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DERECHO DE

FAMILIA Y
SUCESIONES
Transmisión de los derechos
por causa de muerte

Reglas y principios del Código Civil y Comercial

3
Guías de Análisis y Estudio
Contenido

PRESENTACIÓN ........................................................................................... 3

Sistema sucesorio ...........................................................................................................................4


Los sucesores .................................................................................................................................9
Aceptación y renuncia de la herencia...........................................................................................13
Cesión de herencia .......................................................................................................................15
Petición de herencia .....................................................................................................................17
Responsabilidad del heredero ......................................................................................................19
Indivisión hereditaria ...................................................................................................................20
Proceso sucesorio ........................................................................................................................24
Administración judicial de la sucesión ..........................................................................................26
Partición .......................................................................................................................................30
Colación........................................................................................................................................35
Partición por los ascendientes .....................................................................................................40
Sucesiones intestadas ..................................................................................................................42
Porción legítima ...........................................................................................................................48
Sucesión testamentaria ................................................................................................................56

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 2


PRESENTACIÓN

El presente texto, elaborado con fines didácticos, es una fusión y síntesis


realizada a partir de dos textos de libre acceso:

 El derecho de sucesiones en el proyecto de Código Civil y Comercial, de


Francisco Ferrer

http://www.rubinzalonline.com.ar/blog/el-derecho-de-sucesiones-en-el-proyecto-de-
codigo-civil-y-comercial-por-francisco-ferrer/#.Vj7Ssbcvfcc

 El derecho de sucesiones y los principios del Código Civil y Comercial, de


Graciela Medina

http://www.gracielamedina.com/assets/Uploads/SUCESIONES-PRINCIPIO-final.doc

 Colación y legítima en el proyecto de nuevo Código Civil y Comercial, de Julio


Cesar Capparelli.

http://aldiaargentina.microjuris.com/2012/09/27/colacion-y-legitima-en-el-proyecto-de-
nuevo-codigo-civil-y-comercial/

 Fideicomiso testamentario en el Código Civil y Comercial, de Claudio Kiper y


Silvio Lisoprawski.

http://thomsonreuterslatam.com/2015/02/04/doctrina-del-dia-fideicomiso-
testamentario-en-el-codigo-civil-y-comercial-analisis-de-la-nueva-normativa-autor-
claudio-m-kiper-y-silvio-v-lisoprawski/

Sobre estos materiales principales se han realizado puntuales acotaciones y


desarrollos menores de otras obras que fueron adaptados para este trabajo.

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Sistema sucesorio

§ 1. Características del derecho de sucesiones: derecho de equilibrio


entre el derecho de la autonomía y el derecho imperativo. Tradicionalmente se
ha enseñado que el derecho de familia es un derecho imperativo y que las partes no
pueden renunciar a sus derechos y deberes familiares, mientras que el derecho civil
económico es un derecho de autonomía, en el que la autonomía de la voluntad y la
soberanía del derecho de propiedad los particulares son libres de gestionar su
patrimonio.

El derecho de sucesiones por ser un derecho interdependiente del derecho de


familia y del derecho patrimonial tiene que mantener un equilibrio entre las reglas
imperativas y las reglas de la autonomía, así no puede existir una absoluta voluntad de
testar (expresión de la soberanía del derecho de propiedad), ni tampoco un sistema de
legítimas total (en nombre de la solidaridad familiar y de la igualdad).

El derecho de familia deja hoy en día un espacio de libertad para la voluntad


privada para elegir su estatuto patrimonial matrimonial pero ello no se traduce por un
relajamiento de los deberes familiares, muy por el contrario estos se ven fortalecidos en
el régimen matrimonial primario.

En el ámbito del derecho sucesorio el equilibrio se logra mediante una


disminución de las legítimas o partes que un deudor debe obligatoriamente dejar en
herencia a los parientes más proximos (el artículo 2445 CCyC reduce las legítimas de
los descendientes de 4/5 a 2/3 y las de los ascendientes de 2/3 a 1/2) un
fortalecimiento de institutos que permitan una mayor solidaridad familiar con el más
débil, como el fideicomiso testamentario, la mejora a favor del heredero con
discapacidad (Art. 2448), el derecho real de habitación del cónyuge supérstite (Art.
2383). Y también se obtiene con institutos que buscan proteger la empresa familiar
como la indivisión post hereditaria forzosa impuesta por el testador (Art. 2330), pactada
por los herederos (Art. 2331) resuelta por el cónyuge (Art. 2332) obtenida por el
heredero que ha intervenido activamente en la explotación de la empresa (Art. 2333) y
con los pactos sobre herencia futura (Art. 1010)

En definitiva existe una mayor libertad personal que va acompañada con una
mayor responsabilidad.

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§ 2. Sistemática del Código. El Libro V del Código Civil y Comercial se dedica a
la transmisión de derechos por causa de muerte.

El Libro en cuestión está dividido en once títulos que en orden sucesivo se


dedican a la Sucesión en General (Título I); a la Aceptación y renuncia de la herencia
(Título II); a la Cesión de herencia (Título III); a la Petición de herencia (Título IV); a la
Responsabilidad de los herederos y legatarios y a la Liquidación del pasivo (Título V); al
Estado de indivisión (Título VI); al Proceso sucesorio (Título VII); a la Partición (Título
VIII); a las Sucesiones intestadas (Título IX); a la Porción legitima (Título X) y a las
Sucesiones testamentarias (Título XI)

Así, el CCyC sigue el mismo orden de exposición de las instituciones sucesorias


que el Código derogado, coherentemente con la política legislativa de no modificar
sustancialmente el sistema sucesorio reglamentado por Vélez Sársfield y el legislador
de 1968. Las innovaciones introducidas en cada instituto sucesorio no afectan ese orden
expositivo, y la fuente principal de esas modificaciones ha sido el Proyecto Código Civil
y Comercial de 1998.

§ 3. Principio de sucesión personal y universal. El CCyC se mantiene en el


esquema de la sucesión personal y universal. Su artículo 2280, central sobre la situación
de los herederos, es expresión de este sistema, que reconoce su origen en el Derecho
sucesorio Romano, y conforme al cual la situación patrimonial que plantea la muerte de
una persona (se lo llama “causante”) se resuelve mediante el mecanismo de sustitución
por sus herederos en la totalidad de las relaciones jurídicas transmisibles que
integraban el patrimonio de aquél.

2280.- Situación de los herederos. Desde la muerte del causante, los


herederos tienen todos los derechos y acciones de aquél de manera indivisa, con
excepción de los que no son transmisibles por sucesión, y continúan en la
posesión de lo que el causante era poseedor.

Si están instituidos bajo condición suspensiva, están en esa situación a


partir del cumplimiento de la condición, sin perjuicio de las medidas
conservatorias que corresponden.

En principio, responden por las deudas del causante con los bienes que
reciben, o con su valor en caso de haber sido enajenados.

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Los herederos se subrogan en el lugar del fallecido, sucediéndolo en su posición
jurídica en el complejo de derechos y obligaciones, continuando así su personalidad
jurídico-patrimonial, y por eso se llama sistema de sucesión personal.

Técnicamente hay una modificación subjetiva de las relaciones jurídicas


patrimoniales: el sujeto titular fallecido es sustituido por herederos, pero,
objetivamente, las relaciones jurídicas no sufren alteración alguna.

Y como esa transmisión se produce ipso iure, en bloque y de una sola vez,
comprendiendo todas las relaciones jurídicas patrimoniales transmisibles, incluidas las
deudas, se lo llama también sistema de sucesión universal.

§ 4. La herencia como universalidad de derecho. La herencia,


objetivamente considerada, se concibe como una universitas iuris, desde que
comprende en una unidad el activo y el pasivo del causante.

Lo que imprime unidad a la herencia concebida como universalidad de derecho


es el carácter del heredero que continúa la personalidad jurídica-patrimonial del
causante y por eso mismo es también responsable de las deudas sucesorias con el
patrimonio recibido, pudiendo incluso responder con sus propios bienes (art. 2321).

No puede afirmarse, por consiguiente, que este CCyC ha transitado al sistema de


sucesión en los bienes, como tampoco lo hizo la reforma de la Ley 17711 al establecer
como regla la aceptación bajo beneficio de inventario (art. 3363), pues en el sistema de
sucesión en los bienes la herencia no es concebida como universalidad, ni los herederos
sustituyen al causante en la titularidad de sus bienes y deudas, sino que el patrimonio
relicto pasa a un administrador-liquidador (“personal representative”) que, como un
fiduciario, liquida los bienes, paga las deudas, y es él quien transfiere los bienes
remanentes, individualizados y libres de pasivo, a los herederos.

§ 5. Fuentes de la vocación sucesoria. Las fuentes de la vocación sucesoria,


conforme a nuestra tradición jurídica, siguen siendo dos: la ley y el testamento.

§ 6. Pactos sobre herencias futuras. Subsiste la prohibición de los pactos


sobre herencia futura. No se puede disponer sobre derechos hereditarios futuros, ni los
contratos pueden ser fuente de vocación sucesoria.

Esta prohibición genérica contenida en el Código de Vélez Sársfield en el artículo


1175, reconoce varias excepciones directas en dicho Código: la partición de
ascendientes entre sus descendientes por donación (arts. 3514 y ss.); el reconocimiento

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de la onerosidad de la transmisión de bienes del causante a uno de los hijos, formulado
por los otros legitimarios (art. 3604); la dispensa de colación en el mismo acto entre
vivos de donación a un hijo (art. 1805), según la interpretación predominante; los
pactos de exclusión o inclusión en la sociedad de los herederos del socio fallecido (arts.
1654, inc. 3º, y 1760).

El CCyC mantiene esa prohibición genérica en el primer párrafo del artículo


1010, y también las excepciones reseñadas (arts. 2411, 2415 y ss., y 2461, 2385, 1
párr.). En relación a los pactos que involucran a los herederos del socio, desaparece la
regulación del contrato de sociedad en el CCyC de Código Civil y Comercial, siguiendo la
línea del Proyecto de 1998, y se extiende la unificación de las materias civiles y
comerciales a la Ley de Sociedades. Las modificaciones a esta ley no alteran sus
artículos 90 y 155 referidos a los pactos sobre incorporación o exclusión de los
herederos del socio, en las sociedades en comandita simple, colectivas y de
responsabilidad limitada.

90. Muerte de un socio. En las sociedades colectivas, en comandita simple, de capital


e industria y en participación, la muerte de un socio resuelve parcialmente el contrato.

En las sociedades colectivas y en comandita simple, es lícito pactar que la


sociedad continúe con sus herederos. Dicho pacto obliga a éstos sin necesidad de un
nuevo contrato, pero pueden ellos condicionar su incorporación a la transformación de su
parte en comanditaria.

155. Incorporación de los herederos. Si el contrato previera la incorporación de los


herederos del socio, el pacto será obligatorio para éstos y para los socios. Su
incorporación se hará efectiva cuando acrediten su calidad; en el ínterin actuará en su
representación el administrador de la sucesión.

Las limitaciones a la transmisibilidad de las cuotas serán, en estos casos


inoponibles a las cesiones que los herederos realicen dentro de los tres (3) meses de su
incorporación. Pero la sociedad o los socios podrán ejercer opción de compra por el
mismo precio, dentro de los quince (15) días de haberse comunicado a la gerencia el
propósito de ceder la que deberá ponerla en conocimiento de los socios en forma
inmediata y por medio fehaciente.

Ahora bien, el CCyC, no obstante mantener en esta materia el régimen vigente,


introduce una novedosa excepción de trascendente importancia a la prohibición
genérica de pactos sobre herencias futuras, y lo hace en el segundo párrafo del mismo
artículo 1010 que consagra esa prohibición. Este segundo párrafo expresa:

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1010. (…) “Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones
societarias de cualquier tipo, con miras a la conservación de la unidad de gestión
empresaria o a la prevención o solución de conflictos, pueden incluir
disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer
compensaciones en favor de otros legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o
no parte el futuro causante y su cónyuge, si no afectan la legítima hereditaria,
los derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros”.

Se recepta así la tendencia de las legislaciones europeas de flexibilizar la


prohibición para evitar la desaparición de las pequeñas y medianas empresas, de
carácter personal, familiar o societario, con motivo de la transmisión sucesoria y al
principio de la partición forzosa, asegurando y facilitando mediante tales pactos su
continuidad en beneficio de la economía general del país.

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Los sucesores

§ 7. Diversidad de sucesores mortis causa. Se mantiene la distinción


tradicional entre el heredero, a quien se transmite la universalidad o una parte indivisa
de la herencia, y el legatario, quien recibe un bien particular o un conjunto de ellos (art.
2278).

Los herederos, a su vez, pueden ser legítimos, esto es, llamados por la ley a
recibir la herencia, o testamentarios, cuando su llamamiento proviene del testamento
del causante.

Asimismo, se introduce una innovación: los herederos, sean legítimos o


testamentarios, se pueden clasificar en “herederos universales” y “herederos de cuota”.

Los primeros tienen derecho de acrecer, vocación a la universalidad (esto es, a


que se le asignen todos los bienes de la herencia a los que el testador no haya dado un
destino diferente, art. 2486); los segundos, no.

La institución por vía testamentaria de herederos universales no requiere


términos sacramentales, basta que el testador de a entender que atribuye la
universalidad de los bienes (art. 2287).

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Habrá heredero testamentario de cuota cuando el testador le asigna una fracción
alícuota de la herencia (un tercio, un quinto, etc.) (art. 2488).

 El heredero de cuota viene a reemplazar a la híbrida figura del legatario de


cuota, que desaparece, lo cual es una solución conveniente, ya propuesta por el
Proyecto de 1998, que siguió la corriente de otras codificaciones americanas
(Códigos chileno, colombiano, ecuatoriano).

§ 8. Personas que pueden suceder. Pueden suceder las personas que existan
a la fecha del fallecimiento del causante, o que estando concebidas nazcan con vida,
como también las personas jurídicas existentes a dicho tiempo, y las fundaciones
creadas por el testamento del causante (art. 2279).

§ 9. Exclusión de herederos: indignidad y desheredación. Generalmente


se estudian juntas porque ambas sancionan el comportamiento ofensivo del llamado a
suceder contra el causante y con ese fin constituyen causas de extinción de la vocación
sucesoria.

La indignidad es una sanción legal y la aplica el juez a instancia de parte


interesada contra el sucesor que ha incurrido en alguna de las causales establecidas en
la ley, excluyéndolo de la herencia.

La desheredación consiste también en la exclusión de un heredero forzoso de la


herencia, pero dispuesta esta vez por el causante en su testamento, por el agravio que
aquél le ha inferido, configurativo de alguna de las causales previstas en la ley.

§ 10. Indignidad: causales. En cuanto a la sanción de indignidad se amplía


considerablemente el elenco de causales (art. 2281), conforme lo venía reclamando la
doctrina y lo propusieron los anteriores proyectos de reforma del Código Civil. Además
se aclaran y precisan numerosas cuestiones, algunas que eran controvertidas:

Son indignos de suceder:

a) los autores, cómplices o partícipes de delito doloso contra la persona, el


honor, la integridad sexual, la libertad o la propiedad del causante, o de
sus descendientes, ascendientes, cónyuge, conviviente o hermanos. Esta
causa de indignidad no se cubre por la extinción de la acción penal ni por
la de la pena;

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b) los que hayan maltratado gravemente al causante, u ofendido
gravemente su memoria;

c) los que hayan acusado o denunciado al causante por un delito penado


con prisión o reclusión, excepto que la víctima del delito sea el acusador,
su cónyuge o conviviente, su descendiente, ascendiente o hermano, o
haya obrado en cumplimiento de un deber legal;

d) los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del causante, dentro de


un mes de ocurrida, excepto que antes de ese término la justicia proceda
en razón de otra denuncia o de oficio. Esta causa de indignidad no
alcanza a las personas incapaces ni con capacidad restringida, ni a los
descendientes, ascendientes, cónyuge y hermanos del homicida o de su
cómplice;

e) los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante los


alimentos debidos, o no lo hayan recogido en establecimiento adecuado si
no podía valerse por sí mismo;

f) el padre extramatrimonial que no haya reconocido voluntariamente al


causante durante su menor edad;

g) el padre o la madre del causante que haya sido privado de la


responsabilidad parental;

h) los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para que
otorgue testamento o deje de hacerlo, o lo modifique, así como los que
falsifiquen, alteren, sustraigan, oculten o sustituyan el testamento;

i) los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que permiten
revocar las donaciones.

En todos los supuestos enunciados, basta la prueba de que al indigno le es


imputable el hecho lesivo, sin necesidad de condena penal.

§ 11. Indignidad: legitimados para plantearla. La indignidad sólo puede ser


demandada después de la muerte del causante. Basta la prueba de que al indigno le
sea imputable el hecho lesivo, sin necesidad de condena penal (art. 2281, último párr.).

 Legitimados activos son aquellos sucesores que pretenden los derechos


atribuidos al indigno, y también puede oponerla como excepción el demandado
por reducción, colación o petición de herencia (art. 2283, 1 párr.).

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 Legitimados pasivos, además del indigno, también pueden serlo sus sucesores a
título gratuito, y sus sucesores particulares a título oneroso de mala fe (art.
2283, 3er párr.). Ya no se exige el “concierto fraudulento” del artículo 3310, y el
CCyC considera de mala fe a quien conoce la existencia de la causa de
indignidad (art. 2283).

