n t a m e n t e
con Sara, recibió la virtud de engendrar descen-
dencia; y esto a pesar de su avanzada edad sólo
por haber creído fiel a aquel que lo había pro-
metido". Esto tiene dos ventajas: mantiene a
Abrahán como el sujeto de la promesa y evita
las dificultades que se deducen al aplicar las
palabras griegas a u n a mujer. Sea como sea, la
intención es mostrarnos otro ejemplo de fe triun-
fante sobre la muerte.
13-16 El pasaje tiene gran sentimiento y belleza.
La muerte alcanzó a todos los herederos de la
promesa, pero no hizo temblar su fe. Aunque n o
vieron cómo se cumplían las promesas en el tiem-
po de su vida, las conocieron a distancia y r e -
conocieron que su situación era la p r o p i a de ex-
tranjeros y peregrinos, pues asi se consideraban
a sí mismos en su vida en este m u n d o . Pues n o
eran simplemente exilados de su t i e r r a n a t a l de
Mesopotamia, ni estaban m e r a m e n t e solitarios
92 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:18-21
positario de las promesas. 1 8 Y Dios podía resucitarlo de entre
eso que Dios le había dado pa- los muertos; y por eso lo recu-
labra de que: pero como un símbolo (de otra
Por Isaac tendrás tu deseen- resurrección).
20 P o r l a fe
dencia. > puesta la mirada
en el futuro, bendijo Isaac a Ja-
19
Concluyó de todo ello que cob y Esaú. 2 1 Por la fe bendijo
por esta causa, porque podían haber vuelto cual-
quier día. Su exilio no es de ninguna tierra de
esta creación; el país por el que suspiraban y
que conocían confusamente era una tierra "me-
jor" y "celestial".
Por tanto Dios que les ha preparado una ciu-
dad, un país, un descanso, una casa, un universo,
un santuario, no se avergüenza, es decir, se sien-
te orgulloso de llamarse a sí mismo el Dios de
Abrahán, de Isaac y de Jacob. Este nombre sig- Mt
niñea que continuaba siendo su Dios incluso des- 22:31 ss
pues de su muerte y que El los resucitaría algún
día. Si hombres como éstos murieron sin recibir
las promesas, era porque incluso la más sublime
fe solamente podía hacer que fueran recibidos
en la herencia después que el Sumo Sacerdote en-
trara en la divina presencia atravesando el velo
(11:39). La fe solamente puede llegar a su per-
fección a través de Cristo, autor y perfeccionador
de la fe (12:2).
17-19 Es imposible dejar estos héroes primitivos sin
mencionar la gran prueba de la fe de Abrahán,
el sacrificio de Isaac. Una vez más la fe, aunque Gen
de cara a la muerte, no titubea. Abrahán sabía 2 2 : 1 s s
que Dios era fiel. Dios le había prometido y man-
tendría su promesa, incluso aunque fuera nece-
sario que Isaac resucitara de los muertos para
llegar a ser el padre de una gran familia. Cuando
Dios detuvo el brazo de Abrahán, éste recibió de
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:22-23 93
Jacob al morir a los dos hijos nes sobre lo que había de ha-
de José; y se prosternó, apoyan- cerse con sus huesos,
23
dose en la extremidad de su Por la fe, a Moisés, recién
báculo. 2 2 Por la fe evocó José nacido, ocultaron durante tres
al final de su vida el éxodo de meses sus padres, porque vieron
los hijos de Israel; y dio órde- que era un niño encantador y
nuevo a su hijo como símbolo de todo el misterio
de la redención. Abrahán no recibió las prome-
sas, pero recibió otra vez a Isaac" como una ima-
gen de Cristo, el verdadero cumplimiento de 2 Cor
1:2
todas las promesas. El sacrificio de Isaac proba- °
blemente quiere significar el sacrificio de Cristo;
la resurrección (la de Cristo y la nuestra) queda
ciertamente sugerida. La recuperación de Isaac
es directamente un símbolo de los cumplimien-
tos parciales futuros de la promesa divina.
20-22 La bendición se refiere principalmente a la
ciudad celestial y no a la tierra prometida de
este mundo. La bendición va de generación en
generación, y las bendiciones terrenas son imá-
genes de las bendiciones verdaderas todavía por
venir. José muere, pero al morir habla del éxodo Gen
del pueblo a la tierra prometida, y las órdenes 5<>:23ss
que da sobre la traslación de sus huesos mues-
tran su fe en la resurrección. Su fe va más allá Gen
de la muerte y la vence. Cuando Isaac y Jacob 2I¿2oSS
bendicen, vemos a Dios operando invisiblemente,
y bendiciendo con su mano invisible en un sen-
tido distinto al de los puntos de vista humanos
de los patriarcas que, sin embargo, le obedecían
y le adoraban.
23 Del mismo modo que Abrahán, Moisés es un
gran modelo de fe. Incluso debía su existencia Ex2-14
terrena a la fe de sus padres que por ella fueron
capaces de no obedecer el edicto del faraón y
dejar con vida al niño. ¿Piensa el autor en Moi-
94 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:24-28 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:29-32 95

no se dejaron amedrentar por el
decreto del rey. 2 4 Por la fe re-
husó Moisés, ya adulto, ser lia-
mado hijo de una hija del fa-
raón. 2 5 Prefirió sufrir males con
el pueblo de Dios, a disfrutar de
las ventajas pasajeras del peca-
do; 2 6 y tuvo por mayor rique-
za el oprobio de Cristo que los
tesoros de Egipto. Tenía la mi-
rada puesta en la retribución,
27
Por la fe abandonó Egipto sin
miedo a las iras del rey; y per-
severo firme en su propósito, co-
mo si contemplase al Invisible,
2ÍS
Por la fe celebró la Pascua y
lu aspersión de la sangre. Así el
ángel exterminador no tocó a los
primogénitos. 29 Por la fe atra-
vesaron el mar Rojo, como si
fuese tierra firme, mientras eran
devorados por las aguas los egip-
oios, que intentaron pasar por
él. 3Ü Por la fe cayeron las mu-
rallas de Jericó, después que los
israelitas dieron vueltas en de-
rredor durante siete días. 3 1 Por
la fe no pereció Rahab, la me-
retriz, con los incrédulos por ha-
ber acogido con paz a los es-
pías,
:í2
Y ¿qué más voy a decir? Me

