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RECOMENDACIONES

Consideramos que los factores políticos pueden ser mitigados desde una estrategia de
negocios. Particularmente para el caso del proyecto Tía María, se observó durante el proceso
de trabajo de campo que las estrategias de comunicación y difusión del proyecto no fueron
aún suficientes. Por lo tanto, existe un grado tal de asimetría de información en relación al
proyecto minero. No existe un consenso general sobre qué es y cuál será su verdadero
impacto en las áreas de influencia directa e indirecta. Esto se puede evidenciar en los 61
resultados de las encuestas en donde se reflejan los porcentajes más altos referidos a la
posible contaminación futura que habría si se ejecutara el proyecto. En este sentido podemos
enunciar las siguientes recomendaciones para los principales actores del conflicto
socioambiental:

RECOMENDACIONES PARA SOUTHERN PERÚ COPPER CORPORATION:

• Realizar una campaña de reconciliación con la población en general. A su vez, realizar


también reuniones en donde se rompa la asimetría de información, la cual genera
desconfianza y riesgo moral negativo para los intereses empresariales de la empresa. •
Resaltar los resultados obtenidos en las otras operaciones mineras en cuanto a las relaciones
comunitarias manejadas. • Seguir con el apoyo a la agricultura, expandiéndola en los distritos
más radicales (Cocachacra y Dean Valdivia). • Informar intensivamente acerca de la
contaminación y las propuestas para mitigarlas y reducirlas. • Concretar los acuerdos con la
provincia para la generación de puestos de trabajo para pobladores y seguir con las campañas
de capacitación. • Tener empatía con el pueblo y actuar como un grupo de presión para
solicitar al gobierno central y regional la mitigación de necesidades sociales, tales como la
Represa de Paltuture, la cual ayudará a mejorar la agricultura de la región.
RECOMENDACIONES PARA GOBIERNO CENTRAL Y REGIONAL:

• Mejor monitoreo de los conflictos sociales y de la identificación de los principales actores


involucrados en un conflicto causado por actividad minera latente. • Trabajar de mano de la
empresa en un papel informante sobre los beneficios que trae la inversión minera a la
provincia de Islay • Identificación y mitigación de las necesidades publicas aun persistentes,
estas al ser resueltas, crean un ambiente más receptivo a las inversiones.
Sin embargo, muchas de estas objeciones no tienen un
sustento técnico ni legal, y lo único que han logrado es generar
más desconfianza e inestabilidad en el país.

Por ello, en esta oportunidad nos detendremos a analizar las


principales críticas que ha recibido el EIA del proyecto minero, y
determinaremos su asidero.

1. SE HIZO MUY RÁPIDO

El segundo EIA del proyecto Tía María fue evaluado en un


menor tiempo que el primero y recibió menos observaciones.
Esto podría significar que el EIA fue analizado con ligereza o
aprobado por presiones.

Es correcto afirmar que el segundo EIA se evaluó en menor


tiempo. Mientras que el primero tomó 1 año y 9 meses, el
segundo proceso tardó 9 meses. Sin embargo, el segundo EIA
no fue aprobado antes de los tiempos establecidos de acuerdo
con la ley (6 meses); es más, la respuesta a la empresa se
excedió en tres meses.

Además, el Minem, con el paso del tiempo, se ha vuelto más


eficiente en el proceso de aprobación de instrumentos
ambientales. Esto se debe a una mayor experiencia y una mejor
capacitación de sus funcionarios.

Asimismo, en el caso del segundo EIA, la respuesta se dio en


un menor tiempo porque varios elementos de campo ya habían
sido estudiados cuando se evaluó el primero, por lo que no se
empezaba desde cero. Ya existía, pues, información, como la
línea de base.

En entrevista con El Comercio, el viceministro de Energía y


Minas, Guillermo Shinno, indicó que “es lógico que este
segundo EIA sea más rápido, porque los expertos que elaboran
el EIA ya conocen el campo y los técnicos del ministerio están
mejor capacitados”.
Si bien el segundo EIA recibió 73 observaciones, cantidad
menor que el primero, ello es comprensible si se considera que
las 138 observaciones que obtuvo de la Oficina de las Naciones
Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) fueron absueltas.

2. INCREMENTO EN EL MATERIAL

Al comparar el primer y segundo EIA, se observa que la


explotación de cobre aumenta de 638.082 millones a 650.760
millones de toneladas.

El primer error que se comete es de forma, al decir que se


explotarán miles de millones de toneladas, cuando en realidad
se trata de millones.

