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Departamento de Física
2014
1
Índice general
1. Ecuaciones de Maxwell 3
1.1. Ley de Ampere Maxwell . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. Ecuaciones de Maxwell en el vacío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
2. Ondas Electromagnéticas 7
2.1. Resumen previo sobre ondas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.1.1. Función de onda en una dimensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.1.2. Ecuación diferencial de onda en una dimensión . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.1.3. Ecuación diferencial de onda en tres dimensiones . . . . . . . . . . . . . . 9
2.2. Ecuación diferencial de las Ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.3. Características de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2.4. Energía e intensidad de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
2.5. Emisión y espectro de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
3. Luz Visible 18
3.1. Los colores de la luz visible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.2. Percepción visual de la luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3.2.1. Nociones sobre Fluorescencia y fosforescencia . . . . . . . . . . . . . . . . 21
5. Polarización de la Luz 27
5.1. Polarización por absorción selectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
5.2. Polarización por reflexión/refracción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
7. Interferencia de la luz. 35
7.1. Haces de luz coherentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
7.2. Interferencia en láminas delgadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Capítulo 1
Ecuaciones de Maxwell
S2
L S1 E (t)
A
I S’1 I
B
E
dl
(t)
Por otra parte, si elegimos una curva amperiana L, podríamos aplicar a la misma la ley de
Ampere en forma integral, considerando la corriente que atraviesa la superficie S1 . De hecho es
la que pasa por S1′ .
I
B ⃗ = µ0 I
⃗ · dl (1.1)
L
I ∫
B ⃗ = µ0
⃗ · dl ⃗′
⃗j · dS (1.2)
1
L S1′
I 1 dq 1 d(σ A) dσ
jD = = = = (1.4)
A A dt A dt dt
Se sabe que en las cercanías de un conductor, el módulo del campo eléctrico se puede calcular
como E = εσ0 , de modo que a partir de la expresión 1.4 se obtiene:
d(ε0 E) dE
jD = = ε0 (1.5)
dt dt
La expresión 1.5 se puede escribir en forma vectorial, de modo que la densidad de corriente
de desplazamiento queda expresada por la 1.6. A su vez, teniendo en cuenta que en el vacío el
⃗ = ε0 E,
vector desplazamiento eléctrico se calcula como D ⃗ resulta la expresión 1.7, que justifica el
nombre de densidad de corriente de desplazamiento a esta magnitud. Las derivadas se escriben a
su vez en forma parcial, ya que el campo eléctrico además de variar en el tiempo, puede también
variar en el espacio.
⃗
⃗jD = ε0 ∂E (1.6)
∂t
⃗
⃗jD = ∂D (1.7)
∂t
La corriente de desplazamiento (ID )se define como el flujo del vector densidad de corriente
de desplazamiento, a través de una cierta superficie, tal como se expresa en la 1.8.
∫
ID = ⃗2
j⃗D · dS (1.8)
S2
1.2 Ecuaciones de Maxwell en el vacío 5
A su vez, la Ley de Ampere tal como se la expresa en la 1.3, con corrientes de desplazamiento
como fuentes de campo magnético se la puede escribir en forma diferencial (1.9), usando para
ello la fórmula de Stokes.
∇
⃗ ×B
⃗ = µ0 ⃗jD (1.9)
⃗
∇ ⃗ = µ0 ε0 ∂ E
⃗ ×B (1.10)
∂t
De modo que en el caso donde solo puede existir corriente de desplazamiento, en cada punto
del espacio se debe cumplir la relación 1.10, que es la Ley de Ampere-Maxwell para el vacío. La
misma, muestra que el campo eléctrico variable es también fuente de campo magnético, lo cual
indica la simetría entre ambos campos, dada la similitud con la expresión de la ley de Faraday
diferencial. Esto se esquematiza en la figura 1.2
E (t)
En el caso que en alguna región del espacio existieran simultáneamente corrientes verdaderas
y corrientes de desplazamiento, ambas actuarían como fuentes de campo magnético. De esta
manera, la ley de Ampere se amplía, dando lugar a la Ley de Ampere-Maxwell, tanto en su
expresión integral (1.11) como en su forma diferencial (1.12).
I ∫
B ⃗ = µ0
⃗ · dl ⃗ 2 = µ0 (I + ID )
(⃗j + j⃗D ) · dS (1.11)
L S2
⃗
∇ ⃗ = µ0 (⃗j + j⃗D ) = µ0 (⃗j + ε0 ∂ E )
⃗ ×B (1.12)
∂t
trostático, o a una combinación de ambos. Y que tanto el campo eléctrico como el magnético
por lo general varían en el espacio y en el tiempo.
1) ∇
⃗ ·E
⃗ =0 (1.13)
2) ∇
⃗ ·B
⃗ =0 (1.14)
⃗
3) ∇ ⃗ = − ∂B
⃗ ×E (1.15)
∂t
⃗
4) ∇ ⃗ = µ0 ε 0 ∂ E
⃗ ×B (1.16)
∂t
Capítulo 2
Ondas Electromagnéticas
Consideremos una cierta función periódica definida a lo largo de una coordenada espacial x,
a la cual por simplicidad consideraremos sinusoidal.
Ψ = Ψm sin(k x) (2.1)
El parámetro k se relaciona con la distancia entre dos crestas sucesivas de la sinusoide (λ), de
la siguiente manera: Si nos encontramos en una cresta y aumentamos el argumento de la función
(k x) en un valor 2 π, llegaremos a la próxima cresta, lo cual implica que x se ha incrementado
en un valor λ. Esto se indica en la figura 2.1
Ψ λ
Ψm
x
Dado que, como se dijo antes, k x = 2 π, resulta k = 2 π/λ. Este valor (k) nos da el número
de sinusoides completas que existen en una distancia de 2 π metros.
Consideremos ahora que la sinusoide antes representada, se está desplazando hacia la derecha
junto a su propio sistema de referencia, en relación a otro sistema fijo, tal como se representa
en la figura 2.2. Supongamos que el sistema móvil tiene la coordenada x′ y que el sistema
fijo la coordenada x. La sinusoide con movimiento uniforme representa una onda viajera en
una dimensión, tal como el sonido a lo largo de un tubo, para el cual v será su velocidad de
propagación (velocidad de fase) y Ψ podría ser la presión o el desplazamiento de las moléculas
al vibrar alrededor de su posición de equilibrio.
8 Ondas Electromagnéticas
Ψ v
Ψm v v
x’ x
vt x’ v v
x
Ψ = Ψm sin k x′ (2.2)
Se puede reemplazar la variable x′ en función de su relación con la variable x del sistema fijo,
dado por: x′ = x − vt, de lo cual resulta la 2.3, que es la llamada función de onda.
λ
v= (2.4)
T
La frecuencia de la onda es el número de oscilaciones por unidad de tiempo, que se calcula
como f = 1/T . Combinando esta última expresión con la 2.4, resulta: v = λ f . A su vez, se define
la frecuencia angular como ω = 2π f .