sés como una imagen de Jesús en relación a
Herodes como en Mt2? Ciertamente ve en la be-
lleza de Moisés como un favor divino, pero te-
niendo ante los ojos algo más elevado. La fe de
Moisés es un ejemplo clásico para el cristiano,
porque su fe le dio fuerzas para renunciar a
todas las oportunidades seductoras que se le ofre-
cieron. Tenía derecho a ser llamado hijo de la
hija del faraón, pero prefirió ser miembro del
pueblo de Dios a cualquiera otra ventaja mun-
dana.
Para él "acercarse a Cristo" suponía mayores
riquezas que todos los tesoros de Egipto. ¿Acer-
camiento a Cristo porque era acercamiento a Is-
rael el Cristo de Dios? ¿Acercamiento porque ya
estaba unido con anticipación a los sufrimientos
de Cristo cuando escogió la dura carga del pue-
blo aunque significara su deshonra? En cualquier
caso, la deshonra era para él el camino del pre-
mio, el único premio digno de tenerse en cuenta.
27 Así dejó Egipto la primera vez para irse a
Midia o tal vez la segunda juntamente con el
pueblo. La primera renuncia es más probable por-
que fue entonces cuando Moisés se mostró sin
temor ante el faraón. No se acobardó porque era
como el que ve lo que otros no pueden ver. Poseía
la fe, es decir, veía lo invisible y aguardaba con
confianza los bienes futuros cuando celebró la
Pascua e hizo la aspersión de la sangre, ambas
cosas figuras de la verdadera Pascua y derrama-
miento de sangre. Los primogénitos judíos se
salvaron de la muerte como nosotros, los primo-
génitos (12:23), hemos sido salvados del Egipto
de este mundo por la Pascua y derramamiento
de sangre prefigurados en el Éxodo.
29 Otros incidentes del Éxodo y el establecimien-
to en Canaán no merecen mucha atención por
parte del autor, pero no pasa por alto la travesía
del mar Rojo. Ya muy primitivamente se pensa- 1 Cor
ba en esta travesía como en una imagen del bau- 10:1 ss
Heb tismo. Solamente la fe puede explicar el hecho
Mt ¿¡] 5
de que los israelitas se libraran de la muerte que
alcanzó a los egipcios, y el hecho de la caída de
30 Jericó que aquí es probablemente un símbolo del jos 6:20
pecado y del reino del diablo. Se ha de advertir
que la caída de la ciudad tuvo lugar solamente
31 después de siete días de espera paciente. Rahab Josi:25
es para Santiago un ejemplo de "obras"; su len- |^5
guaje es diferente, no el pensamiento. En el caso
de Rahab la fe también vence a la muerte.
32-38 El tiempo no permite al autor continuar su
narración con tanto detalle pero se las arregla
para mencionar más héroes individualmente y
por categorías y para describir sus hazañas de fe
por medio de frases que las resumen. Algunas
son referencias individuales a determinadas per-
96 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:33-37 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 11:40— 12:1-2 97

va a faltar tiempo, si empiezo
a hablar de Gedeón, de Barac,
de Sansón, de Jefté, de David, de
Samuel y de los profetas. 3 3 To-
dos ellos por la fe conquistaron
reinos, ejercieron la justicia, y
obtuvieron promesas; cerraron
la boca de los leones, 34 extin-
guieron la violencia del fuego,
y escaparon al filo de la espa-
da; se hicieron fuertes en su de-
bilidad, valientes en el campo de
batalla; y pusieron en fuga a
ejércitos extranjeros. 3 5 Mujeres
hubo que recuperaron con vida
a sus hijos muertos. Unos pere-
cieron entre tormentos, rehusan-
do la libertad por alcanzar una
gloriosa resurrección. 36 Otros
sufrieron escarnios y azotes, sin
que faltasen cadenas y cárceles;
3T
fueron apedreados, aserrados
por medio, torturados; murieron
al filo de la espada; anduvieron
fugitivos de una parte a otra,
vestidos de piel de oveja y de
cabra, desprovistos de todo, opri-
midos, maltratados; 3 8 no era el
mundo digno de ellos; y andu-
vieron errantes por desiertos y
montes, por cavernas y Simas de
la tierra. 39 Y ninguno de ellos
alcanzó el cumplimiento de las
promesas, aunque habían recibi-
do la aprobación de Dios por su
le. 4 0 Dios había provisto para
nosotros algo mejor, para que
sin nosotros no llegasen ellos a
la consumación en la gloria,
1 . i Por consiguiente, tenien-
L¿- do tal nube de testigos que
nos envuelve, después de haber-
nos despojado de todo el peso y
del equipaje que nos distraía,
corramos también nosotros con
firmeza, y constancia la carrera
para nosotros preparada. 2 Líe-
vemos los ojos fijos en Jesús,

