Sie sind auf Seite 1von 41

Óptica Física - I parte

Universidad Nacional del Litoral

Facultad de Ingeniería Química

Departamento de Física

Mgr. Hugo A. Kofman


Profesor Adjunto a cargo de Física II

2014

1
Índice general

1. Ecuaciones de Maxwell 3
1.1. Ley de Ampere Maxwell . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. Ecuaciones de Maxwell en el vacío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

2. Ondas Electromagnéticas 7
2.1. Resumen previo sobre ondas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.1.1. Función de onda en una dimensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.1.2. Ecuación diferencial de onda en una dimensión . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.1.3. Ecuación diferencial de onda en tres dimensiones . . . . . . . . . . . . . . 9
2.2. Ecuación diferencial de las Ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.3. Características de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2.4. Energía e intensidad de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
2.5. Emisión y espectro de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

3. Luz Visible 18
3.1. Los colores de la luz visible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.2. Percepción visual de la luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3.2.1. Nociones sobre Fluorescencia y fosforescencia . . . . . . . . . . . . . . . . 21

4. Propagación de la luz en medios transparentes 22


4.1. Reflexión y Refracción de la luz en medios transparentes . . . . . . . . . . . . . . 23

5. Polarización de la Luz 27
5.1. Polarización por absorción selectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
5.2. Polarización por reflexión/refracción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

6. Modelo de Propagación de ondas de Huygens 32


6.1. Explicación de la Reflexión-Refracción con el modelo de Huygens . . . . . . . . . 33

7. Interferencia de la luz. 35
7.1. Haces de luz coherentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
7.2. Interferencia en láminas delgadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Capítulo 1

Ecuaciones de Maxwell

Autor: Mgr. Hugo Kofman

1.1. Ley de Ampere Maxwell


Consideremos un condensador plano de placas circulares, tal como se indica en la figura 1.1,
que se está cargando con una corriente I, la cual puede ser constante o variable en el tiempo. En
tanto la corriente mantenga su sentido, la carga del condensador irá aumentando, y por lo tanto
también aumentará en el tiempo el campo eléctrico creado entre las placas.
la corriente I induce un campo magnético alrededor del conductor, cuyas líneas son circulares,
en virtud del tipo de simetría existente. Fuera de las placas, el valor del campo magnético no se
diferencia del producido por un conductor rectilíneo infinito, en cambio entre ellas asume una
función de variación distinta.

S2
L S1 E (t)

A
I S’1 I

B
E
dl
(t)

Figura 1.1: Campo eléctrico variable como fuente de campo magnético


4 Ecuaciones de Maxwell

Por otra parte, si elegimos una curva amperiana L, podríamos aplicar a la misma la ley de
Ampere en forma integral, considerando la corriente que atraviesa la superficie S1 . De hecho es
la que pasa por S1′ .
I
B ⃗ = µ0 I
⃗ · dl (1.1)
L

I ∫
B ⃗ = µ0
⃗ · dl ⃗′
⃗j · dS (1.2)
1
L S1′

En realidad, la elección de la superficie S1 es arbitraria, y se tendría que obtener el mismo


resultado con cualquier superficie contenida por la curva L. Una de las mismas podría ser la
S2 , que tiene la particularidad de pasar entre las placas del condensador, lo cual parecería una
incongruencia, ya que la misma no está atravesada por la corriente eléctrica.
El hecho experimental es que la ley de Ampere se sigue cumpliendo en este último caso,
pero como si los portadores de carga pasaran a través del espacio vacío entre las placas del
condensador, con una densidad de corriente cuyo valor medio se calcula como el cociente entre
la corriente y el área de las placas. Dado que no se trata de una densidad de corriente real, se la
designa con otro nombre: densidad de corriente de desplazamiento ⃗jD , por una razón que luego
se explicará. Resulta entonces la 1.3. Luego, en la 1.4, se calcula el módulo de ⃗jD , y se tiene
en cuenta que la carga que existe en cada momento en el condensador es el producto entre la
densidad media de carga (instantánea) y el area de las placas.
I ∫
B ⃗ = µ0
⃗ · dl ⃗2
j⃗D · dS (1.3)
L S2

I 1 dq 1 d(σ A) dσ
jD = = = = (1.4)
A A dt A dt dt
Se sabe que en las cercanías de un conductor, el módulo del campo eléctrico se puede calcular
como E = εσ0 , de modo que a partir de la expresión 1.4 se obtiene:

d(ε0 E) dE
jD = = ε0 (1.5)
dt dt
La expresión 1.5 se puede escribir en forma vectorial, de modo que la densidad de corriente
de desplazamiento queda expresada por la 1.6. A su vez, teniendo en cuenta que en el vacío el
⃗ = ε0 E,
vector desplazamiento eléctrico se calcula como D ⃗ resulta la expresión 1.7, que justifica el
nombre de densidad de corriente de desplazamiento a esta magnitud. Las derivadas se escriben a
su vez en forma parcial, ya que el campo eléctrico además de variar en el tiempo, puede también
variar en el espacio.


⃗jD = ε0 ∂E (1.6)
∂t


⃗jD = ∂D (1.7)
∂t
La corriente de desplazamiento (ID )se define como el flujo del vector densidad de corriente
de desplazamiento, a través de una cierta superficie, tal como se expresa en la 1.8.

ID = ⃗2
j⃗D · dS (1.8)
S2
1.2 Ecuaciones de Maxwell en el vacío 5

A su vez, la Ley de Ampere tal como se la expresa en la 1.3, con corrientes de desplazamiento
como fuentes de campo magnético se la puede escribir en forma diferencial (1.9), usando para
ello la fórmula de Stokes.


⃗ ×B
⃗ = µ0 ⃗jD (1.9)

Reemplazando el valor de ⃗jD de 1.6 en la expresión 1.9, se llega a la 1.10


∇ ⃗ = µ0 ε0 ∂ E
⃗ ×B (1.10)
∂t
De modo que en el caso donde solo puede existir corriente de desplazamiento, en cada punto
del espacio se debe cumplir la relación 1.10, que es la Ley de Ampere-Maxwell para el vacío. La
misma, muestra que el campo eléctrico variable es también fuente de campo magnético, lo cual
indica la simetría entre ambos campos, dada la similitud con la expresión de la ley de Faraday
diferencial. Esto se esquematiza en la figura 1.2

E (t)

Figura 1.2: Campo magnético inducido por un Campo eléctrico variable

En el caso que en alguna región del espacio existieran simultáneamente corrientes verdaderas
y corrientes de desplazamiento, ambas actuarían como fuentes de campo magnético. De esta
manera, la ley de Ampere se amplía, dando lugar a la Ley de Ampere-Maxwell, tanto en su
expresión integral (1.11) como en su forma diferencial (1.12).
I ∫
B ⃗ = µ0
⃗ · dl ⃗ 2 = µ0 (I + ID )
(⃗j + j⃗D ) · dS (1.11)
L S2


∇ ⃗ = µ0 (⃗j + j⃗D ) = µ0 (⃗j + ε0 ∂ E )
⃗ ×B (1.12)
∂t

1.2. Ecuaciones de Maxwell en el vacío


Las leyes generales del electromagnetismo se han agrupado en cuatro expresiones fundamen-
tales, a las que se conoce como Ecuaciones de Maxwell. La primera es la Ley de Gauss. La
segunda, la ley de Gauss del Magnetismo. la tercera la Ley de Faraday y la cuarta la ley de
Ampere-Maxwell. Las ecuaciones integrales y diferenciales de estas leyes ya han sido estudiadas,
de modo que en este capítulo nos limitaremos a enunciar las expresiones diferenciales en el vacío,
y a su aplicación a un análisis básico de las ondas electromagnéticas.
En el orden mencionado, expresamos esas ecuaciones de la siguiente manera, teniendo en
cuenta que el campo eléctrico considerado se refiere tanto al electrostático como al no elec-
6 Ecuaciones de Maxwell

trostático, o a una combinación de ambos. Y que tanto el campo eléctrico como el magnético
por lo general varían en el espacio y en el tiempo.

1) ∇
⃗ ·E
⃗ =0 (1.13)

2) ∇
⃗ ·B
⃗ =0 (1.14)


3) ∇ ⃗ = − ∂B
⃗ ×E (1.15)
∂t

4) ∇ ⃗ = µ0 ε 0 ∂ E
⃗ ×B (1.16)
∂t
Capítulo 2

Ondas Electromagnéticas

Autor: Mgr. Hugo Kofman

2.1. Resumen previo sobre ondas

Consideremos una cierta función periódica definida a lo largo de una coordenada espacial x,
a la cual por simplicidad consideraremos sinusoidal.

Ψ = Ψm sin(k x) (2.1)

El parámetro k se relaciona con la distancia entre dos crestas sucesivas de la sinusoide (λ), de
la siguiente manera: Si nos encontramos en una cresta y aumentamos el argumento de la función
(k x) en un valor 2 π, llegaremos a la próxima cresta, lo cual implica que x se ha incrementado
en un valor λ. Esto se indica en la figura 2.1

Ψ λ
Ψm
x

Figura 2.1: Función sinusoidal

Dado que, como se dijo antes, k x = 2 π, resulta k = 2 π/λ. Este valor (k) nos da el número
de sinusoides completas que existen en una distancia de 2 π metros.
Consideremos ahora que la sinusoide antes representada, se está desplazando hacia la derecha
junto a su propio sistema de referencia, en relación a otro sistema fijo, tal como se representa
en la figura 2.2. Supongamos que el sistema móvil tiene la coordenada x′ y que el sistema
fijo la coordenada x. La sinusoide con movimiento uniforme representa una onda viajera en
una dimensión, tal como el sonido a lo largo de un tubo, para el cual v será su velocidad de
propagación (velocidad de fase) y Ψ podría ser la presión o el desplazamiento de las moléculas
al vibrar alrededor de su posición de equilibrio.
8 Ondas Electromagnéticas

Ψ v
Ψm v v
x’ x
vt x’ v v
x

Figura 2.2: Onda en una dimensión

2.1.1. Función de onda en una dimensión


En el caso de la figura 2.1, la ecuación de la sinusoide en su sistema fijo estará dada por la
expresión 2.2

Ψ = Ψm sin k x′ (2.2)

Se puede reemplazar la variable x′ en función de su relación con la variable x del sistema fijo,
dado por: x′ = x − vt, de lo cual resulta la 2.3, que es la llamada función de onda.

Ψ = Ψm sin k(x − v t) (2.3)

El parámetro λ se denomina ahora como la longitud de onda, y k = 2π/λ será el número de


onda. A su vez, se define el período de la onda como el tiempo T en el cual el fenómeno se repite
en cada punto. Será entonces el tiempo que la onda tarda en desplazarse una distancia λ con la
velocidad v, de acuerdo a la expresión 2.4.

λ
v= (2.4)
T
La frecuencia de la onda es el número de oscilaciones por unidad de tiempo, que se calcula
como f = 1/T . Combinando esta última expresión con la 2.4, resulta: v = λ f . A su vez, se define
la frecuencia angular como ω = 2π f .
Utilizando estas relaciones se puede expresar de otra manera el argumento o fase de la onda,
dada por la expresión 2.3, de la siguiente manera:

2π 2π
k(x − v t) = k x − k v t = k x − vt = kx− t = kx−ωt (2.5)
λ T
Reemplazando la expresión que resulta de la 2.5 en la 2.3, se obtiene la otra expresión usual
de la función de onda (2.6):

Ψ = Ψm sin(k x − ω t) (2.6)

Como se ha visto en el tema de corriente alterna, las magnitudes sinusoidales dependientes


del tiempo se pueden expresar mediante fasores, o sea números complejos en los que el argumento
sería en este caso la fase de la onda. Así se lo hace en la 2.7 y esto fundamenta que luego se
puedan estudiar los fenómenos en los que se producen distintos tipos de superposición de ondas,
mediante gráficos fasoriales.

