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Resumen

El basamento metamórfico del Precámbrico tardío - Paleozoico temprano forma una parte
volumétricamente importante de la corteza Andina. Estamos investigando su evolución con el
fin de subdividir el área entre 18 y 26° S en los dominios de la corteza a través de datos
petrológicos y dataciones de edad (isocronas Sm±Nd y K±Ar). Las edades de cristalización
metamórfica y las edades tDM no son consistentes con el crecimiento del margen del Pacífico
norte de la Precordillera Argentina por la acreción de terrenos exóticos, pero si con un modelo
de un cinturón móvil del Ciclo Pampeano. Las condiciones metamórficas Peak en todas las
áreas de afloramiento dispersos entre los 18 y 26°S son similares y llegan a las condiciones de
facies de anfibolita superior indicadas por la paragénesis mineral y la aparición de migmatitas.
Las isocronas minerales de Sm-Nd dan 525  10,505  6 y 509  1 Ma para la Cordillera Chilena
de la Costa, la Precordillera Chilena y la Puna Argentina, y 442  9 and 412  18 Ma para las
Sierras Pampeanas. La convención K- Ar para los datos de Anfíbol y mica da una edad de 400
Ma, pero con frecuencia se restablece a finales del Paleozoico y del magmatismo Jurásico. La
exhumación final del orógeno del paleozoico temprano es confirmada por las disconformidades
erosionales del Devónico. Sm- Nd del modelo del manto empobrecido da a las rocas félsicas del
basamento metamórfico un rango de 1,4 a 2,2 Ga, en el Norte de Chile el promedio es de 1.65
 0.16 Ga (1; n = 12), el promedio tDM de ambos gneiss y metabasita en el NW de Argentina
es 1.76  0.4 Ga (1; n = 22), y la composición isotópica excluye la mayor adición de material
proveniente del manto juvenil durante el ciclo magmático y metamórfico del Paleozoico
temprano. Estos nuevos datos indican en gran medida un desarrollo similar del basamento
metamórfico sur del Macizo de Arequipa a 18° S y del norte de La Precordillera Argentina a 28°
S. Las variaciones de grado metamórfico y de edades de mayor metamorfismo son de
importancia local. El protolito fue derivado en las áreas cratónicas desde el Proterozoico
temprano hasta el Proterozoico medio, similar a las rocas del Proterozoico del Macizo de
Arequipa, que a sufrido metamorfismo Grenvilliano at ca. 1.0 Ga. q 2000 Elsevier Science Ltd.
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1. Introducción

La evolución Paleozoica de los Andes centrales ha sido objeto de considerable debate


en los últimos años. El presente margen del Pacífico de Sur América es ampliamente
considerado como un conjunto de terrenos parautoctonos y aloautoctonos que se
acrecionaron a Gondwana durante el Proterozoico tardío y / o durante la primera mitad del
Paleozoico (e.g. Ramos, 1988, 1995; Unrug, 1996; Astini et al., 1995). Cuatro de esos terrenos
fueron reconocidos por Omarini et al. (1999) y por; Ramos (1988, 1995, fig. 1) y tres por
Bahlburg y Herve (1997) en el área de estudio. Una hipótesis tectónica es que se produjo un
intercambio de terrenos entre los cratones de Sur América (Gondwana) y Norte América
(Laurentia) seguido por una colisión Grenvilliana que formó el hipotético supercontinente
Rodinia. (Wasteneys et al., 1995; Tosdal, 1996; Dalziel, 1997). La separación fue seguida por
una segunda colisión entre Laurentia y Gondwana durante la orogénesis Famantiana del
Ordovicio Medio en los Andes y la orogénesis Taconiana en los Apalaches (Dalziel et al., 1994).
Una modificación de este último modelo coloca un pequeño océano entre
Laurentia y América del Sur con arcos sobre o delante de los márgenes en el Ordovícico
Temprano. En el ordovícico medio, seguido de una posible colisión de la plataforma
continental, frente a Laurasia incluyendo la precordillera de Argentina ( Dalziel, 1997). Esta
reconstrucción de la tectonica global del paleozoico, en los Andes central, son principalmente
cuencas con registros sedimentarios FAUNAL ¿?? La evolución del magmatismo-tectonico, en la
cuenca (referencias arriba) y evidencias paleomagneticas (cf. Dalziel, 1997).
La interpretación de la historia metamórfica fue interrumpida por falta de datos del área.
En el afloramiento de los Andes, las rocas metamórficas son escasas, pero están presentes en
toda la cadena montañosa de la costa de Chile, en el lado oriental.
En el N. de Chile no es continuo el afloramiento (fig.1; Damm et. Al., 1990,1994). En el NW de
Argentina (Fig. 1 y 2) rocas metamórficas de la región Puna (Viramonnte et al., 1990; Miller et.
Al., 1994) comprende desde el precámbrico superior al cambrico inferior, La formación de el
Puncoviscana, equivalente a una alta temperatura y baja presión, son rocas de alto grado.
(fig1). Un resumen del trabajo previo de rocas metamórficas esta dado por Damm et al.
( 1990,1994) y Miller et. Al. (1994). El alto grado en el basamento al sur de las sierras
pampeanas en la Sierra de Córdova (ca. 30-32ºS) esta investigada por Pankhurst et al. (1998) y
Rapela et al. (1998 a,b). Nuestro paper presenta descripciones de petrología, dataciones de
Sm- Nd, isócronas en rocas, K – Ar en minerales y Sm±Nd sistemático en rocas de la costa de
chile hasta el flanco este de la puna de Argentina. El paper revela un posible escenario en el
Paleozoico temprano, desarrollado frente a un punto de vista de la evolución del basamento
metamorfico enfocado en el área entre 21º y 26ºS.

2 Geología y petrología

2.1 Norte de Chile

El afloramiento del basamento metamórfico en el norte de Chile (Fig. 1) tiene características


