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Introducción
El uso de redes sociales virtuales se ha extendido ampliamente, trascendiendo límites
geográficos y de la lengua; característica que ha permitido una interacción inusitada, más
allá de una cultura específica o de divergencias culturales; y además y no menos
importante, una interacción que trasciende barreras temporales. Estas condiciones
inherentes a las redes sociales virtuales, las convierten en un medio propiciador de un
nuevo espacio ideológico y discursivo, cuyo impacto es inherente a las herramientas
virtuales que facilita; pues la naturaleza ubicua de estos medios define el impacto socio-
cultural que causan.
En esta perspectiva generalizada sobre las redes sociales virtuales situamos Facebook.
Millones de personas alrededor del mundo se han convertido en usuarios de esta red
social virtual, que les permite interactuar en tiempo real a través una plataforma virtual
sustentada no solo en un código de lengua, sino también en un particular código
comunicativo que va más allá de la lengua escrita; constituido por herramientas virtuales
que a la vez son portadoras de un mensaje: videos, fotografías, archivos musicales, “chat”,
memes, emoticons, y “botones virtuales” que permiten expresar “me gusta”, “compartir” o
“comentar”.
Las redes sociales virtuales son un medio de interconexión social en el que sus miembros
desarrollan un sentido de pertenencia que contribuye a la reformulación de una identidad y
subjetividad; y son a la vez un mensaje en sí mismas y un texto cultural colectivo donde se
manifiestan lo ideológico y lo discursivo. Por lo tanto, no solamente reproducen un
contenido ideológico, sino que se constituyen como un mensaje que conforma una nueva
identidad cultural. Es así que el planteamiento que se propone es que como medio de
interconexión social-virtual, Facebook, es el producto de un texto o discurso ideológico que
al mismo tiempo se ha convertido en un nuevo texto generador de identidad cultural,
consecuencia de las características dialógicas e inmediatas del medio en que se
desenvuelve.
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subjetividad particular; con el objeto de justificar a partir del uso de las herramientas
virtuales integradas a Facebook, la aparición de un nuevo sentido de identidad,
pertenencia social y enajenación, que resultan de esta subjetividad.
Acercamientos empleados
El término dialógico implica que una forma cultural objetivada está orientada o dirigida a un
supuesto destinatario y, por consiguiente, tiene en cuenta las respuestas anticipadas de
los receptores, lo que se manifiesta en la selección, la organización y las referencias
cruzadas que se usan. Una vez que una de estas formas culturales llega a un destinatario,
ésta recibe sentido y comprensión al dársele valor a los signos que se perciben; y
simultáneamente se lleva el proceso más allá, al generar una respuesta que se establece
como el siguiente momento de un diálogo. (John Hartley et al 1995,p.104).
En este sentido el concepto de dialogismo caracteriza las herramientas virtuales a las que
permite tener acceso Facebook, pues su empleo está básicamente destinado a buscar una
respuesta particular en otros usuarios.
El contenido de todo medio es otro medio, por esta razón un medio se fortalece e
intensifica ya que se le da otro medio que le sirva de contenido. Por ejemplo, el contenido
de lo escrito y de lo impreso es el discurso y el contenido del discurso es un proceso de
pensamiento que en sí mismo no es verbal; aunque la persona tan siquiera se da cuenta
de esto ya que se modifican sus índices de percepción constante e inconscientemente.
Por este motivo cualquier tecnología se incorpora a lo que ya es el ser humano,
convirtiéndose por lo tanto, en una extensión del mismo; una ampliación de las
capacidades físicas y mentales naturales con el que el ser humano cuenta.
El proceso de extensión de sus capacidades tiene lugar subliminalmente, por lo que el ser
humano paulatinamente se insensibiliza a la diversidad de las formas tecnológicas; y al
mismo tiempo se bloquea su mente a la idea de que da forma a sus herramientas y éstas
le dan forma a él posteriormente.
En este sutil proceso de transformación ( Mc Luhan,1996, p.40) explica que los individuos
“de una sociedad alfabetizada y homogenizada” se insensibilizan a la gran diversidad de
formas, adquiriendo “la ilusión de una tercera dimensión y del “punto de vista” como parte
de su fijación narcisista, y se cierra a la toma de conciencia […] de que nos convertimos en
lo que contemplamos.