Utilizando estas relaciones se puede expresar de otra manera el argumento o fase de la onda,
dada por la expresión 2.3, de la siguiente manera:
2π 2π
k(x − v t) = k x − k v t = k x − vt = kx− t = kx−ωt (2.5)
λ T
Reemplazando la expresión que resulta de la 2.5 en la 2.3, se obtiene la otra expresión usual
de la función de onda (2.6):
Ψ = Ψm sin(k x − ω t) (2.6)
∂Ψ
= Ψm k cos k(x − v t) (2.8)
∂x
∂2Ψ
= −Ψm k 2 sin k(x − v t) (2.9)
∂ x2
∂Ψ
= −Ψm k v cos k(x − v t) (2.10)
∂t
∂2Ψ
= −Ψm k 2 v 2 sin k(x − v t) (2.11)
∂ t2
Dividiendo miembro a miembro las ecuaciones 2.9 y 2.11 y ordenando, se obtiene la ecuación
diferencial de la onda en una dimensión (2.12)
∂2Ψ 1 ∂2Ψ
= (2.12)
∂ x2 v 2 ∂ t2
Ψ = Ψm sin(⃗k · ⃗r − ω t) (2.13)
La expresión 2.13 representa una onda de una magnitud escalar, tal como la presión de la onda
sonora, aunque si se tratara de una magnitud vectorial, tendríamos en principio tres ecuaciones
como la 2.13, una por cada componente de la magnitud.
El vector ⃗k se denomina vector de onda, o vector de propagación. Su módulo es igual al del
número de onda (k = 2π/λ) y su dirección es el de la propagación de la onda en cada punto. Y
⃗r es el vector posición del punto considerado.
Se puede demostrar a su vez que una onda de esas características debe satisfacer la ecuación
diferencial 2.14, o en su forma compacta, la 2.15, que utiliza el operador laplaciano.
1 ∂2Ψ
∇2 Ψ = (2.15)
v 2 ∂ t2
10 Ondas Electromagnéticas
⃗
∇
⃗ × (∇
⃗ × E)
⃗ =∇ ⃗ × (− ∂ B ) (2.16)
∂t
En el segundo miembro de la ecuación 2.16 se puede cambiar el orden de derivación entre el
espacial y el temporal, tendiendo en cuenta las propiedades de continuidad del campo eléctrico,
de lo cual resulta la 2.17
∇
⃗ × (∇ ⃗ = − ∂ (∇
⃗ × E) ⃗ × B)
⃗ (2.17)
∂t
Reemplazando el segundo miembro en función de la ecuación 1.16, resulta:
⃗
∇
⃗ × (∇⃗ × E)⃗ = − ∂ (µ0 ε0 ∂ E ) (2.18)
∂t ∂t
El primer miembro de la 2.18 se puede transformar, teniendo en cuenta la siguiente identidad
matemática, que expresa que el rotor del rotor de un vector es igual al gradiente de la divergencia
menos el laplaciano del mismo:
∇
⃗ × (∇
⃗ × E)
⃗ = ∇(
⃗ ∇⃗ · E)
⃗ − ∇2 E
⃗ (2.19)
Dado que la divergencia de E ⃗ es nula en ausencia de carga neta, tal como lo expresa la
⃗ cancelandose en
ecuación 1.13, el primer miembro de la 2.18 queda reducido al laplaciano de E,
consecuencia los signos negativos. Obtenemos así la expresión 2.20
⃗
∂2E
∇2 E
⃗ = µ0 ε0 (2.20)
∂t2
Si en vez de comenzar con la tercera ecuación de Maxwell (e introducido luego la cuarta),
tal como hemos hecho en esta parte, hubiésemos partido de la cuarta ecuación de Maxwell e
introducido luego la tercera, hubiésemos llegado a una ecuación similar para el campo magnético:
⃗
∂2B
∇2 B
⃗ = µ0 ε0 (2.21)
∂t2
2.3 Características de las ondas electromagnéticas 11
Las ecuaciones 2.20 y 2.21, son similares a la ecuación de ondas 2.15. La única diferencia es
que se trata de ondas de magnitudes vectoriales, como son los campos E ⃗ y B.
⃗
Si se desarrollan ambas ecuaciones, resultan similares a la 2.14. A modo de ejemplo lo hacemos
con la ecuación 2.20 para cada una de las componentes del campo eléctrico.
∂ 2 Ex ∂ 2 Ex ∂ 2 Ex ∂ 2 Ex
+ + = µ ε
0 0 (2.22)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 ∂ t2
∂ 2 Ey ∂ 2 Ey ∂ 2 Ey ∂ 2 Ey
+ + = µ0 ε 0 (2.23)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 ∂ t2
∂ 2 Ez ∂ 2 Ez ∂ 2 Ez ∂ 2 Ez
+ + = µ ε
0 0 (2.24)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 ∂ t2
Del desarrollo de la ecuación 2.21 resultan expresiones similares para las tres componentes
del campo magnético.
Analizando estas últimas ecuaciones se puede predecir la existencia de ondas del campo
eléctrico y magnético, cuyas velocidades de propagación se pueden deducir comparándolas con
la ecuación 2.14 y 2.15, de lo cual resulta:
1 1
µ0 ε0 = ⇒ v=√ (2.25)
v2 µ0 ε0
La 2.25 se conoce como Relación de Maxwell. Reemplazando en la misma los valores numéricos
de las constantes ε0 y µ0 en el sistema internacional de unidades, se obtiene el valor c para la
velocidad de las ondas electromagnéticas (OEM) en el vacío: c = 2,99792458 108 m/s. Este valor
prácticamente coincide con los resultados obtenidos en la medición de la velocidad de la luz en el
aire, cuestión que no hace más que confirmar la naturaleza de la luz como onda electromagnética.
Propagación
z x
Frentes de onda
El campo eléctrico de la onda debe cumplir con la primera ecuación de Maxwell, o sea que
su divergencia debe ser nula. Esto en coordenadas cartesianas puede expresarse como:
∂Ey ∂Ez
=0 =0 (2.27)
∂y ∂z
Reemplazando las expresiones 2.27 en la 2.26, resulta:
∂Ex
=0 (2.28)
∂x
La condición establecida por la ecuación 2.28 solo se puede cumplir si la componente del
campo eléctrico en la dirección del eje x es nula en todos los puntos, ya que la solución matemática
general de Ex = cte. no representa una solución física del problema, puesto que se trata de una
onda y no de un campo eléctrico uniforme que solo se puede originar en un sistema particular
de cargas eléctricas.
Llegamos así a la conclusión de que Ex = 0 en todos los puntos donde existe la onda que se
propaga en la dirección del eje x.
En forma similar, el campo magnético correspondiente a la OEM, debe cumplir con la segunda
ecuación de Maxwell, o sea la ley de Gauss del magnetismo. De esa manera hubiéramos podido
escribir una ecuación para el campo magnético, similar a la 2.26 y hacer exactamente las mismas
consideraciones que para el campo eléctrico.
