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Subtemas:
El poder de la mirada
Desarrollo:
El poder de la mirada
Al hablar al público tu mirada no puede ser descuidada, casual o desentendida, puesto que
daría la impresión de que no tienes verdadero interés en quienes te escuchan. Recuerda: todos
interpretamos lo que percibimos, y una mirada inapropiada hará que los demás saquen
conclusiones negativas sobre ti y sobre lo que les dices.
Esta mirada debe ser activa, intencional, agradable y sincera; debe ser sin dureza, con afecto.
De esta forma darás un mensaje claro de que estableces una comunicación directa, y que le
estás hablando a ellas en particular, no a una masa informe de personas. El nivel de persuasión
se incrementa cuando estableces un contacto sincero y directo con tu público.
Antes de comenzar
Antes de iniciar, justo antes de hablar, mira amigablemente a todos. Establece el lazo inicial de
forma agradable, de modo que la primera impresión que les des sea positiva. Nunca los veas
con cara de regaño para que hagan silencio y te dejen comenzar, puesto que esto los puede
predisponer en tu contra.
Durante la presentación
Mira a los ojos, así establecerás una comunicación franca y sincera. Si la cantidad de personas
te lo permite, asegúrate de verlos a todos y cada uno. En caso de un auditorio grande, hazlo por
grupos.
Esto deberás hacerlo de la forma más equitativa posible, considerando que las partes centrales
tienden a tener el mayor porcentaje de tiempo en tu atención. Esta es un factor importante a
considerar, ya que podrías quedarte mirando solo a una/s parte/s y descuidar otras.
Evitar
Otra tentación que deberás evitar es fijarte mucho en una o pocas personas, sea porque te
agradan, estén muy interesadas, sean una autoridad, te resulten amenazantes o cualquier otra.
De la misma forma, esto te haría descuidar a los demás y poner en evidencia tu “preferencia”,
nerviosismo o inseguridad.
Evita excluir personas con la mirada, sea por un tiempo relevante o siempre. Esto les daría un
mensaje psicológico que te perjudicaría: “No eres importante”; como no les prestarías
atención, ellos no se sentirían obligados a prestártela a ti. Las consecuencias no se harían
esperar, pues los participantes se desconectarían y comenzarían a realizar actividades
negativas para el evento, como son revisar el celular, conversar con el de al lado, dibujar
figuritas, bostezar, entre otras. Y, como las cosas tienden a contagiarse, cuando alguien hace
cosas como estas, quienes los vean creerán tener el “permiso” para hacerlas también.
Evita también ver mucho al piso, al techo o al final del auditorio. Hacerlo daría la sensación de
inseguridad, timidez o falta de conocimiento. No significa que por cortos instantes no se pueda
ver así, pues es parte de la dinámica comunicacional hacerlo ligeramente, ya que podrías estar
recordando algo específico; solo que debe ser algo de pocos segundos.
El lugar
En resumen: mira a los ojos y de forma activa a todos, de manera agradable, y sin excluir a
nadie o a ninguna zona. Conéctate amigablemente con quienes te escuchan, de este modo ellos
también se motivarán a hacerlo.