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LOS CONTRATOS MERCANTILES

1. CONTRATOS GENERALES
El contrato de comercio como el acuerdo entre dos o más partes, de las cuales por lo menos
una es comerciante, con la finalidad de crear, modificar, regular o extinguir obligaciones de
intercambio mercantil de bienes o servicios.
El régimen jurídico de los contratos mercantiles se rige por las disposiciones del Código de
Comercio o por leyes especiales, y en defecto de ellas por las normas del Derecho común
Los contratos mercantiles se ejecutan y cumplen de buena fe, según los términos en que
fueren hechos y redactados, sin tergiversar con interpretaciones arbitrarias el sentido recto,
propio y usual de las palabras dichas o escritas, ni restringir los efectos que naturalmente se
deriven del modo con que los contratantes hubieren explicado su voluntad y contraído sus
obligaciones (artículo 57 C. de C.).
Se debe mencionar que una de las formas frecuentes de contratación mercantil es mediante
las ofertas al público, o sea a persona indeterminada, incertam personam, lo que, en
muchos casos, ofrece la dificultad de decidir si hay verdaderas propuestas de contrato o
invitaciones para ofertar. El Código Civil (artículo 1338) considera que la oferta al público
vale como invitación a ofertar considerándose ofertantes a quienes accedan a la invitación y
destinatario al proponente.
En cuanto a la oferta en pública subasta, debe entenderse que el subastador formula una
invitación a ofertar, siendo las posturas las ofertas, condicionadas al más alto precio que se
ofrezca. En el campo comercial la vigencia de la oferta es generalmente breve, siendo
frecuente que se señale el plazo por el que rige. Si no fuese así, el Código Civil (inciso 1,
artículo 1385) establece la caducidad si la persona con quien el ofertante está en
comunicación inmediata no la aceptó de inmediato. Es evidente que para que se forme el
contrato, la aceptación debe corresponder exactamente a la propuesta.
En cuanto al objeto del contrato, éste consiste, según el Código Civil, en crear, regular,
modificar o extinguir obligaciones (artículo 1402), distinguiéndolo del objeto de la
obligación, que debe ser lícita, agregando que el bien que es objeto de ella, así como la
prestación en que consiste, deben ser posibles. La licitud supone que la obligación
contraída no es opuesta a la ley o a las buenas costumbres. En relación con la actividad
comercial hay casos de ilicitud originados en exigencias de la seguridad del tráfico
mercantil, o por razones de interés público, que limitan la voluntad de las partes respecto a
las prestaciones objeto de contrato. Puede tratarse del caso de venta de materias cuyo
comercio está prohibido por ley, o de venta con motivos ilícitos, como sería el caso de
negociar con ciertas sustancias, conociéndose el fin antijurídico a que se les va a destinar.
Puede ser, también, la prohibición de la competencia, establecida por la ley o contrato; o la
reserva de contratación en determinados campos de actividad, en favor del Estado.
2. FORMA DE LOS CONTRATOS MERCANTILES
La forma puede ser la que las partes decidan y que admita el derecho, presumiéndose que la
forma que las partes convienen adoptar anticipadamente y por escrito es requisito
indispensable para la validez del acto, bajo sanción de nulidad, según la preceptúa el
artículo 141 del Código Civil, agregando el artículo 1412 que si por mandato de la ley o por
convenio debe otorgarse escritura pública o cumplirse otro requisito que no revista la forma
solemne prescrita en la ley, o la convenida por escrito bajo sanción de nulidad, las partes
pueden compelerse recíprocamente a llenar la formalidad requerida.
3. CRITERIOS DE DISTINCIÓN:
Para determinar cuándo un contrato es civil o mercantil, existen diversos criterios que se
expondrán brevemente:
a. Una primera opinión señala que la principal característica de los contratos mercantiles
es el fin de lucro de provecho, sin atender a la cualidad de las personas, ni a ninguna
otra consideración.
b. Un criterio de orden práctico establece que los contratos mercantiles son aquellos que
constituyen alguno de los actos mercantiles. De aquellos actos de comercio, se
desprende que en su mayoría, éstos se producen mediante la celebración de un
contrato.
c. El Derecho Mercantil “es el derecho de los actos en masa realizados por empresas”.
d. Una posición que se abre paso en la doctrina es la tesis que considera que los
contratos mercantiles son aquellos que surgen de las relaciones a que da lugar el
ejercicio de una empresa o que se están vinculados a la actividad empresarial.
Las consecuencias de calificar a un contrato de mercantil, y no de civil, traerá como
principales efectos: la aplicación del derecho sustantivo mercantil y las normas adjetivas,
especialmente las vías procesales para el caso de litigio.
4. INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS MERCANTILES
El Código de Comercio, por su parte, establece en el artículo 57° que el contrato debe
ejecutarse de buena fe, según los términos “en que fueron hechos y redactados”, o sea que
alude a la interpretación literal, excluyendo las tergiversaciones del sentido recto, propio y
usual de las expresiones o que restrinjan los efectos que naturalmente se deriven del modo
con que los contratantes hubieran explicado su voluntad y contraído sus obligaciones. El
Código de Comercio hace mención expresa a un medio propio del Derecho Mercantil a que
nos hemos referido, y que son los libros de los agentes o corredores a los que otorga un
carácter decisorio en las divergencias entre los ejemplares del contrato que presenten los
contratantes, siempre que dichos libros sean llevados conforme a la ley (artículo 58).
