Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Plano de la Colonia Suiza de 1868, Aportes para la Historia de Baradero, Prado A., López R.,
Suriano L.
Investigación Histórica II
Cuarto año -2018
“Una nueva era de adelanto para la prosperidad de los pueblos” (Barbich, 2007)
“Tuvieron fe en el país y gratitud por los dones de la nueva tierra. Se hicieron argentinos
con devoción" (18ab).
Proceso de ocupación y acceso a la propiedad legal en el ejido de Baradero en la
segunda mitad del Siglo XIX
TEMA:
Sarmiento, en el Facundo hacía referencia a que el problema que tenía el país era la gran
extensión del territorio, casi despoblado y asechado por los salvajes; “El mal que aqueja a
la República Arjentina es la estensión, el desierto la rodea por todas partes i se le insinúa
en las entrañas: la soledad, el despoblado si una habitación humana, son, por lo jeneral,
los límites incuestionables entre unas i otras provincias…” (Sarmiento, 1874)
Al mismo tiempo la situación en Suiza, para el período 1845-1855 “se caracteriza por una
serie de crisis en todos los órdenes. Además de la intranquilidad política, social y religiosa
(que originó la guerra civil) se registraron malas cosechas y una baja en los precios de los
productos agrarios, progresiva desocupación en la industria textil a raíz de los adelantos
técnicos, crecientes clausuras aduaneras en los estados vecinos, etc. Los campesinos
recibieron duros golpes a raíz del aumento del comercio internacional y de la competencia
extranjera (introducción del ferrocarril en 1847).
El objetivo principal de este proyecto de investigación será demostrar cómo los colonos
consiguieron la tierra en el ejido de Baradero.
Tomando como contexto la segunda mitad del Siglo XIX, ya que la llegada de los primeros
colonos al pueblo de Baradero, data del año 1856, fue una migración temprana “…se
cruzan los caminos de Aaron Castellanos y de los inmigrantes veveysanos. De acuerdo con
Carlos Beck-Bernard, de la agencia Beck y Hersog, el empresario argentino había
convenido instalar en la futura colonia Esperanza (provincia de Santa Fe) un contingente
de 200 familias de orígenes suizos. Las familias de la Veveyse buscaron contactar la
agencia Beck y Hersog, a fin de unirse a la expedición de Santa Fe. A juzgar por una carta
escrita años más tarde por Carlos Beck-Bernard, no hubiese sido posible integrarlos a la
expedición, el contingente de 200 familias estaba completo. El agente de emigración
precisa además que las familias decidieron partir a pesar de todo para la Argentina, donde
no dudaban encontrar buena fortuna… Los veveysanos ganaron el puerto de Amberes en el
transcurso del mes de octubre. El 29, abandonaron el Viejo Continente a bordo del
Progreso.” (Mauron, C. Salaberry, I., 1999)
En 1857 llegan a Baradero una segunda oleada de inmigrantes, gracias a las buenas noticias
dadas por las primeras, a cada uno se le dio un área igual y bajo las mismas condiciones
que a los anteriores. “…Dió techo y manutención á las familias hasta que quedaron
instaladas definitivamente en sus chacras, les prestó dinero a los más pobres, sin interés
alguno; les proveyó de semillas é instrumentos de labranza, que pagarían con el resultado
de sus trabajos, y produjo en el vecindario un movimiento de simpatía que se tradujo en la
prestación gratuita de bueyes, caballos y vacas lecheras… y los donantes se comprometían
a pagar su importe de su propio peculio en cáso que el gobierno superior no aprobase lo
hecho ó fracasara la generosa intentona! ¡Benditos tiempos patriarcales en los que los
funcionarios públicos se responsaban personal y expontáneamente de sus yerros!
(Salaberry I. , 2009) Los miembros de la Corporación Municipal hacían préstamos a los
colonos según sus capacidades ya que confiaban en la buena marcha de la colonia.
La población seguía creciendo, en 1958-1959 llegan nuevos colonos. Pero las nuevas
circunstancias políticas luego de la batalla de Cepeda alteraron la administración del
partido, la agricultura seguía avanzando, a la par crecían los ingresos y gastos del tesoro
público. Se asignó un funcionario para ayudar al encargado de solares para así poder
demarcar y amojonar las nuevas chacras, para lo cual cobraría un derecho de $200 por
chacra.
