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La creación de neXT computer y la muerte de

Steven Jobs
Creación de neXT computer:
Steve Jobs fue obligado a retirarse de Apple en 1985, la empresa que co-fundó con Woz,
poco después de aquella humillación, Jobs funda NeXT: la empresa que gestó algunas de
las mejores ideas en la historia de la computación personal.
Despreciado por el amor de su vida, Jobs, casi por despecho, funda una empresa de
tecnología más arriesgada que el promedio. NeXT fue una suerte de laboratorio de ideas
para mejorar la experiencia del usuario; en principio con el hardware, aunque en mi
opinión sus logros mayores llegaron con el software. Veamos uno a uno.

Hardware
Jobs se dejó seducir por la ideas de Paul Berg sobre producir una computadora que
ofreciera cantidades sobradas de Memoria RAM (Megabytes), una pantalla de calidad
industrial (Megapíxeles) y un procesador más veloz que ninguno en ordenadores de su
clase (Mega Hertz). Las tres "M". NeXT sería el fabricante de esos equipos inusitados
para una industria entrada en la adolescencia.
Primero fue la NeXT Computer. En 1989 NeXT ofrecía este equipo con hasta 64 MB en
RAM, pantalla de 17 pulgadas de 1120x832 pixeles, y un procesador Motorola 68030 a
25 MHz. Las tres "M", además de hasta 660 MB en un disco duro y placa Ethernet
10Base-2: lista para Internet. El chasis fue diseñado como un cubo negro de mediano
tamaño. Jobs decía --como ahora-- que la NeXT Computer estaba 5 años por delante de
sus competidores.
La segunda generación de computadoras NeXT llegó a partir de 1990. Una fue
la NeXTcube, versión mejorada de la primera e idéntica visualmente. Y NeXTStation,
versión de bajo costo, menores prestaciones y chasis plano. Ambas fueron
descontinuadas en 1993.
Hemos de destacar que NeXT apostó por fabricar hardware para universitarios o
usuarios especializados, con miras a avanzar hacia los usuarios normales. Vendió miles
de unidades de 1989 a 1993, pero fueron insuficientes para sostener el negocio. Sin
embargo, no hizo falta más para convertirse en una computadora de leyenda.
Software
Para administrar los recursos de ese hardware, NeXT desarrolló NeXTSTEP. Y contrató a
un joven y destacado científico: Avie Tevanian, quien fue parte del equipo que creó
el kernel para sistemas operativos Mach: un clásico entre los de su especie.
Ciertamente los libros de sistemas operativos hablan más acerca de Mach que de
NeXTSTEP, la razón es que fue pionero en ejecución de tareas para cómputo distribuido
y paralelo, asimismo por su arquitectura microkernel. De hecho, algunas de las bases
teóricas de sistemas operativos tuvieron sus primeras implementaciones en Mach, que
a la postre influenció directamente el diseño de Mac OS X mediante XNU, e
indirectamente al muchos-años-esperado GNU Hurd.
Las ideas de Mach en NeXTSTEP sirvieron para crear un sistema operativo adelantado a
su tiempo.
Además, NeXTSTEP pasa a la historia de los sistemas operativos por ser el primero en
hospedar un servidor web; también ejecutó el primer browser. La casualidad quiso que
un colega de Berners-Lee en el CERN comprara una NeXTcube y luego se la entregara al
británico para su evaluación.
No sólo el núcleo inspirado en Mach de NeXTSTEP fue innovador, también la superficie,
la interfaz gráfica, plena de usabilidad, fue desarrollada bajo el entonces raro paradigma
de programación orientada a objetos. Esto influyó enormemente en las generaciones
posteriores de interfaces de usuario. Ni qué decir de Objective-C, uno de los 10
lenguajes de programación más influyentes de nuestros días: sería lengua muerta de no
ser por NeXTSTEP.
Y cuando NeXT fracasó con el hardware, NeXTSTEP le salvó del horror de la bancarrota
al motivar la compra de Apple. Así fue como Jobs pudo volver a Cupertino en 1996.
NeXTSTEP persiste en los genes de Mac OS X. Tiempo atrás fue el rostro de OpenStep
para Sun Microsystems, y hoy sigue vigente a través de proyectos de software libre
como GNUstep, AfterStep, Étoilé y WindowMaker.
Si bien el hardware estaba dirigido a un público especializado, el software no. NeXT, vía
NeXTSTEP, cambió las reglas en el diseño e implementación de interfaces de
computadora que optimizaron la experiencia de los usuarios.
Muerte de Steven Jobs:
Jobs había comunicado a sus empleados que tenía cáncer en agosto de 2004. El ejecutivo
detrás de Pixar y Apple envió un correo electrónico a la plantilla anunciando que estaría
unas semanas de baja para recuperarse de una intervención quirúrgica. La operación
tenía como objetivo eliminar el tumor de páncreas que le habían detectado tiempo atrás.
El e-mail que Steve Jobs escribió desde el hospital trataba de tranquilizar a sus empleados.
Nada hacía presagiar que siete años después, el CEO de Apple moriría por complicaciones
del cáncer.
“Deseo comunicaros una noticia personal que necesito compartir con vosotros, y que