El Código de Comercio establece un distingo respecto a la interpretación de los actos de
comercio y los contratos, en cuanto a la jerarquía de las normas a aplicarse, pues tratándose
de los contratos se remite a lo establecido en el propio código o en leyes especiales, y en
seguida a las reglas del derecho común; el artículo 2, que trata de los actos de comercio, se
remite después de las disposiciones del código a los usos del comercio y en tercer lugar a
las disposiciones del derecho común.
5. CONTRATOS MERCANTILES TRADICIONALES
Llamamos así a los contratos que están contenidos en el Código de Comercio peruano, de
1902. Se enumeran a continuación:
5.1.Contrato De Comisión Mercantil
Regulado por los artículos 237 a 274 del Código de Comercio, “Se reputara comisión al
mandato, cuando tenga por objeto un acto u operación de comercio, y sea comerciante o
agente mediador del comercio el comitente o el comisionista”.
Montoya Manfredi: “El comisionista puede actuar en nombre propio o en el de su
comitente, caso este último en que se presenta la figura de la representación”.
La sección tercera del Libro Segundo del Código de Comercio contiene dos títulos. El
primero se refiere a la “comisión mercantil” y el segundo a “otras formas del mandato
mercantil, factores, dependientes y mancebos”. De lo expresado, y de lo que disponen los
artículos 237 y 275, se desprenden que, de esas formas de mandato, una es la de la
comisión y la otra es la que concierne a los empleados que, en diversos niveles, colaboran
con el comerciante
El artículo 237 del código se deduce que el mandato es mercantil si reúne dos requisitos:
uno objetivo, o sea, que la comisión tenga por objeto un acto u operación de comercio, que
en la mayoría de los casos es encontrar a la persona que, en las condiciones más favorables
al comitente, concluya el negocio de comprar o vender en que consiste la comisión; y otro
subjetivo, que sea comerciante o agente mediador el comitente o el comisionista.
Tanto el comisionista como el comitente están garantizados por la ley respecto a los
derechos emergentes del contrato.
Las garantías o privilegios en favor del comisionista consisten en el derecho de retener los
efectos recibidos o que conserva en su poder o que se encuentren a su disposición como
consecuencia del encargo, hasta que se le haga pago de sus anticipaciones, gastos y
derechos de comisión, con el producto de los mismos efectos, con preferencia a los demás
acreedores del comitente (art. 270).
5.2.Contrato De Depósito
Conforme al art. 197 del Código de Comercio, corresponde principalmente a las Compañías
de Almacenes Generales de Depósito las operaciones siguientes:
a. El depósito, conservación y custodia de los frutos y mercaderías que se les
encomienden.
b. La emisión de sus resguardos nominativos al portador.
Este contrato es uno de los que el Código Civil de 1984 ha incorporado, derogando los arts.
2972 a 3042 del Código de Comercio.
 Depósitos Especiales. Almacén General (Warrants)
Los Almacenes Generales de Depósito, como instituciones auxiliares del comercio, tienen
la facultad de emitir determinados títulos-valores (certificados de depósitos y vale de
prenda “warrants”). Los Certificados de Depósitos y los Warrants son expedidos única y
exclusivamente por almacenes generales de depósito, empresas que tienen que organizarse
bajo la forma societaria de una sociedad anónima y se encuentran sometidas a la
supervisión del Superintendencia de Banca y Seguros.
La forma de estos contratos es escrita, debiendo el almacén general que recibe las
mercaderías entregar un “certificado de depósito”, que llevará anexo un “warran”, si así lo
desea el interesado. Los “certificados de depósitos” representan la propiedad sobre la
mercadería depositada, mientras los “warrants” son títulos que representan su posesión. La
transmisión de los warrants da lugar a un derecho de prenda sobre la mercadería
depositada.
El objeto social de una empresa de almacén general de depósito debe ser el desarrollo de la
actividad de almacenamiento de bienes; recibir bienes en almacenamiento; emitir
Certificados de Depósito y Warrants, conforme a las disposiciones de la Ley Títulos
Valores
5.3.Contrato De Mutuo
Se define este contrato como aquel por el cual una persona se obliga a entregar a otra cierta
cantidad de dinero o de cosas que se consumen con el uso, con la obligación de la segunda
de devolver otro tanto de la misma especie, calidad o cantidad.
Este contrato regulado por el artículo 1648 del Código Civil peruano, es mercantil cuando
reúne las circunstancias subjetivas y objetivas anotadas por Garrigues, exige ese artículo
una doble circunstancia: subjetiva (que alguno de los contratantes sea comerciante) y
objetiva (índole mercantil de la operación a que se destinen las cosas prestadas).
El Código Civil (art. 1648) describe este contrato como aquel por el cual una persona se
obliga a entregar a otra cierta cantidad de dinero o de cosas que se consumen con el uso,
con la obligación de la segunda de devolver otro tanto de la misma especie, calidad o
cantidad.