 Dispuesta judicialmente la indignidad, el indigno debe restituir los bienes


recibidos, considerándoselo poseedor de mala fe. Debe los intereses de las
sumas de dinero, aunque no los hubiese percibido (art. 2285).

El perdón del causante hace cesar la indignidad (art. 2282). Desaparece la


exigencia de que deba ser expresado por testamento, como lo disponía el anterior
artículo 3297, y, en rigor, toda exigencia formal, por lo cual el perdón puede ser incluso
verbal. Pero el juez deberá ser muy cuidadoso al apreciar la prueba en estos casos, la
cual debe ser inequívoca en cuanto a la existencia del perdón.

Agrega también el artículo 2282 que el beneficio testamentario al indigno


posterior al hecho comporta el perdón, excepto que se pruebe el desconocimiento del
hecho por el testador.

También caduca la acción a los tres años desde la apertura de la sucesión, y


respecto del legatario indigno, por igual plazo desde la entrega del legado. No obstante,
el demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia puede
oponer la indignidad en todo tiempo (art. 2284).

§ 12. Supresión de la desheredación en el CCyC. Respecto a la


desheredación, el Código la suprime. Sigue al Anteproyecto Bibiloni, al Proyecto de
1936, y a la minoritaria tendencia legislativa que sólo deja subsistente el instituto de la
indignidad sucesoria, con el argumento de que ésta, por ser más amplia, permite
abarcar todos los supuestos de la primera (Códigos civiles francés, italiano y
venezolano). El CCyC expresa que suprime la desheredación para evitar que con la
indignidad se produzca “una doble regulación para situaciones prácticamente
idénticas”.

Es discutible el acierto de esta política legislativa. En efecto, si se mantiene la


regulación de las legítimas, la desheredación prevista como sanción para el heredero
forzoso que ofendió gravemente al causante es un instrumento complementario y
necesario. Pues si la ley imperativamente le asigna un heredero al causante, es justo
que éste en vida tenga el medio de excluirlo si ha sido agraviado por aquél. Sin
embargo, con la solución del CCyC, no lo podrá hacer, y la indignidad no le remedia la
cuestión, puesto que quien podrá ejercer la acción es el sucesor a quien le interese

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desplazar al indigno, y no el ofendido, o sea el propio causante, que es el único que
puede medir con justeza la gravedad de la ofensa.

 Lo que sucederá, como observa atinadamente Azpiri, es que ante el agravio


sufrido, el causante buscará por todos los medios eludir la imperatividad de la
legítima, para que al fallecer quien lo ofendió no encuentre bienes en la
herencia. Otra razón para mantener la desheredación es que fortifica la
autoridad del causante, y por ello, frente a la situación actual de una mayor
prolongación de la vida de los seres humanos, se debe vigorizar la institución en
lugar de suprimirla, porque es un modo más eficaz de proteger a la personas de
la tercera edad y de brindarles una posibilidad de que se respete su dignidad y
sus sentimientos.

Aceptación y renuncia de la herencia

§ 13. Libertad de aceptar o renunciar. Aceptar una herencia no es


obligatorio. Pero si un heredero acepta, no puede hacerlo por una parte de la herencia
ni sujetar su opción a modalidades. “La aceptación parcial implica la del todo; la
aceptación bajo modalidades se tiene por no hecha”, dice el art. 2287. Esto supone la
existencia de un “derecho de opción” –que le permite aceptar o no- y que plasma esta
libertad.

§ 14. Ejercicio del derecho de opción. Con respecto a lo fijado en el Código


derogado, el plazo para optar entre la aceptación y la renuncia se reduce de veinte a
diez años desde la muerte del causante (art. 2288).

El que no se pronuncia en ese plazo queda como renunciante. Los terceros


interesados, transcurrido nueve días de la muerte del causante, pueden solicitar
judicialmente la intimación al heredero para que opte por la aceptación o renuncia, en
un plazo no menor de un mes ni mayor de tres meses, renovable una sola vez. Vencido
el plazo, si no se pronuncia, queda como aceptante (art. 2289).

Si fallece sin optar, transmite a sus herederos ese derecho (art. 2290).

Si el heredero renuncia a la herencia en perjuicio de sus acreedores, éstos


pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en su nombre (art. 2292).

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§ 15. Se suprime la aceptación “con beneficio de inventario”. El CCyC
introduce una innovación trascendente: ya no distingue entre aceptación beneficiaria y
aceptación pura y simple (De hecho, en el CCyC desaparecen estas denominaciones).
De todos modos, se mantiene -como veremos más adelante, reportando también sus
excepciones- la “limitación de responsabilidad” que era el efecto funcional asociado al
“inventario”.

§ 16. Formas de la aceptación: expresa o tácita. La aceptación puede ser


expresa o tácita (art. 2293).

 Enumera en el artículo 2294 los actos que implican aceptación tácita de la


herencia, y entre ellos se incluyen, como novedad, la iniciación del juicio
sucesorio del causante (inc. a), la ocupación o habitación del inmueble que
pertenecía el causante después de un año del deceso (inc. c) (no se comprende
bien la exigencia de que transcurra el plazo de un año, y además este caso es
superfluo pues la ocupación de un inmueble es un acto posesorio, ya previsto en
el inciso anterior); el hecho de no oponer la falta de aceptación de la herencia en
caso de haber sido demandado en calidad de heredero (inc. d).

 Asimismo, establece los actos que no comportan aceptación (art. 2296). Su


concepto más genérico (inc. a) alude a los actos puramente conservatorios, de
supervisión o de administración provisional, así como los que resultan necesarios
por circunstancias excepcionales y son ejecutados en interés de la sucesión. El
resto de los incisos parece ejemplificativo de este concepto, como el pago de los
gastos funerarios y de la última enfermedad, los impuestos adeudados por el
difunto, los alquileres y otras deudas cuyo pago es urgente (inc b); el reparto de
ropas, documentos personales, condecoraciones y diplomas del difunto, o
recuerdos de familia, hecho con el acuerdo de todos los herederos (inc. c), etc.
Siempre el que ha percibido las rentas o el precio de las ventas queda sujeto a
las obligaciones y responsabilidad del administrador de bienes ajenos.

Un mandatario puede aceptar la herencia, pero al efecto el CCyC dispone que se


requiere un poder con facultades expresas (art. 375, inc. d), y que debe ser por escrito
(art. 2293).

La aceptación de la herencia por el representante de una persona incapaz o con


capacidad restringida nunca puede obligar a éste al pago de las deudas de la sucesión
más allá del valor de los bienes que le sean atribuidos (art. 2297).

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§ 17. Aceptación forzada: una aceptación de origen legal y tinte
sancionatorio. Está previsto en el art. 2295 que el heredero que oculta o sustrae
bienes de la herencia es considerado aceptante con responsabilidad ilimitada, pierde el
derecho de renunciar, y no tiene parte alguna en aquello que ha sido objeto de su
ocultamiento o sustracción. En el supuesto de que no pueda restituir la cosa, debe
restituir su valor, estimado al momento de la restitución.

§ 18. Renuncia. Simplifica el CCyC la confusa normativa sobre la forma de la


renuncia y dispone que puede ser hecha por escritura pública o por acta judicial (art.
2299). Pero omitió agregar que también se podría hacer “por escrito presentado al
proceso sucesorio con patrocinio letrado”, procedimiento más sencillo que la escritura o
el acta judicial, y que generalmente se admite en la práctica forense. Asimismo, cuando
este precepto admite que la renuncia puede ser hecha en acta judicial, agrega “siempre
que el procedimiento informático asegure la inalterabilidad del instrumento”, exigencia
que carece de sentido, puesto que se debería reiterar para todo otro acto judicial (actas
de audiencias, sentencias del juez, etc.).

El renunciante se puede retractar mientras no haya caducado su derecho de


opción, si la herencia no ha sido aceptada por otros herederos, ni se ha puesto al Estado
en posesión de los bienes (art. 2300).

§ 19. Aceptación de herencia por parte de los acreedores del heredero.


De acuerdo al artículo 2292, si el heredero renuncia a la herencia en perjuicio de sus
acreedores, estos pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en su nombre.
Esta norma reemplaza los artículos 3351 y 3352 del Código de Vélez, que preveian la
acción revocatoria o pauliana, y la subrogatoria, de los acreedores del heredero
renunciante que los perjudica con su renuncia. Se trata de la misma doctrina. El
segundo párrafo del artículo 2292 lo confirma: dispone que la aceptación sólo tiene
lugar a favor de los acreedores que la formulan y hasta la concurrencia del monto de
sus créditos.

Cesión de herencia

§ 20. Cesión de herencia. Se cubre el vacío del Código de Vélez y se


reglamenta la cesión de herencia en el libro de Sucesiones (arts. 2302 a 2309). Puede
determinarse su efecto básico a partir de los derechos que le da al cesionario

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2304.- Derechos del cesionario. El cesionario adquiere los mismos derechos
que le correspondían al cedente en la herencia. Asimismo, tiene derecho de
participar en el valor íntegro de los bienes que se gravaron después de la
apertura de la sucesión y antes de la cesión, y en el de los que en el mismo
período se consumieron o enajenaron, con excepción de los frutos percibidos.

Se precisan las ventajas que comprende la cesión (las que resulten ulteriormente
por colación, renuncia o caducidad de legados, etc.), y las que quedan excluidas, salvo
pacto en contrario (renuncia o exclusión de un heredero, etc.) en estos términos

2303.- Extensión y exclusiones. La cesión de herencia comprende las


ventajas que pueden resultar ulteriormente por colación, por la renuncia a
disposiciones particulares del testamento, o por la caducidad de éstas.

No comprende, excepto pacto en contrario:

a) lo acrecido con posterioridad en razón de una causa diversa de las


expresadas, como la renuncia o la exclusión de un coheredero;

b) lo acrecido anteriormente por una causa desconocida al tiempo de la


cesión;

c) los derechos sobre los sepulcros, los documentos privados del


causante, distinciones honoríficas, retratos y recuerdos de familia.

§ 21. Garantía por evicción. La regla del art. 2305 dispone que si la cesión es
onerosa, el cedente garantiza al cesionario su calidad de heredero y la parte indivisa
que le corresponde en la herencia, excepto que sus derechos hayan sido cedidos como
litigiosos o dudosos, sin dolo de su parte.

Se aclara allí que:

 El cedente no responde por la evicción ni por los vicios de los bienes de la


herencia, excepto pacto en contrario.

 Si la cesión es gratuita, el cedente sólo responde en los casos en que el donante


es responsable. Su responsabilidad se limita al daño causado de mala fe.

 En lo demás, su responsabilidad se rige por las normas relativas a la cesión de


derechos.

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o Mas adelante -art. 2309- el código estatuye que la cesión de derechos
sobre bienes determinados que forman parte de una herencia no se rige
por las reglas de este Título, sino por las del contrato que corresponde, y
su eficacia está sujeta a que el bien sea atribuido al cedente en la
partición).

§ 22. Forma de la cesión de herencia. La norma respectiva la encontramos


en el artículo 1618, inciso a, que exige como única forma la escritura pública.

Asimismo, resultaría conveniente establecer que se puede instrumentar también


por acta judicial ante el juez del sucesorio, modalidad que tiene un fuerte arraigo en la
práctica tribunalicia, y es un trámite rápido y más económico que la escritura pública.

§ 23. Momento a partir del cual produce efectos. La cesión produce sus
efectos del siguiente modo, pautado en el art. 2302:

 entre los contratantes, desde su celebración;

 respecto de otros herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde que la


escritura pública se incorpora al expediente sucesorio.

Petición de herencia

§ 24. Acción de petición de herencia. Se regula en los artículos 2310 a 2315.


Se aclara notoriamente su reglamentación, precisando su concepto y finalidad, y las
restituciones que debe efectuar el heredero aparente vencido; se establece que deben
aplicarse las reglas de la reivindicación en cuanto a las obligaciones del poseedor de
buena o mala fe.

2310.- Procedencia. La petición de herencia procede para obtener la entrega


total o parcial de la herencia, sobre la base del reconocimiento de la calidad del
heredero del actor, contra el que está en posesión material de la herencia, e
invoca el título de heredero.

La norma expone con claridad que lo trascendente en la acción de petición de


herencia es lo que se refiera a la posesión sobre universalidades y no a la particular

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 17


sobre los bienes que la integran. Unifica en un artículo el contenido que en el código
civil derogado se encontraba disperso y se desprende, sin lugar a dudas, que la entrega
de los bienes es consecuencia del reconocimiento de la condición de heredero.

Luego el art. 2311 despeja un arduo tema estableciendo en forma expresa que la
acción es imprescriptible, sin perjuicio de la prescripción adquisitiva del poseedor con
relación a cosas singulares. Tal principio es congruente con el artículo 712 del CCyC: las
acciones de estado de familia son irrenunciables e imprescriptibles

§ 25. Efectos: restitución de los bienes y frutos. Quien habiendo estado en


posesión material de la herencia, es decir invocando título de heredero, ha sido
desplazado parcial o totalmente por quien también invoca un llamamiento hereditario
concurrente o preferente, le debe a este último la entrega de la herencia, es decir, de la
compleja relación entre derechos activos y pasivos. Se trata de la restitución de una
situación jurídica que puede ser total o parcial según que el heredero que desplaza lo
haga en el todo o únicamente como coheredero.

Si la restitución no es posible debe indemnización de daños limitada a la


entrega del precio recibido. En el supuesto de mala fe la indemnización es amplia. Los
artículos en comentario rigen la relación entre el heredero real, es decir, el que
desplaza, con el heredero aparente, es decir, el desplazado, y a su vez la de cada uno
de ellos con terceros, aplicando las normas que organizan el enriquecimiento sin causa,
el pago indebido, el empleo útil, la reivindicación y los efectos de las relaciones de
poder.

§ 26. Efectos: la determinación de la validez de los actos del heredero


aparente. El Código establece en el art. 2315 que:

 son válidos los actos de administración del heredero aparente realizados hasta la
notificación de la demanda de petición de herencia, excepto que haya habido
mala fe suya y del tercero con quien contrató.

 son también válidos los actos de disposición a título oneroso en favor de terceros
que ignoraban la existencia de herederos de mejor o igual derecho que el
heredero aparente, o ignoraban que los derechos de éste estuvieran
judicialmente controvertidos.

El heredero aparente de buena fe debe restituir al heredero el precio recibido; el


de mala fe debe indemnizar todo perjuicio que le haya causado.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 18


Responsabilidad del heredero

§ 27. Principio de responsabilidad limitada. Desaparece, como adelantamos,


la tradicional denominación de “beneficio de inventario”, pero se mantiene
sustancialmente el mismo régimen legal, con algunas modificaciones: la aceptación de
la herencia, como regla general, siempre genera la responsabilidad limitada del
heredero por las deudas del causante, como ocurría en el Código de Vélez con la norma
que presume hecha bajo beneficio de inventario toda aceptación de herencia,

2317.- Responsabilidad del heredero. El heredero queda obligado por las


deudas y legados de la sucesión sólo hasta la concurrencia del valor de los
bienes hereditarios recibidos. En caso de pluralidad de herederos, éstos
responden con la masa hereditaria indivisa.

Sin embargo, el heredero puede perder ese beneficio si incurre en ciertos


comportamientos u omisiones, precisados en el artículo 2321, y entonces pasa a
responder con sus bienes personales por el pasivo hereditario.

2321.- Responsabilidad con los propios bienes. Responde con sus propios
bienes por el pago de las deudas del causante y cargas de la herencia, el
heredero que:

a) no hace el inventario en el plazo de tres meses desde que los acreedores o


legatarios lo intiman judicialmente a su realización;

b) oculta fraudulentamente los bienes de la sucesión omitiendo su inclusión en el


inventario;

c) exagera dolosamente el pasivo sucesorio;

d) enajena bienes de la sucesión, excepto que el acto sea conveniente y el precio


obtenido ingrese a la masa.

§ 28. Preferencia de los acreedores del causante y los legatarios de la


sucesión. En esta cuestión de la responsabilidad del heredero se consagran reglas que
ya venía aplicando la jurisprudencia, con apoyo de la doctrina autoral: los acreedores y
legatarios de la sucesión tienen preferencia sobre los bienes de la herencia respecto de
los acreedores de los herederos (art. 2316).

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 19


 Además pueden oponerse a la entrega de los mismos hasta que aquéllos les
paguen su créditos o legados (art. 2359). De allí que entre las funciones del
administrador judicial de la herencia, está la de promover la realización de los
bienes hereditarios para pagar las deudas y legados (art. 2353).

A su vez los acreedores sucesorios tienen prioridad sobre los legatarios, y


destacamos dos precisiones: aquéllos tienen acción contra éstos por el valor de lo que
reciben, o sea, los legatarios responden por el valor y no con los mismos bienes
legados; y la acción de los acreedores caduca al año contado desde el día en que
cobran sus legados (art. 2319), con lo cual se redujo el plazo de tres años del vigente
artículo 3398, y se aclaró el punto de arranque del plazo de caducidad.