quería que supierais directamente por mí. Tengo una forma muy rara de cáncer de
páncreas llamada tumor neuroendocrino, que representa aproximadamente un 1% del
total de casos de cáncer pancreático detectados anualmente, y que puede ser curado si
se elimina quirúrgicamente tras ser diagnosticado a tiempo (el mío lo era). No necesitaré
quimioterapia o radioterapia.”
Los tumores neuroendocrinos, como el que sufrió Steve Jobs, se forman en las células
del páncreas encargadas de producir hormonas tan importantes como la insulina o el
glucagón. Según datos de la Asociación Española del Cáncer, la supervivencia tras un
cáncer de páncreas es limitada. En ningún país del mundo supera el 10% a los 5 años. No
sucedió lo mismo en el caso de Steve Jobs. El antiguo CEO de Apple vivió siete años.
Tal y como sucede con muchos tumores, Steve Jobs descubrió que padecía cáncer por
casualidad. Desde la década de los noventa, el norteamericano se sometía a una prueba
conocida como tomografía computerizada (TC) para determinar si tenía piedras en los
riñones. En el 2003, sin embargo, los médicos detectaron una "sombra" en su páncreas.
Jobs no se hizo ningún favor retrasando su operación. A pesar de que el tumor que sufría
no era tan mortífero como un cáncer de páncreas convencional, es imposible determinar
si habría sobrevivido a la enfermedad operándose antes. Aunque esto sea, obviamente,
la opción recomendada por la medicina, es lógico plantear que Steve Jobs no hizo más
que disminuir las posibilidades de superar la patología optando por pseudoterapias no
avaladas por la evidencia científica.
El CEO de Apple también postpuso los escáneres necesarios para determinar el tipo de
cáncer que sufría, ya que tras la tomografía realizada, los médicos le aconsejaron
someterse a una prueba específica para "fotografiar" el páncreas. En aquel momento, los
especialistas pensaban que Jobs sufría un adenocarcinoma, un tipo de tumor más maligno
que el que en realidad padecía. Cuando se comprobó que era un tumor neuroendocrino,
el hecho de retrasar la intervención le hizo un flaco favor a su salud.
Nueve meses después, el líder por aquel entonces de Apple decidió operarse. La
intervención consistía en una cirugía Whipple no estándar, una
intervención potencialmente curativa en el caso de que se pueda extraer y resecar por
completo el tumor. Por desgracia, los médicos se llevaron una terrible sorpresa. Steve
Jobs presentaba tres metástasis en el hígado, según revela Isaacson en la biografía. Nueve
meses antes es probable que las células malignas ya hubieran salido fuera del páncreas y
se hubiesen extendido a otras zonas del cuerpo, creciendo hasta hacerse visibles para los
cirujanos.
Durante los años siguientes, las especulaciones sobre el estado de salud de Steve Jobs
fueron múltiples. En ocasiones, el máximo ejecutivo de Apple aparecía mucho más
delgado y pálido, lo que dio pie a rumores sobre un empeoramiento de su enfermedad.
En 2009, el empresario se sometió a un trasplante de hígado, una intervención que se
recomienda en casos puntuales dada la elevada morbi-mortalidad que presenta. Esa
parecía ser la situación de Steve Jobs, que tuvo la opción de realizarse esta operación
dado el lento crecimiento de algunos tumores neuroendocrinos, especialmente si se
comparan con el cáncer de páncreas convencional.Kremlin
La intervención no fue bien. Aunque el transplante fue un éxito, Isaacson destaca que
Steve Jobs fue sedado y sufrió complicaciones posteriores como una neumonía. Corría el
año 2009, y los cirujanos también detectaron unos cúmulos en el peritoneo del paciente.
Su biógrafo no revela si eran o no depósitos de células malignas –es decir, si el cáncer
seguía extendiéndose. De hecho, a finales de 2010, la salud del CEO de Apple empeoró.
Perdió el apetito, adelgazó, comenzó a sentir terribles dolores. El cáncer había vuelto,
aunque las primeras pruebas no consiguieron determinar la recaída. Este es,
precisamente, uno de los problemas en oncología: detectar de forma precoz una posible
recurrencia. Es una cuestión vital si se quiere tratar con éxito esta enfermedad.
A finales de 2010, Jobs comenzó a encontrarse mal. El cáncer había vuelto, aunque no
pudieron detectarlo hasta meses después
Durante sus últimos meses de vida, Steve Jobs decidió secuenciar su ADN con el fin de
contar con más armas en su particular guerra. Según Technology Review, el empresario
fue una de las primeras personas en analizar su genoma por esta vía para combatir el
cáncer. El insulinoma, el tipo de tumor que afectaba a Jobs, es potencialmente curable si
no se ha extendido a otras zonas del cuerpo y, por tanto, no se puede eliminar por cirugía,
como explican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. En caso
contrario, puede llegar a ser mortal. Exactamente lo que le ocurrió a uno de los
emprendedores más carismáticos del mundo.

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