El préstamo puede revestir dos modalidades: de uso o comodato, o sea de cosa no fungible
para que se use por cierto tiempo y se devuelva; y préstamo simple o mutuo, por el que se
entrega dinero u otra cosa fungible, con condición de devolver otro tanto de la misma
especie, calidad o cantidad.
En el ámbito mercantil la forma usual es la del préstamo simple, bien sea dinero, títulos de
crédito, mercaderías, caso en el que el deudor no devuelve las mismas cosas recibidas, sino
otras tantas de igual especie y calidad (tantumdem ciusdem generis et qualitatis).
5.4.Contrato De Prenda
El concepto de este contrato está en el artículo 1067 del Código Civil peruano: “La prenda
confiere al acreedor el derecho a retener el bien. El tercer adquirente no puede exigir su
restitución ni su entrega si antes no han sido íntegramente pagados el capital e intereses y
reembolsados los gastos relativos a la deuda y a la conservación del bien”.
Según el artículo 315 del Código de Comercio es mercantil la prenda que tiene por objeto
asegurar el cumplimiento de una obligación de comercio.
Agrega el artículo 316 del mismo Código que “El prestador tendrá sobre los efectos o
valores pignorados, el derecho de cobrar su crédito con preferencia a los demás acreedores,
quienes no podrán retirarlos de su poder, a no ser que satisfagan el crédito constituido sobre
ellos”.
El Código de Comercio se limitaba a caracterizarlo como mercantil en cuanto tenía por
objeto asegurar el cumplimiento de una obligación comercial (art. 315). En la actualidad,
todo el Título I de la Sección Cuarta del Libro V (Derechos Reales) del Código Civil (arts.
1055 a 1090) se ocupa de la prenda.
Algunas disposiciones sobre la prenda que contenía el Código de Comercio, como son los
artículos 317 y 318, han sido derogadas por el Código Procesal Civil (Primera Disposición
Derogatoria, inc. 2).
Esta forma de garantía se aproxima más a la hipoteca mobiliaria que a la prenda, pues como
los derechos del socio no pueden ser incorporados en títulos valores (art. 283 LGS), la
garantía radica en derechos económicos no materializados en títulos accionarios,
requiriéndose, de otro lado, la inscripción para la existencia del contrato, tal como ocurre en
la hipoteca.
5.5.Contrato De Compraventa
Max Arias Schreiber, decía que la compraventa es la reina de los contratos. La expresión es
también válida para la compraventa mercantil. Es la reina de los contratos mercantiles. La
compraventa gobierna la contratación mercantil por la razón de que la sociedad capitalista
es también llamada sociedad de mercado, sociedad del intercambio, sociedad del comprar y
del vender, que es tanto como decir, la sociedad de la compraventa.
Montoya Manfredi, expresa: “La compraventa es el contrato que en la actividad mercantil
revela con mayor énfasis la función mediadora del comercio en caminado a facilitar la
circulación de bienes. El intercambio de bienes aparece para satisfacer las necesidades
humanas, entregando aquello de que se dispone a cambio de aquellos de que se carece. Este
intercambio de unos bienes por otros es la aparición de la moneda, se transforma, en
compraventa. El contrato resulta el más antiguo, el más frecuente y uno de los más
importantes del derecho comercial.
Actualmente, no existe diferencia, desde el punto de vista legal, entre compraventa civil y
la mercantil. Según se ha expuesto, el C. C. vigente (art. 2112), somete esta última a sus
disposiciones, derogando los arts. 320 al 341 del C. de C”.
Los elementos reales del contrato son la cosa y el precio.
En cuanto a la cosa, pueden ser muebles o inmuebles, existentes o que pueden existir,
siempre que sean determinados o susceptibles de determinación y cuya enajenación no esté
prohibida por la ley. Si ambas partes saben que el bien es futuro, el contrato está sujeto a la
condición suspensiva de que llegue a tener existencia. A esta misma condición y a cargo del
comprador corre el riesgo respecto a la cuantía y a la calidad del bien futuro. Pero, si llega a
existir, el contrato producirá desde ese momento sus efectos, cualquiera sea su cuantía y
calidad, debiendo el comprador pagar íntegramente el precio.
El precio es el otro elemento real del contrato y debe consistir en dinero, comprendiendo
dentro de este concepto los medios sustitutorios de pago, como letras de cambio, vales,
pagarés, cheques, que si bien no son dinero se resuelven en éste, en último término (art.
1233 C.C.).
5.6.Contrato De Suministro.
Por el suministro, el suministrado se obliga a ejecutar en favor de otra persona prestaciones
periódicas o continuadas de bienes”)
Arias-Schreiber dice que se trata de “Un contrato de prestaciones recíprocas y de tracto
sucesivo, de ejecución periódica o continuada, que conduce a la traslación de dominio del
objeto de la prestación si es consumible y que puede darse también la posibilidad de que
solo se proporcione un bien en use o goce y que al finalizar el contrato sea devuelto a su
dueño. Evidentemente en Derecho Comercial no se puede concebir un contrato de
suministro gratuito.
La prestación de abastecimiento de agua, de energía eléctrica, de gas, que deben ser
prestadas de manera permanente y continua, da una clara idea de la importancia y finalidad
del contrato de suministro.
5.7.Contrato De Permuta
Por dicho contrato los permutadores se obligan a transferirse recíprocamente la propiedad
de bienes, sometiéndose para el efecto a las disposiciones de la compraventa.
