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La caída del precio de commodities y la

desindustrialización golpean a la Alianza

Bogotá_
Confiar demasiado en los commodities llevó a la Alianza del Pacífico (AP), integrada por
Chile, México, Perú y Colombia, a descender en el ranking de competitividad de la escuela
de negocios IMD, pues los precios de las materias primas que estos países exportan cayó
en 2013, y además llamó la atención sobre la industria, que perdió terreno como
consecuencia de los pocos estímulos que recibió en ese periodo.

Es el principal argumento que explica la bajada, empezando por Chile, que desciende un puesto
y se sitúa en el número 31. Los chilenos son los que mejor se posicionan en el ranking de 60
países, que abre EE.UU. y cierra Venezuela. México pasa del puesto 32 al 41; Perú de 43 a 50, y
Colombia baja del 48 al 51.

“El crecimiento económico de la Alianza ha sido relativamente decepcionante, y eso ha pesado


en el informe. Sin embargo, es importante destacar que la competitividad mundial ha aumentado
en 2013 porque los países desarrollados han salido de la crisis, mientras que la Alianza ha
mantenido un crecimiento constante”, explica Arturo Bris, director del IMD.

Así las cosas, la primera lectura es que la Alianza no ha empeorado su competitividad, sino que
esta ha crecido en menor medida que en el resto del globo. Los motivos hay que buscarlos en la
terna formada por divisas, exportaciones y commodities.

Exportación contra industria


Se ha penalizado a la Alianza por la volatilidad de las divisas, dice Bris, y los datos corroboran
la afirmación.
Entre el 1 de enero de 2013 y la misma fecha del año posterior, el peso mexicano se devaluó
3,09%; el colombiano, 9,13%; el sol peruano bajó 9,13% también y el peso chileno cayó
10,37% respecto al dólar.

La situación mejoró las exportaciones, recuerda Fabio Moscoso, analista de comercio exterior y
finanzas internacionales en la Universidad EAN, por lo que estos países aprovecharon el boom
que vivían las commodities, fuertemente demandas por países emergentes como China o la
India.

Pero 2013 fue el año del ajuste de las previsiones macroeconómicas de estos gigantes y cobró
fuerza la tesis de la desaceleración china, que este año crecerá a 7,7% y ya no necesita tanto
cobre chileno ni tanto carbón colombiano.

“La AP ha dependido del crecimiento de los precios internacionales del cobre en el caso de
Chile y Perú y particularmente del petróleo, el carbón y el oro colombiano. Los precios caen y
la única tendencia promisoria es para México, ahora que EE.UU. sale de la crisis”, apunta Saúl
Pineda, director del Centro de Estrategias de Pensamiento y Competitividad de la Universidad
del Rosario.

Pero EE.UU.tiene sus propios yacimientos de gas esquisto, que producen 8,3 millones de
barriles al día, y planea ser autosuficiente en 2015. Las opciones se acaban.

“Lo que tienen que hacer estos países es empezar a desarrollar industria porque no podemos
seguir viviendo a punta de exportación de commodities”, asevera José Roberto Concha, director
del instituto de comercio exterior Icesi.

Es una opinión compartida por los expertos consultados, que lamentan los pocos estímulos que
la industria ha recibido en ese tiempo y la consecuente disminución de esta actividad, lo que se
traduce en una menor productividad dentro de la Alianza.

“Ha crecido el consumo interno y la industria vende más internamente que en su faceta de
comercio exterior, donde es menos estimulada”, asegura Concha.

¿Qué hacer con lo ganado?


Y ahí es donde se volvemos al informe. Los problemas de marco social hicieron que en 2013 el
balance fuera negativo para los llamados ‘pumas del Pacífico’, pues las enormes ganancias de
los commodities no se tradujeron en una mejora sostenida del reparto de la riqueza.
En Chile son el déficit presupuestario del Gobierno, así como la distribución del Producto
Interno Bruto (PIB), los elementos que más variación negativa sufrieron con respecto al año
anterior. En México, la balanza de pagos y de nuevo el PIB per cápita; en Perú, las tarifas de
telefonía móvil y el déficit presupuestario del Gobierno, y por último en Colombia, la
inestabilidad política y la seguridad personal y de propiedad privada, aunque la igualdad en
oportunidades tampoco mejoró.

“En ese aspecto el compromiso de la Alianza es fundamental, pues el acuerdo incluye mejoras
en el bienestar y mayor inclusión social. Si miramos el coeficiente de Gini tenemos una
concentración de riqueza muy alta y baja inclusión y una situación de bienestar y necesidades
básicas que no se satisfacen”, indica Ricardo Duarte, experto en la AP.
Desde IMD se considera esta situación como un indicador que se resuelve a largo plazo. Por el
momento, para mejorarlo el reporte propone un mejor desempeño de cuatro elementos básicos:
desempeño económico, eficiencia gubernamental, eficiencia en los negocios e infraestructura.

“En el balance de desempeño económico Colombia termina menos afectado, porque sigue
recibiendo importante flujos de inversión y recibe elogios internacionales por su estabilidad. Si
miramos eficiencia gubernamental, México se ve afectado por el narcotráfico, aunque está
sumergido en un importante proceso de reformas. La eficiencia de los negocios tiene que ver
con la burocracia y la sofisticación de las estrategias empresariales”, explica Pineda.

En este sentido el dinamismo económico sigue siendo para los encuestados el aspecto más
atractivo de Perú, en un 82,6%, y Colombia en un 62,3%. Sobre Chile destaca para 68,3% el
acceso a la financiación, mientras que en México lo más atractivo para 71,8% es el acceso a
personal cualificado, poco común dentro de la Alianza.

Cae tambiénla imagen enel exterior de la AP


A demás del ranking en competitividad global, el IMD presentó la lista de imagen en el exterior
que tiene cada país, una recopilación en la que la Alianza del Pacífico también se vio
perjudicada con respecto al año anterior.
La mayor caída corresponde a México, que obtiene una nota de 57,2 puntos y desciende nueve
posiciones, hasta la 41. Perú baja siete peldaños y se sitúa en el puesto 50, con una nota de 50,5.

En el caso de Colombia la caída es más moderada, y pasa del puesto 48 al 51 con 49,2 puntos.
La suya es la nota más baja de los cuatro países, que lidera Chile con una posición que solo baja
un puesto, de 30 a 31, y obtiene una nota de 62,5. La percepción de pocos cambios nacionales
también condicionó esta lista.

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