En el supuesto de perder la limitación de su responsabilidad, los acreedores del


heredero cobran sobre sus bienes personales de acuerdo al siguiente rango (art. 2322):

a) Por los créditos anteriores a la apertura de la sucesión, con preferencia a los


acreedores y legatarios de la sucesión;

b) por los créditos posteriores, concurren a prorrata con los acreedores del
causante.

Indivisión hereditaria

§ 29. Regulación de la indivisión hereditaria: administración


extrajudicial. Aquí también el CCyC viene a cubrir el vacío del Código de Vélez.

El estado de indivisión, al cual se dedica el Título VI del Libro V, se produce


cuando concurren a la sucesión más de un heredero (art. 2323), y se regula
primeramente la administración extrajudicial: cualquiera de los herederos puede llevar
a cabo medidas conservatorias de los bienes de la herencia, empleando los fondos
indivisos que se encuentren en su poder, y puede obligar a sus copartícipes a hacer los
gastos necesarios (art. 2324); y a pedido de un coheredero, aun antes de la apertura del
proceso sucesorio, el juez puede ordenar medidas urgentes en beneficio del interés
común, incluso el otorgamiento de actos para los que sea necesario el consentimiento
de todos, si la oposición de algunos de ellos pone en peligro dicho interés común.

También, a pedido de un heredero, puede designar un administrador provisorio,


prohibir el desplazamiento de cosas muebles y atribuir a alguno de ellos el uso de éstas
(art. 2327). Cabe coordinarlas con el artículo 2352 referido también a medidas urgentes
ante la falta de designación de un administrador, que pareciera una reiteración
superflua.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 20


Los actos de administración y de disposición requieren el consentimiento de
todos ellos, es decir, unánime, necesitándose facultades expresas para todo acto que
exceda la explotación normal de los bienes indivisos y para la contratación y renovación
de locaciones. Pueden dar a uno o a varios de ellos, o a un tercero, un mandato general
de administración. Si uno de los herederos toma a su cargo la administración con
conocimiento de los otros, se considera que hay mandato tácito, siempre que no se
requieran facultades expresas (art. 2325).

Los actos otorgados por un heredero en representación de otro ausente o


impedido transitoriamente, se rigen por las normas de la gestión de negocios (art.
2326).

§ 30. Derechos de los coherederos durante la indivisión. Los coherederos


tienen derecho a usar y gozar de las cosas indivisas conforme a su destino, y si no hay
acuerdo entre ellos, el ejercicio de ese derecho debe ser regulado provisoriamente por
el juez. El coheredero que usa privativamente la cosa indivisa está obligado, salvo pacto
en contrario, a satisfacer una indemnización desde que le es requerida (art. 2328). Se
consagran las soluciones ya elaboradas por la jurisprudencia y la doctrina.

Los frutos de los bienes indivisos acrecen a la indivisión, excepto que medie
partición provisional (art. 2329). Se comprenden los frutos naturales y civiles, y se trata
de una regla que viene del Derecho Romano, fructus omnes augent hereditatem
(Digesto 5, 3; 20, 3, y 40, 1), aceptada pacíficamente, a tal punto que se considera un
principio general del Derecho sucesorio.

§ 31. Indivisiones forzosas. Con la posibilidad de imponer indivisiones forzosas


(temporarias) se faculta al causante, a su cónyuge supérstite y a otros herederos a
evitar que las consecuencias afectivas por la muerte del causante se vean agravadas
por las de carácter patrimonial que provocan el desmembramiento de derechos
existentes durante la vida del autor de cuya sucesión se trate.

§ 32. Indivisión impuesta por el testador. El testador puede imponer a sus


herederos, aun legitimarios, la indivisión de la herencia por un plazo no mayor de diez
años. El art. 2330, que regula este supuesto, dispone que cualquier plazo superior al
máximo permitido se entiende reducido a ése.

Además de la indivisión de la herencia como un conjunto, el CCyC permite que si


hay herederos menores de edad, se mantenga una indivisión específica hasta que todos
ellos lleguen a la mayoría de edad, imponiéndola sobre:

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 21


a) un bien determinado;

b) un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero, o


cualquier otro que constituye una unidad económica;

c) las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la cual es principal


socio o accionista.

El juez puede autorizar la división total o parcial antes de vencer el plazo, a


pedido de un coheredero, cuando concurren circunstancias graves o razones de
manifiesta utilidad.

§ 33. Pacto de indivisión entre los coherederos. Los herederos pueden


convenir que la indivisión entre ellos perdure total o parcialmente por un plazo que no
exceda de diez años, sin perjuicio de la partición provisional de uso y goce de los bienes
entre los copartícipes (art. 2331).

o Estos convenios pueden ser renovados por igual plazo al término del
anteriormente establecido.

o Cualquiera de los coherederos puede pedir la división antes del


vencimiento del plazo, siempre que medien causas justificadas.

o Si hay herederos incapaces o con capacidad restringida, el convenio


concluido por sus representantes legales o con la participación de las
personas que los asisten requiere aprobación judicial.

Una de ellas es la relativa a la indivisión por diez años a partir de la muerte del
causante que puede imponer el cónyuge supérstite sobre una unidad económica o
sobre partes sociales, acciones o cuotas de una sociedad, siempre que haya adquirido o
constituido en todo o en parte el establecimiento, o que sea el principal socio o
accionista de la sociedad.

Tiene el mismo derecho el cónyuge que no adquirió ni constituyó el


establecimiento pero que participa activamente en su explotación.

También es una novedad la circunstancia de que la indivisión pueda ser


prorrogada a pedido del supérstite hasta su fallecimiento.

Durante la indivisión, la administración del establecimiento o de las


participaciones sociales le corresponde al cónyuge sobreviviente (art. 2332).

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 22


A instancias de cualquiera de los herederos, el juez puede decretar el cese de la
indivisión antes de vencer el plazo, si concurren causas graves o de manifiesta utilidad
económica (art. 2332, 5 párr.).

También el cónyuge puede oponerse a que sea incluida en la partición,


mientras él sobreviva, la vivienda que ha sido el hogar conyugal al tiempo del
fallecimiento del causante, adquirida o construida en todo o en parte con fondos
gananciales, con sus muebles, salvo que pueda ser adjudicada en su lote. Los herederos
sólo pueden pedir el cese de la indivisión si el cónyuge supérstite tiene bienes que le
permitan procurarse otra vivienda suficiente para sus necesidades (art. 2332, último
párr.).

Otra innovación es que se atribuye al heredero el derecho de oponerse a la


partición de un bien que constituya unidad económica, si antes de la muerte del
causante ha participado activamente en la explotación de la empresa (art. 2333).

Aunque no lo aclara, por aplicación del artículo anterior, se entiende que la


indivisión no podrá prolongarse por más de diez años, y que podrá cesar por disposición
del juez a pedido de cualquiera de los coherederos si concurren causas graves o de
manifiesta utilidad económica.

§ 34. Oponibilidad de las indivisiones a los acreedores. Las indivisiones


son oponibles a terceros a partir de su inscripción registral.

Los acreedores de los herederos no pueden ejecutar el bien indiviso ni una


porción ideal de éste, y sólo pueden embargar las utilidades de la explotación
correspondiente a su deudor (art. 2334).

En cambio, con respecto a los acreedores del causante las indivisiones no


impiden el derecho de al cobro de sus créditos sobre los bienes indivisos.

 El artículo 2376 del Código indica cuál es la composición de la masa partible y a


tal efecto establece que de los bienes del causante que existen al tiempo de la
partición o los que se han subrogado a ellos y sus acrecimientos se deducen las
deudas y se agregan los valores que deben ser colacionados y los bienes sujetos
a reducción. Resulta claro entonces que la deducción de deudas se efectúa con
anterioridad a la formación de los lotes y también previo a la adquisición de la
masa líquida o partible. Por ello es que en ningún caso la indivisión impide los
derechos de los acreedores del causante.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 23


Proceso sucesorio

§ 35. Regulación del proceso sucesorio. Como innovación metodológica, se


dedica el Título VII de este Libro V a establecer reglas básicas del proceso sucesorio a
través de seis capítulos que contemplan el objeto, la competencia, la investidura de la
calidad de heredero, inventario y avalúo, administración judicial de la sucesión, el pago
de deudas y legados, y la conclusión de la administración. El Título VIII lo dedica a la
partición. El procedimiento, en lo demás, seguirá regulado por los códigos de forma
locales.

El artículo 2335 define el objeto: identificar a los sucesores, determinar el


contenido de la herencia, cobrar los créditos, pagar las deudas, legados y cargas, y
entregar los bienes.

2336.- Competencia. La competencia para entender en el juicio sucesorio


corresponde al juez del último domicilio del causante, sin perjuicio de lo
dispuesto en la Sección 9ª, Capítulo 3, Título IV del Libro Sexto.

El mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia, nulidad de


testamento, de los demás litigios que tienen lugar con motivo de la
administración y liquidación de la herencia, de la ejecución de las disposiciones
testamentarias, del mantenimiento de la indivisión, de las operaciones de
partición, de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y
nulidad de la partición.

Si el causante deja sólo un heredero, las acciones personales de los


acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del último
domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del heredero único.

§ 36. El fuero de atracción. Respecto del fuero de atracción —cuyos alcances


establece el art. 2336, segundo párrafo— se mantiene la lógica conforme a la cual el
mismo funciona pasivamente, es decir, cuando la sucesión es demandada. En cambio,
que cuando la sucesión actúa como actora -por ejercer los herederos acciones
pertenecientes al difunto- se aplican las normas comunes de la competencia.

El fundamento del fuero de atracción de las cuestiones conexas al proceso


sucesorio obedece a razones de orden jurídico, economía procesal y seguridad jurídica,
signadas por la inmediatez con los hechos que implica la relación jurídica hereditaria, y
el CCyC suplanta la regulación contenida en los cuatros incisos del art. 3284 CC, cuya

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 24


previsión genérica originó controversias doctrinarias y jurisprudenciales en orden a los
supuestos incluidos.

En relación a las ventajas que reporta la elección del último domicilio del
causante a los efectos de determinar el juez competente en materia sucesoria, se ha
sostenido doctrinariamente que las mismas surgen evidentes pues permite concentrar
ante un solo

§ 37. El caso del heredero único. Se modifica y se aclara el caso del heredero
único, del artículo 3285, disponiendo ahora que las acciones personales de los
acreedores sucesorios pueden, a su opción, dirigirse ante el juez del último domicilio del
causante o ante el juez del domicilio del heredero único (art. 2336, 3er párr.).

§ 38. Investidura de la calidad de heredero. Desaparece la confusa


denominación de “posesión hereditaria”, que ahora pasa a llamarse “investidura de la
calidad de heredero”, manteniéndose el doble régimen organizado por Vélez Sársfield,
de investidura de pleno derecho otorgada por la ley e investidura otorgada por los
jueces (arts. 3410 y ss.).

La ley otorga la investidura de pleno derecho, desde la muerte del causante, a


los herederos forzosos, pero a los fines de la transferencia de los bienes registrables su
investidura debe ser reconocida mediante la declaratoria judicial de herederos (art.
2337). Los colaterales requieren siempre declaratoria de herederos, y los herederos
instituidos necesitan la declaración de validez formal del testamento (art. 2338), que
equivale a la investidura de la calidad de heredero por el juez.

Una innovación destacable es que, en el caso de sucesión testamentaria, y


tratándose de un testamento ológrafo, para probar su autenticidad ya no bastan dos
testigos, como dispone el artículo 3692, sino que el CCyC dispone que siempre se debe
practicar una pericia caligráfica (art. 2339), lo cual seguramente llevará a la
desaparición en la práctica de este tipo de testamento por las dificultades y el costo de
dicha prueba, siendo disvaliosa esta perspectiva porque el reconocimiento por testigos
constituye un medio práctico, simple, eficaz y económico, de comprobar la autenticidad
del documento, y es una de las ventajas primordiales del testamento ológrafo. Se ha
prescindido de su arraigada costumbre en la sociedad argentina, y no se ha considerado
que los casos aislados de falsedad que pueden haberse suscitado en algunas
jurisdicciones no justifican la modificación que se propone.

En cuanto a la sucesión intestada, el interesado debe expresar si su derecho es


exclusivo o si concurren otros herederos; se debe notificar a los herederos denunciados
en el expediente y se debe citar a todos los herederos, acreedores y a los que

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 25


consideren con derecho a los bienes de la herencia por edicto que se publicará por un
día en el diario de publicaciones oficiales, para que lo acrediten en un plazo de treinta
días (art. 2340). Las normas locales deberán adecuarse a estas disposiciones.

§ 39. Inventario y avalúo. Contempla también el CCyC el inventario y avalúo, y


la denuncia de bienes, en los artículos 2341 y 2342.

El inventario debe hacerse con citación de los herederos, acreedores y legatarios


cuyo domicilio sea conocido, y en un plazo de tres meses desde que los acreedores y
legatarios hayan intimado judicialmente a los herederos a su realización (art. 2341). El
incumplimiento genera la pérdida de la limitación de la responsabilidad del heredero
(art. 2321, inc. a). No hay referencia al perito inventariador, como, en cambio, se hizo
con el perito tasador y partidor (arts. 2343 y 2373), por lo cual son de aplicación las
normas locales.

La denuncia de bienes puede sustituir al inventario, si hay acuerdo unánime de


los herederos y los acreedores sucesorios no exigen el inventario formal (art. 2342). Se
trata de una innovación prevista en algunas leyes locales y de común práctica judicial.

La valuación debe hacerse por quien designen los copropietarios de la masa


indivisa, si están de acuerdo y son capaces, o, de lo contrario, por quien designe el juez,
de acuerdo a la ley local. El valor de los bienes se debe fijar a la época más próxima
posible al acto de partición (art. 2343).

Los copropietarios -en rigor coherederos-, los acreedores y legatarios pueden


impugnar total o parcialmente el inventario, el avalúo o la denuncia de bienes (art.
2344).

Las causas y los trámites de impugnación del inventario y avalúo siguen


regulados por los códigos procesales.

Administración judicial de la sucesión

§ 40. Administrador judicial de la sucesión. Pueden ser administradores las


personas humanas plenamente capaces y las personas jurídicas autorizadas por la ley o
los estatutos para administrar bienes ajenos (art. 2345)

§ 41. Forma de la designación. Desaparece el requisito de la unanimidad de


los coherederos -o copropietarios, como los llama el CCyC- para la designación de

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 26


administrador de la herencia y proveer el modo de su reemplazo, bastando la decisión
de la mayoría (art. 2346), pero no aclara cómo se forma esa mayoría: si es simplemente
numérica o la que represente más de la mitad del haber hereditario, incluidos los
gananciales, siendo ésta, nos parece, la más justa y la que debiera aplicarse. A falta de
mayoría, sigue el mismo artículo, cualquiera de ellos puede solicitar al juez su
designación, la que debe recaer preferentemente en el cónyuge supérstite, y a falta de
él, renuncia o carencia de idoneidad, en alguno de los herederos, y si mediaren razones
especiales que lo hagan inconveniente, se designa a un extraño.

Cuando hay testamento (artículo 2347), el testador puede designar uno o varios
administradores y establecer el modo de su reemplazo, y se lo considerará tal aunque lo
haya designado como liquidador de la herencia, albacea, ejecutor testamentario o de
otra manera similar. La disposición no es del todo clara, y se debe coordinar con el
artículo 2529, según el cual cuando hay herederos no le compete al albacea o al
liquidador testamentario ni la representación ni la administración de la herencia, lo cual
es criterio pacífico de la doctrina autoral y judicial vigente, y consideramos que la norma
del artículo 2347 se debe interpretar en función de lo dispuesto en el artículo 2529, a
contrario, norma esta última que debe prevalecer, en cuanto los herederos son
copropietarios de la herencia.

§ 42. Derechos y obligaciones del administrador. Supuestos de su


remoción. El administrador tiene derecho a que se le reembolsen los gastos necesarios
y útiles y a una retribución, y aunque el precepto no lo aclara, se entiende que el
derecho a remuneración lo tiene tanto el heredero o el extraño que desempeñen esa
función. Lo puede fijar el testador, o convenirse entre el administrador y los
coherederos, o el juez (art. 2345).

El administrador debe prestar garantías por el cumplimiento de sus obligaciones


si lo exige el testador, lo requiere la mayoría de los coherederos o lo ordene el juez a
pedido de alguno de ellos que demuestre la necesidad del recaudo. Si el administrador
no la presta, debe ser removido del cargo (art. 2350).

Además, todo interesado puede solicitar al juez la remoción del administrador


por imposibilidad de ejercer el cargo o mal desempeño, pudiendo el juez designar un
administrador provisorio mientras se tramita el pedido (art. 2351). Tienen, por
consiguiente, legitimación para demandar la remoción coherederos, acreedores o
legatarios.

§ 43. Funciones y facultades del administrador. Mantiene el CCyC la regla


de que el administrador sólo puede realizar actos conservatorios, requiriendo

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 27


autorización expresa para todo otro tipo de actos, consagrada en el CPCC de la Nación,
artículo 712. Y la autorización de los comuneros debe ser otorgada por unanimidad, o,
en su defecto, se debe requerir autorización judicial.

Con respecto a las funciones y facultades del administrador se dispone lo


siguiente:

2353.- Administración de los bienes. El administrador debe realizar los actos


conservatorios de los bienes y continuar el giro normal de los negocios del
causante.