Este contrato se reputa antecedente de la compraventa, cuando por ser desconocido el
dinero, las cosas se cambiaban por cosas. Lo poco frecuente de su uso en la época de la
dación del Código de Comercio explica que sólo se le dedicase el art. 341, que lo remite a
las reglas de la compraventa y, supletoriamente, desde luego, al Código Civil. El Código
vigente ha derogado los artículos respectivos del C. de C. (art. 2112) y trata de la permuta
en los arts. 1602, 1603 y 1531, declarando aplicables las disposiciones sobre la
compraventa.
5.8.Contrato De Transporte Terrestre
El Código de Comercio se reconduce sobre esta materia a las normas del Código Civil, pero
establece las características para que lo tipifiquen como mercantil. Conforme al artículo
344 del C. de C., “El contrato de transporte por vías terrestres o fluviales de todo género se
reputara mercantil:
1) Cuando tenga por objeto, mercaderías o cualesquiera efectos de comercio.
2) Cuando, siendo cualquiera su objeto, sea comerciante el porteador o se dedique
habitualmente a verificar transporte para el público".
El concepto del contrato de transporte terrestre consiste en que una de las partes, llamada
“porteador”, se obliga, a cambio de un precio, a trasladar, de un lugar a otro, cosas o
personas determinadas, o ambas a la vez. El contrato de transporte terrestre estuvo regulado
por el Código de Comercio en los arts. 3442 y siguientes, el primero de los cuales
expresaba que dicho contrato por vías terrestres o fluviales se reputa mercantil en razón de
su objeto, o sea, si se trata de mercaderías o de cualquier efecto de comercio; y en razón del
sujeto, cuando, cualquiera que sea el objeto, sea comerciante el porteador o se dedique
habitualmente a verificar transportes para el público.
En nuestra legislación el transporte es contrato de naturaleza comercial, y cuando se trata
de la dedicación al servicio público habría que atenerse a la calificación del sujeto y del
acto.
Soslayando esta calificación de la naturaleza del acto o del contrato, tenemos que él
porteador puede ser una empresa formada por varias personas, como también desarrollar
dicha actividad como persona natural con sus propios medios.
Con referencia a las personas, cabe señalar que, además del “porteador” y del “cargador”,
puede existir el “consignatario”, o sea, aquel a quien se han de entregar las mercaderías o
efectos transportados, y que puede ser el mismo cargador o un tercero.
En cuanto a su naturaleza, el Código de Comercio lo trataba como un contrato real, es
decir, que para su perfeccionamiento no basta el consentimiento de las partes sino la
entrega de las mercaderías o que el pasajero tome el vehículo, para que surjan las
obligaciones del porteador.
Los elementos personales del contrato son: a) el porteador; b) el cargador; c) el
consignatario.
El porteador es la persona que asume directamente la obligación de realizar el transporte.
El cargador o remitente es la persona que contrata en nombre propio con el porteador y
entrega o se obliga a entregar la carga para su transporte, siendo indiferente que sea o no
propietario de los objetos materia del contrato.
El consignatario o destinatario es la persona a quien se han de entregar las mercancías o
efectos transportados. Puede ser el propio cargador o persona distinta. En todo caso, es el
titular de los derechos que emergen del contrato, aun sin haber intervenido en la
celebración del mismo.
5.9.Contrato De Seguro
El Código de Comercio no define el contrato de seguro. Se limita a indicar cuándo debe
reputársele como contrato mercantil. Para el Código de Comercio, artículo 375, es
mercantil el contrato de seguro, “si fuere comerciante el asegurador, y el contrato a prima
fija, o sea cuando el asegurador satisfaga una cuota única o constante, como precio o
retribución del seguro”.
Se trata de un contrato bilateral, porque genera obligaciones para las dos partes que
intervienen; oneroso, porque supone la satisfacción de obligaciones a cargo de ambas
partes; aleatorio, porque existe un elemento contingente, capaz de alterar la conmutación de
las prestaciones; de tracto sucesivo, porque su contenido no se agota en una prestación
única o en un solo momento, sino en prestaciones continuadas. El carácter aleatorio del
contrato no desaparece por el hecho de que las compañías aseguradoras dispongan de tablas
estadísticas que les permite determinar el costo de los riesgos, en función de lo cual fijan el
importe de las primas, pues si bien la explotación en masa del seguro permite destacar el
área del negocio, no ocurre lo mismo en relación con cada contrato en particular y menos
en relación con el asegurado. O sea, que si bien la actividad aseguradora en sí es cada vez
menos riesgosa en la medida del perfeccionamiento de los medios para determinar la
frecuencia de los riesgos, el contrato sigue siendo aleatorio tratándose de cada contrato
aislado y respecto al asegurado.