…”El Estado de Buenos Aires se sancionaba la ley de venta de terrenos ejidales para los
pueblos de campaña (1858). El criterio utilizado para el “ordenamiento” se basaba en la
idea de “reparación”. Al mismo tiempo, se consensuaba la posibilidad de entregar la
tierra en propiedad plena mediante ventas. La ley de 1858 promovía impulsar oficialmente
la labranza y convertir a los pobladores en propietarios plenos. Se estipulaba que las
municipalidades de varios partidos de la campaña, sobre todo los de las cercanías (a la
ciudad de Buenos Aires) y los del norte de la actual provincia, procederían a vender en
remate y por el precio de tasación los terrenos públicos dentro de sus ejidos, salvo los que
se encontraban sobre la ribera del río de La Plata y los de los colegios de entidades
religiosas. Respecto a los actuales poseedores, se decretó el “derecho de preferencia a la
compra por el precio de tasación durante el termino de seis meses”. En el caso de que no
utilizaran ese derecho las mejoras serían tasadas y pagadas. Por último, se acordaba que
los terrenos que no fuesen vendidos podían darse en arrendamiento. El recuento de
operaciones de esos años indica que la ley fue poco exitosa porque pretendió reglar desde
la teoría, dejando de lado las situaciones preexistentes, y no tuvo en cuenta a los antiguos
y poseedores que se pretendían propietarios de los terrenos. Rápidamente las
municipalidades se encontraron con este problema y se suscitaron varias confusiones, tales
cómo discriminar de qué terrenos públicos se hablaba, especificar quiénes debían comprar
la tierra en remate, resolver los derechos de propiedad de los antiguos pobladores y
legislar cómo avalaban el tiempo de posesión los actuales ocupantes. Estas cuestiones
comenzaron a resolverse mediante leyes y decretos de circunstancia pero estas, a su vez,
eran derogadas por otras que remitían a la situación original. Este desbarajuste
permaneció por lo menos hasta la sanción de la Ley General de Ejidos de 1870." (Barcos,
2012)
Así, los munícipes acordaron entregar los títulos de propiedad a los primeros colonos, los
llegados entre 1856-1857. Los colonos que llegaron a partir de 1858-1859 se les entregaba
la tierra en enfiteusis o arrendamientos; los colonos y enfiteutas obtuvieron en octubre de
1870 la posesión de las tierras fiscales ocupadas (contra un pago de 300 pesos por cuadra
cuadrada), quedó como núcleo agrícola modelo.
Los ciudadanos suizos son los únicos en el mundo que están registrados según un lugar de
origen, es decir la comuna de donde provienen sus ancestros y su apellido. Cada suizo
hereda un lugar de origen transmitido por su padre. Esa ciudad o pueblo conserva su
certificado de familia, incluso en caso de traslado, y registra todos los nacimientos,
matrimonios y decesos ligados a su registro comunal. (2018).
Libro de matrimonio de Pedro Gumy con Alicia … Hijo de Santiago Gumy inmigrante de
1858. Documento facilitado por Rubén Andrés Gumy, familiar, Bisnieto de Santiago Gumy
inmigrante de 1858
La Ley de 1857 estructura y reorganiza nuevamente a esta institución que vuelve a
deslindar actividades y estructurar jerarquías que se mantienen hasta 1875, año en cuál por
ley de presupuesto es suprimido como Departamento y reemplazado por la Dirección de
Geodesia dependiente del Departamento de Ingenieros. “La Ley de 21 de octubre de 1857
autorizó al P. E. para conceder en arrendamiento las tierras públicas que se hallaban en
enfiteusis y las meramente ocupadas, por un término no mayor de ocho años, con reserva
por el Estado del derecho de enajenarlas durante el lapso del contrato, en cuyo caso
tendría preferencia el arrendatario. El arrendamiento no excedería de $ 10.000 ni bajaría
de $ 2.000 corrientes anuales por legua cuadrada para los terrenos situados dentro de la
línea de frontera. Reconocía y respetaba la Ley el derecho de los antiguos enfiteutas, pero
éstos debían pagar el canon atrasado de $ 80 Y $ 120 la legua cuadrada, como estaba
establecido para los terrenos situados fuera y dentro de la línea de frontera,
respectivamente. Finalmente la· Ley· establecía que ninguna persona o sociedad podía
obtener en arrendamiento más de tres leguas cuadradas al interior del Salado ni más de
seis al exterior de ese rio, medida que tendía a evitar el acaparamiento de la tierra.
