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ESTRATEGIAS DE INTERVENCION PARA LA MODIFICACIÓN DE LAS CONDUCTAS

DE SALUD
1. Hábitos saludables

Fielding (1978) distingue tres tipos de prevención:


Prevención primaria, toma medidas para prevenir la aparición de la enfermedad
en personas sanas y a habla a su vez de estrategias; como la modificación de
hábitos insanos como por ejemplo, el tabaco, el alcohol o la dieta. La promoción de
la salud tiene como objetivo fundamental de sus intervenciones la adquisición y el
mantenimiento de comportamientos saludables, y por lo tanto la mejora de la calidad
de vida, la prevención de la enfermedad englobaría aquellas intervenciones cuyo
objetivo es el de la reducción o eliminación de aquellos comportamientos que se
pueden calificar como riesgo para el desarrollo de algún tipo de enfermedad.
La prevención secundaria, toma los esfuerzos necesarios para detener el
progreso de la enfermedad ya iniciada;
Y la prevención terciaria que incluye tratamientos y rehabilitación de aquellas
enfermedades que ya han mostrado sintomatología clínica.

2. Los obstáculos en el camino a la prevención

2.1. Actitudes y pautas culturales: existen otros valores que también ocupan
una posición muy alta dentro de nuestra jerarquía cultural y que entran en clara
contradicción con el de la salud. Por otra parte, una segunda actitud que dificulta
los esfuerzos de prevención es la equiparación que se hace de la buena vida y
hábitos poco saludables por ejemplo los alimentos más apetecibles son los de
alto contenido en colesterol, o que el sedentarismo es más reconfortante que el
ejercicio.

2.2. La naturaleza de los hábitos saludables: la dificultad de la prevención se


sitúa también en la propia naturaleza de los hábitos saludables. Mientras
muchas conductas que pueden ser perniciosas para la salud llevan casi siempre
a una gratificación inmediata que las refuerza positivamente, los hábitos de
salud, por el contrario, suponen siempre una demora de la gratificación, por lo
que, cuando ambos tipos de conducta entran en competencia, existe una menor
probabilidad de ocurrencia de las conductas saludables.

2.3. El sistema sanitario y los cambios en las recomendaciones sobre salud:


en el modelo biomédico, su objetivo primordial es el tratamiento y la curación de
la enfermedad. Hay además, reforzadores positivos muy potentes, como el
prestigio, las retribuciones dinerarias o un cierto sentido de competencia
profesional muy ligados a la medicina curativa. Por el contrario, los refuerzos por
prevención se acompañan de muy poco reforzamiento.

2.4. La orientación de la psicología clínica: la psicología clínica se centrado


histórica y tradicionalmente en el campo de la salud mental, en el cual se
abordan problemas afectivos y emocionales. La práctica de la psicología
también se ha entendido como una interacción privada entre el paciente y el
clínico. Esta actitud a limitado el desarrollo de programas de intervención de
escuela, lugares de trabajo, etcétera. Dentro de estos contextos es donde puede
verse más claramente su utilidad en la promoción de la salud.

3. La conducta de salud y sus determinantes

Kasl y Cobb (1966) las conductas de salud son aquellas conductas que la
persona manifiesta, mientras se encuentra sana, con el propósito de prevenir la
enfermedad. Por lo tanto la conducta de la salud engloba, en palabras Matarazzo
(1984)” los esfuerzos de las personas por reducir sus patógenos conductuales y
practicar conductas que sirvan como inmunògenos conductuales”. Las
investigaciones del tema han mostrado que la práctica de una determinada
conducta de salud no conlleva a la práctica de otras, o lo que es lo mismo que
las conductas de la salud mantienen entre sì una débil correlación.
Existen distintos tipos de variables que parecen determinar en gran medida la
conducta de salud. Desde una perspectiva psicológica, merecen ser destacadas
la influencia del contexto social, la percepción del síntoma, los estados
emocionales y la creencia sobre la salud.

3.1. El contexto social: Las relaciones sociales influyen decisivamente en el


cuidado de la salud, y contar con una verdadera red de apoyo social es una de
las condiciones más importantes para evitar las conductas de riesgo y promover
el comportamiento saludable.

3.2. Las creencias sobre la salud: Una clase de creencias puede influir en las
prácticas de la salud son las relaciones con la vulnerabilidad percibida por el
propio sujeto. En general las personas tienden a ver el futuro de salud de un
modo excesivamente optimista y poco realista; lo cual constituye una importante
barrera psicológica de cara a modificar los hábitos de salud.

4. Aplicaciones de los enfoques teóricos

4.1. Las campañas en los medios de comunicación: El valor fundamental de


las recomendaciones hechas a través de los medios de comunicación se
encuentra en sus efectos acumulativos. Aunque los mensajes individuales de
los medios de comunicación tienen relativamente un efecto débil, el efecto
auditivo de los mensajes a lo largo del tiempo incrementa su potencia. Además
la afectividad de estos programas se optimiza cuanto más coherentes son los
mensajes desde las distintas fuentes de información.

