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Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales, Carrera de Sociología.

Sociología Política, Cátedra Aldo Isuani, estudiante: Irina Toranzo Calderón.

Propuesta de Aldo Isuani para garantizar un consumo básico en


Argentina hoy: apuntes de clase de su exposición y debate con los
estudiantes del 07/09/2011.

Parte de que hay necesidades básicas en común a toda la población que pueden ser
satisfechas mediante el consumo (alimentación adecuada, hogar familiar, atención de
salud, educación media, agua potable, energía, comunicación), y que la asignación
universal incondicional de ingreso básico es incompatible con un país capitalista porque
la falta de disciplina laboral consecuente impediría programar la producción. Los
mismos beneficiarios de planes sociales pretenden trabajar a cambio de recibir esas
transferencias, como quedó demostrado en una encuesta de la Universidad de La Plata
hace dos años.
Propone la satisfacción de esas necesidades básicas comunes garantizando un Consumo
Básico, resultante de la combinación de un Ingreso Social y de Servicios Públicos.
Mientras que estos últimos serían universales (esto implica, entre otras cosas, unificar el
estratificado sistema de salud argentino), el Ingreso Social se dividiría en transferencias
incondicionales a ancianos y a niños y transferencias condicionadas a trabajo para
desocupados. Éstos podrán desempeñarse en el área de servicios, en el cuidado de
ancianos y niños, para cobrar el desempleo. Puede discutirse si merecerán cobrarlo
aquellos que al quedar desocupados comiencen a cuidar de sus propios hijos o ancianos
del hogar familiar. De todas formas el cuidado de los propios familiares incapaces de
trabajar debería considerarse como un trabajo, retribuido con un ingreso, ya que impide
a la persona que lo cumple salir a buscar un trabajo pago.
Los Servicios Públicos serían los siguientes (entre paréntesis se apunta la proporción del
PBI que representa cada uno de ellos hoy en día): atención de salud (5%), educación
media completa (5%), agua y saneamiento (0,2%), vivienda (0,5%), “tarifa social” –
subsidio a la energía, el transporte y la comunicación (3%).
La racionalización del sistema de salud resultante de su unificación y de implementar la
medicina preventiva permitiría derivar fondos sobrantes a la educación.
El gasto total no llegaría al 20% del PBI, proporción similar al gasto social estatal
actual.

Argumentos a favor (“+”) y en contra (“-“):

- Es una propuesta reformista. Reproduce la desigualdad y no elimina la pobreza. Es


“un debate de cómo administrar la pobreza”, “una utopía del sistema capitalista”.
Continúa la depredación de los recursos naturales y la creación por parte del sistema
capitalista de nuevas necesidades. Sigue la disputa por la redistribución, exacerbada
por la generación progresiva de más necesidades y la disminución de los recursos.

+ Reestructurar lo existente como punto de partida es válido. Elevaría la vida


humana a un piso mínimo. Una mayor educación serviría para que las personas
tengan mayor creatividad, productividad y capacidad de defensa de los propios
intereses. Hoy en día no está claro cual sería la alternativa al capitalismo. Si bien no
se soluciona el problema de que el consumo sea visto como el único medio de
bienestar, y continúa el sesgo irracional del capitalismo que atenta contra la
sustentabilidad planetaria (por ejemplo, el consumo masivo de automóviles
particulares), se traslada el conflicto social a otro nivel. El costo social y político de
ir para atrás será intolerable. En Argentina se pudo quitar el plan Jefes de Hogar sólo
con la implementación del Plan Familia y éste a su vez sólo con la Asignación
Familiar. Todo gobierno – aún las dictaduras – tiene su límite social.

- Hay que repartir las horas de trabajo entre todos pero eliminar el salario.

- No nos corresponde discutir las condiciones de los trabajadores.

- Generaría conflictividad social. No parece políticamente viable. Las clases medias


no lo aprobarían. Habría un gran conflicto con las obras sociales. En Dinamarca y
Suecia este esquema parece funcionar, pero aquí hace falta una fuerza social que
luche por él y esto se dio en los años 40 en un contexto de pleno empleo.

+ Que un grupo intelectual plantee el proyecto es un paso en la dirección de


conformar esa fuerza social. En Argentina se hizo la moratoria incondicional y la
asignación por hijo y la gente no se opuso. Es importante la coyuntura.

- Se necesita crearle al proyecto un sostén jurídico.

- Cómo se evitaría el desarrollo productivo desigual en las distintas ramas.

- No evita el trabajo en negro y puede darse la situación de cobro de desempleo


paralelo al empleo en negro.

- Persiste el problema de la falta representación de la clase trabajadora en el Estado.


Necesidad de una representación genuina, política y gremial, para la defensa de sus
intereses.

- Generaría anarquía económica. Sólo es imaginable bajo un gobierno totalitario.

- Es contrario a la lógica del capitalismo, demasiado dinámico para semejante plan,


caracterizado por las crisis económicas cíclicas, y en el cual Argentina depende para
su economía del precio de los commodities. Además de la exportación de materias
primas y de la minería, dependemos de la especulación bancaria, que
periódicamente lleva al gasto estatal para socorrer a la economía. Cómo se evitaría
que el consumo básico no se desvirtúe con consecutivos aumentos del consumo y de
la inflación.

+ En los años 90 los capitales “acelerados” no fueron acompañados de políticas


sociales. Hoy es posible la asignación familiar; un capitalismo con rostro humano,
justamente en contexto de crisis.

- Atenta contra la racionalidad y el desarrollo científicos. Habría menos trabajadores


interesados en estar ocupados. Todo el ingreso iría al consumo en vez de invertirse.
- Siguiendo a Gorz, la asignación de ingresos por el cuidado de los propios niños /
ancianos del hogar, que es culturalmente incondicionado, lo vacía de contenido
afectivo y de sentido.

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