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Esclavos, jesuitas y vecinos

en la Gobernación del Río de la Plata

María del Rosario Baravalle


(Tatato)

Selección, compilación e introducción de Nidia R. Areces

Rosario, 2018
Baravalle, María del Rosario
Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata / María del Rosario Baravalle ;
compilado por Nidia R. Areces. - 1a ed. - Rosario : Prohistoria Ediciones, 2018.
224 p. ; 23 x 16 cm.

ISBN 978-987-4963-01-7

1. Esclavitud. 2. Historia de América. 3. Jesuitas. I. Areces, Nidia R., comp. II. Título.
CDD 980

Esta publicación recibió apoyo del Núcleo de Estudios del Trabajo


y la Conflictividad Social (UNR)

Composición y diseño: Estudio XXII


Diseño de tapa: Estudio XXII
Imagen de tapa: fragmento de Paraquaria/vulgo/Paraguay/cum Adjacentibus. En America, quae
est Geographiae Blavianae: Pars Quinta, Liber Unues. Volumen Undecimun. Amsteladami,
1662.

TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOS


HECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723

© Nidia Areces (por la compilación) - Herederos de María del Rosario Baravalle (por los textos)
© de esta edición

www.prohistoria.com.ar

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y de


portada, en cualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin expresa
autorización del editor.

Este libro se terminó de imprimir en MULTIGRAPHIC, Buenos Aires, Argentina, en


septiembre de 2018.
Impreso en la Argentina

ISBN 978-987-4963-01-7
ÍNDICE
Para Tatato, colega y amiga, por Nidia R. Areces .....................................................................7
Introducción de Nidia R. Areces............................................................................................11
Prólogo de Darío G. Barriera .................................................................................................15
Procedencia de los textos .......................................................................................................17

Primera Sección
Esclavos, esclavitud y tráfico esclavista en la Gobernación del Río de la Plata
“Vecinos, funcionarios, portugueses. El comercio esclavista en la región rioplatense durante
las primeras décadas del siglo XVII” ................................................................................21
“La Visita general del Licenciado don Francisco de Alfaro en el marco de la mercantilización en
la Gobernación del Paraguay y Río de la Plata. Primeras décadas del siglo XVII” .................33
“Introducción a un tema sin historia. Negros esclavos en Santa Fe. Siglo XVII” ..............47

Segunda Sección
El Estado y la Iglesia en la América Española
“Estado e Iglesia”.............................................................................................................63

Tercera sección
Los jesuitas en Santa Fe
“La Compañía de Jesús y los vecinos de Santa Fe. Relaciones sociales y Frontera (siglo
XVII)” María del Rosario Baravalle - Darío G. Barriera – Nora L. Peñalba....................109
“La Congregación de Nuestra Señora de los Milagros. Jesuitas y vecinos santafesinos duran-
te la primera mitad del siglo XVII” María del Rosario Baravalle – Darío G. Barriera – Nora
L. Peñalba .....................................................................................................................121
“La Reducción que no fue. Santa María de Reyes de Guaycurúes. Primeras décadas del siglo
XVII” María del Rosario Baravalle – María Florencia Font............................................129

Cuarta Sección
Los Jesuitas en Paraguay
“La visión de los jesuitas del esclavitud africana. El caso de la Provincia Jesuita del Paraguay.
Primera mitad del siglo XVII” .......................................................................................143
“La palabra, la cura y el miedo. Un antecedente del proyecto misional jesuita del Paraguay”
María del Rosario Baravalle – Julia Ossanna ..................................................................153
“Españoles, portugueses y jesuitas: interacciones y enfrentamientos en la región del Guayrá.
Primera mitad del siglo XVII” María del Rosario Baravalle – Julia Ossanna ..................167
6 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

Quinta Sección
Los escritos y proyectos de los jesuitas
“El Tratado sobre la esclavitud africana del Padre Alonso de Sandoval” ..........................181
“La esclavitud de los africanos en América a través de los escritos de los padres de la Com-
pañía de Jesús. Siglo XVII” ...........................................................................................191
“Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay, Chile y Tucumán de la Compañía de Jesús
(1604- 1637). Una apología de la Orden” .....................................................................203

Anexo
“La impronta africana en Santa Fe la Vieja. Una presencia visible” ................................217
Para Tatato, colega y amiga

N
uestros caminos de vida se cruzaron en tiempos difíciles y convulsionados de la historia
del país y del ámbito universitario, en años previos a la dictadura militar, iniciando la
década del ’70, siendo Tatato alumna –todavía soltera– de la carrera de Historia de la
Facultad hoy de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario y, de mi parte,
docente de las cátedras de Historias americanas, Contemporánea y Colonial. Rememoro cuando
coincidimos en un viaje a un Congreso de Arqueología en Salta, y se me presenta su imagen
“revoleando” el poncho, al compás de música folklórica, cuando bailaba en una reunión festiva,
disfrutando el momento y transmitiendo su alegría a los demás. A partir de distintos encuentros,
se estableció una corriente de amistad extendida a nuestros compañeros y familias y que conti-
núo y se consolidó a través de los años compartiendo esparcimientos y amenas conversaciones.
Con el retorno de la democracia y de mi regreso a la universidad, Tatato comenzó a trabajar
como colaboradora de cátedra y, posteriormente, de investigación a partir de motivarla e insis-
tirle en la potencialidad que tenía no sólo como docente sino como investigadora puesto que
docencia e investigación se benefician e enriquecen mutuamente. Por cierto que depende de las
disciplinas y niveles de enseñanza para que esta relación se vuelva realmente productiva y, sobre
todo, que la actividad educativa se sustente en procesos de investigación-acción que lleven al do-
cente a reflexionar sobre su proceder permitiéndole construir nuevos conocimientos y, con ellos,
encaminarse para implementarlos en la enseñanza y el aprendizaje. Tatato fue orientando de esa
manera su formación profesional, la que cimentó con empeño y dedicación, y cuyos resultados
se aprecian en esta compilación. El espacio educativo y formador de la Cátedra de Historia de
América Colonial de la mencionada Facultad y de su equipo docente se constituyó en el ámbito
propicio en donde desplegó sus dotes como educadora. Asimismo, sin contar con ningún cargo
específico, puso su empeño y dedicación en investigar en los distintos proyectos que subsidiados
por el Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas –CONICET– y por la Universidad Na-
cional de Rosario y vinculados a la Cátedra fueron desarrollándose –mencionados en los trabajos
compilados– eligiendo como tema el transcurrir histórico de Santa Fe en la primera mitad del
siglo XVII contextualizado en las Gobernaciones del Río de la Plata y del Paraguay y enfocando
sus indagaciones en algunos de los sujetos activos de esos tiempos coloniales: esclavos, jesuitas,
vecinos, comerciantes, funcionarios mostrando la dinámica de la vida social y también política.
Sus aportes tienen como parámetros teóricos-metodológicos a la historia social y a la historia
regional. Ésta última, no en el sentido limitado de la perspectiva de un localismo estrecho sino
con una visión abarcadora, crítica, problemática y comparativa Sentía una verdadera pasión por
el período histórico que corresponde a la dominación colonial de América, en particular el siglo
XVII. Decía “no me lleven más allá del siglo XIX” para dejar señalada aún más su preferencia
8 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

por dichos tiempos históricos, sin embargo, el transcurrir del presente no dejaba de motivar
sus intereses académicos e investigativos, así como las cuestiones vinculadas a la composición,
el funcionamiento y los mecanismos sociales de aquellos y estos tiempos. Pienso que de este
convencimiento motivacional se desprende el interés por los temas que escogió para investigar.
En distintas oportunidades me insistió en la pobreza de testimonios y fuentes para indagar la
esclavitud y los esclavos en la jurisdicción de Santa Fe durante los primeros tiempos de la con-
quista/colonización española y, a su vez, de mi parte le reiteraba la necesidad de redondear el
tema con lo encontrado en los archivos y distintos repositorios que exhaustivamente con meti-
culosidad menciona en sus trabajos. En ellos ha analizado e interpretado los indicios históricos
encontrados hasta este momento, llegando a un punto que resulta dificultoso lograr avances si
no se localizan nuevos materiales.
Reuniones de cátedra y de investigación –y no dejemos de mencionar las de esparcimiento–,
viajes de estudios, tareas de archivo, confección de informes, fueron espacios que compartimos y,
por supuesto, son muchos y de distinto tenor los hechos y las anécdotas de todo tipo que afloran.
Desde los comentarios y gestos de deslumbramiento por los hallazgos descubiertos durante la
lectura de la documentación o los entretelones de preparación de clases teóricas y prácticas o
la constante búsqueda de material bibliográfico que cubriera las necesidades y motivara a los
alumnos, hasta el llamado oportuno cuando la tarea agobiaba y se necesitaba colaboración para
poder continuarla. Tengo presentes su buen humor, sus comentarios, su sentido de solidaridad
brindándose a colegas y alumnos. Siempre recibiendo en su acogedora casa a aquellos que solici-
taban su ayuda, brindándose y formando a los que recién se iniciaban en la cátedra y en la inves-
tigación, trabajando en equipo –modalidad de funcionamiento que valoraba–, tal como consta,
por ejemplo, en distintos artículos de autoría compartida que se publican en esta compilación.
Su actividad se extendió al Departamento de Historia de la mencionada Facultad, al CE-
SOR –Centro de Estudios Sociales Regionales–, al CEDCU -–Centro de Estudios sobre Diver-
sidad Cultural– y al PIHSER –Programa Interuniversitario de Historia Social Enfoque Regio-
nal–, entre otros centros de estudios, dejando en ellos su impronta con sus oportunas y también
ocurrentes participaciones y con sus sólidas exposiciones de sus avances investigativos, no olvi-
dando su disposición para resolver cuestiones prácticas de organización en eventos científicos,
que nunca dejan de aparecer.