Puede, por sí solo, enajenar las cosas muebles susceptibles de perecer,


depreciarse rápidamente o cuya conservación es manifiestamente onerosa. Para
la enajenación de otros bienes, necesita acuerdo unánime de los herederos o, en
su defecto, autorización judicial.

Además de gestionar los bienes de la herencia, debe promover su


realización en la medida necesaria para el pago de las deudas y legados.

§ 44. Cobro de créditos y acciones judiciales. El administrador debe cobrar


los créditos del causante, continuar las acciones promovidas por éste, iniciar las que son
necesarias para hacer efectivos sus derechos, y presentarse en los procesos en los
cuales el causante fue demandado. Para elllo –lo contempla el art. 2354- también
necesitará autorización judicial o de los copartícipes si son plenamente capaces y están
presentes, y en ningún caso puede realizar actos que importan disposición de los
derechos del causante.

§ 45. Rendición de cuentas. Esta obligación, propia de todo administrador,


debe realizar trimestralmente, o con la periodicidad que el juez establezca, excepto que
la mayoría de los coherederos haya acordado otro plazo, conforme al artículo 2355.

Cabe señalar que los interesados en la rendición de cuentas no sólo son los
coherederos, sino también los acreedores y legatarios de la sucesión, por su evidente
interés en una correcta labor administradora. Así lo dispone expresamente el Código de
Vélez Sársfield, artículo 3382, cuya doctrina sigue vigente.

La falta de rendición de cuentas constituye un caso de mal desempeño, siempre


que el administrador haya sido intimado previamente para que las rinda en un plazo
prudencial con el apercibimiento de ser removido del cargo.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 28


§ 46. Pago de deudas y legados. Se mejora la escueta regla de pago de
deudas y legados del Código de Vélez. Los acreedores no titulares de garantías reales
deben presentarse a la sucesión y denunciar sus créditos a fin de ser pagados. Los
créditos cuyos montos no se encuentren determinados, se denuncian a título provisorio
y en forma estimativa (art. 2356).

§ 47. El “legítimo abono”: reconocimiento por parte de los acreedores


de la deuda del causante. El artículo 2357 reglamenta el trámite de la declaración de
legítimo abono, prevista en la mayoría de los Códigos procesales. Si los herederos por
unanimidad reconocen expresamente a los acreedores que solicitan esa declaración –lo
deben hacer dentro del juicio sucesorio- deben ser pagados en el orden que se
determina en el artículo 2358. A falta de ese reconocimiento el acreedor puede
promover la acción judicial que corresponda.

§ 48. Procedimiento de pago. El administrador debe pagar a los acreedores


presentados según el rango de preferencia de cada crédito establecido en la Ley de
Concursos (art. 2358).

o Debe tenerse presente que si bien la ley comercial establece un orden


como una relación de privilegio, el artículo en exégesis únicamente
remite al cuerpo normativo mencionado para fijar una preferencia en el
orden de pago, pero no dispone un privilegio en el pago.

Luego de pagados los acreedores, se cumplen los legados en los límites de la


porción disponible, en el siguiente orden:

 primero los que tienen preferencia otorgada por el testamento;

 luego los de cosa cierta y determinada,

 y, por último, los demás legados.

Si hay varios de la misma categoría, se pagan a prorrata (art. 2358).

§ 49. Garantía de los acreedores y legatarios de la sucesión. Los


acreedores y legatarios de la sucesión pueden oponerse a la entrega de los bienes a los
herederos hasta que se les paguen sus créditos y legados (art. 2359). Se entiende que
se debe respetar la preferencia de los acreedores establecida en el artículo 2358. No se

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 29


aclara, lamentablemente, que debe tratarse de acreedores reconocidos, como lo hacía
el Código derogado (art. 3475).

§ 50. Insolvencia sucesoria. Si la masa hereditaria indivisa resulta insolvente,


los herederos pueden pedir el concurso preventivo o la declaración de quiebra, e igual
derecho tienen los acreedores, todo de acuerdo a la normativa de la ley concursal (art.
2360).

§ 51. Conclusión de la administración judicial. Concluida la administración el


administrador debe presentar la cuenta definitiva, que puede rendirse en forma privada
si todos los “copropietarios de la masa indivisa” son capaces y están de acuerdo (arts.
2361 y 2362, la expresión encomillada es objetable porque es más adecuado referirse a
coherederos, comuneros o copartícipes).

Se ha puesto en cuestión en este punto la conveniencia de disponer la rendición


privada de las cuentas, cuando la administración ha sido judicial. En estos casos las
cuentas deben presentarse siempre al juzgado y ponerse de manifiesto, a disposición de
los interesados, por el término que fije el juez. Y luego del trámite correspondiente,
aprobarse por resolución judicial, que debe notificarse a todos los coherederos. Es el
modo indicado para concluir con certeza esta etapa del proceso sucesorio.

Partición

§ 52. La partición. La partición pone fin al estado de indivisión hereditaria,


determinando la titularidad sobre las relaciones jurídicas que la componían. La
indivisión es abstracta, la partición es concreta. Con ella la porción ideal se transforma
en asignaciones determinadas que corresponden a las cuotas que se atribuyen a cada
heredero.

Así se establece expresamente en el CCyC que la indivisión hereditaria sólo


concluye con la partición (art. 2363), con lo cual la inscripción registral de la
declaratoria de herederos no pone fin a la indivisión hereditaria, y, por ende, no produce
el surgimiento de un condominio común, definiendo así esta debatida cuestión.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 30


§ 53. Legitimación activa y oportunidad para pedirla. Según el artículo
2364, pueden pedirla los copropietarios de la masa indivisa (se insiste en una
terminología inadecuada), los cesionarios, sus acreedores por vía subrogatoria, los
legatarios y beneficiarios de cargos que pesan sobre un heredero.

Es preciso señalar que es innecesaria la mención de los legatarios, porque éstos


tienen acción directa para reclamar la entrega del legado sin necesidad de partición, y
el heredero está obligado a cumplirlos (art. 2494). Por otra parte, debe destacarse que
los herederos del heredero fallecido durante la indivisión también pueden demandar la
partición.

En cuanto a la oportunidad para pedirla, el artículo 2365 establece que puede


ser solicitada en todo tiempo después de aprobados el inventario y avalúo de los bienes.

Agrega este precepto una norma novedosa: cualquiera de los copartícipes puede
pedir que la partición se postergue total o parcialmente por el tiempo que fije el juez si
su realización inmediata puede redundar en perjuicio del valor de los bienes indivisos.

La acción de partición de herencia, dice el art. 2368, “es imprescriptible mientras


continúe la indivisión”, pero se aclara que “hay prescripción adquisitiva larga de los
bienes individuales si la indivisión ha cesado de hecho porque alguno de los copartícipes
ha intervertido su título poseyéndolos como único propietario, durante el lapso que
establece la ley”.

§ 54. Principio de partición en especie. Como regla, establece el art. 2374,


“si es posible dividir y adjudicar los bienes en especie, ninguno de los copartícipes
puede exigir su venta”.

En caso contrario, dice la misma norma, si la división material no fuere posible —


porque se trata de una cosa que por sus especiales características no admite división (v.
gr., un anillo, un reloj de mano, etcétera) o porque su división hace antieconómico el
aprovechamiento de las partes (art. 2375)—, se impone su liquidación o venta judicial.

§ 55. Modo de hacer la participación: privada o judicial. La partición puede


hacerse en forma privada, si todos los copartícipes están presentes y son plenamente
capaces (art. 2369), o judicial pero a veces esta última vía se impone como ineludible
en los supuestos previstos en el art. 2371:

a) si hay copartícipes incapaces, con capacidad restringida o ausentes;

b) si terceros, fundándose en un interés legítimo, se oponen a que la


partición se haga privadamente;

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 31


c) si los copartícipes son plenamente capaces y no acuerdan en hacer la
partición privadamente.

 Aunque no se la menciona, obviamente resulta posible la partición mixta,


contemplada expresamente en el Código vigente en el artículo 1184, inciso 2º.
También el CCyC prevé la partición provisional del uso y goce de los bienes
hereditarios (art. 2370). Como novedad cabe citar el último párrafo del artículo
2369 que dispone que la partición puede ser total o parcial.

§ 56. Licitación. Se reincorpora este instituto derogado la Ley 17711. Cualquiera


de los copartícipes puede pedir la adjudicación en su hijuela de algún bien sucesorio por
un valor superior al del avalúo, si los demás no superan su oferta. Puede solicitarse sólo
dentro de los treinta días de aprobada la tasación (art. 2372).

§ 57. Perito partidor. Para la designación de uno o varios peritos partidores se


requiere el acuerdo unánime de los coherederos, en defecto del cual la designación es
hecha por el juez (art. 2373). Se descartó la exigencia de la mayoría, de los códigos
procesales (arts. 719 y 727, CPCCN; arts. 601, 602 y 608, CPCCSF).

Aunque lamentablemente no se aclaró en forma expresa, como lo hace el


artículo 727 del CPCCN, el perito partidor debe ser un abogado, desde que la partición
es un acto jurídico-procesal, con complejas implicancias jurídicas.

§ 58. Composición de la masa partible. La masa partible comprende –según


el art. 2376- los bienes del causante que existen al tiempo de la partición o los que se
han subrogado a ellos, y los acrecimientos de unos y otros. Se deducen de ella las
deudas y se agregan los valores que se imputan por donaciones que deban ser
colacionados y los bienes que reingresan como consecuencia de la acción de reducción.

 No parece acertada esta inclusión; los bienes sujetos a reducción no pueden ser
objeto de partición, porque sencillamente no integran el patrimonio hereditario;
previamente se requiere la sentencia que declare ineficaz la transmisión de
dominio y ordene la reducción de la donación en la medida necesaria para
completar la legítima, y, en todo caso, el bien ingresará al patrimonio del
heredero accionante, y no en el patrimonio hereditario. El valor de todas las
donaciones efectuadas en vida por el causante, se toma en cuenta sólo para
formar la masa que sirve de base a los fines de determinar la legítima, pero no

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 32


para componer la masa de bienes que va a ser objeto de la partición entre los
comuneros.

 Respecto de los valores colacionables, para incluirlos en la masa partible,


evidentemente debe existir acuerdo de todos los herederos; caso contrario hay
que promover la acción de colación.

§ 59. Reglas para la formación de los lotes. Debe evitarse el parcelamiento


de los inmuebles y la división de las empresas (art. 2377).

Establece este precepto que si la composición de la masa no permite formar


lotes de igual valor “las diferencias entre el valor de los bienes que se adjudican a un
coheredero, y el monto de su hijuela, deben ser cubiertas con dinero, garantizándose el
saldo pendiente a satisfacción del acreedor. El saldo no puede superar la mitad del valor
del lote, excepto el caso de atribución preferencial”. Se ha cuestionado en esta norma la
exigencia de que las diferencias de valores deban ser cubiertas sólo con dinero,
puntualizando que no habría obstáculo en que esas diferencias pudieran ser cubiertas
con otros bienes que no sean dinero, e incluso bienes ajenos a la herencia.

Las sumas que deben ser colacionadas por uno de los coherederos se imputan a
sus derechos sobre la masa.

 Veamos un caso práctico ilustrativo. Por ejemplo, consideremos que un heredero


ha recibido en vida del causante una donación por valor de 100.000 pesos, lo
que funciona –como decía didácticamente el art. 3476 de Vélez- como un
anticipo de herencia.

o Los bienes totales, al cabo del inventario, arrojan 800.000 pesos.

o Aquellos 100.000 pesos a se deben colacionar a la masa hereditaria, que


resultará en consecuencia de 900.000 pesos.

o Asumiendo que concurren tres herederos en porciones iguales, cada uno


tiene derecho a recibir 300.000 pesos.

o Se formarán entonces dos lotes respectivos, cada uno de ellos por dicha
suma (para los dos herederos que no tienen colación que imputar), y uno
mas que será de 200.000 pesos para el heredero que recibió aquella
donación, la que quedará imputada a sus derechos sobre la masa.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 33


§ 60. Reserva de bienes para deudas y cargas pendientes. En la partición
se deben reservar bienes suficientes para solventar las deudas y cargas pendientes, así
como los legados impagos (art. 2378).

§ 61. Atribuciones preferenciales de un establecimiento o vivienda. El


cónyuge supérstite o un heredero pueden pedir la atribución preferencial, con cargo de
pagar el saldo si lo hay, del establecimiento agrícola, comercial, industrial, artesanal o
de servicios, que constituya unidad económica, en cuya formación participó. En caso de
explotación en forma social, puede pedirse la atribución preferencial de los derechos
sociales. El saldo, si lo hay, debe pagarse al contado, salvo acuerdo de partes (art.
2380).

El cónyuge supérstite o un heredero pueden pedir también la atribución


preferencial de los siguientes bienes:

1) De la propiedad o del derecho a la locación del inmueble que le sirve de


habitación al tiempo de la muerte, y de los muebles existentes en él;

2) de la propiedad o del derecho a la locación del local de uso profesional donde


ejercía su actividad;

3) del conjunto de las cosas muebles necesarias para la explotación de un bien


rural realizada por el causante como arrendatario o aparcero, cuando el arrendamiento
o la aparcería continúa en provecho del demandante o se contrata un nuevo
arrendamiento con éste (art. 2381).

Si varios interesados solicitan la atribución preferencial del mismo bien, debe


resolver el juez, de acuerdo a la aptitud de los postulantes y a la importancia de su
participación en la actividad (art. 2382).

§ 62. Derecho real de habitación del cónyuge supérstite: La nueva norma,


artículo 238 (ubicada ahora correctamente en el capítulo de la partición, en lugar del
destinado a sucesiones intestada, como ocurría en el Código Civil derogado, art. 3573
bis), establece que este derecho real de habitación a favor del cónyuge supérstite sobre
el inmueble propiedad del causante funciona de pleno derecho; o sea, ya no será
necesario que el cónyuge lo pida al juez del sucesorio. Es suficiente que lo invoque.

Desaparecen los requisitos de que el valor del inmueble no debe superar el límite
fijado para inscribir un inmueble como bien de familia, y también de que debe tratarse
del único inmueble habitable de la herencia. Basta que el inmueble haya sido el último
hogar conyugal, y que a la apertura de la sucesión no se encontrase en condominio con
otras personas. Es inoponible a los acreedores del causante.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 34


Se ha suprimido la causal de caducidad constituida por el nuevo matrimonio del
cónyuge supérstite (art. 2383).

 Este derecho también lo tiene el conviviente supérstite que carece de vivienda


propia habitable o de bienes suficientes que le aseguren el acceso a ésta, pero
sólo lo puede invocar por el plazo máximo de dos años, y se extingue si el
conviviente supérstite constituye una nueva unión convivencial, contrae
matrimonio, o adquiere una vivienda propia habitable o bienes suficientes para
acceder a ésta (art. 527). Se aprecia la diferencia con el cónyuge supérstite, que
goza del derecho automáticamente, de modo vitalicio y no tiene previstas
causales de caducidad, lo cual resulta inexplicable.

Colación

§ 63. Concepto. Desde la doctrina, se señala que la colación supone computar,


en la masa partible, el valor de las donaciones que el causante le ha hecho en vida a un
heredero forzoso — descendientes o cónyuge — que concurre con otros herederos
forzosos — descendientes o cónyuge-, e imputar en su propia porción ese valor, para
compensar a los demás herederos en los bienes hereditarios equivalentes a los que les
fueron donados al colacionante, decir, al heredero donatario.

La colación busca eliminar, luego de la muerte del donante, el efecto del


desequilibrio patrimonial que fue provocado por las donaciones que el causante hizo en
vida a un heredero forzoso que sea descendiente o cónyuge, existiendo otros herederos
forzosos.

Con la colación, las donaciones quedan transformadas en una ventaja de tiempo


(anticipación de la cuota), y no en una ventaja de contenido (no hay mayor caudal para
un heredero que para otro).

La colación busca eliminar ese desequilibrio patrimonial, considerando la


donación al heredero forzoso como un anticipo de su porción hereditaria.

§ 64. Quién puede pedir la colación. Tiene legitimación activa el coheredero


presuntivo a la fecha de la donación. El cónyuge supérstite puede pedirla con respecto a
las donaciones hechas después de contraer matrimonio. Así lo establece el art. 2395 del
proyecto (recogiendo la doctrina del plenario “Spota” de la Capital Federal).

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 35


§ 65. Sujetos pasivos de la colación. La colación puede pedirse a los
herederos presuntivos al tiempo de la donación. El que resulta heredero después no
debe colación. Tampoco el cónyuge cuando la donación se realiza antes del matrimonio
(art. 2388). La libertad de contratación permite en el CCyC la donación entre cónyuges,
la que es colacionable.

La colación sólo se deberá a los herederos descendientes, pues el CCyC suprime


la obligación de colacionar de los ascendientes (art. 2385).

El art. 2385 aclara que también hay obligación de colacionar en las sucesiones
testamentarias si el testador llama a recibir las mismas porciones que corresponderían
al cónyuge o a los descendientes en la sucesión intestada.

La obligación de colacionar que tienen los que heredan por representación en la


sucesión del donante se consigna igualmente en el art. 2389 del CCyC.