En segundo lugar, es totalmente comprensible que el volumen


de la producción de un proyecto varíe, dependiendo de cuándo
se hacen los cálculos de las reservas. Se toman en cuenta
factores como el precio del mineral, el costo de los insumos, el
costo de las inversiones de capital y de las mejoras
tecnológicas.

Es en función de estas variables que es lógico que las reservas


estimadas de las minas sean distintas en este EIA a las de hace
4 años, cuando se realizó el primero. El cálculo del segundo EIA
es, pues, un estimado actualizado de las reservas.

3. EXISTE MÁS DESMONTE CONTAMINANTE

El aumento de la producción implica un aumento en el


desmonte contaminante. En el EIA no se detalla cómo se
lidiaría con estos desechos adicionales.

Esta afirmación es incorrecta por dos razones. En primer lugar,


en todos los EIA se debe especificar cómo se tratará el
desmonte. Y, en efecto, Southern ha especificado cómo se
procederá con el manejo de los desechos.
En el caso de Tía María, existen dos tipos de desechos. Por un
lado tenemos los desmontes, que en sí no son contaminantes,
son material inerte. Este desmonte contará con canaletas en
caso llueva (lo cual es un riesgo mínimo, en tanto que en la
zona la lluvia solo alcanza los 2,4 milímetros al año) para evitar
su contacto con el agua.

Por otro lado está el material que contiene sulfuro, el cual será
almacenado en depósitos impermeabilizados con arcilla
compactada para que la tierra no se vea afectada por el ácido.

Más allá de todo, lo que debemos entender es que la


aprobación del EIA no es, en lo absoluto, el único modo de
fiscalizar los impactos ambientales de la mina. El EIA es un
instrumento inicial que sirve para evaluar la viabilidad ambiental
del proyecto y debe ser actualizado cada cinco años.

Además de este instrumento, la minera deberá conseguir la


aprobación de un plan de cierre de minas, en el cual se
describen las medidas que se adoptarán con la finalidad de
eliminar, controlar y mitigar los efectos adversos ocasionados
por el proyecto. Asimismo, el Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA) verificará el cumplimiento de las
regulaciones ambientales.

4. ESTUDIO DE FACTIBILIDAD DE LA PLANTA


DESALINIZADORA

La planta desalinizadora requiere que se anexe un estudio de


factibilidad. Solo así se probará que no se tendrá que utilizar
agua del río en ningún momento de la vida del proyecto.

Tal estudio de factibilidad no solo no es exigido por la ley, sino


que tampoco es necesario. Un estudio de factibilidad es un
documento que se redacta para determinar si un proyecto es
viable a nivel técnico, económico y social. Aquí se detalla, entre
otras cosas, una descripción del proyecto y la localización de los
componentes principales y auxiliares de este.
Según el abogado Luis Felipe Huertas del Pino, del Estudio
Osterling, un estudio de factibilidad se realiza a nivel de todo el
proyecto en cuestión, y suele ser del interés del inversionista y
casi siempre es de carácter confidencial. Este se realiza en una
etapa previa al EIA. No tiene, pues, que ir adjunto al EIA, como
se ha mencionado.

Ahora bien, ¿cómo se relaciona el estudio de factibilidad con los


EIA? Lo que indica la guía para la elaboración de EIA del año
1994 es que “la información del proyecto debe estar disponible
en forma de estudios de factibilidad del proyecto”. Esto significa
que para redactar el segundo capítulo de los EIA –donde se
describen las actividades por llevarse a cabo– debe utilizarse
información que se encuentra en el estudio de factibilidad.

En pocas palabras, la esencia del estudio de factibilidad tiene


que estar reflejada en el EIA, pero no se exige que los estudios
de factibilidad se anexen a los EIA. Tampoco se exige que haya
un estudio de factibilidad por cada componente de estos
documentos (en este caso, la factibilidad de la desalinizadora).

No solo eso: una planta desalinizadora ya tiene una factibilidad


comprobada per se. Su ingeniería –remover la sal del agua
marina por un proceso de osmosis inversa– es estándar en el
ámbito mundial.

Asimismo, en el EIA sí se encuentra analizado el impacto que la


planta desalinizadora generaría durante la elaboración de la
línea de base, la construcción y la operación. Además, la
empresa ha respondido a las observaciones hechas por la
Dirección Nacional de Capitanías de Puertos (Dicapi) y la
Autoridad Nacional del Agua (ANA) acerca de los diámetros de
la tubería y los planos de las instalaciones de la planta.