Como amiga, nuestro vínculo se fue consolidando a través de los años y de las experiencias
de todo tipo compartidas. No dejo de admitir con gratitud que no dudó, ni un momento, en
acompañarme en situaciones difíciles que me tocó afrontar tanto profesionales como personales.
Dejaba de lado sus actividades y brindaba sinceramente su ayuda y respaldo. Por supuesto que
algún chisporroteo, básicamente proveniente de las relaciones laborales, se dio a lo largo de estas
décadas. Sentarse a tomar un café con el infaltable cigarrillo, mantener una larga charla, diluci-
dar la cuestión donde primaban los sentimientos de amistad que se habían ido fortaleciendo y,
María del Rosario Baravalle 9

a su vez, construyendo una relación sólida e inquebrantable donde se entremezclaban la vincu-


lación personal y la de trabajo.

La idea de realizar una compilación de sus trabajos se la transmití a Tatato, tiempo atrás que
se enfermara. Primero la rechazó, “estoy ya en otra cosa” me contestó –hacía poco tiempo que
se había jubilado– y luego quedó dubitativa. No obtuve respuesta a pesar de mi insistencia y de
que le remarqué la originalidad de sus investigaciones y el aporte que el libro representaría para
este campo de estudio. Lamentablemente no transcurrió el tiempo suficiente para que reviera la
decisión. Por lo que después del desenlace de su corta y fatal dolencia –no deseado para nadie–,
y convencida de la importancia de difundir su producción, le comenté la propuesta a su esposo,
a quien, así como a sus hijos, le pareció una idea evocadora y de sincero reconocimiento. Nos
pusimos manos a la obra resultando esta selección de trabajos que aquí presentamos.

Nidia R. Areces
Rosario, agosto de 2018.
INTRODUCCIÓN

Nidia R. Areces

L
a metáfora central de esta compilación es la de un viaje por los recorridos investigativos
que esta querida amiga realizó a lo largo de su carrera. Uno de los aportes es que está
enfocada en los tempranos tiempos de la dominación española en las Gobernaciones del
Río de la Plata y Paraguay, período histórico que no cuenta con una producción historiográfica
significativa en cuanto, sobre todo, a número de volúmenes dedicados al mismo.
El contenido de los trabajos se orienta a exponer la participación, acciones y discursos de
sectores de la población que incidieron en la historia de las mencionadas Gobernaciones y, en
particular, en una de sus ciudades, Santa Fe. Desfilan así esclavos, indígenas, jesuitas, funcio-
narios y vecinos en el marco teórico-metodológico de la historia social con enfoque regional.
Sujetos sociales de los cuales algunos tienen acceso al poder en su faz política y/o religiosa y otros
lo tienen vedado por sometidos y/o subalternos. Interesante es la perspectiva asumida de mostrar
las relaciones entre los distintos conjuntos sociales poniendo al descubierto la complejidad de la
dinámica social de la colonia en sus variados matices y tintes.
Se han agrupado los artículos en distintas secciones cuyas temáticas pretenden dar coheren-
cia al texto girando alrededor de los esclavos e indígenas y de los mecanismos de coerción que
sobre ellos instrumentan vecinos, funcionarios y religiosos. Así surgen temas como el tráfico de
esclavos, la esclavitud y los jesuitas específicamente en Santa Fe expandiendo la mirada sobre sus
actividades en la Provincia del Paraguay. Se incorpora además un planteo general sobre la iglesia
en la América Española que sirve de escenarios para el tema del accionar de la Orden Jesuita en
estos espacios en donde despliegan su misión finalizando con el análisis de escritos de Padres
de dicha Orden, de las Cartas Anuas y otros cuyo foco es la visión que tienen de la esclavitud.
El tráfico de esclavos lo ubica en el “espacio peruano”, en el vasto mercado interregional y su
vinculación con el comercio atlántico, detectando el rol que en él juega la red de comerciantes
portugueses con sede en el puerto de Buenos Aires. Introduce innovadoramente para la expli-
cación de la mercantilización del espacio rioplatense las repercusiones que sobre la organización
de la fiscalidad y del comercio, incluido el tráfico, tiene la Visita General del Licenciado don
Francisco de Alfaro a la Gobernación.
Al plantear la esclavitud en Santa Fe se remite al estado de la cuestión y examina las fuentes
documentales existentes realizando un minucioso análisis, entre otras de testamentos y cartas
dotales de las que extrae interesantes interpretaciones. La indagación de este “tema sin historia”
remite al tráfico, en particular ilegal, a la situación de esa ciudad y de sus vecinos, al trabajo
que desarrolla el sector esclavo de la población, llegando a detectarlos por su nombre “Roque,
12 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

Polonia, Miguel …” recobrando así la identidad de estas y otras personas cuya condición la
ubicaba sólo como mercancía con valor en plaza.
El tema de las actividades de la Compañía de Jesús en estos territorios rioplatenses se am-
bienta a partir del tratamiento general de la problemática eclesial que conduce –es un trabajo
realizado por integrantes de la Cátedra de Historia de América Colonial– a desarrollar las rela-
ciones entre el Estado y la Iglesia partiendo de la concesión del Real Patronato y de los primeros
derechos otorgados a la corona española en América, enriqueciendo la explicación la incorpora-
ción selectiva de fuentes. Se inserta así el poder que los reyes tienen sobre los funcionarios de la
Iglesia y las relaciones con las Órdenes religiosas concluyendo con la secularización borbónica y
analizando en particular el accionar de dominicos, franciscanos y jesuitas en América.
El tratamiento de la Compañía de Jesús en las Gobernaciones de Río de la Plata y Paraguay
se inicia con el artículo, en colaboración, donde se analizan las relaciones sociales y de frontera,
en particular, registrando pleitos entre la Compañía y los vecinos y distinguiendo etapas que
son acertadamente designadas y que muestran el proceso de instalación y consolidación de la
Compañía en el espacio santafesino abarcando todo el siglo XVII. El siguiente artículo, en
colaboración también, se centra en la segunda etapa analizando la trama de relaciones que la Or-
den establece con vecinos y funcionarios, estudiando en particular la Congregación de Nuestra
Señora de los Milagros como espacio por excelencia de convergencia de esas relaciones, su com-
posición social y las formas de poder que ejerce. Esta sección concluye con un trabajo también
en coautoría sobre una de las tantas reducciones jesuitas, en este caso, de guaycurúes, ubicada en
la frontera con el Gran Chaco Gualamba mostrando distintas estrategias reduccionales que los
jesuitas fueron aplicando en estos grupos indígenas a partir de sus percepciones etnográficas. La
indagación minuciosa de distintas fuentes, en particular, de las Cartas Anuas, da sólido sustento
al contenido del texto.
La Sección sobre “Los Jesuitas en Paraguay” se inicia con un texto general que aborda la
visión que éstos tienen de la esclavitud africana y de cómo llevaron a cabo en esa Gobernación
la evangelización en este sector poblacional. Para dar cuenta de ello, despliega las estrategias de
predicación que proyectan e intentan llevar a cabo tanto para indígenas como para africanos,
las Misiones y las Cofradías, realizando un paralelo con la experiencia jesuita en Brasil. Final-
mente se aboca a la discusión que en la Orden se dio sobre la legitimidad de la esclavitud entre
cristianos. A continuación, un trabajo nuevamente en colaboración, con un sugerente título “La
palabra, la cura, el miedo…” desarrolla los antecedentes del proyecto misional jesuita tanto en
la América española como en la portuguesa, centrándose en el espacio cultural tupí-guaraní para
concluir reflejando de esa manera “la sumatoria de experiencias que dieron lugar al Plan” puesto
en ejecución por la Orden en Paraguay. Las mismas autoras del trabajo anterior presentan, tam-
bién para la primera mitad del siglo XVII, las interacciones de españoles, portugueses y jesuitas
en la región del Guayrá la que denominan una frontera lábil explayándose en la actividad misio-
nal en la misma, las incursiones de los bandeirantes paulistas y la instrumentación de variadas
estrategias para atraer y captar indios incluyendo un interesante análisis documental.
María del Rosario Baravalle 13