litológicas comunes y contacto con sedimentos de los alrededores o rocas ígneas post
metamórficas. Metasedimentita rica en cuarzo, ortogneisses graníticos y dioriticos son
dominantes. Mientras que las metabasitas son raras y comprenden menos de 5% del área de
afloramiento. La deformación dúctil causó una mayor foliacion, con rumbo norte-sur. Las
intrusiones en el paleozoico superior no presentan una deformación dúctil penetrativa. Los
magmas dioriticos o graníticos intruyen a niveles altos en rocas sedimentarias y metamórficas.
El alto nivel de la intrusión es consistente con la ausencia general de granitos ricos en aluminio
y por un máximo espesor de sedimentos del Devoniano al Carbonífero (<3km; Breitkreuz,
1986).
Una pequeña descripción de las áreas de muestras, para la datación isotópica es dada mas
abajo, para mas detalle de la descripción la lectura esta referida a Baeza (1984) para Mejillones
(localidad 2 en la Fig. 1) Lezaum et al. (1996, 1997) para el área de Belen, y Lucassen et al.
(1994) para otras localidades. La Sierra de Limon Verde (localidad 7 en la Fig. 1) muestra un alto
grado metamórfico, periodo Permico (Lucassen et al., 1999a).
Sierra de moreno. El tipo de roca mas común en la Quebrada Arcas – Quebrada Quimalache
(localidades 5 y 6 en la fig. 1) gneiss ricos en cuarzo sobre facies anfiboliticas con proporciones
variables de feldespatos, biotitas, y rara vez moscovita. Los protolitos son grauwacka type
sediments as inferred from bulk composition (Lucassen et al., 1999b) and compositional
layering; nosotros observamos una serie de capas en los metasedimento comenzando con,
cuarcita gradando a gneiss o esquisto rico en mica, estas capas se repiten. Cuarcitas y rocas
calc-silicate estas presentes en pequeñas cantidades en los metasedimentos,
ortogneissdioritico y anfibolita, fueron encontrados en una localidad solamente. Migmatizacion
(entre capas de cuarzo feldespático y capas ricas en biotitas) las rocas están especialmente en
el flanco occidental de la cadena montañosa. Esta unidad metamórfica esta instruida por
dioritas datadas alrededor de 300 Ma (Maksaev, 1990; Lucassen et al., 1999b). Indicaciones
para el metamorfismo de contacto no fueron observadas en las rocas metamórficas, pero están
presentes en intrusiones plutónicas, pero están presentes donde el plutón instruye a los
sedimentos del paleozoico. En el flanco occidente los esquistos están sobre lutitas, periodos
Devonico a Carbonifero inferior ( Breitkreuz, 1986) con un conglomerado basal que contiene
clastos de rocas metamórficas. En el área de Quebrada Choja y Tambillo O Seca (localidades 3 y
4, fig.1) nosotros encontramos esencialmente las mismas características: orto migmatitas y
paragneisses, con pequeñas cantidades localizadas en capas de anfibolita, esquisto y raramente
lentes de silicatos de calcio.
Caleta Loa: Las rocas metamórficas con capas de migmatitas y en menor importancia
metadioritas sobre facies de anfibolita, están expuestas por 25 km a lo largo de la parte inferior
del rio Loa Valley (área 1, Fig. 1; Wilke et al., 1997). En el oeste, las migmatitas son intruidas por
el batolito costero mesozoico y en el este están cubiertas por rocas volcánicas. La unidad
metamórfica es localmente intruída por pequeños gabros y dioritas de edad mesozoica y por
un granito en los últimos tiempos del paleozoico (Maksaev, 1990). El granito paleozoico
también intruye dentro de sedimentos del devónico hasta el carbonífero (Breitkreuz, 1986).

Península de Mejillones (área 2, Fig. 1): Gneis y esquistos sobre facies de anfibolita, con menor
cantidad de intercalaciones de granate-anfibolita, dominando la parte central de la península
(Baeza, 1984). Estas rocas son similares a las rocas de las áreas descritas anteriormente,
aunque la migmatización está ausente. La parte sur, es también separada en la parte central
por una zona de falla con rumbo NW-SE, que consiste en intrusiones máficas del mesozoico y
sus equivalentes metamorfoseados (Lucassen and Franz, 1992, 1994).

2.2. NW Argentina: Figs. 1 y 2 muestran la distribución de las principales ocurrencias de rocas


metamórficas de alto grado sobre facies de anfibolita en el norte con 26° sur del NW argentina
(Toselli et al., 1978; Allmendinger et al., 1982; Viramonte et al., 1993; Hongn, 1994; Becchio et
al., 1999). También hay equivalentes de bajo grado de las mismas unidades litológicas (Adams
et al., 1989; Quenardelle, 1990; González et al., 1991). Los tipos de rocas del basamento
metamórfico son similares a las del N chile, con abundantes metasedimentos ricos en cuarzo y
ortogneis de composición granítica, especialmente en la meseta puna. Generalmente las
metapelitas ricas en aluminio son más frecuentes que en el N chile. Metabasitas son poco
frecuentes en ambas áreas. La foliación tiene rumbos NS y manteos al oeste. En el salar de
Centenario y el área El Jote (localidades 1 y 7 en la fig. 2) el basamento metamórfico es
enterrado por sedimentos del ordovícico, y sus equivalentes de bajo grado durante la
deformación Ordovícica. (Hongn, 1992, 1994; Mon and Hongn, 1988, 1991, 1996).
Salar Centenario (área 1 en fig.2): La unidad metamórfica en el borde oeste del salar consiste
en esquitos ricos en cuarzo, sillimanita, andalucita y cianita. (Viramonte et al., 1976), ortogneis
granítico y subordinadamente pegmatitas deformadas, anfibolita, migmatita y esquistos con
estaurolita y granate.