El empleo del concepto sujeto cultural interesa en este trabajo pues de acuerdo con Cros
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(1997), se refiere a una instancia ideológica que integra a todos los individuos en un
mismo grupo, remitiendo a cada uno a su respectiva posición de clase, de acuerdo con su
grado de apropiación cultural.
El término sujeto cultural integra la idea de que las diferentes formas discursivas se
manifiestan a través del Yo/Ego, emergiendo y expresándose la subjetividad en y por el
lenguaje; ya que el Yo/Ego es en realidad una forma vacía que es constantemente
ocupada por diversas instancias de discurso. De esta manera, lo ideológico inscrito en el
lenguaje y en las diversas prácticas sociales produce una enajenación en el individuo.
Este proceso de alienación del sujeto implica una disociación entre lo que él llama sujeto
hablado: lo enunciado –lo dicho y sujeto hablante: la enunciación – el decir-. Cuando el
individuo se adueña del tejido que constituyen los signos culturales, el sujeto aparece en el
acto de enunciación, en la expresión de su subjetividad. No obstante, debido a la
naturaleza convencional del signo, el sujeto ignora realmente lo que dice porque lo que
hace es solamente designar metafóricamente el objeto del deseo: lo que se dice es
diferente de lo que se cree decir.
El sujeto puede presentarse bajo formas que revelan su conexión con la subjetividad a
través de diversos enunciados: tú, ellos, nosotros, se, etc. En algunos casos puede incluso
llegar a desaparecer cuando adopta formas impersonales, tópicos, clichés, o se hace uso
de la doxa o los ideologemas; formas que representan la cara más visible del sujeto
cultural y en cuya instancia el enunciador puede ser cualquier sujeto o ninguno. Cros
(1997)
Cros (1997) explica que la construcción del sujeto cultural tiene lugar en el espacio
psíquico de un único individuo e implica un proceso de identificación basado en un modo
particular de relaciones entre el sujeto y los otros, donde el Yo se confunde con los otros.
Aunque por una parte este concepto está ligado con la apropiación del lenguaje; en la
formación de la subjetividad y los procesos de socialización, por otra parte es importante
mencionar que es el modelo cultural el que hace manifestarse al sujeto como tal, ya que es
la cultura el agente de identificación del sujeto y no lo contrario.
El lenguaje es la capacidad que le permite al hombre constituirse como sujeto, puesto que
únicamente en él y por él, el hombre puede fundamentar su realidad, su Yo/Ego. La
subjetividad queda determinada entonces por el “estatuto lingüístico de la persona”, por el
uso que los hablantes hacen de la lengua, y por lo tanto la identidad del individuo se
asoma cada vez que éste habilita el lenguaje en la estructura socializada de la lengua. El
lenguaje es la capacidad que nos permite comunicarnos por medio de signos orales y
escritos, pero el habla es la forma subjetiva en que lo empleamos a través del código de la
lengua; por consiguiente “el discurso es a la vez portador de un mensaje e instrumento de
acción” (Cros, 1997,p.12). Punto en el que coinciden ambos autores, pues como se había
mencionado previamente, Mc Luhan (1996) considera el discurso como el contenido del
habla, y el proceso de pensamiento -que en sí mismo no es verbal- como el contenido del
discurso.
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audiovisual que funcionan como mensajes. El diálogo que se establece puede darse entre
usuarios que se conocen o desconocidos; reconstruyendo por lo tanto el sentido de lo
público y lo privado.
Desde la perspectiva de Mc Luhan (1996), no solamente todo medio tecnológico hecho por
el ser humano se convierte en una extensión del cerebro y de los órganos de la
sensibilidad; sino que además los medios son información pura. Lo anterior implica que el
contenido de todo medio es otro medio. En el caso de Facebook, el conglomerado de
herramientas virtuales que forman parte de la plataforma virtual se fortalecen e intensifican
mutuamente, pues cada una de sus herramientas o formas discursivas virtuales sirve de
contenido para otra.
Si de acuerdo con Mc Luhan (1996) los medios alteran los procesos de percepción al
modificar los índices sensoriales, ampliándolos o acelerándolos; el hecho de que en una
sola plataforma virtual sea posible tener acceso prácticamente simultáneo a varios medios
virtuales, multiplica las formas en que se alteran sentimientos y pensamientos, altera el
modo en que se conoce el mundo y se da sentido. Desde esta óptica, es claro que la
modificación en los procesos de percepción perturba los órdenes de significación y a su
vez las formas discursivas.