Ψ = Ψm ej(k x−ω t) (2.7)


2.1 Resumen previo sobre ondas 9

2.1.2. Ecuación diferencial de onda en una dimensión


En esta parte deduciremos la ecuación diferencial de la onda en una dimensión, la cual
tendrá como solución a la función de onda, dada por la expresión 2.3. Para eso partiremos de
esta última, calcularemos sus derivadas parciales segundas (espaciales y temporales), y luego las
combinaremos.

∂Ψ
= Ψm k cos k(x − v t) (2.8)
∂x

∂2Ψ
= −Ψm k 2 sin k(x − v t) (2.9)
∂ x2

∂Ψ
= −Ψm k v cos k(x − v t) (2.10)
∂t

∂2Ψ
= −Ψm k 2 v 2 sin k(x − v t) (2.11)
∂ t2
Dividiendo miembro a miembro las ecuaciones 2.9 y 2.11 y ordenando, se obtiene la ecuación
diferencial de la onda en una dimensión (2.12)

∂2Ψ 1 ∂2Ψ
= (2.12)
∂ x2 v 2 ∂ t2

2.1.3. Ecuación diferencial de onda en tres dimensiones


En esta parte simplemente enunciaremos las expresiones, para no extendernos en las de-
mostraciones, ya que las mismas no aportan demasiado desde el punto de vista conceptual, y
sólo agregan elementos matemáticos. Una forma de expresar la función de una onda en tres
dimensiones es la que se muestra en la 2.13.

Ψ = Ψm sin(⃗k · ⃗r − ω t) (2.13)

La expresión 2.13 representa una onda de una magnitud escalar, tal como la presión de la onda
sonora, aunque si se tratara de una magnitud vectorial, tendríamos en principio tres ecuaciones
como la 2.13, una por cada componente de la magnitud.
El vector ⃗k se denomina vector de onda, o vector de propagación. Su módulo es igual al del
número de onda (k = 2π/λ) y su dirección es el de la propagación de la onda en cada punto. Y
⃗r es el vector posición del punto considerado.
Se puede demostrar a su vez que una onda de esas características debe satisfacer la ecuación
diferencial 2.14, o en su forma compacta, la 2.15, que utiliza el operador laplaciano.

∂2Ψ ∂2Ψ ∂2Ψ 1 ∂2Ψ


+ + = (2.14)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 v 2 ∂ t2

1 ∂2Ψ
∇2 Ψ = (2.15)
v 2 ∂ t2
10 Ondas Electromagnéticas

2.2. Ecuación diferencial de las Ondas electromagnéticas


Las dos últimas ecuaciones de Maxwell muestran que un campo magnético que varía en el
tiempo es capaz de inducir un campo eléctrico y viceversa. De modo que entre ambos campos,
cuando no son estáticos, existe una especie de encadenamiento o relación de mutua causalidad.
Esta idea es la que utilizó Maxwell para pensar en la posibilidad de existencia de ondas de los
campos eléctricos y magnéticos combinados. Como que una perturbación de uno cualquiera de
estos campos, en un cierto punto, es capaz de inducir una perturbación en el otro, y que ese
fenómeno sería capaz de propagarse en el espacio en forma de una onda.
En realidad lo que buscaban los físicos en la segunda mitad del siglo XIX era una explicación
a los fenómenos ondulatorios que mostraba la luz, tales como la interferencia y la difracción.
Se pensaba ya en esa época que la luz podría ser una onda, pero se desconocía su naturaleza.
Correspondió a Maxwell deducir esos fundamentos teóricos, y demostrar en base a sus ecuaciones
que la velocidad de propagación de esas ondas electromagnéticas coincidía con la magnitud que
se había medido para la velocidad de la luz.
Por cuestiones de simplicidad comenzaremos con la deducción sobre la propagación de las
ondas electromagnéticas en el vacío. Partimos en este caso se la tercera ecuación de Maxwell en
el vacío (∇
⃗ ×E⃗ = − ∂ B⃗ ). A esta ecuación le aplicamos en ambos miembros la operación rotor (o
∂t
rotacional).



⃗ × (∇
⃗ × E)
⃗ =∇ ⃗ × (− ∂ B ) (2.16)
∂t
En el segundo miembro de la ecuación 2.16 se puede cambiar el orden de derivación entre el
espacial y el temporal, tendiendo en cuenta las propiedades de continuidad del campo eléctrico,
de lo cual resulta la 2.17


⃗ × (∇ ⃗ = − ∂ (∇
⃗ × E) ⃗ × B)
⃗ (2.17)
∂t
Reemplazando el segundo miembro en función de la ecuación 1.16, resulta:



⃗ × (∇⃗ × E)⃗ = − ∂ (µ0 ε0 ∂ E ) (2.18)
∂t ∂t
El primer miembro de la 2.18 se puede transformar, teniendo en cuenta la siguiente identidad
matemática, que expresa que el rotor del rotor de un vector es igual al gradiente de la divergencia
menos el laplaciano del mismo:


⃗ × (∇
⃗ × E)
⃗ = ∇(
⃗ ∇⃗ · E)
⃗ − ∇2 E
⃗ (2.19)
Dado que la divergencia de E ⃗ es nula en ausencia de carga neta, tal como lo expresa la
⃗ cancelandose en
ecuación 1.13, el primer miembro de la 2.18 queda reducido al laplaciano de E,
consecuencia los signos negativos. Obtenemos así la expresión 2.20


∂2E
∇2 E
⃗ = µ0 ε0 (2.20)
∂t2
Si en vez de comenzar con la tercera ecuación de Maxwell (e introducido luego la cuarta),
tal como hemos hecho en esta parte, hubiésemos partido de la cuarta ecuación de Maxwell e
introducido luego la tercera, hubiésemos llegado a una ecuación similar para el campo magnético:


∂2B
∇2 B
⃗ = µ0 ε0 (2.21)
∂t2
2.3 Características de las ondas electromagnéticas 11

Las ecuaciones 2.20 y 2.21, son similares a la ecuación de ondas 2.15. La única diferencia es
que se trata de ondas de magnitudes vectoriales, como son los campos E ⃗ y B.

Si se desarrollan ambas ecuaciones, resultan similares a la 2.14. A modo de ejemplo lo hacemos
con la ecuación 2.20 para cada una de las componentes del campo eléctrico.

∂ 2 Ex ∂ 2 Ex ∂ 2 Ex ∂ 2 Ex
+ + = µ ε
0 0 (2.22)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 ∂ t2

∂ 2 Ey ∂ 2 Ey ∂ 2 Ey ∂ 2 Ey
+ + = µ0 ε 0 (2.23)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 ∂ t2

∂ 2 Ez ∂ 2 Ez ∂ 2 Ez ∂ 2 Ez
+ + = µ ε
0 0 (2.24)
∂ x2 ∂ y2 ∂ z2 ∂ t2
Del desarrollo de la ecuación 2.21 resultan expresiones similares para las tres componentes
del campo magnético.
Analizando estas últimas ecuaciones se puede predecir la existencia de ondas del campo
eléctrico y magnético, cuyas velocidades de propagación se pueden deducir comparándolas con
la ecuación 2.14 y 2.15, de lo cual resulta:

1 1
µ0 ε0 = ⇒ v=√ (2.25)
v2 µ0 ε0

La 2.25 se conoce como Relación de Maxwell. Reemplazando en la misma los valores numéricos
de las constantes ε0 y µ0 en el sistema internacional de unidades, se obtiene el valor c para la
velocidad de las ondas electromagnéticas (OEM) en el vacío: c = 2,99792458 108 m/s. Este valor
prácticamente coincide con los resultados obtenidos en la medición de la velocidad de la luz en el
aire, cuestión que no hace más que confirmar la naturaleza de la luz como onda electromagnética.

2.3. Características de las ondas electromagnéticas


En esta parte analizaremos cual es la forma general de estas ondas, para lo cual utilizaremos
las ecuaciones de Maxwell. Por el momento nos limitamos al estudio de la propagación de la
onda, sin tener en cuenta su fuente u origen.

Carácter transversal de las OEM


Consideremos un caso particular de una OEM espacial, con frentes de onda planos, tal como
se representa en la figura 2.3. La dirección de propagación es uniforme, o sea formada por -
ayos"paralelos. El frente de onda es el lugar geométrico de los puntos a los cuales la onda llega al
mismo tiempo, y con la misma fase. Además, suponemos que la amplitud de la onda es uniforme
en todo el frente de onda.

Propagación

z x
Frentes de onda

Figura 2.3: Onda tridimensional con frentes planos


12 Ondas Electromagnéticas

El campo eléctrico de la onda debe cumplir con la primera ecuación de Maxwell, o sea que
su divergencia debe ser nula. Esto en coordenadas cartesianas puede expresarse como:

∂Ex ∂Ey ∂Ez


+ + =0 (2.26)
∂x ∂y ∂z
Dado que en cada punto del frente de ondas el campo eléctrico debe tener el mismo valor, la
derivada parcial respecto de las variables y y z, deben ser nulas.

∂Ey ∂Ez
=0 =0 (2.27)
∂y ∂z
Reemplazando las expresiones 2.27 en la 2.26, resulta:

∂Ex
=0 (2.28)
∂x
La condición establecida por la ecuación 2.28 solo se puede cumplir si la componente del
campo eléctrico en la dirección del eje x es nula en todos los puntos, ya que la solución matemática
general de Ex = cte. no representa una solución física del problema, puesto que se trata de una
onda y no de un campo eléctrico uniforme que solo se puede originar en un sistema particular
de cargas eléctricas.
Llegamos así a la conclusión de que Ex = 0 en todos los puntos donde existe la onda que se
propaga en la dirección del eje x.
En forma similar, el campo magnético correspondiente a la OEM, debe cumplir con la segunda
ecuación de Maxwell, o sea la ley de Gauss del magnetismo. De esa manera hubiéramos podido
escribir una ecuación para el campo magnético, similar a la 2.26 y hacer exactamente las mismas
consideraciones que para el campo eléctrico.
Así hubiéramos arribado a la conclusión de que Bx = 0 en todos los puntos donde existe la
onda que se propaga en la dirección del eje x.
Teniendo en cuenta entonces que cuando la onda se propaga en la dirección del eje x, las
componentes de los campos eléctrico y magnético en esa dirección son nulos, llegamos a la
conclusión de que las ondas electromagnéticas son transversales. O sea, los campos eléctrico
y magnético oscilan en forma perpendicular a la dirección de propagación. En eso se parecen más
a una onda que se propaga en una cuerda vibrante, que a una onda sonora que es longitudinal.