Las fronteras entre esquisto y ortogneis son zonas comúnmente con una deformación intensiva
y formación de milonita en condiciones dúctiles. Diques máficos con foliación transversal, son
localmente plegados y deformados. Intrusiones graníticas en la unidad metamórfica causa
metamorfismo de contacto especialmente filita y rocas con facies de esquistos verdes.
La unidad metamórfica continúa hacia el sur: monótonos ortogneisses con subordinada
anfibolita y localmente migmatita se han generalizado en la vertiente oriental del Salar de
Ratones y a lo largo del Salar de Diablillos ( área 2 en fig.1) donde una unidad con paragneisses
y micaesquistos
se produce en el extremo sur del salar.
Salar de Hombre Muerto (área 3 en Fig. 2): La vertiente oriental del salar y una pequeña
cordillera en el salar (Tetas de Pachamama) se componen de orto y paragneisses gradando
localmente a migmatita con turmalina pegmatítica, en menor cantidad anfibolita, lentes de
silicatos de calcio y mármol de grano grueso (escala dm – m). Los diques máficos cortan
transversalmente la foliación de las rocas metamórficas. Al menos dos diferentes generaciones
de diques ocurren con la generación de más edad de deformación y localmente doblada, y la
generación más joven no se ve afectada por la deformación dúctil. Rocas litológicamente
similares en el sur del Salar son de menor grado metamórfico y la migmatita está ausente
(detalles en: Aramayo, 1986; Quenardelle, 1990). El este del Salar de Cerro Blanco (área 5 en
fig.2) turmalina, granate y aluminosilicatos teniendo metapegmatitas son localmente
abundante en la paragénesis.
Salar de Antofalla (área 6 en fig.2) Discontinuos afloramientos de esquisto, ortogneiss,
migmatita y anfibolita ocurren en la vertiente occidental del salar. Sierra de Campo Negro
(Palma, 1990) es el mayor acontecimiento de rocas metamórficas de esta gama. La unidad
metamórfica es intruida por un granito en discordancia con sedimentos superiores del
devónico. Los mismos sedimentos con clastos graníticos y metamórficos en sus bases, en
discordancia con los sedimentos ordovícicos de Quebrada Honda (Allmendinger et al., 1982;
Palma, 1990). Las rocas típicas del basamento metamórfico y sus relaciones de contacto son
muy similares a las encontradas en la Sierra de Moreno en Chile.
El peñón – El jote (área 7 en fig.2) Los principales tipos de rocas metamórficas en la Sierra del
Peñon son esquistos ricos en cuarzo, ortogeneiss (augengneiss) y en menor cantidad
pegmatitas. Capas de silicatos de calcio y lentes de mármol son menores a 2m de espesor. Las
litologías de el Peñon son similares a las del salar Hombre Muerto y se atribuye a una unidad
de Hongn (1992) y Viramonte et. Al (1993). Las rocas del área el Jote consisten en homogéneos
ortogneis de grano fino en el cerro el Jote, con raros granates, anfibolita y esquisto. En
continuación al sur, la secuencia comprende capas abundantes de silicatos de calcio en
parageneis y
en menor cantidad estaurolita esquistos de granate restringidos a pequeñas zonas.
Cafayate y norte de la Sierra de Quilmes (áreas 8 y 9 en Fig. 2). Cordierita y Granate teniendo
migmatita, para y ortogneisses con capas máficas (dm – 10m) de dos piroxenos y granulita
(Toselli et al., 1978) se producen en la vertiente oriental de la Sierra de Quilmes. Capas y
foliación con rumbo en la dirección N-S. Localmente fuerte deformación de turmalinas y
granate en capas pegmatiticas (cm-m) representan más del 20% en volumen de la roca. Hacia
el norte, la transición del grado metamórfico de las rocas de alto grado a las de bajo grado de
la Formación Puncoviscana (Fig. 2) parece gradual y sin fallas importantes. Willner et al. (1985)
sugirió que la formación Puncoviscana es el protolito de las rocas de alto grado, basado en la
composición química. En Cafayate, la unidad metamórfica está intruida por un granito con
contactos claramente intrusionados en migmatita (lit-par-lit cortando texturas migmatiticas;
Steffen BuÈttner, Berlin, pers.comun.) en la parte sur del Plutón. La deformación dúctil también
afecta al granito con el mismo rumbo en dirección N-S como en el gneis (Oyarazabal, 1988).
Fig.3. La isócrona mineral Sm-Nd para anfibolita, rocas calcosilicatadas, gneiss y granulita
máfica (Tabla 1); vea Figs. 1 y 2 para las locaciones. Errores en las edades y los valores iniciales
(Nd ᵢ) se dan en el 95% de fiabilidad (2).El tiempo de metamorfismo regional (525 ± 505 Ma)
es consistente desde la Cordillera de la Costa Chilena a la región de la Puna Argentina, el
metamorfismo más hacia el este fue de aprox. 442 y 412 en las Sierras Pampeanas.
Condiciones del Metamorfismo

El ensamble de minerales de los gneiss y migmatitas del norte de Chile y de la mayoría de las
áreas de la Puna de Argentina son de cuarzo, plagioclasa, biotita y granate en menor cantidad.
El ensamble de las metabasitas es de hornblenda y plagioclasa; raramente hay granate. La
estimación cuantitativa de P-T para el peak de metamorfismo en gneiss y metabasitas es
imposible en muchos sitios de la muestra. La migmatización muestra una mínima temperatura
por sobre el sólido del granito (Johannes and Holtz, 1996). La presión es baja como se indica, o
no menor a la del granate en gneiss y anfibolitas. La temperatura de la facies anfibolita superior
es de 650-750°C y presiones de 5-7 kbar son reportadas desde Belén (Lucassen et al., 1996;
Lezaun et al., 1997) y Mejillones (Lucassen et al., 1996), ambos al Norte de Chile, y desde la
Puna oriental (Becchio et al., 1999) y Sierra de Quilmes (Toselli et al., 1978; Rossi de Toselli et
al., 1987; Becchio et al., 1999), ambos al NW de Argentina. Las condiciones del metamorfismo
del Paleozoico temprano en las Sierras de Córdoba ubicada en los 31°S muestra presiones
ligeramente superiores (aprox. 8 kbar) similares a la temperatura (Rapela et al., 1998b).
Llegamos a la conclusión de que la presencia de migmatita y la ausencia de cualquier
ensamble de minerales de alta presión, son las condiciones máximas de P-T, que han sido
similares en otros lugares. Un estudio detallado de la fábrica metamórfica, química de los
minerales y datos de P-T se hará en otro lugar.

3.Geocronología
3.1. Datación Sm-Nd

La preparación de muestras y técnicas de análisis son descritas en el Apéndice A. El