En la última Sección “Los escritos y proyectos de los jesuitas”, la autora parte del pensamien-
to esclavista y la necesidad de repensar las prácticas que de él se derivan en consonancia con el
pensamiento teológico-jurídico moderno, para desarrollar la doctrina de la esclavitud cristiana y
el Tratado del Padre Alonso de Sandoval que desarrolla exhaustivamente en el siguiente artículo
aportando un meticuloso análisis crítico de la obra. La compilación finaliza con una inteligente
lectura de las Cartas Anuas de la Compañía de Jesús a través de la cual se detecta como los
Jesuitas van construyendo una imagen de sí mismos como los únicos misioneros aptos para
llevar a cabo la evangelización americana siendo los émulos de Cristo para expandir la fe en la
Provincia de Paraguay, Chile y Tucumán y mostrando a esta Orden Tridentina como la elegida
por la Providencia para llevar adelante la reforma de las costumbres cristianas quebrantadas por
la decadencia europea. De manera interesante cierra con los conflictos que la Orden tuvo con la
de los franciscanos, reseñando algunos de los puntos álgidos que exacerban los mismos.

Pensamos que estos textos compilados dan muestra de los intereses investigativos que a lo
largo de su carrera fue ocupándose con dedicación María del Rosario Baravalle –Tatato–. El
tratamiento que hizo de ellos fue renovador basándose en un crítico análisis documental, resul-
tando un conjunto orgánicamente construido del cual se desprenden sugerentes deducciones e
hipótesis de trabajo las que abren las puertas para que otros investigadores continúen las sendas
proyectadas en esta aventura del conocimiento.

Agradezco la colaboración que la familia de Tatato me ha brindado para realizar esta compi-
lación. Sus tareas de búsqueda y de recopilación de los trabajos hicieron posible que se pudiera
concretar el proyecto siendo de gran beneficio sus atinadas e inteligentes sugerencias.
PRÓLOGO

Darío G. Barriera

M
ucho me hubiera gustado que Tatato aceptara originalmente la propuesta de Nidia,
y mucho más, escribir este prólogo en otras circunstancias. De todos modos, la veo y
la siento cerca, acodada en algún contramarco, fumando y participando, con gestos
expresivos e intervenciones sentenciosas, del armado de este libro.

Esa escena imaginaria se alimenta de las veces que compartimos momentos como este con
cada número en papel de nuestra revista o con Poder y sociedad…, aquel primer libro coordina-
do por Nidia Areces, que editamos entre ambos, con el apoyo de la escuela de Historia y con
nuestro por entonces partícipe necesario, Manuel Suárez Editor, hace casi 20 años, en 1999.
Hoy toca hacerlo sin ella, pero por ella, para poner a disposición de todos una parte de lo que
nos ha dejado.

La edición de estos trabajos, cuya iniciativa y cuidado se deben a Nidia Areces, refleja –como
lo ha expresado la compiladora en su presentación– los intereses, las capacidades y las perspecti-
vas de María del Rosario Baravalle, de Tatato, autora y coautora de los textos que se ofrecen en
este libro.1 Pero también expresa el testimonio de un modo de hacer –fuertemente impregnado
por una cultura del trabajo en equipo, colectivo, solidario– que era el suyo, y el modo de hacer
de muchos docentes de la Universidad Pública que, con salarios siempre pendulantes entre la
escasez y la miseria, sostienen con tiempos y recursos que no les son reconocidos ni recompen-
sados, una descomunal tarea de investigación.

Su producción debe ser encuadrada, en primer lugar, como la de una investigadora de vo-
cación, que si bien integró profesionalmente equipos y proyectos, jamás percibió un salario
por esa tarea. Ni siquiera un “incentivo”, sinceridades del lenguaje administrativo universitario,
ya que desde hace muchos años el mismo no puede ser percibido por aquellos que tienen una
dedicación “simple” (10 horas semanales). Sé que a Tatato le hubiera gustado este énfasis en lo
colectivo, porque esa era su perspectiva acerca de la historia y también acerca de la vida.

1 Los mismos fueron recuperados por Nidia Areces y Guillermo López Asensio (el esposo de Tatato), y conservan el
estilo de edición que cada uno tenía según el destino que había pensado para ellos (ponencias, artículos, capítulos
de libro). Por este mismo motivo hemos declinado de hacer una “edición” de todo el libro, y es por ello posible
que el lector encuentre algún que otro párrafo reiterado entre dos ponencias que encadenaban un proceso de
reelaboración, o dos instancias distintas de trabajo. Así, sus textos pueden ser recuperados individualmente sin
requerir referencia alguna al precedente.
16 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

Pero volvamos ahora al caso, a su aporte: los textos que conforman este libro (cuya proce-
dencia puede consultarse en el espacio que hemos destinado a tal efecto), son el resultado de ese
plustrabajo, esa dedicación que no es simple ni sencilla, sino esforzada tanto como entusiasta, vo-
cacional y muchas veces autofinanciada, en pos de cultivar esa zona de responsabilidad y, por qué
no, también, de placer, que conecta la docencia con la investigación y viceversa. Ponderado con
estos cristales, según me parece, el valor de estos trabajos –en sí mismo ya grande– se agiganta.

Tatato nos dejó un legado que excede largamente la inteligencia y la sensibilidad que trasun-
tan sus escritos. Quedó para nosotros también su generoso acompañamiento en innumerables
tareas grupales: la cátedra, el equipo de investigación, el PIHSER,2 la revista, la editorial, la
recepción de ilustres visitantes o la celebración de un logro… todo la tenía como referente y,
muchísimas veces, también como organizada y animosa anfitriona.

Sus saberes, hecho textos, cubren baches en cada uno de los temas que se propuso investigar.
Su deliciosa generosidad, tras su partida, nos deja otros que, al contrario, serán imposibles de
cubrir.

Si, como dice la compiladora de los trabajos que prologamos, la metáfora central de esta
compilación es la de un viaje, éste ha sido un viaje maravilloso, repleto de bromas, de exage-
raciones, de carcajadas. En una estación cualquiera, Tatato bajó y cambió de andén, apurada,
para tomarse el último tren, como dijo Guillermo, su esposo y compañero de toda la vida: un
rato antes. Suerte la nuestra por haber compartido, hasta entonces, treinta y tantos años de una
trayectoria inolvidable.

Rosario, septiembre de 2018

2 Programa Interuniversitario de Historia Social Regional Enfoque Comparado, creado por Nidia Areces (UNR)
y Teresa Suárez (UNL) en 1998, de la cual fue integrante fundacional y animadora imprescindible a lo largo de
veinte años.
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS

Primera Sección
Esclavos, esclavitud y tráfico esclavista en la Gobernación del Río de la Plata
“Vecinos, funcionarios, portugueses. El comercio esclavista en la región rioplatense durante
las primeras décadas del siglo XVII”, fue presentada en las IX Jornadas Interescuelas / Departa-
mentos de Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba,
Córdoba, 24 al 26 de setiembre 2003.
“La visita general del Licenciado don Francisco de Alfaro en el marco de la mercantiliza-
ción en la gobernación del Paraguay y Río de la Plata. Primeras décadas del siglo XVII”, fue
presentado en el IV encuentro de historiadores “J. Catalina Pistone”, Junta Provincial de Estudios
Históricos de Santa Fe, septiembre de 2002.
“Introducción a un tema sin historia. Negros esclavos en Santa Fe. Siglo XVII” fue publica-
do en Claroscuro, Año I, núm. 1, Rosario, 2001, pp. 157-180.

Segunda Sección
El Estado y la Iglesia en la América Española
“Estado e Iglesia”, en colaboración con María Florencia Font, Marilina Ibarra y Julia
Ossanna, fue publicado en Nidia R. Areces (comp.), La América Española, Temas y fuentes, Co-
lección Académica, UNR Editora, Rosario, 2007.