Relación entre Campo Eléctrico y Campo Magnético de la onda


En las OEM que representamos en la figura 2.3, el campo eléctrico en principio podía oscilar
en las direcciones y y z. Ahora realizaremos una restricción más: limitaremos el campo eléctrico
sólo al eje y, con lo cual la OEM, además de tener un frente plano, está polarizada en la dirección
del eje mencionado.
Sin considerar por ahora al campo magnético, podríamos en este caso representar a la onda
del campo eléctrico, tal como en la figura 2.4
Utilizaremos ahora la tercera ecuación de Maxwell, o sea la ley de Faraday en forma diferen-
cial: ∇
⃗ ×E ⃗ = − ∂ B⃗ , que se puede escribir como
∂t
 
î ĵ k̂
 
 
 ∂ ∂ ∂  = − ∂Bx î − ∂By ĵ − ∂Bz k̂ (2.29)
 ∂x ∂y ∂z  ∂t ∂t ∂t
 
Ex Ey Ez
En el primer miembro de 2.29, hay que tener en cuenta que las derivadas parciales de las
componentes del campo eléctrico, respecto a y y a z son nulas, por tratarse de desplazamientos
2.3 Características de las ondas electromagnéticas 13

y E

z x

Figura 2.4: Onda polarizada con frentes planos

elementales en el frente de ondas. Además, por tratarse de una onda transversal, es Ex = 0. Y


por ser una onda polarizada en el eje y, resulta Ez = 0. De modo que solo sobrevive la derivada
de Ey respecto de la variable x, con el versor k̂.
Por tales razones, de la igualdad vectorial indicada en la expresión 2.29, resultan:

∂Bx ∂By ∂Bz ∂Ey


=0 =0 =− (2.30)
∂t ∂t ∂t ∂x
De estas igualdades surge que Bx = 0, cosa que ya sabíamos, pero además que By = 0
-porque se descarta un campo magnético uniforme-, y que Bz = ̸ 0. Esto nos indica que, para una
onda que se desplaza en el eje x, si el campo eléctrico está en la dirección del eje y, el campo
magnético será perpendicular al mismo, por lo tanto sólo tendrá componente en el eje z.
Para hallar la relación entre los campos eléctrico y magnético, partimos del diferencial total
de Bz , que en términos generales se puede expresar de acuerdo a la relación 2.31

∂Bz ∂Bz ∂Bz ∂Bz


d Bz = dx + dy + dz + dt (2.31)
∂x ∂y ∂z ∂t
Teniendo en cuenta que la derivación parcial de Bz respecto del tiempo, implica la no exis-
tencia de desplazamientos infinitesimales en ninguna dirección, resultan dx = 0, dy = 0 y dz = 0.
De modo que resulta:

∂Bz d Bz ∂Bz
= ⇒ d Bz = dt (2.32)
∂t dt ∂t
Sustituyendo en la 2.32 la derivada parcial de Bz respecto a t, por la igualdad dada en 2.30,
resulta:

∂Ey
d Bz = − dt (2.33)
∂x
Suponemos que la función de onda es una sinusoide simple, que se puede expresar mediante
la 2.34 en la cual donde c es la velocidad de la luz en el vacío.

Ey = Emax sin k(x − c t), (2.34)

Derivamos entonces esta función con respecto a la variable x y reemplazamos en 2.33, de lo


cual resulta:

d Bz = −Emax k cos k(x − c t) d Bt (2.35)


14 Ondas Electromagnéticas

Bz se puede hallar integrando esta expresión respecto a la variable t y considerando nula la


constante de integración, ya que no tiene sentido físico un campo magnético uniforme superpuesto
a la onda:

Emax
Bz = −Emax k cos k(x − c t) dt = sin k(x − c t) (2.36)
c
Reemplazando la ecuación 2.34 en la 2.36, resulta finalmente:

Ey
Bz = (2.37)
c
La ecuación 2.37 indica que en una onda electromagnética el campo magnético es proporcional
al campo eléctrico y que ambos están siempre en fase espacial y temporal. Si la onda se desplaza
en el sentido del eje positivo de las x, los máximos de ambos campos coincidirán en valor y signo.
Esto se puede observar en el esquema de la figura 2.5.

E
y

z x

Figura 2.5: Onda electromagnética polarizada

Más adelante se verá que las OEM que se propagan en medios transparentes, lo hacen con
una velocidad v, que es inferior a c. En esos casos, en la expresión 2.34 simplemente habría que
reemplazar c por v, y la relación entre los campos eléctrico y magnético resulta BZ = Ey /v.
Si bien el análisis se ha realizado para una onda polarizada, con frente plano, las conclusiones
en realidad son válidas para todo tipo de ondas electromagnéticas, con la salvedad que la relación
entre los campos, dada por la 2.37, debe interpretarse como instantánea, y en cada punto del
espacio donde está presente la onda.

2.4. Energía e intensidad de las ondas electromagnéticas


Es un hecho conocido y fácilmente comprobable que la luz transmite energía, al respecto solo
basta mencionar la llamada energía solar. Lo mismo ocurre con ondas que están fuera del rango
visible como las infrarrojas y las ultravioletas, y con todo el espectro electromagnético, que se
estudiará más adelante.
El transporte de energía por una OEM se interpreta en base al concepto de que los campos
eléctricos y magnéticos tienen asociadas densidades de energía, que en el vacío se puede expresar
respectivamente a través de las expresiones 2.38:

1 1
uE = ε 0 E 2 uB = B2 (2.38)
2 2 µ0
Si se tiene en cuenta la relación entre campo eléctrico y magnético en una OEM, dado por la
2.37, así como la relación de Maxwell dada por la 2.25, se puede demostrar que ambas densidades
2.4 Energía e intensidad de las ondas electromagnéticas 15

de energía son iguales:

1 1 E2 1 1
uB = B2 = = E 2 ε 0 µ 0 = ε 0 E 2 = uE (2.39)
2 µ0 2 µ0 c2 2 µ0 2
Consideremos una onda electromagnética que se propaga verticalmente de arriba hacia abajo
e incide en forma perpendicular sobre una cierta superficie de área A, tal como se indica en la
figura 2.6

OEM

∆l

Figura 2.6: Incidencia de una onda electromagnética sobre una superficie

La energía total encerrada dentro del volumen cilíndrico comprendido entre los dos círculos
de la figura 2.6 se puede calcular multiplicando ese volumen por la suma de las densidades de
energía eléctrica y magnética. O lo que es igual, por la densidad de energía total, que de acuerdo
a lo demostrado en la 2.39 es equivalente al doble de la densidad de energía eléctrica: u = ε0 E 2

U = u A ∆l (2.40)
Se define la Intensidad de la OEM como la potencia incidente por unidad de área. O sea, la
energía por unidad de tiempo y por unidad de área. Eso equivale a considerar que en el tiempo
∆ t en que la onda recorre el camino ∆ l, toda la energía contenida en el volumen considerado
ha llegado a la superficie de área A.

U u A ∆l ∆l
I= = =u = uc (2.41)
A ∆t A ∆t ∆t
Teniendo en cuenta el valor de la densidad total de energía de la OEM, antes calculada, se
llega a la expresión 2.42, que nos da la intensidad instantánea de la onda

I = c ε0 E 2 (2.42)
La expresión 2.42 se puede transformar, teniendo en cuenta la proporcionalidad entre campo
eléctrico y magnético de la OEM y la relación de Maxwell para la velocidad de la luz en el vacío:

1 B
I = c ε0 E cB = ε0 E B c2 = ε0 E B =E (2.43)
µ0 ε0 µ0
La relación µB0 en el vacío es equivalente al módulo del vector Intensidad de Campo Magnético
H, por lo que resulta I = E H. Esta relación se puede expresar en forma de un producto vectorial,
de acuerdo a la 2.44, la que define el llamado Vector de Poynting:

S ⃗ ×H
⃗=E ⃗ (2.44)
16 Ondas Electromagnéticas

El módulo del vector de Poynting nos da la intensidad de la onda. En tanto que su dirección
será la que tiene la onda al propagarse.
Teniendo en cuenta que el valor cuadrático medio de una magnitud senoidal es la raíz cuadrada
de su amplitud, a partir de la 2.42 se puede expresar el valor medio de la intensidad de una onda
a través de la relación 2.45
1 2
< I >= c ε0 Emax (2.45)
2

Cuantización de la energía
Las expresiones halladas hasta el momento están basadas en un modelo que supone una
transmisión continua de energía por parte de la OEM. Este modelo funciona muy bien para el
estudio de muchos fenómenos, en particular para frecuencias no muy elevadas. Sin embargo para
cantidades pequeñas de energía, con frecuencias relativamente grandes, el modelo directamente
no explica ciertos fenómenos.
A partir del desarrollo de la teoría cuántica a comienzos del siglo XX, y en particular del
estudio del fenómeno fotoeléctrico en 1920, se ha establecido que la energía de las ondas electro-
magnéticas está cuantificada, en partículas muy singulares que Einstein llamó fotones para el caso
de la luz. De modo que la energía no se transmite de manera continua, sino en forma de paquetes.
Esto indica que la luz, como parte de la radiación electromagnética, tiene que considerarse de
una naturaleza dual: como onda y como partícula.
La energía de un fotón para una cierta frecuencia de la onda, y que a su vez representa la
menor cantidad posible de energía a trasmitir, está dada por la expresión 2.46

Ef = h f (2.46)
En la ecuación 2.46, Ef representa la energía del fotón, f la frecuencia de la OEM, y h es la
Constante de Plank: h = 6,626..,10−34 JS.
El efecto fotoeléctrico consiste en la remisión de electrones de la superficie de un metal,
cuando sobre el mismo incide la luz visible o ultravioleta. El hecho que para cada metal exista
una mínima frecuencia de la radiación para que se emitan electrones, independientemente de
la potencia total de la OEM, sumado a que la energía cinética que adquieren esos electrones
aumente en forma proporcional a la frecuencia, solo se puede explicar con una trasmisión de la
energía en forma de cantidades discretas, proporcionales a la frecuencia. De modo que si a un
fotón no le alcanza la energía para sustraer un electrón del metal, ese fenómeno no ocurrirá, por
más que se hagan incidir una gran cantidad de ellos. Si la energía del fotón es mayor a la energía
necesaria, la parte sobrante se transformará en energía cinética del electrón.