Así hubiéramos arribado a la conclusión de que Bx = 0 en todos los puntos donde existe la
onda que se propaga en la dirección del eje x.
Teniendo en cuenta entonces que cuando la onda se propaga en la dirección del eje x, las
componentes de los campos eléctrico y magnético en esa dirección son nulos, llegamos a la
conclusión de que las ondas electromagnéticas son transversales. O sea, los campos eléctrico
y magnético oscilan en forma perpendicular a la dirección de propagación. En eso se parecen más
a una onda que se propaga en una cuerda vibrante, que a una onda sonora que es longitudinal.
y E
z x
∂Bz d Bz ∂Bz
= ⇒ d Bz = dt (2.32)
∂t dt ∂t
Sustituyendo en la 2.32 la derivada parcial de Bz respecto a t, por la igualdad dada en 2.30,
resulta:
∂Ey
d Bz = − dt (2.33)
∂x
Suponemos que la función de onda es una sinusoide simple, que se puede expresar mediante
la 2.34 en la cual donde c es la velocidad de la luz en el vacío.
Ey
Bz = (2.37)
c
La ecuación 2.37 indica que en una onda electromagnética el campo magnético es proporcional
al campo eléctrico y que ambos están siempre en fase espacial y temporal. Si la onda se desplaza
en el sentido del eje positivo de las x, los máximos de ambos campos coincidirán en valor y signo.
Esto se puede observar en el esquema de la figura 2.5.
E
y
z x
Más adelante se verá que las OEM que se propagan en medios transparentes, lo hacen con
una velocidad v, que es inferior a c. En esos casos, en la expresión 2.34 simplemente habría que
reemplazar c por v, y la relación entre los campos eléctrico y magnético resulta BZ = Ey /v.
Si bien el análisis se ha realizado para una onda polarizada, con frente plano, las conclusiones
en realidad son válidas para todo tipo de ondas electromagnéticas, con la salvedad que la relación
entre los campos, dada por la 2.37, debe interpretarse como instantánea, y en cada punto del
espacio donde está presente la onda.
1 1
uE = ε 0 E 2 uB = B2 (2.38)
2 2 µ0
Si se tiene en cuenta la relación entre campo eléctrico y magnético en una OEM, dado por la
2.37, así como la relación de Maxwell dada por la 2.25, se puede demostrar que ambas densidades
2.4 Energía e intensidad de las ondas electromagnéticas 15
1 1 E2 1 1
uB = B2 = = E 2 ε 0 µ 0 = ε 0 E 2 = uE (2.39)
2 µ0 2 µ0 c2 2 µ0 2
Consideremos una onda electromagnética que se propaga verticalmente de arriba hacia abajo
e incide en forma perpendicular sobre una cierta superficie de área A, tal como se indica en la
figura 2.6
OEM
∆l
La energía total encerrada dentro del volumen cilíndrico comprendido entre los dos círculos
de la figura 2.6 se puede calcular multiplicando ese volumen por la suma de las densidades de
energía eléctrica y magnética. O lo que es igual, por la densidad de energía total, que de acuerdo
a lo demostrado en la 2.39 es equivalente al doble de la densidad de energía eléctrica: u = ε0 E 2
U = u A ∆l (2.40)
Se define la Intensidad de la OEM como la potencia incidente por unidad de área. O sea, la
energía por unidad de tiempo y por unidad de área. Eso equivale a considerar que en el tiempo
∆ t en que la onda recorre el camino ∆ l, toda la energía contenida en el volumen considerado
ha llegado a la superficie de área A.
U u A ∆l ∆l
I= = =u = uc (2.41)
A ∆t A ∆t ∆t
Teniendo en cuenta el valor de la densidad total de energía de la OEM, antes calculada, se
llega a la expresión 2.42, que nos da la intensidad instantánea de la onda
I = c ε0 E 2 (2.42)
La expresión 2.42 se puede transformar, teniendo en cuenta la proporcionalidad entre campo
eléctrico y magnético de la OEM y la relación de Maxwell para la velocidad de la luz en el vacío:
1 B
I = c ε0 E cB = ε0 E B c2 = ε0 E B =E (2.43)
µ0 ε0 µ0
La relación µB0 en el vacío es equivalente al módulo del vector Intensidad de Campo Magnético
H, por lo que resulta I = E H. Esta relación se puede expresar en forma de un producto vectorial,
de acuerdo a la 2.44, la que define el llamado Vector de Poynting:
S ⃗ ×H
⃗=E ⃗ (2.44)
16 Ondas Electromagnéticas
El módulo del vector de Poynting nos da la intensidad de la onda. En tanto que su dirección
será la que tiene la onda al propagarse.
Teniendo en cuenta que el valor cuadrático medio de una magnitud senoidal es la raíz cuadrada
de su amplitud, a partir de la 2.42 se puede expresar el valor medio de la intensidad de una onda
a través de la relación 2.45
1 2
< I >= c ε0 Emax (2.45)
2
Cuantización de la energía
Las expresiones halladas hasta el momento están basadas en un modelo que supone una
transmisión continua de energía por parte de la OEM. Este modelo funciona muy bien para el
estudio de muchos fenómenos, en particular para frecuencias no muy elevadas. Sin embargo para
cantidades pequeñas de energía, con frecuencias relativamente grandes, el modelo directamente
no explica ciertos fenómenos.
A partir del desarrollo de la teoría cuántica a comienzos del siglo XX, y en particular del
estudio del fenómeno fotoeléctrico en 1920, se ha establecido que la energía de las ondas electro-
magnéticas está cuantificada, en partículas muy singulares que Einstein llamó fotones para el caso
de la luz. De modo que la energía no se transmite de manera continua, sino en forma de paquetes.
Esto indica que la luz, como parte de la radiación electromagnética, tiene que considerarse de
una naturaleza dual: como onda y como partícula.
La energía de un fotón para una cierta frecuencia de la onda, y que a su vez representa la
menor cantidad posible de energía a trasmitir, está dada por la expresión 2.46
Ef = h f (2.46)
En la ecuación 2.46, Ef representa la energía del fotón, f la frecuencia de la OEM, y h es la
Constante de Plank: h = 6,626..,10−34 JS.
El efecto fotoeléctrico consiste en la remisión de electrones de la superficie de un metal,
cuando sobre el mismo incide la luz visible o ultravioleta. El hecho que para cada metal exista
una mínima frecuencia de la radiación para que se emitan electrones, independientemente de
la potencia total de la OEM, sumado a que la energía cinética que adquieren esos electrones
aumente en forma proporcional a la frecuencia, solo se puede explicar con una trasmisión de la
energía en forma de cantidades discretas, proporcionales a la frecuencia. De modo que si a un
fotón no le alcanza la energía para sustraer un electrón del metal, ese fenómeno no ocurrirá, por
más que se hagan incidir una gran cantidad de ellos. Si la energía del fotón es mayor a la energía
necesaria, la parte sobrante se transformará en energía cinética del electrón.