En cambio, no deben colacionarse las donaciones hechas al descendiente del


heredero o al cónyuge del heredero (arts.2389 y 2390 del CCyC).

§ 66. Dispensa de la colación. En tanto el Código derogado establecía la


dispensa solo por testamento (art. 3484), innova el CCyC al establecer, en el art. 2385
párr. 1º, que la dispensa o cláusula de mejora expresa puede hacerse en el testamento
y también en el acto de la donación.

Se proyecta solucionar un problema oscuro en la doctrina nacional: el de si las


donaciones que exceden la suma de la porción disponible y la porción legítima del
donatario están sujetas a reducción o si solo se debe el valor del excedente a modo de
colación. Se ha estimado preferible la solución según la cual, aunque haya dispensa de
colación o mejora, esa donación está sujeta a reducción por el valor del exceso.

§ 67. Colación de donaciones. Se interpreta que las donaciones son un


anticipo de herencia y el donatario ha de aportar a la masa hereditaria el valor de los
bienes donados, no los bienes mismos.

§ 68. Valor colacionable. Se determina a la época de la partición según el


estado del bien a la época de la donación (art. 2385), lo que significa que las posteriores
variaciones de ese estado, sea que aumenten o disminuyan el valor del bien donado, no
se deben tener en cuenta, lo que constituye la buena solución.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 36


Es de aplicación el principio que la cosa crece y perece para su dueño. Un
corolario de esto es que los frutos del bien donado pertenecen al donatario, de modo
que el heredero obligado a colacionar no debe los frutos de los bienes sujetos a
colación; pero sí debe los intereses del valor colacionable desde la notificación de la
demanda (art. 2394).

Una excepción la constituye la pérdida de la cosa sin culpa del donatario, en


cuyo caso la colación no es debida según lo prescribe el art. 2393 del CCyC.

§ 69. Procedencia de la reducción. La solución del artículo 2386, que sigue la


más reciente y predominante doctrina: cuando la donación hecha a un descendiente o
al cónyuge excede la suma total de la porción disponible y la porción hereditaria del
donatario, aunque haya dispensa de colación o mejora, está sujeta a reducción por el
valor del exceso.

§ 70. Beneficios colacionables. Otra innovación interesante, y que ya había


arbitrado una antigua jurisprudencia, es que los descendientes y cónyuge deben
colacionar los beneficios recibidos a consecuencia de convenciones hechas con el
difunto que tuvieron por objeto procurarles una ventaja particular, excepto dispensa
(art. 2391). Por ejemplo: arrendamiento de un predio rural a un precio vil y por largo
plazo.

Otros beneficios incluidos en la colación son los siguientes: las primas pagadas
por el causante al asegurador, por un seguro de vida contratado a favor de un heredero,
hasta la concurrencia del premio cobrado por el beneficiario; y, además, los importes
empleados para establecer al coheredero, o para el pago de sus deudas (art. 2392).
Cabe señalar que el premio lo cobra el heredero beneficiario del seguro, y no el
asegurado, como erróneamente expresa este precepto, y que la donación colacionable
es el importe de las primas pagadas por el causante -asegurado-, hasta el límite del
premio cobrado por el beneficiario.

No se debe colación si el bien ha perecido sin culpa del donatario, pero si


hubiese cobrado una indemnización, la debe por su importe (art. 2393).

§ 71. Legitimación activa y pasiva para la colación de bienes. En este


tema también se sigue la doctrina y jurisprudencia más actual y predominante: la
colación puede ser pedida por quien era heredero presuntivo a la fecha de la donación;
el cónyuge supérstite no puede pedir la colación de donaciones efectuadas por el
causante antes de contraer matrimonio (art. 2395).

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 37


En cuanto a la legitimación pasiva, se concluye una controversia disponiendo
acertadamente que el heredero que no lo era al tiempo de la donación, pero que resulta
heredero, no debe colación (art. 2388).

§ 72. Colación de deudas. Al reglamentar también la colación de deudas se


cubre un vacío del Código de Vélez: un coheredero puede ser deudor del causante, y
ello se debe imputar en el proceso de determinación de la masa.

Entonces, se colacionan a la masa las “deudas de uno de los coherederos a favor


del causante que no fueron pagadas voluntariamente durante la indivisión, aunque sean
de plazo pendiente, no pudiéndose exigir el pago antes de la partición” (art. 2397).

 Esta colación es exigible a la partición, según el art. 2398.

 La colación de deudas se realiza deduciendo su importe de la porción hereditaria


del deudor (art. 2043), imputación que es oponible a sus acreedores.

o Es importante la mención expresa que la imputación de la deuda al lote


del coheredero deudor es oponible a sus acreedores. Es decir, que los
herederos tienen mejor derecho.

 Las sumas colacionables devengan intereses desde la apertura de la sucesión, y


habrá compensación si el heredero deudor fuese a la vez acreedor del causante.

 El doble carácter de acreedor y deudor produce la compensación y solo se


colaciona el exceso de su deuda sobre su crédito. Así lo manda el art. 2401.

 También resultan colacionables las deudas surgidas durante la indivisión. Es


bastante frecuente que unos herederos afronten deudas relativas a los bienes
indivisos. En este caso, el coheredero que no pagó se hace deudor hacia los
otros.

§ 73. Efectos de la partición. En el artículo 2403 se proclama el efecto


declarativo y retroactivo de la partición, pero se aclara que dicho efecto se aplica a los
bienes atribuidos por cualquier otro acto que ha tenido por consecuencia hacer cesar la
indivisión totalmente, o de manera parcial sólo respecto de ciertos bienes o ciertos
herederos.

Además, los actos válidamente otorgados respecto de algún bien de la masa


hereditaria conservan sus efectos a consecuencia de la partición, sea quien sea el
adjudicatario de los bienes que fueron objeto de esos actos (art. 2403). Se pone así un

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 38


límite a los alcances cuestionables de los efectos retroactivos y declarativos de la
partición, y consecuentemente se deroga el artículo 3504 del Código de Vélez.

§ 74. Garantía de evicción entre los coherederos. Este es uno de los efectos
propios de la partición. Los coherederos son garantes, los unos respecto de los otros, de
toda evicción de los objetos que les han correspondido en la partición, y también de
toda turbación de derecho en el goce pacífico de los objetos mismos, siempre que la
evicción o la turbación sean anteriores a la partición.

Para hacer efectiva esa garantía, dice el art. 2404, cada uno de los herederos
responde por la correspondiente indemnización en proporción a su parte, debiendo
también soportar el heredero vencido o perjudicado la parte proporcional que le
corresponda. Si un coheredero no puede hacer efectiva su parte en la garantía, debido a
su insolvencia, su contribución deber ser cubierta por todos los restantes coherederos.

La responsabilidad de los herederos subsiste aunque los bienes adjudicados a


uno de ellos hubieran perecido, aunque haya sido por caso fortuito dicho perecimiento.

El art. 2405 establece que en los supuestos en que resulte necesario hacer cierta
la garantía de evicción, a los efectos de determinar su cuantía, se tomará en cuenta el
valor de los bienes al tiempo en que se produce dicha evicción.

Por otra parte, si se trata de créditos adjudicados, la garantía de evicción


asegura la existencia del crédito y la solvencia del deudor a la época de la partición.

Si en la partición se han adjudicado créditos, la garantía comprende no solo la


existencia de los mismos, sino también la solvencia de los deudores al tiempo de la
partición. La garantía se extiende a la solvencia de los deudores, pero la misma debe
establecerse al momento de la partición, pues no puede garantizarse la solvencia
futura.

Hay limitaciones, y casos en donde la garantía de evicción no tiene lugar,


captados en el art. 2406, de modo que no operará:

- cuando sea expresamente excluida en el acto de partición respecto de un riesgo


determinado; y

- cuando la evicción se produce por culpa del coheredero que la sufre.

Por lo demás, el conocimiento por el adjudicatario al tiempo de la partición del


peligro de evicción no excluye la garantía (art. 2406 in fine).

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 39


§ 75. Garantía por vicios ocultos. Todo lo dicho acerca de la evicción también
es aplicable a los defectos ocultos de los bienes adjudicados, sobre los cuales los
coherederos también se deben recíprocamente garantía (art. 2407).

§ 76. Nulidad de la partición, particiones complementarias y


rectificativas. La partición puede ser invalidada por las mismas causas que pueden
serlo los actos jurídicos. El perjudicado puede solicitar la nulidad, o que se haga una
partición complementaria o rectificativa, o la atribución de un complemento de su
porción (art. 2408).

Esta norma se aplica a todo acto, cualquiera sea su denominación, cuyo objeto
sea hacer cesar la indivisión entre los coherederos, excepto el caso de una cesión de
derechos hereditarios (art. 2409).

Las acciones de nulidad, rectificación o complemento, no son admisibles si el


coheredero que las intenta ha enajenado en todo o en parte su lote después de cesar la
violencia o de descubrir el dolo, el error o la lesión (art. 2410).

Partición por los ascendientes

§ 77. Partición por los ascendientes. Siguiendo el esquema del Código


derogado, pero cuya redacción mejora y precisa, el CCyC establece que los
ascendientes pueden hacer partición de sus bienes entre sus descendientes por
donación o por testamento (art. 2411).

 Como decía Vélez Sársfield en la nota al artículo correlativo de su código (el art.
3514 CC) de este modo "los padres sustituyen su voluntad ilustrada a la decisión
de la suerte, puede decirse, para atribuir a cada uno de sus hijos el bien que
conviene a su carácter, a su profesión, o a su posición pecuniaria". Como ha
dicho Zannoni, la ley ha considerado que el padre es el más habilitado para
juzgar los merecimientos o aptitudes de cada uno de sus hijos, y a ese efecto lo
autoriza para hacer la partición de sus bienes.

 Se argumenta, asimismo, en favor de este modo de partir, que evita conflictos


futuros en cuanto a la partición hereditaria, simplifica trámites y gastos
causídicos, etcétera.

 A pesar de ello, con buenas razones se ha señalado que, no obstante su escasa


aplicación en nuestras costumbres jurídicas, la institución de la partición por el

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 40


ascendiente suele ser vehículo del favoritismo de éste respecto de alguno o
algunos de sus descendientes en desmedro de otros, lo que obviamente resulta,
a la postre, fuente de conflictos: la rescisión y la nulidad de la partición
(especialmente cuando es por acto entre vivos) conspiran contra la estabilidad
de los derechos adquiridos y particularmente afectan el tráfico.

Se especifica en el CCyC que si el ascendiente es casado, la partición de los


bienes propios debe incluir al cónyuge, siendo posible la partición por donación pues el
CCyC deroga la prohibición de donar entre cónyuges (art. 1807, inc. 1º). La partición de
los gananciales sólo puede ser efectuada por donación, mediante acto conjunto de los
cónyuges (art. 2411), con lo cual se define una cuestión debatida frente al actual texto
del artículo 3526.

§ 78. Partición por los ascendientes: posibilidad de mejorar a un


heredero. En la partición, sea por donación o por testamento, el ascendiente puede
mejorar en forma expresa a alguno de sus descendientes o al cónyuge dentro de los
límites de la porción disponible (art. 2414), desapareciendo así la prohibición de mejorar
en la donación del artículo 3524, último párrafo.

§ 79. Partición por donación. La partición por donación puede ser hecha por
actos separados si el ascendiente interviene en todos ellos (art. 2415), y el donante
puede transmitir la plena propiedad, reservándose el usufructo de los bienes donados,
pudiendo también pactar una renta vitalicia a su favor (art. 2416).

A los fines de la colación y del cálculo de la legítima para la acción de reducción,


deben tenerse en cuenta los valores de los bienes al tiempo de la donación, apreciados
a valores constantes (art. 2418).

La partición por donación puede ser revocada por el donante por las causas que
habilitan la revocación de donaciones (arts. 1569 y 1571), y por las de indignidad
sucesoria (art. 2420).

§ 80. Partición por testamento. La partición por testamento es vinculante y


obligatoria para los descendientes en caso de que acepten la herencia. Como dicen
quienes citan la doctrina francesa, aquéllos sólo podrían renunciar a la partición
renunciando a la herencia: la única posibilidad (aceptada por el art. 2421 in fine) es que
exista acuerdo unánime entre ellos para acordar una nueva partición.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 41


Sucesiones intestadas

§ 81. Procedencia de la sucesión intestada. La sucesión intestada tendrá


lugar:

 cuando no exista testamento (o se lo declare nulo);

 si existe, cuando no contenga institución de herederos y se limite a estipular


disposiciones patrimoniales particulares a título de legado

 cuando contradiga los derechos de herederos de llamamiento forzoso.

Así, el sistema de nuestro Código mantiene a la sucesión intestada como el


derecho común, la regla, y la testamentaria como excepción. Ello se pone de evidencia
no solamente con la forma en que se ha protegido la porción de los herederos
legitimarios, sino también con el método legislativo seguido, el cual antepone el
tratamiento de la sucesión intestada al de la testamentaria

§ 82. Principios de la sucesión intestada. El Código organiza órdenes de


llamamiento por “órdenes” que agrupan a determinados herederos: el de los
descendientes, el de los ascendientes y el de los colaterales.

 Los órdenes tiene rangos: en primer término heredan los descendientes, a


falta de ellos los ascendientes y por último los colaterales hasta el 4º grado.

 Los órdenes son excluyentes: ello significa que dado un orden hereditario
cualquiera, las personas incluidas en él desplazan a las del orden siguiente,
cualquiera sea el grado de parentesco. Así, por ejemplo, el hijo del causante
(“descendiente”) desplaza al padre del causante (“ascendiente”).

 Dentro de cada orden tienen prioridad los herederos de grado más


próximo: cuando vanos herederos pertenecen a un orden determinado
(ascendientes, o descendientes, o colaterales), la prelación se establece en
razón de la proximidad del grado. De manera tal que, por ej., los padres
desplazan a los abuelos, los hijos a los nietos, los hermanos a los tíos, etc.

o Convendrá tener presente, que este principio tiene una excepción que se
manifiesta en el derecho de representación. Este es un re medio
imaginado para evitar los perjuicios originados por el fallecimiento
prematuro, ya que los descendientes serían desplazados por los
parientes del mismo grado del premuerto, contrariando así el orden de la
naturaleza y alterando la organización de la familia. De esa forma, los

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 42


hijos son colocados en el lugar que ocupaba su padre en la familia del
difunto a fin de suceder la parte que hubiera correspondido a aquél .

 El cónyuge concurre con los ascendientes y descendientes y desplaza a


los colaterales. Esto opera como excepción tanto al primer como al segundo
principio. Debe tenerse en cuenta además, como veremos, que conjuntamente
con la sucesión que repartirá sus bienes el cónyuge también tendrá derecho a la
mitad de los bienes gananciales, con lo que la herencia en la práctica formará
dos masas distintas.

 A falta de herederos los bienes corresponden al Estado. Será el Estado


nacional, provincial o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según donde se
encuentren ubicados (art. 2424).

§ 83. Supresión del derecho hereditario de la nuera viuda. Se suprime el


derecho hereditario de la nuera viuda que se había incluido en el Código derogado. En
los “Fundamentos” se explica al respecto que “además de los ataques a su
constitucionalidad al distinguir según sea hombre o mujer, altera los principios del
derecho sucesorio y ocasiona un sinnúmero de dificultades interpretativas,
especialmente, después de la incorporación del matrimonio de personas del mismo
sexo”.

§ 84. Sucesión de descendientes. “A falta de descendientes, heredan los


ascendientes más próximos en grado, quienes dividen la herencia por partes iguales”,
dice el art. 2431. Debe tenerse en cuenta la posibilidad de que estos concurran con el
cónyuge, como se verá a continuación.

§ 85. Derecho de representación. El derecho de representación tiene por


objetivo evitar que los hijos de un heredero prefallecido sean privados de heredar a
quien su padre o madre habrían heredado. Imaginemos un causante con tres hijos, uno
de los cuales ha fallecido con anterioridad. Si no hubiera “derecho de representación”,
su herencia se dividirá entre las dos familias subsistentes, excluyendo a la del hermano
premuerto, lo que resulta injusto.

En virtud de la ficción jurídica instituida por el derecho de representación, se


consagra la "participación igualitaria de las estirpes" que son, más que los individuos,
las que se entienden llamadas a la herencia. Los descendientes del hermano premuerto
dividirán entre sí (“dentro de cada rama la división se hace por cabeza”, dice el art.
2428) la parte que le hubiese correspondido a este de estar vivo. Esto significa que

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 43


varios hijos, representando a su padre, no recibirán entre todos ellos más que la parte
de éste; cualquiera que sea su número, no contarán más que como una cabeza, la del
representado.

Mas allá de que utilizamos en este ejemplo el caso de “premoriencia”, la


representación también tiene lugar –aclara el art. 2429- en caso de premoriencia,
renuncia o indignidad del ascendiente.

 “No la impide la renuncia a la herencia del ascendiente, pero sí la indignidad en


la sucesión de éste”, dice además el art. 2429 en su parte final. Es decir, el
representado puede haber renunciado a la herencia de su padre pero aún así
heredar representar a su abuelo por derecho de representación. En cambio, si
por indignidad fue excluido de la vocación sucesoria del premuerto, no podrá
heredar al ascendiente por representación.