2.5. Emisión y espectro de las ondas electromagnéticas


Las fuentes primarias de ondas electromagnéticas son cargas eléctricas que cambian de en-
ergía, ya sea potencial o cinética.
Una carga eléctrica que forma parte de una corriente eléctrica alterna, oscila y al cambiar
su velocidad genera campos eléctrico y magnéticos que varían en el tiempo. Esas perturbaciones
de ambos campos se propagan formando la onda electromagnética. Son las ondas de más baja
frecuencia y cuyos fotones tienen la menor energía. Así se explica la emisión de las ondas de
radio, de TV y microondas por medio de las antenas en las que existen corrientes oscilantes.
Las vibraciones atómicas y moleculares que dependen de la temperatura de los cuerpos,
incluyen vibraciones de cargas eléctricas con mayor frecuencia y energía que las anteriores. De
esa forma se emiten las ondas en el espectro infrarrojo, que son las que identificamos como
radiación de calor.
2.5 Emisión y espectro de las ondas electromagnéticas 17

Las transiciones electrónicas en las cuales un electrón excitado vuelve desde un orbital de
mayor energía a uno de menor energía, determina la emisión de una onda electromagnética, o
sea de un fotón cuya energía se puede calcular con la expresión 2.46. Esto ocurre en la zona de
la luz visible y ultra violeta. En el primer caso están involucrados las capas más superficiales del
átomo, y en el segundo intervienen niveles más internos, por lo que las diferencias de energía son
mayores y por lo tanto el fotón emitido tendrá mayor energía y frecuencia. La excitación original
del electrón puede ser provocada de diversas maneras: agitación térmica por alta temperatura
(lámpara incandescente, reacciones nucleares en el sol), choque de un electrón acelerado contra
una molécula de gas (tubo de luz fluorescente), etc.
La mayor frecuencia de la luz ultravioleta, que está presente en la luz solar, está relacionada
a la mayor energía de sus fotones, los que tienen mayor poder de penetración en los sólidos y
líquidos. Por ese motivo esa parte del espectro resulta más eficaz para inducir ciertas reacciones
fotoquímicas y a su vez más perjudicial para la piel humana, ya que además de penetrar es capaz
de romper los enlaces de las moléculas que contienen el ADN de los tejidos.
Los llamados Rayos X, que tienen una energía y un poder de penetración aun mayor que la
luz ultravioleta, se producen por choques de electrones que han sido acelerados por diferencias
de potencial de varios miles de volt, contra un electrodo metálico. Su pérdida de energía cinética
se transforma en energía electromagnética de la radiación. Hay rayos X de alta energía que son
capaces de penetrar planchas metálicas de varios centímetros de espesor.
Finalmente, los rayos gama, que son los de mayor frecuencia y energía, se originan en las
reacciones nucleares de fisión y fusión, y están presentes en los rayos cósmicos.
En la figura 2.7 se representa un esquema del espectro de las ondas electromagnéticas, en el
que se puede observar que la luz visible representa apenas una pequeña fracción del mismo.

Vibraciones
Choques de
atómicas y Transiciones Reacciones
electrones
Corrientes eléctricas oscilantes moleculares electrónicas nucleares
acelerados

f 
Radio TV Micro Infra Ultra Rayos Rayos
AM FM Ondas Rojo Violeta X γ

10-3 m
λ 10 m 0,3 m 10-8 m
3,8 10 m-7
10-11 m
7,8 10-7 m
Extremo Luz Extremo
Rojo Visible Violeta

Figura 2.7: Espectro de ondas electromagnéticas


Capítulo 3

Luz Visible

Autor: Mgr. Hugo Kofman

3.1. Los colores de la luz visible


Hemos visto en el capítulo anterior que la luz visible es un pequeño rango de frecuencias
y longitudes de onda dentro del amplio espectro de las ondas electromagnéticas. Los extremos
corresponden al rojo y al violeta. Entre ellos hay una serie de colores ’puros’, que van cambiando
gradualmente de uno a otro a medida que se va variando la longitud de onda (y la frecuencia)
de la luz. El límite entre un color y otro es difuso, y como la percepción misma del color resulta
subjetivo, entre el verde y el amarillo puede verse un ’amarillo verdoso’ o un ’verde amarillento’,
que bien podría ser designado como otro color. Pero se ha coincidido en distinguir seis colores,
cuyos rangos se han establecido en los valores que se muestran en la tabla de la figura 3.1. Las
longitudes de onda se expresan en nanometros, siendo 1nm = 10−9 m. A su vez, esa unidad se
relaciona con el micrometro (1µm = 10−6 m) a través de la equivalencia: 1µm = 103 nm.

Color Longitud de onda (nm)

Violeta 380 - 450

Azul 450 - 495

Verde 495 - 570

Amarillo 570 - 590

Naranja 590 - 620

Rojo 620 - 750

Figura 3.1: Espectro de colores de la luz visible

Como podemos observar,en la tabla anterior no figuran una serie de colores que nosotros
identificamos, aunque bajo diversos tonos, tales como el marrón, beige, etc. Tales colores son
en realidad mezclas de diversos colores y es nuestra percepción subjetiva la que los ’ve’ de esa
forma. Pero las ondas correspondientes a cada uno de los colores componentes siguen existiendo
en forma independiente, sin que se produzca ninguna superposición o combinación física entre
3.2 Percepción visual de la luz 19

ellas.
Llamamos luz monocromática a aquella que está compuesta por una sola longitud de onda.
La luz de un láser se ajusta casi exactamente a esta definición. Sin embargo, lo normal es que
aun los colores que percibimos como puros, ya sea un rojo o un verde, están formados cada uno
por un cierto rango del espectro. La luz que vemos como blanca, que proviene por ejemplo de
la radiación solar, contiene todas las longitudes de onda de la luz visible. Además esa radiación
contiene parte del espectro ultravioleta y del infrarrojo.
La combinación de luces de todos los colores del espectro, tal como los que contiene la luz
solar, se llama mezcla aditiva de colores, y en este caso se obtiene una luz que vemos como
blanca. Pero puede ocurrir que se mezclen unos pocos o solamente dos colores, Por ejemplo, en
la pantalla de un televisor o de un monitor de computadora, solo se cuenta con puntos luminosos
de tres colores: rojo, verde y azul (RGB en inglés), de modo que sus combinaciones permiten
obtener prácticamente todos los colores conocidos. Por ejemplo, la combinación de rojo y verde
nos da el color amarillo. Esos tres colores se conocen como primarios por adición.
En cambio, si mezcláramos pinturas o tintas de los seis colores del espectro, no obtendríamos
pintura blanca, sino más bien una mezcla oscura, la que según la proporción de las componentes
podría acercarse al negro. Una pintura azul mezclada con una amarilla nos da otra de color
verde. Tales combinaciones de colores se conocen como mezclas sustractivas. Ocurre así porque
una superficie recubierta con una pintura o tinta recibe todas las longitudes de onda de la luz
blanca del sol o de un artefacto de iluminación, absorbe algunos colores y refleja otros. La pintura
blanca refleja todos los colores y la negra absorbe todos. De modo que cuando se mezclan dos
pinturas, lo que se suma es el efecto de absorber o sustraer colores. La pintura azul refleja los
colores verde, azul y violeta, en tanto que absorbe el rojo, anaranjado y amarillo. La pintura
amarilla refleja los colores rojo, anaranjado, amarillo y verde, mientras absorbe el azul y el
violeta. La mezcla de pintura azul y amarilla, absorberá los colores rojo, naranja, amarillo, azul
y violeta. Solo se reflejará el verde, que es el color resultante de esta combinación.
En síntesis, la combinación aditiva de colores (luces) reconoce tres colores primarios por
adición, que son: Rojo, Verde y Azul. En cambio la combinación sustractiva (pinturas o tintas)
tiene otros colores primarios: cian, magenta y amarillo.

3.2. Percepción visual de la luz


La sensibilidad de la retina del ojo no es igual para todas las longitudes de onda, por lo tanto
dos luces de distintos colores que tengan la misma intensidad de onda, dada por la expresión
2.45, no producirán el mismo efecto visual, y de hecho una se podrá percibir como más intensa
que la otra. Para situaciones de buena iluminación, la mayor sensibilidad del ojo humano se
ubica en la zona de los 555 nm de longitud de onda, que corresponde a un amarillo verdoso.
En cambio cuando la luz es escasa, la mayor sensibilidad del ojo se traslada a la zona del azul
verdoso, ubicada en los 480 nm.
En el gráfico de la figura 3.2 se representa la curva de sensibilidad relativa del ojo humano
en condiciones de buena iluminación, cuyo máximo valor es la unidad para la longitud de onda
de 555 nm.
Los conceptos antes expuestos indican que la sola medición de la intensidad de onda de
la luz, no nos da una magnitud representativa del estado de iluminación de un cierto lugar o
ambiente, porque en el mismo incide como está distribuida la energía en cada rango de longitudes
de onda. Es lo que se denomina distribución espectral de la energía. Por tal razón se utilizan las
magnitudes fotométricas, cuyas unidades se han definido en forma empírica, antes de que se
hubiera desarrollado la teoría de las ondas electromagnéticas. Esas unidades se han mantenido
y se siguen usando hasta el presente.
El estudio de las magnitudes fotométricas es importante para diseñar la iluminación de un
20 Luz Visible

λ nm

380 555 750

Figura 3.2: Curva se sensibilidad relativa del ojo humano

ambiente de trabajo, una calle, etc. o para evaluar si un cierto lugar está iluminado adecuada-
mente. De las cuatro más importantes (Flujo luminoso, Intensidad Luminosa, Iluminancia y
Luminancia), la que más se usa es la Iluminancia, la que se puede asociar a la Intensidad de on-
da que hemos estudiado. Así como esta última es la potencia por unidad de área que llega a una
cierta superficie (W/m2 ), la Iluminancia (E) es el flujo luminoso por unidad de área incidente
(Lumen/m2 ). La unidad de Iluminancia se denomina LUX.
Para una luz monocromática de intensidad de onda I, con un valor V (λ) de sensibilidad
relativa, la Iluminancia se calcula con la expresión 3.1, en la que el valor 683 es un factor de
proporcionalidad que normaliza los valores de Iluminancia de acuerdo a los antiguos patrones.

E = 683.V (λ).I (3.1)


Si tuviéramos una luz compuesta por dos longitudes de onda monocromáticas, con diferentes
intensidades de onda, la Iluminancia se puede calcular con la expresión 3.2

E = 683(V (λ1 ).I1 + V (λ2 ).I2 ) (3.2)


Para una luz policromática, que es el caso más común, la iluminancia se calcularía sumando
una gran cantidad de pequeños términos como los de la expresión 3.2, lo cual equivale a una
integral. Para eso se requiere contar con una función de la distribución espectral de la energía
de esa luz, que representa la Intensidad de onda para cada pequeño intervalo de longitudes de
onda: f (λ) = dI/dλ. De modo que la Iluminancia se podrá calcular de acuerdo a la expresión
3.3.
∫ 750
E = 683 V (λ).f (λ)dλ (3.3)
380
En la práctica, para medir la Iluminancia se utiliza un instrumento llamado luxímetro, que
consta de un sensor óptico al que la luz llega luego de pasar por un filtro especial. Éste absorbe
más luz en la zona de menor sensibilidad visual del ojo, de modo que se realiza una corrección
en función de la curva de sensibilidad relativa. De esa forma se consigue una medición directa de
la magnitud.
Para tener una idea de la magnitud considerada, se puede mencionar que en exterior, con
luz solar máxima se tiene una Iluminancia de 105 Lux. En el interior de una habitación conluz
diurna se puede tener un valor aproximado a 103 Lux. La Iluminancia mínima para trabajar se
estima en 102 Lux. Para cada tipo de trabajo se establece un valor mínimo de la Iluminancia.
3.2 Percepción visual de la luz 21

