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Los productos de
desecho provienen del normal metabolismo de los alimentos que ingerimos.
Los riñones también son responsables de eliminar los subproductos de los medicamentos que tomamos,
evitando así que se acumulen en la sangre. Además de estas funciones, los riñones también regulan la cantidad
de sal que se excreta con la orina - lo cual es muy importante para prevenir la acumulación de líquidos en el
cuerpo - y mantienen la concentración sanguínea normal de muchos minerales.
Al fin, los riñones también producen varias hormonas importantes para la salud, como la vitamina D y la
eritropoietina, que es la hormona que controla la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. Si una
enfermedad altera estas funciones renales, nuestros cuerpos sufren muchos cambios que pueden llevar a la
muerte si no recibimos tratamiento.
Para comenzar podemos identificar una diferencia clara entre las dos:
La Insuficiencia Renal Aguda usualmente es causada por una situación que conlleve a una falla
renal repentina, como pérdida de sangre, deshidratación o el uso excesivo de una medicina o droga.
Las enfermedades renales agudas suelen causar síntomas bastante evidentes, como sangre en la orina,
hinchazón de cara, pies y piernas, subida de la presión arterial y respiración dificultosa. Estos síntomas son más
comunes en niños que en adultos porque la enfermedad renal aguda es más común en los niños. Sin embargo,
los adultos pueden experimentar los mismo síntomas. Si usted presenta una combinación de estos síntomas no
debe demorarse en pedir atención médica.
Otras causas pueden ocasionar síntomas similares, pero un simple análisis de orina puede determinar si los
síntomas son causados por una enfermedad renal o no. Generalmente, si hay enfermedad renal la orina contiene
albúmina y pequeñas cantidades de sangre. Además, un simple análisis de sangre puede mostrar si los riñones
están cumpliendo bien la función de eliminar los desechos de la sangre.
Al contrario de las enfermedades renales agudas, muchas enfermedades renales crónicas no muestran
claras señales de aviso en sus etapas tempranas. Puede haber pérdida del apetito, leve hinchazón de piernas
y cansancio. Estos síntomas suelen ser tan leves y poco específicos que se los puede ignorar por largo tiempo.
Algunos pacientes acuden al médico con estos síntomas leves sin sospechar que tienen una enfermedad renal
avanzada.
La National Kidney Foundation propone el siguiente tratamiento para la enfermedad renal y los
problemas de salud vinculados:
Control del nivel de azúcar en la sangre en pacientes diabéticos: mediante dieta, ejercicio y, cuando sea
necesario, la administración de insulina o medicamentos antidiabéticos.
Control del nivel de colesterol alto: mediante dieta, ejercicio y, si es necesario, tratamiento
farmacológico.
Tratamiento de la anemia: con suplementos de hierro y en algunos casos medicamentos que favorecen
la producción de glóbulos rojos.
Tratamiento para trastornos del metabolismo óseo y mineral: mediante fármacos y una dieta que
reduzca la cantidad de fósforo, con especial cuidado en la ingesta de lácteos, frutos secos, semillas y legumbres
secas, que son productos ricos en fósforo
Puede ser necesaria también una dieta que tenga en cuenta la cantidad y tipo de proteínas que se
ingieren. Dada las diferencias de las recomendaciones dietéticas en virtud de la fase de enfermedad renal, es
importante obtener consejo especializado por parte del médico o especialista a la hora de realizar los ajustes
dietéticos pertinentes.
Por otra parte, en los últimos estadios de la enfermedad renal, puede ser necesario recurrir a: