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Y LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA.
México está formado por una inmensa mayoría de promedios, producto
de un sistema ineficiente de educación y palpable ausencia de valores.
En México no tenemos un solo líder positivo con presencia nacional, y
los líderes locales y regionales son escasos.
El voto en Blanco. Este nuevo actor ha renacido de las cenizas y diariamente cobra más partidarios.
¿Voto blanco: posición o indiferencia? Cuando uno piensa en votar en blanco está eligiendo una opción
que es el voto blanco, no quiere decir que ello implique abstención o indiferencia, sino por el contrario,
se está asumiendo una posición en específico. Sin embargo, ¿Qué tanto valor tiene esta posición para el
sistema político mexicano?
¿Sirve el voto en blanco? A diferencia de otros países donde el voto en blanco tiene un valor legal, y es
tomado como una posición concreta, en el caso mexicano el voto en blanco significa una abstención en
estricto sentido legal. Si bien puede “enviar “ un mensaje a la clase político ello no implica que lo
“reciban” y que se pongan a trabajar. Por otro lado, para realmente enviar un mensaje tiene que ser
una mayoría de ciudadanos quien la haga, para que los partidos se queden “sin votos reales” si esto
sucede, entonces sí tendrá un efecto sin precedentes.
El riesgo del voto blanco. - Esto es que muchos de los ciudadanos opten por votar por algún partido
político, y en este sentido, los que lo hagan por el voto blanco perderán fuerza; y por el contrario, los
partidos que reciban los votos, aún cuando sean pocos ganarán la contienda. Ello implica que las
minorías serán las que marquen la diferencia y sean las que gobiernen, como dicen algunos analistas:
“otros decidirán”
¿Qué hacer entonces? ¿votar o no votar?.- En mi opinión hay que ejercer el voto diferenciado. Si
tenemos una opción valida y real por la cual podemos votar, entonces hagamos efectivo nuestro
derecho. Y además mandemos un mensaje, Esto es, podemos votar por candidatos a alcaldes y
diputados locales y no votemos por los diputados federales, envíemos un voto blanco a ellos, quienes a
final de cuentas son los que tienen mayor poder y los que menos han hecho por los ciudadanos.
En suma, hasta que el voto en blanco no tenga una fuerza de ley que se requiere en México, no sería
conveniente desperdiciar todo nuestro poder – nuestro voto – en un experimento de este tipo. Creo
que sí podemos enviar un mensaje muy fuerte y contundente si una gran mayoría de mexicanos vota en
blanco, pero definitivamente ello no cambiará las cosas de manera drástica y urgente como se
necesitan.