3.2.1. Nociones sobre Fluorescencia y fosforescencia


El fenómeno de la fluorescencia consiste en general en la absorción de luz por un cuerpo
y la emisión por el mismo de luz de otra frecuencia o longitud de onda. Lo más común es la
absorción en la zona del azul,violeta, o UV, que corresponden a elevadas energías de los fotones
(altas frecuencias), y a su emisión en la zona central del espectro visible. O sea, se absorbe luz
de alta energía en la zona donde el ojo humano tiene poca o nula sensibilidad, y se la emite en
la sección del espectro de mayor sensibilidad visual y de menor energía. Por eso el color de la
emisión resulta particularmente resaltado.
El mecanismo consiste generalmente en la absorción de un fotón de alta energía, por un
electrón que pasa a un estado excitado, en el cual permanece un tiempo muy corto, del orden de
los nanosegundos. Luego el electrón baja su nivel energético, pero en menor cuantía que el salto
original, emitiendo otro fotón de menor energía y frecuencia que el incidente, o sea de mayor
longitud de onda. Finalmente el electrón puede retornar al nivel original emitiendo un segundo
fotón, o bajar su nivel energético en forma escalonada, transformando la energía remanente en
forma de calor.
Las lámparas fluorescentes, llamadas de luz fría, funcionan a través de este mecanismo. Las
moléculas del gas de mercurio contenido en el tubo de vidrio, son ionizadas por el campo eléctri-
co que provee la fuente de tensión alterna. Los electrones al recombinarse con los iones emiten
radiación UV de alta energía y frecuencia. Esa radiación es convertida en luz visible por el re-
cubrimiento interno del tubo, que es donde se produce el fenómeno de fluorescencia. De esta
manera se obtiene un rendimiento luminoso muy superior al de las lámparas de filamento incan-
descentes, ya que casi no se emite radiación de calor en la zona del Infrarrojo, como ocurre con
las antiguas lámparas incandescentes.
La fosforescencia es un fenómeno en cierto modo similar a la fluorescencia, aunque el tiempo
que los átomos permanecen en estado excitado antes de emitir el fotón, es mucho mayor. Incluso
se pueden utilizar otros mecanismos de excitación, tales como choques de electrones de alta
energía contra ciertas sustancias, como en los viejos televisores o monitores con tubo de rayos
catódicos.
Capítulo 4

Propagación de la luz en medios


transparentes

Autor: Mgr. Hugo Kofman

En el vacío, las ondas electromagnéticas de todas las longitudes de onda se propagan con la
misma velocidad, que es la prevista por la Relación de Maxwell dada en la 2.25, y que coincide
con los resultados experimentales. Su valor aproximado es de 3 108 m/s.
Cuando la luz se propaga en medios materiales transparentes, tales como agua o vidrio, se
constata que su velocidad es menor a la que tendría en el vacío. además, la velocidad de la onda
depende de su frecuencia, o longitud de onda.
La relación entre la velocidad de la luz en el vacío y la velocidad de la misma en un cierto
medio material, es un número adimensional que se conoce como Índice de refracción absoluto de
ese material, para la referida longitud de onda, tal como se expresa en la ecuación 4.1.
c
n= (4.1)
v
Si quisiéramos obtener el valor de la velocidad de la luz y del índice de refracción en un medio
transparente, con la relación de Maxwell, dada en 2.25, podríamos intentar reemplazar ε0 y µ0
por los valores de permitividad (ε) y permeabilidad (µ) del material. Teniendo en cuenta que
se trata de algún material paramagnético o diamagnético, su permeabilidad prácticamente no
será diferente de la del vacío. En cambio aparece una diferencia importante en la permitividad,
debido a la constante dieléctrica (Kd ). De esa forma se arriba a la relación 4.2.

n= Kd (4.2)
La relación 4.2 se cumple bastante bien para los gases, tiene un cierto grado de aproximación
para líquidos y sólidos no polares, y difiere considerablemente con los valores experimentales para
materiales con moléculas polares. Además tiene la deficiencia de no contemplar la variación de
la velocidad de la luz y del índice de refracción con la longitud de onda.
Esto indica que para estudiar la velocidad de la luz y el índice de refracción en los medios
transparentes, hay que recurrir a otro tipo de modelo de propagación de las ondas. El mismo
no será considerado en este apunte, debido a su extensión. En cambio mencionaremos que los
resultados experimentales indican que en los medios materiales, la velocidad de la luz aumenta
con su longitud de onda, de modo que disminuye el índice de refracción.
En la figura 4.1 se puede apreciar un gráfico aproximado de variación del índice de refracción
con la longitud de onda de la luz.
Como ya se mencionó, cuando una luz monocromática se transmite de un medio a otro,
cambia su velocidad. En cambio no cambia su frecuencia. Esto puede interpretarse considerando
4.1 Reflexión y Refracción de la luz en medios transparentes 23

1,7
1,6
1,5

U. V. Visible I. R.
λ

Figura 4.1: Variación del índice de refracción con la longitud de onda

que la onda se propaga en los medios materiales haciendo vibrar los electrones de la capa de
valencia de los átomos. Estos vibran por efecto del campo eléctrico oscilante, y al vibrar a su
vez emiten la onda que se propaga. Siempre con la misma frecuencia, incluso en la interfaz entre
dos medios distintos. Por tal razón la frecuencia se mantiene cuando la onda se trasmite de un
medio a otro.
En cambio la longitud de onda cambiará, puesto que cambia su velocidad. Recordemos al
respecto que se cumple la relación v = λf . Como la frecuencia es la misma, entre los medios (1)
y (2) deberá cumplirse: λv11 = λv22 . Expresión que se puede escribir como: λv11 = λv22 . Multiplicando
ambos miembros por el valor de la velocidad de la luz en el vacío (c), y teniendo en cuenta la
definición de índice de refracción dado en la ecuación 4.1, arribamos a la relación 4.3.

n 1 λ1 = n 2 λ2 (4.3)

4.1. Reflexión y Refracción de la luz en medios transparentes


Cuando un haz de luz incide en forma oblicua sobre la superficie lisa que separa dos medios
transparentes, se forman dos nuevos haces de luz: uno reflejado que se propaga en el mismo
medio del haz incidente, y otro trasmitido o refractado que se propaga en el otro medio. Estos
dos nuevos haces están situados en el llamado plano de incidencia, que es un plano perpendicular
a la superficie de separación de ambos medios, y está formado por el haz incidente y la recta
normal a esa superficie.
En la figura 4.2 se representan los tres haces de luz. I: luz incidente. R: luz reflejada. T: luz
trasmitida. N es la llamada recta normal a la superficie de separación de ambos medios.
Si bien las leyes de la reflexión y la refracción se pueden fundamentar a través del modelo de
propagación de ondas de Huygens, tal como se lo hará mas adelante, su origen es experimental,
y se pueden enunciar de la siguiente manera:

Ley de la Reflexión: El rayo incidente y el rayo reflejado se encuentran en el plano de


incidencia y ambos forman el mismo ángulo con la recta normal: α1 = α1′ .

Ley de la Refracción: El rayo incidente y el rayo trasmitido están en el plano de incidencia,


y los senos de los ángulos que forman con la recta normal son inversamente proporcionales a los
respectivos índices de refracción. La expresión 4.4 que expresa esa relación, se conoce como Ley
de Snell. Se supone que la luz incidente es monocromática, ya que como se mencionó el índice
de refracción varía con la longitud de onda.

n1 senα1 = n2 senα2 (4.4)


24 Propagación de la luz en medios transparentes

Medio 1
I N R

α1 α’1

α2

T
Medio 2

Figura 4.2: Reflexión y refracción de un haz de luz

La energía que transporta la onda incidente se reparte de alguna manera entre el haz reflejado
y el trasmitido. Hay expresiones que permiten calcular las intensidades relativas de los haces
reflejado y trasmitido, las que dependen de los índices de refracción y del ángulo de incidencia.
A modo de ejemplo se cita el caso de un haz de luz que incide en forma perpendicular a la
superficie. Todos los ángulos (α1 , α1′ y α2 ) serán nulos.
( )2
n1 − n2
R= (4.5)
n1 + n2
La expresión 4.5 nos da la intensidad del rayo reflejado en relación al rayo incidente. La
intensidad relativa del rayo trasmitido será T = 1 − R.
Por ejemplo, si incide luz en forma perpendicular sobre un vidrio de índice de refracción
n2 = 1, 5, considerando el índice del aire igual a 1, se puede obtener con la expresión 4.6:
( )2
1 − 1,5
R= = 0, 04 (4.6)
1 + 1,5
El resultado de 4.6 indica que cuando la luz incide en forma perpendicular sobre el vidrio,
el 4 por ciento de su energía se refleja, mientras el 96 por ciento de la misma se transmite.
Si aumentáramos el ángulo de incidencia, la fracción de intensidad reflejada aumenta, mientras
disminuye la intensidad transmitida.

Ángulo crítico, reflexión total interna Consideremos ahora el caso de un haz de luz
monocromática, que se trasmite desde un medio de mayor índice de refracción (n1 ), a otro
de menor índice, tal como se muestra en la figura 4.3. De acuerdo a la ley de Snell, el rayo
refractado se alejará de la normal. Además hay un rayo reflejado.
Si aumentamos progresivamente el ángulo de incidencia (α1 ),llegará un momento en que el
rayo trasmitido saldrá rasante a la superficie de separación entre ambos medios, tal como se
indica en la figura 4.4. En esas condiciones el ángulo de refracción es prácticamente de 90o , de
modo que el ángulo de incidencia puede calcularse a partir de la ley de Snell, de acuerdo a la
ecuación 4.7, y se lo conoce como ángulo límite o ángulo crítico
n2
senαc = (4.7)
n1
4.1 Reflexión y Refracción de la luz en medios transparentes 25

Medio 2 N
T

α2

α1 α’1
I

R
Medio 1

Figura 4.3: Luz que se trasmite de mayor a menor índice de refracción

Medio 2
α2 = 90º

Medio 1
αC R
α’1
I

Figura 4.4: Ángulo crítico

Para ángulos de incidencia mayores al ángulo crítico, ya no habrá rayo trasmitido, y la


totalidad de la energía luminosa estará presente en el rayo reflejado, tal como ocurre con un
espejo. A este fenómeno se lo conoce como Reflexión Total Interna y a través del mismo se explica
la trasmisión de la luz mediante fibras ópticas, las cuales tienen mayor índice de refracción en
su núcleo, y menor índice en su parte periférica. De esta manera, las fibras ópticas, aún cuando
tengan curvas, pueden conducir la luz que actúa como portadora de información modulada en la
misma.

Dispersión cromática por refracción Como se mencionó anteriormente, el índice de refrac-


ción depende en cierto grado de la longitud de onda. Por tal razón, cuando el haz de luz incidente
es policromático, tal como la luz blanca, la refracción no producirá un solo rayo trasmitido, sino
una cierta banda en la que se separan los distintos colores. El más desviado será el violeta, que
es el que tiene mayor índice, y el menos desviado será el rojo.
Este fenómeno es fácilmente observable en un prisma, tal como muestra la figura 4.5,en el
que se producen dos refracciones:
26 Propagación de la luz en medios transparentes

N
Rojo

Luz blanca
Violeta

Figura 4.5: Dispersión cromática angular


Capítulo 5

Polarización de la Luz

Autor: Mgr. Hugo Kofman

Por lo general la luz que recibimos no está polarizada, lo cual significa que no existe una
dirección privilegiada de oscilación del campo eléctrico ni del campo magnético; de modo que
distintos momentos están orientados al azar, aunque siempre perpendiculares entre sí, y ambos
a la dirección de propagación.
Sin embargo la luz reflejada en superficies no metálicas, o la luz dispersada por la atmósfera en
un día despejado de nubes, está parcialmente polarizada. Aunque no notemos nada en particular.
La forma más común de polarización de la luz es la llamada polarización lineal, en la cual
el campo eléctrico oscila en un plano que contiene a la dirección de propagación de la onda.
De hecho, el campo magnético, que siempre es perpendicular al campo eléctrico oscilará en un
plano perpendicular al anterior, tal como antes se explicó. De acá en adelante tomaremos sólo
como referencia al campo eléctrico, y obviaremos el magnético, pero sabiendo que siempre está
presente de esa manera.
Otra forma conocida es la polarización circular. En la misma, el campo eléctrico gira regu-
larmente alrededor de la línea de propagación a medida que avanza la onda. Ocurre como si su
extremo describiera una hélice.
También se puede citar la polarización elíptica que es similar a la anterior, pero a la rotación
del campo eléctrico hay que agregarle que el mismo adquiere un valor máximo en un cierto plano
paralelo a la onda, y un valor mínimo en un plano similar perpendicular al anterior.
Los mecanismos de polarización lineal más usuales, y que estudiaremos en este capítulo,
son: 1- Por absorción selectiva, y 2- Por Reflexión-Refracción. Se pueden mencionar también
la polarización por dispersión que provocan los gases de la atmósfera con la luz solar, y la
polarización por birrefringencia que producen ciertos cristales como la calcita.