Tercera sección
Los jesuitas en Santa Fe
“La Compañía de Jesús y los vecinos de Santa Fe. Relaciones sociales y Frontera (siglo
XVII)”, en colaboración con Darío G. Barriera y Nora L. Peñalba, fue publicado en Historias,
Núm. 47, México, set-dic. 2000, pp. 71-81.
“La Congregación de Nuestra Señora de los Milagros. Jesuitas y vecinos santafesinos duran-
te la primera mitad del siglo XVII”, en colaboración con Darío G. Barriera y Nora L. Peñalba,
fue presentado en las Jornadas del Centro de Estudios Sociales Regionales (CESOR), Facultad
de Humanidades y Artes, UNR, Rosario, 9 de junio de 2001.
“La Reducción que no fue. Santa María de Reyes de Guaycurúes. Primeras décadas del siglo
XVII”, en colaboración con María Florencia Font fue presentado en las X Jornadas Interescue-
las/Departamentos de Historia, Escuela de Historia, Facultad de Humanidades y Artes, UNR,
Rosario, 20 al 23 de setiembre de 2005.
18 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

Cuarta Sección
Los Jesuitas en Paraguay
“La visión de los jesuitas del esclavitud africana. El caso de la Provincia Jesuita del Paraguay.
Primera mitad del siglo XVII”, fue presentado en las X Jornadas Interescuelas/Departamentos
de Historia, Escuela de Historia, Facultad de Humanidades y Artes, UNR, Rosario, 20 al 23 de
setiembre de 2005.
“La palabra, la cura y el miedo. Un antecedente del proyecto misional jesuita del Paraguay”,
en colaboración con Julia Ossanna, fue publicado en Claroscuro, núm. 3, Tomo I, Rosario,
2003, pp. 125-146.
“Españoles, portugueses y jesuitas: interacciones y enfrentamientos en la región del Guayrá.
Primera mitad del siglo XVII”, en colaboración con Julia Ossanna, fue presentada en las IX
Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, Córdoba, 24 a 26 de septiembre de 2003.

Quinta Sección
Los escritos y proyectos de los jesuitas
“El Tratado sobre la esclavitud africana del Padre Alonso de Sandoval”, fue presentado en
las IX Jornadas Rosarinas de Antropología Sociocultural, Departamento de Antropología Socio-
cultural, Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes, UNR, Rosario, 25 y 26
de octubre de 2007.
“La esclavitud de los africanos en América a través de los escritos de los padres de la Com-
pañía de Jesús. Siglo XVII”, fue presentado en el II Encuentro de Discusión de Avances de
Investigación sobre Diversidad Cultural y III Jornadas Experiencias de la Diversidad, Facultad
de Humanidades y Artes, UNR, Rosario, 21 al 23 de mayo de 2008.
“Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay, Chile y Tucumán de la Compañía de Jesús
(1604- 1637). Una apología de la Orden”, fue publicado en Páginas, Vol 4, Nº 7 (2012), en
línea.
PRIMERA SECCIÓN
Esclavos, esclavitud y tráfico esclavista
en la Gobernación del Río de la Plata
Vecinos, funcionarios, portugueses
El comercio esclavista en la región rioplatense
durante las primeras décadas del siglo XVII

C
on esta comunicación trataremos de aproximarnos al proceso de introducción de es-
clavos negros en la región rioplatense durante la primeras décadas del siglo XVII. Si
bien el interés central de nuestra investigación ha sido siempre la ciudad de Santa Fe y
su jurisdicción, creemos que para comprender mejor los cambios y las incidencias que tuvo la
consolidación de la mercantilización en la misma, es necesario analizar el problema desde una
óptica más abarcadora, la del espacio de las Gobernaciones y, en particular, el protagonismo de la
ciudad de Córdoba del Tucumán, para rever la localidad en el marco interregional. Entendemos
en este sentido, que la ocupación del Río de Plata debe ser analizada a partir de una espacialidad
más amplia, dentro de lo que Assadourian llamó el espacio peruano,1 donde el eje Lima-Potosí
actuaba como vertebrador de las diversas regiones. La diversificación de la producción local
permitió que el espacio lograra una autosubsistencia a nivel del conjunto y sobre ésta, funcionó
y actuó la introducción de productos europeos y la consecuente salida de la plata potosina.
De esta manera se fue conformando un vasto espacio compuesto por un amplio conjun-
to de mercados interregionales cuyo funcionamiento llevó a una especialización cada vez más
marcada.2
Fue en este contexto económico y social que se llevó a cabo la Visita General del Licenciado
don Francisco de Alfaro, quien llegó a Buenos Aires en 1609.3 En este trabajo, tomaremos uno
de los ítem menos destacados por la bibliografía, el relacionado con la organización de la fisca-
lidad y el de la entrada, distribución y comercialización de los productos que llegaban y salían
del puerto de Buenos Aires.
Constituyen la base documental de esta investigación4 los juicios llevados a cabo contra los
contrabandistas portugueses y las cartas enviadas al Rey por los Gobernadores y los Cabildos en-
tre 1600 y 1630 solicitando la apertura del puerto de Buenos Aires para comerciar sus productos
y acceder así a las mercaderías europeas necesarias para su abastecimiento y elevando las quejas
por la desigual distribución que se hacía de ellas al interior del espacio.

1 ASSADOURIAN, Carlos S. El sistema de la economía colonial, Instituto de Estudios Peruano, Lima 1982.
2 MOUTOUKIAS, Zacarías Contrabando y control colonial en el siglo XVII, CEAL, Buenos Aires, 1988. Ver Intro-
ducción y Cap. I.
3 Para el tema de la tasación de los indios en el Paraguay ver MÖRNER, Magnus Actividades políticas y económicas
de los jesuitas en el Río de la Plata, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, pp. 30-46
4 La documentación de la Colección Gaspar García Viñas se encuentra en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires
(en adelante CGGV).
22 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

El mercado interregional, el comercio atlántico y los portugueses


Desde su fundación, la ciudad de la Trinidad y puerto de Buenos Aires se constituyó como puer-
ta de entrada de los productos europeos. Los vecinos feudatarios, vieron frustradas sus expecta-
tivas productivas ante la insuficiencia que las encomiendas de indios del lugar planteaba como
recurso de sostén básico. Desde muy temprano se fue concentrando en el puerto una población
“estante”, en su mayoría portugueses, atraídos por sus posibilidades marítimas y comerciales y
favorecidos por la unión de las dos Coronas.
Los contactos marítimos entre Buenos Aires y Brasil comenzaron a hacerse frecuentes a par-
tir de 1586-87. Se da al mismo tiempo que la consolidación del comercio interregional cuando
las ciudades españolas estaban en condiciones de comunicar los principales centros comprendi-
dos entre el Río de la Plata y el Alto Perú.
Dentro de este espacio, Santa Fe se constituyó como un núcleo privilegiado. Para principios
del siglo XVII, el comercio de ganado en pie y de mulas hacia Potosí ya era importante. La ciu-
dad actuaba como nudo de la circulación interregional y era puerto obligado entre Buenos Aires
y Asunción, de modo que, el Paraguay estaba en estrecha relación con Santa Fe en la medida que
ésta se transformó en depositaria y redistribuidora de sus productos.5
Los inmigrantes portugueses que se instalaron en Santa Fe, lo hicieron a partir de 1615
hasta, aproximadamente 1640. En general fue una población migran te masculina, individuos
solos, pobres y jóvenes que llegaron en busca de mejores opciones y entraron en su mayoría en
forma ilegal por Buenos Aires. Las formas de integrarse a la sociedad fue la compra de cargos
o los matrimonios con criollas. La estrategia matrimonial favorecía a ambos bandos: los portu-
gueses lograban insertarse en el seno de los grupos de poder y al mismo tiempo impedían que se
lesionaran los intereses familiares. El grueso de esta población formó parte de los sectores medios
y bajos del comercio, de la producción y de las actividades urbanas.6
Muy diferente fue la población portuguesa que se instaló en Buenos Aires, dedicados al
comercio. Entre ellos había grandes contrabandistas, a la vez que propietarios rurales, dueños de
esclavos y mercaderes cuyos negocios llegaban a Potosí, Bahía, Luanda y Lisboa. Diego de Vega,
portugués y Juan de Vergara, español y miembro vitalicio del Cabildo por compra del cargo de
Regidor, fueron los ejemplos más significativos. Se dedicaban al comercio entre Buenos Aires y
Brasil, transportaban harina, cecina y sebo y retornaban con manufacturas extranjeras y esclavos,
que a su vez reexportaban hacia el interior. Los comerciantes porteños se intercalaron como in-
termediarios en el tráfico atlántico, apoyándose en la diversificación de actividades que se estaba
produciendo en las distintas regiones.
Bahía articulaba la ruta Potosí – Buenos Aires con Lisboa, pero también los registros indi-
can un comercio directo importante. En la primera mitad del siglo XVII, el Río de la Plata se

5 MOUTOUKIAS, Zacarías Conrabando…, cit.


6 ARECES, Nidia – TARRAGÓ, Griselda “La élite santafesina y los inmigrantes portugueses” en ARECES, Nidia
(comp.) Poder y Sociedad. Santa Fe la Vieja. (1573-1660), Manuel Suárez Ed. & Prohistoria, Rosario, 1999.
María del Rosario Baravalle 23

vincula con el eje Lisboa – Brasil o Lisboa – Angola – Brasil con Buenos Aires y con el comercio
intercolonial.7

