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Ideas Y Delirios:
Ideas
Desorden obsesivo compulsivo: El trastorno obsesivo-compulsivo, comúnmente
conocido como TOC, es una forma de ansiedad que hace que las personas sufran de
patrones crónicos e inevitables de pensamientos intrusivos no deseados que no pueden ser
suprimidos o ignorados a pesar de tener el deseo de hacerlo. Los pensamientos y las
compulsiones que afectan a estos individuos los obligan a tener ciertas conductas o rituales
para reducir los sentimientos de ansiedad o evitar un daño. Los síntomas del TOC pueden
provocar una gran alteración en las vidas de aquellos que sufren de este padecimiento,
frecuentemente impidiendo que participen en actividades aparentemente normales. En
muchos casos, los patrones de comportamiento cíclicos no tienen sentido para el individuo
que los realiza, lo que lleva al aislamiento social u ocasiona la sensación de ser condenado
al ostracismo. Finalmente, esto puede causar el deterioro de la autoestima y provocar una
angustia adicional. Afortunadamente, existen opciones de tratamiento disponibles para
ayudar a reducir los síntomas del TOC y prevenir futuras afectaciones en la vida del
individuo.
Existe una combinación de factores que se conjugan para provocar el desarrollo del
trastorno obsesivo-compulsivo. A continuación, se describen dichos factores:
Factores genéticos: Al igual que con otras enfermedades mentales, se cree que el
trastorno obsesivo-compulsivo tiene un componente genético, ya que es un
padecimiento que suele ser común en algunas familias. Los individuos que tienen
un pariente de primer grado con el TOC (por ejemplo, un hermano o un padre
biológico), enfrentan un mayor riesgo de desarrollar síntomas de este trastorno.
Adicionalmente, si existen antecedentes familiares de otros tipos de ansiedad, las
personas son más susceptibles de presentar los efectos del TOC.
Síntomas compulsivos: Las compulsiones son conductas atípicas que los individuos se
sienten obligados a tener, a pesar de no querer hacerlo. Cuando se presentan estas
conductas compulsivas, las personas con el TOC se sienten incapaces de dejar de tenerlas,
ya que, de no lograrlo, experimentarán sensaciones de ansiedad cada vez más fuertes y a
menudo debilitantes. Estos son algunos ejemplos de los síntomas compulsivos, aunque
existen otros:
Celotipia: La celotipia son los celos, obsesivos, que se pueden percibir hacia personas
cercanas, como parejas, familiares y amigos. Esta es una enfermedad progresiva, o sea,
con el paso del tiempo se vuelve más fuerte; esto se observa fácilmente analizando el
comportamiento de los individuos celotípicos, con el progreso de los niveles de la condición,
en la mente del individuo aparecen nuevas ideas delirantes resultantes de los celos
compulsivos que mantienen, sin importar si tienen sentido alguno o no.
Los celos pueden aparecer como fruto de malas experiencias pasadas. Al experimentar
este tipo de situaciones que no son agradables, se crea una especie de autodefensa en el
sujeto, para que lo que ocurrió no vuelva a repetirse. Asimismo, se puede originar por las
inseguridades que pueda tener un individuo y el miedo a perder a la pareja. Cabe destacar
que Sigmund Freud, gran exponente y emprendedor de la psicología, clasificó los celos en
tres niveles: los comunes, que aparecen cuando se considera perdido un objeto o persona
del cual se está muy apegado; el segundo, que nace como producto de los sentimiento de
infidelidad o del impulso de cometerla; el último, y más grave, considerados como
delirantes, que pueden destruir a la persona que lo padece y a su entorno.
En la mente de un celotípico patológico, hay estados emocionales que están relacionados
con ciertas acciones y comportamientos que desencadenan la infidelidad. A pesar de que
no se tengan pruebas contundentes sobre la infidelidad, los celos siguen surgiendo a través
de ciertas por medio de las relaciones entre acciones y emociones antes mencionada, tenga
sentido o no.
Sintomáticamente hablando, el individuo que sufre los males de los celos obsesivos no
acepta su condición, consideran su comportamiento como “normal”. También, mantienen
actitudes paranoicas y violentas contra el ser u objeto a los que van dirigidos sus celos,
necesitan mantenerse cerca del individuo la mayor parte del tiempo, a menudo se sienten
abandonados y con baja autoestima.
El tratamiento provisto para tratar la celotipia, se basa en mejorar la confianza mutua dentro
de la relación de pareja (siendo este el caso más común), haciendo que el celotípico perciba
que su pareja no le está siendo infiel. Sin embargo, los dos individuos deben tener sesiones
por separado; el pereciente para eliminar las ideas delirantes y absurdas, y la persona, que
está siendo afectada por la enfermedad del otro, para que aprenda a convivir con la
enfermedad de su acompañante y lo ayude a superarlo.
Delirios
Delirio: Estado de perturbación mental, causado por una enfermedad que se manifiesta
por excitación, alucinación e incoherencia de las ideas, se deja de obedecer a la razón.
Delirio de grandeza: La persona que tiene un delirio de grandeza está dominada por una
idea fija, que es la superioridad, sobrevalora sus capacidades y exagera sus logros, niega
totalmente sus defectos e incapacidades.
Se puede definir delirio de grandeza como una serie de pensamientos, ideas y creencias
incongruentes e irreales, en donde una persona se considera especial, superior, más
grande y más importante, que las demás, sin importar su clase social, genero, religión, raza,
nacionalidad, edad, profesión, etc. El delirio de grandeza también es conocido como
megalomanía y es una idea y un comportamiento de grandiosidad, una falta de empatía y
una necesidad de admiración exagerada, que puede venir acompañada de uno o varios
trastornos mentales.
Algunas características de la persona con delirios de grandeza son las siguientes:
Se consideran muy importantes y creen que los demás de igual manera así los ven.