 Elementos Reales del Contrato
Son elementos reales del seguro: a) el riesgo; b) el interés; c) la prima; d) la indemnización.
a) El riesgo es un evento posible, incierto y futuro, capaz de ocasionar un daño del cual
surja una necesidad patrimonial. El acontecimiento debe ser posible, porque de otro modo
no existiría inseguridad. El riesgo debe ser susceptible de originar un daño, que es la
necesidad que debe cubrir el seguro y que puede ser específico y concreto, como en el caso
de seguro contra daños, o abstracto, como en el seguro de persona.
b) El interés es la relación por cuya virtud alguien sufre un daño patrimonial por efecto del
evento previsto, que no recae en lo que es objeto del seguro, sino en el interés que en él
tenga el asegurado. Es un elemento propio del seguro de daños.
c) La prima es la prestación que debe satisfacer el asegurado, o el contratante, o el tomador
del seguro, a cambio de la cual el asegurador asume la obligación de satisfacer las
consecuencias dañosas del riesgo. Es un elemento esencial del contrato, sin la cual éste no
existe.
d) La indemnización es la contraprestación a cargo del asegurador de pagar la cantidad
correspondiente al daño causado por el siniestro, en virtud de haber recibido la prima. La
indemnización reviste dos modalidades, según se trate de seguros sobre cosas y de seguros
sobre personas.
5.10. Contrato De Seguro De Incendio
Entre los contratos de seguro que regula el C. de C. está el seguro de incendio, que versa
sobre las cosas. En virtud del cual, el asegurador se obliga a indemnizar los daños y
pérdidas materiales causados por la acción del fuego y por las consecuencias inevitables del
siniestro (art. 388), y en particular:
a. Los gastos que ocasione al asegurador el transporte de los efectos con el fin de
salvarlos.
b. Los menoscabos que sufran estos mismos objetos salvados.
c. Los daños que ocasionen las medidas adoptadas por la autoridad en lo que sea objeto
del seguro, para cortar o extinguir el incendio.

5.11. Contrato Seguro De Transporte Terrestre


Es el seguro contra riesgos que amenazan las cosas aseguradas durante el transporte
terrestre y en los momentos que le antecedente, lo interrumpen o le siguen.
Regulado por los artículos 423 a 428 del C. de C., Cabanellas, en su Diccionario de
Derecho Usual, dice de esta clase de seguro: “Para prevenirse contra adversas
contingencias en el transporte de cosas confiadas a otros, cabe asegurar los efectos
transportados tanto por el dueño de las mercaderías como por cualquiera que tenga interés o
responsabilidad; pero habrá de expresar en la póliza el concepto en que lo haga. Todos los
objetos propios de la locomoción terrestre pueden constituir el objeto de este seguro”.
Además de los requisitos contenidos en el art. 378 del C. de C., a tenor del art. 424 del
mismo Código, el seguro de transporte terrestre, debe contener:
a. La empresa o persona que se encargue del transporte.
b. Las calidades específicas de los efectos asegurados, con expresión del número de
bultos y de las marcas que tuvieren.
c. La designación del punto en donde se hubieren de recibir los géneros asegurados y
del en que se ha de hacer la entrega.

5.12. Contrato De Fianza


Este contrato, que el C. de C. denominaba “Afianzamiento”, actualmente está legislado por
el C.C. de 1984, en virtud de lo dispuesto por el art. 2112, que deroga los artículos
respectivos del Código de Comercio, el cual se limitaba a unas pocas disposiciones (arts.
430 a 433), quedando sujeto lo no expresado en él a las normas del derecho común, de
acuerdo a lo dispuesto en el art. 50 del C. de C.
La fianza es un contrato de garantía por el que una persona se obliga frente al acreedor a
cumplir determinada prestación ajena, si ésta no es cumplida por el deudor. Es, pues, una
garantía personal, en la que no se compromete un bien mueble (prenda) o inmueble
(hipoteca).
Se considera mercantil la fianza cuando tenga por objeto asegurar el cumplimiento de un
contrato mercantil, aun cuando el fiador no sea comerciante, es decir siempre una de las
partes debe ser comerciante.
 Efectos de la Fianza
En virtud del contrato, el fiador asume la obligación de su fiado de pagar al acreedor,
revistiendo esta obligación dos modalidades: simple o solidaria. En virtud de la primera, el
acreedor sólo puede accionar contra el fiador después de haber exigido al deudor el pago
correspondiente, y sólo si no puede lograrlo requerirá al fiador, o sea, que puede hacer uso
del derecho de excusión. En la fianza solidaria, el fiador no puede hacer valer la excusión,
salvo si el fiador hubiere renunciado expresamente al beneficio, o en caso de quiebra del
deudor (arts. 1879, 1883 del C.C.).
5.13. Cuenta Corriente Mercantil
El contrato de cuenta corriente mercantil es aquel en virtud del cual dos personas que tienen
que entregarse recíprocamente valores, convienen en convertir sus créditos en partidas de
“Debe” y “Haber”, de modo que sólo resulta exigible la diferencia final procedente de la
liquidación, expresa el art. 563 del C. de C.
Son características de este contrato (artículo 567 del C. de C.):
a. Que los valores y efectos recibidos se transfieren en propiedad al que los recibe.
b. Que el crédito concedido por remesas de efectos o valores de comercio, lleva la
condición de que éstos sean pagados a su vencimiento.
c. Que es obligatoria la compensación entre el “Debe” y el “Haber”.
d. Que todos los valores del crédito y débito producen intereses, salvo estipulación
contraria.
e. Que el saldo definitivo es exigible desde su aceptación, a no ser que el deudor hubiera
remitido sumas eventuales que igualen o excedan la del saldo, o que los interesados
hayan convenido en pasarlo a nueva cuenta.