§ 86. Sucesión de adoptados y adoptantes. Se innova respecto de la


adopción simple desde que el descendiente adoptivo es tratado como cualquier
descendiente, cualquiera sea el origen de la filiación.

La distinción entre adopción simple y plena se reserva para la sucesión de los


ascendientes; en donde se dispone que “ni los adoptantes heredan los bienes que el
adoptado haya recibido a título gratuito de su familia de sangre, ni ésta hereda los
bienes que el adoptado haya recibido a título gratuito de su familia de adopción. Estas
exclusiones no operan si, en su consecuencia, quedaran bienes vacantes. En los demás
bienes, los adoptantes excluyen a los padres de origen”.

Se dispone expresamente que las exclusiones dispuestas para los ascendientes


no operan si quedaran bienes vacantes

§ 87. Sucesión del cónyuge por bienes propios. El cónyuge puede concurrir
con descendientes o con ascendientes, lo que determinará diversos derechos en lo que
concierne a la parte que le corresponderá en los bienes propios del premuerto

 Concurrencia con descendientes. Si heredan los descendientes, el cónyuge


tiene en el acervo hereditario la misma parte que un hijo (art. 2433).

 Concurrencia con ascendientes. Si heredan los ascendientes, al cónyuge le


corresponde la mitad de la herencia (2434) .

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 44


§ 88. Derechos del cónyuge sobre los bienes gananciales del difunto.
Con la muerte de uno de los cónyuges habrá también una disolución de la sociedad
conyugal, en virtud de la cual el esposo o esposa supérstite tendrá derecho a la mitad
de los bienes gananciales.

 Si en la sucesión hay descendientes llamados a heredar, sobre la otra mitad no


tendrá derechos, y esta se repartirá entre los sucesores que concurran a la
herencia.

 En cambio, si concurre con ascendientes, el cónyuge hereda la mitad derivada


de los gananciales, y también hereda sobre la parte de gananciales que
correspondían al difunto.

§ 89. Ejemplos de concurrencia entre cónyuges y sucesores. Aplicando las


reclas expuestas, veamos dos ejemplos simplificados de concurrencia, que demuestran
como la aplicación de porcentajes se hace de modo diverso según se trate de bienes
gananciales o propios.

Ejemplo 1. Fallece una mujer cuyos bienes gananciales suman $ 1.000.000 y


sus bienes propios $ 900.000. La sobreviven su esposo y dos hijos.

 El esposo recibe la mitad de los gananciales ($ 500.000) y en los propios


concurre en igualdad de parte con los dos hijos ($ 300.000), de forma tal que
recibirá $ 800.000.

 Los dos hijos se reparten entre sí por partes iguales la mitad de los
gananciales que no recibe el esposo ($ 250.000 cada uno) y recibirán igual
cuota que el esposo en la división de los propios (como se dijo,
corresponderán $ 300.000 cada uno). En consecuencia, cada uno de los hijos
recibirá $ 550.000.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 45


 Ejemplo 2. Fallece una mujer cuyos bienes gananciales suman $ 1.000.000 y
sus bienes propios $ 900.000. La sobreviven su madre y su esposo (la pareja no
tiene hijos).

 El esposo recibe la mitad de los gananciales por liquidación de sociedad


conyugal ($ 500.000)

 El esposo también tiene derecho -en este caso- a tener una parte sobre la
otra mitad de los gananciales ($ 500.000) y también –como antes- sobre los
bienes propios ($ 900.000). En ambos casos, le va a corresponder la mitad
($250.000 y $ 450.000 respectivamente)

 La otra mitad (lo que no hereda el esposo) se divide entre el resto de


ascendientes: en este caso se quedará para la madre de la causante, que
recibirá $ 700.000.

 En consecuencia, el esposo recibirá $ 1.200.000 ($ 500.000 + $ 250.000 por


gananciales, mas $ 450.000 por su mitad de los propios)

o Variación del ejemplo 2. Si en lugar de la madre la herederan otros


ascendientes, esa parte se dividirá en tantas partes como ascendientes
estén llamados.

o Por ejemplo, si concurren tres ascendientes en igual grado (dos abuelos


paternos y el abuelo materno) cada uno de ellos recibirá la tercera parte
de esos $ 700.000. La proporción del cónyuge será igual.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 46


§ 90. Matrimonio in extremis. No hay vocación sucesoria del cónyuge –dice
art. 2436- “si el causante muere dentro de los treinta días de contraído el matrimonio a
consecuencia de enfermedad existente en el momento de la celebración, conocida por
el supérstite y de desenlace fatal previsible, excepto que el matrimonio sea precedido
de una unión convivencial”.

Esta disposición reformula una regla contenida en el Código derogado, con una
fundamental diferencia: la excepción de la parte final allí se habilitaba para el caso de
que el matrimonio se hubiera celebrado para regularizar una situación de hecho,
mientras que ahora se requiere una “unión convivencial” (no tiene que estar inscripta,
pero si tiene que reunir los requisitos establecidos por el CCyC, en especial la duración
de dos años, lo que implica que no se aplicará a cualquier tipo de convivencia previa de
hecho).

§ 91. Hipótesis de exclusión del derecho hereditario entre cónyuges. El


divorcio, la separación de hecho sin voluntad de unirse y la decisión judicial de cualquier
tipo que implique el cese de la conviviencia, excluyen el derecho hereditario entre
cónyuges (art. 2437), suprimiendo el CCyC toda referencia a la culpa en la separación,
en coherencia con el nuevo régimen de divorcio que excluye toda idea de culpa (arts.
436/438).

Se ha criticado la justicia de la solución prevista por el Código. Por ejemplo, un


caso de violencia de género que derive en la orden de exclusión del hogar de un esposo
tiene el efecto de provocar el cese de la convivencia. De este modo, una medida de
tutela de la mujer repercute también como una medida que la priva de derechos
sucesorios.

§ 92. Sucesión de los colaterales. Los colaterales de grado más próximo


excluyen a los de grado ulterior, excepto el derecho de representación de los
descendientes de los hermanos, hasta el cuarto grado en relación al causante. Los
hermanos y descendientes de los hermanos desplazan a los demás colaterales (art.
2439).

En la concurrencia entre hermanos bilaterales y hermanos unilaterales, cada uno


de éstos hereda la mitad de lo que hereda cada uno de aquéllos. En los demás casos,
los colaterales que concurren heredan por partes iguales.

 Por ejemplo, si en una herencia concurren dos hermanos bileterales y dos


unilaterales (“medio hermanos” según denominación coloquial), la herencia se
dividrá del siguiente modo: cada uno de los bilaterales recibirá 1/3, y los
unilaterales se repartirán por mitades el tercio restante.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 47


§ 93. Derechos del Estado. Tal es la nueva denominación bajo la cual, en los
artículos 2441 a 2443 del CCyC, se reúnen los capítulos del Código anterior sobre las
“Sucesiones vacantes” (arts. 3539/3544) y “Sucesión del Fisco” (arts. 3588/3589).

Se dispone que “A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público se


debe declarar vacante la herencia si no hay herederos aceptantes ni el causante ha
distribuido la totalidad de los bienes mediante legados. Al declarar la vacancia el juez
debe designar un curador de los bienes” (art. 2441). El curador debe liquidar los bienes,
pagar las deudas y legados, y rendir cuentas (art. 2442). Concluida la liquidación, el juez
debe mandar entregar los bienes al Estado que corresponda.

Quien posteriormente reclama derechos hereditarios, debe promover la petición


de herencia, y tomar los bienes en la situación en que se encuentren; el Estado es
considerado poseedor de buena fe (art. 2443).

Porción legítima

§ 94. Legítima hereditaria. Es importante aclarar que no debe confundirse a la


sucesión legítima (sucesión cuyo llamamiento lo hace la ley) con la legítima hereditaria ,
a la que nos referimos ahora, que es la porción destinada obligatoriamente a los
herederos forzosos.

El Código Civil y Comercial adopta una posición de equilibrio en este tema,


(como en muchos otros donde las posiciones eran absolutamente extremas) y se inclina
por una posición intermedia, que satisface los reclamos individuales, respeta la tradición
jurídica argentina y procura la satisfacción de la solidaridad familiar.

No acepta una absoluta libertad de testar ajena a nuestras costumbres, ni


tampoco un sistema legitimario asfixiante que impida la libre disposición de los bienes
para después de la muerte y obligue al fraude como única manera de que el causante
disponga de sus bienes a favor del heredero que mas lo necesita. Impone una
distribución igualitaria de una parte de la herencia entre determinados parientes, pero
disminuye el porcentaje de atribución forzosa, y deja libre una mayor “porción
disponible” en la que el causante tendrá libertad para disponer.

§ 95. Carácter de orden público de la legítima hereditaria. La legítima es


una institución de orden público, con notas típicas de inviolabilidad e irrenunciabilidad
(arts. 2447 y 2449).

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 48


2447.- Protección. El testador no puede imponer gravamen ni condición alguna
a las porciones legítimas; si lo hace, se tienen por no escritas.

2449.- Irrenunciabilidad. Es irrenunciable la porción legítima de una sucesión


aún no abierta.

§ 96. Reducción de la porción legítima en el CCyC. Siguiendo los


postulados mayoritarios de la doctrina más reciente, y del Proyecto de 1998, se reduce
el monto de las cuotas legítimas: de los descendientes, de 4/5, a 2/3; de los
ascendientes, de 2/3 a un medio. Queda igual la legítima del cónyuge (1/2)

HEREDEROS CÓDIGO CIVIL DEROGADO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL

DESCENDIENTES 4/5 2/3

ASCENDIENTES 2/3 1/2

CÓNYUGE 1/2 1/2

§ 97. Cálculo de la legítima. Estas porciones se calculan sobre el valor líquido


de la herencia al tiempo de la muerte del causante, más el valor de los bienes donados
computables para cada legitimario, a la época de la partición según el estado del bien a
la época de la donación (art. 2445 CCyC).

Como se advierte, este cálculo utiliza el mismo criterio que el indicado para la
colación. El sentido de ello es que el tiempo que transcurre entre la muerte y la
partición puede ser considerable, por lo cual es bueno tomar los valores de lo donado a
la partición, pero teniendo en cuenta el estado del bien a la época de la donación, lo
que puede no coincidir con el estado del bien a la época de la partición.

El citado art. 2445 establece que «para el cómputo de la porción de cada


descendiente solo se toman en cuenta las donaciones colacionables o reducibles,
efectuadas a partir de los 300 días anteriores a su nacimiento». Esto es lógico, porque
es el plazo en que se presume la concepción, que marca el principio de la existencia de
la persona. Para el cónyuge son las donaciones hechas después del matrimonio.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 49


§ 98. Concurrencia de legitimarios. Cononocidas las pautas para la
determinación de la masa de cálculo y el monto de las porciones legítimas establecidas,
in abstracto por la ley, estamos en condiciones de determinar, en concreto, tanto la
porción legítima de la herencia como la cuota de legítima del heredero, suponiendo que
al recibir la herencia concurra más de un legitimario.

A tales efectos deben distinguirse las operaciones destinadas a calcular la


legítima global, de las destinadas a repartir el caudal correspondiente entre los
legitimarios. En cuanto a la porción legítima de la herencia, se trata de establecer los
2/3 o 1/2 sobre la masa de cálculo.

Establecida la cuota de legítima global se estará en condiciones de saber si el


causante, en vida, ha realizado donaciones inoficiosas o, en su caso, si los legados o
mandas del testamento sobrepasan la diferencia, que se llama porción disponible.

En efecto: porción disponible, o de libre disposición del causante, es aquella que


se obtendrá restando de la masa de cálculo (activo líquido + donaciones) la porción
legítima y que, en consecuencia, será “en abstracto” de 1/3 cuando a la herencia
concurren hijos, adoptados, o descendientes de unos u otros y de 1/2 si concurren
ascendientes o si se trata del cónyuge supérstite.

§ 99. Porción disponible.Determinada la legitima so- bre la masa de cálculo


contable integrada por el acervo, como activo líquido, y sumadas las donaciones (art.
3602), se habrá reconstruido en valores útiles la masa a los efectos del cálculo de
aquella porción de la herencia de la que los herederos forzosos -o legitimarios- tienen
derecho a recibir libre de gravámenes y condiciones (art. 3598). La diferencia constituye
precisamente la porción disponible.

Si establecida la legítima el activo líquido integrado con bienes hereditarios es


suficiente para colmar la cuota correspondiente, las donaciones hechas en vida por el
causante se reputarán efectuadas con imputación a la porción disponible, salvo que
hubiesen beneficiado a un heredero legitimario, en cuyo caso habrán de considerarse
como un anticipo de su porción hereditaria y, como sabemos, deberán colacionarse.

Con imputación a la porción disponible el testador puede hacer los legados que
estime conveniente, o mejorar con ella a sus herederos legítimos (forzosos), ya que su
capacidad para disponer libremente por testamento sólo se extiende hasta la
concurrencia de la porción legítima que la ley asigna a sus herederos.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 50


Es decir que, con la porción de libre disposición, el causante goza de entera
libertad para ejercer el derecho de testar mediante la institución de legatarios e,
incluso, mejorando a cualquiera de sus herederos legitimarios.

§ 100. Mejora. En nuestra ley, la mejora consiste en un legado o donación que


se hace por el causante al heredero legítimo, tomada de su porción disponible: la
mejora en relación a los otros herederos. Así, cuando se realiza la partición, “el
ascendiente puede mejorar a alguno de sus descendientes o al cónyuge dentro de los
límites de la porción disponible, pero debe manifestarlo expresamente” (art. 2414).

§ 101. Defensa de la legítima: variantes. La defensa del heredero


legitimario lesionado por el exceso de la porción disponible se ejerce a través de la
acción de reducción. Vélez organizaba esta defensa de modo sencillo y eficaz: las
donaciones y disposiciones testamentarias que afectaban las legitimas se podían
reducir en la medida necesaria para complementar las cuotas lesionadas (arts.
1830/1832, 3600 y 3601); y si se trataba de donaciones de inmuebles funcionaba el
efecto reipersecutorio o reivindicatorio de la acción de reducción contra el
subadquirente del donatario (art. 3955).

En el CCyC se constata que la acción de reducción por un exagerado tecnicismo


teórico ha sido innecesariamente desmembrada en cuatro acciones aparentemente
distintas:

 Acción por “entrega de la legítima”. Definiendo el típo genérico, es la que le


corresponde al heredero legitimario “preterido” (que fue omitido por el causante
al testar, o que no recibirá herencia porque el fallecido ha donado en vida sus
bienes) “para que entregue su porción legítima” (art. 2450).

o La circunstancia de que el testador en su testamento haya instituido


heredero omitiendo al heredero forzoso, no significa cambiarle a éste la
naturaleza de su título, y privarlo injustificadamente del derecho de
acrecer. Reclamará su legítima en calidad de heredero universal
legitimario.

o Aceptada la acción, se debe salvar la legítima del preterido, pagar las


mandas y el resto entregarse al heredero instituido.

o Este heredero instituido quedará en calidad de heredero de cuota,


reducido a la porción disponible.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 51


o El heredero forzoso siempre conserva su calidad de tal, y su derecho de
acrecer.

o Esta misma acción la tiene el legitimario cuando el causante no deja


bienes, pero ha efectuado donaciones. La acción perseguirá que se le
entreguen los bienes donados hasta cubrir la legítima que le corresponde.

 Acción de complemento. Corresponde al legitimario al que el testador ha


dejado menos de su porción legítima, para pedir su complemento (art. 2451)

 Acción de reducción de disposiciones testamentarias. A fin de recibir o


complementar su porción, el legitimario afectado puede pedir la reducción de las
instituciones de herederos de cuota y de los legados (art. 2452).

o Cabe señalar, respecto a la reducción de legados, un error evidente: se


dispone en el artículo 2452 que se reducirán en el mismo orden
establecido en el párrafo 2º del artículo 2358, que es el orden de pago,
cuando en realidad se debió disponer que se reducen en el orden inverso
al orden de pago, pues de lo contrario se reducirán primero los legados
que tienen un orden preferente de pago, lo que es contradictorio.

 Acción de reducción de donaciones. El artículo 2453 se refiere a la reducción


de donaciones inoficiosas. Se superpone con el segundo párrafo del artículo
2450, que atribuye la acción al legitimario “cuando el difunto no deja bienes pero
ha efectuado donaciones”. En ambos supuestos la acción específica que tiene el
legitimario es la de reducción, sea que el causante haya efectuado a la vez
liberalidades testamentarias y donaciones, o solamente haya repartido su
patrimonio mediante donaciones. La distinción es superflua.

En suma: se descompone teóricamente la acción de reducción en distintos tipos


de acciones, como si fuesen sustancialmente diferentes, cuando en rigor de verdad es
la misma acción que procede en todos estos casos. La de complemento es un aspecto
de la reducción: se reducen las donaciones o disposiciones testamentarias en la medida
necesaria para cubrir la legítima afectada.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 52


§ 102. Acción de reducción: efectos. Se mantiene en el artículo 2458 el
efecto reipersecutorio de la acción de reducción que se produce con relación a todos los
bienes registrables.

2458.- Acción reipersecutoria. El legitimario puede perseguir contra terceros


adquirentes los bienes registrables. El donatario y el subadquirente demandado,
en su caso, pueden desinteresar al legitimario satisfaciendo en dinero el perjuicio
a la cuota legítima.

