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UN DIAGNOSTICO SOMBRÍO
Como uno de los objetivos de la reforma era dotar a las colonias de una
administración y defensa eficiente. La corona dividió el Virreinato del Perú en
unidades administrativas más pequeñas, con el objeto de facilitar el control de
los territorios. En 1739 creo el Virreinato de Nueva Granada y décadas más
tarde, en 1776, el del Rio de la Plata, que incluía gran parte de los territorios
actuales de la argentina. El Uruguay, Bolivia y el Paraguay. Buenos aires fue
nombrada su capital, donde se establecieron sus principales autoridades.
Se creó así una nueva jerarquía territorial, en la cúspide estaba la capital del
virreinato, la seguían las ciudades cabeceras de las gobernaciones de
intendencias, a la que a su vez estaban supeditas a las ciudades subordinadas,
finalmente estaban las zonas rurales que dependían de los cabildos de sus
respectivas ciudades.
La defensa del atlántico Sur se volvió una cuestión central para la corona
debido al crecimiento de poderío inglés y la estrecha relación entre Inglaterra y
Portugal. Además de los recurrentes conflictos limítrofes con Portugal. Francia
e Inglaterra comenzaron a utilizar la ruta de Cabo de Hornos para vincularse
con el pacífico. La necesidad de abastecimiento para navegación y lo que
ambas potencias melodía dan por las costa patagónica y que, incluso, fundarse
en asentamientos en las islas Malvinas en la década de 1760 y 1770.
Hacia finales del siglo XVIII. Buenos aires era la ciudad más importante y
sofisticada de todo el territorio.
EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DEL LITORAL
El mundo rural de la banda oriental, Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Buenos
Aires también gozó de prosperidad durante el siglo XVIII. La creciente
demanda de cueros y en el mercado atlántico mismo que se abandonase la
práctica de la caza del ganado cimarrón y que comenzara la cría de ganado
vacuno en estancias y otros establecimientos menores. Esta actividad cobro
especial fuerza en Entre Ríos y el sur de Corrientes, donde la abundancia de
tierras disponibles favorecía el establecimiento de estancias.
Una novedad propia del siglo XVIII fue la importancia creciente de Buenos
Aires, también de Montevideo dentro de esquema económico regional,. Hasta
entonces Potosí había sido el centro económico por excelencia, hacia el que se
habían dirigido desde el siglo XVI el grueso de los excedentes de las
producciones regionales. Paulatinamente, este papel fue disputado por Buenos
aires y, hacia finales del siglo XVIII, dos polos económicos estructuraban el
espacio económico virreinal: el Alto Perú y la región rioplatense. Las
producciones regionales (yerba, ponchos, aguardiente, vino, frutas secas, etc.)
encontraban en Buenos Aires, Montevideo y el espacio rural circundante un
gran mercado consumidor alternativo.
EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
En el siglo XVIII, comenzó un amplio trafico legal realizado por los españoles,
que hasta entonces lo tenían vedado. Se calcula que unas 70.000 personas
fueron ingresadas por los puertos de Montevideo y buenos aires entre 1777 y
1812,
Los esclavos provenían del Brasil o África, eran capturados por cazadores que
los apresaban, o caían prisioneros en luchas interétnicas y luego vendidos .
Una vez en Buenos Aires, 75% de los esclavos eran vendidos en los mercados
de Tucumán, Salta y el Alto Perú. El 35% restante permanecía en el rio de la
plata, ocupado en la producción rural.
La apertura de los puertos del rio de la plata al comercio legal fue muy
beneficiosa, sobre todo para las casas mercantiles que comerciaban con
España. El arribo de naves de ultramar creció ostensiblemente y se
multiplicaron el comercio legal y la recaudación fiscal. Sin embargo, el
contrabando no desapareció.
En 1780, en el sur del virreinato del Perú y el norte del Virreinato del Río de la
Plata
Los movimientos rebeldes contaron con un gran apoyo indígena y mestizo. Sin
embargo, a pesar de que numerosos pueblos fueron tomadoss y que las
ciudades de La Plata, La Paz y Cuzco fueron sitiadas, las dos alas principales
de la insurrección, la quechua, liderada por los Amaru, y la Aimara, liderada por
los Katari, no lograron eficaz coordinación., a finales de 17891, las autoridades
coloniales derrotaron estas rebeliones e iniciaron una feroz represión.
EL ARTE DE LAS MISIONES JESUÍTICAS.
desde su llegada al actual territorio argentino, a fines del siglo XVI, las misiones
jesuitas aplicaron la enseñanza del evangelio de una manera muy particular,
caracterizada por una asimilación pacifica de la cultura de los pueblos
originarios y la educación paulatina, ordenada y simplificada de los preceptos
cristianos a través del arte y la música. Los jesuitas fueron eximios arquitectos,
calladores, pintores, escultores y músicas. Fueron evangelizadores de
habitantes del litoral, el noroeste y la zona central de nuestro país.
Les enseñaron a usar materiales que tenían a mano como la madera y las
fibras vegetales en las zonas litoraleñas y del noroeste. Y la piedra en el norte y
centro del país.