Las causas de terminación del contrato pueden originarse en el acuerdo de las partes, o
independientemente de éste. Entre las primeras están, aparte del mutuo disenso, como es
obvio, el cumplimiento del plazo que se hubiese fijado, o por decisión de una de las partes
si no se hubiese fijado término. Entre las segundas, la quiebra, interdicción o muerte de
cualquiera de ellas (art. 576).
Entre la segunda clase de causales de terminación están: a) la muerte, por reputarse un
contrato intuitu personae; b) la interdicción, porque el interdicto no puede ejercer derechos
y porque el carácter personal del contrato impide que lo continúen los representantes de
aquél; c) la quiebra, porque ella determina una forma de incapacidad sui generis, que
impide seguir realizando operaciones comerciales dentro de un contrato basado en la
confianza, que resulta destruida por la quiebra, y porque, en virtud de ésta, todas las
obligaciones son exigibles, lo que resulta incompatible en un contrato continuado, en el que
las obligaciones se encadenan hasta arrojar un resultado final.
5.14. Cuenta Corriente Bancaria
El Código de Comercio no define este contrato, que, no obstante denominarse “cuenta
corriente”, no puede confundirse con la cuenta corriente mercantil, pues no se dan las notas
de la indivisibilidad de las remesas incluidas en la cuenta, ni se producen los efectos
compensatorios; ni está en la intención de los contratantes concederse créditos, sino que el
cliente y el banco acuden a este contrato para facilitar, normar y encauzar sus relaciones
comerciales.
La Ley Nº 26702 define a la cuenta corriente bancaria como un contrato en virtud de la cual
una empresa se obliga a cumplir las órdenes de pago de su cliente hasta por el importe de
dinero que hubiere depositado en ella o del crédito que se haya estipulado, esto último en el
caso de las empresas autorizadas para conceder sobregiros. En el fondo hay un depósito y
por eso es que se habla de “depósito en cuenta corriente”, no obstante que en algunos casos
el cliente no inicia la relación con el banco haciendo la imposición de fondos, sino que el
banco abre un crédito para ser usado como depósito en la cuenta. El contrato se utiliza a la
vez como una forma de custodia y como un servicio de caja que efectúa el banco en
beneficio del cliente, con cargo a efectuar liquidaciones periódicas.
Este contrato puede revestir tres formas:
 Depósito en cuenta corriente, si el cliente efectúa depósitos en la cuenta, resultando el
banco en la condición de deudor.
 Apertura de crédito en cuenta corriente, en la que el banco conviene en conceder un
crédito que se utiliza a través de una cuenta corriente, no habiendo hecho el cliente
imposición alguna.
 Apertura de crédito y depósito en cuenta corriente, en la que se combinan las dos
formas anteriores: el cliente efectúa imposiciones y el banco lo autoriza a girar sobre
determinada cantidad.

6. CONTRATOS MODERNOS (NUEVOS CONTRATOS)


Llamamos así a aquellos contratos que autores nacionales y extranjeros los denominan
contratos mercantiles modernos.
6.1.Contrato Estimatorio
El contrato tiene la finalidad de permitir al que ha recibido las cosas, la venta de ellas, pero,
al mismo tiempo, le permite restituirlas si no consigue venderlas.
En la realidad peruana no es otra cosa que la venta por consignación. Por eso con acierto,
Montoya Manfredi lo define como “Un contrato por el cual una persona, denominada
consignatario, contrae la obligación de vender mercancías de otra, llamada consignante,
previa la fijación de un precio que aquél debe entregar a éste”. El contrato radica sobre
bienes muebles y no sobre inmuebles.
Tampoco este contrato está legislado entre nosotros, en forma específica, por lo que habrá
de aplicarse las reglas de compraventa, no obstante que difiere de ésta en que en el contrato
estimatorio la entrega de la cosa no origina la transmisión de la propiedad sino la atribución
de un poder exclusivo de disposición sobre lo que se recibe.
6.2.Contrato De Factoring
De Adriana Guidice: “Contrato en virtud del cual una empresa bancaria, financiera o
empresa de factoring (factor) se obliga frente a una empresa (cliente) para adquirir los
créditos que éste tiene, asumiendo el riesgo y obligándose a prestarle servicios relacionados
con la emisión misma de las facturas, los títulos valores a que haya lugar, el manejo de los
registros contables, la investigación comercial de la clientela e incluso la cobranza judicial
o extrajudicial de créditos aún no cedidos.
El contrato genera la obligación del cliente de transferir al factor todas o parte de las
facturas que posee de terceros deudores y a notificarles esta transmisión; en contrapartida el
factor se encarga de efectuar el cobro de las deudas, de garantizar el resultado final. Incluso
en caso de morosidad del deudor, de pagar su importe, bien por anticipado, a fecha fija o
mediante deducción de sus gastos de intervención”.