Las transiciones electrónicas en las cuales un electrón excitado vuelve desde un orbital de
mayor energía a uno de menor energía, determina la emisión de una onda electromagnética, o
sea de un fotón cuya energía se puede calcular con la expresión 2.46. Esto ocurre en la zona de
la luz visible y ultra violeta. En el primer caso están involucrados las capas más superficiales del
átomo, y en el segundo intervienen niveles más internos, por lo que las diferencias de energía son
mayores y por lo tanto el fotón emitido tendrá mayor energía y frecuencia. La excitación original
del electrón puede ser provocada de diversas maneras: agitación térmica por alta temperatura
(lámpara incandescente, reacciones nucleares en el sol), choque de un electrón acelerado contra
una molécula de gas (tubo de luz fluorescente), etc.
La mayor frecuencia de la luz ultravioleta, que está presente en la luz solar, está relacionada
a la mayor energía de sus fotones, los que tienen mayor poder de penetración en los sólidos y
líquidos. Por ese motivo esa parte del espectro resulta más eficaz para inducir ciertas reacciones
fotoquímicas y a su vez más perjudicial para la piel humana, ya que además de penetrar es capaz
de romper los enlaces de las moléculas que contienen el ADN de los tejidos.
Los llamados Rayos X, que tienen una energía y un poder de penetración aun mayor que la
luz ultravioleta, se producen por choques de electrones que han sido acelerados por diferencias
de potencial de varios miles de volt, contra un electrodo metálico. Su pérdida de energía cinética
se transforma en energía electromagnética de la radiación. Hay rayos X de alta energía que son
capaces de penetrar planchas metálicas de varios centímetros de espesor.
Finalmente, los rayos gama, que son los de mayor frecuencia y energía, se originan en las
reacciones nucleares de fisión y fusión, y están presentes en los rayos cósmicos.
En la figura 2.7 se representa un esquema del espectro de las ondas electromagnéticas, en el
que se puede observar que la luz visible representa apenas una pequeña fracción del mismo.
Vibraciones
Choques de
atómicas y Transiciones Reacciones
electrones
Corrientes eléctricas oscilantes moleculares electrónicas nucleares
acelerados
f
Radio TV Micro Infra Ultra Rayos Rayos
AM FM Ondas Rojo Violeta X γ
10-3 m
λ 10 m 0,3 m 10-8 m
3,8 10 m-7
10-11 m
7,8 10-7 m
Extremo Luz Extremo
Rojo Visible Violeta
Luz Visible
Como podemos observar,en la tabla anterior no figuran una serie de colores que nosotros
identificamos, aunque bajo diversos tonos, tales como el marrón, beige, etc. Tales colores son
en realidad mezclas de diversos colores y es nuestra percepción subjetiva la que los ’ve’ de esa
forma. Pero las ondas correspondientes a cada uno de los colores componentes siguen existiendo
en forma independiente, sin que se produzca ninguna superposición o combinación física entre
3.2 Percepción visual de la luz 19
ellas.
Llamamos luz monocromática a aquella que está compuesta por una sola longitud de onda.
La luz de un láser se ajusta casi exactamente a esta definición. Sin embargo, lo normal es que
aun los colores que percibimos como puros, ya sea un rojo o un verde, están formados cada uno
por un cierto rango del espectro. La luz que vemos como blanca, que proviene por ejemplo de
la radiación solar, contiene todas las longitudes de onda de la luz visible. Además esa radiación
contiene parte del espectro ultravioleta y del infrarrojo.
La combinación de luces de todos los colores del espectro, tal como los que contiene la luz
solar, se llama mezcla aditiva de colores, y en este caso se obtiene una luz que vemos como
blanca. Pero puede ocurrir que se mezclen unos pocos o solamente dos colores, Por ejemplo, en
la pantalla de un televisor o de un monitor de computadora, solo se cuenta con puntos luminosos
de tres colores: rojo, verde y azul (RGB en inglés), de modo que sus combinaciones permiten
obtener prácticamente todos los colores conocidos. Por ejemplo, la combinación de rojo y verde
nos da el color amarillo. Esos tres colores se conocen como primarios por adición.
En cambio, si mezcláramos pinturas o tintas de los seis colores del espectro, no obtendríamos
pintura blanca, sino más bien una mezcla oscura, la que según la proporción de las componentes
podría acercarse al negro. Una pintura azul mezclada con una amarilla nos da otra de color
verde. Tales combinaciones de colores se conocen como mezclas sustractivas. Ocurre así porque
una superficie recubierta con una pintura o tinta recibe todas las longitudes de onda de la luz
blanca del sol o de un artefacto de iluminación, absorbe algunos colores y refleja otros. La pintura
blanca refleja todos los colores y la negra absorbe todos. De modo que cuando se mezclan dos
pinturas, lo que se suma es el efecto de absorber o sustraer colores. La pintura azul refleja los
colores verde, azul y violeta, en tanto que absorbe el rojo, anaranjado y amarillo. La pintura
amarilla refleja los colores rojo, anaranjado, amarillo y verde, mientras absorbe el azul y el
violeta. La mezcla de pintura azul y amarilla, absorberá los colores rojo, naranja, amarillo, azul
y violeta. Solo se reflejará el verde, que es el color resultante de esta combinación.
En síntesis, la combinación aditiva de colores (luces) reconoce tres colores primarios por
adición, que son: Rojo, Verde y Azul. En cambio la combinación sustractiva (pinturas o tintas)
tiene otros colores primarios: cian, magenta y amarillo.
λ nm
ambiente de trabajo, una calle, etc. o para evaluar si un cierto lugar está iluminado adecuada-
mente. De las cuatro más importantes (Flujo luminoso, Intensidad Luminosa, Iluminancia y
Luminancia), la que más se usa es la Iluminancia, la que se puede asociar a la Intensidad de on-
da que hemos estudiado. Así como esta última es la potencia por unidad de área que llega a una
cierta superficie (W/m2 ), la Iluminancia (E) es el flujo luminoso por unidad de área incidente
(Lumen/m2 ). La unidad de Iluminancia se denomina LUX.
Para una luz monocromática de intensidad de onda I, con un valor V (λ) de sensibilidad
relativa, la Iluminancia se calcula con la expresión 3.1, en la que el valor 683 es un factor de
proporcionalidad que normaliza los valores de Iluminancia de acuerdo a los antiguos patrones.
En el vacío, las ondas electromagnéticas de todas las longitudes de onda se propagan con la
misma velocidad, que es la prevista por la Relación de Maxwell dada en la 2.25, y que coincide
con los resultados experimentales. Su valor aproximado es de 3 108 m/s.
Cuando la luz se propaga en medios materiales transparentes, tales como agua o vidrio, se
constata que su velocidad es menor a la que tendría en el vacío. además, la velocidad de la onda
depende de su frecuencia, o longitud de onda.
