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Como grupo estamos donando un rompecabezas el cual tiene los siguientes beneficios:
1. Refuerza de la memoria.
Ayudan a mejorarla, ya que deben recordar el tamaño, el color y la forma de cada pieza. Si no
encaja, la dejan de lado y la recuerdan hasta que sea necesaria.
Armar un rompecabezas es como armar un problema muy grande. No es solo ver que las
piezas no están bien e intentar que la situación se arregle. Al armar un rompecabezas, debes
tomar los mismos pasos que en la resolución de un problema. Primero se tiene que ver el
panorama, ver cómo están las cosas e identificar qué está mal. Luego de buscar la mejor
manera de arreglar la situación se crea una estrategia para lograr el objetivo.
Cuando miran las piezas y descifran en dónde encajan, están desarrollando esta habilidad
vital. Los rompecabezas les enseñan a utilizar sus mentes para resolverlos de una manera
lógica.
Al formar las piezas, el niño debe tomar las piezas con las manos para poder acomodarlas. Al
agarrar las piezas con sus manos, está llevando a cabo la función de flexión y estiramiento.
Ayudando así al desarrollo de la coordinación motriz. Al tener que acomodar la pieza
correctamente, debe visualizar el espacio para lograr colocarla de la manera que se debe. Por
lo que esto ayuda en la coordinación motriz fina del ojo del niño.
4. Impulsa la paciencia.
Para armar un rompecabezas se necesita mucha paciencia. Buscar acomodar, unir y lograr
que encaje de manera correcta no es una tarea fácil. El armar uno de estos juegos requiere
mucha paciencia y tranquilidad, lo cual nos ayudará a pensar de manera clara
5. Habilidades básicas
Estas son algunas habilidades que los rompecabezas potencian en los niños, según en el sitio
Teach:
6. El mundo alrededor
El desarrollo cerebral de un niño se ve significativamente afectado cuando interactúa con el
mundo que lo rodea. Los rompecabezas brindan una oportunidad clave, ya que le permiten
trabajar directamente con su entorno y cambiar su forma y apariencia, explica el sitio del
Instituto de Desarrollo Infantil de Estados Unidos.
Armar rompecabezas entre los 2 y los 4 años de edad ayuda a desarrollar habilidades
matemáticas y espaciales (capacidad para medir distancias casi exactas sin la ayuda de
instrumentos) que resultan de gran utilidad en la vida adulta