El comercio “ilegal” de esclavos


Sobre finales del siglo XVI ya era evidente la entrada tanto legal como ilegal por el Puerto de
Buenos Aires de grandes cantidades de esclavos y productos europeos. La Corona permitió a
partir de 1602 comerciar con Brasil por medio de permisos especiales, que se fueron renovando
a los largo del período conferían a los vecinos, primero de Buenos Aires y en 1606, también a
los de Santa Fe, Asunción y Córdoba, la posibilidad de comerciar con el Brasil los productos de
la tierra y traer en retorno ropa, lienzos, calzado, hierro y acero que necesitasen, prohibiendo
expresamente la entrada de esclavos. Estos permisos fueron comprados por los portugueses re-
sidentes en Buenos Aires, dándose comienzo a un intenso tráfico ilegal, tanto en los navíos de
permisión como en los de “arribadas forzosas”8. Este comercio dio origen a una largo conflicto
entre Hernandarias y el grupo de Buenos Aires -denominado los confederados- compuesto por
los portugueses residentes en el puerto y la red de comerciantes al interior del espacio, algunos
miembros del Cabildo de la ciudad de la Trinidad y los Oficiales de la Real Hacienda, conflicto
que se prolongó hasta la muerte del Gobernador en 1634.9
Hernandarias propuso la división de la provincia del Guayrá en dos gobernaciones sepa-
radas, cada una con sus autoridades, para remediar los frecuentes “abusos del puerto,” de esta
manera, el gobernador del Río de la Plata, al tener residencia en la ciudad de la Trinidad, podía
controlar con mayor efectividad el movimiento del puerto en beneficio de Su Majestad.10
En 1609, terminado el período de Hernandarias, llegó el nuevo gobernador enviado desde
España, don Diego Marín Negrón. Durante su mandato las “arribadas” se hicieron cada vez más

7 MOUTOUKIAS, Zacarías Op. Cit. ROMANO, Ruggiero “Algunas consideraciones sobre los problemas del co-
mercio en Hispanoamérica durante el período colonial”en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana
“Dr. E. Ravignani”, 3ª Serie, nº 1, 1er. Semestre, año 1989. BARAVALLE, María del Rosario – PEÑALBA Nora
“El tráfico ultramarino y la ciudad de Santa Fe durante la primera mitad del siglo XVII”, Ponencia presentada en
1º Jornadas de Estudios Sociales Regionales -CESOR- Fac. de Humanidades y Artes, UNR., Rosario, 9 y 10 de
noviembre de 2000.
8 Sobre el tema de las “arribadas forzosas” véase MOUTOUKIAS, Zacarías Contrabando... op cit; BARAVALLE,
María del Rosario “Descaminos”, portugueses y vecinos santafesinos: la introducción de esclavos negros en la
Gobernación del Río de la Plata. Santa Fe durante las primeras décadas del siglo XVII“, Ponencia presentada en
VIII Jornadas Interescuelas/departamentos de Historia, Salta, septiembre 2001.
9 MOUTOKIAS, Zacarías Ibidem; BARAVALLE, María del Rosario Ibidem; BARRIERA, Darío Gabriel Vers
une histoire politique configurationnelle. Conquérantes, familles et rapports de pouvoir dans une velle aux confins de
l’Empeire Espagnol. (Santa Fe, Río de la Plata, XVI – XVIII siècles), thèse de doctorat, EHESS, 2002, Parte III, pp.
198 y ss.
10 CGGV. Tomo 184, doc. 3842, 1608, Buenos Aires, Carta al rey de don Francisco de Salas; Tomo 185, doc. 3876,
julio 5, Lerma, Real Cédula al gobernador del Río de la Plata; doc. 3877, 1608, julio, Lerma, Real Cédula al
Virrey del Perú; Tomo 190, doc. 4075, 1610, enero 18, Asunción, Representación a Su Majestad del arcediano
de la Iglesia Catedral don Pedro Enrique de Mendoza; Tomo 191, doc. 4080, 1610, mayo 18, El Callao de Lima,
Carta a Su Majestad del Virrey del Perú, Marqués de Montes Claros, doc. 4119, 1611, abril 25, Buenos Aires,
Carta al rey del gobernador del Río de la Plata don Diego Marín Negrón.
24 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

frecuentes y numerosas, característica que ha dejado la impronta de la época del “contrabando


ejemplar”.
El grupo porteño de traficantes estaba constituido por Juan de Vergara, teniente de gober-
nador, Simón de Valdés, tesorero de la Real Hacienda y los comerciantes que compraban sobre
todo negros esclavos: Diego de Vega, Gonzalo de Caravajal, Martín de Marichaga, Hernando de
Rivera Mondragón y Enrique Enriquez. A este grupo Hernandarias los bautizó con el nombre
de “confederados”. Funcionaban como un engranaje de una red mayor que detentaba el mo-
nopolio del tráfico esclavista, que comenzaba en África y continuaba en los puertos del Brasil.
En Buenos Aires, desde los primeros tiempos sus agentes habían sido portugueses, el primero
Bernardo de Sánchez, reemplazado luego por Pedro Méndez de Sosa y, en el período que nos
ocupa, detentado por el mencionado Diego de Vega. En Potosí, el encargado de los negocios era
un poderoso comerciante Diego Sánchez de Lisboa, padre del jurisconsulto Antonio de León
Pinelo, quien llegaría en este tiempo a integrar el Consejo de Indias desde donde facilitó los trá-
mites legales del grupo. La venta de negros en pública almoneda -donde nadie se atrevía a ofertar
porque todos sabían quién debía ser de antemano el comprador- daba al acto viso de legalidad
lo que dificultaba al gobernador combatirlos.
La Corona aún desconocía la verdadera magnitud del problema, las noticias eran lentas y
contradictorias y Marín Negrón no contaba con los recursos políticos para trabar este comercio
ni desarmar la red establecida, le faltaban medios, recursos y personal suficiente para hacerlo.11
Entonces ideó una estrategia diferente, en vez de perseguir a los portugueses por contrabandis-
tas, lo haría por “portugueses sospechosos de judaísmo”,12 medida que fortaleció al establecer
por Ordenanza que las subastas por “arribadas”, debían tener tasación previa del gobernador. En
julio de 1613, el gobernador Marín Negrón moría repentinamente, abriéndose el camino para
que, un año después, los confederados cooptaran el Cabildo de Buenos Aires premiaran con
cargos a los que los apoyaron persiguiendo a los opositores.
Frente a esta situación Lisboa, desde la Audiencia de Charcas, apoya las acciones ya iniciadas
por Hernandarias; primero como Juez de Oficio y luego como Juez Pesquisidor nombrado por
la misma Audiencia, se llevaron a cabo una serie de juicios e investigaciones para poner freno a
los excesos del puerto de Buenos Aires. Como resultado del análisis de los mismos puede diagra-
marse con cierta aproximación las redes de intermediación que unían el puerto con el interior
del espacio peruano. Así encontramos los casos judiciales contra Antonio Peres Picón,13 Martín

11 CGGV. Tomo 191, doc. 4102 al 4109, 1610, julio, Aranda Reales Cédulas de Su Majestad a los oficiales reales,
al gobernador del Río de la Plata, a la Audiencia de Charcas.
12 CGGV. Tomo 190, doc. 4112, junio 15, Buenos Aires, Carta al rey del gobernador del Río de Plata don Diego
Marín Negrón; Tomo 191, doc. 4084, 1610, abril 24, Buenos Aires, Carta al rey del licenciado Francisco de Trejo;
Tomo 193, doc. 4194, 1612, enero 12, Buenos Aires, Carta al rey del Gobernador del Río de la Plata, don Diego
Marín Negrón.
13 CGGV, Tomo 197, Doc. 4319 a 4343
María del Rosario Baravalle 25

Ochoa de Arancibia,14 Hernando Rivera Mondragón,15 Matías Delgado Flores,16 y las residencias
a Hernando Arias de Saavedra,17 y Diego de Góngora.18
El 16 de diciembre de 1617, se decidió por resolución real dividir la gobernación del Pa-
raguay. Esta antigua propuesta de Hernandarias, fue ejecutada ahora en su contra: lo que él
había proyectado para poder controlar más de cerca la actividad del puerto de Buenos Aires, fue
llevado a cabo para intentar desplazarlo. Al separarse la gobernación del Río de la Plata de la
del Guayrá, quedaron bajo la jurisdicción de la primera las ciudades de Santa Fe, Corrientes y
Concepción del Bermejo, que pasaron a ser regidas por un nuevo gobernador nombrado desde
España, don Diego de Góngora, y la segunda, siguió gobernada por Hernandarias e incluyó las
ciudades de Asunción, Villa Rica y Santiago de Jerez.
Con la llegada de Góngora al Río de la Plata en 1618, el largo proceso comenzado por
Hernandarias quedó frustrado. El nuevo gobernador lo apresa a él y a su sobrino Nicolás de
Ovando Saavedra, involucrado en la causa. A pesar de que Hernandarias logró su liberación, sus
bienes fueron confiscados y se le formuló residencia con sesenta y cuatro cargos en su contra. De
esta manera los confederados lograron su propósito, defenestrando a un enemigo hasta entonces
poderoso.
Mientras tanto Vergara, que se encontraba en Potosí, consiguió que los cargos de regidores
porteños se hicieran perpetuos y que salieran a la venta. Era tal su poder que compró todos
los cargos y los repartió entre una increíble red clientelar de parientes y paniaguados. Una vez
ubicados en el Cabildo comenzó la persecución a los beneméritos no aliados: Luis Calderón fue
enviado a España y ajusticiado en 1621; Ocampo Saavedra fue olvidado en la cárcel y García de
Villamayor, su cuñado, apresado; Cristóbal Remón fue deportado al África en un barco negrero
y murió en la travesía.19