Asimismo, el efecto reipersecutorio se da contra el donatario y subadquirentes, y


como no distingue debe considerarse que procede aun contra subadquirentes de buena
fe y a título oneroso, no siendo aplicable la regla excepcional que los protege del
artículo 392 del CCyC, que sólo se refiere a la nulidad del acto jurídico antecedente,
pues en este caso no se trata de nulidad, sino de “resolución” de la donación por violar
la legítima. El CCyC confirma esta solución al no consagrar la interpretación amplia del
artículo 1051 del Código Civil derogado propiciada por prestigiosos civilistas, para los
cuales comprendía, además de la nulidad, las demás vicisitudes que provocan la
ineficacia del acto antecedente.

Sin embargo, el art. 2459 establece que la acción de reducción “no procede
contra el donatario ni contra el subadquirente que han poseído la cosa donada durante
diez años computados desde la adquisición de la posesión”.

 Esta norma, bajo el acápite de “prescripción adquisitiva” ha querido establecer –


bajo el formato de una institución errónea- que las donaciones que tengan más
de diez años de antigüedad a la muerte del causante no pueden ser reducidas,
ya que el donatario y sus subadquirentes han poseído los bienes durante un
tiempo que les hubiera permitido usucapirlos.

 Esta caducidad tiene la peculiaridad que se produce en vida del causante y


cuando el legitimario no se encuentra todavía legitimado para accionar por
reducción. En rigor de verdad, como apunta Azpiri, no hay prescripción
adquisitiva porque ésta requiere necesariamente la demanda judicial y la
sentencia que así lo declare conforme resulta del art. 1905, cosa que no ocurre
en el presente caso.

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 53


§ 103. Efectos de la reducción de donaciones. Dispone el artículo 2454 una
solución novedosa: si la reducción es total, la donación queda resuelta; si es parcial, y el
bien es divisible, se lo divide entre el legitimario y el donatario; si es indivisible la cosa
queda para quien le corresponde la fracción mayor, con un crédito a favor de la otra
parte. El donatario es deudor de frutos o, en su caso, de intereses, desde la notificación
de la demanda. No ha previsto el CCyC extender esta solución al subadquirente, pero
igualmente cabe aplicársela por analogía, pues la situación es equivalente.

Asimismo, el artículo 2457 dispone que la reducción extingue, con relación al


legitimario, los derechos reales constituidos por el donatario o por sus sucesores.

De todas formas, el CCyC ha previsto que, en todo caso, el donatario y el


subadquirente pueden impedir la resolución de la donación entregando al legitimario la
suma de dinero necesaria para satisfacer el perjuicio a la cuota legítima (art. 2458, 2º
párr.).

§ 104. Mejora especial a favor del heredero con discapacidad. n los


últimos años ha sido preocupación del legislador la promoción y protección de los
derechos humanos de todas las personas con discapacidad, a fin de asegurarles su
pleno goce y sus libertades fundamentales, y su participación plena y efectiva en la
sociedad, reconociendo la importancia que para las personas con discapacidad reviste
su autonomía e independencia individual, incluida la libertad de tomar sus propias
decisiones.

En este orden de ideas, la Convención internacional sobre los Derechos de las


Personas con Discapacidad, aprobada en la Asamblea General de las Naciones Unidas el
13 de diciembre de 2006, y ratificada en Argentina por ley 26.378 de 2008, destinada,
según lo expresa en su Preámbulo, a promover y proteger los derechos y la dignidad de
las personas con discapacidad para contribuir a paliar su profunda desventaja social, y
promover su participación, con igualdad de oportunidades, en los ámbitos civil, político,
económico, social y cultural, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados.
En su art. 12.5 la Convención expresa que los Estados Partes tomarán todas las
medidas que sean pertinentes y efectivas para garantizar el derecho de las personas
con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, a ser propietarias y
heredar bienes.

El nuevo Código recoge la referida norma de la Convención, en su art. 2448:

2448.- Mejora a favor de heredero con discapacidad. El causante puede


disponer, por el medio que estime conveniente, incluso mediante un fideicomiso,
además de la porción disponible, de un tercio de las porciones legítimas para

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 54


aplicarlas como mejora estricta a descendientes o ascendientes con
discapacidad. A estos efectos, se considera persona con discapacidad, a toda
persona que padece una alteración funcional permanente o prolongada, física o
mental, que en relación a su edad y medio social implica desventajas
considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.

Este artículo sigue la tendencia doctrinaria que postula la flexibilización y


reforma del sistema de legítimas está dirigido fundamentalmente, desde un punto de
vista cuantitativo, a disminuir el monto de las cuotas, ampliando la libertad de testar y,
desde la perspectiva de la solidaridad familiar, a emplear las legítimas como fórmula de
tutela o protección de las personas discapacitadas, permitiendo que se vulnere la
intangibilidad de las cuotas cuando se trata de proteger a descendientes o ascendientes
discapacitados, a través de institutos como las mejoras especiales o el fideicomiso
testamentario.

 Dice que el causante puede por el medio que estime conveniente (v.gr.:
donación, legado), “incluso mediante un fideicomiso”, dejarle al ascendiente o
descendiente con “discapacidad”, además de la porción disponible, un tercio de
las porciones legítimas. Se puede agregar, entonces, un tercio a la porción. La
porción legítima de los descendientes es de dos tercios, y la de los ascendientes
de un medio (art. 2445).

 Como se puede apreciar, el concepto de “discapacidad” no coincide con el de


incapacidad o de capacidad restringida previsto en el art. 32, del CCyC. Es más
amplio, abarca más situaciones. Para beneficiarse de esta forma no es preciso
ser incapaz, sino algo menos, basta con estar en la situación de desventaja que
prevé la norma. Es un avance notable porque refleja en la norma lo que se
evidencia en la realidad en una gran cantidad de casos. En el Cod. Civil y
Comercial, dicho concepto es mencionado también en los arts. 48 (27), 455, 526,
707, 2041, 2048, 1737, aunque no todos con el mismo alcance o significado.

 No se entiende el motivo por el cual se ha excluido al cónyuge. Bien puede


ocurrir que el causante tenga motivos para querer aumentar la protección de su
cónyuge en circunstancias como las apuntadas. Por esa razón la exclusión
resulta inexplicable.

§ 105. Transferencia de bienes a legitimarios con reserva de usufructo o


contraprestación de renta vitalicia. El artículo 2461 del CCyC establece una
presunción rígida de gratuidad al respecto:

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 55


2461.- Transmisión de bienes a legitimarios. Si por acto entre vivos a título
oneroso el causante transmite a alguno de los legitimarios la propiedad de
bienes con reserva de usufructo, uso o habitación, o con la contraprestación de
una renta vitalicia, se presume sin admitir prueba en contrario la gratuidad del
acto y la intención de mejorar al beneficiario. Sin embargo, se deben deducir del
valor de lo donado las sumas que el adquirente demuestre haber efectivamente
pagado.

El valor de los bienes debe ser imputado a la porción disponible y el


excedente es objeto de colación.

Esta imputación y esta colación no pueden ser demandadas por los


legitimarios que consintieron en la enajenación, sea onerosa o gratuita, con
algunas de las modalidades indicadas.

Esta norma tiene algunos cambios con respecto a su análogo artículo 3604 del
Código derogado, destacándose las siguientes variantes:

a) Se comprenden los contratos de transferencia onerosa de bienes del causante


a un heredero legitimario no sólo con reserva de usufructo o cargo de renta vitalicia,
sino que se agregan los supuestos de reserva de uso o habitación a favor del
transmitente;

b) la presunción absoluta de gratuidad de esos contratos modales onerosos y la


intención de mejorar del causante, se convierte en relativa: el adquirente puede probar
las sumas que efectivamente ha pagado;

c) se incluyen en este régimen las donaciones con reserva de usufructo, uso o


habitación o con cargo de renta vitalicia, por lo cual se debe presumir en este caso la
intención de mejorar del donante.

Sucesión testamentaria

§ 106. El testamento. El testamento es la herramienta clásica establecida en


nuestro derecho que permite el ejercicio de la libertad en la materia, aunque con
grandes limitaciones dentro del sistema de legítima vigente.

Las sucesiones que tramitan en nuestros tribunales son en su mayoría ab


intestato. No es de extrañar que así ocurra, dado que el margen de libertad para el
testador que tiene herederos forzosos es limitadísimo, razón por la cual no hay gran
tradición de testar. Lo más común todavía es que las personas tengan herederos

FAMILIA Y SUCESIONES – TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS POR CAUSA DE MUERTE| 56


forzosos y no se interesen por otorgar un testamento, salvo para simplificar
sensiblemente el trámite sucesorio -lo que no es considerado por desconocimiento del
hombre común- o para beneficiar al cónyuge o a algún hijo, pariente, amigo o a alguna
institución utilizando la porción disponible.

Los que suelen otorgar testamento son los que no tienen herederos forzosos y no
quieren que sus bienes vayan a parar al Estado, ya que no confían en el buen destino de
los mismos. Prefieren entonces instituir herederos y hacer legados, muchas veces a
favor de algunos parientes con los que tienen un vínculo afectivo, para que los que se
han desinteresado o no han conservado contacto con el testador no concurran a recibir
la herencia. También lo hacen a favor de amigos así como los legados suelen favorecer
a instituciones de bien público o a asociaciones religiosas.

El testamento es muy utilizado en los países en los que no hay restricciones a la


libertad de testar, ya que es el instrumento indispensable para la planificación
sucesoria. Es probable que se difunda más al reducirse la cuota de legítima, al
introducirse como novedad la mejora estricta y al dar un poco más de lugar al
fideicomiso testamentario.

En nuestro ordenamiento, habiendo herederos forzosos, se encuentran


protegidos en caso de preterición y en la medida en que existe una cuota de legítima.

§ 107. Desheredación, excluida del Código. El Código anterior preveía la


posibilidad de desheredar en el art. 3744 y ss., aunque las causales no contemplaban
más que pocos casos extremos, lo que en la práctica también hace que resultara muy
poco frecuente su utilización. Como vimos, el Código Civil y Comercial abandona esta
posibilidad y regula solamente la indignidad, ampliando el elenco de causales que la
suscitan.

§ 108. Otorgamiento del testamento. La naturaleza del acto exige que las
disposiciones testamentarias sean “la expresión directa de la voluntad del testador”
(art. 2464). Esta idea nos lleva a sustentar tres consecuencias directas que están
expresadas en el Código a continuación, dentro de la misma norma:

o La facultad de testar es indelegable.

o Las disposiciones testamentarias no pueden dejarse al arbitrio de un


tercero.

o Siendo un acto personal, también lo debe ser individual, y por eso no es


válido el testamento otorgado conjuntamente por dos o más personas.

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El testamento puede incluir tanto disposiciones extrapatrimoniales como
condiciones y cargos no prohibidos; el art. 2468 aclara que los que fueran constituidos
por hechos imposibles, prohibidos por la ley, o contrarios a la moral, “son nulos pero no
afectan la validez de las disposiciones sujetas a ellos”.

 Al admitirse como válidas las disposiciones extrapatrimoniales (art 2462 del


CCyC) se amplía el fundamento del testamento superando el límite de lo
meramente patrimonial, respetando el poder del sujeto para ejercer actos
extrapatrimoniales después de la muerte como un reconocimiento del respeto de
la autonomía privada.

 En el sistema previo se permitía que el testador realice algunas disposiciones


extrapatrimoniales, como el nombramiento de tutor y curador; la disposición del
cadáver y de los órganos; el reconocimiento de hijos extramatrimoniales.

 Ahora, con la ampliación se da cabida a una serie de disposiciones


extrapatrimoniales que exceden el concepto de disposición de bienes contenido
en el objeto legal de los testamentos, como ser: el destino de los papeles
privados, diplomas, títulos, cartas, etc.,; la prohibición de publicación de una
obra por un plazo determinado, la exclusión de una persona como tutor o
curador de los incapaces a cargo; instrucciones sobre la educación de los hijos.

§ 109. Tipos de testamentos especiales suprimidos y subsistentes. Se


suprimen el testamento cerrado y los testamentos especiales (el testamento
militar, el marítimo, el testamento en caso de epidemia, arts. 3665/3689). Se
mantienen, en cambio, dos testamentos especiales: el testamento consular,
contemplado en el artículo 2646 del CCyC; y -legislado fuera del Código- también sigue
vigente el testamento aeronáutico, previsto en el artículo 85 del Código Aeronáutico
(Ley 17285).

Los tipos de testamento principales son los que veremos a continuación.

§ 110. Testamento ológrafo. Es el testamento que debe ser manuscrito:


“íntegramente escrito con los caracteres propios del idioma en que es otorgado,
fechado y firmado por la mano misma del testador”, dice el art. 2477 CCyC, agregando
luego que:

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 La falta de alguna de estas formalidades invalida el acto, excepto que contenga
enunciaciones o elementos materiales que permitan establecer la fecha de una
manera cierta.

 La firma debe estar después de las disposiciones, y la fecha puede ponerse


antes de la firma o después de ella.

 El error del testador sobre la fecha no perjudica la validez del acto, pero el
testamento no es válido si aquél le puso voluntariamente una fecha falsa para
violar una disposición de orden público.

 Los agregados escritos por mano extraña invalidan el testamento, sólo si han
sido hechos por orden o con consentimiento del testador.

o Cabe aquí mencionar lo que decía Vélez en la nota al art. 3640 de su


Código en el sentido de que sería muy fácil para un tercero anular un
testamento, tan sólo escribiendo algo en él. A contrario sensu, entonces,
si no se prueba que han sido hechos por orden del testador, se deberán
tener por no escritos.

No es indispensable redactar el testamento ológrafo de una sola vez ni en la


misma fecha, aclara luego el art. 2478. El testador puede consignar sus disposiciones en
épocas diferentes, sea fechándolas y firmándolas por separado, o poniendo a todas ellas
la fecha y la firma el día en que termine el testamento.

§ 111. Testamento por acto público. El testamento por acto público se otorga
mediante escritura pública, ante el escribano autorizante y dos testigos hábiles, cuyo
nombre y domicilio se deben consignar en la escritura (El art. 2479 CCyC reduce en
consecuencia el número de testigos, que en el Cciv derogado era de tres). A
continuación se aclara que:

 El testador puede dar al escribano sus disposiciones ya escritas o sólo darle por
escrito o verbalmente las que el testamento debe contener para que las redacte
en la forma ordinaria. En ningún caso las instrucciones escritas pueden ser
invocadas contra el contenido de la escritura pública.

 Concluida la redacción del testamento, se procede a su lectura y firma por los


testigos y el testador. Los testigos deben asistir desde el comienzo hasta el fin
del acto sin interrupción, lo que debe hacer constar el escribano.

 Si el testador no sabe firmar, o no puede hacerlo, puede hacerlo por él otra


persona o alguno de los testigos. En este caso los dos testigos deben saber
firmar. Si el testador sabe firmar y manifiesta lo contrario, el testamento no es

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válido. Si sabiendo firmar, no puede hacerlo, el escribano debe explicitar la
causa por la cual no puede firmar el testador (art. 2480 CCyC).

§ 112. Forma del testamento. En cualquiera de sus formas el testamento es


un acto solemne tal como lo establece el art. 2474 por lo que los defectos de forma
causan su nulidad. Congruentemente con ello, el testador sólo puede confirmar las
disposiciones de un testamento nulo por inobservancia de las formalidades
reproduciéndolas en otro testamento otorgado con los requisitos formales pertinentes
(art. 2475).

La ley vigente al tiempo de testar rige la forma del testamento (art. 2472). El
cambio de ley posterior que modifique las formas del testamento no afecta su validez
porque en ese aspecto el acto ha quedado perfeccionado cumpliendo con las
solemnidades existentes en el momento en que se hizo.

§ 113. Prueba de los testamentos. La autenticidad del testamento ológrafo se


debe probar mediante pericia caligráfica (art. 2339, 2º párr.), desapareciendo el
régimen de la prueba testimonial. En el testamento por acto público se reducen a dos
los testigos (art. 2479) (en el Código derogado debían ser tres, art. 3654).

§ 114. Interpretación de los testamentos. Se incorpora un artículo expreso


sobre interpretación de los testamentos, de acuerdo a la doctrina sobre el tema:

2470.- Interpretación. Las disposiciones testamentarias deben interpretarse


adecuándolas a la voluntad real del causante según el contexto total del acto.
Las palabras empleadas deben ser entendidas en el sentido corriente, excepto
que surja claro que el testador quiso darles un sentido técnico. Se aplican, en
cuanto sean compatibles, las demás reglas de interpretación de los contratos.

§ 115. Reglas aplicables al testamento y supuestos de nulidad. Las


disposiciones específicas que se ven en el Título XI del Libro dedicado a las sucesiones
deben completarse con las mas generales que se aplican al testamento en tanto
constituye éste es una especie del género “acto jurídico”. Esto explica, naturalmente, la
nulidad del testamento viola una prohibición legal (art. 2467 inc. a); o que se haya
otorgado con error, dolo o violencia (art. 2467 inc. f).

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Pueden testar las personas mayores de edad al tiempo del acto (art. 2464).