5.1. Polarización por absorción selectiva


Se trata del fenómeno que involucra a las láminas polaroides que se utilizan para polarizar
los parabrisas de los automóviles, a los anteojos polarizados y a dispositivos similares. Cuando
un haz de luz no polarizado incide sobre una lámina de estas características, es absorbida la
componente del campo eléctrico que oscila en una cierta dirección, mientras que la componente
perpendicular a la misma atraviesa la lámina prácticamente sin ser modificada. A esta última
dirección se le llama dirección de transmisión.
En el gráfico de la figura 5.1 se representa una lámina polaroide coincidente con el plano y-z
y una onda de luz que incide sobre la misma en la dirección del eje x. En la onda incidente se
representa el campo eléctrico que oscila perpendicularmente a la dirección de propagación de
la onda, con componentes en ambos ejes (Ey y Ez ). En la onda emergente ha desaparecido la
28 Polarización de la Luz

componente Ez , absorbida por la lámina, y ha pasado sin modificarse la componente Ey , por


coincidir con la dirección de propagación.

y
Dirección de
Onda incidente transmisión
No polarizada Ey

Ez
Onda emergente
Polarizada
z Ey

Lámina polarizadora

Figura 5.1: Polarización lineal por abosorción selectiva

Al ser no polarizada la onda incidente, se puede considerar que la energía de la misma está
distribuida por partes iguales en las dos componentes Ey y Ez , de modo que al desaparecer una
de ellas, la intensidad de la onda emergente será la mitad de la incidente. Por esa razón, a simple
vista una lámina polarizada no se distingue de otra que solo tiene transparencia parcial, que se
conoce como tonalizada, y que muchas veces se usa simplemente para oscurecer el interior de un
automóvil o un ambiente. Más adelante veremos cual es la razón del uso de la lámina polaroide
en el parabrisas.
De hecho hay que considerar que el campo magnético de la onda también existe y que trans-
porta parte de la energía, aunque por simplicidad no se lo ha representado en el esquema.
Otro aspecto que puede ser oportuno aclarar es que el campo eléctrico de la onda no polariza-
da, en realidad oscila en todas direcciones y no solo en y y en z como se lo ha representado. Ocurre
que en un instante cualquiera el campo puede estar en el plano y − z en cualquier dirección, pero
como a cualquier vector se lo puede descomponer en esas dos componentes.
En cuanto al mecanismo de absorción selectiva de la luz, éste se puede explicar consideran-
do que la lámina polaroide es un plástico que contiene un polímero lineal, cuyas moléculas se
asemejan a largas cadenas o hilos conductores de la electricidad. En el proceso de fabricación,
por estiramiento cuando aun el material está en estado pastoso, se consigue que esas moléculas
queden alineadas casi perfectamente. Sus orientaciones serán perpendiculares a la dirección de
propagación de la lámina (z en este caso). Entonces cuando una onda electromagnética ingre-
sa a la lámina, la componente del campo eléctrico paralela a las moléculas (Ez en este caso)
producirá una corriente eléctrica oscilante en ese hilo conductor, que como cualquier corriente
eléctrica disipa energía por efecto Joule como calor. Esa energía es tomada de la componente Ez ,
de modo que al ir penetrando en la lámina perderá amplitud y terminará siendo absorbido casi
por completo. En cambio la componente Ey pasa sin alterarse.
En una lámina polaroide ideal, la absorción de uno de los campos sería total y el otro pasaría
sin reducir en nada su amplitud. En la práctica no es así, de modo que la polarización será
parcial. En este caso, algo de la componente Ez alcanza a pasar, y la componente Ey se reduce,
aunque muy poco.
5.1 Polarización por absorción selectiva 29

Ley de Malus Consideremos que la luz polarizada por un sistema como el anterior, incida
sobre un segundo polaroide, cuya dirección de transmisión forma un cierto ángulo α con la
dirección del primero, tal como se indica en la figura 5.2

y
Onda incidente
No polarizada Ey

Ez
Onda emergente
Polarizada
z Ey α

Eyz

Figura 5.2: Luz polarizada que incide sobre una segunda lámina polaroide

La luz emergente de la segunda lámina estará polarizada, pero ahora con su campo eléctrico
orientado según la dirección de transmisión de esta lámina. Además su amplitud será menor a la
del campo incidente, ya que hay una componente del mismo que está en forma perpendicular a
esa dirección de transmisión y por lo tanto se absorberá. Esto se observa en la figura 5.3

E0
E
α
Polímero

Dirección de
transmisión

Figura 5.3: Absorción de una parte de la luz polarizada

La amplitud del campo eléctrico de la onda que atraviesa la lámina se puede calcular sim-
plemente como la proyección del vector del campo incidente sobre la dirección de transmisión:
E = E0 cosΘ.
Elevamos al cuadrado ambos miembros y los multiplicamos por las constantes cε0 para obten-
er las intensidades de onda, de lo que resulta: cε0 E 2 = cε0 E02 cos2 Θ. Finalmente obtenemos la
ecuación 5.1, que se conoce como Ley de Malus

I = I0 cos2 θ (5.1)
La ley de Malus es en realidad un modelo referido a un polaroide ideal, que sería aquel que
trasmite totalmente la componente del campo eléctrico que está en la dirección de trasmisión, y
absorbe la totalidad del campo perpendicular a esa dirección. En la práctica esas condiciones se
cumplen con cierta aproximación.
30 Polarización de la Luz

5.2. Polarización por reflexión/refracción


En el fenómeno de reflexión-refracción, que se produce cuando un haz de luz no polarizada
incide en forma oblicua sobre la superficie de separación de dos medios transparentes, se produce
polarización, tanto en el haz reflejado como en el trasmitido. Cuando el ángulo que forman los
hacer trasmitido y reflejado es de 90o , el rayo reflejado estará totalmente polarizado, oscilando
el campo eléctrico en forma perpendicular al plano de incidencia. En cambio el haz trasmitido
tendrá polarización parcial, tal como se indica en la figura 5.4.

Medio 1
I N
R

α1 α’1

α2

Medio 2 T

Figura 5.4: Polarización por reflexión y rafracción

Este fenómeno fue observado en forma empírica y se conoce como Ley de Brewster. En base
a la misma se puede calcular el ángulo de incidencia (α) para que esto ocurra.

n1 sen α1 = n2 sen α2 (5.2)

α1′ + 90o + α2 = 180o (5.3)

α1 + α2 = 90o (5.4)

sen α2 = cos α1 (5.5)


Reemplazando la expresión 5.5 en la 5.2

n1 sen α1 = n2 cos α1 (5.6)


Finalmente arribamos a la ecuación 5.7, que expresa la Ley de Brewster.

n2
tg α1 = (5.7)
n1
Para ángulos distintos al calculado en la expresión 5.7, la polarización del rayo reflejado será
parcial. Esto se puede comprobar en el laboratorio observando de frente el haz reflejado, con una
lámina polaroide interpuesta. Rotando la misma alrededor de un eje perpendicular a su plano,
5.2 Polarización por reflexión/refracción 31

se podrá observar que la luz pasa por un máximo y luego por un mínimo, en dos posiciones
que difieren 90o . Este podría ser un buen método para determinar la dirección de trasmisión del
campo eléctrico del polaroide, ya que se conoce la dirección de ese campo en el haz reflejado.
Si hiciéramos el mismo experimento con el polaroide en relación a la luz reflejada por una
superficie metálica, no encontraremos ninguna variación de intensidad luminosa, lo cual indica
que ese haz no está polarizado.
Los reflejos de la luz diurna en objetos no metálicos, tales como la nieve, el agua, las superficies
pintadas, etc, están parcialmente polarizadas, lo cual es fácilmente comprobable con una lámina
polaroide o con un par de anteojos polarizados. Por eso la visión con los mismos muestra a los
objetos más opacos.
Los parabrisas polarizados de los automóviles cumplen el rol de filtrar la luz parcialmente
polarizada, que se refleja en el pavimento, de los vehículos que vienen de frente.

Aplicación en Química
Los polarímetros son instrumentos que se usan desde hace muchos años para medir concen-
traciones de sustancias que contienen estereoisómeros, tal como los azúcares, que presentan la
propiedad de girar el plano de la luz polarizada. Como la rotación de ese plano, para un cierto
recorrido de la luz polarizada, es proporcional a la concentración de la sustancia, ese fenómeno
de utiliza para medir concentraciones de la misma. Los más conocidos son los sacarímetros.
Capítulo 6

Modelo de Propagación de ondas de


Huygens

Autor: Mgr. Hugo Kofman

Se trata de un modelo relativamente sencillo, que permite representar varios fenómenos de la


luz, entre ellos el de la reflexión-refracción, y el de difracción-interferencia.
La idea es que en un cierto frente de ondas aparecen emisores secundarios puntuales, y cada
uno de ellos emite a su vez una ondita esférica. Luego de un cierto tiempo ∆t se puede construir
un nuevo frente de ondas trazando la superficie envolvente al conjunto de onditas, en la dirección
de la propagación. Luego en el nuevo frente de ondas vuelven a aparecer los nuevos emisores
secundarios y se repite el mecanismo.
En la figura 6.1 se representa un emisor puntual que está emitiendo una onda cuyas direcciones
de propagación son radiales y sus frentes de onda son esferas concéntricas. En la figura se pueden
apreciar los emisores secundarios como puntos en cada frente de onda, y las onditas que emiten.

Figura 6.1: Modelo de propagación de una onda esférica

En la figura 6.2 se representa la propagación de una onda cuyas direcciones de propagación


son paralelas y sus frentes de onda son planos paralelos. En la figura se pueden apreciar también
los emisores secundarios como puntos en cada frente de onda, y las onditas que emiten.
El modelo de Huygens adolece de una contradicción, ya que en realidad habría dos superficies
envolventes a las onditas, una que está en la dirección de propagación de la onda, y otra en sentido
contrario. Nosotros nos hemos referido sólo a la que está en la dirección de propagación, aunque
también deberíamos analizar lo que ocurre con la otra. De hecho, no habría que considerarla,
porque eso implicaría la propagación de otra onda hacia atrás, lo cual no se observa. Por tal
motivo el modelo de propagación de ondas de Huygens fue luego perfeccionado por otros autores,
en particular por Kirchhoff, que introdujo una expresión para el calculo de la intensidad de
cada ondita en función del ángulo medido con la dirección de propagación. Así resulta nula la
6.1 Explicación de la Reflexión-Refracción con el modelo de Huygens 33

Figura 6.2: Modelo de propagación de una onda plana

intensidad en sentido contrario a la dirección de propagación.