El comercio atlántico y la Visita General


Ya en 1607, el Licenciado Alfaro escribió al Rey sobre los problemas que se presentaban en ma-
teria fiscal. Señalaba una serie de falencias que había que enmendar, como la forma de llevar las
cuentas los corregidores, la distribución de las limosnas para los conventos y la Iglesia, haciendo
una pequeña relación sobre el puerto de Buenos Aires y las irregularidades que allí se cometían
de las cuales tenía conocimiento por su oficio de fiscal. Denunciaba el comportamiento de los
Oficiales Reales que no ponían freno a la introducción de esclavos en Potosí desde el puerto

14 CGGV, Tomo 200, Doc. 4487 a 4521


15 CGGV, Tomo 203, Doc. 4580 a 4584
16 CGGV, Tomo 203, Doc. 4592 a 4599
17 CGGV, Tomo 204, Doc. 4631 a 4632
18 CGGV, Tomo 204, Doc. 4632 y Tomo 205, Doc. 4533 a 4645
19 CGGV. Tomo 197, doc. 4309 al 4313, febrero, Buenos Aires, Santa Fe, Asunción, Lima. Informes y cartas de los
Cabildos a Su Majestad. Testimonios de vecinos.
26 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

de Buenos Aires, puerto no habilitado, evitando así el pago de las contribuciones por el puerto
legal, en ese entonces Panamá.20
Las noticias a las que hacía mención el Licenciado Alfaro en su carta, correspondían a un
serio enfrentamiento que a partir de 1602 comenzó a desarrollarse entre Hernandarias y el Con-
tador de la Real Hacienda Hernando de Vargas. Al principio, este conflicto sólo se limitó a los
precios en que se vendían las mercaderías y los esclavos entrados en forma ilegal por el puerto de
Buenos Aires en las almonedas públicas, pero en 1607 se agudizó, cuando el Contador Vargas
tomó conocimiento de una Real Cédula enviada en 1604 donde se ordenaba una investigación
contra Martín Suárez de Toledo y Hernando de Trejo -padre y hermano de Hernandarias- en
relación al comercio ilegal de esclavos en la ciudad de Córdoba.21
En 1608 el contador Hernando de Vargas fue destituido de su cargo por mandato de Her-
nandarias y es en estos momentos que llegó al puerto de Buenos Aires don Francisco de Alfaro
dando comienzo a la Visita General de la Gobernación del Paraguay y Río de la Plata.22
La primera inquietud del Visitador a su llegada a Buenos Aires fue poner las cuentas reales
en orden, ocupó para ello el cargo de contador, vacante ante la destitución de Vargas, y comenzó
una exhaustiva revisión de los libros de los ingresos de la Corona. Así pudo comprobar la intro-
ducción de una gran cantidad de esclavos “descaminados” que fueron vendidos en el puerto por
“denunciaciones” de mismos compradores.23
Con el objeto de poner en orden la contabilidad promulgó la ordenanza nº 6, que se refería a
la forma en que debían ser llevados los libros para unificarlos en relación a los de Potosí. Además,
para tener un mayor control de los ingresos y egresos que se efectuaban por el puerto, decretó
que debía haber una copia fiel de los mismos certificada ante escribano público guardada en el
Cabildo. Estableció que los producido por las ventas en almoneda pública de las mercaderías y
esclavos “descaminados” debía dividirse en tercias partes iguales, luego de haberse separado el
almojarifazgo, la alcabala y los derechos de aduanilla que correspondían al Rey. Un tercio era
para la Cámara Real, un tercio para el Juez que actuaba en la causa, éste generalmente era el Go-
bernador, y el último tercio le correspondía al denunciador, que era la persona que denunciaba
ante el Juez o los Oficiales Reales a los negros que se encontraban abandonados en las playa. La
figura del denunciador nació para poder controlar con mayor eficacia las dilatadas playas del Río

20 CGGV, Tomo 184, Doc. 3858, Carta al Rey del Licenciado Francisco de Alfaro, La Plata 28/02/1607
21 CGGV, Tomo 173, Doc. 3405, Carta al Rey del Contador Hernando de Vargas, 1602; Tomo 174, doc. 3441-4
Varios documentos del Contador Hernando de Vargas sobre los atropellos de que fue objeto, 1602; Tomo 182,
Doc. 3769, Carta al Rey del Contador Hernando de Vargas, 12/06/1607; Doc. 3770, Carta al Rey de Hernando
de Vargas, 3 y 5 /05/1607; Tomo 184, Doc. 3850, Carta al Rey de los Oficiales Reales Fernando de Vargas y
Simón de Valdés, 29/07/1607; Doc. 3849, Carta al Rey de los Oficiales Reales, 29/07/1607; Tomo 192, Doc.
4140, Carta al Rey de Hernando de Vargas, 28/06/1611, Doc. 4141, Carta al Rey de Hernando de Vargas,
07/07/1611; BARRIERA, Darío Gabriel Vers une histoire... op. cit
22 CGGV, Tomo 191, Doc. 4118, Carta al Rey de don Diego de Portugal, La Plata, 18/12/1610
23 CGGV, Tomo 194, Doc. 4225 al 4233, Información de cuentas que dispuso el Visitador Francisco de Alfaro en
el Puerto de Buenos Aires, Julio 1611; BARRIERA, Darío Gabriel “La política desde adentro” en El correo del
Maestro, Nº 47, México, 2000, BARAVALLE, María del Rosario, op. cit; BARRIERA, Darío Gabriel, Vers une
histoire... op. cit.
María del Rosario Baravalle 27

de la Plata. A diferencia de las “arribadas”, en las que los barcos llegaban hasta el puerto pidiendo
auxilio y luego de ser visitados por los funcionarios, se disponía la descarga de la mercadería o los
esclavos en forma organizada y fiscalizada, en los navíos de permisión, la introducción de negros
tenía otra modalidad. Antes de que el barco llegara al puerto, los esclavos eran desembarcados y
llevados a la playa en pequeños bajeles y allí eran abandonados. Los negros “descaminados” que
se traían en los navíos de permisión no eran muy numerosos, aunque sí era constante, no pasa-
ban de diez o quince individuos. Una vez en la playa, era encontrados, casi siempre por los al-
guaciles que estaban continuamente de ronda, pero la legislación expresaba que cualquier vecino
o morador que los hallare podía hacer la denuncia ante el Gobernador y tan sólo por este hecho
se hacía merecedor de un tercio del valor de la venta de los esclavos denunciados en la almoneda
pública. Así se trataba de frenar la entrada de negros de manera ilegal. De todos modos no siem-
pre los “denunciadores” eran personas honestas, la mayoría de las veces eran criados o allegados
de los comerciantes o sus socios y las denunciaciones que hacían no condecían con el número
exacto de esclavos encontrados. Una parte de estos se denunciaba y era vendida en almoneda
y otra parte iba a parar a los almacenes o casa de las familias de los comerciantes y sacados del
puerto en carretas rumbo a Potosí vía Córdoba. La medida establecía que los denunciadores no
podían ser los mismos compradores ni ningún familiar de éstos.
En relación con los libros el problema mayor, consistía en la falta de uniformidad de los re-
gistros de contabilidad que se llevaban en las colonias. Buenos Aires no tenía una Caja propia ya
que no era un puerto abierto, sino que debía hacer los depósitos de las recaudaciones en las Cajas
de la ciudad de Potosí. Generalmente, las ventas de los esclavos, que era el rubro que más recau-
dación tenía, se realizaban a crédito, es decir, se pagaba en la ciudad de la Trinidad lo correspon-
diente a la Cámara de Su Majestad y los tercios correspondientes al Juez y al denunciador, pero el
grueso de los impuestos se abonaban directamente en Potosí, cuando los esclavos eran vendidos
en esa Villa. Esta anomalía se reflejaba en las anotaciones de los libros, que no contaban con los
ingresos debidos, no se declaraban las ventas a crédito y en algunas ocasiones, cuando los depósi-
tos no se efectuaban en el momento porque el dinero era utilizado en otras cosas o simplemente
no llegaban al destino final, simplemente no se anotaban las ventas. La ordenanza mandaba la
organización de los asientos por rubros tal cual se hacían en Potosí, y además ordenaba que las
ciudades del interior debían llevar su libro de alcabalas de la misma manera, de ese modo el
control era más estricto y el estado financiero de la Corona se vería reflejado en la contabilidad
de cualquier lugar del Virreinato. Ordenados los libros y puesto en su cargo el nuevo contador,
Tomás de Ferrufino,24 el Licenciado don Francisco de Alfaro se trasladó a la ciudad de Santa Fe
y luego a la de Asunción, donde promulgó las Ordenanzas.