Está prevista la nulidad para el caso de que el testamento haya sido prestado
por una persona privada de razón o declarada incapaz, aunque se admite que ésta
puede otorgar testamento en intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos como
para asegurar que la enfermedad ha cesado por entonces (art. 2467 incs. c y d).

Tampoco puede testar una persona que padece limitaciones en su aptitud para
comunicarse en forma oral y, además, no saber leer ni escribir, excepto que lo haga por
escritura pública, con la participación de un intérprete en el acto (art. 3467 inc. e).

La ley vigente al momento de la muerte del testador será la que se aplicará para
resolver sobre el contenido del testamento, su validez o nulidad (art. 2466). En relación
a esta cualquier interesado puede demandar la nulidad del testamento o de alguna de
sus cláusulas a menos que, habiéndolo conocido, haya ratificado las disposiciones
testamentarias o las haya cumplido espontáneamente (art. 2469).

§ 116. Inhabilidades para suceder por testamento. Se prevén ciertos


destinatarios prohibidos, manteniendo (con algunas innovaciones) la presunción de que
pudo haber una indebida captación de la voluntad del testador en función de relaciones
o circunstancias especiales.

2482.- Personas que no pueden suceder. No pueden suceder por


testamento:

a) los tutores y curadores a sus pupilos, si éstos mueren durante la tutela


o curatela o antes de ser aprobadas las cuentas definitivas de la administración;

b) el escribano y los testigos ante quienes se haya otorgado el


testamento, por el acto en el cual han intervenido;

c) los ministros de cualquier culto y los líderes o conductores espirituales


que hayan asistido al causante en su última enfermedad.

Las disposiciones testamentarias a favor de personas que no pueden suceder por


testamento –dice el art. 2483- “son de ningún valor, aun cuando se hagan a nombre de
personas interpuestas. Se reputan tales, sin admitir prueba en contrario, los
ascendientes, los descendientes, y el cónyuge o conviviente de la persona impedida de
suceder”. Esta norma da amplitud de prueba al efecto (“el fraude a la ley puede ser
probado por cualquier medio”) y especifica que “los inhábiles para suceder por

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testamento que se encuentran en posesión de los bienes dejados por el testador son
considerados de mala fe”.

§ 117. Revocación del testamento. El testamento es revocable a voluntad del


testador y no confiere a los instituidos derecho alguno hasta la apertura de la sucesión,
dice el art. 2511, aclarando luego que no hay testamento irrevocable.

Esa revocación puede hacerse de modo expreso, siguiendo las formalidades


propias de los testamentos (art. 2512) o de modo implícito por cuanto el Código dispone
que todo testamento posterior revoca al anterior si no contiene su confirmación expresa
(“excepto que de las disposiciones del segundo resulte la voluntad del testador de
mantener las del primero en todo o en parte”, art. 2513).

También hay revocación tácita por matrimonio posterior del testador, salvo que
haya instituido heredero a la persona con la cual luego se casó, o que de sus
disposiciones resulte la voluntad de mantenerlas aun después del matrimonio (art.
2514).

En el caso de los legados particulares, la transmisión de la cosa legada por parte


del testador revoca el legado, aunque el acto no sea válido por defecto de forma o la
cosa vuelva al dominio del testador. Esta solución está dada en el art. 2516 con las
siguientes acotaciones:

 El mismo efecto produce la promesa bilateral de compraventa, aunque el acto


sea simulado.

 La subasta dispuesta judicialmente y la expropiación implican revocación del


legado, excepto que la cosa vuelva a ser propiedad del testador.

 La transformación de la cosa debida al hecho del testador importa revocación del


legado.

 La constitución de gravámenes sobre la cosa legada no revoca el legado.

El testamento ológrafo arroja otra variante de revocación informal: se


considera revocado por su destrucción hecha por el testador o por orden suya (art.
2515). Cuando existen varios ejemplares del deben haberse destruido todos los
originales, aunque la revocación también se predispone cuando ha quedado algún
ejemplar sin ser cancelado o destruido por error, dolo o violencia sufridos por el testador
(íbid).

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§ 118. Institución de herederos. Respecto a los herederos instituidos, se
distingue entre “herederos universales” -con derecho de acrecer- y “heredero de
cuota”, sin derecho de acrecer, y éste viene a reemplazar al actual legatario de cuota,
según hemos visto al comienzo.

Son herederos universales los herederos instituidos sin asignación de partes


(art. 2486). Puede haber más de uno: suceden al causante por partes iguales y tienen
vocación a todos los bienes de la herencia a los que el testador no haya dado un destino
diferente.

Se aclara al respecto que:

 Si el testamento instituye uno o varios herederos con asignación de partes y otro


u otros sin ella, a éstos corresponde el remanente de bienes después de haber
sido satisfechas las porciones atribuidas por el testador.

 Si las partes absorben toda la herencia, se reducen proporcionalmente, de


manera que cada heredero sin parte designada reciba tanto como el heredero
instituido en la fracción menor.

 No existen términos sacramentales para instituir herederos universales. El


Código consigna tres casos en los que se debe entender que el instituido lo ha
sido en ese carácter cuando –dice el art. 2487-:

a) Se le atribuye la universalidad de los bienes, aunque se limite a la nuda


propiedad;

b) Se le atribuye el legado de lo que resulte después de cumplidos los demás


legados, y

c) Se hayan dado legados que absorben la totalidad de los bienes, si el testador


ha conferido a los legatarios el derecho de acrecer (art. 2487).

 Respecto a los herederos de cuota, son los herederos instituidos en una


fracción de la herencia. Si la suma de todas las fracciones consignadas en el
testamento excede la unidad, se reducen proporcionalmente hasta ese límite; si
todas ellas no cubren todo el patrimonio, el remanente corresponde a los
herederos legítimos, y a falta de ellos proporcionalmente a los instituidos en
cuotas (art. 2488).

o No se ha previsto en este último supuesto la renuncia de alguno de los


herederos de cuota: por analogía y una razón de equidad y valorativa, se
debería distribuir su porción entre los demás instituidos, antes que
declararla vacante.

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 Finalmente, el designado para heredar uno o más bienes determinados es
legatario (incluso aunque el causante lo haya llamado heredero instituido).

§ 119. Derecho de acrecer. En la sucesión intestada, si alguno o algunos de los


herederos con llamamiento legítimo en un determinado orden hereditario no pueden o
no quieren aceptar la herencia, sus partes acrecen -así se dice tradicionalmente- a los
restantes.

 Por ejemplo si el causante tenía dos hijos y uno de ellos fuera indigno, esta
proporción no queda vacante, sino que la absorbe el que quedará como único
heredero.

En la sucesión testamentaria, el derecho a acreder es definitorio del heredero


universal, mientras que el heredero de cuota “no tiene vocación a todos los bienes de
ésta, excepto que deba entenderse que el testador ha querido conferirles ese llamado
para el supuesto de que no puedan cumplirse, por cualquier causa, las demás
disposiciones testamentarias” (art. 2488).

Además de aplicarse el heredero universal instituido, el derecho de acrecer


también opera:

- cuando el testador instituye a varios herederos en una misma cuota


(operando sobre esa cuota);

- cuando atribuye un bien conjuntamente a varios legatarios (implicando un


acredimiento en su alícuota sobre ese bien),

En ambos casos, dice el art. 2489 CCyC, cada beneficiario aprovecha


proporcionalmente de la parte perteneciente al heredero o legatario cuyo derecho se
frustra o caduca.

El art. 2489 señala también en sus dos últimos párrafos dos puntualizaciones
relevantes en cuanto al derecho a acrecer en estos casos:

 Los favorecidos por el acrecimiento quedan sujetos a las obligaciones y cargas


que pesaban sobre la parte acrecida, excepto que sean de carácter personal.

 El derecho de acrecer se transmite a los herederos.

§ 120. El fideicomiso testamentario. El fideicomiso testamentario ha sido


pensado como un instituto que posibilite al causante prever la administración de sus
bienes en protección de los incapaces o de quien el causante desee proteger, pero

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como se inserta en un régimen que contiene limitaciones a la posibilidad de disponer
los bienes para después de la muerte, se hace necesario compatibilizar el sistema de
legítima - que es de orden público -con el fideicomiso testamentario.

El CCyC incluye, como importante novedad, una norma expresa sobre el


fideicomiso testamentario.

2493.- Fideicomiso testamentario. El testador puede disponer un fideicomiso


sobre toda la herencia, una parte indivisa o bienes determinados, y establecer
instrucciones al heredero o legatario fiduciario, conforme a los recaudos
establecidos en la Sección 8º, Capítulo 30, Título IV del Libro Tercero. La constitución
del fideicomiso no debe afectar la legítima de los herederos forzosos, excepto el
caso previsto en el artículo 2448.

 Así se aclaran cuestiones debatidas: en cuanto al objeto del fideicomiso, se


admite que puede ser toda la herencia, una parte alícuota de la misma o bienes
determinados; el fiduciario queda definido como sucesor mortis causa del
testador, caracterización que era controvertida, y podrá ser heredero o legatario
según la extensión del objeto del fideicomiso.

 Se aplican las normas del fideicomiso contractual (art. 1699), que deben
adecuarse a la naturaleza específica del fideicomiso testamentario, en cuanto
acto de última voluntad.

 Por otro lado, mientras exista un sistema de legítimas como el vigente en


nuestro código civil y Comercial, la utilidad del fideicomiso por testamento será
relativa salvo en el caso de mejora a favor del heredero con discapacidad (que
corresponde al aludido art. 2448).

§ 121. Legados. Los legatarios son sucesores singulares que tienen su


llamamiento de un testamento otorgado en vida por el causante. Su llamamiento se
encuentra limitado a aquello que se les ha asignado en el testamento. Así, el legado es
una disposición testamentaria atributiva de bienes de la herencia a título singular,
otorgada con el ánimo de beneficiar al legatario.

El legatario de bienes determinados es propietario de ellos desde la muerte del


testador o desde el cumplimiento de la condición a que está sujeto (art. 2496).

 Pueden ser legados todos los bienes que están en el comercio, aun los que no
existen todavía pero que existirán después.

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 El legado sobre cosa ajena es inválido, pero queda convalidado por la posterior
adquisición que el causante hiciera de ella. También habrá validez del legado si
el testador impuso al heredero la obligación de adquirir la cosa ajena. En este
caso el heredero si la compra tiene que entregarla al legatario y si no puede
hacerlo le debe el justo precio de la cosa. Cuando la cosa ha sido adquirida por el
legatario en forma onerosa antes de la apertura de la sucesión —no antes del
testamento como decía la ley anterior— se le debe su precio equitativo, mientras
que si la adquisición fue a título gratuito el legado queda sin efecto (art. 2507)

 Se puede legar una cosa gravada, en tal caso el legatario responde por las
obligaciones a cuya satisfacción está afectada la cosa legada, hasta la
concurrencia del valor de ésta (art. 2507).

 También están previstos los legados de reconocimiento y de liberación de deuda


(unificados en una sola norma, art. 2505) y el legado de alimentos (Art. 2509):

2505.- Legado de crédito. Legado de liberación. El legado de un crédito o la


liberación de una deuda comprende la parte del crédito o de la deuda que
subsiste a la muerte del testador y los intereses desde entonces. El heredero
debe entregar al legatario las constancias de la obligación que el testador tenía
en su poder.

La liberación de deuda no comprende las obligaciones contraídas por el


legatario con posterioridad a la fecha del testamento.

2509. Legado de alimentos. El legado de alimentos comprende la instrucción


adecuada a la condición y aptitudes del legatario, el sustento, vestido, vivienda y
asistencia en las enfermedades hasta que alcance la mayoría de edad o recupere
la capacidad.

Si alcanzada la mayoría de edad por el legatario persiste su falta de


aptitud para procurarse los alimentos, se extiende hasta que se encuentre en
condiciones de hacerlo.

El legado de alimentos a una persona capaz vale como legado de


prestaciones periódicas en la medida dispuesta por el testador.

§ 122. Caducidad y revocación del legado. El legado de cosa cierta y


determinada caduca cuando ésta perece totalmente, por cualquier causa, antes de la
apertura de la sucesión o del cumplimiento de la condición suspensiva a que estaba

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sometido; también cuando perece por caso fortuito, después de la apertura de la
sucesión o del cumplimiento de la condición. Así lo dispone el art. 2519, agregando
que si la cosa legada perece parcialmente, el legado subsiste por la parte que se
conserva.

Los legados pueden también ser revocados, dice el art. 2520:

a) por ingratitud del legatario que, después de haber entrado en el goce


de los bienes legados, injuria gravemente la memoria del causante;

b) por incumplimiento de los cargos impuestos por el testador si son la


causa final de la disposición. En este caso, los herederos quedan obligados al
cumplimiento de los cargos.

§ 123. Aceptación, adquisición y entrega del legado. El derecho al legado


se adquiere a partir de la muerte del testador o, en su caso, desde el cumplimiento de
la condición a que está sujeto (art. 2496). Sin embargo, la aceptación del legado ya no
se presume, como ocurría en el Código derogado; el legatario debe manifestar su
aceptación. Cualquier interesado puede pedir al juez la fijación de un plazo para que el
legatario se pronuncie, bajo apercibimiento de tenerlo por renunciante (art. 2521)

El heredero debe entregar la cosa legada en el estado en que se encuentra a la


muerte del testador, con todos sus accesorios (Art. 2499)

§ 124. Albacea. El albacea será el encargado de cumplir con los actos


necesarios para lograr el cumplimiento de la voluntad del testador.

Podrá instituir este un albaceazgo único o plural: si el testador designa varios


albaceas, el cargo es ejercido por cada uno de ellos en el orden en que están
nombrados, excepto que el testador disponga el desempeño de todos conjuntamente.
En tal caso, las decisiones deben ser tomadas por mayoría de albaceas y, faltando ésta,
por el juez (art. 2523).

 Si alguien hace un testamento y no designa albacea, el cumplimiento de la


voluntad del testador quedará a cargo de los herederos dentro del proceso
sucesorio y será el juez quien, en última instancia, establezca el alcance de las
disposiciones testamentarias frente a un conflicto con terceros interesados en
ese cumplimiento.

 Independientemente de ello, los herederos y los legatarios conservan las


facultades cuyo desempeño no es atribuido por la ley o por el testador al albacea
(art. 2528, primera parte).

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 Presupuesta como una institución con carácter intuitu personae, se entiende que
el albacea no pueda delegar el encargo recibido (art. 2525). Dicho esto, y
aclarado queda en la misma norma, el albacea no está obligado a obrar
personalmente; le es permitido hacerlo por mandatarios que actúen a su costa y
por su cuenta y riesgo, aun cuando el testador haya designado albacea
subsidiario.

§ 125. Deberes y facultades del albacea. El albacea debe poner en seguridad


el caudal hereditario y practicar el inventario de los bienes con citación de los
interesados (el testador no podrá relevarlo de esta obligación). Luego se enuncian en el
art. 2526 las atribuciones que conciernen al cumplimiento específico de su función:

 Debe pagar los legados con conocimiento de los herederos y reservar los bienes
de la herencia suficientes para proveer a las disposiciones del testador dándoles
oportunamente el destino adecuado.

 Debe demandar a los herederos y legatarios por el cumplimiento de los cargos


que el testador les haya impuesto.

 Debe rendir cuentas de su gestión a los herederos.

Además, el albacea:

 responde por los daños que el incumplimiento de sus deberes cause a herederos
y legatarios (art. 2527)

 debe ser parte en todo juicio en que se cuestione la validez del testamento o el
alcance de sus disposiciones (art. 2528, parte final).

Los herederos pueden solicitar la destitución del albacea por incapacidad


sobreviniente, negligencia, insolvencia o mala conducta en el desempeño de la función,
y en cualquier tiempo poner término a su cometido pagando las deudas y legados, o
depositando los fondos necesarios a tal fin, o acordando al respecto con todos los
interesados (art. 2528).

Tambíen los herederos y legatarios pueden solicitar las garantías necesarias en


caso de justo temor por la seguridad de los bienes que están en poder del albacea (art.
2528, parte final).

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§ 126. Remuneración del albacea. El cargo no se presume gratuito, salvo que
el albacea sea un legatario (se entiende entonces, dice el art. 2530, que “el desempeño
de la función constituye un cargo del legado, sin que corresponda otra remuneración
excepto que deba entenderse, según las circunstancias, que era otra la voluntad del
testador”).

De modo que el principio generl es que el albacea debe percibir la remuneración


fijada en el testamento o, en su defecto, la que el juez le asigne, conforme a la
importancia de los bienes legados y a la naturaleza y eficacia de los trabajos realizados.

También tiene derecho a la restitución de los gastos en que incurra para llenar
su cometido y a borar los honorarios o la remuneración que le corresponden por
trabajos de utilidad para la sucesión que haya efectuado en ejercicio de una profesión.

§ 127. Conclusión del albaceazgo. El albacea terminará su función con la


ejecución completa del testamento, o al vencimiento del plazo fijado por el testador, o
en los casos en que se produzca su muerte, incapacidad sobreviniente, renuncia o
destitución.

Cuando por cualquier causa cesa el albacea designado y subsiste la necesidad


de llenar el cargo vacante, lo debe designar el juez –dice el art. 2531- con audiencia de
los herederos y legatarios.

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