La relación entre la velocidad de la luz en el vacío y la velocidad de la misma en un cierto
medio material, es un número adimensional que se conoce como Índice de refracción absoluto de
ese material, para la referida longitud de onda, tal como se expresa en la ecuación 4.1.
c
n= (4.1)
v
Si quisiéramos obtener el valor de la velocidad de la luz y del índice de refracción en un medio
transparente, con la relación de Maxwell, dada en 2.25, podríamos intentar reemplazar ε0 y µ0
por los valores de permitividad (ε) y permeabilidad (µ) del material. Teniendo en cuenta que
se trata de algún material paramagnético o diamagnético, su permeabilidad prácticamente no
será diferente de la del vacío. En cambio aparece una diferencia importante en la permitividad,
debido a la constante dieléctrica (Kd ). De esa forma se arriba a la relación 4.2.
√
n= Kd (4.2)
La relación 4.2 se cumple bastante bien para los gases, tiene un cierto grado de aproximación
para líquidos y sólidos no polares, y difiere considerablemente con los valores experimentales para
materiales con moléculas polares. Además tiene la deficiencia de no contemplar la variación de
la velocidad de la luz y del índice de refracción con la longitud de onda.
Esto indica que para estudiar la velocidad de la luz y el índice de refracción en los medios
transparentes, hay que recurrir a otro tipo de modelo de propagación de las ondas. El mismo
no será considerado en este apunte, debido a su extensión. En cambio mencionaremos que los
resultados experimentales indican que en los medios materiales, la velocidad de la luz aumenta
con su longitud de onda, de modo que disminuye el índice de refracción.
En la figura 4.1 se puede apreciar un gráfico aproximado de variación del índice de refracción
con la longitud de onda de la luz.
Como ya se mencionó, cuando una luz monocromática se transmite de un medio a otro,
cambia su velocidad. En cambio no cambia su frecuencia. Esto puede interpretarse considerando
4.1 Reflexión y Refracción de la luz en medios transparentes 23
1,7
1,6
1,5
U. V. Visible I. R.
λ
que la onda se propaga en los medios materiales haciendo vibrar los electrones de la capa de
valencia de los átomos. Estos vibran por efecto del campo eléctrico oscilante, y al vibrar a su
vez emiten la onda que se propaga. Siempre con la misma frecuencia, incluso en la interfaz entre
dos medios distintos. Por tal razón la frecuencia se mantiene cuando la onda se trasmite de un
medio a otro.
En cambio la longitud de onda cambiará, puesto que cambia su velocidad. Recordemos al
respecto que se cumple la relación v = λf . Como la frecuencia es la misma, entre los medios (1)
y (2) deberá cumplirse: λv11 = λv22 . Expresión que se puede escribir como: λv11 = λv22 . Multiplicando
ambos miembros por el valor de la velocidad de la luz en el vacío (c), y teniendo en cuenta la
definición de índice de refracción dado en la ecuación 4.1, arribamos a la relación 4.3.
n 1 λ1 = n 2 λ2 (4.3)
Medio 1
I N R
α1 α’1
α2
T
Medio 2
La energía que transporta la onda incidente se reparte de alguna manera entre el haz reflejado
y el trasmitido. Hay expresiones que permiten calcular las intensidades relativas de los haces
reflejado y trasmitido, las que dependen de los índices de refracción y del ángulo de incidencia.
A modo de ejemplo se cita el caso de un haz de luz que incide en forma perpendicular a la
superficie. Todos los ángulos (α1 , α1′ y α2 ) serán nulos.
( )2
n1 − n2
R= (4.5)
n1 + n2
La expresión 4.5 nos da la intensidad del rayo reflejado en relación al rayo incidente. La
intensidad relativa del rayo trasmitido será T = 1 − R.
Por ejemplo, si incide luz en forma perpendicular sobre un vidrio de índice de refracción
n2 = 1, 5, considerando el índice del aire igual a 1, se puede obtener con la expresión 4.6:
( )2
1 − 1,5
R= = 0, 04 (4.6)
1 + 1,5
El resultado de 4.6 indica que cuando la luz incide en forma perpendicular sobre el vidrio,
el 4 por ciento de su energía se refleja, mientras el 96 por ciento de la misma se transmite.
Si aumentáramos el ángulo de incidencia, la fracción de intensidad reflejada aumenta, mientras
disminuye la intensidad transmitida.
Ángulo crítico, reflexión total interna Consideremos ahora el caso de un haz de luz
monocromática, que se trasmite desde un medio de mayor índice de refracción (n1 ), a otro
de menor índice, tal como se muestra en la figura 4.3. De acuerdo a la ley de Snell, el rayo
refractado se alejará de la normal. Además hay un rayo reflejado.
Si aumentamos progresivamente el ángulo de incidencia (α1 ),llegará un momento en que el
rayo trasmitido saldrá rasante a la superficie de separación entre ambos medios, tal como se
indica en la figura 4.4. En esas condiciones el ángulo de refracción es prácticamente de 90o , de
modo que el ángulo de incidencia puede calcularse a partir de la ley de Snell, de acuerdo a la
ecuación 4.7, y se lo conoce como ángulo límite o ángulo crítico
n2
senαc = (4.7)
n1
4.1 Reflexión y Refracción de la luz en medios transparentes 25
Medio 2 N
T
α2
α1 α’1
I
R
Medio 1
Medio 2
α2 = 90º
Medio 1
αC R
α’1
I
N
Rojo
Luz blanca
Violeta
Polarización de la Luz
Por lo general la luz que recibimos no está polarizada, lo cual significa que no existe una
dirección privilegiada de oscilación del campo eléctrico ni del campo magnético; de modo que
distintos momentos están orientados al azar, aunque siempre perpendiculares entre sí, y ambos
a la dirección de propagación.
Sin embargo la luz reflejada en superficies no metálicas, o la luz dispersada por la atmósfera en
un día despejado de nubes, está parcialmente polarizada. Aunque no notemos nada en particular.
La forma más común de polarización de la luz es la llamada polarización lineal, en la cual
el campo eléctrico oscila en un plano que contiene a la dirección de propagación de la onda.
De hecho, el campo magnético, que siempre es perpendicular al campo eléctrico oscilará en un
plano perpendicular al anterior, tal como antes se explicó. De acá en adelante tomaremos sólo
como referencia al campo eléctrico, y obviaremos el magnético, pero sabiendo que siempre está
presente de esa manera.
Otra forma conocida es la polarización circular. En la misma, el campo eléctrico gira regu-
larmente alrededor de la línea de propagación a medida que avanza la onda. Ocurre como si su
extremo describiera una hélice.
También se puede citar la polarización elíptica que es similar a la anterior, pero a la rotación
del campo eléctrico hay que agregarle que el mismo adquiere un valor máximo en un cierto plano
paralelo a la onda, y un valor mínimo en un plano similar perpendicular al anterior.