24 En carta de Hernando de Vargas de 1611, se quejaba ante el Rey de que el nombramiento de Tomás de Ferrufino
había sido maquinado entre Hernando Arias de Saavedra y el Licenciado don Francisco de Alfaro, ya que el nuevo
Contador era primo del Visitador, y que su destitución sólo se debía a un ardid entre los dos. CGGV, Tomo 192,
Doc. 4140, Carta al Rey de Fernando de Vargas, Buenos Aires, 28/06/1611; BARAVALLE, María del Rosario
“La Visita General del Licenciado dos Francisco de Alfaro en el marco de la mercantilización en la Gobernación
28 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

Los ecos de la Visita


La Visita marcó un hito en la Gobernación del Paraguay y Río de la Plata en casi todos los
aspectos de la vida económica, política y social. Desde Asunción hubo quejas por la falta de
abastecimiento25a que estaba sometida desde su fundación, y Hernandarias, desde Santa Fe,
continuó su enfrentamiento con el puerto de Buenos Aires y los excesos que se cometían en él.26
El mismo don Francisco de Alfaro hizo una larga Relación al Rey desde la Audiencia de
la Plata, a su regreso de la Visita, conciente de que era sumamente difícil controlar el puerto
mientras éste estuviera abierto. A su entender, Buenos Aires tenía todo en contra, la entrada
por el mismo de mercaderías y esclavos en forma ilegal era inevitable mientras existieran las
permisiones que, además, provocaban la salida de mucha plata de Potosí, pero, por otro lado, las
permisiones eran fundamentales para la sobrevivencia de la región, única vía de abastecimiento
de algunos insumos muy necesarios.27
Para cubrir el abastecimiento de la región, creía que con mandar un navío al año desde
Sevilla sería suficiente, el resto de las necesidades de consumo se podían producir internamente
como de hecho se producían, y así se activaría más el mercado interregional. Mantener el puerto
de Buenos Aires abierto significaba, como hemos visto, un gran daño al comercio monopólico
y perjudicaba específicamente al puerto de Panamá, que era la puerta de entrada legal, único
recurso económico de esa región y que contaba con todas las defensas, los almacenes, ferias y
lugares para las transacciones que como tal debía tener.
En otra carta, el Licenciado Alfaro fue más taxativo. Propuso el cierre definitivo del puerto
de Buenos Aires, trasladar la ciudad aguas arriba sobre las márgenes del río Paraná y dejar en el
lugar sólo un fuerte para la defensa por posibles ataques de enemigos. De esta manera, los navíos
que arribaran con problemas reales podrían ser socorridos y luego continuarían su viaje sin des-
cargar ningún tipo de mercaderías ni esclavos, también seguiría siendo el puerto de desembarco
de las tropas que se encaminaban hacia Chile, como hasta ahora, y no perdería su misión de vigía
en cuanto a los posibles pasos de los enemigos hacia el sur, pudiendo dar aviso de los mismos
tanto a Lima como a Santiago, para que estuvieran atentos ante un posible ataque. Tampoco de
esta manera, perdería el Rey la posibilidad de utilizarlo como puerto alternativo en caso de que
Panamá sufriera un bloqueo sorpresivo.
Sugería, además, la división de la Provincia en dos y la creación de aduanas internas, sobre
todo en la ciudad de Córdoba que era el nudo de la ruta hacia Potosí, no sólo para el cobro de los
impuestos internos a las transacciones que se llevaban a cabo en el camino sino también como
control de la cantidad de esclavos que se trasladaban hacia el norte. La Corona, entonces, ordenó

del Paraguay y Río de la Plata. Primeras décadas del siglo XVII” Ponencia presentada en IV Encuentro de Histo-
riadores, Santa Fe, octubre 2002.
25 CGGV, Tomo 194, Doc. 4198, Carta del Cabildo de Asunción al Rey, 20/04/1612
26 BARAVALLE, María del Rosario “Descaminos...”, op. cit.; BARRIERA, Darío Gabriel Vers une histoire... op. cit.;
BARAVALLE, María del Rosario – PEÑALBA, Nora “El tráfico ultramarino...” op. cit.
27 BARAVALLE, María del Rosario “Descaminos ...” op. cit.
María del Rosario Baravalle 29

la creación de la Aduana Seca de Córdoba en 1621, pero no fue instalada sobre el camino que se
utilizaba hacia el norte, sino que había que efectuar un desvío para llegar a ella, por lo tanto no
era nada imposible que las carretas que venían del puerto no pasaran por la Aduana o que sólo
declararan de palabra lo que convenía declarar. Existían, además, una serie de rutas alternativas
por las cuales se podía llegar a Chile o al norte, sin tener que pasar obligatoriamente por la ciu-
dad de Córdoba, los mojones de abastecimiento de las tropillas que venían desde el puerto, eran
las estancias de las inmediaciones que pertenecían a la red de comerciantes y vecinos, ligados al
comercio ilegal de Buenos Aires.28
El 18 de mayo de 1613, el Virrey del Perú, Marqués de Montesclaro mandó publicar una
serie de ordenanzas con el fin de unificar la fiscalidad, la contabilidad y la forma de cobrar el
almojarifazgo y la alcabala en toda la jurisdicción. Entre dichas ordenanzas hay una, la número
49, que en sus capítulos 22, 23 y 24 hacen mención específicamente al puerto de Buenos Aires.
En el textos de las mismas se hace referencia a que el principal mentor de ellas fue el Licenciado
don Francisco de Alfaro, a la sazón, oidor de la Audiencia de Lima.
La ordenanza mencionada trata específicamente de controlar el comercio ilegal. Por un
lado, decretaban que el sistema de tercias partes debía se repartido de manera diferente al que se
aplicaba, dos tercios irían a parar a las Cámara de Su Majestad, y el restante debía repartirse entre
el Juez de la causa y el denunciador por partes iguales, así se aumentaba el precio de los esclavos
en el puerto. Ordenaba también que las visitas a los barcos que llegaban al puerto ya sean con
licencia o sin ella, o sea, de “arribada forzosa”, debían hacerla en conjunto los Oficiales Reales y
el Gobernador, que no podía hacerse ninguna descarga ni de mercaderías ni de negros antes de
que se efectuara dicha visita y una vez efectuada la descarga, la misma debía ser llevada directa-
mente a la aduana y quedar en poder del Depositario General y no a otro almacén de ninguna
especie. Si la mercadería descargada eran esclavos, debía aclararse cantidad llegada, edad, sexo,
estado de salud y lugar de procedencia. Estos libros quedaban en manos del Depositario General
en las Cajas Reales y se confeccionaba un juego del mismo tenor, que debía quedar depositado
en el Cabildo, ambos libros debían ser refrendados por escribano público. Todas estas mercade-
rías y negros debían ser vendidos en almoneda pública y, por último, y lo que nos parece más
importante, disponía que las mismas debían ser consumidas dentro de la jurisdicción de la Go-
bernación del Paraguay y Río de la Plata, y no podían ser sacadas de la misma con pena, al que
lo hiciera, de confiscación de las mismas. Esta última cláusula iba en detrimento del comercio
que se llevaba a cabo con Potosí vía Córdoba y reforzaba el monopolio de Lima, pero al mismo
tiempo reconocía al puerto de Buenos Aires como un posible lugar de refugio para los barcos
que realmente tuvieran dificultades en el mar, desmoralizando a los que realizaban entradas a
propósito para vender su mercadería de manera ilegal.