sonas, otras son descripciones globales de la ex-
periencia total del pueblo de Dios. "Ejercieron la
justicia" (v. 33) puede traducirse por "reglamen-
taron la justicia" y entenderse de la de los jueces
que sucedieron a Josué y a la generación de la
conquista. David y Daniel "cerraron las bocas de Dan
los leones", pero probablemente se alude a Da- 3:22ss
niel, porque la frase siguiente parece referirse a
los jóvenes en el horno. Desde el versículo 35 en
adelante se tiene ante los ojos principalmente la
persecución de Antíoco Epífanes como se descri- 2 Mci
be en los libros de los Macabeos, aunque algunas ^¿j
frases pueden referirse a personajes de una épo- 2:28 ss
ca más antigua. El mundo persiguió y torturó a
estos hombres de fe y en consecuencia mostró su
maldad total y su hostilidad intrínseca al mundo
"mejor". El mundo odia a los que no son delj n i7:is
mundo. 7:i
39-40 A pesar de la justicia que mostraron y la per-
fección y constancia de su fe, no podían alcanzar
la unión con Dios y gozar de la intimidad divina
por la que siempre suspiraban y que buscaban en
todas las cosas. La razón es que Cristo no había
abierto todavía el camino hacia Dios (12:2). Dios
retrasó el cumplimiento de la promesa en ellos
por lo que intentaba hacer por nosotros (y ellos)
en Cristo. Su plan consistía en que todos fuéra-
mos "consumados" juntos y que todos llegára-
mos juntos a la meta extramundana de las pro-
mesas. Los hebreos debían intentar apreciar su
privilegio, pues estos hombres primitivos de la
fe estaban mirando a un presente del que goza-
mos ahora. Nuestra vida es todavía de fe, pero
para nosotros las promesas ya se han cumplido de
forma que la vida de fe deberla ser para nosotros
mucho más fácil que lo que fue para ellos.
Exhortación — 12:1-17
El resto de la carta trata principalmente de es-
timular a los hebreos a vivir según los compro-
misos contraídos aceptando una disciplina nor-
mal y viviendo en paz unos con otros. El capítulo
precedente, que está estrechamente relacionado
con este, ya había sido concebido teniendo pre-
sente esta exhortación y en él se encontraba im-
plícita la aplicación a la comunidad cristiana.
1 Los héroes de la fe son una hueste, u n tropel,
una nube de testigos, es decir, un pueblo que vive
12 7
98 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 12
caudillo y consumador de la fe, constancia la cruz, pasando por
quien, para ganar el gozo que encima de su ignominia; y está
se le ofrecía, sufrió con toda sentado a la diestra del trono
1i
el testimonio de las realidades invisibles que la
fe nos permite comprender. Se urge a los hebreos
que su ejemplo les sirva de estímulo y a que los
imiten librándose de todo estorbo y dejando los
pecados que los están esclavizando.
Adoptando una lectura griega alternativa y
haciendo una ligera corrección podemos tradu-
cir el versículo de la siguiente manera: "después
de habernos despojado de todo el peso y del
equipaje que nos distraía, corramos también no-
sotros con firmeza y constancia la carrera para
nosotros preparada".
El autor urge a los hebreos a estar firmes en
la carrera, a mantenerse corriendo, a no renun-
ciar, cualquiera que sean los obstáculos y las di-
ficultades. Es una carrera de larga duración, no
una carrera de velocidad, la que tienen que co-
rrer ; lo que es importante es el poder sostenedor
de la fe, no la velocidad. Es posible, pero no cier-
to del todo, que el autor se imagine a los testigos
como espectadores de lo que ocurre en la arena
donde está teniendo lugar la competición.
Sea como sea, no tenemos que mirar a estos
testigos sino a Jesús, el guía en esta carrera de la
fe, el pionero, el capitán (cf. 2:10). Jesús es tam-
bién el que termina, el perfeccionador; el pri-
mero para comenzar, el primero para terminar.
¿Se considera al mismo Jesús (nuestro corredor
que nos precede; cf. 6:20) como un ejemplo de
fe? Es posible describir el ejemplo que Jesús nos
dio al enfrentarse con la hostilidad, sufrimien-
tos y muerte como un ejemplo de fe, pero no es
este el lenguaje ordinario de la Escritura. En
EPÍSTOLA A LOS, HEBREOS 12:3-4 99
de Dios. 3 Considerad la cons- res. Así no decaeréis de ánimo,
tancia de quien soportó tal hos- agotados por el esfuerzo,
4
tilidad de parte de los pecado- Aún no habéis resistido has-
cualquier caso es verdad que Jesús soportó las
mismas pruebas que para nosotros son pruebas
de fe, y que fue capaz de enfrentarse con la cru-
cifixión por el gozo que vio se seguiría de ella y
que está ahora experimentando. También se pue- Rom
1
de comprender que "en lugar del gozo" que pu- pjp
diera haber sido suyo, escogió el sufrimiento de 2:5-8
la cruz sin pensar en su deshonra y vergüenza.
3 Jesús, aunque sin pecado, tuvo que soportar
de los pecadores "tal" oposición: una oposición
como aquella con la cual los hebreos (ellos mis-
mos pecadores) tenían que enfrentarse, o de una
naturaleza que envolvía la infamia de la cruci-
fixión — que es mucho peor que cualquier otra
cosa que los hebreos pudieran soportar. Si con-
templan este ejemplo ni se sentirán fatigados ni
dejarán desanimados la carrera. La falta de co-
raje para luchar la pelea cristiana ordinaria es
su pecado más acuciante.
4 ¿Por qué se les recuerda que tienen todavía
que resistir hasta derramar su sangre? Tal vez
porque la resistencia que habían tenido que opo-
ner hasta entonces no había llegado hasta el ex-
tremo de la pérdida de la vida (de esto no se
puede deducir que no hubiera sido martirizado
ningún miembro de la comunidad). En este caso
el autor está buscando excitar su valor recordan-
do la resistencia de Cristo hasta derramar su
sangre. Sin embargo, estas palabras parecen
tener presente con mayor probabilidad el ver-
sículo 5 y son como un reproche: en la guerra
con el pecado los hebreos han opuesto hasta en-
tonces una resistencia muy débil y deberían sen-
100 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 12:5-8 EPISTOLA A LOS' HEBREOS 12:9-12 101
ta el derramamiento de sangre cuando seas por él amones- za la disciplina y corrección por aquéllos nos educaban y corre-
en vuestra continua lucha con- tado. las que todos han pasado, señal gían para poco tiempo, y según
tra el pecado. 5 Os habéis olvi- 6
Porque el Señor corrige al de que Dios os tiene por hijos les parecía bien; Dios, en cam-
dado de las palabras de aliento, que bien quiere, bastardos, no legítimos. 9 Por bio, para nuestro mayor bien y
con. que se dirige Dios a voso- y azota a todo el que por otra parte, hemos tenido para para hacernos participantes de
tros, como a hijos suyos: hijo acoge. nuestra corrección a los que fue- su santidad. 11 Ninguna discipli-
7 ion padres de nuestros cuerpos; na parece de momento cosa agra-
Hijo mío, no mires con des- Si sois constantes en la correc-
dén ción, es señal de que Dios os y les guardábamos veneración. dable, sino aflictiva; pero al fin
la corrección con que el Se- trata como a hijos. Porque, ¿qué ¿Con cuánta mayor razón nos trae en retorno frutos de paz y
ñor te educa. hijo no es educado y corregido hemos de someter al Padre de de santidad a quienes en ella se
Y no te desalientes, por su padre? 8 Si no os alcan- nuestros espíritus, para conse- ejercitan. 1 2 Por eso, enderezad
guir la vida? 1 0 Y en verdad, vuestras manos caídas y vuestras
tirse avergonzados por molestarse porque tienen
que enfrentarse con una hostilidad que deberían
10 bre sin referirse a los ángeles. Los padres huma-
esperar.
nos son responsables de nosotros durante un pe-
s-6 La Escritura nos dice que cierta severidad es Pro
3:11s ríodo de tiempo relativamente corto y el cuidado
señal del amor paternal de Dios, una prueba de
que tienen de nosotros, aunque bien intenciona-
que está poniendo una mano firme, aunque bon- do, queda marcado por la ignorancia humana y
dadosa, en la educación de los que considera de por el egoísmo. Pero Dios sabe que la senda de
hecho como a sus hijos. El ejemplo puede que la disciplina es para nosotros el camino hacia
i haya sido inspirado por el uso del Padre Nuestro
en el culto. Las dificultades con las que los hijos 11 El. A veces este camino parece una vía poco
tienen que enfrentarse forman parte inevitable apropiada para llegar a la felicidad, pero lleva
de su educación, sus pruebas son la disciplina f or- a los hombres a ese estado de fuerza espiritual
8 mativa de la enseñanza divina. La ausencia de interior que sólo produce paz.
esta disciplina sería una señal verdaderamente 1M3 Al aplicar la parábola a los hebreos, el predi-
alarmante de que Dios no les consideraba como a cador muestra su intención habitual de levantar-
9
sus hijos. Aceptamos la corrección que nos viene los de su indolencia. Está preocupado por la falta
de "padres de nuestros cuerpos" y los respetamos de espíritu, la falta de deseo, sus débiles fuerzas, la
precisamente porque nos dan esa corrección; cobardía ante la cruz indispensable y la discipli-
por tanto debemos obedecer al "padre de nues- na divina. Como atletas, no presentan señales
tros espíritus" porque este es el camino a la vida de lucha, y están muy lejos del fuego del fervor.
verdadera. Se les mueve a apresurarse impacientemente en
"Espíritus" en el título "Padre de los espíri- Num su carrera (tal vez esté todavía en la mente del
16:22
tus", en contraste con cuerpo, pone de relieve autor la imagen del estadio) en lugar de andar
la superioridad de la paternidad divina con rela- renqueando tan perezosamente, pues sólo de esta
ción a cualquier paternidad humana, y parece forma pueden seguir juntos y salvarse. La exhor-
hacer alusión a la naturaleza espiritual del hom- tación es para todos, pero tal vez tenga presente
102 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 12:13-15 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 12:16-17 103

rodillas debilitadas, 1 3 y trazad 14

rectos senderos para vuestros
pies, para que los cojos no su-
iran una dislocación, sino que se
curen.
Fomentad la paz con todos
y la santificación, sin la cual na-
die verá al Señor. a 5 Vigilad pa-
ra que nadie se vea privado de
la gracia de Dios. Que ninguna
riiíz amarga vaya creciendo y
rauHando turbación. No sea que
M(< inficionen todos. 1 6 Y mirad
(|uo no haya ningún fornicario
ni profanador, como Esaú, que
por un plato vendió su primoge-
nitura. 1 7 Ya sabéis cómo luego,
queriendo heredar la bendición,
fue desechado, porque no logró
cambiar el parecer (de su pa-