Numerosas personas se presentaron al Gobierno en solicitud de tierras situadas al exterior
de la línea de frontera, por lo que fue necesario determinar las condiciones que los
interesados debían llenar para tener opción a los beneficios ofrecidos. Dichas condiciones
quedaron fijadas por decreto de 1 de junio de 1858, que estableció el plazo de doce meses,
a contar desde la fecha de la concesión, para que los beneficiados levantasen en el terreno
que se les había acordado una población formada cuando menos por dos ranchos y un
pozo de balde…” (2018)
El proceso de reorganización política, institucional y administrativa del Estado Provincial
requirió una demanda creciente de agrimensores, topógrafos e ingenieros, que determino
que la administración nacional se diversificara de manera de delimitar claramente tareas
antes aunadas. Los Registros Gráficos elaborados por el Departamento Topográfico nos
han permitido revisar este proceso organizando dos niveles de análisis, uno local y otro
provincial en el cual se recuperara la idea de estas tierras como laboratorios sobre la
costa norte de la pampa anterior a partir de la división en pequeñas chacras orientadas a
afincar migrantes europeos. (Ciccioli, J Sweifel, T, 2013)
La mensura encarga al ingeniero German Kuhr, era para determinar los límites y poder
ordenar las tierras fiscales, de esta manera, los mapas colaboran como evidencia en los
límites de una propiedad pero…”nos permite examinar si la mensura de Kuhr en Baradero
funcionó con el valor jurídico necesario al momento de ser considerado como prueba
determinante en un proceso de conflicto o no, cuestionando si podemos usar aquí la
acepción que tiene este término en el sentido común como “certeza clara y patente de la
que no se puede dudar… el mapa no resuelve el conflicto de la titularidad de la tierra y
que más allá de su precisión técnica el valor está dado por la legitimidad política –en
nuestro caso- la intervención del Gobierno Provincial, que deposita en el Departamento
Topográfico la responsabilidad de resolver la mensura de las parcelas y entregarlas a sus
propietarios a través de la intervención del Juez de Paz” (Ciccioli, J Sweifel, T, 2013)
En la mayoría de los casos, los terrenos en los que se debían trazar los ejidos ya estaban
ocupados por labradores y por eso los agrimensores tuvieron serias dificultades para el
reordenamiento. Cuando los terrenos estaban ocupados por estancias, y no se presentaban
con el título de propiedad, la ley pautaba la expropiación y posterior permuta. Algunas de
las tierras utilizadas para ejidos eran fiscales, otras eran porciones de terrenos particulares,
como ya lo dijimos, entonces, tuvieron que permutarse e incluso existieron casos de
terrenos que pertenecían a la Iglesia, desde la época colonial. Los sucesivos gobiernos de
Buenos Aires tuvieron que conciliar los conflictos que, el ordenamiento territorial
generaba: labradores contra estancieros, entre los labradores y las instituciones locales y
entre las instituciones entre sí. Asimismo el gobierno debió valerse de organizaciones
locales de poco nivel de formalización (las Comisiones de Solares) que actuaron de
intermediarias “…si bien el afianzamiento y clarificación de los derechos de propiedad que
se operó a partir de mediados del siglo XIX significó el paulatino triunfo de un modo
específico de entender la propiedad (individual y posesorio), este proceso no fue simple ni
rápido” (Barcos, 2012) Los labradores tenían arraigado de antaño los fundamentos
indianos más tradicionales, principalmente el de ocupación y poblamiento que deviene en
propietario.
Los mapas de German Kuhr, de las chacras entregadas en Baradero permiten mostrar la
población de colonos suizos que finalmente se afincaron el ejido del pueblo, sino la falta de
legalidad que proporcionaron estas imágenes, intentando problematización las dificultades
que significaba conseguir las escrituras de la tierra adquirida.