Por último, debemos recordar que las plantas desalinizadoras


son reconocidas alrededor del mundo como una tecnología
eficiente y segura. Tal como señaló la economista minera
Marita Chappuis en un artículo publicado el viernes en El
Comercio, todas las ciudades australianas cuentan con estas
plantas.

No tan lejano, en Chile existen seis de estas en operación, y


más de 10 en estudio y construcción. Actualmente, en el Perú
operan plantas desalinizadoras en las minas de Bayóvar, en
Piura, y Marcona y Cerro Lindo, en Ica, así como en la fundición
de Ilo.

5. EL POLVO

Los puntos de monitoreo de aire permiten medir la


contaminación que se produciría. No existen suficientes
estaciones de control, lo que impide realizar una medición
efectiva, y los existentes se encuentran muy lejos de la
operación de la mina.

Para entender este cuestionamiento, hay que partir por


diferenciar los límites máximos permisibles (LMP) de los
estándares de calidad ambiental (ECA). Por norma, la empresa
está obligada a poner puntos de control en las instalaciones.

Pero lo más importante en términos de lo que le interesaría a la


población, son los estándares de calidad, cuyo objetivo es
resguardar la salud de las personas. En ese sentido, la crítica
ha sido que solo se habrían colocado dos puntos de monitoreo,
cuando en verdad se están instalando tres en centros poblados
y cerca de las actividades productivas. Para el ministro del
Medio Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, “los puntos de monitoreo
tienen que estar cerca de las personas y las actividades
económicas”.

Esto es lo que ha hecho Southern. Carlos Aranda, funcionario


de la empresa, explicó: “Lo que hemos hecho es colocar las
zonas de monitoreo en donde vive y trabaja la gente, para que
se refleje si se causa cualquier problema a la salud humana y la
agricultura”.
Otro punto importante es que las voladuras se realizarán
únicamente cada dos días, al mediodía y por cinco segundos.
Esto es importante ya que es en este momento del día que el
viento sopla con dirección al noreste, por lo cual el valle –
ubicado al sur del tajo– no se vería afectado. En caso existiese
una anomalía y el viento cambiara de dirección, no se
realizarían voladuras.

Además, el estudio ha previsto que se colocará un domo para


evitar que se propague el polvo para el almacenamiento.

Finalmente, la empresa ha detallado el uso de fajas


transportadoras para limitar el tránsito de camiones, riegos
constantes de las trochas y sobre todo un monitoreo
participativo para asegurarse de que todo se hará de acuerdo
con las normas ambientales.

6. AGUAS SUBTERRÁNEAS

Se ha señalado que las aguas subterráneas podrían afectar el


río.

Lo cierto es que el proyecto, durante su operación, no va a


utilizar aguas subterráneas, sino agua de mar. Durante la etapa
de construcción sí se utilizará hasta 50 l/s de agua superficial,
pero únicamente por dos años. Incluso en este momento se
evalúa de dónde se captará el agua, pero no será de aguas
subterráneas.

Por otro lado, si bien es cierto que se han encontrado acuíferos


donde se ubicaría el tajo, el estudio hidrogeológico incluido en
el EIA muestra que no existe conexión entre el fondo del tajo y
el acuífero que alimenta el Valle de Tambo, de modo que el
agua del valle no se vería afectada.
Defensoría: “Conflicto
social en Islay está activo”
Representante de la Defensoría en Arequipa sostiene que es
necesario que se instale una mesa de diálogo para atender las
demandas y dudas de los agricultores del valle de Tambo.

El anuncio de sacar adelante el proyecto minero Tía María este año,


como lo manifestó el presidente de Consejo de Ministros, César
Villanueva , podría desencadenar nuevas protestas en la provincia
arequipeña deIslay , según la Defensoría del Pueblo .

Ángel Manrique, representante en Arequipa de la Defensoría,


sostiene que el conflicto social en el valle de Tambo, por el proyecto
minero que ahí quiere implementar Southern Perú , está nuevamente
activo desde febrero.

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Precisó que es necesario, antes de poner en marcha dicha iniciativa,


que el Ejecutivo, junto con el gobierno regional y las municipalidades
involucradas, instale una mesa de diálogo para atender las demandas y
dudas de los agricultores.

“Además, antes de emprender Tía María, se debería revisar los


proyectos pendientes en Islay, para que el diálogo no se obstaculice”,
expresó Manrique. Por su parte, el congresista Justiniano Apaza dijo
que en Islay hay una amplia mayoría en contra de Tía María y criticó
las declaraciones del premier Villanueva.
“El Gobierno debe preocuparse por cumplir con el compromiso de
construir la represa de Paltiture”, acotó.

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