Los mecanismos de polarización lineal más usuales, y que estudiaremos en este capítulo,
son: 1- Por absorción selectiva, y 2- Por Reflexión-Refracción. Se pueden mencionar también
la polarización por dispersión que provocan los gases de la atmósfera con la luz solar, y la
polarización por birrefringencia que producen ciertos cristales como la calcita.
y
Dirección de
Onda incidente transmisión
No polarizada Ey
Ez
Onda emergente
Polarizada
z Ey
Lámina polarizadora
Al ser no polarizada la onda incidente, se puede considerar que la energía de la misma está
distribuida por partes iguales en las dos componentes Ey y Ez , de modo que al desaparecer una
de ellas, la intensidad de la onda emergente será la mitad de la incidente. Por esa razón, a simple
vista una lámina polarizada no se distingue de otra que solo tiene transparencia parcial, que se
conoce como tonalizada, y que muchas veces se usa simplemente para oscurecer el interior de un
automóvil o un ambiente. Más adelante veremos cual es la razón del uso de la lámina polaroide
en el parabrisas.
De hecho hay que considerar que el campo magnético de la onda también existe y que trans-
porta parte de la energía, aunque por simplicidad no se lo ha representado en el esquema.
Otro aspecto que puede ser oportuno aclarar es que el campo eléctrico de la onda no polariza-
da, en realidad oscila en todas direcciones y no solo en y y en z como se lo ha representado. Ocurre
que en un instante cualquiera el campo puede estar en el plano y − z en cualquier dirección, pero
como a cualquier vector se lo puede descomponer en esas dos componentes.
En cuanto al mecanismo de absorción selectiva de la luz, éste se puede explicar consideran-
do que la lámina polaroide es un plástico que contiene un polímero lineal, cuyas moléculas se
asemejan a largas cadenas o hilos conductores de la electricidad. En el proceso de fabricación,
por estiramiento cuando aun el material está en estado pastoso, se consigue que esas moléculas
queden alineadas casi perfectamente. Sus orientaciones serán perpendiculares a la dirección de
propagación de la lámina (z en este caso). Entonces cuando una onda electromagnética ingre-
sa a la lámina, la componente del campo eléctrico paralela a las moléculas (Ez en este caso)
producirá una corriente eléctrica oscilante en ese hilo conductor, que como cualquier corriente
eléctrica disipa energía por efecto Joule como calor. Esa energía es tomada de la componente Ez ,
de modo que al ir penetrando en la lámina perderá amplitud y terminará siendo absorbido casi
por completo. En cambio la componente Ey pasa sin alterarse.
En una lámina polaroide ideal, la absorción de uno de los campos sería total y el otro pasaría
sin reducir en nada su amplitud. En la práctica no es así, de modo que la polarización será
parcial. En este caso, algo de la componente Ez alcanza a pasar, y la componente Ey se reduce,
aunque muy poco.
5.1 Polarización por absorción selectiva 29
Ley de Malus Consideremos que la luz polarizada por un sistema como el anterior, incida
sobre un segundo polaroide, cuya dirección de transmisión forma un cierto ángulo α con la
dirección del primero, tal como se indica en la figura 5.2
y
Onda incidente
No polarizada Ey
Ez
Onda emergente
Polarizada
z Ey α
Eyz
Figura 5.2: Luz polarizada que incide sobre una segunda lámina polaroide
La luz emergente de la segunda lámina estará polarizada, pero ahora con su campo eléctrico
orientado según la dirección de transmisión de esta lámina. Además su amplitud será menor a la
del campo incidente, ya que hay una componente del mismo que está en forma perpendicular a
esa dirección de transmisión y por lo tanto se absorberá. Esto se observa en la figura 5.3
E0
E
α
Polímero
Dirección de
transmisión
La amplitud del campo eléctrico de la onda que atraviesa la lámina se puede calcular sim-
plemente como la proyección del vector del campo incidente sobre la dirección de transmisión:
E = E0 cosΘ.
Elevamos al cuadrado ambos miembros y los multiplicamos por las constantes cε0 para obten-
er las intensidades de onda, de lo que resulta: cε0 E 2 = cε0 E02 cos2 Θ. Finalmente obtenemos la
ecuación 5.1, que se conoce como Ley de Malus
I = I0 cos2 θ (5.1)
La ley de Malus es en realidad un modelo referido a un polaroide ideal, que sería aquel que
trasmite totalmente la componente del campo eléctrico que está en la dirección de trasmisión, y
absorbe la totalidad del campo perpendicular a esa dirección. En la práctica esas condiciones se
cumplen con cierta aproximación.
30 Polarización de la Luz
Medio 1
I N
R
α1 α’1
α2
Medio 2 T
Este fenómeno fue observado en forma empírica y se conoce como Ley de Brewster. En base
a la misma se puede calcular el ángulo de incidencia (α) para que esto ocurra.
α1 + α2 = 90o (5.4)
n2
tg α1 = (5.7)
n1
Para ángulos distintos al calculado en la expresión 5.7, la polarización del rayo reflejado será
parcial. Esto se puede comprobar en el laboratorio observando de frente el haz reflejado, con una
lámina polaroide interpuesta. Rotando la misma alrededor de un eje perpendicular a su plano,
5.2 Polarización por reflexión/refracción 31
se podrá observar que la luz pasa por un máximo y luego por un mínimo, en dos posiciones
que difieren 90o . Este podría ser un buen método para determinar la dirección de trasmisión del
campo eléctrico del polaroide, ya que se conoce la dirección de ese campo en el haz reflejado.
Si hiciéramos el mismo experimento con el polaroide en relación a la luz reflejada por una
superficie metálica, no encontraremos ninguna variación de intensidad luminosa, lo cual indica
que ese haz no está polarizado.
Los reflejos de la luz diurna en objetos no metálicos, tales como la nieve, el agua, las superficies
pintadas, etc, están parcialmente polarizadas, lo cual es fácilmente comprobable con una lámina
polaroide o con un par de anteojos polarizados. Por eso la visión con los mismos muestra a los
objetos más opacos.
Los parabrisas polarizados de los automóviles cumplen el rol de filtrar la luz parcialmente
polarizada, que se refleja en el pavimento, de los vehículos que vienen de frente.
Aplicación en Química
Los polarímetros son instrumentos que se usan desde hace muchos años para medir concen-
traciones de sustancias que contienen estereoisómeros, tal como los azúcares, que presentan la
propiedad de girar el plano de la luz polarizada. Como la rotación de ese plano, para un cierto
recorrido de la luz polarizada, es proporcional a la concentración de la sustancia, ese fenómeno
de utiliza para medir concentraciones de la misma. Los más conocidos son los sacarímetros.
Capítulo 6
N
N’
I
R
B A’
αi αr
αi αr
A αt B’
αt
T
A’’
medios, y a medida que lo va haciendo, los emisores secundarios comienzan a emitir sus corre-
spondientes onditas, tanto hacia arriba como hacia abajo. La superficie envolvente de las onditas
emitidas hacia arriba será el frente de onda del haz reflejado, y la superficie envolvente de las on-
ditas emitidas hacia abajo formará el frente de ondas del haz transmitido. Se trata de un proceso
que transcurre en el tiempo, y para entenderlo hay que hacer cierto esfuerzo imaginativo.