el autor más especialmente a los miembros más
débiles de la comunidad.
14 ¿Qué significan en concreto este dar vigor e
ir a la cabeza? Por una parte significa vivir en paz
con los demás, especialmente con los más difíciles
de tratar. Por otra un esfuerzo serio por llegar
a la santidad. Tal vez nos encontremos aquí con Mt5:8s
algo así como un eco de las bienaventuranzas que
se refieren a los pacíficos y a los limpios de co-
is razón. Este género de vida exige que cada miem-
bro de la comunidad se considere responsable de
toda la comunidad y que trabaje por el bienestar
espiritual general. Esto puede pedir que se expul-
se a un miembro cuya conducta amenace con
16-17 infeccionar a los demás ("raíz amarga"). No hay Dt29:i8
lugar en la comunidad para los que son como gp,°g
Esaú, por lo menos como el Esaú de la última tra-
dición judía al que se le atribuía una conducta
totalmente perversa. En este pasaje la gran fal-
ta de Esaú parece ser la única que describe la
Escritura, la falta de sensibilidad espiritual y la
ligereza que fueron causa de que vendiera sus de-
rechos como primogénito.
Cristo es el "primogénito" y los cristianos son Hebl:6
"la Iglesia de los primogénitos" (12:23). El cris-
tiano puede ser tentado cualquier día a cambiar
por una ventaja mundana sin importancia sus
derechos como primogénito que le hacen here-
dero de la promesa. Y si sucumbe a la tentación,
tal vez no se le presente una segunda oportuni-
dad. La urgencia y la severidad de este pasaje se
concatena con 6:4-8 y 10:26-31. Repetimos una
vez más que el predicador no tiene presente el
caso de un penitente que busca la reconciliación
después de una caída grave, tal vez incluso apos-
tasía. Su intención como predicador es más bien
el prevenir la caída. Pero afirma muy severa-
mente que el creyente puede verse en el caso
de tener que hacer una decisión de la que de-
penda toda la eternidad. Ninguna oportunidad
(lit. ningún sitio) de arrepentimiento significa
probablemente que Esaú vio que era imposible
mover a Isaac a que cambiara su pensamiento
y revocara la bendición dada a Jacob.
Slnaí y Sión — 12:18-29
Este pasaje está estrechamente relacionado con
el precedente por la partícula "pues" del v. 20.
Isaac es símbolo de Dios "remunerador de todos"
(v. 23) que nos rechazará para siempre, si le so-
mos infieles. Nuestra condenación puede ser tan
definitiva como la de Esaú. El juicio es el tema
que guía el pasaje, uno de los más hermosos de
toda la carta. Se nos presentan dos escenas: la te-
rrenal del monte Sinaí y la celestial de Sión. Al
describir la alianza del Sinaí el interés del autor
se centra principalmente en sacar a relucir la
naturaleza terrena aterradora de una situación
donde todo parece mantener al hombre a distan-
cia de Dios, en contraste con la belleza no terre-
na de otra, en la que todo aproxima al hombre
104
d r e ) , aunque con lágrimas lo in-
tentó.
18
No os habéis allegado a fue-
go que se toca y que arde, ni a
oscuridad, ni a tinieblas, ni a
huracán, 19 ni a sonido de trom-
peta, ni a clamor de palabras,
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 12:18-21
tal que quienes lo oyeron pidie-
ron que no les fuesen dirigidas
más palabras; 2 0 pues no sopor-
taban lo preceptuado: "Quien
toque el monte, aunque sea ani-
mal, sea lapidado". 2 1 Y tan te-
rrible era el espectáculo que
IIMSTOLA A LOS«HEBREOS 12:22-25
Moisés dijo: "Estoy aterrado y
lomblando". 2 2 Os habéis alie-
nudo a Sión, monte y ciudad del
I>IOH vivo, Jerusalén celestial, y
n millares de ángeles en fiesta,
' iglesia de primogénitos inserí-
ION en los cielos; y a un Dios
105
remunerador de todos y a espí-
ritus de justos consumados en
gloria; 2 4 y a Jesús, mediador
de una alianza nueva, y a san-
gre de aspersión que habla me-
jor que la de Abel. 2 3 Mirad, no
rechacéis al que habla. Porque