“En agosto de 1865 se debatía en Senadores un nuevo proyecto de ley que intentaba
resolver las confusiones que habían generado las diferentes interpretaciones de la
legislación sobre ejidos. La discusión fundamental durante ese año giró en torno a un
nuevo proyecto que modificaba nuevamente la forma en la cual los tenedores de tierras
ejidales debían justificar la posesión para escriturar sus tenencias. La ley de 1862
acordaba el reconocimiento de la propiedad a los poseedores anteriores a 1822 con título
o sin él pero en 1864, cuando se reglamentó, se decretó que los poseedores anteriores a
1822 «tenían que justificar » para ser reconocidos como propietarios que ellos o sus
sucesores se habían mantenido «ininterrumpidamente» en el terreno con cultivo o
población hasta 1862. Para tal efecto debían brindar un interrogatorio.
En 1865 se sancionó una nueva ley que establecía en su artículo 3.º: «Se declara que basta
el hecho de posesión con población o cultivo para optar a la escrituración, siempre que no
se pruebe haber sido a nombre del Estado o de cualquier otra persona». Aquí la posesión
no necesariamente debía ser a título de dominio y se extendía a todos los pobladores de
tierras ejidales siempre que no fueran enfiteutas o arrendatarios.
…En 1870 se sancionó finalmente la Ley General de Ejidos que refundió parte de las
disposiciones vigentes. En cuanto a poseedores por 40 o más años continuados fue
suprimida la figura del título de dominio y se ratificó la prescripción con la mera
ocupación a nombre propio. Esto implicó extender la categoría de ocupante factible de ser
reconocido como propietario a todo poblador que poseyera a nombre propio.” (Barcos,
2012)
Plano del ejido de Baradero de 1868 por German Kurt. Extraído de Aportes para la
Historia de Baradero, Prado A., López R., Suriano L.
Algunos de los historiadores locales como Ignacio Salaberry, planteó que la colonia Suiza
fomentó el enriquecimiento de los hábitos de los criollos en lo que se refiere a la
alimentación, trabajo y costumbres, “…La diversidad productiva que los colonos
desarrollaron no solo fomentó el éxito económico: también contribuyó al enriquecimiento
de los hábitos criollos en lo atinente a comidas, formas de trabajo rural, costumbres, etc.”
(Salaberry, 2009)
HIPOTESIS
Las hipótesis a partir de las cuales trabajaré son por qué los colonos no pudieron mantener
la posesión de las chacras, teniendo en cuenta las facilidades que obtuvieron de parte de los
munícipes y por qué otros colonos llegados posteriormente no consiguieron adquirirla o
mantenerla.
Se utilizarán las siguientes fuentes: trabajos realizados por los autores locales ya
mencionados, cartas, informes provenientes del Archivo Municipal. Además se recurrirá a
la observación de imágenes que se encuentran en el Museo Local Alejandro Barbich,
Museo de la Casa Suiza donde se puede encontrar el plano de ejido de Baradero realizado
por el ingeniero Kuhr
Barbich, J. A. (2007). Historia del Santiago del Baradero (2 ed.). Capital Federal: Amerindia.
Barcos, M. F. (2012). El inflijo del derecho indiano en la legislación sobre ejidosde la provincia de
Buenos Aires 1782-1879. Revista de indias, 687-716.
Ciccioli, J Sweifel, T. (2013). Mapas como evidencia: La Colonia Suiza en Baradero. Universidad
Nacional de Cuyo, Departamento de historia de la Facultad de Filosofía y Letras, Mendoza.
Cortes Conde, R. Gallo, E. (1867). La formación de la Argentina moderna. Buenos Aires: Paidós.
Mauron, C. Salaberry, I. (1999). L'armailli et le gaucho De los alpes a la pampa. Buenos Aires:
Association Baradero-Fribourg. Bibliothéque cantonale et universitaire de Fribourg.
Oszlak, O. (1997). La formación del estado argentino, orden, progreso y organización nacional.
Buenos Aires: Planeta.
Peyret, A. (1889). Una visita a las colonias de la República Argentina. Buenos Aires.
Salaberry, I. (2009). Brazos poderosos (1 ed.). Buenos Aires: De los Cuatro Vientos.
Sarmiento. (1874). Facundo o Civilización i Barbarie en las pampas Argentinas (4 ed.). París:
Librería Hachette y Cia.