En la figura 6.3 se representan unos pequeños arcos correspondientes a las onditas men-
cionadas y los frentes de onda A′ B ′ (reflejado) y A′′ B ′ (trasmitido), ambos tangentes a las
onditas. Estos dos nuevos frentes de onda corresponden a un tiempo t2 , posterior a t1 , entre los
cuales transcurrió un cierto ∆t = t2 − t1 . La distancia recorrida AA′ es igual a la BB ′ porque
corresponden a desplazamientos en un mismo tiempo (∆t) a una misma velocidad (v1 ). En cam-
bio la distancia AA′′ es menor a BB ′ porque la velocidad en el medio transparente inferior es
menor a la del superior.
Los triángulos ABB ′ y B ′ AA′ son iguales, por ser rectángulos con dos lados iguales: AB ′
coincidente, y AA′ = BB ′ . De modo que los ángulos αi = αr . El ángulo de incidencia es igual
al ángulo de reflexión, lo cual justifica la ley de la reflexión.
Para justificar la ley de la refracción, vamos a trabajar con los triángulos ABB ′ y AA′′ B ′ .
BB ′ vi ∆t
senαi = ′
= (6.1)
AB AB ′
AA′ vt ∆t
senαt = ′
= (6.2)
AB AB ′
Dividiendo miembro a miembro las expresiones 6.1 y 6.2, arribamos a 6.3
senαi vi
= (6.3)
senαt vt
Ordenando y multiplicando ambos miembros por la velocidad de la luz en el vacío, llegamos
a 6.4:
senαi senαt
c =c (6.4)
vi vt
Teniendo en cuenta la definición de Índice de Refracción, arribamos finalmente a 6.5, que
corresponde a la ley de Snell.
Interferencia de la luz.
E1
E2 P
De modo que cuando la onda recorre una distancia x, considerando sólo su cambio de fase por
recorrido, para un cierto valor de t, podremos calcular su variación o cambio de fase ∆φ = Kx,
teniendo en cuenta que el Número de Onda es: K = 2π λ . Así, resulta la expresión 7.2.
2π
∆φ = x (7.2)
λ
La expresión 7.2 también se hubiese podido obtener a través de una simple proporcionalidad,
teniendo en cuenta que a un recorrido de una longitud de onda (λ) le corresponde una diferencia
de fase de 2π, de modo de un recorrido x le corresponderá una diferencia de fase ∆φ.
R1 n1
T2
S1
R3
d n2
T1
R2
S2
T3 T4 n3
E1 E1
E2 E2
E E
Constructiva Destructiva
Figura 7.3: Interferencias constructiva y destructiva
En este esquema se han representado solamente las dos condiciones extremas de interferencia,
en las cuales se obtienen o el máximo o el mínimo de intensidad luminosa, las que corresponden
a diferencias de fase equivalentes a 2π y a π radianes. Entre ambas existen todas las situaciones
intermedias, que se dan para otros ángulos.
38 Interferencia de la luz.
Cuando una onda (por ejemplo la I del esquema anterior) incide desde un medio de menor
índice de refracción (por ejemplo n1 ) contra un medio de mayor índice (por ejemplo n2 ), la onda
reflejada presenta un cambio de fase equivalente a π radianes. Es como que el vector del campo
eléctrico de la onda reflejada se invierte 180o respecto al incidente. O sea que si n1 < n2 , entre
R1 y T2 habrá una diferencia de fase ∆φ = π. En cambio, si fuera n1 > n2 , entre ambas ondas
no habrá ninguna diferencia de fase.
Es interesante analizar cómo este hecho puede ser explicado a partir de las ecuaciones de
Maxwell, lo que además nos proveerá de la expresión 4.5 para el cálculo de las intensidades de
onda trasmitida y reflejada.
Consideremos una onda incidente (I) que se propaga en un medio de índice de refracción n1 .
Indicamos los campos eléctrico y magnético en un cierto instante, en la posición de llegada de
la onda a la interfase con el medio de índice n2 . Al respecto, tenemos en cuenta que el producto
vectorial E⃗1 × B⃗1 debe tener el sentido de propagación de la onda. Algo similar ocurre con los
campos E⃗2 y B⃗2 de la onda trasmitida (T). En cuanto a la onda reflejada (R), que para mayor
claridad representamos desplazada, si mantenemos el sentido del campo (E⃗1r ), lo cual se adopta
como hipótesis del caso (considerando que n2 < n1 ), tenemos que invertir el campo magnético
para respetar la regla del producto vectorial. Todo lo cual se indica en el esquema de la figura
7.4.
I R
n1 E1 d
B1 B1 R E1 R
n2 B2 E2
Para hallar la relación entre Campo Incidente y Campo Reflejado partimos de la base que la
⃗ como del campo B
integral de línea cerrada (circulación), tanto del campo E ⃗ en una trayectoria
cerrada rectangular, de largo d y ancho despreciable, es nula. La curva cerrada se representa en
la parte derecha de la figura 7.4.
El fundamento de esa afirmación es que en el caso del campo eléctrico, esa integral representa
la fem inducida, que de acuerdo a la ley de Faraday es igual a la derivada temporal del flujo
del campo magnético a través de la superficie que encierra esa curva. Dado que su área es
despreciable, también lo será el flujo, y por lo tanto su derivada. Se llega así a la expresión 7.3
I
E ⃗ =0
⃗ · dl (7.3)
c
En el caso del campo magnético, su integral de línea cerrada, de acuerdo a la ley de Ampere-
Maxwell, es igual al flujo del vector Densidad de Corriente de Desplazamiento. Por igual motivo
que en el caso anterior, con área nula, el flujo será nulo, e igualmente la integral de línea cerrada.
7.2 Interferencia en láminas delgadas 39
Aclarando que la curva de integración es similar a la anterior, pero perpendicular al papel. Resulta
entonces la expresión 7.4
I
B ⃗ =0
⃗ · dl (7.4)
c
Para el caso del campo eléctrico, la expresión 7.3 se traduce en la relación algebraica 7.5
E1 E1R E2
− = (7.7)
v1 v1 v2
Multiplicando ambos miembros de la expresión 7.7 por el valor de la velocidad de la luz en
el vacío, y teniendo en cuenta la definición de Índice De Refracción (n = c/v), resulta la 7.8
n1 E1 − n1 E1R = n2 E2 (7.8)
Reemplazando E2 de la expresión 7.8 en el segundo miembro, por E1 + E1R tal como se ha
deducido en la 7.5, resulta la 7.9
A modo de ejemplo
Analizaremos un caso particular de interferencia en láminas delgadas. Consideremos simple-
mente un película de agua con detergente, tal como la que forma una pompa o burbuja. El
detergente sólo tiene la función de disminuir la tensión superficial para darle estabilidad a la
lámina. Supongamos que tiene un espesor d y un índice de refracción n2 , y es iluminada perpen-
dicularmente con una luz monocromática de longitud de onda λ1 . Podemos utilizar el esquema
40 Interferencia de la luz.
de la Figura 7.2. Asumimos que hay aire a ambos lados de la lámina, de modo que podemos
considerar n1 = n3 = 1.