más estrechamente a Dios. Todo el contraste
queda eficazmente dibujado al comienzo de la
primera frase (v. 18) y su paralela (v. 22, donde
en griego se puede leer también "aproximado")
con el mismo verbo.
18-21 En la descripción del Sinai el autor escoge so-
lamente esas características bíblicas que se ajus-
tan a su propósito y ellas hablan por sí mismas.
22-24 En las de Sión, sin embargo, todo habla del cielo ls2: J"?
y, por tanto, no son fáciles de comprender. La 4:25*8
montaña a la que los cristianos se han aproxi- Ap3:i2
mado no es terrena, sino el mismo cielo, descrito 142V-2
con muchos títulos simbólicos: Monte Sión, la
ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, la
asamblea festiva de millares de ángeles. La
"Iglesia de los primogénitos que están inscritos
en los cielos" se interpreta de diversos modos,
pero parece que no se refiere ni a los ángeles ni
a los espíritus de los muertos ahora en el cielo,
sino a la asamblea de los fieles en la tierra. Los
cristianos sobre la tierra, el mismo grupo de mor-
tales creyentes a los que se dirige, son traslada-
dos fuera del mundo.
No hay una mera diferencia de grado entre
el pueblo de la alianza primitiva y el de la nue-
va ; las alianzas son de naturaleza diferente y si-
tuadas en mundos diferentes. Los cristianos en la
tierra están ya celebrando, en su vida y en su
culto, una liturgia celestial en el cielo con los
ángeles y las almas desprovistas de cuerpos de
los que han sido declarados justos por Dios el
juez. Estamos separados de ellos por el hecho de
que ellos están experimentando el cielo en su ple-
nitud que no cambia nunca, mientras que para
nosotros el juicio es algo por venir. De aquí que
se nos recuerde que la perfección final es alcan-
zable solamente por medio de Jesús, el mediador
de la nueva alianza, y por medio del poder sal-
vador de su sangre. La estrecha conexión entre
la nueva alianza y el derramamiento de la san-
gre parece ser con toda probabilidad una alusión
a la Eucaristía.
Se piensa de ordinario que la causa de que se
hable de la sangre de Cristo como "mejor" que la
de Abel está en que la de Cristo pide el perdón
y no la venganza, y esto está de acuerdo con el
sentido que se le da de ordinario a "mejor" en la
epístola. No concuerda tan bien con el siguiente
versículo, que parece ser un aviso para no hacerse
reos de esta sangre; por esta razón, algunos pre-
fieren entender el "mejor" en el sentido de la
eficacia: la sangre de Cristo es como la de Abel
pero más eficaz (10:29). También puede decirse
mejor porque la de Cristo, como Dios, habla desde
el cielo, mientras que la de Abel clama desde la
tierra.
M La amonestación explícita está estrechamen-
te relacionada con el versículo 24 y tiene presen-
106 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 12:26-27
si no escaparon aquellos que re- ra, en cambio, hace esta prome-
chazaron al que promulgaba la sa: "Todavía una vez más, haré
ley en la tierra, mucho menos yo estremecer no sólo la tierra
escaparemos nosotros, si nos vol- sino también el cielo". 27 Esta
vemos del que la promulga des- frase "todavía una vez m á s " in-
de los cielos. 2 6 Su voz hacía dica el cambio de las cosas que,
entonces temblar la tierra; aho- como creadas, se conmueven.
te el versículo 19, donde el verbo traducido "pi-
dieron" es el mismo que se traduce "rechacéis"
en este versículo. La mala gana de los israelitas
en el Sinaí por oír a Dios que habla, recuerda al
autor las pocas ganas de los hebreos por oír la
voz divina. Los israelitas fueron castigados aun-
que se hicieron sordos a una palabra de Dios que
permanecía dentro de la esfera de la realidad
"terrena", pero ahora la cosa es mucho más seria,
porque Dios nos está hablando a nosotros los cris- Jn 3:12
tianos desde su casa celestial a la que ya perte-
necemos. Probablemente se considera a Dios ha-
blándonos por medio de Jesús (1:2) cuando se
dice que habla desde el cielo.
26-27 En el Sinaí hubo un terremoto, pero la pro- Eci2:7
xima vez, que será la última, no temblará sólo la
tierra sino también el cielo, es decir, también el
firmamento entero. Todo lo que ha sido hecho va
a desaparecer; se considera a la creación visible
como algo temporal y una reproducción tempo-
ral de las realidades eternas que serán las úni-
cas que soportarán la catástrofe por venir.
28 El "reino" es ya nuestro, como un don divino
de la realidad celestial que nos viene por medio
de Jesús. Por esto debemos ser agradecidos (me-
jor que dar gracias) y alabar a Dios. Esta actitud
agradecida es un culto agradable a Dios.
Un pasaje de la Didajé se parece a este: "Re-
cuerda, oh Dios, a tu Iglesia; líbrala de todo mal,
I l'ISTOLA A LOS HEBREOS 12:28—13:1-2 107
AHÍ permanecerán ñrmes las in- rad que nuestro Dios es un fue-
ronmovibles. 2 8 Por eso, ya que go devorador.
recibimos un reino inconmovi- -\ ' ) Permanezca bien arraiga-
ble, tengamos la gracia. Por ella i ' ' da la caridad fraterna.
2
Hirvamos a Dios con reverencia No os olvidéis de la hospitali-
y piedad para agradarle. 2 9 Mi- dad. Por ella, algunos hospe-
perfecciónala en el amor y congrégala desde los
cuatro puntos cardinales, la santa, en tu Reino
que has preparado para ella... Que venga la gra-
cia (¿Cristo?) y que pase este mundo". El pasaje
es muy interesante porque hace referencia al cul-
to y contiene ecos claros del Padre nuestro (cf. en
el versículo 5 s). Los hebreos no gozan todavía de
la posesión final del Reino y por tanto es necesa-
29 rio temer y temblar. El Dios que ahora habla
desde Sión es el mismo que habló desde el Sinaí,
y castigará inexorablemente a los que rechacen
su oferta de salvación (2:3).
Amonestaciones finales — 13:1-17
Aunque los temas que se t r a t a n en esta p a r t e
Anal son diversos, produciendo la impresión de
que se trata de un apéndice, no hay duda de que
nos encontramos ante la obra del mismo escri-
tor y que no podemos tener en cuenta la opinión
de algunos exegetas que h a n considerado el c a -
pítulo como la obra de un escritor distinto,
i-2 El llamamiento del escritor al amor fraternal
(philadelphia) y a la hospitalidad (philoxenia)
es un tributo y u n a acusación; un l l a m a m i e n t o
de esta índole nos deja la impresión que el a m o r
y la hospitalidad son algo todavía vivo entre los
hebreos pero que no sobresale todo lo que debie-
ra. En la Iglesia primitiva estas dos cosas e r a n
señales y fuentes de unidad. El versículo 2 p u e d e
 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 13:3-5
108
daron a ángeles, sin saberlo. que sea sin mancilla. Dios juz-
3
Acordaos de los presos, como gara a los fornicarios y adúlte-
si estuvieseis en la cárcel con ros. 5 No haya avaricia en vues-
ellos; y de los maltratados, co- tras costumbres; contentaos con
mo si estuvieseis en un cuerpo. lo que tenéis. El ha dicho:
4
Tened todos en gran honor el "Jamás te dejaré,
matrimonio; y el lecho conyugal, ni te abandonaré".
que se refiera a varias figuras del Antiguo Testa- Juei3
mentó pero probablemente señala a Abrahán. Se Tob5 " 12
urge a los hebreos para que asistan a los que
están encadenados y son maltratados; deben
hacer todo lo posible, con oraciones y obras, para
aliviar la carga de los que sufren soportándola
3 juntamente con ellos. Esto es fácil porque tam-
bién ellos están en cadenas y en sufrimientos
mientras que estén "en el cuerpo". Estas frases
más bien vagas no prueban que los hebreos estu-
vieran sometidos a una persecución sistemática
4-6 iniciada por la autoridad pública. Se unen los 1 Cor
avisos contra la lujuria y la avaricia, como se \\\\
hace a menudo en el Nuevo Testamento. Un hom- 1 fes
bre debe desprenderse de las cadenas de estos , 4:.3;|
vicios si intenta romper seriamente con este s ski
mundo. La codicia de posesiones tiene un poder 117,6
especial para apartar a los cristianos de la per-
suasión de que Dios es su protector y de arrojar-
se en las manos divinas.
Los versículos 7-17 parpcen formar una uni-
dad literaria consciente comenzando con una alu-
sión a los superiores pasados (hegoumenoi) y
terminando con una mención de los presentes.
Los superiores pasados predicaron la palabra de
Dios, los presentes parecen tener predominante-
mente una responsabilidad pastoral. No hay nin-
guna mención explícita de u n acto litúrgico, pero
no faltan posibles alusiones a ello.
7-8 Los superiores pasados están ahora muertos, y
I PISTOLA A LOS HEBREOS 13:6-9 109
" Así que con toda confianza po- res. Ellos os predicaron la pa-
tli-mos decir: labra de Dios. Y, considerando
"Mi auxilio es el Señor. No el final de su conducta, imitad
tendré miedo. su fe. 8 Jesucristo es el mismo
¿Qué puede hacerme el hom- a y e r y hoy y por siempre jamás.
"re • 9
No os dejéis seducir por doc-
7
Acordaos de vuestros pasto- trinas nuevas y extrañas. Es me-
su muerte fue de un modo especial un punto cul-
minante admirable de su vida de fe. Es claro que
ellos perseveraron viendo las cosas invisibles has-
ta el final. Incluso si no fueron mártires en el
sentido que damos a esta palabra, fueron cierta-
mente testigos firmes del mundo celestial. El v. 8
contiene la más alentadora de todas las bellas
fórmulas de la epístola. Puede que el autor lo
haya tomado de algún credo o determinación li-
túrgica, pero ha encontrado un lugar excelente
para colocarlo. Puesto que Cristo es eternamente
el mismo, la palabra de Dios a los hebreos no
se puede cambiar nunca. El mensaje que les pro-
clamaron sus superiores del pasado era en esen-
cia esta profesión de fe en Cristo. El era el objeto
de su fe, y por él murieron. Los hombres vienen
y van, pero Cristo permanece.
" El hecho de que Cristo no cambia es también
un aviso contra las doctrinas extrañas a la pala-
bra de Dios transmitida por los maestros primi-
tivos. Los peligros que amenazan parecen encon-
trarse más en doctrinas que en prácticas, pero
no está clara la naturaleza exacta de estas des-
viaciones doctrinales. Parece poco probable que
sea esto un aviso contra el volver a aceptar los
ritos sacrifícales del templo judío, o las otras for-
mas judías de culto. Un cristiano encontrará que
su corazón se robustece con la gracia, es decir,
con los dones que Dios nos ha concedido en Cris-
110
jor ir fortaleciendo el corazón
con la gracia que con los ali-
mentos, de los que ningún pro-
vecho sacaron quienes a ellos se
atuvieron. 1 0 Nosotros tenemos
EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 13:10-11
un altar del que no tienen dere-
cho a comer los que sirven en el
tabernáculo. 11 Los cuerpos de
los animales, cuya sangre es in-
troducida en el Sancta Sancto-
EPÍSTOLA A LOS'HEBREOS 13:12-14
rum por el sumo sacerdote co-
rno sacrificio por el pecado, son
quemados fuera del campamen-
to. 1 2 Así también Jesús, para
santificar por su propia sangre
111
al pueblo, padeció la muerte rue-
ra de la ciudad. 1 3 Salgamos,
pues, a su encuentro fuera del
campamento. 14 Porque no tene-
mos aquí ciudad permanente, si-