Una de las características de todo medio virtual es su inmediatez y con ella, la ventana que
abre para recombinar y reproducir información. Los conceptos convencionales de tiempo y
espacio cobran un significado nuevo como consecuencia de la manipulación que sufren en
los medios virtuales; que crean una temporalidad insólita y la idea de una concepción
espacial sin fronteras físicas.
Con el uso de cualquiera de las herramientas virtuales que forman parte de Facebook, o
con aquellas a las que se accede a través de vínculos también virtuales, se manipula la
convencionalidad de las concepciones espacio-temporales; propiciando a la vez un
estado dialógico que favorece el desvanecimiento entre los confines de lo público y lo
privado. La consecuencia de estos cambios es un condicionamiento en la mentalidad del
individuo y sus relaciones sociales.
En un medio virtual como Facebook, que contiene a su vez otros medios, la sustitución de
funciones discursivas del lenguaje por herramientas virtuales, incrementa los campos de
atención restringida o específica a campos totales o amplificados; y remplaza estas
funciones por formas que expresan sintéticamente un código de lengua. La consecuencia
de esta variación es una percepción sensorial instantánea de conjunto. Lo anterior implica
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un cambio en las formas de asociación porque, de nuevo, se modifican factores
temporales y espaciales que afectan la manera de vincularse, y la construcción de la
identidad.
El resultado de esta situación es que el usuario deja de percibir los efectos que sobre él
ejercen las herramientas discursivas que emplea para comunicarse; primero porque
suceden a nivel inconsciente y luego porque el usuario desarrolla, de acuerdo con Mc
Luhan, una especie de ilusión de tercera dimensión. Esto ocurre porque las formas
discursivas virtuales le dan al individuo la sensación de proyectarse ilimitadamente por
medio de ellas. Si embargo, tarde o temprano empezarán a afectar los procesos de
percepción e interacción, pues el hombre se convierte en lo que contempla. Caivano
(2007), señala que los sentidos, en cierta manera, interactúan, funcionan juntos y que al
afectarse uno, el resto también lo hace.
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Al crear el hombre las herramientas
virtuales con las que trata de facilitar
procesos, olvida que estas terminan a su
vez moldeándolo; para caer en una
carrera circular donde uno y otro se
modifican constantemente.
Una de las características de Facebook es que el “conocimiento” inmediato del otro hace
innecesario el encuentro y presentación personal. La ausencia de un proceso presencial
de exploración del otro, el sentimiento que genera la idea de encontrarse solamente a un
“click” de distancia; la inmediatez y el dialogismo abierto que caracterizan las herramientas
de esta red, son factores que propician la idea o sensación de conjunto y modifican
interacciones sociales y prácticas discursivas.
Cualesquiera que sean las formas en las que se encarna la subjetividad y el surgimiento
el Ego en esta plataforma virtual de Facebook; lo dicho, expresado en los enunciados del
sujeto cultural, sea mediante el habla u otras prácticas discursivas objetivadas, está
siempre potenciado por otro medio que lo contiene. Es el caso de los memes, cuyo
mensaje escrito se refuerza con una imagen que consolida lo expresado con palabras. Es
también el caso de los emoticons que concentran en una representación, muchas veces
facial, una expresión o sentimiento universal, haciendo innecesario el uso de un código de
lengua particular.
Los espacios ideológicos expresados a través de esta red virtual se ajustan a su estructura
y formas discursivas para crear un proceso de sumisión ideológica; un sujeto cultural que
se encuentra al servicio de la velocidad, la simultaneidad y la doxa.
De ahí también que el sujeto/usuario más allá de identificarse con un discurso o ideología
particular, lo haga con el discurso que representa la red social-virtual. La ideología detrás
de los medios virtuales se encuentra representada en las herramientas que lo integran, su
versatilidad, su configuración de conjunto, su inmediatez y el acercamiento instantáneo
que ofrecen con el otro. El sujeto/usuario se identifica con estos conceptos que forman
parte de la red virtual y de un proceso ideológico que, inconscientemente lo lleva a
reformular su relación con el lenguaje y otras formas discursivas.