Las características del contrato de franquicia comercial:
a) Es consensual y mercantil, porque se desarrolla por un acuerdo entre empresarios, se
perfecciona con el acuerdo de voluntades.
b) Es bilateral de tipo sinalagmático, porque supone obligaciones y derechos de las dos
partes.
c) Es de tracto sucesivo, porque tiene vocación de permanencia en el tiempo.
d) Se basa en la mutua confianza y la buena fe contractual.
e) Es un contrato intuitu personae, este contrato se celebra teniendo en consideración las
especiales características de las partes. Ya que cualquier cambio de su contenido y de
los contratantes supone, en la mayoría de casos, la extinción del mismo.
f) Es oneroso, porque supone el pago de regalías y royalties.
g) Es conmutativo, porque las partes conocen de antemano sus ventajas y desventajas.
h) No formal, no requiere de una forma especial.
i) Es un contrato de adhesión, el franchisor impone las mismas disposiciones a los
demás franquiciados, el franchisee no sólo se adhiere a las cláusulas del contrato, sino
a las disposiciones que nacen del “contrato marco”, que el franquiciante impone a los
demás componentes de la red. Es un contrato atípico. Es innominado.
6.3.Contrato De Know How
Por este contrato una persona natural o jurídica, se obliga a hacer gozar al contratante de los
derechos que posee sobre ciertas fórmulas y procedimientos secretos, durante un tiempo
determinado, y a través de un precio que el citado se obliga a pagarle.
Es propiamente un contrato de transferencia de tecnología, por un tiempo y a cambio de un
precio, convenido entre las partes. Eventualmente puede consistir en la compraventa de
tecnología. Pero esto es poco frecuente, porque los dueños de tecnología, que no son otros
que las empresas de países industrializados, difícilmente venden en propiedad sus secretos
tecnológicos.
Bravo Melgar en su precitada obra dice que “El Know How, enmarca, un conjunto de
invenciones, procesos, fórmulas o diseños no patentados o no patentables, que incluyen
experiencias y habilidad técnica acumulada, la que puede ser transmitida de preferencia o
con exclusividad a través de servicios personales”.
6.4.Contrato De Leasing
Desde el punto de vista legal (art. 282 Ley N° 26702) consiste en la adquisición de bienes
muebles e inmuebles, los que serán cedidos en uso a una persona natural o jurídica, a
cambio del pago de una renta periódica y con la opción de comprar dichos bienes por un
valor predeterminado.
Con toda razón Montoya Manfredi destaca la importante función económica de este
contrato: “La carencia de recursos para adquirir equipo indispensable para el cumplimiento
de compromisos de suministro motivó la creación del leasing. Se recurrió a la fórmula de
arrendar los bienes, ampliando así la figura a cosas que usualmente no eran en el tráfico
objeto de tal negocio. La evolución se produjo, según se afirma, cuando se constituyeron
empresas con el único objeto de ceder el uso de los bienes que adquirían expresamente bajo
las especificaciones de quienes deseaban utilizarlos y no podían adquirirlos por carencia de
recursos propios y por la estrechez de las vías normales de procurárselos”.
Gordillo expresa que “La sociedad leasing se constituye mediante forma de sociedad
anónima, con una finalidad financiera que ofrece al sector industrial, comercial y de
servicios una fórmula "complementaria y alternativa" con el objeto de ser destinada a la
obtención de bienes para equipamiento empresarial o profesional, sin perjuicio del leasing
financiero sobre bienes inmuebles”.
6.5.Contrato De Joint Venture
Refiriéndose a la expresión Joint Venture y su significado, recuerda Farina, que la
expresión Joint Adventure fue utilizada en la jurisprudencia norteamericana a principios del
siglo XIX, y que luego, la jurisprudencia y la práctica mercantil abreviaron la expresión
Joint Venture, la cual se consagró definitivamente no sólo en los Estados Unidos, sino en
todo el mundo.
La expresión misma, Joint Venture, es traducida como “aventura común”, y por eso con
toda razón hay quienes lo llaman contrato de riesgo compartido.
Entre los autores peruanos, Arias-Schreiber escribe: “El contrato de riesgo compartido es
un instrumento contractual que responde a la necesidad de movilizar capitales en búsqueda
de alta rentabilidad y correlativa reducción de riesgos, en el que las partes se juntan con un
criterio de coparticipación que asume las más diferentes formas y matices. No existe, pues,
una definición exacta y final de este contrato, sino que hay varios conceptos del mismo
según sean las modalidades que aparezcan en su concertación. Pero sin duda alguna,
coincidimos con quienes señalan que se trata de un instrumento destinado a establecer o
fortalecer vínculos entre empresas que buscan un propósito común destinado a poner en
marcha un negocio o modernizar uno que ya existe.
6.6.Contrato De Tarjeta De Crédito (Credit Card).
Este mismo autor recoge la definición de Sarmiento Ricausti, para quien “la tarjeta de
crédito es el contrato mediante el cual la entidad crediticia (banco o institución financiera),
persona jurídica, concede un crédito rotatorio, de cuantía y plazo determinado, prorrogable
indefinidamente, a una persona natural con el fin de que ésta utilice en los establecimientos
afiliados”.