to. No encontrará la fuerza en los "alimentos" que
son los medios básicamente inútiles y terrenos
(9:10) que caracterizaban el sistema religioso del
Antiguo Testamento. Estas cosas eran sombras y
figuras de la realidad que nos pertenece ahora
"en gracia". Parece que "alimentos" es un símbo-
lo de la inutilidad esencial de todos los medios
ideados por los hombres para alcanzar la unión
con Dios. Los "alimentos" pertenecen al mundo
visible del Sinaí, la "gracia" pertenece al univer-
so invisible de Sión.
10 Se discute aún más el sentido de este versícu-
lo. El "altar" parece que no alude directamente
al altar visible eucarístico. Muchos creen que de-
signa al mismo Cristo. En cualquier caso, ya se
refiera o no directamente al mismo Cristo, nues-
tro altar, como nuestro sumo sacerdote y nues-
tro santuario, pertenece a la esfera en la que Cris-
to sufrió y desempeñó su oficio sacerdotal, es de-
cir, al reino celestial. La mesa de la Ultima Cena,
la cruz y el altar celestial son probablemente la
misma cosa para el autor.
¿Quiénes son los que "sirven en el tabernácu-
lo"? Muchos toman las palabras como una pro-
hibición contra el atender a las ceremonias en el
templo de los judíos. Presentamos las dificulta-
des que se ofrecían contra esta opinión sobre el
sentido de la epístola en la introducción. Aquí
basta señalar lo extraño que resulta que el autor
se refiera en este contexto al tabernáculo más
que al templo. Parece mucho más probable que
el "tabernáculo" se refiera al mundo y que los
que le sirven son creyentes todavía demasiado
absorbidos y serviciales al cosmos del sentido y
de la materia. Para gozar de la "gracia" cristia-
na y participar verdaderamente de Cristo, el cre-
yente debe salir del mundo. Esta explicación tie-
ne la ventaja de dar al "tabernáculo" el mismo
significado general que parece tener en toda la
epístola; se conforma además mejor con el signi-
ficado señalado al "campamento" del versículo 13.
n-14 Seguidamente el autor alude a una caracterís- Lv 16:27
tica en conexión con el ritual expiatorio del An-
tiguo Testamento. Su interés se centra en una
frase, "fuera del campamento", porque esto le re-
cuerda el hecho de que Jesús, cuando sufrió, lo
hizo "fuera de las puertas" de Jerusalén. No hay
ningún paralelo real porque, de modo distinto a
los sacrificios expiatorios a los que se hace refe-
rencia, el sacrificio de Jesús que tenía por objeto
santificar al nuevo pueblo de Dios tuvo lugar to-
talmente fuera del campamento. Se invita a los
cristianos a salir "fuera del campamento", a don-
de está Jesús, es decir, acercarse al altar celes-
tial en el santuario celestial.
El camino nos lleva, como llevó a Jesús, fuera
de este mundo y a lo que el mundo llama des-
honra. Esta explicación parece satisfactoria, es-
pecialmente a la vista de la estrecha conexión
con el versículo 14, que parece indicar que el
campamento es igual que la ciudad que no es
permanente y que la deshonra es la experiencia
112 EPÍSTOLA A LOS HEBREOS 13:15-19 I PISTOLA A LOS HEBREOS 13:20-25 113
22
no que tamos buscando la ciu- vuestras almas, como quienes c uanto antes me vea entre voso- Os ruego, hermanos, que
dad futura. 13 Por él ofrezcamos han de dar cuenta de las mis- iros. acojáis benévolamente este dis-
20
de continuo a Dios un sacrificio mas. Haced de modo que cum- El Dios de la paz (que sacó curso de exhortación. Cierto que
de alabanza, es decir, el tributo plan con alegría y sin lamenta- de entre los muertos al Pastor os lo mando con breves pala-
de los labios que van bendicien- ciones. De otro modo no se- de las ovejas), al grande, en san- bras. 2 3 Sabed que ha sido pues-
do su nombre. 1G No os olvidéis ría provechoso para vosotros, ure de alianza eterna, a nuestro to en libertad nuestro hermano
de la beneficencia y de la mutua ls
Orad por nosotros. Creemos Señor Jesús, 2 1 os disponga en Timoteo. Con él, si viene pronto,
asistencia. Dios se complace en tener conciencia recta, cuando lodo bien para cumplir su vo- iré a veros. 24 Saludad a todos
tales sacrificios. 17 Obedeced a queremos conducirnos bien en I untad. El lleve a cabo en noso- vuestros pastores y a todos los
vuestros pastores, y vivid some- todas las cosas. 19 Sobre todo, Iros lo que es de su agrado por fieles. Os saludan los de Italia.
tidos a ellos. Ellos velan por os ruego que lo hagáis para que Jesucristo a quien sea la gloria 2 3 La gracia sea con todos voso-
por los siglos de los siglos. Amén. tros. Amén.
ordinaria de aquellos cuyos corazones están pues-
tos en la ciudad invisible (11:10). La sangre san- Aunque el autor pide oraciones, pone comple-
tiñcadora que recibimos en la Eucaristía, nos da tamente en claro que no tiene ninguna duda so-
fuerzas para seguir a Jesús con valor ante la faz bre su doctrina, aunque quizás algunos no la en-
del mundo. cuentren de su agrado. Espera reunirse con los
15 La doctrina extraña representa una amenaza hebreos pronto (cf. v. 23).
para el culto verdadero o para la comprensión 20-21 Solamente aquí, en esta hermosa bendición, Jn
verdadera del culto cristiano como un sacrificio hay una alusión explícita a la resurrección de Je- Mt™'^
de alabanza; también origina que el creyente ol- sus, cuya exaltación celestial ha sido nombrada is63:ii
vide la amabilidad y caridad que fluyen del culto tan frecuentemente. En el v. 21 "a quien" se re-
y llevan a él. Hay cierta ligazón con Jn 4:23 s y 15, fiere probablemente al "Dios de la paz" más que
ya que los dos parecen hacer referencia a la a "Jesucristo".
Eucaristía. Al fin se conmina a los hebreos a que 22-25 El escritor pide que se le escuche favorable-
obedezcan a sus superiores presentes; la obedien- mente y casi parece excusarse por tratar temas
cia también está estrechamente relacionada con de tanta importancia con tan pocas palabras.
el culto. Aparece aquí de nuevo la perspectiva
del juicio, como lo hace el autor al final de las Timoteo no puede ser otro que el bien conocido
otras dos partes. compañero de Pablo. Es posible que "hubiera sido
puesto en libertad" de un encarcelamiento del
que no sabemos nada por otra fuente; pero el
CONCLUSIÓN griego puede también significar que ya ha par-
Heb 13:18-25 tido de su viaje. Este saludo a los superiores y
a todos los santos parece indicar que los hebreos
Las palabras finales del autor contienen una son un pequeño grupo dentro de una comunidad
petición de oraciones, una bendición, y los salu- cristiana local. Es imposible decir si los italianos
dos con los que de ordinario se termina una envían saludos desde algún lugar de Italia o del
carta. extranjero.
12 8
 ABREVIATURAS