En el curso de esta identificación el sujeto queda atrapado en las formas discursivas con
las que se identifica; por lo tanto la emergencia de su subjetividad depende de ellas,
causantes al mismo tiempo de su enajenación y del sentido de pertenencia social.
Conclusiones
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La variedad de herramientas o formas discursivas que consolidan la estructura virtual e
ideológica de Facebook, marca la pauta en la construcción de la identidad, y el sujeto
cultural que sirve como proceso mediador entre el surgimiento del Yo/Ego y la subjetividad.
Los fenómenos de índole sensorial modificados por las herramientas virtuales, provocan
una alteración en la percepción que cambia la manera en que el individuo percibe e
interpreta información. Al servir como múltiples formas discursivas, estas herramientas
actúan como prolongaciones del sistema nervioso y los sentidos, pues posibilitan la
expresión integrada de ideas y emociones visual y auditivamente.
La nueva identidad es una amalgama resultante de la confluencia entre los factores que
conforman la configuración de esta red virtual. La inmediatez propia de las herramientas
virtuales también refuerza su dialogismo, porque se rompen límites que hasta hace poco
tiempo relativamente parecían infranqueables. Estas dos características básicas de las
herramientas virtuales que integran Facebook, les permiten sustituir funciones discursivas
del lenguaje y condicionan nuevas formas de socialización y construcción identitaria, al
hacer de este medio virtual un mensaje en sí mismo. Un mensaje de totalidad, rapidez,
simultaneidad, integración funcional e integración de individuos. La identidad que se
construye es entonces a partir de esos pilares, que son los que sustentan el
funcionamiento de esta red social-virtual.
Los vínculos virtuales que surgen entre los usuarios funcionan como conexiones a nivel
emocional que sustituyen heterogéneamente el contacto presencial; y generan además un
sentimiento de integración, de grupo, que crea la idea, la apariencia de unificación a pesar
de las distancias físicas o culturales de los usuarios en cuestión.
Las prácticas discursivas empleadas en Facebook son parte de sus herramientas virtuales,
están integradas a ellas y ejercen una influencia como medio de comunicación en la
aparición de una subjetividad diferente. Pero están siempre a lo interno del lenguaje, no
pueden escapar a él, ni al hecho de que el lenguaje no es un medio transparente para
referirse a la realidad, ni para referirse al Yo/Ego. La subjetividad que emerge en este caso
refleja el concepto de conjunto, se forma parte de esta red social-virtual para integrarse a
algún grupo con el que el usuario se identifica porque le representa de alguna manera.
Al integrarse a un grupo -aunque este sea virtual- que hace eco de sus valores y
creencias, el usuario asimila inconsciente y paulatinamente la estructura de las formas
discursivas empleadas, así como los contenidos ideológicos que la sustentan y se
manifiestan en ella. Esencialmente estas cualidades se incorporan a su proceso de
pensamiento y a su discurso; moldeando en él nuevas pautas de percepción y expresión,
re-creando el curso de fases que conforman su lógica discursiva.
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Por otro lado, las características de las prácticas y herramientas virtuales condicionan la
emergencia de un Yo/Ego que tiende a mostrarse como un sujeto grupal porque esta es la
configuración que da base a Facebook. Toda su estructura, herramientas y prácticas
discursivas fomentan el sentido de grupo y totalidad. Por consiguiente, la subjetividad que
se deriva de estas prácticas discursivas refleja estas instancias.
Referencias bibliográficas
Berger L P y Luckamann T. (2003). La construcción social de la realidad. Buenos Aires:
Amorrortu.
Caivano, José, (2003). Sinestesia visual y auditiva: la relación entre color y sonido desde
un enfoque semiótico. deSignis, Publicación de la Federación Latinoamericana de
Semiótica (FELS), 4,175-186.
Mc Luhan, Marshall, (1996). Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del
ser humano. Barcelona: Paidós.
O´Sullivan, Tim; Hartley, John; Saunders, Danny; Montgomery, Martin; Fiske, John,
(1995). Conceptos clave en comunicación y estudios culturales. Buenos Aires: Amorrortu
editores.
Recuperado de http://en.wikipedia.org/wiki/Meme
Recuperado de http://en.wikipedia.org/wiki/Emoticon
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