método de datación de Sm-Nd sobre la base de minerales isócronos es un método fiable para
obtener información acerca del momento en que las condiciones se acercan al peak de alto
grado metamórfico debido a la alta temperatura de cierre mayor a 650°C (ThoÈni and Jagoutz,
1992) o 600°C (Mezger et al.,1992). En muchos casos el circón muestra varias etapas de
crecimiento, generalmente la monazita está ausente en estas rocas, y el sistema Sr-Rb podría
verse seriamente perturbado por procesos hidrotermales y se registra solo en la etapa tardía
de enfriamiento. Las muestras fueron seleccionadas (las áreas se ven en las Figs. 1 y 2, para la
ubicación exacta ver Tabla 2) para obtener información acerca del que posiblemente es el más
antiguo evento de cristalización metamórfica: una metabasita de granate-hornblenda-
plagioclasa (Mejillones), granate-clinopiroxeno-epidota-titanita calco silicatada (Sierra de
Moreno), granate-clinopiroxeno-epidota-titanita calcosilicatados (Salar Hombre Muerto),
metabasita de ortopiroxeno-clinopiroxeno-plagioclasa y gneiss de granate y plagioclasa (ambos
en Sierra de Quilmes). Los minerales han sido chequeados por la homogeneidad composicional
a través de análisis de microsonda y se consideraron homogéneos. Las concentraciones de Sm
y Nd, las relaciones isotópicas de Nd, las edades isócronas y las edades de separación de la
depleción del manto se enumeran en la Tabla 1, junto con la sistemática del Sm-Nd para el
conjunto de rocas adicionales.
Las líneas de regresión de isócronas se presentan en la Fig.3. Descartando el análisis
del conjunto de rocas de Mejillones y Sierra de Quilmes (Tabla 1) con una Desviación media
cuadrática ponderada (MSWD) dramáticamente baja, por la isócrona de la Quebrada Choja, a
excepción de una muestra de roca que tiene un rendimiento de MSWD ligeramente mayor. La
razón de esta ligera perturbación del sistema Sm-Nd entre el conjunto de rocas y el ensamble
de minerales principales se desconoce. Se especula que puede ser una sobrecarga de
temperatura por encima de la temperatura de cierre del sistema K-Ar en hornblenda(como se
observa en la muestra de Mejillones, véase más adelante) o en biotita /(muestras de Quebrada
Choja, véase más adelante) nuevos minerales como epidota con alta concentración de REE
pueden formarse en pequeñas cantidades. En todos los casos, la edad absoluta es idéntica,
dentro de los límites de error, a la edad calculada con las muestras de los conjuntos de rocas.
La edad de Mejillones, Sierra de Moreno y Hombre Muerto son similares, 505-525 Ma se sabe
también de rocas de alto grado metamórfico en la continuación de las Sierras Pampeanas al sur
de la Sierra Fiambalá (cerca de los 27°S; DeBari, 1994 y sus referencias), Sierra de Ancasti (28°S
Fig.1; Knuver, 1983), Sierra de Córdoba (ca. 525±520 Ma; Fig. 1 cercano a 31°S, Rapela et al.,
1998b), en el N. Chile al sur de la Cordillera Frontal en los 30°S (Caminos et al.,1982), y el área
de Belén en el N. Chile (Damm et al., 1990;Basei et al., 1996; Lezaun et al., 1997). El
metamorfismo del Paleozoico Temprano es parte del ciclo pampeano, definido por Pankhurst y
Rapela (1998) como post-Grenville aprox. 490 Ma. Bachmann et al. (1986) sugiere una etapa
temprana de metamorfismo aprox. 550 Ma en las Cumbres Calchaquies y Sierra de Ancasti (Fig
1), que podría estar relacionada con 560-540 Ma edades K-Ar de muy bajo grado metamórfico
en la Formación Punoviscana (Fig.1) y equivalentes (Adams et al., 1989). Estas edades de Peak
metamórfico coinciden con la fase tardía (550-500 Ma) del importante orógeno Brasiliano-Pan-
African con la sobreimpresión y formación de muchas partes del cratón Sudamericano
(e.g.Cordani et al., 1988; De Brito Neves y Cordani, 1991;Trompette et al., 1992; Van Schmus et
al., 1995) así como las zonas Africanas Proterozoicas (e.g. análisis del NE-Africa por
Schandelmeier y Reynolds, 1997).
Baja intercepción de datos de edades U-Pb del circón de las migmatitas de la Quebrada
Choja (466+8/-7 Ma) y de unos ortogneiss (415 + 36/-38 Ma) se interpretaron como las edades
de alto grado de sobreimpresión (Damm et al., 1990). La mayor edad de Sm-Nd presentada
aquí es probablemente más cercana a la edad del metamorfismo, porque relacionar las edades
más bajas de circón con una complicada historia geológica es más difícil de interpretar.
No hay diferencias en la litología y las condiciones metamórficas entre las partes
septentrional y meridional de la Sierra de Moreno y el evento peak de metamorfismo fue
probablemente en aproximadamente 500 Ma en ambas áreas. Las edades de Sm-Nd de
minerales isócronos de las muestras del Salar Hombre Muerto (509 Ma) se conforman de una
edad U-Pb de 508+-19 Ma de la misma zona (ortogneis, único método del circón, Becchio et al.,
1996), que podría indicar la edad de intrusión o metamorfismo.
Las edades isócronas Sm-Nd en la Sierra de Quilmes son característicamente más jóvenes:
aprox. 442 Ma en un gneiss y aprox. 412 Ma en una metabasita, similares a pesar de las
condiciones metamórficas. Las edades de metamorfismo de alto grado entre aprox. 410-450
Ma también se conocen a partir de las Cumbres Calchaquíes y la Sierra de Ancasti (28°S;
Bachmann et al., 1986; Miller et al., 1994). Este metamorfismo es parte del Ciclo Famatiniano
(490 Ma en el Carbonífero Medio, tal como se define por Rapela y Pankhurst, 1998), con
prominente magmatismo extenso en aprox. 470 Ma (e.g. Rapela et al., 1990; Miller, 1996;
Pankhurst et al., 1998). Las edades isotópicas 440 y 410 M del metamorfismo de alto grado en
la Sierra de Quilmes se interpretan como una sobreimpresión térmica durante el Ciclo
Famatiniano que se reinicia en el Cámbrico- Ordovícico. El gran error de 18 Ma de las isócronas
de 412 Ma (en la misma localidad como las isócronas de 442 Ma) y el hecho de que el conjunto
de rocas no está en la isócrona apunta a un reajuste incompleto. Granitos deformados
dúctilmente (con una edad de la roca completea por Rb-Sr de 475 + 7 Ma, Rapela et al.,
1982), que introducidos en el basamento deformado y migmatizado en bajo grado ca. 30
Km. norte de nuestra muestra localizada testifica la historia compleja magmática-
metamórfica. Si el basamento metamórfico de Sierra de Quilmes grada en menor grado
Precambrian-Lower Cambrian Puncoviscana Formation al norte (Fig. 1), esto podría dar
una edad límite superior para la evolución metamórfica.