6.1. Explicación de la Reflexión-Refracción con el modelo de


Huygens
En la figura 6.3 se representa un haz incidente (I) de rayos paralelos de luz monocromática,
que se desplaza sobre un medio transparente, con velocidad vi . En el mismo se pueden apreciar
los distintos frentes de onda planos, entre los cuales destacamos el AB, que en el tiempo t1
comienza a tomar contacto con la superficie horizontal que separa ese medio del que está en la
parte inferior, en el cual la velocidad de propagación de la luz es menor, y está dada por vt .
Se observan también los haces de luz reflejado (I) y transmitido (T), cada uno con sus
respectivos frentes de onda. Al respecto se puede probar por una propiedad geométrica, que el
ángulo que un rayo forma con la recta normal a la superficie (N o N’) es igual al ángulo que
forma el frente de onda con la superficie de separación de ambos medios transparentes.

N
N’
I
R
B A’
αi αr
αi αr
A αt B’
αt
T
A’’

Figura 6.3: Modelo de Reflexión-Refracción

El frente de ondas AB va llegando progresivamente a la superficie de separación de ambos


34 Modelo de Propagación de ondas de Huygens

medios, y a medida que lo va haciendo, los emisores secundarios comienzan a emitir sus corre-
spondientes onditas, tanto hacia arriba como hacia abajo. La superficie envolvente de las onditas
emitidas hacia arriba será el frente de onda del haz reflejado, y la superficie envolvente de las on-
ditas emitidas hacia abajo formará el frente de ondas del haz transmitido. Se trata de un proceso
que transcurre en el tiempo, y para entenderlo hay que hacer cierto esfuerzo imaginativo.
En la figura 6.3 se representan unos pequeños arcos correspondientes a las onditas men-
cionadas y los frentes de onda A′ B ′ (reflejado) y A′′ B ′ (trasmitido), ambos tangentes a las
onditas. Estos dos nuevos frentes de onda corresponden a un tiempo t2 , posterior a t1 , entre los
cuales transcurrió un cierto ∆t = t2 − t1 . La distancia recorrida AA′ es igual a la BB ′ porque
corresponden a desplazamientos en un mismo tiempo (∆t) a una misma velocidad (v1 ). En cam-
bio la distancia AA′′ es menor a BB ′ porque la velocidad en el medio transparente inferior es
menor a la del superior.
Los triángulos ABB ′ y B ′ AA′ son iguales, por ser rectángulos con dos lados iguales: AB ′
coincidente, y AA′ = BB ′ . De modo que los ángulos αi = αr . El ángulo de incidencia es igual
al ángulo de reflexión, lo cual justifica la ley de la reflexión.
Para justificar la ley de la refracción, vamos a trabajar con los triángulos ABB ′ y AA′′ B ′ .

BB ′ vi ∆t
senαi = ′
= (6.1)
AB AB ′

AA′ vt ∆t
senαt = ′
= (6.2)
AB AB ′
Dividiendo miembro a miembro las expresiones 6.1 y 6.2, arribamos a 6.3
senαi vi
= (6.3)
senαt vt
Ordenando y multiplicando ambos miembros por la velocidad de la luz en el vacío, llegamos
a 6.4:
senαi senαt
c =c (6.4)
vi vt
Teniendo en cuenta la definición de Índice de Refracción, arribamos finalmente a 6.5, que
corresponde a la ley de Snell.

ni senαi = nt senαt (6.5)


Capítulo 7

Interferencia de la luz.

Autor: Mgr. Hugo Kofman

7.1. Haces de luz coherentes


Si sobre un punto o región del espacio inciden dos o más OEM, obtendremos una onda
resultante cuyos campos eléctrico y magnético se puede calcular en cada instante a través de
una superposición vectorial. De hecho es lo que ocurre normalmente en los objetos iluminados
que observamos cotidianamente, los que reciben luz proveniente de muchas fuentes, incluidos los
reflejos difusos en paredes y otros objetos. En esas condiciones no se observa ninguna diferencia
entre un punto y otro. La iluminación aparece como uniforme y no hay zonas donde se noten
superposiciones constructivas y otras destructivas. Al respecto habría que tener en cuenta la
posibilidad de que dos ondas de igual longitud de onda y que estén en fases opuestas (desfasadas
un ángulo π), podrían dar por resultado una onda nula en algunos puntos.
Ese efecto no se observa porque las distintas ondas que llegan a cada punto, no tienen la misma
longitud de onda, llegan en forma no coordinada, y el campo eléctrico de cada componente toma
un valor prácticamente aleatorio en cada instante. Las mismas fuentes emiten trenes de onda
muy cortos, que se suceden unos a otros, sin guardar ninguna relación entre ellos. En este caso
decimos que las distintas ondas que llegan a cada punto no guardan coherencia entre si.
Consideremos ahora una situación ideal completamente distinta. Dos ondas exactamente
monocromáticas, de igual longitud de onda, y continuas, inciden sobre un punto P, tal como se
representa en la figura 7.1. Esas dos ondas, que guardan una diferencia de fase que se mantiene
en el tiempo, se dicen coherentes.
En este caso la superposición de las dos ondas tendrá un efecto visible, y se dice que interfieren
entre sí. En el esquema mostrado se puede observar que las ondas llegan en contrafase, o sea con
una diferencia de fase de π radianes, lo cual implica una interferencia destructiva, de modo que
en el punto P habrá una anulación total o parcial de la intensidad luminosa.
En la práctica, para que dos ondas sean coherentes entre sí, deben provenir de la misma fuente,
y ésta debería ser puntual o lo más pequeña posible, ya que en realidad una onda en si no puede
tener coherencia absoluta en el tiempo y en el espacio, o sea a lo largo de su recorrido y dentro del
mismo frentes de onda. Por eso se habla de ciertos niveles de coherencia temporal y de coherencia
espacial. Si dos ondas son obtenidas de la misma fuente, separándose en dos componentes por
algún mecanismo (que luego veremos), recorriendo distintos caminos, y reuniéndose nuevamente
en un punto, podrán mantener una diferencia de fase constante, y por lo tanto presentar el
fenómeno de interferencia.
Llamamos Fase al argumento o ángulo de la función de onda. Por ejemplo para la función
36 Interferencia de la luz.

E1

E2 P

Figura 7.1: Dos ondas coherentes

7.1, la fase es: [K(x − vt)].

E = Em sen[K(x − vt)] (7.1)

De modo que cuando la onda recorre una distancia x, considerando sólo su cambio de fase por
recorrido, para un cierto valor de t, podremos calcular su variación o cambio de fase ∆φ = Kx,
teniendo en cuenta que el Número de Onda es: K = 2π λ . Así, resulta la expresión 7.2.


∆φ = x (7.2)
λ
La expresión 7.2 también se hubiese podido obtener a través de una simple proporcionalidad,
teniendo en cuenta que a un recorrido de una longitud de onda (λ) le corresponde una diferencia
de fase de 2π, de modo de un recorrido x le corresponderá una diferencia de fase ∆φ.

7.2. Interferencia en láminas delgadas


Vamos a considerar una lámina transparente muy delgada, cuyo espesor d es uniforme, sobre
la cual incide una luz monocromática en forma ortogonal a su superficie. Suponemos que la luz
se propaga inicialmente en un medio de índice de refracción n1 , incide sobre la lámina de índice
n2 y desde la misma incide sobre un tercer medio de índice n3 . En cada superficie de separación
entre dos medios, parte de la luz se trasmitirá y otra parte se reflejará, de acuerdo al esquema
de la figura 7.2
Con la letra I indicamos un rayo de la onda incidente. Estrictamente todos los rayos reflejados
y trasmitidos que se originan a partir del mismo deberían estar alineados, de modo que la
separación lateral con la que se los representa, no es más que para poder diferenciarlos. La onda
I origina un rayo reflejado (R1 ) y otro trasmitido (T1 ). A su vez (T1 ) origina en S2 al reflejado
R2 y al trasmitido T3 . El reflejado (R2 ) que asciende, origina en S1 al trasmitido T2 y al reflejado
(R3 ) que desciende y se trasmite en el T4 . Teóricamente se producirían infinitas reflexiones y
trasmisiones en ambas superficies, aunque en la práctica las ondas reflejadas son muy inferior
intensidad a las trasmitidas, de modo que a las de orden superior se las puede despreciar.
Lo importante a observar es que las ondas R1 y T2 resultan coherentes, ya que provienen de
la misma fuente (la onda I). Entre ambas puede haber una diferencia de fase, que se mantienen
constante, al menos porque ambas recorren distancias distintas: R1 se reflejó directamente sobre
S1 , mientras que T2 recorrió una cierta distancia (2d) antes de salir trasmitida a través de
S1 . De modo que ambas ondas, que emergen por el mismo punto y en la misma dirección y
7.2 Interferencia en láminas delgadas 37

R1 n1
T2
S1

R3
d n2
T1
R2

S2
T3 T4 n3

Figura 7.2: Ondas en lámina delgada

sentido, pueden presentar el fenómeno de interferencia. Al fenómeno le llamamos Interferencia


por Reflexión
Con un razonamiento similar podemos decir que T3 y T4 también pueden interferir, configu-
rando lo que se conoce como Interferencia por trasmisión.
En caso que la diferencia de fase entre dos de las ondas que interfiere sea un múltiplo par de
π radianes, tendremos interferencia totalmente constructiva, lo cual significa una intensidad de
onda más intensa que ambas por separado. En cambio si la diferencia de fase resulta ser un número
impar de π radianes, la interferencia será destructiva. Eso no significa la anulación total de la luz
reflejada o trasmitida, ya que nunca las dos ondas que interfieren tienen la misma amplitud, sino
en todo caso una disminución relativa de intensidad. Estas dos situaciones extremas se pueden
observar en los esquemas de la figura 7.3, en los que cada onda es representada por un fasor,
obteniéndose en cada caso la onda resultante.

E1 E1
E2 E2
E E
Constructiva Destructiva
Figura 7.3: Interferencias constructiva y destructiva

En este esquema se han representado solamente las dos condiciones extremas de interferencia,
en las cuales se obtienen o el máximo o el mínimo de intensidad luminosa, las que corresponden
a diferencias de fase equivalentes a 2π y a π radianes. Entre ambas existen todas las situaciones
intermedias, que se dan para otros ángulos.
38 Interferencia de la luz.

Inversión de fase por reflexión

Cuando una onda (por ejemplo la I del esquema anterior) incide desde un medio de menor
índice de refracción (por ejemplo n1 ) contra un medio de mayor índice (por ejemplo n2 ), la onda
reflejada presenta un cambio de fase equivalente a π radianes. Es como que el vector del campo
eléctrico de la onda reflejada se invierte 180o respecto al incidente. O sea que si n1 < n2 , entre
R1 y T2 habrá una diferencia de fase ∆φ = π. En cambio, si fuera n1 > n2 , entre ambas ondas
no habrá ninguna diferencia de fase.
Es interesante analizar cómo este hecho puede ser explicado a partir de las ecuaciones de
Maxwell, lo que además nos proveerá de la expresión 4.5 para el cálculo de las intensidades de
onda trasmitida y reflejada.
Consideremos una onda incidente (I) que se propaga en un medio de índice de refracción n1 .
Indicamos los campos eléctrico y magnético en un cierto instante, en la posición de llegada de
la onda a la interfase con el medio de índice n2 . Al respecto, tenemos en cuenta que el producto
vectorial E⃗1 × B⃗1 debe tener el sentido de propagación de la onda. Algo similar ocurre con los
campos E⃗2 y B⃗2 de la onda trasmitida (T). En cuanto a la onda reflejada (R), que para mayor
claridad representamos desplazada, si mantenemos el sentido del campo (E⃗1r ), lo cual se adopta
como hipótesis del caso (considerando que n2 < n1 ), tenemos que invertir el campo magnético
para respetar la regla del producto vectorial. Todo lo cual se indica en el esquema de la figura
7.4.