4.2. La promoción de la salud en la escuela: La escuela, dada su naturaleza y


función, constituye el marco inicialmente idóneo para promover las conductas
saludables debidas, a que durante la infancia se aprenden muchos patrones de
conducta y la gran cantidad de tiempo que los niños pasan en ella. Desde esa
perspectiva se han desarrollado los programas de educación para la salud en la
escuela que tratan de ayudar a los niños a comprender las implicaciones
sociales y personales de las cuestiones relacionadas con la salud e incrementar
su competencia para tomar decisiones adecuadas sobre sus comportamientos.

4.3. La promoción de la salud en el lugar de trabajo: Puesto que adultos pasa


una gran parte de su tiempo en el trabajo, este contexto se presenta como un
lugar muy adecuado para desarrollar programas de promoción de la salud. No
obstante, el lugar de trabajo presenta algunas limitaciones, ya que para que uno
de estos programas tenga éxito a largo plazo es necesario el apoyo de la propia
empresa, la implicación del programa de los empleados, liderazgo profesional y
continuos e importantes esfuerzos promocionales.

4.4. Programas comunitarios: Los programas humanitarios trascienden los


ámbitos específicos antes mencionados y tienen como objetivo la promoción de
la salud para todos aquellos miembros de una comunidad dada, lo que tiene
importantes ventajas. Por otra parte, estos programas se llevan a cabo en el
medio natural donde las personas a las que va dirigido desarrollan su vida diaria,
lo cual pueden facilitar la generalización del resultado del programa, cuestión
fundamental y que suele ser dificultosa cuando la aplicación de programa se
lleva a cabo en contextos específicos ajenos a los cotidianos.
No obstante, para que estos programas sean efectivos es necesario que
cumplan al menos, una condición básica. Deben incluir múltiples canales de
información a través de los cuales pueda llegar a la población la información
deseada, tales como las campañas en los medios de comunicación, programas
en los centros de trabajo y programas de educación para la salud en las
escuelas, advertencias del personal médico e incluso asesoramientos cara a
cara.
ÁREAS DE APLICACIÓN DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD
En el caso de pacientes con insuficiencia renal crónica terminal (IRCT) que reciben
tratamiento dialítico, son frecuentes los sentimientos de depresión, ansiedad, rabia, etc.
Además de cambios en la imagen corporal, ansiedades de muerte. El paciente con IRCT
debe elaborar la pérdida de la salud en general de sus roles habituales, proyectos,
expectativas y vínculos afectivos lo cual puede ser vivido como pequeñas muertes que
requieren un permanente trabajo de elaboración. En el curso de la enfermedad los
pacientes frecuentemente pueden alcanzar un estado de equilibrio transitorio que se ve
alterado por nuevas circunstancias. Cada una de estas etapas implica tareas adaptativas.
La psicología de la salud puede aplicarse también en:
1. Enfermedades cardiovasculares.
Dolor Pericordial Simple.
Dolor Anginoso.
Trastorno del Ritmo Cardiaco.
La Disnea.
El Edema.
2. Riesgo de Infarto Cardiaco.
Tensión Emocional en el Desarrollo de la Ateroesclerosis Coronaria.
Tensión Aguda en el desencadenamiento del Infarto.
3. Hipertensión Arterial.
4. Enfermedades del Aparato Respiratorio.
Dolor Toráxico.
Disnea.
Tos (de TBC).
Hemoptisis.
Disnea Psicógeno.
Hiperventilación Ansiosa.
5. Asma Bronquial.
6. Tuberculosis Pulmonar.
7. Enfermedades Digestivas:
Pirosis.
Dolor Abdominal.
Vómitos o Nauseas.
Hematemesis.
Constipación.
8. Úlcera Péptica.
9. Colitis Ulcerativas.
10. Enfermedades del Sistema Nervioso.
Migraña.
Accidentes Cerebrales Encefálicos.
11. Enfermedades Psiquiátricas.
12. Tratamientos Médicos en los que se exige riesgo quirúrgico.
13. Endocrinopatías.
Diabetes Mellitus.
Hipertiroidismo.
Hipotiroidismo.
Trastornos Menstruales.
Esterilidad y abortos habituales.
Como podemos ver la labor del psicólogo que se desempeña en un contexto asistencial
de salud (sea del área clínica o de salud propiamente dicha) es de suma importancia ya
que sus funciones son indispensables junto a un equipo de salud (médicos, enfermeros,
asistentes sociales, etc.). En la evaluación y diagnóstico, la intervención, la prevención y
la investigación de aspectos Psicosociales que influyen en las enfermedades físicas y
mentales no olvidando las dimensiones bis-psico-sociales como unidad indivisible

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