f
Abd — Abdías Job — Job
Ag — Ageo Jon — Jonás
Am — Amos Jos — Josué
Ap — Apocalipsis Jüe — Jueces
Bar — Baruc Lam — Lamentaciones
Cant — Cantar de los Cantares Le — Lucas
Col — Colosenses Lv — Levítico
Cor — Corintios MI — Malaquías
Cron — Crónicas Me — Marcos
Dan — Daniel Mcb — Macabeos
Dt — Deuteronomio Miq — Miqueas
Ecl — Eclesíastés Mt — Mateo
Eclo — Eclesiástico Nah — Nahúm
Ef — Ef esios Neh — Nehemías
Esd — Esdras Num — Números
Est — Ester Os — Oseas
Ex — Éxodo Pe — Pedro
Ez — Ezequiel Prov — Proverbios
Flm — Filemón Re — Reyes
Flp — Pilipenses Rm — Romanos
Gal — Gálatas Rt — Rut
Gen — Génesis Sab — Sabiduría
Hab — Habacuc Sal — Salmos
Heb — Hebreos Sam — Samuel
Act — Hechos de los Apóstoles Sant — Santiago
Is — Isaías Sof — Sofonías
Jds — Judas Tes — Tesalonicenses
Jdt — Judit Tim — Timoteo
Jer — Jeremías Tit — Tito
Jo — Joel Tob — Tobías
Jn — Juan Zac — Zacarías

12 8*
 Pasajes de la Epístola a los Hebreos que se usan
en las Epístolas de la Misa

1:1-12 Tercera misa de Navi- 10 -.32-38 Santos Mario, Marta, Au-

dad difax, Abaco (19 de
4:16-5, 7 Misa votiva por la elec- enero)
ción del Sumo Pontí- Santos Proceso y Marti-
fice niano (2 de julio)
5:1-4 San Calixto (14 de octu- Santos Vidal y Agrícola
bre) (4 de noviembre)
5:1-6 Santo Tomás (29 de di- Común de los Mártires
ciembre) (Salus autem)
San Josafat (14 de no- 11:33-39 Santos Fabián y Sebas-
viembre) tián (20 de enero)
Misa votiva en la consa- Los cuarenta Santos Már-
gración de un obispo tires (10 de marzo)
7:23-27 San Dámaso (11 de di- Santa Sinforosa e hijos
ciembre) (18 de julio)
San León (3 de julio) Los Santos Macabeos
Santos Cirilo y Metodio (1 de agosto)
(7 de julio) Santos Tiburcio y Susa-
Común de un confesor na (11 de agosto)
(Sacerdotes) Los cuatro Mártires Co-
ronados (8 de noviem-
0:2-12 Sábado de las Cuatro bre)
Témporas de setiem- Santos Isaac Yogues y
bre compañeros (26 de se-
9:11-15 Domingo de Pasión tiembre)
Preciosísima Sangre 13:7-17 San Nicolás (6 de diciem-
(1 de julio) bre)
AYUDAS PARA EL REPASO Y TEMAS DE DISCUSIÓN

Introducción a Hebreos páginas 5-20.

1. Muestre que Hebreos termina como una carta aunque no comien-
za así. Compare los pasajes al principio y al final de esta carta
con los correspondientes de la epístola primera de San Juan.
¿Por qué es posible que la intención del autor fuera componer
un sermón para alguna fiesta y que en definitiva no pudo pro-
nunciar ante la comunidad a la que iba dirigida la carta?
2. ¿Por qué se escribió la carta a los Hebreos? ¿Por qué no es el
título una clave cierta para identificar la comunidad a la que
iba dirigida o el sentido de la epístola? ¿Se dan puntos de con-
tacto entre las ideas de Hebreos y los manuscritos de la comuni-
dad de Qumran? ¿Podía haber sido planeada para los Tera-
peutas?
3. "Hebreos debe su belleza especial en parte a la majestad y no-
bleza del tema que trata pero todavía más a la habilidad litera-
ria del escritor". Fundamente esta afirmación con ejemplos. ¿Por
qué razón se ha negado la paternidad literaria de la carta a Pa-
blo, Juan, Apolo y Bernabé?
4. ¿Cuándo y dónde se escribió la Epístola a los Hebreos? ¿Cómo la
recibió la Iglesia? ¿Cuál es su mensaje? ¿Cómo maneja su autor
el "escándalo de la cruz"? ¿Por qué la llama, y con razón, el
autor "Una palabra de exhortación?
5. ¿Cuál es la visión que el autor deseaba comunicar? Explique el
esquema que hemos hecho de la carta.