Para realizar los cálculos de diferencias de fase entre ondas que interfieren entre si, definimos
como fase 0 al punto donde llega la onda incidente sobre la superficie S1 .
Interferencia por reflexión Para analizar este aspecto, debemos calcular la diferencia de fase
entre las ondas R1 y T2 .
La primera de ellas tendrá una fase φ1 = π, puesto que la onda incidente se propaga y refleja
en un medio de menor índice de refracción que el de la onda trasmitida (n1 < n2 ).
Para calcular la fase de la onda T2 hay que tener en cuenta tanto el cambio de fase por
“recorrido”, como el posible cambio de fase por reflexión en la superficie S2 . En este caso éste
último será cero, ya que es n3 < n2 . Si fuera al revés, habría que sumar π radianes al desfasaje
por recorrido.
El cambio de fase por recorrido para la onda T2 se puede calcular teniendo en cuenta que
entre el punto de incidencia (considerado como fase 0) y el punto donde emerge, la onda baja y
sube en ambos casos una distancia d, de modo que la distancia total que recorre es 2d. Teniendo
en cuenta la expresión 7.5, se puede llegar a la 7.11
2π
φ2 = 2d (7.11)
λ2
Por lo tanto, la diferencia de fase entre las dos ondas que interfieren se puede calcular con la
ecuación 7.12
2π
∆φ = 2d −π (7.12)
λ2
En la ecuación 7.12, hay que tener en cuenta que la longitud de onda (λ2 ) a utilizar, se debe
calcular con la relación 4.3, teniendo en cuenta que cuando una luz monocromática pasa de un
medio a otro, mantiene constante su frecuencia y cambia su longitud de onda.
Si el valor hallado de ∆φ es un numero par de veces π, tendremos interferencia constructi-
va, y si ese número es impar, la misma será destructiva, pudiendo darse todas las situaciones
intermedias, como ya se dijo.
Se podría analizar el caso particular de una lámina tan delgada, que su espesor resulta
despreciable en relación a la longitud de onda (d << λ). En ese caso se anula el primer término
del segundo miembro, y la diferencia de fase será (∆φ = −π). El signo es irrelevante, de modo que
en estas condiciones tendremos interferencia destructiva por reflexión para todas las longitudes
de onda, tal como la luz solar, que como sabemos contiene todo el espectro visible.
En cambio, si el espesor de la lámina es importante en relación a las longitudes de onda, la
condición de interferencia constructiva o destructiva dependerá de dos parámetros: el espesor de
la lámina, y la longitud de onda de la luz. De esta manera se puede interpretar las coloraciones
que se observan en los reflejos de la luz solar por las “pompas de jabón”. La lámina no tiene espesor
uniforme, de modo que para algún valores de d producirá interferencia constructiva para cierta
longitud de onda (por ejemplo el rojo) y destructiva para otra zona del espectro (por ejemplo
la zona del azul). De modo que en esa zona se verá un reflejo rojizo. Para otros valores de d
la situación puede variar, de modo que en distintas zonas de la lámina se observan coloraciones
diversas.
Eso mismo ocurre con las láminas delgadas de aceite que flotan sobre agua en reposo, y que
producen los conocidos reflejos coloreados de la luz solar.
También se pueden observar estos fenómenos en la delgada lámina de aire formada entre
un vidrio plano y una lente con una superficie convexa apoyada en el mismo, formándose los
conocidos “anillos de Newton”, o también apoyando un vidrio plano sobre otro, de manera que
7.2 Interferencia en láminas delgadas 41
las propias irregularidades de las superficies, que no son exactamente planas, producen una
delgada lámina de aire de espesor variable, la cual forma también reflejos coloreados en forma
de franjas irregulares.
Aplicaciones Para mostrar que el estudio de este tema no sólo tiene utilidad para explicar
fenómenos curiosos como los mencionados, podemos dar el ejemplo de las llamadas “películas
antireflectantes”, con las que se recubren por ejemplo las lentes de las cámaras fotográficas, por
lo cual las mismas se observan muchas veces de un color verde azulado. El objetivo es aumentar
la trasmisión de la luz por la lente y eliminar los reflejos internos de la cámara fotográfica, que
hacen perder calidad a la imagen. Para eso se busca producir una interferencia destructiva por
reflexión para la zona central del espectro, aunque también existen recubrimientos multicapa que
reducen los reflejos para varias longitudes de onda.
Como ejercicio para el alumno, se propone demostrar que si el índice de refracción del re-
cubrimiento es menor al del vidrio de la lente, con un espesor de película igual a 1/4 de longitud
de onda de la luz, se consigue el efecto deseado.
Otra aplicación de la interferencia en láminas delgadas es la medición del espesor de diversas
películas que se depositas sobre algunos materiales, por ejemplo semiconductores.
Interferencia por trasmisión En el esquema de la figura 7.2, se puede observar que las ondas
T3 y T4 salen de hecho por el mismo punto, en la misma dirección y provienen de la misma fuente.
Por tal razón producirán interferencia “por trasmisión”. Aunque este fenómeno es menos visible
que el de la reflexión, puesto que la intensidad de T3 será mucho mayor que la de T4 , de modo
que la reducción de intensidad en la interferencia destructiva es menos notoria.
El método de cálculo es básicamente el mismo que en el caso de reflexión. Hay que tomar
un punto de “fase cero”, común a ambas ondas, luego seguir el recorrido de cada una, calculando
su cambio de fase, ya sea por desplazamiento como por reflexión (si lo hubiera) y calcular la
diferencia de fase entre ambas cuando salen.
En el caso del esquema de la figura 7.2, un punto común de fase cero puede ser el mismo que
tomamos para la interferencia por reflexión (en S1 ), aunque también puede ser el de la llegada
de T1 a S2 , puesto que recién ahí la onda se divide en una trasmitida (T3 ) y una reflejada (R2 ).
Luego ésta se refleja en S1 formando R3 , saliendo finalmente T4 por la superficie S2 . De esta
manera, la fase de T3 será cero (φ3 = 0) y la fase φ4 se encuentra teniendo en cuenta el doble
recorrido (2d) que hace la onda antes de salir, a lo cual habrá que sumarle eventualmente las
inversiones de fase (π) en caso que hubiera reflexión o reflexiones contra medios transparentes de
mayor índice que el de la onda incidente y reflejada. Se puede observar al respecto que en el caso
de una pompa de jabón, no hay inversión de fase por reflexión en ninguna de las dos superficies,
en cambio si la hay en el ejemplo de la lámina de aire entre dos vidrios, aunque en este caso
como a la fase se le suma π dos veces, el efecto final es como si no habría inversión por reflexión:
hubo dos inversiones que se anularon entre sí.