3.2. Datación K-Ar


En disposición a restringir el enfriamiento final de las rocas, la datación K-Ar en biotita
y hornblendas fue realizada en idénticas muestras o muestras de los lugares utilizados
para la datación Sm-Nd, y en afloramientos adicionales en Sierra Moreno. Belen, Caleta
Loa y la Puna
Nos interesamos también en la evaluación de la medida del restablecimiento isotópico
por posteriores eventos (e.g. Para actividad ígnea granitoide) y el efecto potencial en el
sistema Sm-Nd. Resultados y lugares exactos de muestra son enumerados en la tabla 2,
los lugares aproximados son mostrados en la Fig. 1 y 2. La gama de edades observadas
de la gran área de investigación según la larga historia geológica es amplia y fluctúa
entre 480 y 170 ma. Sin embargo todo dato puede ser explicado junto con otros datos
isotópicos en su contexto geológico. Las edades K-Ar indican enfriamiento desde la
máxima temperatura de metamorfismo, porque la temperatura final del sistema isótopo
Ar es de 5308 °C en hornblenda y 3008 °C en biotita son mucho mas bajas que la
temperatura metamórfica máxima. Estas edades de enfriamiento pueden ser perturbadas
por recalentamiento durante actividad magmática con parcial o completo
restablecimiento. Todas nuestras siguientes muestras tienen una secuencia significativa
geológicamente en sus edades relacionadas, por ejemplo, las edades de Sm-Nd son
mayores que las edades Ar, y edades K-Ar de anfíbol son mayores que las de biotita o
similares, y es por lo tanto improbable, este exceso de Ar tiene que ser considerado
como el mayor factor.
Sierra de Moreno(N Chile). En el área Quebrada Choja la edad 478 Ma de hornblendas
es próxima a la edad de metamorfismo 500 Ma y similar a una edad previamente
determinada de 452 Ma (K-Ar, Maksaev, 1990). Sin embargo edades K-Ar en
hornblendas de otros lugares en la misma área son claramente menores (422 y 406 Ma)
como son edades K-Ar en mica (296 Ma, Tabla 2: 269 Ma, Maksaev, 1990). Estas
edades fueron establecidas en los alrededores del Paleozoico Tardío alto nivel de
intrusiones con edades K-Ar de 330-270 Ma (Maksaev, 1990) y 300 Ma (datación Rb-
Sr; Lucassen et al., 1999b) y sur de la Quebrada Arcas. La edad de las intrusiones
coincide con la edad K-Ar de la biotita de las rocas regionales (esquisto micaceo y
migmatita, muestras 3/291 y 4/72, Tabla 2) cerrada al contacto con granito o son
distintivamente menores que las edades en mica desde muestras mas distantes al
afloramiento granítico (ca. 420Ma; Maksaev, 1990). Estas edades hornblendas, que son
intermedias entre la edad metamórfica del Paleozoico Temprano y la magmatítica del
Paleozoico Tardío son por lo tanto interpretadas como parcialmente reajustadas
(muestras 4/76, 3/288, 3/289, Tabla 2)
Belen y Tignamar (N. Chile, Fig. 1) La edad K-Ar de hornblenda de Belen son 457+-7
Ma (anfibolita, muestra 4/305, tabla 2) y 358+-10 Ma (ortogneiss diorítico, muestra
3/235, tabla 2). El par edad intercepción baja U-Pb de 456+-4 y 366+-3 Ma de la
misma área son muy similares comparados con nuestra edad K-Ar. La coincidencia de
las edades del K-Ar y intercepción baja U-Pb en Belen podría indicar dos eventos
termales sobre el la temperatura final de hornblenda. Una edad K-Ar Tignamar, ca.
10Km sur de Belen es 389+-11Ma (ortogneiss diorítico de hornblenda, muestra 3/251,
tabla 2). Publicadas edades K-Ar están entre 417 y 365 Ma en Belen y entre 536 y 516
Ma en Tignamar (mineral tipo y errores no citados; Basei et al; 1996) La amplia
dispersión en la edades K+-Ar refleja perturbación en el sistema K+-Ar por actividad
intrusional post-metamórfica y en bajo grado metamorfismo estático indicado por la
formación de abundante clorita y serecita en muchas rocas del área.
Chilean Coast Range (Mejillones Península, Caleta Loa). Edades K+-Ar (tabla 2) de
151+-3, 170+-3, 189+-4 (biotita) y 152+-5Ma (hornblenda) están en igual rango como
previas publicadas edades K+-Ar de rocas metamórficas del bloque central de
Mejillones (toda roca 177+-8Ma, hornblenda 177+-8Ma; Maksaev, 1990) y coincide
con edades de enfriamiento del cinturón magmático mesozoico en la Coast Range
(Maksaev, 1990; Scheuber et al; 1994; Lucassen y Thirlwall, 1998). Ellos indican un
completo reajuste del sistema K-Ar en las rocas metamórficas paleozoicas y las edades
idénticas de biotitas y hornblendas de Mejillones indican enfriamiento rápido.
Nw Argentina. Las edades K-Ar de todas las muestras de la puna Plateau alto son menos
variables que aquellas del norte de Chile. Ellas agrupadas alrededor 400 Ma (tabla 2) y
las pocas edades similares son informadas en la literatura: la edad K-Ar de moscovita en
un gneiss de Sierra Campo Negro en Salar de Antofalla es 419+-8 Ma y en granito de
los mismos lugares es 417+-8 Ma (Kraemer et al; 1999), en concordancia con nuestra
edad K-Ar de 446+-11 Ma en hornblendas de anfibolita para la misma área. Sur de
Sierra Campo Negro la edad K-Ar de granito es 389 Ma (moscovita; Kraemer et al;
1999). La baja edad de 371+-8Ma obtenida tan lejos es de una moscovita secundaria en
El Jote (muestra 6/142, tabla 2); biotita de la misma muestra y anfibolita de El Jote
tienen una edad alta similar a las otras muestras.
Solamente una edad de Sierra de Quilmes (Río Anchillo-Quebrada de Quilmes) ha sido
obtenida hasta ahora. La edad en biotita (374+-8Ma) de la misma muestra migmatítica,
la que dio una edad Sm-Nd de 442 Ma, es idéntica a la edad joven moscovita de El Jote.
Una similar edad K-Ar de 383+-5 Ma fue encontrada en la Formación Puncoviscana
(Adams et al., 1989) y en granitos de Sierra de Quilmes (395-373 Ma; Toselli et al.,
1978).

3.3 Edad modelo Nd del Basamento.

Presentamos una sola etapa de edad tdm ( tabla 1; ver locación de la figura 1 y 2 ) asumiendo
una evolución lineal del 143Nd en el manto hoy en dia de 143Nd/144Nd de una proporción de
0.51316 y 147Sm/Nd de 0.214 ( Goldstein et al., 1984) . Los cálculos usando la edad modelo
tDM son ca. 10% mas altas que los cálculos utilizando el modelo no lineal de DePaolo tDM.
(1981)
La edad modelo tDM para las rocas metamórficas félsicas del basamento metamórfico tienen
un rango de edad de 1.36 a 2.2 Ga. (tabla1) sin un gradiente en su distribución regional. En el
Norte de Chile el promedio de edades es de 1.65 + 0.16 Ga ( 1 sigma, n=12) . Las muestras de
metabasita tienen una edad tDM mas joven que la de los Gneis: En Mejillones con una edad de
1.45 Ga ( tabla1) y 0.85 – 1.14 Ga ( dato recalculado por Damm 1990), en Sierra de Limón
Verde 0.75 y 0.82 Ga( tabla1; Lucassen 1999 a ) y en Cordón de Lila 0.86 – 1.4 Ga ( dato
recalculado por Damm 1991) . En Belen las edades de metabasita están entre 1.91-2.05 y 0.67-
1.14 Ga. ( dato recalculado por damm et al.,1990; edades adicionales de 1.54 y 1.75Ga son
reportadas por Basei et al,. 1996, en los esquistos de Belen a 18°S, pero el método del calculo
no esta planteado). El promedio de la edad modelos Tdm de ambos gneis, incluyendo las
locaciones adicionales de las Sierras Pampeanas ( locación I-III, Fig. 1, tabla1), y metabasitas en
el NW de Argentina , es de 1.76+0.4Ga (1 sigma; rango entre 1.55-2.2 Ga; n=22; Tabla 1). Las
mismas edades tDM de 1.6-1.7 Ga son descritas en los sedimentos Ordovicicos del norte de
PUNA por Bock ( 1998; método de cálculos no planteados).
El promedio de las edades tDM de las muestras de Gneiss son indistingibles en el 67% del nivel
de confidencia, en toda el area. Interpretamos el protolito de las rocas metamórficas de alto
grado como sedimentos y principalmente cristales fundidos derivados de fuentes del
Proterozoico Medio?. Los Gneis del Paleozoico entre el NW Argentina y la costa Chilena
aparece isotopically homogeneous. Tambien, unas muestras de metabasitas tienen edades
tDM del Proterozoico Medio. Varias intrusiones del Paleozoico Temprano del Norte de CHILE y
NW de ARGENTINA, entre 18 y 24°S tienen proporciones de isotopos Sr y Nd que son
indistinguibles de aquellos del basamento de alto grado ( Damm 1990, 1994). En resumen, la
mayoría del basamento expuesto consiste en material añadido por la corteza antes del
Precambrico tardio. Las adiciones de materiales mas jóvenes, e.g durante la actividad de
posibles arcos magnaticos del Proterozoico Tardio- Paleozoico Temprano, eran seguramente de
menor importancia y solo pueden ser encontrado particularmente materiales jovenes por el
modelo tDM en unas muestras de metabasita. Rapela ;(1998b) y Pankhurst et al. (1998)
describieron numerosos datos de isotopos Sm-Nd en la Sierra de Córdoba ( ca. 30-32°S;rocas
metamórficas e intrusivas del PAMPEAN CYCLE, rocas intrusivas del FAMATINIAN CYCLE) y el
promedio de las edades del modelo tDM de 1.78+0.18 Ga ( 1 sigma; con un rango de 1.48-2.18
Ga; n=46; recalculado por el modelo de Goldstein et al. 1984, excluyendo tres muestras con
edades mayores a 2.2Ga y seis muestras con edades aproximadas a 1Ga o menor) está de
acuerdo con nuestros resultados del Norte.