28 CGGV, Tomo 195, Doc. 4263. Cartas Varias del Licenciado don Francisco de Alfaro al Rey, 1613; BARAVALLE,
María del Rosario – PEÑALBA, Nora “El tráfico ultramarino...” op. cit.
30 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

Estas ordenanzas fueron promulgadas por Real Cédula del Rey en 1618, conjuntamente
con las que resultaron de la Visita General a la Gobernación.29 Hernando Arias de Saavedra ya
había promulgado en su jurisdicción una serie de autos que prohibían el tráfico de carretas de la
Gobernación del Tucumán hacia el puerto de Buenos Aires, hecho que había provocado la ira
de los comerciantes portugueses y de los vecinos tanto de Córdoba como de la Trinidad, que se
veían perjudicados en sus intereses comerciales.30
La ordenanza número 49, ratificó el deseo de la Corona por frenar el comercio ilícito por
Buenos Aires y defendió una vez más el monopolio comercial, no fue aceptada sin resistencias.
Algunas ciudades, como Asunción, se convirtieron en firmes defensoras de esta posición, ya
que esperaban que con su cumplimiento, los productos europeos y esclavos que entraban por el
puerto llegasen a Asunción, cosa que aún nunca había sucedido.31 Santa Fe, también respondió
favorablemente ante la ordenanza y Hernandarias propuso además, una serie de medidas para
complementarlas, como fueron la no estrada de carretas del Tucumán al puerto, la utilización
obligatoria del Río Paraná como única vía entre el puerto y Asunción, siendo la ciudad de Santa
Fe, el puerto intermedio en donde debían ser descargadas las mercaderías y esclavos que tuvieran
destino hacia el Tucumán, para ser llevados desde allí a Córdoba por tierra.32 Todas estas medidas
no tuvieron el resultado esperado y provocaron la reacción de los comerciantes y de los Cabildos
de las ciudades de la Trinidad y de Córdoba.
En 1615, los vecinos de Buenos Aires y Santa Fe, nombran como procurador de ambas
ciudades para que los representase ante el Consejo de Indias y el Rey a don Manuel de Frías, con
poder otorgado por ambos Cabildos33 para presentar una serie de propuestas que consideraban
importantes para el buen desarrollo de las dos ciudades y evitar su mayor empobrecimiento, de
no ser concedido el petitorio, decían, se corría el peligro de la despoblación de ambos lugares y la
migración de los vecinos a otros espacios con mayores posibilidades de sobrevivir. El asunto más
importante que trataba el petitorio se refería específicamente a la ordenanza número 49 de Mar-
qués de Montesclaro. Se planteaba que, hasta tanto el Rey y el Consejo de Indias no promulga-
ran definitivamente las medidas se pudiera seguir operando en el puerto de Buenos Aires como
se venía haciendo, o sea, utilizando la legislación que para los “descaminos” regía en el Puerto de
Panamá, promulgada en 1591. Además, agregaban, que de ejecutarse la ordenanza número 49,

29 CGGV, Tomo 190, Doc. 4067, Real Cédula en Aranjuez, 20/05/1618, Tomo 202, Doc. 4565, Real Cédula en
Aranjuez, 20/06/1618, Tomo 211, Doc. 4794, Real Cédula en El Pardo, 02/02/1621
30 CGGV, Tomo 199, Doc. 4422, Bando del Gobernador Hernando Arias de Saavedra, 06/07/1615, Doc. 4447,
Carta de Hernandarias 24/05/1616, Doc. 4414 Probanza hecha por Hernando Arias de Saavedra, Santa Fe
12/05/1615
31 CGGV, Tomo 199, Doc. 4445,Memorial del Procurador del Río de la Plata Manuel de Frías, Asunción, 1616,
Doc. 4445-2, Carta al Rey del Procurador Manuel de Frías, Buenos Aires, 07/07/1614.
32 CGGV, Tomo 199, Doc. 4422. Prohibición del tráfico de mercaderías con el Tucumán, 12/06/1615, Doc. 4424,
22/06/1615
33 CGGV, Tomo 197, Doc. 4309, Poder otorgado por la ciudad de la Trinidad al Procurador Manuel de Frías,
Buenos Aires, 06/04/1615; Doc. 4310, Poder otorgado por la ciudad de Santa Fe al procurador Manuel de Frías,
20/01/1615.
María del Rosario Baravalle 31

se produciría un gran daño a los vecinos y pobladores del Río de la Plata, ya que al interior del
espacio, o sea, en el mercado interregional, era imposible ubicar su producción, porque las re-
giones aledañas producían lo mismo. Por otra parte, no podrían obtener los productos europeos
necesarios para su supervivencia, porque no tendrían qué comerciar por Buenos Aires por la falta
de moneda circulante que había en la Gobernación, además de que se perjudicarían muchos
comerciantes de Potosí, que abandonarían el puerto dejando a la región en una mayor pobreza.
Otro problema que se planteaba era el de los esclavos. Si los negros que llegaban en las “arri-
badas” no podían ser sacados y vendidos fuera de la Gobernación, se multiplicarían de manera
excesiva, y esto era sumamente peligroso en caso de amotinamientos, pues la ciudades no con-
taban con los medios suficientes para sofocarlas, no tenían armas ni municiones y la guarnición
de soldados era muy pequeña, sólo servía para frenar una pequeña invasión enemiga al puerto,
mientras les daban tiempo a los vecinos de armarse y organizarse. Si el motín se encontraba en
plena ciudad y sin aviso previo, la ciudad se perdería por completo. Por otro lado, debido a la
pobreza de los vecinos, los precios de los esclavos no podían alcanzar una suma importante y
se perjudicaría el ingreso a las Cajas Reales. Otra crítica que se hacía a la ordenanza, se refería
a la nueva forma de repartir las tercias partes, si se reducía tanto el tercio que debía recibir el
“denunciador”, nadie se ocuparía en hacer las denuncias por falta de incentivos y como la costa
era tan amplia y dilatada, se necesitarían más funcionarios reales para recorrerlas y vigilarlas con
el consiguiente gasto de sueldos que perjudicaría a los ingresos de la Corona. Otro ítem que se
cuestionaba era el referente a los productos que entraban del Brasil. En principio, se traían las
cosas que no podían producirse en el Río de la Plata y Tucumán, como ropa, calzados, hierro,
etc. y se llevaban de retorno lo que se producía en la región, no sólo en el Río de la Plata, sino
que favorecía el intercambio interregional, ya que muchos de estos productos se obtenían por
medio de dicho mercado. Por ejemplo, los pabilos de algodón, sobrecamas de lana, lienzos para
las ropas de los indios y esclavos, jabón, miel, hilo de pita, etc. se concentraban en Buenos Aires,
traídos de otras regiones para ser trocados por esclavos dando, de esta forma, movimiento a los
mercados interregionales.
Se expresaba también en el petitorio, que la única función del puerto no era solamente la
del comercio. Por allí entraban los soldados que eran enviados a la guarnición de Chile por ser
el puerto más cercano y seguro, para luego continuar su camino por tierra, además era el puerto
de aviso, ya que los enemigos en su paso para el sur, eran divisados desde Buenos Aires y podían
avisar con tiempo tanto a Chile como a Lima para que estuvieran preparados ante un eventual
ataque, como ya había pasado en varias ocasiones. Por último, la ordenanza no podía ser cum-
plida porque, decían, iba en contra del bien común y no se había hecho una consulta previa a las
partes interesadas para que expresaran su parecer.34
Aunque las quejas y fundamentos esgrimidos por los diferentes estamentos de la sociedad
-Cabildos, comerciantes, Oficiales Reales, Gobernadores- fueron escuchados, las ordenanzas

34 CGGV, Tomo 197, Doc. 4311, Petitorio presentado ante el Consejo de Indias por el Procurador del Río de la
Plata don Manuel de Frías, 16/02/1615
32 Esclavos, jesuitas y vecinos en la Gobernación del Río de la Plata

del Marqués Montesclaro, incluyendo la número 49, fueron promulgadas definitivamente en


1618.35
En este mismo año, se llevó a cabo la división definitiva de la Gobernación, la del Paraguay,
conservó a Asunción como cabeza e incluía a las ciudades de Santiago de Jerez, Villa Rica del
Espíritu Santo y Ciudad Real; y la del Río de la Plata, se conformó con la ciudad de la Trinidad
Puerto de Buenos Aires como cabeza y las ciudades de Concepción del Bermejo, las Corrientes
y Santa Fe. Se nombró Gobernador de esta última a don Diego de Góngora y en la del Paraguay
quedó Hernandarias hasta el regreso de España de don Manuel de Frías, quien venía con el
nombramiento para ocupar ese cargo. Esta medida fue uno de los últimos intentos serios de la
Corona para frenar el comercio ilegal que se desarrollaba por el puerto, pero, contrariamente a lo
esperado, tampoco tuvo éxito. La alianza de los Gobernadores con los Oficiales Reales, algunos
vecinos y los portugueses determinó que el puerto siguiera funcionando como lo había hecho
desde su fundación.36

35 CGGV, Tomo 190, Real Cédula de Su Majestad, Aranjuez, 20/05/1618


36 BARAVALLE, María del Rosario – PEÑALBA, Nora “El tráfico ultramarino...” op. cit.; BARAVALLE, María del
Rosario “Descaminos...· op. cit.; BARRIERA, Darío Gabriel Vers une histoire... op. cit.

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