120 AYUDAS PARA EL REPASO Y TEMAS DE DISCUSIÓN
II
Prólogo, Cristo y los ángeles páginas 21-28.
1. El énfasis sobre la finalidad de la palabra de Dios hace que se
relacionen el prólogo a los Hebreos y el del Evangelio de San
Juan. Busque citas que prueben la verdad de esta afirmación y
analícelas.
2. Aunque la primitiva revelación de Dios sobre su Hijo era imper-
fecta, con todo era muy hermosa. Haga una lista de los pasajes
claves en los profetas mayores a los que se refiere el autor.
3. Diga con sus propias palabras lo que puede saberse sobre Cristo
deducido de otros pasajes de la Biblia como "heredero de todas
las cosas" (Sal 2:8; Jn 1:3) que "está sentado a la diestra de la
Majestad en lo alto" (Sal 109,1; Sab7:26; Me 16:19; Coll:15).
4. Señale los versículos que hablan de Cristo entronizado sobre los
ángeles (1:5-14) y explique cómo emplea el autor el Antiguo Tes-
tamento.
5. ¿Por qué oscila la exhortación (2:1-4) entre las palabras de alien-
to y las amenazas? Ponga algunos ejemplos de los Hechos de los
Apóstoles que muestren cómo estos versículos son una ajustada
descripción de los años primitivos de la Iglesia de Jerusalén.
III
Hijo e hijos páginas 28-44.
1. Cite los versículos del salmo 8 que usó Cristo y San Pablo. ¿Por qué
omitió el autor de Hebreos el versículo 7 c? Haga algunas citas
de los tres libros del Nuevo Testamento en los que se dice que
los honores celestiales conferidos a Cristo resucitado y exaltado
en su humanidad fueron el premio de sus sufrimientos y de su
muerte.
2. ¿Qué luz puede dar esta epístola al significado del término "dux
vitae" que se aplica a Jesús en la secuencia de Pascua?
3. ¿Por qué motivo se puede llamar a Cristo Sumo Sacerdote mise-
ricordioso y fiel?
AYUDAS PARA EL REPASO Y TEMAS DE DISCUSIÓN 121
4. ¿Por qué son requeridos los hebreos a mirar a Jesús y contemplar
su fidelidad? Explique la metáfora del edificio usada en Hebreos
3:1-4. ¿Qué lecciones pueden sacarse del salmo invitatorio de mai-
tines, el salmo 94?
5. Distinga entre los tres descansos bíblicos: a) Canaán después del
éxodo; b) el descanso del séptimo día; c) el descanso eterno de
Dios. ¿Cómo se relaciona el himno breve a la palabra de Dios con
el que termina esta primera parte (4:12-13) con los versículos con
los que comienza la epístola?
IV
Cristo nuestro Sumo Sacerdote páginas 44-57.
1. ¿Cómo intenta el autor de Hebreos mover a sus oyentes a cele-
brar la asamblea litúrgica con inteligencia y provecho? "La esen-
cia de la vida cristiana está en el acercamiento a Dios del pueblo
sacerdotal siguiendo al gran Sumo Sacerdote Jesús". Explíquelo.
2. Muestre que se da una semejanza de pensamiento entre el "Nobis
quoque peccatoribus" y Hebreos 5:1-4.
3. ¿Cuál es el derecho de Cristo al sacerdocio? ¿Qué ofrecimiento
sacerdotal hizo durante los días dé* su vida mortal? ¿Rogó para
librarse de la muerte? ¿Cómo oyó Dios su oración?
4. ¿Por qué se han mostrado los hebreos oyentes desanimados de la
palabra? ¿Cuáles son los tres pares de temas catequéticos? ¿Por
qué manda a sus lectores que mediten en cristo "nuestro Sumo
Sacerdote"?
5. ¿Por qué está el autor tan interesado en las infidelidades delibe-
radas y en el apartamiento secreto e interior de Cristo? ¿Por qué
se cree que el salmo 33 fue empleado muy primitivamente en el
rito bautismal? ¿Cómo pasaron a través del mundo los peregri-
nos viejotestamentarios del absoluto? ¿En qué nota se cierra esta
exhortación?
V
Melquisedec y Cristo sacerdote páginas 57-67.
1. ¿Qué detalles del retrato escriturístico de Melquisedec interewtn
al autor de Hebreos? ¿Cómo consigue que se produzca la lmprc
 122 AYUDAS PARA EL REPASO Y TEMAS DE DISCUSIÓN
sión de majestad del rey de Salem? ¿Era imperfecto el sacerdocio
levítico?
2. ¿Por qué era Jesús sacerdote según el orden de Melquisedec máse
que según el de Aarón? ¿Sugieren las palabras del salmo 109 q"
el nuevo "orden" aboliría el antiguo estatuto que regulaba el sis-
tema hereditario sacerdotal?
3. ¿Por qué es Jesús el Sumo Sacerdote perfecto? ¿Qué puede hacer
Jesús por los hombres? ¿Por qué tiene que ser único un sacrificio
realmente perfecto?
4. Muestre que la obra de Cristo como Sumo Sacerdote en el san-
tuario celestial da efecto a la nueva alianza. ¿Cuál es la relación
entre alianza y sacerdocio?
5. Cite a Jeremías 31:31-34 y muestre cómo el autor de Hebreos ve
que esta profecía se ha cumplido en la comunidad cristiana. Es-
tudie algunos pasajes sobresalientes del Nuevo Testamento:
Mt 11:27; Le22:20; Jn6:45; Rom5:5; 1 Cor 11:25; 2Cor3:3-6.
VI
Cristo y el Camino páginas 67-84.
1. Explique los términos y muestre el significado que les da el autor
de Hebreos: santuario terreno, mesa de los panes, Santo de los
Santos, altar del incienso, vara de Aarón, la vasija del maná, la
fiesta de la Expiación, Sede de la Misericordia.
2. ¿Cuál es el sentido del "primer tabernáculo" y de las ceremonias
que se ejecutaban en él? ¿Cuál es el sentido del "mayor y más
perfecto tabernáculo, no hecho por manos humanas, no de esta
creación?
3. Señale las diferencias entre las alianzas antigua y nueva. ¿Por
qué se tradujo la palabra hebrea para alianza (berith) por la grie-
ga (diatheke) que significa testamento? ¿Cómo es que la muerte
es un factor importante para la alianza y para el testamento?
4. Lea Éxodo 24, Levítico 14 y Números 19. ¿Qué alusiones a estos
capítulos se pueden encontrar en Hebreos 10? ¿Por qué era la ley
incapaz de perfeccionar al hombre que daba culto a Dios con ella?
¿Podemos considerar a la Eucaristía como un sacrificio que se
puede clasificar dentro de los otros que tienen lugar en la tierra,
o es una realidad que tiene lugar en el cielo?
AYUDAS PARA EL REPASO Y TEMAS DE DISCUSIÓN 123
5. ¿Por qué la verdadera práctica del culto cristiano asegura la en-
trada final de la comunidad en el cielo? ¿Qué aviso se da al cris-
tiano que ultraja al Hijo de Dios y profana la sangre-alianza de
Cristo?
Pruebas y héroes de la fe páginas 84-97.
1. ¿Por qué recuerda el escritor a los hebreos la firme resistencia y
el vigor de la fe que tuvieron durante las pruebas primitivas? ¿Por
qué necesitan los hebreos confianza y paciencia? ¿En qué sentido
se emplea la fe en estos versículos? Repita la definición comple-
tamente práctica que se da del creyente en Hebreos 10:38-39.
2. ¿Cuál es la forma literaria de Hebreos 11? ¿Cuál es el argumento
a fortiori implícito en esta larga lista de héroes de la fe? "La fe
es una hypostasis de cosas que se esperan, un elenchos de cosas
invisibles". Explíquelo.
3 ¿ Por qué no se mencionan a Adán y a Eva? Explique cómo son mo-
delos de fe Abel, Henoch, Noé, Abrahán y Moisés.
4. Estudie las lecciones de fe que pueden sacarse del Éxodo, el cruce
del mar Rojo, la caída de Jericó. ¿Qué otros ejemplos de fe heroi-
ca se citan?
5. "Nuestra vida es una vida de fe todavía, pero para nosotros las
promesas se han cumplido de tal forma que nuestra vida de fe
debería ser mucho más fácil para nosotros que para los oyentes
del Antiguo Testamento". Explíquelo.
VIII
La vida de fe páginas 97-113.
1. ¿Cómo se mueve a los hebreos a que se animen con el ejemplo
de los personajes cuya vida es un testimonio de las realidades
invisibles que la fe nos permite captar? ¿Por qué se les dice que
miren a Jesús? ¿Por qué se les dice que tienen que resistir toda-
vía hasta el derramamiento de su sangre?
2. ¿Qué recomendaciones concretas da el autor a los hebreos? ¿Por
qué se les previene contra hombres como Esaú? ¿Es este pasaje
injustamente severo? ¿Cuál es el fin de estas palabras tan fuertes?
124 AYUDAS PARA EL REPASO Y TEMAS DE DISCUSIÓN

3. Señale la diferencia entre el Sinai terreno y Sión celestial. Mues-

tre que el juicio es el tema sobresaliente de este hermoso pasaje.
4. ¿Puede afirmarse que los cristianos en la tierra celebran, con su
vida y su culto, una liturgia celestial en el cielo con los ángeles
y los santos?
5. Resuma las amonestaciones finales de esta epístola. ¿ Qué alusiones
se hacen al altar, al ritual expiatorio en la antigua alianza, al sa-
crificio de alabanza, al juicio?

Más ayudas para la discusión y estudio del texto del Nuevo Testa-
mento, fácilmente se hallarán al preguntar las razones por las cuales
los pasajes de la Epístola a los Hebreos de la página 117 se usan
como lectura de las Misas en todos los días indicados.