I R

n1 E1 d
B1 B1 R E1 R

n2 B2 E2

Figura 7.4: Fase de onda reflejada

Para hallar la relación entre Campo Incidente y Campo Reflejado partimos de la base que la
⃗ como del campo B
integral de línea cerrada (circulación), tanto del campo E ⃗ en una trayectoria
cerrada rectangular, de largo d y ancho despreciable, es nula. La curva cerrada se representa en
la parte derecha de la figura 7.4.
El fundamento de esa afirmación es que en el caso del campo eléctrico, esa integral representa
la fem inducida, que de acuerdo a la ley de Faraday es igual a la derivada temporal del flujo
del campo magnético a través de la superficie que encierra esa curva. Dado que su área es
despreciable, también lo será el flujo, y por lo tanto su derivada. Se llega así a la expresión 7.3
I
E ⃗ =0
⃗ · dl (7.3)
c

En el caso del campo magnético, su integral de línea cerrada, de acuerdo a la ley de Ampere-
Maxwell, es igual al flujo del vector Densidad de Corriente de Desplazamiento. Por igual motivo
que en el caso anterior, con área nula, el flujo será nulo, e igualmente la integral de línea cerrada.
7.2 Interferencia en láminas delgadas 39

Aclarando que la curva de integración es similar a la anterior, pero perpendicular al papel. Resulta
entonces la expresión 7.4
I
B ⃗ =0
⃗ · dl (7.4)
c
Para el caso del campo eléctrico, la expresión 7.3 se traduce en la relación algebraica 7.5

E1 · d + E1R · d − E2 · d = 0 ⇒ E1 + E1R = E2 (7.5)


Algo similar ocurre con la expresión 7.4, a partir de la cual se arriba a la 7.6.

B1 · d − B1R · d − B2 · d = 0 ⇒ B1 − B1R = B2 (7.6)


Teniendo en cuenta que el módulo del campo magnético es igual al del campo eléctrico
dividido la velocidad de propagación de la OEM en dicho medio (B = E/v), lo cual ha sido
explicado en el capítulo de ondas electromagnéticas, podemos transformar la relación 7.6 de la
siguiente manera:

E1 E1R E2
− = (7.7)
v1 v1 v2
Multiplicando ambos miembros de la expresión 7.7 por el valor de la velocidad de la luz en
el vacío, y teniendo en cuenta la definición de Índice De Refracción (n = c/v), resulta la 7.8

n1 E1 − n1 E1R = n2 E2 (7.8)
Reemplazando E2 de la expresión 7.8 en el segundo miembro, por E1 + E1R tal como se ha
deducido en la 7.5, resulta la 7.9

n1 E1 − n1 E1R = n2 (E1 + E1R ) ⇒ E1 (n1 − n2 ) = E1R (n2 + n1 ) (7.9)


Finalmente arribamos a la expresión 7.10
( )
n1 − n2
E1R = E1 (7.10)
n1 + n2
Con ayuda de la 7.10 demostramos lo que habíamos afirmado al principio, en cuanto a la
inversión de fase o no del campo eléctrico de la onda reflejada. Efectivamente, si es n2 < n1 , el
signo de E1R será igual al signo de E1 . O sea que ambas ondas, incidente y reflejada, tendrán
la misma fase. En cambio, si fuera n2 > n1 los signos de ambos campos serán opuestos, lo que
significa que la onda reflejada cambia su fase respecto a la incidente en 180o , o lo que es lo mismo
en π radianes.
Pr otra parte, teniendo en cuenta que la intensidad de la OEM es proporcional al cuadrado
del campo eléctrico, si elevamos a esa potencia la expresión 7.10, a partir de la misma llegamos
facilmente a la 4.5, la cual nos da la relación entre intensidad reflejada e incidente para una
incidencia perpendicular a la superficie.

A modo de ejemplo
Analizaremos un caso particular de interferencia en láminas delgadas. Consideremos simple-
mente un película de agua con detergente, tal como la que forma una pompa o burbuja. El
detergente sólo tiene la función de disminuir la tensión superficial para darle estabilidad a la
lámina. Supongamos que tiene un espesor d y un índice de refracción n2 , y es iluminada perpen-
dicularmente con una luz monocromática de longitud de onda λ1 . Podemos utilizar el esquema
40 Interferencia de la luz.

de la Figura 7.2. Asumimos que hay aire a ambos lados de la lámina, de modo que podemos
considerar n1 = n3 = 1.
Para realizar los cálculos de diferencias de fase entre ondas que interfieren entre si, definimos
como fase 0 al punto donde llega la onda incidente sobre la superficie S1 .

Interferencia por reflexión Para analizar este aspecto, debemos calcular la diferencia de fase
entre las ondas R1 y T2 .
La primera de ellas tendrá una fase φ1 = π, puesto que la onda incidente se propaga y refleja
en un medio de menor índice de refracción que el de la onda trasmitida (n1 < n2 ).
Para calcular la fase de la onda T2 hay que tener en cuenta tanto el cambio de fase por
“recorrido”, como el posible cambio de fase por reflexión en la superficie S2 . En este caso éste
último será cero, ya que es n3 < n2 . Si fuera al revés, habría que sumar π radianes al desfasaje
por recorrido.
El cambio de fase por recorrido para la onda T2 se puede calcular teniendo en cuenta que
entre el punto de incidencia (considerado como fase 0) y el punto donde emerge, la onda baja y
sube en ambos casos una distancia d, de modo que la distancia total que recorre es 2d. Teniendo
en cuenta la expresión 7.5, se puede llegar a la 7.11


φ2 = 2d (7.11)
λ2
Por lo tanto, la diferencia de fase entre las dos ondas que interfieren se puede calcular con la
ecuación 7.12


∆φ = 2d −π (7.12)
λ2
En la ecuación 7.12, hay que tener en cuenta que la longitud de onda (λ2 ) a utilizar, se debe
calcular con la relación 4.3, teniendo en cuenta que cuando una luz monocromática pasa de un
medio a otro, mantiene constante su frecuencia y cambia su longitud de onda.
Si el valor hallado de ∆φ es un numero par de veces π, tendremos interferencia constructi-
va, y si ese número es impar, la misma será destructiva, pudiendo darse todas las situaciones
intermedias, como ya se dijo.
Se podría analizar el caso particular de una lámina tan delgada, que su espesor resulta
despreciable en relación a la longitud de onda (d << λ). En ese caso se anula el primer término
del segundo miembro, y la diferencia de fase será (∆φ = −π). El signo es irrelevante, de modo que
en estas condiciones tendremos interferencia destructiva por reflexión para todas las longitudes
de onda, tal como la luz solar, que como sabemos contiene todo el espectro visible.
En cambio, si el espesor de la lámina es importante en relación a las longitudes de onda, la
condición de interferencia constructiva o destructiva dependerá de dos parámetros: el espesor de
la lámina, y la longitud de onda de la luz. De esta manera se puede interpretar las coloraciones
que se observan en los reflejos de la luz solar por las “pompas de jabón”. La lámina no tiene espesor
uniforme, de modo que para algún valores de d producirá interferencia constructiva para cierta
longitud de onda (por ejemplo el rojo) y destructiva para otra zona del espectro (por ejemplo
la zona del azul). De modo que en esa zona se verá un reflejo rojizo. Para otros valores de d
la situación puede variar, de modo que en distintas zonas de la lámina se observan coloraciones
diversas.
Eso mismo ocurre con las láminas delgadas de aceite que flotan sobre agua en reposo, y que
producen los conocidos reflejos coloreados de la luz solar.
También se pueden observar estos fenómenos en la delgada lámina de aire formada entre
un vidrio plano y una lente con una superficie convexa apoyada en el mismo, formándose los
conocidos “anillos de Newton”, o también apoyando un vidrio plano sobre otro, de manera que
7.2 Interferencia en láminas delgadas 41

las propias irregularidades de las superficies, que no son exactamente planas, producen una
delgada lámina de aire de espesor variable, la cual forma también reflejos coloreados en forma
de franjas irregulares.

Aplicaciones Para mostrar que el estudio de este tema no sólo tiene utilidad para explicar
fenómenos curiosos como los mencionados, podemos dar el ejemplo de las llamadas “películas
antireflectantes”, con las que se recubren por ejemplo las lentes de las cámaras fotográficas, por
lo cual las mismas se observan muchas veces de un color verde azulado. El objetivo es aumentar
la trasmisión de la luz por la lente y eliminar los reflejos internos de la cámara fotográfica, que
hacen perder calidad a la imagen. Para eso se busca producir una interferencia destructiva por
reflexión para la zona central del espectro, aunque también existen recubrimientos multicapa que
reducen los reflejos para varias longitudes de onda.
Como ejercicio para el alumno, se propone demostrar que si el índice de refracción del re-
cubrimiento es menor al del vidrio de la lente, con un espesor de película igual a 1/4 de longitud
de onda de la luz, se consigue el efecto deseado.
Otra aplicación de la interferencia en láminas delgadas es la medición del espesor de diversas
películas que se depositas sobre algunos materiales, por ejemplo semiconductores.

Interferencia por trasmisión En el esquema de la figura 7.2, se puede observar que las ondas
T3 y T4 salen de hecho por el mismo punto, en la misma dirección y provienen de la misma fuente.
Por tal razón producirán interferencia “por trasmisión”. Aunque este fenómeno es menos visible
que el de la reflexión, puesto que la intensidad de T3 será mucho mayor que la de T4 , de modo
que la reducción de intensidad en la interferencia destructiva es menos notoria.
El método de cálculo es básicamente el mismo que en el caso de reflexión. Hay que tomar
un punto de “fase cero”, común a ambas ondas, luego seguir el recorrido de cada una, calculando
su cambio de fase, ya sea por desplazamiento como por reflexión (si lo hubiera) y calcular la
diferencia de fase entre ambas cuando salen.
En el caso del esquema de la figura 7.2, un punto común de fase cero puede ser el mismo que
tomamos para la interferencia por reflexión (en S1 ), aunque también puede ser el de la llegada
de T1 a S2 , puesto que recién ahí la onda se divide en una trasmitida (T3 ) y una reflejada (R2 ).
Luego ésta se refleja en S1 formando R3 , saliendo finalmente T4 por la superficie S2 . De esta
manera, la fase de T3 será cero (φ3 = 0) y la fase φ4 se encuentra teniendo en cuenta el doble
recorrido (2d) que hace la onda antes de salir, a lo cual habrá que sumarle eventualmente las
inversiones de fase (π) en caso que hubiera reflexión o reflexiones contra medios transparentes de
mayor índice que el de la onda incidente y reflejada. Se puede observar al respecto que en el caso
de una pompa de jabón, no hay inversión de fase por reflexión en ninguna de las dos superficies,
en cambio si la hay en el ejemplo de la lámina de aire entre dos vidrios, aunque en este caso
como a la fase se le suma π dos veces, el efecto final es como si no habría inversión por reflexión:
hubo dos inversiones que se anularon entre sí.

Das könnte Ihnen auch gefallen