4. Discusión
En la Fig.4 se da una descripción de los varios eventos metamórfico-magmaticos en la región
durante el Proterozoico y el Paleozoico. A pesar de largas incertidumbres de edades modelos
Sm-Nd tDM debido a suposiciones de éste mismo, y a posibles cambios en la proporción
Sm/Nd durante una complicada historia metamórfica-magmatica, gneis, migmatitas y
granitoides del basamento de alto grado Paleozoico Temprano al Norte de Chile al sur de
Sierras Pampeanas, son isotopically homogeneous sin gradientes regionales. La importancia
de las edades modelo puede ser evaluado usando edades U-Pb de zircones disponibles del
area y ¿las edades que corresponderían serian bastante buenas.?. Ages Quoted below are
upper or lower discordia intercep ages. Las edades mas antiguas de ca. 1.7 – 2.0 Ga son de
Uyarani (Bolivia), Belen ( N. Chile) y el Arequipa Massif {macizo Arequipa} ( S. Peru; Fig.
1; Lezaun et al., 1997; Wasteneys et al., 1995) interpretado por el respectivo autor como edad
del protolito. Las edades del protolito Grenvillian y las edades de metamorfismo (0.97 – 1.2 Ga)
son conocidas en las mismas locaciones y en el Altiplano Boliviano ( Tosdal, 1996); Litherland
et al. ( 1989) describe la edad del protolito de ca. 2Ga y el magmatismo y metamorfismo entre
1.3 y 1.0 Ga en el basamento Proterozoico del este de Bolivia ( ca. 14 – 19°S; 63 – 58°W).
El PAMPEAN CYCLE ( Pankhurst y Rapela, 1998) con su metamorfismo de alto grado y edad ca.
525-500 Ma fue el mayor evento de consolidación cristalina. Relictos de un antiguo
metamorfismo, tal como el protolito Grenvillian con edad de ca. 1Ga, que es habitual por el
area norte de 18°S ( Wasteneys et al., 1995; Tosdal, 1996; Lezaun et al., 1997) son restringidos
a las edades U-Pb en zircón. Relictos de zircón del basamento metamórfico del Paleozoico
Temprano del Norte de Chile ( 1.2 Ga, Quebrada Choja, Damm et al., 1997) y NW Argentina
(1.1 Ga, Hombre Muerto, Becchio et al., 1996; Figs. 1 y 2 ) apoya la incorporación del material
de Gravillian en la sedimentación y el protolito ígneo. Tal antiguo material es probablemente
reciclado durante el magmatismo Cenozoico en la Corteza Andean. ( Wörner et al., 1994).
Las condiciones máximas del Ciclo Pampeano (Pampean Cycle) alcanzan temperaturas bastante
altas por la migmatizacion en muchas areas, y las edades cristalización Sm-Nd isócronas
mineral deberían estar cerca del assemblage metamórfico? de alto grado. Es improbable que
las temperaturas altas encima del granito solido fueran sostenidas por un largo periodo de
tiempo con una posible fuerza de reequilibracion? Difusional? Del sistema de isótopo, porque
el metamorfismo ocurrió en los niveles de mid-crustal ( 5-7 kbar) en toda el area y
considerando que el equilibrio geotermico del Paleozoico no ha sido significativo como el
equilibrio geotérmico reciente. En estos niveles , el enfriamiento es mas bien rápido debido al
escarpado gradiente termal en la corteza superior.
Los datos de las edades de Sierra de Quilmes ( NW ARGENTINA) son claramente mas jóvenes
en ca. 442-412 Ma ( Fig. 4) que en el NORTE de Chile y en el altiplano Puna. Estas altas
Temperaturas y bajas presiones metamórficas del Silurico (Famatian Cycle según Pankhurst y
Rapela,1998) ciertamente sobreimpuesto al metamorfismo La Pampa como se muestra por la
intrusión del granito hace ca. 475 Ma. (Rapela et al., 1982) ya existentes en migmatitas. Una
investigación en la medida del tiempo del desarrollo polymetamorfico en relación al
magmatismo granítico ordovícico tardío – silúrico se realiza actualmente (Buttner et al., 2000).
En el contexto del presente paper, queremos restringir la interpretación al hecho de que el alto
grado metamórfico corresponde al Paleozoico temprano y no al precámbrico, ya sugerido por
Toseli et al. (1978), que por primera vez se reporta metamorfismo de facies anfibolitas de la
Sierra de Quilmes.
Edades K – Ar en hornblendas y biotitas da una idea de temperatura y escala de tiempo de la
historia de enfriamiento de acuerdo a temperatura final y posible restablecimiento del evento
termal tardío. La datación confirma el reestablecimiento debido a la amplia y duradera
actividad magmatica de los Andes Centrales. En el rango de la costa el sistema K- Ar en biotitas
y hornblenda se reajusta a 150 y 190Ma durante el metamorfismo de contacto Jurasico. En la
Precordillera Chilena la mayoría de la edad de la hornblenda esta en un rango entre 420 y
300Ma, la edad de la biotita entre 300 y 270Ma, y todos estos años son probablemente
influenciados por la mayor actividad ígnea alrededor de 300 Ma (Lucassen et al., 1999b). En
localidades al NW de Chile, bajas intercepciones de edades U-Pb en circón están entre 460 y
400Ma (jóvenes) y se refiere a la “sobreimposición termal Paleozoica”. Sin embargo, también
hay mayores edades K-Ar como en la Quebrada Choja (Sierra de Moreno, Fig. 1) y al oeste del
área (Quebrada Arcas; Maksaev, 1990) y en Belén (Basei et al., 1996; Lezaun et al., 1997). Aquí
asumimos que la sobreimposición termal del paleozoico tardío es menos importante. Así
mismo, en los afloramientos de NW de Argentina, donde el plutonismo es alrededor de 300Ma
mucho menos abundante, la hornblenda tiene edades entre 450 y 400Ma, la edad de la biotita
420 y 400Ma. El enfriamiento posterior parece ser desde 370Ma en la Sierra de Quilmes,
consistente con la clara sobreimposicion tadía de alto grado en 440-420Ma. Resumiendo todos
los resultados K-Ar se concluye que las rocas superado la temperatura final aprox. 500ºC para
hornblenda de 480 y 450Ma y temperatura final de 300ºC aprox para biotitas con 400Ma en
cualquier localidad. Esto significa que el basamento debe haber sido exhumado cerca de la
actual superficie de erosión entre 400 y 300 Ma (Fig. 4), que se confirma en el Devónico,
Carbonífero y Pérmico por inconformidad erosional entre el gneiss y sedimentos (Quebrada
Arcas area, Breitkreuz, 1986; Belen, Lezaun et al., 1996) del N. Chile. Además, Migmatitas del
Paleozoico temprano de Caleta Loa así como sedimentos devónicos a carbonífero tardío se
instruyeron por un mismo plutón carbonífero (ca, 320 Ma). Por lo tanto la unidad de
migmatitas debe estar cerca de la superficie en estos momentos. Lo mismo es cierto para NW
de Argentina, donde una inconformidad por erosión que se presume de edad devónica se
describe en la zona del Salar de Antofalla (Allmendinger et al., 1982; Palma, 1990). El
recalentamiento por el magmatismo del paleozoico tardío aproximadamente hace 300 Ma fue
significativo pero localmente variable, y restablece parcialmente el sistema K – Ar. Esta fue la
última gran influencia térmica de extensión regional en el basamento de la Precordillera
chilena y altiplano Puna de Argentina. En contraste, la Cordillera de la Costa no se ha podido
encontrar datos de la edad K – Ar hasta ahora, lo que indica que durante el magmatismo del
Jurasico el sistema K – Ar fue completamente reestablecido.