6.7.Contrato De Underwriting
Desde el punto de vista económico, Bravo Melgar enumera las siguientes concepciones,
citando para el efecto la exposición de Samuel F. Linares Bretón “La operación financiera
del Underwriting”:
a. Acto jurídico por el cual se prefinancian valores mobiliarios y se les coloca en el
mercado de valores.
b. Compromiso de garantía de emisión.
c. Instrumento financiero, por el cual se puede lograr una paulatina canalización de
recursos hacia las actividades productivas, pero para que sea posible lo citado se
necesita un adecuado mercado de capitales.
d. Operación financiera que facilita el acceso de las empresas al mercado de capitales
con el fin de obtener los recursos necesarios para su desarrollo.
e. Compra de una emisión de títulos valores a un precio fijo y garantizado, con el
propósito de vender esa emisión en el público.
f. Operación en la que la institución financiera adquiere las acciones o bonos para
venderlos posteriormente al público, asumiendo el riesgo del mercado.
El Underwriting es un contrato en virtud del cual una entidad emisora de valores
mobiliarios, conviene con una entidad financiera, bien sea banco de inversión, compañía
financiera o banco comercial, su participación en la colocación pública a fin de asegurar la
cobertura de esa emisión.
7. CONTRATOS MARÍTIMOS
Los principales contratos marítimos, contenidos en el Código de Comercio son:
7.1.Contrato De Construcción Y Compraventa De Buques
En general se rigen la construcción y compraventa de buques por las normas del Derecho
Civil, y obviamente las especiales del Código de Comercio.
El art. 586 del C. de C., prescribe que los buques mercantes constituirán una propiedad que
se podrá adquirir y transmitir por cualquier de los medios reconocidos en el Derecho. La
adquisición de un buque, que es un inmueble, debe constar en documento escrito, el cual
para producir efectos jurídicos respecto de tercero, debe estar inscrito en el Registro de
Buques.
Puede también adquirirse la propiedad de un buque por la posesión de buena fe, continuada
por tres años, con justo título debidamente registrado, en caso contrario, se requiere de la
posesión continuada de diez años para adquirir la propiedad. Esto debe coordinarse con las
normas del Código Civil, referente a la posesión de inmuebles, porque los buques tienen,
por ficción jurídica, la naturaleza de inmuebles.
En cuanto a la construcción de buques, el artículo 587 del C. de C., se limita más a los
aspectos técnicos que jurídicos, al disponer que los constructores de buques puedan
emplear los materiales y seguir, en lo relativo a su construcción y aparejos, los sistemas que
más convengan a sus intereses. Los navieros y la gente de mar se sujetan a lo que las leyes
y reglamentos de administración pública dispongan sobre navegación, aduanas, sanidad,
seguridad de las naves y demás objetos análogos.
El artículo 590 del C. de C. regula la venta del buque estando en viaje, y el artículo 596 del
mismo C. la venta judicial de buques.

Los artículos 665 a 818 del C. de C., regulan los contratos especiales del comercio
marítimo, estos son:
7.2.Contrato De Fletamento
Regulado por los artículos 665 a 731 del C. de C., puede ser definido como el contrato de
arrendamiento de un buque cualquiera, para el transporte de mercaderías o personas. Se
entiende por fletante al que da, y fletador el que toma el buque en arrendamiento.
El documento acreditativo del contrato de fletamento es la póliza de fletamento, que tiene
fuerza de documento público, y es indispensable para dar eficacia al contrato.
Cabe distinguir dos clases de contrato de fletamento:
a. El de fletamento propiamente dicho, que consiste en el transporte de géneros y
efectos comerciales.
b. El de pasaje, que es cuando se trata de transporte de pasajeros.

7.3.El Contrato A La Gruesa O A Riesgo Marítimo


Regulado por los arts. 732 a 749 del C. de C., se reputa préstamo a la gruesa o a riesgo
marítimo “aquel en que, bajo cualquier condición, dependa el reembolso de la suma
prestada y el premio por ella convenido, del feliz arribo a puerto de los efectos sobre que
esté hecho, o del valor que obtengan en caso de siniestro”.
Conforme al artículo 733 del mismo Código, pueden celebrarse por escritura pública, por
medio de póliza firmada por las partes y el corredor que interviniera, y por documento
privado. De cualquiera de estas maneras que se celebre el contrato, se anotará en el
certificado de inscripción del buque y se tomará de él razón en el Registro de Buque, sin
cuyos requisitos los créditos de este origen no tienen respecto a los demás la preferencia
que según su naturaleza les corresponda, aunque la obligación sea eficaz entre los
contratantes.
7.4.Contrato De Seguro Marítimo
Es el contrato por el cual una de las partes se obliga, mediante cierta prima, a indemnizar a
la otra de una pérdida o de un daño, o de la privación de un lucro esperado, que podría
surgir por un acontecimiento incierto.
Dispone el artículo 750 del C. de C. que para ser válido el contrato de seguro marítimo,
debe constar por escrito en póliza firmada por los contratantes, la que se extenderá por
duplicado, reservándose un ejemplar cada una de las partes contratantes.
Pueden ser objeto del seguro marítimo (artículo 756 del C. de C.):
a. El casco del buque en lastre o cargada, en puerto o en viaje.
b. El aparejo.
c. La máquina, siendo buque de vapor.
d. Todos los pertrechos y objetos que constituyan el armamento.
e. Víveres y combustibles.
f. Las cantidades dadas a la gruesa.
g. El importe de los fletes y el beneficio probable.
h. Todos los objetos comerciales sujetos al riesgo dé navegación, cuyo valor pueda
fijarse en cantidad determinada.

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