Conclusión
La similitud en la observación petrológica y la relación de edad del basamento de alto grado
entre 21º y 26ºS restringe la posibilidad de escenarios geodinámicos del desarrollo del
proterozoico tardío al paleozoico temprano de lo que representa el presente del margen
continental de los Andes, y cual fue el margen continental de Gondwana. Se concluye que las
altas temperaturas de rocas metamórficas con edad de metamorfismo entre 525 y 500 Ma
formada durante uno de los principales ciclos metamórfico - magmático (en general
referentemente al ciclo Brasiliano, o mas específicamente al ciclo Pampeano) de protolito del
proterozoico medio.

Fig 4 Principales eventos conocidos de sedimentación, magmatismo y metamorfismos del


basamento Premesozoico en los Andes Central al S. de Perú, N. de Chile, al SW de Bolivia y NW
de Argentina. Solo los puntos más altos del desarrollo magmático se indican. Edad isotópica y
el rango de edad de deposición (indicado por flechas). Son de referencias del texto y de
nuestro trabajo; compare la fig. 2 en Rapela et al., 1998a.
Fig. 5 Dominios del basamento de los Andes Central, sobre la base de las relaciones de su
edad. El cratón proterozoico norte dominio de Arequipa (AM), Berenguela (Br), Uyarani (U) se
separa (línea discontinua, con extensión desconocida hacia el sur-este) del área cratónica por
un cinturón móvil de 500 Ma. Al sur, los límites del cinturón móvil a las zonas adyacentes son
los terrane limitantes (véase el texto). El terrane parautóctono y el arco de la Pampa (Rapela et
al., 1998a,b) reside en la continuación de la Formación Puncoviscana. Las Sierras de la pampa
occidental son probablemente parte de La Precordillera Argentina (véase Pankhurst y Rapela,
1998). La aproximación del “límite occidental de la cuenca ordovícica” podría representar la
frontera de la morfología de las partes altas del cinturón móvil oeste de esta línea, que podría
haber sido la región de origen de los sedimentos Ordovícico.

En el norte de Chile estas rocas bordean contra un dominio predominante de metamorfismo


Grenvilliano (figura 5), la cual es considerada como una área cratonica. Algunas rocas de esta
area tienen edades Precambricas tardias-Cambricas de ca. 600-520 Ma (Dalmaryac et al., 1977;
Litherland et al., 1989), indicando una sobreimpresión Pampeana del cratón. Por lo tanto el
limite no es un limite de terreno, pero hay una distinción entre el Grenvilliano y partes
metamorfoseadas Paleozoicas de un protolito del proterozoico medio composicionalmente
homogéneo.Al oeste de la presente línea de Costa del Pacifico podría haber un margen
continental (ver figura 6), la continuación del cinturon mobil o la contraparte cratonica del
cinturón mobil. En el basamento entre 18 y 26ºS la paragénesis mineral de edades
Grenvillianas de metamorfismo son desconocidas y todas las edades Grenvillianas son de
zircones relictos. Siguiendo esta argumentación, la postulación de un cratón Arequipa-Antofalla
no tiene sentido porque no toma en cuenta el metamorfismo Pampeano que sustancialmente
modifico las rocas prexistentes. Por lo tanto, nosotros sugerimos una distinción entre un area
cratonica y un cinturón mobil en el basamento de edades metamórficas (figura 5). El posible
borde del cinturón mobil hacia el sur contra el “Terrain Exotico de la Precordillera” con un
presumible atracamiento a los ca. 450 Ma. (Pankhurst y Rapela, 1998) y la Cordillera Frontal
son interpretados como el terreno límite (firma punteada; “Terreno parautoctono Pampeano y
arco”; Rapela et al., 1998 a, b). La parte mas oeste de las Sierras Pampeanas es probablemente
parte de la Precordillera Argentina.
Esta interpretación también inhibe la acreción de varios terrenos aloctonos o parautoctonos
(en el sentido de formación o existencia de corteza oceánica, con subducción subsecuente de
corteza oceánica, colision del microcontinente) para el area entre 18 y 26ºS, con edades que se
hacen mas jóvenes al oeste (desde el Precambrico Tardio al Carbonifero (?) e.g. Ramos, 1998
conto 4 terrenos, su Fig. 1; Bahlburg y Hervé, 1997 conto 3 terrenos, su Fig 12). Recientemente
terrenos limites propuestos (Ramos, 1995) se muestran en la Fig. 1. Nosotros pensamos que la
acreción de arcos magmaticos (e.g. Ramos, 1998; Conti et al., 1996; Dalziel, 1997; Omarini et
al., 1999) parece poco probable para el area entre 18 y 26ºS, porque el indicador geológico
típico para zonas de suturas está ausente; allí no hay evidencia indudable para la existencia de
corteza oceánica antigua. Rocas maficas son raras y si presentan, ellas no son relacionadas a la
corteza oceánica pero forman parte del basamento metamórfico Pampeano. En el antiguo
medio ambiente de magmatismo basáltico-andesitico fue relativamente sin importancia. Rocas
ultramaficas típicas tipo Alpino están ausentes. Para mas de las rocas maficas-ultramaficas en el
area entre 18 y 26ºS (Coira et al., 1998, sobre los aposentos ultramaficos-maficos de la Puna) la
edad restringida confiable y datos geoquímicos no están disponibles. Nuevos datos
geoquímicos por Bahlburg et al. (1997) de la Puna sugieren fuertemente que las rocas
ultramaficas no son ofiolitas. Mon y Hongn (1991) ya habían apuntado que debido a
observaciones estructurales la edad de esas “ofiolitas” es probablemente Precambrica y
cuestionan el concepto de terreno de Ramos et al. (1986).

Fig 6. Posible escenario geodinamico del Cambrico Temprano (modificado después de Rapela
et al., 1998 a, b)
Desde el punto de vista de edades metamórficas no hay razón para separar el basamento de la
península de Mejillones como un “terreno Mejillonia”. Tambien, no se ve razón para separar un
terreno Pampeano (distinguible en Fig. 1 como el “cratón Pampeano”), porque la diferencia al
area oeste del propuesto terreno limite es una sobreimpresión del metamorfismo de ca. 500
Ma por un metamorfismo de ca. 440 Ma de condiciones metamórficas similares. Esta
sobreimpresión silúrica puede actualmente estar mas ampliamente distribuida, porque esta
también indicada en el basamento de la Puna (Hombre Muerto y salar de Diablillos), donde
diques maficos cortan transversalmente la foliación de las migmatitas, pero están también
deformadas ductilmente. Podria ser también la causa de las edades de K+Ar casi idénticas en
horblendas y biotitas en algunos lugares en la Puna. (Tabla 2). Medir y levantar la historia
metamórfica de los 440 Ma. necesita mas investigaciones, pero la sobreimpresión termal es
explicada mas fácil con el magmatismo generalizado Famatiniano. Tambien la correlacion del
metamorfismo de muy bajo grado en la Formacion Puncoviscana (Figura 5) con el
metamorfismo Silurico, y si estas rocas representan el equivalente no metamorfoseado de
rocas de alto grado en su continuación al sur, se necesita mas datos (See Omarini et al., 1999,
para los conceptos de la Formacion Puncoviscana).
Otro argumento contra el concepto de terreno y para un cinturón mobil son condiciones de
metamorfismo. Metamorfismo de alta P/baja T es indicativo de que el régimen de subducción-
acrecion esta ausente. Y el area entera muestra mas bien condiciones uniformes de baja a
intermedia P/alta T. Este tipo de metamorfismo de ciclo Pampeano al Famtiniano es importante
para cualquier especulación sobre la configuración geodinámica. El metamorfismo a la
profundidad cortical media debe ser enlazada a una prominente anomalía termal de extensión
considerable. Asumiendo una historia similar en una zona de colision como delineada por las
Sierras de Cordoba por Rapela et al. (1998 a, b), esta zona debe haber sido de al menos ca. 600
km. Completamente con extensión desconocida al oeste y al este. El gradiente geotermal, que
produce 700ºC a los 15-20 km. de profundidad debe haber sido muy alto considerando que de
temperaturas a los 20 km de profundidad estimada de datos del flujo calórico continental son
entre 220ºC para areas escudo a un máximo de 500-580ºC para situaciones de rifting
(Chapman, 1986). Un transporte conductivo de calor que causa los 700ºC debería requerir de
una no realista alta geotermia, cuando grandes partes de la corteza inferior y el manto son ya
fundido. Transferencia de calor advectiva por intrusión de fusiones es un modelo mas realístico
para metamorfismo de alta T de la corteza media (e.g. Wells, 1980; Barton y Hanson, 1989). En
la investigada area la generalizada, desde hace mucho tiempo actividad magmatica, derivada
de la fusión de corteza, como esta indicada por la composición isotópica de intrusiones pre-,
sin- y post-deformacionales de edades del Cambrico al Devonico en el NW de Argentina
(Rapela et al., 1990, 1992, 1998 a,b; Galliski et al., 1990; Damn et al., 1990, 1991, 1994) puntos
que son una contribución importante al calor supuesto a la corteza media. Un modelo común
para explicar el metamorfismo de baja P/ alta T de la corteza media, migmatizacion y
generacion de corteza fundida es derivada de manto fundido en la base de la corteza inferior
(e.g. Sandiford y Powell, 1986; Bohlen, 1987; Harley, 1989).
En una posible situación geodinámica en el Cambrico (Fig 6) nosotros asumimos un margen
continental con una zona de subducción con la formación de un amplio cinturón de corteza
mas gruesa y actividad magmatica, la ultima principalmente reciclando corteza prexistente. El
engrosamiento de la corteza en este margen activo seguiría el rifting incompleto, que forma la
cuenca Puncoviscana. La cuenca Puncoviscana comprende sedimentos de margen pasivo en el
sur, que implica la existencia de corteza oceánica (Rapela et al., 1998 b) y sedimentos marinos
profundos continuando al norte dentro del sur de Bolivia gradando a sedimentos de
plataforma mas al norte (reconstrucción paleogeografica después de Durand y Aceñolaza,
1990). La extensión N-S de sedimentos marinos profundos reflejan la extensión del cinturón
mobil Pampeano (Fig 6). A exhumación isostática de esa amplia cadena de corteza engrosada
homogéneamente podría explicar las similitudes de la sección P-T-t expuesta del orogeno del
Paleozoico Temprano. Nuestro concepto debería no contradecir la acreción de terrenos
aloctonos o parautoctonos en el sur, donde las rocas ultramaficas de una secuencia ofiolítica en
las Sierras de Cordoba son descritas del Ciclo Pampeano ( Pankhurst y Rapela, 1998, y
referencias allí dentro).
Tambien, este concepto esta en línea con la información sobre la sedimentación en el
Ordovicico: el desarrollo de la cuenca sedimentaria en el NW de Argentina y Bolivia (e.g. Moya,
1998; Bahlburg y Breitkreuz, 1991; Bahlburg y Hervé, 1997) es contemporáneo al enfriamiento
del basamento metamórfico en el Norte de Chile y la Puna de Argentina (Fig 4). Los puntos de
relleno grueso a erosion prominente en el area fuente. Edades de Sm-Nd t DM de los
sedimentos(Bock et al., 1998; NW-Argentina) son idénticos a las del basamento metamórfico.
Sedimentos Ordovicicos son raros en el Norte de Chile (Bahlburg y Breitkreuz, 1991) y
direcciones principales de transporte en la cuenca son del oeste y sur al norte. Un alto
morfológico en el area del Norte de Chile, que constituye el limite de estas cuencas Ordovicicas
(Fig 5) es probable y asumidas en reconstrucciones de cuencas sedimentarias.

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